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UNIVERSIDAD DE ALCALÁ

DEPARTAMENTO DE DIDÁCTICA

TESIS DOCTORAL

LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA Y SU REPERCUSIÓN


EN EL DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO LECTOR.

ROSEMARY DUARTE CUNHA

Alcalá de Henares – Madrid

2012
UNIVERSIDAD DE ALCALÁ

DEPARTAMENTO DE DIDÁCTICA

PROGRAMA DE DOCTORADO – LA ACCIÓN EDUCATIVA:

PERSPECTIVAS HISTÓRICO - FUNCIONALES

LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA Y SU REPERCUSIÓN


EN EL DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO LECTOR.

Presentada por: Dña. Rosemary


Duarte Cunha.

Dirigida por: Prof. Dr. D. Mario


Martín Bris

Alcalá de Henares – Madrid

2012
RESUMEN

Esta tesis investiga la lectura como proceso interrelacionado al desarrollo


del comportamiento lector. Su propósito principal es promover el uso de
conceptos bien definidos que ofrezcan subsidios para una metodología
específica de la enseñanza de la lectura en las series iniciales con el
objetivo de el desarrollo del comportamiento lector. Estimular la lectura y
planear el desarrollo del comportamiento del lector en la búsqueda de la
sostenibilidad social y cultural, equivale a promover la reducción de la
desigualdad que la sociedad actual retrata. En ese sentido, la propuesta es
divulgar los tres pilares que sostienen la lectura, “DDS”: Despertar,
desarrollar y Sostener el comportamiento lector, a fin de mostrar una
estructura posible para las actividades de lectura en la expectativa de
formar lectores que exhalan entendimiento y comprensión. Para envolver
y conocer el universo infinito de la enseñanza de la lectura es urgente
saber direccionar y mediar situaciones favorables para que la
comprensión suceda. De ese modo, se ha utilizado la metodología
cualitativa para investigar las prácticas de la lectura y su repercusión en el
comportamiento lector. Las cuestiones planteadas aquí sirven de
indicadores para la reflexión. La enseñanza de la lectura no se desvincula
de las características específicas de su función pedagógica, que es la de
organizar espacios de ejecución de la lectura, tener conocimiento de los
objetivos de la lectura, planear los momentos nobles de la lectura: el antes,
el durante y el después para el cumplimiento de las funciones inherentes
de una propuesta de trabajo productiva en las series iniciales. Como
propuesta del cumplimiento de las prácticas lectoras enfocadas en el
desarrollo del comportamiento lector, se proponen actividades de rutina
para los niños en la escuela, con el objetivo de que el ejercicio de las
prácticas lectoras presenten a las nuevas generaciones ricas experiencias
extendidas a la sociedad por los sujetos insertos efectivamente en una red
lectora que exhala y contagia comportamiento lector.

Palabras clave: Lectura, comportamiento lector, enseñanza de la lectura.


ABSTRACT

Reading research as an inter-related process to reader’s behavior


development. Is the reason forthis thesys the main purpose to promote
well defined concepts that give support to a specific methodology on
reading teaching in the initial series aiming the reader’s behavior
development Its intention principal is concession behavior reader
advanced and your repercussion in to teaching process on scholar of
1°and 2º cycle of apprentceship is the school public municipal de São Luis
-MA.This way, we used quality methodology to research reading practices
and its impact in the reader’s behavior. The inquiry posed here is meant to
serve as indicators to a reflection whether the reading teaching is not evith
rain from its main specific characteristics pedagogy function which is the
fulfillment and space organizing of reading on the focus before, during and
after so that it produces such a work with the beginning series with stress
on reading practice of the reader’s behavior.Propound se to estimulate
reading and plan the reader’s development behavior in search of a
sustainable culture and society equals to fowor inequality reduction
shours presently. In that sense the porpuse is to spread the three pillars of
reading sustainability – DDS – to excite, develop and sustain (EDS) the
reader’s behavior aiming to show a possible structure for reading
activities to form readers that sprawl understanding and
comprehension.In order to involve and know the endless teaching
universe of reading it is demanded to know how to direct and measure
favorable situations so that the comprehension happens.Moreover with
the proposition of day-to-day routine activities for children in school in
the sense that this practice exercise reading presents to new generations
rich experiences extended to the society by those involved in a real
reading net that breath out and transmit reader’s behavior.

Keywords: Reading. Teaching process. Behavior reader.


AGRADECIMIENTOS

Especialmente a mi esposo Cacionor y mis hijos Cacionor Júnior y Ernane,


por lo mucho que acrecentarán en aprendizaje y afecto.

Al Doctor Mario Martín por su competente dirección, su dedicación y por


sus valiosas orientaciones.

A los doctores Pedro Alonso, Juan Carlos y a las doctoras Laura Rayón y
Leonor Margalef por sus necesarias orientaciones.

A la doctora Maria Helena Pereira Soares, a quien quiero expresar mi


gratitud por algunas orientaciones e incentivos en todos los momentos de
construcción de esta tesis, sin la cual el término de esta investigación no
habría sido posible.

A mis compañeras de esta trayectoria: Nazaré, Jandira, Alice, Doctora


Iracy, Maria Vilma, Márcia, Francimar, y María José, por tener las manos
siempre extendidas. Gracias por el cariño y el apoyo. Especialmente a mi
compañera Antônia Bogea por su apoyo y consideración.

A mi hermana Leonor y a mi cuñado José Lucas que saben leer el más


difícil objeto de lectura: el propio ser humano.

Con un cariño muy especial a André Soares por su gran colaboración en la


organización de esta tesis.

A Ronald Álvarez por el cariño y dedicación en la traducción de esta tesis.


“Quien ignora el rumbo, no
llega a su destino”

Menotti Del Picchia

"Demostrar comportamiento
lector significa anular la
distancia entre leer y
comprender”

Duarte Cunha
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN .........................................................................................................1
JUSTIFICACIÓN ..........................................................................................................5
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. ............................................................. 13
1.1. Proceso de organización de las preguntas orientadoras. ...................... 17
1.2. Objetivos de la Investigación............................................................................ 22
1.2.1. General. ............................................................................................................................................. 22
1.2.2. Específicos. ...................................................................................................................................... 22

2. DISEÑO Y DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN ...................................... 25


2.1. El proceso metodológico de la investigación.............................................. 25
2.2. Caracterización de la investigación. .............................................................. 26
2.3. Los indicadores para reconocer el comportamiento lector.................. 32
2.4. Tipo de estudio. ..................................................................................................... 35
2.5. Descripción de la muestra. ................................................................................ 37
2.6. Métodos, técnicas e instrumentos para la recogida de datos. .............. 46
2.6.1. La entrevista. .................................................................................................................................. 49
2.6.2. La observación. ............................................................................................................................. 50
2.6.3. El cuestionario. .............................................................................................................................. 51

2.7. Estrategias de recogida de los datos.............................................................. 52


2.8. Análisis de los datos. ........................................................................................... 55
2.9. Elaboración del informe y conclusiones. ..................................................... 59
3. MARCO TEÓRICO. .............................................................................................. 63
3.1. El concepto de lectura. ........................................................................................ 63
3.2. La función social de la lectura y su repercusión en el desarrollo del
comportamiento lector............................................................................................... 70
3.3. La construcción del comportamiento lector............................................... 82
3.3.1. La lectura literaria y la construcción del comportamiento lector. ...................... 101
3.3.2. La literatura infantil y su innegable contribución al desarrollo del
comportamiento lector ....................................................................................................................... 106
3.3.3. El comportamiento lector. .................................................................................................... 113
3.3.3.1. El lector. .............................................................................................................................. 128
3.3.3.2. Cómo desarrollar el comportamiento lector. ...................................................... 129
3.3.3.3. La lectura motivada. ....................................................................................................... 136
3.3.3.4. Etapas de la comprensión lectora ............................................................................ 145
3.3.4. Prácticas de lectura .................................................................................................................. 147
3.3.5. Enseñanza de la lectura y el desarrollo del comportamiento lector. ................. 152
3.3.6. La biblioteca escolar: pilar de sostenibilidad del comportamiento lector. ..... 161
4. MARCO CONTEXTUAL DE LA LECTURA EN BRASIL ................................173
4.1. Conceptualización de la lectura dentro del contexto educativo
brasileño ....................................................................................................................... 173
4.1.1. Pensamiento retrospectivo sobre la lectura ................................................................. 174
4.1.2. La lectura en Brasil. .................................................................................................................. 180

4.2. Los programas escolares y la práctica de la lectura ............................. 190


4.2.1. La tarea del currículum. ......................................................................................................... 193
4.2.2. Lectura y el curriculum: un diálogo posible para la construcción del
comportamiento lector ....................................................................................................................... 195
4.2.3. Adecuación del curriculum a la enseñanza de la lectura......................................... 197

4.3. Campo de la investigación: Unidad de Educación Básica Menino Jesús


de Praga......................................................................................................................... 199
4.3.1. Breve Histórico .......................................................................................................................... 199
4.3.2. Caracterización Institucional ............................................................................................... 202

5. ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS ...........................207


5.1. Teoría y práctica pedagógica ........................................................................ 210
5.1.1. Concepción de lectura ............................................................................................................. 211
5.1.2. Teoría que orienta la práctica pedagógica de la lectura .......................................... 217
5.1.3. Actividades significativas de lectura ................................................................................ 225
5.1.4. Ambiente favorable al desarrollo de la práctica pedagógica................................. 229

5.2. Domino cognitivo de la lectura. .................................................................... 231


5.2.1. La conciencia fonológica. ....................................................................................................... 232
5.2.2. Lectura Fluente .......................................................................................................................... 233
5.2.3. Comprensión lectora ............................................................................................................... 235
5.2.4. Desempeño lector ..................................................................................................................... 237

5.3. La biblioteca escolar y la sostenibilidad del desarrollo del


comportamiento lector............................................................................................ 241
5.3.1. El trabajo efectivo con la lectura literaria ...................................................................... 245
5.3.2. Lecturas motivadoras. ............................................................................................................ 250
5.3.3. La organización del acervo de la biblioteca .................................................................. 254
5.3.4. Incentivo a las visitas a la biblioteca escolar ................................................................ 255

5.4. La construcción del comportamiento lector............................................ 259


5.4.1. El comportamiento lector ..................................................................................................... 259
5.4.2. Actitudes incentivadoras de la práctica lectora .......................................................... 263
5.4.2.1. Los círculos de lectura ................................................................................................... 265
5.4.2.2. La intervención pedagógica ........................................................................................ 270
5.4.2.3. Aprovechamiento de los conocimientos previos ............................................... 274
5.4.2.4. Lectura en pareja ............................................................................................................. 278
5.4.2.5. Actividades que expresan lo que el autor del texto quiso decir. ................. 282
5.4.2.6. Actividades que reconocen al alumno como detentor de la información del
texto ....................................................................................................................................................... 287

6. CONCLUSIONES ................................................................................................295
6.1. Primera Pregunta Orientadora .................................................................... 297
6.2. Segunda Pregunta Orientadora .................................................................... 301
6.3. Tercera Pregunta Orientadora ..................................................................... 303
6.4. Cuarta Pregunta Orientadora ....................................................................... 306
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................319
ÍNDICES AUXILIARES ..........................................................................................335
Glosario de abreviaturas .................................................................................................................... 335
Índice de Ilustraciones y figuras. .................................................................................................... 337
Índice de Tablas ..................................................................................................................................... 339
Índice de Gráficos .................................................................................................................................. 341

ANEXOS ...................................................................................................................343
ANEXO 1. Cuestionario del alumno ..................................................................... 345
ANEXO 2. Cuestionario del director .................................................................... 349
ANEXO 3. Cuestionario del coordinador pedagógico. ................................... 351
ANEXO 4. Guión de entrevista con el auxiliar de biblioteca ....................... 355
ANEXO 5. Guión de entrevista con los padres de los alumnos................... 359
ANEXO 6. Guión de entrevista con los profesores del 1º y 2º grado de
enseñanza fundamental. ......................................................................................... 361
Anexo 7. Actividades de Evaluación .................................................................... 366
1
INTRODUCCIÓN

El objetivo en torno al cual se desarrolló esta tesis de doctorado se puede


sintetizar como la búsqueda del conocimiento alrededor de las prácticas
lectoras desarrolladas por los profesores a través de actividades
instigadoras e interesantes, además de substanciar y compilar el
fundamento teórico para el desarrollo del comportamiento lector del
alumno de 1º y 2º grado de la enseñanza primaria de las escuelas públicas
de la red municipal de enseñanza de São Luís – Maranhao (Brasil).

Se suma a este propósito la intención de identificar las prácticas de lectura


que favorecen el desarrollo del comportamiento lector, así como
reconocer el dominio cognitivo de los alumnos aprobados en el 2º grado
de enseñanza primaria.

Como complemento, se ha querido hacer también un análisis minucioso de


las actitudes incentivadoras encontradas en las prácticas docentes de
lectura existentes en la biblioteca de la escuela estudiada, para entender si
estas contribuyen al desarrollo del comportamiento lector.

Tras la obtención de los datos para esta tesis aprendí mucho sobre la
separación entre la teoría y la práctica, las dificultades y las victorias de las
profesoras, así como también la angustia que sienten por no conseguir dar
todo lo que de ellas se espera en relación a las explicaciones teóricas y la
transposición didáctica.

Para involucrarse y conocer el universo infinito de la enseñanza de la


lectura urge dirigir y mediar situaciones favorables para que la
comprensión acontezca. Fueron así elegidos cuatro ejes en torno a los
cuales se desarrolló esta investigación: teoría y práctica pedagógica; el
dominio cognitivo de la lectura; la biblioteca escolar y la sostenibilidad de
la lectura; y la construcción del comportamiento lector; en torno a los
cuales se organizó la información obtenida durante la investigación.

1
Esos aspectos fueron el sustento teórico que fundamentó el estudio de
caso realizado, centrado en la experiencia docente de las profesoras de 1º
y 2º grado de enseñanza primaria, responsables del proceso de enseñanza
inicial de la lectura.

El informe de esta investigación se estructura en seis capítulos. Los


capítulos primero y segundo congregan el marco metodológico; en el
tercero y el cuarto se configuran el marco teórico y contextual; el quinto
capítulo explica el trabajo de campo y las interpretaciones de los datos; y
el sexto capítulo, las conclusiones y consideraciones finales elaboradas.

El primer y segundo capítulo presentan el planteamiento del problema, el


diseño de la investigación y todas las cuestiones correspondientes al
enfoque de la investigación, tipo de estudio, alcances, métodos y técnicas
para recoger los datos, descripción de cómo se construyó los
instrumentos, etapas que se siguieron para recoger la información,
descripción de la muestra… Estos capítulos se sumergen en los aspectos
metodológicos que direccionan el proceso de investigación desarrollado.
En este proceso se sostiene el paradigma descriptivo e interpretativo en el
marco de un enfoque metodológico cualitativo con énfasis en un estudio
de caso.

La construcción del marco teórico se concreta en el tercer capítulo,


abordando en la revisión bibliográfica la concepción de lectura, la función
social de la lectura y su repercusión en el desarrollo del comportamiento
lector. También aquellas actitudes favorables al desarrollo del
comportamiento lector, además de describir también las etapas de la
comprensión lectora: pre-lectoras, lector principiante, lector en proceso,
lector con fluidez y lector crítico. La necesidad de entender cómo los
estudiantes aprenden y cómo es posible ayudarlos a comprender mejor se
explica en estas etapas evolutivas y es esencial conocerlas para ayudar a
comprender mejor y contribuir de esta forma con las prácticas
estimuladoras de lectura y la forma ordenada de actuar en el ejercicio de
las mismas y además sugiere algunos procedimientos favorables para el

2
desarrollo del comportamiento lector, teniendo como soporte la biblioteca
de la escuela como pilar de sostenibilidad. Cómo complemento presenta-
se aun la lectura motivada para que las prácticas de lectura efectuadas en
la biblioteca de la escuela promuevan el desarrollo del comportamiento
lector.

El cuarto capítulo trata del marco contextual con las diferentes


concepciones de lectura dentro del contexto educativo brasileño, haciendo
una retrospectiva de pensamientos de la lectura, la lectura en Brasil y
otros datos referentes al marco regulatorio del curriculum en Brasil,
especialmente en lo que se refiere a la enseñanza de la lectura. Describe
también el campo natural de la investigación, el centro de educación
básica, UEB Menino Jesús de Praga, con un breve histórico de la
caracterización institucional.

En el quinto capítulo se realiza el análisis de los datos recolectados que


muestran el desempeño profesional y las actividades incentivadoras o no
del comportamiento lector. Considerando las cuestiones tratadas y la
descripción del objeto de estudio se realizaron, tanto, interpretaciones
narrativas o analíticas, partiendo del conocimiento de códigos de
categorías y conceptos que organizaron los fenómenos y situaciones
observadas, así como las narraciones de las profesoras, alumnos,
supervisor, director, padres de alumnos y auxiliar de biblioteca.

Estimular la lectura y planificar el desarrollo del comportamiento lector en


busca de la sostenibilidad cultural y social equivale a favorecer la
reducción de la desigualdad que la sociedad actual retrata. En ese sentido
la propuesta es divulgar los tres pilares de la sostenibilidad de la lectura –
D D S – Despertar, Desarrollar y Sostener el comportamiento lector con la
finalidad de evidenciar una estructura posible para las actividades de
lectura, con la expectativa de formar lectores que distribuyen
entendimiento y comprensión.

Para finalizar, las conclusiones expuestas en el capítulo sexto implican la

3
consolidación teórica, la aplicación de otras teorías, el uso de metáforas y
analogías. La verificación de conclusión supone la comprobación e
incremento de la cualidad científica o credibilidad mediante los aspectos
de presencia prolongada en el campo de investigación.

A partir de los resultados de la investigación, se pretende crear una base


para crear las circunstancias que favorezcan que los futuros lectores
disfruten del posible camino aquí trazado para desarrollar el
comportamiento lector en el cual se espera que todos los alumnos y
alumnas tengan acceso para alcanzar el universo cultural de la lectura en
la enseñanza fundamental.

4
JUSTIFICACIÓN
Las preocupaciones acerca de la enseñanza de la lectura han sido siempre
bien señaladas y acompañan a la mayoría de los educadores a través de
la historia.

Esta inquietud ofrece una oportunidad de reflexión en lo que respecta a la


escolaridad básica, para comprender que el aprendizaje de la lectura se
presenta como uno de los muchos desafíos de la escuela, tal vez el más
valorado y exigido por la sociedad.

El tema de esta investigación: “La enseñanza de la lectura y su repercusión


en el desarrollo del comportamiento lector” surgió como resultado de
reflexiones sobre los bajos resultados de los alumnos promovidos para
las series siguientes sin demostrar el dominio cognitivo de la lectura
provocando desigualdad escolar y social tiendo como consecuencia la
dificultad del trabajo de los profesores en que concierne el buen
desempeño de las prácticas de lecturas y probablemente en la formación
de lectores a partir de las series iniciales.

Se entiende como dominio del acto de leer o de conseguir comprender el


pensamiento escrito del autor, y consecuentemente atribuir significado al
mismo y por demostrar el comportamiento del lector el acto de apropiar el
significado del texto y reconocer con poder de quien es detentor de la
información para expresar con entendimiento lo que el autor quiso decir,
cómo también demostrar el comportamiento lector significa anular la
distancia entre leer y comprender.

Investigaciones de Solé (1998), Silva (2002), Foucambert (1998),


Penteado (1997), Aguiar (2001), Teberosky (2003), Peréz García (2001),
Weisz (2001), Colomer (2007), Cagliari (2010), muestran que esta
escolaridad no garantiza la práctica diaria de la lectura y mucho menos el
placer de leer y menos todavía la construcción de lectores en el sentido
pleno, es decir, un lector que, comprende y demuestra el comportamiento

5
lector.

Notablemente, las deficiencias de las prácticas de lectura necesitan ser


mejor entendidas con el fin de buscar los aspectos que explica esta
realidad. Es cierto que detrás de las acciones de un maestro, hay siempre
un conjunto de ideas que guía las prácticas lectoras. Telma Weisz
(2001:55) nos informa que:

Para entender la acción del profesor es necesario analizar con el fin de


revelar los aspectos siguientes:

 ¿Cuál es la concepción que el profesor tiene, y se expresa en sus


acciones, del contenido que espera que el alumno aprenda?;

 ¿Cuál es la concepción que el profesor tiene, y se expresa en sus


acciones, del proceso de aprendizaje, es decir, del camino por el
cual se produce el aprendizaje?;

 ¿Cuál es la concepción que el profesor tiene, y se expresa en sus


acciones, de cómo debe de ser la enseñanza?

Para buscar una profundización de estas cuestiones es indispensable


conocer las prácticas de lectura existentes en las escuelas públicas de la
red municipal de enseñanza y, por tanto, reconocer la formación de
alumnos y profesores para que se pueda escribir sobre el desarrollo de las
mismas.

Esta práctica comienza con el proceso de adquisición de la lectura, donde


el niño debe tomar conciencia de lo que va a aprender y el profesor debe
tener la claridad que va a enseñar y la reciprocidad en la acción de la
lectura se convierte en un ejercicio diario y constante en el cumplimiento
del comportamiento lector.

En este sentido es útil explicar aquí el enfoque general de las implicaciones


históricas ocurridas a través de los siglos, para examinar los cambios más
importantes que pasaron por la forma de escribir, archivar y poner en
circulación los escritos.

6
En este enfoque, es necesario hacer una reflexión sobre la ruta, tomando
como puntos de referencia los siglos IV, cuando entra en juego los libros
compuestos por cuadernos que se cosen para sustituir gradualmente a los
rodillos que almacenaban los escritos; el siglo XII, cuando la introducción
de la separación gráfica de palabras en la escrita favoreció el pasaje de la
lectura oral para la lectura silenciosa y convergió el descifrado del escrito
para ser más ágil, permitiendo el contacto con más y más complejas obras;
el siglo XV, cuando Gutenberg puso en uso los tipos móviles para la
impresión, con bajo costo, y la aceleración de la producción de libros,
convirtiéndolos, por lo tanto, más accesibles.

El siglo XVlll, cuando países como Inglaterra, Alemania y Francia deja de


ser común la lectura intensiva de un número limitado de libros y es
normal una amplia lectura de distintas obras, leidas rápidamente y
rápidamente abandonadas y, por último, el siglo XX, donde la presencia
del ordenador e Internet cambia la forma registro de la escrita, el acceso a
los textos y la lectura.

En los años 90 del siglo XX, la historia tuvo más conciencia de cómo esta
separación entre el libro y el texto es artificial y trató de volver a conectar
con el análisis literario. Al hacerlo, descubrió que la parte de los estudios
literarios que existen autores que proponen el estudio de las diversas
épocas literarias ganó una mayor coherencia en términos históricos. El
planteamiento podría hacerse en ambas direcciones, especialmente a
partir de un enfoque innovador a la cuestión de la lectura.

Tomar estos momentos de fuerte cambio en la trayectoria de la lectura,


implica reconocer la decisiva intervención de las formas materiales sobre
la producción de sentido y sobre las prácticas de lectura ya que esto
garantiza la seguridad de que el dominio de la cultura escrita a cada sujeto
abre una gama de mayores oportunidades para la comprensión de la
realidad y el ejercicio de la ciudadanía.

Sabemos, sin embargo, que la sociedad brasileña da mayor


responsabilidad a la escuela para la formación de lectores y sólo tenemos

7
en mente este espacio al proponer contribuir a aumentar la acción lectora.

Se aprende a leer en la escuela, pero no para ella sino para las más
diversas necesidades y situaciones de la vida humana. El desafío es
encontrar respuestas a la diferencia entre la lectura y la comprensión
lectora o que aportar además el desarrollo del comportamiento lector.

Por lo tanto, los educadores deben ser conscientes de su papel en la


formación lectora de alumnos de las series iniciales para despertar en
ellos el deseo de demostrar comportamiento lector y principalmente ser
también lectores, para descubrir en los procedimientos sugeridos en esta
investigación una manera nueva para desarrollar las prácticas de la
lectura con más seguridad Esto se debe a que sólo se pasa un valor cuando
está interiorizado, es decir, cuando estamos convencidos de su
importancia. Probablemente a quién no le gusta leer, no puede motivar a
otros a leer.

Sin embargo, es necesario entender la influencia de los medios de


comunicación en el proceso de desarrollo de la lectura y de cómo este
afecta el pensamiento y el comportamiento de la humanidad a través de
los siglos.

Por otro lado, delante de tamaña responsabilidad es innegable también


destacar la importancia del conocimiento de las diferentes concepciones
de la lectura, porque el profesor es el titular de las diversas concepciones
de la lectura, su actuación lectora tendrá otra dirección que va a ser más
bien ejemplificada durante el trabajo, principalmente al examinar las
diferentes categorías: lector activo, con fluidez, reflexivo y crítico.

Estas características de lector descritas tienen fuertes repercusiones en


comparación con la manera de entender como leían los lectores de
diferentes siglos y la trayectoria de la Lectura en Brasil.

Por lo que se refiere a las prácticas de lectura se encuentran sugerencias


de varios teóricos como Silva (2002), Gurgel (2007), Mortatti (2006),
Cunha (2003) que amplían el universo de la comprensión del importante

8
papel del profesor en la mediación del proceso de construcción del
conocimiento. En dirección al proceso de la enseñanza de la lectura.

Otras tantas sugestiones podrían ser aquí citadas, pero lo que es


fundamental en esta investigación esa posibilidad de educar lo ojear para
la enseñanza de la lectura una vez que el entrelazamiento de varias
actividades cultiva la agilidad visual en el encuentro de procedimientos
que puedan contribuir con el desarrollo del comportamiento lector en las
series iniciales.

Esto nos deja claro la necesidad de formar lectores capaces de comprender


el lenguaje de la ciencia, esto es, de leer y realmente comprender lo que
leyó.

9
Capítulo I. Planteamiento del problema

1.1. Proceso de organización de las preguntas orientadoras

1.2. Objetivos de la investigación

1.2.1. General

1.2.2. Específicos

11
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

La actividad de lectura se hace presente en todos los niveles educativos de


la sociedad letrada. Tal presencia, ciertamente comienza en los grados
iniciales cuando el alumno en fase de aprendizaje de lectura pasa a
comprender el significado potencial de mensajes registrados a través del
procesamiento de lo leído, ya que, en enseñar niños y adultos a leer, a
conocer los sonidos que las letras representan, y, al mismo tiempo, con el
mismo énfasis, invitarlo a que se vuelvan lectores, a participar de la
aventura del conocimiento implícito en el acto de leer.

En ese sentido, la institución escolar es la principal responsable


actualmente de la iniciación de la cultura y también insustituible en las
funciones pedagógicas ejercidas por el profesor. Verdaderamente, sería
difícil concebir una escuela donde la lectura y la biblioteca no estuviesen
en constante movimiento, con acciones continuas de actividades lectoras y
con propósito definido de desarrollar comportamiento lector.

Fue partiendo de esas perspectivas técnicas que se pudo discutir cuál es el


papel de la sociedad, de la escuela y del profesor en el contexto histórico
de concreción de formación del comportamiento lector de los niños de 1º
y 2º grado de aprendizaje primario a la luz de la confrontación de las
concepciones teóricas abordadas, pero, con una visión vuelta hacia la UEB
Menino “Jesús de Praga” de São Luís – MA.

Esta perspectiva, tiene que caracterizar el comportamiento lector en la


práctica pedagógica de los profesores comprometidos con la formación
ciudadana de alumnos lectores, y centrar la visión en la necesidad de
cambios urgentes en la escuela, ya que generalmente el rendimiento
escolar no ha sido satisfactorio en los últimos años a pesar de las
inversiones en la formación continua de profesores.

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También la investigación permitió descubrir que sí existe la repercusión
de las prácticas de lectura en la formación del comportamiento lector del
alumno. Se trata de buscar características observables en la experiencia
cotidiana, que puedan ser reconstruidas por el profesor preocupado con la
práctica de la lectura, no sólo en la sala de clases como también en el
contexto social y de ciudadanía.

Mientras, la investigación servirá de estímulo para repensar la formación


inicial y continua de profesores sobre la enseñanza de la lectura en las
escuelas, para concienciar y reflexionar sobre la práctica individual y
colectiva a favor de los alumnos y alumnas de los grados iniciales. En ese
recorrido, se pretende ofrecer una perspectiva de práctica pedagógica
para potenciar a la escuela, considerando que reflexionar sobre su propia
acción y la de sus socios consiste efectivamente en un descubrimiento para
la construcción de los cambios educativos.

Así, se defiende la necesidad de investigar sobre este asunto como forma


crucial para las Secretarias de Educación que organizan y promueven
reformas y propuestas de formación continua de profesores, teniendo
como foco la formación de lectores competentes.

Con esta manera de entender se hace necesario adentrarse en la práctica


docente, para descubrir como las profesoras y profesores piensan y
organizan la rutina escolar con la perspectiva de formación de lectores en
los grados iniciales de la Educación Básica de São Luis –MA.

Todavía, comprometida con la formación de lectores durante la


trayectoria vivida de asesoramiento a los profesores cuando ejercía la
función de Formadora de Profesores Alfabetizadores en el programa
ofrecido por la Secretaría Municipal de Educación – SEMED en el año de
2002, surgió el deseo de repensar el asunto de la recuperación lectora de
los alumnos que no alcanzaban el nivel de comprensión esperado al
término de los grados iniciales de la educación básica.

La preocupación sobre esta temática, también se fortalece con los bajos

14
resultados obtenidos por alumnos que avanzan hacia los grados siguientes
sin adquirir competencia lectora, provocando desigualdades escolares y
sociales.

Con la perspectiva de garantizar, reforzar y contribuir con la continuidad


de los estudios de estos alumnos, se optó por buscar en profundidad los
diversos aspectos que fortalecieron el fenómeno estudiado, y que al mismo
tiempo permitieron vivir el gran desafío que fue la elaboración de esta
investigación.

Normalmente, cuando se piensa en un problema de investigación nos


encontramos con una amplia variedad de dudas que nos dan la sensación
de no saber por dónde comenzar a enfocar el problema, ya que se tiene la
voluntad de abarcarlos todos. De este modo la acción prioritaria para
descubrir los caminos que facilitarán esta práctica fue aventurarme en la
realización de esta investigación en un contexto de profundo cambio
metodológico, cultural y profesional, lo que permitió la formulación del
siguiente problema de investigación: La repercusión de las prácticas de
lectura en el comportamiento del alumno.

Vivir esa experiencia permite no solo contribuir con el campo de las


ciencias de la educación, si no también, aprender a investigar.

Por otro lado, abordar una pregunta de investigación es dar inicio a un


proceso demorado de reflexión, sin embargo, de gran relevancia para la
propia investigación. Pensar en ese proceso es precisar de un tiempo
oportuno para la profundización teórica y así dejar más clara la pregunta
de interés ya formulada en el momento de la definición de la temática,
verificar su importancia así como la posibilidad de realizarla, el tiempo
necesario para su realización y elegir un espacio para el trabajo de campo.

Tomando como base esas preocupaciones sobre la enseñanza de la lectura


en el contexto escolar, se partió hacia del planteamiento del problema en
el primer capítulo y en el segundo, el diseño de la investigación, con
finalidad de clarificar los principales conceptos del objeto en estudio,

15
disponer los elementos e instrumentos que servirían como herramientas
conceptuales que ayudarían a delimitar el problema. En ese capítulo nos
sumergimos en los aspectos metodológicos que direccionan el proceso de
investigación desarrollado y que se sostiene el paradigma descriptivo e
interpretativo sobre el enfoque metodológico cualitativo con énfasis en un
estudio de caso.

Por esa razón se utilizó la metodología cualitativa para investigar las


prácticas de lectura y su repercusión en el comportamiento lector. Las
cuestiones aquí expuestas sirven de indicadores para repensar si la
enseñanza de la lectura no está desvinculándose de las características
específicas de su función pedagógica, que es la de organizar espacios de
ejecución de la lectura con énfasis prioritario en el antes, el durante y el
después, para el cumplimiento de las funciones inherentes de un proyecto
productivo en los grados iniciales como propuesta de cumplimiento de la
práctica de lectura enfatizada en el comportamiento lector.

De esa manera se profundiza en cuestiones epistemológicas y


metodológicas en las cuales se describe el objeto de estudio y las
preguntas orientadoras que condujeron la investigación, así como los
demás procesos implicados en la misma: acceso al campo de investigación,
la negociación, “rapport” con los informantes, los instrumentos de colecta
de información utilizados, así como los recursos de informática que
viabilizaron el proceso de esta construcción, hasta llegar a los análisis de
datos.

También describe el campo natural de la investigación, el Centro de


Educación Básica “Menino Jesús de Praga”, se profundiza en las
características de la escuela de enseñanza primaria en la cual se desarrolla
el proyecto de investigación.

La manera como se realizó la revisión bibliográfica y la delimitación de la


investigación tuvo como base la reflexión y la dinámica entre los
elementos básicos que rodean una indagación, los cuales son: lectura
crítica, problematización, estructuración de los contenidos y delimitación

16
del problema, en un proceso rico que ofrece como resultado el mapa
conceptual crítico, las hipótesis, objetivos y las preguntas orientadoras.

De acuerdo con Guitton en Boaventura (2003:7) se puede afirmar que el


tema es de todos, pero, el plan es de cada uno, es una contribución
personal.

En ese sentido, delimitar un tema de investigación fué un punto


fundamental para saber que buscar en el terreno conceptual y práctico
para poder realizarla.

1.1. Proceso de organización de las preguntas orientadoras.


De este modo surgen unas categorías tentativas de investigación que tiene
su origen en la presunción de que el investigador, partiendo de sus
inquietudes y fundamento teórico inicia su investigación, no como un fin
en sí mismo, sino como medio, que de modo inductivo y procesual corrió
en busca de evidencias en proporción al decurso de la investigación. El
punto de partida por lo tanto fue derivado de los cuestionamientos, que a
medida que se fueron analizando e interpretando los datos recogidos
fueran surgiendo las categorías de la investigación, que se sucedieron en
un proceso de reajuste constante y sujetos a modificación durante el
desarrollo de esta etapa de la investigación.

Ludke y André afirman que:

“La construcción de categorías no es tarea fácil.


Ellas brotan en un primer momento, del contenido teórico en que se
apoya la investigación. Ese conjunto inicial de categorías, sin embargo, va a
ser modificado a lo largo del estudio, en un proceso dinámico de confronto
constante entre a teoría y el empirismo, lo que origina nuevas
concepciones, y consecuentemente nuevos focos de interés” (Ludke y
André 1986:42)

De esa manera, las categorías ofrecerán oportunidades para buscar

17
respuestas y dar significado a las preguntas, de modo que el confronto
entre teoría y práctica observada compruebe hechos ocurrentes y
recurrentes en el cotidiano escolar.

A partir de ahí se buscó elucidar la trayectoria ofrecida por los


cuestionamientos, o sea, por las categorías de investigación y las
preguntas directrices, ya que en una investigación las decisiones son
tomadas a medida que esta avanza, y por lo tanto no deben esperar. En ese
sentido Bogdan y Biklen afirman:

“no se desanime tentando encontrar respuestas


ciertas a estas cuestiones. Aunque sea importante que las responda no
debe considerar sus elecciones como ciertas o equivocadas. Las decisiones
que tome no siempre son determinantes, pero, es indispensable que las
tome” (Bogdan y Biklen 1994:85).

De esa forma, la toma de decisiones durante el proceso exige reflexión y


análisis para ampliar la trayectoria del investigador, ya que el investigador
cualitativo cree en situaciones complejas y por eso no se restringe al
campo de observación, y sí, analiza e intenta descubrir sobre muchas
dimensiones que terminan por evidenciar la importancia de la naturaleza
de los fenómenos educativos y su complejidad.

En ese sentido, agrupar los cuestionamientos y buscar fundamentación


condecente con la realidad es para la investigadora un desafío muy grande,
aunque de gran importancia para sistematizar la investigación.

Sin embargo, con intención de aclarar aún más hacia donde se dirige esta
investigación, fue necesario presentar las categorías de investigación, las
que se fueron ampliando y redefiniéndose y que junto con los objetivos
permitieron identificar el curso de la referida investigación.

Recordando que para la estructuración del problema se consideraron los


siguientes procesos, de los cuales surgieron nuevas preguntas. Conocer y
analizar el sistema de categorías oriundas de la lectura efectuada por los
profesores a la construcción de un comportamiento en los alumnos, lo que

18
permite al investigador cuestionar:

¿Qué hacen los profesores para construir el comportamiento lector en los


alumnos?

¿Cómo trascienden las prácticas de lectura en la rutina de la sala de clases?

¿Cuándo se puede afirmar que los alumnos desarrollan el comportamiento


lector?

¿Cómo una práctica educativa refuerza el comportamiento lector de los


alumnos?

En función de eso se presentan las preguntas de investigación:

Categoría 1 –Teoría y práctica pedagógica

 ¿La práctica de la lectura ejercitada por el docente, favorece el


comportamiento lector de los alumnos de los grados iniciales de
la enseñanza primaria?

 ¿Cuál es la concepción de lectura del profesor?

 ¿Cuál es la concepción teórica del profesor en el desarrollo de su


práctica de lectura?

 ¿El profesor está preparado para desarrollar actividades


significativas de lectura en su práctica pedagógica?

 ¿Cómo se realizan las prácticas de lectura en el contexto de la


sala de clases?

 ¿Qué exige el profesor al alumno para que este sea considerado


lector?

 ¿El ambiente es adecuado para desarrollar esta práctica?

 ¿El profesor es considerado como un modelo de lector qué los


alumnos consiguen decodificar?

 ¿Cómo el profesor verifica el desempeño lector de los alumnos?

19
 ¿Cuáles son los criterios de verificación del profesor?

 ¿Trabajar la lectura en grupo favorece el dominio cognitivo del


alumno?

 ¿Prepara el profesor actividades diferentes para atender a los


alumnos con dificultades cognitivas?

 ¿Cómo organiza el profesor el registro del desempeño cognitivo


de los alumnos?

 ¿Cuáles son las mayores dificultades presentadas por el profesor


en el ejercicio de la práctica pedagógica de la lectura?

Categoría 2 -Dominio cognitivo de la lectura

 ¿Los alumnos aprobados demuestran dominio cognitivo de la


lectura?

 ¿Qué consiguen decodificar los alumnos?

 ¿Los alumnos leen fluentemente?

 ¿Los momentos de lectura son placenteros?

 ¿Las lecturas son significativas?

 ¿Los alumnos demuestran autonomía en el acto de leer?

Categoría 3-La biblioteca escolar y la sostenibilidad del


comportamiento lector

 ¿La biblioteca de la escuela puede ser considerada pilar de


sostenibilidad de la lectura?

 ¿El profesor trabaja efectivamente la lectura literaria con sus


alumnos?

 ¿El acervo de la biblioteca es rico y organizado en literatura


infantil?

20
 ¿Hay un incentivo constante para que los alumnos visiten la
biblioteca de la escuela?

 ¿El alumno demuestra habilidad en el uso de la biblioteca?

 ¿Hasta qué punto los profesores utilizan la biblioteca como


referencia de lectura y ampliación de los conocimientos?

 ¿El profesor utiliza la biblioteca de la escuela para la realización


de círculos de lectura con sus alumnos?

Categoría 4 -La construcción del comportamiento lector

 ¿La actitud incentivadora para la comprensión de la lectura


utilizada por el profesor en su práctica pedagógica, contribuye
con la construcción del comportamiento lector?

 ¿Es necesario que el profesor sea modelo de lector para sus


alumnos?

 ¿Conocer el texto con antecedencia anticipando intervenciones


favorece el desempeño del comportamiento lector?

 ¿Las actividades realizadas ayudan al entendimiento del mensaje


de lo que el autor quiso transmitir?

 ¿Promueve el profesor la lectura en grupos?

 ¿Cuál es el mejor camino para trabajar las estrategias de lectura?

 ¿Explorar el conocimiento previo favorece el desarrollo del


comportamiento lector?

 ¿El alumno reconoce que es detentor de la información del texto


leído?

 ¿El alumno se siente estimulado a buscar la lectura por puro


placer de leer?

 ¿Las actividades realizadas permiten que el alumno sea un lector

21
asiduo?

 ¿Cómo despertar y desarrollar el comportamiento lector de los


alumnos?

 ¿Cómo sostener los pilares (DDS) del desarrollo del


comportamiento lector?

1.2. Objetivos de la Investigación.

1.2.1. General.
Conocer las prácticas de lectura desarrolladas por los profesores a la
construcción de un comportamiento lector en los alumnos del 1° Ciclo de
Aprendizaje de las escuelas públicas municipales de São Luis – MA.

1.2.2. Específicos.
Identificar prácticas de lectura que favorezcan el comportamiento lector
de los alumnos del 1° ciclo de aprendizaje.

Verificar el dominio cognitivo de la lectura de los alumnos aprobados para


el 2° Ciclo de aprendizaje.

Analizar las actitudes incentivadoras de la lectura que contribuyen para el


desarrollo del comportamiento lector de los alumnos de 1° y 2° Ciclo de
aprendizaje;

Conocer las propuestas de lectura existentes en la biblioteca escolar que


favorezcan el desarrollo del comportamiento lector de los alumnos del 1°
Ciclo de aprendizaje.

22
Capítulo II. Diseño y desarrollo de la investigación

2.1. El proceso metodológico de la investigación

2.2. Caracterización de la investigación

2.3. Los indicadores para reconocer el comportamiento lector

2.4. Tipo de estudio

2.5. Descripción de la muestra

2.5.1. Caracterización Educativo

2.6. Métodos, técnicas e instrumentos para la recogida de datos

2.6.1. La entrevista

2.6.2. La observación.

2.6.3. El cuestionario

2.7. Estrategias de recogida de los datos

2.8. Análisis de los datos

2.9. Elaboración del informe y conclusiones.

23
2. DISEÑO Y DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN

2.1. El proceso metodológico de la investigación


Abordar el asunto de la estructura metodológica de esta investigación
implicó definir las etapas a ser recorridas durante la realización del
proceso. Para una mejor visualización y entendimiento de su estructura se
presenta su diseño en la Figura 1.

25
Ilustración 1. Esquema metodológico de la investigación

2.2. Caracterización de la investigación.


La investigación es un proceso de humanización que retrata y responde a
las demandas que el contexto presenta a través de un proceso de
investigación para la construcción de un nuevo conocimiento, pues, se está
cada vez más convencido que se lanza en busca de investigar algo, el

26
conocimiento siempre evoluciona.

De la lógica de ampliar el universo cultural, surge la necesidad de una


mayor profundización del campo teórico general de las áreas de estudio
de interés de la investigadora. De esta manera, es urgente y necesario
tener un conocimiento amplio sobre la construcción de la lectura y sus
prácticas en el contexto brasileño. Por esta razón, se optó por realizar un
estudio bibliográfico exhaustivo sobre estos temas, lo que permitió un
conocimiento más profundo sobre el objeto de estudio identificado.

Confieso que esta fue una etapa muy difícil, pues, en el aspecto de las
referencias teóricas encontré muchos obstáculos de naturaleza material,
como falta de fuentes bibliográficas, ocasionadas por los escases de libros
que tratasen del comportamiento lector. Para aquietar esa angustia,
busqué en Tiviños, que lo explica así:

“Las mayores deficiencias en los resultados de una


investigación pueden derivarse de una base teórica para explicar,
comprender y dar significado a los hechos que se investigan.
Naturalmente, existen realidades simples que no necesitan de ninguna
teoría para ser comprendidas en toda su extensión y significado. Pero, los
hechos sociales y educativos, generalmente complejos, no sólo necesitan
como exigen un soporte de principios que permitan alcanzar los niveles de
la verdadera importancia de lo que se estudia. (Tiviños 1987:99).”

Consciente de la importancia de la referencia teórica para iniciar la


investigación, no en el sentido de separar lo teórico de lo práctico, sino de
focalizar la necesidad primaria en ese inicio de la investigación que exigió
un cuestionamiento continuo del aporte teórico. Este momento fue muy
importante porque además de fortalecer el aspecto teórico, también se
fortaleció el práctico con un conocimiento previo consistente, para una
mejor realización del trabajo de campo.

En ese sentido la metodología de esta tesis se fue construyendo a medida


que el objeto de estudio se desarrollaba, teniendo como elemento

27
conductor el diálogo y el pensamiento crítico, que supieron usufructuar los
beneficios que ofrece la metodología cualitativa por su riqueza en la
obtención de resultados en el campo educativo.

Bogdan (1944) destaca esa importancia ya que esta metodología se


relaciona en sentido amplio con un conjunto de teorías y principios, de
métodos y técnicas y además por hacer parte de una comunidad científica.

Sin embargo, los investigadores principiantes pasan por grandes desafíos


y entre estos el de elegir con cual paradigma trabajar: cuantitativo o
cualitativo. Para fundamentar la elección del modelo metodológico
Gimeno y Pérez (1992) afirman que:

“la relación entre el modelo metodológico y la


conceptualización del objeto de estudio es claramente dialéctica, y que el
objeto central de la práctica educativa en la escuela debe ser provocar la
reconstrucción de las formas de pensar, sentir y actuar de las nuevas
generaciones”. Gimeno y Pérez (1992:116)

Por otro lado es preciso estar consciente de las diferencias entre el


enfoque cuantitativo y cualitativo.

Ilustración 2. Características de los abordajes cuantitativo y cualitativo

Fuente: Adaptado de Bogdan y Biklen (1994:72-73)

En esta investigación esa situación crítica fue solucionada al percibir que

28
la investigación tendía más hacia el tipo de indagación cualitativa, por
tener “el ambiente natural como su fuente directa de datos y el investigador
como su principal instrumento” (Lüdke 1986:11).

La metodología cualitativa constituye un ámbito metodológico diverso


para profundizar en la comprensión del problema, entenderlo,
cuestionarlo, confrontarlo con otras realidades vividas e inserirlo en el
momento actual con visión en el futuro.

Se destacan por eso sus características comunes, presentadas en la Figura


3.

Ilustración 3. Características comunes de la metodología cualitativa.


Fuente: Prof. Leonor Margalef (curso 2002/2003) Universidad Alcalá. Recurso
visual utilizado en clase.

29
De ese modo, es esencial que se comprenda la riqueza de la metodología
adoptada en esa trayectoria, principalmente cuando se refiere a sus
ventajas:

 Ser abierta y amplia, permitiendo una profundización sólida y


consistente de los fenómenos.

 Favorecer la comprensión de las cuestiones difíciles de abordar por


la diversidad de la aplicabilidad de sus instrumentos y
herramientas en la búsqueda de esclarecimientos.

 Ser aplicable a varias materias y dimensiones.

 Ofrecer condiciones de análisis de los fenómenos complejos como


procedimientos educativos.

(Bogdan y Biklen 1994:47-50).

Solamente comprendiendo las posibilidades que esa metodología ofrece y


apoyándonos en la dialéctica, que se pueden crear enlaces para
transformar y adecuar las prácticas lectoras de la enseñanza, situándolas
en el contexto físico, psicológico y pedagógico que las condiciona, Gimeno
y Pérez Gómez (1992) afirman que:

“la relación entre modelo metodológico y la


conceptualización del objeto de estudio es claramente dialéctica, y que el
objeto central de la práctica educativa en la escuela debe ser el de
provocar la reconstrucción de las formas de pensar, sentir y actuar de las
nuevas generaciones”. , Gimeno y Pérez Gómez (1992:116)

El autor señala que la intención y sentido de toda investigación educativa


es la transformación y perfeccionamiento de la práctica.

La disociación habitual entre la teoría y la práctica desvirtúa el carácter


educativo de la investigación, pues, imposibilita la existencia del vínculo
enriquecedor entre el conocimiento y la acción.

La investigación en educación se encuentra en fase de gran evolución y


actualmente se preocupa por captar la dinámica del fenómeno educativo y

30
la realidad compleja del cotidiano escolar, lo que exige un abordaje de
investigación cualitativo bastante aprovechado en el ámbito educativo.

Para satisfacer esta finalidad, la investigación cualitativa debe respetar el


modelo de los principios que le confiere el carácter de educativa.

Esas suposiciones básicas se refieren al concepto de realidad, a las


relaciones sujeto-objeto, a los objetivos de la investigación, a las
estrategias, técnicas e instrumentos, al contexto de una manera muy
específica y de un modo muy especial, a la credibilidad cuanto a la
veracidad de los datos.

Desde esa perspectiva se entiende que la metodología cualitativa es el


camino ideal para penetrar y comprender el resultado, el significado y la
intencionalidad con que las prácticas de lectura se reflejan en los valores,
en las creencias, en los deseos, concepciones y en las necesidades de
ampliar el universo cultural de los alumnos de la escuela pública municipal
de São Luis –MA.

Con apoyo teórico de la fenomenología ese paradigma es esencialmente


descriptivo. Por eso no es vacío, pero si coherente, lógico y consistente. Así
los resultados son expresados en narrativas, ilustrados con declaraciones
de los sujetos para dar el fundamento concreto necesario, con fotografías
acompañadas de documentos personales, fragmentos de entrevistas,
cuestionarios y otros recursos.

Por ser de carácter descriptivo este tipo de investigación no se apoya en


resultados numéricos para validar los conocimientos encontrados.
Triviños afirma:

“Sin duda alguna, muchos estudios de naturaleza


cualitativa no precisan apoyarse en la información estadística. Esto no
significa que sean especulativos. Ellos tienen un tipo de objetividad y de
validez conceptual, que contribuye decisivamente al desarrollo del
pensamiento científico.” Triviños (1987:118)

Es válido señalar que la metodología cualitativa constituye un ámbito

31
metodológico diverso para profundizar en la comprensión del problema,
entenderlo, cuestionarlo, confrontarlo con otras realidades vividas.
Además de eso ofrece la capacidad de descubrir nuevos valores y
oportunidad de contribuir con reflexiones en la comunidad científica
educativo.

2.3. Los indicadores para reconocer el comportamiento lector.

La configuración de esta investigación se concretiza en el conocimiento de


las prácticas de lectura y en la repercusión del comportamiento lector del
alumno, teniendo como base los procedimientos y prácticas de los
profesores de la UEB (Unidad de Enseñanza Básica) Menino Jesús de
Praga de la Red Pública Municipal de São Luis-MA, seleccionada como
campo de investigación para responder a las cuestiones propuestas por los
actuales desafíos de este estudio de caso. De este modo se hace necesario
definir indicadores de acuerdo con los objetivos del estudio. Para
comprender mejor, se destacan los siguientes:

Concepción de lectura – Se entiende como acto de leer o de conseguir


demostrar entendimiento del pensamiento escrito del autor, y
consecuentemente atribuir significado al mismo esa lectura, sin embargo,
es sugerida por el autor, y constituida de forma que el significado no está
en el texto, que es el verdadero vehículo de comunicación entre autor y
lector, así el lector pasa a ser un constructor de significados a partir de las
pistas del texto.

Comportamiento lector – Es apropiarse del significado del texto y


reconocer con poder de quien es detentor de esta información, para
conseguir expresar con entendimiento lo que el autor quiso decir. Así, el
lector puede confrontar con otros lectores las interpretaciones generadas
y defender la compresión obtenida en las lecturas efectuadas;

Intervención pedagógica – La interferencia del profesor para direccionar


propuestas de actividades en el proceso de construcción del conocimiento

32
lector de los alumnos, desempeñando con más eficacia los estímulos
auxiliares para sostener el progreso del alumno en construcciones que aún
no consigue sólo. Específicamente, el profesor asume el papel de
mediador, produciendo estrategias para establecer la intervención y el
alumno comparte esa variable metodológica haciendo uso de sus
esquemas cognitivos para la realización de las actividades a ser
aprovechadas.

Actitudes incentivadoras del comportamiento lector – Comprende la


actitud del profesor frente al desarrollo de la práctica de la lectura,
presentándose como lector y mediador del proceso de construcción de
lectores competentes.

Estrategias de lectura – Son hipótesis arriesgadas sobre el camino más


adecuado que se debe recorrer para alcanzar el significado a partir de lo
que se está buscando en el texto, o sea, son procedimientos utilizados para
alcanzar la comprensión lectora.

Modelo de lector – Significa el profesor presentarse como modelo de


referencia para los alumnos: como lector, como usuario de textos
diversificados y como compañero con más experiencia durante las
actividades de lectura.

Metodología – Conjunto de variables metodológicas que sirven para


estructurar, ordenar y articular actividades para la realización de los
objetivos, para la enseñanza y aprendizaje de la lectura en el contexto de la
sala de clases.

El trabajo en grupo - Consiste en formar duplas de alumnos a partir de


criterios originados de un diagnostico situacional del alumno, para
fortalecer la habilidad lectora tomando como principio la mediación del
compañero con más experiencia, Vygostsky (1988 a).

Conocimientos previos – Comprende los conocimientos adquiridos con


anterioridad al conocimiento formal escolar. Son las experiencias
anteriores que deben ser aprovechadas por el profesor en el momento de

33
proponer un asunto nuevo en la sala de clases. El aprendizaje es tratado
como un proceso de construcción que prioriza el conocimiento elaborado
antes del inicio de la escolarización, por lo tanto, la escuela no puede
ignorar tal conocimiento, sino, propiciar condiciones de aprendizaje a
partir de lo que el alumno ya sabe y del comportamiento lector que posee.

La práctica pedagógica de la lectura – La actuación del profesor en la


rutina de sala de clases vuelta hacia la práctica de formación de lectores
reflexivos.

Concepciones teóricas de lectura – Conjunto de teorías que tienen la


finalidad de explicar, interpretar la construcción del conocimiento
direccionado a la formación de lectores. Entre ellas se encuentran la
Cognitivista de Piaget y Ferreiro, la Histórico Social de Vygostky y la
Libertadora de Paulo Freire, para subsidiar teóricamente las prácticas
docentes en la escuela pública municipal de São Luis.

Dominio cognitivo de la lectura – Es la necesidad de dominar las


habilidades de decodificación y aprender los distintos caminos que llevan
a la comprensión lectora. Esos dos aspectos, la decodificación y la
comprensión son pares en la revelación de la autonomía de la conciencia
fonológica, o sea, en el reconocimiento de la correspondencia fonográfica
para pronunciar la palabra escrita.

Propuestas de sostenibilidad de la lectura en la biblioteca escolar –


Las actividades realizadas en este espacio de la escuela deben
proporcionar a los alumnos las condiciones necesarias para el desarrollo
de su capacidad de estudio e investigación, así como el gusto por la lectura
para desarrollar el comportamiento lector. Las actividades deben ser
estructuradas de forma que garanticen el interés y el éxito de los alumnos,
de modo que la biblioteca sea vista como pilar de sostenibilidad en la
formación del comportamiento lector.

Consciencia fonológica - Capacidad de distinguir y manipular los sonidos


constitutivos de la lengua para reconocer palabras a través de la

34
propiedad de segmentación de las unidades sonoras, o sea, de los fonemas.
Es la reflexión explícita de los fonemas para procesar la información
gráfica, sean letras o patrones ortográficos y así reconocer las palabras
escritas.

2.4. Tipo de estudio.


Este estudio de caso significa la realización de un análisis, que tiene por
finalidad comprender lo que está por detrás de la práctica pedagógica de
los profesores con la enseñanza de la lectura, y hasta qué punto esa
práctica ha beneficiado el comportamiento lector de los alumnos de la
escuela pública municipal de São Luis - MA.

Para comprender el contexto en el cual esas prácticas ocurrieron fue


preciso adentrarse con mucha intensidad en la rutina de esos docentes,
para captar lo que piensan y hacen esos profesores con respecto a la
práctica de la lectura en la sala de clases, como sugiere Gimeno y Pérez
(1982: 128).

Reconocer las principales características del estudio de caso es un


procedimiento que favorece el trayecto del investigador, durante el
recorrido realizado. En ese sentido, Lüdke y André ofrecen algunos
principios básicos del estudio de caso:

 Los estudios de caso objetivan descubrir.

 los estudios de caso enfatizan la “interpretación en contexto”.

 Los estudios de caso buscan reflejar la realidad de forma completa


y profunda.

 Los estudios de caso usan una variedad de fuentes de información.

 Los estudios de caso revelan experiencia vicaria y permiten


generalizaciones naturalisticas.

 Los estudios de caso procuran representar los diferentes y a veces

35
conflictivos puntos de vista presentes en una situación social.

 Los informes del estudio de caso utilizan un lenguaje y una forma


más accesible que otros informes de investigación, por eso alcanzan
un mayor número de lectores

(Lüdke; André; 1986:18-20).

Comprendiéndolo de esa forma, el estudio de caso provocó un proceso de


construcción y descubierta personal, pues permitió avanzar en una
experiencia de auto descubierta en la convergencia de informaciones de
vivencias y de intercambios de experiencias que, partiendo de la
percepción de cada participante de esta actividad, dejó una comprensión
más clara de la naturaleza del fenómeno que fue el foco de esta
investigación: Cómo las prácticas de lectura incentivan el comportamiento
lector de los alumnos en la UEB Menino Jesús de Praga.

En ese sentido, el desarrollo de una investigación referenciada en el


estudio de caso, requiere la definición específica de cual tipo de estudio de
caso se pretende utilizar para la descripción de la realidad y la
comprensión de la misma.

Recurriendo a Triviños (1987:109) se encuentran tres tipos de estudio de


casos:

Exploratorios – parten de una hipótesis y profundiza sus estudios en los


límites de una realidad específica y sirven para obtener información
preliminar a cerca del respectivo objeto de interés.

Experimentales – Muy utilizado principalmente en las ciencias naturales


para el avance del conocimiento científico.

Descriptivos – La mayoría se realiza en el campo de la educación y busca


profundizar la descripción de una determinada realidad.

Con base en Triviños, se optó por el estudio descriptivo de carácter


interpretativo en una escuela de la red municipal de enseñanza de São Luis
– MA, para elucidar la cuestión sobre las prácticas de lectura y su

36
incidencia en el comportamiento lector del alumno.

La opción por el estudio descriptivo permitió que la colecta de los datos


fuese en la profundidad de las informaciones en la forma más natural
posible donde se puede percibir toda su riqueza, y respetando siempre sus
registros, observaciones y transcripciones; como muy bien orienta Bogdan
y Biklen; (1994: 48).

A pesar de la preocupación para que el caso sea bien delimitado, este


puede ser similar a otros, pero, es al mismo tiempo distinto, pues, tiene un
interés propio, singular de cada realidad. En ese caso la realidad escogida
para el desarrollo del estudio fue la Unidad de Educación Básica (UEB) –
Menino Jesús de Praga.

2.5. Descripción de la muestra.


La Unidad de Educación Básica Menino Jesús de Praga está localizada en la
calle 02, quadra 10, Barrio Planalto Vinhais II, atiende alumnos oriundos
de las Villas Menino Jesús de Praga, Conceição y de los barrios Planalto
Vinhais, Vinhais, y sus adyacencias.

Ilustración 4. Fotografía de la UEB Menino Jesús de Praga.


Fuente: Acervo de la investigadora

37
En los patrones de la SEMED esta escuela es considerada de porte medio
porque tiene las siguientes dependencias: 8 salas de clases, siendo una
adaptada al 1º Ciclo, 01 biblioteca, 01 sala de Director / Coordinador /
Profesores, 01 secretaría, 03 cuartos de baño, 01 almacén, 01 galpón, 01
despensa (espacio privado para acomodar las meriendas enviadas por la
Secretaría de Educación), 01 patio interior, corredores y área libre en la
entrada de la escuela.

En su infraestructura, la escuela necesita espacios físicos adecuados e


imprescindibles para garantizar una buena práctica pedagógica y
prestación de servicios, sean estos: 01 cancha deportiva techada para la
práctica de educación física, recreación, que estimule a la participación y
socialización, 01 comedor para la distribución de la merienda escolar de
forma digna y ciudadana.

La escuela cuenta con una biblioteca que fue dividida al medio para
atender el laboratorio de informática, y consecuentemente la inclusión
digital, los 08 ordenadores que llegaron a la escuela están inoperantes. El
acervo de la biblioteca es insuficiente para atender a los alumnos. Este
atendimiento se caracteriza por horarios diferentes, sin embargo, debido a
la escasez de libros de literatura infantil, esta actividad deja que desear
debido a la inexistencia de una atención ideal de préstamo de libros por
causa del elevado número de alumnos y carecer de un funcionario, que lo
ideal sería un bibliotecario. Existe solamente una empleada con desvío de
su función y que ocupa el espacio del bibliotecario, ya con una carga
horaria de trabajo reducida, que precariamente atiende a alumnos y
profesores.

Se encuentra en este local una TV y un DVD, recursos ofrecidos para


estimular el gusto de leer y ampliar el universo cultural de los alumnos a
través de momentos productivos de exhibición de historias infantiles,
actividad que puede generar muchas otras para facilitar la comprensión
lectora de los alumnos.

En atención a los servicios pedagógicos complementares la UEB elaboró su

38
proyecto político pedagógico (PPP), como directriz política del
gerenciamiento del proceso enseñanza-aprendizaje. El proyecto político
objetiva generar conocimientos en busca de la formación de sus alumnos y
de la escuela para que atienda las expectativas de la clientela que la busca,
ofreciendo mejores servicios en la atención, respetando la individualidad
de cada uno, involucrando a toda la comunidad escolar en las actividades
que propone y confiando en el trabajo de todo el equipo para alcanzar los
objetivos propuestos conforme el Art. Nº 39 del Regimiento Escolar.
(2004) que dice: Los servicios pedagógicos complementares tienen por
finalidad auxiliar las actividades escolares y la integración escuela y
comunidad.

La administración de la Unidad de Educación Básica Menino Jesús de


Praga integra 1 director general, 1 director auxiliar, 1 secretario, 3
coordinadores pedagógicos, 42 docentes, 672 alumnos, 5 trabajadores de
servicios generales, 1 cocinera, 2 vigilantes y 4 porteros.

Ofrece una estructura física capaz de atender 672 alumnos distribuidos


conforme se muestra en la Ilustración 5.

Ilustración 5.Total de alumnos da UEB Menino Jesús de Praga


Fuente: Secretaría de la Escuela, 2005.

39
En el turno matutino constituido de ocho grupos de alumnos de 1º y 2º
Ciclo de Aprendizaje, con 274 alumnos, conforme la Tabla VI, de los cuales
fueron seleccionados aquellos que me dieron la oportunidad de realizar
las observaciones de las clases de Lengua Portuguesa, especialmente en
los momentos del trabajo docente con la lectura.

Estos alumnos representan un porcentaje de 9,48% matriculados en la I


etapa del 1º ciclo; 40,14% en la II etapa del 1º ciclo; 39,05% en la etapa III
del 3º del 1º ciclo y 11,31% en la etapa I del 2º ciclo, conforme se puede
observar en el Grafico 1.

1. Alumnos matriculados en el turno matutino de la UEB Menino


Fuente: Secretaria da escuela, 2005.

En el turno vespertino con un total de 273 alumnos, conforme Figura 6.

40
Figura 6. Alumnos del turno vespertino de la UEB Menino Jesús de
Praga
Fuente: Secretaria de la escuela, 2005.

En el turno nocturno con un total de 125 alumnos, conforme


representación en la Figura 7.

Figura 7.Alumnos del turno nocturno de la UEB Menino Jesús de


Praga
Fuente: Secretaria de la escuela, 2005.

En cuanto al cuerpo docente de la UEB en estudio esta se encuentra

41
dividida en categorías en atención a los niveles y modalidades de la
enseñanza fundamental, siendo 09 profesores actuando en el turno
matutino, específicamente en la I, II y III etapa del 1º Ciclo y I etapa del II
Ciclo, 14 profesores en el turno vespertino, actuando en la I y II etapa del
2º Ciclo, I y II etapa del 3º Ciclo y en el I y II del 4º Ciclo y 10 profesores en
el turno nocturno, representando un porcentaje de 27,27%, seguido de
42,43% y 30,30% respectivamente, conforme mostrado en el Grafico 2.

2. Profesoras de la UEB Menino Jesús de Praga


Fuente: Secretaria de la escuela, 2005.

Se seleccionaron como participantes, los sujetos principales y secundarios.


Entre los principales incluyese los alumnos y los profesores y entre los
secundarios fueron seleccionados los padres de familia, directores,
director auxiliar, coordinador pedagógico y auxiliar de biblioteca.

Dada la imposibilidad de investigar los 274 alumnos del Primer Ciclo se


resolvió seleccionar un grupo de alumnos con ayuda de las profesoras. De
ese total, fueron elegidos para responder los cuestionarios, 32 alumnos, el
criterio adoptado fue el dominio de la lectura, conforme perfil presentado
en la Tabla 1:

42
Tabla 1– Perfil de los sujetos investigados: alumnos

Ciclo Etapa Sexo Sexo Total de Edad


Masculino Femenino alumnos
1º I 2 2 4 6 y 7 años
1º II 3 1 4 7 a 9 años
1º II 1 3 4 7 a 10 años
1º II 2 2 4 7 a 10 años
1º III 2 2 4 8 a 12 años
1º III 2 2 4 8 a 12 años
1º III 3 1 4 9 a 13 años
2º I 2 2 4 8 a 12 años

Total 32

Tabla 1.Alumnos del 1º e 2º ciclo de la UEB Menino Jesús de Praga

Fuente: Secretaria de la escuela, agosto de 2005.

Los próximos sujetos fueron los (9) nueve profesores, representados en la


Tabla 2, que me permitieron presenciar sus clases. De estos el 50% poseen
curso superior y los demás formación mínima de Magisterio, atendiendo lo
que establece la Ley 9394/96 en su art. 62 que determina:

“La formación de docentes para actuar en la


educación básica se hará a nivel superior, en curso de Licenciatura, de
graduación plena, en Universidades e Institutos Superiores de Educación,
admitida como formación mínima para el ejercicio del magisterio en la
educación infantil y en los cuatro primeros grados de enseñanza
fundamental la ofrecida a nivel medio, modalidad Normal.”

En verdad la admisión de profesores con formación a nivel medio será


aceptada solamente hasta 2009, pues, la ley citada determina hasta el año
de 2010 la formación superior de todos los profesores de educación.

43
TABLA 2 – Perfil de los sujetos investigados: profesores

Profesor Edad Experiencia Género Curso Función Habilitación Otra


que habilitación
atiende
P1 40 12 años F 1ª et. 1º P.N.C Licenciatura Matemáticas
ciclo para series
iniciales
P2 46 24 años F 2ª et. 1º P.N.C Licenciatura Matemáticas
ciclo para series
iniciales
P3 36 8 años F 2ª et. 1º P.N.C Licenciatura Pedagogía
ciclo para series
iniciales
P4 45 28 años F 3ª et. 1º P.N.C Licenciatura Pedagogía
ciclo en psicología
P5 36 12 años F 3ª et. 1º P.N.C Magisterio 4º Pedagogía
ciclo adicional
P6 39 18 años F 3ª et. 1º P.N.C Magisterio 4º Ciencias
ciclo adicional Sociales
P7 57 26 años F 1ª et. 2º P.N.C Magisterio Geografía
ciclo Enseñanza
Media
P8 51 7 años F 1ª et. 2º P.N.C Magisterio Geografía
ciclo Enseñanza
Media
P9 56 6 años F Refuerzo P.N.C Magisterio Pedagogía
Enseñanza
Media

Tabla 2. Perfil de los sujetos investigados: profesoras.

Fuente: Secretaría de la escuela: UEB Menino Jesús de Praga

Con relación a los participantes secundarios se destacan los padres de


familia, que en número de (8) ocho representan cada uno de los grupos
observados, habiendo seleccionado aquellos que tienen mayor actuación
en la escuela.

44
TABLA 3 Perfil de los sujetos investigados: Padres de los Alumnos

Grupo / Sujeto Género Estado Edad Nivel de Ayuda a


Ciclo civil Escolaridad su hijo
con la
tarea
lectora
1º PA1 M Casado 33 6ª serie Poco

2º PA2 M Separado 45 No tiene No lo


consigue

2º PA3 F Casado 28 8ª serie Si

2º PA4 F Casado 25 Cursa EJA 1º No sabe


seguimiento leer
3º PA5 F Casado 32 2º grado Si

3º PA6 F Casado 33 5ª a 8ª serie Si

3º PA7 M Separado 40 Analfabeto No

4º PA8 F Casado 35 2º grado A veces

Tabla 3. Perfil de los padres entrevistados en la UEB Menino de Jesús


de Praga

Fuente: datos de la investigación.

Otros sujetos involucrados fueron 2 Directores, 1 Director auxiliar, 1


Supervisor Pedagógico y un Auxiliar de Biblioteca, representados en la
Tabla 4.

45
TABLA 4 – Perfil de los sujetos investigados: Otros profesionales de la
docencia

Sujeto Función Habilitación Experiencia Género Edad Estado


laboral civil

D1 Director Pedagogía 28 años F 65 Casado


Planeamiento
Educativo y
Administración
Pública

D2 Director Pedagogía 18 años F 42 Soltero

DA3 Director Pedagogía y 21 años F 51 Casado


Adjunto Administración
Escolar

CP Coordinador Pedagogía y 26 años F 32 Soltero


Pedagógico supervisión
Escolar

AB Auxiliar de 2° Grado 24 años F 51 Casado


Biblioteca

Tabla 4. Perfil de los profesionales de la docencia

Fuente: datos de la investigación

2.6. Métodos, técnicas e instrumentos para la recogida de datos.


La investigación de campo es una experiencia utilizada por antropólogos y
sociólogos, debiéndose su utilización al hecho de que los datos son
normalmente recogidos en el campo; en contraste con los estudios
conducidos en laboratorio u otros locales controlados por el investigador
(Bogdan y Biklen 1994:36).

A partir de este principio el primer paso fue determinar el campo de la


investigación, y para eso se seleccionó una UEB entre las demás de la red
pública municipal de enseñanza, que de acordó con el Censo Escolar de
2005 poseía 153 escuelas.

La escuela elegida es denominada Unidad de Educación Básica (UEB)


“Menino Jesús de Praga” localizada en el barrio de los Vinhais en la ciudad

46
de São Luis, capital del Estado de Maranhão.

Uno de los determinantes para la escogencia de la UEB fue considerarla


ideal para el caso, por poseer un número significativo de alumnos en los
grados iniciales (274) distribuidos entre el 1° y 2° grado de aprendizaje,
profesores alfabetizadores (08) que participaron en el Programa de
Formación del Profesor Alfabetizador (PROFA) en los años 2004/2005
ofrecido por la SEMED, poseer una biblioteca y ser de fácil acceso para la
investigadora, disminuyendo los gastos con transporte.

Para un mejor entendimiento de la organización de la Enseñanza


Fundamental en nueve años, con acceso de alumnos de seis años en la red
municipal de São Luis se expone la Tabla 5 que posibilita la visualización
de la realidad de los grupos que componen los ciclos de aprendizaje.

Tabla 5. Modelo de organización de los grupos de enseñanza


fundamental en la red Municipal de Enseñanza de São Luís –MA.

CICLOS DE APRENDIZAJE
1º CICLO 2º CICLO 3º CICLO 4º CICLO
I ETAPA I ETAPA I ETAPA I ETAPA
6 AÑOS 9 AÑOS 11 AÑOS 13 AÑOS
II ETAPA II ETAPA II ETAPA II ETAPA
7 AÑOS 10 AÑOS 12AÑOS 14 AÑOS
III ETAPA
8 AÑOS
Fuente: SEMED, agosto de 2005.

Conocer el espacio de campo fue un paso decisivo y relevante para la


investigación, ya que permitió la elección de los sujetos involucrados en el
proceso, que respectivamente fueron: alumnos (32), profesoras (9),
padres de familia (8), directores (2), director auxiliar (1), coordinador

47
pedagógico (1),auxiliar de biblioteca (1), auxiliar administrativo
(secretario) (1), totalizando 54 profesionales participantes en el estudio.

Considerando la complejidad del fenómeno estudiado, no sería practicable


en todas las Unidades de Educación Básica y con todos los profesores, por
eso el objeto de investigación se restringió a esta UEB, con la seguridad de
varios ajustes con la perspectiva de interpretar esa realidad.

Aproximarse del “locus” de la investigación fue una actitud positiva, que


permitió contextualizar la escuela detalladamente y percibir las evidencias
de las prácticas de lectura y su repercusión en el comportamiento lector
del alumno.

En ese momento tuvimos la oportunidad de conocer a profundidad la


estructura de la UEB, sus antecedentes históricos, los ambientes, la vida
cotidiana en la escuela, la forma de trabajar, en fin, la vida de la UEB
“Menino Jesús e Praga”. Cuanto a las técnicas de investigación, se
seleccionaron instrumentos diversificados debido a la naturaleza de la
investigación, los cuales serán explicados en el transcurso del estudio.

Debido a la extensión del abordaje y a la necesidad de comprender el


objeto de estudio, se dio inició a la investigación en primer lugar en
fuentes primarias, seguida de la investigación por medio del trabajo de
campo con los instrumentos seleccionados y aplicados a los participantes.

Los análisis en fuentes primarias tuvieron como objetivo buscar


informaciones contextualizadas que surgen de un contexto determinado
sobre el tema estudiado. Así, se utilizaron: libros, revistas, periódicos,
propuestas educativas, proyecto político pedagógico, que sirvieron como
fuentes de información.

El trabajo de campo se realizó por medio de entrevista a profundidad,


observaciones y encuestas, lo que posibilitó conseguir las informaciones
necesarias para analizar las prácticas de lectura y su repercusión en el
comportamiento lector del alumno e pasaremos a describir cada uno de
ellos.

48
2.6.1. La entrevista.
La entrevista puede ser definida como encuentro entre personas para la
solución de un caso. La verdad es que una buena entrevista se caracteriza
por el hecho de los sujetos estar a gusto y hablar libremente sobre sus
puntos de vista. Para Bogdan y Biklen (1994:136) “las buenas entrevistas
producen una riqueza de datos llenos de palabras que revelan las
perspectivas de los entrevistados.”

Una de las ventajas de la entrevista es que ella ofrece, como una de sus
principales características la flexibilidad, que me parece apropiada para
encontrar en lo dicho por los docentes los elementos básicos para
entender el comportamiento lector del alumno.

Otra ventaja de esa técnica es permitir que, “el informante, siguiendo


espontáneamente la línea de su pensamiento y de sus experiencias dentro
del foco principal puesto por el investigador, comienza a participar en la
elaboración del contenido de la investigación” Triviños; (1987:146).

Siguiendo las orientaciones de Lüdke y André (1986:35) se trató de


respetar el compromiso establecido con los orientados, compareciendo en
la hora y lugar determinado por ellos. También fue prometido el sigilo de
las informaciones y anonimato de los informantes, explicando que las
informaciones prestadas serían estrictamente para uso en la investigación.

Por otro lado, no existen reglas que se deban seguir detalladamente para
establecer rapport con los informantes. Sin embargo, ningún investigador
puede dejar pasar desapercibidas la modestia y la humildad para permitir
un clima de simpatía, confianza, lealtad y armonía entre él y el
entrevistado. Triviños (1987:47) declara que esto “es esencial para
alcanzar la máxima profundidad en el espirito del informante sobre el
fenómeno que se estudia.”

Es importante mencionar que el registro de las entrevistas se dio a través


de material transcrito por el hecho de los profesores sentirse incómodos

49
con la presencia del magnetófono (grabadora). Al inicio demostraron un
poco de nerviosismo, y entonces la investigadora ignoró este recurso
propiciando un clima más informal para mayor comodidad de los
entrevistados. Fue uno de los momentos en que se trató de conquistar la
confianza de los profesores, manteniendo buenas relaciones durante este
tiempo, adecuando la entrevista para que los profesores se sintiesen a
gusto.

Las entrevistas fueron dirigidas a los padres de alumnos (Anexo D), a la


auxiliar de biblioteca (Anexo E) y a los profesores (Anexo F).

2.6.2. La observación.
Otra necesidad del transcurso metodológico fue aplicar la técnica de la
observación, que significa un fenómeno social a partir del cual el
observador inicia la colecta de datos, buscando siempre mantener una
perspectiva de totalidad, sin desviarse demasiado de su foco de interés.

Para eso se hace necesario buscar el sentido de este instrumento con el


siguiente cuestionamiento: ¿Qué es observar?

En verdad, es usar nuestra visión para captar los mensajes no verbales


transmitidos por el observado, para percibir de manera cuidadosa lo que
él está viviendo delante de nosotros, tomando en consideración el
fenómeno en que se quiere profundizar. Se entiende por tanto, que
observar un “fenómeno social” significa, en primer lugar, que determinado
evento, simple o complejo, haya sido abstractamente separado de su
contexto para que, en su dimensión singular, sea estudiado en sus actos,
actividades, significados, relaciones, etc. (Triviños; 1987:153).

En ese entender, se optó por aplicar la técnica de observación directa a


partir de la práctica de las profesoras, enfatizando los siguientes aspectos:
la práctica, el dominio cognitivo de la lectura por los alumnos, las
estrategias de lectura utilizadas en sala de clases, la propuesta de lectura
de la biblioteca como elementos promotores del comportamiento lector de

50
los alumnos.

Las anotaciones del estudio de la práctica docente tuvieron como principal


objetivo registrar las observaciones tal y como estas ocurrieron, o sea, de
la forma más real posible. Para eso se utilizó una guía de observación
enfocada en algunos aspectos de la práctica pedagógica: teoría y práctica,
el dominio cognitivo de la lectura, la biblioteca escolar y la sostenibilidad
del comportamiento lector.

2.6.3. El cuestionario.
Se define el cuestionario como una serie de preguntas, un interrogatorio
para el levantamiento de informaciones. En esta investigación, los
cuestionamientos fueron abiertos, favoreciendo la libertad de respuestas
de los informantes y utilizados como recursos complementarios para la
triangulación de los datos del fenómeno estudiado.

Este instrumento de investigación presenta como “principal ventaja la


posibilidad de abarcar un número mayor de personas y poder ser
distribuido de una sola vez a todos los elementos que participan en una
reunión, en un congreso o en una sala de clases”, (Barros y Lehfeld,
1996:50-51).

La elaboración de los cuestionarios tuvo como principios: el objeto de


estudio, las categorías problemáticas y los objetivos e la investigación. Su
aplicación fue viable, ya que, las preguntas fueron claras y simples,
facilitando el entendimiento del entrevistado.

Se aplicó el cuestionario a 32 alumnos (Anexo A), 2 directores (Anexo B) y


a un coordinador pedagógico (Anexo C) con objetivo de fortalecer los
datos y compararlos con los de otras fuentes, en busca de profundizar en
el comportamiento lector del alumno originado en las prácticas de lectura
en sala de clases, cuyas informaciones serán trianguladas posteriormente.

51
2.7. Estrategias de recogida de los datos.
Una vez definido el lugar de la investigación y preocupada por el acceso al
trabajo de campo, se estableció contacto con la secretaría Municipal de
Educación – SEMED por medio de la Superintendencia de Enseñanza
Fundamental, la que rápidamente formalizó la solicitud enviando una
carta de presentación a la directora de la UEB “Menino Jesús de Praga” la
cual concedió acceso al local de trabajo de campo.

De ese modo fueron hechas las aclaraciones respecto a la importancia de


la investigación y los procedimientos necesarios para su desarrollo y la
oportunidad que suponía para las profesoras de los grados involucrados y
que fueron invitadas a colaborar con la investigación, las cuales se
mostraron receptivas poniendo sus salas de clases a disposición de la
investigadora.

La necesidad de establecer rapport (armonía, confianza, seguridad y


comprensión) con los informantes constituye un factor de suma
importancia para que el investigador se adentre en el campo, manteniendo
buenas relaciones con los sujetos involucrados. Taylor y Bogdan afirman:

“El rapport aparece lentamente en la mayoría de las


investigaciones de campo. Y cuando aparece puede ser tentador y frágil. Es
dudoso que cualquier persona confié por completo en otra, en todos los
momentos y circunstancias. Tal como nos lo dice John Johnson (1975), el
rapport y la confianza pueden crecer y disminuir en el curso del trabajo de
campo.” Taylor y Bogdan (1999:55)

No obstante, buscando una conversación más detallada con los profesores,


la investigadora solicitó una reunión en hora de recreo, para no
interrumpir la rutina escolar. A partir de entonces se aprovechó la
oportunidad para aclarar cómo serían los procedimientos de campo, y más
específicamente la realización de la observación en la sala, la entrevista y
la aplicación de cuestionarios. Es conveniente señalar que colectivamente
se organizó una tabla con los días y horas, directriz que permitió que cada

52
profesor ya supiera cuándo sería observada su sala de clases. También fue
aclarado que sólo interesaba supervisar los momentos de desarrollo de
actividades de Lengua Portuguesa, cuyo punto de convergencia serían los
momentos de lectura.

Vale la pena señalar que en esta fase pude sentir un gran avance personal
en el sentido de conseguir oír atentamente y estimular el flujo natural de
las informaciones por parte de los entrevistados. Así, la duración de las
entrevistas ocurrió de acuerdo con los participantes, sin embargo, cada
encuentro duró cerca de 45 minutos. De esa manera fue preciso realizar
tres encuentros en la escuela con cada docente, aprovechando la hora de
práctica de educación física, lo que fue muy oportuno para no perjudicar la
rutina de clases.

Tratándose de los padres de los alumnos, las entrevistas se realizaron


siempre en la primera hora del turno escolar matutino, cuando estos
traían a sus hijos a la escuela. En función del horario de trabajo de los
padres de los alumnos, las entrevistas tuvieron una duración de 25
minutos. Atenta al plan de las entrevistas y considerando el bajo grado de
escolaridad de esos padres de familia hubo necesidad de realizar 6
encuentros.

Prosiguiendo con las entrevistas, esta también fue aplicada al auxiliar de la


biblioteca de la escuela, cuyo procedimiento no fue tan favorable, debido a
la inasistencia constante de esta trabajadora. En función de eso el guión de
la entrevista demoró más tiempo de lo previsto, pues, el mismo tuvo que
ser aplicado en tres sesiones con una duración de 15minutos, ya que la
auxiliar se mostraba siempre atareada con su rutina de trabajo acumulado.

La cuestión de las observaciones tuvo una duración de cinco meses; de


agosto a diciembre de 2006 en el turno matutino, específicamente de las
8:00 a las 10:00 am, en las ocho salas de clase del primer ciclo de
aprendizaje, conforme cronograma propuesto anteriormente. En esa
perspectiva Lüdke y André comentan que:

53
“La observación directa permite que el observador
llegue más cerca de la “perspectiva de los sujetos”, un importante blanco
en los abordajes cualitativos. A medida que el observador sigue de cerca
las experiencias diarias de los sujetos, puede intentar aprender su visión
de mundo, esto quiere decir, el significado que ellos atribuyen a la realidad
que los cerca y a sus propias acciones” (Lüdke; André, 1986:26).

En cuanto a la aplicación de los cuestionarios ocurrió dentro de la


normalidad en lo que se refiere a los Directores y al Coordinador
Pedagógico. Sin embargo, con relación a los alumnos hubo un poco de
dificultad relacionada con las preguntas que ser respondidas, por el hecho
de que algunos alumnos no conseguían leer con comprensión, lo que tornó
necesario la ayuda de 2 profesores colaboradores para auxiliarme en esta
tarea. Así, se demoró un poco más y tuvo que dividirse a los alumnos en
cuatro grupos de ocho, realizando este trabajo en 4 días. Al inicio fue
acordado con las profesoras y la auxiliar de biblioteca el momento
oportuno para la aplicación de este instrumento y quedó determinado que
este sería aplicado siempre después de la hora de recreo.

Finalmente, las informaciones obtenidas en los instrumentos, fueron


analizadas a partir del uso de la triangulación, que según algunos
investigadores, como Denzin (1978), Paton (1980) en Taylor y Bogdan
(1992:92) esta tesis, la combinación en un estudio único de distintos
métodos o fuentes de datos.

“La técnica de triangulación tiene por objetivo


básico abarcar la máxima amplitud en la descripción, explicación y
comprensión del foco de estudio. Este estudio de caso permitió usar más
de un proceso para la colecta de la información, sirviendo el cotejar entre
las elecciones obtenidas, como proceso de validación” (Denzin;1970: en
Bogdan Y Biklen (1994:98).

Se puede entender mejor este posicionamiento delante de la verdad


expuesta por Bogdan y Biklen cuando ellos afirman que adicionalmente el
objetivo principal del investigador es el de construir conocimiento y no el

54
dar opiniones sobre determinado contexto. La utilidad de determinado
estudio es la capacidad que este presenta de generar teoría, descripción o
comprensión.

“El principio básico que sostiene la idea de


triangulación es el de reunir observaciones e informes sobre una misma
situación efectuada entre diversos sujetos con varios instrumentos para
compararlos y contrastarlos y así encontrar argumentos de sustentación
para validar las informaciones obtenidas”. (Bogdan y Biklen, 1994:66)

A partir de este principio, nos cabe reseñar la importancia de la


triangulación de los datos colectados a través de las entrevistas, de la
observación y de los cuestionarios, así como las informaciones oriundas de
diversos sujetos, lo que ofreció mayores probabilidades de verificar los
efectos de la práctica pedagógica, teniendo como foco las prácticas de
lectura en el contexto de sala de clases.

2.8. Análisis de los datos.


El análisis consiste en una fase de búsqueda y organización sistemática de
los datos. En ese sentido, la decodificación de los datos obtenidos en los
cuestionarios, entrevistas, las grabaciones, fotografías y notas en un
cuaderno de campo producidas en las observaciones fueron importantes
en esta fase y constituye el núcleo principal de esta investigación, pues, fue
en esta fase que se consiguió llegar a las respuestas pretendidas.

La metodología utilizada fue el análisis de contenido, que se define como:

“Un conjunto de técnicas de análisis de


comunicaciones que utiliza procedimientos sistemáticos y objetivos del
contenido de los mensajes. La intención del análisis de contenido es la
inferencia de conocimientos relativos a las condiciones de producción y de
percepción de los mensajes, inferencia esta que recurre a indicadores
(cuantitativos o no)” (Bardin en Franco, 2008:24).

Este trabajo de análisis descriptivo tiene por finalidad descubrir a partir

55
de una visión profunda, dar orden y sentido al cúmulo de informaciones y
de aclarar una serie de interpretaciones que con una simple ojeada se hace
difícil de identificar. Por ser un trabajo explicativo e interpretativo, el
papel de la teoría es determinante para la interpretación ya que ella es
responsable por el ordenamiento y estructuración de esta visión.

Esta metodología se compone de dos momentos básicos que son el análisis


descriptivo y el interpretativo. En principio en el primer momento se
busca tener una enumeración, una estructuración y categorización
descriptiva de los discursos para entonces pasar al segundo momento y
último, que es la interpretación. Estos momentos están subsidiados por un
procedimiento básico que es la inferencia, que corresponde a las
deducciones lógicas respecto a todo el material, que permite la
elaboración de varias preguntas claves que van a avanzar del nivel
descriptivo hasta el interpretativo.

Las categorías básicas con que se trabajó este bloque discursivo fueron
cuatro:

 Teoría y Práctica Pedagógica;

 Dominio Cognitivo de la Lectura;

 Biblioteca Escolar Pilar de Sostenibilidad de la Lectura;

 Construcción del Comportamiento lector.

Estas categorías generales ayudaron a comparar los discursos, sus


relaciones entre ellos e identificar la repercusión del comportamiento
lector en la práctica docente.

La categorización consiste en la distribución y sistematización de los


datos, esto quiere decir, pasar los datos de un estado ‘bruto’ a una
representación sistemática. Entonces categorizar es lo mismo que
encontrar el punto esencial de sentido del discurso, lo que para Franco,
(2008:59), “significa una operación de clasificación de elementos
constitutivos de un conjunto por diferenciación, seguida de un

56
reagrupamiento con base en analogías, a partir de criterios definidos.”

Por tanto, en esta etapa de la investigación fueron importantes los


objetivos, las suposiciones, las referencias teóricas, las preguntas
orientadoras y las categorías.

Para entender mejor el referido proceso, es relevante recordar algunas


cuestiones en torno de la investigación cualitativa, proceso identificado
para trabajar esa dimensión subjetiva. Para Lüdke (2003:11-12) esta
metodología:

“supone el contacto directo y prolongado del


investigador con el ambiente y la situación que está siendo investigada
para estudiar un determinado problema y verificar como él se manifiesta
en las actividades, en los procedimientos y en las interacciones
cotidianas.” Lüdke (2003:11-12)

Este tipo de estudio envolvió la obtención de datos descriptivos,


colectados directamente por el contacto con la situación estudiada en los
instrumentos utilizados y en la forma que asumió la investigación, o sea,
un estudio de caso por ser un estudio “específico y bien delimitado” como
lo define Lüdke (2003:17).

Con base en este modelo se contextualizaron los datos de acuerdo con las
orientaciones de Franco (2008:14), con el objetivo de extrapolar el análisis
de los mensajes que fueron expresados solamente con palabras,
conociendo nuevas posibilidades de identificación de un análisis
consistente y fundamental del contenido de mensajes reveladores de
creencias, valores y emociones.

El análisis temático predominó en este estudio por incorporar con mayor


intensidad el aspecto personal, atribuido por los entrevistados acerca del
significado de una palabra y sobre las connotaciones atribuidas a
conceptos.

La unidad del contexto se caracterizó por la búsqueda del significado y del


sentido en dirección a la codificación, esto es, la transformación de datos

57
en mensajes personalizados, socialmente construidos.

A continuación se definieron las unidades analíticas, se organizaron los


análisis y se definieron las categorías para fundamentar la interpretación
final, obedeciendo las etapas sugeridas por Bardin (2004):

 Pre análisis – elección de los documentos a ser sometidos a análisis;

 Formulación de los objetivos;

 Elaboración de indicadores.

Para concluir las actividades de esta etapa se hizo la lectura “fluctuante”


indicada por Bardin (1977:96), esto es, se estableció contacto con los
documentos a ser analizados para conocer los textos y los mensajes en el
contenidos y así producir inferencias sobre los elementos básicos del
proceso de comunicación: la fuente emisora, el proceso codificador que
resultó en mensajes y el proceso codificador.

Definidas las unidades de análisis se inició el momento de la selección de


las categorías. La categorización es una operación de clasificación de
elementos constitutivos de un conjunto consistente en el agrupamiento de
los códigos, de acuerdo con sus relaciones y características comunes.
Verdaderamente, la creación de categorías es el punto crucial del análisis
del contenido, es un proceso largo, difícil y desafiante.

Respecto a esto, Franco (2008:59) afirma que:

“Igualmente, cuando el problema está claramente


definido y las hipótesis (explícitas o implícitas) satisfactoriamente
delineadas, la creación de las categorías de análisis exige un gran esfuerzo
por parte del investigador. No existen “fórmulas mágicas” que puedan
orientarlo, ni es aconsejable el establecimiento de pasos apresurados o
muy rígidos. Generalmente, el investigador sigue su propio camino
basándose en sus conocimientos y guiado por su capacidad, sensibilidad e
intuición. Ese largo proceso – el de la definición de categorías – en la
mayoría de los casos implica constantes idas y vueltas de la teoría al

58
material de análisis y del material de análisis a la teoría, y presupone la
elaboración de varias versiones del sistema categórico. Las primeras, casi
siempre son aproximaciones que acaban siendo lapidadas y enriquecidas,
para dar origen a la versión final más completa y más satisfactoria.”
Franco (2008:59)

Para el proceso de elaboración de las categorías de análisis de los datos


nos fundamentamos en Franco (2008:60-61) que afirma:

“Para la elaboración de categorías existen dos


caminos que pueden ser seguidos:

 Las categorías son creadas a priori,

 Las categorías no son creadas a priori.

De acuerdo con esas orientaciones asumimos el camino de las categorías


no creadas a priori. En este caso, las categorías y sus respectivos
indicadores emergieron del habla, del discurso, del contenido de las
respuestas e implicó idas y vueltas al material de análisis.

2.9. Elaboración del informe y conclusiones.


La elaboración de este informe no esperó el final de la investigación, pero,
se fue construyendo en el transcurso de todo el proceso. Siendo esta la
última fase del movimiento de la investigación que conduce al
investigador de su concienciación del problema a la idea de una solución
plausible, después a la comprobación de esa solución (Laville y Dione,
1999:233).

En ese intermedio, el foco fue la comunicación de lo que fue observado,


retratándolo de forma eficaz y ordenada, a fin de llegar al delineamiento
de un esquema de explicación significativo sobre el tema en estudio,
teniendo como eje articular el aspecto teórico y práctico. Elementos estos
tratados en los capítulos precedentes referentes al marco conceptual, la
metodología, el contexto, los resultados, las conclusiones y las

59
consideraciones finales. Es importante señalar que el trabajo de
investigación que se presenta es para que sea leído, analizado,
complementado y utilizado por todos aquellos que se interesen por esta
área del conocimiento.

Para concluir esta investigación se tomó por base las entrevistas, las
observaciones y los cuestionarios analizados cuyo complemento
simultáneo relativo a la función del hallazgo del objeto que fue
investigado, contribuyó con innovadoras matrices para entender el
desarrollo del comportamiento lector de los alumnos de la UEB Menino
Jesús de Praga de São Luis – MA.

60
Capítulo III Marco teórico

3.1. El concepto de lectura

3.2. La función social de la lectura y su repercusión en el


desarrollo del comportamiento lector.

3.3. La construcción del comportamiento lector.

3.3.1. La lectura literaria y la construcción del


comportamiento lector

3.3.2. La literatura infantil y su innegable contribución al


desarrollo del comportamiento lector.

3.3.3. El comportamiento lector

3.3.3.1. El lector

3.3.3.2. Cómo desarrollar el comportamiento lector.

3.3.3.3. La lectura motivada

3.3.3.4. Etapas de la comprensión lectora

3.3.4. Prácticas de lectura

3.3.5. Enseñanza de la lectura y el desarrollo del


comportamiento lector.

3.3.6. La biblioteca escolar: pilar de sostenibilidad del


comportamiento lector,

61
3. MARCO TEÓRICO.

3.1. El concepto de lectura.


Soy consciente de que existen diversos conceptos que explican al proceso
de la lectura, que constituyen un verdadero desafío para la práctica
pedagógica. La definición crítica no basta apenas, así como no basta la
práctica sin la reflexión sobre la misma.

Al considerar la diversidad de estudios sobre la lectura, esta investigación


pretende comprender los modos en que los saberes sobre la lectura son
construidos en la escuela y cómo podrían recibir diferentes esbozos. Tal
vez, un enfoque psicolingüístico al enfatizar los procesos cognitivos de la
lectura, o una perspectiva interaccionista en la que la lectura es encarada
como un proceso mediante el cual se entiende el lenguaje escrito o de
forma más antropológica, que rescata las representaciones del mundo
traspasadas en la clase de lectura, y otros.

Se cree que la lectura se constituye en la principal dieta nutricional para el


crecimiento creativo del individuo, principalmente cuando relacionamos
la lectura al contexto social. Silva (1997).

Así, en este enfoque amplio con el que la lectura es entendida, se hace


necesario comprender su característica polisémica en lo que concierne a
su índole conceptual. Por lo tanto es importante distinguir los varios
sentidos con los que se entiende a la lectura conforme señaliza Orlandi
(2001:7).

“La lectura vista en su conceptualización más amplia


puede ser entendida como la “atribución de sentidos”. Por ello, que sea
empleada de manera indiferente tanto en la escritura como en la oralidad.
[…] Por otro lado puede significar “concepto” y es en ese sentido que se
emplea cuando se habla “de una lectura de mundo”. […] En el sentido más
restricto, académico “lectura” puede significar la construcción de un

63
aparato teórico y metodológico de aproximación al texto. En un sentido
aún más restricto, en el campo de la escolaridad se puede vincular la
lectura a la alfabetización (aprender a leer y la lectura, pueden adquirir de
tal manera el carácter de estricto aprendizaje formal).” Orlandi (2001:7).

Es evidente entonces que en este estudio no adoptaremos todos esos


enfoques. El eje básico que sostiene nuestra conceptualización de la
lectura es aquel que defiende la producción de darle sentido al texto
escrito, delimitado por la idea del entendimiento, la cual también posee un
entalle, que de hecho sintetiza su principal motivación – la comprensión
de la lectura de textos literarios- siendo de una manera específica la de
ofrecer subsidios para la elaboración de una propuesta de lectura literaria
en la enseñanza de las series iniciales de la Enseñanza Fundamental, con el
intento de desenvolver habilidades lectoras a fin de construir y desarrollar
Actitudes Lectoras.

Se pretende llevar en consideración el análisis temático, la interpretación


del discurso, la ideología de valores y las propuestas de actividades
productoras dentro del contexto de la lectura literaria efectuada, sin
descartar de manera alguna la perspectiva interaccionista y el dinamismo
de las visitas a las bibliotecas.

Es este entalle, es en el que llevamos a cabo bajo la perspectiva


interaccionista que proporcionará una ruta a nuestra reflexión sobre la
lectura. Este enfoque no niega la importancia de la lectura del mundo, del
contexto, al considerar que es en la construcción de los significados que
los sujetos buscan la comprensión crítica del texto, procedentes de
lecturas del mundo y de las lecturas de otros textos, o libros, o sea, de
varias experiencias de lectura adquiridas a lo largo de la vida, y esta
experiencia brota en los primeros años vividos en la escuela.

En tal sentido conviene asimilar que las innumerables conceptualizaciones


vigentes sobre la lectura pueden ser sintetizadas en dos caracterizaciones
conforme a Martins (2004:31):

64
 “Como decodificación mecánica de signos lingüísticos, mediante el
aprendizaje establecido partiendo del condicionamiento estímulo-
respuesta (enfoque Behavourista-Skinneriana);

 Como proceso de entendimiento copioso, cuya dinámica involucra


componentes sensoriales, emocionales, intelectuales, fisiológicos,
neurológicos, así como culturales, económicos y políticos (enfoque
cognitivo-sociológico).”

Entre tanto, los debates profundizados sobre ese o aquel concepto van
más allá de las intenciones de esta propuesta, que desea únicamente traer
a la luz elementos que nos permiten entender las raíces de nuestros
conceptos actuales sobre la perspectiva interaccionista.

En esta perspectiva, Solé (1998:23) afirma que: “la lectura es el proceso


mediante el que se comprende el lenguaje escrito”. En dicha comprensión
intervienen tanto el texto, su forma y el contenido, como el lector, sus
expectativas y conocimientos previos.

Considerado individualmente o como colectivo, el lector es la instancia


responsable de proporcionarle sentido a lo que lee. El texto apenas se
concretiza y se transforma en significado cuando alguien lo lee o consigue
darle un sentido a lo que fue leído. Siendo así, las experiencias de vida y de
lecturas preliminares ejercen influencia en el proceso de comprensión del
lector, confirmando de esta manera que los saberes previos son esenciales
para el desdoblamiento y la comprensión de la lectura.

Ítalo Galvino, en Vargas (1995:9) afirma que:

“Tengo la seguridad de que la lectura no es


comparable a cualquier otro medio de aprendizaje y de comunicación,
porque ella posee un ritmo que es gobernado por la avidez del lector; la
lectura abre un campo de interrogantes, de meditación y de análisis
crítico, ósea, de libertad; la lectura es una correspondencia no apenas con
el libro, pero también con nuestro mundo interior que el libro desvela.”
Galvino (1995:9)

65
Mediante estos conocimientos acumulados con anterioridad se puede
percibir que la capacidad del lector en extraer informaciones del texto, ha
sido considerada como una de las habilidades más importantes en la
lectura, lo que implica entre otras cosas, a la capacidad de distinguir ideas
esenciales dentro de las informaciones contenidas en el texto.

La comprensión también depende del individuo en sí, de su personalidad,


de la cultura en la que fue educado y del entorno en el que vive. Estos
factores son determinantes para desprender los conocimientos
acumulados.

En la lectura, el entendimiento está estrechamente enlazado a esa


necesidad del autor y del lector por hablar la misma lengua, para que
lleguen juntos a una amplia área de comprensión. De acuerdo a Penteado
(1997:189) el fenómeno “empatía” determina el nivel de entendimiento
que se exige en la lectura. Éste complementa su pensamiento
manifestando que la comprensión puede ser ampliamente perfeccionada
mediante el entrenamiento y el carácter de la lectura influye en las
diferencias que se perciben entre los individuos.

Ante a esto el entrenamiento de la comprensión debe ser antes de nada


específico, conforme a la capacidad que cada individuo externaliza, una
vez que la más sencilla de las lecturas conlleva siempre a la comparación, a
la evaluación y a la conclusión.
Por lo tanto, siendo la lectura un proceso, el cuadro a seguir presentado
nos ofrece una visualización sobre algunos factores que afectan
favorablemente a la comprensión de la lectura, bajo el punto de vista de
Penteado (1997: 188-189).

66
Ilustración 8. Factores favorables a la comprensión lectora

Fuente: Elaborado por la investigadora

Por otra parte, W.S. Gray citado por Yoakam en Penteado (1997:189)
relaciona además del bajo coeficiente de inteligencia a otros motivos
causadores por la falta de habilidad al leer, entre las cuales subraya en la
figura siguiente:

67
Ilustración 9. Causas de la discapacidad lectora
Fuente: Elaborado por la investigadora

Las relaciones de inteligencia y lectura parecen hoy día constatadas lo


suficiente, mediantes investigaciones que demuestran niveles altos de
inteligencia entre los buenos lectores y más baja, entre los lectores
deficientes.

La comprensión puede ser ampliamente perfeccionada a través del


entrenamiento, es decir, en el proceso de formación de comportamiento
lector, puesto que se sabe que es la índole de la lectura la que influye en las
diversidades percibidas entre individuos: la facilidad del entendimiento
presentada por una persona puede ser algo ininteligible para otra.

En la lectura la comprensión está estrechamente relacionada a la


necesidad del autor y del lector en hablar la misma lengua, con el objetivo
de llegar juntos al vasto campo del entendimiento; ya que este es el
resultado de una compleja actividad en la que el lector debe ejercitar las
operaciones y las habilidades relativas a la comprensión lectora y recurrir
a muchos tipos de conocimientos, como aclara Colomer (2002:57).

68
No obstante, el entrenamiento de la comprensión debe ser antes de más
nada específico que general, será más accesible perfeccionar el
vocabulario que la lectura, y es posible mediante el perfeccionamiento del
vocabulario lograr una mejor lectura. Por ello, la lectura puede ser
considerada un aprendizaje sobre el dificultoso e inextricable arte del
pensar.

Entre todos estos aspectos el que más carece de cuidado es el de la


velocidad durante la lectura para reconocer el significado de amplificar y
emitir opiniones partiendo de lo que se muestra explícito en el texto.

De hecho, esa perspectiva todavía está muy distante de la práctica


ejecutada en el aula, pues hoy, aún se discuten las tácticas de enseñanza,
ya que lo más necesario es la socialización de lo que fue entendido para
buscar, madurar y perfeccionar al conocimiento por medio de otras
lecturas.

En el caso específico de la lectura del texto, el acto de leer es un proceso


más extenso, pues encierra en sí la comprensión de situaciones
sensoriales, emocionales, intelectuales y culturales, entre otras.

De esta manera no basta apenas conocer la lengua y su respectivo código


de registro escrito, sino que se hace necesario entender el contexto socio-
cultural en el que el mensaje es vehiculado, para atribuirle significado a lo
que se lee.

Para Solé (1998:22) la lectura es un proceso en el cual el lector interactúa


con el texto, con el objetivo de obtener una información específica, para
sintetizar los objetivos que lo llevaron al acto de la lectura.

En este sentido el lector corresponde a la necesidad de una información


específica mediante la lectura. Este, tanto puede leer como actividad de
ocio, como para optimizar o amplificar saberes sobre un determinado
tema, o también, para adquirir instrucciones a fin de saber algo sobre un
asunto específico. En suma, el tipo de lectura es orientado en función a los
objetivos de cada lector.

69
Puesto que la lectura es siempre creación de significados se considera que
el concepto de este vasto proceso será el de continuamente perseguir
conocimientos, mostrando para ello innumerables actitudes a fin de
implantar, explayar y sostener al comportamiento del lector.

3.2. La función social de la lectura y su repercusión en el desarrollo


del comportamiento lector.

Actualmente muchos educadores permanecen perplejos ante los céleres


cambios acontecidos en la sociedad (el desarrollo tecnológico, y las nuevas
formas de pensamientos cuanto al saber y al proceso pedagógico) y se
preguntan cuanto al futuro de su profesión y de sus actos, principalmente
el de enseñar a leer. Sin embargo, en ese sin fin de manifestaciones de
inseguridad por parte de los profesores, la lectura sigue siendo el mayor
reto ante los avances y simultáneamente el distanciamiento de los menos
favorecidos en ese quehacer, lo que se constituye en motivo para la
búsqueda de soluciones.

Es necesario recordar que ser lector, papel que se ejecuta como persona
física, es ejercitar una función social para la cual se canalizan acciones
individuales y esfuerzos colectivos.

En el diálogo educativo existen innumerables divergencias teóricas, pero


ninguna niega la importancia de aprender a leer y ni la de todas las
implicaciones para garantizar el desarrollo cultural del alumno. Por ello, es
uno de los principales roles imputados a la escuela el de formar a buenos
lectores y caso esto no acontezca la institución deja de adjudicarse su
papel representativo de penetración en los horizontes de la cultura, una
vez que “la mayor parte del conocimiento que alguien puede obtener en su
vida será mediante la lectura, aunque sea fuera de la escuela.” Ferreiro en
Zorzi (2003:107).

Entre tanto, la práctica de la lectura escolar ha sido campo de grandes


debates y sufre diversas críticas por parte de los estudiosos de la

70
educación, ante el fracaso que obtiene dentro del contexto pedagógico.
Basta conferir los resultados divulgados de la “Prova Brasil”, en 2006,
donde se expone que los jóvenes de la 4ª serie (II etapa del 2° ciclo)
poseen una competencia mediocre y que los de la 8ª serie (II etapa del 3°
ciclo) mal dominan los contenidos. Nova Escola (2006:4 y 30).

Otros datos que confirman este fracaso pueden ser constatados en


Carvalho (2009:66) cuando afirma que:

Brasil llegó al siglo XXI sin conseguir resolver el


problema del analfabetismo. De acuerdo al IBGE el índice del
analfabetismo en 2003 era de un 11,6%, incluyendo a personas de 15 años
de edad o más. La situación del analfabetismo varía conforme a la región
del país y al área (rural o urbana). Hay municipios brasileños en los que el
porcentaje ultrapasa el 50% de analfabetos, mientras que en otros
municipios esta tasa no atinge el 10%. (MEC/Inep, 2003).

El insuficiente desempeño por parte de los alumnos es un hecho en


muchos países, no apenas en Brasil. Además, no se enseña a tenerle gusto
al acto de leer, se lee por decreto o imposición. Para formar individuos
letrados la escuela necesita desarrollar un quehacer gradual y continuo.

Varias hipótesis causales pueden ser presentadas como justificativas para


dicho fracaso escolar, predominando algunos enfoques para la
interpretación de tal fenómeno, como el cognitivista, el socio-cultural, el
constructivista y Freire de Carvalho y Mendonça (2006:77) afirman que:

“Estos enfoques se organizan alrededor de


cuestiones, hipótesis explicativas y metodologías de investigación que
orientan a los profesionales de diversas áreas en su proceso de estudio e
intervención, en lo tocante a los niños con problemas de aprendizaje”.
Freire de Carvalho y Mendonça (2006:77)

Perfeccionar las prácticas requiere la intervención de la escuela para que


ella cumpla su función, que es la de propiciar a los alumnos caminos para
que puedan adueñarse de manera consciente y consistente de los

71
mecanismos para el acaparamiento de saberes. Estos mecanismos exigen
una práctica permanente de la lectura.

De tal modo, el rol de la escuela es el de posibilitar que los alumnos actúen


de forma crítica dentro de su entorno social, pues conforme a Soares
(1995)

“Una escuela transformadora es aquella consciente


de su rol político en la lucha contra las desigualdades sociales y que asume
la responsabilidad por una enseñanza eficiente, para capacitar a sus
alumnos en la conquista por la participación cultural y por la
reivindicación social.” a Soares (1995:73)

Se defiende que es necesario incrementar la participación de los alumnos


en la producción del conocimiento, pues ellos no soportan más las normas
y técnicas sin sentido. El camino es apenas uno y se efectúa mediante una
práctica reflexiva y significativa.

Para que dicha participación cultural se provea, la lectura a partir de la


alfabetización hasta las formas más complejas de encuentros con el texto
en las universidades, debe ser entendida como una forma de atribución
incesante de significados. También, debe ser encarada como inserción
social del individuo para que pueda mantenerse conectado y “antenado”,
procesando, interactuando de modo significativo con las informaciones y
con el saber.

Fundamentalmente la lectura como una práctica social se presenta:

Como tal, no se puede prescindir de situaciones


vividas socialmente en el contexto familiar, escolar, laboral, etc. Todos los
seres humanos se pueden transformar en lectores de la palabra y de otros
códigos que expresan cultura, incluso por que llevan consigo el referido
potencial biológico-psíquico (aparato sensorial + consciencia, que tiende al
discernimiento de los fenómenos) (Silva 1998:47).

Como es posible percibir mediante lo expuesto, este potencial es


inherente al ser humano y lo más importante es que la lectura no requiere

72
concurso para que alguien pueda adueñarse de su mundo, se equivoca
quien piensa que la lectura es una especie de don, una herencia genética o
un pase de mágica, pues todo ser humano posee capacidad para atribuirle
significados a las cosas y a los diversos códigos que sirven para la
expresión o simbolización del mundo. Este potencial es desarrollado en las
entrañas del grupo social por medio de prácticas colectivas, específicas y
dentro de condiciones concretas que establecen su posibilidad.

Dentro de estos parámetros no existe impedimento alguno que disuada el


empezar a ser un lector, ejercer esta práctica es infiltrarse en la
construcción de un país de lectores. Vivir en un país que ejerce el poder
decisorio, de escoger con autonomía lo que le es mejor, tanto en la política
partidaria como en la política educativo es sobretodo usufructuar de una
cultura erigida con la participación de una lectura comprendida,
aprehendida y significativa. Participar de forma culta exige dominar la
propia lengua y en particular a su léxico. El léxico, entre tanto, solamente
se enriquece mediante el hábito de la lectura. Para que esa dinámica
empiece a funcionar se hace necesario modificar hábitos y costumbres,
para de esta manera adquirir una nueva conducta.

Conforme Nagel (2006:2): “En dicha exigencia dialéctica, es donde el


movimiento siempre debe ser accionado al desearse una conquista” la
conducta de padres, profesores, alumnos o mejor aún, de todos los que se
proponen aprendices, debe ser objeto de mayor consideración. Quien no
lee no puede servir como modelo para nadie. Quien no posee el hábito de
la lectura no puede educar al buen lector.

Para educar, padres, hijos, profesores y alumnos necesitan ser educados.


La amplificación del universo cultural es la exigencia mayor del desarrollo,
sea psíquico, sea intelectual, sea individual, sea social, y ese desarrollo se
concretiza cuando el hombre se transforma en un buen lector, y para que
esto acontezca es necesario que los niños se familiaricen desde temprano
con los libros. La cercanía física y afectiva entre libros y niños es esencial
para que la infancia descubra a la lectura.

73
Por ello, es importante que las escuelas creen vínculos con las familias
para que sucesivamente se genere una gran oportunidad, en la que padres
compartan con sus hijos sus experiencias con la lectura. Compartir es
comunicar, es profesar la función social.

Esta propuesta de crear un vínculo ya se experimentó con los alumnos de


la Escuela Pública, por razón del programa Literatura en mi Casa,
implantado en el año de 2001, y que poseía como soporte al Programa
Nacional Biblioteca en la Escuela (PNBE) inserido en el Programa Nacional
del Libro Didáctico (PNLD) del Fondo Nacional de Desarrollo de la
Educación (FNDE-MEC).

Este programa hizo llegar a las escuelas de casi todas las ciudades
brasileñas una colección de libros literarios para cada alumno matriculado
en la 4ª y 5ª serie de la Enseñanza Fundamental.

La novedad causó gran alborozo. La caja de libros que el Correo entregó


contenía romances, cuentos, poemas, textos teatrales, y clásicos de la
literatura. El programa objetiva la comunicabilidad, reforzando el diálogo
con padres, profesores y familia por medio del intercambio de ideas
oriundas del contenido de los libros que ellos tienen al alcance.

La mayor novedad radicaba en la norma de llevar los libros a sus casas


para leerlos cuando y como cada uno lo quisiera, incluso prestándolos a
sus padres, hermanos, primos, vecinos. Muchas familias pudieron así,
sentir el gusto por la formación de una pequeña biblioteca.

Con la sostenibilidad del programa hubo la ampliación en la cantidad de


libros y esta iniciativa causó un gran impacto social, haciendo con que las
familias recibieran más cultura, más ciudadanía, constituyendo un nuevo
perfil del estudiante actual y del futuro. Por todo ello, es importante que
cada escuela considere a esta iniciativa y la pueda poner en práctica,

“el ejercicio social de la lectura considerando que la


literatura por su diversidad de lenguajes y riquezas, posibilita muchos
momentos placenteros en la compleja labor de la enseñanza de la lectura y

74
por ende en el desarrollo del comportamiento lector”. (Arantes 2003:44-
45).

Partiendo de dichas reflexiones cabe afirmar que para el ejercicio de la


ciudadanía plena, además de leer, el individuo necesita adueñarse de la
función social de tal acto, es decir, debe ser capaz de hacer uso de esa
práctica en su cotidiano, sea en la escuela o en su contexto social.

Así al discutir a la lectura como práctica social se entiende que:

“Es en la vida de los hombres donde es necesario


situarse, pues se entiende como práctica social la interacción del hombre
con la historia, que transforma sus condiciones objetivas” Masine y Maia
(2006:74)

Como contrapunto, esta perspectiva reconoce que muchos educadores


transforman a la lectura en una práctica mecánica del aprendizaje, aunque
tenga la escuela el derecho de formar lectores de la sociedad sin que la
sociedad sea considerada dentro del ambiente escolar. Y es esa misma
escuela en la que se desea discutir a la lectura como práctica social
articulada a las otras prácticas que acontecen en una sociedad.

Urge así, discutir el rol de la lectura dentro del contexto social de los
alumnos y la manera como ella es concebida en el espacio escolar.

Se sabe que la razón para que la escuela exista es la de contribuir con la


formación humana del hombre en el sentido de su amplia dimensión
personal y educativa, para ejercer como papel cardinal la socialización del
saber sistematizado. Para que este saber impregne y contagie a los
alumnos, ella no debe desvincularse de las características específicas de su
rol: el de organizar el espacio para la ejecución del aula, el de ser
conocedora de los objetivos de las lecturas con las que se desea trabajar, y
sobre todo, planificar los nobles instantes de la lectura: el antes, el durante
y el después; para el cumplimento de las funciones inherentes a una
propuesta de trabajo productivo, o sea, la búsqueda de significados y la
motivación por lo que será leído.

75
Solé (1998: 110-161) presenta una propuesta que cumple esta función,
conforme el siguiente esquema:

ANTES Ideas generales – conceptualización que el profesor posee


cuanto a la lectura.
Motivación para la lectura – está íntimamente ligada a las
relaciones afectivas que los alumnos puedan establecer con
el lenguaje escrito. Motivados y seguros, la lectura dejará de
ser una práctica antipática y se hará lo que siempre debió
ser: un desafío estimulante, siempre con la intervención del
profesor.
Objetivos de la lectura – los objetivos determinan la forma
como el lector se sitúa y controla la comprensión del texto.
Los objetivos pueden variar y son considerados situación de
enseñanza. Cómo obtener una información, seguir
instrucciones, obtener información general para aprender,
revisar un texto suyo, por placer; para comunicar un texto en
un auditorio, para verificar lo comprendido.
Activación del conocimiento previo – esto significa establecer
intervenciones a modo de incentivar al niño a exponer lo que
ya sabe cuanto al tema.
Establecer previsiones sobre el texto, orientadas hacia la
superestructura, titulares ilustraciones, encabezamientos y
otros.
Promocionar las preguntas a los alumnos sobre el texto – es
importante porque las lecturas mantendrán a los lectores
absortos en el relato y ello contribuirá para la mejoría de su
comprensión.

DURANTE Tareas de lectura como actividad compartida – en este


instante la intervención se limita a determinar los objetivos
de la lectura en compañía de los alumnos, con la
responsabilidad de organizar la tarea lectora, obedeciendo a
los siguientes criterios: usar lo que fue aprendido, lectura
independiente, interpretaciones falsas y los vacíos de
comprensión, los distintos problemas y diferentes
soluciones, momentos en que se deben articular situaciones
de enseñanza de la lectura que garanticen su aprendizaje de
manera significativa.

76
DESPUÉS Identificación de la idea central – es una condición para que
los alumnos aprendan de acuerdo al texto, pues necesitan
saber lo que viene a ser la idea principal y para qué sirve. Y
ello, apenas lo consiguen, cuando establecen normas de
omisión o supresión, eliminando la información trivial o
redundante, las reglas de sustitución mediante las cuales se
integran grupos de hechos o conceptos, en concepto supra
ordenados, las reglas de selección que llevan a identificar la
idea del texto, caso ella esté explícita; las reglas de
elaboración –mediante las que se construye o genera la idea
central. Estos principios sufren resistencias al intentar
ejercitarlos, pues para el docente ese factor no se muestra
como una práctica.
Hay también la tarea compartida, que puede ser realizada
durante y después de la lectura, de modo a asegurar al
profesor la ejecución de diversos momentos de enseñanza,
así como el resumen, que es una estrategia necesaria para
establecer el tema de un texto y generar o identificar a la idea
central y a sus detalles secundarios.
Tabla 6. Estrategias de lectura

Fuente: Solé (1998)

El profesor como mediador pedagógico, facilitador e incentivador


constante por la búsqueda del significado y del sentido de las lecturas
propuestas, debe demostrar su compromiso con el acto de enseñar a leer y
asumir su responsabilidad como educador, permitiendo el diálogo en el
que se reflexiona sobre una lectura incitadora, motivadora y de
inconmensurable alcance social.

Según Teodoro y Vasconcelos (2003:69) el ejercicio de la actividad


docente presenta funciones inherentes a un trabajo productivo a medida
en que:

 “Transfiere al alumno el conocimiento de sus límites y hace cumplir


las reglas previamente establecidas.

 Selecciona los contenidos desarrollados a cada período, inclusive si

77
algunas alteraciones sean por sugestión del alumno, inseridas
después.

 Presenta a los alumnos el programa de lectura, incluyendo las


formas de evaluación por él privilegiadas.

 Planifica sus aulas, proporcionando técnicas, materiales y


contenidos.

 Escucha a sus discentes y acata cuando adecuadas las sugerencias


por ellos ofrecidas, justificando cuando no sean pertinentes; lleva
en cuenta las experiencias específicas de los alumnos,
incorporándolas al contenido de la lectura.

 Es competente y actualizado, sea cuanto al dominio del contenido a


ser ministrado como a las maneras de presentarlo.

 No titubea ante situaciones que exijan firmeza y poder de decisión.

 Y sobre todo, no olvida que el alumno es su aliado y como tal posee


voz en el desarrollo de su curso, principalmente antes, durante y
después de la lectura que se desea trabajar, proporcionándole
ritmo propio.”

Teodoro y Vasconcelos (2003:69)

En este sentido se justifica motivar al alumno a participar de los


momentos de lectura, haciendo con que en simultáneo, participe de todas
las actividades desarrolladas.

De esta manera, el profesor debe ser un mediador pedagógico, facilitador e


incentivador del aprendizaje y de la práctica de la lectura. Debe también
permanecer a disposición para ser el nexo entre el aprendiz y su
aprendizaje. En este prisma el aprendiz adquiere conocimientos que son
incorporados a su mundo intelectual y de vida, ayudándolo a comprender
su realidad humana y social y para ello debe considerar las palabras
claves: diálogo, significado, sentido, interacción social, comportamiento
lector, como fundamentales para su emprendimiento.

78
Klein (1996:85) proporciona su contribución a este momento afirmando
que:

“es necesario motivar bien al alumno, porque la


dilatación de tal incentivo de hecho corresponde a una mengua del
desinterés por parte de los alumnos” lo que probablemente contribuirá lo
bastante para que ocurra el encuentro del sentido con el significado y
permitir que surja una nueva actitud que es la del comportamiento del
lector. Palpablemente esa realidad de la desmotivación ya fue confirmada
por Cunha (2003:9) cuando dice “que todos los educadores reclaman
demasiado actualmente en contra al creciente desinterés de los
estudiantes de todos los grados por la lectura”. Klein (1996:85)

Para esto, la escuela debe asumir su rol, el de contribuir para la formación


humana del hombre en el sentido de su expansión personal y educativa, de
modo a ejercer como papel fundamental la socialización del saber
sistematizado.

Además, el aprendiz espera que el profesor esté apto a realizar su trabajo


de manera segura, hábil y competente y más aún, él debe ser capaz de
dialogar, ejerciendo su autoridad y proporcionando espacio y voz para que
los discentes presenten sus pretensiones y necesidades, y consigan
expresar la comprensión de las lecturas practicadas, pues de esta manera
se les permite manifestar el comportamiento lector.

Es necesario que el profesor crea que es posible innovar las metodologías


para retratar ese comportamiento, pues el mundo está repleto de portales
y de oportunidades, esperando que alguien por ellos pase. Para reforzar
esta idea Ovidio in Montalvão (1992:142) manifiesta: “Apúrate, no confíes
en las hora venideras, aquel que ahora no está listo, menos lo estará
mañana”.

De esta reflexión se deduce que las disposiciones posibles por tomar,


debido al incumplimiento de la demostración del comportamiento lector
en la vida de los alumnos, es la de que dicho entendimiento necesita ser

79
escolarizado para que se haga efectivo dentro de las experiencias de los
aprendices.

Es defendida la idea de que existe un fuerte apelo por parte de las


propuestas pedagógicas en el sentido de considerar a la realidad social del
alumno para la existencia, supervivencia y triunfo de las prácticas lectoras
escolares.

Para que dichas consideraciones se evidencien, algunas contribuciones


pueden ser pensadas y aplicadas en el trabajo educativo, garantizando el
triunfo del proceso de enseñanza de la lectura.

Se hace importante recordar que ante la amplitud del tema abordado,


recortamos la reflexión apenas sobre la contribuciones que la práctica de
la lectura en la escuela puede ofrecer en lo que atañe a la mejoría y al
fortalecimiento del Comportamiento lector.

En síntesis se puede afirmar que son muchos los elementos en la búsqueda


por la comprensión lectora. Entre ellos se pueden resaltar los aportes para
un clima de trabajo más favorable en una enseñanza de calidad,
suministrando condiciones que atenuarían los problemas como los de la
indisciplina escolar, avistando en la lectura una fuente de placer, y de esta
forma organizándola de modo a facilitar el proceso de enseñanza de la
lectura, como una producción más significativa y deleitable.

En lo que atañe al proceso de incitación, urge el surgimiento de una


metodología más atenta y eficaz cuanto al cumplimiento de las actividades
previstas, capaz de divisar las dificultades más usuales presentes en este
proceso, para de tal forma prestar un excelente aporte a la concreción de
momentos inolvidables y significativos de la lectura efectuada en la
escuela, suscitando la realización de tales momentos también fuera de sus
muros.

El tema de la calidad de los textos también debe ser revisado, puesto que
ellos repercuten la capacidad de argumentación y exposición de ideas por
parte de quien escribe.

80
La incongruencia interna y externa está constantemente presente en las
disertaciones, lo que justifica la necesidad en intensificar el enseñar a leer.

Sin embargo se reconoce que incentivar la lectura es ardua tarea para


muchos educadores que se muestran inseguros ante los más distintos
medios de comunicación que atraen a nuestros alumnos y desvían el
contacto con los libros y las posibles visitas a bibliotecas.

Aunque así sea, se puede afirmar que esta práctica es posible cuando los
profesores se muestran como modelos, creyendo que la lectura abre
posibilidades al alumno para adquirir conocimientos, desarrollar el
razonamiento, participar activamente de la vida social y ensanchar la
visión de mundo.

Partiendo de este axioma se entiende que una posibilidad es el empleo de


la lectura literaria, que se muestra como uno de los importantes recursos
utilizados en la práctica pedagógica para la construcción del conocimiento.
Ella suscita a lo imaginación, al ensueño, a la fantasía, externalizando sus
pensamientos, haciendo que los educandos se sientan estimulados a leer
cada vez más.

Queirós (2008) en el Encuentro de Educadores de la Secretaria de


Educación Municipal (SEMED) realizado el 7 de junio de 2008, en la ciudad
de São Luis – Maranhão / Brasil, afirma:

“El mundo es un gran libro sin textos, es necesario


insertarlos en ese libro. La literatura necesita del silencio, pues es hecha de
fantasía y de la palabra. Es la palabra la que organiza al mundo. El buen
texto literario es aquel que te lleva rumbo a la reflexión y al análisis crítico.
En la escuela se trabaja con dos textos: el didáctico- aquel que fue
confeccionado y el literario – el que aún está por hacer, hacerse más. El
texto literario apenas mantiene un compromiso con la belleza y con la
fantasía. Todo lo que se halla en nuestro alrededor ya fue la fantasía de
alguien”. Queirós (2008)

Tales informaciones provienen del encuentro que deseamos confirmar con

81
la insustituible función social de la lectura, que es sobre todo la de
comunicar, y de producción textual y es mediante la literatura que se
puede trazar un buen camino para que esta función socialice cada vez más.

Ana María Machado (2001) afirma que son dos los factores que llevan al
niño a apreciar la lectura: curiosidad y ejemplo. Por lo tanto es
fundamental que el adulto demuestre interés por ella y que es necesario
aún más enseñar a los alumnos la belleza del lenguaje y reiterar que la
lectura es una necesidad siempre presente en nuestras vidas.

3.3. La construcción del comportamiento lector


Este tema presenta los beneficios que la lectura proporciona, mediante el
avance del crecimiento cultural presentado por parte del lector con su
actitud, a lo que se llega a través de la sostenibilidad de la lectura. Para que
esto se dé es indispensable la vivencia de innumerables y diversas
experiencias con la lectura.

Para ello es necesario definir al comportamiento lector, además de


proponer reflexiones sobre lo que es ser un lector. Una vez que ser un
lector es conseguir pensar por sí mismo y manifestar la personalidad
típica de quien piensa y escribe.

También hacer ver la discusión sobre la manera de emanar el


comportamiento lector, pues la propuesta de consolidación de la lectura se
vuelca hacia una pedagogía capaz de problematizar y de orientar hacia
caminos favorables a la innovación de las propuestas lectoras, aunque esto
no sea fácil tarea, pues depende de profesores dotados de un buen
conocimiento teórico para conseguir en equipo la producción de
actividades alternativas, que hagan funcionales y significativas a las
actividades lectoras llevadas a cabo en la escuela.

En la tentativa de hallar un equilibrio adecuado para emanar al


comportamiento lector y a la lectura motivada, se percibe que la
motivación genera una postura considerada esencial para la construcción

82
de una intención argumentativa que la motivación viabiliza.

Para emanar al comportamiento lector y conseguir siempre que se


encuentren motivos para el incentivo a la lectura, urge conocer las etapas
de la comprensión lectora en sus diferentes ciclos: pre-lector, lector
principiante, lector en proceso, lector fluente y lector crítico. La necesidad
de entender cómo los alumnos aprenden y cómo es posible ayudarlos a
entender mejor es explicada en estos ciclos evolutivos y es imprescindible
conocerlos para auxiliar a entender mejor y contribuir así con las prácticas
incentivadoras de la lectura.

Las dificultades existentes en el complejo proceso de la lectura pasan por


el dilema de la trayectoria teórica. Por eso es muy importante recurrir a
los enfoques teóricos de modo a justificar los caminos seguidos en la difícil
tarea de desarrollar el comportamiento lector.

Bajo ese punto de vista, el objetivo de esta caminata conduce hacia una
discusión capaz de relacionar, comparar y reflexionar sobre las principales
teorías existentes pertinentes al tema, para investigar la repercusión de
las prácticas de la lectura en el comportamiento lector de los alumnos de
las series iniciales y entender las conceptualizaciones en sus prácticas
diarias.

Los conceptos invitan a recapacitar, partiendo del proceso del enseñar a


leer en las escuelas, pues se sabe que los educadores conviven con la
estructura de un sistema educativo que evoluciona a pasos lentos, así
como con una realidad escolar donde todavía prevalece el modelo de
enseñanza en el que los alumnos siguen reproduciendo las enseñanzas del
maestro, siendo casi imperceptible una enseñanza donde exista la acción
del sujeto sobre el objeto, la interacción del aprendiz con el objeto del
conocimiento intermediado por otros sujetos, y una interacción entre
pares y asociados más expertos.

De hecho, abordar a la lectura bajo la perspectiva de desarrollar el


comportamiento lector, implica en traer a la luz de la discusión el contexto

83
experimentado durante el desarrollo de las prácticas pedagógicas de la
lectura, que desafía a los profesores a transponer conceptos arraigados
sobre una enseñanza tradicional, que profesa a la centralización docente
como modo de promocionar y controlar el avance de la comprensión del
sistema de la lectura por parte del niño, para así entenderla como sujeto
conocedor, o sea, que busca activamente el conocimiento del mundo a su
alrededor. Según Carvajal y Ramos (2001:57)

“Para algunos profesores la finalidad de la


enseñanza de aprender a leer, es la de que los alumnos aprendan a leer, a
explicar, a prevenir, a responder preguntas realizadas después de la
lectura o a verificar los hechos de la realidad, en este caso la enseñanza de
la lectura ocurre de manera fragmentada y ordenada. Al inicio del proceso
de enseñanza es concebido como una habilidad y no como un
conocimiento, y son programadas actividades de tipo visual, motora o
auditiva, en forma de copia, imitación y preparación.” Carvajal y Ramos
(2001:57)

Este comportamiento transforma a la lectura y a la escrita en objeto


exclusivamente escolar, negándole a los individuos muchas veces, el acto
de adueñarse de la lectura y hacer uso social de esta. Estas actividades
retratan una acción profesional calcada en el pensamiento práctico sin
capacidad reflexiva.

La acción pedagógica que se pretende mostrar empieza con la reflexión


que parte de una perspectiva procesual y el compromiso del profesor en
este oficio exige el conocimiento de la evolución de las teorías del proceso
de enseñanza y de aprendizaje.

Este proceso puede ser demostrado en dos grandes momentos aquí


expuestos en la tabla 7:

84
Enfoque Tradicional Enfoque Constructivista
Enfoque en el profesor Enfoque en el alumno
Enfoque en el contenido Enfoque en el constructo individual de
significados
La mente del alumno funciona como El aprendizaje es un constructo del
una “tabula rasa” alumno sobre conocimiento previos
El alumno es receptor pasivo del Énfasis en el control del alumno sobre
conocimiento su aprendizaje
Memorización del conocimiento Habilidades y conocimiento son
desenvueltos en el contexto donde
serán utilizados

Tabla 7. Enfoque de los abordajes de la enseñanza

Fuente: Elaborado por la investigadora

Intentando reflexionar sobre estos dos enfoques queda claro que existen
limitaciones en la enseñanza tradicional, considerando que el objetivo a
ser llevado en cuenta es lo que se aprende, o sea, posibilitar que los
alumnos puedan atribuirle significado a lo leído, constatar sus
conocimientos previos y que sientan placer en realizar la actividad lectora.
De esta manera, requiere que los educadores definan qué tipo de enfoque
fundamentará su práctica, puesto que debe tomar una propuesta
innovadora, donde la lectura se efectiva de manera más significativa y
placentera, haciendo uso de las habilidades y conocimientos oriundos del
contexto social.

La tabla 8, presenta los fundamentos de los modelos empiristas y


constructivistas, siendo que el primero no genera un proceso pedagógico
reflexivo en el desarrollo de la enseñanza a aprender a leer, ni tampoco
contribuye para la consolidación del comportamiento lector.

85
MODELO EMPIRISTA MODELO CONSTRUCTIVISTA

La manera como el Cómo necesita Cómo el alumno Cómo necesita


alumno aprende enseñar aprende enseñar
Estimulo- Considerando los Actuando, Considerando los
respuesta pre-requisitos pensando y conocimientos
reflexionando previos
sobre los objetos
del conocimiento
Internalizando el Organizando y Organizando e Orientando,
conocimiento a presentando el integrando nuevos acompañando y
través de las conocimiento a los conocimiento a los problematizando
percepciones y alumnos por ya existentes las producciones
acciones físicas etapas de los alumnos
para auxiliarlos a
avanzar
Memorizando, Invistiendo en la Resolviendo Organizando
acumulando copia, en la escrita situaciones situaciones de
conocimiento y por dictado, en la desafiadoras aprendizaje que
agrupando lectura mecánica, ofrecen a los
informaciones etc. alumnos
informaciones
adecuadas y
retadoras
Repitiendo Utilizando cartillas Interactuando e Posibilitando la
exhaustivamente y con palabras-clave intercambiando vivencia individual
escribiendo letras, familias silábicas y informaciones con y colectiva de
sílabas, palabras- textos sin compañeros más situaciones de
clave y textos sin cohesión y experimentados lectura y escrita de
nexo de las coherencia diversos géneros
cartillas
Realizando copias Actividades Experimentando Visitando la
y dictados mecánicas situaciones de biblioteca escolar
lectura de textos e usufructuando
diversificados de la lectura
literaria
El alumno Depositando Realizando Socializando los
receptor de las conocimientos- actividades en conocimientos
informaciones educación grupo
bancaria

Tabla 8. Modelos que fundamentan el proceso de aprendizaje


Fuente: ( Gadotti, 2002 y Candau, 2003)

86
Aunque la lectura ocupa un espacio muy exiguo dentro de la práctica
escolar en lo que se refiere al rol fundamental que ella desempeña en el
desarrollo cultural del niño, cuando el profesor asume parámetros que
fundamentan esa diferenciación para adecuar su práctica, con seguridad
facilita el proceso de favorecimiento al desempeño cultural del alumno.

Y este desempeño cultural está íntimamente relacionado con el lenguaje y


el lenguaje para Vygotsky es imprescindible e indispensable en la
organización y en el funcionamiento de la mente. Es a través del uso de
instrumentos y signos como elementos mediadores que las FPS –
funciones psicológicas superiores- del ser humano se desarrollan. Como
instrumento del pensamiento los lenguajes posibilitan la apropiación del
conocimiento por parte del sujeto.

Por ello la importancia y la relevancia de la representación del estado de la


didáctica, pues ella articula los diferentes niveles de desarrollo, afectivo,
psicológico y cognitivo de forma simultánea e integrada, pero muchas
veces esto ocurre de manera errónea como sostiene la teoría:

Se enseña a los niños a dibujar las letras y construir palabras con ellas,
pero no se les enseña el lenguaje escrito. Se enfatiza de tal manera la
mecánica del leer lo que se encuentra escrito, lo que termina por oscurecer
al lenguaje escrito como tal. (Vygotsky, 1991:139).

Lo que el autor enfatiza aún se halla presente en las prácticas de lectura de


nuestras escuelas, pues la preocupación de muchos educadores es la de
encontrar la mejor técnica para que el niño “aprenda” a leer y a escribir,
dejando a la construcción de la lectura y a la escritura reducidas a la
memorización.

La realización de actividades de forma mecánica y sin contexto coloca al


alumno como sujeto pasivo que espera recibir informaciones para que
pueda aprender, desconsiderando lo que él piensa, interpreta, observa y el
hecho de que posee muchas ideas formadas anteriores a su llegada a la
escuela. En este rumbo las investigaciones psicogenéticas de Ferreiro y

87
Teberosky (1979), en Carvajal y Ramos (2001:17) subrayan que:

“Los niños pequeños empiezan el aprendizaje de la


lengua escrita en los más diversos contextos reales, contextos letrados en
los que surge la escrita y ella es empleada a diario como objeto social y
cultural. Y dichos contextos son de aprendizaje en que los chicos aprenden
por interacción con el objeto del conocimiento (la escritura) y por su
relación con otros sujetos alfabetizados, en situaciones sociales en donde
hay sentido el leer y el escribir”. Ferreiro y Teberosky (1979), en Carvajal
y Ramos (2001:17)

Por tanto apenas es posible atribuir ignorancia a los niños pequeños


cuando pensamos que “el saber” sobre la lengua escrita se limita al
conocimiento de las letras (Ferreiro, 1982, 1997: 120). Su participación en
actos sociales en los que leer y escribir posee propósitos explícitos
(recordar, buscar información, registrar, comunicar, expresar, disfrutar…),
los ayuda a configurar sus propias ideas sobre la índole y las funciones de
la escritura como objeto socio-cultural, y su importancia en nuestra
sociedad.

Entre tanto cuando (Ferreiro, 2006:66) afirma que solamente podemos


creer en el desconocimiento de los alumnos sobre la escrita cuando
pensamos que el conocimiento que ella trae sobre la lengua está restricto
al conocimiento de las letras, ella también quiere decir que el acto de la
lectura debe ser concebido con todos los aspectos inferidos que eso
supone, y cuyo objetivo final es el de obtener significado expreso
lingüísticamente.

Absorber ese significado implica zambullirse en el mundo de la literatura


empleando el más diferencial matiz de la instrucción, pero de un modo
especial en las series iniciales de la enseñanza fundamental, con el objetivo
de construir comportamientos lectores, implica en tener la creencia de que
la lectura debe ser un momento significativo de atribución de significados,
de organización de ideas, de perfeccionamiento del vocabulario, de la
conquista del placer y de la interactividad con el mundo social, y más aún,

88
de prácticas innovadoras de contacto por parte de los alumnos con el
material escrito.

Según Teberosky (2003), el constructivismo contribuye para la


comprensión de que el enseñar a leer ocurre en contextos culturales y
sociales determinados y que el lenguaje oral y la lectura se desarrollan de
modo independiente desde la más corta edad.

Para esta autora dos tipos de conocimiento interactivo hacen parte de las
primeras experiencias del niño con el lenguaje: los conocimientos
elaborados por el niño con los lectores y con el material escrito, y los
conocimientos socialmente traspasados por los adultos y asimilados por
él.

En este sentido el foco de la acción pedagógica del profesor es producir


prácticas de lectura que generen en los alumnos actitudes autónomas, de
modo que se transformen en sujetos de su aprendizaje, lo cual no se hace
apenas con el uso del sentido común o por “ensayo y error”.

Ese proceso implica en que el profesor se adueñe de conocimientos


divulgados en la literatura especializada, pues ellos son sustanciales y
orientan hacia una práctica crítica, reflexiva, mediadora y estimulante para
nuevas acciones y estrategias.

En su trabajo como mediador del proceso de la lectura, el profesor


necesita saber cómo organiza el niño sus ideas, qué conceptos él posee
respecto al sistema de la escritura, para poder auxiliar al alumno a avanzar
en sus aprendizajes.

Mediante la teoría de Piaget y de Vygotsky, la ponderación del modelo


socio-interaccionista concibe al ser humano como un sujeto biológico e
histórico, que construye su propio conocimiento a través de la interacción
con las personas, los lenguajes y la cultura. Simonetti (2007:27-27) afirma
que:

“Es el niño quien construye su conocimiento en


interacción con otras personas más experimentadas. El aprendizaje es

89
interactivo y surge de y en la interacción de los niños con la cultura, en el
diálogo con las personas. En la escuela el aprendizaje ocurre en la
interacción con la maestra, con los compañeros, con los materiales
pedagógicos”. Simonetti (2007:27-27)

De este diferencial teórico extraemos que el conocimiento surge de la


acción, de la experimentación, y siempre incide en una acción mental,
práctica, no olvidando que la construcción de contenidos escolares surge
de una intención pedagógica, es decir, de las actividades planteadas y
sistematizadas por el maestro.

De esta manera, el rol del profesor es el de trabajar la conciencia


fonológica con los alumnos y de acuerdo a Carvalho (2009:29), esa
conciencia fonológica debe ser valorada, no con los patrones de los años
50, aunque sí, descubriendo estrategias y métodos didácticos para que los
alumnos de las series iniciales consigan vencer al proceso de
decodificación, y conocer las letras para que pueda saber leer.

La conciencia fonológica fue definida por (Rivière, 2001:124) en la


traducción original del francés por Carvalho de la siguiente manera:

“Capacidad de distinguir y manipular los sonidos


parte de la lengua. La conciencia fonológica existe de manera más o
menos rudimentaria, antes del aprendizaje de la lectura y se refuerza a lo
largo de los distintos momentos de su adquisición.” (Carvalho, 2007:28)

Lo que la autora desea manifestar es que esta no es una capacidad


plenamente desarrollada en todos los niños, sean niños de seis años, edad
en la que empiezan la 1ª etapa del ciclo de aprendizaje o mayores: por lo
general encaran a las palabras como unidad de significado y necesitan de
orientación a lo largo del proceso lector, para percibir que las palabras
poseen también una dimensión sonora, es decir, son formadas por sílabas
y fonemas.

Así la conciencia fonética es un aspecto particular de la conciencia


fonológica ya que consiste en la habilidad para percibir las unidades

90
sonoras del lenguaje, o sea, a los fonemas. Carvalho (2007:29) corrobora
que “cada palabra pronunciada es formada por una serie de fonemas,
representado en la escritura mediante las letras del alfabeto”, entre tanto,
la percepción de estos caracteres es indispensable para el éxito del
proceso lector, pues el entendimiento sobre lo leído es una cualidad
individual del alumno que sabe leer.

Siendo así, es imposible comprender el proceso lector sin la reflexión


explícita por parte de los alumnos sobre la característica de segmentación
que poseen las unidades sonoras de la lengua, para procesar a la
información gráfica, sean letras o patrones ortográficos, en el
reconocimiento de las palabras escritas.

De hecho lo que se percibe es que muchas veces las profesoras fingen que
enseñan, tal y como lo explicó el escritor Bartolomeu de Queirós, en una
palestra de diciembre de 2009 en el PROLER, gran evento organizado por
la Secretaria del Estado de Educación, de la ciudad de São Luis – Maranhão
/ Brasil: “los niños fingen que leen y el maestro finge que ellos saben leer”.

Dentro de este discernimiento el conocimiento no es comprendido como


una producción compleja que exige compromiso e interacción por parte de
los sujetos que enseñan y aprenden.

Para Piaget (1896-1980), el conocimiento es construido a través de la


interacción del sujeto con su medio, partiendo de estructuras existentes.
Así siendo, la adquisición de conocimientos depende tanto de las
estructuras cognitivas del sujeto como de su relación con el objeto.

Sin embargo, en los últimos años las investigaciones demuestran el


funcionamiento cognitivo de la mente como objeto de estudio de la
psicología o de las ciencias cognitivas partiendo de diferentes teorías. Con
todo, las teorías educativos no siempre corresponden a las cuestiones
cruciales de la práctica. La necesidad inmediata de resolver problemas
cotidianos y proponer tareas relativamente exigentes para las que los
alumnos aún no poseen respuestas, valora o acentúa el sentido común,

91
provocando actitudes que revelan desconfianza cuanto al pensamiento de
los teóricos.

A partir de la década de 80 es cuando la difusión del constructivismo


sobresale dentro de los cursos de formación inicial y continua de la mayor
parte de los profesores.

Con base en el constructivismo de Jean Piaget (2001), Emilia Ferreiro y sus


colaboradores (1985, 1990, 2003) han empleado ese referencial teórico
para la comprensión de la manera en la cual los niños aprenden el lenguaje
escrito, así como la resignificación del proceso de la enseñanza de la
lectura.

La propuesta deja a muchos profesores perplejos ante este desafío, pues el


conocimiento del constructivismo como teoría exige mucho tiempo de
estudio, profundización y reflexión, condiciones que faltan a la mayoría de
los profesores.

Piaget y Vygotsky (2001) intentaron demostrar que la capacidad para


conocer y aprender se construye mediante los intercambios establecidos
entre el sujeto y el entorno. Las teorías socio-interaccionistas conciben el
desarrollo infantil como a un proceso dinámico, pues los niños no son
pasivos, meros receptáculos de informaciones que a su alrededor se
hallan. Mediante la interacción con otros niños y adultos, ellos desarrollan
paulatinamente la capacidad afectiva, la sensibilidad, el auto-estima, el
razonamiento, el pensamiento y el lenguaje.

Partiendo del sujeto cognitivo de Piaget, los sistemas interpretativos de los


niños incluyen desafíos estrechamente ligados a la posibilidad de que el
sujeto construya significados por comprender el mecanismo de la
producción del mismo, el alumno puede demostrar dicha comprensión y
será productor del conocimiento, dejando hacia atrás la condición de
simple receptor y reproductor del conocimiento.

Esta reflexión nos reporta al encuentro de la realidad actual, en la que los


desafíos presentes en el campo de la enseñanza de la lectura en Brasil son

92
innúmeros y la práctica para desarrollar comportamientos lectores es
inexistente. Basta observar los resultados de la Prueba Brasil y SAEB,
realizadas en los últimos años. Pero, ¿qué es la Prueba Brasil y el SAEB?1

A diferencia de los resultados obtenidos en 2005, los resultados de la


Prueba Brasil 2007 y 2009, trajeron para la Red Municipal de Educación
de São Luis – Maranhão / Brasil buenas noticias. Cabe recordar que en el
año de 2007 Maranhão lideró la superación de metas del IDEB en todo el
país y la red municipal fue la que mayormente contribuyó para dicho
crecimiento. Y en 2009 el índice siguió creciendo.

Como podemos observar en los resultados indicados en el siguiente


cuadro en lo que se refiere a la 4ª serie (5º año)

RESULTADOS DEL IDEB. RED MUNICIPAL DE EDUCACIÓN DE SÃO


LUÍS-MA
Notas obtenidas Metas proyectadas
2005 2007 2009 2007 2009
3,6 4,0 4,3 3,6 4,0

Tabla 9. Resultados del IDEB- Red Municipal de Educación de Sao


Luis- MA
Fuente: INEP, julio de 2010.

Dichas afirmativas ejercen gran contribución para el discernimiento de los

1 Hasta la mitad de los años 90 el gran desafío de la educación brasileña era el de


garantizar que todos los niños en edad escolar comparecieran a la escuela. Con ese
objetivo alcanzado, una nueva cuestión emergió: ¿cómo medir la dimensión de lo
aprendido por los niños y con ello garantizar la calidad de la educación? Para atender este
objetivo se creó en 1990 el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Básica
(SAEB), primera iniciativa en escala nacional para conocer al sistema educativo brasileño
profundamente.

Este es realizado a cada dos años y fornece datos referentes a la calidad de los sistemas
educativos de Brasil como un todo, de las regiones geográficas y de los Estados. Así, en
2005 nació la Prueba Brasil, que en 2007 por emplear el mismo método fue realizado
juntamente al SAEB. El mayor objetivo de la Prueba Brasil es la concientización sobre la
realidad de cada escuela. La Prueba Brasil y el SAEB son instrumentos de evaluación del
sistema educativo brasileño.(INEP 2010)

93
profesores en la ejecución de la práctica pedagógica de la lectura.

La Prueba Brasil es en realidad un examen compuesto apenas por ítems


calibrados y pertenecientes a una escala previamente definida. En Lengua
Portuguesa la escala de pro-eficiencia parte de 125 a 350 puntos, con una
puntuación adecuada a la 2ª etapa del 2° ciclo (5° año) entre 200 y 250
puntos.

En matemáticas la escala de pro-eficiencia parte de 125 a 375, con una


puntuación adecuada a la 2ª etapa del 2° ciclo (5° año) entre 225 y 275
puntos.

La Prueba Brasil aplicada a la 4ª serie (5º año) en la red municipal de


Educación de São Luis - MA con los siguientes resultados:

RESULTADOS DE LA PRUEBA BRASIL. RED MUNICIPAL DE EDUCAÇÃO


DE SÃO LUÍS-MA
2005 2007 2009
Matemática 169,00 181,85 185,60
Lengua 164,60 169,35 171,67
Portuguesa

Tabla 10. Resultados de la prueba Brasil - Red Municipal de


Educación de São Luís-MA
Fuente: INEP, julio de 2010.

Lo que se busca es comprender a la evaluación como instrumento de


entendimiento del aprendizaje en el que se encuentra el alumno,
considerando tomar decisiones suficientes y satisfactorias para que pueda
avanzar en su proceso de aprendizaje. Partiendo de tal presupuesto se
observa que la red municipal avanzó en la calificación alcanzada en la
Prueba Brasil, pero hay mucho que hacer para llegar a la meta esperada a
nivel nacional.

Esta es una realidad que nos obliga a reflexionar respecto a la formación


de conceptos sobre la lectura adquiridos por los sujetos responsables por
dicha enseñanza/aprendizaje en clase. Quizá el gran desafío recaiga en los

94
conceptos de lectura internalizados por parte de los profesores,
adquiridos a lo largo de la trayectoria escolar. El desempeño de los
alumnos no ocurre en el vacío, nadie aprende por casualidad. Ésto es el
fruto de profesores formados, de buenos materiales didácticos y del
compromiso con el aprendizaje de los alumnos.

En verdad los profesores no consideran como referencial de sus prácticas


a los estudios de Piaget (2005), Ferreiro (2005), Vygotsky (2005), entre
otros, que revolucionaron el modo de conducir a la enseñanza aplicada a
los alumnos de las series iniciales, al mostrarles que ellos conciben y
erigen su propio aprendizaje.

Educar para Piaget (2005:65), es incitar la actividad, es decir, estimular la


búsqueda del conocimiento. El profesor no debe pensar en lo que el
alumno es, pero sí, en lo que podrá ser. De tal modo el conocimiento no
puede ser una copia ya que este es siempre una relación entre objeto y
sujeto, que pasa por etapas de desarrollo conforme a la psicología
genética.

Piaget enfatizó con demasía los procesos individuales e internos de la


adquisición del aprendizaje. Tanto para Piaget como para Lev Vygotsky
(1896-1934), el aprendizaje es proporcionado por interacción entre
estructuras internas y contextos externos, mientras que Vygotsky
especifica que este aprendizaje depende básicamente de la influencia
activa del entorno social.

Una manera muy interesante para entender al concepto de Vygotsky


cuanto al desarrollo es un punto que él denominó como Plan Genético del
Desarrollo. Es una idea que concibe que en el mundo psíquico el
funcionamiento psicológico no está concluido previamente, no es innato,
no nace con las personas, pero tampoco es entregado a las persona como
un paquete completo preparado por el entorno.

Una premisa de Vygotsky (1998) es la de que el funcionamiento mental no


es humano y sí procedente de procesos sociales, pues no es posible

95
estudiar al comportamiento del individuo en un contexto aislado. Afirma
de la misma manera, que este proceso de interacción social es responsable
de las transformaciones producidas en el comportamiento, pues los
procesos sociales y psicológicos son modelados mediante la técnica con la
que son mensurados y se dan a partir de la transformación de objetos y
signos sociales.

Esta cuestión conlleva a la reflexión cuanto a la elaboración de los


conceptos sobre la lectura y a las palabras que distinguen, del mismo
modo en que revela a la complejidad de las relaciones entre conceptos y
palabras. Para Vygotsky:

“Una palabra que carece de significado es un sonido


vacio; el significado por lo tanto es un criterio de la palabra, su
componente indispensable… bajo el punto de vista de la psicología el
significado podría ser apuntado como una generalización o un concepto. Y
como las generalizaciones o los conceptos son innegablemente actos del
pensamiento podemos considerar al significado como un fenómeno del
pensamiento.” Vygotsky (1991:104)

Dichos puntos de vista, nos hacen creer que el significado de las palabras
es un fenómeno del pensamiento, lo que significa la unión de la palabra
con el pensamiento. Por otro lado la certeza de que el significado de las
palabras evoluciona nos muestra el carácter dinámico del significado. Así
la idea principal de esta afirmación es la de que la relación entre el
pensamiento y la palabra es un proceso en constante vaivén.

El autor establece una importante distinción entre significado y sentido:


aquello que es convencionalmente establecido por lo social es el
significado del signo lingüístico; y el sentido, es el signo interpretado por
el sujeto histórico, dentro de su momento, espacio y contexto de vida
personal y social. Concordando con Vygotsky, Kleiman (2001) afirma que
la conceptualización de la lectura con carácter de interacción, asume que
el sentido no es algo ultimado en el texto, sino producido por el lector a
partir de sus conocimientos previos explotados mediante la intervención

96
posibilitada por el profesor.

La interacción por lo tanto no es aquella que ocurre entre el lector,


determinado por el texto, y el autor mediante el texto. Esa interacción se
refiere específicamente a la interrelación no jerárquica de diversos niveles
del conocimiento pertenecientes al sujeto; partiendo del conocimiento
gráfico al conocimiento del mundo empleados por el autora en la lectura
realizada.

Partiendo de tales estudios la lectura es vista como producción mediada


por el texto en su proceso de significación y de construcción del
conocimiento.

Los Parámetros Curriculares Nacionales se refieren a la lectura mediada,


cuando ésta trata de una conceptualización que inmiscuye al individuo
como ser psicológico, que desarrolla sus habilidades cognitivas como un
ser social, insertado en determinadas prácticas históricas y sociales de la
lectura. (MEC, 1999:20).

Sin embargo dentro de la visión vygotskiana, la realización de una


actividad de lectura colectiva en el presente puede conducir al individuo
hacia la ejecución futura de actividades semejantes, con mayor autonomía,
debido a que él puede haber recibido inicialmente ayuda o participado de
una actividad en grupos. Este tipo de auxilio contribuye para la
reorganización de sus representaciones del conocimiento, favoreciendo el
avance del individuo en lo que se refiere a su desarrollo intelectual.

“La ZDP es el local adonde gracias a los soportes y a


la ayuda de los demás, se puede desencadenar el proceso de la
construcción, alteración, enriquecimiento y diversificación de las
representaciones del conocimiento definidos por el aprendizaje escolar. La
ZDP no pertenece a este o a aquel, partícipe de la interacción, o a alguno
de sus actos considerados de manera individual o aislada, sino que es
creada con la propia interacción, en función tanto a las características de
las representaciones del conocimiento sobre la tarea o contenidos

97
inherentes al participante menos competente, como a los tipos de
categorías del soporte, instrumentos, y recursos de apoyo empleados por
el participante más competente. (Orunbia en Coll, 1998:128).”

Cabe al mediador de la acción pedagógica establecer la relación entre los


conocimientos previos y los recientes que son objeto del aprendizaje. Así
crear ZDPs implica el compartir conocimientos lectores como resultado de
la comprensión de lo leído y socializado con sus compañeros, lo que es un
excelente instrumento cuando se desea establecer una relación entre lo
leído y lo entendido.

El empleo del lenguaje de manera clara como instrumento mediador es un


camino por el que los lectores pueden comparar, relacionar, discutir y
como consecuencia, transformar sus representaciones de comprensión y
sus representaciones sobre lo que se lee.

Estas propuestas consideran la lectura como una actividad esencialmente


constructiva, pues cuando leemos un texto las únicas cosas externas a la
mente del lector son las formas gráficas de la página; las palabras que se
comunican mediante esos objetos visuales, las frases, “las oraciones en que
se organizan, y el sentido son el resultado de complejos procesos
psicológicos jerárquicos en la mente del lector”. (Kleiman 2001:31).

Ante esto, considerar el trabajo en equipo para que las interacciones se


establezcan es contribuir de manera gigantesca al desarrollo del
comportamiento lector en los alumnos de las series iniciales.

El socio-constructivismo es crucial como referencia teórico explicativa en


el proceso de conducir la acción didáctica en los momentos de lectura,
fundamentando el concepto general sobre los procesos de aprendizaje de
la lectura.

Otra contribución es la ofrecida por Emilia Ferreiro, que revolucionó la


teoría de la práctica de la escritura y de la lectura, demostrando que el
aprendizaje de la lectura empieza antes que el aprendizaje de hecho,
experimentando, investigando en grupo, siendo estimulado a dudar y en el

98
desarrollo del razonamiento, entre otras estrategias.

En este sentido proporcionó importantes aportes para la marcha de las


prácticas por parte de los profesores, como la práctica de la lectura
compartida, a fin de explotar los conocimientos previos de los alumnos.
Con estas prácticas el alumno aprende interactuando con el objeto del
conocimiento, o sea, con el mundo real de la lectura y de la escritura en
contacto con diversos textos y soportes específicos.

El alumno no se transforma en lector de la noche a la mañana; recorre una


senda cuyas bases radican en las conceptualizaciones iniciales sobre lo
que significa leer. Y este recorrido empieza a partir del momento en que
las condiciones del medio le son favorables. Y cuando la escuela no
proporciona tales oportunidades a todos, las vivencias del mundo de la
lectura se apartan de la práctica efectiva tan anhelada.

En dicho sentido para formar al buen lector es imprescindible desarrollar


procesos de comunicación enriquecidos, interactivos y profundos. Cuando
se consigue producir con calidad a la gestión del tiempo didáctico y se
desarrollan en clase incentivos y el sentido de la lectura, se contribuye
acentuadamente en la formación de los lectores.

De tal manera, respaldados en el constructivismo, los estudios de Ferreiro


fueron y son de gran valía para la comprensión de las producciones por
escrito de los alumnos y de sus hipótesis relativas a dicha escrita, y por
consecuencia de la lectura, puesto que quien escribe tiende a leer lo que
escribió y si así lo hace ya, es una manifestación del comportamiento
lector.

Siendo así la relación oralidad/escritura es un tema central que define al


modo de elaborar la teoría lingüística y de entrever al proceso de
adquisición de la lengua oral como de la lengua escrita.

Estas cuestiones son importantes pues se localizan en el centro de las


preocupaciones contemporáneas bajo un determinado enfoque, el de la
escritura como signo de la oralidad.

99
Ferreiro (2003) señala también el debate con una propuesta para
considerar la construcción simultánea de la oralidad y de la escritura.
Partiendo de una vasta literatura creada en las últimas décadas,
relacionadas con la capacidad de poseer conciencia sobre las unidades
fónicas mínimas, que son consideradas como factor importante para la
adquisición de la lectura en un sistema alfabético; ella concluye lo que aquí
se reproduce: La conciencia de la sílaba puede ser considerada como un
hecho evolutivo ya que se constató reiteradamente en niños de 4 y 5 años
de edad, que no recibieron entrenamiento específico.

La conciencia fonológica no es necesaria para adueñarse de la lengua oral,


pero es contemporánea al aprendizaje de la lectura en un sistema
alfabético (de hecho parece servir apenas a eso: aprender a interpretar un
sistema alfabético de la escrita).

La relación con el aprendizaje de la escritura fue muy poco explorada, por


tres motivos: en primer lugar porque el mayor volumen de la producción
de dicha literatura proviene de países anglosajones, donde la tradición
pedagógica presenta el “leer” como algo previo al escribir, además de una
marcada tendencia a una dicotomía de los datos (buenos o malos lectores,
con o sin entrenamiento especificado, etc.); y finalmente ignorar el interés
que radica en las etapas evolutivas de la escritura en el niño (etapas que
no autorizan dicotomías simplistas entre niños que “saben escribir” y
otros que “no lo saben”). (Ferreiro, 2003:145) en Duran, (2009:98,99).

Entretanto si los profesores emplean estos subsidios teóricos como


fundamento para la práctica pedagógica en la enseñanza de la lectura,
deben entender que el acto de leer no es un proceso mecanicista de
decodificación de las palabras y estar atentos en cuanto a la calidad del
soporte necesario para que los alumnos lleven a cabo esa tarea,
permitiendo que se construyan y verifiquen hipótesis sobre los posibles
rumbos de las construcciones de sentidos por parte de ellos, y sobre todo
demostrarse capaces de identificar el trayecto del desarrollo de la lectura
en el alumno, para así tener seguridad en la definición del trabajo

100
pedagógico relativo a cada uno.

3.3.1. La lectura literaria y la construcción del comportamiento


lector.
La lectura literaria será discutida a partir de la mediación del profesor. Se
trata por lo tanto de la relación entre lectura, literatura y la intervención
del profesor en el proceso de la construcción del comportamiento lector.
La literatura infantil y juvenil es para todos, y para que el alumno se
adueñe de ella es necesario que el profesor internalice esa realidad de
modo a que ocurra la reciprocidad del intercambio cultural.

De manera incisiva las investigaciones actuales muestran que los libros


además de despertar la imaginación pueden también llamar la atención
hacia las características semánticas del texto, así como sobre las
lingüísticas.

Una de ellas es la de Simonetti (2007:92) que señala que la exposición del


alumno a la lectura de cuentos aumenta la posibilidad de su éxito en el
proceso de la comprensión lectora.

Por ello, cuanto más oportunidades para convivir con la diversidad


literaria existan, mayor oportunidades tendrá este alumno para convivir
con la cultura escrita y ejercitar las prácticas sociales de lectura que lo
insieren en la construcción de comportamientos lectores.

Entonces, asumir como inevitable esta experiencia, es una ventaja en


relación hacia una postura que incorpore las dimensiones de
reconocimiento que yacen en los movimientos sobre la lectura, como
desafíos que sustentan el deseo por compartir una propuesta lectora que
objetiva a la construcción del comportamiento lector.

De hecho se reconoce que uno de los mayores desafíos de la educación


brasileña es la de que muchos alumnos llegan a la vida adulta sin
desarrollar las habilidades básicas para la lectura, y como educadores se
sabe que la literatura es esencial en la vida del alumno, puesto que permite
una experiencia inigualable en la que la emoción y la razón se mezclan en

101
el placer estético.

No obstante, en el proceso educativo se emplean a muchos textos de la


literatura infantil como fuente del placer y la alegría, como fuente de
conocimiento, así como pretexto para la consolidación de las habilidades
lectoras.

Para tanto es importante conocer profundamente las características del


texto literario al plantear de forma adecuada el trabajo, establecer
objetivos coherentes al desarrollo del alumno, observas las propias
experiencias con la lectura y apreciar de hecho a la misma, para influir de
modo positivo en el alumno.

La contribución pedagógica de este trabajo resalta una discusión sobre la


escolarización de la literatura y por esto es necesario que la escuela
ofrezca al alumno un texto diverso con calidad. Según Lajolo (2004:65):

“En la tradición brasileña, literatura y escuela


mantienen siempre una relación de dependencia mutua. La escuela cuenta
con la literatura infantil para difundir sentimientos, conceptos, actitudes y
comportamientos que le compiten motivar en su clientela.” Lajolo
(2004:65).

Para que esa motivación ocurra, existe la necesidad de una diversidad de


literaturas. Esa diversidad de lecturas es cada vez más palpable, mediante
una nueva postura por parte del mercado editorial en cuanto al hecho de
que las publicaciones destinadas a jóvenes lectores sobresalen
actualmente por la oferta de géneros y de temas. Estos materiales buscan
adecuarse al lenguaje de las nuevas tecnologías, con el objetivo de alcanzar
a los más diversos gustos e intereses de sus lectores.

De ello la importancia de entablar, desde las series más bajas, una relación
literaria con los textos desde el inicio del proceso de escolarización, de
manera a ofrecer propuestas adecuadas al público infantil y a su
consecuente escolarización y para que ello ocurra se evidencia la
necesidad por la presencia del profesor/lector como mediador del proceso

102
de iniciación del lector/alumno.

Apenas un profesor/lector puede desarrollar un comportamiento lector,


adueñándose de la información y reconociendo esto con el poder de quien
detiene esa información, para conseguir impulsar el pensamiento y
expresar con entendimiento lo que el autor quiso decir.

En tal sentido los educadores presencian de cerca la evolución del


entendimiento sobre lo que los alumnos expresan mediante sus lecturas
llevadas a cabo. El contacto con textos plenos de encanto permite que el
alumno perciba cómo es importante y colmada de responsabilidad, toda
forma de lectura.

Se puede afirmar que la literatura infantil es vista como instrumento que


el profesor debe emplear para favorecer el desarrollo de la imaginación y
de la creatividad del alumno, ya que la auténtica literatura infantil no debe
ser realizada en esencia con intención pedagógica, didáctica o como
incentivo del hábito por la lectura. Este tipo de texto debe ser producido
por el niño que vive en cada uno de nosotros. Así el poder de cautivar a
este público tan exigente e importante se asoma. El gran secreto es
trabajar la imaginación y la fantasía. Acudiendo a Goes, (2003:39) se
puede decir que:

“La palabra literaria es una palabra colmada. Así


mismo, comodísima, obesa, muy obesa si así se la desea. Es palabra que
carga múltiples sentidos, significados y por lo tanto, plurisémica,
plurisignificativa. Palabra que para ser leída depende del repertorio del
lector, de su entrenamiento, de tener o no los ojos abiertos hacia la vida…
De ser un lector que tenga gusto por la vida, pero un gusto aventurero“.
(Goes, 2003:39)

En dicho itinerario se hace necesario que el profesor introduzca en su


práctica pedagógica, la literatura de género aventurero, formativo, que
contribuya al crecimiento y a la identificación personal del niño,
propiciando al alumno la percepción sobre diferentes interpretaciones,

103
despertando la creatividad, la autonomía, y la criticidad, que son
elementos necesarios en la formación del alumno en nuestra sociedad
actual.

La literatura infantil en las escuelas debe despertar el gusto por la lectura


siendo fuente de placer y sabiduría, ya que ella no agota su poder de
seducción en los estrechos límites de este espacio. Siendo así, la literatura
puede proporcionar fruición, alegría y encanto cuando es trabajada de
manera significativa por el alumno. Además, ella puede desarrollar la
imaginación, los sentimientos, la emoción, la expresión y el movimiento a
través de un aprendizaje placentero. Pound (2006), así se posiciona a
respecto de la literatura:

“La literatura no existe en el vacío. El lenguaje es el


principal medio de comunicación humana. Si la literatura de una nación
entra en declive, la nación se atrofia y decae. El hombre no puede
permanecer inmóvil y resignado mientras su país deja que la literatura
decaiga y que buenos escritores sean despreciados, de la misma forma
como un buen médico no podría asistir quieta y resignadamente que un
niño ignorante contrajera tuberculosis suponiendo que simplemente se
comía un caramelo… No hay límite para el número de atributos que
algunas personas pueden asociar a una determinada palabra o tipo de
palabra, y muchas de ellas varían de individuo a individuo.” (Pound,
2006:36-41).

Estos desafíos revelan la importancia de que el profesor se


instrumentalice para ejercer el dominio de todo el referencial teórico
necesario hacia una práctica que favorezca al alumno. Para ello, unos de
los instrumentos necesarios a su alcance es el RCNEI (Referencial
Curricular Nacional de la Educación Infantil) para que el profesor perciba
cómo es importante el dominio del contenido que provee y la adecuación
de este a la edad del alumno.

Más importante viene a ser que el profesor entienda que leer no es


descifrar palabras. La lectura es un proceso en el cual el lector realiza un

104
trabajo activo de construcción del significado del texto, apoyándose en
diferentes estrategias, como en su conocimiento sobre el tema, sobre el
autor y de todo lo que sabe sobre el lenguaje escrito y su género en pauta.
El RCNEI sugiere que:

“(…) los profesores deben organizar su práctica de


manera a promocionar en sus alumnos: el interés por la lectura de
cuentos; la familiaridad con la escritura mediante la participación en
situaciones de contacto cotidiano con libros, revistas, tebeos; escuchar
lectura de textos, apreciando la lectura efectuada por el profesor;
seleccionar libros para leer y apreciar. Esto se hace posible trabajando
contenidos que privilegien la participación de los alumnos en actos de
lectura de diferentes géneros efectuados por adultos, como cuentos,
poemas, trabalenguas, etc. Proporcionar momentos para la relectura de
cuentos consabidos, con proximidad a las características del cuento
original en lo que se refiere a la descripción de los personajes, escenarios y
objetos, con o sin la ayuda del profesor. (RCNEI, 1998: 117-159)”

Concluimos por lo tanto que la Literatura Infantil es importante bajo


diversos aspectos biológicos y psicosociales, y más aún, se constituye
modalidad privilegiada de la lectura, en la que la libertad y el placer son
virtualmente ilimitados. Entre tanto si la lectura literaria es una modalidad
de la lectura, cumple no olvidar que existen otras, y que esas disfrutan
incluso de mayor tránsito social.

Además cuanto al desarrollo cognitivo, ella otorga a los alumnos medios


para desarrollar habilidades que actúan como facilitadoras de los procesos
de aprendizaje. Estas habilidades pueden ser observadas en la extensión
del vocabulario, en las referencias textuales, en la interpretación de textos,
en el incremento del repertorio lingüístico, en la reflexión, en la criticidad
y en la creatividad. Dichas habilidades propician en el momento de nuevas
lecturas la posibilidad al lector de realizar deducciones y nuevas
relecturas, actuando así como facilitadores del proceso de enseñanza-
aprendizaje no apenas de la lengua, pero también de otras asignaturas.

105
3.3.2. La literatura infantil y su innegable contribución al desarrollo
del comportamiento lector
Los libros despiertan la imaginación y también la atención de los
estudiantes, y la exposición de los alumnos a leer historias también resulta
eficaz para el éxito del proceso de desarrollo del comportamiento lector.
Ofrecer oportunidades para los estudiantes de los grados iniciales es
poner en práctica el pensamiento de Lajolo (2004) cuando dice que: "en la
vida de cada lector ha existido un niño, un adulto que le ha introducido en
el mundo de los libros".

La escuela debe ser objeto de reflexión de la acción y la intervención con el


objetivo de contribuir a la construcción de una escuela mejor, donde los
estudiantes pueden socializar con la cultura escrita de esta manera
aprender de las prácticas sociales de escritura y desarrollar los hábitos
lectores.

En este sentido, la literatura infantil es de primordial importancia en el


desarrollo del niño, en la opinión de los padres, profesores y todos
aquellos que creen en el poder de la lectura como una herramienta de
información y capacitación.

Sin embargo, hay cuestiones que van más allá distante del campo de
entrenamiento para maestros que trabajan con alumnos de los grados.
Estos no tienen una referencia teórica que les permite explorar
plenamente la literatura en el aula, ni siquiera una enseñanza que amplíen
las experiencias de los niños en relación con el acto de lectura.

Estos factores terminan generando una absoluta falta de profundización


en la literatura, que, en el universo escolar causa que se realicen lecturas
basadas en el libro de texto, cuyo contenido no cumple las necesidades de
lectura en absoluto puesto que el libro de texto manifiesta una
metodología de fragmentos y más grave aún, reduce al texto todo el
trabajo. Además, suprime totalmente los textos clásicos, sustituyéndolo
por otros que consideran "actuales".

106
Es evidente la necesidad de una formación teórica y práctica completa y
flexible que ofrezca a los profesores la oportunidad de conocer,
comprender y desarrollar en sus clases de la variedad de conocimientos y
cultura presente en la escuela y el contexto social.

El proceso de capacitación debe considerar que el desempeño profesional


reúne los conocimientos tácticos, el contexto subjetivo, el significado y la
estructura cognitiva.

A menudo los maestros reconocen la necesidad de nuevos conocimientos,


pero son críticos con el programa de formación profesional tanto inicial o
continuo que es existente.

La necesidad de expansión del conocimiento es evidente para traer otras


perspectivas a su práctica cotidiana y la “oferta nueva y más potente
lectura de claves a través de sus dilemas de práctica diaria y un poco de
facilitar la interacción entre las ideas y la realidad” (Gimeno Sacristán,
1995)

Según Esteban (2006:49) se hace necesario enseñar nuevas escenas en


escenarios viejos, cuando dice:

“Si sabemos que sea posible la transformación,


también reconocemos no es fácil emprender cambios tan radicales como
los requeridos por la escuela práctica. Las ideas del movimiento, proceso,
continuidad, reconstrucción, búsqueda, entre otros, hacer referencia a una
concepción que formación docente y acción están estrechamente
vinculadas entre sí. En este sentido, la formación toda se impregna con la
acción, del mismo modo que cada acción propia tiene un fuerte potencial
formativo, aunque, en la práctica, no siempre ser visible esta articulación.”

“Hay cambios que exponen las insuficiencias del


paradigma dominante, sus dilemas, y hojas emergen sus fracturas, la
necesidad de una nueva definición de paradigma y el procedimiento en el
que las alternativas serán si configurando. Nuestro trabajo insiere en este
proceso de redefinición del paradigma, tomando como referencia una

107
perspectiva teórica que examina críticamente la realidad de la escuela, con
el objetivo de transformarlo”. (Esteban, 2006:49)

Para que esto ocurra es necesario ofrecer a los profesores la oportunidad


de conocer la literatura infantil en sus dimensiones: , históricos, estéticos y
pedagógicos como expone Souza, (2010:49-71) en su libro: la literatura
infantil en la escuela de la enseñanza fundamental, expone lo siguiente:

Dimensión histórica

La dimensión histórica de la obra literaria se refiere al hecho de que el


necesariamente ficción revela las circunstancias y los valores de la época
en que se haya producido.

Dimensión estética

La literatura infantil revela su dimensión histórica a través de los


componentes estéticos de la estructura. No sólo el uso estético de la
palabra, pero el diseño del texto en papel, opciones de gráficas, todos
disputan espacio de ilustración en busca de supuestos evaluativo de
opciones éticas y pedagógicas, elegido por el autor, por lo que la narración
alcanza la sensibilidad del lector, cambiar sus horizontes de expectativas y
formativa valores sedimenten.

108
Dimensión pedagógica

Este es un aspecto muy importante de la literatura. El contenido literario


tiene una dimensión educativa, incluso si el trabajo no ha sido escrito con
la clara intención de enseñanza. Por lo tanto, los textos literarios
históricamente fueron utilizados como herramientas desoladoras y
concepciones prevalecen los valores de las sociedades. El hombre es la
especie biológica que animal arroja y se convirtió en humano mediante la
formación de la conciencia. Enseñan a Marx y Engels en La ideología
alemana (1987:43) que esa conciencia nació de la necesidad de los
hombres para comunicarse entre sí.

Por lo tanto, lenguaje y conciencia constituyen un todo. La medida del


lenguaje es la medida de la conciencia. Eso es lo que usted elija un carácter
pedagógico inherente en la literatura. Literatura es lenguaje y, como un ser
humano para ejercer su idioma a través de la lectura, eleva su nivel de
conciencia. Importante estar registrado que sólo en el acervo legado
literario copioso por antiguo y moderno el profesor puede construir las
enseñanzas y transmitirlos a los estudiantes a ampliar sus horizontes. Sólo
de esta manera tiene sentido teniendo en cuenta que la literatura tiene
una dimensión educativa.

El profesor, así como padres y coordinadores educativos en posesión de


estos elementos teóricos y reflexivos pueden hacer usos más frecuentes
del texto literario y trabajar con los niños en la magia y encanto de la
literatura.

No se pretende crear un nuevo currículo para enseñar y ejercitar la


literatura infantil en la escuela porque se entiende que la literatura, por su
naturaleza debe ser estética, elaborada con un buen grado de libertad, sin
embargo, es en el espacio entre la imaginación y la razón derivadas de la
enseñanza de la lectura que el profesor tiene que actuar y para que su

109
trabajo sea más productivo se torna necesario conocer teóricamente lo
que se trata de literatura. Souza, (2010) expresa:

“La literatura es, primitivamente, ingeniería de


palabras. Es mediante la palabra oral o escrita que ella realiza. Su campo
es muy vasto. Ella surge de la necesidad para los hombres, desde los
orígenes, registrar y compartir sus experiencias, fantasías y más aún, los
valores y enseñanzas, transmitiéndolas a las generaciones futuras. De esta
forma, la literatura existía incluso antes de la invención de los códigos
escritos, cuando los hombres sólo tenían la función de la oralidad para
establecer la comunicación y el intercambio con otros. Por lo tanto, es con
la palabra oral, antes que con la escritura, cuando literatura suma su
cuerpo y se realiza“. (Souza, 2010:9).

El trabajo pedagógico con la lectura y la escritura debe tener en cuenta el


concepto de literatura en su sentido más amplio: “literatura, entonces, es
todo lo que está impreso o manuscrito, son todos los libros que la
biblioteca contiene incluyendo lo que se llama literatura oral [...]”
(Compagnon, 1999:31)

Aclarado este punto, la existencia de la literatura es indiscutible, pero lo


que es la literatura infantil? ¿Relatos sobre niños, escritos por los niños o
destinados a ellos? o ¿historias que las agradan? Después de todos los
niños están en la sociedad, en la escuela, en casa, y estan en contacto con
libros que no siempre tienen que ver con la calidad. Niño y el adjetivo en la
literatura, se ha utilizado para calificar cualquier escrito que deba
orientarse hacia los niños, tenga o la calidad no es necesaria para merecer
la situación de la literatura, que implica un valor estético, histórico y
educativo.

En Brasil, la discusión sobre la existencia o no de la literatura infantil tiene


a investigadores de renombre en la lista, como Zilberman y Coelho y al
menos dos entre otros gigantes de nuestra literatura: Cecília Meireles y
Carlos Drummond de Andrade. Las opiniones de estos investigadores
célebres son las siguientes:

110
 Zilberman: Considera que hay un niño, cuya literatura dista de la
de adultos, que analiza y clasifica según su consumo y cuya "minoría de
receptores es transferida al producto literario" (Zilberman, 2003:63).Con
esto, esta literatura se transforma en género menor, absorbiendo el
carácter provisional de su infancia, con especies de "aún no literatura"
(Zilberman, 2003:64) así en riesgo su importancia estética. Sin embargo,
dice el investigador, confirmando la dimensión pedagógica de la literatura,
contiene un misión formador, valores en la medida que agrega valores y
anima la formación de hábitos, si el consumidor o comportamientos
socialmente preferían. En este sentido, la elección de Zilberman es por la
literatura infantil, aunque confiesa el compromiso de su valor estético.

 Coelho: También acepta el tratamiento dado a la literatura infantil,


como género menor, debido a las dificultades y las reflexiones de la obra
para los niños, de los adultos están más lejos de la comprensión.

 Cecilia Meireles Pone la definición de literatura infantil en la


consideración de las preferencias de los niños, es decir, son niños que
encierran con sus preferencias que pueden ser clasificados como literatura
infantil. Me parece un poco demasiado libertario esta posición, ya que los
niños no tienen criterios sociales bien formados para discernir los valores
que necesariamente atraviesan cualquier dominio lingüístico y literario ni
suficiente para elegir con exactitud qué leer. Está claro que, sin tener en
cuenta la preferencia de los lectores pequeños, lectura no avanzar por lo
que ella debe tenerse en cuenta, pero bajo la cuidadosa supervisión de
adultos, profesores o padres, cuya propia lectura y experiencia como un
lector debe descartar o alentar tal o cual trabajo.

 Carlos Drummond de Andrade. Dice que si es alertado en una


obra el cuidado del buen lenguaje, ésta puede leerse con primacía por los
niños. En ese sentido parece que la discusión toma la dirección correcta
defensa que cualquier ilustración puede muestra y leída por niños y
adultos, siempre que sea protegida por un ‘buen lenguaje’.

111
Por lo tanto, la literatura llegó con su tiempo, incluso cuando habla de
antiguamente. Cabe recordar la lección de que el hombre es más humano y
más dentro de la historia de la humanidad. La naturaleza humana no
puede encontrarse en cualquier hombre particular, sino en toda la historia
de la humanidad. (Gramsci, 1989:43).

Una pregunta complementa esta reflexión: ¿cómo sería la escuela si


ejerciera la práctica cotidiana de la lectura literaria? ¿Si consiguiera
siempre dentro de la escuela en las actividades diarias con ejercicios de la
clase relativas a libros de literatura infantil con aspectos importantes de la
enseñanza y el proceso de aprendizaje?

No se puede creer que la escuela pueda transformar la sociedad, pero sí


puede producir lectores entre los estudiantes y desarrollar el gusto y la
práctica del ejercicio de la literatura infantil estableciendo prácticas que
actúen hacia la transformación de la escuela como parte del proceso de
transformación social, producir estudiantes lectores y contribuir con el
desarrollo del comportamiento lector, apreciando los momentos de
lectura con un específico de concentraran en la literatura infantil Es
innegable la contribución de este ejercicio para mejorar la lectura en la
escuela y también despertar comportamientos lectores, facilitar la
comprensión de los textos con ejercicios agradables. Esteban, (2006)
señala que:

“Estos cambios no pueden ser impuestos, que deba


ser construida sobre una base diaria para que la perspectiva democrática
vaya impregnando las prácticas, incorporadas por sentido común, por
convencer a las personas en diferentes situaciones y construcción de un
consenso. En este sentido, las transformaciones de la escuela práctica. A
fin de hacerla más productiva, tiene que ser el resultado del diálogo,
comparación de opiniones y conocimientos diversificados.” (Esteban,
2006:187)

112
3.3.3. El comportamiento lector.
Para entender el significado del comportamiento lector es necesario
buscar su definición pues él se manifiesta en la consolidación de las
habilidades manifestadas, o sea, es cuando se percibe que el alumno se
traduce en un lector frecuente y emana la comprensión de lo que lee.

Demostrar un comportamiento lector es ser un lector asiduo para poder


anular la distancia entre el leer y el entender y más aún, conseguir pensar
por si sólo, revelando la personalidad de quien lee y de quien escribe. El
comportamiento lector se alcanza con la continuidad de la lectura.

Presentar un comportamiento lector es permitir que aparezca una lógica


que revele la comprensión intuitiva sobre lo que se lee. Esa transparencia
demuestra que se trata de una práctica derivada del acto de leer
constantemente en su día a día. Comportarse como lector es aparentar
condiciones, que aunque precarias, den sentido a lo que se lee y por
consecuencia permita emitir opiniones dentro del entorno en el que se
haya, en la escuela, en su relación con los compañeros y en el diálogo que
mantiene con el profesor.

Se puede decir que comportarse como lector demuestra la conquista de la


autonomía, ensanchar los horizontes, y algún cambio elocuente en la
expresión de la cultura.

Ante ello, la comprensión intuitiva de lo leído se conecta por tradición al


proceso de formación global del individuo, a su acto social, político,
económico y personal.

Para que se obtenga esta evolución y que se presente un comportamiento


lector se hace necesario sentir placer en la lectura sin ciertos modelos que
les proporcionen fundamentos adecuados a su respecto, es permitir que la
lectura reciba el trato que se les provee a otros contenidos de la
enseñanza. Es tener la capacidad de disfrutar con la lectura, saborearla y
repasar ese gusto mediante la apreciación y expresión de su fruto.

Para Alarcão (2001:12) mostrar un comportamiento lector “es desarrollar

113
velocidad verdaderamente vertiginosa en las posibilidades de acceso a la
información” para que de esta manera se le reconozca con el poder de
quien retiene el conocimiento.

Y esas múltiples posibilidades de acceso a la información se pueden


considerar como generadoras de simientes y de posteriores frutos, hacia la
incitación de comportamientos lectores. Simiente por hallarse inserida y
conectada a las antenas de la inclusión social y frutos porque mediante los
encaminamientos productivos se puede amplificar el interés del niño
necesitado de incentivos para ingresar al mundo de la lectura.

Esta reflexión es importante principalmente para los educadores que ya


poseen cierta responsabilidad incrementada por el hecho de entender al
presente y por el planteamiento del futuro, pues gran parte del tiempo el
niño lo pasa en la escuela, ambiente que se muestra como el contexto
favorecedor al aprendizaje de la lectura y al desarrollo del
comportamiento lector.

Para ello se desea crear y avivar para los niños una escuela actual, con
oportunidades para valorar al presente y con expectativas de cosechar
futuros lectores, donde se permite crear y recrear a las situaciones de
lectura y sobre todo, crear una práctica de lectura que se lleve a cabo con
éxito “en la conexión de las tres dimensiones humanas: personal,
profesional y social”. Alarcão (2001:12); y que igualmente contribuyan a la
subsistencia de la lectura, insertados en la totalidad de este trío, sugerida
por la autora.

En la búsqueda incesante de la inclusión y el hacer valer el


comportamiento lector dentro de la dimensión personal, cada niño posee
el derecho a entender lo que lee, a manifestar lo que desea leer y a
entender sobre todo las propuestas lectoras que la escuela le ofrece.

Bajo el punto de vista profesional, cada elemento puede considerarse


amigo de la lectura. Y es en la diversidad donde se fortalece. Es en la
interacción social donde se fortifica y se inmiscuye en las oportunidades,

114
para así obtener una visión de mundo, como propone Freire (1982).

Por último, dentro del punto de vista social, la humanización de la


sociedad supone nuevos conocimientos y nuevas formas de conocer,
investigar, aprender, enseñar, desaprender para emprender, construir y
desarrollar al comportamiento lector.

Presentar un comportamiento lector es saber impulsar el pensamiento y


enunciar lo que el autor piensa. Claro está que el profesor no le enseñará al
alumno la manera de comportarse como lector apenas entendiendo lo que
el autor emite, pero de lo que se trata es de identificar la inmensa riqueza
y variedad de empleo de ideas del autor en un texto.

Se hace necesario mostrar cómo la lectura es comprendida y es apenas


mediante el habla diversificada, ya que “el habla y la escritura no pueden
ser disociadas y ambas se influencian mutuamente” Santos (2006:20).

Hace falta entre tanto, valorar la lengua presente en los textos comentados
por los alumnos como punto de partida para el perfeccionamiento de la
expresión oral y así de la expresión escrita en un camino de aprendizaje
que señaliza el interés y el dominio del comportamiento lector.

Eso nos permite percibir la importancia del habla en el proceso de la


comprensión lectora. La escuela necesita despertar respecto a la acción de
leer y expresar su profundo y cuidadoso significado de la libertad de
expresión, emitiendo opiniones críticas y reflexivas en sus posturas
originadas por el contenido de un texto.

Cabe a la escuela proporcionar soporte a los alumnos de manera que


mediante la práctica oral una vez realizada la lectura, el alumno deje su
marca, su forma de encarar al mundo o defender un dado punto de vista.

Pues así, como no es posible ofrecer lo que no se posee, no se puede


transmitir mediante la práctica oral el mensaje que la mente no consiguió
establecer. Es imperativo entender el significado para así poder transmitir
un mensaje. Para actuar como un lector se exige la transmisión del
mensaje, aunque sea apenas una pequeña información, pues establecemos

115
con el mundo una comunicación a través de la palabra hablada, que
procede de la palabra leída o escuchada.

Santos (2006:20) llama la atención respecto al “alumno tímido o miedoso


al expresar lo que siente por razón de la interpretación de un contenido
leído” y sugiere acertadamente el ejercicio constante como una
medicación para la cura de este mal tan necesario.

Fundamentándose en esta manera de pensar se cree que la interpretación


de lo que se lee y la extracción oral del significado que el texto transmite es
un factor indispensable para la expresión del comportamiento lector.

El acto de construir un significado, es decir, demostrar que aprehendió lo


que fue leído partiendo de la referencia del texto. El lector puede y debe
extraer siempre algún aprendizaje y él se concretiza, se internaliza con la
manifestación de cambios de actitud y este hecho se constituye en el
comienzo de la práctica del comportamiento lector.

Manifestarse mediante la idea de otro autor y demostrar esta


manifestación con una respuesta emocional en las experiencias y
situaciones vividas sin olvidar que la experiencia con la lectura produce
siempre mayor conocimiento, este sí es un producto del comportamiento
lector.

Sin embargo, se entiende que la lectura es una actividad que exige


esfuerzo y concentración y que muchas veces no es placentera como
debería siempre serlo, como enfatiza de una manera muy polémica
Beliintane (2006:97). Que: “tal vez en el contexto actual de redes y
soportes electrónicos la lectura no sea una necesidad como el ser
espontaneo para que la acción de ejercerla sea notoriamente realzada”.

De hecho el fenómeno de revelar espontaneidad es raramente observado


ya que estudiar, analizar, investigar siempre exigió esfuerzo y
concentración; hoy las exigencias son las mismas pero el nivel de
sensibilización del individuo es mayor en relación a su importancia dado
el desorganizado avance de los medios de comunicación.

116
Estar conectado es una exigencia del nuevo siglo y estar “antenado” a las
nuevas teorías surgidas en los últimos años se hizo obligatorio. El pos-
modernismo incluye entre sus intereses las reflexiones de Edgar Morin,
quien critica a la razón productivista y la racionalización moderna,
proponiendo una “lógica del viviente”, eso quiere decir que el individuo
necesita valorar su cotidiano y colmarse de la renovación cultural como
demuestra Gadotti (2006)

La cultura es adquirida a través de lecturas y más lecturas, lo que significa


decir que leer es orientarse con criticidad en la búsqueda por la
información, que siempre amplía el universo cultural, lo que favorece la
manifestación del comportamiento lector.

Para actuar como lector es necesaria la búsqueda incesante de


información y para que ella se concretice se deben crear oportunidades
que propicien el rescate del alumno hacia el mágico mundo de los libros.
Para Solé (1998):

“La lectura nos acerca a la cultura, o mejor, a


múltiples culturas y en tal sentido siempre es una contribución esencial
para la cultura del lector. Tal vez pudiésemos decir que en la lectura
ocurre un proceso de aprendizaje no intencional, incluso cuando los
objetivos del lector poseen otras características, como es el caso de leer
por placer.“ (Solé, 1998:46).

La autora subraya la influencia de la lectura en una diversidad de


situaciones. Entre tanto, la lectura que posee sentido es aquella que
contribuye de manera significativa a la formación del comportamiento
lector. En dicho caso empleamos nuestra capacidad de pensamiento
estratégico, que posibilita organizar las acciones e ideas propuestas por el
autor del texto, de modo que la contextualización ocurra mientras leemos
y comprendemos de manera automática, evidenciando así la comprensión
del hecho, la comprensión de lo que fue leído.

Lo que sustenta esta comprensión es la garantía de que el aprendizaje

117
apenas sucede cuando estamos motivados, o sea, “aprendemos lo que
interesa al intelecto y al corazón, primero a este y después al otro” (Aguiar,
2001:11).

Puesto que al encontrar en sí mismo la capacidad de descubrir y al


deleitarse con la satisfacción interior de haberlo hecho, nace el instante
para que el sujeto socialice la experiencia mediante su comportamiento
lector, debatiendo, inquiriendo, asumiendo posturas, construyendo así un
saber colectivo, que es la suma de las conquistas individuales.

Solé (1998) presenta una propuesta favorable para que el desempeño de


la lectura ocurra con sugerencias llamativas hacia el procedimiento del
profesor en relación al alumno, antes, durante y después de la lectura. Son
situaciones que una vez puestas en marcha, contribuyen con el
emprendimiento del comportamiento lector, como fue citado
anteriormente.

Para poner en marcha las situaciones sugeridas por Solé (1998) y las
habilidades por desarrollar, la autora menciona en el libro Estrategias de
Lectura, pasos importantes para que el ejercicio de tal práctica se
concretice, tales como:

 Una actividad de lectura debe ser bien planeada. El profesor debe


investigar textos y preocuparse en poseer un objetivo bien definido
a ser desarrollado con los niños;

 Escoger textos a la altura del repertorio de los niños para que el


diálogo entablado con la lectura sea productivo, pero también otros
de lectura más compleja, que mediados por el profesor permitan
posibilitar el diálogo;

 Levantar hipótesis y previsiones sobre el texto por leer. Enseñar


cómo establecer previsiones, en base al género, al título, al
subtítulo, a las ilustraciones, etc.;

 Favorecer la participación del alumno mediante preguntas y


situaciones en las que este tenga que emplear estrategias que le

118
faciliten la comprensión del texto;

 Articular diferentes situaciones de lectura –en silencio- colectiva –


oral- individual y compartida, y encontrar textos más adecuados
para obtener los objetivos planteados;

 Estimular la clase a intercambiar siempre ideas y debatir lo que fue


leído;

 Proponer trabajos donde los niños necesiten leer para seguir


instrucciones, revisar la propia escritura, practicar la lectura en voz
alta y memorizar;

 Incitar la necesidad de leer ayudando al niño a descubrir los


diversos usos de la lectura en situaciones que promuevan su
aprendizaje de modo significativo;

 Proporcionar todos los recursos necesarios para que el niño pueda


enfrentar con firmeza, confianza e interés la actividad lectora;

 Transformar al niño a cada momento en lector activo, es decir, en


alguien que sabe por qué lee y que asume su responsabilidad ante
la lectura.

Tales afirmaciones se coadunan con la relación recíproca entre emplear


estrategias de lectura e interpretar textos. Se emplea una estrategia
porque se entiende el texto, se entiende el texto porque se aplica la
estrategia.

Se puede decir que el lector se convierte en eficiente cuando: elabora


preguntas mientras lee y se mantiene atento, selecciona índices relevantes
a la comprensión, suple los elementos ausentes complementando
informaciones, anticipa hechos, critica el contenido, elabora hipótesis,
establece relaciones con otros aspectos del saber, transforma o
reconstruye al texto leído y atribuye intenciones al autor.

Un hecho que sin duda alguna contribuye al interés por la lectura de


determinado material consiste en que éste pueda ofrecer a los niños

119
ciertos desafíos. Entre estos, el más complejo es la habilidad de indagar,
una vez que el cuestionar está presente en casi todas las etapas del
proceso lector.

El profesor cuando es mediador no consigue distanciarse del diálogo,


punto esencial de la interacción aprendizaje/lectura. Para que pueda darse
esa interacción existen varios aspectos que deben ser llevados en
consideración, porque están relacionados al comportamiento lector. Estos
aspectos pasan por las siguientes estrategias: motivar los niños, ofrecer
objetivos, actualizar sus conocimientos previos, ayudar a formular
previsiones, incentivar preguntas y previsiones.

Estas y muchas otras estrategias que aquí no son citadas pueden ser
consideradas como habilidades para inquirir, y vale recordar que ya
emitimos algunos comentarios sobre las dificultades que los profesores
encuentran en emplearlas, debido a las exigencias que están incluidas en
su proceso de ejecución.

La habilidad para formular preguntas es quizá la más compleja entre todas


aquellas que el profesor desarrolla en clase, y, sin duda alguna, la más
difícil de ser entrenada, puesto que exige un profundo conocimiento
referente al contenido y al contexto en el cual la lectura será trabajada, así
como del objetivo que el profesor se propone.

Las evidencias demuestran que el profesor no realiza las preguntas


necesarias para la promoción del desarrollo de los procesos mentales del
alumno, recordando que el aprendizaje es función de su actividad. Así,
vemos la importancia primordial de capacitar al profesor del hoy y a los
profesores venideros para el desarrollo de tales destrezas; porque además
de promocionar el desenvolvimiento intelectual de los alumnos, el saber
inquirir proporciona al profesor el material capaz de certificar la
comprensión de los alumnos en lo que concierne a la intención del autor,
el mensaje del texto, en suma, si manifiestan el comportamiento lector.

El comportamiento lector exige la expresión clara y evidente del

120
entendimiento sobre el texto que se propuso trabajar. Sin saber preguntar
y/o responder es muy posible que el profesor llegue al final del momento
de la lectura en clase a solas, o con un número bastante reducido de
alumnos en su compañía; los demás alumnos se van quedando por el
camino a lo largo de las diversas etapas y muchas veces marcados como
aquellos que “no saben”.

Para facilitar el entrenamiento de la habilidad de inquirir como habilidad


que impulsa la formación del comportamiento lector es posible estudiarla
bajo dos puntos de vista, siguiendo las directrices de Carvalho (1987:56):
Sobre el empleo determinado por el profesor y sobre el grado de
complejidades. Sobre el empleo proporcionado por el profesor podemos
clasificar a las preguntas así:

 Preguntas aclaradoras – son las que buscan el conocimiento previo


y crean un clima de motivación hacia lo que será leído.

 Preguntas estimulantes – son las que condicen con el objetivo que


se desea obtener y con la propuesta de lectura por trabajar.
Estimulan las inferencias y crean un ambiente lector.

 Preguntas sin sentido – son las que fulminan el momento del


entendimiento. No llevan a nada. Las preguntas sin sentido
dispersan, obstaculizan las previsiones coherentes de los alumnos,
desvían el área del saber propuesto por el profesor mediante
contenidos de la lectura en pauta y muchas veces inhiben al
alumno.

La mayor dificultad en la formación y orientación del profesor es hacer


con que este transforme las preguntas sin sentido en preguntas
aclaradoras.

A continuación, citamos algunos ejemplos típicos de aquellas preguntas


sin sentido, que en nada contribuyen para la formación del
comportamiento lector, por ejemplo: ¿Entendieron lo que leí? ¿Alguien
posee dudas? ¿Alguna persona se quedó sin entender? ¿Recuerdan cómo

121
empecé la lectura?

Mediante dichas dificultades, considerando que la lectura es un proceso en


el cual el lector emprende un trabajo activo para la construcción del
significado del texto, partiendo de lo que busca en él, cabe al profesor
como mediador, inyectar durante el momento de las preguntas
aclaradoras, cuestionamientos favorables en lo que se refiere al
procedimiento facilitador de la comprensión. Es indispensable para
extraer informaciones del texto el empleo de estrategias como
herramientas seleccionadas para la construcción del significado, pues sin
ellas no es posible obtener velocidad y pro-eficiencia en la enseñanza de la
lectura.

Entre tanto, esta polémica siempre existió y siempre existirá. Enseñar a


leer es un proceso extraordinario de conocimientos teóricos y psicológicos
profundos, pero al mismo tiempo es sencillo y gratificante.

Cuantos aprender a leer sin grandes revoluciones. Lo que se hace


necesario es zambullirse constantemente en el mundo de las letras, con
lecturas permanentes que posean significados y sentidos para que los
niños puedan compenetrar, plasmar y entrañar el placer por la lectura.
Para ello los niños necesitan ayuda al leer, por parte de quien aprecia leer.

Al respecto de todos estos presupuestos sugeridos se puede elegir el


modelo lector, que como educadores esperamos formar. Para Aguiar
(2001:155), el lector competente es aquel que al vivir innumerables y
diferentes experiencias de lectura, llega a presentar los siguientes
comportamientos, mostrados en la figura 10:

122
Sabe buscar textos Conoce los locales Es capaz de
de acuerdo a su en que los libros y dialogar con Se integra a
horizonte de los demás nuevos textos, grupos de lectores
expectativas, materiales de posicionándose y expresa en
seleccionando lectura se críticamente ante diferentes
obras a partir de sus encuentran ellos lenguajes lo que
preferencias y (bibliotecas, sala y lee.
necesidades. lectura, librerías,
editoriales...)
Intercambia
Frecuenta los impresiones e
espacios informaciones con
mediadores de otros lectores
lectura
(lanzamientos,
expositores,
palestras, Conoce y se
encuentros con posiciona ante la
escritores) crítica sobre libros
Identifica a los Comportamiento
leídos (sea ella
libros y otros del lector
materiales especializada o
competente espontánea).
(periódicos,
revistas, archivos)
en los estantes,
sabiendo buscar lo
que le interesa Amplía su
horizonte de
expectativas a
Localiza datos través de
en la obra lecturas
(editora, local, desafiantes
fecha de
publicación,
prefacio,
sumario,
índice...) Es receptivo ante
nuevos textos,
Tiene consciencia alargando su gusto
Sigue las de su crecimiento por la lectura y su
Reconoce la estructura género de
pistas de como lector y
de la obra y rellena los preferencias.
lectura como ser humano
vacíos de acuerdo a su
ofrecidas por propiciado por la
madurez lectora
el autor. lectura.
existencial.

Figura 10. Comportamiento del lector competente


Fuente: Aguiar (2001). Era una vez en la escuela. Formando educadores para
formar lectores.

Se sabe con certeza que el grupo de tales actitudes es una meta a largo
plazo que tenemos en vista cuando nos proponemos formar lectores con el
objetivo de que ellos de hecho actúen como tal. Los acontecimientos se
dan paso a paso, pero lo que importa es saber adónde deseamos llegar y a

123
partir de esto planear y trazar los procedimientos con la seguridad de que
mientras más lecturas desafiantes realice el individuo, estará más
propenso a modificar sus propios horizontes.

Partiendo de tales ideas esenciales y para sustentar a este desafío, se


sugiere el uso de estrategias diversas de lectura para que el individuo
actúe como lector, pues se hace uso de todas las estrategias de lectura más
o menos al mismo tiempo, sin poseer conciencia sobre ellas.

Estas estrategias están bien claras en el PCN en acción-alfabetización


(1999:67) denominadas:

Selección - Permite que al lector que se atenga apenas a los índices útiles,
despreciando los irrelevantes. Al leer realizamos esto a todo momento:
nuestro cerebro “sabe”, por ejemplo, que no precisa detenerse en la letra
que sigue a la “q”, pues ciertamente será “u”: o que no siempre es
necesario fijarse en los artículos, pues el género está definido en el
sustantivo;

Antelación - Permite prever lo que sigue, en base a informaciones


explícitas y a suposiciones. Además de letras, sílabas y palabras,
anticipamos significado. El género, el autor y muchos otros índices nos
informan lo que es posible encontrar en un texto. Así, al leer un cuento de
Monteiro Lobato llamado “Viaje al Cielo”, es posible encontrar
determinados personajes, ciertas palabras del campo de la astronomía y
deducir que, ciertamente, sucederá alguna aventura;

Inferencia - Permite captar lo que no está dicho en el texto de forma


explícita. La inferencia es aquello que “leemos”, pero no está escrito. São
consideraciones supuestas en base tanto a pistas dadas por el texto en si
como a conocimientos que el lector posee. A veces esas inferencias se
confirman, y a veces no; de cualquier forma, no son suposiciones
aleatorias. Además del significado, inferimos también palabras, sílabas o
letras. Considerable parte del contenido de un texto pode ser anticipada o
inferida en función del contexto: portadores, circunstancias de

124
surgimiento o propiedades del texto. El contexto, de hecho, contribuye
decisivamente para la interpretación del texto y, con frecuencia, incluso
para inferir la intención del autor;

Verificación - Hace posible el control de la eficacia o no de las demás


estrategias, permitiendo confirmar, o no, las especulaciones realizadas.
Ese tipo de prueba para confirmar- o no – la compresión es inherente a la
lectura.

Relativo al grado de complejidad, lo más frecuente es clasificarlos acorde a


los niveles presentados por Bloom (1973) en Carvalho (1987:56) en los
seis puntos aquí enumerados:

Recuerdo – el profesor realiza preguntas que se refieran al tema visto.

Comprensión – el profesor realiza preguntas que testifican el


entendimiento del alumno.

Aplicación- el objetivo de estas preguntas es proporcionar la oportunidad


al alumno de que haga uso de los conocimientos adquiridos dentro de
nuevas situaciones.

Análisis – son preguntas que requieren que los alumnos elaboren


deducciones, organicen y expresen sus pensamientos, examinen e
interpreten evidencias, etc.

Síntesis – son preguntas que inmiscuyen al alumno en actividades


creativas y productivas que reflejan su comprensión.

Evaluación – el profesor elabora preguntas que requieren por parte de


sus alumnos ser capaces de juzgar y razones que consoliden ese
juzgamiento.

Partiendo de tales estrategias podemos afirmar que valorar la lectura es


garantizar la manutención del comportamiento lector, en el intento de
concienciar al alumno que así el papel de la escuela actual es el de
sustentar la necesidad de leer y por ende de desarrollar el
comportamiento lector, o sea, mostrar que la lectura puede ofrecer

125
infinitas posibilidades. Castello-Pereira (2005:13-14), explica:

“Es necesario tener claro que las personas se hacen


lectoras porque la lectura posee un sentido en su vida y no porque esta le
otorga placer. La lectura es la posibilidad de intervenir, de participar, de
entender a la sociedad que nos rodea. Leer deviene de necesidades
objetivas que las personas poseen como metas en la vida, no es por lo
tanto una actividad espontánea. El estudiante no estudia por que le
proporciona placer o porque lo desea, el tiene que hacerlo. Lo que no
conlleva que este no pueda sentir placer en dicha actividad, o placer con el
conocimiento, que es consecuencia del acto realizado. La lectura con
placer es una modalidad, ni peor ni mejor, ni más importante que las
demás. La lectura que la mayor parte de las personas realiza todos los días
es la lectura por obligación, la lectura en el trabajo, la lectura por
necesidad.” (Castello-Pereira, 2005:13-14)

Se percibe que la lectura es un excelente contenido para la sustentación de


la cultura de las futuras generaciones. Apenas las personas que se
conectan a las informaciones veloces de la actualidad podrán tener
mejores expectativas de oportunidades con estabilidad, sean económicas o
psicológicas, para enfrentarse a los desafíos que la pos-modernidad
presenta.

Buscar la sostenibilidad cultural y social equivale a la reducción de la


desigualdad que retrata la sociedad de hoy. En ese sentido la propuesta de
Despertar Desarrollar y Sustentar (DDS) al comportamiento lector se erige
en tres pilares que incentivan a los futuros ciudadanos a ser mejores
lectores que emanan entendimiento y comprensión. La figura 11, a
continuación presenta ese modelo.

126
Figura 11. Pilares de sustentación del comportamiento lector.
Fuente: Elaborado por la investigadora.

Se puede deducir que la escuela del siglo XXI necesita sentar las bases de la
construcción de una comunidad lectora para así garantizar la
sostenibilidad del comportamiento lector. Dicha propuesta puede ser
entendida dentro de este contexto, como “presente modificado” Feinmann
en Imbernón (2002:172).

Modificar el presente significa pensar en la enseñanza de la lectura


partiendo de tales raíces por ser un ejercicio de autonomía intelectual, que
será fructífera si es construida con actores colectivos, capaces de elaborar
un nuevo discurso y de consolidarlo en asociación a los diversos mundos
académicos, comunidades, organizaciones políticas, sindicales,
gubernamentales, o no gubernamentales.

Por lo tanto el ejercicio de la lectura exige una reflexión revolucionaria y


en este sentido la convocación para ello se debe concretar no mediante
competencias individuales sino a través de sólidas propuestas de políticas
ajustadas.

127
3.3.3.1. El lector.
Es importante explicar lo que es un lector para a seguir definir cómo se
comporta, considerando la correspondencia dialéctica: texto/lector.

En este sentido Perissé (2004:6) afirma que “ser lector es conseguir


pensar por sí mismo, es demostrar la personalidad de quien piensa y
escribe”.

Comportarse como un lector es ser capaz de demostrar habilidades


necesarias para la compresión del texto de modo que pueda buscar su
significado, expresar lo que es más relevante en él, y percibir la intención
del autor, además de poseer capacidad para evaluar informaciones del
texto en lo que se refiere a su estructura global.

Comportarse como un lector es visualizar lo que se lee y para proceder


como verdadero lector existen comportamientos típicos que identifican y
caracterizan al comportamiento lector, y son:

“Comentar con otros lo leído. Expresar lo que pensó


o sintió al leer. Comparar el trato de la información en diversas fuentes.
Comentar las probables intenciones del autor. Relacionar los contenidos
de textos con la realidad vivida y a otros textos. Recomendar lecturas.
Interesarse por los demás. Comparar textos, autores, tipos de abordajes”.
(Antunes de Barros y Veliago, 2001:123).

Para complementar estos conceptos Foucambert (1994:30) expone su


opinión de manera muy interesante en lo que se muestra como una
meditación sobre la responsabilidad del entendimiento del lector, cuando
dice que ser lector es desear saber lo que transita por la mente del otro,
para entender mejor lo que hay en la nuestra. Esto implica la posibilidad
de distanciarse del hecho, para obtener de él una mejor comprensión y así
manifestar en base a su comprensión lo que entendió y de esta manera,
emanar el comportamiento lector.

Lo que interesa es contribuir decisivamente con una comunidad de


educadores/lectores y consolidar los avances hacia un mundo de

128
conocimientos al cual todos tienen derecho de acceder.

Alves (2001), en su texto “Concertos de Leitura” (Módulo 1. U9, T1 –


PROFA) decía: “Quien lee, posee millares de ojos: todos los de aquellos que
escribieron. Quien no lee es ciego, apenas mira lo que los ojos perciben”.

Esta proposición orienta a observar las series iniciales y ayuda a percibir


la plenitud de la función del educador, a quitarle las vendas a una
inmensidad de niños que conviven con una carencia impresionante de
portadores de textos.

Se reconoce la ausencia de textos carentes de representación significativa


para los escolares por todo el país, e invertir ese cuadro es el sueño de
toda la clase educadora en todo el mundo.

Se subraya a Kleiman (2002:37), pues ella afirma que el comprender


depende de las relaciones que el sujeto entabla con el autor durante la
lectura del texto; para esto los textos jamás podrán estar ausentes en
dicho proceso.

Finalmente Freire (1982:11), acentúa que es fundamental al pensar la


figura del lector que este, al efectuar la lectura de un texto, articule
“relaciones entre el texto y el contexto”, aunando en sus pensamientos
mundo y palabras, pues el lenguaje y la realidad se articulan con
dinamismo.

3.3.3.2. Cómo desarrollar el comportamiento lector.


La conciencia sobre la transición de paradigmas y de los desafíos políticos
y metodológicos que de ella derivan, remiten hacia la necesidad de una
pedagogía capaz de problematizar el actual contexto y orientar hacia los
caminos favorables del enseñar a leer y entender, para no flotar en un mar
de cambios, donde la guerra de métodos para la enseñanza del leer y el
escribir está en pleno auge y no ofrece ninguna estrategia segura para
dicha enseñanza. Enseñar lo básico es fundamental, pues si no se enseña
siquiera a decodificar, ¿cómo es posible esperar obtener lectores críticos,
fluentes, que manifiesten el comportamiento lector?

129
Siendo este un derecho de suma importancia, en la escuela también debe
existir un cuerpo docente capacitado, pues esta es una condición para
atraer al alumno y es eje facilitador de su permanencia en la escuela. Una
vez que la escuela apenas puede ejercer su función con la presencia del
alumno y del profesor, esta interacción es la que favorece la enseñanza y
garantiza la formación del alumno lector, siendo el profesor el
protagonista facilitador del proceso de lectura, como garantiza Vargas
(1993:7), cuando afirma “que el proceso de leer no es el de juntar sílabas,
pero sí el de sumar ideas”.

Necesita por tanto, para sumar ideas, innovar las propuestas lectoras
educativas ofrecidas y romper con la inercia, que puede parecer tarea
difícil, pero no imposible. El hecho requiere profesores autónomos,
críticos y reflexivos sobre su actividad docente, o sea, profesores dotados
de un inmenso repertorio teórico y práctico, para buscar en equipo
propuestas y actividades alternativas que hagan funcionales y
significativas las actividades de lectura en el seno de las escuelas.

Esto se justifica en el hecho de que la consolidación de un comportamiento


lector debe ser un proceso complejo que exige que ciertos procedimientos
sean efectuados para asegurar el desarrollo de las competencias
inherentes a un auténtico lector. De forma notoria, para expresar el
comportamiento lector, existen varios tipos de lectores, que pueden
ayudar a enfatizar estos procedimientos.

“El comportamiento lector no se manifiesta en el


lector que lee mediante la operación analítico-sintética, es decir,
decodificando palabra por palabra, pero sí en aquel que lee de manera
ideográfica – reconociendo las palabras como un todo, por su tamaño,
forma, conocimiento de reglas lingüísticas, lanzando una mirada hacia los
bloques de palabras, en las que busca el sentido del texto.” (Zapone,
2001:58).

La lectura se retrata en el comportamiento lector, cuando el lector es la


instancia responsable de atribuir sentido a lo que lee. La materialidad del

130
texto apenas se transforma en sentido cuando alguien relata su opinión
sobre lo que fue leído. Y así el texto es leído siempre de acuerdo a una
determinada experiencia de vida, de lecturas anteriores, siendo fomentada
en los conocimientos previos del lector.

El alumno que manifiesta comportamiento lector es aquel que está


siempre estimulado a practicar lecturas, sea en clase o en el ambiente
social que frecuenta, pues la lectura auxilia el desarrollo de habilidades, de
atención y observación, e incentiva la organización y la expresión de ideas;
también estimula el aumento e interiorización del vocabulario, de manera
sorprendente.

Además se parte del hecho de que en el mundo moderno, no es más


posible configurar ideas aisladas, pues la posibilidad de que ellas sean
compartidas por todos es enriquecedora, para diversificar a las
actividades de la enseñanza y del aprendizaje de la lectura, en la búsqueda
incesante por el enriquecimiento y perfeccionamiento del
comportamiento lector.

Por lo tanto las dinámicas de lectura deben ser procedimientos de trabajo


colectivos. Estas acciones volcadas hacia las prácticas pedagógicas
acogidas y asumidas por el profesor, diversifican las actividades e
introducen elementos que estimulan la acción lectora. De tal modo, las
dinámicas se presentan como recursos auxiliares con el objetivo de un
buen desempeño docente en el incentivo al comportamiento lector.

La idea de actuar como un lector implica en los derechos y deberes en el


sentido de instigar cuestiones y así conseguir sustentar al discurso y
socializar la idea implícita en el texto.

Rangel (1990:13), ofrece una sugestión muy interesante cuando afirma


que “se debe variar no apenas en los procedimientos indicados para la
lectura, pero en el nivel del texto, de los detalles, las consignas que
necesitan ser claras”, para que así el alumno se sitúe dentro de la
propuesta de actividad y manifieste el comportamiento lector, en la

131
ejecución de la tarea solicitada, de forma clara y productiva.

Lo que equivale a decir que sirve para que el alumno manifieste su


entendimiento sobre el contenido del texto, siendo explícito en su
significado mediante la expresión oral o escrita de sus ideas, con una
exposición del sujeto en el proceso de atribución del significado, y no como
un mero receptador de las ideas vehiculadas por el texto.

El autor citado aquí, propone también que se manifieste el


comportamiento lector bajo una conceptualización de lectura que
presupone la inserción de la práctica en la esfera social, histórica e
ideológica con argumento y con competencia del lector, para que así las
relaciones sociales que permean a su medio puedan ser vehiculadas y
socializadas.

Existen diversas opiniones muy optimistas sobre el emanar el


comportamiento lector como la de Freire (1987:22) en Zapone (2001:48)
cuando dice que el lector como sujeto es llevado a tomar partido, a actuar
de manera crítica ante el texto, y ese movimiento está dialécticamente
relacionado a la forma en que el individuo se sitúa en el mundo. Por eso, el
autor afirma que la lectura de la palabra no es apenas precedida por la
lectura del mundo, pero si por cierta forma de escribirlo o reescribirlo, de
transformarlo mediante la práctica.

Se entiende también por comportamiento lector a la visión crítica


manifestada por el lector, ya que a través de ella el lector toma conciencia
de la realidad y revela con cierta claridad su emancipación mediante el
discurso, posicionando en su universo cultural la vivencia de su
experiencia, de forma que pueda ser comprendida en la concreción de un
sentido.

Se subraya aquí el enfoque socio-político tan defendido por Paulo Freire


(1982) y Ezequiel Teodoro (2003), cuando se refieren a la lectura y a la
emancipación del lector.

El comportamiento lector se manifiesta al caminar rumbo a la sabiduría,

132
para el aprendizaje sobre sí mismo y sobre el mundo, haciendo así a las
personas, individuos mejores. Por ello la lectura de cualquier material
impreso implica siempre una actividad saludable y enriquecedora para el
individuo, pues amplia el desarrollo intelectual del lector, incrementando
su vocabulario, multiplicando el número de informaciones.

Se sabe que comprender es una tarea difícil para los niños y adultos,
siendo así el comportamiento lector regido por intuiciones que infieren en
las lecturas realizadas aunque de manera inconsciente. Toda práctica de
lectura es el resultado de creencias de índole filosófica, política y
pedagógica y para cualquiera de ellas es necesario abastecerse de
conocimiento previo, de modo que la compresión fluya.

Así el comportamiento lector exige también el desarrollo de la capacidad


por leer, y para ampliar esta capacidad es necesario ver la lectura como
algo interesante y desafiante, para que se pueda conquistar a cada
momento la autonomía y la independencia del lector, de tal modo se
consigue manifestar el comportamiento lector, o sea, trasparecer el deseo
por leer y emanar el entendimiento sobre lo que fue leído, tanto en la
escuela como fuera, y en todo el entorno que habitamos y frecuentamos.

Cada propuesta citada es una sugerencia para crear lazos definitivos a


favor del desarrollo del comportamiento lector, y esto apenas se hace
posible si las acciones son efectivas, continuas y acreditadas.

A diario suceden en las escuelas instantes en que los profesores leen en


voz alta a sus alumnos, otros en los que se estimula la lectura en silencio y
de forma autónoma; es en esa situación la que el profesor debe tener en
mente dos objetivos principales: ampliar la experiencia del niño
empleando un sinnúmero de géneros literarios e incentivar el
comportamiento lector.

Por otro lado es observando, escuchando al profesor como el alumno


despertará las ganas también de hacerse un lector. Si el profesor sabe
mostrar cómo se lee, el alumno cree en él, y admira su actitud,

133
contaminándose con esa práctica y probablemente ejercitándola por su
cuenta.

Muchas otras situaciones son favorables al desarrollo del comportamiento


lector como: visitas periódicas a bibliotecas escolares, práctica de la
biblioteca ambulante, acervo conformado por libros pertenecientes a su
casa y compartidos con la clase, un cuaderno de lectura que reúne textos
de alumnos, indicaciones para el fin de semana, curiosidades, artículos y
un sinfín de noticias.

Sin embargo, es preciso crear un ambiente favorable a la lectura que


revalorice al lector. Los buenos lectores necesitan más espacio y
reconocimiento para ampliar la experiencia lectora y así manifestar el
comportamiento lector. El equipo pedagógico del “Colegio Pentágono-
Educação” (2006:1 y 2) con la intención de auxiliar a los padres en esta
tarea preparó una lista de intenciones que tienen como objetivo deshacer
los principales mitos que obstaculizan la interacción alumno-lectura.

Son siete los mitos manifestados por este equipo y están descritos abajo:

 Tengo muchos libros en casa. El interés de mis hijos por ellos surgirá
naturalmente;

 Los profesores ya leen con mis hijos en la escuela, no es necesario que


yo haga lo mismo en casa;

 Mi hijo aún es muy pequeño. Voy a esperar que crezca un poco más
para leer con él;

 Yo intento variar, pero, él me pide que repita la historia tres, cuatro


veces. ¿Es eso normal?

 Yo escojo historias maravillosas, pero, él no se involucra. Creo que


verdaderamente no le gusta leer;

 Los niños no tienen madurez para escoger que leer. Eso es trabajo de
los adultos;

 Mi hijo ya está alfabetizado. No necesito leer más con él.

134
Estas declaraciones presentadas nos llevan a afirmar que se cree que los
padres son considerados piezas fundamentales en la construcción del
comportamiento lector de los niños en los niveles iniciales de la
enseñanza, y que por lo tanto, pueden contribuir rompiendo con estos
mitos y asumiendo el papel de lectores de sus hijos, dando continuidad al
trabajo del profesor iniciado en la escuela.

Por otro lado, para que el profesor pueda hacer uso de las estrategias de
lectura como herramientas que fortalecen el comportamiento lector, las
intervenciones pedagógicas no pueden ausentarse de este proceso.

El primer paso que nos fundamenta hacia el trayecto del comportamiento


lector es la conciencia de que somos seres de lenguaje y el lenguaje es una
capacidad de atribución de sentido. La atribución de sentidos exige
atención, la atención exige ver y atribuir sentidos exige ver
profundamente. Así lo dijo Sônia Almeida en un curso de formación de
profesores ofrecido por la SEMED (Secretaría Municipal de Educación)
sobre “O Percurso do Leitor Crítico” de Almeida (2004).

Al leer, el estudiante además de comprender las ideas fundamentales del


texto, deberá relacionarlas con las de otros escritos y conocimientos,
elaborar síntesis, hacer críticas, comentar, en fin, emitir opiniones frente a
las teorías y conocimientos adquiridos.

El lector, al manifestar el comportamiento lector, deja explícito este poder


de abstracción ya que la lectura presenta siempre posibilidades de
exposición oral de lo que el texto dice de aquello que él está diciendo.

Se ha de tornar claro lo que está detrás del texto y explicar el


comportamiento lector, evidenciando la intencionalidad del autor del
texto, pues, al descubrir esta intencionalidad, el lector construye y no solo
recibe un significado para el texto. El autor del texto busca esencialmente,
la adhesión del lector.

Kleiman (2002:65) nos dice que el lenguaje ya fue considerado como el

135
“instrumento más eficiente para interferir en la vida interior de los otros,”
y no solo el lenguaje, sino el hombre a través de su texto. Como
consecuencia de esta interferencia se puede definir la actividad de lectura
como una interacción de la distancia entre lector y autor transitando por el
texto, como podemos confirmarlo con lo dicho por la autora:

“Mediante la lectura se establece una relación entre


lector y autor que ha sido definida como de responsabilidad mutua, pues,
ambos tienen que velar para que los puntos de contacto sean mantenidos,
a pesar de las posibles divergencias en opiniones y objetivos.” (Kleiman,
2002:65)

Por consiguiente, hay evidencias de que es necesario enfatizar en lo que


hay de individual en la lectura y en lo que es determinado por el objetivo y
propósito específico del lector, lo que será enriquecido con el trabajo
planeado adecuadamente por el profesor, para que de esta manera este
proceso de concienciación se haga efectivo y los lectores puedan
manifestar el comportamiento lector.

3.3.3.3. La lectura motivada.


La lectura desmotivada no es propiamente lectura. Cuando leemos por que
otra persona nos manda a leer, como ocurre todos los días en la escuela,
estamos sólo ejerciendo actividades mecánicas que poco tienen que ver
con el significado y el sentido.

Este tipo de lectura no lleva al aprendizaje y de esa manera la


comprensión no fluye. Existe un objeto cuyo significado para la mayoría de
la población es un montón de hojas en las cuales solamente se aprecian los
grabados existentes; miran, pero no saben lo que está escrito y dicho.

Esta es una manera de retratar el extraño dilema social en que la


enseñanza está incluida, dejándola excluida de la comprensión lectora.
Existen personas que sabiendo leer y escribir no consiguen interpretar lo
que están leyendo. Se hace urgente la revitalización de la búsqueda del
conocimiento a través de la lectura. Para eso, sólo con un motivo afinado

136
conseguiremos adentrarnos en ella, para sumergirnos en un mundo de
fantasía, viajar en el tiempo, conocer los estilos de la época en que fue
escrito (cuando se trate de libros literarios) o encontrar en la literatura
actual aquellos que buscan exponer temas que llevan al lector a conocer la
realidad de las diferentes manifestaciones sociales existentes.

Por eso, las situaciones de lectura deben ser motivadoras y la motivación


está íntimamente relacionada con las relaciones afectivas que el niño
establece con la lengua escrita. Para eso, esta estrategia debe ser tratada
con mimo en la escuela y “mimados” los conocimientos adquiridos por los
niños en torno de ella. (Sole, 1998:92).

La motivación genera una postura que es considerada esencial para la


lectura y comprensión del texto, esto es, la construcción de una intención
argumentativa para que el lector se posicione críticamente frente al texto
leído.

Para que el profesor pueda motivar sus alumnos, un ambiente de lectura


se torna indispensable. La motivación es la que va a dar la oportunidad de
esta intención, pues, para leer, comprender, extraer sentido y dar
respuestas críticas y creativas a lo que fue leído es imprescindible un
ambiente favorable y un clima propicio para la concentración. La
ventilación y la iluminación de la sala son elementos que complementan
los motivos para el ejercicio de la lectura.

Desafortunadamente, la lectura no es valorizada como debería ser. Su


éxito o fracaso está más ligado al libro didáctico en el interior de las
escuelas. Ni siquiera las bibliotecas, cuando existen en las escuelas,
motivan al alumno a visitarlas y mucho menos para el ejercicio de la
lectura, pues, estas son poco visitadas por los profesores y la mayoría son
apenas depósitos de libros.

Además, nuestra cultura no privilegia el acto de leer como instrumento de


ampliación de la cultura, como nos lo dice de manera acertada Mamede
Santos (2003):

137
“En realidad, cuando la mayoría de nuestros
alumnos comiencen a valorizar la lectura como respuesta de los motivos
que los llevan a leer, nuestra sociedad se organizará mejor y la
repercusión de la educación brasileña presentará en lugares favoritos en
los informes que actualmente los estudios divulgan.” (Santos, 2003:7).

En este ámbito, la motivación será factor imprescindible para un cambio


de postura frente al placer de leer, a emitir opiniones de forma clara,
coherente y no será retratada solamente por intelectuales y sí realizada en
torno a todas las estructuras reinantes en nuestros medios de
comunicación actuales. De esa manera, siempre que exista un motivo para
leer, la lectura será parte integrante de la formación de la sociedad
brasileña, consecuencia de las prácticas ejercitadas en las escuelas. Por
tanto, la palabra de orden es motivación. Ninguna tarea de lectura debe ser
iniciada sin que el lector encuentre motivo para tal. Silva (2002:114) dice
que: “La lectura exige más que deletrear palabras. El niño debe relacionar
los contenidos con sus experiencias, actuando y reaccionando. Leer más
allá de las líneas es esencial.”

El autor incluso presenta innumerables sugerencias para trabajar lectura y


práctica en la sala de clases, y de modo especial los caminos que,
dinamizados con imaginación y creatividad contribuirán de modo
significativo al trabajo desempeñado. Pero, es la sensibilidad del profesor
vuelto hacia las necesidades de los grupos específicos la que definirá la
eficacia de este proceso.

Vale señalar que se vuelve una exigencia que el alumno esté estimulado a
practicar la lectura, sea en la sala de clases o en el ambiente social que
frecuenta, pues, la lectura auxilia el desarrollo de habilidades, de atención
y observación, incentiva la organización y expresión de ideas, estimula
además el aumento y la fijación del vocabulario, de una forma
sorprendente.

Además de eso, se parte del hecho de que en el mundo moderno ya no es


posible configurar ideas aisladas; la posibilidad de estas ser compartidas

138
por todos es enriquecedora, ya que dinamiza y agiliza el proceso de
formación cultural de un pueblo.

De ese modo, para diversificar las actividades de enseñanza y aprendizaje


de la lectura se hace necesario conocer los tipos de lectura, para de esta
manera poder hacer uso de los mismos con más seguridad.

Así como existen variadas formas de leer, hay también diversos tipos de
lectura, conforme el gusto del lector que define el propósito que lleva al
ejercicio de este acto.

De acuerdo con Penteado (1997:195), el punto de partida para leer mejor


es comprender el principio general de que “la naturaleza de lo que se va a
leer influye en la actitud mental del lector”. Este principio faculta la
clasificación de tres tipos básicos de lectura, conforme el objetivo que se
quiere alcanzar:

Lectura apreciativa – El lector busca apenas una satisfacción del espíritu.


Es la manera por la cual se lee una obra literaria.

Lectura crítica – El lector sabe que la materia delante de sus ojos puede
ser totalmente cierta, parcialmente errada o completamente errada.
Evalúa, mide, pesa y compara el pensamiento del autor con el suyo,
estableciendo un diálogo con él.

Lectura asimilativa – El lector parte de la suposición de encontrarse


delante de una autoridad de reconocida capacidad y procura aprender,
esforzándose para aceptar lo que lee y asimilar todo lo posible de la
lectura.

Por otro lado, Geraldi (2003:92-93) afirma que delante de los textos, se
pueden presentar las siguientes posturas: “la busca de informaciones, el
estudio del texto, el pretexto (dramatizar, transformar, ilustrar, etc.) así
como la fruición (placer) del texto”. Según el autor, cualquiera de esas
iniciativas es posible, pero, lo más importante es la definición del tipo de
relación que el lector quiere mantener con el texto para de esta manera
definir sus posibles lecturas. Una vez definidas podrá poner en práctica el

139
comportamiento lector.

La verdad es que dos factores son fundamentales para la conquista del


comportamiento lector: La velocidad en la lectura y un buen vocabulario.
El factor velocidad está directamente ligado a un buen vocabulario, pues,
cuando un individuo domina un número bien amplio de palabras,
alcanzará una buena velocidad en su lectura sin perjuicio en la
comprensión de la misma.

Lesgold en Terzi(2002:15) propone que: “durante los dos primeros años


de enseñanza de la lectura, los niños sean conducidos a desarrollar
velocidad en la decodificación de palabras de manera que puedan
comprender lo que leen”.

El camino sería, entonces, dar un énfasis inicial en la enseñanza de la


decodificación para un posterior énfasis en el trabajo con el significado.
Sin embargo, al plantear la aproximación de estos dos procesos, no se
justifica enseñar uno para después practicar el otro. Ellos son
inseparables, pero, la decodificación es un proceso auxiliar de la
comprensión. No se puede decodificar sin saber de lo que se trata, se
entiende que aprender el código es una necesidad que prescinde de
cualquier justificación.

Por lo tanto, las dinámicas de lectura, que son procedimientos de trabajo


colectivo y también acciones vueltas hacia la práctica pedagógica del
profesor mediador, deberán ser adoptadas por el profesor para
diversificar e introducir elementos que estimulen el proceso lector.

De ese modo, las dinámicas se presentan como recursos favorables para el


buen desempeño del comportamiento lector, lo que favorece la ligereza en
el sentido de conseguir un resultado favorable al conocimiento del código,
pues, cuanto más rápido el niño conozca los signos gráficos más eficiente
el será como lector.

Según Penteado (1997:207), en la lectura no se puede aplicar el principio


de que despacio se va lejos. Los lectores obtienen más sentido de lo que

140
leen cuando por el adiestramiento y práctica adecuada se aumenta la
rapidez de la lectura y consecuentemente se comprende más lo que se
leyó.

Un buen vocabulario es también esencial para una lectura eficiente, pues,


las palabras desconocidas por el lector se tornarán verdaderos bloqueos,
lo que resultará en una lectura más lenta y perjudicará la comprensión de
lo que se está leyendo. Un factor está directamente relacionado al otro, y
principalmente el factor velocidad, pues, cuando un individuo domina un
número bien amplio de palabras, él alcanzará una buena velocidad lectora.

Sucede que la lectura trabajada sin los recursos metodológicos anteriores,


por ejemplo, sin el estudio del vocabulario para que el alumno pueda
entender el sentido y familiarizarse con el mensaje del autor, dificulta el
alcance del entendimiento del contenido y acentúa la distancia establecida
entre quien escribe y quien lee. Cabe al profesor tornar la lectura posible
para el alumno de niveles iniciales de educación, ya que en este período
escolar las dificultades de comprensión son más acentuadas.

Para Goes (2003:17), leer es más que decodificar el código escrito. Leer es
introducirse, explorando los sentimientos propios, examinando las propias
reacciones por medio de la relación que el texto ofrece. El lector que así lee
devolverá su expresión creadora o su capacidad de crear, inventar,
relacionar, comparar, escoger, optar, devolver opiniones. Su trayecto será
el del desarrollo global necesario para la satisfacción de las ansias de la
comprensión lectora.

Si leer es relacionar cada texto leído a los anteriores y atribuirles sentido,


eso sólo es posible con el entendimiento y la comprensión de lo que quiere
decir el autor. Como los niños no poseen recursos propios de su naturaleza
es digno que ellos puedan por lo menos utilizar aquellos de los buenos
profesores mediadores. Mediaruna situación de aprendizaje es facilitar el
proceso y ofrecer oportunidades de ampliar los lectores del futuro.

Tratándose de la lectura, mediar, entonces, sería facilitar el entendimiento

141
y para que eso ocurra, la motivación es imprescindible para que el alumno
se aproxime a lo que el autor quiere decir y así comenzar a incentivarse,
comparar, inventar, optar, escoger y desarrollar de esa manera el
comportamiento lector. Silva (1997:158) da una opción para lo que
debería ser hecho con las escuelas y principalmente con el profesor para
que la recuperación del significado real de lectura acontezca:

“Me parece que además de equipar las escuelas con


buenas bibliotecas, la acción para el incentivo de la lectura debería
volverse concretamente a la dignificación del trabajo del profesor
brasileño, de modo que él propio tenga condiciones para leer y
actualizarse. Con la vida sobrecargada que lleva, con el parco salario que
gana, con la exigua literatura de que dispone, etc. el profesor muchas veces
es llevado a transformarse en un no lector, siendo también impedido de
acompañar las informaciones en su área de conocimiento (no son pocos
los profesores de este país que preparan sus clases teniendo como base
solamente la referencia de un determinado libro didáctico…)” Silva
(1997:158)

Para obedecer al libro didáctico, el profesor sigue una dirección rígida en


la discusión de los asuntos, lo que hace que él acepte sólo una determinada
respuesta para cada una de sus preguntas, garantizando así la pobreza de
recursos de ampliación de la cultura.

Dentro de esta perspectiva, no interesa al profesor abrir discusión con los


alumnos. Aunque esa discusión pudiera llevarlo a verificar el conocimiento
ya adquirido por los alumnos sobre el asunto y a establecer relaciones
entre el texto leído y su significado, evaluando concomitantemente los
conocimientos previos de los alumnos. Es más cómodo omitir este diálogo
en este proceso. Mostrar lo que piensa quien escribe y así construir su
propia opinión es revelar el comportamiento lector.

Mediante tamaña responsabilidad el profesor mediador debe ver el nivel


del texto, el detalle, la consigna que necesita ser clara para que así el
alumno manifieste el entendimiento del contenido del texto, la

142
explicitación de su significado con la expresión oral o escrita de sus ideas,
o sea, del entendimiento de lo que el autor dijo con una posición de sujeto
en el proceso de atribución del significado, y no como mero receptor de las
ideas vehiculadas por el texto. Así como dice Freire (1987:22): “el lector
mientras sujeto es llevado a tomar partido, actuar críticamente delante del
texto, y ese movimiento estaría dialécticamente relacionado con la forma
del individuo situarse en el mundo”.

Se entiende que tomar partido, construir una visión crítica sobre lo que
manifestó el lector es lo mismo que tomar conciencia de la realidad y
desvelar con claridad su emancipación a través del discurso posicionado
dentro de su universo vivencial, la concreción del sentido y de la
comprensión.

Para eso la lectura de cualquier impreso implica siempre una actividad


saludable y enriquecedora para el individuo, pues, patrocina el desarrollo
intelectual del lector, ampliando su vocabulario y multiplicando el número
de informaciones de las que dispone. Crear la cultura de la formación del
comportamiento lector es una innovación que busca ser atendida y
Foucambert (1994:62) nos afirma que es necesaria:

“Una radical transformación en las condiciones de


acceso a la lectura, en la organización pedagógica escolar y en lo que los
niños viven en las escuelas. El error está en hacer la lectura dependiente
del descifrado, pues, al observar el comportamiento de lectura, se abstrae
siempre la manera por la cual los sujetos aprendieron a leer.”
(Foucambert, 1994:62)

De una manera muy contrariada, siempre se ve que el mayor enfoque está


en las discusiones sobre los métodos de cómo se enseña a leer. Los
descubrimientos a ser realizados por los niños sobre las correspondencias
sonido y habla influirán sobre su comportamiento lector, influirán también
sobre su seguridad en las referencias de identificación de las palabras.
Estas son fases que el aprendiz urge dominar para entender lo que se lee,
pues, para ser considerado lector tiene que saber leer.

143
Lo productivo sería revertir esa discusión hacia cómo sostener el
comportamiento lector. Para que el alumno se comporte como lector él
precisa mostrar cómo se lee, y qué se lee, para así manifestar el
comportamiento lector, esto quiere decir, para ser lector. Para eso es
fundamental dominar el código, reconocer sus debilidades en el encuentro
con los símbolos gráficos y sumergirse en una sopa de letras, como el
alfabeto móvil, para dominar en todos los sentidos el reconocimiento de
las palabras, y poder así manifestar su sentido y su significado.

Reconstruir el argumento del autor expresando el significado de lo que fue


leído y posicionándose críticamente frente al texto, sosteniendo la idea del
autor es demostrar comportamiento lector. Por otro lado, saber lo que
dice el texto es ser agente sensible que no se curva a la lectura del texto
crítico de la autoridad escolar. Para que eso suceda, necesita ser movido
por su sentir, mirar, admirar, ver y entender lo que existe, es ser activo,
participante y comunicativo con lo expuesto en el texto. Para comportarse
como lector se hace necesario que se encuentre con el autor ausente, a
través de la palabra escrita y decir lo que él dijo y cómo lo dijo.

Para los niños que se están iniciando el proceso lector todo eso es de
lejano alcance. El profesor, consciente de esa distancia, necesita
reflexionar y entender que los niños de la actualidad no son diferentes de
aquellos que aprendieron a leer sin las ventajas de los estudios actuales.

Smith (1999:12) nos dice de un modo tan significativo que “Para aprender
a leer, los niños necesitan ser ayudados a leer”. En esa ayuda incesante, el
profesor está iniciando el aprendizaje del comportamiento lector. El dice
además que: “aprender a leer es fácil para un niño (o debería ser) a pesar
de que los adultos, mismo aquellos bien intencionados, consigan
fácilmente tornar difícil el aprendizaje de la lectura”.

Es una cuestión de reflexión y una cuestión de compromiso. Sostener el


comportamiento lector es el gran desafío del siglo XXI. En virtud de todo lo
que fue mencionado, se confirman las innumerables posibilidades que se
desvelan sobre la educación y sobre el sostenimiento del comportamiento

144
lector.

Al mismo tiempo, una de las preocupaciones de los educadores y de los


investigadores es la de pensar en las reformas bajo el argumento de los
principios relacionados con los nuevos paradigmas que apuntan teorías y
métodos innovadores, para un nuevo modelo pedagógico.

Se torna urgente sistematizar los pensamientos con la intención de dejar


explícitas nuestras indagaciones, reflexiones y posicionamientos como una
llamada incuestionable a favor de una revolución educativa, como
actividades de principios que retratan los cambios organizados y
necesarios para adaptar el sistema educativo de nuestro país, a los
objetivos nacionales y compromisos sociales adquiridos con una política
sostenible al desarrollo del comportamiento lector.

De esta manera esperamos cumplir con el papel de mediadores en el


proceso de construcción del conocimiento y del despertar de una nueva
cultura docente, para enfrentar las incertidumbres que ensombrecen a la
humanidad. Finalmente, en el contexto de las perspectivas educativos, no
podemos perder de vista la construcción de una sociedad posible, de una
nueva y compleja comprensión del mundo a partir de una práctica
motivadora de la lectura en la escuela y en la vida de los alumnos.

3.3.3.4. Etapas de la comprensión lectora


El abordaje sobre las etapas de la comprensión lectora se fundamenta en
las referencias concedidas por Coelho (1995) que las describe en cinco
etapas:

Pre lector - El pre lector se forma entre los dos y tres años de edad,
cuando el niño experimenta el paso de la indiferenciación síquica hacia la
percepción de sí mismo. Se inicia la fase egocéntrica y los intereses lúdicos
prácticos. Los libros adecuados para esa fase proponen vivencias
radicadas en lo cotidiano familiar y presentan determinadas
características estilísticas: predominio absoluto de la imagen (grabados,
ilustraciones, dibujos, etc.); idea de una situación significativa para el niño,

145
gracia, humor y clima de expectativa o misterio; técnica de repetición o
reiteración. Es una fase de lectura visual;

Lector inicial - Se encuentra en la fase de aprendizaje de la lectura, entre


los seis y siete años, y la presencia del adulto como agente estimulador aun
es necesaria. Los libros para este tipo de lector presentan las siguientes
características: predominio de imágenes, narraciones de situaciones
simples, lineares y que tenga principio, medio y fin; humor y comicidad;
personaje humano o simbólico, pero con trazos de carácter bien definidos,
el texto debe ser estructurado con palabras y sílabas simples, organizadas
en frases cortas. En este caso el lector es adiestrado para producir una
serie de emisiones del tamaño de una sílaba y concatenarlas a una
velocidad creciente, hasta producir una lectura fluida.

Lector en proceso - Fase en que el niño ya domina los mecanismos de


lectura. Su pensamiento lógico se organiza en formas concretas que
permiten las operaciones mentales. Como peculiaridades, los textos
presentan: imágenes en diálogo con el texto; frases simples, en orden
directa o de comunicación inmediata y objetiva; concatenación de los
momentos narrativos siguiendo el esquema lineal – principio, medio y
final-, humor y situaciones inesperadas o satíricas ejercen fascinación a los
lectores de esta fase. Con base en esos argumentos teóricos es que se
puede afirmar que es una fase de cierto dominio de la lectura, siendo así,
es la fase ideal para mirar para el desarrollo del Comportamiento lector
con lecturas diárias y motivadoras, para que el niño de segundo grado
pueda leer con fluidez en los grados siguientes y no encontrar dificultades
para entender las lecturas propuestas en los grados venideros;

Lector fluido - Esta es la fase de consolidación del dominio de la lectura


(entre los 10 y 11 años) y de la comprensión del mundo expreso en el
libro. La lectura es apoyada por la reflexión; la capacidad de concentración
aumenta; ocurre el desarrollo del pensamiento hipotético-deductivo y de
la capacidad de abstracción. Las imágenes ya no son indispensables. El
lenguaje tiende a ser más elaborado tanto a nivel coloquial como en el

146
lenguaje culto. Imaginación e inteligencia se conjugan en lo verbal;

Lector crítico - Fase del dominio total de la lectura (12 a 13 años), del
lenguaje escrito y de la capacidad de reflexión en mayor profundidad,
pudiendo alcanzar la visión de mundo presente en el texto. Es el período
del desarrollo del pensamiento reflexivo y crítico, empeñado en la lectura
del mundo y en el despertar de la conciencia crítica y consecuentemente,
de la lectura independiente.

El conocimiento de estas etapas es fundamental para el desarrollo de


prácticas educativas que pretendan ampliar la posibilidad de favorecer el
comportamiento lector de nuestros alumnos en las escuelas. De esta
manera, conocer estas etapas evolutivas de la lectura, se vuelve
imprescindible para el conocimiento del adulto que se sirve de ellas para
la orientación y educación integral de los niños y adolescentes.

A partir de esta afirmación, es necesario entender que urge profundizar en


el universo del proceso lector, para demostrar el comportamiento lector
mediante una variedad de obras literarias, de información y de apoyo a su
formación lectora.

Sin embargo, es necesario entender como los alumnos aprenden y cómo es


posible ayudarlos para que comprendan mejor y contribuir de forma
favorable con el desarrollo del comportamiento lector.

3.3.4. Prácticas de lectura


La práctica de la lectura es un procedimiento que viene desarrollándose
cada vez más entre las personas por los diversos estímulos oriundos de la
propia evolución de la sociedad, como la globalización, el desarrollo
tecnológico y la diversidad cultural.

Son muchas las contribuciones que la lectura produce en la vida de quien


la practica. Entre ellas, la de conducir hacia la región de las concepciones
de mundo, de hombre y de vida, agregar en sí una posición política,
consciente y crítica, además de proporcionar la adquisición de
conocimientos importantes para la vida social. Voltaire en Cambi

147
(1999:324), en el siglo XVIII, se quejaba: “Se lee muy poco y la mayoría de
las personas que quieren instruirse, leen muy mal”.

A pesar de la distancia cronológica de esta verdad aun hoy está expuesta


en titulares y noticiarios de forma bastante acentuada, lo que se puede
constatar mediante estudios actuales, como afirma Gurgel, (2007). El
estudio de esta autora viene al encuentro con nuestros dilemas actuales en
el sentido de mostrar que leer es una de las primeras habilidades que se
aprende en la escuela. Pero, existe una diferencia enorme entre la
capacidad de reconocer y pronunciar palabras y la capacidad de leer
comprensivamente.

El que se propone leer tiene que tener una relación muy grande con la
concatenación de las ideas y el estilo del texto, para que el grado de
entendimiento de quien se propone leer sea evidenciado. Es en ese
momento en el que el lector demuestra una de las habilidades del
comportamiento lector, por ejemplo, cuando torna evidente lo que leyó de
forma clara.

Por lo tanto, de nada serviría haber aprendido a identificar el código


escrito, a reconocer el funcionamiento del sistema de escritura y descifrar
las palabras, si no se sabe demostrar cómo usarlas. Al final, se aprende a
leer y a escribir no para la escuela, sino para enfrentar las diferentes
necesidades y situaciones de la vida. Silva (2003:23) afirma que:

“Está claro que el principal sustento de una unidad


de lectura es el propio texto. O mejor: textos concatenados que permitan el
refinamiento de la comprensión por los estudiantes, así como el desarrollo
de habilidades que puedan llevarlos a la autonomía y madurez en la
lectura.” (Silva, 2003:23)

Trataremos aquí de enfocar que la lectura es una actividad que se realiza


individualmente, pero, que se inserta en un contexto social, envolviendo
disposiciones actitudinales y capacidades que van desde la decodificación
del sistema hasta la comprensión y producción de sentidos. La

148
comprensión es la meta principal de la enseñanza de la lectura. Una
práctica que no induce a ese objetivo no se puede configurar como una
enseñanza eficiente.

La lectura es un acto que forma parte de nuestro cotidiano, de tal manera


que acabamos creyendo que es algo natural, siempre igual y que no
necesitaría de ninguna problematización o reflexión. De esta manera,
formar lectores sería hacer que nuestros alumnos y alumnas sean capaces
de leer y punto final, ignorando simplemente las dificultades relacionadas
a la comprensión e interpretación que crían un amplio campo para los
investigadores interesados en esta área de estudio.

Todas esas certidumbres, sin embargo, dejan de existir si observamos y


discutimos lo que hicieron los profesores en otro momento de la historia
con la enseñanza de la lectura. Mortatti (2006:2) presenta de manera muy
concisa cuatro momentos por los cuales pasó la evolución del proceso
lector:

 La metodización de la enseñanza de la lectura;

 La institucionalización del método analítico;

 La alfabetización sobre medida;

 Alfabetización: constructivismo y “desmetodización”.

Se percibe entonces, que en otros tiempos y espacios las cosas se dieron de


forma diferente, no se entendía la formación de lectores del mismo modo
que lo entendemos hoy, cuando eran atribuidas finalidades diferentes a
aquellas que atribuíamos hoy a la enseñanza de la lectura.

Sin embargo, cuando adoptamos ciertas prácticas y metodologías para el


aprendizaje de la lectura, sin percibirlas correctamente, damos
continuidad a antiguas concepciones para la formación de lectores, con las
cuales a veces no estamos de acuerdo.

Lo que cabe a la escuela en la sociedad actual es, organizar un movimiento


global de renovación cultural aprovechando toda la riqueza de

149
informaciones con ofertas permanentes de situaciones y aprendizajes de
la lectura, para desarrollar y sostener el ejercicio de comportarse como
lector.

En este momento la escuela debe superar la visión utilitaria de sólo


ofrecer informaciones útiles para la competitividad para obtener
resultados. Ella debe ofrecer una formación general en dirección a una
educación integral, a orientar críticamente, sobre todo a los niños de los
grados iniciales en la búsqueda de informaciones que los haga crecer como
lectores, para que así el comportamiento lector pueda manifestarse
gradualmente de forma acentuada.

Como consecuencia de la observación de la práctica de la lectura en la


escuela y con base en la investigación hecha por Cunha (2003:9) sobre la
práctica de la lectura, se pueden analizar los siguientes resultados:

 Entre televisión, cine, música, teatro y deporte, la lectura ocupa


siempre uno de los últimos lugares en la preferencia de los
alumnos;

 Entre libros y revistas los alumnos prefieren las últimas por ser
más divertidas, más rápidas y más dinámicas;

 Los alumnos no tienen biblioteca disponible en casa;

 La mitad de los alumnos no tiene tarjeta de préstamo de libros en la


biblioteca;

 Los profesores de portugués mandan, sin mucha frecuencia, leer


obras literarias a los alumnos;

 Las obras leídas son determinadas por el profesor, que evalúa las
lecturas por las pruebas realizadas.

Tales informaciones vienen al encuentro de nuestras actuales dificultades,


ya que la práctica de la lectura en los grados iniciales exige
posicionamientos, conocimientos y creatividad por parte del profesor.
Urge un cuerpo discente diferente, estimulado por la familias de situación

150
económica carentes y sin grandes perspectivas socio culturales, lo que
retrata una realidad que debilita los resultados en la producción de
lectores.

En las prácticas de lectura debe ser destacada la importancia del diálogo,


fase importante en la lectura y que antecede a la comprensión lectora,
requiriendo el entendimiento del conocimiento previo de los alumnos y
también las intervenciones motivadoras por parte del profesor mediador.
Marilena Chauí, en conferencia dictada en el “Primeiro Forum da Educação
Paulista” (Primer Foro de la Educación Paulista), en 2004, utilizó la
palabra diálogo como argumento inseparable de esta práctica, apoyada en
la siguiente cita:

El diálogo del aprendiz de natación es con el agua,


no con el profesor, quien deberá ser sólo el mediador del diálogo aprendiz-
agua. En la lectura, el diálogo del alumno es con el texto. El profesor, mero
testigo de ese diálogo, es también lector y su lectura es una de las lecturas
posibles. (apud Geraldi, 2003:92).

Verdaderamente, la palabra escrita cuando es entendida amplía el


universo cultural, da la oportunidad a debates, reflexiones y suscita
nuevas oportunidades de interacción con la cultura, canalizando
transformaciones sociales entre lector y texto, generando vida a la
comunidad lectora.

De esta forma se espera cumplir con el papel de mediadores en el proceso


de construcción del conocimiento a través de la práctica y de la
perspectiva de despertar una nueva cultura docente, para de esta manera,
enfrentar las incertidumbres que ensombrecen a los educadores, mediante
tantas innovaciones que generan conflictos sobre la mejor manera de
enseñar a leer y de comportarse como lector, teniendo en cuenta la
comprensión de la palabra escrita y las ideas que de estas se manifiestan.

151
3.3.5. Enseñanza de la lectura y el desarrollo del comportamiento
lector.
Por medio de las prácticas escolares se permite identificar diversas formas
metodológicas que guiadas por una distinción entre aprendizaje inicial de
la lectura y su uso, conduce a una fragmentación y descontextualización
del sistema de escritura como objeto de uso social.

Actualmente la lectura ha sido blanco de discusiones por parte de


estudiosos de la Educación, ya que hace muchos años se constata el
fracaso de esa práctica considerada escolar.

La función primordial de la escuela sería para gran parte de los


educadores la de propiciar a los alumnos caminos para que ellos aprendan
de forma consciente y consistente los mecanismos de apropiación de
conocimientos, oriundos de lecturas diversificadas.

Tradicionalmente la lectura es concebida como un acto mecánico de


decodificación de unidades gráficas, unidades sonoras y su aprendizaje
como el desarrollo de habilidades perceptivo-motoras que consisten en el
reconocimiento de las grafías que componen una palabra, oración, párrafo.
“Se enseña a reconocerlas, pero, pocas veces se enseña a utilizar los libros”
dice Felipe Garrido. Se puede, sin embargo, agregar al pensamiento citado,
que pocas veces se enseña a utilizar el significado. Rodríguez (1995).

Para comprender mejor es conveniente citar la contribución de Pound


(2006:26) en su libro ABC de la Literatura, donde él afirma que hay un
lenguaje hablado y un lenguaje escrito, y que hay dos especies de lenguaje,
uno con base en el sonido y otro en la vista.”

Podemos aun tomar como referencia, principalmente en lenguaje


coloquial, que la libertad de expresión no está en correspondencia con las
reglas de la escritura, hecho este, que vuelve muy difícil para el niño el
aprendizaje de la lectura y esto exige una reflexión y una comprensión
profunda del profesor, para que él pueda hacer posible el aprendizaje del
niño, siendo ésta una teoría recomendada y expresada por Smith

152
(1999:12).

A partir de esta perspectiva es cuando Foucambert (1994), en sintonía con


Smith (1999) y Solé (1998), defienden una enseñanza de la lectura en la
cual se aprende a leer leyendo, donde el aprendiz puede estar en contacto
con los más diversos tipos de textos sociales, los cuales necesita y utiliza
en lo cotidiano.

Por consiguiente, se sabe que el único prerrequisito para este aprendizaje


es la capacidad de cuestionar sobre las cosas del mundo. Para los autores
citados, el saber leer no se confunde con el saber decodificar, pues, el
acceso al código por sí sólo no garantiza “sumergirse” en las redes del
significado del texto ni el desarrollo de la capacidad de ver más allá de lo
que es visible a sus ojos.

Es en ese sentido donde Foucambert (1994) defiende que la lectura es una


actividad para los ojos y no para los oídos, queriendo decir con esto que la
lectura no se restringe al aprendizaje de las correspondencias entre letra
y sonido, sino que lo extrapola.

Ello nos hace creer que existe intencionalidad y que proponer a los
alumnos que lean y escriban, aunque no lo hagan convencionalmente,
propiciar el establecimiento de relaciones afectivas y estimular el
desarrollo cognitivo con actividades y materiales ricos y variados estimula
la socialización del lenguaje infantil. Piaget en Goulart (1995:30) nos dice
que:

“El lenguaje es estimulado por el pensamiento y los


dos se desarrollan simultánea y progresivamente en la interacción social.
Para él, el niño aprende a hablar espontáneamente, sólo interactuando con
otros usuarios de la lengua, sin necesidad de una progresión gradual de
dificultades externas. Del mismo modo descubrirá el lenguaje escrito a
partir del dibujo, como primera forma de representación gráfica. Mientras
avanza de los garabatos a las escenas completas, pasando por las etapas
evolutivas del dibujo infantil, el niño hace la “catarsis” de sus sentimientos

153
y deseos, ejercita la coordinación visiomotora, expande la imaginación y la
creatividad. No necesita modelos, refuerzos o críticas. Sólo debe tener un
ambiente propicio, libertad para crear y estímulo para atreverse con
colores y figuras”. Piaget en Goulart (1995:30)

De esta manera el niño va despertando hacia el mundo de la lengua escrita


en un proceso que se desdobla en tres grandes momentos:

 Percepción de la escritura como forma social de registro y


comunicación;

 Comprensión de la escritura como modo de representación gráfica


o icónica en que las letras significantes son utilizadas para
representar los sonidos del habla - significado – o sea, los nombres
de los objetos (y no ellos propiamente);

 Descubrimiento del código de uso de letras.

El aprendizaje de la lengua escrita tiene, entonces, un enfoque funcional


(¿Para qué sirve?), uno conceptual (¿Qué representa?) y otro técnico
(¿Cómo se estructura la escritura?), en Goulart (1995:32). Según Ferreiro
y Teberosky (1985:183):

“desde el punto de vista constructivo la escritura


infantil sigue una línea de evolución sorprendentemente regular, a través
de diversos medios culturales”. Estudiando este proceso evolutivo, Emilia
Ferreiro definió los estadios de su evolución, que han sido ampliamente
divulgados por educadores involucrados en el área de la alfabetización.
Son ellos los siguientes: Primer estadio –nivel presilábico. En el estadio
siguiente -nivel silábico- (cualitativo/cuantitativo). Tercer estadio – nivel
alfabético- , en el cual el niño ya comprende los complicados mecanismos
de la lectura y de la escritura y descubre que necesita de una letra más
para cada sílaba. Habiendo superado el realismo nominal (creencia de que
el nombre es propiedad del objeto y la palabra que lo representa tiene sus
características) y adquirido la estabilización del valor sonoro de cada letra
ya percibe que las letras representan los sonidos del habla y la palabra se

154
refiere no al objeto, sino, a su nombre. Su escritura aún está sujeta al valor
fonético de las letras y no a la escritura ortográfica convencional”. Ferreiro
y Teberosky (1985:183)

Cada etapa tiene su importancia, pero, el nivel alfabético es el nivel que


viene a favorecer la autonomía del niño, pues, es considerado el trampolín
para posibilitar el acceso a la lectura y consecuentemente colaborar con la
formación del lector, dependiendo por lo tanto, del esfuerzo y del trabajo
de la escuela, por ejemplo, del profesor que es considerado el facilitador y
el mediador para que este proceso y familiarización con la lectura
acontezca.

El avance del niño de un nivel para el próximo puede ser estimulado por el
desafío “cognitivo” (cuestionamiento de sus hipótesis de escritura,
pidiéndole que lea lo que escribió, siguiendo la palabra con el dedito).
Pero, sus producciones espontáneas deben ser respetadas y estimuladas
para que él lea y escriba de la manera que sabe, sin ser inhibida por las
barreras del código lingüístico que aún desconoce.

Es pertinente señalar que en la concepción constructivista el aprendizaje


escolar es un proceso activo desde el punto de vista del alumno, en el cual
él construye, modifica, enriquece y diversifica sus esquemas de
conocimiento respecto a los diferentes contenidos escolares a partir del
significado que puede atribuir a esos contenidos.

Urge desencadenar un trabajo preventivo y formativo que priorice no sólo


la corrección, sino, un trabajo que apoye las situaciones de lectura con sus
debidos significados para el fortalecimiento de la formación lectora,
teniendo en cuenta que la sostenibilidad de las acciones de lectura en los
grados iniciales repercute en la formación del lector proficiente, por
ejemplo, aquel que demuestra comportamiento lector.

Educar para una educación sostenible, enseñar a leer para una lectura
sostenible; La cultura de la sostenibilidad deberá dominar muchos debates
educativos en las próximas décadas, pues, necesita encontrar caminos

155
para futuras generaciones de lectores, como señala Solé (1998):

“La enseñanza inicial de la lectura debe garantizar


la interacción significativa y funcional del niño con la lengua escrita, como
medio de construir los conocimientos necesarios para poder abordar las
diferentes etapas de su aprendizaje”. Solé (1998:62).

Esto justifica la necesidad de este estudio en la búsqueda de una mejor


comprensión de las relaciones que se establecen entre el docente, el
alumno y la enseñanza de la lectura mientras objeto de aprendizaje, ya que
las actividades propuestas por el docente son los medios para movilizar la
trama de comunicaciones que se pueden establecer en la sala de clases.
Las relaciones que allí se establecen definen los diferentes papeles y
ofrecen una serie de oportunidades comunicativas en función de las
características específicas de las relaciones que posibilitan.

Entendiéndolo de esa manera, investigadores como, Stevenson, Parker,


Wilkinson, Hegión y Fish, (1976), Resnick y Hammond, (1984), Share, Jorn,
MacClean y Mathews, (1984), Juel, 1988, Meyer, Wardrop y Hasyings,
(1990) en Terzi, (2002:14-15) analizaron diversos factores que se
relacionan con el aprendizaje de la lectura por el niño y una de las
conclusiones de estos trabajos es que “la habilidad de decodificación
presentada por el niño al iniciar el primer grado es un factor determinante
de su éxito escolar como lector”. Lesgold et alii (2002), llegan a proponer
que, durante los dos primeros años de enseñanza de la lectura, los niños
sean estimulados a desarrollar velocidad en la decodificación de palabras,
a fin de poder comprender lo que leen.

Además de todo esto, la obra de Emilia Ferreiro vino a socorrer a los


educadores brasileños, abriendo un campo enorme en lo que se refiere al
aprendizaje, principalmente cuando apunta en la dirección de una
comprensión cada vez mejor de los procesos de aprendizaje. También
indica la construcción de un ambiente facilitador de la lectura, un espacio
que propicia interacciones con la lengua escrita mediado por personas
capaces de leer.

156
Sin embargo, desde el inicio de la década de 1980, esa tradición pasó a ser
sistemáticamente cuestionada como resultado de nuevas urgencias
políticas y sociales acompañadas de propuestas de cambios en la
educación, deparándose final y particularmente con el fracaso de la
escuela en la enseñanza de la lectura.

Con este propósito se introdujo en Brasil el pensamiento constructivista,


resultado de las investigaciones sobre Psicogénesis de la Lengua Escrita
desarrolladas por la investigadora argentina Emilia Ferreiro y
colaboradores.

Se hace necesario mantener didácticas que dialoguen con el aprendizaje


de los alumnos, que reconozcan el conocimiento que ellos ya poseen, que
hagan un puente entre ese conocimiento y lo que es necesario enseñar,
siempre que quede garantizado el derecho de leer y comprender el
significado de lo que leyó, como privilegio de un momento pedagógico
eficiente y que contribuye al desarrollo del comportamiento lector.

Junto a esto, libros, proyectos motivadores y artículos actuales han surgido


buscando auxiliar al profesor en la tarea de tornar a sus alumnos, lectores.
Cada vez más se habla de la alegría de leer, del placer provocado por la
lectura. Aspectos casi no comentados en el pasado, cuando las enseñanzas
morales e instructivas eran consideradas más importantes y se pensaba
que la búsqueda del placer en la lectura era perjudicial para la formación
de cualquier lector, fuese este niño o adulto.

La creencia en el placer de la lectura se volvió tan fuerte en muchas


escuelas que muchas de ellas dejan de lado prácticas y actividades que
aunque poco placenteras, son necesarias para el desarrollo de
capacidades, siendo una de ellas la enseñanza de las estrategias de
comprensión lectora que aparecen integradas en el transcurso del proceso
de lectura, por ejemplo, establecer previsiones, construir la idea principal,
y llegar al conocimiento.

Se sugiere el modelo muy en boga de dar la lección y tomarla en voz alta.

157
Esas son prácticas aun distantes del cotidiano escolar, que asociadas a la
memorización del texto, dan lugar a la progresiva introducción de la
lectura silenciosa y rápida y de búsqueda de significado.

Esta supuesta evolución no parece haber sido igual para todos, puesto que,
mostró que a pesar de todos esos factores de cambio y transformación, las
prácticas escolares continúan restringiendo fuertemente la oferta de
lectura para la formación de lectores.

Sin embargo, en las últimas décadas los estudios y avances sobre el


proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectura se vienen consolidando
como nuevos paradigmas del proceso lector, centrado no sólo en la
cuestión y la decodificación de signos y sí en la búsqueda del “significado
de lo leído” Smith (1999:43).

Las constantes transformaciones del mundo contemporáneo exigen de los


educadores una constante redefinición de las estrategias y metodologías,
asumiendo cada vez más el compromiso de formar ciudadanos conscientes
de su papel social, crítico y actuante.

Pero, para transformar al educando en un lector competente es necesario


superar la concepción escolar de la literatura como objeto de enseñanza,
cuyo aprendizaje inicial se resuma en convertir letras en sonidos,
creyendo que la comprensión será consecuencia natural de esta
decodificación.

Verdaderamente esos procesos didácticos no motivan al alumno, haciendo


con que muchos ejercicios de lenguaje sean tediosos.

Ese mismo enfoque, suscita en los profesores cierta inquietud en cuanto al


conocimiento didáctico del desarrollo de una práctica docente de
formación de lector.

Con apoyo en esas inquietudes se vuelve pertinente que se reflexione en


cuanto a cómo esa nueva propuesta de enseñanza de la lectura viene
consolidándose en la práctica docente, permitiendo entonces analizar y
comprender los procesos de innovación del trabajo pedagógico de los

158
profesores.

La polémica sobre ese modelo también se fortalece con los bajos


resultados de los alumnos que avanzan a los grados siguientes sin adquirir
una suficiente capacidad lectora, provocando desigualdad escolar y social.

Centrados en esa perspectiva nos encontramos con la pérdida de identidad


escolar, en lo que concierne a su sentido cultural y su función social de
producir lectores proficientes en la medida que no ofrece condiciones
objetivas para el ejercicio de la lectura.

Por otro lado, se reconoce que el aprendizaje de la lectura debe


establecerse a partir de relaciones entre la experiencia del saber, del deseo
de conocer del educando y de su necesidad de dar significado a todo lo que
está a su alrededor.

En este contexto, la escuela tiene un papel relevante que desempeñar en la


concreción de esta capacidad lectora, contribuyendo en la construcción del
conocimiento del educando y ayudándolo a volverse lector por medio de
prácticas innovadoras y motivadoras.

El camino sería probablemente dar énfasis inicial a la enseñanza de la


decodificación para un posterior énfasis en el trabajo con el significado.

Datos de innumerables estudios como los de Mamede (2003:7), Abreu


(1995:24), Grossi (2007:6), Freire de Carvalho y Mendonça (2006:15)
revelan que los niños sólo empiezan a poner atención a las palabras del
texto cuando estas comienzan a tener sentido, buscando en este indicios
de conocimientos que ya poseen.

Se concluye en tal caso, que el conocimiento previo será un gran


coadyuvante en el proceso del ejercicio de prácticas incentivadoras de la
lectura en el cotidiano escolar y que a pesar de que estamos insertos en
una sociedad que se caracteriza por la exclusión lectora hay una gran
confusión entre la enseñanza y el aprendizaje en las personas que se
ocupan de la educación. El más común es considerar sólo la educación
primaria, asumiendo que el aprendizaje se produce de forma automática,

159
como resultado inevitable de la enseñanza, lo cual es un grave error. Según
Cagliari (2010) se puede decir que la enseñanza es un acto colectivo, se
enseña a un gran número de estudiantes en un aula el maestro trata de
transmitir la información que considere relevante para motivar a sus
estudiantes a aprender lo que él quiere transmitir. El aprendizaje es un
acto individual, cada alumno aprende según su capacidad intelectual. El
aprendizaje no se procesa en paralelo a la educación. Lo que es importante
para el profesor puede no parecer tan importante para el alumno. El orden
de aprendizaje es creado por el estudiante de acuerdo a sus conocimientos
previos. Cagliari (2010:39) establece que:

"En la enseñanza es muy importante lo que usted


dice, en el aprendizaje de lo que haces, incluso cuando ello tiene
significado. Aprender a no repetir algo que se enseña, sino a crear algo
similar, a partir de la iniciativa individual de aprender. Cuando que
simplemente repite un modelo, no es exactamente un aprendizaje .Ella
sólo aparecerá cuando la persona de sus propias acciones, para ofrecer
algo de acuerdo a las expectativas de otros. El aprendizaje es siempre un
proceso constructivo en las mentes y las acciones del individuo. “Cagliari
(2010:39)

En ese sentido, la enseñanza de la lectura para el desarrollo del


comportamiento lector, depende de la conducta individual de cada
profesor. El hecho de tener el profesor una clase, un grupo de estudiantes
no quiere decir que el tenga una escuela. Es esencial saber lo que el
profesor enseña a los estudiantes y lo que hacen, lo que corresponde a
cada uno, lo que cada uno espera del otro. Sin lugar a las actividades de la
lectura clara y correcta, se corre el riesgo de poner en práctica un proceso
de educación, que ya ha sido totalmente equivocado en la mayoría de las
escuelas primarias en las escuelas municipales de São Luis, MA. Por otro
lado, no es porque un profesor no enseñe algo por lo que los estudiantes
no necesariamente aprenden a leer. “Hay muchas maneras de aprender: ir
a la escuela es una práctica y organización de aprendizaje de las cosas de

160
la escuela", como dice Cagliari (2010: 39). Sin embargo, nada impide que
se aprenda con sus padres, con un compañero por su propia iniciativa,
buscando en libros o incluso pensar en el mundo, porque así es como se
puede desarrollar un comportamiento lector

3.3.6. La biblioteca escolar: pilar de sostenibilidad del


comportamiento lector.
La biblioteca escolar es una de las posibilidades para desarrollar en los
alumnos habilidades para lidiar con la información. En el caso de la
escuela pública, la biblioteca escolar es un instrumento facilitador del
proceso de enseñanza de la lectura y ejerce uno de los más relevantes
papeles en la formación del comportamiento lector.

Es en ese espacio donde los niños pueden aproximarse al pasado,


aprender a desafiar el presente y crear condiciones de proyectarse al
futuro. De modo singular, se puede afirmar que la biblioteca escolar es un
laboratorio de aprendizaje, pues, contribuye al acceso a la utilización de la
información y ofrece condiciones para la formación de actitudes lectoras.

El acceso libre a la información es un ejercicio de libertad que se despliega


infinitamente. El conocimiento es infinito y su búsqueda es una constante.
Es válido encontrar estrategias para que este pueda quedar grabado en
nuestra memoria y en ese sentido, Milanesi (2007) ofrece diez sugerencias
para leer sin olvidar:

 No lea cansado ni ansioso;

 La asociación de ideas es fundamental;

 Tenga voluntad de aprender lo que está escrito;

 Tenga en cuenta la dificultad del texto;

 Cree un interés por el asunto;

 Haga preguntas al texto, y busque las respuestas;

 Subraye las palabras importantes y las frases con ideas


importantes;

161
 Haga una síntesis mental;

 Tenga conversaciones sobre lo que lee;

 Dé imágenes y sonidos a su lectura.

Todas estas sugerencias pueden ser ejercitadas en la biblioteca, que es el


pilar que proporciona el desarrollo social e intelectual, ofreciendo
momentos de entretenimiento a través de la lectura recreativa y una
infinidad de otras modalidades que fortalece otros momentos de la
lectura.

La lectura placentera y no la lectura para cumplir tareas enriquece el


contacto de los alumnos con la diversidad de literatura y nada substituye
el placer de leer, lo importante en todo esto es discernir el proceso de
enseñanza, puesto que, generalmente se revela la sensación de que la
lectura está vinculada a la rutina del aprendizaje y esta afirmación inhibe
la visión de los educadores hacia la extensión del aprendizaje en el salón
de clases que tiene como soporte la biblioteca.

Ella también es considerada un pilar de sustentación que viene a


contribuir y auxiliar a los educadores en la compleja tarea de desarrollar
de manera sistemática habilidades para lidiar con la información. De
acuerdo con Foucambert (1994:36) “la existencia de biblioteca permite a
los niños encontrarse con los escritos sociales y desarrollar técnicas para
utilizarlos”.

Pero, se sabe que sin la ayuda del profesor es imposible efectivar ese
proceso, pues, debe proporcionarse el uso de la biblioteca y al mismo
tiempo ofrecer condiciones para que la lectura ocurra y sea comprendida,
para así desarrollar comportamientos lectores. Incluso, Foucambert
(1994:36) define la biblioteca como “vigía-maestra que sostiene la política
de lectura del equipo educativo”.

En ese sentido, la lectura es la extensión de la escuela en la vida. La mayor


parte de lo que se debe aprender en la vida tendrá que ser conseguido a
través de la lectura, motivo que destaca la figura del bibliotecario en

162
conjunto con el profesor en el desarrollo de actividades programadas,
teniendo por objeto el incentivo de actitudes lectoras. Una de ellas es que
cuando los alumnos salen mal en las pruebas de cualquier materia y queda
aterrorizado con la matemática, no basta enseñar solamente las relaciones
matemáticas, es necesario enseñar también la lectura que la matemática
utiliza.

El objetivo de la escritura es la lectura, lo que está escrito es para ser leído


y sobre todo comprendido, y una vez comprendido, será instrumento de
ampliación de la cultura.

De forma notable, la manera en que la escuela puede incentivar la lectura


es usufructuando la biblioteca como pilar de sostenibilidad del
comportamiento lector, pues, la lectura es una inversión con beneficio
garantizado.

Sin embargo, la mayoría de las escuelas tienen bibliotecas y guardan los


libros bajo siete llaves, como si fuese prohibido encontrar ese tesoro.
¿Para qué sirve una biblioteca en la escuela si los libros están fuera del
alcance de los alumnos?

Esta realidad no es la única presenciada durante el desarrollo de este


estudio, pero sí la de muchas escuelas. Las bibliotecas de las escuelas
necesitan libros de investigación y libros de libre circulación.

En la biblioteca de la escuela pública que atiende niños de los grados


iniciales no pueden dejar de estar presentes: libros, revistas, cómics y
películas en vídeo y DVD. Además de eso, la biblioteca debe disponer de
ordenadores con acceso a Internet, un entarimado para representar a los
personajes de las historias leídas, un salón para charlas y discusiones,
sillas y mesas para realizar trabajos de investigación y actividades de
pintura, dibujo y otras actividades.

La escuela debe facilitar ese acceso a los alumnos que no lo tienen en casa,
pues, son considerados alumnos desnutridos literariamente. Silva
(1997:78) cree que la lectura se constituye en la “principal dieta

163
nutricional para el crecimiento creativo de un individuo”. Optar por la
lectura consiente y crítica de una determinada obra ya significa un deseo
de salir de la rutina y de la “desnutrición”, siempre que sea facilitado el
acceso a las mismas.

Falta aún, además de la condición de la escuela, facilitar el acceso al libro,


con un profesor o bibliotecario disponible para mantener ese espacio vivo
y hacer un puente entre el lector y la lectura. Además de ejercer el papel
de multiplicador de conocimientos para colaborar en el aprovechamiento
adecuado de la información y consecuentemente, de la cultura. Por lo
tanto, es fundamental que la biblioteca sea una puerta siempre abierta
para que ese intercambio cultural ocurra.

En la biblioteca los alumnos viajan más allá de los conocimientos


trabajados en clase, descubren el mundo de la literatura, profundizan
conceptos y aprenden historias.

Desafortunadamente, Grossi (2003:8) nos dice, que menos del 27% de las
escuelas de Enseñanza Primaria y del 81% de las de Enseñanza Media
tienen una biblioteca o sala de lectura. Desafortunadamente, porque los
números del “Sistema Nacional de Avaliação da Educación Básica” (SAEB)
–Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Básica - muestran que
los jóvenes que frecuentan regularmente ese espacio tienen desempeño
hasta un 20% superior en la clase.

Otra cuestión es el reportaje de Ricardo Prado (2003:55), donde se


informa de que, de las más de 172.000 escuelas de Enseñanza Primaria,
solamente 46.000 cuentan con bibliotecas o salas de lectura. El cuadro
mejora en la Enseñanza Media, como nos muestra Grossi en el párrafo
anterior. Además de eso, muchos niños brasileños nacen en hogares con
poco material escrito. Uno de cada cuatro alumnos de cuarto grado, de
acuerdo con el SAEB de 2001, no tiene ningún libro en casa. De ello, la
importancia de la biblioteca y del profesor, que es el primer lector de la
vida de estos niños.

164
En ese sentido, muchos estudiantes sólo tendrán un desempeño destacado
si son estimulados a través de visitas a la biblioteca sin la preocupación
por seguir reglas de lectura. Es importante destacar que las reglas de
comportamiento en la biblioteca, como el silencio, o el respeto a la
individualidad del otro, deben ser siempre activadas y destacadas.

Por otra parte, el entusiasmo constante es una actitud que opera como
fuerza intelectual, así lo escribió el filósofo y educador Jonh Dewey (1859-
1952) “El profesor que despierta tal entusiasmo en sus alumnos, consiguió
algo que ninguna suma de métodos sistematizados, por más correctos que
sean, puede obtener.” Dicas (2003:20).

Mediante tanta convicción, el papel del mediador en la biblioteca es


estimular a pensar. Lino de Macedo (2006:31) profesor de Psicología del
Desarrollo en la Universidad de São Paulo, nos dice, “el pensamiento es
como el cuerpo. Si no es desafiado no reacciona.” Por eso, llevar al alumno
a argumentar y hacerlo entrar en contacto con opiniones diferentes por
medio de la diversidad que le es ofrecida son medios eficientes de
perfeccionar la capacidad de leer.

Partiendo de esa reflexión se vuelve indispensable hacer valer cada


minuto que el niño pasa en la biblioteca y nunca olvidar lo que dice Prado
(2003:55) “Hay un tesoro en la escuela. Al alcance de todos, es capaz de
hacer pequeños milagros en quien se apropia de él. Biblioteca, tesoro a
explorar.”

Este tesoro puede ser explorado de mil maneras y Carol Kuhlthau (2002)
presenta una guía práctica, objetiva y eficiente para los profesores que
pretenden realizar actividades con sus alumnos en la biblioteca.

Una de las actividades señaladas por la autora, por ejemplo, es mostrar de


manera lúdica como el profesor puede enseñar a los niños a localizar
obras en la biblioteca, lo que vuelve al alumno más independiente y facilita
el trabajo del profesor. Esa actividad consiste en preguntas como: ¿Dónde
vive el libro? Y esas informaciones se encuentran en su libro, citado en las

165
referencias de esta tesis, donde todas las actividades son cuidadosamente
explicadas de manera objetiva, incluso, trayendo sugerencias de libros que
hacen parte de cualquier biblioteca básica y que deben ser trabajadas en
cada momento sugerido, desde cómo trabajar con el título del libro hasta
como entretener a los niños con la narración de historias y juegos dentro
del espacio biblioteca.

Se reseña además, que una de las preocupaciones con el trabajo


involucrando la biblioteca escolar, es crear la autonomía lectora de los
alumnos y para que esto ocurra es necesario encantar a los niños,
hechizarlos con el poder que viene de los libros, alcanzar ese objetivo es
un desafío para la sostenibilidad del comportamiento lector. El punto que
garantiza el éxito es la biblioteca en acción, es decir, en constante
movimiento.

Por lo tanto, es necesario activar las bibliotecas existentes en las escuelas y


así por medio de esta práctica instituir los caminos para que el desarrollo
del comportamiento lector se establezca para los niños que en ellas
circulan.

Además, el uso dinámico de las bibliotecas puede comprobar cómo es


viable contemplar ese proceso de manera articulada en el trabajo
pedagógico con los grados iniciales de la Enseñanza Primaria, ya sea a
través de actividades adecuadas para desarrollar la capacidad de
comprensión o las realizadas a partir de lecturas en voz alta hechas por el
profesor y las actividades que llevan al niño a compartir su emoción y
comprensión con los compañeros, evaluando, comentando, resumiendo,
explicando y haciendo extrapolación, por ejemplo, proyectando el sentido
del texto para otras vivencias y otras realidades.

En las breves reflexiones y sugerencias esbozadas se ratifica que la


implantación de propuestas como la que aquí se delineó, requiere, por un
lado, la apropiación por parte de los docentes de los conocimientos
teóricos y metodológicos y por otro lado, la presencia en las escuelas de
bibliotecas con acervo suficiente para uso de los alumnos.

166
Queda claro, sin embargo, que el empeño del profesor es la condición
básica para que se efective una propuesta de lectura en el ámbito escolar.
No se trata de un profesor que sólo lea, sino de un profesor que lea con
autonomía y habilidad, capaz no sólo de incentivar, sino también de
mostrar principalmente a los niños las sutilezas y entrelíneas de los textos.

Por medio de esta actitud el profesor manifiesta el comportamiento lector


y cumple su misión de contribuir con el debate permanente en torno de la
lectura en la escuela y en la búsqueda de la autonomía del lector como
sujeto de su formación.

Se atribuye como uno de los principales papeles del profesor el de ser


frecuentador asiduo de la biblioteca, para así, atraer dentro de ella a los
alumnos y conseguir por medio de esta actitud que la circulación de los
libros ocurra, con objeto de proporcionar a los recién alfabetizados el
contacto con la cultura escrita. Estas son prácticas que necesitan tornarse
cada vez más presentes en la escuela y el autor de este hecho es el
profesor.

Vale la pena señalar que la organización de las bibliotecas, sean estas


públicas, escolares o centros específicos, se vuelve obligatoria debido al
crecimiento urbano y al desarrollo de nuevas tecnologías.

Urge poner en evidencia la función de la biblioteca en la organización de


los espacios públicos de lectura, entendidos como lugares en que los
objetos de lectura están siempre disponibles y accesibles a todos los que
de ellos quieran hacer uso. De ese modo se reconoce que las bibliotecas
escolares necesitan ser revitalizadas para transformarlas en espacios de
convivencia, de debate, de reflexión y fomento de la lectura. Kramer
(2001:186) defiende la idea de que se priorice la diseminación de
bibliotecas y de salas de lectura, con la convicción de que sin el contacto
con el mundo de la lectura no se consigue formar lectores.

En síntesis, el gran desafío es tornar la biblioteca de la escuela un lugar


agradable, dinámico, donde prevalezca un clima de armonía entre ella y el

167
público, sea cual sea el rango de edad, o la posición de este en la jerarquía
de la escuela.

En Brasil, por lo tanto, la principal barrera que debe ser vencida en esa
convivencia parece ser la que tácitamente se levanta entre el educador y el
bibliotecario.

Este, por no estar siempre bien integrado a los problemas educativos suele
encerrarse en sus “dominios,” volviéndose sólo un mero entregador de
libros.

El profesor, por no saber desarrollar, en la mayoría de los casos, otro tipo


de clase que no sea la discursiva, cree que puede prescindir del
bibliotecario y no lo busca. Y así se han perdido óptimas oportunidades de
un trabajo integrado que propicia aprendizaje y búsqueda de
conocimientos más amplios. Considerando esa realidad, se presentan
algunas atribuciones que deberían hacer parte de lo cotidiano del
bibliotecario, las informaciones son obtenidas de Fragoso, (1992).

Participar activamente del proceso educativo, planeando las actividades


curriculares en conjunto con el equipo pedagógico. Esto debe ser hecho
con todas las materias, acompañando el desarrollo del programa,
poniendo a disposición de la comunidad escolar materiales que
complementen la información transmitida en clase.

Hacer de la biblioteca un lugar placentero, de modo que los usuarios se


sientan atraídos por ella. Estimular a los alumnos, por medio de
actividades simples a cultivar el gusto por la lectura. Proporcionar
informaciones básicas. Ofrecer elementos que promuevan la apreciación
literaria, la evaluación estética y ética, tanto cuanto el conocimiento de los
hechos. Favorecer el contacto entre alumnos de edades diferentes.

Lo que se pretende con ese comportamiento del bibliotecario es hacer que


la biblioteca escolar sea agente de transformación de la enseñanza y
coadyuvante de la mejoría del desempeño del alumno, en la medida que
provoca cambios pedagógicos. Ciertamente las instituciones de enseñanza

168
objetivan alcanzar la tan soñada madurez, que es la de contribuir con el
desarrollo del comportamiento lector por medio de la convivencia de los
alumnos con los libros, ejerciendo la misión de formar los lectores del
futuro.

Revisando esta práctica, la biblioteca escolar asume su verdadera función:


de ser un instrumento de desarrollo del currículo, permitir el fomento de
la lectura y la formación de una actitud científica, constituirse en un
elemento que forma el individuo para el aprendizaje permanente,
estimular la creatividad y la comunicación, apoyar al docente con soportes
teóricos y facilitar el acceso a los libros.

En este sentido, cabe a la escuela ofrecer condiciones para que la


comunidad escolar pueda transitar con desenvoltura entre los diferentes
estantes indicados por su obra de referencia, biografías, periódicos y la
literatura diversificada, obras que irán a favorecer el desarrollo del
comportamiento lector. Silva, (2003) nos alerta que:

(...) “sin la preparación y adecuación de la escuela,


sin que la organización escolar esté objetivamente preparada para recibir
las nuevas tecnologías en nada alterarán las rutinas tradicionales de
producir enseñanza en las escuelas”. Silva, (2003)

La alerta se refiere específicamente, a Internet en las escuelas, pero,


partiéndose de la suposición de que Internet y el ordenador son solamente
instrumentos o soportes de texto, así como un libro o la pizarra. Sin
embargo, lo que se cuestiona es el derecho de acceso y la debida
orientación, para que todos los individuos involucrados en la escuela
pública puedan apropiarse y transitar entre las diversas formas de
manifestación cultural en sus diversos soportes.

Otro punto a señalar es que la distribución de material de lectura es una


condición necesaria, pero, no suficiente para la formación y el desarrollo
del comportamiento lector. Si fuese cierto que los acervos distribuidos a
las escuelas cumplen un papel importante en lo cotidiano de gran parte de

169
los alumnos de las escuelas públicas, el éxito de la Política de Lectura en la
Escuela dependería de acciones complementarias de valorización e
incentivo a la lectura y sobre todo, de una biblioteca abierta y dinámica
que proporcione a los alumnos orientación clara y precisa para el estudio,
investigación o disfrute.

Para eso, organizar actividades generadoras de las lecturas realizadas es


una invitación al apoyo cultural con foco en el diálogo y en el raciocinio.
Esas dos habilidades pueden siempre ser perfeccionadas por medio de
actividades como: bingos, teatros, dramatizaciones, exposiciones orales,
etc.

El educador siempre debe mostrar compromiso con la práctica de lo que


es benéfico para el aprendizaje de valores que dignifican al ser humano. A
propósito, un buen profesor siempre fue y siempre será referencia notable
en lo que se refiere al libre acceso a la información. Alves (2005) afirma
que:

“el buen educador tiene que conocer las


experiencias ya vividas por el niño y por el adolescente y hacer que todos
los momentos pasados en la escuela sean significativos. La vivencia de
enseñar y aprender necesita, sin embargo, tener sentido en sí misma,
independiente de todo lo demás”. (Alves, 2005:22)

Por lo tanto, no hay espacio más propicio para dejar recuerdos marcantes
de la vida escolar que una biblioteca en constante movimiento, por
ejemplo, una biblioteca donde los libros se mueven, pues, son los libros
que sostienen el desarrollo del comportamiento lector.

170
Capítulo IV. Marco contextual de la lectura en Brasil

Contenido:

4.1. Conceptualización sobre la lectura dentro del contexto


educativo brasileño

4.4.1. Pensamiento retrospectivo sobre la lectura.

4.4.2 La lectura en Brasil.

4.2. Los programas escolares y la práctica de la lectura

4.2.1. La tarea del currículum

4.2.2. Lectura y currículum: un dialogo posible para la


construcción del comportamiento lector

4.2.3. Adecuación del currículum para la enseñanza de la


lectura

4.3. Etapas de la comprensión lectora

4.3.1. Breve histórico

4.3.2. Caracterización institucional

171
4. MARCO CONTEXTUAL DE LA LECTURA EN BRASIL

4.1. Conceptualización de la lectura dentro del contexto educativo


brasileño
Existe abundante literatura en lo que concierne a las diversas
conceptualizaciones de lo que es la lectura, la cual necesita una orientación
hacia un contexto más amplio. Por ello es necesario definir el objeto de
estudio considerando como eje de discusión a las posturas teóricas de la
lectura dentro del contexto educativo brasileño, en vista de que la
sociedad imputa a la escuela la responsabilidad de forjar a los lectores,
bajo la creencia de que el dominio de la cultura letrada ofrece un
sinnúmero de posibilidades para el acceso a la información y producción
del saber, de la comprensión cuanto a la realidad y al ejercicio de la
ciudadanía, del desarrollo social y de la participación política. De acuerdo
a Roland Barthes y Antoine Compagnon, Lectura, Enciclopedia Einaudi,
v.11, p. 184.

“La lectura – el saber leer - fue durante milenios un


ejecutor brutal de discriminación social. La escritura-lectura
(considerando que una no existe sin la otra) estuvo desde el comienzo
ligada (con los escribas reales) a las esferas del poder y de la religión.
Como pauta de la comunicación, de la memoria, del secreto, apenas podía
ser un instrumento privilegiado del poder – aunque dicho saber estuviera
delegado a una casta de técnicos (esclavos y clérigos) dependientes del
poder. Es por ello que la alfabetización (o la difusión de la escritura-lectura
con carácter técnico) siempre estuvo ligada a las luchas políticas y sociales
de la historia.” (Barthes, 2001:184)

Otra teoría relevante sobre la conceptualización de la lectura es


presentada por Martins (2004:25) cuando define que la lectura sería el
puente hacia el proceso educativo eficiente, facultando la formación
integral del individuo.

Entre tanto, del vasto universo de la lectura se prioriza en este capítulo al

173
desarrollo histórico de la misma y la importancia que se le atribuye,
principalmente el enfoque sobre su función social y sus beneficios en el
progreso del comportamiento del lector.

Así mismo urge por lo tanto cuestionar al respecto de la variedad de


conceptos existentes sobre el tema de la lectura, de modo que se realice
una reflexión sobre cuál ha sido la contribución de los diversos teóricos
que se empeñan en la labor de formar lectores críticos y reflexivos en la
sociedad actual.

Es partiendo de tales enfoques teóricos que se puede discutir cuál ha sido


el rol de la sociedad, de la escuela y del profesor dentro del contexto
histórico de la concreción de la formación del comportamiento lector.

4.1.1. Pensamiento retrospectivo sobre la lectura


No se concibe a la palabra lectura sin pensar en un libro como objeto,
soporte o información y como fundamento de todo proceso continuo de la
lectura, puesto que él es en esencia un instrumento cultural de difusión de
ideas, traspaso de conceptos, documentación fotográfica e iconográfica y
más aún, de concentración y acumulación del conocimiento.

De tal forma, es justo afirmar que la palabra escrita venció al tiempo y


conquistó su lugar. Teóricamente toda la humanidad es plausible de entrar
en contacto con textos que propagan ideas desde tiempos remotos, pues
leer siempre fue y será el camino para mejorarse, completarse, y hacerse
capaz de lidiar con el mundo, ya que la palabra desempeña un papel
central en el desarrollo del pensamiento y de la evolución histórica de la
conciencia humana. Leer es interpretar, cuestionar, criticar, argumentar,
informar y transformar. Es una manera de adquirir el saber.

Se puede decir que es la lectura mediante la palabra la que constituye y


sustenta la historia desde los tiempos más remotos y que esta historia
apenas se hace presente hoy a través de lecturas llevadas a cabo. La
lectura es el puente hacia un proceso educativo eficiente mediante el acto
de proporcionar la formación intelectual al individuo, abriéndole miles de

174
caminos rumbo a la búsqueda del conocimiento.

Hace 40.000 años el hombre plasmaba en las paredes de las cavernas a


toros y bisontes, venados y caballos, lo que hoy llamamos pictografía.

Con el desarrollo de la escritura el hombre sustituyó la representación


visual por la sonora. El signo se liberó del objeto y el lenguaje adquirió su
verdadera naturaleza, la oral. La humanidad es poseedora del raciocinio,
posibilitando la comunicación y el acto de entablar relaciones con otros
seres humanos.

Examinar los grandes cambios por los que han pasado los modos de
inscribir, archivar y propagar los escritos, es enfatizar las extraordinarias
revoluciones en la cultura escrita y por consecuencia la senda de la lectura,
puesto que la escritura solamente posee vida mediante la acción de la
lectura.

Se hace necesario citar como hito los siglos II y IV, cuando entraron en
escena los libros compuestos por cuadernos cosidos, que paulatinamente
sustituyeron a los rollos en los que se almacenaban las escrituras. (Belo,
2002:12).

Las revoluciones de la lectura se dieron desde que el hombre pasó a


dominar la anotación escrita, examinando momentos en los que hubo
profundas modificaciones en los modos de consolidar y transmitir
discursos.

Es importante enfatizar que dichas alteraciones transformaron las


relaciones entre los individuos inmiscuidos con el mundo de la escritura,
de las estrategias intelectuales y máximamente con las maneras de leer,
considerando las dificultades inherentes a la publicación y difusión de las
obras escritas, que hacían que el lector fuese un oyente y mantuviera un
contacto mayor en el sentido de proporcionarle al texto otras formas de
entendimiento.

En el siglo XII es cuando ocurre el gran hito de la separación gráfica de las


palabras en la escritura, lo que favoreció el traspaso de la lectura oral

175
hacia una lectura silenciosa, haciendo de la decodificación de la escritura
algo ágil, permitiendo contacto con un mayor y más complejo número de
obras.

Los avances fueron lentos pero muy significativos. El siglo XV por ejemplo,
se registra la gran contribución de Guttenberg al poner en uso la tipografía
impresa abaratando y acelerando la confección de libros. Confeccionar un
libro artesanalmente era un largo proceso y exigía mucho trabajo, pero
con el cambio ocurrido en Europa a mitad del siglo XV, esta labor se ve
reducida, consiguiendo dinamizar la fabricación de libros.

Para aquel entonces, ello significó una enorme revolución demostrando


que la imprenta se hizo realidad ante la necesidad de leer más.

De hecho, Chartier (1999:22-23) en Abreu (1999:19-32) presenta tres


puntos positivos como consecuencia del invento de Guttenberg, los que
son:

 Aumento de la circulación de libros en el mercado;

 Diminución del coste financiero de los libros;

 Reducción del tiempo de producción de un libro.

Lajolo y Zilberman (2003:14) nos dice que el surgimiento de los libros se


transformó en una actividad empresarial ejecutada dentro de los moldes
capitalistas, orientada hacia las ganancias y dependiente de una tecnología
que costaba cada vez menos y rendía cada vez más. Con el bajo coste y con
la multiplicación del número de libros y textos disponibles, la elaboración
de catálogos o biografías de obras impresas tan antiguas como la propia
imprenta se hizo aún más indispensable para la orientación de los lectores
en medio a un sinfín de títulos y temas.

Según la autora, ese objetivo apenas se realizó plenamente cuando el


negocio de los libros pasó a contar con una clientela capaz de asumir el
producto, es decir, personas que desarrollaban la habilidad de la lectura.

Entre tanto, Belo (2002:40) propone esta reflexión: si los libros asumieron

176
diversos formatos a lo largo de la historia, si fueron escritos, reproducidos
y leídos de distintas maneras en la Roma Antigua, en las bibliotecas de los
monasterios medievales o en la Europa del siglo XIX, si su propio objeto
libre, tal como hoy lo conocemos, encuadernado y compuesto por una
sucesión de hojas es un invento oriundo de los primeros siglos de la era
cristiana, la verdad es que ninguna innovación ligada al libro marcó de
forma contundente a la cultura letrada de la época contemporánea como
lo hizo el invento de la tipografía. De manera revolucionaria o no, el libro
impreso triunfó paulatinamente, transformándose en el medio consagrado
de transmisión de textos.

A lo largo de los siglos XIX y XX la transmisión de textos e imágenes vía


material impreso (libros, periódicos, revistas, folletos, carteleras, papeles
administrativos y comerciales, etc.), creció de tal manera que nos hizo
olvidar que antaño la palabra escrita fue transmitida por otros soportes y
que en la cultura occidental el objeto impreso de forma muy nítida hasta el
siglo XVIII dividió funciones lado a lado con el manuscrito, en el área de la
reproducción de los textos.

A pesar de que las circunstancias históricas sean muy diversas, es posible


hallar afinidades entre esta discusión y la reflexión de la lectura,
principalmente de la lectura dinámica del mundo digital, del dialogo y de
la comunicación en los medios electrónicos.

Se sabe que leer un texto impreso en papel no es lo mismo que leer los
contenidos expuestos en Internet por medio del ordenador. Aunque la
base de los soportes sea la escrita, cada cual contiene especificidades que
demandan comportamientos diferenciados por parte de los lectores. Así,
navegar por los océanos de Internet significa accionar nuevas actitudes,
nuevas aptitudes y habilidades en la manera de conseguir el dominio de la
escrita digital.

La página de un libro es ojeada con las manos, la página de Internet se


desdobla. El libro es leído página a página, en secuencia; en Internet los
ojos del lector escanean puntos del texto, como si fueran “pequeños

177
mordiscos” al contenido presentando en la pantalla. (Silva, 2003).

Partiendo de esta breve retrospectiva se ve que la historia de la lectura


avanza más allá del texto y está inmiscuida en la historia del acceso hacia
él, lidiando por lo menos con:

 Una institución que viene a ser la escuela, donde actúan individuos


capacitados para ejercer funciones pedagógicas por las cuales son
remunerados. Este profesional no necesita estar formalmente
calificado o titulado, pero por fuerza de la necesidad, del talento o
por gusto se prepara para la ejecución de la profesión que estima.

 Una técnica en la cual la escritura como código es reconocida y


acatada por la comunidad que de él necesita para operar relaciones
familiares, sociales o económicas. Las relaciones entre la expansión
de la escritura y de la sociedad capitalista son notables y George
Thomson, estudioso de la cultura helenista subraya la circunstancia
de que la instauración del alfabeto griego en el siglo VII AC haya
ocurrido de forma simultánea al acto de aceptar a la moneda como
factor de circulación de los productos comerciales. Thomson
(1974) afirma que el dinero y la escritura quizá no hayan nacido al
mismo tiempo, pero compartieron sus infancias juntas y su
expansión ha ocurrido en sociedades avanzadas desde el punto de
vista económico.

 Una tecnología en la que la determinación de la escritura como


medio físico permanente es cada vez más actualizada. Esta cambió
con el transcurso del tiempo, habiendo sido en origen el barro,
como ocurrió entre los sumerios con el intuito de guardar sus
anotaciones, el papiro, de carácter un tanto frágil, el pergamino
resistente y de forma más durable, el papel de bajo coste aunque
también perecedero.

Estas alteraciones soportaron interferencias de nuevas técnicas para la


explotación de recursos naturales, de lo que resultó la expansión de los

178
medios para la definición de la escritura, así como el abaratamiento de la
producción y las facilidades de circulación.

Se modificaron de igual manera las formas del objeto que transportaba la


escritura, desde los rollos de pergamino al formato rectangular del libro
impreso en papel; llegando al final del milenio con el cuadrado de plástico
que identifica a los disquetes o los círculos de aluminio de los CDs, a los
cuales se accede mediante programas en lenguaje electrónico,
decodificados por un editor de texto, así como el pendrive, de volumen
mínimo con alta capacidad de almacenamiento para transportar miles de
datos.

Así la historia de la lectura consiste en la historia sobre las posibilidades


de leer, esto porque la actividad escolar sumada a la difusión de la
escritura como forma socialmente acatada de circulación de bienes y de
expansión de los medios de impresión, permite la existencia de una
sociedad lectora.

Conforme Zilberman (2007:2) para que esto se lleve a cabo es necesario:

 Que la escuela sea actuante, o sea, que valorice la educación como


factor de inclusión en la sociedad y de avance cultural.

 Que la escritura sea por si misma considerada un bien, propiedad


que testifica la existencia de otras propiedades, que aumentan las
posibilidades de la expansión lectora.

Al pensamiento de la autora se suma la idea de que la difusión del acceso


por parte de todos a los libros es también un instrumento fundamental al
desarrollo de la lectura.

De hecho, la lectura es una característica de la sociedad urbana industrial


moderna. Saber y poder leer son condiciones básicas para la participación
en la vida económica, cultural y política de un pueblo. Hoy se cuestiona el
poder leer de una manera distinta. La lectura por lo tanto, apenas podrá
consolidarse con la práctica y para ser practicada es imprescindible la
existencia del flujo de libros, textos y otros soportes existentes en todas las

179
áreas, pues la comunicación exige a cada instante nuevas informaciones.

4.1.2. La lectura en Brasil.


En Brasil la lectura ha sido una de las principales preocupaciones entre los
educadores. En escuelas públicas por ejemplo, se percibe un gran
distanciamiento en la práctica de la lectura por parte de los alumnos,
consecuencia ésta, de una enseñanza desmotivada, pasiva y nada
interesante.

Dicha situación se muestra más grave cuando el profesor no dispone de


recursos para la enseñanza que permitan motivar al alumno. Esta
afirmación es posible confirmarla al detectar en el alumno grandes
dificultades para la lectura, así como por la presencia de un vocabulario
restringido, y de un conocimiento y visión de mundo estrechos.

Abordar la lectura en Brasil implica delimitar, partiendo de su recorrido


en las escuelas, como la mejor forma de calificar su impacto en la
formación del individuo.

Por ende, buscar caminos vividos en otros momentos es un convite a la


reflexión sobre los avances y los retrocesos incrustados en uno de los
temas más polémicos actualmente, que puede ser considerado uno de los
mayores desafíos para los educadores, pues necesita de manera constante
una revisión conceptual por el hecho de ser el principal reto en el área
pedagógica, actualmente.

En este momento pasaremos con una mirada muy reflexiva para entender
cómo se dieron los hechos, en un modo especial de arrogarse posiciones
pedagógicas y crear nuevas situaciones de aprendizaje, con el intuito de
enfrentar a los desafíos del compromiso de enseñar a leer.

Hasta la mitad del siglo XIX los libros de lectura prácticamente no existían
dentro de nuestras escuelas. Varias informes como relatos de viajeros,
autobiografías y romances indican que los textos manuscritos, como
documentos de notarías y cartas servían de base para la enseñanza y para
la práctica de la lectura. En ciertos casos la Constitución del Imperio y la

180
Ley de 1827, la primera ley brasileña en especial sobre la instrucción
pública, el Código Criminal y la Biblia servían como manuales de lectura en
escuelas. Galvão & Batista (1999:6)

De hecho, en aquel momento de la historia brasileña el número de


escuelas era muy restricto. En el período colonial las prácticas iniciales de
escolarización ocurrían en su mayor parte en las Haciendas o Fábricas de
Azúcar, mediante la presencia de algún individuo letrado como un cura,
capellán o incluso un maestro de escuela contratado para dicha función.
Eran pocas las escuelas públicas de enseñanza primaria.

Los esclavos tenían prohibido ir a la escuela, y a las niñas era considerado


meramente esencial ofrecerles una educación general, apenas la necesaria
para que cumpliesen sus labores hogareñas.

Paulatinamente, principalmente a partir del período imperial, fueron


tomadas algunas iniciativas en el sentido de ampliar la oferta de
escolarización ofrecida a la población. La sociedad empezó a mostrarse
más compleja y las demandas en torno a la escolarización aumentaron de
manera significativa.

Surgieron los puestos de trabajo y con ello otras costumbres fueron


adoptadas: la instrucción y la educación empezaron a ser consideradas
como necesarias para el desarrollo económico y cultural del país y
percibidas como símbolos de la civilización.

Apenas en el siglo XIX con la implantación de la imprenta regia en 1808


Brasil empezó de forma sistemática a imprimir libros. De tal manera, no
solo en la escuela sino también en las diversas instancias sociales eran
objetos raros disponibles para la lectura, y había pocos sitios en los que se
pudieran adquirir tales objetos, como bibliotecas y librerías. Éstas existían
apenas en las ciudades más pobladas y como consecuencia eran pocos los
lectores.

A pesar de todo este movimiento innovador presente en la producción


intelectual sobre la lectura escolar, en el día a día, la mayor parte de las

181
escuelas seguía sin muchos cambios. Algunas autobiografías revelan por
ejemplo que durante la década de los ‘30, los alumnos se presentaban
temerosos al leer las lecciones tomadas en voz alta; la angustia y el tedio
seguían marcando su relación con la lectura prescrita por la escuela.

En tal momento los castigos físicos eran prohibidos oficialmente en todo el


país, pero las restricciones, las penalidades y las sanciones permanecían
presentes en el cotidiano escolar. En muchas, algunos objetos de lectura
estaban prohibidos, como las historietas que fascinaban a los niños y a los
jóvenes de los años 30 y 40 y algunas prácticas de lectura también.

En ciertos internados por ejemplo estaba prohibido leer en los


dormitorios, lo que llevaba al alumno o alumna a buscar una forma de leer
sin que la escuela se diera cuenta. En algunos casos en las mesas de
estudio mientras permanecían castigados escondían revistas, historietas o
incluso libros que la escuela consideraba perjudiciales para la formación
del alumnado, dentro del material impreso que oficialmente debían leer.

Había, y hasta hoy lo hay, una red de circulación de objetos de lectura


entre los alumnos, sea lo que sea que la escuela determine.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX empezaron a surgir en el país,


aunque fueran algunos editados en Europa, libros de lectura destinados
específicamente a las series iniciales de la escolarización. En 1868 Abílio
César Borges inició la publicación de una las colecciones más editadas en
el período. Los libros se consideraron innovadores en el momento de su
edición; El Primer Libro destinado al aprendizaje inicial de la lectura y de
la escritura podría sustituir a los abecedarios mal hechos o a los
materiales manuscritos. Los demás libros de la colección poseían un
carácter enciclopédico, con contenidos de diversas áreas del saber.

De talle más instructivo que moral, los libros de Borges fueron aplaudidos
por la crítica intelectualista de aquel entonces, siendo reeditados varias
veces, educando a varias generaciones de brasileños. El autor también fue
elogiado por la abolición de los castigos físicos, todavía empleados en la

182
mayor parte del país.

A pesar de esto, Borges surge en la memoria de los alumnos que con sus
libros estudiaron, como una figura temible, capaz de incitar pavor. el
escritor Graciliano Ramos, relata en Infancia – narración autobiográfica
sobre su niñez a finales del siglo XIX- que sentía dificultad en aprender las
lecciones: el libro le hacía llegar al punto de sentir ansias de vómito.

Las horas de lectura eran para el niño horas de tortura. Este mismo niño
que después de entrar en contacto con algunas obras literarias fuera del
ambiente escolar pasó a buscar con gusto y placer otros objetos de lectura
en la pequeña ciudad donde vivía, en la región pernambucana, cuya capital
es Recife. A pesar de su experiencia en la escuela, se convirtió en un lector.
Y los años venideros lo mostrarían como uno de los mayores escritores de
la lengua portuguesa.

Poco después, pero aún en el siglo XX, otras colecciones de libros para la
lectura fueron editadas distinguiendose la de Felisberto de Carvalho,
empleada en el país entero hasta la mitad de nuestro siglo. Estos libros,
con algunas ilustraciones a colores, las lecciones que – como la colección
de Abílio César Borges- presentaban contenidos de diversos campos del
conocimiento, se acompañaban por lo general con ejercicios. Algunos
textos intentaban ofrecer al niño además de la instrucción, valores
morales.

José Lins do Rego, en Doidinho –romance autobiográfico que narra su vida


en un internado a inicios del siglo, en el área rural del estado de Paraíba-
registra momentos de dolor y angustia al leer en la presencia del profesor,
las lecciones de sus libros.

Pero a pesar del sufrimiento que marcó por lo general su relación con los
objetos de lectura escolar, el futuro escritor confiesa la ampliación de sus
horizontes proporcionado por los mismos, permitiéndole conocer otros
mundos y relativizar el suyo. En algunos casos la lectura también
provocaba placer, a pesar de que las prácticas escolares no tuvieran esa

183
intención y que por lo general, fuera encarada como dañina la relación
lectura-placer.

Entre tanto, la expansión de la escolarización se dio gradualmente,


constituyéndose en una de las metas del gobierno republicano instaurado
en 1899. Varias reformas en la enseñanza empezaron a proponerse y
nuevos métodos y teorías educativas se difundieron, y consecuentemente
acabaron por influir en el desarrollo de la lectura en Brasil.

Se percibe así que en la Primera República permaneció insignificante la


preocupación del Gobierno Federal para con la enseñanza primaria. En
este período la descentralización consagrada en la Constitución de 1981,
desobligó al gobierno federal y atribuyó a los estados la función de
organizar, legislar y sostener a la enseñanza primaria, aboliendo su
obligatoriedad y omitiéndose en relación a la idea de un sistema nacional
de enseñanza.

De las diversas reformas ejecutadas durante ese período, la Reforma de


Benjamín Constant, en 1890, fue la única que atendió a la enseñanza
primaria, tratando de agrupar al conjunto de asignaturas curriculares,
pero de manera restricta al Distrito Federal. A pesar de ese intento la
enseñanza primaria brasileña quedaría limitada hasta los años 20 a una
enseñanza rudimental, o sea, al aprendizaje de la lectura, de la escritura y
del cálculo determinado por el decreto imperial de 1827, de acuerdo a lo
que afirma Ghiraldelli jr (1992) en Zotti (2004:73-74)

“Tal reforma reorganizó a la enseñanza secundaria,


a la primaria y a la Escuela Normal, creó el Pedagogium, un centro de
perfeccionamiento del magisterio. Benjamin Constant fue el ministro
responsable por el Ministerio de Instrucción, Correos y Telégrafos, y quizá
lo que en verdad llevó a cabo con cierta consecuencia y repercusión en la
práctica (para el Distrito Federal), fue el hecho de declarar a la enseñanza
como “gratuita, laica y libre.””

Por ello la Primera República fue campo fértil para reformas, realizadas

184
mediante decretos del Poder Ejecutivo, con el objetivo de legislar sobre la
enseñanza secundaria sustentada por el Gobierno Federal, pero que
indirectamente afectaba a los establecimientos sustentados fomentados
por los Estados y por la enseñanza privada.

A pesar de tales iniciativas, muchas veces la escuela en su cotidiano


proseguía de forma muy semejante a lo presentado a las generaciones
anteriores. Edificios con pésima iluminación, mobiliario precario,
profesores mal remunerados y muchas veces la improvisación formaban
parte del cotidiano escolar, como puede ser constatado mediante las
acotaciones realizadas en informes por inspectores y directores
pertenecientes a la instrucción pública. (Galvão y Batista,1999:9)

La palmeta y otros castigos físicos orientaban la acción escolar. Las


escuelas en su mayoría no eran organizadas en series como se da hasta
hoy día en ciertos lugares del país. Todos los alumnos presentes en una
misma clase, eran agrupados conforme el nivel de instrucción que poseían
y esto era determinado por el libro de lectura en el que cada uno se
hallaba.

El profesor no impartía clase pero sí “tomaba” la lección a cada uno,


haciéndolos leer en voz alta. Mientras eso sucedía, los alumnos
permanecían en sus pupitres leyendo la lección del día. Y apenas una
pequeña parte de la población frecuentaba la escuela.

Es también en ese momento cuando surgen las primeras grandes


editoriales brasileñas, así como también diversas tipografías empiezan a
multiplicarse en muchas ciudades del país, incluso en las más pequeñas.

Es posible relatar el registro de la instalación de tipografías como en Bahía


en el año de 1811, a través del periódico “El Adolescente”; en Rio de
Janeiro, en 1835 se informa el surgimiento del periódico “O Juvenil”; en
Maranhão el periódico “De Instrução e de Recreio” en 1845, entidad de la
Asociación Literaria de estudiantes del Liceo Marañense, y en Pernambuco
“A saudade” publicado en 1850, como periódico de instrucción y ocio. En

185
São Paulo el primer periódico escolar o estudiantil del que se tiene noticia
parece ser el “Kaleidoscópio”, creado en 1860, con publicaciones
semanales de la mano del Instituto Académico Paulistano. (Arroyo,
1990:131-132).

Es fácil entender la importancia de la prensa en todo el proceso de


formación. Se enfatiza el desarrollo de la literatura infantil brasileña en un
período en el que prácticamente la literatura oral todavía ejercía notable
influencia y de hecho era el instrumento lúcido e instructivo por
excelencia de la infancia brasileña. Los primeros periódicos dedicados a
los niños no despertaban apenas los intereses del pequeño lector
mediante el instrumento de cultura que representaban, así como también
se hacían vehículos generadores de vocación y de debate de problemas y
cuestiones concernientes al aprendizaje escolar.

Los periódicos infantiles marcaron de manera contundente un


determinado período de la literatura brasileña. Para la formación de las
coordenadas de este nivel literario, la creación de un campo propicio para
su evolución – sin jamás olvidar aquí la importancia esencial del desarrollo
de la educación y de la enseñanza- para su base, si así lo podemos
denominar, fue la prensa para niños y jóvenes, la prensa no solo en el
formato de periódico, sino también en forma de revistas.

De Europa llegaban las enseñanzas referentes a la prensa infantil. Y


también podemos relatar la experiencia de otros países como Inglaterra, y
después Francia, Alemania, e Italia.

La profunda influencia de la prensa infantil española no nos sería ajena,


disputando con la francesa la preferencia. España posee la gloria de haber
sido uno de los primeros países en el mundo en preocuparse por la prensa
infantil. En efecto ya en 1798 se publicaba en Madrid el primer periódico
infantil español, la Gaceta de los Niños bajo la supervisión de Don Joseph
Bernabé Canga Arguelles, contando con 32 páginas en tamaño octava y del
que se imprimieron al menos 24 ediciones desde 1798. (Arroyo,
1990:132).

186
Con tales inquietudes volcadas hacia las lecturas literarias, autores
brasileños empezaron a publicar en su propio país sus obras,
consolidándolo en la literatura brasileña. Junto a todo esto se continuó con
la importación de libros extranjeros y periódicos publicaron de manera
sistemática cuentos en formato de gacetillas. El público, por consiguiente,
fue aumentando gradualmente.

A inicios del siglo XX fue publicado el primer libro de lectura, marcando la


historia de los ejemplares escolares en Brasil: se trataba de “Através do
Brasil” de Olavo Bilac y Manuel Bomfim. Motivados por el nacionalismo
que caracterizaba aquel momento brasileño, los autores elaboraron un
libro que ofrecía narrativas continuas a lo largo de los capítulos, relatando
la historia de tres niños viajeros a través del país. En el prefacio, los
autores afirman que mediante la historia narrada el profesor tendría
material para desarrollar diversos temas pertinentes a la instrucción de
los niños. Además de ello, quizás sobre todo, los autores poseían cierta
preocupación por la educación moral de niños y niñas.

En 1921 otro libro marcaría la historia de los libros de lectura: “Narizinho


Arrebitado” de Monteiro Lobato, ideado específicamente para el público
infantil.

Uno de los mayores sucesos de la literatura infantil brasileña nació con el


segundo libro de lectura para las escuelas. Y con él una gran innovación:
de acuerdo a la crítica de entonces, el libro se diferenciaba de toda la
literatura didáctica ya producida en Brasil, en la medida en que traía
consigo, para el seno de la escuela, un aspecto hasta aquel momento
ignorado por la institución: adicionar el ingrediente del placer,
proporcionándole vida al tema lectura. (Arroyo 1990:198).

Aunque en estreno dentro de la literatura escolar con su obra “Narizinho


Arrebitado” Monteiro Lobato ofrecía con su libro las verdaderas bases para
la literatura infantil brasileña, presentando una apelación a la imaginación,
aunado a la diversidad botánica del territorio nacional, al movimiento de
los diálogos, al amplio empleo de la imaginación, al guion, al lenguaje

187
visual y concreto, la gracia en la expresión, y a todo un conjunto de valores
temáticos y de lenguaje que renovaron por completo el concepto sobre la
literatura infantil en Brasil.

Es curioso que la obra de Monteiro Lobato surgiera como literatura


escolar, aunque ya con características específicas de una literatura infantil,
A corto plazo fueron vendidos al gobierno del Estado un total de 30 mil
ejemplares de la edición inicial, lo que demuestra el amplio éxito de su
obra literaria para la infancia dentro de la literatura escolar.

Esta obra ya presentaba características específicas de una literatura capaz


de traspasar lo meramente pedagógico. Era una obra con intenciones
didácticas y educativas.

Existe un acontecimiento relatado por Jorge Rizzini, en Arroyo (1990:200)


que nos presenta la primera historia escrita para niños por Monteiro
Lobato: El cuento del pececillo que muere ahogado, siendo éste el primero
que el autor idealizó para el pequeño público. En el se cuenta, cómo el pez
muere porque alguien lo dejó algún tiempo fuera del acuario para la
limpieza, por ello se olvida de cómo nadar y al regresar a su pecera “muere
ahogado”. El cuento, por su ingenuidad y pureza impresionó a Monteiro
Lobato. En sus palabras: “Fue la primera vez que escribí para niños”.

De esta historia, nació el “Sitio do Pica Pau Amarelo”. El pez fue el puntapié
para la imaginación del autor, viejos recuerdos de la hacienda, juegos
infantiles en compañía de sus hermanas, los cuentos relatados por el
agregado Evaristo, la pesca en la ensenada al lado de la mulata Joaquina...
Todos, personajes de la infancia de Lobato, que vivió en Taubaté-São
Paulo.

El aparecimiento de “Narizinho Arrebitado” fue algo muy celebrado por


parte de los educadores y de los niños, y Monteiro Lobato consiguió
cautivar la atención del lector, puesto que publicaba un libro
completamente inusitado, abarcando a todas las tradiciones didácticas y
educativas.

188
Es necesario citar que en vez de ser un deber que el niño decodifique por
necesidad, la lectura agradable le proporciona una muestra de lo que
pueden ser los libros. Además, Monteiro Lobato le proporcionó un
carácter didáctico a los primeros cuentos revisados y fue el primer escritor
brasileño a tratar a la literatura infanto-juvenil con seriedad. Sus libros no
son sólo diversión, ellos buscan informar y educar a sus jóvenes lectores.

Sin embargo, esa costumbre se fue ampliando como sujeto de los usos
sociales de la lengua escrita y de la diversidad cuanto a las maneras de
leer, de los géneros de lectura, y de los portadores del texto. Cada vez más
se valora la lectura por placer, lo que antes era prohibido.

No podemos dejar de citar que uno de los factores contribuyentes a la


expansión de la lectura fue la desmitificación sobre ciertos prejuicios
surgidos a lo largo del tiempo. Aquí, se retrata un panorama de la
Literatura Infantil y Juvenil, conformado por tres ciclos a considerar:

Ciclo pre-lobatiano – traducciones y adaptaciones de cuentos clásicos;

Ciclo lobatiano – literatura nacional con calidad, volcado al público


infantil, mediante un lenguaje crítico sobre la sociedad, representada en la
figura de Monteiro Lobato.

Ciclo pos-lobatiano – la irrupción de la producción literaria brasileña con


calidad, contando con autores e ilustradores premiados en todo el mundo,
con énfasis para: Ana Maria Machado, Ruth Rocha, Maria Helena Penteado,
Sylvia Orthof, Eva Funari, Regina Siguemoto/Martinez, Liliane y Michelle
Laccoca, Joel Rufino dos Santos, Bartolomeu Campos de Queirós, apenas
citando algunos. Britto (2006:11).

Cabe mencionar también el surgimiento de las Bibliotecas en Brasil, el 29


de octubre de 1810, fecha en la cual la Biblioteca Nacional fue establecida
en Rio de Janeiro. Al principio la consulta era permitida apenas a los
estudiosos. Sólamente en 1814 su acervo fue ofrecido al público como un
todo, acontecimiento que aumentó más aún los medios de acceso a la
lectura, incluso a los ambulantes. (Fragoso, 2005:2).

189
Por otro lado, el libro didáctico es puesto a prueba con el uso del
periódico, del libro, de la revista y de todo un grupo de textos ofrecidos vía
ordenador, Internet, fotocopias y mimeógrafo, prohibido en la escuela, así
como los rótulos, tebeos, listas, cuadros y plantillas, publicidad al aire
libre.

Las modificaciones realizadas a causa de la necesidad en actualizar


contenidos de los libros, provocada por el desarrollo de investigaciones
que alteran al conocimiento pedagógico y por la velocidad de la
información oriunda de los recursos tecnológicos, le proveyeron nuevas
apariencias a los libros.

Los nuevos libros ganaron la adición de cuadernos de actividades y


manuales para el maestro, considerando que en el pasado se proveían por
lo general una o dos hojas de instrucciones al profesor. Es en ese período
cuando la literatura infantil ocupa de forma belicosa el territorio escolar.
Con una producción cada vez más diversificada, las obras destinadas a
lectores y lectoras infantiles pasan a formar parte de los libros de lectura,
de las actividades de lectura escolar y de esta manera la literatura infantil
se escolariza.

No obstante, todas las publicaciones citadas, así como las prácticas


escolares y la conceptualización de la lectura predominante a cada etapa
histórica, son las que contribuyeron para el desarrollo de la práctica de la
lectura en Brasil.

4.2. Los programas escolares y la práctica de la lectura


Vivimos en un mundo que cada momento es desafiado por constantes
cambios ofrecidos en científico, tecnológico, económico, social, político, sin
hablar de la velocidad con que la emisión de estos nuevos datos viene a
nosotros. Este proceso de transformación exige a las autoridades
educativas brasileñas la responsabilidad de formar ciudadanos capaces de

190
actuar con competencia y dignidad bajo este contexto social, cada vez más
exigente y competitivo. Esas necesidades reflejan también estimular la
dignidad humana, la igualdad de derechos, la importancia de la solidaridad
y el respeto.

Con respecto a la formación de los ciudadanos, el "Plan de educación, en


consonancia con la Constitución de 1988, afirmó la necesidad y la
obligación del Estado a elaborar parámetros claros sobre campo curricular
capaz de guiar las acciones de la enseñanza obligatoria de la educación, tan
oportuno ideales democráticos y la búsqueda de mejorar la calidad de la
educación en las escuelas brasileñas". (PCN. 2001, vol. 1:15)

Sin embargo, a fin de lograr mejoras en la educación, es necesario que la


escuela sea consciente de las exigencias del mundo moderno para poder
pensar y adaptar su currículo, con el objetivo de que la práctica educativa
satisfaga las necesidades de estos nuevos brasileños.

Sin embargo, merece la pena resaltar que para pasar a las


transformaciones de las escolásticas necesidades políticas y el
compromiso de todos los que hacen la escuela, hay que convencerse de la
necesidad de diseñar la realidad que quieren lograr.

La perspectiva de curso de escuela de cambio requiere pensar en la


transformación, la configuración y la implementación del plan de estudios
especialmente cuando se busca la formación de lectores y escritores para
que sea posible la calidad de la enseñanza elemental. En este sentido, dice
Gimeno Sacristán (2000):

“Currículum y resaltar la importancia del plan de


estudios en los estudios pedagógicos, en el debate sobre la educación y en
el debate sobre la calidad de la enseñanza es, por tanto, recupera la
conciencia del valor cultural de la escuela como un facilitador de la
institución de la cultura, que afirma inexorablemente al descubrir los
mecanismos mediante los cuales cumple esta función, y analizar el
contenido y el significado del mismo” (Gimeno Sacristán, 2000:19).

191
Entendiendo que el currículum de una escuela es el medio por el cual se
destinan como formas de consolidar la dirección que la escuela desea, que
se logra a través de la práctica y, en consecuencia, juega un papel muy
relevante cuando quiere formar estudiantes autónomos y participativos.
En este sentido los parámetros curriculares nacionales (PCNs) ofrecen
orientaciones didácticas, que sirven como subvenciones a la reflexión de
los docentes en el proceso de enseñanza.

Suponemos que cada alumno es el tema de su proceso de aprendizaje y el


profesor un mero intermediario en la interacción de los alumnos con el
objeto de conocimiento.. Así, es importante reconocer el papel
fundamental de la intervención pedagógica, de crear situaciones de
aprendizaje consistente con la necesidad de cada alumno, puesto que la
educación no puede ser limitada a una sola intervención homogénea y
perfectamente igual en todos los estudiantes. Por tanto, debe ser muy
claro que:

“[...] la escuela no funciona en un vacío; la cultura


que ali [propuesta] no cae en mentes sin otros significados. Aquellos que
aprender dentro de la educación educada son seres con un bagaje de
creencias previas, significados, valores, actitudes y comportamientos [...]
apropiada de las escuelas” (Gimeno Sacristán, 1995: 89-90).

Por lo tanto, necesitamos claridad en las diferentes concepciones sobre la


enseñanza de la lectura y del plan de estudios, desde cómo la comprensión
de estas cuestiones puede obtener consecuencias positivas o negativas en
la formación de los lectores de los estudiantes que demuestran un
comportamiento lector, es decir, los estudiantes que pueden tomar
posesión de la información y reducir la distancia entre el leer y entender.

Mortatti (2000) al hablar de la enseñanza de la lectura y escritura en las


primeras etapas de la escolaridad menciona la necesidad de considerar
otras posibilidades de investigación relacionados con esta enseñanza. En
vista de esta búsqueda, corresponden a los planes de estudio y la
enseñanza de la lectura la construcción enfrentada del comportamiento

192
lector.

Incluso hoy, cuando se habla del proceso de aprender a leer, los debates
son, particularmente, alrededor de métodos y metodologías. Se cree que
antes de las metodologías de pensamiento, éste debe reflejarse
inicialmente en el curriculum de las escuelas. A continuación, es necesario
profundizar las discusiones sobre la relación entre el plan de estudios y la
formación de los estudiantes que muestran el comportamiento lector.

El aula se entiende aquí como cualquier espacio en la escuela, y el lugar


privilegiado donde se aprende la teoría pero también donde se plasma el
discurso educativo percibido por ley. Es no sólo discutir el valor del
contenido en el aula, sino también el cuestionamiento de la metodología
utilizada y la adecuación de contenido distribuido para cada grupo de
edad, tarea específica del programa de estudios.

4.2.1. La tarea del currículum.


Las transformaciones que suceden en el siglo XXI de una manera u otra,
sólo se han reflejado en las instituciones escolares que lamentablemente
parecen lejanas para satisfacer esta demanda de la modernidad, a la hora
de formar ciudadanos para el ejercicio de la ciudadanía. En este sentido,
Pereira (2005) menciona:

“[...] los retos de la sociedad a ser desafíos para la


educación, la escuela debe ser consciente de su papel social y organizarse
en una forma innovadora de [...] y especialmente comprometida con la
formación de los ciudadanos [...] críticamente insertada en la sociedad.”
(Pereira, 2005:142).

Por lo tanto, es necesario que las instituciones escolares reflexionen sobre


los retos por delante en su reorganización estructural y conceptual en
respuesta a este nuevo contexto histórico social. En respuesta a lo anterior
esta vez los PNCs señalaron como uno de los objetivos generales de
estudiantes, el ser capaces de:

“Desarrollar conocimientos ajustado a sí mismo y el

193
sentimiento de confianza en sus habilidades, afectivo, cognitivo, físico,
ético, estético interrelación de inserción social y personal, para actuar con
perseverancia en la búsqueda del conocimiento y el ejercicio de la
ciudadanía”. ( PCN, vol. I: 2001-108)

De esta forma, debemos reflexionar sobre el tipo de currículo que


queremos: uno que promueva la desigualdad social o un reproductor que
promueva la formación de ciudadanos incluidos y activos en la sociedad en
que viven. Debemos tener en consideración que el currículo:

"supone el logro de objetivos sociales y culturales,


socialización, que asigna a la educación educada" y es estructurada la
selección cultural "bajo psicopedagógicas de esta cultura que si ofrece
claves como proyecto para la institución escolares (Gimeno Sacristán,
2000:15-19).

Con este aspecto, se justifica la necesidad de reflexionar profundamente


sobre el tema del plan de estudios. Vasconcellos (2006) cuando habló del
énfasis de currículo fue casi siempre respecto al objeto de conocimiento;
poco se habla de las relaciones con el contexto, así como sobre los temas
del plan de estudios, estudiantes y educadores. Entonces, es importante
preguntarse: ¿qué tiene el currículo? ¿Cuál es su propósito? ¿Se pensaba
por quién y para quién?

Pensando en esta forma, es importante reflexionar sobre el contenido


distribuido en los planes de estudio. Freire (2000) cuando hablando sobre
el contenido, dice

“que la política de la cuestión, tiene que ver con: ese


contenido a enseñar, a quien, por lo que, que, contra lo que, contra quien,
cómo enseñar. Tiene que ver con quien decide sobre qué contenido a
enseñar, que la participación de estudiantes, padres, maestros, los
movimientos populares en el debate en torno a la organización del plan de
estudios “(Freire, 2000: 45).

Para Gandin (1999:79), los contenidos "son siempre las opciones entre el

194
conocimiento existente". Las opciones son grupos de personas
involucradas directa o indirectamente, con las instituciones educativas,
influenciadas por ciertas visiones del mundo.

De esta forma, podemos destacar lo complejos que son los aspectos


relacionados con el contenido. En la elección de estos, menciona Gimeno
Sacristán (1998a) que implica conocer esa función si desea cumplir, en
relación con las personas, la cultura heredada, la sociedad en la que se está
incrustado y que se aspira a lograr.

Frente a estos desafíos, conscientes de la importancia de la recuperación


de conocimientos extraescolares, esto es lo que puede llamarse curriculum
oculto, que la escuela es reacia a reconocer como una partida para que los
estudiantes puedan comenzar su aprendizaje escolar. Por lo tanto, la
escuela debe trabajar la información de las escuelas para que los alumnos
desconfíen de las propuestas de "verdades", a las que se enfrentan
diariamente. Porque el desarrollo estudiantil incluye el individuo y el
contexto social y cultural. Es en este sentido que individuos se construyen
como iguales, pero al mismo tiempo diferentes de todos los demás, y la
labor de la escuela desde la perspectiva de la construcción de la
ciudadanía, por tanto, necesario resaltar la cultura en su entorno.

En este sentido, se puede decir que tenemos programas que se oponen al


concepto de banca de la educación (Freire, 2005). Según este autor dentro
de esta concepción de la educación, el profesor hace anuncios y los
estudiantes los decoran y repiten. El profesor según Freire (2005:68) es
"el que elige el tema en el contenido programático; los estudiantes, que
nunca hicieron esta elección, se duermen.

De estas reflexiones podemos decir que el plan de estudios asume un


papel destacado dentro de las escuelas, como se dio cuenta por medio de
acciones pedagógicas, que la dirección de la escuela quiere para la
formación de los alumnos y estudiantes del sistema escolar público.

4.2.2. Lectura y el curriculum: un diálogo posible para la

195
construcción del comportamiento lector
Las relaciones con el cambio de lectura y escritura están siendo
transformadas. Como Herrero (2005:13) "lectura y escritura son
construcciones sociales. Cada época y cada circunstancia histórica dan
nuevas orientaciones a estos verbos”.

Se podría decir que hoy el acceso a la enseñanza de la lengua materna en


las escuelas está cerca de la universalización. Sin embargo, podemos
discutir la calidad de la enseñanza, ya que como revelan los estudios de
Mortatti (2004:25) "los datos del IBGE de 2006 revelaron que el 35% de
los analfabetos ya asistió a la escuela".

Ferrero (2003:6) dice que "en la medida en que la escuela primaria se


siguen expulsando a grandes grupos de niños que no pueden leer, se
continuará viviendo el analfabetismo en los adultos". Así, sale a la luz una
reflexión sobre la relación desigual entre la universalización del acceso y la
calidad de la educación. Se ha de lograr una educación de calidad en
cuanto a la alfabetización, así como la inclusión de la escritura de la
cultura, proporcionando movilidad en las competencias en el uso de la
lengua materna.

También se propiciaron cuestionamientos sobre la contribución de la


escuela para la vida, y desde entonces, tal y como explica Gimeno Sacristán
(2002:61): “aprender a leer y escribir o no poder hacerlo, introdujo una
división más decisiva en las sociedades modernas, como la posibilidad de
acceder a la escuela, que produce diferencias entre los analfabetos y los
alfabetos. Una división que establece el límite entre la inclusión social y la
exclusión.”

Por lo tanto, las cuestiones relacionadas con el plan de estudios se


centraron en la alfabetización al ser extremadamente importante, ya que
son piezas clave para pensar la enseñanza de la lectura, en la dirección de
la calidad de la construcción del comportamiento lector.

Por lo tanto, se cree que el plan de estudios para la enseñanza de la lengua

196
materna y cómo se logra es el punto de partida para que los niños puedan
insertarse en la cultura escrita, superando y desafiando las prácticas hacia
el aprendizaje.

Vasconcellos (2006:28) habla de que "la actividad docente en la escuela,


así como, la estudiante: es en gran medida condicionada por la
configuración del plan de estudios que sigue”.

Estas clasificaciones demuestran que es importante que el plan de


estudios esté construido con claridad lo relativo a su función.

En este sentido, tenemos que revisar las formas de planificar el plan de


estudios, ya que tradicionalmente se llevaba a cabo por una persona o un
grupo de personas, que no trabajaba directamente con los estudiantes, y
los profesores recibían los programas listos y cerrados.

Cagliari (1991:14) dice que los maestros deben ser " no meros educadores
o paquetes aplicadores y sino educadores en la realidad, procesadores,
agentes [...]". A continuación, esos escolares y profesores deben conseguir
que el plan de estudios que se ponga en práctica, tienen la responsabilidad
de garantizar a los estudiantes y los alumnos los conocimientos
lingüísticos necesarios para el ejercicio de la ciudadanía, según lo previsto
en la Constitución brasileña.

Deben ser considerados muchos aspectos en la elaboración de un plan de


estudios orientado a la enseñanza de la lectura. Estamos de acuerdo con
Herrero (2003:20-21) cuando el autor declara que "la escritura es
importante en la escuela porque es importante fuera de la escuela y no a la
inversa". Con este fin, la escuela debe abrirse a la realidad a fin de
considerar la cultura extra escolar y los conocimientos previos de los
niños, porque estos, desde que nacen, están rodeados por el lenguaje oral
y escrito, ya que es un objeto cultural y social.

4.2.3. Adecuación del curriculum a la enseñanza de la lectura.


Para construir el curriculum centrado en la enseñanza de la lectura es
necesario resaltar la planificación del programa de estudios. Gimeno

197
Sacristán (1998b:197) menciona que "la actividad de planificación
curricular se refiere al proceso de darle forma y adaptarlas a las
peculiaridades de los niveles escolares”. En esta perspectiva, la escuela
para pensar la enseñanza de la lengua portuguesa debe considerar y
articular la tríada: el estudiante, el objeto de conocimiento y la educación,
para que eso ocurra el de enseñanza y aprendizaje.

De acuerdo con la ayuda del plan (2000) de Vasconcellos, se busca lograr


lo que se propone y, en cierta medida pudiendo interferir en la realidad.
Por lo tanto, la importancia de la planificación curricular, de la misma
forma que su concreción volvió a la enseñanza de la lectura, por abordar
las cuestiones relacionadas con la consolidación del programa de estudios.

Gimeno Sacristán (2000) pone de relieve el papel que ejerce el profesor


como mediador. Esta función es crucial entre el currículo y los estudiantes,
donde es un agente activo en el desarrollo del currículo. Sin embargo ,
"para que esta mediación pueda suceder, el profesor debe planificar,
implementar y administrar las actividades de enseñanza, con el objetivo
de conducir, apoyar y orientar los esfuerzos del reflexión de estudiante y
acción" ( PNCs-Lingua Portuguesa, vol.-2.2001-29)

En este sentido, Gimeno, menciona que un plan de estudios organizado en


torno a medios de áreas en un esfuerzo para conectar campos
disciplinarios del conocimiento, para proporcionar experiencias de
aprendizaje más significativos y globalizados.

También hemos demostrado que el desarrollo del contenido de los planes


temáticos específicos en algunos estudios, es algo muy relevante, ya que
aporta una mayor posibilidad de integración entre las diferentes
disciplinas.

La secuencialidad del currículo está muy presente en el fondo de


planificación de estudios, es decir, un año de aprendizaje con objetivos en
relación con el año siguiente. Gimeno Sacristán (2000) dice que una cosa
es proporcionar experiencias ordenadas, y otra cosa es defender el

198
currículum altamente estructurado como un resultado. Se cree que la
formación en las demandas de los estudiantes de ir más allá de la
preparación de una serie a otra, deben partir del aprendizaje, siendo
necesario relacionarlo con sus experiencias, para poder entender y actuar
mejor en el contexto social.

Se destaca que el plan de estudios debe ser algo flexible, ya que podrán
realizarse cambios en el esbozo inicial durante el año escolar como una
forma de adaptar la práctica educativa.

Se cree que esta flexibilidad es debido a las características del plan, que es
un intento, una hipótesis (Vasconcellos, 2000), una guía, que en su proceso
de implementación sufre influencias complejas del contexto en el que
realiza.

Subraya la importancia de los usos y las funciones sociales de la lectura. En


consecuencia, las actividades que implican diferentes géneros textuales,
producción, interpretación textual y entendimiento, el lenguaje oral. De
todos modos, estamos de acuerdo con Lerner (2002) cuando afirma que la
versión de la escuela de escritura no difiera mucho de versión no escolar, a
la que todos los estudiantes de incorporan la cultura escrita. A
continuación, cree que los estudios colectivos y de fondo son esenciales
con respecto a los planes de estudio y a la enseñanza de la lectura y
escritura en las instituciones educativas para que este diálogo pueda fluir
en la planificación fundamental de la calidad de la educación de los niños
y niñas de las escuelas públicas de São Luís, Maranhão.

4.3. Campo de la investigación: Unidad de Educación Básica Menino


Jesús de Praga

4.3.1. Breve Histórico


La gran extensión territorial de Maranhão lo coloca en una posición
privilegiada en relación a otros Estados brasileños, pero, por otro lado
carga consigo el resultado de la desigualdad económica, estando marcado

199
por la pobreza, el desempleo y la desigualdad social que provoca el
fenómeno migratorio en busca de mejores condiciones de vida.

En esa realidad se encontraba un grupo de personas “sin techo” para vivir


y organizaron un movimiento de invasión en un terreno localizado en el
barrio de los Vinhais. El movimiento provocó varios conflictos, inclusive
con la intervención de la Policía Militar del Estado. Con la ocupación del
terreno en 1979 éste inmediatamente recibió el nombre de Menino Jesús
de Praga y tuvo como su primer habitante el señor Domingos Chapadinha.

En 1982 el objetivo de los invasores se consolidó, y los habitantes ya


establecidos se organizaron y fundaron la villa, “União dos Moradores
Menino Jesús de Praga” que a través de su presidente firmó un convenio
con la Secretaria Municipal de Educación y creo la Unidad Escolar Menino
Jesús de Praga el 12 de junio de 1994, localizado en el barrio La Cohama

La escuela inició sus funciones en la sede de la “União de Moradores”


ofreciendo a la comunidad la educación infantil y más tarde, la primera y
segunda etapa de la enseñanza fundamental.

Con el creciente aumento de la clientela escolar y para ofrecer la


continuidad de la enseñanza en ciclos y Educación de Jóvenes y Adultos
(EJA) la escuela pasó por reformas y ampliaciones, siendo reinaugurada el
15 de agosto de 2002 por alcalde municipal de la época, Dr. Tadeu Palácio,
en la gestión del Secretario Municipal, Profesor Ms. Raimundo Moacir
Mendes Feitosa.

La escuela fue autorizada para funcionar de la quinta a la octava series por


la Resolución nº 08/2004- CME y para la Educación de Jóvenes y Adultos a
través de la Resolución nº 09/2004 – CME.

Actualmente con los cambios en la estructura del sistema educativo, con la


ampliación de la enseñanza fundamental hasta nueve años de acuerdo con
el Plan Nacional de Educción – PNE y la Ley nº 10.172/2001 que en su
meta dos (2) propone que la enseñanza fundamental sea ampliada hasta
los nueve años de duración, con la inclusión de niños y niñas de 6 años de

200
edad.

Para atender ese requisito, la escuela pasó a llamarse “Unidade de


Educação Básica Menino Jesús de Praga” y en ese sentido obtuvo su
reconocimiento de la quinta a la octava serie de la enseñanza fundamental
a través de la resolución nº 01/2008 CME del 28/01/2008.

En los patrones de la SEMED, una escuela es considerada de porte medio


cuando tiene las siguientes dependencias: 8 salas de clases, siendo una
adaptada al 1º Ciclo, una biblioteca, una sala de Director / Coordinador /
Profesores, una secretaría, tres cuartos de baño, un almacén, un cobertizo,
una despensa (espacio privado para acomodar las meriendas enviadas por
la Secretaría de Educación), un patio interior, corredores y un área libre en
la entrada de la escuela.

En su infraestructura, la escuela necesita espacios físicos adecuados e


imprescindibles para garantizar una buena práctica pedagógica y
prestación de servicios, siendo estos: una cancha deportiva techada para la
práctica de educación física, y la recreación, que estimule a la participación
y socialización; y un comedor para la distribución de la merienda escolar
de forma digna y ciudadana.

La escuela actualmente cuenta con una biblioteca que fue dividida para
atender el laboratorio de informática, y consecuentemente la inclusión
digital, a pesar de que los 8 ordenadores que llegaron a la escuela están
inoperantes. El acervo de la biblioteca es insuficiente para atender a los
alumnos. Este atendimiento se caracteriza por horarios diferentes, sin
embargo, debido a la escasez de libros de literatura infantil, esta actividad
deja mucho que desear debido a la inexistencia de una atención ideal de
préstamo de libros por causa del elevado número de alumnos y carecer de
un funcionario, aunque lo ideal sería un bibliotecario. Existe solamente
una empleada con desvío de su función y que ocupa el espacio del
bibliotecario, ya con una carga horaria de trabajo reducida, que
precariamente atiende a alumnos y profesores.

201
Se encuentra en este local una TV y un DVD, recursos ofrecidos para
estimular el gusto de leer y ampliar el universo cultural de los alumnos a
través de momentos productivos de exhibición de historias infantiles,
actividad que puede generar muchas otras para facilitar la comprensión
lectora de los alumnos.

En atención a los servicios pedagógicos complementares la UEB elaboró su


proyecto político pedagógico (PPP), como directriz política del
gerenciamiento del proceso enseñanza-aprendizaje. El proyecto político
objetiva generar conocimientos en busca de la formación de sus alumnos y
de la escuela para que atienda las expectativas de la clientela que la busca,
ofreciendo mejores servicios en la atención, respetando la individualidad
de cada uno, involucrando a toda la comunidad escolar en las actividades
que propone y confiando en el trabajo de todo el equipo para alcanzar los
objetivos propuestos conforme el Art. Nº 39 del Regimiento Escolar
(2004) que dice: Los servicios pedagógicos complementarios tienen por
finalidad auxiliar las actividades escolares y la integración escuela y
comunidad.

4.3.2. Caracterización Institucional


La Secretaría Municipal de Educación, es el órgano creado por el poder
público municipal y responsable de la gestión de las políticas públicas
municipales vueltas hacia el área de la Educación Infantil y Enseñanza
Fundamental. Mantiene una red escolar constituida por Unidades de
Educación Básica, Jardines de Infancia y Guarderías, situadas en las zonas
urbanas y rurales.

Con base en el Regimiento de la Escuela de la Red Municipal, los


estabelecimientos de las escuelas prevén:

Art. 4º- Los establecimientos escolares de la Red Municipal de Enseñanza


de São Luis tienen como objetivo desarrollar las potencialidades, así como
el ejercicio consciente de la ciudadanía de su clientela, propiciando la
Educación Básica en las siguientes etapas: Educación Infantil y Enseñanza

202
Fundamental en las modalidades Regular, Educación de Jóvenes y Adultos
y Educación Especial, (Regimiento de la Red Municipal de Enseñanza:6).

La educación infantil, de acuerdo con la LDBEN n° 9394/96 representa la


primera etapa de la educación básica teniendo como finalidad el
desarrollo integral del niño de 0 a 6 años de edad, debiendo ser ofrecido a
niños de hasta 3 años de edad en guarderías y de 4 a 6 años en pre-
escuelas, pudiendo atender niños de 3; 4 y 5 años con la implantación de
los ciclos escolares.

La enseñanza fundamental es destinada a los niños y adolescentes entre 6


y 14 años de edad y representa el momento del proceso educativo que da
la oportunidad al alumno del dominio progresivo de la lectura, escritura y
del cálculo, como elementos para la ampliación de la capacidad de acceso
al conocimiento.

Este nivel de enseñanza pasó por discusiones al respecto de su ampliación,


extendiéndose la duración de la enseñanza obligatoria hasta los 9 años de
edad en las escuelas de nivel fundamental. Esta propuesta de ampliación
de la enseñanza fundamental hasta los 9 años tiene sus aspectos legales
amparados en la LDBEN nº 9394/96 que señaló la ampliación de la
Enseñanza Fundamental de ocho a nueve años en su art. 87 del párrafo 3º.

Cada municipio, y complementariamente, el Estado y la Unión


(Federación) deberá matricular todos los niños y niñas a partir de los siete
años de edad y facultativamente, a partir de los seis años, en la enseñanza
fundamental.

Esta ampliación presenta aspectos significativos en lo que respecta al


entendimiento de los alumnos de 6 años, pues tiene por objetivo ofrecer
mayores oportunidades de aprendizaje en el período de escolarización
obligatoria para que los alumnos prosigan en los estudios alcanzando
niveles más altos de escolaridad y de aprendizaje, ya que ingresan más
temprano en el sistema de enseñanza.

Amparada por la Ley nº 11114/05, se vuelve obligatorio el inicio de la

203
enseñanza fundamental a los seis años edad, como en la Ley nº 11274/06,
que amplía a nueve años la enseñanza fundamental, con matrícula
obligatoria a partir de los 6 años de edad y determina el plazo de la
efectuación de esta matrícula hasta 2010. Para hacerla efectiva, la
Secretaría Municipal de Educación – SEMED consolida el atendimiento de
esta demanda a partir del año 2003 con la matrícula de 3.225 alumnos,
aumentada para 3.569 alumnos en 2004.2

Atendiendo esa demanda la UEB Menino Jesús de Praga, incluye en su


atención a un grupo de alumnos con edad hasta 6 años y una media de 26
a 30 alumnos por grupo en el turno matutino.

Las escuelas municipales sostenidas por la Alcaldía de São Luis,


fundamentadas en principios educativos y no en lo que preceptúan las
Leyes de la Enseñanza, se proponen viabilizar actividades que posibiliten:

 Favorecer una educación creativa, transformando el alumno en


agente de su propio desarrollo en los aspectos físico, cognitivo y
socio-afectivo;

 Promover una educación crítica, propiciando la formación de


hábitos y actitudes crítico-reflexivas que posibiliten el ejercicio de
la ciudadanía;

 Estimular el hábito de la lectura y de la escritura en diferentes


lenguajes (Regimento da Escola Municipal, 2004:6).

2(Censo Escolar /Coordenadoria de Estatística de la SEMED y Propuesta de Ampliación


de la Enseñanza Fundamental para 9 años – SEMED: 2005).

204
Capítulo V. Análisis e interpretación de los resultados.

Contenido:

5.1. Teoría y práctica pedagógica

5.1.1. Concepción de lectura

5.1.2. Teoría que orienta la práctica pedagógica de la lectura.

5.1.3. Actividades significativas de la lectura

5.1.4. Ambiente favorable al desarrollo de la práctica


pedagógica.

5.2. Dominio cognitivo de la lectura

5.2.1. La conciencia fonológica

5.2.2. Lectura fluente

5.2.3. Comprensión lectora

5.2.4. Desempeño lector

5.3. La biblioteca escolar y la sostenibilidad del desarrollo del


comportamiento lector

5.3.1. El trabajo efectivo con la lectura literaria.

5.3.2. Lecturas motivadoras

5.3.3. La organización del acervo de la biblioteca

5.4. La construcción del Comportamiento lector,

5.4.1. El comportamiento lector

5.4.2. Actitudes incentivadoras de la práctica lectora.

205
5. ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS
A lo largo de este capítulo se pretende mostrar el proceso de análisis e
interpretación de los datos recogidos con los profesores, directores,
supervisores, padres de familia y alumnos, con el propósito de llegar a
comprender con profundidad el ejercicio de las prácticas de lectura y su
repercusión en el comportamiento lector de los alumnos de la Enseñanza
Fundamental, lo que constituyó el objeto de estudio de este trabajo de
investigación realizado en la UEB “Menino Jesús de Praga” de la ciudad de
São Luis- MA.

Las categorías y sub categorías de análisis surgieron como resultado de la


triangulación de los datos colectados por medio de los cuestionarios
abiertos aplicados a los alumnos, directores y coordinador pedagógico, de
las entrevistas semiestructuradas con el auxiliar de biblioteca, profesores
y padres de familia, y de la observación dirigida realizada en sala de clases
como es mostrado en la Figura 12.

207
Figura 12. Instrumentos metodológicos utilizados en la investigación.
Fuente: Elaborado por la investigadora

Para el análisis descriptivo de los datos, los alumnos fueron codificados


con la letra “A” y con los números del 1 al 32; el director con la letra “D”
números 1 y 2, el Coordinador Pedagógico con las letras “C-P” (1), el
auxiliar de biblioteca con las letras “A-B” (1), los padres de familia con las
letras “PA” (números de 1 a 9) y los profesores con la letra “P” ( números
de 1 a 9).

Después del análisis y de la interpretación de los datos se dedicó una


sesión para considerar las informaciones disponibles acerca de los
posibles aprendizajes de los alumnos de la UEB “Menino de Jesús de Praga”
sobre el comportamiento lector.

208
Se analizaron evidencias de distintas fuentes y de diferente naturaleza lo
que permitió esclarecer esta difícil y compleja interrogante que fue
percibir la repercusión de las prácticas de lectura en el comportamiento
lector del alumno. Para eso, fue necesario observar como el profesor
trabajaba esa práctica, y para el tratamiento de los datos se utilizó la
metodología de análisis de contenido por ser considerada por Bardin
(2004):

“Como un conjunto de técnicas de análisis de las


comunicaciones con el objetivo de obtener por procedimientos
sistemáticos y objetivos de descripción del contenido de los mensajes
indicadores (cuantitativos o no), que permitan la inferencia de
conocimientos relativos a las condiciones de producción y de recepción
(variables inferidas) de estos mensajes.” Bardin (2004:37)

Cabe destacar que la metodología cualitativa fue fundamental para


trabajar esta dimensión subjetiva, característica específica de esta
metodología, que implica la realización de diversas tareas, como, la
reducción de los datos para la obtención de resultados y verificación de las
conclusiones.

El proceso de categorización de los datos resultó en cuatro categorías que


surgieron de la revisión del marco teórico adoptado y del interés
centralizado en los diversos contenidos que fueron seleccionados. Siendo
ellas en este ámbito:

 Teoría y Práctica Pedagógica

 Dominio cognitivo de la Lectura

 La Biblioteca Escolar y la Sostenibilidad del desarrollo del


comportamiento lector;

 La Construcción del comportamiento lector.

Al mismo tiempo dentro de cada una de ellas se presenta el desarrollo de


diferentes temas, que corresponden a varias “sub categorías,” conforme la

209
exposición que se presenta en la Figura 13 que muestra una
representación gráfica de las categorías y “sub categorías” de análisis y las
relaciones establecidas entre ellas, en las cuales profundizaremos en el
transcurso de este capítulo.

Figura 13. Las categorías y las subcategorías de análisis.


Fuente: Elaborado por la investigadora.

5.1. Teoría y práctica pedagógica


Es preciso tener claro que esas dos suposiciones (teoría y práctica) son
esenciales para el trabajo de la lectura en la sala de clases. La primera se
relaciona con la necesidad de una conducción coherente, la más adecuada
posible y que tome como base la mejor descripción que la ciencia
específica de este objeto pueda ofrecer para el ejercicio de la lectura. La
segunda condición se relaciona con el sujeto de conocimiento, o sea, el

210
profesor, que precisa tener claro el camino que recorre la teoría que
sostiene su práctica y el objetivo de la actividad, para que así, teoría y
práctica anden juntas y produzcan efectos positivos. Con la sintonía de
esos elementos se puede afirmar que existe coherencia entre lo que se dice
y lo que se hace, beneficiando el proceso de aprendizaje de la lectura.

El espacio para la vivencia de esta sintonía es la sala de clases, donde


profesor y alumno se relacionan con la expectativa de vencer el gran
desafío de formar lectores. En función de eso surgió la primera categoría,
expresada en la siguiente pregunta:

 ¿La práctica de la lectura ejercitada por el docente favorece


el desarrollo del comportamiento lector de los alumnos de
los primeros grados de la escuela primaria?

Esta pregunta orientadora agrega indicadores que permiten verificar si la


práctica docente favorece la comprensión de la presencia del
comportamiento lector de los alumnos con las actividades realizadas en la
práctica pedagógica de los profesores.

El sello investigativo sobre la práctica docente exige buscar como tornar


implícita la idea de lo que ocurre en la sala de clases de los profesores
investigados, buscando los elementos que interfieren en la práctica de la
lectura, como también la utilización de un acervo literario y otros
elementos propulsores de esta práctica.

Con esta preocupación, se trató de verificar la correlación entre la


dinámica interna en la sala de clases y la capacidad docente sobre el
desarrollo de la lectura en el contexto escolar, y para eso surgieron
categorías que se pasa a analizar.

5.1.1. Concepción de lectura


Conforme los datos obtenidos en las entrevistas, las profesoras
presentaron una nítida confusión sobre concepción de lectura con las
competencias a ser desarrolladas, ya que al ser indagadas sobre cuál es su
concepción de lectura se obtuvieron las siguientes respuestas, las cuales

211
están expuestas en la tabla 11, que fueron agrupadas en dos bloques para
que se pueda verificar el entendimiento de los profesores sobre la
concepción de lectura.

Tabla 11. Concepción de lectura de las profesoras (E.P. (1-8)).


Fuente: sujetos de la investigación.

Considerando las respuestas obtenidas, se verificó que en el Bloque 2 las


respuestas de las profesoras entrevistadas demuestran que las mismas no
saben establecer la diferencia entre concepto y procedimiento, lo que
consecuentemente tiene una repercusión negativa para el desarrollo de la
práctica pedagógica en el contexto de la sala de clases.

Por lo tanto es decisivo el entendimiento del profesor en los momentos de


la enseñanza de la lectura, pues, esa acción necesita ser objeto de
reflexión, de estudios, de planificación y acción colectiva en el interior de
la sala de clases por el hecho de estar íntimamente ligada al conocimiento
teórico del profesor sobre la concepción de lo que quiere trabajar, para así
desempeñar un papel favorable en el proceso lector.

Al mismo tiempo, se aprecia que los profesores del Bloque 1 tienen un


entendimiento de la concepción de lectura en comunión con la presentada
por Silva (2002) cuando el autor sostiene que:

212
“La lectura es un instrumento de acceso a la cultura
y de adquisición de experiencias. El material escrito es puesto como una
condición necesaria para una experiencia posible en la sala de clases.
Entendiendo por “experiencia” el conocimiento adquirido por el individuo
en sus relaciones con el mundo, a través de sus percepciones y vivencias
específicas, se verifica que la lectura, esto es, el instrumento necesario
para la comprensión del material escrito, también puede ser vista como
una posible fuente de conocimientos. Y si la experiencia cultural fuese
tomada como un compromiso del individuo con su existencia, se verifica la
importancia que la lectura ejerce en la vida del individuo.” Silva (2002:32)

Del mismo modo, la opinión de las profesoras del Bloque 1 coincide con la
de Adam y Starr (1982) en Colomer (2002:31) cuando definen por lectura
“la capacidad de entender el texto escrito”. Este hecho demuestra que las
profesoras saben definir teóricamente lo que es lectura, pero, no
consiguen aplicar esa teoría en la práctica escolar. Esa realidad nos
muestra un distanciamiento bien acentuado entre la teoría y práctica de la
lectura en la rutina de sala de clases cuando se observó el desempeño
práctico de las profesoras (P-2) y (P-6).

La (P-2) realiza la lectura del libro didáctico de una forma muy


equivocada, no utiliza ningún procedimiento metodológico para motivar a
los alumnos y mucho menos para presentar el texto que ella predeterminó.
En seguida responde oralmente las preguntas propuestas en el libro y
después corrige en la pizarra de modo general, sin observar el desempeño
de los alumnos.

La (P-6) no lo hace de forma diferente; se observó que ella escribe toda la


lectura en la pizarra y pide a los alumnos que hagan una copia y lee
oralmente la lección, haciendo también la interpretación oral con los
alumnos.

La lectura oral se caracteriza por un monologo con la profesora, en el cual


los alumnos son llamados a responder en coro a una única pregunta
dirigida a todos, esta acción está totalmente centrada en el profesor.

213
Estas actividades reflejan el dilema social en que la enseñanza de la lectura
está incluido y para amenizar esta situación, Weisz (2005:50) afirma que
“todos los niños saben muchas cosas, sólo que unos saben cosas diferentes
que las otros”. En esta interpretación, el trabajo de la profesora después de
la presentación del texto es el de ayudar a los alumnos en la construcción
del significado, explorado siempre los conocimientos que los alumnos ya
poseen, con actividades que proporcionen la participación dinámica de
todos.

La lectura es un proceso en el que el lector realiza un trabajo activo de


construcción del significado del texto, y el profesor de los primeros grados
de enseñanza primaria en su práctica pedagógica no puede estar ajeno al
comando de este proceso.

Entre las respuestas de las entrevistas de los padres de familia se hizo


evidente el énfasis dado a la importancia de la lectura ligada a los aspectos
sociales, como tener acceso al conocimiento, a la cultura y al éxito
profesional. Estas afirmaciones pueden ser comprobadas por medio de la
posición de los padres.

Se observa que el padre de familia (PA-3:8) hace un apunte: “Leer es


aclarar ideas y buscar ocio sin salir de casa”, en esto queda evidente la
función de la lectura como alternativa de entretenimiento, lo que requiere
una mayor responsabilidad en las acciones del profesor para mostrar
también ese elemento favorecedor de la función lectora, presentando a los
alumnos de los primeros grados de la enseñanza primaria muchos libros
de literatura que condicionan este aspecto, como muy bien lo dice Silva
(1998):

“Con la sala debidamente preparada para la


comparación y relajamiento en las actividades de lectura, es necesario
proveer una variedad de materiales de lectura renovándolos
constantemente. Nadie puede gustar de algo que no tuvo la oportunidad
de experimentar y compartir...” Silva (1998:101)

214
En cuanto a la posición del padre de familia (PA-8) se destaca la angustia
del entrevistado por no haber aprendido a leer, así como revela su
preocupación con el aprendizaje de su hijo, dado que este frecuenta la
escuela desde hace dos años y aun no haber aprendido a leer, conforme el
testimonio abajo:

“La lectura es una gran necesidad para aprender todos los otros
enseñamientos, pero, está lejos de ser alcanzada en las escuelas, pues, mi hijo
hace dos años está matriculado y aun no aprendió nada. Yo digo que leer es
muy difícil... hasta hoy yo no lo conseguí, ya tengo 28 años y creo que ya no
voy a aprender…” (E.P.A:8)

Entendiéndolo de esa forma se percibe que la escuela no ha cumplido su


función social, que es la de enseñar a leer y escribir con autonomía a los
niños, jóvenes y adultos de la red pública municipal. Se hace necesario que
las autoridades de las escuelas repiensen urgentemente su papel con
objetivo de llenar ese vacío que tanto preocupa a los padres de familia, por
falta de la oportunidad de haber frecuentado la escuela o por el recelo de
que sus hijos vivan esa frustración proveniente del fracaso de esa práctica
en la escuela.

Regresando al análisis del cuadro, solamente uno de los padres de familia


(PA-3:8) indica una finalidad de ocio, o sea, la lectura también puede
proporcionar placer. Es importante señalar que aunque la lectura sea un
objeto o bien social, ha sido concebida con mucho énfasis como un objeto
escolar.

De acuerdo con la definición da Directora (D-2) se vuelve muy importante


crear condiciones para que el alumno interactúe globalmente con el texto.
Sin embargo, fue observado que las prácticas comúnmente usadas en la
sala de clases, como la lectura hecha para responder las preguntas que el
libro didáctico presenta o la lectura en voz alta donde los alumnos repiten
lo que el profesor lee, son inhibidoras de esta interacción, lo que dificulta
la apropiación del entendimiento por parte del alumno.

215
Así, con la intención de demostrar lo que piensa el involucrado en esta
investigación sobre el proceso de enseñar a leer, y con la finalidad de dejar
clara la concepción que los mismos tienen del acto de lectura es que se
puede comprender que esas concepciones son muy importantes para
cualquier educador, principalmente, en el momento de las intervenciones
necesarias y favorables para defender el derecho que el alumno tiene de
aprender a leer.

Con relación a la concepción de lectura, las declaraciones de los alumnos


fueron las siguientes:

“.Leer es conocer las letras.” (Q.A-7:8);

“Leer es conseguir responder lo que la profesora pide en el cuaderno” (Q.A-


12:8);

“Leer es entender lo que está escrito en la pizarra” (Q.A-25:8);

“Leer es saber lo que está dentro del libro”. (Q. A-32: 8).

En las dos primeras respuestas la lectura es comprendida como un


proceso mecánico de decodificación de las señales gráficas, en cuanto que
en las demás está relacionada al entendimiento y a la comprensión de lo
leído o como dice Teberosky (2003:30) “con objeto de conocimiento”.

Otra preocupación revelada en esas respuestas fue cuando el alumno


referenció la práctica de la lectura asociada a la pizarra, representando de
esta forma un modelo fragmentado del acto de leer en la escuela. En ese
sentido Aguiar (2005:145-146) afirma:

“El trabajo con la lectura en la fase infantil requiere


un tratamiento especial por la función determinada que tiene en la vida
del niño, que es la de orientar su formación. Viéndolo de esa manera, es
necesario crear los medios que propicien desvendar el descubrimiento del
mundo y la instrumentalización del lector referente a la construcción del
saber leer y a incentivar el gusto por la lectura. La relación que se
establece entre el texto infantil su destinatario, nos lleva a estudiar

216
algunos elemento teóricos que nos ayuden a cumplir los objetivos
señalados. Toda propuesta de enseñanza debe comenzar estableciendo un
método que ayude a organizar el aprendizaje. Cualquier actividad humana,
sea esta la más simple o la más compleja, precisa estar estructurada a
partir de una metodología que oriente las etapas a ser superadas, con el fin
de que sean obtenidos los resultados esperados. También en el proceso de
enseñanza de literatura y formación de lectores es necesario construir un
esquema de trabajo.” Aguiar (2005:145-146)

Partiendo de esas declaraciones, surge la necesidad de la escuela ofrecer


métodos pedagógicos innovadores, para explorar, hacer más efectiva y de
forma más dinámica el aprendizaje de la lectura en la escuela.

5.1.2. Teoría que orienta la práctica pedagógica de la lectura


Cuándo se le preguntó al Coordinador Pedagógico sobre la concepción
teórica que orienta la práctica en la sala de clases de las profesoras de los
grados iniciales la respuesta obtenida fue la siguiente:

“Es necesario conocer las concepciones teóricas que comandan las prácticas
pedagógicas de lectura de las profesoras, así como los factores que las
promueven, tomando en cuenta la secuencia didáctica de la relación entre
los elementos teóricos y prácticos. También profundizar en las
características de esta práctica, los elementos organizativos que impulsan la
capacidad innovadora de la misma en la utilización de diferentes estrategias
y técnicas. Este acto tiene dos componentes íntimamente relacionados: la
concepción teórica de las profesoras y la conducción metodológica. Sin
embargo, las orientaciones que doy a las profesoras en los momentos de la
planificación en la escuela son siempre dirigidas hacia un abordaje
constructivista, pero, hay algunas profesoras que aún están arraigadas en la
enseñanza tradicional.” (Q.CP:9).

La calidad de la enseñanza en la visión del Coordinador Pedagógico es


consciente de las teorías que circulan en los cursos de formación continua
ofrecidos por la SEMED, pero, en la realidad el seguimiento de esta

217
práctica está muy distante del ejercicio docente e incluso del diálogo
pedagógico del coordinador con los profesores.

Con este punto de vista, se trató de identificar la posición de las


profesoras, teniendo como punto de partida las entrevistas realizada en la
búsqueda del conocimiento de este abordaje teórico:

“Mi práctica en la sala de clases está basada en las innovaciones teóricas de


Emilia Ferreiro sobre la Psicogénesis, precisamente porque hice el curso de
formación de profesores alfabetizadores (PROFA) patrocinado por la SEMED
en 2004 y aprendí mucho sobre, cómo trabajar con textos, a usar los
nombres propios de los alumnos en las actividades realizadas en la sala de
clases, así como también a trabajar en parejas para que los alumnos puedan
intercambiar conocimientos. Esa metodología de trabajo aporta al abordaje
constructivista, que combina también con las orientaciones teóricas de los
pensadores Piaget y Vygotsky. Sin embargo, encontró mucha dificultad para
el trabajo en grupos e incorporar estas innovaciones a mi práctica.” (E.P-
2:9).

La declaración de la profesora revela que ella tiene su conocimiento


teórico basado en la Psicogénesis y en el abordaje constructivista, sin
embargo, tiene dificultad en la transposición didáctica de ese
conocimiento en el día a día de su práctica pedagógica. Eso queda en
evidencia cuando se observó que en la práctica esa profesora mostró un
error al realizar la actividad de reconocimiento de los nombres propios de
los alumnos en la sala de clases. La profesora hizo la distribución de las
fichas con los nombres propios y no explicó de forma clara la actividad que
el alumno haría con ellas.

Así, sin entender lo que irían a hacer, los alumnos se quedaron con las
fichas en las manos circulando dispersos por la sala de clases y no
consiguieron la actividad de identificación de las fichas que contenían sus
nombres.

A partir del trabajo con el nombre propio, el alumno asimila valiosas

218
informaciones sobre el lenguaje escrito, lo que facilita el entendimiento del
lenguaje oral y su iniciación en el proceso lector, por el hecho de que los
alumnos demuestran una actitud espontánea cuando desean alguna
información.

Por otro lado, la actividad en parejas que objetivaba desarrollar una de las
capacidades lectores – lectura de su propio nombre – no se constituyó en
una estrategia del proceso de construcción del conocimiento perdiendo
totalmente el sentido pedagógico de la actividad desencadenada. Para
Zabala (1998):

“Cuando se explica de cierta manera, cuando se


exige un estudio concreto, cuando se propone una serie de contenidos,
cuando se piden determinados ejercicios, cuando se ordenan actividades
de cierta manera, etc., por detrás de estas decisiones se esconde una idea
sobre cómo se producen los aprendizajes.” Zabala (1998)

De este modo, la iniciación del alumno en el trabajo en parejas debe ser un


proceso muy bien planeado, ya que es con el apoyo de los compañeros que
desempeñan el papel de compañero con más experiencia, como el
compañero menos favorecido puede asumir la tarea de forma asistida, lo
que contribuye a su crecimiento intelectual y fortalecer su aprendizaje.

Sin embargo, se verificó que es posible crear una cultura de camaradería


entre los alumnos, siempre que la profesora haya definido la referencia
teórica que orienta su práctica y el contenido que quiere enseñar haciendo
uso de este recurso metodológico y del conocimiento de las necesidades
de los alumnos para organizar de forma productiva esta actividad.

Quedó aun en evidencia la insatisfacción de las profesoras en el contexto


de la sala de clases cuanto a los límites de nociones disciplinares y
alternativas metodológicas para adecuarlas al ritmo de aprendizaje de los
alumnos.

Para eso, estas profesoras necesitan profundizar en lo que se refiere a las


teorías constructivistas, así como apropiarse de diversas alternativas

219
metodológicas para adecuarlas de modo conveniente al proceso de
enseñanza y aprendizaje de sus alumnos. Respecto a eso, es necesario ser
consciente de que:

“Para cambiar es necesario reconstruir toda la


práctica a partir de un nuevo paradigma, perspectiva constructivista, el
conocimiento no es concebido como una copia real, incorporado
directamente por el sujeto: presupone una actividad, de parte de quien
aprende, que organiza e integra los nuevos conocimientos a los ya
existentes. Esto vale tanto para el alumno cuanto para el profesor en
proceso de transformación. Si el profesor innovar su práctica, adoptando
un modelo de enseñanza que presupone la construcción de conocimiento
sin comprender suficientemente las cuestiones que lo sustentan, corre el
riesgo, grave, a mi modo de ver, de quedar moviéndose de un modelo que
le es familiar, para otro, medio conocido, sin mucho dominio de su propia
práctica. (Weisz: 2001:58-59).

También un error de la profesora fue el de pensar que estaba


incorporando nuevas teorías, pero sin embargo, no manifestó nuevos
conocimientos de su aprendizaje en la transposición didáctica y tampoco
trató de fortalecerse de los intercambios de ideas con compañeros con
más experiencia. En ese sentido, la figura del coordinador pedagógico
ejerce un papel muy importante en lo que se refiere al apoyo y
seguimiento a las actividades desarrolladas en la sala de clases. Sin
embargo, la UEB “Menino Jesús de Praga” no cuenta con ese apoyo
pedagógico en su totalidad, conforme se observó durante mi presencia en
la escuela.

Otro asunto evidenciado fue la observación de la práctica docente en un


grupo de 2º grado (II etapa del I ciclo). La profesora (P-5) al desarrollar la
actividad de lectura con el texto, Semáforo: Isso é nome? (Semáforo: ¿es ese
nombre?) presentado a continuación, escrito por Julieta Godoy Ladeira,
utilizó como variable metodológica el libro didáctico como instrumento
principal, considerando que todos los alumnos lo poseían. Sin embargo, al

220
desarrollar las actividades didácticas, las realizó de forma rutinaria,
pidiendo solamente que los alumnos abriesen el libro de Portugués en la
página 76 y algunos minutos después comenzó a hacer la interpretación
del texto, sin dar tiempo para que los alumnos pudiesen leer el texto y
hacer uso de las estrategias de lectura (anticipación, inferencia y
verificación).

Ilustración 14. Texto del libro: “Português: Uma Proposta para o


Letramento: Enseñanza Fundamental. Magda Soares – São Paulo. Moderna
1999 – pág. 76

Se observó que el trabajo desarrollado en la sala de clases por la profesora


converge con su respuesta dada en la entrevista sobre cómo realiza la

221
práctica de lectura en la sala de clases cuando afirmó que: “los alumnos
crean símbolos para representar textos escritos y enfatiza el papel del “otro”,
del compañero, para suministrar pistas que auxilian para comprender el
texto (E.P-5:10)”.

En esa declaración se nota que su discurso está fundamentado en la


contribución de Vygotsky (1989) cuando aclara la manera en que los
alumnos usan la escritura para construir significados a partir de sus
sentidos particulares, reflejados en la escritura de los alumnos al
interpretar los textos.

Sin embargo, al profundizar la discusión sobre el texto, su preocupación en


la práctica estuvo centrada mucho más en la cuestión de la enseñanza de la
ortografía que en la interpretación de lo que fue leído por los alumnos,
principalmente cuando hizo el siguiente cuestionamiento a los mismos:

“¿Cuándo la luz del semáforo está en verde qué debe hacer el peatón?” los
alumnos respondieron SIGA. Ella continuó preguntando: ¿Cómo se escribe
la palabra Siga?

En esa acción se observó que los alumnos eran los que procuraban
interactuar entre si, en la medida en que al observar que sus compañeros
habían escrito la palabra CIGA, intentaban enseñar a los demás que la
forma de correcta de escribir la palabra es con S al inicio y no con C.

La cuestión ortográfica también fue evidenciada por la profesora cuando


realizó un dictado, usando tarjetones con las palabras: ATENCIÓN – PARE –
SIGA. Ella pidió que los alumnos cambiasen el cuaderno con el compañero
(pues estaban en parejas) para hacer la corrección.

Esa preocupación evidenciada por la profesora es incompatible con la


necesidad de formar alumnos reflexivos, críticos, preparándolos para
situarse ante el mundo a través de sus habilidades y expresión de las ideas,
tornando pasiva la actividad con el texto, en medida que no desencadena
en el alumno actividades estimulantes ni transforma en un estímulo a la
reflexión y a la formación de lectores.

222
Según Geraldi (2004:82 y 83) la preocupación es con el inmediatismo de
resultados: leer para responder preguntas, hacer ejercicios de
interpretación, pues a la escuela no le favorece muchas veces un contexto
agradable o afectivo en la exploración del libro. También el autor señala
que “leer es descifrar, como en un juego de adivinanzas, el sentido del
texto. Y a partir del texto, ser capaz de atribuirle significado, conseguir
relacionarlo a los demás textos significativos para cada uno” (Geraldi,
2004:91). En ese sentido es que Silva (2005) nos dice que:

“Si tomamos en cuenta el disgusto y la aversión por


la lectura, incorporados por los alumnos a lo largo de la trayectoria
escolar, veremos que es urgente una revisión de nuestras posturas y de
los métodos que utilizamos para la orientación y formación de lectores.”
Mariza Lajolo, en una excelente reflexión sobre la enseñanza de la lectura
en las escuelas brasileñas, nos esclarece que esa enseñanza ha sido
pretexto para inculcar reglas gramaticales, de valores patrioteros y de
dogmas de comportamiento, para la memorización mecánica de listas de
vocabulario y de informaciones convergentes, contenidas en textos y
obtenidas de acuerdo preguntas cerradas de cuestionarios dudosos.” Silva
(2005:38)

Tomando como base esa reflexión se puede pensar en la corrección de


varias formas, dependiendo, por lo tanto, de la creatividad del profesor ya
que la discusión del error asumió un papel importante en los últimos
tiempos, vistos como errores constructivos, necesarios para que los
alumnos lleguen a otras organizaciones de la escritura. De la misma forma,
existen distintas maneras de trabajar la lectura del texto a partir del libro
didáctico.

En el caso de la referida profesora (P-5), se constató que esta poseía poca


habilidad en utilizar ese recurso didáctico para proponer una actividad
pedagógica desafiante e incapaz de dar oportunidades a los alumnos para
demostrar lo que saben y lo que no saben al respecto del asunto
presentado.

223
Conviene recordar que las lecturas existentes en el libro didáctico no
favorecen totalmente el ejercicio del desarrollo del comportamiento
lector, pues, son textos que exigen enseguida la interpretación de lo leído y
el papel del profesor es siempre el que ha de corregir las actividades
sugeridas. Sin embargo, se puede afirmar que en lo que concierne a la
práctica de la lectura, el libro didáctico no es un buen instrumento, sin
disminuir su papel como apoyo didáctico ya que para desarrollar el
ejercicio de la lectura es recomendable que se trabaje con diversidad
textual.

De esta manera, se concluye que la profesora no demostró conocimiento


de la concepción teórica que orienta su práctica, al contrario, deja de
manifiesto su inseguridad en el uso de la metodología que el
constructivismo orienta, o sea, el conocimiento no es concebido como una
copia de lo real, incorporado directamente por el sujeto, sino que,
presupone una actividad por parte de quien aprende, que organiza e
integra los nuevos conocimientos a los ya existentes. Esa práctica no es
evidente en la rutina de la profesora ya que no expone al alumno como
protagonista de su propia…

Cuando los profesores fueron interrogados sobre el abordaje teórico al


que orientan su práctica, sus respuestas revelaron que estas proclaman
nuevos conocimientos para trabajar con más autonomía la cuestión del
comportamiento lector, para así asumir el papel de detentor de la
información, como comenta la profesora entrevistada:

“No se definirlo con seguridad, pues, el proceso educativo es muy complejo y


su práctica exige del profesor mucho conocimiento para entender como
ocurre la enseñanza y el aprendizaje. Las innovaciones pedagógicas me dan
deseos de leer más para entender mejor la teoría del constructivismo y
principalmente para entender la forma como el alumno aprende a leer.”
(E.P-3:9).

Para eso, es necesario no sólo repensar las prácticas de lectura


desarrollada en la sala de clases, sino también perfeccionar su práctica de

224
modo que se pueda trazar un debate y reflexionar para una mejor
orientación de la acción educativa, constituyéndose en un facilitador del
aprendizaje de la lectura en la enseñanza en los primeros grados de
enseñanza primaria.

Esta es una indicación para el contenido de la formación continua, cuyas


propuestas necesitan tratar a los profesores como lectores, sin lo que no se
conseguirá desprenderlos de la condición única de docente que no enseña
a leer. Como sugerencia complementar de esa discusión, Carvalho (2009)
afirma que:

“La posición del profesor es delicada, pues, al vaivén


de los cambios de gobierno y de los equipos pedagógicos, son algunas
veces llevados a cambiar sus procedimientos habituales, a adoptar una
nueva referencia teórica, a cambiar lo cierto por lo dudoso. En la práctica
aún consiguen conducir la enseñanza a su manera, aunque sea necesario
crear un modo de trabajar aparentemente fiel a las determinaciones
oficiales, pero, que en el fondo no difiere mucho de lo que ya venían
haciendo. A favor de las profesoras, argumento que no están
suficientemente amparadas por un proyecto pedagógico, una formación
teórica profundizada, y por pertenecer a un equipo de trabajo formado en
la propia escuela, para hacer experiencias osadas. En las condiciones
concretas en que trabajan, les parece más correcto invertir en aquello que
les es familiar, introduciendo aquí y allí pequeñas modificaciones que no
alteran la estructura de la enseñanza.” Carvalho (2009:112)

Por lo tanto, es preciso repensar las estrategias de lectura proclamadas en


la sala de clases, principalmente aquellas ligadas al simple llenado de
fichas, y de análisis interpretativo con foco en la ortografía o de la
reflexión desencadenada por el propio profesor con levantamiento de
cuestiones a ser respondidas con base en el sentido único.

5.1.3. Actividades significativas de lectura


La calidad de las actividades realizadas por las profesoras está relacionada

225
con la ejecución de las tareas y con el objetivo propuesto como relata una
de las profesoras:

“En cualquier dimensión del trabajo pedagógico la presencia del objetivo


elaborado por el profesor es una variable metodológica determinante para
alcanzar y motivar el sujeto de aprendizaje, lo que va a tornar la actividad
significativa para el alumno.” (E.P-7:11).

Es positiva la intención de la profesora en lo que se refiere a la objetividad


que debe ser evidenciada en el momento de organizar su clase. Es verdad
que el alumno sólo conseguirá mostrar interés si está preparado para eso.
La tarea del profesor es de fundamental importancia, y por lo tanto, en la
actividad planeada deben constar desafíos, para así, provocar la
participación del alumno. Teberosky (2003:139) afirma que “cuando el
alumno tiene dificultad en entender un texto” o cualquier otra propuesta
de trabajo el problema no es de él.

Sin embargo, para la profesora (P-1):

“Las actividades son significativas en la medida en que consiguen la


participación de los alumnos y también el interés para realizar las
actividades sugeridas después de la lectura, como el recuento y la actuación,
(en dramatización) por los alumnos, y eso solo ocurre con la colaboración de
otras profesoras.” (E.p-1:11).

Se constató en el discurso de esa profesora que la práctica de la actuación


cooperativa entre profesores no ocurre en la escuela, y consecuentemente
eso se refleja en la práctica pedagógica de fortalecimiento de las prácticas
de lectura.

Sin embargo, con el propósito de detectar el grado de significado existente


en las actividades de lectura en el cotidiano escolar se observó que algunas
profesoras presentaron en su discurso actividades de lectura significativas
para sus alumnos, como la de leer y hacer la interpretación participativa y
dinámica, mientras otras se distanciaron mucho de ese foco,
permaneciendo en lo habitual de los temas didácticos que no ofrecen

226
ningún significado real para los alumnos como:

Lectura de un texto del libro didáctico de Lengua Portuguesa – .Enseguida


copia del texto en la pizarra y lectura oral por los alumnos – (EP-7:11);

Lectura en voz alta para los compañeros (EP-8:11);

Lectura para resolver cuestiones relacionadas a la corrección de ejercicios


realizados en la sala de clases - (EP-4:11).

Este tipo de texto citado por estas profesoras para trabajar la lectura no
puede ser considerado como significativo en la enseñanza en los grados
iniciales de la enseñanza primaria. También se detectó en la práctica una
forma improvisada del trabajo de lectura de las profesoras (P-7), (P-8) y
(P-4), pues esa actividades caracterizadas como modelo de la enseñanza
tradicional, anulan la participación del alumno, principalmente la
actividad de lectura realizada por la (P-8).

En verdad, un alumno que lee muy mal para los compañeros porque aún
no saber descifrar algunas palabras, toma el acto como desestimulante,
tanto para quien lee como para quien escucha; un hecho comprobado en
una de las observaciones realizadas en la que se presencia un alumno
leyendo de forma silábica y los compañeros que debían escuchar y seguir
la lectura, conversaban y no demostraban interés. También la profesora no
manifestó voluntad pedagógica en comandar la actividad la cual quedó
suelta, sin interpretación, sin preparar el ambiente para realizar la lectura,
demostrando así falta de dominio sobre el grupo y de la planificación de la
actividad.

No obstante, con respecto a la actividad de la (P-7) quedó evidenciada la


fragilidad de la calidad de la enseñanza: profesor mal humorado, actividad
improvisada, teniendo como orientador el libro didáctico y ni siquiera
todos los alumnos lo poseían.

A partir de esa reflexión se puede decir que sin sentirse apoyado y


ayudado por la profesora el alumno poco a poco va convenciéndose de que
es realmente incapaz de aprender, volviéndolo desinteresado y distraído.

227
En este contexto, conviene reseñar por lo tanto, la necesidad del profesor
de planear y organizar momentos de lectura que posibiliten la discusión y
la reflexión de los involucrados. También, cabe a las profesoras ofrecer
una variedad de materiales impresos que sirvan de referencia y fuente de
información significativa para que los alumnos sientan deseos de ser
lectores.

El profesor debe tener propuestas claras sobre cuales actividades lectoras


va a desarrollar y planificarlas con la intención de alcanzar mejores
resultados. De acuerdo con Martín Bris (2002):

“Se planifica con la intención de mejorar. Todo el


trabajo de planificación tiene el objetivo de optimización de un sistema de
elementos y factores, una intención de prever, ordenar, secuenciar, seguir
y evaluar”. Martín Bris (2002:24)

Otro aspecto que vale la pena reseñar es el de enfocar la lectura en lo que


es de interés para el alumno, para que este descubra las ideas principales y
el sentido general del texto.

Es preciso ir más allá, suscitar que los alumnos busquen las palabras que
no conocen, datos que no están explícitos y los relacionen con los
conocimientos previos, fomentando así su mayor participación en el
entendimiento y reconstrucción del texto.

Respecto a la actitud de los alumnos en cuanto a la participación en la


reconstrucción del texto Teberosky (2003) afirma que:

“Propicia un acto de aprobación del sentido en


colaboración con la posibilidad de confrontar la propia visión con otras
visiones sobre el texto. El conocimiento compartido incluye, en ese caso, la
tarea propuesta que construye a partir de las diferentes posiciones en las
cuales los alumnos participan con sus experiencias, sus suposiciones y sus
interpretaciones.” Teberosky (2003:98)

En función de eso, conviene afirmar que una actividad significativa


implica, necesariamente, el trabajo simbólico de significar la parcela de la

228
realidad que se conoce. Las lecturas que los alumnos realizan en la escuela
serán significativas en la medida que consigan establecer relaciones
sustantivas entre los contenidos escolares y los conocimientos
previamente construidos por ellos en un proceso de articulación de
nuevos significados. (PCN-V.1 2001:52).

Al ser cuestionadas las profesoras sobre se crean ocasiones para que el


alumno pueda expresar sus lecturas o presentarlas en forma de
dramatización, teatro, etc., una de las entrevistadas se posicionó así:

“Procuro ejercer la práctica pedagógica de lectura haciendo oportunas


varias situaciones para que el alumno revele su entendimiento.
Generalmente, los viernes los alumnos hacen actividades lúdicas después de
la lectura y ellos han demostrado gran interés.” (E.P-2:34).

Se entiende por tanto, que la educación escolar debe constituirse en una


ayuda intencional, sistemática, planificada y continua para que los
alumnos de los grados iniciales adquieran conocimientos suficientes para
construir un camino evolutivo, atribuir interpretaciones significativas a la
escritura y lectura socialmente construida en los primeros años de su
escolaridad, y tomar posesión de ese conocimiento antes de ser aprobado
para los grados siguientes.

5.1.4. Ambiente favorable al desarrollo de la práctica pedagógica.


En relación al ambiente favorable a la práctica de la lectura, éste fue
observado en dos aspectos: en lo relativo al ambiente físico se consideró
como parámetro de análisis una sala de clases decorada, iluminación y
ventilación adecuada, buena acústica, biblioteca amplia, ventilada,
iluminación apropiada, amueblada con mesas para trabajo individual y en
grupos; y en cuanto al ambiente literario, se consideró un conjunto de
libros con diversidad de soporte de otros textos, como revistas, revistas de
tiras cómicas, textos digitales o en papel, y muchos escritos de circulación
social.

Las profesoras consideran benéfico el ambiente favorable al desarrollo de

229
la práctica de la lectura, sin embargo, reconocen que el ambiente de la
escuela en la que trabajan no ofrece las condiciones mínimas para el
desarrollo de esta práctica, porque la acústica de las salas de clases
interfiere en el desarrollo de las actividades pedagógicas. Señalaron
también, que consideran pequeñas las dimensiones de las salas de clases
para la cantidad de alumnos por grupo. Así lo comentan:

“La convivencia de los alumnos en el mismo espacio garantiza la interacción


y el intercambio de experiencia lectora, pero, el ambiente no lo facilita y
mucho menos ofrece las condiciones para la concentración debido al ruido
de otras salas de clases… (E.P4:16).”

“Para el desarrollo de las capacidades lectoras es necesario garantizar las


mediaciones sociales. Es necesario cuidar de la organización de los grupos y
de los espacios de lectura para potenciar el desarrollo lector de los alumnos.
Sabemos de todo eso, pero, no conseguimos ponerlo en práctica, debido a las
condiciones del espacio físico y el ambiente incómodo con que convivimos,
para hacer efectiva esa tan soñada práctica (E.P-7:16).”

Esas declaraciones de las profesoras demuestran las dificultades que ellas


enfrentan en el día a día escolar para crear posibilidades de generar la
autenticidad de la cultura lectora. Con base en esas declaraciones, las
profesoras responsabilizan a la institución escolar de ofrecer esas
condiciones precarias que perjudican a la finalidad principal, que es la del
desarrollo de la cultura lectora. Señalan también que tres de las salas de
clase no ofrecen ventilación e iluminación suficiente.

En relación al espacio literario para el desarrollo de esta práctica


informaron que existe en la escuela estudiada, aunque necesita un mayor
acervo, así como también de recursos humanos cualificados para
organizar y coordinar pedagógicamente las actividades que estarán a
disposición de los alumnos.

Pienso que no se puede ignorar la situación lamentable en que se


encuentra la escuela por no disponer de espacios capaces de atender las

230
necesidades prioritarias de los niños y profesores.

A partir de esta situación surge la siguiente interrogación ¿Cómo los


alumnos pueden disfrutar la lectura si el ambiente escolar no ofrece el
desarrollo de esta práctica?

Creyendo en este propósito, se reconoce la necesidad de un buen acervo


literario, con libros, revistas, diarios y una vasta literatura infantil, la
creación de un rincón de lectura para así diversificar este espacio escolar,
transformándolo en un verdadero laboratorio de lectura.

De ese modo, se entiende que el ambiente favorable a la práctica lectora es


lo que proporciona a los alumnos momentos y estímulos para el ejercicio
de la lectura vivaz, sin embargo, si no fueren ofrecidas actividades
estimulantes, desafiantes, motivadoras, con materiales diversificados y
significativos, este no tendrá mucha significancia en el comportamiento
lector de los alumnos.

5.2. Domino cognitivo de la lectura.


La literatura científica de la construcción del conocimiento nos revela que
la sala de clases está llena de sujetos cognoscentes, o sea, sujetos que
intentan de todas maneras comprender el mundo en el cual viven.

En esta comprensión, el domino cognitivo de la lectura es un aliado de


gran importancia en la comprensión del proceso lector de los alumnos,
pues, son carentes de estímulos debido al uso de una metodología aplicada
por los profesores que generalmente refleja el desestimulo y/o hasta el
bloqueo del aprendizaje por los mismos.

Se entiende que para conseguir leer se hace necesario dominar la


capacidad de conciencia fonológica, por ser tal vez la conciencia más fácil
de ser adquirida por el alumno.

Por eso se busca respuesta para la siguiente cuestión: ¿Los alumnos


aprobados demuestran dominio cognitivo de la lectura?

231
5.2.1. La conciencia fonológica.
El análisis de ese ítem se inició con el siguiente cuestionamiento: ¿Los
alumnos aprobados para la 1ª etapa del II ciclo demuestran dominio
cognitivo de la lectura? Las respuestas de las profesoras entrevistadas
expresan que:

“Cuando analicé el diagnóstico inicial de este grupo (2º ciclo – I etapa o 3º


grado) confieso que tuve deseos de solicitar a la directora un cambio de
grupo, pues, la impresión que tuve fue la de que esos alumnos estaban
ingresando ese año en la escuela; primero porque más de la mitad no sabía
leer, de un grupo de 30 alumnos en la edad ideal de 9 a 10 años y tenía 8
alumnos con 12 y 13 años y para una mayor sorpresa 18 de estos no tenían
dominio del código escrito, quiero decir, no sabían leer. No consigo entender
como consiguieron ser aprobados.” (E.P-6:32).

“La escuela pública hoy está jugando a enseñar y no tiene criterio alguno
para aprobar los alumnos. No es concebible que el alumno sea aprobado sin
haber aprendido a leer y escribir, pero, lo que últimamente ha sucedido es
que nosotras tengamos que trabajar con ellos para superar las deficiencias
que los alumnos cargan, atrasando toda la programación y empobreciendo
de este modo los contenidos. Lo peor es que muchas veces hay que
recomenzar todo, esto es, enseñándoles las letras que componen las
palabras, actividad que debería haber sido muy bien trabajada por la
profesora del 1° grado o primer ciclo. “(E.P-7:32).

Investigando estas situaciones se percibe que estas profesoras están


preocupadas y angustiadas con el nivel de desarrollo del grupo en relación
al dominio del código escrito y cuestionan la aprobación de los propios
alumnos.

Frente a estos hechos, la escuela no parece preocupada con la formación


de sus alumnos, frente al retroceso que sufre el nivel de desempeño de
estos grupos por el hecho de las profesoras tienen que volver a los

232
contenidos que deberían haber sido trabajados en los dos años anteriores
de escolaridad de esos alumnos, y aun más, tener que lidiar con la
heterogeneidad, tanto del conocimiento como de la edad de los alumnos.

Lo que ocurre es una transferencia de responsabilidades y no siempre los


alumnos encuentran profesionales responsables que asuman las lagunas
deficitarias que cargan consigo. Cuando ese discernimiento no se hace
presente por parte del nuevo profesor, quien más sufre es el alumno que
será siempre “empujado” hacia el grado siguiente sin obtener ningún
avance cultural, necesario para enfrentar los desafíos de los grados
siguientes.

La profesora (P-7) me parece bastante consciente delante de la situación


de la sala de clases, por buscar alternativas para suplir las deficiencias de
aprendizaje de esos alumnos. Se sabe por otro lado, que un profesor
comprometido con su práctica pedagógica es capaz de desarrollar un
trabajo con mayores posibilidades de atender el ritmo y las necesidades
individuales de sus alumnos.

5.2.2. Lectura Fluente


Las situaciones presentadas en el ítem arriba ponen en evidencia que la
escuela está perdiendo cada día más la credibilidad en la enseñanza y los
profesores por más que quieran ejercer su función están sintiéndose sin
apoyo, sin un camino correcto delante de muchos cambios implementados
por el gobierno, como la experiencia de trabajar con ciclos, siendo el 1er
ciclo comprendido en tres etapas sin reprobación. Así, cuando se
encuentran con un grupo de alumnos que llega al 2º ciclo y aun no
aprendió lo suficiente para dominar el código y leer con fluidez, quedan
angustiados con la situación.

Esta realidad demuestra falta de compromiso de los profesionales de la


docencia, que terminan transfiriendo las responsabilidades. Algunos
profesores se sienten incómodos y tratan a su modo recuperar los
contenidos que los alumnos no consiguieron alcanzar, pero, ¿Y los otros

233
profesores, se acomodan y también continúan “empujando” los alumnos?

Como respuesta a esa pregunta, se cita la expresión de una profesora


entrevistada cuando, al ser cuestionada acerca de si los alumnos consiguen
leer con fluencia, revelo lo siguiente:

“Los alumnos llegan al grado siguiente, en la 1ª etapa del II ciclo, con


grandes dificultades para entender las lecturas que son más extensas. La
mayoría lee con dificultad, pero, no domina el código escrito en las palabras
más difíciles, como por ejemplo: portugués, enverjado, alcalde…etc.” (E.P-
8:33).

De esta forma, la escuela está distante de ofrecer un trabajo pedagógico


capaz de desarrollar el nivel de conciencia fonológica que es
imprescindible para la adquisición de la lectura, ya que, con el dominio de
la escritura, la conciencia fonológica se perfecciona, o sea, los primeros
estadios de la conciencia fonológica contribuyen con el desarrollo de los
estadios primarios del proceso de lectura, y estos a su vez, contribuyen
para el desarrollo de habilidades de conciencia fonológica más compleja.

Respecto a eso Carvalho (2009) afirma que:

“La conciencia fonológica consiste en la capacidad


para focalizar los sonidos del habla, independientemente del sentido.
Puede ser desarrollada por medio de ejercicios, produciendo un impacto
positivo en el aprendizaje de la lectura y de la escritura de las lenguas que
utilizan la ortografía alfabética, como el portugués. Para reconocer el
grado de conciencia fonológica del niño algunos indicadores son, la
habilidad para identificar el número de silabas de las palabras y de
reconocer rimas y silabas que se repiten en el inicio de una serie de
palabras.” Carvalho (2009:29)

Observando una actividad realizada por (P-2) en el grupo del 1º ciclo, I


etapa y (P-3), Iº ciclo, II etapa con la intención de verificar si los alumnos
presentaban el dominio cognitivo de la lectura, se notó la debilidad del
ejercicio pedagógico de las profesoras, que a pesar de la buena voluntad y

234
el recurso del libro didáctico, no consiguieron explorar las rimas ofrecidas
en el texto para fortalecer el entendimiento de los alumnos para enfocar
los sonidos del habla.

El profesor no puede olvidar nunca que está lidiando con lectores


principiantes, que precisan de manos extendidas para familiarizarse con
este proceso, pues, hay un largo camino a ser recorrido hasta que el
alumno gane autonomía de lectura y sea capaz de abordar con total
seguridad el código escrito.

5.2.3. Comprensión lectora


Una de las entrevistadas afirmó que cuando ella utiliza recursos
audiovisuales percibe que satisface las expectativas de los alumnos,
conforme comenta ella misma:

“La utilización de recursos audiovisuales para ilustrar las interpretaciones


que generan la comprensión de lo leído es bastante favorable en el auxilio de
la ampliación del universo cultural y también del buen desempeño del
alumno, pues, una vez entendido el texto la participación del aluno es
notoria y también favorece el entendimiento de los demás compañeros, lo
que facilita mi trabajo.” (E.P-5:33).

A pesar de la defensa de la profesora sobre la utilización de recursos


audiovisuales como favorables a la comprensión e interpretación de la
lectura, y también favorecedores de la participación y entendimiento de
los alumnos, no fue posible observar en su práctica durante la realización
de una actividad en la sala de clases el uso de estrategias diferentes para
facilitar aún más la comprensión del texto, tal como lo sugiere Kato
(2002:106-107):

“La lectura puede ser entendida como un conjunto


de habilidades que envuelven estrategias de varios tipos. Esas habilidades
serian:

 La de encontrar parcelas significativas del texto;

235
 La de establecer relaciones de sentido y de referencias entre ciertas
parcelas del texto;

 La de establecer coherencia entre las proposiciones del texto;

 La de evaluar la veracidad, semejanza y la consistencia de las


informaciones extraídas.”

Kato (2002:106-107)

Aunque esa profesora cite algunos elementos favorables a la comprensión


lectora, no fue capaz de hacer transposición didáctica, esto es, poner en
práctica la teoría que respalda todo el proceso de construcción de la
lectura.

En este sentido, cabe al profesor estar atento a la importancia de la


comprensión para ofrecer una discusión actualizada y convincente del
mensaje que el texto transmitió. El grado de atención que el profesor
ofrece a los alumnos, centraliza su propósito de ayudar a pasar las
informaciones buscadas en el texto trabajado.

Para alcanzar tales objetivos el profesor necesita estimular al alumno


siempre, orientado por su propósito de entendimiento del texto para así
despertar comportamientos lectores, no perdiendo de vista ninguna
participación del alumno, en el sentido de facilitar la tarea del
entendimiento y de la comprensión para despertar la intimidad con la
lectura y proporcionar una lectura fluente.

De ese modo el profesor es desafiado a comportarse como un investigador


incansable de su propia práctica, ya que, enseñar a leer y comprender es
garantizar que la práctica lectora tenga un sentido significativo para
construir y promover la cultura que tanto soñamos para el alumno de la
escuela pública brasileña. Valorar la enseñanza de la lectura significa crear
tareas que puedan generar expectativas positivas para permitir una mayor
participación del alumno en las actividades que ocurren en lo cotidiano
escolar.

236
5.2.4. Desempeño lector
Al ser cuestionadas sobre cómo proceden para averiguar la evolución del
desempeño de la conciencia fonológica de los alumnos a las profesoras,
expresaron las siguientes opiniones:

“La evaluación refleja el resultado de mi trabajo en función del aprendizaje


del alumno.” (E.P-2:28).

“La evaluación sirve para redimensionar la práctica.” (E.P-3:28).

“Evaluar es revisar el proceso de aprendizaje de mi alumno.” (E.P-2:28).

En este bloque de respuestas las profesoras demuestran el valor de la


evaluación para el redimensionamiento de la práctica. Pero, dejan
trasparentar las dificultades para la ejecución de esta cuando se
observaron los instrumentos elaborados por ellas mismas para evaluar a
los alumnos.

El tipo de evaluación utilizado por estas profesoras es puramente puntual,


sólo ocurre al final del mes o del bimestre. Se constató una distancia muy
acentuada para volverse a favor del aprendizaje de los alumnos. Respecto
a eso Luckesi (2004) afirma que:

“No tengo dudas sobre el potencial transformador


de la evaluación, en la medida que su función sea subsidiar la búsqueda de
los resultados más satisfactorios posibles. Es preciso crear en nosotros los
profesores una cultura de evaluación por oposición a una cultura de los
exámenes, arraigada en nuestras experiencias.” Luckesi (2004:17)

Observando las variadas opiniones de las docentes sobre este proceso se


percibió que la (P-3) cuando dice que evalúa para “redimensionar la
práctica”, demuestra una visión perfeccionista del valor de la evaluación,
pero, sin embargo, su práctica no comprueba esta actitud. Lo que se
observó fue la evaluación puntual con corrección de pruebas para registro
de las notas de los alumnos. Sin ningún retorno para los alumnos.

La evaluación de aprovechamiento escolar debe ser aplicada como una

237
atribución de calidad a los resultados del aprendizaje de los alumnos,
teniendo como base sus aspectos esenciales y como objetivo final tomar
una decisión que direccione el aprendizaje.

Mientras tanto, nos entristece bastante el testimonio de profesores, como


en el caso de la (P-6) por la corta visión que demuestra tener del proceso
evaluativo. Se refiere a este de modo muy restringido en el cual utiliza la
actividad (dictado) para evaluar las dificultades ortográficas y lectoras de
los alumnos, como expresa: “Me gusta mucho dictar palabras todos los días,
con este recurso evalúo las dificultades ortográficas que me proporciona
trabajar las dificultades lectoras.” (E.P-6:28).

En la concepción de esta profesora quien sabe escribir sabe leer, esto es un


equívoco por qué no siempre el alumno que escribe sabe leer. Está en las
manos del profesor centrar la lectura solamente en las habilidades de
identificación de códigos “o estimular también otras estrategias necesarias
para la comprensión de la lectura”. (Teberosky 2003:110) la cuestión del
dictado de palabras tiene como objetivo verificar solamente la ortografía,
que es una actividad mecánica.

Las demás profesoras muestran la utilización de instrumentos evaluativos


diferentes en la rutina escolar, buscando resultados en un plazo más corto,
lo que facilita el seguimiento de la evolución de los alumnos para reforzar
los ejercicios del cotidiano escolar, como se puede percibir en las
respuestas del segundo bloque:

“La evaluación es un proceso continuo para dar respuesta de lo que el


alumno aprendió.” (E.P-1:28).

“Uso mucho la ficha de seguimiento y trato de realizar actividades de lectura


diariamente en sala de clases. En casa las contribuciones son poquísimas,
por eso mi práctica evaluativa con la lectura es continua y diaria”. (E.P-
7:28).

La ficha usada por (P-7) contó con el auxilio de la investigadora en la


producción de la misma en momentos anteriores, cuando esta profesora

238
hacía el curso del PROFA ofrecido por la SEMED. Con la intención de
subsidiar la práctica lectora la ficha utilizada por esta profesora tiene los
siguientes caracteres:

Nombre Dominio Lee Lee Lee el Lee el


cognitivo palabras frases texto texto
del
completo.
alumno completas y y no
Lee con entiende entiende
facilidad
Si / No Si / No Si / No Si / No Si / No

En seguida pone el nombre de cada alumno, y con la ficha llena la


profesora sigue la situación de cada uno para planificar nuevamente y
buscar formas de ofrecer actividades que puedan elevar el nivel de
conocimientos de esos alumnos, conforme el modelo de la ficha siguiente:

Alumnos con dominio cognitivo Grado de capacidad lectora-


de la lectura MB (Muy Bueno), B (Bueno), AD (
A Desarrollar)

Es conveniente señalar que ese instrumento debería ser útil para la


consolidación de un proceso evaluativo constructivo, los desempeños
deberían ser siempre provisorios o procesuales, esto es, cada resultado
obtenido debería servir de soporte para un paso más al frente. Respecto a
esto Luckesi (2004:17) clasifica como consecuencia de la evaluación:

“No puntual y diagnostica sino dinámica e inclusiva

239
por oposición a las características de los exámenes, que son puntuales,
clasificatorios y selectivos. O sea, a la evaluación interesa lo que estaba
ocurriendo antes, lo que está ocurriendo ahora y lo que ocurrirá después
con el educando, en la medida que la evaluación del aprendizaje está al
servicio de un proyecto pedagógico constructivo, que ve al ser humano
como un ser en desarrollo, en construcción permanente. Para un
verdadero proceso de evaluación, no interesa la aprobación o reprobación
del educando, pero sí, su aprendizaje y, consecuentemente su crecimiento,
de ahí ella ser diagnostica, permitiendo la toma de decisiones para la
mejoría, y consecuentemente ser inclusiva, mientras no descarte, no
excluya, pero si, convide a la mejoría.” Luckesi (2004:17)

El compromiso con el aprendizaje y con el desarrollo de todos los


alumnos, exige una evaluación diagnóstica constante con el objetivo de
poner en evidencia propuestas para la superación de las dificultades de los
alumnos. Una de ellas es el registro reflexivo que evita el empleo de
expresiones o palabras de menosprecio, discriminativas o mismo
comparativas que pueden crear marcas y prejuicios, lo que provoca el
alejamiento del alumno de la escuela y el bloqueo de su aprendizaje.

Lo importante en una evaluación es que las cuestiones sean bien


elaboradas, de forma a permitir que profesor y alumno tengan en su
aplicación, una percepción clara, objetiva y real de las condiciones
reveladoras del aprendizaje y, a partir de este análisis, responsabilizarse
por los aspectos focalizados en el trabajo escolar.

Partiendo de este principio, se concluye que la función de la escuela y de


las profesoras es la de expandir el mundo del alumno, facilitando su
inclusión en nuevos campos de interés, abriendo posibilidad de demostrar
su desempeño lector siempre con visión evaluativa, ya que, evaluar es
seleccionar, organizar y planificar nuevas situaciones, lo que debe estar
presente en la rutina diaria de cualquier profesor.

Por lo tanto, se considera que el surgimiento de otras metodologías


evaluativas más convencionales, venga a facilitar ese proceso, tomando

240
como base los resultados como punto de partida para fortalecer las
actividades más ajustadas con las necesidades de los alumnos.

Se concluye así, que las profesoras continúan arraigadas en el modelo de


evaluación, únicamente para conocer el rendimiento puntual del alumno a
través de un instrumento de evaluación que va generar una nota y así
decidir la aprobación o suspenso del mismo. Esto sólo viene a justificar el
fracaso del desempeño lector de los alumnos en los grados siguientes.

5.3. La biblioteca escolar y la sostenibilidad del desarrollo del


comportamiento lector
El trabajo en las bibliotecas consiste en desarrollar actividades de
incentivo a la lectura en las escuelas para atender innumerables
necesidades existentes, principalmente, con los alumnos de los primeros
grados de enseñanza primaria. Cuestionar sobre la función de la biblioteca
implica buscar respuesta para la siguiente interrogación: ¿La biblioteca de
la escuela puede ser considerada pilar de la sostenibilidad de la lectura?

Para responder a esa pregunta, se recurrió a las preguntas hechas en las


entrevistas. Entre ellas, se destacó la que busca saber si la biblioteca de la
escuela posee proyecto de incentivo a la lectura. La coordinadora
pedagógica se posicionó y expresó de la siguiente manera:

“Muchos proyectos son valiosos y enriquecedores si son planificados


exclusivamente para ser ejecutados en la biblioteca por el hecho de existir
diferentes posibilidades de participación del alumno, dependiendo para eso
de la disponibilidad de un profesor orientador, o del auxiliar de la biblioteca
para dar seguimiento a las actividades en conjunto con el profesor de la
clase. Pero, esa pretensión queda solamente idealizada, pues, la biblioteca de
la escuela no ofrece condiciones para el ejercicio de esa actividad y tampoco
tenemos recursos humanos disponibles.” (Q.C.-P:25).

Se sabe que la existencia de una biblioteca bien organizada permite a los


alumnos encontrarse con los escritos sociales y desarrollar técnicas para

241
utilizarlos (Foucambert, 1994). En ese sentido la posición de la
coordinadora pedagógica de la escuela es muy relevante porque entiende
que los proyectos de lectura realizados en la biblioteca pueden ofrecer a
los alumnos una posibilidad de incentivo de lectores. Sin embargo, la
realidad de las escuelas públicas es no poseer de profesionales capacitados
para desarrollar esa propuesta enriquecedora.

Por lo tanto, se reconoce que es preciso repensar esa cuestión de modo


que la biblioteca de la escuela pueda cumplir su función. Entendiéndolo de
esa manera, las profesoras al preguntárseles sobre la posibilidad de que la
biblioteca ofrezca opciones de lectura para sus alumnos, ellas expresaron
que les gustaría realizar actividades integradoras con otros profesionales
y alumnos en la biblioteca para conseguir despertar un mayor interés por
la lectura. Así, que expresaron su descontento cuando se refirieron a la
programación de las visitas con el auxiliar de la biblioteca para llevar a
cabo esa actividad. La posibilidad de ejecutar esa tarea es mínima, de
acuerdo con sus declaraciones:

“Me gustaría mucho poder realizar lecturas con mis alumnos en la biblioteca
para darles a ellos la oportunidad de conocer diversas historias, conocer
otros libros, a pesar de los pocos existentes, y también para salir un poco del
uso del libro didáctico con que se trabaja en la sala de clases, pero nunca
encontramos la biblioteca abierta.” (E.P-4:39).

“Las actividades lectoras fuera del ambiente de la sala de clases promueven


una mayor participación del alumno, ellos se motivan más y el resultado
siempre es mejor. Lo que impide esa actividad con mayor frecuencia en la
biblioteca de la escuela es la falta de un funcionario asiduo en este espacio.”
(E.P-8:39).

Se reconoce que la exposición de los alumnos a la lectura de diversas


historias aumenta sus posibilidades en el proceso de comprensión lectora,
constituyéndose en uno de los grandes desafíos de esta escuela, ya que los
alumnos necesitan alcanzar esa comprensión con la adquisición de las
habilidades básicas para leer y para ser promovidos para los grados

242
siguientes.

También se puede hacer referencia a la falta de una política educativa local


en el sentido de establecer una colaboración para optimizar este espacio
físico y también de los actores involucrados en el proceso de enseñanza,
como auxiliar de la formación lectora de los alumnos, como bien señala
una de las profesoras:

“La biblioteca posee libros que podrían ser auxiliares en el desarrollo de las
habilidades lectoras de los alumnos, sin embargo, se hace necesario
concienciar a alumnos y profesores de su papel en la formación,
organización, ampliación del acervo y manutención de la biblioteca escolar.”
(E.P-2:39).

Por lo tanto, es imposible negar que la mayoría de las escuelas públicas


lamentablemente no poseen infraestructura para la realización de
actividades diversificadas en el campo de la lectura. Acciones de este tipo
suceden de forma restricta en solamente una de las salas de clases
existentes en la escuela, a través del ‘rinconcito de lectura’. Lo ideal sería
que todas las salas de clases realizasen actividades de lectura
programadas en la biblioteca debido a la importancia de los materiales
ofrecidos como soporte para la lectura, ya que en la sala de clases puede
ser difícil abarcar el interés de todos los alumnos. Corroborando esa
afirmación, Carvalho (2009) dice:

“La formación de lectores a gran escala, vía escuela,


solo ocurrirá si hubiese una política de lectura, traducida en la adecuada
formación de profesores-lectores, en la oferta de instalación de bibliotecas
y salas de lectura bien equipadas, dinamizadas por bibliotecarios.”
Carvalho (2009:67)

Los alumnos cuando son cuestionados sobre las actividades que las
profesoras realizan en la biblioteca, argumentaron lo siguiente:

“Nosotros sólo vamos a la biblioteca cuando la profesora nos junta con otro
grupo, de alguna profesora que faltó, y entonces es bueno por que

243
escuchamos historias y después hace una exposición sobre ella.”(Q.A-5:18)

“Libros para llevar a casa es muy complicado porque no hay quien anote
nuestro nombre, solo de vez en cuando y mismo así la “dueña” queda solo
exigiendo mucho porque el día que traemos el libro para entregarlo ella no
viene a la escuela.”(Q.A-17:18)

“La biblioteca está todo el tiempo cerrada, los libros que podrían ser leídos
solo sirven de adorno porque a la “dueña allá” no le gusta que agarremos los
libros.”(Q.A-31:18).

Observase que a pesar de que los alumnos valorizan las pocas iniciativas
desarrolladas en la biblioteca, las respuestas demuestran que la escuela
tiene una propuesta educativa de incentivo a la lectura fragmentada y
ocasional, ya que no hay estructuración del funcionamiento de la
biblioteca, ni democratización del acervo literario disponible a los
alumnos, tornándose así un depósito de libros sin utilidad para la
consolidación del incentivo a la formación de lectores.

Eso ocurre justamente por la falta de oportunidades de convivencia de los


alumnos con el acervo existente en la biblioteca de la escuela, la falta de
una planificación pedagógica en cuanto al funcionamiento de la misma, la
carencia de recursos humanos y a las exigencias frecuentes de la auxiliar
de biblioteca con la entrega de los libros y no con la formación de lectores.
Esa realidad fue también señalada por Silva (2005:08 y 09) cuando afirmó
que:

“Otro aspecto que merece ser abordado y discutido


se refiere a la utilización de bibliotecas y/o acervos existentes en las
escuelas o en la comunidad. En esta área, excepciones aparte, la gran
mayoría de los profesores brasileños aun no descubrió que los acervos
disponibles, cuando son integrados en los trayectos de búsqueda de
producción de conocimiento, pueden ser importantes y significativos. Esto
sucede porque la formación y la manutención de bibliotecas escolares aún
no se transforma en una fuerte preocupación política en el campo

244
educativo.” (Silva, 2005:08 y 09)

Esos factores acaban no facilitando la creación del hábito de la lectura, o el


estímulo de los alumnos a leer, la convivencia con lectores adultos y la
oportunidad de la biblioteca de la escuela de constituirse en un recurso
favorable al desarrollo del comportamiento lector. Silva (2005) nos dice
que:

“No se forma un lector con una o dos rondas


infantiles, ni con una o dos bolsas de libros, si las condiciones sociales y
escolares subyacentes a la lectura al ser consideradas no son
transformadas. Hay que pensar también en la formación de acervos, de
modo que la biblioteca deje de ser un elemento inexistente o pasivo en el
contexto de la escuela. La biblioteca debe transformarse en un ambiente
rico en estimulación social para la lectura y con significación para
profesores, alumnos y comunidad.” Silva (2005:21)

5.3.1. El trabajo efectivo con la lectura literaria


Durante quince días consecutivos de permanencia en el campo, con el
objetivo de observar si las profesoras trabajaban con textos literarios, se
constató la predominancia del uso del libro didáctico por la mayoría de las
profesoras en detrimento de algunas que trabajaban con libros de
literatura y copias de textos de otros libros didácticos.

De modo similar, fueron las respuestas dadas por las profesoras cuando
cuestionadas sobre el modo que trabajan la lectura literaria con los
alumnos, conforme lo evidencia el relato abajo:

“En el contexto pedagógico, trabajo siempre con el libro didáctico como


herramienta auxiliar del profesor, porque, además de ser una forma de los
alumnos discutir sobre el contenido del mismo texto, facilita mi trabajo en
términos de material para el alumno. Cuando se va a trabajar algún otro
texto tenemos dificultades de reproducción del material, pues, la
fotocopiadora de la escuela difícilmente funciona, nosotros solo conseguimos
traer un texto diferente conforme la fecha, o mismo conforme lo planificado,

245
generando costos y eso inhibe la expansión de ese tipo de actividad.” (E.P-
9:35).

De esas acepciones se puede señalar que la propuesta de formación de


lectores implica cambios en el quehacer pedagógico, comenzando por la
abnegación subyacente a las precarias condiciones de producción de la
lectura por parte de la mayoría de las profesoras, y dígase de paso, por el
uso exagerado del libro didáctico como propuesta de formación de
lectores.

Considerándose esta situación particular, el libro didáctico no puede ser


considerado como único instrumento para reflexión sobre el proceso de
enseñanza y aprendizaje de lectura.

Las cuestiones del libro didáctico pueden servir para estimular la


discusión en la sala de clases y no como un único instrumento pedagógico
de lectura y guion que prioriza los ejercicios propuestos de forma
tradicional, preguntas y respuestas, seguidas de corrección mecánica. Cabe
al profesor la tarea de acrecentar, quitar o modificar, no debiendo por lo
tanto, imponer una determinada interpretación para todos los alumnos,
sino que es preciso respetar la individualidad de cada uno.

Otra opinión sobre el quehacer pedagógico, involucrando la lectura


literaria fue también citada por el coordinador pedagógico, cuando
evidenció que el distanciamiento entre la teoría y la práctica en el contexto
escolar, no ocurre por desinterés de los profesores, si no, relacionado a la
estructuración organizacional de la biblioteca, conforme se comprueba en
la declaración a seguir:

“La lectura literaria no solo nos permite conocer la vida por medio de la
experiencia del otro, sino también vivenciar esta experiencia. Por el hecho de
que la literatura torna el mundo más comprensible por medio de la palabra,
ella precisa mantener un lugar especial en las escuelas y para que la
literatura cumpla su papel humanizador, precisamos cambiar el rumbo de
su escolarización, promoviendo momentos lúdicos y especiales en las

246
bibliotecas escolares. Sin embargo, los profesores se sienten impotentes para
realizar actividades con los recursos de la literatura infantil por las
dificultades encontradas en el funcionamiento de la biblioteca escolar.”
(Q.CP:22).

En ese contexto, se puede señalar que la relación entre literatura y


enseñanza en los grados iniciales de la enseñanza primaria está lejos de
ser efectiva en la escuela, porque, el uso de libros infantiles ocurre
esporádicamente en las salas de clases y a su vez las bibliotecas no ofrecen
un acervo suficiente para provocar la revolución cultural tan esperada por
esos profesionales, contribuyendo a que no se produzca en la escuela la
propuesta de alfabetización literaria.

Además, el ejercicio con la literatura infantil debe acontecer


independientemente del espacio utilizado, y en ese sentido cabe al
profesor la responsabilidad de planificar y vivenciar proyectos de lectura
que envuelvan títulos diversificados, promover círculos de lectura en la
sala de clases para que la cultura circule y sea ampliada en las escuelas, y
también para que el desarrollo del lenguaje oral acontezca.

En ese sentido no se puede dejar de señalar la experiencia exitosa vivida


durante el período de observación, con la demostración de la práctica
consolidada por la profesora (P-1) con sus alumnos del grupo del 2º ciclo, I
etapa, en que la misma utilizó el acervo literario como una propuesta de
formación de lectores, gracias a los procedimientos empleados para
desarrollar buenos lectores. Ella uso la colección “Marcha Criança” de
autoría de Telma Guimaraes Castro Andrade con las lecturas, O Canario, O
Gato e o Cuco, de la editora Scipione, para explorar las estrategias de
lectura, motivar y anticipar con los alumnos hechos que pueden ocurrir en
el transcurso de la historia.

247
Ilustración 15. Portada de O Canário, O Gato e o Cuco, de Telma
Guimaraes. Ed. Scipione.
De ese modo se puede comprobar cómo los alumnos consiguieron hacer
anticipaciones, inferencia a partir del contexto o del conocimiento previo
que poseían y también sus suposiciones, a partir de la secuencia didáctica,
presentada a continuación:

o Presentó la portada y pidió a los alumnos anticipar la historia por la


ilustración;

o Leyó el título y el autor, pidió a los alumnos anticipar la historia por


el título;

o Presentó la contraportada y el nombre de la autora;

o Preguntó sobre la importancia del ilustrador;

248
o Presentó el escenario;

o Contó la historia;

o Durante la lectura hizo anticipaciones oportunas y verificó si hubo


alguna coincidencia;

Al término de la lectura fueron hechas preguntas sobre lo que los alumnos


entendieron y solicitó una actividad de resumen de la historia. Algunos
escribieron lo que sabían, otros dibujaron y pusieron frases alusivas a lo
entendido de la lectura oída.
También conviene resaltar que ella podría haber explorado la lectura con
otras actividades, como dramatización, dibujos, recortes, modelaje,
dobleces, creación de textos orales y escritos, juegos y construcción de
maquetas.

Otra cuestión que quedó evidente en ese trabajo, es que indiferentemente


del espacio físico, cuando el profesor prepara con anticipación la actividad
lectora, los alumnos participan y entienden el mensaje del texto con su
ayuda. En general, los profesores leen para los alumnos sin saber
exactamente cuál es el papel de estos textos en el aprendizaje de la lectura.

Por otro lado, es pertinente señalar que para garantizar a los alumnos el
desarrollo del comportamiento lector es preciso que ellos tengan contacto
con los diversos tipos de texto del universo literario y que puedan leer por
sí mismos, o por intermedio del profesor, textos reales y enteros, nunca
simplificados y que se aproximen de ellos a partir de sus usos sociales.

Malba Tahan en Bellin (2008:15) afirma que: “Es preciso saber que contar,
cuando contar, como contar y para quien contar”, pues la historia no acaba
cuando llega al fin. Ella permanece en la mente del alumno, que la
incorpora como alimento de su imaginación creadora.

De esa forma, la escuela necesita fomentar relaciones de carácter


cooperativo entre los profesores, equipo de dirección y de apoyo
pedagógico para vivenciar proyectos de y utilizar el acervo disponible en
la escuela.

249
5.3.2. Lecturas motivadoras.
Al asumir la regencia de la sala de clases el profesor se enfrenta a varios
desafíos, entre los que se encuentra, el compromiso de encontrar medios
para proporcionar un aprendizaje con procedimientos dinámicos y
atractivos a los alumnos.

La respuesta de una de las profesoras cuando fue entrevistada sobre la


cuestión de la motivación de los alumnos para frecuentar la biblioteca, fue
interpretada como uno de los mayores desafíos de su práctica:

“Motivar el alumno, crear expectativas para que el interés de este sea


siempre motivado es un desafío gigantesco que precisa ser administrado por
los docentes con actividades diferentes e interesantes. Sin embargo, el
ambiente escolar niega algunos recursos fundamentales para la ejecución de
esta práctica.” (E.P-4:40).

En verdad, la motivación es la que auxilia la comprensión, pues los


alumnos en determinadas situaciones específicas escogen, inician y
mantienen determinado interés en participar en las actividades lectoras
ofrecidas en sala de clases por el profesor. Ese momento es exclusivo del
profesor en lo que consiste en preparar las actividades a ser desarrolladas
para conseguir la participación activa del alumno.

En ese sentido, el profesor es desafiado a comportarse como un


investigador incansable de su propia práctica, ya que motivar es
garantizar que la práctica tenga un sentido significativo para construir y
promover la cultura tan soñada por el alumno de la escuela pública
brasileña. Valorar la enseñanza de la lectura significa crear tareas
motivadoras que puedan generar expectativas positivas para tener una
mayor participación del alumno en las actividades que acontecen en el día
a día escolar.

Colaborando con esa polémica Solé (1998:43) afirma:

“El término motivación es polisémico, y por eso, sin


ninguna intención de exhaustividad, me gustaría hacer una aproximación

250
de cómo lo entiendo en el ámbito de la lectura. Me parece que una
actividad de lectura será motivadora para alguien si el contenido está
ligado a los intereses de la persona que tiene que leer y naturalmente, si la
tarea en sí corresponde a un objetivo. En una clase, puede ser muy difícil
contentar los intereses de todos los niños con relación a la lectura y
hacerlos coincidir con los del profesor, que supuestamente interpreta las
prescripciones de las propuestas curriculares.” Solé (1998:43)

Además, se sabe que el entusiasmo es contagioso y si quien comanda las


actividades en la escuela, no demuestra esa habilidad, se hace difícil
contagiar la práctica lectora con este fuerte elemento de la pedagogía. La
ausencia de motivación puede ser considerada como un retroceso en el
sentido de no respetar el interés de los alumnos por la lectura.

Incentivar y motivar de forma diversificada requiere del profesor una


intervención individualizada, lo que viene a complementar la necesidad de
la atención dirigida a cada momento de la actividad con la lectura, realidad
que no fue presenciada durante el seguimiento del trabajo de la mayoría
de las profesoras de la escuela observada.

En ese enfoque, Silva (2005:113-114) ofrece algunas sugerencias para


motivar al alumno en las actividades de lectura desarrolladas en la
escuela, principalmente en el espacio de la biblioteca, tales como:

 Dramatizar trechos dialogados de una historia;

 Relatar una determinada historia, vestirse como el personaje


principal o lo más semejante posible. El alumno, al relatar, asume
características del personaje, proveyendo y viviendo sus
sentimientos y reacciones;

 Organizar teatro de muñecos o marionetas o de figuras en el


“flanelógrafo3”. La lectura de la historia puede ser grabada por los

3
tablero de franela o fieltro, que aprovechando el hecho de que el fieltro de lana y de
algodón se adhiera a superficies semejantes, permite trabajar en el tal como se trabajaría
en un pizarrón, con la diferencia de que las cosas que se presentan en el franelografo se
preparan de antemano, forrándolas por detrás con franela o fieltro, se fijan

251
profesores o por los alumnos;

 Dramatizar, espontáneamente o con ensayos, cuentos que fueron


leídos;

 Semanalmente un alumno se viste como el personaje del libro que


está leyendo. La clase intenta descubrir quién es el personaje.

Silva (2005:113-114)

Muchas otras actividades podrán surgir dependiendo de la creatividad del


profesor y de la aceptación del alumno, sin dejar de recordar que para un
alumno motivado no existe impedimento para envolverse con la lectura.

En ese sentido, es de reseñar uno de los momentos en que se observó el


entusiasmo de los alumnos frente a una actividad realizada en la biblioteca
promovida por la profesora de la primera etapa del segundo ciclo, en que
la misma trabajó uno de los libros de la colección “Literatura em Minha
Casa - A Formiguinha e a Neve”, adaptado por João de Barro (Braguinha),
Vol.4, editora Moderna.

La profesora inició presentando los objetivos y el acuerdo colectivo de la


permanencia en silencio para que la actividad del cuento tuviese el efecto
deseado ya que, al término de la actividad, ella sortearía los nombres de
los alumnos que irían a recontar la historia de forma dramatizada. Con esa
propuesta consiguió conquistar el interés de los alumnos, dando la
impresión que estaba viviendo la situación de la hormiguita.

Respecto a eso o RCNEI (1998:143) afirma:

“La lectura de historias es un momento en que el


niño puede conocer la forma de vivir, pensar, actuar y el universo de
valores, costumbres y comportamientos de otras culturas situadas en
otros tiempos y lugares que no son el suyo. Tener acceso a buena lectura

instantáneamente en la cara aterciopelada del tablero, sustituyéndose con igual fluidez


por otros objetos. Permitiendo representar un tema específico por medio de cuadros u
objetos pegados a la franela.

252
es disponer de una información cultural que alimenta la imaginación y
despierta el placer por la lectura. La intención de hacer que los niños
desde temprano, aprecien el momento de sentarse para escuchar historias,
exige que el profesor, como lector, se preocupe en leerla con interés,
creando un ambiente agradable e invitador a la escucha atenta,
movilizando la expectativa de los niños, permitiendo que ellos miren el
texto y las ilustraciones mientras la historia es leída.” RCNEI (1998:143)

También se notó que los alumnos participaron mucho en la actividad de


comprensión, que se resumió en dibujos de figuras de los personajes de la
historia y del recuento de los alumnos. Se observó aún que el material
suministrado por la profesora fue suficiente para la participación de todos
en las actividades sugeridas, los alumnos quedaron concentrados y
querían de cualquier forma hacer el dibujo bonito y expresivo, conforme
puede ser visto abajo:

Ilustración 16. Portada de A formiguina e a neve, de Joao de Barro


Con esa actividad, se puede percibir que la productividad fue notoria, lo
que viene a justificar que el cambio de ambiente y el uso de la biblioteca

253
impulsan la participación de los alumnos y esta puede ser considerada
como pilar de sostenibilidad de la comprensión lectora, contribuyendo así,
al desarrollo del comportamiento lector.

5.3.3. La organización del acervo de la biblioteca


Entre tantas otras atribuciones que compete a la biblioteca escolar no se
puede olvidar que esta se constituye por diversos servicios: la
organización de las colecciones, servicio de procedimientos técnicos
(catalogación, clasificación por asunto, identificación de estantes, además
de los servicios de referencia y circulación: circulación local, auxilio e
investigación, préstamo y circulación de libros).Este espacio organizado
facilita no solo la localización de los libros en los estantes, sino que al
mismo tiempo llama la atención de los alumnos hacia el área de interés.

Pensar la organización de la biblioteca escolar en esa dimensión


constituye una verdadera batalla, ya que, la realidad encontrada escapa
totalmente de ese patrón idealizado. Sin embargo, en una visión más
realista se constata que este espacio en la escuela investigada se encuentra
la mayor parte del tiempo cerrado, sin la organización de las colecciones y
por si no fuera bastante, incluso cuenta con la ausencia de un
bibliotecario/a y el absentismo del funcionario auxiliar designado para
coordinar el trabajo en la misma.

No cuesta nada recordar la necesidad de incluir este espacio organizado en


la vida de la escuela para dar la oportunidad tanto de ampliación de las
variables metodológicas en la rutina de los profesores, cuanto para
fortalecer el ejercicio de la lectura, ya que, los alumnos y la comunidad
escolar serían los más beneficiados, como bien lo señalan los Parámetros
Curriculares Nacionales (1997):

“[...] un lugar de aprendizaje permanente, un centro


de documentación donde se encuentran informaciones que responderán
los cuestionamientos promovidos dentro de las diversas áreas
curriculares. Es también un almacén de conocimientos importantes para

254
que los alumnos aprendan permanentemente. En ese sentido, su
organización para niños y jóvenes, en una perspectiva constructivista es
cuestionador. Depende de la escuela propiciar los recursos que irán a
concretar esa visión de biblioteca que, ciertamente, tiene importante
contribución para ofrecer en el esfuerzo de formar el ciudadano del siglo
XXI”. (Parámetros Curriculares Nacionales, 1997)

Con esa lógica, se entiende que no es por falta de una directriz curricular
que la escuela observada no busque el desempeño participativo de los
alumnos en ese espacio escolar, si no, por el hecho de que la biblioteca no
ofrecer condiciones y materiales necesarios para atender la demanda, la
organización de los libros en los estantes, incluyendo la disponibilidad de
un recurso humano capacitado para viabilizar las acciones necesarias, lo
que impide la fluencia de la rotación del proceso lector.

Además, cabe señalar que la política de préstamo de libros en la escuela


precisa ser mejor conducida, pues, está causando insatisfacción en los
alumnos debido a que ellos son constantemente exigidos por la auxiliar de
la biblioteca a entregar los libros que se llevan a casa, frente a la ausencia
de una política que regule los préstamos de libros, como un carné y el
catálogo de los libros existentes.

5.3.4. Incentivo a las visitas a la biblioteca escolar


Las respuestas obtenidas en las entrevistas a las profesoras cuando fueron
indagadas sobre la motivación de los alumnos para visitar la biblioteca,
evidenciaron una baja frecuencia de ellos en este espacio escolar, como
expresado en las siguientes declaraciones:

“Los materiales ofrecidos como soporte para la lectura existente en la


biblioteca no contemplan las necesidades de los alumnos y tampoco son
atractivos. Hasta el momento en que llegan libros nuevos, que es algo raro
que suceda, cuando el ánimo de los alumnos para visitar este espacio es
percibido”. (E.P-5: 20)

“A la mayoría de los alumnos de mi grupo de clases no le gusta ir a la

255
biblioteca porque dicen que ya conocen los libros que hay en ella.” (E.P-7:
20)

En la forma de entender de la mayoría de las profesoras uno de los


motivos de la falta de interés de los alumnos para utilizar la biblioteca está
relacionado con la ausencia de materiales atractivos, como revistas de
tiras cómicas y renovación del acervo literario para estimular una mayor
frecuencia en este espacio en el sentido de proporcionar el crecimiento de
estos alumnos como lectores.

Sin embargo, en ningún momento las profesoras dejaron entrever


preocupación para mejorar ese impasse, a pesar de citar que la práctica de
incentivo a la lectura gana vida cuando aparece algún proyecto de la
SEMED o de algún otro grupo de trabajo social o hasta de pasantes de la
Universidad Federal do Maranhão (UFMA) o de la Universidad Estatal do
Maranhão (UEMA) como se percibe en el testimonio a continuación:

“Se puede percibir el entusiasmo de los alumnos al participar en los


proyectos de lectura que aparecen en la escuela de forma asistemática, son
momentos fuerte de lectura e interpretación activa, con dramatizaciones,
relatos de historias escuchadas y se quedan contentos con las fotos que los
responsables por la ejecución del proyecto exponen. Así es bueno trabajar
porque ellos traen un material rico como recurso y eso favorece mucho el
entendimiento de los alumnos, además de motivar bastante.” (E.P-6: 20).

En ese sentido se percibe que incluso con la certificación de que una nueva
dinámica en esa área incentiva a la mayoría de los alumnos, no es posible
identificar una perspectiva de continuidad en un trabajo de esta
naturaleza por parte de los profesionales de la escuela.

Entendiéndolo de esta manera, la actividad realizada en la biblioteca que


debería ser una actividad permanente en la escuela para despertar
comportamientos lectores, no ocurre de forma planificada a pesar de que
los profesores reconocen la importancia de ese espacio para el
fortalecimiento de la práctica lectora, y de ese modo continúan

256
conformados y siempre reclamando por la falta de materiales o por la falta
de libros.

Estas profesoras no procuran reflexionar en lo que concierne a las


dificultades para el desarrollo de una práctica lectora incentivadora,
buscando alternativas metodológicas para enriquecer los momentos de
lectura de los alumnos, así como, elaborar conjuntamente este tipo de
proyectos de literatura infantil por ejemplo con presentaciones teatrales,
dramatizaciones, relatos, producción textual y hasta círculos de lectura,
para integrar sus alumnos en un grupo activo de lectores con actividades
permanentes en la rutina escolar.

Buscando conocer lo que piensa la auxiliar de biblioteca sobre el incentivo


a las visitas de los alumnos a este espacio, ella se expresó así:

“La biblioteca poseía muchos libros de literatura infantil, que se llevan a


casa y no se anotan y entonces, desaparecen muchos libros. En el turno
matutino del que me hago cargo, los anoto y los alumnos devuelven los libros
por que insisto mucho con ellos cuando vengo, no trabajo todos los días, por
eso es difícil atender las necesidades de los alumnos, y a pesar de que el
acervo es pequeño a ellos les gusta llevarse libros a casa.” (E.AB: 13).

Esta funcionaria se preocupó en responder acerca de lo que la biblioteca


posee para el incentivo de la lectura, se siente responsable por este
espacio y se preocupa con la cuestión del acervo en su turno trabajo, ya
que en los otros turnos no le es posible controlarlo por que no se
encuentra en la escuela.

Sin embargo, este acervo podría ser ampliado y conservado si pudiese


contar con el compromiso de todos los profesionales de la escuela en los
diferentes turnos, en el sentido de elaborar proyectos capaces de
fortalecer el intercambio literario y ofrecer mayores posibilidades para
sus usuarios.

La opinión de los demás cuestionados evidencia una perspectiva negativa


en términos de discernimiento pedagógico relativo a las visitas al espacio

257
biblioteca:

“La importancia asegurada para las visitas constantes a este espacio, es el


no conocimiento del acervo o del libro a ofrecer, en caso contrario,
desmotiva al alumno…” (Q.D: 13.1).

“Los materiales ofrecidos como soporte para la lectura existentes en la


biblioteca no son atractivos para los alumnos y los profesores se conforman
con esa situación y se olvidan de garantizar el acceso a la lectura como un
derecho que no puede ser negado a los alumnos de grados iniciales”. (Q.CP:
24.1).

La declaración de la coordinadora pedagógica concuerda con el


pensamiento de Kramer (2001) cuando afirma:

“Garantizar el acceso a la lectura es derecho de


ciudadanía y la escuela tiene un papel importante para desempeñar en la
concreción de ese derecho contribuyendo con la construcción del
desempeño lector de los alumnos para que se haga posible más que nunca,
cambiar la historia.” Kramer (2001:18)

Es importante señalar que a pesar de la visión expuesta por la


coordinadora pedagógica, no se observó en la escuela su papel como
elemento articulador e incentivador de propuestas pedagógicas favorables
al desempeño lector.

De ese modo es visible la imposibilidad de los docentes en cuanto a la


cuestión de las visitas de los alumnos en el referido espacio, ya que, estos
profesionales solamente citan las dificultades, así como, lo que se debe
garantizar para mejorar la dinámica de las visitas a la biblioteca. Sin
embargo, como profesionales de la docencia no se proponen la elaboración
de un proyecto pedagógico capaz de reconocer la biblioteca como un gran
potencial tecnológicamente situado y propicio para dar oportunidad a la
democratización del acceso a la información para que la comunidad pueda
avanzar y ampliar su universo cultural.

258
5.4. La construcción del comportamiento lector
Enseñar a leer requiere además de conocimiento y competencia,
compromiso, responsabilidad e involucramiento emocional. Pero, no se
pueden perder de vista las dificultades que deben ser percibidas como
desafíos capaces de movilizar al equipo escolar, para el alcance de las
conquistas, o sea, un buen resultado en el proceso de enseñanza -
aprendizaje de la lectura de alumnos y alumnas de la escuela pública. En la
búsqueda de la comprensión de cómo los profesores propician la
construcción del comportamiento lector de los alumnos en la práctica
pedagógica, se optó por el siguiente cuestionamiento: “-¿Contribuye a la
construcción del comportamiento lector, la actitud incentivadora para la
comprensión de la lectura utilizada por el profesor en su práctica
pedagógica?”.

Tomando como base el punto de interés y las preguntas pertinentes de


esta investigación fue posible elegir como categoría principal “la
construcción del comportamiento lector” que se desdobló en varias sub
categorías con el propósito de explicar cómo los docentes participantes de
esta investigación favorecen la construcción del comportamiento lector de
los alumnos.

5.4.1. El comportamiento lector


La pregunta sobre lo que los sujetos entienden por comportamiento lector
fue una cuestión abierta que se realizó con los participantes de esta
investigación (profesoras, coordinador pedagógico, directores y auxiliar
de biblioteca). A continuación se relatan las opiniones de cada uno de los
sujetos entrevistados, así como el relato del momento de observación en la
sala de clases.

“Demostrar comportamiento lector es saber recontar lo que leyó.” (E.P-1-


43).

Esta profesora parece que percibe el comportamiento lector basada


solamente en una de las estrategias de lectura que es el recuento dejando

259
de considerar las otras estrategias como las de anticipación, la verificación,
las inferencias, el sondeo de los conocimientos previos como
procedimientos básicos para la comprensión y consecuentemente para la
formación de lectores.

Por otro lado no se puede dejar de considerar que el recuento como


actividad después de la lectura es muy interesante en el proceso, pero,
para que el alumno llegue a esa fase es necesario que el profesor
promueva la lectura sabiendo el cómo y el porqué de ese proceso para
dirimir la distancia entre el lector y el texto.

“Para demostrar el comportamiento lector el alumno necesita leer mucho.”


(E.P-3:43).

La profesora se refiere a la necesidad del alumno de leer mucho. Sin


embargo, olvida que el acto de leer propiamente dicho, no debe omitir su
principal objeto: la comprensión de lo leído. En este sentido, Solé
(1998:117) argumenta que “leer es un procedimiento, y se consigue tener
acceso al dominio de los procedimientos a través de su ejercicio
comprensivo”.

De esta presunción, se puede afirmar que para demostrar comportamiento


lector es necesario leer una gran diversidad de textos, pero, de forma
comprensiva, pues es la comprensión de lo leído lo que permite la
apropiación de lo que el autor del texto dijo.

Otras profesoras opinan de la siguiente manera sobre el comportamiento


lector:

“Para mí el comportamiento lector está muy lejos de alcanzarse porque para


llegar a este estadio el alumno tiene que leer mucho y él no lee casi nada,
solamente lo que la escuela trabaja con él” (E.P-2:43).

“Es difícil conseguir formar alumnos lectores, porque leer envuelve la


interacción con un vasto universo de conocimientos y nuestra realidad no
ayuda a formar alumnos que tengan una lectura fluente, mucho menos, que
demuestren comportamiento lector”. (E.P-6:43).

260
Queda evidente el pesimismo pedagógico de estas profesoras que definen
el comportamiento lector como algo fuera de la realidad escolar y difícil de
alcanzar. La sitúan como una de las mayores dificultades enfrentadas, con
alumnos totalmente desestimulados en el proceso de lectura, lo que acaba
contribuyendo para la no formación del comportamiento lector. En este
sentido, cabe preguntarse ¿Por qué las profesoras no consiguen estimular
a sus alumnos para que alcancen una lectura fluida y comprensiva?
¿Dónde está el incentivo de estas profesoras y de la escuela como
institución formadora?

Cuando indagamos a la coordinadora pedagógica, a la auxiliar de


biblioteca y a la directora de la escuela se hizo evidente la semejanza de
opiniones sobre el entendimiento del tema:

“Podemos considerar que una persona o alumno presenta comportamiento


lector cuando establece una relación próxima con el texto y demuestra
entendimiento de lo que leyó compartiendo sus ideas de acuerdo con la
lectura del texto.” (Q.C-P:28).

“Comportarse como lector es leer a los compañeros los textos que me gustan
y siempre buscar materiales de lectura en la biblioteca para leer en casa o
hacer investigación.” (E.AB:22).

“Como yo lo entiendo, el comportamiento lector se expresa cuando ocurre la


apropiación del significado del texto porque de esa forma evidencia el
entendimiento de lo que leo y el alumno sabe conversar sobre el contenido de
lo leído en cualquier lugar, en la escuela, en las reuniones de aniversarios y
otras… lo que es una demostración de apropiación cultural” (Q.D:14).

Esas definiciones del comportamiento lector en la opinión de esos


profesionales comulga con lo que Delia Lerner (2001) caracteriza como
siendo la dimensión social del comportamiento lector, o sea, son actitudes
relacionadas a valores construidos en relación a la lectura y al acto de leer
como:

 socializar criterios de elección y de apreciación estética de

261
lecturas;

 leerle a los compañeros trechos de textos que me gustan;

 buscar materiales de lectura regularmente;

 frecuentar biblioteca (de clase o no);

 comentar con otro lo que se está leyendo;

 compartir la lectura con otros;

 recomendar libros u otras lecturas que considera valiosa;

 comparar lo que se leyó con otras obras del mismo o de otros


autores;

 contrastar informaciones provenientes de diferentes fuentes sobre


un tema de interés;

 confrontar con otros lectores las interpretaciones generadas por


una lectura;

 realizar la lectura de manera a seguir un autor preferido;

 atreverse a leer textos difíciles, entre otros.

Lerner (2001)

En ese sentido, se puede afirmar que el trabajo de los profesores en lo que


se refiere al desarrollo del comportamiento lector se presenta como algo
nuevo, ya que, la mayoría de los docentes aun reune raíces tradicionales y
resisten con mucha intensidad a la práctica de procedimientos favorables
como trabajar la diversidad textual en la rutina escolar lo que colaboraría
para desarrollar el comportamiento lector de los alumnos.

Por tanto, los educadores actuales deben pautar su práctica en el objeto


principal de su función educativa que es ampliar el “horizonte de
expectativas a través de lecturas desafiantes” como bien lo sugiere Aguiar
(2001:156). De esa manera tratarían atenuar la desigualdad entre los
estímulos que la comunidad de la información ofrece con una velocidad

262
aventajada y los recursos precarios y poco estimulantes que la escuela
pública ofrece para el trabajo docente.

Entendiéndolo así, el profesor necesita intensificar situaciones didácticas


capaces de provocar a los alumnos para poner en juego todo lo que saben,
especialmente después de la lectura, momento específico para manifestar
el entendimiento sobre lo leído, tanto en el cuestionamiento como en el
diálogo con los compañeros, intercambiando ideas emanadas por el autor
del texto.

Sin embargo, la práctica de manifestación de la construcción del


comportamiento lector en la sala de clases requiere que el profesor esté
atento a tres tipos de interrogantes: ¿Qué leer, cómo leer y para qué leer?

En la práctica de la lectura esas interrogaciones son movilizadas por el


lector de manera articulada, inclusive de forma concomitante. Pero, en
estas prácticas se hace necesario priorizar el dialogo con el texto
incentivando a los alumnos a adoptar una posición crítica sobre ellos, de
modo que se perfeccione su aprendizaje y consecuentemente se anule la
distancia entre el leer y el entender, para así despertar el comportamiento
lector.

Mientras tanto, parece obvio que no existe una preocupación por la


promoción de la lectura por parte de profesores, coordinadores y gestores.
Estos profesionales parece que aún no se dieron cuenta de que para
estimular y convencer sobre la importancia de la lectura y de los libros es
necesario que estén convencidos de esta necesidad para transmitirla.
También es relevante que haya relación entre el hábito de la lectura de sus
promotores y los resultados obtenidos, o sea, para enseñar a leer es
necesario saber leer.

5.4.2. Actitudes incentivadoras de la práctica lectora


Las profesoras son consideradas las principales agentes de promoción de
aprendizaje de los alumnos. Es en la sala de clases donde ellas manifiestan
su autonomía en la acción pedagógica.

263
Uno de los aspectos distintos de la práctica pedagógica son las actividades
incentivadoras de la práctica lectora, que en esta investigación surge como
una de las categorías de análisis que a su vez se desdobla en sub categorías
tales como: los círculos de lectura, la intervención pedagógica,
aprovechamiento de los conocimientos previos, la lectura en conjunto,
actividades que expresan lo que el autor del texto quiso decir, actividades
que reconocen al alumno como detentor de la información y los pilares
que sustentan del comportamiento lector – D D S-, que serán capaces de
evidenciar lo que piensan y hacen las profesoras para desarrollar el
comportamiento lector de los alumnos.

Cuando fueron entrevistadas sobre qué actividades consideraban


incentivadoras de la práctica lectora, se percibió que la intervención
pedagógica y las actividades libres que demuestran que los alumnos son
detentores de la información fueron las actividades más mencionadas por
las profesoras, seguidas del aprovechamiento de los conocimientos
previos y de los círculos de lectura. También, la mayoría mencionó que
realizan la lectura en conjunto y hacen representaciones después de leer,
como teatro y dramatizaciones para que el alumno exprese lo que
entendió del texto. (E.P-1a 9).

Las actitudes incentivadores elegidas fueron:

264
Figura 17. Las actitudes incentivadoras de la práctica lectora
Fuente: Datos de la investigación

A continuación pasaremos a analizar cada una de ellas:

5.4.2.1. Los círculos de lectura


En la práctica de profesor de los primeros grados de la escuela primaria no
puede estar ausente la variable metodológica capaz de facilitar la
comprensión del proceso lector, según la opinión de las profesoras al
responder a la cuestión sobre cómo realizan los círculos de lectura.

“Realizo todas las lecturas para exhibir el comportamiento de los alumnos


que pasan a contar para los compañeros de clase la lectura preparada con
antecedencia y en ese momento siempre están posicionados formando
círculos. Es una actividad que realizo siempre los viernes porque ella facilita
mucho la comprensión del texto, siempre un alumno que cuenta una historia

265
y los compañeros escuchan atentos porque saben que el próximo viernes será
su vez de contar su historia y será preguntado por los compañeros sobre el
entendimiento de esta.” (E.P-5:60).

Para realizar esa actividad la profesora seleccionó un libro explicando a


toda la clase como debería ser la forma de escoger un libro de literatura
infantil para la realización del círculo de lectura para la próxima semana.

En observación en la sala de clase se puede percibir cómo la profesora


prepara la actividad de círculo de lectura. Mediante esta actividad ofreció a
los alumnos una variedad de libros y pidió que cada uno escogiese y
llevase a casa el suyo para preparar la lectura que sería contada la próxima
semana. La semana siguiente los alumnos se organizan en círculos con los
libros escogidos y leídos para dar inicio a la actividad.

De esa manera la profesora prosiguió las orientaciones caracterizando


criterios de escogencia y aspectos interesantes de la obra. A continuación
de esa actividad permitió que la profesora observase si los alumnos se
apropiaron del entendimiento de la lectura y para eso organizó algunas
preguntas envolviendo los siguientes aspectos:

 ¿Por qué usted escogió ese libro para presentarlo a la clase?

 ¿Quién es el autor?

 ¿Qué sabría decir de este autor?

 ¿Cuál es la editora del libro?

 Si le gustó algún fragmento en particular para leerlo a los


compañeros;

 Si apreció las ilustraciones;

 Si el libro presenta alguna ilustración que llamó su atención, ¿Por


qué?

Se observó también que esta actividad identifica estrategias de lectura que


ya fueron aprendidas por los alumnos para posibilitar a los compañeros la

266
apropiación del contenido de la lectura. A su modo el alumno va
socializando las ideas durante el proceso de presentación y los
compañeros demuestran interés participando con cuestionamientos
después de la lectura realizada con la intervención atenta de la profesora
para proporcionar un mejor entendimiento cuando el alumno que
presentaba la lectura no correspondía de forma clara con la interpretación
de la misma.

Sin embargo, de las nueve profesoras integrantes de esta investigación


solamente cinco ejercitaban la práctica de círculo de lectura habiéndose
percibido de hecho que es una actividad favorable para el seguimiento del
desempeño lector de los alumnos. Pero, el tiempo destinado debería ser
optimizado con objeto de ofrecer oportunidades para participación de un
número mayor de alumnos en cada círculo de lectura, ya que cinco
presentaciones semanales, considerando los 29 alumnos de la sala de
clases, restringe el atendimiento de la necesidad individual de cada
alumno, para la presentación de la actividad.

De esa manera, mientras los alumnos fueron presentando las historias


preparadas con antelación, la profesora observó qué comportamientos
fueron apropiados, marcándolos en la ficha de observación mostrada a
continuación. Al mismo tiempo, fue haciendo preguntas relativas a
aspectos a los que cuales los alumnos no daban importancia y
complementando los asuntos no comprendidos. Es importante decir que,
en ese proceso, los comentarios realizados autónomamente, revelan
procedimientos autónomos (conocimientos apropiados), los que
necesitaban de aclaraciones, o sea, los que estaban en fase de construcción
recibían apoyo de la profesora.

Los aspectos señalados en la ficha de observación no retratan cuestiones


elaboradas para ser hechas a los alumnos; se trata de una lista orientadora
utilizada por la profesora durante la observación de los alumnos. Las
preguntas hechas a los alumnos fueron inspiradas solamente en la ficha
expuesta a continuación.

267
Tabla 12. Ficha de observación del comportamiento lector.

Alumno: _____________________________________________________________

Fecha: ______________ Etapa: _____________ Ciclo: ________________

SI NO Con
incentivos

¿El circulo de lectura es la es la manifestación


del comportamiento lector?

¿Presentó la obra hablando del título?

¿Presentó la obra hablando del autor?

¿Estableció relación con otras obras ya leídas del


mismo autor?

268
¿Se refirió al género. Si escogió fábulas, porqué le
gustan las fábulas, por ejemplo, la crónica, o
cuentos de hadas?

¿Reconoció ser detentor de la información del


texto?

¿Relacionó esa ilustración con otras del mismo


autor o de diferentes autores?

¿Hizo comentarios sobre el tipo de ilustración y su


relación con el texto verbal, comentando, por
ejemplo, si la ilustración auxilia la comprensión
presentando informaciones complementares al
texto verbal, entre otros aspectos?

¿Presentó motivaciones personales para la


escogencia, relacionando con su vivencia, por
ejemplo?

Se puede apreciar que esta ficha de observación facilita el entendimiento


del profesor sobre el estadio de desarrollo lector de cada alumno, y dirige
su trabajo hacia una práctica más consciente en el sentido de ofrecer
intervenciones favorables a los alumnos para que estos puedan realizar
presentaciones en los círculos de lectura con un mejor desempeño.

Esta ficha es vista como un buen instrumento de seguimiento, pero, el


problema de su utilización se establece la cantidad de alumnos (29). Por
ser una ficha individual el profesor se fijaba mucho en su llenado,
mientras, los alumnos presentaban las actividades sin tener en cuenta la
asistencia que precisaban recibir.

La opinión del alumno sobre su participación en los círculos de lectura


complementa lo expuesto en el sentido de que esta actividad promueve
una mayor coincidencia del alumno con la lectura como se puede apreciar

269
en los relatos que siguen:

A mí no me gustaba participar en círculos de lectura, hasta faltaba a clase


los viernes, pero el día que fui elegido para presentar la historia mi mamá
me ayudó mucho y aprendí la historia que era sobre un jaguar y una zorra, a
mis amigos les gustó y yo también comencé a ayudar a los compañeros con
la presentación de sus historias, un día, [Nombre] fue hasta mi casa para que
mi mamá le ayudara a preparar su historia y entonces ella presentó su
historia muy bien, pues la aprendió bien y los compañeros hicieron muchas
preguntas y ella las respondió todas (Q.A:27).

Mediante esta realidad, los círculos de lectura pueden ser considerados


como actividades favorecedoras del desarrollo de la comprensión lectora,
ya que esta actividad demuestra cuando el alumno está apropiándose de lo
que es leer, como leer y para que leer y así tornarse apto para enfrentar los
desafíos que la sociedad ofrece en la actualidad para los jóvenes en un
mundo totalmente competitivo en el que ser lector crítico significa una
gran diferencia en el contexto social.

Las profesoras luchan por la búsqueda del conocimiento con los recursos
de sus técnicas pedagógicas y demuestran esfuerzo personal para
promover el desarrollo cultural, social y afectivo de los alumnos para los
cuales desea despertar, desarrollar y sostener el comportamiento lector, y
por otro lado, luchan también las con las condiciones físicas del ambiente
de trabajo y con la falta de recursos materiales.

5.4.2.2. La intervención pedagógica


La tarea del profesor en el proceso de enseñanza de la lectura es el de
suscitar en los alumnos el ritmo de lectores fluentes y también el de
lectores que comprenden lo que leen, haciendo intervenciones que ofrecen
el atendimiento de los alumnos. En ese sentido, se verifica cómo el
coordinador pedagógico se posiciona al ser cuestionado sobre la
intervención pedagógica, y si esta es una acción constante en las
actividades lectoras que los profesores realizan en la sala de clases:

270
Se puede encontrar una parcela significativa de alumnos que presentan
dificultades reales para aprender a leer. No todos, por razones que pueden
ser diversa, consiguen sacar partido de las ventajas, con la adquisición de
informaciones y conocimientos de nuevas ideas, por tanto, es necesario que
el profesor esté atento para intervenir a favor del entendimiento del alumno
para que este avance, siendo, por tanto la intervención un procedimiento
que debe ser prioridad en la rutina del profesor en la sala de clases.
(Q.CP:30).

El coordinador atribuye la responsabilidad de las intervenciones


pedagógicas al profesor como una rutina en la sala de clases para
favorecer a los alumnos en el proceso de la enseñanza de la lectura y por
tanto lo que se observó fue una transferencia de responsabilidades, ya que
el profesor no recibe las orientaciones que deberían partir del coordinador
pedagógico en los momentos de planificación por parte de las profesoras.

Indiferentes a la ausencia de esas orientaciones las profesoras necesitan


aplicar sus conocimientos didácticos y ajustar el nivel de desafío a las
posibilidades de los alumnos, para que ellos demuestren mayor interés
para la realización de la tarea.

A pesar de eso, las profesoras necesitan hacer la mediación, esto es,


ponerse en medio, entre el alumno y su objeto de conocimiento y realizar
las inferencias necesarias para favorecer la comprensión de los alumnos,
pues es con la intervención del profesor como el alumno avanza. De
acuerdo con Durán (2009):

“La intervención del profesor suscita una serie de


búsquedas en el niño. El drama de muchísimos niños es que, no teniendo
contacto con interpretadores en sus primeros años, al llegar a la escuela
tampoco los encuentran. La profesora no actúa como intérprete ni como
interpretadora, sino, como mediadora del proceso y enseñante en la
búsqueda del objeto de conocimientos a ser alcanzado, que es la
comprensión lectora.” Durán (2009, 129-130)

271
Se entiende así, que la intervención del profesor es una variable
metodológica que necesita estar presente constantemente en la práctica
pedagógica de la lectura, en el sentido de favorecer el entendimiento de los
alumnos para que estos dominen la comprensión lectora.

Las profesoras al ser interrogadas sobre su conocimiento del texto y la


preparación de la lectura con antelación para favorecer las intervenciones
pedagógicas en la construcción del entendimiento del alumno y así
contribuir con el desarrollo del comportamiento lector, éstas
respondieron:

“Cuando preparo la lectura, mis preguntas son más dirigidas y facilita la


contextualización de la idea del autor con hechos actuales”. (E.P2:48);

”El conocimiento del texto favorece el sondeo sobre las ideas principales y
dirige mejor las intervenciones ayudando bastante al entendimiento del
alumno”.(E.P4:28);

“Cuando conozco el texto, domino más las intervenciones problemáticas y el


alumno tiene más oportunidad para cuestionar e interactuar con el
texto”.(E.P4:28).

A pesar de que las profesoras reconocer cómo deben realizar las


intervenciones, la realidad observada muestra lo contrario. Fue notorio
durante las observaciones hechas la falta de entusiasmo con que algunas
profesoras desarrollaron estos momentos de lectura en la escuela. El
predominio de una práctica de rutina con la utilización del libro didáctico
como una obligatoriedad y la fragmentación de textos, esteriliza las
prácticas de lectura que puedan desarrollar comportamientos lectores.

En ese sentido Kramer (2001:159) cuestiona sobre el papel de la


profesora en la producción de lectores: ¿cómo actúan los profesores en
distintos momentos de modo que las prácticas de lectura puedan ser
programadas por la escuela?

En función de eso, se percibe que la práctica dinámica de la lectura ya


viene siendo cuestionada hace varios años y la realidad actual continua

272
mostrando inquietudes en el sentido de renovarla con el objetivo de
alcanzar mejores resultados, y construir alumnos lectores que puedan
demostrar comportamientos lectores.

Otras profesoras ya se posicionan con una mirada más pedagógica en sus


entrevistas, como se puede observar:

Cuando percibo que mis alumnos no están siguiendo las lecturas por
presentar alguna dificultad en la comprensión de las mismas, planeo
acciones para alcanzar las metas como las de concursos internos de poesía y
redacción; llevar los alumnos con mayor frecuencia a la biblioteca; y procuro
siempre utilizar en las sala de clases libros con historias atrayentes, y
adecuadas a la edad de los alumnos, como también trabajar la lectura con
confección de historietas de tiras cómicas. Pero, no siempre esto es posible
por causa de la falta de materiales. (E.P1: 51.1).

Con base en esta declaración se puede afirmar que la profesora puede


realizar actividades desafiantes, que asocien los contenidos curriculares
con la realidad de los alumnos, para atraer la atención de los mismos y
utilizar esta estrategia como intervención pedagógica para promover el
entendimiento de os alumnos.

“Hago de todo para desarrollar en los alumnos las capacidades necesarias


para la ejecución de la lectura, interpretación y producción de textos y para
alcanzar ese objetivo la intervención es de fundamental importancia, pues,
ellas favorece el entendimiento del alumno y facilita el proceso de
comprensión”. (E.P-7:51.1).

La intervención del profesor ocurrió de forma diversificada, como formar


grupos de estudio, los cuales se van a reunir fuera del horario, bajo la
coordinación de un profesor, como en el caso de esta profesora (P-7) que
dispuso la posibilidad de orientar a sus alumnos en el turno vespertino,
pero, comenta, que ya esperó por ellos muchas veces y ellos no
aparecieron y cuando procura saber los motivos dicen que no tienen quien
pueda llevarlos a la escuela. Las intenciones de la profesora son buenas en

273
el sentido de formar grupos de estudio, los cuales se irán a reunir en turno
fuera de horario, bajo coordinación de un profesor, para facilitar el
aprendizaje de los alumnos, pero, los obstáculos extraescolares son
mayores e impiden acciones facilitadoras del proceso de enseñanza en
beneficio de los alumnos. En este momento también los profesores podrán
auxiliar a los alumnos en las investigaciones bibliotecarias, reforzando la
importancia de esa actividad para la construcción del conocimiento.

5.4.2.3. Aprovechamiento de los conocimientos previos


El aprovechamiento del conocimiento previo beneficia la tarea del
profesor, facilita el dialogo y el intercambio de ideas por ser considerado
el momento en que el alumno relaciona lo que sabe y lo que no sabe del
contenido propuesto mediante interrogaciones del profesor como
conductor de esas discusiones.

Provocar desafíos con cuestiones referentes al contenido del texto crea un


clima apropiado para incentivar el alumno a anticipar hechos que podrán
estar narrados y también suscita habilidades para poner a discusión, en
este momento, conocimientos adquiridos anteriormente.

La profesora cuando fue entrevistada sobre el modo en que aprovecha ese


conocimiento de los alumnos se expresa así:

“Un buen momento para activar ese conocimiento es en la socialización


antes de las historietas; utilizando una estrategia bien aceptada por los
niños que es la de leer partes del texto y dejar que ellos complementen con
sus opiniones”. (E.P.4:49).

La profesora usa ese recurso con propiedad, cuando se observó su


intervención pedagógica como instrumento que perfecciona el interés y
crea posibilidad de alcanzar un buen entendimiento del texto, pues
enriquece el intercambio de experiencias y facilita la comprensión lectora.
De acuerdo con Teberosky (2003):

“Una forma de ayudar a los lectores a hacer


inferencias es incitarlos a auto explicar el texto que leen. Es un

274
procedimiento simple que se muestra muy activo. La intervención no
supone proporcionar nuevos conocimientos, sino, activar los
conocimientos relevantes que el lector ya posee. La intervención tampoco
es focalizada en contenidos específicos, sino, en los constructos
psicológicos o en los esquemas de interpretación que subyacen a la
comprensión”. Teberosky (2003:150 - 151)

La observación realizada en este sentido muestra que al aprovechar los


conocimientos previos, la mayor parte de los alumnos responde con
entusiasmo a las inferencias que el profesor realiza y ese hecho motiva la
participación del alumno.

En la opinión de la (E.P-8:49): “Los alumnos poseen muchas informaciones


que les sirven de apoyo y ofrecen oportunidad para conseguir el
entendimiento de la lectura, basta saber aprovechar.”

La función de la escuela es expandir el mundo del alumno,


proporcionándoles nuevos campos de interés, abriendo posibilidades de
aprendizaje por medio de experimentación del medio físico, social y
natural. Los alumnos precisan actuar sobre objetos diferentes,
experimentando, observando, manipulando, cuestionando, escuchando,
haciendo asociaciones, comparando, asociando sus conocimientos a otros
y viviendo situaciones que sean significativas para ellos. La (P-5) revela
que: “explorar los conocimientos previos es muy importante porque a partir
de ellos es que otros conocimientos son expuestos. La lectura se torna más
comprensiva cuando se cuestiona sobre su contenido.” (E.P-5:49).

Esta profesora quiere decirnos que la capacidad de raciocinio necesita ser


agudizada para que los conocimientos anteriores puedan favorecer el
entendimiento del alumno y así incentivarlo a comprender la lectura. El
profesor como coadyuvante de ese proceso incentiva al alumno a
participar de los cuestionamientos en la búsqueda de un involucramiento
más participativo en la interpretación del texto y posiblemente en la
comprensión del mismo.

275
Por lo tanto, es necesario que el profesor esté más atento a los
conocimientos de los alumnos, considerando las desigualdades sociales,
económicas y los diferentes contextos socio ambientales que determinan
parte considerable de los conocimientos previos, tomando en
consideración esas características que son importantes en este proceso
para comprender mejor y provocar la participación del alumno.

Los alumnos cuando fueron cuestionados sobre la actuación del profesor


acerca de su ayuda para el entendimiento de la lectura en sala de clases,
respondieron así:

“No todos los días la profesora lee para nosotros, pero, el día que ella nos
ayuda con preguntas es muy bueno porque la lectura se hace más fácil”.
(Q.A:29.1);

“Hay días que no nos da tiempo de leer toda la lectura y la profesora ya está
corrigiendo el ejercicio del libro en la pizarra, entonces, nosotros no
entendemos nada, solo copiamos las respuestas. Q.A (10, 29.1).

A partir de estos relatos, se indaga: ¿Cómo puede el alumno volverse


lector? ¿La escuela está formando lectores? De acuerdo con la opinión de
los alumnos la sala de clases no se propicia esa formación. Se sienten
totalmente impotentes delante de la preocupación del profesor por
realizar las tareas de la rutina escolar.

Observándose el día a día de las profesoras, en algunas situaciones los


alumnos no consiguen seguir las actividades propuestas, que en la
mayoría de las veces dejó claro el embate de los alumnos en el sentido
seguir algunas correcciones de texto en la pizarra delante la agilidad del
profesor. Se percibe que el alumno no consigue acompañar las actividades
del profesor, y este no demuestra en su práctica el respeto al ritmo de
aprendizaje individual del alumno, lo que no concuerda con la opinión de
Smith (1999:12) cuando dice que: “los niños precisan de ayuda para
aprender a leer y atribuye ser de responsabilidad del profesor volver
posible el aprendizaje de la lectura, pero, para eso, es necesario

276
comprender el proceso para tomar decisiones y tener bien claro que está
lidiando con alumnos de los grados iniciales para los cuales el proceso
lector es una tarea muy difícil”.

Respetar el nivel de entendimiento del alumno es una cuestión que debe


estar presente en la mirada del profesor, así como está presente en su
discurso académico cuando hace referencia a la importancia de trabajar
textos literarios y estimular la comprensión lectora de los alumnos.

La entrevista realizada con los padres en la busca de comprender si el


alumno tiene ayuda en casa cuando realiza tareas escolares y no entiende
las respuestas, retrata lo siguiente:

“No tengo tiempo de ayudar a mi hijo, y también es muy difícil que el traiga
tareas de lectura para casa, cuando las trae es solo mostrarle donde está la
respuesta y él la copia del libro de lectura”. (E.PA-7:20)

“Siempre que mi hija trae tareas para hacer en casa yo le ayudo a ella a leer
muchas veces la lectura marcada por la profesora y a ella le gusta mucho,
pues, dice que en la escuela no tiene tiempo de entender porque la profesora
es muy rápida”. (E.PA-3:20)

Lo que se puede percibir es que las actividades que los alumnos realizan
en casa no difieren mucho de las que realiza en la escuela, ya que los
padres tampoco consiguen aprovechar los conocimientos previos, aun
siendo con el sentido común, y en el segundo caso expuesto el padre repite
la lectura muchas veces, una práctica tradicional y mecánica un poco
diferente de la que el alumno recibe en la escuela.

Es necesario entonces, pensar esa realidad y procurar trabajar en un


contexto favorable al aprendizaje lector para el desarrollo de una cultura
de cooperación y de adaptación de metodologías. Así el equipo pedagógico
asume su papel con la formación de lectores, una tarea de total
responsabilidad de la escuela, ya que los padres tienen muy poco para
contribuir con la formación lectora de los hijos por una cuestión política y
socioeconómica de la sociedad brasileña.

277
5.4.2.4. Lectura en pareja
Los datos a continuación corresponden a las respuestas de las profesoras
cuando fueron entrevistadas sobre el trabajo de lectura en pareja y su
efecto como elemento favorecedor del desempeño lector de los alumnos,
como se puede verificar a continuación:

El trabajo en pareja no siempre fortalece la comprensión de los alumnos


porque ellos quedan muy dispersos.(E.P-7:56)

El trabajo en pareja estimula la solidaridad y la cooperación de los alumnos


fortaleciendo la comprensión lectora. (E.P-3:56)

Los alumnos reflejan y discuten sobre la lectura realizada y amplían sus


conocimientos. (E.P-6:56)

La profesora P.7. demuestra no creer en el trabajo en pareja como una


variable metodológica capaz de contribuir con el avance del alumnado con
relación a la lectura. Ese hecho sucede tal vez por no planificar
agrupamientos productivos y también por desconocer la finalidad
formativa que esta propuesta representa en el cotidiano escolar, pues, la
misma condiciona la convivencia con la diversidad del conocimientos para
producir el desarrollo personal de cada uno de sus participantes.

Por otro lado, la repuesta de la profesora P.3., retrata una cultura de


cooperación, de aprendizaje en grupo y de trabajo colectivo tan necesario
en cualquier ambiente de aprendizaje, ya que, establece relaciones de
solidaridad, respeto mutuo, tolerancia y aceptación de la diversidad, lo que
viene a ser una exigencia para la convivencia social y una condición pare el
crecimiento de la comprensión lectora de los alumnos.

Como se puede observar las profesoras de esa escuela viven prácticas


diferentes en sus salas de clases. Esa situación así como otras ya
refrendadas anteriormente muestra la falta de un guía en la conducción
del proceso de enseñanza aprendizaje, pues a pesar de que la escuela tiene
a su servicio a todos los profesionales de la docencia, sufre la ausencia de
un trabajo colectivo y colaborativo. Barros (2001) afirma que:

278
“Por mas competentes que seamos, lo que más
enriquece un educador es la posibilidad de estudiar, planificar y coordinar
un trabajo en conjunto. No hay nada más gratificante que la solidaridad y
la cooperación, tanto a nivel personal como profesional”. Barros (2001:39)

El profesor consciente de estos valores solo puede favorecer su práctica y


mucho más el desempeño de sus alumnos con el trabajo en pareja, pues es
con el apoyo de compañeros que desempeñan el papel de compañeros con
más experiencia que los alumnos ciertamente manifiestan seguridad
personal y consecuentemente alcanzaran mejores resultados, siempre que,
la asistencia del profesor esté siempre presente para auxiliarles con las
intervenciones necesarias, pues el profesor como mediador del
aprendizaje facilita el proceso dejando claro para el alumno que él es el
responsable por su propio recorrido en dirección al conocimiento.

Prosiguiendo con la investigación, se direccionó la mirada hacia los


alumnos en el sentido de saber cómo estos perciben el trabajo de lectura
realizado en la sala de clases, que opinaron así:

“La profesora no da lectura todos los días, pero, el día que ella nos manda
abrir el libro a mí me gusta mucho. Un día ella manda leer todos juntos, otro
día ella lee en voz alta y nosotros repetimos, después nosotros escribimos en
el libro de respuestas. “(Q.A-5:31.1).

“Hay días que no entiendo nada de la lectura porque los compañeros


conversan mientras otro compañero lee lo que la profesora mandó, pero, el
día que más me gusta es cuando la profesora forma grupos, o dúos y
nosotros trabajamos juntos y el compañero nos ayuda y a veces yo también
ayudo a mi compañero a entender lo que él no sabe.” (Q.A-5:31.1).

En lo que dicen los alumnos demuestran que les gusta la hora de la lectura,
sin embargo, parecen insatisfechos con el procedimiento de la profesora
en la conducción metodológica y disciplinar de la sala de clase. Esa
situación deja evidente la distancia entre el proceso de enseñanza de los
alumnos, pues, de acuerdo con (A-5) y (A-32) las actividades de lectura no

279
pasan de una rutina, repetitiva, sin innovaciones capaces de estimular a
los alumnos para apropiarse de la lectura como lectores efectivos.

Con relación al trabajo en dúos para la práctica de la lectura, la mayoría de


los alumnos se expresó de forma favorable a esa práctica. Como se puede
observar en las siguientes declaraciones, los alumnos elogian ese sistema y
se sienten más seguros cuando trabajan en dúos con sus compañeros.

Por otro lado, da pesar que en la rutina del profesor esta metodología no
sea tan tomada en serio en el proceso de enseñanza aprendizaje como
sugiere Vygotsky en el trabajo con el compañero con más experiencia,
estableciendo agrupamientos productivos, a favor del aprendizaje del
alumno. Procediendo de esa manera el profesor deja el alumno más
receptivo para las orientaciones de los compañeros, tomando en cuenta
que en la mayoría de las veces el alumno, como se puede ver en la
declaración abajo, tiene miedo de que el profesor discuta con él porque él
no sabe, inhibiendo así su proceso de interrogar sobre lo que sabe, cómo
sigue abajo:

“Cuando estoy junto con mi amiga leyendo y haciendo ejercicios que la


profesora pide, yo entiendo más porque la ****** (nombre de la amiga) me
sabe explicar bien lo que yo no estoy entendiendo y ella no reclama cuando
yerro, ella me vuelve a explicar hasta que yo entiendo cómo se hace” (Q.A-
25:32).

“Es muy bueno cuando la profesora manda a formar parejas porque yo ya sé


que vamos a leer junto con un compañero y así entre los dos uno enseña al
otro a entender mejor, sabe esos días yo hasta ya leí casi toda la lectura sin
errar.” (Q.A-14:32).

Así, se entiende, que el trabajo en grupo es productivo, pero, también


depende de orientaciones para que realmente suceda de forma favorable
el aprendizaje de los alumnos. Carvalho (2009) afirma que:

“El trabajo en pareja debe ser hecho con un fin a la


vista: una tarea que realmente exija colaboración de varias personas.

280
Trabajo no es colocar varios alumnos alrededor de una mesa, cada cual
haciendo su y tarea individual.” Carvalho (2009:127)

Fotografía 18. Trabajo realizado en pareja

De acuerdo con las observaciones realizadas en las salas de clases las


actividades fueron bastante diversificadas y obedecieron a las siguientes
formas de organización:

 Todos los alumnos junto a la profesora en torno de una misma


actividad (por ejemplo, la lectura de un texto y su interpretación,
donde todos discuten, opinan, proponen).

 Actividades en equipo: se organizan grupos de dos a seis alumnos


para presentar la interpretación de la lectura, donde por lo menos
tres de las ocho profesoras (P-2, P-5 y P-8) consiguieron
desarrollar esa actividad de una forma muy productiva.

 El mejor criterio para la formación de estos equipos fue el


agrupamiento de los niños en función de sus niveles de
conceptuación, procurando unir los más próximos. Aunque este

281
criterio, de tipo cognitivo, sea adecuado en lo que se refiere a
riqueza de los intercambios generados, también es válido
considerar los aspectos afectivos y sociales.

 Muchas veces en la práctica, inclusive en la de (P-5) los


agrupamientos fueron decididos por los niños en razón de sus
propios intereses, otras por el docente (P-1) en función de la
disciplina del grupo con buena aceptación de los alumnos.

Esa forma de trabajar en grupo observado en la rutina de las profesoras


demuestra una vez más que la coordinación pedagógica, responsable por
la planificación docente ha fallado en su función de propiciar estudios y
discusiones sobre la acción docente en función de un trabajo organizado y
participativo a favor del aprendizaje de la lectura.

También queda evidente que las profesoras no presentan conocimiento


teórico suficiente para la organización de los trabajos en conjunto, cuyo
principio básico es el diagnóstico de los alumnos para el conocimiento de
su nivel y posteriormente el establecimiento de criterios para la formación
adecuada de dúos, como comenta (Soares, 2009):

“No se puede pensar en agrupamientos productivos


sin primeramente verificar las relaciones que se determinan entre el
conocimiento real sobre cada alumno, lo cual exige la presencia de un
diagnóstico, la fuente didáctica que caracteriza el cómo enseñar y una
fuente psicológica que se hará cargo de la concepción de cómo los alumnos
aprenden. También es necesario considerar lo que el alumno ya sabe y la
concepción que se tiene del proceso de enseñanza y aprendizaje, pues, sin
ese hilo teórico, se cree será imposible la organización de los alumnos para
una dinámica en clase con vista al crecimiento individual y colectivo de los
mismos”. (Soares, 2009:187)

5.4.2.5. Actividades que expresan lo que el autor del texto quiso decir.
La comprensión de textos depende del conocimiento que se tiene del
asunto leído, lo que equivale a decir que el texto debe ser bien

282
comprendido por el lector para que este consiga expresar con claridad el
mensaje del autor.

En este sentido se buscó la opinión de las profesoras, sobre cuáles


estrategias utilizan antes, durante y después de la lectura que ayudan a los
alumnos entender mejor la idea del texto.

Antes Durante Después


Siempre antes de la lectura - Cuestiono sobre lo que el
procuro esclarecer el objetivo , alumno entendió.
esto es, por qué vamos a leer
este texto. (E.P-4:62)
“El sondaje, la anticipación, la - -
verificación y las inferencias
son socias inseparables en los
momentos de enseñanza de la
lectura.” (E. P-6:62).
Hago el levantamiento de los Hago Cuestiono sobre el tema y la
conocimientos previos. (E.P- inferencias. idea principal.
7:62)

El alumno hace hipótesis o Verifico las Evalúo la comprensión de


previsiones sobre el contenido hipótesis y los alumnos con
del texto. (E.P-8:62) levanto cuestionamientos sobre la
otras, idea del autor en la
corrigiendo tentativa de ayudar en la
los errores. comprensión, para así el
aluno expresar su
entendimiento haciendo
representaciones como
teatro, e interpretación
escrita.

Tabla 13. Estrategias que utilizar antes, durante y después de la lectura


que ayudan a los alumnos a entender mejor la idea del texto.
Fuente: Datos de la investigación

Se puede considerar que los procedimientos que las profesoras (P-4, P-7,
P-8) realizan antes de la lectura son productivos para el desarrollo de

283
habilidades del entendimiento del mensaje del autor. Cuando la profesora
(P-4) deja claro para el alumno el objetivo, esto es, el por qué va a leer, ella
ya alimenta la voluntad del alumno para participar de la actividad. La
cuestión del objetivo es dar una guía a la actividad. El hecho de que la
profesora determine el objetivo de la actividad, muestra que asume una
postura pedagógica convincente para que sus alumnos alcancen los
resultados previstos. Además de eso, el objetivo puede expresar varias
finalidades en una sola actividad, por ejemplo: el de leer para después
explicar lo que se comprendió, realizar una actividad que deje explicito lo
que dijo el autor del texto, o además, para seguir instrucciones. Depende
mucho de lo que a profesora desea alcanzar con su alumno, pues la
interpretación está siempre vinculada con el aprendizaje, esto es, lo que se
quiere el alumno aprenda.

Otro momento favorecedor a destacar en el trabajo docente para la


comprensión lectora es el levantamiento de los conocimientos previos,
pues, a través de ellos el profesor puede ajustar el nivel de desafío para
que los alumnos hagan previsiones. Este procedimiento llama la atención
del alumno en el sentido de estar atento para confirmar si sus hipótesis
son o no verdaderas. Las hipótesis tornan posible prever lo que está por
venir (Solé 1998). Paralelamente es preciso entender continuamente qué
previsiones tienen sentido e ir anulando las demás en un clima de
intercambio de ideas con propuestas didácticas para ayudar a los alumnos
a comprender el texto además de crear un ambiente agradable y acogedor.

En el caso de la (P-6), la profesora demostró conocer teóricamente las


estrategias favorecedoras de a comprensión, pero no hace uso de las
mismas en su práctica, o mejor dicho, no consigue hacer la transposición
didáctica de este contenido, desconociendo que una estrategia de lectura
es un recurso para, obtener, evaluar y utilizar información. También se
observó que el profesor no motiva al alumno y la interpretación es
superficial, sin una manera de involucrar a los niños.

Por otro lado, respecto a las actividades realizadas durante la lectura, las

284
profesoras (P-7) y (P-8) eligen las inferencias y verificación de hipótesis
como instrumentos capaces de permitir que los alumnos entiendan el
texto. Sin embargo, dejaron de aprovechar muchas otras oportunidades
como la de dar énfasis a las entonaciones, hacer pausas intencionales, y
además mostrarse interesada, sorprendida, emocionada y/o divertida,
actitud que contribuye mucho para la comprensión del texto así como a
despertar un mayor interés de los alumnos.

Respecto a la observación en la sala de clases merece la pena reseñar la


preocupación de la profesora para hacer comprender la diferencia entre el
leer y el contar, leyendo el texto en sus portadores de origen exactamente
como están escritos, no simplificando las palabras, sino, buscando otro
significado más próximo a los usuarios.

Del mismo modo se pasó a analizar los procedimientos de las profesoras


después de la lectura para percibir que estrategias trabaja con sus
alumnos para el entendimiento del texto. Según las profesoras la
estrategia más utilizada es el cuestionamiento, con excepción de la (P-8)
que intensifica su trabajo utilizando otras estrategias como las
representaciones teatrales y la interpretación escrita. En su caso, ella
provocó toda una situación para hacer que el alumno consiguiese realizar
actividades para realmente demostrar la comprensión del texto.

Otro factor positivo en el trabajo de las profesoras fue la oportunidad dada


a los alumnos para expresar sus ideas, participando principalmente de
interpretación de textos conocidos, diciendo de memoria lo que el
personaje del texto dijo siendo fieles al expresar la idea del autor.

En este caso, las actividades fueron enfocadas para dejar claro lo que el
autor del texto dijo. Lo que se observó fue el recuento con presentación
real de lo dicho por el autor. Lo cual demostró la comprensión de lo que
realmente fue leído. Los ejercicios después de la lectura que pueden
manifestar ese entendimiento son el teatro o el recuento sin inhibir la
creatividad de crear escenarios. Esta actividad también puede ser
considerada importante para motivar acciones como contadores de

285
historias.

Las demás profesoras ponen como procedimientos que facilitan el proceso


para que el alumno entienda la información del texto leído, el diálogo,
interpretación oral y escrita, dibujos o los cuestionamientos sobre los
textos; pero, no dejan traspasar conocimientos sobre el uso de las
estrategias, no dejan claro en sus respuestas que la lectura es un proceso
continuo de formulación y verificación de hipótesis y previsiones sobre lo
que sucede en el texto.

Se puede comprender que las dificultades presentadas a lo largo del


trabajo didáctico de esas profesoras están relacionadas con el
desconocimiento de las formas existentes de tratar la lectura, y que
Teberosky (2003:48) presenta para el día a día e sala de clases:

Lectura de investigación – Cuando el alumno utiliza la lectura para


descubrir por si mismo los contenidos solicitados por el profesor;

Lectura para aprendizaje – En general el aprendizaje requiere que el


alumno realice una lectura para después transferir la información
contenida en su cerebro.

Lectura espontanea – La tarea que corresponde al profesor frente a ese


tipo de lectura es la de abrir el espíritu del alumno a nuevos
descubrimientos.

Lectura resolutiva - Se trata de aquella lectura en la cual el texto abriga


una situación problemática que precisa ser comprendida, evaluada y
resuelta por el alumno.

Delante de lo expuesto, la lectura para el aprendizaje es la que predomina


en la práctica pedagógica de estas profesoras. En lo que se refiere al
entendimiento de lo que el autor del texto quiso decir, algunas profesoras
echaron mano de actividades que sirvieron para identificar el mensaje del
texto leído. En este sentido, la tarea del profesor fue ofrecer prácticas
favorables como el recuento, cuestionamientos esclarecedores de la
interpretación del texto, para que el alumno incorpore algo nuevo a sus

286
conocimientos y también escribir sobre ellos en el momento de la
interpretación escrita de textos.

También, las lecturas resolutivas se presentaron con un uso acentuado,


por ser característica predominante de las actividades realizadas en el
contexto escolar, principalmente las lecturas efectuadas con textos del
libro didáctico que concentraban toda la actividad en la rutina de hacer
preguntas y los alumnos poner las respuestas y, la mayoría de la veces,
copiar las respuestas de la pizarra, lo que no contribuye en nada en el
sentido de fortalecer la práctica de la lectura, pues no permite que los
alumnos hagan uso de las estrategias de lectura que son pasos
imprescindibles para la comprensión lectora, resumiéndose apenas en
actividades rutinarias y mecánicas.

El incentivo a las lecturas espontáneas en los momentos escolares fue


imperceptible, durante todo el periodo de investigación. La necesidad de
mantener una disponibilidad activa para que el alumno se interese por los
textos y abrir el espíritu hacia nuevos descubrimientos parece ser
olvidado por la mayoría de los profesores.

Se puede concluir que esas profesoras desconocen cómo facilitar las


interpretaciones de las lecturas que trabajan en la sala de clases. Por otro
lado, ellas no dominan esta práctica y con seguridad los alumnos se
sienten debilitados en el proceso de desarrollo de la comprensión de las
tareas lectoras.

5.4.2.6. Actividades que reconocen al alumno como detentor de la


información del texto
En esta línea de raciocinio, se trató de encontrar alumnos que
consiguieran retener la información de lo leído, y los sujetos investigados
dieron su contribución explicitando cómo se da el proceso de
dinamización de las actividades provocantes de la comprensión y aun
cómo el alumno puede procesar este entendimiento y ser detentor de la
información adquirida.

287
Varios alumnos dijeron que “comentaron la lectura realizada con los padres
y los compañeros” (Q.(A- 6),( A-13),(A- 23), ( Q-27), (Q-30) (Q-30) (Q-29)
lo que demuestra que esos alumnos consiguieron retener alguna
información para repasarla o incluso conversar sobre ella.

Otros alumnos se posicionaron revelando que: “algunas actividades


realizadas en la sala de clases contribuye para retener información del texto
leído, como el recuento del mismo por un compañero de clases” (Q.A-5, 7,
28:29).

Los demás alumnos investigados (Q.A-2, 26,30:29) expresaron que las


lecturas que ellos hacen en la escuela y en casa cuando la profesora y la
madre orientan, “ayudan a guardar la historia con más facilidad porque
demora más para olvidarse, y hay unas que yo nunca olvidé porque me
gustaron mucho” (A-30:29).

Vale señalar que cuando no fueron observadas buenas didácticas y cuando


buenas didácticas no son diversificadas por no estar al alcance de las
profesoras e incluso de los padres como coadyuvantes del proceso de
enseñar, así pues, los recursos para el aprendizaje se tornan inútiles. Se
percibió que la colaboración de los padres cuando quieren realmente
participar de la vida escolar de su hijo suma mucho al proceso y en la
calidad de la producción de alumnos lectores, sin desmerecer la atención
particular de la profesora para cada atendimiento en su sala de clases.

De ahí la necesidad de argumentar con las profesoras acerca de las


actividades que realizan para averiguar si el alumno es detentor de la
información del texto y como ellas observan este hecho en la construcción
el comportamiento lector:

“Observo ese hecho evidenciado cuando un alumno comenta el texto con el


compañero, en ese momento puedo percibir si él realmente procesó el
mensaje” (E. P-1:36).

“Considero que el alumno consigue entender la lectura cuando él demuestra


cuál de ellas le gustó más y a veces él dice hasta por qué gustó.” (E.P-7:37).

288
A partir de esas declaraciones se considera que para que el alumno se
involucre en una actividad de lectura es necesario que él se sienta capaz de
comprender el texto, tanto de forma autónoma o con ayuda de otros
compañeros con más experiencia, para que pueda elaborar una
interpretación adecuada y a partir de entonces procesar la información
para socializarla, siendo que esos procedimientos son los que van a
comprobar su comprensión

De ese modo, en la explicación constructivista, se adopta el concepto de


aprendizaje significativo creado por Ausubel (1963) en Solé (1998:44)
cuando se dice que aprender equivale a formar una representación, una
interpretación propia de lo que presenta el objeto de aprendizaje. En este
caso, la lectura realizada, también puede atribuir significado a una
interpretación que lleva a la construcción del entendimiento de lo que se
leyó.

Sin embargo se señala la opinión de los padres de los alumnos cuando son
entrevistados sobre la cuestión de percibir si el hijo consigue conversar
sobre lo que aprendió en la escuela:

“El profesor no precisa exigir basta solamente dar actividad de lectura todos
los días, así es que aprende a leer, pero, difícilmente mi hijo comenta alguna
cosa que aprendió en la escuela y más difícil aun es él hablar de las lecturas
que hizo, yo hasta le pregunto de vez en cuando, pero, él nunca presenta una
novedad y mucho menos habla de los libros que leyó” (E. PA-8:24).

“Creo que la escuela trabajan poca lectura, mi hija hasta gusta mucho de
leer, entonces cuando ella consigue leer un librito de historia en casa ella me
cuenta bien lo que está en el libro, entonces yo veo que ella entiende todito,
una pena que la escuela no incentive mucho este tipo de comportamiento
para con los alumnos, la biblioteca existente en la escuela no facilita casi
nada al alumno prestar un libro, pues, vive siempre cerrada y la
bibliotecaria falta mucho, entonces es complicado…. Nosotros no podemos
estar comprando libros extras pues el precio es alto para mi bolsillo” (E.PA-
6:24).

289
Las declaraciones de los padres revelan que la escuela necesita adoptar
una metodología diversificada para favorecer el incentivo a la formación
de lectores y también crear medios para que los alumnos participen de ese
movimiento de intercambio de libros en esta institución. Se entiende que
la calidad de los alumnos lectores de los grados iniciales solamente será
alcanzada con la involucración de todos, por lo tanto, para que el alumno
sea considerado detentor de la información, él necesita tomar posesión de
un vasto mundo de lecturas y espejarse en lectores modelos.

Los estudios de Silva (1998:95) coinciden con la propuesta presentada


sobre modelos de lectores, cuando él afirma que:

“La lectura, como proceso que atiende a diferentes


propósitos precisa ser claramente mostrada a los niños en función de los
aprendizajes que ocurren por imitación de lecturas realizadas. Muchos de
los hábitos de los niños son derivados de imitaciones de lecturas de libros
que hicieron y se identificaron con el posicionamiento del autor del
mismo.” Silva (1998:95)

Sin embargo, los profesores precisan hacer uso de una variedad de


actividades, en un proceso en construcción conjunta siendo necesario
utilizar una serie de estrategias que pueden contribuir para la
comprensión lectora y proponer una enseñanza en progresión a lo largo
de tres etapas: Etapa del Modelo, Etapa de participación del alumno, y la
Etapa de la lectura silenciosa, como dice Collins y Smith (1980) en Solé
(1998:76).

Estos principios caracterizan situación de instrucción de la comprensión


lectora y para dominar estas estrategias se requiere progresivamente un
menor control por parte del profesor y un mayor control por parte del
alumno, lo que favorece el entendimiento y la detención de la información
y contribuye efectivamente para el desarrollo del comportamiento lector.

Entendiéndolo de esa manera, se concluye que saber encontrar las ideas


principales, inferir la información no explicita de un texto o conectar los

290
conocimientos previos con la nueva información disponible son
procedimientos que el alumno de los grados iniciales necesita explicitar de
forma constante para tornarse lector competente y también demostrar
comportamiento lector, pues, son estas actividades que reconocen el
alumno como detentor de la información del texto.

291
Capítulo VI. Conclusiones

Contenido:

6.1. Primera Pregunta Orientadora

6.2. Segunda Pregunta Orientadora

6.3. Tercera Pregunta Orientadora

6.4. Cuarta Pregunta Orientadora.

293
6. CONCLUSIONES
Esta investigación tuvo su punto de partida en la cuestión de
indagar las prácticas de lectura desarrolladas y su repercusión en el
comportamiento lector de los alumnos de 1º y 2º grado de enseñanza
primaria. De ese modo se hace necesario cuestionar al respecto de la
variedad de concepciones de lectura, a fin de hacer una reflexión sobre
cuál ha sido la contribución de los diferentes teóricos que se empeñan con
la formación de lectores críticos y reflexivos en la sociedad actual.

Hablar de lectura hoy parece ser un campo sin restricciones. Diversas son
las áreas que tratan este tema bajo perspectivas variadas y defendiendo
puntos de vista divergentes, pues, nótese que a veces se oponen y muchas
veces coinciden. Es en ese momento de intensa producción científica sobre
la lectura en la que se situó esta investigación.

Tratándose de esta investigación, se puede afirmar que se llegó al final,


pero, el fin es siempre el comienzo de otras posibilidades nuevas que
surgen por haberse indagado las prácticas pedagógicas referentes a la
enseñanza de la lectura que se renuevan cada día mediante el avance de la
información y de las nuevas tecnologías. Desde el inicio diría que, lo que
más buscaba era saber cómo las profesoras enseñaban la lectura, pues, lo
que interesaba realmente saber era cómo ellas configuraban esa relación,
o sea, lo que creaban para fortalecer sus prácticas y cuál era su
contribución para la ampliación del universo cultural de los alumnos.

Vale reseñar que las reflexiones finales fueron inferidas a partir de los
análisis de los instrumentos utilizados: cuestionarios, entrevistas y
observación de campo, orientadas por criterios epistemológicos y
metodológicos.

Las reflexiones se fundamentaron también en los cuatro puntos que


marcaron la dirección de esta investigación, que surgió de la revisión del
marco teórico adoptado y del interés centrado en los contenidos
seleccionados a partir del sentido del aprendizaje inicial de la lectura con

295
verificaciones en las bases teóricas y en los procedimientos didácticos,
como también en las observaciones extraídas sobre la aplicación de la
experiencia práctica, de los modos de pensar y actuar de quien está en
pleno desarrollo práctico, dado que aquellos que están en el oficio de
enseñar presentan muchas dudas al respecto de la conducción del proceso,
hasta el porqué las cuestiones metodológicas del proceso de enseñanza y
de la práctica de la lectura han sido relegadas a segundo plano en los curso
de graduación formal y continuada, con perjuicio para alumnos y
profesores.

Como vimos en el capítulo dos se trató de una propuesta innovadora en el


sentido de despertar, desarrollar y sostener el comportamiento lector de
los alumnos de los grados iniciales, en una dinámica constante del
ejercicio de actividades diversificadas de lectura para motivar el alumno
en la participación de esta dimensión olvidada de ser aprovechada en la
escuela pública, pues, los profesores dedican muy poco del tiempo
didáctico para vivenciar situaciones de lectura innovadoras.

En función de eso, un hecho que fue muy observado en ese intercambio


entre escuela/profesor y alumno se refirió a la actitud que el profesor
adopta en relación a la reacción de sus alumnos frente al libro de lectura.
Como se vio, la inmensa mayoría de los profesores alega que a sus
alumnos no les gusta leer. Sin embargo, todos ellos afirman que después
de la realización de actividades, poco o muy innovadoras o atrayentes, la
mayoría de los alumnos pasó a gustarle la lectura, principalmente cuando
reciben estudiantes universitarios que esporádicamente desarrollan
proyectos en los cursos de las universidades entre ellas, UEMA
(Universidad Estatal de Maranhão) e UFMA (Universidad Federal de
Maranhão), que necesitan cumplir pasantías en las escuelas públicas como
requisito para la conclusión de carrera.

Si el discurso de los profesores puede ser verdadero con relación a algunos


alumnos a los que no les gusta leer, sería ilusorio, en el contexto
presentado afirmar genéricamente que a los alumnos en su totalidad no

296
les gusta leer.

Por lo tanto, las reflexiones finales organizadas de acuerdo con las


preguntas orientadoras originadas de los objetivos de esta investigación,
permitieron generar criterios y tejer redes que sostienen acciones para
contribuir con la escuela en la mejoría del proceso de enseñanza
aprendizaje.

Por eso, sintetizan las principales conclusiones advenidas del proceso de


análisis e interpretación de los datos y destacan los aspectos en los cuales
se debe continuar el trabajo.

6.1. Primera Pregunta Orientadora


¿La práctica de lectura ejercitada por el docente favorece el desarrollo
del comportamiento lector de los alumnos de los grados iniciales de la
escuela primaria?

En esta primera categoría, la investigación permitió verificar la


experiencia docente para evidenciar si el método didáctico utilizado por
este favorece el comportamiento lector de los alumnos.

Además, fue importante investigar también la complejidad epistemológica


del pensamiento pedagógico de los profesores comprometidos con la
enseñanza de la lectura.

Esta tesis desde su fase inicial se fundamenta en el análisis de las prácticas


de las profesoras para verificar si el ejercicio de las mismas favorece el
desarrollo del comportamiento lector de los alumnos de 1º y 2º ciclo de
aprendizaje.

La visión investigativa sobre la práctica docente detectó una nítida


diversidad sobre la concepción de la lectura entre las profesoras, lo que
evidencia una ausencia del pensar y del actuar colectivamente, momento
sin igual para el intercambio de experiencia y aprendizaje con compañeros
con más experiencia. Esa fragilidad dificulta la capacidad de innovación en

297
la práctica pedagógica, imposibilitando así los procesos de reflexión y
reconstrucción de las profesoras para dinamizar la enseñanza y
aprendizaje en la formación de lectores autónomos.

Cabe reseñar que un grupo de profesoras llegó incluso hasta a concebir la


lectura comulgando con algunos autores de renombre, pero, se siente la
falta de un agente para la conducción del trabajo docente, pues, en el
momento actual de la sociedad ya no se permite configurar ideas aisladas
y si compartidas y enriquecedoras, capaces de diversificar las actividades
en la sala de clases para que el alumno sea capaz de manifestar su
entendimiento en la posición de sujeto de aprendizaje y no como simple
espectador.

También la falta de dinamismo vinculado a la insatisfacción de los padres,


con una escuela poco productiva en el proceso de enseñanza en los grados
iniciales, en los que sus hijos quedan retenidos, por no conseguir dominar
el conocimiento de las letras, siendo éstas situaciones que acaban
dificultando la promoción del comportamiento lector de esos alumnos.

En la UEB no existe un ambiente favorable para el trabajo de coordinación


pedagógica, pues, según las profesoras, el coordinador pedagógico no se
envuelve de forma integral con el proceso de apoyo a los profesores para
amenizar las dificultades que ellos manifiestan en el ejercicio de este
proceso.

La causa principal de este mal se apoya en la poca disponibilidad para


ejercer esta práctica motivado por la acumulación de tareas que emanan
de la Secretaria de Educación, como rellenado de fichas, informes,
reuniones…, lo que además debilita la integración de las tareas en la
escuela en lo que se refiere a la comunicación de educadores con los
demás involucrados en el proceso para compartir experiencias y conocer
otras metodologías que favorezcan el perfeccionamiento de la práctica de
la lectura en la escuela.

Es preciso disponer de tiempo y compromiso con el perfeccionamiento del

298
proceso pedagógico de las profesoras que están bajo su coordinación,
principalmente en lo que concierne a la teoría constructivista que se apoya
en las orientaciones de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky sobre la
psicogénesis, por el hecho de direccionar ésta teóricamente las acciones
pedagógicas de las profesoras del 1º y 2º grado de aprendizaje.

Sin embargo, la mayor equivocación revelada en esta investigación fue la


comprobación de la deficiente calidad de las actividades de las prácticas
favorables al desarrollo del comportamiento lector, que se resumen en la
posición de la mayoría de las profesoras, que teóricamente consiguen
exponer sus pensamientos, pero no demuestran competencia para
hacerlos operar haciendo la transposición didáctica, lo que es de
importancia fundamental para el resultado de una práctica favorable al
desarrollo de alumnos lectores.

Entre esa prácticas algunas se destacan por la riqueza de recursos que


presentan, pero, se vuelven ineficientes, pues las profesoras ignoran las
posibilidades de aprovecharlas y también ponerlas en práctica. A veces
por falta de recursos materiales, como en el caso de los círculos de lectura,
pues los libros son escasos y la biblioteca de la escuela no facilita en casi
nada la ejecución de esta práctica debido a la precariedad del acervo
cuanto a cantidad y calidad, así como la ausencia de una política de gestión
de la biblioteca cómo pilar de sostenibilidad del comportamiento lector e
los alumnos.

Entre otras prácticas benéficas al desarrollo del comportamiento lector se


cita el aprovechamiento de los conocimientos previos, muy poco utilizados
por la mayoría de los profesores, así como el uso de las estrategias de
lectura, antes, durante y después de las actividades lectoras, que son
caminos favorables hacia la comprensión de lo leído. Lo que se percibió
fue un número acentuado de montajes improvisados después de las
lecturas, realizadas sin la propuesta de una lectura más delineada para el
desarrollo de la ampliación del universo cultural del alumno, con
propósitos definidos de desarrollar habilidades en los pequeños lectores

299
de forma incentivadora y continuada.

Predominaron de forma tímida las actividades que reconocen lo que el


autor del texto quiso decir, como también las actividades que reconocen el
alumno como detentor de la información. Sin embargo, deberían ser las
más aprovechadas de forma creativa por parte de las profesoras. Pero,
estas no reciben apoyo ni de los gestores ni de la coordinación pedagógica,
favoreciendo el perjuicio que se apodera del alumno por ser menos
autónomo en la conducción del proceso de enseñanza de la lectura.

De este modo los profesores demuestran una actitud fría e indiferente en


relación a los propios intereses de los alumnos, improvisando decisiones
inadecuadas y muchas veces fuera del alcance del entendimiento de los
mismos.

En este sentido se hace muy difícil para los profesores ejercer una de las
características fundamentales de la planificación: la flexibilidad, que puede
conducirlo a un mejor resultado en el proceso; por otro lado, la
improvisación no combina con el trabajo cooperativo entre profesores y
alumnos contextualizados en un proceso de globalización que estamos
viviendo, que permite valorizar las diferencias y trabajar con la diversidad.
Se hace difícil para los profesores programar una buena acción si
solamente perciben lo inmediato sin trazar estrategias para diseñar el
aprendizaje. Esas carencias limitan las posibilidades de la enseñanza.

Algunas profesoras merecen destaque por el compromiso y la


responsabilidad de tomar conciencia de las posibilidades de su trabajo en
el ámbito escolar. Pues llegan hasta a transmitir a sus alumnos que es
posible ser optimista a pesar de las dificultades que encuentran al buscar
las formas de hacer acontecer la práctica de la lectura, mismo no
encontrando recursos, utilizando solamente la creatividad. Al lado de sus
alumnos tiene la recompensa política y la reciprocidad con que ellos se
envuelven en el proceso de aprendizaje, hasta incluso cuando participan
en actividades después de la lectura improvisando recursos didácticos y
materiales para hacer la representación y así exponerle al grupo la

300
comprensión del texto leído.

Surge la necesidad de que el profesorado identifique sus creencias, ideas y


concepciones, para indicar así procesos reflexivos y descubrir las razones
y motivos que fundamentan esas ideas y creencias, de modo que sean
capaces de cuestionarlas, modificarlas y reconstruirlas, ya que las
prácticas demuestran una distancia enorme entre las teorías que deberían
ser aplicadas en el cotidiano de la sala de clases, a pesar de que la mayoría
de las profesoras presentan un rico discurso teórico, pero, pecan en la
transposición didáctica, que es el foco culminante para hacer efectivo el
aprendizaje de los alumnos.

6.2. Segunda Pregunta Orientadora


¿Los alumnos aprobados demuestran dominio cognitivo de la lectura?

En este enfoque interesa investigar cómo enseñan los profesores la


lectura, ya que la mayoría de los alumnos termina los grados iniciales de
la enseñanza primaria sin saber leer. A partir de esta necesidad surgieron
las interrogantes que permitieron desvelar la relación entre la enseñanza
de la lectura y el aprendizaje de los alumnos

Se constató que las profesoras de la UEB manifiestan una preocupación y


angustia relativa al dominio del código escrito de los alumnos y llegan
hasta a cuestionar la aprobación de algunos de esos alumnos.

El modo en cómo la UEB administra la formación de sus alumnos ofrece


elementos para observar lo que se presenta distante de su misión en
cuanto a la formación de alumnos lectores, permitiendo que asome el
retroceso escolar, con el nivel de desempeño de los alumnos, lo que obliga
a las profesoras a enseñar nuevamente contenidos de años anteriores,
para atender el desnivel escolar como si fuese un problema de rutina de la
escuela. Como si no bastase ese equivoco, aún tiene que esforzarse para
lidiar con la distorsión edad-grado, con el objetivo de superar las
deficiencias para enfrentar los desafíos presentes en el proseguimiento del

301
proceso de enseñanza y aprendizaje.

La escuela evidencia que viene trabajando en un proceso de


descontextualización en que gestores, coordinadores pedagógicos y
profesores no comulgan con el objetivo único de la enseñanza en lo que
concierne a la formación de lectores. “Realmente no se cumple con la
misión de alcanzar la escuela democrática e inclusiva y no consigue paliar
las deficiencias de la desigualdad de oportunidades” (Soares, 2009:238).

En cuanto a la evolución del desempeño de los alumnos, se hace necesario


señalar que las profesoras reconocen la evaluación como un instrumento
para el redimensionamiento de sus prácticas. A pesar del reconocimiento
de la importancia de la evaluación, existen algunas dificultades para
ejecutarla, tanto en el aspecto conceptual como también en el uso del
instrumento específico para este fin.

Por todo eso y para sintetizar, se puede señalar que las profesoras
continúan arraigadas en el modelo de evaluación tradicional, preocupadas
solamente en puntuar el desempeño del alumno sin preocuparse con los
otros aspectos específicos para el proceso de formación integral.

Sin este dominio la profesora no consigue evaluar el nivel de desarrollo del


alumno, lo que acaba perjudicando su trabajo y el de otros profesionales y
aún más al alumno, que acaba siendo víctima que avanza de grado sin la
construcción del conocimiento debido, o sea, sin el dominio del mínimo
que es el de la conciencia fonológica. Siendo así, el alumno queda relegado
e imposibilitado para una continuidad en su formación que le es de
derecho, permaneciendo más años de los que debiera en la enseñanza
fundamental.

Se percibió aun que las actividades evaluativas no son organizadas


individualmente y las dificultades de los alumnos no son trabajadas a
posteriori, puntualizadas, principalmente cuando hacen el registro de los
resultados de los alumnos en las fichas de observaciones, sin embargo, ese
instrumento no es visto como reflexivo para garantizar la evolución del

302
desarrollo del alumno.

6.3. Tercera Pregunta Orientadora


¿La biblioteca de la escuela puede ser considerada pilar de la
sostenibilidad de la lectura?

Lógicamente, fue necesario que la investigadora desvelase la complejidad


de la propuesta de lectura en la práctica docente, teniendo como foco la
biblioteca de la escuela como estímulo del comportamiento lector.

En ese sentido y gracias al pensamiento pedagógico construido por estas


docentes y los cuestionamientos que integran varios aspectos de ese uso,
se verificó la repercusión de la utilización de la biblioteca por el alumno, la
escuela y la sociedad.

Para escribir las informaciones encontradas en las respuestas de las


interrogaciones se analizó el posicionamiento de las profesoras y demás
sujetos cuanto a los proyectos de incentivo a la lectura desarrollados en la
biblioteca y se constató la imposibilidad de realización de esta actividad
por falta de recursos humanos disponibles en el espacio físico de la
biblioteca.

El ánimo de algunos profesores en utilizar la biblioteca es notorio, pues


dejan claro que los alumnos se sienten motivados con el dislocamiento de
la sala de clases para la biblioteca y reconocen también que este
dislocamiento auxilia el desarrollo de las habilidades lectoras del alumno.

Sin embargo, quedo evidenciado que las bibliotecas de las escuelas


públicas no disponen de profesionales capacitados para desarrollar
propuestas de esta naturaleza y ni de infraestructura suficiente para la
realización de acciones diversificadas en el campo de la lectura, a pesar de
la gran expectativa de funcionalidad de este espacio a partir del año 2010
con la publicación de la Ley 12.244 del 24 de mayo de 2010 que instituyó
en el artículo 1º “que las instituciones de enseñanza públicas y privadas

303
de todos los sistemas de enseñanza del País contarán con bibliotecas, en
los términos de esta ley”.

Los alumnos revelaron un deseo muy grande de frecuentar la biblioteca,


pero, por otro lado son conscientes del distanciamiento que existe entre
esta voluntad y la realidad que la escuela ofrece en el momento actual
relativo al uso de las bibliotecas, principalmente cuando se deparan con
las fragilidades de la política de préstamos de los libros, en los constantes
reclamos de los profesionales que trabajan en la biblioteca en relación al
manejo de los libros, a veces con frases desestimulantes como “ no toques
los libros”. También, se verificó que la biblioteca es vista como sustituta
del profesor ausente, sin ninguna planificación de lo que los niños irán a
hacer en ella.

La práctica de la literatura infantil ocurre de forma esporádica, ya que la


biblioteca de la escuela no ofrece este soporte para la práctica docente
como ya fue evidenciado anteriormente. Así, las oportunidades que surgen
son raras para que la biblioteca sea considerada un pilar de sostenibilidad
y también coadyuvante en la formación de lectores en el espacio escolar.

Cabe considerar, que la ineficiencia de esta acción resta la voluntad de la


profesora para preparar con antecedencia la lectura, escoger el libro y
reconocer que el aprendizaje es una consecuencia de una construcción
personal que el alumno realiza gracias a la mediación de otros sujetos, en
especial de la profesora, que invierte en el aprendizaje lector poniendo en
diálogo el texto con los alumnos en grupos grandes, pequeños o en parejas.
Así, estará asegurando al alumno el intercambio entre compañeros y
también con el conocimiento.

El acervo de la biblioteca surge como elemento inhibidor para el acceso y


la permanencia de alumnos y profesores en este espacio, imposibilitando
que sea considerado un pilar de sostenibilidad de la lectura ya que está
fuera del alcance de la realidad observada, así como fuera de la realidad de
la mayoría de las escuelas públicas municipales.

304
Por lo tanto, se concluye que la estructura organizacional de la biblioteca
es también un factor positivo para garantizar la sostenibilidad de la
lectura, además de otros factores indispensables como: un acervo
actualizado, recursos humanos disponibles para mantener, celar y atender
los usuarios. Con la ausencia de todos esos elementos el servicio ofrecido
por la biblioteca escolar se torna improductivo.

Para construir el espacio de la biblioteca como pilar de sostenibilidad del


desarrollo del comportamiento lector es preciso:

 Elegir la biblioteca como instrumento facilitador de la enseñanza de


la lectura;

 Transformar la biblioteca en un vigoroso laboratorio para la


utilización experimental de la información y de la ampliación del
universo cultural del alumno;

 Reconocer que necesitamos saber más sobre el proceso de


enseñanza y aprendizaje de la lectura y sobre las variables que
intervienen en esta proceso;

 Promover una relación entre los profesores, profesionales de la


docencia y los bibliotecarios, para una utilización más productiva
de la biblioteca;

 Estimular una política de lectura más efectiva en la escuela, capaz


de transformar la realidad educativo de niños y niñas de la red
municipal de enseñanza,

 Estimular los profesores a reflexionar sobre su acción para una


práctica más activa, de modo que sus conocimientos no queden
estancados a merced de pequeñas disculpas que terminan
revelando su actitud comodista.

Este modelo de idealizar la promoción efectiva de la lectura, debe


estimular actitudes concretas entre el discurso y la práctica, y en ese
sentido, cabe a la escuela adoptar una metodología diferenciada para

305
incentivar pequeños cambios que con seguridad con el pasar del tiempo
harán diferencia.

El desafío de esta escuela y de sus educadores es conseguir fortalecer la


práctica docente tomando en cuenta la biblioteca como un instrumento
estimulante y facilitador para que los alumnos lean de forma espontánea,
creativa, constructiva, y puedan inserirse en el universo de la cultura con
el deseo y el placer de leer para adquirir conocimientos y comprometerse
efectivamente en el contexto social.

6.4. Cuarta Pregunta Orientadora


¿La actitud que incentiva la comprensión de la lectura utilizada por el
profesor en su práctica pedagógica contribuye con la construcción del
comportamiento lector?

En ese ámbito se busca evidenciar en la práctica pedagógica las actitudes


de los profesores capaces de promover la comprensión de la literatura, y
contribuir en la construcción del comportamiento lector de los alumnos.
Se consideró relevante conocer cómo los profesores piensan y realizan el
proceso constructivo de enseñar a leer, a partir de esta cuestión antes
levantada.

Esta misma pregunta fue analizada a través de los relatos de los


entrevistados y de la observación en sala de clases.

La visión de estas profesoras parece un tanto rudimentaria al definir el


comportamiento lector como procedimiento del ejercicio lector de los
alumnos. La base que nutre sus propias convicciones y el descrédito en el
potencial de los alumnos les permite anticipar que estos no alzaran ese
aprendizaje.

El pesimismo pedagógico de las profesoras favorece el desestimulo de los


alumnos, que acaban admitiendo su incapacidad para ser un lector.

Es difícil creer que las profesoras puedan promover cambios, si solo

306
perciben lo obvio y no demuestran capacidad para trascender el complejo
proceso de enseñanza y aprendizaje. ¿Donde está el profesor provocador
de situaciones incentivadoras que suscita en el alumno el gusto de querer
aprender siempre más?

Indagar con otros profesionales sobre el tema nos permite entender que
hay una divergencia de percepción sobre cómo se construye el
comportamiento lector, lo que posibilita reconocer que algunas ideas
corresponden exactamente con lo que recomienda Delia Lerner sobre el
comportamiento lector. Sin embargo, el hecho de divergir en conceptos e
ideas implica que estas profesoras asuman un proceso educativo
descontextualizado, que afecta no solo a la escuela, sino también a la
sociedad, por no construir relaciones de solidaridad con sus compañeros,
así como la promoción de debates e intercambio de experiencias como
forma de mejorar las prácticas de lectura ineficientes.

Otro aspecto a ser considerado es que el trabajo cooperativo entre


profesoras, coordinador pedagógico y auxiliar de biblioteca es inexistente
en el contexto escolar. Este hecho solo perjudica las acciones del trabajo
docente, cuando por otro lado, se sabe que el trabajo colaborativo favorece
el diálogo, el debate, la reflexión sobre diferentes opiniones e
interpretaciones, libertad de expresión y más profundamente la atención a
la diversidad y situaciones didácticas, que una vez reflejadas y orientadas
serán capaces de provocar el desarrollo del comportamiento lector de los
alumnos, para anular la distancia entre leer y el comprender.

El círculo de lectura surge como una actividad que favorece el desarrollo


de la comprensión lectora, por demostrar cuando el alumno está
apropiándose de lo que es leer.

Según la propuesta de esta actividad surge una ficha evaluativa, que, a


propósito, es utilizada por la mayoría de las profesoras. La ficha señala
varias situaciones que pueden traducir el desempeño del alumno cuanto al
entendimiento del texto, y a su vez ofrecer al profesor datos importantes
sobre la situación del alumno cuanto al desempeño lector.

307
Es pertinente enfatizar que a pesar de la riqueza de este instrumento de
seguimiento, su utilización es equivocada ya que las profesoras no tienen
cómo evaluar individualmente a 29 o 30 alumnos.

Además lo poco que anotan sobre el desempeño de los alumnos no les


permite la utilización de estas informaciones para refrendar el progreso
de los alumnos en la lectura.

Entonces surge la necesidad que las profesoras reconozcan los círculos de


lectura como facilitadores de la comprensión lectora por la diversidad de
textos y la riqueza de conocimientos que el proporciona en un momento
sin par de la lectura, donde dependiendo del número de participantes da
oportunidad de revelar más de treinta situaciones de lectura, una cantidad
significativa que enriquece el universo cultural de los alumnos en un
momento único. Depende por lo tanto de la conducción de la tarea para
que ésta pueda ser realmente una sucesión de temas y contenidos. De esta
manera, los contenidos deben ser seleccionados por el profesor de
acuerdo con la edad de los alumnos y del nivel de desarrollo cultural de
ellos.

La intervención pedagógica que se caracteriza como una gran variable


metodológica, aparece en la práctica como un procedimiento sin mucho
entusiasmo en el momento de trabajar la lectura en la escuela. La manera
de actuar de las profesoras refuerza el predominio de una práctica
rutinaria, cuya herramienta principal es el libro didáctico como
obligatoriedad, y la fragmentación de textos trabajada con este recurso
esteriliza las prácticas de lectura, inviabilizando la formación de lectores.

Algunas profesoras aprovechan e incorporan la intervención pedagógica


en su rutina, proponiendo actividades diversificadas para favorecer el
entendimiento del alumno facilitando así la comprensión lectora.

La dualidad pedagógica surge como resultado de la ausencia de una


orientación única del trabajo docente, cuya figura responsable debería ser
la del coordinador pedagógico. En función de eso, las profesoras tienen

308
que buscar alternativas constantes para intervenir pedagógicamente en
beneficio de la comprensión lectora a pesar de sus limitaciones y
dificultades.

El aprovechamiento de los conocimientos previos, en la visión de las


profesoras, surge como una capacidad de raciocinio que puede provocar
buenos momentos pedagógicos en lo que se refiere a despertar
conocimientos almacenados y a la motivación del alumno para la
participación.

Los alumnos expresan que la sala de clases no contempla la formación de


lectores y denuncian que la preocupación principal de la profesora es
realizar las actividades de la rutina escolar. Esa visión del alumno permite
afirmar que en la práctica docente existe un descompás entre actividades
propuestas y ritmo del alumno para realizarlas.

No hay una preocupación por parte de la mayoría de los docentes con el


ritmo individual de aprendizaje de los alumnos. La agilidad de la profesora
llega a comprometer la enseñanza frente la corrección de textos que deja a
los alumnos impotentes delante la tarea escolar, cuando en verdad la
profesora como coadyuvante de ese proceso debería permitir la
participación del alumno en los cuestionamientos e intercambio de ideas
para interpretar y comprender el texto leído y poder realizar lo que
sugiere Smith (1992) cuando dice que los niños ‘necesitan ayuda para
aprender a leer y es responsabilidad de la profesora hacer posible el
aprendizaje de la lectura”

La presencia de la lectura en conjunto, acontece de forma esporádica,


donde el profesor muchas veces crea situaciones de trabajo en dúos o
grupos simplemente para completar el horario de trabajo. Es increíble que
esta situación ocurra aún en presencia de la investigadora en la escuela. En
una conversación informal, las profesoras, dejaron entrever la ausencia de
un plan de trabajo con situaciones didácticas delineadas y con objetivos
definidos, lo que acaba induciendo a la improvisación de actividades fuera
del alcance del entendimiento de los alumnos.

309
La propuesta de actividades en grupos o en parejas para la práctica de la
lectura presenta ventajas y desventajas. Algunas profesoras dejan a los
alumnos dispersos, caracterizando la falta de dirección de la actividad,
durante la cual a veces ni la profesora parece saber lo que quiere,
complicando el entendimiento del alumno, que conversa más de otros
asuntos y no focaliza su atención en la esencia de la actividad propuesta.

Sin embargo, se sabe que el profesor como mediador del proceso, debe
tener en cuenta en la hora de formar equipos el conocimiento del grupo,
debiendo adoptar estrategias diferentes para cada dificultad presentada
en el aprendizaje. Es importante percibir la necesidad de variar y formar
los grupos de acuerdo con los diferentes conocimientos que los alumnos
necesitan dominar. Sin este cuidado el aprovechamiento del tiempo
trabajado es nulo, pues, además de ser los trabajos más lentos también son
improductivos. Como recomienda (Paganotti, 2001:88), el secreto está en
“sacar ventaja de las diferencias y apostar en el potencial de cada alumno”

Se constató que los alumnos aprecian mucho el trabajo en conjunto,


aunque no estén satisfechos con los procedimientos de la conducción
metodológica de los profesores. Ellos garantizan que la mayoría de las
veces el aprovechamiento en términos de aprendizaje es mayor con el
compañero de dupla que con la ayuda de la propia profesora. Manifiestan
además como un impasse para unos buenos resultados de este
procedimiento la impaciencia del profesor cuando tiene que explicar una
situación de aprendizaje más de una vez al alumno, hecho que se presenta
como inhibidor del deseo de preguntar del alumno.

Las actividades que expresan lo que el autor del texto quiso decir,
aparecen en el contexto de la sala de clases en el momento de la lectura en
tres etapas distintas:

Antes de la lectura- cuando la profesora cree de gran importancia informar


a los alumnos el objetivo de la actividad complementando que ya es una
invitación a la participación más activa de los mismos.

310
Durante la lectura - destaca las inferencias y verificación de hipótesis
como instrumentos indispensables para que los alumnos entiendan el
texto.

Lo acontecido después de la lectura, es útil para identificar qué estrategias


fueron trabajadas con los alumnos para el entendimiento del texto, y entre
ellas surge el cuestionamiento como la estrategia más utilizada.

Es conveniente destacar que la (P-8) presenta un trabajo diferente del de


las demás profesoras, señalando otras estrategias como representaciones
teatrales, interpretación escrita y recuento.

Como ya fue referido anteriormente, las profesoras no disponen de un


direccionamiento único para trabajar la práctica docente. Así, cada una
realiza su trabajo de acuerdo con sus conocimientos y experiencias
adquiridas a lo largo de la docencia. Por otro lado, es notorio el
desconocimiento sobre la forma adecuada de tratar la lectura en sala de
clases.

Pero la práctica de estas profesoras presenta como factor positivo la


oportunidad que ofrecen a los alumnos para expresar sus ideas.

Por lo tanto, en relación a las interpretaciones de las lecturas trabajadas


en clase parece que las profesoras desconocen como facilitar el proceso, lo
que induce a concluir que si ellas no dominan esta práctica con seguridad
los alumnos se sienten amenazados en el proceso de desarrollo de la
comprensión lectora.

Sin embargo, la necesidad de mantener una forma de trabajo organizada,


con disponibilidad para que el alumno se interese por los textos y abrir el
espíritu hacia nuevas descubiertas, parece ser olvidado por la mayoría de
las profesoras.

El momento para incentivar esta práctica consiste en la presentación de


trabajos provenientes del entendimiento del texto, actividad que no
dispensa de ninguna forma la participación activa de la profesora para
abrir caminos e incentivar al alumno a ser un lector con habilidades para

311
ser un divulgador de la cultura de una forma lúdica.

Cuanto a las actividades que reconocen el alumno como detentor de la


información del texto, merece destacarse la actividad de recuento para
demostrar el entendimiento de lo leído, en el cual el alumno necesita
apropiarse del texto para proporcionar a los compañeros el placer de
escuchar el cuento interpretado por él mismo.

También merece ser reseñado el testimonio de los alumnos enfatizando


que la ayuda de los padres y de las profesoras, cuando contribuyen en el
acto de la lectura, consagran en un momento único el entendimiento del
texto. Por eso para dinamizar el proceso es necesario que padres y
profesores reconozcan esta necesidad de los alumnos y proporcione todos
los cuestionamientos posibles para facilitar el entendimiento del texto, tal
como lo propone Smith (1999) cuando afirma que “los alumnos necesitan
ser ayudados en este momento difícil para ellos”.

A partir de estos relatos, se indaga: ¿cómo alguien puede ser detentor de la


información?

Aunque sea discutible el papel de la escuela como instancia formadora,


parece que la escuela – con la obligatoriedad y la fragmentación de textos
– esteriliza las prácticas de lectura como también las posibilidades de
proporcionar el entendimiento de los alumnos. Está comprobada la
necesidad de una atención especial por parte de la Secretaría de
Educación, de las autoridades escolares y mucho más de las profesoras
para que sus alumnos tengan el chance de conocer a grandes escritores
como Ruth Rocha, Ana María Machado, Bartolomeu Campos de Queirós,
Montero Lobato, Cecilia Meirelles, Ziraldo, y muchos otros que escribieron
historias maravillosas. Además de eso, los alumnos merecen salir de las
escuelas conociendo O Saci-Pererê, O Caipora, A mula-sem-cabeça, A gata
borralheira, Peter Pan, A Cinderela, Branca de Neve, Chapeuzinho Vermelho,
entre tantos otros clásicos que están cayendo en el olvido de esta
literatura implementada.

312
Si mientras son niños, los alumnos se tornan detentores de estas
informaciones, probablemente serán adultos facilitadores de este mismo
proceso para las futuras generaciones.

La expectativa de formar y desarrollar comportamiento lector en los


alumnos de los grados iniciales es muy tímida por parte de las profesoras,
tal vez por no creer en el potencial del alumno y también por no promover
actividades diversificadas, porque, demandan tiempo y en cierta forma
exigen creatividad, dedicación…, en fin, mucho trabajo.

Además de eso, la construcción del comportamiento lector exige valorar la


cooperación como directriz para intercambios comunicativos, pues, es
tarea del profesor despertar en el alumno el interés por leer y escuchar la
lectura de textos literarios e informativos para compartir opiniones, ideas
y preferencias. Sin embargo, lo que se percibió fue que el ejercicio de esta
práctica está muy distante de esta visión pedagógica, predominando entre
los docentes investigados, el conformismo con ejercicios de rutina,
dispersando de este objetivo sin reflejar sobre su acción y también sin
perseguir desafíos, alegando siempre que las dificultades son mayores que
las posibilidades.

Por tanto, la construcción del comportamiento lector incluye desde el


contacto material con el libro y su manipulación, hasta el descubrimiento
de sentidos más profundos, pasando por procedimientos como la selección
y la búsqueda del material e intimidad con varios ambientes que abrigan el
libro, como: la biblioteca, salas de lectura y librerías.

Pero, los procedimientos no se agotan en esa perspectiva. Es necesario,


además el contacto continuo con mediadores llenos de alternativas que
lleven a la comprensión de lo leído a los otros lectores que acaban por
testimoniar experiencias e intercambio de informaciones y conocimientos,
posicionándose con autonomía sobre el contenido del texto leído.

En ese sentido, reflexionar sobre la función de las autoridades escolares


ante los desafíos de una educación que debe acompañar los avances de la

313
sociedad y la democratización del acceso a la información hacen parte de
debates que se intensifican día a día con nuevas perspectivas promovidas
por diálogos que amplían horizontes de expectativas facilitadoras de la
comprensión del leer. Sin embargo, las decisiones están adormecidas
tratándose de bibliotecas en funcionamiento, de alumnos leyendo con
comprensión o aun más, de profesoras dedicadas a la tarea de facilitar el
entendimiento del proceso lector.

Difícil es decir algo nuevo sobre la enseñanza de la lectura en lo que se


refiere al desarrollo del comportamiento lector, pero, se considera que los
nuevos enfoques y perspectivas sobre el trabajo docente apuntan hacia
relaciones emergentes sobre aquello que conservar en la práctica
educativa de la escuela en el proceso de enseñar y aprender, y también
cuáles son los cambios que es preciso provocar.

Se puede comprender que es en la escuela donde el alumno tiene la


oportunidad de entrar en contacto con lo desconocido, conocer otras
épocas y otros lugares y con ellos ampliar el universo cultural. Por eso, la
misión de los profesores en los grados iniciales es gigantesca en la
enseñanza, y en lo que se refiere al avance de la propuesta educativa para
enseñar a leer.

La principal recomendación que se presenta en esta investigación se


refiere a las tres competencias: Despertar, Desarrollar y Sostener (DDS)
comportamientos lectores para que poco a poco los beneficios de la
experiencia personal puedan extenderse a lo social por el hecho del
alumno estar inserido en un grupo de una red lectora, lo que
probablemente sostendrá el crecimiento en el sentido de una sociedad
letrada. Para tanto, basta iniciar y volcar los ojos hacia una práctica más
dinámica y promisoria en lo que tañe al futuro de los alumnos de los
grados iniciales de la escuela pública brasileña.

Así, primero, se trata de Despertar el comportamiento lector, o sea,


desencadenar en el alumno el deseo permanente de leer, y motivarlos de
modo a darles la oportunidad que estos se encanten con la misma

314
reconociendo la lectura como una delectación.

Es preciso también Desarrollar el comportamiento lector, significa


entender que el ejercicio pedagógico no puede ser confundido con
prácticas mecánicas de lectura en lo cotidiano. El profesor que opta por
ese camino, con actividades innovadoras y creativas, sostenidas en las
orientaciones metodológicas, permitirá que el alumno se apropie de la
información y consiga expresar con claridad su entendimiento, pues, “no
es posible que haya lectura sin comprensión. Leer es comprender; sin
comprensión no hay lectura.” (Dell´Isolla, 2001:36)

Según esta propuesta, la lectura debe ser trabajada con la perspectiva de la


práctica social, siendo encarada en la sala de aula a través de situaciones
en que los alumnos tengan la posibilidad de comentar lo que fue leído,
hacer inferencias, plantear y explicitar hipótesis, dialogando sobre sus
ideas. Además de esas actitudes incentivadoras, los padres y los deben ser
mediadores de sus hijos en ese descubrimiento mágico del mundo de los
libros.

Es necesario que ambos, profesores y padres, revelen sus intenciones


educativas de la lectura como práctica social lúdica, emotiva, informativa y
de entretenimiento, sin olvidar los objetivos didácticos que la lectura
propone.

Por último, Sostener el comportamiento lector, significa asegurar que


los alumnos tengan actitudes lectoras consistentes, subyacentes en las
prácticas pedagógicas. Eso requiere el uso de la diversidad de portadores
de textos, estrategias y comportamientos diferenciados de lecturas que
sean eficientes en las tres finalidades: en el placer, el estudio y la
información.

Siendo así, se debe comenzar por lo lúdico, relacionado con el uso de los
libros de literatura para desencadenar placer en los alumnos, sin intención
de relacionar el uso de la literatura con actividades didácticas, pero, si de
involucrar otros lenguajes, como música, danza, pintura, artes escénicas,

315
cine y la lectura individual.

Por tanto, aprender a estudiar significa tener la posibilidad en la práctica


de la lectura de conocer los procedimientos para localizar informaciones,
hacer uso del registro y del esquema, resúmenes para garantizar el
entendimiento de lo leído, realizarlo de modo investigativo y no de
examen, partiendo del uso de la investigación, de la compilación de los
conocimientos previos, de la actividad compartida autónomamente entre
los alumnos para la actividad individual.

Es importante además, trabajar la lectura con la perspectiva informativa,


con destaque para los temas ocasionales, con el fin de solamente relajar y
conocer el contexto social en que él está situado. Para eso, el profesor debe
estar atento a los conocimientos que giran en el entorno social, con
objetivo de acortar la distancia entre el alumno y su realidad para
desencadenar el interés por la misma.

En ese sentido vale reconocer que la práctica docente debe estar pautada
en metodologías que presenten un número ilimitado de actividades
significativas de lectura capaces de impulsar los alumnos hacia un leer
continuo, en beneficio propio, pues para (Alves, 2002) “ quien lee tiene
miles de ojos: todos los de aquellos que escribieron. Quien no lee es ciego,
sólo ve con os ojos que le ven””

De ese modo para el alumno, sostener el comportamiento lector y tener


millares de ojos para ayudar a comprender el mundo a su alrededor, se
hace necesario para tener muy claro que se memoriza no exactamente
aquello que se ve, sino, lo que se cree haber visto, o sea, lo que realmente
tuvo significado en el momento de la lectura.

Si bien por razones epistemológicas no se puede afirmar de modo


concluyente que el ejercicio constante del DDS va a llenar todas las lagunas
de práctica pedagógica de la formación de lectores, de ese modo se espera
contribuir con los profesionales de la educación para que puedan trabajar
cuestiones fundamentales al respecto de las actividades lectoras y el

316
promover una enseñanza sostenible de la lectura, para superar los
traumas que la media presenta, pues, se cree que es con la biblioteca de la
escuela en funcionamiento como se pueden discutir abiertamente todas
las cuestiones que aun afectan al mejor camino para ofrecer perspectivas
de futuro para nuestros alumnos, jóvenes y adultos, teniendo como
principal desafío usar proyectos y otras modalidades organizativas como
instrumento de construcción del comportamiento lector.

Se debe entonces promover la colaboración de agentes de la comunidad


escolar y también externos, con otras experiencias exitosas para fortalecer
y enriquecer las propuestas lectoras aquí descritas, así como potencializar
el trabajo de colaboración con las familias.

Todo ese conjunto proporcionará oportunidades de aprendizaje ricas,


completas y convenientes con la realidad, en un clima de respeto, atención
y colaboración al encuentro de días mejores para el ejercicio de la lectura
en el 1º y 2º grado de Enseñanza Primaria.

Sin embargo, la escuela en el ejercicio de las prácticas lectoras tiene la


responsabilidad de presentar a las nuevas generaciones experiencias ricas,
extendidas a la sociedad por los sujetos insertos necesariamente en una
red lectora, en la cual profesores, bibliotecarios y alumnos sostendrán la
construcción de los comportamientos lectores en lo que atañe al futuro de
alumnos lectores. Basta poner en práctica el DDS, construyendo así nuevos
caminos para antiguos problemas.

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334
ÍNDICES AUXILIARES

Glosario de abreviaturas
C L: Comportamiento lector

C M E: Consejo Municipal de Educación

D D S: Despertar, Desarrollar, Sostener.

E A B: Entrevista com o Auxiliar de Biblioteca.

E J A: Educação de Jovens e Adultos

E P: Entrevista com Professor.

E P A: Entrevista com Padres de los alumnos

F N D E: Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación

I D E B: Índice de Desarrollo de la da Educación Básica

I N E B: Instituto Nacional de Ensino me Pesquisa

L D B E N: Lei de Diretrizes e Bases da Educação Nacional

M E C: Ministério da Educación y Cultura

P C N: Parâmetros Curriculares Nacionales

P N C: Professor do Núcleo Comum

P N B E: Programa Nacional de Biblioteca Escolar.

P N E: Plano Nacional de Educação

P N D L: Programa Nacional do Livro Didático

P.P.P: Projeto Político Pedagógico

P R O F A: Programa de Formación do Profesor Alfabetizador

P R O L E R: Programa Nacional de Incentivo à Lectura.

335
Q A: Cuestionário de lo Alumno

Q C P: Cuestionário de lo Coordenador Pedagógico

Q D: Cuestionário de lo Director

R C N E I: Referencial Curricular Nacional a Educación Infantil

S A E B: Sistema Nacional de Evaluación de Educación Básica

S E M E D: Secretaria Municipal de Educación..

U E B: Unidad de Educación Básica.

U E M A: Universidad Estadual de Maranhão

U F M A: Universidad Federal do Maranhão

Z D P: Zona do Desarrollo Proximal

336
Índice de Ilustraciones y figuras.
Ilustración 1. Esquema metodológico de la investigación ____________________________ 26
Ilustración 2. Características de los abordajes cuantitativo y cualitativo ________________ 28
Ilustración 3. Características comunes de la metodología cualitativa. __________________ 29
Ilustración 4. Fotografía de la UEB Menino Jesús de Praga. _________________________ 37
Ilustración 5.Total de alumnos da UEB Menino Jesús de Praga _______________________ 39
Figura 6.Alumnos del turno vespertino de la UEB Menino Jesús de Praga ______________ 41
Figura 7.Alumnos del turno nocturno de la UEB Menino Jesús de Praga _______________ 41
Ilustración 8. Factores favorables a la comprensión lectora _________________________ 67
Ilustración 9. Causas de la discapacidad lectora___________________________________ 68
Figura 10. Comportamiento del lector competente _______________________________ 123
Figura 11. Pilares de sustentación del comportamiento lector. ______________________ 127
Figura 12. Instrumentos metodológicos utilizados en la investigación. _______________ 208
Figura 13. Las categorías y las subcategorías de análisis. __________________________ 210
Ilustración 14. Texto del libro: “Português: Uma Proposta para o Letramento: Enseñanza
Fundamental. Magda Soares – São Paulo. Moderna 1999 – pág. 76 __________________ 221
Ilustración 15. Portada de O Canário, O Gato e o Cuco, de Telma Guimaraes. Ed. Scipione. 248
Ilustración 16. Portada de A formiguina e a neve, de Joao de Barro __________________ 253
Figura 17. Las actitudes incentivadoras de la práctica lectora ______________________ 265
Fotografía 18. Trabajo realizado en pareja _____________________________________ 281
nota

337
Índice de Tablas
Tabla 1.Alumnos del 1º e 2º ciclo de la UEB Menino Jesús de Praga ___________________ 43
Tabla 2. Perfil de los sujetos investigados: profesoras. ______________________________ 44
Tabla 3. Perfil de los padres entrevistados en la UEB Menino de Jesús de Praga _________ 45
Tabla 4. Perfil de los profesionales de la docencia _________________________________ 46
Tabla 5. Modelo de organización de los grupos de enseñanza fundamental en la red
Municipal de Enseñanza de São Luís –MA. _______________________________________ 47
Tabla 6. Estrategias de lectura _________________________________________________ 77
Tabla 7. Enfoque de los abordajes de la enseñanza ________________________________ 85
Tabla 8. Modelos que fundamentan el proceso de aprendizaje _______________________ 86
Tabla 9. Resultados del IDEB- Red Municipal de Eduación de Sao Luis- MA ____________ 93
Tabla 10. Resultados de la prueba Brasil - Red Municipal de Educación de São Luís-MA _ 94
Tabla 11. Concepción de lectura de las profesoras (E.P. (1-8)). ______________________ 212
Tabla 12. Ficha de observación del comportamiento lector. ________________________ 268
Tabla 13. Estrategias que utilizar antes, durante y después de la lectura que ayudan a los
alumnos a entender mejor la idea del texto. _____________________________________ 283

339
Índice de Gráficos
1. Alumnos matriculados en el turno matutino de la UEB Menino ____________________ 40
2. Profesoras de la UEB Menino Jesús de Praga ____________________________________ 42

341
ANEXOS

343
ANEXO 1. Cuestionario del alumno

IDENTIFICACIÓN

1. Escuela:
__________________________________________________________
_

2. Nombre:
__________________________________________________________
_

3. Sexo: ( ) ( ) Femenino
Masculino

4. Edad: ( ) 06 a ( ) 09 a 12 años
08 años

5. Grado: ( ) 1° ( ) 2° Grado
Grado

6 ( ) ( ) Repetidor
. Nuevo

7 ( ) Sé ( ) No sé leer
. leer

TEORÍA Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA

8. ¿Qué es leer?

9. ¿Cuáles son sus preferencias de lectura?


( ) Periódicos
( ) Libros didácticos de la escuela
( ) Libros de historia
( ) Revistas de tiras cómicas
( ) Revistas diversas
( ) Sin respuestas

345
10. ¿Cuáles son los motivos por los que usted lee?
( ) Siente necesidad
( ) Su profesor se lo recomienda
( ) Sus padres se lo recomiendan
( ) Sin respuesta

11. ¿El ambiente de la sala de clases es favorable para los momentos


de lectura?
( ) Si ( ) No ( ) A veces

12. ¿Cuándo usted está leyendo percibe algún ruido que interfiere en
su concentración?
( ) Si ( ) No ( ) A veces

13. ¿Usted realiza lecturas en casa o en la biblioteca, fuera de su


horario de clases?
( ) Todos los días ( ) A veces ( ) Nunca

DOMÍNIO COGNITIVO DE LA LECTURA

14. ¿Usted consigue entender lo que está leyendo?


( ) Si ( ) No ( ) Con mucha dificultad

15. ¿Usted lee todas las palabras sin dificultad o siempre solicita ayuda
de su profesor?

16. ¿Cómo usted ejercita la lectura en su cotidiano?

17. ¿El momento de lectura en la escuela es placentero para usted?


( ) Si ( ) No

BIBLIOTECA ESCOLAR Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA LECTURA

18. ¿Qué tipo de libro su profesor lee para usted cuando está
realizando la actividad en la biblioteca?
( ) Literatura infantil ( ) Libros didácticos ( ) Revistas

19. ¿La escuela promueve actividades interesantes de lectura en la

346
biblioteca para todas las clases?
( ) Si ( ) No ( ) A veces

20. ¿La biblioteca presta libros a usted llevar y leer en casa?


( ) Si ( ) No

21. ¿Usted devuelve el libro en la fecha exacta al auxiliar de la


biblioteca?
( ) Si ( ) No ( ) A veces

22. ¿El auxiliar de biblioteca es receptivo con usted?


( ) Si ( ) No ( ) A veces

23. ¿Usted encuentra libros de su interés en la biblioteca?


( ) Si ( ) No

24. ¿La biblioteca de la escuela tiene muchos libros interesantes?


( ) Si ( ) No

LA CONSTRUCCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LECTOR

25. ¿En su casa sus padres leen para usted?


( ) Todos los días
( ) Casi todos los días
( ) A veces
( ) Nunca

26. ¿Usted recibe libros como regalo de sus padres?


( ) Si ( ) No ( ) A veces

27. ¿Usted comenta la lectura realizada con sus padres, con sus
profesores y con los compañeros?
( ) Si ( ) No

28. ¿Usted realiza alguna actividad que expresa lo que el autor quiso
decir?
( ) Si ( ) No ( ) A veces

347
29. ¿Qué actividades son desarrolladas en la biblioteca y en sala de
clases de su escuela?
( ) Círculos de lectura ( ) Lectura silenciosa
( ) Otras actividades, ¿Cuáles?
_______________________________________

30. ¿Usted participa en los círculos de lectura? ¿A usted le gusta?


( ) Si ( ) No ( ) A veces

31. ¿Cómo la lectura es trabajad en su sala de clases?


( ) Todos los días en sala de clases
( ) Solamente en la biblioteca
( ) A través del libro didáctico
( ) A través de una variedad de libros

32. ¿Su profesor en la sala de clases le ayuda a entender la lectura?

33. ¿A usted le gusta trabajar en dúo con el compañero? ¿Por qué?

34. ¿Usted realiza otras lecturas además de las sugeridas por su


profesor?

35. ¿Cómo debe ser el ambiente de la escuela y el de la biblioteca para


usted leer mejor?

348
ANEXO 2. Cuestionario del director

IDENTIFICACIÓN
1. Escuela:
_________________________________________________________
2. Nombre:
_________________________________________________________

3. Sexo: ( ) ( ) Femenino
Masculino

4. Graduación:
( ) Bachiller
( ) Licenciatura
( ) Especialización
( ) Maestría
( ) Doctorado

5. Régimen de ( ) 20 ( ) 40 horas
trabajo: horas

6. Tempo de ejercicio en la función:


( ) 01 a 04 años
( ) 05 a 10 años
( ) 11 a 20 años
( ) Más de 20 años

TEORÍA Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA

7. ¿Cuál es su concepción de lectura?

8. ¿Cuáles son las principales dificultades presentadas por los


profesores en relación a las actividades de lectura realizadas en la sala
de clases?

9. ¿El profesor ofrece oportunidad al alumno que no consiguió


demostrar un desempeño exitoso en las evaluaciones realizadas?

349
10. ¿Cómo ocurre esa práctica?

DOMINIO COGNITIVO DE LA LECTURA

11. ¿Los alumnos aprobados demuestran el conocimiento lector?

12. ¿Los profesores atienden de forma diferenciada a los alumnos que


presentan dificultad con el proceso lector?

13. ¿La escuela ofrece espacio diferenciado para el atendimiento de los


alumnos que presentan mayores dificultades?

LA BIBLIOTECA ESCOLAR Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA LECTURA

14. ¿El profesor trabaja efectivamente la lectura literaria con sus


alumnos?

15. ¿El acervo de la biblioteca posee muchos libros de literatura


infantil?

16. ¿La biblioteca es organizada?

17. ¿Existe alguna acción que incentiva a los alumnos a visitar la


biblioteca de la escuela?

LA CONSTRUCCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LECTOR

18. ¿Qué es comportamiento lector?

19. ¿Cómo el alumno demuestra su comportamiento lector?

20. ¿Usted puede ser considerado como modelo de lector para los
profesores y alumnos de la escuela?

21. ¿Qué el profesor necesita hacer para garantizar la sostenibilidad


del comportamiento lector de los alumnos?

350
ANEXO 3. Cuestionario del coordinador pedagógico.

IDENTIFICACIÓN
1. Escuela:
__________________________________________________________
_
2. Nombre:
__________________________________________________________
_

3. Sexo: ( ) ( ) Femenino
Masculino

4. Graduación:
( ) Bachiller
( ) Licenciatura
( ) Especialización
( ) Maestría
( ) Doctorado

5. Régimen de ( ) 20 horas ( ) 40 horas


trabajo:

6. Grados que atiende:


_________________________________________________

7. ¿Tiempo de ejercicio en la función?


( ) 01 a 04 años
( ) 05 a 10 años
( ) 11 a 20 años
( ) Más de 20 años

TEORÍA Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA

8. ¿Cuál es su concepción de lectura?

9. ¿Cuál es la concepción teórica que guía la práctica pedagógica de los

351
profesores?

10. ¿El profesor desarrolla actividades significativas de lectura en su


cotidiano escolar?

11. ¿El ambiente de la sala de clases es favorable al desarrollo de las


prácticas de lectura?

12. ¿Qué el profesor debe exigir de su alumno para que él se vuelva


lector?

13. ¿Cuáles son las principales dificultades presentadas por el profesor


en el ejercicio de la práctica lectora?

14. ¿Cómo los profesores evalúan la comprensión lectora de sus


alumnos? ¿Esta evaluación es hecha semanal? ¿Es bimestral?

15. ¿Cómo el profesor organiza el registro del desempeño lector de los


alumnos?

16. ¿Usted da seguimiento al registro del profesor en lo referente al


proceso del desempeño de los alumnos?

17. ¿El profesor ofrece otra oportunidad al alumno que no consiguió


demostrar un desempeño exitoso en las evaluaciones realizadas?

18. ¿Cómo ocurre esa práctica?

19. ¿Usted da seguimiento al registro del profesor en lo referente al


proceso de evaluación del desempeño lector de los alumnos?

DOMINIO COGNITIVO DE LA LECTURA

20. ¿Los alumnos aprobados demuestran el conocimiento lector?

21. ¿Los profesores programan actividades diferenciadas par aten der


a los alumnos que presentan dificultades con el proceso lector?

22. ¿Las lecturas ofrecidas a los alumnos son de acuerdo con su nivel
de dominio del código escrito?

BIBLIIOTECA ESCOLAR Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA LECTURA

23. El profesor trabaja efectivamente la lectura literaria con sus

352
alumnos?

24. ¿El acervo de la biblioteca es organizado y rico en literatura


infantil?

25. ¿El alumno demuestra habilidad en el uso de la biblioteca de la


escuela localizando libros de manera independiente?

26. ¿La biblioteca de la escuela posee un proyecto de incentivo a la


lectura?

27. ¿El acervo de la biblioteca atiende satisfactoriamente la necesidad


de los alumnos en el perfeccionamiento de la lectura y el incentivo a la
investigación?

28. ¿Existe algún proyecto en la biblioteca para involucrar a los


alumnos en el proceso lector?

LA CONSTRUCCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LECTOR

29. ¿Qué es el comportamiento lector?

30. ¿Cómo el alumno puede demostrar el comportamiento lector?

31. ¿La intervención pedagógica del profesor es una acción constante


en la rutina del docente?

32. ¿Usted da seguimiento a la planificación de los profesores y


observa si ellos escogen con antecedencia las lecturas que van a
trabajar con sus alumnos?

33. ¿Hacen ellos uso de las estrategias de lectura?

34. ¿Usted puede ser considerado modelo de lector para los


profesores y alumnos de esta escuela?

35. ¿Los profesores pueden ser considerados modelos de lectores para


sus alumnos?

36. ¿Después de las lecturas realizadas se puede percibir si el alumno


es detentor de la información que el texto transmitió?

37. ¿Las actividades realizadas después de la lectura ayudan al

353
entendimiento del mensaje que el autor del texto quiso transmitir?

38. ¿Qué actividades usted sugiere para el para profesor ejercitar y así
favorecer la sostenibilidad del comportamiento lector?

354
ANEXO 4. Guión de entrevista con el auxiliar de biblioteca

IDENTIFICACIÓN
1. Escuela:
__________________________________________________________
_
2. Nombre:
__________________________________________________________
_

3. Sexo: ( ) ( ) Femenino
Masculino

4. Graduación:
( ) Bachiller
( ) Licenciatura
( ) Especialización
( ) Maestría
( ) Doctorado

5. Régimen ( ) 20 horas ( ) 40 horas


de trabajo:

6. Durante cuánto tiempo ejerce el cargo de bibliotecario:


( ) 01 a 04 años
( ) 05 a 10 años
( ) 11 a 20 años
( ) Más de 20 años

TEORÍA Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA

7. ¿Cuál es su concepción de lectura?

8. ¿Qué debe exigir el profesor de sus alumnos para que ellos se


vuelvan lectores?

DOMINIO COGNITIVO DE LA LECTURA

355
9. ¿Los alumnos cuando visitan la biblioteca demuestran conocimiento
del código escrito?

10. ¿Los alumnos saben leer con facilidad?

BIBLIOTECA Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA LECTURA

11. ¿Cuáles son las normas de funcionamiento de la biblioteca de esta


escuela?

12. ¿Cuál es la propuesta educativa de la biblioteca para contribuir con


el trabajo de los profesores de los grados iniciales?

13. ¿Cuáles son las lecturas más solicitadas por los alumnos?

14. ¿La biblioteca organiza eventos para incentivar y valorizar la


lectura?

15. ¿La biblioteca ofrece préstamos de libros a los alumnos?

16. ¿Cuáles son las normas utilizadas para el control de este


movimiento?

17. ¿El acervo existente es suficiente para atender todos los alumnos
en el momento de la actividad realizada?

18. ¿Cómo usted organiza el espacio de la biblioteca para atender la


necesidad de los alumnos?

19. ¿Usted orienta las investigaciones de los alumnos?

20. ¿Usted colabora con la selección de la lectura de los alumnos que


frecuentan la biblioteca?

21. ¿Cuál es el público que más frecuenta la biblioteca de esta escuela?

22. ¿Los alumnos demuestran habilidad en el uso de la biblioteca


localizando libros de manera independiente?

CONSTRUCCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LECTOR

23. ¿Qué es el comportamiento lector?

24. ¿Usted puede ser considerado como modelo de lector por los

356
profesores y alumnos de esta escuela?

25. ¿Las actividades realizadas después de la lectura de los alumnos en


la biblioteca ayudan al entendimiento del mensaje que el autor quiso
transmitir?

357
ANEXO 5. Guión de entrevista con los padres de los alumnos.

IDENTIFICACIÓN
1. Escuela:
__________________________________________________________
_
2. Nombre:
__________________________________________________________
_

3. Sexo: ( ) Masculino ( ) Femenino

4. Graduación:
( ) Primaria incompleta
( ) Primaria completa
( ) Media
( ) Universitaria

5. Grado del hijo en la ( ) 1° Grado ( ) 2º Grado


escuela:

6. ¿Usted ( ) próximo de la ( ) distante de la


habita?: escuela escuela

7. ¿Usted ( ) ( ) Solamente ( ) no
trabaja? Todo el un turno trabaja
dia

TEORÍA Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA

8. ¿Qué es leer?

9. ¿En su opinión cuál es la importancia de la lectura en la escuela?

10. ¿Su hijo trae siempre de la escuela investigación que lo incentiva a


leer?

11. ¿Qué el profesor necesita exigir a su hijo para que el sea lector?

359
12. ¿Cuáles son las dificultades que su hijo presenta en relación a las
investigaciones que necesitan de lectura?

DOMINIO COGNITIVO DE LA LECTURA

13. ¿Su hijo sabe leer?

14. ¿Él hace las tareas de casa con entendimiento?

15. ¿Él consigue hacer todos los ejercicios sin pedir ayuda?

BIBLIOTECA ESCOLAR Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA LECTURA

16. ¿Cuál es la importancia de la biblioteca en la escuela?

17. ¿La biblioteca de la escuela presta libros a su hijo?

18. ¿Su hijo frecuenta la biblioteca de la escuela y participa en las


actividades que este espacio ofrece?

19. ¿Su hijo hace comentarios sobre las actividades de lectura


realizadas en la biblioteca?

LA CONSTRUCCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LECTOR

20. ¿Usted se considera modelo de lector para su hijo?

21. ¿En casa usted ayuda a su hijo a entender el texto haciendo


preguntas y orientando las respuestas?

22. ¿Si usted no puede ayudar a su hijo que hace para suplir esa
carencia?

23. ¿Usted ofrece opciones de otras lecturas a su hijo?

24. ¿Compra revista de tiras cómicas o libros ilustrados para azuzar la


curiosidad lectora de su hijo?

25. ¿Cuándo su hijo realiza alguna lectura él consigue comentar con


entendimiento lo que leyó?

360
ANEXO 6. Guión de entrevista con los profesores del 1º y 2º grado de
enseñanza fundamental.

IDENTIFICACIÓN
1. Escuela:
_________________________________________________________
2. Nombre:
_________________________________________________________

3. Sexo: ( ) ( ) Femenino
Masculino

4. Graduación:
( ) Bachiller
( ) Licenciatura
( ) Especialización
( ) Maestría
( ) Doctorado

5. Régimen de ( ) 20 horas ( ) 40 horas


trabajo:

6. ¿Durante cuánto tiempo ejerce el cargo de profesor?


( ) Menos de 04 años
( ) 04 a 10 años
( ) 11 a 20 años
( ) Más de 20 anos

TEORÍA Y PRÁCTICA PEDAGÓGICA

7. ¿Cuál es su concepción de lectura?

8. ¿Cuáles son los abordajes teóricos que orientan su práctica docente?

9. ¿Cómo son las prácticas de lectura? ¿Son realizadas en sala de


clases?

10. ¿Las actividades significativas garantizan la comprensión lectora de

361
los alumnos?

11. ¿Las lecturas que usted realiza con sus alumnos son desafiantes?

12. ¿Usted realiza actividades de lectura con los alumnos en la


biblioteca?

13. ¿El alumno lleva tarea de lectura para casa?

14. ¿El ambiente de sala de clases es favorable para desarrollar las


actividades de lectura con sus alumnos?

15. ¿La sala de clases es aireada?

16. ¿La iluminación es buena?

17. ¿Qué usted exige de su alumno para que él ser lector?

18. ¿Las consignas son claras y todos los alumnos las entienden?

19. ¿Cuáles son los materiales didácticos indispensables para el


ejercicio de las prácticas de lectura?

20. ¿Cuáles son las actividades que más revelan situaciones de


aprendizaje?

21. ¿La familia puede ser considerada compañera en la trayectoria del


ejercicio de las prácticas de lectura?

22. ¿Cuáles son las principales dificultades en el ejercicio de las


prácticas de lectoras?

23. ¿Cómo usted organiza su rutina de trabajo para el ejercicio de las


prácticas de lectura?

24. ¿Qué situaciones usted considera favorables para el ejercicio de las


prácticas de lectura en la escuela?

25. ¿Cuáles son las situaciones desfavorables?

26. ¿Cómo usted evalúa el desempeño lector de los alumnos?

27. ¿Cuál es su procedimiento ante el bajo rendimiento del alumno?

28. ¿Cómo usted organiza el registro del desempeño lector de los

362
alumnos? ¿Es diario? ¿Es semanal? ¿Es diariamente? ¿Es semanal?

29. ¿Los resultados obtenidos sirven de orientación para la


planificación de nuevas actividades?

DOMINIO COGNITIVO DE LA LECTURA

30. ¿Los alumnos aprobados para la I etapa del II ciclo poseen el


dominio de la decodificación?

31. ¿Los alumnos consiguen leer con fluencia?

32. ¿Usted facilita ocasiones para que el alumno exprese sus lecturas o
presentarlas en forma de dramatización, teatro, etc.?

33. ¿Su ayuda es permanente para los alumnos menos favorecidos en


el dominio cognitivo de la lectura?

BIBLIOTECA ESCOLAR Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA LECTURA

34. ¿Cómo usted trabaja la lectura literaria con sus alumnos?

35. ¿Usted solicita préstamos de libros en la biblioteca de la escuela?

36. ¿Los alumnos que hacen prestamos libros en la biblioteca realizan


la devolución con puntualidad?

37. ¿El acervo de la biblioteca es organizado y posee libros suficientes


para atender los alumnos de los grados iniciales?

38. ¿La biblioteca ofrece muchas opciones de lectura para los


alumnos?

39. ¿Los alumnos se sienten motivados para frecuentar la biblioteca de


la escuela?

40. ¿Usted frecuenta la biblioteca de la escuela para incentivar los


alumnos a hacer lo mismo?

41. ¿El alumno demuestra habilidades en el uso de la biblioteca,


localizando los libros de manera independiente?

363
CONSTRUCCIÓN DEL COMPORTAMIENTO LECTOR

42. ¿Qué es comportamiento lector?

43. ¿Cómo usted puede desarrollar el comportamiento lector de sus


alumnos?

44. ¿Cómo los alumnos de los grados iniciales pueden expresar el


comportamiento lector?

45. ¿El alumno recomienda la lectura hecha para los compañeros de su


grupo?

46. ¿Usted explica las palabras difíciles para el alumno reconocer el


vocabulario de la lectura hecha?

47. ¿Conocer bien el texto y preparar la lectura con antecedencia para


favorecer las intervenciones pedagógicas, contribuye para el desarrollo
del comportamiento lector de sus alumnos?

48. ¿Cómo usted aprovecha los conocimientos previos de sus


alumnos?

49. ¿En su opinión, cuáles deberían ser las estrategias utilizadas en el


ejercicio de las prácticas de lectura para que se refleje el
comportamiento lector de los alumnos?

50. ¿Cómo usted utiliza las estrategias de lectura?


( ) Antes de la lectura
( ) Durante la lectura
( ) Después de la lectura

51. ¿Cómo usted ejercita la intervención pedagógica para facilitar el


entendimiento del alumno en el proceso lector?

52. ¿Cuáles son las actividades que usted considera ser incentivadora
de lectura para los alumnos?

53. ¿Usted considera que esas actividades incentivadoras contribuyen


en la construcción del comportamiento lector?

364
54. ¿Estas actividades facilitan la comprensión lectora?

55. ¿Los recursos para realizar las actividades después de la lectura son
suficientes para atender todos los alumnos de los grados iniciales?

56. ¿El trabajo en grupo favorece el desempeño lector de los alumnos?

57. ¿Cómo usted organiza los grupos de trabajo?

58. ¿El alfabeto móvil está siempre presente en la realización de estos


trabajos?

59. ¿Cuáles son las ventajas de trabajar en grupo?

60. ¿Usted trabaja con círculos de lectura?

61. ¿Usted ofrece los recursos que los alumnos necesitan para la
realización de los círculos de lectura?

62. ¿El alumno discute las ideas del autor con facilidad durante las
actividades?

63. ¿Qué usted precisa hacer para despertar, desarrollar y sostener el


comportamiento lector de los alumnos?

64. ¿Usted utiliza recursos pedagógicos y estos contribuyen con el


desarrollo del comportamiento lector de los alumnos?

365
Anexo 7. Actividades de
Evaluación

366
367
368

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