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OCTUBRE 2018
i
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
BARCELONA – ESTADO ANZOÁTEGUI
OCTUBRE 2018
ii
MANIFESTACIONES DE ESTRÉS HACIA LA SITUACIÓN
SOCIOECONÓMICA EN LA FAMILIA Y SU INFLUENCIA EN EL
COMPORTAMIENTO DE LOS HIJOS EN EDAD ESCOLAR EN LAS
CALLES NEVERÍ Y CANTAURA DE LA URBANIZACIÓN POZUELOS DE
PUERTO LA CRUZ, ESTADO ANZOÁTEGUI, AÑO 2017
iii
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
BARCELONA – ESTADO ANZOÁTEGUI
Tutora:
MSc. Raquel Peña
C. I. 8.237.798
iv
DEDICATORIA
A mis hermanos, cuñadas, sobrinos, para que este trabajo les sirva como
ejemplo de logro y superación.
v
AGRADECIMIENTOS
vi
ÍNDICE GENERAL
pp
DECLARACIÓN DE SUFICIENCIA DEL TUTOR iv
DEDICATORIA v
AGRADECIMIENTOS vi
LISTA DE CUADROS x
LISTA DE GRÁFICOS xiii
RESUMEN xv
INTRODUCCIÓN 1
CAPÍTULOS
I. EL PROBLEMA
Planteamiento del problema 3
Objetivos 12
Objetivo general 12
Objetivos específicos 13
Justificación 13
vii
pp
Comportamiento de los hijos en la escuela 57
Teorías que sustentan la investigación 62
Teoría racional emotiva conductual 62
Teoría cognitiva-conductual 65
Enfoque socio-comportamental de Bandura 68
Enfoques doctrinarios de Bianco 70
Bases legales 74
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones 155
Recomendaciones 158
viii
pp
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 161
ANEXOS
A. Cuestionario aplicado 171
B. Datos de la prueba piloto 178
C. Validación por juicio de expertos 180
ix
LISTA DE CUADROS
Cuadro Descripción pp
1 Distribución por tipo de familia de la población en estudio 82
2 Operacionalización de las variables 84
3 Interpretación de coeficientes de confiabilidad 91
4 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: género del jefe de familia 95
5 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: edad del jefe de familia 97
6 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: tipo de familia 99
7 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: pensamientos sobre su
familia 101
8 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: creencias acerca de su
familia 103
9 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: capacidad de concentración 105
10 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: información sobre la
situación económica 107
11 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: rabia 109
12 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: tristeza 111
13 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: miedo 113
x
Cuadro Descripción pp
14 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: respuesta fisiológica 115
15 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: resolución de conflictos 117
16 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: toma de decisiones 119
17 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: bienestar 121
18 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: relación con la pareja 123
19 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: relación con los hijos 125
20 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: ingresos económicos 127
21 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: condición de trabajo 129
22 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: economía familiar 131
23 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: tipo de vivienda 133
24 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: número de hijos 135
25 Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas
por la población en relación a: comportamiento de los hijos 137
26 Coeficientes de Pearson para el análisis correlacional del
comportamiento de los hijos 139
27 Criterio de medición de la relación existente entre variables
para el coeficiente de Pearson 142
xi
Cuadro Descripción pp
28 Tabla de contingencia para la relación pensamientos sobre
la familia versus reunión familiar 143
29 Tabla de contingencia para la relación pensamientos sobre
la familia versus horario de estudio de los hijos 145
30 Tabla de contingencia para la relación miedo versus reunión
familiar 147
31 Tabla de contingencia para la relación miedo versus horario
de estudio de los hijos 149
32 Tabla de contingencia para la relación respuestas
fisiológicas de los padres versus reunión familiar 151
33 Tabla de contingencia para la relación respuestas
fisiológicas de los padres versus horario de estudio de los
hijos 153
xii
LISTA DE GRÁFICOS
Gráfico Descripción pp
1 Pirámide de necesidades de Maslow 45
2 Esquema del planteamiento de la TREC 63
3 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: género del jefe de familia 95
4 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: edad del jefe de familia 97
5 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: tipo de familia 99
6 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: pensamientos sobre su familia 101
7 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: creencias acerca de su familia 103
8 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: capacidad de concentración 105
9 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: información sobre la situación
económica 107
10 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: rabia 109
11 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: tristeza 111
12 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: miedo 113
13 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: respuesta fisiológica 115
xiii
Gráfico Descripción pp
14 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: resolución de conflictos 117
15 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: toma de decisiones 119
16 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: bienestar 121
17 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: relación con la pareja 123
18 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: relación con los hijos 125
19 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: ingresos económicos 127
20 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: condición de trabajo 129
21 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: economía familiar 131
22 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: tipo de vivienda 133
23 Distribución porcentual de las respuestas dadas por la
población en relación a: número de hijos 135
xiv
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
BARCELONA – ESTADO ANZOÁTEGUI
MAESTRIA EN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA
xv
INTRODUCCIÓN
1
Por tal motivo, la investigación realizada se estructuró en cinco capítulos,
los cuales están conformados de la siguiente forma: en el capítulo I se
desarrolla el planteamiento del problema, las preguntas de la investigación,
el objetivo general, los objetivos específicos y la justificación del trabajo
elegido. Seguidamente, en el capítulo II, se presentan los antecedentes de la
investigación, así como las bases teóricas y las bases legales que dan
respaldo y fundamento a la actual investigación. A continuación, se presenta
el capítulo III, donde se explica el marco metodológico, en el cual se destaca
el diseño, tipo y nivel de la investigación, población y muestra objeto de
estudio, las técnicas e instrumentos de recolección de la información, sistema
de variables, validez y confiabilidad, técnicas de presentación, análisis e
interpretación de los resultados.
En ese orden de ideas, en el capítulo IV, se analizan e interpretan los
resultados obtenidos en los cuestionarios aplicados a los jefes de familia
encuestados y, por último, en el capítulo V se presentan las conclusiones y
recomendaciones pertinentes al tema desarrollado. Todo ello seguido de las
referencias bibliográficas y anexos de la investigación relacionados con el
cuestionario aplicado, el cálculo de la confiabilidad alfa de Cronbach y la
validación por juicio de expertos del instrumento aplicado.
2
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
3
Por tanto, es necesario que cada individuo sepa responder o reaccionar
ante estas situaciones adversas del exterior para minimizar el efecto que
pueda ejercer sobre él mismo o su núcleo familiar. En otras palabras, resulta
importante que el individuo sepa reconocer esa condición amenazante y
tenga herramientas o estrategias para afrontarla apropiadamente y mantener
un equilibrio saludable a nivel psicológico, biológico y social.
También es cierto, que el primer ambiente de socialización al que se
enfrenta una persona está en la familia la cual tiene la responsabilidad de
inculcar desde la niñez las bases culturales para una vida adulta operativa
tanto en el ámbito fisiológico como sociocultural. Así, para Quintana y Sotil
(2000), “desde el punto de vista de las relaciones humanas, la familia es el
centro y núcleo de la sociedad, cuyo papel primordial en el proceso de
socialización es el establecimiento de normas, reglas y sobre todo valores
éticos y morales” (p.1), de modo que una de las funciones primordiales de la
familia es la de servir como agente de socialización, de proveer condiciones y
experiencias vitales que faciliten el óptimo desarrollo biopsicosocial de los
hijos.
Igualmente, es oportuno recordar que para Bianco (1991) la familia es “la
célula fundamental del tejido social” (p.17), esto implica que es en la familia
en donde se recogen los principios y valores morales y éticos que
individualmente debe poseer una persona para convivir felizmente consigo
mismo y su entorno social. Cabe decir, el proceso educativo comienza desde
la infancia siendo los padres tanto responsables como actores principales en
conjunto con la escuela para que esta meta se cumpla a cabalidad.
Por otro lado, para Jimenez y otros (2012) la familia se explica como el
“sistema relacional primario en el que se da el proceso de individuación,
crecimiento y cambio del individuo” (p. 100) y además añaden que “entonces
cabe considerar el sufrimiento del individuo como expresión de la
disfuncionalidad de todo el sistema, ya sea en sus relaciones internas o con
el ambiente exterior” (p. 100). De modo que estos autores, expresan que
4
como la familia es un sistema integrado de relaciones entre sus integrantes
se puede entender que cuando uno de sus miembros tiene un problema
importante el entorno familiar se ve afectado irremediablemente.
Ciertamente, la familia, al igual que cada uno de sus integrantes, se ve
influenciada por factores externos propios de la dinámica social de la
comunidad donde se desenvuelve, de manera que cada uno de sus
miembros debe estar consciente de ello y aprender a desenvolverse dentro
de ese contexto. En ese sentido, cuando en la sociedad hay problemas
graves de tipo económico, político, religioso, entre otros, muy probablemente
se observan consecuencias importantes en las relaciones familiares que a su
vez terminan exteriorizando manifestaciones no operativas en el ámbito
cognitivo, emocional o conductual en algunos de sus integrantes a causa del
estrés.
Así, para la Real Academia Española (2001) la palabra estrés proviene del
término inglés stress y se refiere a una “tensión provocada por situaciones
agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos
a veces graves” (p.1), a su vez, Naranjo (2009) señala que el estrés implica
“cualquier factor externo o interno que induce a un aumento en el esfuerzo
por parte de la persona para mantener un estado de equilibrio dentro de sí
misma y en relación con su ambiente” (p. 172). En otras palabras, el estrés
puede ser definido como una condición amenazante real o supuesta al
bienestar fisiológico o psicológico de una persona que conlleva una reacción
fisiológica y/o conductual ya sea para adaptarse o minimizar las
consecuencias de tal situación.
Para la autora, el estrés es una respuesta natural del organismo para
adaptarse al entorno o para defenderse de situaciones que se perciben como
amenazantes, además de una sensación de incapacidad que se produce
cuando las exigencias del entorno rebasan las posibilidades de respuesta de
la persona. Es evidente que el estrés es algo común y que está presente en
el día a día de cada individuo, así por ejemplo las exigencias cotidianas del
5
entorno, los conflictos con la pareja y con los hijos, una elevada
competitividad laboral, o los problemas económicos, entre otros motivos,
influyen e incrementan el estrés tanto en la persona que lo vivencia como en
el entorno familiar, ya que termina por contagiarse.
En ese orden de ideas, las respuestas más generalizadas de la persona al
estrés son la incapacidad para concentrarse, pensamientos negativos y
creencias inadecuadas, pérdida de confianza en sí mismo, preocupaciones,
temores irracionales o pánico sobrecogedor, y con frecuencia, el estrés viene
acompañado de emociones como enojo o tristeza, de una intensidad variable
dependiendo de la situación. También, para Naranjo (2009) es frecuente
observar que se presentan respuestas de conducta como por ejemplo
“dificultad para tomar decisiones y resolver conflictos, distracción, insomnio,
impulsividad y agresividad” (p.176), que en el entorno familiar causan
problemas en la relación con la pareja y los hijos.
En el entorno familiar, el estrés, probablemente influye en la educación y
crianza de los hijos e hijas, favorece pautas educativas inadecuadas en las
que no se mantiene la jerarquía de la organización familiar propuesto por
Bianco (1991), así como deja a un lado el binomio de autoridad/afecto que
deben hacer valer los padres como jefes de la familia de modo que se
pueden manifestar gritos y enfados frecuentes, episodios de rebeldía,
acompañados de pocas expresiones de cariño. A su vez, tales
comportamientos no operativos de los niños se pueden manifestar no sólo en
el hogar sino también en la escuela lo que generará una serie de problemas
académicos como el bajo rendimiento escolar, poco respeto a la autoridad
del maestro en el aula de clases, conflictos con los compañeros del aula,
entre otros.
Igualmente, el estrés en la familia puede acarrear como consecuencia que
los padres no realicen como debe ser las reuniones familiares lo que a su
vez conlleva una merma de la comunicación efectiva entre los miembros de
la familia caracterizado por menos diálogo, poca paciencia y tolerancia; así
6
como una disminución del tiempo compartido en familia. En ese sentido, por
lo general los padres tienen poca capacidad para tomar decisiones asertivas
en cuanto a la administración de premios y castigos de manera que ceden
frecuentemente a las demandas de los hijos e hijas con el fin de mantenerlos
tranquilos y callados; las normas, los límites y las consecuencias se ponen
sobre la marcha, siendo en la mayoría de los casos desproporcionadas y
desajustadas.
En la actualidad, las sociedades de diversos lugares del mundo están
viviendo situaciones problemáticas que tienen un efecto negativo sobre las
conductas del individuo y por ende sobre la familia, así por ejemplo Levy y
Sidel (2009) señalan que “la crisis económica mundial actual, la peor desde
la Gran Depresión, amenaza seriamente la salud de la población de los
Estados Unidos y de todo el mundo” (p. 92). Lo dicho anteriormente en la cita
deja ver que la mala situación económica de un país tiene efectos sobre la
salud mental de las personas, lo que se traduce en un problema importante
que se debe atender a tiempo.
Más adelante, los mismos autores comentan que existen informes
reconocidos que refieren el cómo la economía deprimida generan
enfermedades en las personas, así estas presentan aumentos de la presión
sanguínea, de peso, se realizan más análisis diagnósticos y experimentan
mayor estrés. De hecho, a modo de referencia histórica, ellos señalan que:
7
que no les permite cubrir las necesidades básicas, por tanto, son más
vulnerables a experimentar cogniciones, emociones y conductas negativas
asociadas al estrés.
De acuerdo con Arteaga (2005) las estadísticas a escala mundial
muestran que “las situaciones de estrés individual o colectivo ocasionan a
países y empresas grandes pérdidas, surgiendo una serie de problemáticas
tales como deserción laboral, accidentes, enfermedades, uso indebido de
drogas, deserción escolar, problemas familiares, entre otros”. (p. 12). Es por
tanto necesario prestarle la debida atención a esta problemática que conduce
a desarrollar problemas de diversa naturaleza tanto a la persona como a su
entorno familiar.
De igual manera, la familia venezolana no escapa de esa realidad, en el
caso específico de las calles Neverí y Cantaura de la Urbanización Pozuelos,
se ha observado que, en el ámbito cognitivo, los padres manifiestan tener
pensamientos y creencias cargados de negatividad al referirse al tema
socioeconómico, de hecho, en cuanto al tema de los alimentos, los padres se
muestran en sobremanera concentrados en conseguir los productos básicos,
ya que estos son difíciles de conseguir a precios accesibles. En lo referente a
las emociones, ellos manifiestan tener rabia, tristeza y miedo cuando hablan
sobre la economía del país y la manera en que ella puede afectar a su
familia.
En cuanto a lo conductual, los padres discuten fácilmente tanto con la
pareja y como con los hijos por cualquier asunto, se gritan mutuamente y son
pocos tolerables entre sí en el seno familiar. Igualmente, suelen estar muy
pendientes de las compras, a tal punto de que cuando salen a la calle y ven
a las personas pasar con una bolsa la inspeccionan visualmente, están
pendientes de qué llevan y dónde lo compraron, incluso muchas veces los
padres dejan lo que están haciendo para ir a comprar inmediatamente.
Adicionalmente, es bastante frecuente que cuando los padres van a
comprar algún producto se consiguen con una larga cola de personas
8
esperando por obtener dichos productos, lo que les podría generar estrés en
la familia, porque tienen que emplear un tiempo adicional en ello que no
tenían planificado dentro de sus actividades del día. Aunado a esto, en
ocasiones ocurre que los padres no cuentan con quién dejar a los hijos en
casa por lo tanto los niños se exponen a toda esa carga emocional negativa
lo cual podría afectar su desarrollo psíquico y emocional, manifestando
conductas no operativas tanto en el ámbito familiar como el educativo.
Toda esta problemática se presenta a causa de que en estos momentos el
país está inmerso en una situación socioeconómica muy difícil y sin
precedentes caracterizada por una economía hiperinflacionaria aunado a
altos índices de escasez de productos alimentarios, medicinales y otros
básicos de consumo cotidiano. Tal circunstancia a su vez conlleva a que los
padres tengan un mayor consumo de tiempo en dichas actividades rutinarias
y los obligan a restarle atención y preocupación a los asuntos personales y
familiares, referidas a la pareja y los hijos, que son más importantes para una
sana dinámica familiar.
En ese orden de ideas, la actual situación económica del país dificulta a
los jefes de familia cumplir con la responsabilidad de suplir los requerimientos
básicos de la familia como alimentación, medicinas, calzado y vestido,
educación, recreación, entre otros. A causa de esto, es probable que por los
bajos ingresos tanto el padre como la madre tengan la obligación de salir a
trabajar a fin de mejorar sus ingresos económicos y con ello satisfacer las
necesidades materiales de sus hijos, por lo que no les quede el tiempo
suficiente para atender adecuadamente a los niños. En concordancia con
Quintana y Sotil (2000), en la actualidad ambos padres “tienen que trabajar a
fin de satisfacer las necesidades materiales de sus hijos, descuidando un
aspecto tan importante como es el factor emocional, el cual es la base de la
formación de la personalidad de los niños y adolescentes” (p. 30).
En ese sentido, la situación socioeconómica actual del país puede
acarrear en la esfera familiar varios conflictos en la dinámica cotidiana como
9
por ejemplo de tipo comunicacional entre sus integrantes ya sea en el seno
de la pareja, que pueden llegar a ocasionar la ruptura de la misma, o entre
los padres con sus hijos, que puede repercutir en su desarrollo afectivo y
social. Igualmente, los desajustes en el presupuesto familiar debido a que los
altos costos de los productos y servicios básicos merman en gran manera los
ingresos del grupo familiar y limitan su adquisición.
Todo esto se refleja en la conducta de los niños, porque es factible que los
padres ya no compartan tanto tiempo con los hijos en actividades familiares
como lo hacían en otros momentos, lo que podría generar en los niños ocio y
aburrimiento. También, de acuerdo a la teoría racional emotiva conductual de
Albert Ellis, es posible que los padres al no poseer los mismos recursos
económicos que antes para enfrentar las demandas cotidianas de la familia
(acontecimientos activadores) alguno de sus miembros podría llegar a tener
creencias y pensamientos inadecuados sobre tales acontecimientos y por
tanto comenzar a manifestar consecuencias emocionales y conductuales
negativas.
Por otra parte, como tanto el padre y la madre deben ir a trabajar ocurre
que no le dedican el tiempo suficiente a la debida atención de los hijos, por
ejemplo descuidan el deber de realizar la reunión familiar de modo que
pierden el momento oportuno para comunicarse efectivamente con ellos y
revisar las normas de funcionamiento de la familia. Igualmente, es posible
que después de un agotador día de trabajo lleguen cansados a casa y se
olviden de manifestarles afecto y cariño a los niños, mediante besos y
abrazos, de modo que descuidan un aspecto muy importante como es el
factor emocional, el cual es la base de la formación de la personalidad de los
niños.
Así mismo, esto puede repercutir en que al estar ambos ausentes en el
hogar no tengan tiempo de ejercer adecuadamente la autoridad debida para
corregir a tiempo problemas conductuales de los niños que manifiesten sea
en el hogar o en la escuela. Tal situación si no se resuelve oportunamente
10
puede conllevar a que los niños pierdan el debido respeto hacia los padres o
maestros y comiencen a presentar comportamientos rebeldes o desafiantes,
entre otros.
En ese orden de ideas, resulta valioso comentar que se ha documentado
la relación entre conflicto parental y sus consecuencias sobre la conducta
infantil, así los conflictos de esta clase aparecen siempre con variaciones en
intensidad, frecuencia y contenido, y su resolución siempre supone dosis
diferentes de estrés para los hijos. La intensidad de los conflictos entre los
padres puede variar entre una discusión más o menos calmada a la agresión
física abierta, particularmente en este último caso, Emery (1982) ha
demostrado que “la exposición de los niños a conflictos interparentales que
suponen franca hostilidad y agresión física conducen a serios desajustes
conductuales” (p. 310).
Por otra parte, cuando los conflictos son muy frecuentes es más probable
la generación de comportamientos inadecuados en el niño y suelen
evidenciarse en él un mayor número de conductas no operativas.
Igualmente, a medida que se incrementa la exposición del niño a las distintas
variedades de conflicto interparental también aumentan sus efectos
negativos, que pueden variar desde bajas en su competencia social y
cognitiva hasta descensos notables en sus niveles de rendimiento y ajuste
escolar, pasando por un aumento de comportamiento agresivo. Platas (1997)
comenta que los niños testigos de tales conflictos suelen tener “respuestas
conductuales como llantos, miedo, angustia facial…, respuestas emocionales
caracterizadas por tristeza, enfado…y respuestas cognitivas como
culpabilidad, temor y vergüenza” (p.513).
Por estas razones, resulta importante prestar atención a esta problemática
que están viviendo las familias venezolanas, en especial porque en muchas
de ellas hay niños en edad escolar y si los padres no manejan bien la
situación muy probablemente van a trasladar a los hijos toda esa carga
emocional que marcaría negativamente su proceso de crianza y que podría a
11
largo plazo manifestar algún problema de conductas no operativas ya sea en
el hogar o en la escuela. Por ello, es necesario que las familias aprendan a
afrontar el estrés hacia la situación socioeconómica que se vive en la
actualidad con miras a mantener una salud mental adecuada que generen en
los niños comportamientos aceptables.
De allí, que la presente investigación tenga como propósito explicar la
influencia del estrés hacia la situación socioeconómica en la familia en el
comportamiento de los hijos en edad escolar en las calles Neverí y Cantaura
de la Urbanización Pozuelos de Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, año
2017. Por lo tanto el presente trabajo de investigación permite responder las
siguientes interrogantes:
-¿Cuáles son las manifestaciones de estrés hacia la situación
socioeconómica en la familia en las calles Neverí y Cantaura de la
Urbanización Pozuelos?
-¿Qué tipo de comportamiento manifestarán los hijos en edad escolar en las
calles Neverí y Cantaura de la Urbanización Pozuelos?
-¿Cómo es la influencia del estrés hacia la situación socioeconómica en la
familia en el comportamiento de los hijos en edad escolar en las calles Neverí
y Cantaura de la Urbanización Pozuelos?
Objetivos de la investigación
Objetivo general
12
Objetivos específicos
Justificación
13
Cruz, estado Anzoátegui, lo cual nunca antes se había hecho, además de
que pretende verificar si existe o no una correlación entre el estrés hacia la
situación socioeconómica en la familia y el comportamiento de los hijos, por
tanto los resultados derivados de este trabajo quedarán como un aporte
importante para futuras investigaciones en el área de la dinámica familiar en
el estado Anzoátegui.
El desarrollo de esta investigación resulta de vital importancia ya que, por
una parte, se ofrecerán conocimientos actualizados y adaptados a la realidad
venezolana acerca de la influencia que el estrés hacia la situación
socioeconómica en la familia tiene en el comportamiento de los hijos en edad
escolar lo cual los ayudaran a comprender mejor la condición en que se
encuentran para así buscar de aplicar estrategias que les ayuden a manejar
el estrés y eviten trasladárselos a sus hijos. Por otra parte, la realización de
esta investigación se justifica ya que busca estudiar una problemática de
salud pública que influye directamente a la sociedad en general ya que al
mejorar la calidad de vida de cada familia se ofrecen aportes positivos para
la mejor convivencia a nivel social.
En este orden de ideas, resulta vital para la familia y la sociedad en
general fortalecer la investigación en el campo de la orientación de la
conducta ya que de ellas se generan nuevos planes, teorías o propuestas
dirigidas a verificar la influencia del estrés hacia la situación socioeconómica
en la familia en el comportamiento de sus hijos en edad escolar. Por tanto, es
necesario que los profesionales de esta área estén permanentemente
actualizando o profundizando sus conocimientos sobre este tema, en
particular las manifestaciones de estrés hacia la situación socioeconómica en
la familia, pues de esta manera contribuye de forma significativa a mejorar su
calidad de vida tanto en el plano personal como social.
Por otra parte, a nivel teórico luego de una adecuada revisión bibliográfica
se presentarán las teorías existentes como las de Daneri o Sierra, Ortega y
Zubeidat que explican la naturaleza del estrés así como sus causas y
14
consecuencias, así como las teorías de psicología cognitiva-conductual
propuestas por Bianco, Moles, Skinner, Ellis y Beck acerca de la explicación
de la conducta operativa y funcional, las cuales se contrastaran con la
realidad venezolana al día de hoy de manera que se tendrá la oportunidad de
validarlas o mejorarlas según sea necesario. Con ello se logrará aportar
conocimientos sobre el tema más actualizados, a la vez que abrirá las
puertas para crear nuevas líneas de investigación en las teorías cognitivo –
conductual para el manejo operativo del estrés en la familia.
Igualmente, en el aspecto metodológico esta investigación se desarrollará
bajo un diseño no experimental de tipo de campo y un nivel explicativo-
correlacional enmarcado en el área educación para padres, específicamente
está orientado en la línea de manejo operativo de la familia, sublínea familias
monogámicas y materno/paterno filial. A su vez, como técnica e instrumento
de recolección de datos se empleará una encuesta, tipo cuestionario con la
cual se podrá tomar toda la información necesaria para desarrollar el estudio
planteado de una forma clara y coherente de modo tal que sea una
referencia clave para la planificación de futuros aportes investigativos en el
campo de la psicología conductual.
Por último, la investigación será importante a nivel práctico, ya que
ofrecerá a las personas una forma clara de comprender la influencia del
estrés hacia la situación socioeconómica actual en la familia en el
comportamiento de los hijos en edad escolar y así identificar las medidas de
solución necesarias a practicar. De igual manera, este trabajo beneficiará a
las familias de las calles Neverí y Cantaura de la Urbanización Pozuelos
debido a que contribuirá sustancialmente en la educación que necesitan los
padres y madres para orientar el comportamiento de los hijos en edad
escolar con el fin de que sea operativo y funcional lo que redundará en
general en una mejor sociedad y de igual manera en un mejor país.
15
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
16
Antecedentes de la investigación
17
dinámica familiar, luego mediante una exploración en varias bases de datos
en línea como ebscohost, redalyc, entre otros, así como en importantes
bibliotecas de la ciudad de Medellín como por ejemplo el Centro de
Documentación de la Universidad de Antioquia, se lograron seleccionar 15
artículos de acuerdo a los criterios de inclusión establecidos anteriormente.
Al finalizar el trabajo se pudo concluir que, por una parte, la familia es
concebida como un grupo de personas unidas por una historia social e
individual atravesada por lazos afectivos y comunicativos, no necesariamente
unidas por vínculos consanguíneos y, por otra parte, debido al contexto
social actual la mujer ha tenido que incorporarse al mercado laboral por lo
que la dinámica interna de la familia ha sufrido transformaciones importantes
evidentes en los roles, la autoridad, la comunicación, el afecto, los límites y
las normas. Todo lo cual demanda una adaptación entre sus miembros para
que puedan tener relaciones armoniosas, pues de lo contrario alguno de los
integrantes manifestará estrés, lo que a su vez generará distanciamiento y
comportamientos no operativos en su cotidianidad.
El trabajo anterior es relevante para el presente estudio por cuanto trata
sobre cómo se conceptualiza la familia y la forma en que ella debe
manejarse internamente para que sus integrantes desarrollen relaciones
funcionales en lo referido a la comunicación, el afecto, el orden jerárquico así
como los deberes y derechos de cada miembro. De igual forma el
mencionado trabajo habla acerca de cómo el entorno social ha tenido efectos
sobre las interacciones familiares y las ha llevado a hacer cambios en su
dinámica interna para lograr adaptarse a la situación de la actualidad, todo lo
cual está íntimamente relacionado con la presenta investigación.
A su vez, Shelleby y otros (2014) en el trabajo titulado “Income and
Children’s Behavioral Functioning: A Sequential Mediation Analysis” llevado a
cabo en el Centro de Complementos Nutricionales para mujeres, bebés y
niños ubicado en Virginia, Estados Unidos, persigue como objetivo general
fortalecer el entendimiento de los modos a través de los cuales los ingresos
18
dan forma a los problemas conductuales y emocionales de los niños durante
la etapa de educación primaria. En ese sentido, este estudio está
fundamentado en el modelo de estrés familiar, el cual fue presentado por
Elder quien documento la influencia de pérdidas económicas sobre las
relaciones familiares durante los años treinta y que ahora según Conger,
Evans y McLoyd ha sido extendido a familias que confrontan desventajas y
pérdidas económicas persistentes.
La muestra para este estudio fue tomada del proyecto Early Steps
Multisite (ESM), el cual era un proyecto en curso diseñado a examinar la
efectividad de una plan de intervención basado en la familia para niños en
riesgo de tener problemas conductuales teniendo como base los niños, la
familia y factores sociodemográficos. Los participantes en este estudio
incluyeron a una población de 731 familias de bajos ingresos. Para medir los
problemas de conducta y emocionales en la niñez temprana se empleo la
Lista de Chequeo de Comportamiento Infantil (LCCI) que fue administrado a
las madres en el hogar, mientras que para medir los problemas de
comportamiento en el ambiente escolar se empleo el Formato de Informe del
Maestro (FIM) que le fue administrado a los maestros de primaria de los
niños participantes en el estudio.
Los resultados provenientes de un modelo de mediación secuencial reveló
que existen efectos indirectos significativos entre los ingresos familiares
sobre los problemas de conducta y emocionales de los niños, los cuales son
promovidos por agentes estresores como una crianza dura de los padres, los
conflictos intraparentales y caos generalizado en el círculo doméstico. Como
conclusión importante señalan que los niños de hogares de bajos ingresos
tienden a presentar mayores niveles de problemas de conducta y
emocionales, sin embargo, aclaran que los caminos que vinculan la
desventaja económica con el funcionamiento comportamental de los niños no
son bien entendidos del todo.
19
La anterior investigación resulta muy útil para este trabajo ya que los
resultados obtenidos mostraron que hay una fuerte relación entre los
ingresos económicos de la familia y el comportamiento no operativo de los
niños, incluyendo tanto sus acciones como sus emociones. En ese sentido,
en las familias en desventaja económica hay más probabilidad de que los
niños presenten problemas conductuales y emocionales debido
principalmente por distorsiones de los roles de los padres, estrés psicológico
y estresores varios como problemas de comunicación entre los padres así
como entre los padres y los hijos que no permitan canalizar operativamente
las inquietudes y por tanto afecten la sana dinámica familiar.
Igualmente, en el ámbito nacional, Sanchez y Teyes (2012) realizaron en
Maracaibo, estado Zulia, la investigación titulada “Estructura familiar y
rendimiento académico en los niños que cursan el subsistema de educación
primaria”, la cual tuvo como fin general analizar la relación entre la estructura
familiar y el rendimiento académico en niños del subsistema de educación
primaria de la U.E.N. CNEL. (EJ). Godofredo Moreno, del Municipio Jáuregui,
estado Táchira. Desde el punto de vista teórico, este trabajo se apoya en el
enfoque estructural-funcionalista propuesto por Alvarez, el cual plantea que
la familia necesita cumplir con las funciones primordiales para que cada
miembro pueda satisfacer sus necesidades. Del mismo modo, emplea la
perspectiva sistémica para la definición de la familia planteado por Herrera,
donde la familia es sistema compuesto por subsistemas que serían sus
miembros y a la vez integrada a un sistema que es la sociedad.
En el ámbito metodológico, el estudio se enmarcó en una investigación
descriptiva, apoyada en el diseño de campo vinculada en el enfoque
cuantitativo, de ese modo contó para la recolección de la información con
tres cuestionarios estructurados, uno dirigido a 13 docentes, otro para 17
estudiantes y uno para los 14 padres y representantes del sexto grado, todos
ellos seleccionados de manera intencional por la autora del estudio, con el fin
de confrontar sus ópticas con respecto a la dinámica de la organización
20
familiar y sus alcances en el rendimiento académico. La validez de estos
instrumentos se estableció a través el juicio de expertos y su confiabilidad se
determinó por el coeficiente de alpha de Cronbach. Los datos se tabularon
presentándolos en cuadros con sus respectivos análisis estadísticos con
atención a las dimensiones e indicadores que apoyan las variables definidas.
Se concluyó que existe una clara incidencia de la funcionalidad del grupo
familiar en el rendimiento académico de los estudiantes a partir de factores
que determinan su avance en el sistema educativo como la poca
colaboración de los padres hacia la labor que cumple el docente en el
ambiente de aprendizaje y escasa comunicación efectiva entre padres e
hijos, así como de manifestaciones de afecto, entre otros, por tanto es de
esperar que una mala dinámica familiar influirá negativamente en el
comportamiento operativo de los niños hacia las actividades escolares. En
ese sentido, existe la disposición de los docentes en gestar acciones que
mejoren las relaciones familiares y el desempeño de roles de los padres y, en
especial, contribuir a que tanto el padre como la madre se inserten de forma
más participativa en la dinámica del hecho escolar.
El citado estudio es de gran utilidad para el presente trabajo debido a que
muestra que existe una clara relación entre el ambiente familiar y el
desempeño académico de los niños cursantes de los grados de educación
primaria. Por tal motivo, es muy importante que los padres procuren
interacciones familiares funcionales caracterizadas por tener mucha
colaboración entre sus miembros, correcto ejercicio de la autoridad, buena
comunicación entre padres e hijos, muestras de afecto, entre otras, ya que
todo ello contribuye positivamente en la formación del comportamiento de los
hijos.
Ramirez y otros (2012) en el trabajo titulado “Factores generadores de
estrés y trabajo docente en Venezuela. Valoraciones diferenciales y
repercusiones educativas” desarrollado en la Universidad Central de
Venezuela ubicado en Caracas, Venezuela, persiguió como propósito
21
identificar los factores que producen mayores niveles de estrés en los
docentes venezolanos. El enfoque teórico empleado para conceptualizar el
estrés laboral es multidimensional propuesto por Gonzalez, Zuloaga y Peiró
donde consideran la influencia de factores estresores propios del ambiente
del trabajo docente así como de su entorno social, los cuales, de una u otra
manera, afectan al trabajador incidiendo en el desempeño de la labor diaria
así como su círculo familiar.
En el aspecto metodológico, se llevó a cabo como una investigación de
campo de nivel descriptivo basado en la técnica de la encuesta. La población
en estudio estuvo conformada por maestros de aula de la primera y segunda
etapa de la Educación Básica, que laboran en escuelas oficiales ubicadas en
12 de las principales ciudades del país. El muestro fue no probabilístico de
carácter accidental, en la medida en que la participación como informante fue
voluntaria, con una muestra total de 1788 maestros. El instrumento de
recolección de información consistió en una escala de percepción de estrés
laboral, llamada “Inventario de Percepción de Estrés Laboral en Docentes”
(IPEL-D), el cual resultó tener validez de contenido certificado por un juicio
de expertos y un alto índice de confiabilidad alfa de Cronbach.
Como conclusión se obtuvo que para los docentes fue más resaltante,
entre otros factores, la insatisfacción por los bajos salarios y los beneficios
contractuales propios de ley, lo cual crea condiciones para generar en los
profesionales de la docencia rasgos de desmotivación y desinterés por la
calidad del trabajo que realizan, lo que podría explicar la percepción como
generadores de estrés. Al no tener el control sobre estas situaciones el
maestro se percibe acorralado y sin salidas prácticas, lo que se convierte en
una fuente de comportamiento no operativo en el ámbito laboral, a la vez que
se vuelve preocupante porque es muy probable que esa misma
desmotivación y carga de estrés la traslade al entorno familiar y pueda
generar en ese círculo social desajustes significativos que vuelvan la
dinámica familiar no funcional para alguno de los miembros de la familia.
22
El anterior trabajo es muy pertinente para la presente investigación por
cuanto muestra claramente que para un sector de la sociedad civil como son
los profesionales de la docencia la situación económica es un factor
generador de estrés, en este caso expresado por los bajos salarios y
beneficios contractuales señalados por la ley, que los lleva a tener
comportamientos no operativos. Tal situación es preocupante y amerita
atención ya que como seguramente muchos de ellos son jefes de familia es
probable que su núcleo familiar también se vea afectado y alguno de sus
miembros manifieste comportamientos no operativos.
En el ámbito regional, Urbina (2017) presentó el trabajo titulado “Manejo
del Binomio Autoridad-Afecto de los Padres y la Disciplina e Identidad
Personal de los Estudiantes Cursantes del 4to 5to y 6to Grado de la U. E. N.
B. “Br. Luis Navarro Rivas”, Porlamar – Estado Nueva Esparta. Año 2.016”, el
cual persigue como objetivo general la determinar la relación del manejo del
binomio autoridad afecto de padres y la disciplina e identidad personal de los
estudiantes de tercer a sexto grado de la Unidad Educativa N. B. Br. “Luis
Navarro Rivas”, Porlamar, Estado Nueva Esparta. El fundamento teórico está
basado en los principios doctrinarios de Bianco para un desenvolvimiento de
la familia operativo y funcional, en donde los padres o jefes de familia tienen
la gran responsabilidad, entre otras, de ejercer equilibradamente tanto la
autoridad como el afecto entre sus integrantes respetando la estructura
jerárquica de la familia.
El marco metodológico desarrollado tuvo un diseño no experimental,
tomando los datos de campo, a un nivel descriptivo y correlacional. Se
trabajó con una muestra intencional de 97 estudiantes de la institución ya
mencionada. Adicionalmente, se midió la confiabilidad con el coeficiente alfa
de Cronbach el cual arrojó un valor de 0,68 mediante la aplicación del
programa Excel de Office, de manera que el instrumento ofreció una
confiabilidad muy alta. Como técnica se usó la encuesta a través de un
instrumento cuestionario.
23
En el análisis de los resultados se emplearon cuadros y gráficos de
distribución porcentual de manera de presentar la información de la forma
más clara posible y facilitar el estudio descriptivo. Por su parte, para el
estudio correlacional se utilizaron la prueba Chi cuadrado y el coeficiente de
Pearson, con lo cual se obtuvo una correlación de positiva moderada a
positiva alta entre las variables autoridad-afecto, disciplina e identidad
personal. Entre las conclusiones destacan que se manifestó un inadecuado
manejo del binomio autoridad-afecto con impacto en la formación de
identidad y disciplina de los estudiantes; razón por la cual, se sugirió entre
otros aspectos, la necesidad que la institución educativa brinde una
orientación pertinente a los padres y madres a fin de solventar las
dificultades evidenciadas.
El estudio comentado es de gran relevancia para este trabajo gracias a
que destaca la importancia que tiene para los padres conocer y aplicar
adecuadamente los principios doctrinarios de Bianco, en particular el binomio
autoridad-afecto de modo que estos puedan inculcar el orden y la disciplina a
sus hijos al momento de realizar sus deberes a la vez que les expresan
cariño y afecto para lograr moldear en los niños las emociones e identidad
personal de forma saludable. Por otra parte, en esta investigación brindan
técnicas cognitivas orientadas a que los padres conozcan sobre la forma de
aplicar dichos principios efectivamente en el hogar con la intención de
minimizar o cambiar alguna conducta no operativa.
Por su parte, Molina (2015) realizó un trabajo titulado “Condición Socio
Económica y Demográfica en relación con la dinámica familiar monogámica y
materno filial, en la Urbanización Brisas del Golfo, Cumaná, Estado Sucre”
que tuvo como objetivo general determinar la condición socio económica y
demográfica en relación con la dinámica familiar de parejas heterosexuales
con hijos y de madre solteras. El basamento teórico de este estudio está
centrado en los lineamientos para la familia de Bianco dirigidas a fortalecer
24
en ellas una dinámica familiar adecuada que ofrezca a cada uno de sus
miembros una vida saludable en los ámbitos biológico y social.
Para llevar a cabo este estudio desarrolló una investigación de campo con
un diseño no experimental y de tipo descriptivo y correlacional. En una
población de 151 familias utilizó la fórmula de Sierra para calcular una
muestra conformada por 77 familias de las cuales 57 fueron monogámicas y
20 materno – filial. La técnica empleada para recoger los datos fue la
encuesta y el instrumento fue el cuestionario, el cual fue validado por tres
expertos en el área de investigación en tanto que la confiabilidad de dicho
instrumento fue de 0,82 en las familias monogámicas y 0,81 en las familias
materno-filial. Para su obtención se aplicó una prueba piloto llevada a cabo
en una población con las mismas características de las familias estudiadas
empleándose las técnicas de la partición por mitades y corregida por la
fórmula de Spearman Brown.
El análisis de los resultados determinó que las familias monogámicas
tienen mejores condiciones socio-económicas que las familias materno-
filiales. En cuanto a la dinámica familiar, se evidenció que en ambos tipos de
familias no se manejan operativamente las relaciones familiares y el binomio
autoridad-afecto, aunque cabe destacar que en las familias monogámicas
hay una tendencia más cercana a lo operativo. Por su parte, las variables
estudiadas dieron como resultados un coeficiente de correlación positivo
moderado y muy alto de acuerdo a la aplicación de la prueba chi-cuadrado y
a la fórmula de correlación de Pearson.
La investigación comentada es de gran pertinencia para este trabajo ya
que estudia cómo afecta la condición socioeconómica de las familias tanto
monogámicas como materno-filiales a la dinámica familiar, en particular, a lo
relacionado con las relaciones internas entre sus miembros y el manejo
operativo del binomio autoridad-afecto. Todo lo cual muestra la importancia
que tiene la situación económica actual sobre las interacciones familiares en
la pareja y aquellas dadas entre los padres y los hijos, lo que a su vez puede
25
acarrear manifestaciones de estrés en los padres y comportamientos no
operativos de los niños.
Bases Teóricas
26
entre otras) pueden estar implicadas en el origen de las experiencias
estresantes, ya que las situaciones sociales son capaces de causar altos
niveles de estrés, repercutiendo negativamente en la salud, calidad de vida y
longevidad. Desde esta perspectiva, la experiencia del estrés es entendida
como una consecuencia inevitable de la organización social, y no tanto como
antecedentes anormales de un trastorno, según se ha mantenido en la
Psicología y la Medicina. Igualmente, según Chrousos y Gold (1992) se
puede definir al estrés como:
Los autores antes citados proponen una concepción del estrés en que
introducen el término de homeostasis lo cual hace referencia a un proceso de
regulación de los diversos parámetros de funcionamiento del cuerpo humano
como la acidez en el estómago o la temperatura corporal dentro de valores
aceptables de trabajo, de manera que el individuo pueda sentirse con buena
salud. De este modo, cuando alguno de dichos parámetros sale de su rango
óptimo conduce a que el organismo responda de alguna forma, sea esta
cognitiva, emocional o conductual, para tratar de llevarlo nuevamente a sus
valores de equilibrio, haciendo lo que se llama un balance homeostático.
(Chrousos, 2009)
El estrés es un proceso que se origina cuando las demandas ambientales
superan la capacidad adaptativa de un organismo, lo cual puede dar lugar a
cambios biológicos y psicológicos a modo de respuesta, que a su vez
pueden ser causantes de enfermedad. (Benito y otros, 2011). Por su parte,
Daneri (2012) recalca que el estrés ocurre cuando los cambios en el medio
externo o interno son interpretados por el individuo como una amenaza a su
homeostasis. De manera que, con frecuencia es la interpretación lo que
27
genera (o potencia) una reacción negativa de estrés, más que el evento o
situación misma a la que se enfrenta, lo cual deja ver que es muy pertinente
la teoría de Albert Ellis para explicar tales manifestaciones del estrés, tal
como se verá más adelante.
Por otra parte, Herrera (2008) ofrece una concepción del estrés
enmarcado en el núcleo familiar, así lo define como “la tensión o
desequilibrio ante las crisis familiares” (p.2), por lo tanto entendido de esta
forma el estrés abre las puertas para que el individuo o la familia desarrolle
recursos de adaptación que antes no suponían tener, lo cual le permite
crecer en fortaleza haciendo que se crezcan o desarrollen como
consecuencia de este. Por tanto, para esta investigación el estrés no es
bueno o malo en sí mismo, sino que depende de conocer bien, en qué
cantidad, en qué momentos de la vida y bajo qué circunstancias sociales se
presenta para determinar si resulta perjudicial o beneficioso para el individuo
y su núcleo familiar.
Así para la autora, el estrés es la respuesta instantánea y natural del
individuo y su familia ante las situaciones que resultan amenazadoras o
desafiantes, lo cual coincide con el punto de vista de los autores citados ya
que es innegable que la vida y el entorno, en constante cambio, le exigen a
la persona continuas y sucesivas adaptaciones tratando siempre de alcanzar
el balance homeostático. En general, existe una tendencia a creer que el
estrés es consecuencia de circunstancias externas a la persona cuando en
realidad se debe entender que es un proceso de interacción entre los
eventos del entorno y las respuestas cognitivas, emocionales y conductuales
del individuo.
A su vez, Murray y Lopez (1998) comentan la importancia del estrés para
la sociedad actual al señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
reporto que las enfermedades provocadas por el estrés habrán superado a
las enfermedades infecciosas y se estimaba que en el año 2010 en América
Latina y el Caribe se tendrían más de 88 millones de personas con
28
manifestaciones cognitivas, emocionales y conductuales desencadenadas
por el estrés. En relación a este punto, los factores generadores de estrés de
la vida, también llamados estresores, originan que las personas se ubiquen
en una situación incómoda debiendo buscar la forma de cómo responder
ante ella, siendo la niñez uno de los momentos de mayor vulnerabilidad.
(Chrousos, 2009)
De igual manera, Herrera (2008), en su concepción familiar del estrés,
plantea que el origen de éste radica en dos tipos de crisis que afronta la
familia en su cotidianidad, llamadas crisis normativas y accidentales, las
primeras ocurren durante el natural desarrollo de la familia al transitar por
diferentes etapas de su vida afrontando en cada una de ellas sus propios
retos y exigencias, mientras que las segundas son los provocados por los
acontecimientos que no guardan relación directa con las etapas del ciclo
vital. Tales crisis provocan cambios en el ritmo cotidiano de la vida familiar
que originan momentos de estrés, al tener la familia que enfrentarlos
reestructurando sus procederes habituales para el enfrentamiento adecuado
a la nueva situación.
De este modo, para los autores antes citados las causas que provocan el
estrés no son siempre derivadas de situaciones de peligro, dolorosas o
perjudiciales, existen también situaciones que se viven habitualmente,
incluso situaciones más bien rutinarias, que pueden producir estrés sin ser
necesariamente peligrosas, ejemplos de ello son los atascos que se sufren a
diario en el tránsito o la música alta. (Rivadeneira y otros, 2010). Así, la
investigadora explica que según las situaciones ambientales que se
presenten, que pueden ser amenazantes o simplemente molestas para la
persona, éste tendrá que hacer frente a ellas, y, dependiendo de los
mecanismos que ponga en marcha, se adaptará o no a dicha situación.
Del mismo modo, en esta investigación se postula que el organismo
responde o da manifestaciones al estrés, tanto fisiológica como
emocionalmente, con la finalidad de lograr la adaptación a la situación
29
ambiental, sean estas derivadas por causas normativas o accidentales, y
tratar de paliar los efectos del estrés, lo cual supone cambios en la persona.
De hecho, si el individuo tiene una capacidad de adaptación positiva logrará
la meta de superar la situación amenazante, en tanto si la capacidad de
adaptación es negativa lamentablemente no lo logrará y se manifestarán
consecuencias.
30
a) Cognitivas:
Las manifestaciones del estrés en el individuo tienen una dimensión
cognitiva pues dependen notablemente de los procesos de pensamiento que
este desarrolle ante la presencia del agente estresor. Diversos autores
explican que más allá de la amenaza en sí lo que importa es cómo la
persona interpreta, analiza o valora dicha situación en su mente y a fin de
cuentas decida si puede afrontarla y cómo puede hacerlo. (Benito y otros,
2011); Castrillón y otros, 2015)
Según Lazarus (sf) las creencias “son configuraciones cognitivas formadas
individualmente o compartidas culturalmente, son nociones preexistentes de
la realidad, que sirven de lente perceptual” (p. 48). Dicho de otro modo, la
evaluación o valoración de las creencias definen la realidad de cómo son las
cosas en el ambiente exterior, y modelan el entendimiento de su significado.
Por su parte, para Daneri (2012) las personas sufren estrés cuando creen
que carecen de las herramientas para afrontar una situación difícil, de esta
manera, es posible que por valorar la situación de forma negativa o pesimista
la persona sufra un impacto negativo más allá del que debería o de las que
verdaderamente tienen el agente estresor.
La autora coincide con los investigadores citados debido a que es
razonable entender que los pensamientos, creencias o sentimientos que la
persona se forme frente a la situación estresante tienen una gran influencia
sobre el impacto que ésta tendrá sobre su vida individual y familiar. Por tanto,
es importante que el individuo valore adecuadamente la situación que se le
presenta para que reaccione asertivamente al momento de afrontarla.
En este orden de ideas, la teoría de la Terapia Racional Emotivo –
Conductual (TREC) formulada por Albert Ellis en el año 1955 es adecuada
para entender estas manifestaciones, ya que básicamente la propuesta de la
TREC es que pensamientos, sentimientos y conductas actúan de forma
integrada en el individuo, y la perturbación emocional proviene no de los
hechos en sí sino de la evaluación que la persona hace de esos hechos,
31
según como lo perciba. Por lo tanto, si ocurre algo que no le gusta al
individuo y por lo tanto lo evalúa como malo (cognición), éste se sentirá mal,
ya sea enojado o triste (sentimiento), y hará algo al respecto como por
ejemplo llorar o evitar la situación (conducta). (Blanco, sf)
Igualmente, Navas (1981) comenta que entre los aspectos fundamentales
del enfoque se encuentran el supuesto de que el pensamiento y la emoción
no son dos procesos desconectados del todo, sino que más bien están
sobrepuestos de manera significativa y que a menudo la emotividad
desordenada puede mejorarse cambiando la forma en que la persona razona
sobre ello. Por otra parte, existen posturas que proponen lo contrario, es
decir, que son las emociones las que influyen en las cogniciones, de hecho
aseguran que incluso los cambios más ligeros de estado de ánimo pueden
llegar a modificar los pensamientos. (Goleman, sf)
Para la investigación en curso esta teoría resulta muy pertinente gracias a
que destaca la relación que existe entre los pensamientos o creencias, las
emociones y el comportamiento que muestra el individuo ante una situación
en particular. Aunque los autores citados divergen en sus posturas, ya que
Blanco y Navas dicen que los pensamientos influyen sobre las emociones en
contraposición a Goleman quien manifiesta lo contrario, todos coinciden en
que hay un estrecho vínculo entre las manifestaciones cognitivas,
emocionales y conductuales de una persona, por tanto es importante
considerarlos de una forma integral.
En relación a las manifestaciones cognitivas del estrés se pueden
mencionar algunas como incapacidad para tomar decisiones, bloqueo
mental, vulnerabilidad ante las críticas, confusión, se distrae fácilmente,
olvidos frecuentes (Benito y otros, 2011). Mientras que para Camargo (sf) los
síntomas intelectuales o cognitivos del estrés son: “falta de atención a los
detalles, falta de concentración, falta de conciencia de los estímulos
externos, olvido, preocupación, reducción de la creatividad, tendencia a
enfocar el pasado en vez del futuro” (p. 84). Para la investigadora, las
32
manifestaciones cognitivas a considerar para esta investigación son los
pensamientos, creencias, concentración e información que posea la persona
sobre el agente estresor.
b) Emocionales:
Hoy día los expertos en la materia han llegado al acuerdo de que los
factores psicológicos pueden desempeñar un papel esencial en la historia
natural de las enfermedades médicas, así factores como los estados
psicológicos o emocionales, las características personales y los modos de
afrontamiento, han mostrado tener un marcado impacto en este tópico
(Oblitas, 2004). De ese modo, debido a la agitada dinámica social de la
actualidad es común observar en las personas emociones negativas propias
del estrés como el miedo, la tristeza y la ira o rabia, de hecho para Piqueras y
otros (2009) “hoy en día hay datos suficientes para afirmar que las
emociones negativas tienen un efecto negativo sobre la salud” (p.99).
Así, cuando una persona está expuesta a periodos prolongados de estrés,
a causa de tener que hacer frente a unas altas demandas sociales,
desarrolla reacciones emocionales negativas y en esa situación es más
probable que manifieste enfermedades relacionadas con el sistema inmune o
adquiera determinados hábitos poco saludables que a la larga pueden
deteriorar la salud (Piqueras y otros, 2009; Goleman, sf). En ese orden de
ideas, se debe recalcar que las manifestaciones emocionales que el estrés
pueda generar en el individuo son muy importantes de considerar y merecen
especial atención en esta investigación porque diversos estudios han
vinculado el estrés ambiental al desencadenamiento y evolución de
trastornos emocionales. (Trucco, 2002)
Por su parte, Goleman (sf) enfatiza el peso que las emociones negativas
tienen para el bienestar de una persona pues son “un factor de riesgo para el
desarrollo de la enfermedad, similar al tabaquismo o al colesterol en lo que
concierne a las enfermedades cardíacas. En resumen, pues, las emociones
33
negativas constituyen una seria amenaza para la salud”. (p. 111) Igualmente,
el mencionado autor que comenta que “el enfado duplica las probabilidades
de que quienes sufren una enfermedad del corazón experimenten un paro
cardiaco, y que este incremento del riesgo perdura hasta unas dos horas
después de que el enfado haya desparecido” (p. 112)
Para este trabajo es innegable la marcada influencia que tienen las
emociones sobre la salud de las personas así como la gran influencia que
tiene el estrés en relación a las manifestaciones de tales emociones
negativas como el miedo, la rabia o la tristeza, entre otras. (Muñoz, 2007;
Goleman, sf). Por tanto, es vital que la persona adulta así como su núcleo
familiar aprenda a manejar y controlar sus emociones negativas de modo
que en algún momento cuando la ocasión lo amerite logre canalizarlas
asertivamente.
Al igual que en la dimensión cognitiva, en este punto es oportuno
mencionar la TREC de Ellis, ya que esta teoría postula que en la dimensión
emocional del estrés psicológico hay una marcada influencia de la
apreciación o interpretación que el sujeto hace de la situación amenazante y
de las acciones que realiza para afrontarla, por tanto las emociones están en
estrecha relación con los pensamientos y la conducta. De ese modo, se
produce estrés cuando existe una discrepancia importante entre las
capacidades que el individuo cree tener y la magnitud de las demandas o
exigencias de su medio ambiente, igualmente puede producirse estrés
cuando es significativa la brecha que existe entre las expectativas que la
persona tiene y lo que su realidad ofrece. (Trucco, 2002)
En ese orden de ideas, vale decir que los sentimientos no obran en
realidad de manera ajena a la voluntad de la persona, es importante subrayar
cómo influye sobre ellos la interpretación que se hace de los sucesos que se
viven diariamente. Así, el significado que se le atribuyen a los
acontecimientos y la elaboración cognitiva que se hace de cada suceso de la
vida tienen una marcada influencia en las emociones que se van a
34
experimentar y en la forma en que ellas impactarán en el día a día del
individuo. (Muñoz, 2007)
Por el contrario, Goleman (sf) propone que la emoción es un elemento
primordial para pensar eficazmente, tanto para tomar decisiones inteligentes
como para lograr simplemente pensar con claridad. De hecho, el intelecto no
logra trabajar correctamente sin la participación de la inteligencia emocional,
es necesario entonces la participación armónica entre ambos, sólo entonces
se podrá hablar con firmeza de inteligencia emocional y de capacidad
intelectual.
Para la autora, tal como señalan Trucco, Muñoz y Piqueras y otros, el
fundamento de este enfoque se basa en que gran parte de los problemas
emocionales manifiestos en la conducta se deben a la forma inadecuada en
que el sujeto entiende o visualiza su realidad, si estos pensamientos se
regulan o se encausan mejor las emociones serán más positivas, y por ende
su conducta, aunque no está en total desacuerdo con la postura de Goleman
quien afirma que son las emociones las que influyen sobre las cogniciones.
En ese sentido, es vital para la persona aprender a manejar sus emociones
correctamente mejorando la capacidad de motivarse a sí mismo, el
autocontrol de las propias emociones, y, por último, la capacidad de
empatizar y confiar en los demás.
Particularmente, en ámbito de la vida familiar es menester mencionar que
este entorno es el primer ambiente de socialización de los niños y por tanto
debe convertirse en la primera escuela de aprendizaje emocional. Allí los
padres tienen la gran oportunidad de enseñar a los hijos a reconocer sus
sentimientos y respetar los sentimientos de los demás por medio de la
empatía, así como las posibilidades de respuesta y la forma de interpretar y
expresar las esperanzas y temores. (Goleman, sf; Muñoz, sf)
Los padres emocionalmente competentes logran en los hijos un impacto
extraordinario, pues los niños se relacionan mejor con las demás personas,
experimentan menos tensiones en la relación con sus padres y también se
35
muestran más afectivos con ellos, además, canalizan mejor sus emociones,
saben calmarse más adecuadamente a sí mismos y sufren menos altibajos
emocionales que los demás. Igualmente, estos niños desarrollan mejores
habilidades sociales, ya que son más populares en la escuela, tienen menos
problemas de conducta como por ejemplo la rudeza o la agresividad, además
de alcanzar una mayor madurez cognitiva, porque estos niños son más
atentos y suelen tener un mejor rendimiento escolar. (Goleman, sf)
Ciertamente, los padres o jefes de familia necesitan conocer y gestionar
las emociones asertivamente pues es una base fundamental para poder
generar salud emocional en los hijos, ofreciéndoles un soporte emocional
estable y seguro donde podrán fundar las bases de su madurez en el futuro.
De este modo, los padres disminuirán la probabilidad de que los niños sufran
de numerosos padecimientos emocionales y conductuales en la etapa de la
adolescencia y la adultez como por ejemplo problemas de habituación a
alcohol y drogas, retrasos en el aprendizaje, trastornos de alimentación,
entre otros. (Muñoz, 2007)
De la misma manera, los modelos de familias tienen una gran influencia
en la instauración y en el modelamiento de competencias sociales y de las
conductas sanas de los niños en el periodo de edad escolar. En
consecuencia, Muñoz (sf) resalta el aporte de la familia con un manejo sano
de sus emociones ya que tienen “un gran valor en la transmisión de valores,
normas y afecto a los niños que sirvan de pilares para el desarrollo de
habilidades sociales y la resolución de conflictos” (p.34) (Cuervo, 2010).
Para este trabajo, en concordancia como señalan Goleman, Muñoz y
Cuervo, considera que la familia juega un rol muy importante en la formación
y transmisión de valores a los niños cónsonos con una educación emocional
dirigida a formar habilidades sociales y conductas sanas que los ayuden a
integrarse operativamente a su entorno familiar y educativo. De este modo,
es de esperar que las familias que basan la educación de los hijos en el
amor, afecto y apego sano, entre otros, tienen mayor probabilidad de formar
36
conductas prosociales en ellos, de igual forma es razonable que los estilos
educativos basados en discrepancias, rigidez o autoritarismo inhiban estas
conductas.
En relación a las manifestaciones emocionales del estrés los autores
hacen diversas propuestas así para Benito y otros (2011) estas pueden ser
pérdida de la energía física o psíquica, bajo estado de ánimo, apatía,
pesimismo, temor a padecer enfermedades, pérdida de la autoestima,
volubilidad emocional ya que pasan con facilidad de la alegría a la tristeza,
inestabilidad, inquietud, tensión. Por otro lado, para Camargo (sf) los
síntomas emocionales son cambios de estado anímico, depresión, falta de
satisfacción con las experiencias gratas, ira y hostilidad, irritabilidad, pánico,
tendencia a llorar así como tendencias suicidas.
Por su parte, Barraza (2006) habla de indicadores psicológicos y refiere
que son aquellos que tienen que ver con las funciones cognoscitivistas o
emocionales de la persona como sería el caso de la inquietud, problemas de
concentración, bloqueo mental, depresión, etc., mientras que para Abenza
(sf) en el orden emocional las respuestas más frecuentes ante una situación
de estrés pueden ser incredulidad, enfado, rabia, miedo, culpabilidad,
vulnerabilidad, sentimiento de desamparo, desesperanza, soledad, ansiedad,
depresión y tristeza. Para la autora, luego de revisar las posturas de cada
autor citado, propone como manifestaciones emocionales la rabia o ira, la
tristeza y el miedo por ser elementos en común entre ellos y son los que
empleará en el presente estudio.
c) Conductuales
En esta investigación para entender las manifestaciones conductuales
propias del estrés es oportuno considerar la teoría cognitivo-conductual, la
cual está enfocada en la vinculación del pensamiento y la conducta, este
modelo acepta la tesis conductista de que la conducta humana es aprendida,
pero este aprendizaje no consiste en un vínculo asociativo entre estímulos y
37
respuestas sino en la formación de relaciones de significado personales,
esquemas cognitivos o reglas. En concordancia y similitud con la TREC, en
este enfoque los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están
interrelacionados, de modo que un cambio en uno de ellos afecta a los otros
dos componentes. (Ruiz, 2011; Moles, 1991, Batlle, 2008, Restrepo y
Giraldo; sf).
También, Moles (1991) hace referencia a las conductas adecuadas de una
persona como hábitos operativos, los cuales “son el conjunto de conductas
que contribuyen al mantenimiento del equilibrio bio-psico-social del individuo,
por lo que entonces los no operativos son aquellas conductas que perturban
y desajustan ese equilibrio” (p.21). Igualmente, el mismo autor señala que
por lo general se considera que la mayoría de las conductas desadaptadas
(no operativas) son en parte adquiridas mediante el aprendizaje, pero está
demostrado que en algunas ocasiones diferentes alteraciones biológicas ya
sean infecciosas, traumáticas o sistémicas, influyen en la conducta
manifiesta del individuo.
En el presente estudio, lo señalado antes manifiesta que los seres
humanos no nacen predispuestos a tener conductas problemáticas sino que
la aprenden gracias a su interacción con el entorno, es por ello que son
inadecuadamente aprendidas. Allí recae la importancia de que exista un
buen funcionamiento de la familia, como primer entorno social del niño,
donde se vivencie paz, amor y tranquilidad, claro reflejo de un clima
permanente de asertividad donde se le enseñan los deberes y derechos a
cada uno de sus integrantes para que hagan uso racional y equilibrado de
ellos en todo momento.
Del mismo modo, para la autora la teoría cognitivo-conductual combina
elementos de la teoría del aprendizaje con aspectos del procesamiento de la
información en su intento de explicar cómo se instauran las conductas
durante la infancia y la adolescencia, integrando los factores internos y
externos del sujeto, a su vez, coincide con los autores citados en que los
38
aspectos cognitivos y emocionales están en estrecha relación con la
conducta de una persona. Por tanto, es innegable el gran alcance que se
tiene al relacionar los enfoques cognitivo y conductual para el presente
trabajo ya que se obtendrá una importante complementación en cuanto a la
comprensión del desarrollo y mantenimiento de los síntomas del estrés.
En relación a las manifestaciones conductuales del estrés para Benito y
otros (2011) estas pueden ser tartamudear o hablar de forma atropellada,
fumar y beber más de lo habitual, risa nerviosa, arrancarse el pelo
nerviosamente, morderse las uñas, abusar de los fármacos (tranquilizantes),
actividad física exagerada, desórdenes alimentarios. Mientras que para
Camargo (sf) los síntomas propios son aprehensión, consumo excesivo de
alcohol, desconfianza, disminución de la iniciativa, indecisión, inquietud,
negación, retraimiento, una actitud muy crítica de uno mismo o de los demás,
tendencia a comer a la carrera, tendencia a comerse las uñas, comportarse
siempre a la defensiva, fumar en exceso, tendencia a culpar a otros, entre
otros.
Por su parte, Barraza (2006) menciona el discutir con frecuencia,
aislamiento de los demás, absentismo de las clases, aumento o reducción
del consumo de alimentos, etc. En ese sentido, la autora difiere de los
investigadores citados y propone conductas que tienen que ver tanto con el
actuar individual como familiar de la persona, entre ellas están las respuestas
fisiológicas que manifiesta, herramientas para la resolución de conflictos y la
toma de decisiones, cómo percibe el bienestar en el hogar y la relación con
su pareja así como con los hijos(as).
39
Situación socioeconómica en la familia
Igualmente, Bianco (1992) expresó que “la familia es la célula del tejido
social” (p.1), mientras que Moles (1997) define a la familia como un conjunto
de personas, ya sean consanguíneas o no, que cohabitan bajo un mismo
espacio y mantienen una unión e interacción afectiva entre ellos regidas por
determinadas normas. Los diversos autores dejan ver claramente que todo el
proceso de formación en el niño comienza en su núcleo familiar ya que es allí
donde tiene la primera interacción social con otras personas bajo ciertas
pautas y es por ello tan importante conocer cómo ella debe estar
estructurada y cómo debe funcionar para que los hijos adquieran las
habilidades y herramientas básicas para una vida en sociedad funcional.
En concordancia con la idea anterior, Peña (2012) aporta un concepto de
familia muy interesante pues dice que ésta “es la unidad básica de una
sociedad, constituida por padres, hijos u otros miembros con vínculos
consanguíneos o no que cohabitan en el mismo espacio, compartiendo
intereses comunes y/o individuales en forma funcional o disfuncional” (p.5).
Para la investigadora resulta muy ilustrativa esta concepción de la familia
40
debido a que por una parte, deja ver cómo debe estar conformada la familia,
es decir, su estructura siendo este un tópico que se desarrollará más
adelante, y por otra, que su funcionamiento puede ser o no funcional, siendo
este un elemento importante a considerar porque de él depende que el niño
adquiera buenos hábitos o lineamientos de conducta.
Por otra parte, para que en la familia las relaciones familiares sean
funcionales debe haber un equilibrio entre los elementos afectivos y de
autoridad entre sus miembros. Tales elementos son establecidos en primera
instancia por los padres pero deben ser practicados por todos los integrantes
del núcleo familiar ya que de otro modo se manifestarían una serie de
problemas cognitivos, emocionales y conductuales en alguno de ellos, en
ese sentido para Moles (2011):
41
propio grupo, propiciando el crecimiento y desarrollo individual según las
exigencias de cada etapa de la vida. (Ortiz y otros, 1999). Igualmente, se
plantea que la salud del entorno familiar va a depender de la interacción
entre factores personales (psicológicos, biológicos, sociales), factores
propios del grupo familiar (funcionalidad, estructura, economía familiar, etapa
de ciclo vital, afrontamiento a las crisis) y factores sociológicos (modo de vida
de la comunidad, de la sociedad). (Louro, 2004)
En ese sentido, dada la conexión que existe entre el medio social y el
bienestar familiar, es pertinente señalar que diversas investigaciones han
demostrado que existe una relación inversa entre nivel socioeconómico y
prevalencia de trastornos psiquiátricos como depresión mayor, personalidad
antisocial, alcoholismo, dependencia de drogas y síntomas variados de
estrés. De modo que, el nivel socioeconómico de la familia tendrá una
influencia importante en la salud tanto individual como familiar en el ámbito
psicológico, ya que por ejemplo durante momentos de situaciones
económicas fuertes las investigaciones en la materia demostraron cómo
individuos previamente sanos podían enfermar gravemente de la mente.
(Trucco, 2002; Cuervo, 2010)
De igual forma, el nivel socioeconómico está asociado con los estilos
educativos familiares, así dentro de esta dimensión entendida como una
combinación de elementos como nivel educativo, profesión, nivel de
ingresos, calidad de vivienda, entre otros, el primero de ellos es el que más
influye al momento de diferenciar a unos padres de otros en los estilos de
crianza. De la misma manera, otras investigaciones señalan que en la
conducta de los padres hacia los hijos tiene una influencia relativa el número
de adultos, el número de niños, la educación de la madre, el ingreso familiar
y las percepciones de los padres de sus propias conductas en las prácticas
de crianza. (Ramirez, 2005)
Para la investigadora, la familia es un grupo social muy importante ya que
día a día al interactuar con el medio social donde está inmersa debe
42
adaptarse a los continuos cambios que el entorno sufre y que pueden
afectarla, en particular en el ámbito socioeconómico, todo ello con la finalidad
de mantener el bienestar integral de cada uno de sus miembros y del grupo
familiar en general. De hecho, es tan crucial este tópico que el nivel
socioeconómico del grupo familiar tiene una marcada influencia en la salud
mental de sus miembros así como en el estilo educativo de los padres hacia
los hijos, todo lo cual deja huella en el proceso de crianza y los hábitos
conductuales de los niños.
En este orden de ideas, Louro (2004) asevera que la familia, en la
búsqueda de su bienestar integral, “cumple roles esenciales y de gran
trascendencia en tanto desempeña las funciones inherentes a la satisfacción
de necesidades básicas y el cuidado de sus integrantes” (p. 3), lo que abarca
también la adquisición y administración de los recursos económicos para el
hogar y la planificación de las labores hogareñas. La tranquilidad global del
núcleo familiar se estructura en un entramado complejo de necesidades
socioeconómicas, culturales, ambientales, biológicas, genéticas, psicológicas
y de relaciones, que se definen en el ámbito del hogar.
Por tal motivo, para explicar las motivaciones de las personas en la
búsqueda de lograr su bienestar individual y familiar Maslow propuso la
teoría de las necesidades que, de acuerdo con Quintanar (2005), se basa en
la premisa de que el hombre es un ser que posee necesidades que desea
satisfacer y cuya conducta está dirigida a la consecución de tales objetivos.
Dicha teoría postula un conjunto de requerimientos a diferentes niveles
dispuestos en un orden jerárquico dentro de la cual cuando las necesidades
de un nivel son satisfechas rápidamente la atención pasa a ser ocupada por
las necesidades del próximo nivel que se encuentra en el lugar
inmediatamente más alto de dicha jerarquía, y son estas necesidades las
que buscan satisfacer.
En consecuencia, la teoría de Maslow plantea que las necesidades
inferiores son prioritarias, y por lo tanto, más potentes que las necesidades
43
superiores de la jerarquía, así por ejemplo una persona hambrienta no se
preocupa por impresionar a sus amigos con su valor y habilidades, sino más
bien con asegurarse lo suficiente para comer (Vasquez y Valbuena, sf). De
este modo, Maslow plantea que las necesidades del individuo van de lo
material a lo espiritual, desde las necesidades fisiológicas y biológicas
básicas hasta las necesidades superiores, culturales, intelectuales y
espirituales, así las necesidades jerarquizadas se visualizan en el gráfico 1 y
son las siguientes:
1) Fisiológicas: La primera prioridad en cuanto a la satisfacción de las
necesidades, ésta tiene que ver con las condiciones mínimas para la
sobrevivencia como por ejemplo el alimento, la bebida, el sueño, la
reproducción, el reposo, entre otras. Cuando estas necesidades no son
cubiertas por un tiempo largo, las otras necesidades pierden su importancia,
por lo que quizás dejen de existir.
2) Seguridad: Éstas están relacionadas con un estado de mantenimiento de
orden y seguridad que se conserva frente a las situaciones de peligro, dentro
de éstas se encuentran la conservación de la propiedad, el sentirse seguros,
de tener un orden, estabilidad y dependencia.
3) Pertenencia y amor: El hombre por naturaleza tiene la necesidad de
relacionarse con otras personas, es decir, de interacción social como por
ejemplo la necesidad de una relación íntima con una pareja, de ser aceptado
en un grupo organizado, de un ambiente familiar, de participar en una acción
de grupo de trabajo para el bien común con otros, entre otros.
4) Estima: En este nivel se hace necesario recibir reconocimiento de los
demás en término de respeto, estatus, entre otros, y son aquellas que se
encuentran asociadas a la constitución psicológica de las personas. Maslow
agrupa estas necesidades en dos clases, unas referidas al amor propio, al
respeto a sí mismo, la estimación propia y a la autoevaluación; y otras las
que se refieren a los otros, las necesidades de reputación, condición, éxito
social, fama y gloria.
44
Moralidad,
creatividad,
espontaneidad, Jerarquizadas
falta de prejuicios,
aceptación de hechos,
Actualización resolución de problemas
Autoreconocimiento, confianza,
Estima respeto, éxito
45
persona, que lo lleva a un malestar ya sea emocional o fisiológico. Así, esta
situación de falta de recursos puede ser promovida ya sea por factores
internos o externos a la persona y constituyen una amenaza a su bienestar
general que, si se prolonga en el tiempo o es muy intensa, puede generar el
estrés tanto a nivel individual como familiar.
De igual manera, para la autora el impacto de la situación socioeconómica
del país sobre la vida cotidiana del ciudadano se refleja en indicadores
socioeconómicos los cuales señala “son índices o medidas, de preferencia
estadísticas, que permiten representar la realidad socioeconómica del país
de manera cuantitativa y directa durante un cierto periodo de tiempo” (Molina,
2016). A su vez, éstos pueden ser los ingresos económicos mensuales de la
familia, la condición de trabajo del jefe de familia, la economía familiar, el tipo
de vivienda en donde ella reside y el número de hijos, entre otros.
46
saber cómo comportarse. Todos esos elementos confeccionan un estilo de
crianza o modelos educativos en el entorno familiar cuya característica
primordial es la bidireccionalidad, es decir, las actuaciones de los padres
tienen una influencia sobre los niños(as) y viceversa (Muñoz, sf; Ramirez,
2005).
Por tal motivo, los estilos de crianza familiar tienen una marca profunda en
la mejora y perfeccionamiento de habilidades sociales y de las conductas
prosociales durante la infancia (Muñoz, sf). Así, los padres al ser los modelos
de referencia más importantes en la vida del niño dejan una huella
imborrable en su desarrollo cognitivo, afectivo y conductual, de este modo la
falta de apoyo, las actitudes irresponsables en el rol parental y los
comportamientos agresivos, con una deficiente gestión emocional parental,
pueden generar graves consecuencias para la formación armónica de los
hijos incluyendo la posibilidad de generar conductas problemáticas (Restrepo
y Giraldo, sf)
En este sentido, la investigadora, en sintonía con los autores citados, pone
de manifiesto la gran importancia que tiene la familia y, en particular los
padres, en el proceso educativo de los hijos pues ellos determinan los
valores y normas que le serán transmitidos y que a la larga moldearán su
conducta manifiesta en los diferentes ambientes sociales donde se
desenvuelva ya sea el hogar o la escuela. Para que esta meta se logre
adecuadamente es fundamental que los padres establezcan normas y límites
de funcionamiento en las relaciones familiares que disminuyan la
probabilidad de aparición de conductas problemáticas tanto en la infancia
como en la adolescencia.
47
Estilos de crianza de la familia
48
exigencias de madurez, por ello los padres son afectuosos, refuerzan el
comportamiento, evitan el castigo ya que dirigen y controlan siendo
conscientes de los sentimientos y capacidades de los hijos.
Por su parte, en el estilo permisivo los padres son caracterizados por un
nivel bajo de control y exigencias de madurez, pero con un nivel alto de
comunicación y afecto, se palpa mucho afecto y el dejar hacer, a su vez
estos manifiestan una actitud positiva hacia el comportamiento del niño,
aceptan sus conductas y usan poco el castigo. Por último, en referencia al
estilo indiferente o negligente, se tiene que estos padres no son receptivos ni
exigentes y a quienes sus hijos parecen serles indiferentes, al niño se le da
tan poco como se le exige, pues los padres presentan unos niveles muy
bajos en las cuatro dimensiones mencionadas. (Ramirez, 2005; Capano y
Ubach, 2013)
Atendiendo a lo anterior, Grolnick & Ryan (1989) clasifican las prácticas de
crianza en tres dimensiones principales: a) técnicas de apoyo a la
autonomía, b) técnicas dictatoriales y c) técnicas de estructuración. En ese
orden de ideas, para Lozano (2015) la familia es una organización que se
rige por reglas y dependiendo del tipo de autoridad, se pueden ver familias
autoritarias, democráticas, permisivas e inestables, en tanto que para Peña
(2012) las familias se clasifican como funcional o disfuncional, y dentro de
esta última categoría están las invertidas, agotadas, histriónicas, ignorantes e
intelectualizadas.
Igualmente, tanto Block (1981) como Dekovic, Janssens & Guerris (1991),
agrupan las prácticas de crianza en torno a tres factores como son apoyo
(calidez y responsabilidad), afirmación de poder (control autoritario), y
exigencia e inducción (control democrático). Por el contrario, Oliva, Parra y
Arranz (2008) proponen dimensiones como afecto, control conductual,
fomento de autonomía, control psicológico, revelación y humor para clasificar
a los padres en función de su estilo parental o relacional, de ese modo
distinguen las pautas de crianza desde una perspectiva más
49
multidimensional centrados en el apoyo, el afecto, la comunicación y la
promoción de la autonomía, y no sólo de afecto y control.
En este estudio, es claro que son varias las formas de clasificar los estilos
parentales así como las pautas sobre las que descansan tales distinciones
sin embargo coincide con la propuesta por Baumrind (1991) y el aporte que
hizo MacCoby & Martin (1983) ya que son bastante claras y tienen mucha
aplicación en la actualidad. De igual modo, se puede ver que las
dimensiones que describen la clasificación tienen mucha relación con los
principios doctrinarios de Bianco para el funcionamiento operativo de la
familia, tal como se verá a continuación.
50
los roles y jerarquías para adecuarse a los requerimientos dinámicos del
entorno. (Louro, 2004)
En concordancia con la idea anterior, se puede definir la disciplina familiar
como el conjunto de actividades planificadas y destinadas a conseguir la paz,
el orden y una convivencia funcional en la familia. Tan importante tarea es
responsabilidad de los padres, cuya meta debe ser lograr que sus hijos
desarrollen sanamente las actividades sociales que le son propias a su edad
con un mínimo de comportamientos inadecuados en los diversos entornos
sociales donde se desenvuelva diariamente, particularmente la casa y la
escuela, para ello es propicio facilitar la comunicación e interacción,
potenciar el aprendizaje e interiorizar las normas sociales entre sus
integrantes (García y García, 2009).
Por otra parte, la dinámica de la familia comprende un conjunto de
actividades biológicas, psicológicas, y sociales que se dan a lo interno de su
círculo y que buscan su mantenimiento. Tales actividades incluyen la
afectividad, la comunicación, la autoridad, las normas, los roles, los límites y
el uso del tiempo libre, y vistas globalmente demarcan los principios de
funcionamiento de la familia que ayudarán en el cumplimiento de la función
socializadora. Igualmente, la dinámica familiar otorga a cada familia su
identidad, la cual está reflejada en su sistema de valores, sus formas de
organización y las pautas de crianza que constituye para el crecimiento y el
desarrollo individual de sus integrantes y de la familia como totalidad.
(Lozano, sf)
Para la autora, los padres tienen la responsabilidad de planificar y
organizar la convivencia sana y el bienestar familiar pero para ello necesita
normas de funcionamiento claras y sencillas de seguir con la finalidad de
limar las asperezas a tiempo y adaptarse a las nuevas realidades del día a
día. No obstante de los autores citados Gallego, Louro, y Lozano coinciden
que tales pautas deben estar centradas principalmente en la comunicación,
el afecto y la autoridad, mientras que García y García sólo concuerda en la
51
primera característica pero le agrega el fomentar y promover las relaciones
entre sus miembros para interiorizar normas sociales, adicionalmente los
autores mencionan necesarios elementos como roles bien delimitados,
armonía, unión y respeto.
52
primer caso, entre ellos debe haber un acuerdo permanente. Para el ejercicio
de la dirección los padres disponen del binomio autoridad/afecto, de este
modo gracias a la autoridad se conserva el nivel jerárquico mientras que el
afecto fomenta la comunicación. Resulta importante enfatizar que la
autoridad es un derecho adquirido de los padres, que no es negociable y su
correcto ejercicio no debe impedir el desarrollo de un clima de afectividad y
de cordialidad en la familia. (Bianco, 1991)
En otras palabras, es significativa y funcional la relación padres-hijos en
donde los primeros ocupen una posición superior que permita, por una parte,
ofrecer seguridad a los hijos y, por la otra, facilitar la relación afectiva entre
ellos. De esta manera, la relación citada contribuye a que los hijos den pasos
seguros en su desarrollo armónico adquiriendo la autonomía y confianza que
en el futuro le ayudarán a interactuar con sus pares como adultos maduros.
(Lozano, sf)
En ese sentido, es primordial sedimentar primero la autoridad y la
superioridad como padres, para luego, cultivar y hacer que prospere la
amistad, ya que esta última implica una relación de igualdad que confundiría
la diferenciación entre los padres y los hijos y además, debilitaría el ejercicio
de la autoridad con firmeza. El ejercicio de ser padres o madres implica la
elaboración de pautas de crianza claras, que sean producto del trabajo
reflexivo y flexible que los padres unidos construyan, con la posibilidad de
generar espacios de seguridad, aceptación e independencia para los hijos.
(Lozano, sf).
Por su parte, la reunión familiar constituye la actividad fundamental de la
familia y es coordinado por el padre y apoyado por la madre, o viceversa,
según como este establecida la jefatura o dirigencia familiar. La regularidad
con que se hace esta reunión es muy importante, ya sea semanal o
quincenalmente, y la asistencia de todos los miembros de la familia es
obligatoria. Durante la reunión familiar, la familia tiene la oportunidad de
enfatizar los deberes y derechos de cada integrante, plantear soluciones a
53
situaciones problemáticas de algún integrante del grupo, así como también
señalar aspectos o conductas positivas para recibir el reconocimiento y el
afecto familiar expresada mediante el abrazo, el halago, la sonrisa, entre
otros. (Bianco, 1991)
En resumen, los padres tienen la responsabilidad de convocar la reunión
familiar y deben respetar lo que allí se decida, los hijos y los adherentes
tienen el deber de asistir a la reunión familiar y acatar lo decidido. Ese
momento, también es oportuno para que los padres fomenten un clima
familiar sano ya que dependiendo cómo se asuman los roles, la autoridad, el
afecto y la comunicación, en conjunto con el cumplimiento de las normas, se
conseguirá un clima familiar armonioso o de lo contrario la hostilidad
aparecerá generando estrés e inconformidad en los miembros del grupo, lo
que conllevará a distanciamiento y apatía en la familia. (Gallego, 2012;
Lozano, sf)
Seguidamente, en la estructura familiar están los hijos quienes tienen la
responsabilidad de conocer los deberes y derechos indicados en la reunión
familiar, así como también deben reconocer que el binomio autoridad/afecto
llevado por los padres es la base del funcionamiento de la familia, y por tanto
deben respetarlo. Por último, se tienen a los adherentes, aquellas personas
que se han integrado a la familia, las cuales por ser un miembro más tienen
igualmente deberes y derechos, con sentido de respeto hacia la jerarquía
familiar. En muchas ocasiones pueden ser objeto de delegación de
responsabilidades e, incluso, de autoridad, lo cual debe ser discutido y
analizado en la familia para evitar situaciones conflictivas.
La investigadora coincide con Bianco, Gallego y Lozano en que para el
buen funcionamiento de la familia es necesario constituir claramente una
estructura jerárquica liderado por los padres quienes deben establecer
normas claras para un sano convivir. Para que esta meta se logre los padres
y los demás miembros del grupo familiar deben ser disciplinados en relación
a la realización y puntual asistencia de la reunión familiar por ser este el
54
momento clave para comunicarse entre ellos, contrastar ideas, hacer
propuestas de nuevas normas, entre otros, y de ese modo evitar
imposiciones que más adelante pueden acarrear malos entendidos.
En relación al principio binomio autoridad/afecto, se puede decir que es la
base de trabajo que disponen los padres para mantener el orden jerárquico
de la familia y con ello tienen la posibilidad de cumplir con las funciones de
dirección, protección, educación y formación de los hijos. (Gallego, 2012). De
esa manera, la crianza de los hijos se dará en un ambiente propicio que
posibilite la asimilación y la incorporación a su comportamiento habitual de
las normas y los valores sociales transmitidos. (Lozano, sf).
Por otra parte, como complemento a la autoridad, es necesario que en la
familia se practique habitualmente la manifestación del afecto, en primera
instancia, los padres tienen la responsabilidad de fomentar el establecimiento
de afectos agradables en el hogar con los cuales se logrará un clima de
cordialidad y aceptación, lo cual garantizará que cada persona se sienta
reconocida en su individualidad, amada y protegida. En general, desde el
punto de vista emocional, la persona aceptada tiene una buena adaptación
social y es cooperativa, amistosa, leal y estable. (Lozano, sf; Bowlby, 1990;
Gallego, 2012)
En consecuencia, este binomio debe aplicarse adecuadamente ya que si
los padres ejercen un exceso de autoridad sobre los hijos impiden el
crecimiento del sentido de libertad y ello puede conllevar al individuo a la
sumisión o la rebeldía, mientras que un exceso de afecto atenta contra el
desarrollo de la capacidad de tolerar la frustración y puede llegar a formar
individuos tímidos, malcriados (sobreprotegidos), escapistas y evasivos, que
son en general conductas no operativas. A su vez, la ausencia de autoridad o
de afecto puede promover conductas poco predecibles y por ende
inadecuadas. (Bianco, 1991)
El presente estudio marca una postura similar a Lozano, Bowlby y
Gallego, al postular que el binomio autoridad/afecto es una doble
55
herramienta de la que disponen los padres para mantener un clima familiar
saludable en el hogar, ya que por una parte, gracias a la autoridad pueden
ejercer control ante las irregularidades observadas y corregir la situación a
tiempo, y por la otra parte, mediante el afecto pueden fortalecer los lazos de
unión familiar. De esta forma, los padres tienen la oportunidad de inculcar
conductas sanas, funcionales y operativas para la salud integral de sus
miembros y de la familia en general.
Por último, en cuanto al principio de la comunicación efectiva en la familia
Bianco (1991) asevera que ella es la base de toda relación humana por
medio de la cual se transmiten las costumbres, la cultura y la religión, entre
otros, gracias a un proceso de socialización. En ese sentido, a nivel familiar
gracias a la comunicación efectiva todos sus integrantes entran en contacto
para compartir mensajes y expresarse mutuamente afectos, por tanto, se
logra mantener en armonía a sus miembros, les ayuda a superar conflictos y,
ante todo, les permite establecer un contacto afectivo permanente. (Lozano,
sf; Magaña, 2006).
En este orden de ideas, es válido decir que la comunicación es un tópico
crucial debido a que según Gallego (2012) “las relaciones familiares están
atravesadas por el intercambio de pensamientos, emociones y sentires entre
las personas vinculadas al grupo familiar, y que son exteriorizadas a través
de la acción y/o el lenguaje verbal o no verbal” (p. 333). Por tanto, ella debe
ser una vía que empleen los diferentes integrantes de la familia para alcanzar
el objetivo propuesto que es lograr expresarse de forma funcional de modo
que existan niveles de satisfacción y felicidad comunes a todos.
Para que esta meta se logre y se consiga una comunicación operativa es
necesario que las personas conozcan las ideas que se tienen y que se
quieren transmitir, además se deben tener en cuenta dos aspectos
fundamentales que son el saber escuchar, actuando como un receptor
operativo, y el expresarse asertivamente, siendo un emisor operativo.
También es importante señalar que existen elementos que pueden
56
entorpecer la transmisión del mensaje, tanto en la emisión como en la
recepción del mismo, por lo cual es necesario eliminar todos estos
distractores y procurar un ambiente donde el mensaje fluya con normalidad
entre las personas que se comunican. (Bianco, 1991)
En resumen, para la investigación presente la comunicación efectiva es un
recurso indispensable para que la familia practique adecuadamente los
principios doctrinarios de Bianco, de forma que sus miembros tengan la
oportunidad de expresar sus ideas, pensamientos y emociones
asertivamente. De este modo, luego de revisados las posturas de Gallego,
Magaña y Bianco acerca de las características inherentes al comportamiento
de los hijos en su dimensión familiar en este trabajo se considera oportuno
seleccionar como indicadores el acatamiento de la autoridad de los padres,
el manejo del afecto, la relación con hermanos, el respeto, la colaboración
mutua, la reunión familiar, y el apoyo en tareas del hogar.
57
biológico, psíquico, intelectual, moral, social y cultural, así son los padres
quienes lograran la formación integral de este niño, por lo que a medida que
estos estén conscientes de la forma cómo actúan, en esa misma medida
podrán ayudar a los hijos a desarrollar independencia, responsabilidad,
seguridad y confianza en sí mismo. Todo ello contribuirá más adelante a que
el niño participe de una manera armónica y coherente en la sociedad, de allí
que los patrones de crianza aplicados en el grupo familiar sean
determinantes en su educación e incluso en el rendimiento académico
(Gallardo, 2000)
Por otra parte, desde una perspectiva tradicional, la escuela ha centrado
sus esfuerzos en la enseñanza de contenidos propiamente curriculares
dejando de lado aquellos relacionados con los valores y las emociones. En la
actualidad, este planteamiento ha cambiado y el objetivo que se plantea es el
desarrollo integral de los alumnos (Trianes y García, 2002). En ese orden de
ideas, la educación emocional es “un proceso educativo, continuo y
permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como
complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos,
cognitivo y emocional, los elementos esenciales del desarrollo de la
personalidad integral” (Bisquerra, 2000, p. 243).
Hoy día ser socialmente competente tiene una importancia fundamental
tanto para la adaptación del pequeño al medio en el que vive como para su
desarrollo futuro. De hecho, los niños que no poseen unas habilidades
sociales positivas pueden experimentar el aislamiento y el rechazo social,
siendo la timidez y la agresión las manifestaciones más frecuentes de niños
con déficits en habilidades interpersonales. (Calata, 2011)
De todo esto, la buena noticia es que el comportamiento interpersonal
competente se aprende pues ningún niño nace sabiendo relacionarse
adecuadamente con los demás, ni estos comportamientos aparecen de
forma evolutiva en un momento determinado del desarrollo. Las habilidades
sociales no son un rasgo de la personalidad sino repertorios de conducta
58
adquiridos a través del aprendizaje a lo largo del proceso de socialización.
Esto se da en un primer momento en la familia y después en la escuela,
permitiendo a niños interactuar efectiva y satisfactoriamente con los demás.
(Calata, 2011)
En este estudio, coincidiendo con Gallardo y Guallpa y Loja la educación
tiene un componente social importante en el que participan activamente tanto
los padres de familia como la escuela, por tanto ambas partes deben trabajar
en conjunto a través de la interacción social, siendo este un factor
determinante en su comportamiento y aptitudes que dará como resultado el
éxito o el fracaso escolar. Del mismo modo, en este trabajo se propone que,
de acuerdo con Muñoz y Calata, hoy día debe fomentarse también la
educación emocional para darle al niño una formación integral para que
disponga de destrezas cognitivas y emocionales que amplíen las
oportunidades de éxito personal, familiar y laboral.
Por otra parte, la primera escuela del niño es la casa, sus primeros
modelos sus padres y sus experiencias iniciales las que vive en las
relaciones con éstos, sus hermanos y otros parientes cercanos. Cuando
ingresa a la escuela llega con una serie de hábitos y modos de conducta que
ha desarrollado en la vida familiar, por lo tanto su normal adaptación a la vida
escolar dependerá, en parte, de la madurez que haya alcanzado para
afrontar las nuevas exigencias de la escuela. (Cardoze, sf; Sebastiani, 2003)
En ese sentido, el niño necesitará ser capaz de formar parte de un grupo
como un niño más, lo que supone saber compartir y seguir reglas; poder
relacionarse de manera satisfactoria con una figura adulta distinta a las
familiares y colaborar con las instrucciones que se le den; posponer sus
deseos e interesarse por tareas de aprendizaje. El estilo de crianza y el clima
familiar en combinación con los rasgos temperamentales del niño formarán la
base de sus patrones de comportamiento. (Cardoze, sf; Calata, 2011,
Fernández, 2007)
59
Hoy día, los problemas de conducta están a pedir de boca en los hogares
y en las aulas de los colegios, sin embargo la primera consideración que se
debería hacer es que los alumnos que tienen malas conductas no lo hacen
porque sí, sino que siempre es consecuencia de algo. Es por ello que los
esfuerzos como docentes y padres, no sólo deben estar encaminados a
solucionar, mejorar o modificar la conducta, sino que paralelamente se debe
trabajar sobre los factores causantes de dicha conducta. (Buil, 2008)
Ciertamente, hay una variedad de elementos familiares que conducen a
los niños a presentar conductas inadaptadas tanto en la casa como en la
escuela, entre ellos están que los niños se formen en un hogar caracterizado
por una alta permisividad, sobrevaloración, maltrato físico o psicológico,
disciplina autoritaria o ambigüedad en las normas disciplinarias, entre otros
(Cardoze, sf). Igualmente, existen factores socioambientales importantes que
intervienen en el aprendizaje escolar tales como las condiciones económicas,
sociales y culturales de cada familia, las cuales pueden determinar que los
hijos continúen o no con los estudios, aún más cuando los padres requieran
que los hijos trabajen o colaboren dentro del hogar para mejorar la
economía. (Guallpa y Loja, 2015; Fernández, 2007, Buil, 2008)
Para la autora, de acuerdo con lo planteado por Cardoze, Calata y
Fernández, el ingreso del niño a la etapa de escolaridad y su permanencia
en ella exige de él una adaptación en sus hábitos y modos de conducta a la
nueva situación que afronta, dicho ajuste puede ser exitoso o no
dependiendo de las bases formativas que trae del hogar en donde tienen
influencia los estilos de crianza y el clima familiar. En ese sentido, en sintonía
con Buil, tanto padres como docentes deben velar porque esa adaptación
sea fructífera y positiva, en caso de que no sea así y se empiecen a
manifestar conductas inadecuadas deben trabajar en conjunto para buscar la
posible causa de esa situación.
En lo relativo a los posibles indicadores de conductas del niño en la
escuela tanto padres como docentes deben estar atentos a manifestaciones
60
como el bajo rendimiento, deserción escolar, alteraciones en la conducta,
trastornos emocionales, drogadicción, etc. (Guallpa y Loja, 2015). También
pueden observarse manifestaciones de conducta como por ejemplo
ausentismo de las clases, desgano para realizar las labores académicas,
aislamiento, etc. (Berrío y Mazo, 2011)
Por su parte, para Costales (2012) del bienestar de la familia depende el
desarrollo del estudiante y la manera en que se comporta en la institución
educativa dando como resultado el bajo rendimiento escolar, baja
autoestima, apatía, cambio de carácter, timidez, agresividad, conductas
inapropiadas, inadaptación por la familia y la sociedad. En tanto que para
Cardoze (sf) se conoce que los problemas más comunes son la violencia, las
actitudes desafiantes, la conducta vandálica, el acoso sexual, los robos de
material escolar o de pertenencias ajenas, el desorden y relajamiento de la
disciplina durante las clases, el hostigamiento a compañeros, el
incumplimiento de deberes y la irresponsabilidad.
En ese orden de ideas, Muñoz (sf) comenta que las investigaciones
actuales muestran que la escasez de inteligencia emocional posibilita la
aparición de alteraciones en la conducta de los alumnos tales como
dificultades en las relaciones interpersonales, poco respeto a compañeros de
clases, dificultad para seguir normas, falta de equilibrio psicológico, bajo
rendimiento académico o manifestación de indisciplina. Para la investigadora,
luego de revisar lo comentado por los diversos autores citados propone a los
fines de este estudio considerar en la dimensión educativa las
manifestaciones conductuales de hábitos de estudio, cumplimiento de tareas,
disciplina, normas y desempeño académico.
61
Teorías que sustentan la investigación
62
A B C
Acontecimientos Creencias y Consecuencias
activadores pensamientos sobre A emocionales y
conductuales
63
relativamente libre de dolor y molestias. De este modo, la persona racional se
caracteriza por aceptar las realidades de la vida, dedicar su tiempo a trabajos
productivos, intentar vivir amigablemente en el grupo social al que pertenece
y relacionarse íntimamente con algunos miembros del grupo social. Para
orientar a que las personas tengan un mejor estilo de vida existen un
conjunto de técnicas de tipo cognitivas, emocionales y conductuales que se
pueden emplear, entre ellas están:
a) Técnicas cognitivas: discusión o debate de las ideas irracionales (la
principal), tareas escritas para detectar y cambiar pensamientos, practicar la
estrategia de resolución de problemas, precisión semántica (centrada en la
idea de que el lenguaje determina al pensamiento), referencias (señalar
ventajas e inconvenientes de mantener un hábito), frases de superación y
autoadoctrinamiento en filosofías racionales, detectar, discutir y cambiar las
falsas atribuciones buscando hipótesis alternativas. De acuerdo con Becoña
y Oblitas (sf) entre las técnicas cognitivas destaca el debate filosófico, la
detección de las creencias irracionales y las técnicas de persuasión verbal y
diálogo socrático, la reducción al absurdo, reacción incrédula del terapeuta,
analogías, fantasía racional-emotiva, entre otras.
64
Finalmente, para Becoña y Oblitas (sf) lo que se pretende es que el
consultante adquiera una nueva filosofía de vida, donde cambie sus
creencias o pensamientos irracionales, que le crean su problema, por otros
racionales. Para la autora, esta teoría resulta muy pertinente para la
investigación gracias a que se involucra con los pensamientos o creencias
del individuo y la percepción que esa persona tiene sobre la realidad que le
acontece, que en ciertas ocasiones puede resultar ser más pesimista o
negativo de lo que debería, lo que a su vez lo conduce a tener una conducta
no operativa, y con este enfoque se puede orientar a la persona para que
evalúe de modo más optimista la situación que lo envuelve y aprenda a llevar
la vida de una mejor manera.
Teoría Cognitiva-Conductual
65
aspectos cognitivos se tienen mejoras en la conducta y las emociones del
individuo.
Desde esta perspectiva, el modelo conductual está centrado
principalmente en cómo la conducta humana se aprende o se adquiere y
abarca los principios y técnicas de la teoría del aprendizaje. En particular, se
enfoca en la conducta individual observable así como los factores
medioambientales que pueden precipitar y/o mantener una conducta
determinada, en ella se postula que cuando hay unos factores constantes,
como los biológicos, lo que determina la diferencia en las conductas entre los
individuos es el aprendizaje.
De este modo, la influencia del medio ambiente es fundamental en la
adaptación de las conductas, las cuales se explican con las posturas del
condicionamiento clásico propuesto por Pavlov, respaldado por Watson y
Rayner, y el condicionamiento operante presentado por Skinner, apoyado por
Thorndike. El primero de ellos utilizó estímulos medioambientales para incitar
reflejos en los animales, así al formar conexiones entre los estímulos y las
reacciones se lograba un aprendizaje. Por su parte, en el segundo de ellos el
énfasis recae en la conducta y en las consecuencias derivadas de ella, así si
a una acción le sigue una consecuencia positiva dicha acción se repetirá
cuando la persona se encuentre en la misma situación, y viceversa.
En ese sentido, para la autora según este modelo la persona aprende al
evaluar las consecuencias generadas por las acciones, así las conductas se
fortalecen con consecuencias satisfactorias y se debilitan con consecuencias
desagradables. Es importante mencionar que para Moles (2004) bajo el
modelo conductual el orientador de la conducta dispone de técnicas como el
reforzamiento, sea este positivo o negativo, para modificar una conducta no
deseada, la técnica de aproximaciones sucesivas para el moldeamiento
conductual y un grupo de estrategias como el castigo, costo de respuesta,
tiempo fuera del reforzamiento, saciedad, reforzamiento de conductas
incompatibles, dirigidas a la reducción de comportamientos.
66
Por su parte, la teoría de Beck sostiene que bajo el modelo cognitivo el
afecto y la conducta de un individuo están mayormente determinados por la
forma cómo este piensa. Según este enfoque, las cogniciones de una
persona están conformadas básicamente por esquemas, creencias y
pensamientos automáticos, los cuales tienen una íntima relación y
determinan la manera de pensar de una persona en cuanto a la
direccionalidad, el curso y contenido del pensamiento, lo que a su vez
afectará notablemente tanto las emociones como el comportamiento del
individuo.
Así según Camacho (2003) los esquemas “son patrones cognitivos
relativamente estables que constituyen la base de la regularidad de las
interpretaciones de la realidad, las personas utilizan sus esquemas para
localizar, codificar, diferenciar y atribuir significaciones a los datos del mundo”
(p. 4). Los esquemas son adaptativos y van tomando su forma mediante las
relaciones que las personas van estableciendo con el medio, a partir de allí y
de los determinantes genéticos se van constituyendo las pautas propias de
los mismos, a su vez también posibilitan identificar y seleccionar las
estrategias de afrontamiento que llevará a la acción.
Por su parte, para Camacho (2003) las creencias “son los contenidos de
los esquemas, las creencias son el resultado directo de la relación entre la
realidad y los esquemas del individuo” (p. 5). En general, se pueden definir
como todo aquello en lo que una persona cree, son como mapas internos
que permiten al individuo comprender su entorno, sin embargo se forman y
moldean a través de la experiencia.
Por último, se tienen los pensamientos automáticos, estos se definen por
su carácter impuesto, ellos aparecen en el fluir del pensamiento normal y
condicionan su dirección o curso, se les atribuye una certeza absoluta, por
eso no son cuestionados y condicionan el comportamiento y las emociones
del individuo, ellos se caracterizan por ser breves, fugaces, conscientes,
telegramáticos, ser verbales o aparecer en forma de imágenes. Tales
67
pensamientos pueden entenderse como la expresión o manifestación clínica
de las creencias ya que en general las personas no son plenamente
conscientes de sus creencias, pero sí lo son o lo pueden llegar a ser de sus
pensamientos automático, por lo tanto se pueden modificar.
Para la autora la importancia de este enfoque es que afirma que toda
persona mantiene estos diálogos internos (pensamientos automáticos)
durante gran parte de la vida y se entiende que son responsables de muchas
de las cosas que les pasan tanto buenas como malas. De este modo, es de
suma relevancia que las cogniciones sean lo más operativas y funcionales
posibles, ya que de no ser así terminarán por incorporarse a la matriz de la
estructura cognitiva y desencadenarán una serie de problemas emocionales
y conductuales en la persona. En ese orden de ideas, para Ruiz (2011) el
especialista en el área dispone de técnicas como la reestructuración
cognitiva, de exposición, desensibilización sistemática, de modelado,
entrenamiento en autoinstrucciones, entre otras, para abordar y corregir los
problemas de conducta que observe en el individuo.
Bandura y Walters (1974) plantean que durante los últimos años los
investigadores han intentado explicar la conducta humana desde el punto de
vista de la teoría del aprendizaje, pero en términos generales, estas
conceptualizaciones han sido poco efectivas para comprender los procesos
por los que se adquiere y moldea la conducta social. De este modo, ellos
adolecían de limitarse excesivamente a un número reducido de principios
basados en estudios de aprendizaje animal o humano en situaciones
individuales y sustentados fundamentalmente por ellos, lo cual es
insuficiente, así para explicar adecuadamente los fenómenos sociales es
necesario ampliar y variar estos principios e introducir otros nuevos más
apropiados desde este enfoque.
68
En ese sentido, esta teoría destaca la idea de que buena parte del
aprendizaje humano se da en el medio social, de manera que aI observar a
otros, la persona adquiere conocimientos, reglas, habilidades, estrategias,
creencias y actitudes. También aprende acerca de la utilidad y conveniencia
de diversos comportamientos fijándose en modelos y en las consecuencias
de su proceder, y actúa de acuerdo con lo que cree que debe esperar como
resultado de sus actos. Por ello Bandura formula una teoría general del
aprendizaje por observación que involucra la adquisición y la ejecución de
diversas conductas, y ha probado las predicciones de esta teoría con
destrezas cognoscitivas, motoras, sociales y autorreguladoras.
En ese orden de ideas, esta teoría propone que el aprendizaje ocurre de
dos formas diferentes, a saber, eI aprendizaje ocurre en acto, merced a la
ejecución real, o en modo vicario, por la observación (de primera mano, en
forma simbólica o electrónica) del desempeño de modelos. Por una parte, eI
aprendizaje en acto consiste en aprender de las consecuencias de las
acciones propias, así las conductas que dan resultados exitosos se retienen,
mientras que las que lIevan a fracasos se perfeccionan o descartan. Quienes
triunfan en un cometido o son premiados entienden que se desempeñaron
bien, mientras que cuando fracasan o reciben castigos saben que hicieron
algo mal y tratan de corregir el problema.
Por otra parte, buena parte del aprendizaje humano ocurre de manera
vicaria, es decir, sin ejecución abierta del que aprende, para lograr esto se
debe observar o escuchar a modelos en persona, simbólicos o no humanos
(programas de televisión con animales que hablan, personajes de tiras
cómicas), en medios electrónicos (televisión, cintas) o impresos (libros,
revistas). Las fuentes vicarias aceleran el aprendizaje más de lo que sería
posible si hubiera que ejecutar toda conducta para adquirirla, a su vez, evitan
que la gente experimente consecuencias negativas, por ejemplo se sabe que
las serpientes venenosas son peligrosas por lo que se dice de ellas, por la
69
lectura de libros y por las películas, y no por haber sufrido las desagradables
consecuencias de su mordida.
Al igual que en el caso del aprendizaje en acto, las consecuencias de las
respuestas de las fuentes vicarias informan y motivan a los observadores,
que se inclinan más a aprender las conductas modeladas que llevan al éxito
que las que resultan en fracasos. Para la autora, esta teoría es muy
importante para esta investigación ya que todo individuo, en particular los
niños, está inmerso en un tejido social del cual forma parte e
irremediablemente toma información de él por observación en acto o vicaria
que moldea su conducta en algún modo y es por ello que se debe valorar
este enfoque al momento de orientar el manejo del estrés de los padres y las
conductas de los niños en edad escolar.
70
de valoración la condición fisiológica, la cual se define como “la condición
necesaria del organismo que le permite funcionar” (p.10) (Bianco, 1991b).
Este modelo es utilizado para determinar si una conducta específica es
fisiológica o sana, es decir, que permita el desenvolvimiento normal de la
persona en el que la integridad física o biológica está garantizada, de no ser
así se dice que la conducta es patológica o enferma ya que los procesos
fisiológicos presentan un desorden de manera que está en riesgo el
bienestar físico y biológico de la persona.
Por su parte, el modelo sociocultural está referido a las conductas dadas
en un ambiente social y cultural específico, donde la unidad de valoración de
este modelo es la norma sociocultural, la cual es conceptualizada como “el
conjunto de creencias, tradiciones, reglas, leyes y señalamientos que han
sido elaborados por el sujeto social, las cuales tienen por finalidad preservar
la identidad de una sociedad determinada y regir las relaciones
interpersonales” (Bianco y Rada, 1992). Con este modelo se pretende
analizar la conducta desde el punto de vista del entorno social cercano al
individuo, es decir, si la conducta de la persona se adapta armónicamente o
no a la sociedad donde está conviviendo.
En este modelo al evaluar una conducta, existirán dos posibilidades, una
que se respete la norma sociocultural, llamándose conducta socialmente
aceptada, o que se irrespete dicha norma denominándose conducta
socialmente rechazada. Así, la primera es aquella que se ajusta a las
exigencias del entorno sociocultural vigente y se caracteriza por ser una
conducta permitida o normal. Por otra parte, la segunda, es aquella que viola
las exigencias del entorno sociocultural vigente y se caracteriza porque es
una conducta prohibida o anormal (Bianco, 1988).
En esta investigación este enfoque es muy útil debido a que estos dos
modelos están íntimamente relacionados y se complementan eficazmente
gracias a que el individuo en todo momento debe estar atento a cuidar de sí
mismo al tiempo de interactuar con otros a su alrededor adecuadamente, ello
71
le permite desarrollarse tanto a nivel personal como social. En tanto que, lo
que se espera es que cada conducta de la persona satisfaga ambos modelos
ya que, por una parte, el fundamento fisiológico permite el acomodo de su
propio funcionamiento como unidad biológica, en tanto que las diversas
influencias del ambiente sobre la persona y viceversa, se combinan para
configurar el proceso de socialización.
En referencia al enfoque B, llamado criterio de normalidad, tiene por
finalidad ofrecer a la persona la oportunidad evaluar su conducta en función
a las normas con las cuales se rige su entorno social, de manera que podrá
mantenerse o no dentro de la normativa vigente evitando, en lo posible, el
rechazo y definiendo sus conductas como normales o anormales. En
general, la normalidad se refiere a conocimiento y adaptación a lo usual, las
desviaciones de lo usual, dentro de límites moderados, se consideran
variantes normales pero cuando exceden (en más o en menos) esos límites,
gradualmente pasan a ser anormales. (Rada, 1994)
Para aplicar el criterio de normalidad de acuerdo a este enfoque, se debe
elegir una variable como base de sustentación, entre estas se enumeran la
estadística, tradicional, filosófica, legal, ética, religiosa y moral. Así,
dependiendo de la variable seleccionada, la persona podrá reconocer lo que
es permitido y lo que es prohibido; ello orientará al entorno sociocultural para
hacer juicios, por tanto resulta útil manejar este criterio en la investigación ya
que indudablemente la influencia del entorno socioeconómico sobre el estrés
de las personas merece ser analizada en términos de normalidad.
En cuanto al enfoque C, referido a cómo la pareja maneja el afecto, la
sexualidad y la reproducción, se tiene que es muy valioso para esta
investigación porque ayuda a comprender cómo la familia, liderados por el
padre y la madre, maneja esos parámetros y de qué forma los transmite a
sus hijos. En este momento, resulta importante dejar claro que tales
parámetros son independientes; sin embargo, ellos pueden conjugarse
originando binomios o trinomios los cuales influyen en la formación de
72
conceptos en el individuo, y repercute en el desarrollo de sus actitudes y, por
ende, en las conductas que posteriormente emitirá. (Rada, 1994)
En ese orden de ideas, los padres, en su rol de jefes de familia, durante su
convivencia diaria determinan qué tipo de afecto evocan entre ellos como
pareja y hacia sus hijos, debido a que estos pueden ser agradables (amor,
ternura, simpatía) o desagradables (odio, tristeza, antipatía). De igual modo,
las ideas que tengan sobre la función sexual determinarán en sus hijos
normas en relación al noviazgo, a la virginidad, al ejercicio de la función
sexual pre-matrimonial, matrimonial o extra marital, al divorcio, a la viudez y a
la soltería. Finalmente, los conceptos que tengan sobre la reproducción
marcarán pauta en lo relativo a la planificación familiar, el aborto, la
infertilidad y las enfermedades de transmisión sexual, todo lo cual en
conjunto dará directrices sobre la conducta de los hijos. (Bianco, 1991a).
En cuanto al enfoque E, referido a los roles que desempeña la persona,
Bianco (1991a) presento una clasificación de las conductas que permiten
caracterizar las funciones que debe ejecutar un individuo de acuerdo a una
determinada posición, así se clasifican cuatro grupos de conductas emitidas
por los seres humanos, llamadas roles, las cuales son aquellas relacionadas
con ser hijo/a, otras con ser padre/madre, las correspondientes ser esposo/a
y, por último, a las de ser persona. En general, estos cuatro roles tienen
como objetivo ofrecer al individuo un sistema de autoevaluación que le
permite reconocer cómo se percibe en el desempeño de las funciones
inherentes a cada rol ante su entorno social primario, lo cual es indicativo de
la operatividad en cada uno de los roles.
Por su parte, el enfoque F, centrado en los objetivos y metas, tiene por
objetivo general fomentar la responsabilidad en el ejercicio de conductas
personales, y específicamente busca de ayudar a que cada persona
identifique el ¿para qué? de las conductas que realiza, de modo que logre
reflexionar sobre sus acciones y asuma las consecuencias, positivas y
negativas de cada una de las conductas que realice, a la vez que fomente la
73
capacidad de creación de vías alternas de solución a diferentes problemas.
En ese sentido, el enfoque de objetivos y metas es bastante útil para este
trabajo debido a que al momento de planificar una orientación de conducta
se debe hacer un plan en conjunto con la persona para establecer
compromisos de trabajo con la finalidad mejorar su problema.
Por último, el enfoque G, que trata sobre el proceso de toma de
decisiones, el cual es relevante para esta investigación debido a que la
persona está inmersa en una sociedad muy agitada y dinámica que plantea
situaciones diferentes cada día a las cuales ella debe dar respuesta, es decir,
debe tomar una decisión acerca de cual conducta va a manifestar para
afrontar dicha situación. En consecuencia, este proceso se inicia en la
persona a causa de estímulos ambientales que alteran los procesos
cognitivos del individuo y lo lleva a la búsqueda de la resolución de dicho
conflicto. (Bianco, 1991a)
Ciertamente, este proceso aunque es cotidiano no resulta sencillo, todo
plan de acción debe ser elaborado por la persona de una manera muy
personal, teniendo siempre presente las actitudes, creencias y valores de la
persona en cuestión, sin someterlo al criterio de otras personas, y debe
considerarse en ello todas las alternativas. Para llevar a cabo esta tarea el
individuo debe hacerse preguntas como cuáles son las posibles acciones a
seguir, cuándo se debe realizar y cuál es la mejor alternativa a seleccionar,
siempre y cuando no atente contra la propia fisiología. (Rada, 1994)
Bases Legales
74
comentarán las normas más importantes que garantizan el derecho a la
salud de los miembros integrantes de la familia venezolana.
En este sentido, se inicia revisando los acuerdos a nivel internacional que
están vigentes al día de hoy en materia de salud de los cuales Venezuela
forma parte y debe cumplir cabalmente en procura del bienestar de los
ciudadanos, así la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su
Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 25 declara que:
En este artículo se sientan las bases de la garantía que tienen todos los
ciudadanos de disfrutar un nivel adecuado de vida tanto a nivel individual
como familiar, en donde esté asegurado al derecho a la salud y el bienestar
general. De modo particular, se garantiza que los requerimientos básicos
para la vida estén cubiertos de manera que la persona tenga la oportunidad
de acceder una vida plena y feliz en compañía de su entorno familiar.
Igualmente, a nivel internacional, la constitución de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) en sus principios básicos declara que “La salud
es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones y enfermedades” (p. 1). Este artículo resulta ser por
demás importante ya que establece claramente que el concepto de salud no
se refiere solamente a no tener enfermedad, lo cual es una condición
necesaria, sino que incluso exige que debe haber un total bienestar bio-
psico-social que son los tres componentes o dimensiones claves de la vida
de todo individuo.
Por su parte, el pueblo de Venezuela, en ejercicio de su poder originario
representado por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), mediante el
voto libre y en referendo democrático aprobó en el año 1999 la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, quedando consagrada la salud
75
como un derecho humano y un deber social fundamental, correspondiéndole
al estado asumirla como función indeclinable y de máximo interés en todos
los niveles y modalidades. En el artículo 83 queda establecido que:
76
La promoción y conservación de la salud tendrá por objeto crear
una cultura sanitaria que sirva de base para el logro de la salud de
las personas, la familia y de la comunidad, como instrumento
primordial para su evolución y desarrollo. (p. 8)
77
referida ley en el artículo 42 trata sobre la responsabilidad del padre, la
madre, representantes o responsables en esta materia y establece lo
siguiente:
78
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
79
de la familia, particularmente en la sublínea de familias monogámicas y
materno/paterno filial, pues se requiere conocer y explicar a través de las
bases doctrinarias de Bianco los lineamientos para el adecuado
funcionamiento de la familia, considerando que ella este conformada por una
pareja heterosexual o ya sea de una madre soltera o padre soltero con hijos
en cada caso.
Diseño de la investigación
80
tiempo único. Su propósito es describir variables y analizar su incidencia e
interrelación en un momento dado” (p. 115).
Tipo de investigación
Nivel de la investigación
81
A su vez, en la investigación se estudiaran las variables desde el punto de
vista correlacional ya que según Palella y Martins (2006) “este nivel permite
medir el grado de relación entre dos o más conceptos o variables” (p. 104),
así pues, por una parte, se determinará la relación causal entre dos de las
variables estudiadas, y, por otra, se determinará el grado de relación (no
causal) existente entre dos o más de ellas.
Población y muestra
82
En atención a lo señalado la población en estudio es finita y tiene
características muy comunes. Según Ramírez (1999), una población finita es
“aquella cuyos elementos en su totalidad son identificables por el
investigador, por lo menos desde el punto de vista del conocimiento que se
tiene sobre su cantidad total” (p. 92). Así, entonces, la población es finita
cuando el investigador cuenta con el registro de todos los elementos que
conforman la población en estudio. Sin embargo, Barranco (1982) aclara que
“estadísticamente se considera que una población es finita cuando está
conformada por menos de cien mil elementos” (p. 58).
En cuanto a la muestra, para Ramirez (1999), la muestra debe ser
representativa de la población, por tanto se habla es de una muestra
representativa la cual se entiende como “a un grupo relativamente pequeño
de una población que representa características semejantes a la misma” (p.
91). Debido a que el tamaño de la población no era superior a 100 unidades
no se consideró muestra sino que se tomó toda la población, es decir, las 20
familias antes mencionadas.
Sistema de variables
83
Cuadro 2. Operacionalización de las variables
Objetivo Específico Variable Definición Dimensión Indicador Ítems
conceptual
Cognitiva Pensamientos 1
Identificar las Son las -Creencias 2
respuestas que se -Concentración 3
manifestaciones de
Manifestaciones presentan dentro -Información 4
estrés hacia la de estrés hacia y fuera del núcleo
la situación familiar a nivel
situación
socioeconómica cognitivo, Emocional -Rabia 5
socioeconómica en la en la familia emocional y -Tristeza 6
conductual hacia -Miedo 7
familia en las calles
una situación
Neverí y Cantaura de socioeconómica
Molina (2017) Conductual -Respuestas fisiológicas 8
la Urbanización
-Resolución de conflictos 9
Pozuelos de Puerto -Toma de decisiones 10
-Bienestar. 11
La Cruz, estado
-Relación con la pareja 12
Anzoátegui, año 2017 -Relación con los hijos 13
84
Cuadro 2. Operacionalización de las variables (Continuación)
85
De igual forma, es pertinente comentar que según Arias (2006) la palabra
“operacionalización” se emplea en investigación científica para “designar al
proceso mediante el cual se transforma la variable de conceptos abstractos a
términos concretos, observables y medibles, es decir, dimensiones e
indicadores” (p. 55). El mismo autor señala que una dimensión es un
elemento integrante de una variable compleja, que resulta de su análisis o
descomposición; por otra parte, una vez que han sido establecidas las
dimensiones de la variable, todavía faltan los elementos o evidencias que
muestren cómo se manifiesta o comporta dicha variable o dimensión. Estos
elementos son los indicadores, los cuales son indicios, señales o unidades
de medida que permiten estudiar o cuantificar una variable o sus
dimensiones. La operacionalización de las variables estudiadas se resume
en el cuadro 2.
Sistema de hipótesis
86
Anzoátegui, Año 2017, es oportuno plantear las hipótesis en torno a las
dimensiones e indicadores de cada variable que resultaron ser más
llamativas a los fines de la investigación, las cuales son:
H1: Las manifestaciones del estrés de los padres influyen el comportamiento
de los hijos en edad escolar.
H2: Las manifestaciones del estrés de los padres no influyen el
comportamiento de los hijos en edad escolar.
Según Arias (2006) las técnicas de recolección de datos son “las distintas
formas o maneras de obtener la información” (p. 33), son ejemplos de
técnicas la observación directa, la encuesta en sus dos modalidades: oral o
escrita (cuestionario), la entrevista, etc., mientras que para el mismo autor los
instrumentos son “los medios materiales que se emplean para recoger y
almacenar la información” (p. 33). En el mismo orden de ideas, Palella y
Martins (2006) señalan que un instrumento de recolección de datos es:
87
En ese sentido se elaboró un cuestionario (Anexo A) dirigido a los jefes de
familia conformado por tres partes, en la primera, se solicitan datos
sociodemográficos con preguntas cerradas, en la segunda parte, se medirán
las manifestaciones de estrés hacia la situación socioeconómica en la familia
conformado por 18 preguntas que en su mayoría tienen alternativas de
respuestas cerradas y algunas de ellas poseen una opción de respuesta
abierta. Finalmente, en la tercera parte empleando 13 ítems se medirá el
comportamiento de los hijos en edad escolar a través de una escala de
frecuencias con 4 opciones de respuesta las cuales son nunca, en
ocasiones, casi siempre, siempre.
Validez
88
(…) entregarle a tres (3), cinco (5) o siete (7) expertos (siempre
números impares) en la materia objeto de estudio y en
metodología y/o construcción de instrumentos un ejemplar del (los)
instrumento(s) con su respectiva matriz de respuesta acompañada
de los objetivos de la investigación, el sistema de variables y una
serie de criterios para calificar las preguntas. Los expertos revisan
el contenido, la redacción y la pertinencia de cada reactivo, y
hacen recomendaciones para que el investigador efectúe las
debidas correcciones, en los casos que lo consideren necesario
(p.173).
Confiabilidad
89
Existen diferentes maneras para determinar la confiabilidad de un
instrumento, tales como repetición de test o prueba test/retest, formas
equivalentes, división por mitades y el análisis de homogeneidad de los
ítems, particularmente este último se ocupa de medir el constructo de los
ítems y para ello cuenta con dos (2) coeficientes el KR20/21 y el alfa de
Cronbach, de todos ellos uno de los coeficientes más utilizados es este
último y por eso a continuación se comentará con más detalle y
posteriormente se empleará en este estudio.
De acuerdo con Palella y Martins (2006) el coeficiente alfa de Cronbach es
“una de las técnicas que permite establecer el nivel de confiabilidad que es,
junto con la validez, un requisito mínimo de un buen instrumento de
medición” (p.180). Dicho coeficiente mide la confiabilidad a partir de la
consistencia interna de los ítems, entendiendo por tal el grado en que los
ítems de una escala se correlacionan entre sí; su valor varía entre 0 y 1 (0 es
ausencia total de consistencia y 1 es consistencia perfecta), dicho coeficiente
se expresa como:
k S i
2
* 1 2 3.2
k 1 S sum
Donde:
k: es el número de ítems de la prueba,
ΣS2i : es la varianza de los ítems (desde 1...i)
S2sum : es la varianza de la prueba total.
90
ambiente Windows XP, y los resultados importantes son ΣS 2i que resultó ser
igual a 24,8 y S2sum que arrojó un valor de 96,8, considerando que k vale 13,
así al aplicar la ecuación 3.2 resulta:
13 24,8
* 1 0,8057 0,81
13 1 96,8
Al comparar este resultado con los rangos sobre criterios de decisión para
la confiabilidad de un instrumento mostrados en el cuadro 3 se observa que
cae en el rango entre 0,81 – 1,00 de manera que se califica como “muy alta”
por lo cual se puede asegurar que el instrumento de recolección de datos es
muy confiable, de acuerdo a lo que señala Ruiz (sf) al respecto al decir que:
91
Técnicas de procesamiento y análisis de datos
92
ello el programa estadístico Statgraphics, en español, el cual es un conjunto
de potentes herramientas de tratamiento de datos y análisis estadístico.
93
CAPÍTULO IV
94
Cuadro 4. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: género del jefe de familia
Categoría FA FP (%)
Masculino 13 65
Femenino 7 35
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
Género
95
De acuerdo con la información presentada en el cuadro 4 y en el gráfico 3,
se puede evidenciar que el 65% de los encuestados corresponden al género
masculino, mientras que el restante 35% pertenecen al género femenino, lo
que indica que entre los jefes de familia existe una distribución del género
muy desequilibrada. Es claro que existe un fuerte predominio de la
concepción del hombre como proveedor de bienes y protección en el núcleo
familiar mientras que aparentemente a la mujer le corresponde atender la
responsabilidad de la casa y el cuidado de los niños.
Tal tendencia se contrapone a lo que expresa Gallego (2012) quien
encontró que debido a la situación económica actual la dinámica familiar se
ha visto trastocada y ha llevado a que la mujer salga a trabajar a la calle para
contribuir con el sustento del hogar, así dice que “las nuevas caras y facetas
de la mujer en el contexto social han suscitado modificaciones significativas
en la dinámica familiar, debido a que la responsabilidad del hogar ya no es
sólo asunto del género femenino” (p. 328). De este modo, le corresponde
ahora al hombre participar más en las actividades propias del hogar como
cocinar, lavar y criar de los hijos con la finalidad de complementar a su pareja
en sus deberes, al tiempo que fortalece la relación con sus hijos.
Para la investigadora resulta importante destacar que las familias
encuestadas necesitan revisar los roles y responsabilidades que son
consecuencia de sus relaciones internas ya que en la actualidad las
exigencias económicas son mayores cada día para suplir los requerimientos
básicos del hogar, lo cual obliga a que ambas partes contribuyan a los
ingresos monetarios familiares. De igual modo, la autora está de acuerdo con
Gallego (2012) en la idea de que el hombre ayude también a las tareas del
hogar para apoyar a la pareja en ese aspecto lo cual favorecerá a la
comunicación e interacción con los hijos, a la vez que tendrá la oportunidad
de cultivar el ejercicio del binomio autoridad-afecto.
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Cuadro 5. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: edad del jefe de familia
Categoría FA FP (%)
Menos de 30 años 1 5
De 31 a 40 años 6 30
De 41 a 50 años 4 20
Más de 51 años 9 45
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
97
En relación a la edad del jefe de la familia puede verse en el cuadro 5 y el
gráfico 4 que en el 5% de las familias encuestadas el jefe tiene menos de 30
años, en el 30% de ellas tiene de 31 a 40 años, otro 20% tiene de 41 a 50
años y el restante 45% tiene más de 51 años, de modo que en la gran
mayoría de las familias (65%) la edad del jefe de familia está por encima de
los 40 años. Tales valores vistos resultan muy positivos pues revelan que en
general son personas maduras que probablemente tengan la estabilidad
psíquica y emocional adecuada para afrontar la responsabilidad de formar y
mantener una familia, así como el proceso de crianza de los hijos.
En ese sentido, de acuerdo con Louro (2004) los padres como jefes de la
familia deben fomentar siempre en el hogar un “clima de armonía,
comunicación, afectos, unión, respeto y solidaridad que se traduce en
bienestar y satisfacción de sus integrantes” (p. 10), todo lo cual requiere un
elevado grado de compromiso que seguramente una pareja joven o
adolescente no tiene. Para lograr esta meta, la familia debe enfrentar los
problemas y tomar decisiones sin adoptar mecanismos destructivos, de
manera que puedan asumir cambios en las reglas, los roles y jerarquías para
adaptarse sanamente a las exigencias de los procesos críticos de vida.
Es así que para la autora, los padres de familias encuestadas tienen una
característica idónea para asimilar las responsabilidades inherentes al
mantenimiento y cuidado de su núcleo familiar ya que, como indica el citado
autor, es necesario cultivar una comunicación directa y respetuosa entre los
miembros del hogar que derive en un clima familiar amoroso y agradable.
Todo ello exige de los padres mucha madurez y enfoque en la prosecución
de una meta ya trazada centrada en unos objetivos planificados, previamente
conversado entre los miembros del núcleo familiar, habilidades estas que
manifiestan con mayor probabilidad en personas de edad madura.
98
Cuadro 6. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: tipo de familia
Categoría FA FP (%)
Monogámica (Pareja heterosexual con hijos) 16 80
Materno filial (Madres e hijos) 4 20
Paterno filial (Padres e hijos) 0 0
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
99
En otro orden de ideas, como puede verse en el cuadro 6 y en el gráfico 5
las respuestas de los encuestados establece que, en cuanto al tipo de
familias en la urbanización Pozuelos, éstas son principalmente monogámicas
(80%), en un menor porcentaje materno filiales (20%) y ninguna es paterno
filial, lo cual es una condición favorable para la dinámica familiar debido a
que las familias monogámicas tienen mejor oportunidad de atender a la
familia ya que pueden compartir roles y responsabilidades a diferencia que
una familia materno filial o paterno filial donde ya sea la madre o el padre
están solos y deben afrontar todos los quehaceres pertinentes.
Igualmente, estos resultados están en consonancia con una de las
conclusiones de Molina (2015) quien determinó que “las familias
monogámicas tienen mejores condiciones socio-económicas que las familias
materno-filiales” (p. 255). En ese orden de ideas, es de entender que en las
primeras ambas partes tienen la oportunidad de trabajar y contribuir a los
gastos de mantenimiento del hogar en contraposición con las familias
materno-filiales.
En ese sentido, la investigadora considera que el tipo de familia
predominante en la zona estudiada es la más idónea para la crianza y
educación de los hijos debido a que en ese caso tanto el padre como la
madre tienen la oportunidad para aportar su mejor esfuerzo tanto para
aumentar los ingresos económicos familiares como para atender las labores
domésticas. De ese modo, los padres mediante la práctica de una
comunicación efectiva, el binomio autoridad-afecto, y las reuniones familiares
pueden sentar las bases para que exista una dinámica familiar operativa y
funcional caracterizadas por relaciones armoniosas entre los integrantes del
núcleo familiar.
En general, las características sociodemográficas de las familias con hijos
en edad escolar en la urbanización Pozuelos están definidas por predominar
el sexo masculino como jefe del hogar, ser personas de edad madura, de
hecho casi la mitad de los encuestados (45%) tiene más de 51 años, y ser
100
monogámicas. De este modo, puede verse que estos resultados ofrecen un
marco social adecuado para la constitución de una familia y por tanto la
oportunidad de darles a los niños un buen clima familiar que se traduzca en
una buena crianza.
101
Por otra parte, en cuanto a las manifestaciones de estrés hacia la
situación socioeconómica en la familia se indago, en primera instancia,
acerca de los pensamientos que tiene el encuestado sobre su familia, tal
como se muestra a continuación. En el cuadro 7 y en el gráfico 6 los
resultados muestran que los entrevistados en un 85% tienen pensamientos
relacionados con que el presupuesto familiar no les alcanza, lo cual es una
clara tendencia por sobre las demás opciones afines con que la familia se
siente estresada (5%), no consiguen los productos básicos a diario (5%) y
hasta ahora han podido resolver la situación (5%).
En relación a este tópico, Louro (2004) asevera que la familia, en la
búsqueda de su bienestar integral, “cumple roles esenciales y de gran
trascendencia en tanto desempeña las funciones inherentes a la satisfacción
de necesidades básicas y el cuidado de sus integrantes” (p. 3), las cuales
hace referencia también a la procura y distribución eficiente de los recursos
económicos para el hogar. Por tanto, resulta claro ver que para las familias
es muy importante preocuparse por el presupuesto económico familiar y todo
aquello relacionado con la obtención de productos básicos o de primera
necesidad.
En ese sentido, es evidente que la situación económica está afectando en
forma notable la dinámica familiar ya que el presupuesto familiar es un factor
clave para que el jefe de familia pueda proveer a sus miembros de todo lo
que requieren para un buen vivir como la comida, el calzado, la salud, entre
otros, y esos pensamientos negativos recurrentes pueden hacer mella a
largo plazo en las relaciones familiares. Así, para la autora cuando una
persona está expuesta ante un agente estresor, como lo es la situación
económica, resulta importante ver cómo la persona valora, analiza o
interpreta el escenario que se le presenta para decidir la manera de
afrontarlo, de forma que es menester que dicha persona aprenda a ser más
optimista y procure solventar de la mejor manera posible.
102
Cuadro 8. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: creencias acerca de su familia
Categoría FA FP (%)
No se ve afectada con la situación económica 0 0
Mi familia se está desintegrando 0 0
Mi familia necesita un escape para distraerse 2 10
Mis hijos no merecen vivir esta situación del país 17 85
Estamos luchando por una mejora económica 1 5
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
103
En relación a las creencias en el cuadro 8 y en el gráfico 7 puede verse
que la respuesta de mayor frecuencia fue que mis hijos no merecen vivir esta
situación del país (85%), seguido de mi familia necesita un escape para
distraerse (10%) y estamos luchando por una mejora económica (5%). Así
como en el caso anterior, llama la atención que hay una fuerte creencia
negativa en torno a la situación económica lo que deja ver el gran impacto
que tiene ella sobre el proceso cognitivo del jefe de familia que lo puede
llevar a padecer de estrés.
En relación a este punto, Lazarus (sf) propone que las creencias “son
configuraciones cognitivas formadas individualmente o compartidas
culturalmente, son nociones preexistentes de la realidad, que sirven de lente
perceptual” (p. 48), de este modo ellas determinan la forma en que la
persona afronta los hechos de la realidad, y de igual forma serán las
consecuencias derivadas de ellos. De hecho Daneri (2012) asegura que ante
una circunstancia ambigua “el estilo, el temperamento, la personalidad tienen
mucho que ver en cómo percibimos las oportunidades de tomar el control o
las señales de seguridad cuando aparecen” (p.23).
De este modo, para la investigadora es importante que la persona sujeta a
situaciones amenazantes aprenda a valorarla equilibradamente, en su justa
medida, particularmente sin caer en pesimismos ya que queda claro que ello
acarrea consecuencias negativas a la vida del sujeto más intensas o
prolongadas de las que debería o de las que verdaderamente tiene el agente
estresor. Aunque indudablemente factores como la personalidad o el
temperamento tienen un rol de peso en ese proceso de interpretación o
percepción de la situación a afrontar el individuo debe esforzarse por mirar el
panorama de un modo positivo, con optimismo, para poder responder mejor
ante tal evento.
104
Cuadro 9. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: capacidad de concentración
Categoría FA FP (%)
Mi capacidad de concentración no se ve afectada 3 15
en modo alguno
Sólo está preocupado por los altos costos de los 8 40
productos básicos
Está desconectado de sus responsabilidades 0 0
diarias en la familia
Sólo piensa en cómo conseguir más dinero 8 40
Me preocupa mucho la situación país 1 5
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
105
Al hablar de la capacidad de concentración del jefe de familia en el cuadro
9 y en el gráfico 8 se observa que el 40% de los encuestados se preocupa
por los altos costos de los productos básicos a la par de otro 40% que sólo
piensa en cómo conseguir más dinero, en menor proporción a un 5% le
preocupa mucho la situación del país, sólo un 15% dice que su capacidad de
concentración no se ve afectada en modo alguno, y ninguno dice estar
desconectado de sus responsabilidades diarias en la familia. Puede notarse
con estos resultados que la gran mayoría de los encuestados tiene su
concentración enfocada en el tema económico y la búsqueda de su solución.
En este tópico, es oportuno resaltar la relación que existe entre los
pensamientos y la conducta del individuo ante una situación estresante, así
Castrillón y otros (2015) comenta que el estrés genera una “sobre-activación
en los tres niveles: fisiológico, cognitivo y conductual”, y más adelante dice
“las consecuencias positivas o negativas de la sobre-activación del
organismo dependen de la frecuencia, intensidad y duración de la respuesta,
las características personales del sujeto…” (p.17). De esa forma, es lógico
prever que si la persona tiene pensamientos negativos recurrentes y
prolongados en el tiempo frente a la situación amenazante
irremediablemente tendrá consecuencias negativas en su conducta y en su
salud en general.
Estos resultados muestran que la gran mayoría de ellos (80%) estan muy
atentos a los asuntos económicos relacionados con su familia, de modo que,
como sugiere la autora, es probable que descuiden otros temas importantes
relativos a la dinámica familiar como la atención de los hijos o de su pareja,
entre otros. Por tanto, la autora asegura que es importante que el individuo
valore adecuadamente la situación que se le presenta para que reaccione
asertivamente al momento de afrontarla. Con ello logrará un equilibrio en el
manejo del agente estresor y evitará el impacto negativo en el ámbito
cognitivo sobre sí mismo y su familia.
106
Cuadro 10. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: información sobre la situación económica
Categoría FA FP (%)
Preocupación 8 40
Temor 0 0
Interés de ver cómo podré salir adelante 11 55
Optimismo 1 5
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
107
Por su parte, en cuanto a la información sobre la situación económica
puede verse en el cuadro 10 y en el gráfico 9 que un 40% de los
encuestados muestra preocupación, un 55% tiene interés de ver cómo podrá
salir adelante, un 5% está optimista al respecto y ninguno de los
encuestados manifestó temor al hablar sobre ello. Todo esto revela que la
situación económica tiene efectos marcados sobre los procesos cognitivos
de los encuestados ya que muchos de ellos están tanto preocupados como
atentos a resolver la situación.
En este orden de ideas, de acuerdo con Navas (1981) la teoría de la
Terapia Racional Emotiva (TRE) es adecuada para entender estas
manifestaciones, ya que básicamente la propuesta de la TRE “es que el
pensamiento y la emoción no son dos procesos por completo diferentes, sino
que más bien están sobrepuestos de manera significativa y que a menudo la
emotividad desordenada puede mejorarse cambiando la forma en que
pensamos” (p.76). En ese sentido, es vital que la percepción de las personas
ante la situación amenazante debe ser positiva, mirar las cosas con
entusiasmo, ya que ello va a impactar positivamente sus emociones y su
conducta, tanto en el ámbito personal como familiar.
Para la investigadora, luego de analizar los resultados, asegura que son
bastante alentadores ya que asoman una actitud positiva de los encuestados
que al fin y al cabo, a pesar de lo difícil del momento, la mayoría de ellos
tienen interés de resolver las dificultades lo cual seguramente los lleva a
buscar alternativas de solución, incluso una pequeña fracción de ellos está
optimista, lo que resulta imprescindible fomentar en este momento. De ese
modo, los jefes de familia, al mantener una actitud positiva ante las
situaciones difíciles de la vida, tienen una fortaleza que contribuye a
manifestar mejores estados emocionales, lo que a su vez, favorece a la
conducta manifiesta.
108
Cuadro 11. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: rabia
Categoría FA FP (%)
Pocas veces 4 20
Algunas veces 13 65
Casi siempre 1 5
Siempre 2 10
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
109
En lo relativo a la emoción rabia en el cuadro 11 y en el gráfico 10 se
observa que los entrevistados manifestaron experimentarla pocas veces
20%, algunas veces 65%, casi siempre 5% y siempre 10%, lo cual resulta
muy positivo debido a que la gran mayoría de los participantes (85%)
sintieron esa emoción negativa con baja frecuencia (pocas o algunas veces).
A diferencia de ellos, el 15% de los jefes de familia encuestados manifiestan
sentir rabia con alta frecuencia (casi siempre o siempre) situación esta que
debe solventarse para que no se prologue en el tiempo y evitar
consecuencias negativas.
En relación a las emociones, Piqueras y otros (2009) señala su gran
impacto sobre el bienestar de la persona al afirmar que “hoy en día hay datos
suficientes para afirmar que las emociones negativas tienen un efecto
negativo sobre la salud” (p.99), lo cual coincide con Goleman (sf) quien
resalta el peso que las emociones negativas tienen para el bienestar de una
persona pues son “un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad,
similar al tabaquismo o al colesterol en lo que concierne a las enfermedades
cardíacas. En resumen, pues, las emociones negativas constituyen una seria
amenaza para la salud” (p. 111)
En ese sentido, para la autora es alentador que la situación económica
actual no está afectando de forma importante a los jefes de familia en lo
relativo a la manifestación de rabia, de manera que los padres encuestados
no están expuestos a consecuencias negativas sobre la salud por sentir esta
emoción de forma frecuente o prolongada. De igual modo, desde el enfoque
de la teoría racional-emotiva, para la investigadora resulta tranquilizante que
los procesos cognitivos de los entrevistados no se vean afectados por la
manifestación de esta emoción negativa.
110
Cuadro 12. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: tristeza
Categoría FA FP (%)
Pocas veces 2 10
Algunas veces 17 85
Casi siempre 1 5
Siempre 0 0
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
111
Por otra parte, al observar en el cuadro 12 y en el gráfico 11 los resultados
referidos a que si los encuestados manifiestan tristeza se tiene que un 10%
de ellos respondieron pocas veces, un 85% dijeron algunas veces, sólo un
5% admitieron sentirla casi siempre y ninguno lo hizo siempre. Tal tendencia
es muy adecuada ya que casi la totalidad de los jefes de familia (95%)
dijeron experimentarla pocas y algunas veces, lo que deja ver que tienen un
buen control de sus emociones en cuanto a la tristeza, al igual que ocurrió
con la rabia.
Igualmente, Navas (1981) con su postura sobre la teoría de la terapia
racional-emotiva coincide con Goleman (sf) en relación a cómo las
emociones influyen fuertemente sobre las cogniciones, de hecho el
mencionado autor asegura que incluso los cambios más ligeros de estado de
ánimo pueden llegar a modificar los pensamientos. En ese sentido, Muñoz
(2007) recalca que los padres necesitan “conocer y gestionar las emociones,
que sin duda influyen en nosotros a diario, es un pilar clave para poder
generar salud emocional en nuestros hijos, proporcionándoles un soporte
emocional estable y seguro sobre el que asentar su madurez evolutiva”
(p.19)
En este punto, para la investigadora es válido afirmar que aunque la
situación económica ha afectado la cognición de los jefes de familia no ha
sido así con las emociones lo cual revela que los encuestados deben
aprovechar esta fortaleza para encaminarlas a emociones positivas. En
concordancia con esta idea, la autora coincide con Navas (1981), Goleman
(sf) y Muñoz (2007) al aceptar que las emociones, tanto positivas como
negativas, tienen importante repercusión sobre sus cogniciones y conductas,
de manera que si los padres junto a sus hijos aprenden a cultivar y fomentar
emociones positivas cosecharán beneficios personales a su salud y un clima
familiar más positivo para la crianza de los hijos.
112
Cuadro 13. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: miedo
Categoría FA FP (%)
Mis hijos se enferman por no comer 1 5
No consigo dinero para alimentar a mis hijos 6 30
Salgo de madrugada a buscar alimentos 2 10
Ninguna de las anteriores 6 30
Pienso que la situación puede empeorar 1 5
Creo que no podré cubrir todas las necesidades 2 10
Veo que todo aumenta diariamente 1 5
Hay demasiada incertidumbre en las calles 1 5
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
113
Por otra parte, al prestarle atención a la emoción miedo se observa en el
cuadro 13 y en el gráfico 12 que sólo un 30% de los encuestados dijo no
tener miedo por ningún motivo al referirse a la situación económica, mientras
que el otro 70% manifestó sentir miedo por diversas razones entre las que
destacan el no conseguir dinero para alimentar a los hijos (30%), salir de
madrugada a buscar alimentos (10%) y creer que no podrá cubrir todas las
necesidades (10%). El 20% restante está repartido equitativamente entre la
posibilidad que sus hijos puedan enfermar por no comer, pensar que la
situación puede empeorar, el aumento diario de los precios de todos los
productos y la percepción de incertidumbre en la calle.
En ese sentido, Piqueras y otros (2009) así como Goleman (sf) señalan
que cuando una persona está expuesta a periodos prolongados de estrés, a
causa de tener que hacer frente a unas altas demandas sociales, desarrolla
reacciones emocionales negativas y en esa situación es más probable que
manifieste enfermedades relacionadas con el sistema inmune o adquiera
determinados hábitos poco saludables que a la larga pueden deteriorar la
salud. De igual modo, Muñoz (sf) resalta el aporte de la familia con un
manejo sano de sus emociones ya que tienen “un gran valor en la
transmisión de valores, normas y afecto a los niños que sirvan de pilares
para el desarrollo de habilidades sociales y la resolución de conflictos” (p.34).
Para la investigadora, esta realidad es necesario afrontarla debido a que la
gran mayoría de los entrevistados manifestó tener miedo por alguna razón de
las ya señaladas, de modo que están expuestos a efectos negativos a su
salud personal o la de su familia que pueden manifestarse en el ámbito
cognitivo o conductual. Por ello es de vital importancia que los padres de
familia definan y practiquen estrategias dirigidas, por un lado, a mejorar sus
ingresos económicos familiares o a facilitar la adquisición de los productos
básicos, y por otro, a fortalecer el manejo eficiente de las emociones
negativas, particularmente, el miedo.
114
Cuadro 14. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: respuesta fisiológica
Categoría FA FP (%)
Insomnio 5 25
Comerse las uñas 2 10
Desórdenes alimenticios 1 5
Dolores de cabeza 12 60
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
115
Procediendo ahora a analizar la dimensión conductual, se puede ver en el
cuadro 14 y en el gráfico 13 que los resultados de los encuestados sobre las
respuestas fisiológicas que manifiestan un 60% dice tener dolores de
cabeza, un 25% insomnio, un 10% comerse las uñas y 5% dice tener
desórdenes alimenticios. Tales números muestran el fuerte impacto que ha
tenido la situación económica sobre los padres de familia en este ámbito ya
que todos respondieron tener algún tipo de dolencia a causa de esa razón.
Según Ruiz (2011) de acuerdo a la teoría cognitivo-conductual los
pensamientos y la conducta de la persona están en íntima relación de
manera que es común observar que al existir manifestaciones cognitivas al
estrés también existan manifestaciones conductuales. Por su parte, Moles
(2004) hace referencia a que por lo general se considera que la mayoría de
las conductas desadaptadas (no operativas) son en parte adquiridas
mediante el aprendizaje, de manera que se pueden modificar y así instaurar
conductas operativas.
Por otra parte, para la autora es razonable que existan respuestas
conductuales al estrés una vez que tengan respuestas cognitivas y
emocionales, particularmente palpables en este caso en respuestas
fisiológicas, sin embargo resulta preocupante observar que todos los
participantes en la encuesta hayan manifestado algún tipo de respuesta
fisiológica, lo cual requiere un plan de atención en el corto plazo ya que para
Bianco y Rada (1992) bajo el enfoque A de la escuela Bianco las respuestas
de los entrevistados revelan que tienen conductas patológicas y socialmente
rechazadas, las primeras porque atentan o van en detrimento del bienestar
físico y biológico de la persona; las segundas, porque para el entorno social
del individuo no es aceptable vivir con esas conductas permanentemente.
116
Cuadro 15. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: resolución de conflictos
Categoría FA FP (%)
Yo decido resolver la situación según mi criterio 2 10
Reuniones familiares 6 30
Conversaciones sobre la situación 8 40
Buscan nuevas alternativas entre todos 4 20
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
117
Seguidamente, en el cuadro 15 y en el gráfico 14 se pueden observar los
resultados en torno a las estrategias que aplican los jefes de familia para la
resolución de los conflictos en el hogar, allí se tiene que un 40% de los
encuestados realizan conversaciones sobre la situación, un 30% llevan a
cabo reuniones familiares, un 20% buscan alternativas entre todos y,
finalmente, en un 10% de los casos el jefe de familia decide resolver la
situación según su criterio. Tales resultados muestran que existe mucha
comunicación entre los integrantes de la familia al momento de abordar la
situación problemática.
En ese sentido, Bianco (1991) explica que tanto las reuniones familiares
como la comunicación efectiva son prácticas vitales que los jefes de familia
deben realizar para que el clima familiar sea operativo y funcional. Así, en
primer término, con las reuniones familiares los padres, como jefes de familia
y figuras de autoridad, tienen una herramienta útil para establecer reglas o
pautas de funcionamiento que conlleven al modelamiento de conductas
operativas en los hijos. Luego, mediante la comunicación efectiva cada
miembro de la familia puede expresar asertivamente sus inquietudes y con
ello tienen la oportunidad de llegar a puntos de acuerdo en la búsqueda de
soluciones.
Para la autora tales tendencias son prometedoras debido a que en el 90%
de los casos (3 primeras estrategias) las opciones elegidas promueven la
comunicación entre los miembros de la familia lo que resulta favorable para
una sana convivencia familiar, pues cada integrante tiene la oportunidad de
expresar su punto de vista, contrastarlo con el de los demás y llegar a
acuerdos. Igualmente, mediante estas prácticas recurrentes los jefes de
familia pueden refrescar las normas básicas de funcionamiento familiar,
fortalecer la práctica del binomio autoridad-afecto y dar las orientaciones
adecuadas a cada miembro para solucionar algún conflicto.
118
Cuadro 16. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: toma de decisiones
Categoría FA FP (%)
Yo solo tomo las decisiones en el hogar, no consulto 0 0
a nadie
Tomo en cuenta la opinión de todos en el hogar 12 60
Escucho sugerencias de amigos u otros familiares 4 20
Busco apoyo con algún especialista, si es necesario 4 20
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
119
En el punto referente al proceso de la toma de decisiones, en el cuadro 16
y en el gráfico 15 se observan que las respuestas de los jefes de familia se
orientan en un 60% a tomar en cuenta la opinión de todos en el hogar, un
20% escucha sugerencias de amigos u otros familiares y el otro 20% busca
apoyo con algún especialista, si es necesario, ninguno dijo que tomaba solo
las decisiones en el hogar sin consultar a nadie. Tales respuestas son muy
positivas y se corresponden con las estrategias de resolución de conflictos
predominante en el ítem anterior, ya que se basan en practicar la
comunicación efectiva, primeramente en su entorno familiar inmediato, y en
menor grado con familiares, amigos o algún especialista incluso.
En este orden de ideas, Gallego (2012) afirma que la comunicación es un
elemento crucial debido a que “las relaciones familiares están atravesadas
por el intercambio de pensamientos, emociones y sentires entre las personas
vinculadas al grupo familiar, y que son exteriorizadas a través de acción y/o
lenguaje verbal o no verbal” (p. 333). Igualmente, Bianco y Rada (1992) en
los enfoque doctrinarios de Bianco expone que el enfoque G es idóneo para
evaluar el proceso de toma de decisiones en el hogar, el cual se inicia a
causa de los estímulos ambientales que, en este caso, es la situación
económica del país y los lleva a decidir qué conducta manifestar para
afrontar la eventualidad.
En relación a este punto, la autora afirma que, en cualquiera de los casos,
esencialmente los padres se basan en la comunicación como estrategia para
la toma de decisiones en la búsqueda de soluciones de las inquietudes de la
familia. En ese sentido, es muy positivo que el jefe de familia se apoye en la
comunicación para tomar en cuenta la opinión de todos en el hogar ya que
las acciones a seguir deben planificarse con la colaboración y participación
de todos los miembros para que realmente sea exitoso y efectivo.
120
Cuadro 17. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: bienestar
Categoría FA FP (%)
Contamos con todo lo necesario para alimentar a los hijos 1 5
Contamos con dinero para cubrir las necesidades básicas 4 20
Existe comprensión entre los miembros 5 25
Existe el apoyo mutuo 9 45
Hay armonía, prosperidad y salud en el hogar 1 5
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
121
Por otro lado, en lo que corresponde a bienestar de la familia en el cuadro
17 y en el gráfico 16 se puede ver que para el 45% de los encuestados
manifiestan que depende de que exista el apoyo mutuo, un 25% eligió la
existencia de comprensión entre los miembros, para un 20% hace falta tener
el dinero para cubrir las necesidades básicas, otro 5% requiere tener todo lo
necesario para alimentar a los hijos y el 5% restante necesita tener armonía,
prosperidad y salud en el hogar. Tales resultados exhiben que para el 75%
de los entrevistados el bienestar depende de que exista un clima familiar
operativo más que de tener el dinero para satisfacer las necesidades
básicas.
En ese orden de ideas, los resultados concuerdan con las ideas
propuestas por Louro (2004) quien dice que la familia debe buscar en todo
momento el bienestar y para ello es menester que fomente en el hogar “un
clima de armonía, comunicación, afectos, unión, respeto y solidaridad” (p. 5).
De igual forma, el autor antes señalado asevera que la familia, en la
búsqueda de su bienestar integral, “cumple roles esenciales y de gran
trascendencia en tanto desempeña las funciones inherentes a la satisfacción
de necesidades básicas y el cuidado de sus integrantes” (p. 3).
En este sentido, para la autora los resultados muestran que las familias
encuestadas aprecian mucho el poder experimentar los valores familiares
como el apoyo mutuo y la comprensión entre sus miembros para poder sentir
que tienen bienestar en la familia, lo cual es plausible porque todo ello
contribuye a una educación integral de los niños, particularmente en el
ámbito emocional. En general, la idea de bienestar de la familia se conforma
por un conjunto de necesidades socioeconómicas, culturales, ambientales,
biológicas, genéticas, psicológicas y de relaciones sanas, que definen los los
jefes de familia día tras día.
122
Cuadro 18. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: relación con la pareja
Categoría FA FP (%)
Mantener una buena comunicación 14 70
Tener discusiones frecuentes 2 10
Maltrato verbal permanente 0 0
Mantener un trato indiferente 2 10
No tengo pareja 2 10
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
123
En lo relativo a la relación con la pareja en el cuadro 18 y en el gráfico 17
los encuestados dijeron que se caracteriza en un 70% por mantener una
buena comunicación, un 10% dijo tener discusiones frecuentes, otro 10%
manifestó mantener un trato indiferente, y el restante 10% dijo no tener
pareja. Este último resultado merece el comentario aclaratorio de que
debería corresponder al 20% de las familias materno filiales observadas en el
cuadro 5 y gráfico 6, sin embargo es posible que tenga algún tipo de relación
de pareja con un hombre, pero sin constituir una familia monogámica.
En ese sentido, según Bianco (1991) en el ámbito familiar, en particular
con la pareja, es posible lograr la confianza para compartir mensajes y
expresarse mutuamente afectos gracias a la comunicación efectiva, por
cuanto se logra mantener un clima de armonía y les ayuda a superar
conflictos. Por otra parte, de acuerdo a Gallego (2012) es necesario el afecto
debido a que la persona aceptada tiene una buena adaptación social y es
cooperativa, amistosa, leal y estable. Igualmente, Bianco y Rada (1992)
expone el enfoque C de Bianco referido a analizar en la pareja el ejercicio de
las funciones del afecto, la sexual y de reproducción, el cual es una
herramienta para comprender cómo la familia, liderados por el padre y la
madre, maneja esos parámetros y de qué forma los transmite a sus hijos.
Para la investigadora, tales resultados son bastante alentadores debido a
que la gran mayoría de los jefes de familias llevan una buena comunicación
con su pareja lo que se corresponde con el hecho de que para ellos el
bienestar de la familia depende de que exista apoyo mutuo entre sus
integrantes, así como de que las estrategias que siguen para la toma de
decisiones y la resolución de conflictos estén centradas en la comunicación,
tal como se comentó anteriormente. También, es factible suponer que al
haber una buena comunicación en la pareja deberán haber manifestaciones
de afectos agradables como amor, ternura o simpatía entre sí y hacia los
hijos, lo que a su vez repercutirá positivamente en el moldeamiento de
conductas sanas en ellos.
124
Cuadro 19. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: relación con los hijos
Categoría FA FP (%)
Mantener un trato respetuoso y afectuoso 17 85
No tener tiempo de apoyarlos en sus tareas 0 0
No poder cubrir sus necesidades básicas 0 0
Estar atento a resolver sus inquietudes 3 15
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
125
En cuanto a la relación con los hijos se visualiza en el cuadro 19 y en el
gráfico 18 que los jefes de familia entrevistados dicen mantener un trato
respetuoso y afectuoso en un 85% de los casos y en el otro 15% restante
están atentos a resolver sus inquietudes, en ningún caso respondieron no
tener tiempo de apoyarlos en sus tareas y no poder cubrir sus necesidades
básicas. Tales resultados son bastante alentadores porque dejan ver que los
padres tienen una buena relación con sus hijos, caracterizado por un trato
cálido y siempre atento a sus necesidades.
En ese orden de ideas, tanto Muñoz (sf) como Ramirez (2005) coinciden
en que todos esos elementos confeccionan un estilo de crianza funcional y
saludable donde las actuaciones de los padres tienen una influencia sobre
los niños(as) y viceversa. Para Capano y Ubach (2013) es importante que los
padres encuentren una forma adecuada de relacionarse y educar a los hijos,
que contemple las características y las necesidades particulares de cada
uno, teniendo como elemento central del modelo el ser afectuoso,
respetuoso, tolerante, comunicativo, sin dejar de considerar la importancia
que tienen los límites en la constitución del individuo y de las relaciones
familiares/sociales.
En este orden de ideas, para la investigadora estas tendencias son
bastante buenas y se corresponden con las respuestas predominantes dadas
en los ítems anteriores donde las conversaciones sobre la situación, las
frecuentes reuniones familiares en las que todos participan, el apoyo mutuo y
la buena comunicación, colaboran en formar un ambiente familiar
caracterizado por el respeto y el afecto. Igualmente, estos resultados
muestran un buen manejo del binomio autoridad/afecto propuesto por Bianco
(1991) en donde el primero permite mantener la estructura jerárquica de la
familia y el segundo facilita la formación de las expresiones de respeto y
afecto entre sus miembros.
126
Cuadro 20. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: ingresos económicos
Categoría FA FP (%)
Menores a 100.000 bsf 0 0
De 100.001 bsf a 300.000 bsf 3 15
De 300.001 bsf a 500.000 bsf 9 45
Mayores a 500.001 bsf 8 40
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
127
En lo relativo a la dimensión socioeconómica, se puede ver en el cuadro
20 y en el gráfico 19 que los ingresos económicos de los jefes de familia
están en un rango de 300.001 bsf a 500.000 bsf en un 45% de los casos, son
mayores a 500.001 bsf en un 40% de las veces, un 15% dice ganar entre
100.001 bsf y 300.000 bsf y ninguno respondió tener ingresos menores a
100.000 bsf. Tales tendencias son bastante prometedoras pues casi la
totalidad de las familias (85%) tienen ingresos mayores a 300.000 bsf, y de
esta parte aproximadamente la mitad (40%) ganan por encima de 500.000
bsf, todo lo cual refleja que tienen un buen poder adquisitivo.
Por su parte, Vasquez y Valbuena (sf) destacan que la teoría de Maslow
plantea que “las necesidades fisiológicas ocupan un espacio mayor y se
imponen con más urgencia al individuo” (p. 2), de modo que sólo cuando las
necesidades más básicas, como las fisiológicas y las de seguridad, estén
satisfechas el individuo y la familia puede prestarle atención a requerimientos
más elevados como las de conocimiento, pertenencia y afecto. Ciertamente,
muchas de estas necesidades básicas, como los alimentos y las medicinas,
se logran satisfacer con dinero por lo que es oportuno que los ingresos
económicos familiares sean suficientemente buenos.
La investigadora al contrastar estos resultados con la teoría de las
necesidades de Maslow comentadas por Vasquez y Valbuena (sf) se
observa que los jefes de familia al contar con un elevado poder adquisitivo
tienen la oportunidad de cubrir las necesidades básicas de alimentación,
salud, entre otros, que corresponden en la pirámide de Maslow a las
necesidades fisiológicas y de seguridad, y por tanto pueden ocuparse de
procurar satisfacer necesidades más elevadas en la pirámide (gráfico 1)
como pertinencia y amor, estima y actualización. De este modo, las familias
le prestan más atención a cultivar el afecto, el respeto, la comunicación, el
apoyo mutuo, entre otros, todo lo cual redunda según Bianco (1991) en un
funcionamiento operativo de la familia y tienen un efecto positivo en el
comportamiento de los hijos.
128
Cuadro 21. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: condición de trabajo
Categoría FA FP (%)
Trabajador independiente informal 5 25
Trabajador independiente formal 4 20
Empleado contratado 2 10
Empleado fijo 9 45
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
129
En cuanto al tópico relacionado con la condición de trabajo en el cuadro
21 y en el gráfico 20 los encuestados respondieron en un 45% empleado fijo,
el 25% dijo ser trabajador independiente informal, el 20% se identificó como
trabajador independiente formal y el 10% restante como empleado
contratado. Los resultados muestran que poco más de la mitad (55%) de los
jefes de familia optan por tener la seguridad de un empleo siendo casi todos
ellos (45%) empleados fijos, el resto de los encuestados (45%) son
trabajadores independientes.
En este orden de ideas, Vasquez y Valbuena (sf) señalan que la teoría de
las necesidades de Maslow plantea que “las necesidades fisiológicas ocupan
un espacio mayor y se imponen con más urgencia al individuo” (p. 2), de
manera que únicamente al momento en que las necesidades más
elementales, como las fisiológicas y las de seguridad, estén resueltas es que
se puede pensar en satisfacer otros requerimientos más elevados. Por otro
lado, Quintanar (2005) ratifica la idea de que “el hombre es un ser que posee
necesidades que desea satisfacer y cuya conducta está dirigida a la
consecución de tales objetivos” (p.39), siempre siguiendo el orden jerárquico
de tales necesidades desde las más básicas hasta las más espirituales.
En relación a este tópico, la autora asevera que, ciertamente aunque por
lo general los trabajadores independientes tienen mayores libertades
financieras gracias a que pueden determinar el monto de sus ingresos,
posiblemente la mayoría de los jefes de familia prefieren los beneficios
socioeconómicos y la estabilidad que les da un empleo, más aun cuando
logran la condición de fijos, aunque las remuneraciones no sean siempre las
mejores. En concordancia con estas ideas, la estabilidad de un empleo es lo
más recurrente porque probablemente le brinda a los jefes de familia una
sensación de tranquilidad laboral con lo cual satisfacen la necesidad de
seguridad de la pirámide de Maslow.
130
Cuadro 22. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: economía familiar
Categoría FA FP (%)
Inadecuada 6 30
Medianamente adecuada 10 50
Adecuada 3 15
Óptima 1 5
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
131
En lo referente a la economía familiar en el cuadro 22 y en el gráfico 21 se
observa que un 50% de los entrevistados dijeron que era medianamente
adecuada, un 30% que era inadecuada, un 15% adecuada y sólo un 5% que
era óptima. Tales tendencias dejan ver que para el 80% de los encuestados
la percepción de la economía familiar es negativa mientras que el 20%
restante la percibe positivamente, de modo que para ellos la situación
económica ha desmejorado el rendimiento del presupuesto familiar, tal como
se señaló anteriormente.
Tal como señala Trucco (2002) existe una “relación inversa entre nivel
socioeconómico y prevalencia de trastornos psiquiátricos” (p. 3), de hecho a
peores condiciones socioeconómicas mayor es la prevalencia de trastornos
psiquiátricos como depresión mayor, personalidad antisocial, alcoholismo,
dependencia de drogas y síntomas variados de estrés. Por su parte, Cuervo
(2010) recalca que “el estrés, la depresión o la ansiedad están asociados con
problemas socioeconómicos, conflictos familiares y falta de redes de apoyo,
lo cual afecta las pautas de crianza” (p. 114).
Para la investigadora esta situación es bastante preocupante porque es
muy importante salvaguardar la economía familiar ya que, como lo señalan
los autores citados, la economía familiar tendrá una influencia importante en
la salud tanto individual como familiar en el ámbito psicológico así como en la
crianza de los niños. Resulta importante resaltar que, a pesar de que los
ingresos económicos mensuales del núcleo familiar no son tan bajos a causa
de la difícil situación económica actual los padres encuestados evalúan
negativamente la economía familiar, por ello es urgente que el estado
venezolano busque la manera de solventar el problema del alto costo de la
vida así como aquellos inconvenientes relacionados con la adquisición de
productos básicos.
132
Cuadro 23. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: tipo de vivienda
Categoría FA FP (%)
Propia 9 45
Alquilada 4 20
De un familiar 3 15
Anexo en casa de los padres o suegros 4 20
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
133
En cuanto a lo concerniente a tipo de vivienda en el cuadro 23 y en el
gráfico 22 los encuestados respondieron en un 45% que la vivienda es
propia, un 20% que es alquilada, otro 20% vive en un anexo en casa de los
padres o suegros y el 15% restante reside en casa de un familiar. Tales
resultados muestran que en la actualidad a causa de la difícil situación
económica es bastante cuesta arriba acceder a una vivienda propia o
alquilada, a pesar de que ello es una necesidad importante para cualquier
familia con hijos en edad escolar.
De acuerdo con Vasquez y Valbuena (sf), Maslow plantea en su pirámide
de las necesidades que los requerimientos del individuo van de los insumos
materiales a los espirituales o sublimes para poder alcanzar la sensación de
bienestar, las cuales lo motiva a trabajar y buscar los recursos para
satisfacerlas. Es a partir de este punto que se puede entender el hecho de
que si no se tienen los elementos básicos requeridos para ello, como la
vivienda, se presenta un desequilibrio en la persona, que lo lleva a un
malestar ya sea emocional o fisiológico.
En ese orden de ideas, para la autora es correcto decir que las familias
encuestadas han sufrido el impacto de la situación económica ya que la
vivienda es una necesidad que toda familia debe satisfacer en el corto plazo
una vez que se conforma pues ella da una sensación de seguridad y
bienestar a todos su miembros. Tales resultados revelan lo difícil que es para
las familias en la situación actual acceder como propietarios a un bien
inmueble ya que menos de la mitad (45%) tiene vivienda propia
probablemente a causa de los altos precios en el mercado, el resto de las
familias han tenido que optar por los alquileres, que también son costosos y
representan un duro golpe a su economía familiar, o recurrir a los familiares
para que les ceda un espacio gratuito.
134
Cuadro 24. Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por
la población en relación a: número de hijos
Categoría FA FP (%)
De 1 a 2 13 65
De 3 a 4 6 30
De 5 a 6 1 5
Más de 6 0 0
Total 20 100
Fuente: Molina (2017)
135
En cuanto al número de hijos en el cuadro 24 y en el gráfico 23 se observa
que los encuestados respondieron que tenían de 1 a 2 hijos en un 65% de
los casos, de 3 a 4 niños en un 30% de las familias, sólo un 5% de ellos
tienen de 5 a 6 hijos y en ninguno caso tienen más de 6 hijos. Tales
tendencias evidencian que la gran mayoría de las familias (95%) tienen
pocos hijos lo que es cónsono con la difícil situación económica que se está
viviendo en el país desde hace algunos años ya que los jefes de familia
prevén el impacto de los altos costos de los productos básicos requeridos
para la manutención del niño que representaría un gran peso en el
presupuesto familiar.
En ese sentido, Ramirez (2005) señala que en la conducta de los padres
hacia los hijos tiene una influencia relativa el número de adultos, el número
de niños y el ingreso familiar, entre otros factores. Por tanto, se puede decir
que los jefes de familia en procura de conseguir el bienestar familiar deben
hacer una buena planificación familiar considerando, entre otras cosas, el
nivel socioeconómico que esperan tener ya que lo ideal es que puedan
costear todas sus necesidades materiales, o al menos en buena parte, de
sus hijos a la vez que le dediquen tiempo a atender sus necesidades
afectivas y comunicacionales, todo lo cual repercute positivamente en su
desarrollo psíquico y emocional.
De modo que, para la investigadora la práctica de la planificación familiar
es una estrategia saludable que siguen los jefes de familia encuestados a fin
de procurar el bienestar integral de la familia lo cual dejará huella en el
proceso de crianza y los hábitos conductuales de los niños. Resulta por tanto
muy necesario que se planifiquen y ejecuten planes de concientización
acerca de la planificación familiar y los grandes beneficios que a largo plazo
ofrecen a la familia y la sociedad en general.
Igualmente, la autora destaca la importancia de dar a conocer mediante
charlas, cursos o talleres a los jefes de familias un conjunto de estrategias
cognitivo-conductuales y los principios doctrinarios de la escuela Bianco para
136
un buen funcionamiento de la familia ya que con total certeza les resultarán
muy útiles para enfrentar la problemática expresada en los resultados
presentados. Todo ello con la finalidad de que puedan lograr tener una mejor
calidad de vida gracias a que, como se presentó en las bases teóricas, las
cogniciones, las emociones y la conducta están íntimamente relacionadas.
137
En lo relativo al objetivo de caracterizar el comportamiento que
manifiestan los hijos en edad escolar de las familias encuestadas se
presenta a continuación en el cuadro 25 un resumen de los resultados
obtenidos al realizar la encuesta. De ese modo, se puede describir cómo es
la conducta de los hijos tanto en el hogar como en la escuela en términos de
opciones de frecuencia para cada ítem considerado.
En el cuadro 25 se observa que en relación a todos los ítems en general el
53,28% de las familias respondieron que siempre, mientras que el 36,1%
dijeron que los hacían casi siempre, 9,43% eligieron la opción en ocasiones y
sólo un 1,23% respondieron que nunca manifestaban tales conductas.
Dichas respuestas dejan ver que en general el comportamiento de los hijos
es operativo ya que casi un 90% de las respuestas acerca de la conducta
tanto en la casa como en la escuela fueron siempre y casi siempre.
En ese orden de ideas, tanto Bianco (1991) como Gallego (2012)
proponen unas normas básicas de funcionamiento de la familia orientadas a
promover y mantener conductas operativas y funcionales de sus integrantes
tanto en el seno familiar como en el ámbito social exterior, tales principios
son la estructura jerárquica de la familia, el binomio autoridad/afecto y la
comunicación efectiva entre sus integrantes. De esa manera, afirma Lozano
(sf) que la crianza de los hijos se dará en un ambiente propicio que posibilite
la asimilación y la incorporación a su comportamiento habitual de las normas
y los valores sociales transmitidos.
De esa forma, para la autora es claro que en términos generales el
comportamiento de los hijos es operativo y funcional tanto en el seno del
hogar como en el ámbito escolar ya que con una alta frecuencia los niños
manifiestan ser respetuosos con sus padres y hermanos, responsables con
las tareas, participativos en las reuniones familiares, entre otros. Todo ello en
consonancia con las pautas propuestas por Bianco y confirmadas por
Gallego en relación a la operatividad y funcionalidad de las relaciones
familiares.
138
Cuadro 26. Coeficientes de Pearson para el análisis correlacional del comportamiento de los hijos.
RA MA TRA MR CCT RF PRF RAT HE ETE MD CN DAA
RA 1 0,150 0,519 0,525 -0,463 0,000 -0,343 -0,182 -0,401 0,046 0,351 0,105 -0,048
(0,566) (0,033) (0,031) (0,061) (1,000) (0,177) (0,485) (0,111) (0,862) (0,167) (0,689) (0,856)
MA 1 0,405 -0,015 -0,276 -0,340 -0,230 -0,276 -0,159 -0,127 0,040 0,214 -0,061
(0,107) (0,953) (0,284) (0,182) (0,374) (0,284) (0,542) (0,626) (0,879) (0,409) (0,818)
TRA 1 0,359 -0,182 -0,214 0,176 -0,041 -0,300 0,435 0,351 0,360 -0,210
(0,157) (0,485) (0,409) (0,500) (0,875) (0,242) (0,081) (0,167) (0,156) (0,420)
MR 1 0,077 0,331 0,102 0,366 0,103 0,436 0,271 0,278 0,255
(0,770) (0,195) (0,697) (0,149) (0,694) (0,080) (0,293) (0,280) (0,323)
CCT 1 0,281 0,575 0,261 0,614 0,120 0,176 0,276 0,301
(0,274) (0,016) (0,312) (0,009) (0,645) (0,500) (0,284) (0,241)
RF 1 0,087 0,094 0,401 0,260 0,000 0,000 0,324
(0,741) (0,720) (0,111) (0,314) (1,000) (1,000) (0,204)
PRF 1 0,234 0,162 0,213 -0,091 0,436 -0,123
(0,366) (0,535) (0,412) (0,728) (0,080) (0,638)
RAT 1 0,527 0,462 -0,198 0,276 0,159
(0,030) (0,062) (0,447) (0,284) (0,543)
HE 1 0,364 0,133 0,159 0,607
(0,150) (0,610) (0,542) (0,010)
ETE 1 0,426 0,436 0,532
(0,088) (0,080) (0,028)
MD 1 0,299 0,633
(0,244) (0,006)
CN 1 0,318
(0,214)
DAA 1
Fuente: Molina (2017)
Leyenda:
RA: respeta la autoridad del padre y/o de la madre PRF: tienen participación en la reunión familiar
MA: manifiesta afecto hacia el padre y/o la madre RAT: recibe con agrado cuando se le brinda apoyo en sus tareas escolares
TRA: tiene una relación adecuada con los hermanos(as) HE: cumple un horario en el hogar para el estudio
MR: muestra respeto hacia los demás integrantes (padres o adherentes) del ETE: entrega las tareas escolares a tiempo
hogar MD: muestra disciplina en su tiempo de permanencia en la escuela
CCT: colabora en el cumplimiento de las tareas en el hogar CN: cumple las normas que se establecen en el hogar
RF: en la reunión familiar se habla sobre los deberes a cumplir por los hijos DAA: posee un desempeño académico adecuado
139
CORRELACIONES
En cuanto al análisis correlacional de los indicadores del comportamiento
de los hijos en el cuadro 26 se observan los resultados del coeficiente de
correlación de Pearson para un 95% de confianza. De este modo, pueden
verse las parejas de indicadores que resultaron tener significancia entre sí,
es decir, el primer número que aparece en cada celda representa el grado de
correlación entre las variables y si ella es positiva o negativa, mientras que el
segundo número indica el valor P, así si este último está por debajo de 0,05
confirma que la relación es significante al 95% de confianza y está resaltado
con un fondo azul.
Vale comentar que todas las correlaciones significantes son positivas
medias cuyos valores están en el rango de 0,519 a 0,633, lo que quiere decir
que mientras mayor sea la magnitud de un indicador se puede esperar que
sea mayor la magnitud del otro indicador, sin que ello implique una relación
de causalidad entre ellos. Dicho de otra manera, si por ejemplo entre los
indicadores RA y MA la correlación es positiva se puede decir que a mayor
respeto a la autoridad de los padres mayor será la manifestación de afecto
de los hijos hacia ellos, mientras que si la correlación fuera negativa se diría
lo contrario.
En ese orden de ideas, las parejas de indicadores que resultaron
significantes al 95 % de confianza fueron el respeto a la autoridad del padre
y/o de la madre (RA) con una relación adecuada con los hermanos (TRA) al
igual que con el mostrar respeto hacia los demás integrantes del hogar (MR)
con valores P de 0,033 y 0,031, respectivamente. Tales resultados tienen
mucha relación con la adecuada aplicación del binomio autoridad/afecto
propuesto por Bianco donde los padres muestran autoridad en la aplicación
de las normas y reglas a la vez que una adecuada manifestación de afecto,
lo cual se traduce en una sana relación entre los hermanos y un trato
respetuoso entre los miembros de la familia.
140
Igualmente, existe relación entre la colaboración de los hijos en el
cumplimiento de las tareas en el hogar (CCT) y la participación en la reunión
familiar (PRF) así como el cumplimiento de un horario en el hogar para el
estudio (HE) con un valor P de 0,016 y 0,009, respectivamente. Todo lo cual
indica que la participación de los niños en las reuniones familiares
propuestas por Bianco hacen un efecto positivo en la disciplina que necesitan
tener los hijos para cumplir con las tareas del hogar. De la misma forma, esa
disciplina que muestran los hijos en el hogar para hacer sus quehaceres
domésticos se refleja en el horario que siguen en la casa para dedicarle
tiempo a los estudios, lo que a la larga tiene un efecto beneficioso para el
comportamiento de los hijos tanto en el hogar como en la escuela.
Por otra parte, se observa una relación significativa entre el recibir con
agrado el apoyo que se le brinda al realizar sus tareas escolares (RAT) y el
cumplimiento de un horario en el hogar para el estudio (HE) con un valor P
de 0,030. Todo lo anterior indica que las reuniones familiares realizadas por
los padres han tenido un efecto positivo ya que como sugiere Bianco ese es
el momento de instaurar a los niños la disciplina para cumplir el horario de
estudio en casa, lo cual les da una oportunidad a los padres de apoyarlos en
sus tareas y ejercer en ellos un buen ejercicio del afecto con el fin de crear el
clima familiar apropiado para reciban con agrado la ayuda necesaria.
Finalmente, se observa que el cumplimiento de un horario en el hogar
para el estudio (HE), la entrega de las tareas escolares a tiempo (ETE) y la
manifestación de disciplina en su tiempo de permanencia en la escuela (MD)
tienen relación significativa con un desempeño académico adecuado (DAA)
con valores P de 0,010, 0,028 y 0,006, respectivamente. Dichos valores
dejan ver que efectivamente las normas impuestas en el hogar en cuanto a
sus actividades escolares como el horario de estudio, la entrega de tareas
puntual y la disciplina rinden frutos valiosos en la escuela con un adecuado
desempeño académico, lo cual muestra que como sugieren Bianco y Moles
141
cuando los padres logran crear un clima familiar operativo y funcional se
tiene efectos positivos sobre el proceso de escolarización del niño.
142
variables, relacionando esos resultados para la misma porción de las
muestras. Dicho coeficiente es un índice de fácil ejecución e, igualmente, de
fácil interpretación, donde la magnitud de la relación viene especificada por el
valor numérico del coeficiente, reflejando el signo la dirección de tal valor.
En ese sentido, el coeficiente puede variar entre -1 a +1 tal como se
muestra en el cuadro 27 referido a la correlación de variable de acuerdo a los
resultados de los cálculos. Al momento de interpretarla es válido entender
que es tan fuerte una relación de +1 como de -1, en el primer caso la relación
es perfecta positiva, es decir, a medida que una de las variables aumenta de
intensidad también aumenta la otra, y en el segundo es perfecta negativa,
donde ocurre todo lo contrario, mientras que a medida que se aproxima a
cero la relación disminuye.
143
En lo que respecta al cuadro 28 se analiza la relación entre la variable
manifestaciones de estrés de los padres hacia la situación socioeconómica,
dimensión cognitiva, indicador pensamientos sobre la familia y la variable
comportamiento de los hijos, dimensión familiar, indicador reunión familiar,
dicha relación está cuantificada con un valor chi-cuadrado de 8,51 y una
correlación positiva media que posee un coeficiente de Pearson de 0,4836.
Así en base a los resultados se puede asegurar que sí hay una relación que
podría ser determinante entre los pensamientos sobre la familia que posee el
jefe del hogar y el hecho de que en la reunión familiar se hable sobre los
deberes a cumplir por los hijos.
De acuerdo con Lozano (sf) una dinámica familiar otorga a cada familia su
identidad, la cual está reflejada en su sistema de valores, sus formas de
organización y las pautas de crianza que constituye para el crecimiento y el
desarrollo individual de sus integrantes y de la familia como totalidad. Por su
parte, Bianco (1991) señala que durante la reunión familiar los padres
disponen del momento de enfatizar, entre otras cosas, los deberes de los
hijos, así como plantear soluciones a situaciones problemáticas. De modo
que si esta dinámica familiar se ve alterada de algún modo se tiene el riesgo
de afectar el proceso de desarrollo integral de los niños.
Por ello, para la autora este resultado es algo preocupante ya que es claro
que los pensamientos más recurrentes de los padres son negativos (el
presupuesto familiar no me alcanza con 84,21%) y ello podría influir sobre las
reuniones familiares en donde con una frecuencia de 42,10% “casi siempre”
se habla sobre los deberes que deben cumplir los niños en el hogar. Todo lo
cual es inapropiado por cuanto es posible que los padres tomen ese
momento para hablar sobre otros asuntos, tal vez asociados con la situación
económica, que podrían afectar las cogniciones de los hijos.
144
En ese sentido, es pertinente que los padres reflexionen sobre este tópico
y cambien esa práctica porque los resultados sugieren que a medida que se
manifiesten los pensamientos negativos de los padres en esa medida
afectará el abordaje de los deberes de los hijos en las reuniones familiares.
Así, es necesario que los padres ejerciten una dinámica familiar sana en
donde se manejan adecuadamente los pensamientos negativos para evitar
que se manifiesten en la conducta de sus hijos en el seno familiar, por ese
motivo la investigadora afirma que estos resultados respaldan la hipótesis H1.
145
En lo relacionado con el cuadro 29 se observa la relación entre la variable
manifestaciones de estrés de los padres hacia la situación socioeconómica,
dimensión cognitiva, indicador pensamientos sobre la familia y la variable
comportamiento de los hijos, dimensión educativa, indicador horario de
estudios, dicha relación está cuantificada con un valor chi-cuadrado de 6,11 y
una correlación positiva considerable que posee un coeficiente de Pearson
de 0,7291. Por tanto se puede asegurar que sí hay relación que es
determinante entre los pensamientos sobre la familia que posee el jefe del
hogar y el cumplimiento de un horario en el hogar para el estudio.
En concordancia con Gallardo (2000) el proceso educativo de un niño bajo
un clima familiar y con patrones de crianza sanos favorecerá a que más
adelante éste participe de una manera armónica y coherente en la sociedad,
en donde se incluye la escuela, lo que será determinante en su educación e
incluso en el rendimiento académico. De allí la necesidad de que los jefes de
familia sepan manejar las cogniciones negativas con el fin de evitar
consecuencias negativas en el desempeño académico de los hijos.
En ese orden de ideas, para la investigadora este resultado es bastante
llamativo debido a que los pensamientos más frecuentes de los jefes de
familias son negativos (el presupuesto familiar no me alcanza con 84,21%) y
ello podría llegar a influir sobre el cumplimiento de horario en el hogar para el
estudio en donde con una frecuencia de 42,10% “casi siempre” se cumple un
horario para el estudio en el hogar. Tales resultados reflejan el hecho de que
las cogniciones negativas de los padres los está distrayendo de sus deberes
de apoyar a sus hijos en la formación de sus hábitos de estudios por lo cual
debe hacerse una corrección en lo inmediato para mejorar dicha conducta y
así prevenir que el desempeño académico de los hijos desmejore.
Por ello, resulta conveniente que los jefes de familia mejoren sus
cogniciones ya que según la teoría cognitivo conductual los pensamientos
afectan dramáticamente la conducta de una persona de modo que si una
persona analiza los hechos de una manera más optimista favorecerá que
146
tenga conductas más operativas porque los resultados sugieren que a
medida que se manifiesten los pensamientos negativos de los padres en esa
medida afectará el cumplimiento de sus hijos de un horario en el hogar para
el estudio. Así, es necesario que los padres ejerciten una reestructuración
cognitiva en donde se manejan adecuadamente los pensamientos negativos
para evitar que se manifiesten en la conducta de sus hijos en el ámbito
escolar, por ese motivo la autora afirma que estos resultados respaldan la
hipótesis H1.
147
En cuanto a los resultados expuestos en el cuadro 30 se puede comentar
que la relación entre la variable manifestaciones de estrés de los padres
hacia la situación socioeconómica, dimensión emocional, indicador miedo y
la variable comportamiento de los hijos, dimensión familiar, indicador reunión
familiar, posee un valor chi-cuadrado de 30,46 y un coeficiente de Pearson
de 0,0831 correspondiente a una correlación positiva muy débil. Por lo cual
se puede afirmar que aunque hay relación entre los miedos del jefe de familia
y el hecho de que en la reunión familiar se hable sobre los deberes a cumplir
por los hijos, esta no es determinante.
Según Cardoze (sf), Calata (2011) y Fernández (2007) es muy importante
que los padres ofrezcan a sus hijos un ambiente familiar idóneo, sin que
predominen emociones negativas como el miedo, ya que ellos aseguran que
el estilo de crianza y el clima familiar en combinación con los rasgos
temperamentales del niño formarán la base de sus patrones de
comportamiento actual y futuro. De allí se deriva la imperiosa necesidad de
que los padres canalicen sus temores e inseguridades hacia emociones más
positivas y funcionales que mejore el ambiente familiar donde crezca el niño.
De acuerdo con tales resultados para la investigadora es bastante notorio
que los miedos más frecuentes de los jefes de familias son que no consigo
dinero para alimentar a mis hijos con 31,58% y otras razones varias también
con 31,58%, igualmente se observa que el 42,10% de las familias
respondieron que “casi siempre” hablan en las reuniones familiares sobre los
deberes de los niños a cumplir. Tales respuestas indican que las emociones
negativas de los padres podrían llegar a lograr que estos olviden en la
reunión familiar recordar a los hijos sus deberes en el hogar por lo cual debe
corregirse esta situación lo más pronto posible para procurar siempre darle a
los niños la orientación correcta y oportuna en su proceso de crianza.
Por ello, resulta conveniente que los jefes de familia mejoren sus
emociones ya que según la terapia racional emotiva conductual las
emociones, las cogniciones y las conductas están relacionadas íntimamente
148
de manera que si la persona canaliza mejor sus emociones hacia unas más
positivas mejorará mucho sus pensamientos y conductas porque los
resultados sugieren que a mayor manifestación de los miedos de los padres
en mayor medida afectará el hecho de que en la reunión familiar se hable de
los deberes de los hijos. Aunque como se dijo antes, dicha relación es muy
débil, no está demás que los padres ejerciten alguna técnica de relajación,
como la de Jacobson, en donde se minimicen los miedos para minimizar la
influencia en la conducta de sus hijos en el ámbito familiar, por ese motivo la
investigadora afirma que estos resultados respaldan la hipótesis H2.
149
Al analizar los resultados presentados en el cuadro 31 es importante
comentar que la relación entre la variable manifestaciones de estrés de los
padres hacia la situación socioeconómica, dimensión emocional, indicador
miedo y la variable comportamiento de los hijos, dimensión educativa,
indicador cumplimiento de un horario en el hogar para el estudio, posee un
valor chi-cuadrado de 35,06 y un coeficiente de Pearson de 0,0278
correspondiente a una correlación positiva muy débil. Por ello se puede
confirmar que a pesar de que hay relación entre los miedos del jefe de familia
y el cumplimiento de los hijos de un horario en el hogar para el estudio, ésta
no es determinante.
En ese orden de ideas, Muñoz (sf) señala la importancia que tiene la
inteligencia emocional en la posible aparición de alteraciones en la conducta
de los niños en la escuela por lo que resulta necesario que los padres
aprendan a manejar las adversidades de la situación socioeconómica actual
para evitar proyectarla hacia los hijos. Es por eso que resulta primordial
orientar a los padres en el sentido de canalizar mejor sus emociones hacia
otras más positivas de modo que favorezcan a la formación integral del niño.
De acuerdo con tales resultados para la investigadora es bastante notorio
que los miedos más frecuentes de los jefes de familias son que no consigo
dinero para alimentar a mis hijos con 31,58% y otras razones varias también
con 31,58%, igualmente se observa que el 42,10% de las familias
respondieron que “casi siempre” cumplen un horario en el hogar para el
estudio. Tales resultados reflejan que las emociones negativas de los padres
podrían estar afectando sus cogniciones y conductas al punto de distraerlos
de sus deberes de velar que los hijos cumplan con un horario de estudios en
el hogar por lo que debe mejorarse esta situación a la brevedad para no
poner en riesgo el desempeño académico de los hijos.
Por este motivo es necesario que los padres aprendan a mejorar sus
emociones ya que de acuerdo a Albert Ellis y su terapia racional emotiva
conductual las emociones, cogniciones y comportamientos de un individuo
150
están en total conexión de modo que si la persona experimenta emociones
más positivas mejoraran mucho sus pensamientos y conductas, de hecho los
resultados apuntan a que a mayor manifestación de los miedos de los padres
en mayor medida afectará el cumplimiento que los hijos deben tener de un
horario de estudio en el hogar. De ese modo, aunque como se dijo antes la
relación no es determinante, es recomendable que los padres ejerciten
técnicas cognitivas como por ejemplo el debate filosófico de ideas
irracionales de la mano de un orientador de la conducta, que lo ayuden a
disminuir sus miedos para bajar aún más la influencia en el comportamiento
de los niños en el ámbito educativo, por tal razón la investigadora afirma que
estos resultados respaldan la hipótesis H2.
151
Al analizar los resultados presentados en el cuadro 32 es oportuno señalar
que la relación entre la variable manifestaciones de estrés de los padres
hacia la situación socioeconómica, dimensión conductual, indicador
respuestas fisiológicas y la variable comportamiento de los hijos, dimensión
familiar, indicador reunión familiar, posee un valor chi-cuadrado de 6,69 y un
coeficiente de Pearson de 0,6692 correspondiente a una correlación positiva
media. Por tanto se puede afirmar que a pesar de que hay relación entre las
respuestas fisiológicas del jefe de familia y el hecho de que en la reunión
familiar se hable sobre los deberes a cumplir por los hijos, ésta no es
determinante.
Bandura y Walters (1974) en su análisis del enfoque social de Bandura
destacan la idea de que buena parte del aprendizaje se da en el medio social
que envuelve a la persona de modo que, aI observar a otros, la persona
adquiere conocimientos, creencias y actitudes. Por tal razón es vital que los
padres tomen conciencia al respecto y se comprometan a practicar
conductas operativas con el fin de ser ejemplo para los hijos en edad escolar.
De acuerdo con tales resultados para la autora llama la atención que las
respuestas fisiológicas más frecuentes de los jefes de hogar son que los
dolores de cabeza con 57,89% así como que el 42,10% de las familias
respondieron que “casi siempre” hablan en las reuniones familiares sobre los
deberes de los niños a cumplir. Tales respuestas indican que las respuestas
fisiológicas de los padres podrían estar influyendo el normal desarrollo de la
reunión familiar que es enfatizar a los hijos sus deberes en el hogar por lo
cual debe solventarse esta eventualidad con la mayor rapidez con el fin de
cultivar un clima familiar sano y operativo en la medida de lo posible.
Por esa razón es de gran importancia que los padres manejen sus
respuestas fisiológicas de mejor forma ya que según la teoría cognitivo
conductual las cogniciones y las conductas están altamente relacionadas de
forma que si el individuo reflexiona sobre su comportamiento y lo orienta
hacia uno más positivo ayudará mucho su forma de pensar e interpretar su
152
realidad, de hecho los resultados dejan ver que a mayor manifestación de las
respuestas fisiológicas de los padres en mayor magnitud afectará el hecho
de que en la reunión familiar se hable de los deberes de los hijos. Así,
aunque la relación no es determinante, es oportuno que los jefes de hogar se
apropien de alguna técnica cognitiva-conductual, como el reforzamiento
diferencial de la conducta opuesta, con el fin de que se minimicen las
respuestas fisiológicas para así disminuir aún más la influencia en la
conducta de sus hijos en el ámbito familiar, por ese motivo la investigadora
afirma que estos resultados respaldan la hipótesis H2.
153
Por último, al observar los resultados mostrados en el cuadro 33 vale
mencionar que la relación entre la variable manifestaciones de estrés de los
padres hacia la situación socioeconómica, dimensión conductual, indicador
respuestas fisiológicas y la variable comportamiento de los hijos, dimensión
educativa, indicador cumplimiento de un horario en el hogar para el estudio,
posee un valor chi-cuadrado de 11,96 y un coeficiente de Pearson de 0,2158
correspondiente a una correlación positiva débil. Por esa razón se puede
confirmar que aún cuando hay relación entre las respuestas fisiológicas del
jefe de familia y el cumplimiento de los hijos de un horario en el hogar para el
estudio, ésta no es determinante.
En ese sentido, para Gallardo (2000) es de vital importancia que los
padres, como jefes de familia, mantengan conductas saludables y
funcionales diariamente ya que ellas junto con los patrones de crianza
aplicados en el grupo familiar son determinantes en la formación e incluso en
el rendimiento académico de los hijos en el ámbito escolar. De allí se deja ver
la importancia de la preocupación que deben tener los padres acerca de
fomentar un saludable clima familiar que colabore en la instauración y
moldeamiento de conductas funcionales en los hijos desde temprana edad.
En función de los resultados vistos para la autora es muy llamativo que las
respuestas fisiológicas más usuales de los jefes de familias son dolores de
cabeza con 57,89% a la vez que se observa que el 42,10% de las familias
respondieron que “casi siempre” cumplen un horario en el hogar para el
estudio. Dichas respuestas muestran que las respuestas negativas de los
jefes de familias podrían estar haciendo influencia sobre su comportamiento
al punto de descuidar su atención al cumplimiento de los hijos con un horario
de estudios en el hogar, de manera que es menester solventar prontamente
tal situación para evitar que los hijos desmejoren su desempeño académico.
Por tal razón se hace oportuno que los jefes de familia aprendan a
dominar sus respuestas fisiológicas ya que de acuerdo a la teoría cognitiva-
conductual las cogniciones y conductas de la persona están en perfecta
154
sintonía de manera que si el individuo experimenta mejores conductas se
verá una gran influencia en sus ideas y creencias, tanto es así que las
respuestas de las familias encuestadas sugieren que a mayor manifestación
de las respuestas fisiológicas de los padres en mayor medida afectará al
cumplimiento que los hijos deben tener de un horario de estudio en el hogar.
De esa manera, a pesar de que la relación no es determinante, se
recomienda que los jefes de familia se habitúen a practicar con regularidad
un programa de extinción de la conducta no operativa que minimicen sus
respuestas fisiológicas para que no influyan en gran manera sobre el
comportamiento de los niños en la esfera educativa, por ese motivo la
investigadora afirma que estos resultados respaldan la hipótesis H2.
155
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones
En primer lugar, para dar respuesta al objetivo específico relacionado con
la identificación de las manifestaciones de estrés hacia la situación
socioeconómica en la familia en las calles Neverí y Cantaura de la
Urbanización Pozuelos de Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, Año 2017, es
importante comentar que las características sociodemográficas de las
familias encuestadas están definidas por predominar el género masculino
como jefe del hogar (65%), ser personas de edad madura (45%) y ser
monogámicas (80%), lo cual ofrece un marco social adecuado para la
constitución de una familia y la crianza de los hijos. Por otra parte, en cuanto
a la dimensión cognitiva de los encuestados pudo verse que el pensamiento
más recurrente es que el presupuesto familiar no les alcanza (85%), creen
que sus hijos no merecen vivir esta situación del país (85%), sólo están
preocupados por los altos costos de los productos básicos (40%) y en cómo
156
conseguir más dinero (40%), sin embargo no están resignados a ello pues
tienen interés de ver cómo salir adelante, lo cual muestra que son personas
optimistas.
Al analizar la dimensión emocional, la situación económica no ha hecho
mayores efectos sobre las familias encuestadas ya que no manifiestan con
alta frecuencia rabia ni tristeza, sin embargo un número importante de ellos
sienten miedo principalmente por no conseguir dinero para alimentar a los
hijos (30%), salir de madrugada a buscar alimentos (10%) y no poder cubrir
las necesidades básicas (10%). Todo ello está en correspondencia con lo
observado en la dimensión cognitiva ya que los jefes de familia tienen
optimismo al momento de afrontar la situación económica, aunque no
pueden evitar sentir miedo.
En el ámbito de la dimensión conductual de los jefes de familia
encuestados, se puede afirmar que no han sido afectados de manera
importante por la situación económica actual, porque aunque reconocen
tener respuestas fisiológicas al estrés como dolores de cabeza (60%) e
insomnio (25%) en los demás indicadores tienen manifestaciones positivas y
funcionales, debido a que al momento de resolver conflictos ellos conversan
sobre la situación para entenderse (40%), para tomar decisiones escuchan la
opinión de todos (60%), fomentan el bienestar familiar mediante el apoyo
mutuo (45%), mantienen una buena comunicación como pareja (70%) y un
trato respetuoso y afectuoso con los hijos (85%).
En cuanto a la dimensión socioeconómica de las familias encuestadas, se
puede decir que en general es adecuada para la crianza de los hijos pues se
caracteriza por ingresos económicos mensuales mayores a 500.000 bsf
(40%), el jefe de familia es empleado fijo (45%), la vivienda familiar es propia
(45%) y tienen de 1 a 2 hijos (65%), sin embargo para la mayoría de ellos la
economía familiar es descrita cuando mucho medianamente adecuada, lo
que deja ver que a pesar de ello el impacto de la situación económica sobre
la economía familiar es notorio.
157
Por otra parte, para dar respuesta al objetivo específico de caracterizar el
comportamiento que manifiestan los hijos en edad escolar en las calles
Neverí y Cantaura de la Urbanización Pozuelos de Puerto La Cruz, Estado
Anzoátegui, Año 2017, puede comentarse que en el análisis descriptivo el
comportamiento de los hijos es operativo tanto en el hogar como en la
escuela.
En el análisis correlacional del comportamiento de los hijos en la
dimensión familiar mostró una relación positiva y significativa al 95% de
confianza entre los indicadores respeto de la autoridad de los padres y una
adecuada relación con los hermanos así como con la manifestación de
respeto hacia los otros miembros del hogar; con un coeficiente de correlación
de Pearson de 0,0328 y 0,0307, respectivamente. Igualmente, la
colaboración en el cumplimiento de las tareas en el hogar y la participación
en las reuniones familiares tienen un coeficiente de Pearson igual a 0,0157,
lo cual es reflejo de un balanceado manejo del binomio autoridad afecto y un
correcto empleo de las reuniones familiares.
Al tratar la dimensión educativa, se observa una correlación positiva y
significativa al 95% de confianza entre los indicadores la colaboración en el
cumplimiento de las tareas en el hogar con el cumplimiento de un horario en
el hogar para el estudio con un coeficiente de Pearson de 0,0087;
igualmente, el recibir con agrado apoyo en sus tareas escolares tiene
relación con el cumplimiento de un horario de estudio en la casa con un
coeficiente de 0,0299; y por último, el cumplimiento de un horario de estudio,
la entrega de tareas escolares a tiempo y la manifestación de disciplina en la
escuela tienen relación positiva con un desempeño académico adecuado con
coeficientes de Pearson de 0,0099, 0,0281 y 0,0064, respectivamente, de
modo que queda claro que si los padres le dedican el tiempo adecuado a
atender las necesidades de sus hijos en el hogar verán los frutos positivos
del comportamiento de los niños en el ámbito escolar.
158
Por último, para dar respuesta al objetivo específico de verificar la
influencia de las manifestaciones de estrés hacia la situación
socioeconómica en la familia en el comportamiento de los hijos en edad
escolar en las calles Neverí y Cantaura de la Urbanización Pozuelos de
Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, Año 2017, se obtuvo, mediante la
prueba chi-cuadrado y la correlación de Pearson, que se verifico la hipótesis
H1 para la dimensión cognitiva, de modo que las manifestaciones cognitivas
del estrés en los padres afectan considerablemente el comportamiento de los
hijos en edad escolar, tanto en la dimensión familiar como educativa,
mientras que para las dimensiones emocional y conductual se verificó la
hipótesis H2 ya que las correlaciones fueron muy débil y media,
respectivamente.
Tales resultados muestran que es muy importante que los jefes de familia
aprendan a mejorar sus pensamientos o creencias en relación a la situación
socioeconómica, es decir, afrontar los eventos cotidianos más positivamente
ya que es claro que ello afecta el comportamiento de los hijos pues de no
atenderse tal situación a la mayor brevedad podría afectar en un mediano o
largo plazo el desarrollo integral de sus hijos. De esta manera, aunque según
los resultados las emociones y la conducta de los padres no afectan la
conducta de sus hijos, los jefes de familia conseguirán beneficios adicionales
en estas dos dimensiones.
Recomendaciones
Ya presentadas las conclusiones pertinentes a las manifestaciones de
estrés hacia la situación socioeconómica en la familia y su influencia sobre el
comportamiento de los hijos en edad escolar de los núcleos familiares
encuestados, se detallan a continuación las recomendaciones de la presente
investigación que la autora considera más adecuadas:
159
A las familias
Es necesario que los padres aborden en el ámbito cognitivo el impacto de
la situación económica de mejor manera ya que sus pensamientos, creencias
y capacidad de concentración se están viendo afectadas negativamente de
manera importante, a la vez que se verificó que influyen considerablemente
en el comportamiento de los hijos. En ese sentido, deben hacer una
reestructuración cognitiva en relación a las amenazas externas que los
abordan debido que de otra forma en el largo plazo podrían transmitir esos
pensamientos a sus hijos y generar en ellos comportamientos no operativos.
En los aspectos emocional y conductual, se sugiere que los jefes de
familia busquen estrategias, como por ejemplo la creación de
emprendimientos familiares o formación de empresas, que contribuyan a
aumentar sus ingresos económicos mensuales con la finalidad de disminuir
los miedos y respuestas fisiológicas asociadas a la difícil situación económica
que están viviendo.
Al estado
Igualmente, en el aspecto socioeconómico, se recomienda que el estado
diseñe estrategias económicas más efectivas que contribuyan a mejorar la
situación actual así como promover actividades de emprendimiento y
enseñanza de planificación familiar, con la finalidad de minimizar los efectos
del estrés hacia la situación económica en las familias encuestadas.
A los orientadores
Se requiere que las familias de las calles Neverí y Cantaura de la
urbanización Pozuelos sigan un plan de trabajo que incluya técnicas
cognitivo conductuales como el modelamiento, el reforzamiento positivo o el
reforzamiento diferencial opuesto y técnicas asertivas para optimizar el
comportamiento de los hijos dadas a conocer mediante talleres, cursos o la
creación de una escuela para padres, preparado por un especialista en la
160
materia para mejorar la cognición y la conducta de los jefes de familia ya que
la situación económica ha impactado sobre ellos en esas dimensiones. En
ese sentido, la autora considera oportuno que se coordinen actividades con
la directiva del consejo comunal del sector para poner en práctica el referido
plan con el fin de que se minimicen las manifestaciones de estrés
observadas en los jefes de familia y se promueva el comportamiento
operativo de los hijos.
Se sugiere que se les instruya a las familias encuestadas acerca de la
importancia de la práctica diaria en la dinámica familiar de la inteligencia
emocional así como los beneficios que conlleva para los padres en el manejo
y control de las emociones negativas y las repercusiones positivas para el
comportamiento de los hijos. De igual forma es menester dar a conocer la
importancia de los enfoques Bianco para el análisis de la conducta así como
sus principios doctrinarios para el funcionamiento operativo de la familia con
la finalidad de que los jefes de hogar puedan más fácilmente fomentar un
clima familiar sano que contribuya con una formación integral del niño.
Se requiere que se aplique este trabajo en sectores menores y mayores
estratos sociales para contrastar las diferencias que podrían existir en
relación al objeto de la investigación. Igualmente, se sugiere hacer esta
investigación en otros sectores de clase media y comparar resultados
obtenidos para identificar las diferencias y similitudes entre zonas
residenciales similares, de modo que se puedan ampliar y generalizar los
resultados y conclusiones en torno a esta investigación.
161
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&script=sci_arttext&tlng=es
171
ANEXO A
CUESTIONARIO APLICADO
172
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
MAESTRÍA EN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA
INSTRUMENTO DE MEDICIÓN
173
I PARTE. DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS DEL JEFE FAMILIAR
Instrucciones: Marque con una X en una sola alternativa a las preguntas que
se plantean a continuación:
Género:
Masculino ________, Femenino ________
Edad:
Menos de 30 años _____, De 31 a 40 años ______, De 41 a 50 años _____,
Más de 51 años _______
Tipo de familia:
Monogámica (Pareja heterosexual con hijos) ______,
Materno filial (Madre e Hijos) _____, Paterno filial (Padre e Hijos) ______
174
4) Al recibir información sobre la situación económica me muestro con:
Preocupación___
Temor___
Interés de ver cómo podré salir adelante____
Optimismo____
Otra (describa) _________________________________________________
_____________________________________________________________
175
10) Para la toma de decisiones en el hogar usted emplea herramientas o
estrategias como:
Yo solo tomo las decisiones en el hogar, no consulto a nadie ______
Tomo en cuenta la opinión de todos en el hogar ______
Escucho sugerencias de amigos u otros familiares ______
Busco apoyo con algún especialista, si es necesario _________
Otra (describa) __________________________________________________
_______________________________________________________________
13) Usted considera que la relación con sus hijos(as) se caracteriza por:
Mantener un trato respetuoso y afectuoso ________
No tener tiempo de apoyarlos en sus tareas ______
No poder cubrir sus necesidades básicas ______
Estar atento a resolver sus inquietudes _________
Otra (describa) __________________________________________________
176
16) En cuanto a la economía familiar usted la cataloga como:
Inadecuada ______
Medianamente adecuada ______
Adecuada _________
Óptima _______,
Otra (describa) __________________________________________________
_______________________________________________________________
177
III PARTE. VARIABLE: COMPORTAMIENTO DE LOS HIJOS
Instrucciones:
1. Lea detenidamente cada una de las preguntas.
Opciones
Ítems
(1) (2) (3) (4)
1) Respeta la autoridad del padre y/o de la
madre
2) Manifiesta afecto hacia el padre y/o la
madre
3) Tiene una relación adecuada con los
hermanos(as)
4) Muestra respeto hacia los demás
integrantes (padres o adherentes) del hogar
5) Colabora en el cumplimiento de las
tareas en el hogar
6) En la reunión familiar se habla sobre los
deberes a cumplir por los hijos
7) Tiene(n) participación en la reunión
familiar
8) Recibe con agrado cuando se le brinda
apoyo en sus tareas escolares.
9) Cumple un horario en el hogar para el
estudio
10) Entrega las tareas escolares a tiempo
11) Muestra disciplina en su tiempo de
permanencia en la escuela
12) Cumple las normas que se establecen
en el hogar.
13) Posee un desempeño académico
adecuado
178
ANEXO B
179
Cuadro B.1. Datos de la prueba piloto para el cálculo de la confiabilidad del instrumento mediante el
coeficiente Alfa de Cronbach.
Encuesta Ítems Sumatoria Varianza de la
de los prueba total
N° 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 casos (S2 sum)
1 4 4 4 4 4 4 2 4 4 4 4 4 4 50 17,640
2 3 3 3 3 2 4 4 4 4 4 3 3 4 44 3,240
3 4 4 4 4 4 4 3 4 3 4 3 3 4 48 4,840
4 4 4 3 4 3 4 3 4 4 4 4 4 4 49 10,240
5 2 4 4 2 2 4 2 4 4 4 2 2 2 38 60,840
Sumatoria 17 19 18 17 15 20 14 20 19 20 16 16 18 229 96,8
Promedio 3,40 3,80 3,60 3,40 3,00 4,00 2,80 4,00 3,80 4,00 3,20 3,20 3,60 45,80
Cuadro B.2. Varianzas de la prueba piloto para el cálculo de la confiabilidad del instrumento mediante el
coeficiente Alfa de Cronbach.
Encuesta Ítems Varianza de
los ítems
N° 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 (ΣS2i)
1 0,36 0,04 0,16 0,36 1 0 0,64 0 0,04 0 0,64 0,64 0,16
2 0,16 0,64 0,36 0,16 1 0 1,44 0 0,04 0 0,04 0,04 0,16
3 0,36 0,04 0,16 0,36 1 0 0,04 0 0,64 0 0,04 0,04 0,16
4 0,36 0,04 0,36 0,36 0 0 0,04 0 0,04 0 0,64 0,64 0,16
5 1,96 0,04 0,16 1,96 1 0 0,64 0 0,04 0 1,44 1,44 2,56
Sumatoria 3,2 0,8 1,2 3,2 4 0 2,8 0 0,8 0 2,8 2,8 3,2 24,8
180
ANEXO C
181
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS,
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
MAESTRIA EN CIENCIAS
MENCIÓN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA
Metodólogo: Maestrante:
MSc. Karen García Lcda. Joice Molina
182
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NUCLEO ANZOÁTEGUI
MAESTRÍA EN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA
CIUDADANO (A)
Presente:
Solicito de usted su importante colaboración en la validación del
instrumento que consiste en un cuestionario dirigido a PADRES y MADRES
para desarrollar el trabajo de investigación que lleva por título:
MANIFESTACIONES DE ESTRÉS HACIA LA SITUACIÓN
SOCIOECONÓMICA EN LA FAMILIA Y SU INFLUENCIA EN EL
COMPORTAMIENTO DE LOS HIJOS EN EDAD ESCOLAR EN LAS
CALLES NEVERÍ Y CANTAURA DE LA URBANIZACIÓN POZUELOS DE
PUERTO LA CRUZ, ESTADO ANZOÁTEGUI, AÑO 2017.
183
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
MAESTRÍA EN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA
Observaciones: _______________________________________________
Revisado por:
Nombres y Apellidos: ________________________________
Profesión____________________________
Firma_______________________________
184
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS
PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI
MAESTRÍA EN ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA
Observaciones:
_________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Revisado por:
Nombres y Apellidos: ________________________________
Profesión____________________________
Firma_______________________________
185