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“Dos Décadas de Desarrollos de Investigación

Cualitativa: Una perspectiva personal y experiencial”


Michael Quinn Patton, Union Institute and University, USA.
Traducción: Erwin Pablo Luchtenberg

Título original: Two Decades of Developments in Qualitative Inquiry


A Personal, Experiential Perspective

Qualitative Social Work (QSW), Vol. 1(3): 261-283, Sage


Publications, London, Thousand Oaks, CA y Nueva Delhi,
2002.

ABSTRACT
La publicación de la tercera edición de Investigación Cualitativa y
Métodos de Evaluación (Qualitative Research and Evaluation Methods)
ofrece la oportunidad de reflexionar sobre las últimas dos décadas de
desarrollo de la investigación cualitativa Los principales desarrollos
incluyen: el final del debate cualitativo-cuantitativo; el surgimiento de
una diversidad y competencia entre abordajes al interior de la
investigación cualitativa; la importancia creciente de la combinación de
métodos; la elaboración de abordajes a través del muestreo
intencionado; el creciente reconocimiento de la creatividad en el centro
del análisis cualitativo; la emergencia de un software cada vez más
sofisticado para facilitar el análisis cualitativo; y nuevos desafíos a la
ética en lo que refiere a considerar los impactos potenciales de la
investigación cualitativa, tanto en aquéllos que son estudiados como en
los que se ven involucrados en la investigación.

PALABRAS CLAVES: Evaluación – Métodos combinados – Muestreo


intencionado –– Métodos de investigación cualitativo – Perspectivas
teóricas.

Escribir un libro sobre métodos cualitativos no estaba en mi


horizonte en 1979 cuando la editora de Sage, Sara Millar McCune vino
a pedírmelo. En aquella época estaba dirigiendo un programa de
formación de nivel doctoral en Metodología de Evaluación apoyada por
el Instituto Nacional para la Salud Mental (National Institute of Mental
Health – NIMH), en la Universidad de Minnesotta, donde había ido

1
como investigador posdoctoral (postdoctoral fellow) 1
después de
completar un Doctorado en Sociología de la Organización en la
Universidad de Wisconsin.
Fue a partir de mi tesis que consistió en la evaluación de un innovador
programa educativo, la manera en la cual me encontré con la
evaluación en primer lugar. Cuando la editora de Sage me llamó, yo
acababa de publicar Utilization-Focused Evaluation (1978/1997), el cual
incluía un capítulo que comparaba los métodos
cuantitativos/experimentales con los métodos cualitativos/naturalistas.
A partir de ese capítulo, Sage me envió un manuscrito sobre métodos
cualitativos para que revisara. El libro se centraba en las auditorias de
campo de los programas y en cómo descubrir a la gente que miente
durante las entrevistas. Mi revisión negativa concluyó en mi
recomendación para que no sea publicado. Es entonces cuando Sara
Millar McCune me pidió que escribiera un texto cualitativo. Yo lo
rechacé. Me respondió que deseaba mucho publicar un libro sobre
evaluación cualitativa porque creía que había demanda para un libro así
pero el único que tenía a mano era el que yo no había recomendado. Si
yo no escribía uno, me dijo, ella se vería forzada a publicar el que yo
había desaprobado. Y así es como terminé escribiendo Métodos de
Evaluación Cualitativa en 1980 (Qualitative Evaluation Methods).
La publicación de la tercera edición de ese libro en 2002, ahora titulado
Investigación Cualitativa y Métodos de Evaluación (Qualitative Research
and Evaluation Methods), ofrece una oportunidad para reflexionar sobre

dos décadas de desarrollos en la investigación cualitativa, al menos de


la manera en que yo había experimentado dichos desarrollos. Para
plantear el escenario de aquellas reflexiones, me sería necesario
compartir qué pasa entre cada una de mis revisiones.

EDICIONES DIFERENTES, HECHOS CAMBIANTES

1
N. del T. Dado que no encontramos una definición exacta para “postdoctoral fellow” decidimos dejar entre
paréntesis su expresión original. Lo correspondiente en nuestro contexto a una beca posdoctoral.
2
Completar una revisión profunda es, para mí, parecido a lo que
experimentan muchos estudiantes graduados cuando han concluido sus
tesis. Ellos no quieren volver a verlas por mucho, mucho tiempo, sino es
para siempre. Así es que, cuando he terminado una revisión, pongo el
libro a un costado. Después de siete u ocho años, cuando vuelvo a
pensar en la revisión, y ya no recuerdo exactamente qué incluí y qué no
en el libro, realizo una mirada para ver qué comprende y qué no, dados
los recientes desarrollos en los métodos cualitativos.
He hecho esto tanto para la segunda edición, de 1990, como para la
tercera, de 2002, y me he sorprendido sobre como el campo se ha
desarrollado en una década. Lo que quisiera resaltar aquí son aquellos
cambios que se han destacado para mí durante las últimas dos décadas
en general, y la última en particular.
Cada edición ha llevado un título diferente reflejando los cambios
de énfasis a lo largo del tiempo. La primera edición (1980) fue titulada
Métodos de Evaluación Cualitativa (Qualitative Evaluation Methods) y se
focalizó en la variedad de caminos en los que los métodos de
investigación cualitativa fueron siendo aplicados en la emergente
profesión de la evaluación de programas. Esa primera edición apareció
en medio del agitado debate cualitativo/cuantitativo sobre el valor
relativo de los diferentes métodos y paradigmas alternativos. Yo escribí
ese libro como un libro de métodos, así de simple. Tan es así, que éste
no incluía una revisión de varias perspectivas teóricas (por ejemplo,
fenomenología, constructivismo, hermenéutica). Mi reflexión consistió
en lo siguiente: los libros sobre investigación en encuesta y estadística
no tienen que ver con una discusión basada en la filosofía de la ciencia
(ej., el positivismo) o con los debates de paradigmas. ¿Por qué un texto
de métodos cualitativos debería comenzar con una justificación retórica
y metodológica?
Más aún, mi acercamiento fue pragmático y concreto. Por aquella
época yo estaba trabajando básicamente en la evaluación de programas
locales a pequeña escala en los cuales queríamos averiguar qué es lo
3
que los participantes y el personal estaban experimentando y pensando,
y cómo, si acaso, estaban cambiando. Identificamos las preguntas
relevantes, realizamos entrevistas dirigidas y observaciones, y
mantuvimos el análisis lo más claramente posible, centrados en generar
datos útiles y entendibles para la mejora del programa. Me pareció que
uno podría dedicarse a una investigación claramente cualitativa de este
tipo sin situarla en ninguna tradición filosófica, ontológica o
epistemológica importante. Esto no niega la importancia e influencia de
tales tradiciones, y los estudiantes de doctorado deben entender cómo
los esquemas mentales y perspectivas afectan la investigación, pero los
profesionales de base tienen preguntas concretas y necesidades de
información que pueden ser contestadas de forma muy clara a través de
la investigación cualitativa, y allí es donde yo quería ubicar el libro
original. Había examinado la literatura cualitativa disponible hasta ese
momento y me pareció densa en teoría y filosofía y superficial en sus
métodos y procedimientos. Quise corregir ese desbalance al menos en
lo referente a la práctica de la evaluación utilitaria y pragmática.
Un punto relacionado con ello era adaptar los métodos de campo
que habían sido elaborados en antropología y sociología a los tiempos
más breves y a los propósitos de utilización práctica de la evaluación de
programas. Los métodos de campo antropológicos se basan en
prolongados períodos de observación participante, siempre por muchos
meses, muchas por varios años. Los tiempos de la evaluación, por el
contrario, especialmente para la evaluación formativa (formative
evaluation), puede ser una cuestión de semanas. Los métodos
cualitativos necesitaban ser adaptados a la evaluación de programas.
Eso fue lo que me propuse hacer en 1980.
La segunda edición estuvo influenciada por la maduración del
debate de paradigmas e incluyó mucha más atención a las formas en
que las distintas perspectivas teóricas y filosóficas incidieron en la
investigación cualitativa; así como también a una mayor cantidad de
aplicaciones en la evaluación, al alcanzar esta profesión su plenitud.
4
Hacia 1990, el libro estaba siendo adoptado como texto de estudio en
cursos de posgrado y la mayor crítica de los académicos que lo
utilizaban fue acerca de su descuido de la teoría y la filosofía, por lo que
agregué un capítulo sobre orientaciones teóricas para dichos
académicos, pero me esforcé por mantener la orientación general
utilitaria y pragmática del libro.
Esta última edición, Iinvestigación Cualitativa y Métodos de
Evaluación (Qualitative Research and Evaluation Methods, 2002),
refleja el grado al que los desarrollos de la investigación cualitativa
habían sido llevados, durante la última década, como consecuencia de
una agenda de investigación diversificadora y de una discusión
académica, mucho de lo cual ha encontrado su camino en la evaluación.
Entre ambas ediciones, reuní libros, artículos, papers y ejemplos
de investigación cualitativa. Entre 1990 y 2000 llené con este material
seis cajones. Fue un período de un desarrollo sin precedentes de los
métodos cualitativos. Por ejemplo, durante este período fue publicado el
primer texto abarcativo Manual de Investigación Cualitativa (Handbook
of Qualitative Research) en la inspirada publicación de Norman Denzin
e Yvonna Lincoln (1994) seguida en el año 2000 por una segunda y más
amplia edición (Denzin y Lincoln, 2000a). La simple comparación de
esas dos ediciones brinda una visión de cómo la investigación ha
devenido más compleja y diversificada. En 1995, Denzin y Lincoln
crearon la revista Qualitative Inquiry que hace la crónica de las más
novedosas orientaciones del trabajo cualitativo. En la última década, la
publicación Qualitative Research Method Series, de Sage, alcanzó 45
volúmenes explorando una miríada de asuntos técnicos, metodológicos
y otros temas sustantivos. También durante este período Russ Bernard
transformó Cultural Anthropology Methods (Métodos de Antropología
Cultural) en la nueva revista Field Methods (Métodos de Campo),
ambos reflejando y anticipando la naturaleza crecientemente
interdisciplinaria de la investigación cualitativa. Bernard consiguió
publicar también una segunda edición de Research Methods in
5
Anthropology: Qualitative and Quantitative Approaches (1995) y
escribir un abarcativo texto sobre Métodos de Investigación Social:
Abordajes Cualitativo y Cuantitativo (Social Research Methods:
Qualitative and Quantitative Approaches, 2000).
Estos destacados ejemplos serían simplemente la punta del
iceberg. Al hacer la revisión para una tercera edición, analicé más de
un millar de nuevos libros y artículos sobre métodos cualitativos,
evaluación de programas, estudios de caso, monografías y trabajos
afines publicados en el último decenio. Artículos sobre temas
cualitativos se encuentran distribuidos a través de cientos de revistas
que cubren toda clase de disciplinas y profesiones. Publicaciones
especializadas en cuestiones cualitativas han surgido en varias
profesiones, como es el caso de esta publicación, así como en salud,
enfermería y desarrollo organizacional. Otras nuevas publicaciones
están dedicadas a abordajes específicos tales como Grounded Theory
Review (Revisión de la Teoría Fundamentada). Sofisticados nuevos
programas de software han sido desarrollados para apoyar el análisis
cualitativo. Aparecieron también en servidores de Internet, para
facilitar el diálogo.
Notoriamente, la metodología cualitativa se ha desarrollado
poderosamente en las últimas dos décadas. En el resto de este artículo
analizo algunos de estos desarrollos que considero como más
importantes. Aquí, entonces, y como observador participante, detallo
una breve lista acerca de cómo el campo de la investigación cualitativa
ha cambiado.

Fin del Debate de Paradigmas


El clásico debate cualitativo vs. cuantitativo ha sido mayormente
resuelto con el reconocimiento de que una variedad de aproximaciones
metodológicas son necesarias y verosímiles; que los métodos
combinados pueden ser especialmente valiosos, y que el desafío
consiste en la adecuada combinación de métodos para cuestionar más
6
que para adherir a alguna estrecha ortodoxia metodológica. Así como
afirma Thomas Cook (una de las luminarias de la evaluación - the Cook
of Campbell and Cook, 1979, la biblia de la cuasi-experimentación) en
su presentación principal en la Conferencia Internacional sobre
Evaluación, en Vancouver (1995), “los investigadores cualitativos han
ganado el debate cualitativo-cuantitativo”.
¿Ganado, en qué sentido?
Han ganado aceptación.
La validez de los métodos experimentales y de la medición
cuantitativa, adecuadamente empleados, nunca estuvo en duda. Hoy en
día los métodos cualitativos han alcanzado un nivel similar de
respetabilidad. Tal ascenso se logró con lucha y debate, a veces
enconado y, seguramente, aún hay sectores estancados en los que las
discusiones persisten, pero entre profesionales y metodólogos serios
éstas están prácticamente concluidas. Por ejemplo, las pautas de
Program Evaluation Standards del Joint Committee on Standards for
Educational Evaluation, 1994 (las Normas de Evaluación de Programa,
del Comité Conjunto de Normas para la Evaluación Educativa, 1994)
enfatizan la adecuación metodológica más que la ortodoxia del
paradigma; explícitamente apoyan a ambos, los métodos cualitativos y
cuantitativos; y ubican a la investigación en un contexto que tiene en
cuenta variados propósitos, grupos de interés 2, y usos de evaluación –
y, por lo tanto, de métodos diversos. Esto ha hecho posible emplear una
variedad de métodos, incluyendo los cualitativos, y, aún así, hacer una
evaluación que se juzgue de alta calidad, desestimando, de este modo,
el debate de paradigmas, el que, a menudo, prosiguió en términos
absolutos – fuera de contexto. Para una revisión detallada de cuándo y
cómo concluyó el debate, ver Patton, 1997: 265-299.

2
N. del T. En el texto original, el autor refiere a la presencia de los llamados “stakeholders”. En el caso de los
“programas sociales”, contexto en el cual se sitúa este trabajo, los “stakeholders” son aquellos grupos que
están interesados en los beneficios que puede traer dicho programa. Dentro del ámbito empresarial, los
“stakeholders” son aquellos sectores de la sociedad que tienen o podrían tener expectativas sobre un
determinado bien o servicio. Dentro del campo de la sociología, los “stakeholders” suelen ser definidos como
los “grupos de presión”.
7
Próspero Debate entre Metodólogos Cualitativos
Con menos necesidad de establecer el valor de la metodología
cualitativa dentro del debate cualitativo vs. cuantitativo, los
investigadores cualitativos han vuelto su atención hacia sí mismos,
notando que están involucrados en diferentes tipos de investigación
cualitativa desde perspectivas que disputan entre sí. De esta manera,
los metodólogos cualitativos han iniciado la discusión entre ellos
mismos. Como consecuencia de todo el trabajo desarrollado en métodos
cualitativos existe ahora tanta variedad entre los investigadores
cualitativos como la que existe entre académicos y evaluadores
orientados cualitativa y cuantitativamente. Un propósito básico de la
nueva edición es el de elucidar las principales perspectivas en dicho
debate, caracterizar la diversidad de aproximaciones cualitativas hoy
disponibles y examinar las influencias de dicha diversidad en sus
aplicaciones, especialmente, pero no de forma exclusiva, en la
evaluación de programas. He intentado captar y organizar esta
diversidad cualitativa identificando criterios alternativos de evaluación
para los estudios cualitativos.

Criterios Alternativos para la Evaluación de Estudios


Cualitativos.
Juzgar la calidad requiere criterios. La credibilidad surge de esos
juicios. La calidad y credibilidad se vinculan en cuanto los juicios de
calidad constituyen el fundamento para la percepción de credibilidad.
Los diferentes enfoques de la investigación cualitativa – fenomenología,
etnometodología, etnografía, hermenéutica, interacción simbólica,
heurística, teoría crítica, realismo, teoría fundamentada, e investigación
feminista, para mencionar sólo algunas – nos recuerdan que los temas
sobre la calidad y la credibilidad se cruzan con los criterios del público
y con los propósitos de la investigación. Por ejemplo, cuando ésta se
dirige a un público de académicas feministas independientes, debe ser
8
juzgada con diferentes criterios respecto a la que está dirigida a una
audiencia compuesta por quienes definen la política económica del
gobierno. La evaluación formativa para la mejora del programa implica
un propósito diferente y, más aún, distintos criterios de calidad
comparados con la evaluación continua dirigida a la toma de
fundamentales decisiones de continuidad acerca de un programa o
política. De este modo, es importante reconocer desde un principio que
los supuestos filosóficos en pugna y las orientaciones teóricas,
generarán diferentes criterios al momento de juzgar la calidad y la
credibilidad.
En términos generales, he identificado cinco conjuntos
contrastantes de criterios para juzgar la calidad de la investigación
cualitativa, desde diferentes perspectivas y dentro de distintos marcos
filosóficos. Algunos de los criterios de estos marcos se superponen
entre sí, pero aún así, las diferencias sutiles en los matices de
significado pueden ser distinguidas. Los cinco grupos de criterios en
oposición surgen de:

 Los criterios de la investigación científica tradicional.


 La construcción social y los criterios constructivistas.
 Los criterios artísticos y evocativos.
 Los criterios del cambio crítico (critical change criteria); y
 El utilitarismo pragmático.

La figura 1 enlista criterios que surgen de cada una de estas


perspectivas o marcos referenciales. He elegido cinco grupos de
criterios amplios para corresponderlos toscamente con las principales
etapas presentes en el desarrollo de la investigación cualitativa (Denzin
y Lincoln, 2000b), para capturar los debates fundamentales que
diferencian a los enfoques cualitativos y, más específicamente, para
resaltar lo que me parece son las diferentes reacciones a la

9
investigación cualitativa. ¿Con qué perspectivas y a través de qué
criterios será juzgado nuestro trabajo por aquellos que se encuentran e
involucran con el mismo? Entendiendo los criterios que otros usen para
relacionarse con nuestro trabajo, podemos prever sus reacciones y
ayudarles a posicionar nuestras intenciones y criterios en relación a sus
expectativas y criterios, en un diálogo al que dedico gran cantidad de
tiempo.
Los breves apartados que siguen describen sucintamente los cinco
grupos alternativos de criterios.

Criterios de la investigación científica tradicional


Una forma de aumentar la credibilidad y legitimidad de la investigación
cualitativa entre aquellos que ponen prioridad en los criterios de la
investigación científica tradicional es la de enfatizar los criterios que
tienen prioridad dentro de dicha tradición. Tradicionalmente la ciencia
ha destacado la objetividad, por lo que, dentro de esta tradición, la
investigación cualitativa debe reforzar los procedimientos para
minimizar las prenociones del investigador. Aquellos que trabajan
dentro de esta tradición enfatizarán los procedimientos sistemáticos y
rigurosos para la recolección de los datos, como, por ejemplo, las
fuentes de comprobación y validación durante el trabajo de campo. En
el análisis esto significa, siempre que sea posible, utilizar múltiples
codificadores y calcular la coherencia entre codificadores para
establecer la validez y la confiabilidad del modelo y del análisis del
tema. Aquellos que trabajan en esta tradición se ven cómodos usando el
lenguaje de “variables” y “verificación de hipótesis”, y se esfuerzan por
presentar explicaciones causales y la posibilidad de generalización; ej.:
la teoría fundamentada (Glaser, 2000, 2001), los análisis de
comparación cualitativa (Ragin, 1987, 2000), y realistas como Miles y
Huberman (1994). Su intención común es la de usar los métodos
cualitativos para describir y explicar los fenómenos lo más precisa y
10
acabadamente posible de modo que sus descripciones y explicaciones
se correspondan lo más cercanamente que sea factible con la manera
en que el mundo opera realmente. Las agencias del Gobierno que
apoyan la investigación cualitativa (ej.: US General Accounting Office,
National Science Foundation, o National Institutes of Health)
generalmente operan dentro de este marco científico tradicional. En lo
referido a la evaluación de programas este encuadre se encuentra
representado por Rossi et al. (1999) y Chen y Rossi (1987).

Criterios de la Construcción Social y Criterios Constructivistas


La construcción social, las perspectivas constructivistas e
“interpretativistas” han generado nuevos lenguajes y conceptos para
identificar la calidad en la investigación cualitativa. Por ejemplo,
Lincoln y Guba (1986) consideraron a “la credibilidad como algo
análogo a la validez interna, la transferibilidad como algo análogo a la
validez externa, la auditabilidad (dependability) como algo análogo a la
confiabilidad, y la confirmabilidad como algo análogo a la objetividad”;
vieron estos criterios como dirigidos a “la formalidad, la que, a su vez,
es paralela al término rigor” (Lincoln y Guba, 1986: 76-77; destacado
en el original). Incluso enfatizaron que la investigación naturalista
debería ser juzgada por la auditabilidad (un proceso sistemático
desarrollado sistemáticamente) y la autenticidad (como conciencia
reflexiva acerca de la propia perspectiva, la apreciación de la
perspectiva de los demás, y la equidad en las construcciones de
representación de los valores que las aseguran). Ellos ven al mundo
social (como opuesto al mundo material) como social, política y
psicológicamente construido, así como también lo son las
comprensiones y explicaciones humanas sobre dicho mundo material.
Triangulan para captar y dar cuenta de las múltiples perspectivas más
que para buscar una única verdad. Los constructivistas abrazan la
subjetividad como un camino más profundo hacia la comprensión de las
dimensiones humanas del mundo en general, así como de cualquier
11
fenómeno específico que estén estudiando. Están más interesados en la
comprensión profunda de casos específicos dentro de un contexto
particular, que en elaborar hipótesis sobre generalizaciones. Más aún,
sospechan de las explicaciones causales y de las generalizaciones
empíricas aplicadas a las complejas interacciones humanas y a los
sistemas culturales. Ofrecen una perspectiva y encaran un diálogo
entre perspectivas más que apuntan a una verdad singular o a una
predicción lineal. Los descubrimientos de los constructivistas sociales
están explícitamente constituidos por la atención a la práctica y la
reflexividad, esto es, comprender cómo nuestras propias experiencias y
procedencia afectan la manera en que comprendemos el mundo y
actuamos en él, incluso en nuestras tareas de investigación.

 Los criterios de la investigación científica tradicional.


a) Objetividad en el investigador (intentando minimizar las
prenociones)
b) Validez de los datos (validez interna)
c) Rigor sistemático en los procedimientos de trabajo de campo
d) Triangulación (consistencia de los descubrimientos a través de los
métodos y las fuentes de datos)
e) Confiabilidad de los códigos y análisis de patrones.
f) Correspondencia entre los descubrimientos y la realidad.
g) Posibilidad de generalización (validez externa)
h) Fortaleza de la evidencia para el apoyo de hipótesis causales
i) Contribuciones a la teoría

 Criterios Constructivistas.
a) Reconocimiento de la subjetividad (discutir y tomar en cuenta las
prenociones)
b) Honradez/Formalidad
c) Autenticidad
d) Triangulación (captando y respetando perspectivas múltiples)
e) Reflexividad
f) Praxis
g) Particularidad (haciendo justicia a la integridad de los casos
únicos)
h) Comprensión elevada y profundizada (verstehen)
i) Contribuciones al diálogo

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 Criterios artísticos y evocativos.
a) Abre el mundo a nosotros de algún modo
b) Creatividad
c) Calidad estética
d) Vitalidad interpretativa
e) Fluye de uno mismo; arraigado en una experiencia vivida
f) Estimulante
g) Provocativo
h) Se conecta con el público y lo moviliza
i) Voz diferente/distintiva, expresiva
j) Siente lo “verdadero” o lo “auténtico” o lo “real”

 Los criterios de cambio crítico


a) Perspectiva crítica: aumenta la conciencia sobre las injusticias
b) Identifica la naturaleza y los orígenes de las desigualdades e
injusticias
c) Representa la perspectiva de los más débiles
d) Hace visibles los caminos a través de los cuales aquéllos con más
poder lo ejercen y se benefician de él
e) Respetuosamente y a través de la colaboración involucra a
aquéllos con menos poder
f) Construye la capacidad de los involucrados para que tomen
acción
g) Identifica potenciales estrategias de cambio
h) Praxis
i) Aclara el contexto histórico y de valores
j) Validez en las consecuencias

 El utilitarismo pragmático.
a) Utilidad
b) Viabilidad
c) Decoro
d) Precisión (equilibrio)
e) Investigación sistemática
f) Competencia del evaluador
g) Integridad/honestidad
h) Respeto por la gente (equidad)
i) Contribuciones a la mejora de programas
j) Responsabilidad hacia el bienestar público general (tomando en
cuenta la diversidad de intereses y valores)

Figura 1 Conjuntos alternativos de criterios para juzgar la calidad y credibilidad de la investigación


cualitativa. Adaptado de Patton (2002: 544–5)

Denzin (1997), Neimeyer (1993) y Potter (1996) han articulado y


trabajan entre las tradiciones del constructivismo y del constructuvismo

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social. Los criterios del constructivismo aplicados a la evaluación
proporcionan el fundamento para la Evaluación de Cuarta Generación
(Guba y Lincoln, Fourth Generation Evaluation, 1989) y la sensibilidad
necesaria frente a las múltiples perspectivas de los grupos de interés
(stakeholders) (Greene, 1998a,b, 2000).

Criterios Artísticos y Evocativos


Los análisis cualitativos involucran tanto la ciencia como el arte. Los
investigadores y los públicos, que operan desde la perspectiva de la
investigación científica tradicional destacan la naturaleza científica de
la investigación cualitativa. Los investigadores y los públicos que ven el
mundo a través de los lentes de la construcción social enfatizan tanto la
dimensión científica como la artística de la investigación cualitativa,
combinándolas. Esto nos lleva a una tercera alternativa, la cual resalta
los aspectos artísticos y evocativos de la investigación cualitativa, o lo
que a veces es llamado “el giro narrativo” en la ciencia social (Bochner,
2001). Recuerden que estas consideraciones están más bien basadas en
esquemas realizados para marcar contrastes, antes que en modelos
mutuamente excluyentes o tipos “puros”. Los criterios artísticos
focalizan en estéticas, creatividad, vitalidad interpretativa y voz
expresiva. Los estudios de caso se transformaron en trabajos literarios.
El arte de la poesía o de la representación pueden ser utilizados para
realzar la experiencia directa que el público tiene de la esencia que
emerge de los análisis. Los analistas cualitativos orientados
artísticamente intentan involucrar a aquéllos con los que trabajan, para
conectarse con ellos, movilizarlos, provocarlos y estimularlos. Las
formas creativas de representación ficticias y no ficticias borran los
límites que existen entre lo que es “real” y lo que ha sido creado para
representar la esencia de una realidad, al menos como es percibida, sin
una presentación literal de aquella realidad percibida. Los resultados
pueden ser denominados como síntesis creativas, construcciones típico-
ideales de casos, literatura científica, o de cualquier otra manera que
14
sugiera el énfasis artístico. Las expresiones artísticas de los análisis
cualitativos se esfuerzan por proporcionar una experiencia por medio
de aquellos hallazgos en los cuales la “verdad” o la “realidad” es
percibida desde una dimensión sensitiva, tan importante como la
dimensión cognitiva. El arte de la interpretación de Monólogos de la
Vagina (The Vagina Monologues, Ensler, 2001), basada en entrevistas
realizadas a mujeres y adaptadas para el teatro ofrece un ejemplo claro.
El público siente más cuanto más conoce la verdad de la presentación
por la esencia que ésta revela. En la tradición artística, la voz expresiva
e interpretativa del analista, la experiencia y la perspectiva pueden
convertirse en tan centrales para el trabajo como la representación de
los otros o el fenómeno de interés. He puesto a prueba mi mano en la
escritura creativa no ficticia al examinar los procesos de maduración y
de paternidad en la sociedad moderna, y lo que significa ser varón en
nuestra época (Patton, 1999), y encontré a la escritura mucho más
desafiante, difícil, catártica, e iluminadora que el típico informe
académico y evaluativo que he hecho a lo largo de años. Dentro de la
investigación cualitativa, aquellos trabajos que ilustran este abordaje
emergente pueden encontrarse en Bochner y Ellis (2001), Goodall
(2000), Richardson (2000a,b), Ellis y Bochner (1996, 2000) y Denzin
(2000a,b). Los criterios artísticos y evocativos también le dan esencia a
la “evaluación del especialista en arte” (Eisner, 1991).

Criterios de la Transformación crítica (o de la Teoría Crítica)


Aquellos que están involucrados en la investigación cualitativa como
una forma de análisis crítico orientado al cambio social y político evitan
cualquier pretensión de apertura mental u objetividad; más bien, toman
una postura activista. Por ejemplo, la Teoría Crítica aborda el trabajo de
campo y el análisis con una clara intención de dilucidar las
desigualdades económicas, sociales y de poder. La naturaleza “crítica”
de la Teoría Crítica emerge de un mandato por ir más allá del estudio
de la sociedad con el simple propósito de incrementar el conocimiento.
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Los teóricos críticos se proponen utilizar la investigación con los fines
de criticar la sociedad, colaborar en la concientización, y modificar el
equilibrio de poder a favor de los más débiles. Influenciados por el
Marxismo, inspirados por la presunción de la centralidad del conflicto
de clase para comprender las estructuras comunitarias y societales, y
partiendo de las luchas de los ´60, la Teoría Crítica proporciona tanto la
filosofía como los métodos para abordar la investigación y la evaluación
como manifestaciones explícitas y fundamentales de la práctica política
(vinculando teoría con acción), y como formas de compromiso
orientadas a la transformación. Asimismo, la investigación feminista
suele incluir y explicitar sus objetivos de cambio social (ej. Benmayor,
1991). La investigación liberacionista y la evaluación para el
empoderamiento (empowerment evaluation) derivan, en parte, de la
filosofía de la praxis y la educación liberadora de Paulo Freire
articuladas en sus clásicos Pedagogía del Oprimido (1970) y Educación
para la Conciencia Crítica (1973), los cuales son todavía fuentes de
influencia y debate (ej.: Glass, 2001). Barone (2000: 247) aspira a la
“emancipatory educational storysharing”. Los estudios cualitativos,
inspirados en los criterios de la transformación crítica, varían desde los
abordajes, en gran parte intelectuales y orientados a la investigación
que pretenden exponer las injusticias, hasta las formas más activistas
de investigación que realmente se comprometen en promover la
transformación social. Esta categoría puede incluir abordajes
colaborativos y participativos del trabajo de campo que son conducidos
de manera tal que construyen la capacidad de los involucrados para
que comprendan mejor sus propias situaciones, colaboren en su
concientización, y apoyen una futura acción destinada al cambio
político. Ejemplos de la variedad de investigaciones cualitativas
vinculadas al cambio social, pueden encontrarse en los trabajos sobre
métodos feministas (ej.: Reinharz, 1992) y teoría crítica (ej.: Fonte,
2001). Los criterios de la transformación crítica apoyan la evaluación
para el empoderamiento (empowerment evaluation) (Fetterman, 2000),
16
la evaluación para la inclusión de la diversidad (diversity-inclusive)
(Mertens, 1998, 1999) y aspectos de la evaluación sobre democracia
deliberativa que involucra valores basados en la defensa de la
democracia (House y Howe, 2000). Mientras que el término “crítico”
suele ser utilizado de maneras y en contextos muy diferentes en
relación con la investigación y la teoría, lo que casi siempre connota es
un interés y un mandato explícitos por el cambio social.

Criterios del Utilitarismo Pragmático


Anteriormente, cuando describía el enfoque de mi primera edición,
expliqué mi postura utilitaria, pragmática. La profesión de la evaluación
ha adoptado normas que requieren de ella que sea práctica, útil, ética y
precisa (Joint Comité on Standards for Educational Evaluation, 1994; la
totalidad de las normas está disponible en el sitio web de AEA:
http://www.eval.org). La implementación de una evaluación focalizada
en la utilidad, consciente de su viabilidad, orientada con respeto y
basada en la precisión, requiere sensibilidad situacional, flexibilidad
metodológica, múltiples roles de evaluación, sofisticación política, e
importantes dosis de creatividad (Patton, 1997). La cuestión radica en
responder a preguntas concretas utilizando métodos prácticos y análisis
sencillos advirtiendo que quienes utilizan las evaluaciones aplican tanto
los “tests de verdad” – ¿son los descubrimientos precisos y válidos? –
como los “tests de utilidad” - ¿son los descubrimientos relevantes y
útiles? (Weiss y Bucuvalas, 1980). Utilizando este conjunto de criterios,
uno puede dedicarse a la investigación cualitativa respondiendo
preguntas concretas, orientado a respuestas ampliamente descriptivas,
como por ejemplo, cuando se informan las fortalezas y debilidades de
los participantes de un programa, sin tener que situar la investigación
dentro de alguna tradición filosófica, ontológica o epistemológica
importante. Los profesionales de base tienen preguntas concretas y
necesidades de información que pueden ser respondidas de maneras

17
sencillas a través de una investigación cualitativa. Ellos juzgan las
respuestas pragmáticamente por su utilidad, relevancia y aplicabilidad.

Combinando y Cambiando Perspectivas


Los cinco marcos referenciales recién revisados muestran el abanico de
criterios que pueden ser aplicados al juzgar un estudio cualitativo.
También pueden ser vistos como “perspectivas de visión” o “lentes
alternativos” para expandir las posibilidades disponibles, no solo para
criticar una investigación sino también para emprenderla. Mientras que
cada grupo de criterios muestra cierta coherencia interna, muchos
investigadores combinan y complementan estos enfoques. El trabajo de
Tom Barone (2000), por ejemplo, combina estética, política (cambio
crítico) y elementos constructivistas. Como evaluador, he trabajado con
cada uno, y con la combinación, de los cinco marcos referenciales para
ajustar los diseños particulares a las necesidades e intereses de clientes
y grupos de interés (stakeholders) específicos (Patton, 1997). Sin
embargo, todo estudio de evaluación particular evidencia el predominio
de uno de estos conjuntos de criterios sumando uno de los otros cuatro
como posibilidad secundaria.
Estos cinco grupos o series alternativos de criterios para juzgar la
investigación cualitativa y dedicarse a ella, muestran la gran diversidad
que hoy caracteriza a la metodología cualitativa. La emergencia de esta
diversidad dentro de la investigación cualitativa y la finalización, para
todos los propósitos prácticos, del debate cualitativo-cuantitativo, son,
según mi parecer, los desarrollos de por sí más importantes de las
últimas dos décadas y aquéllos que probablemente tengan el mayor
impacto en el futuro de la metodología cualitativa. El viejo debate
cualitativo-cuantitativo consideró a la investigación cualitativa como un
enfoque monolítico. Ahora sabemos que éste es un mosaico espléndido
y diverso de abordajes de investigación.

18
En los breves apartados que siguen quiero resaltar otras pocas
dimensiones de la investigación cualitativa que han cambiado a lo largo
del tiempo y que me parecen particularmente importantes para
comprender la situación y la talla actuales de los métodos cualitativos.

El Propósito como Contexto


Habitualmente me preguntan: “¿Cuál diseño de investigación es el
mejor? ¿Cuál estrategia proporcionará la información más útil para los
que deben tomar decisiones?”. Las respuestas simples y universales no
son posibles para estas preguntas. La respuesta depende en cada caso
del propósito del estudio, el público académico o evaluador del estudio
(lo que los usuarios previsores desean saber), las fundaciones
disponibles, el contexto político, y los intereses, habilidades y
preconceptos de los investigadores.
El propósito y el público primero, después el diseño de la guía y el
análisis. La tipología de los propósitos de investigación que he ofrecido
en mi libro distingue la investigación básica, la investigación aplicada,
la investigación de evaluación continua (summative), la investigación
formativa y la investigación-acción. Esta variedad de propósitos afecta
el diseño y el análisis porque involucra diferentes normas y
expectativas sobre lo que será realizado, cómo será presentado, y para
quién está destinado – la cuestión clave de los usuarios o público
previstos. Estos propósitos diferentes de investigación se constituyen
en una capa compleja que recorre en forma transversal a los diferentes
grupos de criterios expuestos anteriormente. A lo largo de las últimas
dos décadas, creo yo, la importancia de acoplar el diseño y los análisis
al propósito de la investigación ha ido en aumento en los casos de la
ciencia social y la evaluación aplicadas, lo cual no era el caso cuando
comencé con mis estudios doctorales 30 años atrás.

Muestreo Intencionado

19
El muestreo intencionado es uno de los elementos nucleares distintivos
de la investigación cualitativa. Quizás, nada capte mejor la diferencia
entre los métodos cuantitativos y cualitativos que las diferentes lógicas
que aseguran las formas de abordar el muestreo aleatorio. Es típico de
la investigación cualitativa focalizar en profundidad sobre muestras
relativamente pequeñas aún en casos singulares (n = 1), seleccionadas
intencionalmente. Los métodos cuantitativos cuentan con muestras más
extensas seleccionadas de manera aleatoria. No solo las técnicas de
muestreo son diferentes, sino que la lógica inmediata de cada uno es
también única porque el propósito de cada estrategia es diferente.
Mientras que el propósito del muestreo aleatorio basado en la
probabilidad es el de la generalización desde la muestra a la población,
aquello que sería un “sesgo” en el muestreo estadístico, y por tanto un
punto débil, se convierte en el centro del foco para el muestreo
cualitativo, y por tanto en una fortaleza. La lógica y el rendimiento del
muestreo intencionado yacen en la selección de casos ricos en
información para su estudio en profundidad. Los casos ricos en
información son aquéllos de los cuales uno puede dar cuenta de mucho
sobre cuestiones de central importancia para el propósito de la
investigación, de allí el término de muestreo intencionado. Estudiar
casos ricos en información genera entendimiento y una profunda
comprensión más que generalizaciones empíricas. Por ejemplo, si el
objetivo de la evaluación es el de aumentar la efectividad de un
programa en el alcance a los grupos socioeconómicos más bajos, uno
aprendería mucho más a través del estudio en profundidad de un
pequeño número de familias pobres cuidadosamente seleccionado que a
través de la recopilación de información estandarizada de un muestreo
amplio estadísticamente representativo de todo el programa. El
muestreo intencionado focaliza en la selección de los casos ricos en
información cuyo análisis iluminará las preguntas del estudio.
En cada nueva edición de mi texto cualitativo, he agregado
nuevos tipos de muestreo intencionado y aumentando el número de
20
ilustraciones sobre variaciones en él. A la hora de las conclusiones, será
aquello que hemos construido como muestra, sobre lo que tendremos
algo para decir. Comprender la importancia del muestreo intencionado
y sus variantes ha sido motivo de un desarrollo crítico de las últimas
dos décadas. Hoy se toma como por dado, pero 20 años atrás las
estrategias y variedades del muestreo no estaban articuladas, por lo
que estábamos abandonados a la impresión general de que la
investigación cualitativa solo significaba pequeñas muestras y estudios
de caso. Hoy podemos elegir una estrategia de muestreo intencional
precisa para responder a una clase específica de investigación. Esta es
la clase de desarrollo que contribuyó con la desaparición del debate
cualitativo-cuantitativo.

Métodos y Estrategias Combinados, Diseños Emergentes y Flexibilidad.


Un pensamiento generalizado, pero que no significa un consenso
universal, ha surgido acerca de que la combinación de métodos puede
ser tanto apropiada como rigurosa. Guba y Lincoln (1988), de manera
opuesta, han argumentado que la consistencia interna y la lógica de
cada abordaje, o paradigma, juega en contra de la combinación
metodológica de los diferentes modos de investigación y estrategias de
recolección de datos (cuantitativos y cualitativos). Sus advertencias no
deben ser subestimadas. La combinación de partes de los diferentes
enfoques o abordajes es un tema de controversia filosófica y
metodológica. Hasta ahora, el mandato práctico en la evaluación (cf.
Patton, 1981) de reunir la información más relevante posible para los
usuarios de la evaluación supera con creces a lo concerniente a la
pureza metodológica basada en argumentos epistemológicos y
filosóficos. El mandato intelectual de ser abiertos a lo que el mundo
tiene para ofrecer seguramente incluye la apertura metodológica. En la
práctica todo es posible para combinar abordajes, y para hacerlo
creativamente, al igual que con las máquinas, que fueron originalmente
creadas para funciones separadas como imprimir, enviar por fax,
21
escanear, y copiar, han sido ahora combinadas en una unidad
tecnológica integrada, también sucede con los métodos que fueron
originalmente creados como abordajes distintos, y para permanecer
separados, pueden ahora ser combinados en diseños más sofisticados y
multifuncionales.
Los defensores de la pureza metodológica argumentan que un
mismo evaluador no puede ser tanto deductivo como inductivo al mismo
tiempo, o que no puede verificar una hipótesis predeterminada y aún
permanecer abierto a cualquier cosa que emerja desde una observación
fenomenológica y abierta. Aún, en la práctica, el razonamiento humano
es suficientemente complejo y flexible como para investigar sobre
determinadas preguntas y verificar hipótesis sobre determinados
aspectos de un programa y al mismo tiempo permanecer lo bastante
abierto y naturalista para buscar otros aspectos del mismo. En
principio, no es muy diferente de un cuestionario que incluye tanto
preguntas abiertas como cerradas. La medida en que un abordaje
cualitativo es inductivo o deductivo varía a lo largo de un continuo. Al
inicio del trabajo de campo, el evaluador debería abrirse a cualquier
cosa que emerja de los datos, o de un descubrimiento o abordaje
inductivo. Luego, a medida que la investigación revela ciertos patrones
y mayores dimensiones de interés, el evaluador comenzará a centrarse
en verificar y dilucidar lo que parece emerger – una aproximación más
deductivamente orientada a la recolección de los datos y el análisis. Los
diseños emergentes, dependientes de la flexibilidad y la apertura,
favorecen la creatividad y la adaptabilidad – y difieren drásticamente
del rígido anteproyecto y de los fijos abordajes protocolares.
La medida en que un estudio es naturalista en su diseño también
es un tema de variación gradual. Esto se aplica particularmente en lo
que refiere a la medida según la cual el investigador coloca conceptos
que constriñen o hace presuposiciones sobre el programa o el
fenómeno que estudia. En la práctica, el enfoque naturalista supondría
un movimiento de ida y vuelta entre encuentros abiertos e inductivos y
22
los intentos más hipotético-deductivos para verificar hipótesis o
solidificar ideas que emergieron de aquellas experiencias más abiertas,
incluso manipulando a veces algo para ver lo que pasa.
Estos ejemplos de variaciones en los abordajes cualitativos son
algo así como las diferencias entre los diseños experimentales y cuasi-
experimentales. Los experimentos puros se constituyen en el ideal; los
diseños cuasi-experimentales representan habitualmente lo que es
posible y práctico. De este modo, la observación participante de lleno a
lo largo de un período extendido de tiempo es el ideal cualitativo. En la
práctica, se pueden diseñar muchas variantes aceptables y
significativas para la investigación cualitativa.
Este espíritu de emergencia, adaptabilidad, y creatividad está
llamado a ser pragmático, sensible a las condiciones del mundo real y,
cuando se realizan evaluaciones, cumplir con las necesidades de
información de los grupos de interés (stakeholders). Las estrategias y
métodos combinados permiten adaptaciones creativas de la
investigación a escenarios y preguntas particulares. Ejemplos recientes
del aumento de atención a la combinación de métodos incluyen a
Sandelowsky (2000), Greene y Caracelli (1997), Tashakkori y Teddlie
(1998), Morgan (1998), Smith (1994), y Newman et al. (1998).

El núcleo creativo del análisis


Los análisis cualitativos transforman los datos en descubrimientos. No
existe fórmula para dicha transformación. Sí existen guías. Pero no
receta. La alquimia medieval pretendía transmutar los metales comunes
en oro. La alquimia moderna pretende transformar los datos brutos en
conocimiento: la moneda de la era de la información. La rareza
aumenta el valor. Mientras que el valor fundamental de las entrevistas
abiertas y los datos de la observación se han convertido en algo
ampliamente apreciado, el análisis permanece controversial
precisamente porque depende mucho del investigador. Las metáforas
para el análisis abundan. El análisis comienza con un período de larva
23
que, si se desarrolla plenamente, sufre una metamorfosis que se inicia
con la apariencia de una oruga hasta llegar al esplendor de la mariposa
madura. O esta: el investigador actúa como un catalizador sobre los
datos brutos, generando una interacción que sintetiza una nueva
sustancia nacida de la conversión catalizadora. O esta: los
descubrimientos emergen como un mural artístico creado por piezas de
collage que adquieren sentido de una manera nueva cuando son vistos y
comprendidos como parte de una totalidad mayor.
Consideren los patrones y temas que atraviesan estas metáforas.
Transformación. Transmutación. Conversión. Síntesis. Una totalidad
formada por partes. Creación de sentido. Tales temas atraviesan los
análisis cualitativos como los hilos de oro a una prenda real. Ellos
decoran la prenda y realzan su calidad, pero también distraen la
atención de la tela de base que da a la prenda su fortaleza y su forma –
la habilidad, el conocimiento, la experiencia, la creatividad, agilidad, y
el trabajo del creador de la prenda. No hay proceso abstracto de
análisis, ni importa cuan elocuentemente sea nombrado y
delicadamente descrito. Nada puede sustituir la habilidad, el
conocimiento, la experiencia, la creatividad, la agilidad, y el trabajo del
analista cualitativo. Me ha llevado mucho tiempo reconciliarme con esta
idea. Hoy, después de más de dos décadas de práctica, me deleito con
las incertidumbres, ambigüedades, y la creatividad del análisis
cualitativo.
También algunos colegas claramente se han esforzado para
describir este proceso analítico. Stake (1995) escribe sobre el arte del
estudio de caso en la investigación. Van Maanen (1988) enfatiza los
temas de los relatos de historias (the story-telling motifs) de la escritura
cualitativa en su libro etnográfico sobre narración de historias (telling
tales). Golden-Biddle y Locke (1997) hacen del relato el tema central de
su libro Composing Qualitative Research. Corrine Glesne (1999), poeta
e investigador, comienza con la analogía de historias, describiendo los
análisis cualitativos como “Descubriendo Tu Historia” (“Finding your
24
story”), para más tarde representar el proceso como “Improvisando una
Canción del Mundo” (“Improvising a Song of the World”). Lawrence-
Lightfoot y Davis (1997) convocan a imaginar “portarretratos” para
nombrar su forma de análisis cualitativo en The Art and Science of
Portreiture. Brady (2000) explora la “Poesía Antropológica”. Janesick
(2000) evoca la danza en “The Choreography of Qualitative Research
Design”, quien sugiere que, para precalentar, necesitamos “ejercicios
de elongación”. Hunt y Benford (1997) llaman a pensar en el teatro
mientras usan la “Dramaturgia” para examinar la investigación
cualitativa. Richardson (2000b) nos recuerda que la investigación y la
escritura cualitativas no implican solamente darle sentido al mundo,
sino también darle un sentido a nuestra relación con el mundo y, por
tanto, en descubrir cosas sobre nosotros mismos incluso de la manera
en la que descubrimos cosas sobre algún fenómeno de interés. Esa fue
justamente mi experiencia cuando incursioné en la escritura creativa no
ficcional mencionada anteriormente (Patton, 1999). En esta compleja y
multifacética integración analítica de la ciencia disciplinada, el arte
creativo y la reflexividad personal, transformamos entrevistas,
observaciones, documentos y notas de campo en “descubrimientos”.
El desafío del análisis cualitativo yace en dar sentido a una
enorme suma de datos. Esto implica reducir el volumen de información
cruda, tamizar las trivialidades para quedarnos con lo significativo,
identificar patrones de significado y construir un marco referencial
para comunicar la esencia de lo que revela el dato. El desafío consiste
en que no hay ni puede haber formula para determinar un significado.
No existe ninguna forma de replicar los procesos analíticos de
pensamiento del investigador. Tampoco pueden aplicarse pruebas
sencillas de confiabilidad y validez. En definitiva, no existe ninguna
regla absoluta excepto quizás esta: Realiza tu mejor esfuerzo con todo
tu intelecto para representar de manera clara los datos y comunicar
qué es lo que éstos revelan de acuerdo con el objetivo del estudio.

25
Pautas para el análisis de los datos cualitativos pueden ser
encontradas en abundancia y estudiar ejemplos de análisis cualitativos
puede ser especialmente de ayuda. Pero las pautas, las sugerencias de
procedimiento, y los estudios ejemplares no son reglas. El factor
humano es la gran fortaleza y la debilidad fundamental del análisis y la
investigación cualitativos – un arma científica de doble filo. De este
modo, los analistas tienen la obligación de monitorear e informar sus
propios procesos y procedimientos analíticos de la manera más
completa y sincera posible. Esto significa que el análisis cualitativo es
un nuevo marco de trabajo de campo en el cual los analistas deben
observar sus propios procesos aun mientras realizan su análisis. La
obligación final del que realiza el estudio consiste en analizar e
informar sobre las características que tomó el proceso analítico que
tuvo lugar para arribar a los descubrimientos concretos. La extensión
de tal informe dependerá del propósito del estudio.

Software Cualitativo
Estoy encontrando cada vez más y más informes y disertaciones
(tesinas) que abren sus discusiones de análisis con detalles sobre el
programa de software que fue utilizado. Me encuentro tan entretenido
como alarmado a raíz de este esfuerzo por aumentar la credibilidad del
análisis a través de su asociación con softwares de computadora, como
si éste desplazara, o al menos, redujera, el núcleo humano y creativo
del análisis cualitativo. No recuerdo haber visto nunca un análisis
estadístico que comenzara con la afirmación de que se ha utilizado
SPSS para ejecutar un análisis de regresión y seguido por una apología
acerca de las maravillas y méritos del SPSS. Las computadoras y
softwares son herramientas que facilitan el análisis cualitativo, pero
ellos no hacen en realidad el análisis. Los programas de software
cualitativos facilitan el almacenamiento de datos, la codificación, la
recuperación de información, la comparación, y los vínculos – pero el
análisis lo hacen los seres humanos. El software ha hecho
26
significativamente más fácil el penoso trabajo de la localización manual
de un párrafo codificado. Los programas de análisis aceleran los
procesos de localización de temas codificados, la agrupación de datos
en categorías, y la comparación de los pasajes a transcripciones o
incidentes provenientes de las notas de campo (and comparing
passages in transcripts or incidents from field notes). Pero los analistas
cualitativos que hacen análisis de contenido deben todavía decidir qué
cosas van juntas para formar un patrón, cuáles constituyen un tema,
cómo nombrarlos, y qué significados extraer de los estudios de caso. Es
el ser humano, y no el software, el que debe decidir cómo enmarcar un
estudio de caso, cuánto y qué incluir, y cómo contar el relato. Mientras
que las computadoras pueden jugar un rol en el análisis de datos
cualitativos, como lo hacen con los cuantitativos, no pueden proveer la
creatividad y la inteligencia que hacen de cada análisis cualitativo algo
único.
Lo que comenzó como un abordaje de software diferente se hizo
más estandarizado, así como los varios paquetes informáticos han
convergido en el ofrecimiento de funciones similares, aunque dichas
funciones se presenten bajo diferentes nombres. Todos ellos facilitan el
marcado de texto, la construcción de libros de código, la catalogación,
la categorización, la creación de memos, y la visualización de múltiples
entradas al texto lado por lado (side-by-side). Las capacidades de
importar y exportar información varían. Para algunos equipos de
trabajo y múltiples usuarios más que para otros. Las capacidades de los
gráficos y las matrices también varían, pero se están tornando cada vez
más sofisticados. Siempre lleva tiempo cuando se trata de aprender a
usarlos con mayor efectividad. Cuanto más grande sea el volumen de
datos para ser analizados, más útiles serán estos programas. Más aún,
conocer cuál programa de software se usará antes de la recolección de
los datos, servirá para recolectar e ingresar los datos de la manera en
que funcione mejor para dicho programa en particular. Los grupos que
suelen discutir sobre cuestiones cualitativas a través de Internet,
27
debaten, consideran y comparan las fortalezas y debilidades de los
diferentes programas de software. Mientras las preferencias varían,
estas discusiones habitualmente terminan en el consenso de que
cualquiera de los principales programas satisfarán las necesidades de
la gran mayoría de los investigadores cualitativos. Cada vez más, las
distinciones dependen de “el sentimiento”, “el estilo”, y el “uso
sencillo” – cuestiones de preferencia individual – más que de
diferencias en sus funciones. Todavía las diferencias existen y se espera
que los nuevos desarrollos resuelvan las limitaciones existentes. Y,
aunque el análisis a través de un programa de software se ha
convertido en algo común y muchos confían en él con plena convicción,
y puede ofrecer un salto notable en la productividad para aquellos que
son expertos, éste no es requisito para la investigación cualitativa.

DESAFÍOS ÉTICOS EN LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA


Un área final de importante desarrollo a lo largo de las últimas dos
décadas concierne a las dimensiones éticas de la investigación
cualitativa. Nos estamos tornando cada vez más concientes, por
ejemplo, que las entrevistas pueden ser y muchas veces son
intervenciones. Ellas afectan a la gente. Una buena entrevista expone
pensamientos, sentimientos, conocimiento, y experiencia, no solo del
entrevistador, sino también del entrevistado. El hecho de ser llevado a
través de un proceso dirigido y reflexivo afecta a las personas que son
entrevistadas y la dejan conociendo cosas sobre ellas mismas que no
conocían – o al menos de las que no eran completamente concientes –
antes de la entrevista. Dos horas o más de reflexión pensativa sobre
una experiencia pueden inducir al cambio de un programa o de la vida
de alguien; 10, 15, o 20 horas de entrevista para una historia de vida
pueden ser transformadoras - o no. Ahí está el problema. Ni tú ni el
entrevistado pueden saber, con anticipación, o a veces, incluso, después
del hecho, qué impacto puede tener o ha tenido una experiencia de
entrevista.
28
Las normas de confidencialidad también están siendo desafiadas
por nuevas orientaciones en la investigación cualitativa.
Tradicionalmente, los investigadores han sido aconsejados para que no
revelen el lugar de trabajo de campo y modifiquen los nombres de los
que responden, por lo general, otorgándoles un seudónimo, como una
forma de proteger sus identidades. La presunción ha sido que la
privacidad de los sujetos de investigación debe ser siempre protegida.
Si bien esto ha perdurado como la presunción dominante, como
también creo que debería ser, está ahora siendo desafiado por los
participantes en la investigación, quienes insisten en que “son dueños
de sus propios relatos”. Algunos grupos políticos y activistas tienen
orgullo de sus identidades y se niegan a verse envueltos en una
investigación que oculta quienes son. Algunos programas que se dirigen
al empoderamiento de los participantes enfatizan que ellos “son
dueños” de sus relatos y que deberían insistir en que se usen sus
nombres reales. Encontré mujeres en un programa que las ayudaba a
superar una historia de violencia y abuso quienes estaban luchando
contra el estigma de su pasado contando sus relatos y adjuntando sus
nombres reales a sus historias como forma de lograr la curación, el
empoderamiento y el orgullo. ¿Tiene el investigador en tales casos el
derecho de imponer la confidencialidad por sobre los deseos de
aquellos que se ven involucrados? ¿Es condescendiente y debilitador
para un comité universitario sobre humanidades (a university-based
human subjects committee) insistir en que estas mujeres son incapaces
de entender los riesgos involucrados si eligen rechazar una oferta de
confidencialidad? Por otra parte, identificándose a sí mismos, ellos
renuncian no solo a la propia privacidad, sino tal vez a la de sus hijos,
otros miembros de la familia, y sus actuales o anteriores parejas.
Los temas de si compensar y cómo compensar a los entrevistados
también implican tanto las cuestiones de la ética como de la calidad de
los datos. ¿Afectará el pago, aunque sea de pequeñas sumas, las
respuestas de la gente, aumentando el consentimiento o,
29
alternativamente, elevando el incentivo para responder honesta y
concienzudamente? ¿Es de algún modo mejor apelar a la gente sobre la
base de la contribución que puede hacer al conocimiento o, en el caso
de la evaluación, a la mejora del programa, en vez de apelar al interés
económico? Los pagos modestos en las encuestas pueden aumentar el
valor de las respuestas para asegurar y adecuar el tamaño de la
muestra. ¿Se aplica lo mismo a la entrevista en profundidad y los
grupos focales? El entrevistador suele cobrar. ¿No debería ser
respetado el tiempo de los entrevistados, especialmente en el caso de la
gente de bajos ingresos, ofreciéndoles una compensación? ¿Qué
alternativas existen de cobrar para compensar luego a los
entrevistados? En las sociedades capitalistas occidentales las
cuestiones de la compensación están surgiendo cada vez más seguido
debido tanto a las comunidades económicamente desfavorecidas que
están reaccionando por ser a la vez sobre-estudiadas y subestimadas,
como a las empresas de marketing del sector privado que
rutinariamente compensan a los participantes en grupos focales, por lo
que esta práctica se ha desparramado al público y a los sectores sin
fines de lucro.
Estos son apenas algunos ejemplos de los desafíos éticos que han
emergido en los años recientes. Espero que lo concerniente a la ética
configure drásticamente el futuro de la metodología cualitativa.

Resumen de Dos Décadas


Así que ahí lo tienen, un tour demasiado breve y fugaz de mi
experiencias personales y de mi perspectiva sobre dos décadas de
desarrollos en la investigación cualitativa vistas a través de la lente de
las tres ediciones de mi libro de texto cualitativo. Fue difícil decidir
cuáles desarrollos resaltar, pero esta es la lista, para mejor o peor, que
se resume en:
 El fin, en esencia, del debate cualitativo-cuantitativo;

30
 el florecimiento de una diversidad distintiva y una competencia
de abordajes dentro de la investigación cualitativa, incluyendo
diferentes criterios para juzgar y diferenciar la calidad;
 la aceptación creciente y la importancia de la combinación de
estrategias y métodos, diseños emergentes, y la flexibilidad y
adaptabilidad en el trabajo de campo;
 la elaboración de abordajes a través de muestreos intencionados;
 la siempre creciente apreciación y reconocimiento de la
creatividad en el centro del análisis cualitativo, a pesar de
 la emergencia de softwares cada vez más sofisticados para
facilitar y apoyar el análisis cualitativo; y
 Los nuevos desafíos éticos y preocupaciones acerca de
comprender mejor los potenciales impactos de la investigación
cualitativa tanto sobre aquellos que son estudiados como los que
están involucrados en la investigación, y la manera en que la
investigación participativa y los diseños emergentes desafían las
miradas tradicionales del consentimiento informado y la
confidencialidad.

MIRANDO HACIA DELANTE


En 1980 no podría haber imaginado los cambios esbozados en este
artículo y en las dos ediciones posteriores de mi libro cualitativo. Ahora
no puedo imaginar a la metodología cualitativa permaneciendo estanca.
Esto es, creo, por su naturaleza emergente y muy abierta y por los tipos
de investigadores y practicantes atraídos por ella, un sujeto con un
estilo de investigación en constante desarrollo. En mi juventud, temía
por la desactualización de mis libros. Hoy me anticipo e incluso disfruto
de los cambios que requieren nuevas formas de pensar, nuevas
prácticas, nuevos enfoques, y por lo tanto nuevas ediciones de libros de
métodos.

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Michael Quinn Patton is an independent organizational development and


program evaluation consultant. He is former President of the American
Evaluation Association and author of Utilization-Focused Evaluation (3rd edn.,
Sage, 1997), Qualitative Research and Evaluation Methods (3rd edn., Sage,
2002),
and Grand Canyon Celebration: A Father-Son Journey of Discovery
(Prometheus,
1999), which was a finalist for Minnesota Book of the Year in 1999 (creative
nonfiction category). He is recipient of both the Myrdal Award for
‘Outstanding Contributions to Useful and Practical Evaluation Practice’ from
the Evaluation Research Society and the Lazarsfeld Award for ‘Lifelong
Contributions
to Evaluation Theory’ from the American Evaluation Association.
He serves on the graduate faculty of The Union Institute and University, a
nontraditional,
interdisciplinary, nonresidential, individually designed doctoral
program. He helped design and trains in the Leadership Labs on Outcomes in
Minnesota, which has worked with over 600 non-profit, government and
philanthropic
executives on leadership for results. [email: MQPatton@prodigy.net]

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