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inexpertos
La predicación no es solo a través de palabras, un simple gesto puede hablar mucho más.
Todo en usted comunica. Su modo de vestir, comunica a los demás quién es usted, como
también su aseo, postura, y la manera de comer. Por eso es muy importante que el
predicador dé más atención a estas cosas que son detalles que influencian tremendamente.
Apariencia y ropa
La regla debe ser: No aparentar ni usar nada que desvíe la atención de los oyentes del
mensaje. Puede ser cuando está luciendo de más, o dejando de hacerlo.
El pelo debe estar cortado y bien peinado; la camisa si es clara es mejor. Que sean siempre
limpias. Si es oscura, que esté combinando con el traje. Nunca utilice camisas ajedrez con
traje y corbata, ya que no se combinan. Si es rayada que sea de rayas bien finas.
La corbata debe coincidir con la chaqueta y la camisa. Su tamaño debe ir hasta la hebilla de
la correa. El zapato debe estar en buenas condiciones de uso, siendo siempre limpios y
engrasados, combinando con el color de las medias y los pantalones.
Los pantalones en su longitud deben alcanzar el salto del zapato. Los detalles como pulsera
de reloj, sujetadores, distintivos muy grandes y brillantes, deben ser evitados al subir en el
púlpito, pues pueden ser también un ruido en la comunicación.
El traje de preferencia sea de color sobrio, oscuro y discreto. En fin en todo lo que vamos a
hacer y vestir, debemos tener buen gusto, Esto forma parte de la vida Cristiana y no es
pecado alguno
Posturas y gestos
¿Debo hacer gestos o no? ¿Que tipo de gestos o el tamaño de ellos? Los gestos son
extremadamente importantes, pues pueden hacer el mensaje más claro y dinámico.
Como también dar un énfasis a una determinada información o incluso sustituir palabras
que no se pronuncian. Así también es con la postura en sí.
Nuestro cuidado con ella debe ocurrir antes de llegar al púlpito. Debemos dirigir la
plataforma o escenario, con determinación, demostrando seguridad en el piso y certeza
en lo que se está haciendo.
En cuanto al tamaño y la intensidad de los gestos, esto va a depender del lugar donde habla,
del tipo del público y tamaño del auditorio. Cuanto mayor sea el auditorio o el más inculto,
mayores y más anchos deberán ser los gestos; como menor el auditorio o más bien
preparado, menores y más moderados deberán ser los gestos.
Ellos no deberían ni ir muy arriba de la cabeza, ni muy abajo de la cintura, como tampoco
deberían ser tímidos pues comunica nerviosismo e inseguridad. Los brazos deben estar
naturalmente sueltos, y no adheridos al cuerpo.
Una cosa muy importante es la forma de mirar del predicador. Podemos decir que los ojos
no mienten. A nadie le gusta escuchar a un predicador que no mire al público.
PRESENTACIÓN
Todo el sermón está escrito obviamente para ser presentado. La forma en que va a ser, debe
ser elegida por el predicador. Hay básicamente tres. Son ellas: la forma leída, esbozada y
sin anotaciones.
1. De forma leída
El sermón es totalmente escrito y entonces, es leído ante el auditorio. Algunas pocas partes
se memorizan, e incluso cuando el orador mira a los oyentes, se restringe a pronunciar lo
que está escrito y que ha decorado. Veamos las ventajas y desventajas de este método.
Ventajas: La armonía en el contenido y en la forma, no habiendo repeticiones innecesarias
de ideas, el pulido, la elección de palabras que encajan mejor y control en la cuestión
tiempo.
2. De forma Esbozada
El Sermón es divido sólo en divisiones y subdivisiones con palabras y pequeñas frases que
sugieren las ideas sugeridas por el predicador. La ventaja es que el predicador posee un
guión bien ordenado y lógico para guiarse.
En todo caso, este método, no debe eliminar la etapa de escribir todo el sermón, pues esto
ayuda en caso de archivo. Pero en este caso, a la hora de predicar, se usa sólo el esbozo,
pues así el orador no se atiene tanto al papel.
3. Sin Anotaciones
Este método, no es recomendado para quien está comenzando en el ministerio público, pues
el nerviosismo puede generar olvido del asunto, y el predicador se pierde totalmente en el
asunto.
Objetivos específicos:
Para que sus ideas y el texto bíblico se organicen y armonicen perfectamente, es necesario
que haya un cierto conocimiento para hacerlo.
Por lo tanto, es nuestro objetivo, pasar algunas orientaciones que serán de vital importancia
para su ministerio de predicación bíblica.
La primera cosa que debemos hacer al pensar en predicar, es hacer las siguientes preguntas:
Estas preguntas, además de ser las primeras, se muestran, para muchos, una de las tareas
más difíciles.
Al analizar la ocasión: