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Método para la identificación y selección

de valores corporativos en la Dirección


por valores

Valentina Ramos Ramos


Licenciada en Psicología
Máster en Comunicación Organizacional, Consultor Adjunto
Empresa de Gestión del Conocimiento y la Tecnología (GECYT), Cuba
La Habana, Cuba

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Trabajo publicado el 16 de mayo de 2008

Resumen

Según nuestra experiencia de trabajo dentro del ámbito empresarial, se ha hecho


frecuente la incorporación de la Dirección por valores como modelo de gestión dentro de
las organizaciones laborales. Sin embargo, la selección de los valores, que es el proceso
más importante y del que se derivan toda una serie de ejercicios de dirección posteriores,
se hace con frecuencia de forma arbitraria y en muchos de los casos se reduce al marco
del grupo de dirección de las instituciones, siendo el papel de los trabajadores meramente
de receptores de la información, con lo cual no hay una apropiación de estos valores
corporativos generados. El presente trabajo refleja un modelo validado en varias
organizaciones laborales para la selección e identificación de valores corporativos,
relacionado con las características propuestas en el Modelo de García y Dolan (1998),
caracterizado por su funcionalidad y la promoción de la dirección participativa dentro de
las empresas.

Objetivos

- Identificar un modelo de selección de valores eficiente dentro de la Dirección por


valores.

- Aplicar el modelo de selección de valores para su validación y para la retroalimentación


de las deficiencias que se puedan detectar.

Los valores dentro de la cultura organizacional

Si bien es cierto que la función principal de toda organización es el aumento de sus


ingresos por encima de sus gastos, y que muchos pudieran pensar que esto es posible
gracias a buenas inversiones o al mantenimiento de una contabilidad confiable, también
es verdad que nada de esto sería posible sin el factor humano.

Denominamos organización laboral a los "agrupamientos humanos que se integran para


cumplir actividades sistematizadas y reiteradas en torno a un sistema de objetivos
preestablecidos en un espacio físico y con un carácter temporal perdurable" (Katz y
Kahn, 1989), quedando establecido que las organizaciones laborales son grupos de seres
humanos, que se rigen por los mismos principios de funcionamiento grupal: conjuntos de
personas que se convocan para realizar una actividad que requiere de la interacción de sus
miembros para llevarse a cabo y en la cual se generan sentimientos entre éstos (Homans,
s/a).

En el caso específico del grupo que conforma una organización laboral, la actividad a la
que se convoca está dada por la misión de la entidad (la razón de ser), por el objeto social
(actividades aprobadas de forma legal que le autoriza ejercer en correspondencia con la
misión) y por la visión (la meta de la organización en un tiempo determinado). Para dar
cumplimiento a estos tres elementos, se requiere de una estructura compuesta por
personas que interactúan entre sí, organizadas en subsistemas por áreas de
funcionamiento, derivadas de las demandas y características de la actividad fundamental.
A partir de la interacción de estas personas se producen estados afectivos inherentes al
hombre como ser social, generándose lo que se denomina cultura organizacional de
forma espontánea.

Es entonces el hombre el eslabón fundamental de la empresa porque, a pesar de que en


muchos casos la máquina hace las funciones fundamentales, son los hombres quienes la
manipulan, e incluso existen puestos de trabajo donde no hay máquinas en lo absoluto,
donde se venden servicios, interviniendo al cien por ciento la participación humana.

En esta interrelación sistemática, coordinada y perdurable que existe dentro de las


organizaciones laborales, se construye una subjetividad particular que incluye la llamada
cultura organizacional. Edgar Schein (1984) define este concepto como "el patrón de
premisas básicas que un determinado grupo inventó, descubrió o desarrolló en el
proceso de aprender a resolver sus problemas de adaptación externa y de integración
interna, y que funcionaron suficientemente bien, a punto de ser consideradas válidas y,
por ende, de ser enseñadas a nuevos miembros del grupo como la manera correcta de
percibir, pensar y sentir en relación con estos problemas". Schein propone la
identificación de la cultura en tres niveles dentro de la organización, como lo señala el
gráfico 1:

Gráfico 1 - Niveles de desarrollo de la cultura en las organizaciones (Schein, 1985).

El primer nivel corresponde a los artefactos visibles, comprendido por el ambiente físico
de la organización, su arquitectura, los muebles, los equipos, el vestuario de sus
integrantes, el patrón de comportamiento visible, documentos, cartas, etc.

El segundo nivel, es el de los valores que dirigen el comportamiento de los miembros de


la empresa. Su identificación, según Schein, solamente es posible por medio de
entrevistas con los miembros claves de la organización.

Finalmente, el tercer nivel es el de los supuestos inconscientes, que revelan más


confiadamente la forma como un grupo percibe, piensa, siente y actúa. En un primer
momento estas premisas fueron valores conscientes que con el pasar del tiempo dejaron
de ser cuestionadas, constituyéndose en "verdades", volviéndose inconscientes.

De esta manera, las organizaciones laborales son complejos sistemas, cualitativa y


cuantitativamente diferentes unos de otros, con características particulares enmarcadas en
la cultura en que se desarrollan sus miembros y a la cual convocan a participar.

Se define entonces a la cultura organizacional como el "conjunto dinámico de valores,


ideas, hábitos y tradiciones compartidas por las personas que integran una
organización, los cuales regulan su funcionamiento dentro de la misma (Ponjuán, 1998:
73). La cultura y la historia de una organización son la base fundamental para que surja el
sentimiento de pertenencia de sus trabajadores con ella, o lo que tradicionalmente se
conoce con el nombre de identidad corporativa, y es mediante la comunicación en que se
engarzan las relaciones humanas que se da lugar al proceso de creación y apropiación
cultural, y a la transmisión de las características culturales organizacionales, no sólo a sus
miembros, sino a los elementos externos a ella.

Los valores en la identidad e imagen corporativas

Los valores son una parte de la cultura organizacional que conforma la identidad de los
trabajadores con su empresa. Generalmente se ha dirigido la atención del estudio de la
identidad corporativa a la relación que guarda con la imagen corporativa, sin embargo,
esta identidad también es el resultado de formaciones culturales más complejas que son
las que, en última instancia, dotan a los trabajadores del sentimiento de pertenencia a su
centro. ¿Por qué los valores y no otro elemento de los que forman a la cultura? Porque
son precisamente los valores los que actúan directamente sobre las actitudes de las
personas, interviniendo en que una creencia se convierta en comportamiento, de ahí la
necesidad de tomarlos en cuenta a la hora de querer obtener resultados.

Podemos actuar sobre el trabajador de manera directa, motivándolo extrínsecamente a


partir de recompensas materiales, pero los mejores logros se encuentran en los resultados
que el trabajador tiene a partir de una motivación intrínseca, cuando siente que el
cumplimiento de las metas organizacionales se corresponden con sus metas personales, y
por esta razón, se esfuerza en el cumplimiento de su tarea. Estamos hablando
precisamente de lo que ocurre cuando hay una correspondencia entre los objetivos
empresariales con los objetivos personales, cuando los valores empresariales forman
parte de los influyan intereses personales que puedan dañarla como sistema.

Usualmente, la filosofía ha utilizado el concepto de valor atendiendo a dos acepciones: el


"valor objetivo" y el "valor subjetivo". En primera instancia, el valor se define como
"aquella propiedad de los objetos materiales y de la conciencia social que por afectar
positiva o negativamente las necesidades del sujeto, engendran en éste una orientación
afectiva o motivacional de aproximación o evitación respecto a la misma"; y en segundo
lugar como "el reflejo cognoscitivo del valor objetivo en la personalidad o en la
psicología social del grupo como una orientación afectivo-motivacional" (González,
2000: 307). Es decir, cuando utilizamos el término valor en esta definición subjetiva, nos
referimos precisamente a la forma como el valor objetivo forma parte del mundo
intrapsíquico, ya sea de la persona como individuo independiente, de los grupos y/o de la
sociedad, lo cual nos hace comportarnos consecuentemente.

Entonces podemos hablar de la existencia de valores sociales y valores individuales,


formados a partir de la interacción del sujeto con un objeto (material o no), donde este
objeto llega a alcanzar un significado y un sentido específicos para el sujeto dada esta
interacción, y transmitidos de sujeto a sujeto por medio del proceso de comunicación.
Los valores tienen razón de ser gracias al hombre como ser social.

Un valor es "una convicción o creencia estable en el tiempo, de que un determinado


modo de conducta o una finalidad existencial es personal o socialmente preferible a su
modo opuesto de conducta o a su finalidad existencial contraria" (Rokeach, 1973). Ya
sea como valía, como valentía o como forma estratégica de dirección, los valores
representan los tipos de aprendizaje relacionados con la consecución de un
comportamiento que ha demostrado ser más competente que la ejecución de su opuesto
(ser honrados es preferible a ser fraudulentos, ser autónomos es preferible a ser
dependientes).

Una organización laboral nace con determinados valores, pero está sujeta a las influencias
internas y externas del desarrollo. De esta manera hay determinantes que influyen en la
formación de valores, como son:

- Las creencias y valores del fundador


- Las creencias y valores de la dirección actual
- Las creencias y valores de los empleados
- La formación e influencia de los consultores a partir de cursos, por ejemplo
- La normativa legal existente
- Las reglas de juego del mercado
- La historia
- La cultura social
- Los resultados de la empresa

Para que los valores lleguen a funcionar como el impulso motivador para la acción, deben
transitar necesariamente desde un punto reactivo (donde sólo regulan el comportamiento
como una forma de presión externa), transitando como proceso adaptativo (siendo
utilizado como una necesidad en función de obtener una meta), hasta llegar a tener el
grado de valor autónomo (ejecutándose el comportamiento por parte del sujeto, a partir
de una internalización de las metas, fuera de todo margen de recompensa o castigo).

Esto quiere decir que si queremos que los trabajadores de una organización laboral
asuman un comportamiento determinado a partir de la formación de valores corporativos
en ellos, necesariamente se debe iniciar esta formación desde la externalización de la
ejecución a partir del uso de los valores, hasta su internalización; desde un programa de
recompensas y castigos conscientemente elaborado por el grupo destinado a la formación
de estos valores, hasta que no se haga necesario el uso de estos mecanismos para que el
trabajador actúe a partir de estos valores una vez aprehendidos y aprendidos.

¿Cómo lograr la formación de estos valores autónomos? Diego González (2000) nos
propone, junto al uso del método de recompensa y castigo, la capacidad de integrar o
actualizar los valores personales con los valores institucionales. De esta manera se
pasaría de un funcionamiento extrínseco a uno intrínseco.

Existen tres espacios para la educación y formación de valores: la actividad como espacio
donde se atribuyen significados personales, la calidad de las relaciones que se establecen
durante la ejecución de la actividad y el proceso de comunicación. La comunicación
funciona en tres dimensiones con relación a los valores: como herramienta para la
transmisión de valores, como el medio donde se dinamiza la interrelación de estos
valores, como el objetivo final de cualquier gestión de valores.

Gestionando valores

Una empresa centrada en una gestión de valores cuenta con ventajas indiscutibles dentro
del entorno mundial como son:

- Fomento de valores que denotan dinamismo Vs. rigidez.


- Importancia a la calidad Vs. cantidad.
- Inculcar valores relacionados con la gestión del conocimiento Vs. individualismo.

Modelos de gestión de valores


Antes de entrar en el modelo que nos interesa, se hace necesario mencionar dos
propuestas de gestión de valores como introducción a la importancia del uso de este tipo
de gestión:

1. Propuesta de Michael O'Connor (1998).

Este autor concibe a la gestión de valores como un proceso cíclico, donde una de las
partes de la dinámica da lugar a la siguiente, a partir:

a. Clarificación de los valores


b. Comunicación de los valores
c. Alineamiento acorde a los valores
d. Mejoras continuadas

2. Propuesta de Unión FENOSA (s/a).

Elaboró un método de divulgación de valores corporativos denominado ECSITO,


homófono de "éxito", y que recoge los pasos a realizar en correspondencia con sus siglas
de la forma siguiente:

a. Enseñar y aprender desde la experiencia


b. Calidad en la gestión
c. Servicio al cliente
d. Iniciativa y liderazgo
e. Trabajo en equipo/red
f. Orientación al cambio e innovación

Gráfico 2 - Modelo de fases de la gestión de valores, García y Dolan (1998).


Muchas organizaciones se quedan en el proyecto de la gestión, cuando realmente el
seguimiento al proceso es su eslabón fundamental. Salvador García y Shimon Dolan
(1998) en su libro La dirección por valores proponen un esquema (Gráfico 2) donde
recogen las fases de una gestión de valores en las empresas, demostrando cómo un
proceso de este tipo debe concebirse no como un elemento acabado, sino con
posiblidades de desarrollarse a partir de la identificación de las propias dificultades que
se puedan presentar en el mismo. Cada fase del proceso está concebida de forma tal que
se pueda poner en práctica sin que se pierda el control del proceso, siendo los valores
elementos subjetivos, intangibles.

La fase 0 es la fase preparatoria, donde la mayor importancia radica en la existencia de


un grupo de trabajo que, junto a la figura que lo lidera, estén dispuestos a cambiar. Estos
autores identifican determinados indicadores personológicos que, de estar presentes,
demuestran la necesidad de cambio:

- Desconfianza
- Mal humor
- Irritabilidad
- Rigidez
- Conformismo
- Apatía
- Trabajos de mala calidad y hechos a prisa
- Dobles intenciones
- Temor al riesgo
- Incapacidad de delegación eficaz
- Agobio por falta de tiempo
- Retraso en las reuniones
- Falta de reconocimiento del esfuerzo
- Miedo al cambio
- Malgastar
- Inercia
- Tendencia al chisme
- Ocultar errores
- Burocracia
- Individualismo

Si la empresa no quiere cambiar, entonces el proceso se hace más difícil. La


comunicación funciona como el motor para el cambio, pues se puede utilizar como la
herramienta fundamental para generar insatisfacción con la situación actual y, por tanto,
la necesidad de cambiarla por una mejor, o por lo menos, diferente. Se trata del impulso
que vence el temor, pues este es un elemento que se presenta como manifestación
emocional de la resistencia al cambio y es, a la vez, el combustible para el cambio, ya que
es la fuente fundamental de generación de optimismo y confianza en los buenos
resultados.

Por ello, antes de pretender iniciar a la organización en una gestión de valores, en primer
lugar, los elementos que la conforman deben estar dispuestos al cambio. Una vez
determinada la disposición al mismo, se inician entonces las fases que se relacionan
directamente con el trabajo con los valores corporativos.

Es en la fase I donde ocurre lo que se denomina el "destilado de valores", que no es más


que el proceso donde se determinan aquellos valores que conformarán los valores
corporativos. Éstos pueden identificarse en valores operativos, que son los valores
actuales con los que la empresa funciona en estrecha correspondencia con la misión de la
empresa; de otra parte están los valores finales, aquellos que la empresa quiere llegar a
tener, relacionados con la visión de la organización.

De toda una serie de valores que puedan existir, sólo son económicamente factibles
aquellos que reúnan las siguientes características:
- Pocos y fáciles de recordar
- Definibles
- Significativos estratégicamente
- Escogidos participativamente
- Significativos para los trabajadores
- Transmitidos mediante la comunicación
- Percibidos como algo por lo que vale la pena comprometerse
- Cómodos para las personas
- Coherentes en teoría y práctica
- Evaluados y asociados con recompensas
- Convertidos en objetivos medibles
- Periódicamente cuestionados y reformulados

Estos valores, una vez identificados y nominados, deben convertirse en objetivos


medibles, lo cual implicaría el inicio de la fase II, que facilitará el control de los
resultados laborales a partir de la puesta en práctica de estos valores que, de no existir,
pueden ser formados en los trabajadores.

Las fases III y IV se corresponden con el seguimiento a una política de trabajo con los
valores, donde los trabajadores son el centro de toda atención en cuanto a formación de
valores y recompensas asociadas a la aplicación de los mismos, teniendo en cuenta el
control de todo el proceso.

Los valores corporativos deben asociarse al concepto de cliente, donde no sólo se recogen
aquellos elementos que la Organización desea estratégicamente que sus trabajadores
posean o incluyan en su personalidad, sino que también debe incluir aquellos que los
clientes desearían que caracterizaran los servicios o productos de la misma. Una buena
formulación de los valores garantiza tanto el funcionamiento organizativo como la
"compra" de dicha organización por parte de los clientes (tanto externos como internos),
garantizando la coherencia entre las expectativas y la realidad.

Propuesta de una gestión de comunicación de valores

Partiendo del Modelo de dirección por valores de García y Dolan (1998), elaboramos una
estrategia que permitiera gestionar valores corporativos a partir de un proceso de
comunicación efectivo. Nuestra propuesta se basa entonces en los siguientes aspectos
(Ramos, 2003):
1. Identificación y nominación de los valores corporativos (Gráfico 3)

a. Identificación de los valores que se reconocen como aquellos que forman parte de las
características de la corporación y que resultan indispensables por parte de los
trabajadores de la misma. Estos valores pueden ser existentes o no en la realidad de la
organización, ya que se parte del principio de que los valores pueden ser formados en
caso de que no se encuentren presentes.

Gráfico 3 - Proceso para la identificación de valores

b. Nominación de los valores a partir de la identificación de los mismos, de forma tal que
se garantice un lenguaje "común" entre los trabajadores en el momento referirse a estos
valores. Esta nominación sirve para la medición del cumplimiento del trabajo con los
valores. Posteriormente deben seleccionarse aquellos valores que serían los Valores
corporativos, respondiendo a la necesidad de darle cumplimiento a las características que
deben poseer estos valores según García y Dolan.

c. Aprobación por el Consejo de Dirección de la empresa, debido a que pueden existir


valores no sólo actuales y que los trabajadores identifiquen, sino también valores
deseados que se manifiesten en los trabajadores.

d. Retroalimentación del proceso con los trabajadores donde se presenten los valores
finales que resultaron del trabajo inicial.

2. Comunicación de valores

Vamos a seguir una estrategia de comunicación de valores a partir de las características


de la propia comunicación organizacional como sistema:
a. Uso de las formas verbales y no verbales de comunicación

Con relación a las formas verbales, los valores deben estar incluidos en el discurso de los
miembros del sistema de la organización en los momentos cuando sea necesaria su
discusión, independientemente de la necesidad de un primer acercamiento de los
trabajadores con la existencia de valores a seguir y su significado para ellos y para la
organización como tal.

Para las formas no verbales (lenguaje visual), los valores dependen de un diseño gráfico
atractivo, en correspondencia con las características de la imagen corporativa de la
organización.

b. Siguiendo la estructura formal de la comunicación

Los valores deben comunicarse y aplicarse siguiendo la estructura formal de la


organización, de modo tal que se garantice que todos sus miembros los conozcan. Una
vez arraigados los valores, se manifiestan en el plano informal.

c. Comunicados a los clientes externos e internos

Los trabajadores de la corporación, además de identificar los valores que deben


representar, tienen que conocer las implicaciones que conllevaría el no hacerlo, en
dependencia de las políticas organizacionales con relación a los valores. Para el público
externo, los valores forman parte de la imagen corporativa que ofrece la organización, de
modo tal que influyen en la percepción que se tenga de la misma y, consecuentemente, en
los comportamientos que se asumirán.

3. Aplicación y control de una estrategia de valores

Esta estrategia a realizarse implica el seguimiento de la gestión iniciada, de modo tal que
permita:

a. Elaborar objetivos que garanticen el funcionamiento orgánico de la corporación a partir


de un trabajo con los valores, elaborado de manera consciente.
Estos objetivos pueden fluir desde una política de selección de personal a partir de los
valores hasta cualquier medida que se tome en el orden de premiar el cumplimiento o
castigar el incumplimiento de estos valores, trayendo como consecuencia la formación en
los trabajadores de aquellos valores que no estén presentes como característicos de la
organización. Un trabajo con valores es perfectamente objetivable debido a que han sido
previamente definidos. Por tanto, se han hecho explícitas las normas de cumplimiento de
estos valores.

b. Garantizar una retroalimentación del proceso.

La retroalimentación del proceso se mide de forma objetiva por el cumplimiento de las


metas dentro de la estrategia, y de forma subjetiva, por los elementos que conforman la
cultura organizacional. Es decir, pueden apreciarse en la aplicación de estos valores
dentro de los comportamientos, creencias y opiniones - entre otros elementos - de los
clientes, tanto externos como internos.

Esta retroalimentación tiene sentido por cuanto permite controlar la adecuación de la


gestión de valores, dando lugar a modificaciones de la misma en caso de que sea
necesario.

Estudio de Caso 1. Identificación de valores en una corporación. Esquema para la


identificación y selección de valores

En vistas de proteger la confidencialidad de la organización laboral objeto de estudio, le


llamaremos Corporación "X", cambio que no afecta la explicación del proceso. Dicha
corporación se caracteriza en su funcionamiento por ser extensa, distribuida a lo largo del
país, con más de mil trabajadores en su plantilla (en su mayoría, entre las edades de 30 a
39 años y con nivel de escolaridad universitario y medio superior predominante), que
integra divisiones especializadas que funcionan como empresas, siendo la Corporación
"X" un grupo empresarial que determina la política de trabajo, los mecanismos de control
y que responde al Ministerio al que pertenece, en este caso, el Ministerio de Informática y
Comunicaciones.

Para la identificación de Valores se realizaron trabajos en grupo con representantes de las


diferentes divisiones de "X", además de una revisisón de documentos. El trabajo se basó
en la estructura de nuestra propuesta de gestión de comunicación de valores.

Resultados del análisis de documentos


A partir del análisis del perfil corporativo de "X", así como los documentos diagnósticos
analizados, se determinó la existencia de los siguientes valores, separados en dos grupos,
atendiendo a valores laborales y valores personales:

1. Perfil corporativo

a. Valores laborales identificados

- Nivel de facturación: número de ventas anuales.


- Introducción de tecnologías
- Diversidad e integralidad de los productos y servicios
- Calidad de los productos que ofrece
- Seriedad en los negocios
- Eficiencia
- Atención personalizada al cliente

b. Valores personales identificados

- Sentido de pertenencia
- Profesionalidad: nivel técnico
- Honestidad
- Sensibilidad humana
- Juventud de los trabajadores
- Espíritu de innovación
- Entusiasmo
- Cohesión grupal
- Integridad
- Responsabilidad
- Motivación

c. Diagnósticos analizados

- Diagnóstico externo: atención al cliente, consagración al trabajo, profesionalidad,


preparación del personal y compañerismo

- Diagnóstico interno: profesionalidad y responsabilidad

2. Esquema de trabajo en grupo por sesiones para identificar los valores corporativos
El siguiente es el formato a utilizar durante las sesiones de trabajo, dando margen a la
flexibilidad en el caso de no contar con cualquiera de los elementos necesarios.

Local: Salón de Reuniones


Duración: 1hora
Uso de los medios: Computadora, pizarra o pancarta, plumones, cartones con las letras X
e Y.

a. Presentación

En primer lugar, se presentan los coordinadores y se pide a los participantes que se


también se presenten, comentándose el trabajo que se va a realizar y el objetivo de la
reunión a partir de que:

- El trabajo surge dando respuesta a la necesidad de una gestión de valores en la empresa


a partir de la revisión de los valores existentes y las deficiencias en el trabajo con los
mismos dentro de la gestión del capital humano de la entidad.

- Se considera el énfasis en la formación y transmisión de los valores organizacionales


como objetivo fundamental de la reunión, donde se nominarán y definirán aquellos
valores que deben poseer los trabajadores de la empresa, que serán discutidos y
aprobados en el Consejo de Dirección.

b. Tareas

Utilización de una variante de las técnicas "Quién gana más", con el objetivo de
demostrar la necesidad de que exista durante el trabajo no sólo un pensamiento del orden
individual o por subsistema, sino también en función del sistema total como evidencia de
la pertenencia de los trabajadores con su organización.

Se reparten tarjetas que tengan las opciones X / Y. Si participan tres personas se hace la
variante 1, si participan cuatro personas o más se aplica la variante 2. Las instrucciones
son las siguientes:

- Se explica a los participantes que en ese momento están funcionando como directivos
de un subsistema, pero que todos forman parte de un
- Cada uno debe tomar una decisión: X o Y. Esto se realizará en tres ocasiones.
- En dependencia de la combinación de todas las opciones se ganará o perderá una cierta
cantidad de dinero.
- No pueden conferenciar entre ellos, excepto para la elección de la última decisión,
donde se podrán poner de acuerdo con relación a la decisión a tomar.

El objetivo es que se llegue a la conclusión de que la alternativa de decisión donde todos


ganan se da cuando todos seleccionan la opción Y, pensando en forma grupal y no
individual.

Se presentan luego las diapositivas elaboradas, explicándose la importancia de la


existencia de valores compartidos para las organizaciones laborales, así como las
características que deben poseer los valores que se escojan.

Finalmente se realiza la nominación y definición de los valores que poseen o deben tener
los trabajadores de la empresa a partir de las características anteriormente expuestas. En
este punto se trabaja con los valores ya definidos, los valores del grupo empresarial al que
pertenece la empresa (en caso de que sea aplicable) y la estrategia organizacional
aprobada, de modo tal que exista una relación entre la estrategia de la organización
laboral con el trabajo que se está realizando. Estos valores se escribirán en la pizarra,
junto a su definición, de modo tal que todos los participantes puedan acceder a ellos para
añadir o modificar cualquiera de los mismos.

c. Cierre

En esta etapa se selecciona o menciona un valor que se tenga en el plano personal y que
haya sido formado como consecuencia de la cultura organizacional de la empresa. Se
indaga con relación a posibles deficiencias presentadas en la realización de la sesión de
trabajo, o cualquier sugerencia que quieran aportar para enriquecerla.

Durante la sesión pueden emerger temas que serán recogidos como preocupaciones,
recomendaciones, inquietudes o problemas presentados.

d. Resultados del trabajo en grupo

- Total de divisiones de "X": 82 (pertenecientes a 11 grupos de trabajo donde se recogen


por especialidades) (Gráfico 3)
- Total de divisiones que asistieron: 25 divisiones (representantes de 8 grupos)
- Sesiones de trabajo: 6 sesiones
- Promedio de asistencia: 4 divisiones / sesión

Gráfico 3 - Asistencia

e. Valores identificados

Tabla 1 - Valores identificados en las sesiones de trabajo y su definición por parte de los
trabajadores
f. Selección de valores corporativos

Los valores más frecuentes a lo largo de las sesiones fueron:

Gráfico 4 - Frecuencia de valores en las sesiones de trabajo

Tomando en cuenta tanto estos valores, como los que aparecen a partir de un análisis de
documentos organizacionales, se identificaron como valores corporativos los siguientes:

- Profesionalidad: Calificación, competencia, no improvisación, conocimiento.


Incorporamos dentro del concepto de profesionalidad, valores tales como comunicación,
honestidad y honradez.

- Consagración: Disposición hacia el trabajo, sin límites de horario ni tiempo. Lo cual


avala la presencia de una responsabilidad ante la ejecución de las tareas asignadas.

- Sentido de pertenencia: Sentimiento de identidad con relación a la organización.

- Sensibilidad humana: Empatía, tolerancia, comprensión, colaboración. Teniendo en


cuenta que parte de la propia sensibilidad humana está marcada por la educación y una
imagen personal dirigida a transmitir esta sensiblidad, lo cual funcionaria como norma
para la atención al cliente

Quedan así establecidos los valores de la siguiente forma:

"Somos los profesionales de la electrónica, la informática y las telecomunicaciónes, que


le atendemos con gran sensibilidad humana, orgullosos de pertenecer a nuestra
corporación y consagrados a ella. Somos la Solución Integral."

Incorporamos dentro del diseño de los valores elementos tales como objeto social,
productos o servicios que ofertan, combinados con el slogan de la corporación: "La
Solución Integral"

Conclusiones

Una buena definición de los valores corporativos de cualquier grupo humano, y en


especial de las organizaciones laborales, unido a la participación de los trabajadores en su
identificación y definición, garantiza una comprensión del trabajo que se generará
posteriormente, asi como la asimilación de los valores como "propios".

La formación de la identidad corporativa a partir de los valores es garantía de la


identificación con el trabajo que se hace promoviendo el logro de la efectividad y eficacia
de lo que se hace.

Bibliografía
García, S. y Dolan, S. (1998). Dirección por valores. México: Prentice-Hall
Hispanoamericana.

Gónzález, Diego Jorge. (2000). Los valores y su formación: una interpretación


psicológica. En: Revista Cubana de Psicología, Vol. 17, No. 3, pp. 307.

Katz, D. y Kahn, R. (1989). Psicología social de las organizaciones. (2ª. ed.), México:
Trillas.

Ponjuán, Gloria. (1998). Gestión de información en las organizaciones. CECAPI, pp. 73.

Ramos, Valentina. (2003). Comunicando valores en la organización. Trabajo de Diploma.


Facultad de Psicología.

Rokeach, M. (1973). The Nature of Human Values. New York: Free Press.

Schein, Edgar. (1985). Psicología de las organizaciones. México: Prentice Hall.

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