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C-591/95
Actores:
Hernán Darío Vergara Mesa y Víctor
Manuel Serna Medina
Magistrado Ponente:
Dr. JORGE ARANGO MEJÍA
Sentencia aprobada en Santafé de Bogotá D.C., según consta en acta número 65,
correspondiente a la sesión de la Sala Plena, llevada a cabo el día siete (7) de
diciembre de mil novecientos noventa y cinco (1995).
I. ANTECEDENTES.
Los ciudadanos Hernán Darío Vergara Mesa y Víctor Manuel Serna Medina, en
uso del derecho consagrado en los artículos 40, numeral 6 y 241, numeral 4, de
la Constitución, presentaron demanda de inconstitucionalidad en contra de los
artículos 90, 91 y 93 del Código Civil.
Por auto del diez y seis (16) de junio de 1995, el Magistrado sustanciador
admitió la demanda, ordenó la fijación del negocio en lista, para asegurar la
intervención ciudadana dispuesta por los artículos 242, numeral 1, de la
Constitución, y 7, inciso segundo, del decreto 2067 de 1991. Así mismo,
dispuso el envío de copia de la demanda al señor Presidente de la República, al
señor Presidente del Congreso de la República, y al señor Procurador General de
la Nación para que rindiera el concepto de rigor.
"La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar
completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la
separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás.
"Artículo 91: La ley protege la vida del que está por nacer. El juez en
consecuencia, tomará, a petición de cualquier persona, o de oficio, las
providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del
no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra.
B. LA DEMANDA.
Los demandantes consideran que las normas acusadas desconocen los artículos
1, 2, 5, 11, 12, 13, 14 y 94 de la Constitución.
Por tanto, la ficción que consagra el artículo 90 del Código Civil, desconoce el
principio de la dignidad humana, pues sólo reconoce como persona al nacido,
cuando lo lógico sería que desde el momento de la concepción el ser humano
fuera sujeto de derechos.
- Las normas acusadas crean una desigualdad entre el concebido y el nacido, que
no tiene razón de ser. Ambos son individuos de la especie humana, que tienen
derecho a la vida y al reconocimiento de su existencia.
C. INTERVENCIONES.
- Les asiste razón a los demandantes cuando afirman que la vida comienza con
la fecundación, pero ese hecho no implica que desde ese momento, el legislador
deba considerar como persona al que está por nacer, es decir, constituirlo en
sujeto de derechos y obligaciones.
- Los actores confunden la existencia jurídica del ser humano, con su existencia
biológica.
-No se vulnera el principio a la igualdad, porque el que está por nacer frente al
nacido, se encuentra en condiciones distintas, que justifican el trato diferencial.
D. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN.
Por medio del oficio número 705, de agosto dos (2) de 1995, el Procurador
General de la Nación (E), doctor Orlando Solano Bárcenas, rindió el concepto
de rigor, solicitando a la Corte Constitucional declarar EXEQUIBLE las
normas acusadas, por las razones que se resumen a continuación.
Para el caso concreto, el legislador optó por tomar el hecho del nacimiento como
el generador de ciertos derechos y obligaciones. Razón por la que no es
aceptable la aseveración de los actores, de que el legislador no puede conceder
personalidad al ser humano, porque su papel en esta materia, se limita a
reconocer y proteger una personalidad que es de carácter natural y no legal.
Primera.- Competencia.
Pretenden los demandantes que sean declarados inexequibles los artículos 90, 91
y 93 del Código Civil, porque, en su concepto, quebrantan la Constitución al no
reconocer que la existencia legal de las personas comienza con la concepción y
no con el nacimiento. Según ellos, la Constitución sí consagra expresamente el
principio de que la existencia legal de la persona comienza en el momento de la
concepción.
Según el artículo 90 del Código Civil, "La existencia legal de toda persona
principia al nacer, esto es al separarse completamente de su madre". Y de
conformidad con el artículo 1019 del mismo Código, "Para ser capaz de suceder
es necesario existir naturalmente al tiempo de abrirse la sucesión..."
El Código Civil del Perú, de 1984, plasma así la regla "Infans conceptus pro
nato habetur...":
Regla que el Código Civil español también consagra así, en su artículo 29: "El
nacimiento determina la personalidad; pero el concebido se tiene por nacido
para todos los efectos que le sean favorables, siempre que nazca con las
condiciones que expresa el artículo siguiente".
Dicho está que el artículo 90 del Código Civil, uno de los demandados,
establece que la existencia legal de las personas comienza en el momento del
nacimiento, es decir, cuando la criatura sobrevive a la separación completa de la
madre. Para que el razonamiento en que se funda la demanda fuera acertado,
tendría que demostrarse que la Constitución, por el contrario, establece que la
existencia legal principia con la concepción.
Y lo mismo puede decirse del artículo 1o., en lo que tiene que ver con la
mención que en éste se hace de la dignidad humana.
Entre paréntesis, como se verá, esta redacción es más exacta que la utilizada por
el artículo 14, en el cual debió escribirse "seres humanos", y no personas, pues
"persona" es el ser que tiene personalidad jurídica.
El estado civil está definido por el artículo 1o. del decreto ley 1260 de 1970, así:
"El estado civil de una persona es su situación jurídica en la familia y la
sociedad, determina su capacidad para ejercer ciertos derechos y contraer ciertas
obligaciones, es indivisible, indisponible e imprescriptible, y su asignación
corresponde a la ley".
"El hombre no es una noción jurídica que expresa una función específica
del derecho; es una noción biológica, fisiológica y psicológica. Cuando
una norma jurídica utiliza el concepto de hombre no le confiere por ello el
carácter de una noción jurídica. De la misma manera, el concepto físico
de la electricidad no se convierte en una noción jurídica cuando es
utilizado en una norma jurídica que regula el empleo de esta fuerza
natural. El hombre solamente puede transformarse en un elemento del
contenido de las normas jurídicas que regulan su conducta, cuando
convierte algunos de sus actos en el objeto de deberes, de
responsabilidades o de derechos subjetivos. El hombre no es esa unidad
específica que denominamos persona.
Así se comprende fácilmente por qué habría sido más exacta la redacción del
artículo 14 de la Constitución, diciendo "todos los hombres tienen derecho al
reconocimiento de su personalidad jurídica". El ser persona es, precisamente, el
tener personalidad jurídica.
De otra parte, la regla según la cual "el concebido se tiene por nacido para todo
lo que le sea favorable", desarrollada en múltiples normas legales, resume las
ideas generales en torno a este asunto. Pretender que sean declaradas
inexequibles normas que son su aplicación, implica la aspiración de que la Corte
Constitucional dicte, como legisladora, una norma semejante a ésta: "La
existencia legal de toda persona principia en el momento de su concepción". Lo
cual, obviamente, está fuera de las posibilidades de la Corte.
Sexta.- Conclusión.
Como se ha dicho, no existe razón para afirmar que los artículos 90, 91 y 93 del
Código Civil sean contrarios a norma alguna de la Constitución. En
consecuencia, la Corte declarará su exequibilidad.
III. DECISION.
RESUELVE: