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El documento describe el papel fundamental de los padres en la familia y como reflejan el amor de Dios. Explica que Dios nos llama a la vida a través de nuestros padres, quienes nos brindan cuidado y formación desde el vínculo de amor en la familia. También describe cómo los padres ostentan una autoridad determinante frente a sus hijos como imagen del amor constante de Dios, guiando a los hijos por el camino recto. Finalmente, resalta la bondad de Dios al conceder a los padres la autoridad sobre
El documento describe el papel fundamental de los padres en la familia y como reflejan el amor de Dios. Explica que Dios nos llama a la vida a través de nuestros padres, quienes nos brindan cuidado y formación desde el vínculo de amor en la familia. También describe cómo los padres ostentan una autoridad determinante frente a sus hijos como imagen del amor constante de Dios, guiando a los hijos por el camino recto. Finalmente, resalta la bondad de Dios al conceder a los padres la autoridad sobre
El documento describe el papel fundamental de los padres en la familia y como reflejan el amor de Dios. Explica que Dios nos llama a la vida a través de nuestros padres, quienes nos brindan cuidado y formación desde el vínculo de amor en la familia. También describe cómo los padres ostentan una autoridad determinante frente a sus hijos como imagen del amor constante de Dios, guiando a los hijos por el camino recto. Finalmente, resalta la bondad de Dios al conceder a los padres la autoridad sobre
El Padre y la madre, huella del amor de Dios en el hombre
Efesios 6, 1-3 "Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa, para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. "
En el contexto de las celebraciones del día de la madre en el mes anterior (mayo) y
la celebración del día del padre en el mes actual (junio), somos invitados a redescubrir la presencia de estos roles centrales para la vida del ser humano como don inefable de Dios. Hemos sido llamados a la existencia por Dios, Padre y providente de todo. Como invitados a la fiesta de la vida, entramos en el reconocimiento y admiración por la obra maestra del Creador nuestro, que nos concede nacer en el seno de una familia, compuesta por papá y mamá. A partir de este vínculo de amor, se dispone el lugar privilegiado para el crecimiento, cuidado y formación de los hijos. En la lengua hebrea del Antiguo Testamento, se emplea el término “bayit”, para designar lo que en el contexto actual denominamos “familia”, abarca también lo que designamos como “casa”; el término también es empleado para indicar grupos humanos que tienen una misma sangre, los descendientes de una misma línea parental. En la unión del hombre y la mujer, que a partir de la concepción de la criatura humana empiezan a ser padre y madre, se hace presente la Palabra de Dios, que ha pronunciado: “los dos serán una sola carne”, esto hecho evidente en el hijo fruto del amor que los dos se han demostrado. Es en este punto de encuentro donde tiene origen la familia. Es en la familia donde precisamente los padres, dando cabida al amor en el seno del hogar, ostentan frente a sus hijos un papel determinante de autoridad. Como la imagen más clara del amor que Dios tiene por sus predilectos, los padres son la prueba de la presencia constante del Señor en el camino de la vida; ellos quieren que el proceder de los hijos sea recto y que “ninguno se pierda” (Jn 17,12). Así como el amor de Dios por sus hijos es benevolente, misericordioso, no buscando nunca la destrucción del hombre sino llevarlo por los caminos del bien, Él ha delegado este deber y a la vez don recibido de sus manos, al ser humano, para que por el rol de ser papá y mamá, Él pudiera manifestar su ternura en el hijo con: el calor de un abrazo, la dulzura de un beso, la suavidad de una caricia, la sensatez de una palabra; en definitiva con el tesoro admirable de vislumbrar en el camino el regalo de la paternidad y la maternidad. Al mirar la labor y el rol de los padres de familia, apreciemos de cerca la bondad de Dios, que en su proyecto de amor ha concedido al papá y a la mamá la autoridad de los hijos. “El cumplimiento del cuarto mandamiento lleva consigo su recompensa: “Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar” (Ex 20, 12; Dt 5, 16). La observancia de este mandamiento procura, con los frutos espirituales, frutos temporales de paz y de prosperidad. Y al contrario, la no observancia de este mandamiento entraña grandes daños para las comunidades y las personas humanas”. (catecismo de la Iglesia católica, numeral 2200)