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EL ELIXIR DE LA VIDA: EL AGUA

La definición formal de agua sería una sustancia química formada por dos átomos de
hidrógeno y una de oxígeno presente en estado líquido, sólido y gaseoso. Es común la
noción que obtenemos del agua en la primaria: en la cuál nos explican el ciclo en
donde el sol evapora el agua de los rios y mares, se forman nubes y luego de un
tiempo vuelve a la superficie en forma de lluvia. Un conocimiento más profundo lo
tienen aquellas personas que conocen sus propiedades (que la hacen diferente a otras
sustancias), tales como densidad, viscosidad, calor específico y tensión superficial.
Ya sea que nuestro conocimiento sobre el agua sea básico o un poco más profundo, a
medida que avancemos en la lectura podremos ver que el agua como recurso para la
vida debe ser considerado un elixir. Este elixir debe ser entendido y cuidado a la
medida de su importancia.

El agua es necesaria para la vida, el planeta tierra está cubierto en un 70% por éste
líquido precioso, mientras que el cuerpo humano está compuesto en un 60% de agua,
siendo los músculos, sangre y riñones los de composición de agua más elevada con un
73% y un 83%, respectivamente. Por ejemplo, en algún momento hemos oído en las
noticias sobre la búsqueda incansable de pruebas de agua en la luna o incluso en el
planeta Marte, el hallazgo de tal recurso significaría que la vida extraterrestre es
posible. Si pensamos un poco en lo que ha sido la historia de la humanidad podemos
darnos cuenta de que el agua siempre ha estado presente. Las personas de
civilizaciones antiguas buscaban asentarse cerca a fuentes abundantes de agua. Es
sabido que el cuerpo humano puede sobrevivir hasta semanas sin ingerir alimentos,
pero no puede durar muchos días sin consumir agua. Ingerir agua contaminada fue
catastrófico para las civilizaciones antiguas, pasaron muchos años antes de que se
asociara su consumo con las enfermedades mortales que sufrían. Hoy en día hay
muchos procesos para hacer que el agua sea apta para el consumo humano, sin
embargo no hemos tomado conciencia en su cuidado y cada vez vemos más
contaminación en las fuentes hídricas de nuestro planeta.

Antes de seguir avanzando es necesario clasificar las fuentes principales de


abastecimiento de agua en nuestro planeta. Al conocer de dónde proviene el agua, se
puede obtener información sobre su calidad y propiedades. Ésta clasificación depende
de la posición geográfica, origen, y hábitos de los pobladores. Las principales son las
denomindas aguas superficiales, aguas subterráneas y las aguas lluvias. Las aguas
superficiales, como su nombre lo indica, están a la vista sobre la superficie terrestre.
Las constituyen los ríos, lagos, quebradas, embalses, etc. Éstas son las que el hombre
más utiliza y por tanto son las más expuestas a la contaminación. Las aguas
superficiales son usadas principalmente para abastecimiento de aagua municipal, la
agricultura y la generación de energía. Las aguas subterraneas, ubicadas debajo de la
superficie terrestre, sus propiedades físicas son diferentes a aquellas encontradas en la
superficie (por lo general son menos contaminadas pero poseen más minerales en su
composición). Las aguas subterráneas se utilizan para el riego de cultivos
principalmente. Otra fuente de abatecimiento de agua son las que completan el ciclo
del agua, aquellas que caen de las nubes cargadas en el firmamento. Éstas
precipitaciones son muy útiles para la vegetación y los cultivos al rededor del globo
terraqueo.
Tratemos ahora la distribución del agua en nuestro planeta. El 92% del agua en la
Tierra la conforman mares y oceanos, lastimosamente su contenido de sales no la hace
apta para el consumo humano ( a no ser que se le extraiga la sal por medio de un
proceso industrial), el agua presente en los polos en forma de capas de hielo
representa un 2% del agua en el planeta, 0.5% está presente dentro de la corteza
terrestre (aguas subterraneas) y el resto del porcentaje (que es muy pequeño) se divide
entre glaciares, lagos, humedad, atmósfera y ríos. Éstos últimos mencionados son las
fuentes de agua apropiadas para el consumo humano (conocidas como fuentes de
agua dulce). Es imprescindible conocer cómo obtener, administrar y cuidar el agua en
cada una de nuestras localidades, ya que puede que vivamos en una parte geográfica
privilegiada por ahora, pero no hay garantía de que se mantenga de ésta manera por
siempre.

Precisamente, parte del conocimiento necesario para administrar el agua nos ayuda a
determinar la calidad de la fuente de agua que tenemos a nuestra disposición. La
calidad del agua puede determinarse al medirse ciertas variables que describen
propiedades físicas, químicas y microbiológicas del agua. Después de tener estos
valores podemos compararlos con valores mínimos establecidos que dan cuenta del
índice de calidad del agua (ICA). El ICA varía entre 0 y 1 señalando el grado de calidad
de una de agua en términos del bienestar humano independiente de su uso.

Muchas veces hay empresas que se lucran con la administración del agua, usándola
sin pensar a futuro, es decir, no lo hacen de forma sostenible. Para ésto, nosotros como
ciudadanos debemos conocer sobre todas las políticas públicas que regulen la gestión
y aprovechamiento de las fuentes de agua y relacionados. El gobierno nacional posee
ya programas integrales de éste tipo, enfocados en minimizar los efectos ocasionados
a ecosistemas vitales mientras se maximiza el bienestar ciudadano.

Es claro que el elixir de la vida, el agua, es primordial y esencial para cualquier ser
viviente en éste planeta. El agua que tenemos disponible, apta para uso de los seres
humanos, es limitada. La calidad del agua a nuestro alrededor se está viendo afectada
negativamente por actividades humanas poco amigables con el medio ambiente. Ésto
hace que el uso deseable del agua (abastecimiento para municipios e industrias,
recreación, pesca comercial y deportiva y balance ecológico) se vea alejado de su
ideal. Los problemas de contaminación nos afecta a todos, debemos de comprender
sus propiedades a cabalidad y por supuesto, conocer la forma apropiada de cuidarla.
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