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La Cena Pascual judía, la Última Cena de Jesús y su muerte

en la Cruz
Seguimos con “la Misa en la Biblia”. Esta vez dedicamos la entrada al
concepto de Cena Pascual y su relación con la pasión y muerte de Cristo en la
Cruz.

La Cena Pascual judía

En Ex 12,14 se dice: Este será para ustedes un día memorable y deberán


solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las
generaciones como una institución perpetua.

La fiesta hebrea de la Pascua –Jag Hapesaj en hebreo-, consistía en un


Sacrificio y una Cena.

Para el Sacrificio debían elegir “un animal sin ningún defecto, macho y de un
año; podrá ser cordero o cabrito” (v.5) que se sacrificaba a la caída de la tarde
en el Templo; la sangre del cordero se recogía en un recipiente que se llevaba
a la casa para rociar las jambas de las puertas en recuerdo de la liberación de
Israel de la esclavitud de Egipto.

La Cena tenía un marcado carácter litúrgico centrado en el ritual Hagada shel


pesaj (que es un libro donde se narra el relato del Éxodo sobre la liberación
de Israel, comentarios de la Midrash, material del Talmud, plegarias,
bendiciones y Salmos; su origen se remonta a la época del Segundo Templo) y
en el Seder (que es el orden en que se ha de desarrollar esta cena).
Veámoslo con más detalle estos dos
elementos. La Cena Pascual judía se compone de los siguientes elementos:

Kadesh o santificación (es una bendición sobre el vino).

Rejatz o lavado de las manos

Verduras (generalmente perejil o rábano remojado en agua salada).

Yajatz, la división de la Matza intermedia (tres panes sin levadura), con


el Afikoman para el postre, que se esconde la mitad, y al final de la cena se
busca y tras partirlo en trozos se reparte entre los invitados.

Maguid, o relato de la historia (hagada) con sus cuatro preguntas y la


consiguiente narración

Rajatz, segundo lavado de las manos, ahora por todos los presentes antes de
partir el pan

Motzi-Matza, o bendiciones sobre el pan

Maror, es la hierba amarga remojada en Jarôset (mezcla de manzanas y


nueces).

Corej, la comida del matza y maror.

Shuljan Orej, es la mesa para la comida del Seder, que se hace después de la
Cena.
Tzafun, es la búsqueda del Afikoman que se había escondido (quien lo
encuentra recibe un premio). Después se reparte entre los invitados como
último recuerdo del cordero pascual.

Barej, bendición y acción de gracias.

Nirtzah, despedida del Seder.

Este es el orden de la cena Pascual desde los tiempos bíblicos hasta el día de
hoy. Se trata de una comida llena de simbolismos, donde se mezcla el cordero
inocente que muere por la salvación de Israel y la esperanza de la futura
redención simbolizada en las cuatro copas del Seder Pascual:

Copa de la Bendición

Copa de las Plagas

Copa de la Redención

Copa de las Alabanzas

Copa de Elías (esta copa no se bebe, se deja simbólicamente en una esquina


de la mesa a la espera de que la beba Elías cuando llegue).

Con estas copas se simbolizan las 4 acciones divinas que Dios realizó en Ex 6,
6-7: Por eso, anuncia esto a los israelitas “Yo soy el Señor. Yo los libraré de los
trabajos forzados que les imponen los egipcios, los salvaré de la esclavitud a
que ellos los someten, y los rescataré con el poder de mi brazo, infligiendo
severos y justos castigos. Haré de ustedes mi Pueblo y yo seré su Dios. Así
tendrán que reconocer que soy yo, el Señor, el que los libró de los trabajos
forzados de Egipto”.

La Cena Pascual judía y la Última Cena de Jesús

Pues bien, én Lucas 22, 15-16, Jesús dice: «He


deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión,
porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno
cumplimiento en el Reino de Dios».
¿Qué tiene de especial esta Pascua para que Jesús la desee
comer ardientemente?

Esta Pascua es la Pascua de la Pascuas: esa noche se realizó de forma plena y


definitiva la Liberación y Redención; esa noche Jesús consuma el paso de la
Antigua a la Nueva y Eterna Alianza y nos da las pautas para celebrarla.

Recordemos que el
Cordero pascual se sacrificaba por la salvación de los que se cobijaban bajo su
sangre y se comía íntegramente en la Cena-celebración de la Pascua. Pero en
la Última Cena, al adelantarse al jueves, no hubo cordero sacrificado.

Nota 1: En efecto, es muy significativo que ningún evangelista nos muestra la


presencia de cordero en dicha cena, algo impensable en esta celebración ya
que el cordero era uno de los ingredientes principales en la Pascua. Esto tiene
su explicación: en las leyes orales (hoy Mishna) se decía que si alguien tenía
impedimento serio (como salir de viaje) podía celebrar la cena moviéndola
antes de la Pascua, Jesús tenía que morir la víspera de la fiesta y por este
motivo adelanta la cena. Los que adelantaban la cena no podían tener
cordero pascual, pues el cordero se sacrificaba solamente en el templo “entre
la caída de las dos tardes”; estas personas ponían un hueso asado en señal
del cordero realizando la celebración Pascual tal como se celebra hoy en día
por los israelitas (cfr. apologeticasiloe.com)

Así que Jesús, aprovechó esta circunstancia, como veremos más adelante,
para poner de manifiesto que Él iba a ser el Cordero Pascual sacrificado y
ofrecido por el perdón de los pecados. Juan dejó claro desde el principio de
su evangelio este misterio al atribuir a Jesús el título de: “este es el Cordero
de Dios” (Jn 1, 36). Título nunca dado a ningún personaje bíblico, y que
relaciona directamente a Jesús con el “Cordero Pascual”. Jesús es pues el
Cordero Pascual de la Nueva Alianza.

Según Lucas, Jesús bebió de dos copas (Lc 22, 17.20), pero no de la tercera. Es
decir, bebería de la primera copa, la de “bendición” al comienzo de la cena,
diciendo las palabras judías acostumbradas: Baruc ata Adonai eloheinu,
melech Olum baray peri hagofen… (“bendito seas Señor, Rey del Universo,
por el vino…”). Después les dio de la segunda copa (la de “las plagas”), a sus
discípulos y bebió el también: “Y tomando una copa, dio gracias y dijo:
«Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no
beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios» (Lc 22,17-
18). Después llegó el Afikomán: Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo
dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por
ustedes. Hagan esto en memoria mía» (Lc 22,19). Por último, Jesús tomó la
tercera copa, que según el Seder Pascual es la copa de “la Redención”:
“Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: Esta copa es la
Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes” (Lc 22,20).
Pero según las misteriosas palabras dichas al final de la anterior copa (Lc
22,18) Jesús ya no volvió a beber de esta copa. Más aún, en un momento
determinado, se levanta abruptamente y sale hacia el huerto… Hecho
verdaderamente insólito, pues los judíos tenían que terminar la Cena Pascual,
o no se daba por cumplido el precepto ni la renovación de la Alianza de ese
año.

Aparentemente no se había cumplido el Seder Pascual, pero no. Al igual que


no hubo cordero pascual porque Él iba a ocupar el lugar del Cordero, Él iba a
ser el Cordero que se sacrifica en la Cruz; tampoco ahora bebe la copa de la
Redención porque la va a beber en la Cruz. Veamos

La última Cena de Jesús y su pasión y muerte en la Cruz


Tanto al referirse a la Cena como en la Copa Jesús había afirmado unas
palabras misteriosas: que no volvería a comerla (la Cena) hasta que llegue a
su pleno cumplimiento en el reino de Dios (v.16); o que no la bebería (la copa
o cáliz) hasta que llegue el Reino de Dios (v.18). ¿Qué quiere decir Jesús con
esto? Él había predicado que el Reino de Dios estaba en hacer la Voluntad de
su Padre.

De hecho, en el huerto de Getsemaní Jesús repetirá: “Padre, aparta esta copa


(caliz) de mí, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”. Hay una gran
conexión entre esta copa y el Seder de la Cena Pascual. Unos minutos antes
Jesús, en el aposento alto, ha rehusado beber de la tercera copa. Y he aquí
que ahora pide a su Padre que “no se la haga beber”. Se trata de la copa de la
Redención con todo lo que ello significa.

Será Mateo 27, 34 quien nos dirá que en el Calvario “le dieron a beber vino
mezclado con hiel, Jesús lo probo, pero no quiso beberlo”. Jesús fiel a lo
prometido en la Cena rehusó tomar el vino. Sin embargo, san Juan, testigo
presencial de la muerte de Cristo en la Cruz, nos dice que Jesús mismo pidió
más tarde ese vino con hiel (vinagre) y lo bebió en lo alto de la Cruz: Después,
sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera
hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre;
empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la
acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha
cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu (Jn 19,29-30).
Nota: El vino se lo presentan a Jesús en una esponja que ponen en una caña
de hisopo, y el hisopo era lo que se utilizaba para rociar la sangre del cordero
en los marcos de las puertas hebreas en la noche de la Pascua.

Tras beber el vinagre Jesús dice: Todo está cumplido. Este vinagre (del latín
«vinum acre», «vino agrio») bebido por Jesús en la Cruz da cumplimiento a la
misión Redentora de Jesús.

El Reino de Dios es el Reino de aquellos que hacen la Voluntad de su Padre.


Jesús en lo alto de la Cruz está en lo más perfecto de la Voluntad del Padre.
Por lo tanto, en lo alto de la Cruz, Jesús está en la plenitud del Reino de Dios,
y es aquí, en esta plenitud de la voluntad del Padre donde Jesús bebe la
tercera copa de la Cena Pascual, su Copa de la Redención. De este modo se
conecta el Cenáculo y el Calvario, la Cena Pascual y el Sacrificio y con esto se
termina la Antigua Alianza y comienza la Nueva, todo ligado por la Cena
Pascual de Liberación y Redención, la Cena del Cordero.

Por lo tanto, la Cena Pascual de Jesús termina en la Cruz. A esto se refería


Jesús cuando decía en Cana de Galilea que “aún no había llegado su hora”, la
hora de Jesús llegó en lo alto de la Cruz, esta es la boda que El esperaba, la
boda mística del Cordero con la Iglesia, donde El dio vino nuevo, el vino de la
Nueva Alianza.

(Seguiremos…)

Bibliografía

Fuente principal: la Pascua Eterna – apologeticasiloe

Sagrada Escritura

Padres de la Iglesia primitiva: Catena aurea

Catecismo de la Iglesia Católica (CIC)

La Cena del Cordero de Scott Hahn

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