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en la Cruz
Seguimos con “la Misa en la Biblia”. Esta vez dedicamos la entrada al
concepto de Cena Pascual y su relación con la pasión y muerte de Cristo en la
Cruz.
Para el Sacrificio debían elegir “un animal sin ningún defecto, macho y de un
año; podrá ser cordero o cabrito” (v.5) que se sacrificaba a la caída de la tarde
en el Templo; la sangre del cordero se recogía en un recipiente que se llevaba
a la casa para rociar las jambas de las puertas en recuerdo de la liberación de
Israel de la esclavitud de Egipto.
Rajatz, segundo lavado de las manos, ahora por todos los presentes antes de
partir el pan
Shuljan Orej, es la mesa para la comida del Seder, que se hace después de la
Cena.
Tzafun, es la búsqueda del Afikoman que se había escondido (quien lo
encuentra recibe un premio). Después se reparte entre los invitados como
último recuerdo del cordero pascual.
Este es el orden de la cena Pascual desde los tiempos bíblicos hasta el día de
hoy. Se trata de una comida llena de simbolismos, donde se mezcla el cordero
inocente que muere por la salvación de Israel y la esperanza de la futura
redención simbolizada en las cuatro copas del Seder Pascual:
Copa de la Bendición
Copa de la Redención
Con estas copas se simbolizan las 4 acciones divinas que Dios realizó en Ex 6,
6-7: Por eso, anuncia esto a los israelitas “Yo soy el Señor. Yo los libraré de los
trabajos forzados que les imponen los egipcios, los salvaré de la esclavitud a
que ellos los someten, y los rescataré con el poder de mi brazo, infligiendo
severos y justos castigos. Haré de ustedes mi Pueblo y yo seré su Dios. Así
tendrán que reconocer que soy yo, el Señor, el que los libró de los trabajos
forzados de Egipto”.
Recordemos que el
Cordero pascual se sacrificaba por la salvación de los que se cobijaban bajo su
sangre y se comía íntegramente en la Cena-celebración de la Pascua. Pero en
la Última Cena, al adelantarse al jueves, no hubo cordero sacrificado.
Así que Jesús, aprovechó esta circunstancia, como veremos más adelante,
para poner de manifiesto que Él iba a ser el Cordero Pascual sacrificado y
ofrecido por el perdón de los pecados. Juan dejó claro desde el principio de
su evangelio este misterio al atribuir a Jesús el título de: “este es el Cordero
de Dios” (Jn 1, 36). Título nunca dado a ningún personaje bíblico, y que
relaciona directamente a Jesús con el “Cordero Pascual”. Jesús es pues el
Cordero Pascual de la Nueva Alianza.
Según Lucas, Jesús bebió de dos copas (Lc 22, 17.20), pero no de la tercera. Es
decir, bebería de la primera copa, la de “bendición” al comienzo de la cena,
diciendo las palabras judías acostumbradas: Baruc ata Adonai eloheinu,
melech Olum baray peri hagofen… (“bendito seas Señor, Rey del Universo,
por el vino…”). Después les dio de la segunda copa (la de “las plagas”), a sus
discípulos y bebió el también: “Y tomando una copa, dio gracias y dijo:
«Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no
beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios» (Lc 22,17-
18). Después llegó el Afikomán: Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo
dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por
ustedes. Hagan esto en memoria mía» (Lc 22,19). Por último, Jesús tomó la
tercera copa, que según el Seder Pascual es la copa de “la Redención”:
“Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: Esta copa es la
Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes” (Lc 22,20).
Pero según las misteriosas palabras dichas al final de la anterior copa (Lc
22,18) Jesús ya no volvió a beber de esta copa. Más aún, en un momento
determinado, se levanta abruptamente y sale hacia el huerto… Hecho
verdaderamente insólito, pues los judíos tenían que terminar la Cena Pascual,
o no se daba por cumplido el precepto ni la renovación de la Alianza de ese
año.
Será Mateo 27, 34 quien nos dirá que en el Calvario “le dieron a beber vino
mezclado con hiel, Jesús lo probo, pero no quiso beberlo”. Jesús fiel a lo
prometido en la Cena rehusó tomar el vino. Sin embargo, san Juan, testigo
presencial de la muerte de Cristo en la Cruz, nos dice que Jesús mismo pidió
más tarde ese vino con hiel (vinagre) y lo bebió en lo alto de la Cruz: Después,
sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera
hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre;
empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la
acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha
cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu (Jn 19,29-30).
Nota: El vino se lo presentan a Jesús en una esponja que ponen en una caña
de hisopo, y el hisopo era lo que se utilizaba para rociar la sangre del cordero
en los marcos de las puertas hebreas en la noche de la Pascua.
Tras beber el vinagre Jesús dice: Todo está cumplido. Este vinagre (del latín
«vinum acre», «vino agrio») bebido por Jesús en la Cruz da cumplimiento a la
misión Redentora de Jesús.
(Seguiremos…)
Bibliografía
Sagrada Escritura