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2.- Mencionar los elementos presentes en toda Obligación; explica cada uno de
ellos.
Sujeto activo: Es el acreedor, es decir el que tiene la facultad de exigir el
cumplimiento. El acreedor tiene un derecho personal que se encuentra en el activo de
su patrimonio.
Sujeto pasivo: Es el deudor, o sea aquella persona que tiene la carga de cumplir la
prestación convenida. Para el deudor existe un deber jurídico (deuda) que se encuentra
en el pasivo de su patrimonio.
4.- Precisar en qué consiste la relación Jurídica que nace en toda obligación y
cuáles son las clases de ésta última.
Relación jurídica es el vínculo que une a dos o más personas físicas o morales, respecto
determinados bienes o intereses, estable y orgánicamente regulada por el Derecho
5.- Desarrollar la definición de contrato.
El contrato es la primera y más importante entre las fuentes de las obligaciones en el
Derecho de la antigua Roma. En sentido lato es la concorde manifestación de las
voluntades de dos o más personas con el fin de construir, modificar o disolver una
relación jurídica. En este sentido el concepto de contrato coincide con el de acto
jurídico bilateral.
En los contratos de buena fe el acreedor no sólo podrá exigir lo prometido, sino también
todo aquello que sea exigible "según la buena fe", con arreglo a las circunstancias del
caso concreto. Son por ejemplo la sociedad, el comodato, el mandato, etc.
10.- Analizar lo relacionado con los elementos generales de los contratos: a).-
Consentimiento de las partes; b).- Capacidad de las partes; y, c).- Objeto
válido.
Es elemento esencial para la validez del contrato que las partes tengan
capacidad legal para contratar y que cumplan con la actitud jurídica para
ejercer derechos y contraer obligaciones. Pueden ser partes del contrato:
Contrato de relevo
15.- Enumerar y especificar cada una de las hipótesis del género de “quasi ex
contractus” citadas en las Institutas de Justiniano; y el nacimiento de las
obligaciones contenidas en los mismos.
Según la teoría de Bonfante, la obligación romana nació – en tiempos arcaicos –
dentro del terreno de los delitos. Originalmente, la comisión de un delito hacía surgir,
a favor de la víctima o de su familia, un derecho de venganza – eventualmente
limitado por el principio del talión – el cual, mediante una “composición”, podía
transformarse en el derecho de la víctima o su familia a exigir cierta prestación del
culpable o de su familia. Como garantía del cumplimiento de tal prestación, un
miembro de la familia de culpable quedaba ob-ligatis, o sea, “atado” en la domis de la
víctima como una especie de rehén. Por tanto, la obligación antigua era una “atadura”
en garantía del cumplimiento de prestaciones nacidas de delitos.