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¿Y YO, QUE VERDAD CREO?

JUAN 14:1-14

»Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,


sino es por mí”. Juan 14:6

INTRODUCCION

Dos niñas pequeñas que jugaban (una de ojos azules y otra de ojos cafés)
tienen la siguiente conversación… “Será que tú por tener los ojos azules ¿ves
todo azulado?” La niña se ríe y dice que no, que ella ve todo normal, entonces
la otra le dice no te rías, piensa en lo siguiente: “ a mí me señalaron el sol y
me dijeron que todo lo que fuera del color del sol era amarillo, y a ti te dijeron
lo mismo pero ninguna de las dos tiene manera de saber que ve al sol en el
mismo tono o el mismo color” la niña de ojos azules sonrió y le dijo “tu, en las
cosas que piensas, sería mejor no saber o todos nos volveríamos locos”.
Analizando un poco la jocosa y extraña conversación podemos pensar que en
algún momento de nuestra vida hemos creído que tenemos “la verdad” sobre
las cosas y sobre nuestra vida y nos encontramos diciendo “yo nunca me
imaginé que eso podría suceder”, “No puedo creer que eso sea así”.etc, etc,
son esos momentos cuando descubrimos que la verdad nos deja perplejos.
Este mundo ofrece muchas “verdades” entonces cuando se nos ofrece un
producto televisivo, una noticia o algo nuevo, surge la pregunta: ¿Eso si será
verdad? (la mayoría prefiere no tomar el riesgo y más si en el pasado ha
tenido sus malas experiencias). Pero qué pasaría si alguien que tú conoces
muy bien, alguien que sabes que daría su vida por ti, que siempre te ha
demostrado ser honesto y que tienes la certeza de su amor hacía ti te dice que
él ya uso tal producto o que ya fue a tal lugar que puedes estar tranquilo
porque todo estará bien.

ALGUIEN EN QUIÉN CONFIAR

Jesús sabía que este mundo estaba lleno de engaños, que la única manera de
que muchos pudieran confiar era hacerse como un hermano, un amigo o uno
como nosotros. La manera en que Él sabía que la gente podría empezar a
confiar sin tener años a su lado, era profetizando… como lo hizo con la mujer
samaritana descubriendo la verdad de su propia vida (Jn 4:1-43), otra de las
formas fue por medio de las sanidades porque Él quería demostrar que si le
interesaban las necesidades de las personas y que era próximo a su propio
dolor. Leamos Mar. 5:21-43 Preguntémonos si siendo nosotros cualquiera de
los protagonistas de esta historia ¿Qué pensaríamos acerca de Jesús y como
aumentaría nuestro nivel de confianza hacia Él?
AFERRADOS A LA VERDAD

Leamos nuevamente la cita bíblica de hace ocho días Juan 14:1-14 Ya


analizamos que al no estar Jesús en la manera que los discípulos le habían
conocido ellos necesitaban una ruta a seguir, pero para eso era necesario la
confianza y por eso les dice: “yo soy el camino, la verdad…” los discípulos
fueron testigos y protagonistas de todo lo que Jesús hizo y en este momento
tan valioso lo que Él deseaba era su confianza, que no creyeran las verdades
de este mundo (como que no existe otra vida más allá de la muerte etc) sino
que Él les estaba diciendo que el prepararía una morada y que todo no
acabaría allí sino que había algo DESCONOCIDO pero real.

Del ver. 6-14 Les está hablando de creer y de recordarles porque Él es la


verdad. El rey David escribió “Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo
en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre”. Él sabía que la
única verdad real y que le daba esperanza era la de Dios. Los discípulos
necesitaban refugiarse en la VERDAD porque se les aproximaba la burla del
mundo y Él mundo es diría que ¿Dónde estaba aquel en el que ellos habían
creído todo este tiempo? Ellos debían guardar en su corazón la realidad de lo
que había vivido al lado de Jesús, manteniendo viva su fe, no desviándose con
las verdades de este mundo.

CONCLUSION

Muchos que escucharon hablar de Jesús tenían sus dudas sobre Él porque no le
conocían, por lo tanto no podían confiar. Si tú eres uno de los que duda hoy
podemos decirte lo que Felipe le dijo a Natanael “¡Ven y compruébalo tú
mismo! (Jn:1-46) debemos reflexionar si la verdad que estamos adoptando es
la que nos llevara a un lugar donde nos gustaría vivir. Dios envió a su hijo
unigénito como muestra de su amor por nosotros, Jesús se hizo sacrificio para
hacernos un lugar en su familia porque nos ama, por eso dijo: “En la casa de
mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy,
pues, a preparar lugar para vosotros”. Jn.14:2. La realidad es que en algún
momento tendremos que vernos cara a cara con Dios y él puede recibirnos
como juez o como Padre, pero la decisión es nuestra y se toma desde aquí.

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