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3 Como hemos visto ya, un entorno es el espacio construido por nuestra actividad relacional con respecto a los otros,
a nosotros mismos y a la naturaleza. En ese sentido, es una concepción mucho más amplia que la meramente
“ecológica” o “medio-ambiental”. De ahí, que hablemos de imaginario ambiental bio(socio)diverso. Un texto muy
interesante para discernir entre ambas formas de entender las relaciones cultura-naturaleza es el de Kate Soper
What is Nature?. Culture, Politics and the non-Human, Blackwell, Oxford, 1991. Asimismo, puede consultarse la
siguiente bibliografía sobre el concepto amplio de entorno: Uexkull, J., von, Ideas para una concepción biológica
del mundo, Espasa Calpe, Buenos Aires, 1945; Malpartida, A. R., “La noción de entorno en etología (Una discusión
etimo-epistemológica), en Ecognition, 2(1), 1991, p. 39-46; Malpartida, A. R., y Lavanderos, L. “Una aproximación
sociedad-naturaleza. El Ecotomo” Revista Chilena de Historia Natural, 68, 1995, p. 419-427; Malpartida A. R., y
Lavanderos L. “Ecosystem and Ecotomo: a nature or society-nature relationship”, en Acta Biotheoretica, 48 (2),
2000, p. 85-94. Asimismo, aunque su idea de entorno “enactivo”, que pone en marcha los procesos de
diferenciación sistémicos, no sea el elemento teórico que guía estas páginas, es interesante la lectura de Maturana,
H. “Reality: The search for objectivity or the quest for a compelling argument”, en Irish Journal of Psychology, 9
(1), 1988, p. 25-82; y el ya clásico texto de 1982 de Maturana, H., y Varela, F. “Teoría de la autopoiesis” publicado
en Cuadernos del Grupo de Estudio sobre Sistemas Integrados (GESI), 4, 1982.
5 Umusi Parokumu –Firmiano Arantes Lana- y Toramu Kehíri –Luis Gomes Lana, Antes o mundo nao existia; mitología
dos antigos Desana-Kehíripora, 2.ª ed., Sao Gabriel da Cachoeira, UNIRT/FOIRN, 1995; Marcos Frederico Krüger,
Amazônia. Mito e Literatura, Valer Editora, Manaus, 2003.
6 Escohotado, A. Historia de las drogas, Alianza Edit., Madrid, 1992, Vol. 1, p. 64.
7 Para comenzar a entender estos procesos, ver Amicucci, C., “De Rabat a Barcelona. Un largo recorrido para acercar
el Mediterráneo” en Mediodía. Desde el Mundo Mediterráneo, Número de presentación, Otoño 2003,
mediodia@servicesmail.com, p. 20.
8 Cfr., Eagleton, T., La idea de cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales, Paidós, Barcelona-Buenos
Aires, 2001, esp. p. 155 y 147-148.
9 Cfr., Paris, C. “De la técnica zoologica a la humana” en El animal cultural. Biología y cultura en la realidad humana,
Crítica, Barcelona, 2000, esp. p. 102-113.
10 En este sentido, debe consultarse A Natureza do Espaço, obra de 1997 de Milton Santos (traducción al castellano
bajo el título La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo. Razón y emoción, Ariel, Barcelona, 2000).
11 Para una mayor profundización en este tema acudir al texto de Carlos Paris “De la ideología a la concepción
biocultural del ser humano” en El animal cultural, op. cit., p. 17-31.
13 Gouldner, A., “From Plato to Parsons: The Infraestructure of Conservative Social Theory” en The Coming Crisis of
Western Sociology, Basic Books, NY, 1970.
14 Cfr., Geertz, C., “Anti-Anti-Relativism” en American Anthropologist, 86, 1984, pp. 263-278; y Kuper, A., Cultura: la
versión de los antropólogos, Paidós Básica, Barcelona, 2001, p. 144.
15 Permítasenos una larga cita del texto de Kuper, donde se ve la estrecha relación que existió entre el método
parsoniano y las nuevas políticas coloniales ejercidas por Estados Unidos después de quedar como el gran vencedor
tras la II Guerra Mundial: “El Comité para las Nuevas Naciones –establecido por Edward Shils, el líder de los
parsonianos en la Universidad de Chicago- estaba adaptando el programa de Parsons al estudio de los estados que
habían alcanzado recientemente la independencia. Comentando la postura del grupo de Chicago, David Apter
explicaba que sus miembros rechazaban el determinismo de la época, tanto en la forma ortodoxa como en la
marxista....la meta de la política en los nuevos estados debería ser la de fomentar un orden social e intelectual
moderno. Era cosa de los antropólogos especificar los problemas culturales involucrados...que ayudarían a explicar
tanto la capacidad o la predisposición al cambio como las inhibiciones que en tal sentido podía mostrar una
comunidad”. Nada de contexto económico, nada de imperialismo, nada de condicionantes naturales, “sólo cultura”.
Cfr. David A. Apter, Political Change: Collected Essays, Cass, , London, 1973, p. 160, y, sobre todo, A. Kuper Cultura.
La visión de los antropólogos, op. cit., p. 104.
16 K. Tester, Animals and Society: The humanity of animal rights, Routledge, London, 1991; K. Thomas, Man and the
Natural World: Changing attitudes in England, 1500-1800, Allan Lane, London, 1983.
17 El fenónemo de apropiación del conocimiento ambiental no es algo nuevo, sino que hunde sus profundas raíces en
el progresivo despliegue de la institución burguesa de la propiedad privada; cfr, el libro de Murray Raff, Private
Property and Environmental Responsibility. A Comparative Study of German Real Property Law, Kluwer Law
International, The Hague/London/New York, 2003.
tienen el poder de obligar a dichas gentes a entregarles lo único que
les ha ido quedando desde los inicios de las políticas depredadoras
colonialistas e imperialistas: el conocimiento de su entorno. Todo un
entramado institucional-financiero -como es el caso del llamado
Orden Económico Global: Fondo Monetario Internacional, Banco
Mundial y la Organización Mundial del Comercio-, ha comenzado a
funcionar para legitimar esa apropiación de la biodiversidad ecológica
y humana, justificando sus prácticas depredadoras desde el
presupuesto que el conocimiento tradicional es un recurso natural,
no cultural, y, por tanto, susceptible de apropiación por parte de las
grandes corporaciones transnacionales. Todo como consecuencia del
ancestral desprecio que la civilización occidental ha proyectado
secularmente sobre lo que se considera la naturaleza. El abandono de
lo natural no es, por tanto, inocente. Tiene y oculta graves
consecuencias naturales y humanas que hoy en día, con el avance de
la conciencia ambiental, están siendo puestas en evidencia.
18 Arnold, D., La naturaleza como problema histórico. El medio, la cultura y la expansión de Europa, F.C.E. México, 2000.
20 En su afán por controlar el mercado de especias, los holandeses introdujeron medidas que favorecieron enorme-
mente el despliegue del capitalismo por todo el orbe conocido: por un lado, el sistema de propiedad de la empresa
por acciones (que desvinculaba la propiedad de la empresa de los actos criminales y depredatorios que se realizaban
en su nombre a lo largo de las colonias); por otro, el control de las haciendas locales de los países colonizados, a
partir del cual se imponían impuestos a todos los intercambios comerciales que se hacían en las lejanías de Asia
y la Polinesia (y que tiene mucho que ver con los actuales procesos de exigencia del pago de la deuda externa a
países endeudados gracias a la propia intervención de Occidente en sus economías); y, por último, la tendencia a
esterilizar los productos naturales, como fue el caso de la nuez moscada, tratándola con mercurio para impedir que
fuera replantada en otro lugar del controlado por las empresas holandesas (nadie –dice Ritchie- podía utilizar esas
nueces para plantarlas y obtener nuevos árboles de nuez moscada. Con lo cual, las actuales prácticas de
esterilización de las espigas de trigo por las corporaciones multinacionales, con el terrible objetivo de hacer pagar
a los campesinos pobres de todo el mundo de royalties a las corporaciones multinacionales no sea algo nuevo en
el siglo XXI).
26 Lotman, I., Cultura y explosión. Lo previsible y lo imprevisible en los procesos de cambio social, Gedisa, Barcelona,
1999, p. 44.
27 Maturana, H., y Varela, F., El Árbol del Conocimiento: Las bases biológicas del conocer humano. Editorial
Universitaria, Santiago de Chile, 1984.
28 Morin, E.,”Por la ciencia” artículos aparecidos en Le Monde durante el mes de Enero de 1982 e incluidos en Ciencia
con conciencia, Anthropos, Barcelona, 1984.
29 Freitas, Marcílio de, “Nuanças da sustentabilidades: visoes fantásticas da Amazônia”, en Marcílio de Freitas (org.),
Marilene Corrêa da Silva Freitas e Louis Marmoz, A Ilusao da Sustentabilidade, Governo do Estado do
Amazonas/Editora da Universidade Federal do Amazonas/UEA, Manaus, 2003.
30 Harris, M., Antropología cultural, Alianza, Madrid, 2002.
31 Arnold, D., op. cit.
32 Elias, N., Teoría del símbolo: un ensayo de antropología cultural, Península, Barcelona, 2000.
33 Deleuze, G., y Guattari, F., “Tratado de Nomadología” en Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, Pre-Textos,
Valencia, 2002, p. 359-432.
35 Freitas, Marcílio de, Fragmentos de utopias do século XXI: projeçoes e controvérsias, en Freitas, M., (org.) et. al.,
op. cit. p. 275 y ss.
36 Corrêa da Silva Freitas, M., Fundamentos da cultura solidária e sustentabilidade na Amazônia, en Freitas, M., (org.),
et. al., op. cit. pp. 205 y ss. Cfr., asimismo, el trabajo de Marcos Frederico Krüger, Amazônia. Mito e Literatura,
Valer Editora, Manaus, 2003.
37 Perrow, Ch., Normal Accidents: Living with High-Risk Technologies, Princeton University Press, Princeton, New Jersey,
1999
38 Riechmann, J., “Bromas Aparte: lo sencillo es hermoso” en Riechmann, J., y Tickner, J., (edit.), El principio de
precaución. En medio ambiente y salud pública: de las definiciones a la práctica, Icaria, Barcelona, 2002, p. 150;
“el caso del insecticida DDT llama fuertemente la atención sobre el hecho de que para cada solución, a menudo,
hay un problema (lo cual debería refrenar nuestro optimismo). Esto no tendría que detener la búsqueda de mejoras,
pero sí que debería reforzar la humildad en lo que se refiere a certidumbres científicas, sociales y económicas” en
Green, R., y Kohler, B., “Judging the danger – Citizens and control Risk assessment and the Precautionary
Principle”, manuscrito citado por Riechman y Tickner, op. cit, p. 151.
39 Jonas, H., El principio de responsabilidad: Ensayo de una ética para la civilización tecnológica, Herder, Barcelona,
1975 (para Jonas, “la ética hoy debe tener en cuenta las condiciones globales de la vida humana y de la misma
supervivencia de la especie”, con lo que su famoso principio de responsabilidad podría denominarse como
“principio Anti-Nemrod”) En 1985, Hans Jonas publicó la segunda parte de El principio de responsabilidad, bajo el
título Técnica, medicina y ética. La práctica del principio de responsabilidad (publicado en castellano por Paidós,
Barcelona, 1997) y en cuyo desarrollo aparecen tres elementos básicos de la teoría de Jonas: las virtudes de la
cautela, de la moderación en la acción y el pensar en las consecuencias. A partir de estos elementos, Jonas define
la “heurística del temor” como el medio por el cual podremos adquirir una mayor “conciencia del peligro y, así,
tener el deber de actuar siguiendo una ética de la responsabilidad. Nuestro deber –afirma Jonas- es saber que hemos
ido demasiado lejos, y aprender nuevamente que existe un demasiado lejos, en Técnica, medicina y ética, op. cit.,
p. 143.
41 Luchas sociales contra los procesos de apropiación de los conocimientos tradicionales y contra la explotación de
los recursos naturales autóctonos por parte de las grandes transnacionales. Cfr. Freitas, M., (org.), op. cit, p. 181.
42 Cfr. Antonio Elizalde Hevia, “Desde el ‘Desarrollo Sustentable’ hacia Sociedades Sustentables” en Polis. Revista de la
Universidad Bolivariana,4, 2003, (monográfico dedicado a Sustentabilidad y Sociedades Sustentables) pp. 290 y ss.
43 Colocar en último lugar la “sustentabilidad eco-ambiental” no es algo gratuito, pues tiene que ver con la
superación de un ecologismo de reserva natural y un paisajismo orientado hacia el turismo. Lo eco-ambiental
supone el reconocimiento de la necesidad de las otras “sustentabilidades”. Es recomendable la lectura del trabajo
de Enrique Leff, “Racionalidad ambiental y diálogo de saberes: significancia y sentido en la construcción de un
futuro sustentable” publicado en Polis. Revista de la Universidad Bolivariana, 7, 2004 (cuyo monográfico está
dedicado al interesantísimo tema Saber(es). Ciencia(s) y Tecnología(s)
44 Cfr., Adam, B., “Radiated Identities: In Pursuit of the Temporal of Conceptual Cultural Practices” en Featherstone,
M., and Lash, S., Spaces of Culture. City, Nation, World, Sage, London, 1999.
45 Chua, A., World on Fire: How exporting Free Market Democracy Breeds Ethnic Hatred and Global Instability, Random
House, Inc., NY, 2002 (hay traducción castellana bajo el título El mundo en llamas. Los males de la globallización,
Ediciones B, Barcelona, 2003 ; asimismo, Zakaria, F., The Future of Freedom Illiberal Democracy at Home and Abroad,
Norton & Co., 2003; y Mandelbaum, M., The Ideas that conquered the World: Peace, Democracy, and Free Markets in
the Twenty-first Century, PublicAffairs Edit., 2004
46 A. Weale, The New Politics of Pollution, Manchester Univ. Press, London, 1992-, y A. Weale, “Ecological
Modernisation and the Integrarion of European Environmental Policy”, Weale, A., Liefferink (eds.) European
Integration and Environmental Policy, Belhaven Press, London, 1993; Pearce, D., Economics Values and the Natural
World, Earthscan, London, 1993; Pearce D., “The precautionary principle in economic analysis” en O’Riordan, T., et.
al .,(Eds.) Interpreting the precautionary principle, Earthscan, London, 1994; Wynne, B., “Uncertainty and
Environmental Learning: Reconceiving Science in the Preventive Principle” Gloval Environmental Change, 2 (Junio
de 1992), pp. 111-127.
47 Timothy O’Riordan “El principio de precaución en la política ambiental contemporánea”, publicado originalmente
en Environmental Values, Vol. 4, N.º 3, 1995; asimismo consultable en WWW.ISTAS.NET/MA/AREAS/RESIDUOS/
ESCORIAL/ APORTA/APORTA10.PDF.
48 Celebrada en Racine, Wisconsin, del 23 al 25 de Enero de 1998.
49 Celebrada en Lowell, Massachusetts, del 20 al 22 de Septiembre de 2001.
50 En este sentido, destaca el importante estudio de la AEMA (Agencia Europea de Medio Ambiente) titulado Late
Lessons from Early Warnings: the Precautionary Principle 1896-2000, en European Environment Agency,
Environmental Issue Report 22, Copenhague, 2001.
(http://reports.eea.eu.int/environmental_issue_report_2001_22/en -cfr. Riechmann y Tickner (coords.), El
principio de precaución. En medio ambiente y salud pública: de las definiciones a la práctica, op. cit., p. 20.
51 celebrado en la provincia de Yunnan, República Popular de China, del 20 al 30 de Junio del año 2000.
52 R.D.Kaplan The Coming Anarchy, Random House, NY, 2000, pp. 63-78 (Ed. Esp. Ediciones B, Barcelona, 2000;
argumentos defendidos también en los años cincuenta y sesenta por Seymour M. Lipset “Some Social Requisites of
Democracy: Economic Development and Political Legitimacy”, American Political Science Review, 53, 1959, pp. 69-
77; y por Samuel Huntington en Political Order in Changing Societies, Yale University Press, New Haven and London,
1968 (version castellana, El orden politico en las sociedades en cambio, Paidós, Barcelona, 1997); cfr., asimismo,
Chua, A., El mundo en llamas. Los males de la globalización, op. cit. p. 280.
53 Chua, A., op. cit. p. 16.
54 Nair, S., El Imperio frente a la diversidad del mundo, Areté, Barcelona, 2003, p. 231.
55 celebrada durante los días 17 al 19 de Julio de 1998 en St. Louis, Missouri, EEUU.