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Didaché

“En cuanto al domingo del señor, una vez reunidos, partid el pan y dad gracias después de haber confesado vuestros
pecados para que vuestro sacrificio sea puro” “¡Padre nuestro! Te damos gracias por la vida y por el conocimiento que
nos has revelado por tu siervo, Jesús. ¡A Tí sea la gloria por los siglos de los siglos! De la misma manera que este pan
que partimos, estaba esparcido por las altas colinas, y ha sido juntado, te suplicamos, que de todas las extremidades de
la tierra, reúnas a ti Iglesia en tu reino, porque te pertenece la gloria y el poder (que ejerces) por Jesucristo, en los siglos
de los siglos. Que nadie coma ni beba de esta eucaristía, sin haber sido antes bautizado en el nombre del Señor…
Acuérdate de tu iglesia, para librarla de todo mal y para completarla en tu amor. ¡Reúnela de los cuatro vientos del
cielo, porque ha sido santificada para el reino que le has preparado; porque a Ti solo pertenece el poder y la gloria por
los siglos de los siglos!» ¡Ya que este mundo pasa, te pedimos que tu gracia venga sobre nosotros! ¡Hosanna al hijo de
David! El que sea santificado, que se acerque, si no que haga penitencia. Maran atha ¡Amén!”
Carta de San Ignacio de Antioquia al emperador de roma (155 ac)
“El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el
campo. Se leen las memorias de los apóstoles y los escritos de los profetas, tanto tiempo como es posible. Cuando el
lector ha terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas. Luego nos
levantamos todos juntos y oramos por nosotros… y por todos los demás donde quiera que están, a fin de que seamos
hallados justos en nuestra vida y en nuestras acciones, y seamos fieles a los mandamientos para alcanzar la salvación
eterna. Cuando termina esta oración nos besamos unos a otros. Luego se lleva al que preside… pan y una copa de agua
y de vino mezclados. El presidente los toma y eleva alabanza y gloria al padre del universo, por el nombre del hijo y del
espíritu santo, y da gracias (en griego ​Eucharistian)​ largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones.
Cuando terminan las oraciones y las acciones de gracias, todo el pueblo presente pronuncia una aclamación diciendo:
"Amén". Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo le ha respondido, los que entre nosotros se
llaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes pan, vino y agua "eucaristizados" y los llevan a los
ausentes»

Importancia
1. La celebración de la Misa, como acción de Cristo y del pueblo de Dios, ordenado jerárquicamente, ​es el centro de
toda la vida cristiana para la Iglesia universal y local, y para todos los fieles individualmente, ​ya que en ella se culmina
la acción con que Dios santifica en Cristo al mundo, y el culto que los hombres tributan al Padre, adorándolo por medio
de Cristo, Hijo de Dios. Además, se recuerdan de tal modo en ella, a lo largo del año, los misterios de la Redención
que, en cierto modo, éstos se nos hacen presentes. ​Todas las demás acciones sagradas y cualesquiera obras de la vida
cristiana, se relacionan con ésta, proceden de ella y a ella se ordenan.​ (IGMR, Capítulo I).

1. Cuando iba a celebrar con sus discípulos la Cena pascual, en la cual instituyó el sacrificio de su Cuerpo y de su
Sangre, Cristo el Señor, mandó preparar una sala grande, ya dispuesta (​Lc ​22, 12). La Iglesia ha considerado siempre
que a ella le corresponde el mandato de establecer las normas relativas a la disposición de las personas, de los lugares,
de los ritos y de los textos para la celebración de la Eucaristía (IGMR, Proemio).

10. No obstante,​ la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde
mana toda su fuerza.​ Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el
bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del
Señor. (Sacrosantum Concillium)

7. Para realizar una obra tan grande, ​Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica​. Está
presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, "..., sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está
presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente
en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él quien habla. Está presente, por último, cuando
la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy
Yo en medio de ellos" (​Mt​., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y
los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por
El tributa culto al Padre Eterno.
Con razón, pues,​ se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo​. En ella los signos sensibles
significan y, cada uno a su manera, ​realizan la santificación del hombre,​ y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir,
la Cabeza y sus miembros, ​ejerce el culto público íntegro​. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de
Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, ​es acción sagrada por excelencia​, cuya eficacia, con el mismo título y
en el mismo grado​, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.​(Sacrosantum Concillium)

2. En efecto, la Liturgia, por cuyo medio "se ejerce la obra de nuestra Redención", sobre todo en el divino sacrificio de
la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de
Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia. Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina,
visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin
embargo, peregrina; y todo esto de suerte que​ en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo
invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos​. Por eso, al edificar día a día a los
que están dentro para ser templo santo en el Señor y morada de Dios en el Espíritu, hasta llegar a la medida de la
plenitud de la edad de Cristo, la Liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo y
presenta así la Iglesia, a los que están fuera, como signo levantado en medio de las naciones, para que, bajo de él, se
congreguen en la unidad los hijos de Dios que están dispersos, hasta que haya un solo rebaño y un solo pastor.
(Sacrosantum Concillium)

8. ​En la Liturgia terrena preguntamos y tomamos parte en aquella Liturgia celestial​, que se celebra en la santa ciudad de
Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, y donde Cristo está sentado a la diestra de Dios como ministro
del santuario y del tabernáculo verdadero, cantamos al Señor el himno de gloria con todo el ejército celestial; venerando
la memoria de los santos esperamos tener parte con ellos y gozar de su compañía; aguardamos al Salvador, Nuestro
Señor Jesucristo, hasta que se manifieste El, nuestra vida, y nosotros nos manifestamos también gloriosos con El.
(Sacrosantum Concillium)

Disposición
2. Es… de sumo interés que de tal modo se ordene la celebración de la Misa o Cena del Señor, que ministros y fieles,
participando cada uno a su manera,​ saquen de ella con más plenitud los frutos para cuya consecución instituyó Cristo
Nuestro Señor el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y Sangre y confió este sacrificio, como un memorial de su Pasión y
Resurrección, a la Iglesia, su amada Esposa. (IGMR, Capítulo I).

3. También el admirable misterio de la presencia real del Señor bajo las especies eucarísticas, … es manifestado en la
celebración de la Misa, no sólo por las palabras de la consagración, por las cuales, Cristo, por la transubstanciación, se
hace presente, ​sino también por la disposición de ánimo y la manifestación de suma reverencia y adoración que tienen
lugar en la Liturgia Eucarística…​ (IGMR, Proemio).

5. … En efecto, la celebración de la Eucaristía es​ acción de la Iglesia universal​; y en ella cada uno hará​ todo y sólo​ lo
que le pertenece conforme al grado que tiene en el pueblo de Dios. De aquí la necesidad de prestar particular atención a
determinados aspectos de la celebración, a los cuales, algunas veces, en el decurso de los siglos se prestó menos
cuidado. Porque este pueblo es el pueblo de Dios, adquirido por la Sangre de Cristo, congregado por el Señor,
alimentado con su Palabra;... Este pueblo, aunque es santo por su origen, sin embargo, crece continuamente en santidad
por su participación consciente, activa y fructuosa en el misterio eucarístico. (IGMR, Proemio)

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