Antiguamente en el siglo XIX, la discriminación a los afrodescendientes era un problema
social imponente que se propagaba cada vez más en diferentes partes del mundo, se pensaba que las personas de piel clara eran superiores a las personas Afrodescendientes y tenían poder sobre ellas vulnerando su integridad como seres humanos, esta misma historia se repite en las personas con discapacidades consideradas como “fenómenos u anormales” creyendo que sus condiciones, ya sea: físicas, sensoriales, intelectuales o psicosociales eran algo inaceptable, y se les negó sus derechos a la libertad, libre expresión y ser reconocidos como seres íntegros capaces de tomar decisiones. Es por ello, que estas personas afrodescendiente o personas con algún tipo de discapacidad han luchado vorazmente para que sean reconocidos sus derechos, enfocada hacia la vida independiente, educación, empleo y accesibilidad a todos los ámbitos. Esta lucha se reflejó a través de la creación de un movimiento de derechos civiles que busquen acabar con la discriminación y trascender a la creación de leyes que les permitiría una inclusión social, y dejen de estar en desventaja social, política y jurídica. El pensamiento de la sociedad creo limitaciones para estas personas, pero su color de piel o tener alguna discapacidad no los abstiene de entrar a una sociedad igualitaria que se adapte a las condiciones y necesidades de cada persona. Las leyes a lo largo del tiempo han intensificado su lucha para fortalecer el derecho a la igualdad, sin embargo, estas leyes no se cumplen en su totalidad, existe una minoría que aún tiene un pensamiento abrupto sobre las personas afrodescendientes y discapacitadas. Por lo tanto, estamos en la obligación de seguir haciendo un trabajo conjunto tanto por el gobierno como la sociedad civil, creando conciencia y adaptando la inclusión social a nuestra cultura, es de suma importancia que generaciones pasadas, presentes y futuras entiendan que todos somos seres íntegros y tenemos los mismos derechos, es decir, seguir luchando por una igualdad, garantizando la protección y cumplimiento de estos derechos. Las personas con discapacidad y afrodescendientes pueden aportar a las necesidades de la comunidad en igual medida que el resto de las personas, eliminando cualquier tipo de barrera que les impida su participación plena y efectiva en una sociedad en igualdad de condiciones, lo que conlleva, a el objetivo de brindar una adecuada equiparación de oportunidades.