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Resumen
La educación a distancia es una modalidad que brinda oportunidades de aprendizaje a grupos de
estudiantes, que no pueden ajustarse a los ritmos de enseñanza escolarizada. Los cuales son
heterogéneos en edades, intereses, ocupaciónes, motivaciones, experiencias y aspiraciones. Por lo
tanto, los docentes en esta modalidad se enfrentan a diversos retos relacionados con el aprendizaje,
la inclusión social, los modelos pedagógicos y la permanencia de los estudiantes en los programas.
Estos retos se ejemplifican en el caso de la Profesora Margarita, quien es docente de educación
presencial, que se enfrenta al reto de la educación a distancia. Este caso es argumentado en el texto
y expone las características principales de la educación a distancia, así como los autores principales
para el aprendizaje significativo, la descripción de diferentes herramientas pedagógicas para el
aprendizaje de los estudiantes y el rol del docente en esta modalidad.
Palabras clave: Educación a Distancia, Inclusión social, Autoformación, Aprendizaje
significativo.
INTRODUCCIÓN
En el modelo de educación a distancia la autoformación constituye la base de la enseñanza a
distancia (Rodriguez, 2014). En esta modalidad se encuentran grupos sociales que no pueden
ajustarse a los ritmos de enseñanza escolarizada, los cuales son heterogéneos en edad, intereses,
ocupación, motivaciones, experiencias y aspiraciones (Almazán & Cárdenas López, 2012). Por lo
tanto, este supone un gran reto a los docentes, como lo es el caso de la profesora Margarita.
Margarita, referida en adelante como profesora M es una docente de educación presencial, que por
diversas situaciones se enfrenta al reto de la educación a distancia. En esta modalidad se encuentra
con diferentes problemáticas dado a que los grupos de estudiantes tienen diversos escenarios
sociales (conflicto armado) y culturales, con limitaciones y capacidades de aprendizaje, diversos
estilos de aprendizaje, con dificultades socioeconómicas, poca disponibilidad de tiempo por el
empleo o por situaciones diferentes, así como pocas habilidades educativas en ambientes virtuales.
Dada esta heterogeneidad, surgen diferentes preguntas entorno a la educación a distancia: ¿Cómo
atender una población estudiantil tan heterogénea?, ¿Cómo propiciar la retención y permanencia
en el programa de educación a distancia? y ¿de qué manera pueden orientarse los estudiantes para
que alcancen las metas de formación propuestas teniendo en cuenta los grandes vacíos formativos
que tienen?
Con base en el caso de la profesora M, y las preguntas que surgen alrededor del reto como docente
de educación a distancia, surgen diferentes temáticas para argumentar el caso: la inclusión
educativa, los modelos pedagógicos, el rol del docente y las estrategias y herramientas pedagógicas
en este modelo de educación a distancia.
En la inclusión educativa, la profesora M debe revisar los lineamientos de Política de Educación
Superior Inclusiva (MinEducación, 2013), los cuales se plantean como una estrategia que busca
promover un modelo educativo abierto y generoso que atiende la diversidad, promueve el respeto
por la diferencia y facilita la participación de la comunidad dentro de una estructura intercultural.
Dentro de esta inclusión educativa, se incluyen diferentes poblaciones que históricamente en
Colombia, han tenido mayores barreras de acceso, permanencia y graduación al sistema educativo
como: las comunidades indígenas, población con discapacidad, población víctima del conflicto
armado, comunidades negras, afrocolombianas, palenqueras y raizales y población Rom.
Dado a esta inclusión educativa, la profesora M debe saber que la educación a distancia favorece
la democratización del acceso a la educación y propicia una educación para todos, con igualdad de
oportunidades y dando alternativas a las barreras geográficas, laborales, personales y familiares.
Además, la misma modalidad de educación a distancia, en su base principal promueve
posibilidades concretas frente a los retos y limitaciones relacionadas con inclusión, cobertura,
calidad y pertinencia de la educación (Chaves Torres, 2017). Esta inclusión educativa bajo la
modalidad a distancia se logra haciendo adecuaciones que se ajustan a los perfiles de los estudiantes
y lo ubica como el protagonista en cuanto a que puede tomar decisiones con respecto a opciones
curriculares, decide cuándo requiere ayuda docente, al estudiante se le respeta y se consideran sus
estilos y modos de aprendizaje, el estudiante es una persona libre en un ambiente y entorno
propicio, puede optar por contenidos de acuerdo a sus intereses de formación y los estudiantes
deben ser capaces de planear, organizar, controlar y evaluar sus propios procesos de formación y
los trabajos que ello implica (Almazán & Cárdenas López, 2012).
El estudiante es el responsable último del proceso de aprendizaje en dicha modalidad a distancia.
Sin embargo, el proceso de aprendizaje ocurre solo si se cumple con una serie de condiciones: la
naturaleza de la estructura cognitiva del estudiante, su disposición para aprender, su capacidad para
relacionar de manera no arbitraria y sustancial la nueva información con los conocimientos y
experiencias previas y familiares que posee (Díaz & Hernández, 1997). Esta afirmación del
aprendizaje se realiza desde diferentes corrientes constructivistas, como la de Vigotsky, quien
postula que los procesos de construcción del conocimiento tienen su origen en lo social. Por lo
tanto, la Profesora M bajo este postulado debe desarrollar apuestas pedagógicas que identifiquen
la diversidad de intereses, para proyectar las necesidades y motivaciones de cada estudiante; y
avanzar en el proceso de aprendizaje.
En este mismo sentido, la profesora M debe plantear alternativas novedosas que organicen y
distribuyan el conocimiento escolar, desde la individualidad y la colectividad para que se integre a
las necesidades y particularidades del contexto de una educación a distancia reconociendo también
las distintas modalidades de aprendizaje de los estudiantes. Este enfoque psicosocial es importante,
pero no es exclusivo para la condición heterogénea a la que se enfrenta la Profesora M. Es
indispensable darle cabida a otra corriente del constructivismo como la de Piaget. Este autor plantea
que el conocimiento es un puro proceso subjetivo como es el caso de Von Glaserfeld o el mismo
Maturana, estas concepciones niegan de tajo cualquier pretensión ontológica del conocimiento para
atrincherarse en una epistemología positivista. Es decir, que el aprendizaje depende del nivel
cognitivo del estudiante y el desarrollo de la inteligencia, es un proceso complejo que supone
adaptación y organización. Dicho corriente no tiene en cuenta ciertas particularidades como son la
interacción social, la interacción del lenguaje y demás aspectos de la vida en comunidad. Para el
caso que nos asiste es importante reconocer que ciertos elementos de ese constructivismo subjetivo
conminan al desarrollo y puesta en marcha de procesos autónomos, autodidactas que le permitan a
cada individuo, por un lado reconocer sus capacidades, fortalezas y falencias, así como la
posibilidad de alcanzar esa mayoría de edad kantiana en la que se valga de su propia razón, más si
estamos hablando de educación a distancia. En este mismo sentido es pertinente lo que nos
referencia Paiva (1995 citado por Diaz y Hernández (1998): “Autoformarse significa que, de una
parte, la persona deviene cada vez más en sujeto de su propia formación, y de otra que ella misma
se convierte en objeto de formación. El objetivo de la formación es la construcción de la persona
en su globalidad, dotarse si mismo de una formación única”.
Otra corriente constructivista importante es la Teoría ausebeliana, que postula que el aprendizaje
implica una reestructuración activa de las percepciones, ideas, conceptos y esquemas que el
estudiante posee en su estructura cognitiva. Por lo tanto, el estudiante puede presentar dos tipos de
posibles aprendizajes: por recepción y por descubrimiento. De acuerdo con esta corriente la
Profesora M, debe tener presente que en “la estructura cognitiva del estudiante existen una serie de
antecedentes y conocimientos previos, un vocabulario y un marco de referencia personales, que
constituyen un reflejo de su madurez intelectual. Este conocimiento resulta crucial para la
Profesora M, pues de acuerdo con Ausubel, es partir del mismo es que debe planearse el acto de
enseñar, debido a que el conocimiento y experiencias previas de los estudiantes son las piezas
claves de su potencial de aprendizaje” (Díaz & Hernández, 1997).
“Es evidente que las variables del proceso de aprendizaje son múltiples y complejas, y que todas
deben tomarse en cuenta en las fases de planeación, enseñanza-aprendizaje y evaluación. También
se debe tener en cuenta los contenidos y los materiales de enseñanza, dado a que, si estos no tienen
un significado para el estudiante, se propiciará un aprendizaje rutinario y carente de significado”
(Díaz & Hernández, 1997). Los materiales deben ser aquellos diseñados para la instrucción y otros
para la mediación y apoyo para el aprendizaje del estudiante. Estos materiales pueden presentarse
en diferentes soportes (impreso, audiovisual, informático) en cuya elaboración y diseño debe
intervenir un equipo disciplinario que posibilite la creación de una estrategia metodológica que
involucre la propuesta de actividades sobre cómo se debe acceder, comprender y trabajar con la
información propuesta (Sabulsky, 2007).
Dichas actividades pueden involucrar la utilización de la tecnología de la computación y las
comunicaciones para el acceso a páginas electrónicas o plataformas que permitan la creación de
grupos virtuales (Foros, y conferencias) para la retroalimentación del conocimiento y el
seguimiento de evaluación. Así, como actividades de trabajo en ambientes virtuales de
comunicación para el acceso a bibliotecas virtuales, bases de datos, usos de software y laboratorios
virtuales, que permitan un aprendizaje flexible y abierto, para un grupo heterogéneo. Además,
actividades que involucren la creación de grupos de interés (Usenet Group) o grupos de trabajo que
permitan difundir noticias específicas de un tema específico o el trabajo en colectivo (Alfonso
Sánchez, 2003).
Estas actividades de aprendizaje deben ser pensadas para que el estudiante realice un esfuerzo
cognitivo a través de la integración de conceptos, perspectivas y reflexiones sobre el conocimiento
que está adquiriendo. Las guías de curso deben ser redactados cuidadosamente, para que un grupo
heterogéneo de estudiantes pueda comprender la finalidad y el propósito de las actividades. Pueden
usarse otros recursos educativos didácticos como materiales convenciones (diarios, libros de texto,
revistas, periódicos, tableros didácticos, materiales de laboratorios), materiales audiovisuales
(diapositivas, fotografías, programas de radios, videos, películas, películas de televisión) y nuevas
tecnologías (videojuegos, enciclopedias, simulaciones interactivas, Web-Quest, cursos on-line,
foros, chats, video interactivos), cuya utilización dependerá de la finalidad de aprendizaje (Córica,
Portalupi, Hernández, & Bruno, 2010).
Es importante destacar el papel del docente y de los factores instruccionales, para fortalecer el
aprendizaje de los estudiantes. En el caso de la Profesora M, se evidencia una situación muy común
por la cual pasan los docentes de educación superior presencial que llegan a ejercer labores
tutoriales en la educación a distancia. Claramente se puede observar como la docente pretende
utilizar las mismas estrategias que habían sido muy eficientes en su quehacer docente de educación
tradicional pero de inmediato encuentra grandes inconvenientes al darse cuenta de los resultados
no son los esperados, aunque la docente en el caso manifiesta que realiza una caracterización de
la población se evidencia que no elabora estrategia adecuadas, que no tiene en cuenta los estilos de
aprendizaje de los estudiantes, las características individuales, personales, sociales, geográficas e
históricas y que inicia sus actividades con la convicción de que los mejores resultados los va a
obtener con los mejores puntajes de pruebas estandarizadas, sin darse cuenta que en la educación
a distancia se requiere que se desarrollen estrategias que permitan a los estudiantes desarrollar sus
propios pensamientos.
Al igual la profesora M, durante esta primera sesión llega con un proceso muy estructurado y
delimitado para lo que ella cree que es correcto, sin realizar un encuadre pedagógico óptimo en el
cual se tengan en cuenta las particularidades de los estudiantes con el fin de conocer los intereses,
conocimientos, gustos o facilidades; todo ello con el fin de buscar que se puedan sentir participes
y se apropien de su proceso de formación como lo dice Labelle en 1996 “ser autónomo significa
ser responsable de uno mismo en un ambiente en el que participan otros sujetos autónomos” y
para lograr esto se debe permitir que los mismos estudiantes elijan y se formen procesos adecuados
de motivación personal y grupal. Por lo tanto para que el rol docente permita y promueva la
formación de estudiantes se debe fomentar el trabajo independiente, para ello, es indispensable
que la profesora M, rompa sus paradigmas y empiece interpretar procesos de pensamiento, orientar
actividades de aprendizaje corrigiendo errores metodológicos, fortaleciendo y haciendo claridades
conceptuales, observando y dirigiendo procesos de aprendizaje significativos partiendo de los
conocimientos y experiencias previas de sus estudiantes.
Para el caso de la Profesora M, el reto que tiene consiste en la retención y permanencia de sus
estudiantes, brindarles una calidad educativa y tener en cuenta además de los vacíos educativos de
sus estudiantes, la diversidad cultural y diferentes problemáticas que pueden presentar los
estudiantes que ingresan a la educación a distancia debido a muchos factores que dentro de ellos
se encuentra: las distancias geográficas, el tiempo por las actividades laborales y familiares,
problemas socioeconómicos, y otros tantos factores que no les permite el acceso a programas
presenciales.
Esto hace una población de estudiantes heterogéneos, multicultural en la que el docente debe
recurrir a estrategias y diversas herramientas que le permita hacer del aprendizaje un proceso
agradable para sus estudiantes. Precisamente para dar respuesta se le propone a M diversas
estrategias que debe tener en cuenta para desarrollar su rol de docente en educación a distancia.
Otras estrategias de las cuales la profesora M, debe revisar consiste en Andragogía como lo
menciona la teoría que desarrollo Malcom Knowles basada en el aprendizaje adulto, referida como
“la persona adulta desarrolla una concepción sobre sí misma, que se utiliza su experiencia como
recurso para su aprendizaje y que se motiva para aprender en función de los roles sociales que
desarrolla”.
Y en la misma línea, Nicole Tremblay (2003) también habla de este proceso de autoformación y la
define como: “Situación educativa (pedagógica o andragógica), escolar o extraescolar, favorable a
la realización de un proyecto mediante el que la principal motivación de una persona es adquirir
conocimientos (saberes) y habilidades (saber hacer) o proceder a un cambio duradero en sí mismo
(aprender a ser)”. Es decir que una estrategia importante que debe utilizar la profesora M, es la
motivación para generar un proceso significativo partir del aprendizaje y de automotivación a partir
de esas experiencias de sus estudiantes como un propósito individual y de cada uno para superar
sus obstáculos por ejemplo como lo menciona Ahl (2006) en su trabajo sobre motivación en la
educación de adultos donde se encuentran aspectos como: económicos, social, psicobiológico,
aprendizaje, lo cognitivo y necesidades que se deben suplir (como las que menciona Abraham
Maslow, en su teoría de la autorrealización). Aunque se comprende que es un tema de complejidad,
la motivación juega un papel fundamental en el proceso de aprendizaje y en el logro de la
permanencia de los estudiantes en un curso, y más aún, de educación a distancia.
CONCLUSIÓN
La profesora M, debe facilitar el aprendizaje y a partir de sus habilidades de comunicación, debe
ser capaz de crear empatía, generar motivación, desarrollar proactividad con el grupo y crear un
ambiente adecuado para que sus estudiantes puedan construir su aprendizaje y se motive la
permanencia en el programa. Para que exista dicha motivación la profesora M, debe tener presente
que la relación educativa, la comunicación y la interacción son determinantes, por lo que atender a
los estudiantes, de manera integral ayudará a motivar un sentimiento de comunidad y pertenencias,
importantes para la educación a distancia (Pérez, 2013 como se menciona en Desert & Pulido,
2015).
REFERENTES
Almazán, O. M., & Cárdenas López, M. G. (2012). Educación a distancia: Nueva modalidad,
nuevos alumnos Perfiles de alumnos de Psicología en México. Perfiles Educativos, 34(136),
118–136. https://doi.org/0185-2698
Chaves Torres, A. (2017). La educación a distancia como respuesta a las necesidades educativas
del siglo XXI. Revista Academia & Virtualidad, 10(1), 23–41.
https://doi.org/10.18359/ravi.2241
Díaz, F., & Hernández, G. (1997). Estrategias docentes para un aprendizaje signficativo: Una
interpretación constructivista (McGraw-Hil). México.
MinEducación. (2013). Lineamientos Política de Educación Superior Inclusiva (Vol. 53).
https://doi.org/10.1007/s13398-014-0173-7.2