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A partir de 1950 se incorporan tecnologías a las aulas como una herramienta que
viene a solucionar mágicamente todos los problemas de la enseñanza. Su uso era
restringido a resolver problemas de difícil comprensión. Actualmente las nuevas
tecnologías son incorporadas a la educación con los mismos fines y modos de utilización.
Litwin plantea que hace falta un debate sobre la “didáctica tecnológica” como
conocimientos acerca de las prácticas de enseñanza configuradas en relación con los fines
que dan sentido al acto de enseñar.
Las tecnologías son herramientas, pero también algo más, pasan de ser soporte a
dar cuenta de diversas posibilidades de utilización dependiendo del uso que le den los
docentes. Así, tienen un doble carácter de herramienta y entorno con múltiples funciones
como motivar, mostrar, ilustrar, reorganizar la información, etc. Y pueden ayudar o
enriquecer los conocimientos.
La autora de este artículo sostiene que no están explotadas todas las maneras de
operar que proveen las tecnologías, pero que todas esas maneras se inscriben en el “ser
usuario” o en la práctica de ellas.
Nombra tres usos de las tecnologías por parte de los docentes:
1) como “sistema clásico de información”: el docente es proveedor, el alumno es un
consumidor y las tecnologías brindan la información actualizada.
2) como herramientas con contenidos como parte de la clase: la tecnología amplía el
alcance de la clase; el docente prepara los usos, los ofrece al estudiante y los incorpora al
aula.
3) piensa a los estudiantes como sujetos de conocimiento: las tecnologías ponen en
sus manos múltiples opciones, alientan el trabajo en grupo y en colaboración.
Básicamente, depende del uso que se quiera hacer de ellas van a tener diferentes
grados de importancia y depende con qué sentidos se incorporan a las aulas.
Según Litwin es importante distinguir entre el uso de productos creados para
consumo y aquellos creados especialmente para el aula. Se pueden dar diversos usos de
productos de consumo en el aula, como por ejemplo films o videos para fomentar
debates. Los usos inadecuados o indiscriminados de nuevas tecnologías pueden limitar o
potenciar las propuestas docentes. Los usos de tecnologías dependen de la calidad
pedagógica de la propuesta, de la calidad científica de los materiales y su información y de
la ética profesional.
Finalmente, en cuanto al debate acerca de la influencia del empleo de tecnologías
en las maneras de pensar, conocer o aprender, dice que diferentes estudios muestran que
los efectos en los modos de conocer están más vinculados a la cultura en la que a estos
medios se les asigna valor que a la exposición.
2) “Los portales educativos: entradas y salidas a la educación del futuro” (Mariana
Maggio)
Los portales educativos son puertas, entornos virtuales que abren accesos a sitios y
páginas educativas en soporte electrónico.
Maggio analiza el portal educativo “SchoolNet” de Canadá, impulsado desde el
estado para fomentar la educación en línea. El acceso o conectividad es una condición
básica para esta iniciativa. Esta cuenta con intermediarios de calidad porque en internet la
información es producida con criterios distintos a los de la educación. Así un portal
educativo llevará las marcas de las decisiones pedagógicas que se tomen. Según esta
autora se está dando un mal uso de internet porque mayormente es usado como los
esquemas clásicos de transmisión de la información.
También sostiene que los proyectos de portales educativos pueden ser interesantes
para pensar entre docentes, estudiantes y la comunidad a la que pertenece la escuela, así
como enriquecedores al adquirir carácter público en la red las producciones que éstos
hacen. Los proyectos de portales también fomentan el trabajo en colaboración de
docentes, alumnos, la comunidad y otros especialistas, profesionales, etc.
Maggio define una “comunidad de aprendizaje en internet” como un lugar de
producción de conocimiento por parte de los participantes a través de la integración de un
discurso común. En éstas se da una construcción colectiva del conocimiento, enriquecida
por la participación de expertos en los diversos temas y de grupos culturalmente diversos.
Aquí la red no es simplemente el lugar donde acceder a la información, sino que es el
ámbito en el que un conocimiento de nuevo tipo es construido colectivamente.
En sus investigaciones descubrió que había maestros que incluían el uso de nuevas
tecnologías para la enseñanza, que lo hacían convencidos de incluirlas en la educación ya
que abarcan todos los campos de la vida cotidiana. Esto lo denomina “inclusión genuina”,
en esta la tecnología pasa a ser parte de la enseñanza.
En Argentina la “inclusión genuina” se da en el sistema educativo con un sentido
social: - porque los sectores marginales demandan el acceso a nuevas tecnologías en la
escuela como único lugar posible donde obtenerlo;
- porque los proyectos que incorporan nuevas tecnologías requieren colaboración de
actores institucionales para llevarse a cabo;
- porque pedagógicamente son más potentes en el más allá del aula, en la
construcción social del conocimiento.
Finalmente, Maggio sostiene que el acceso a la tecnología en la Sociedad de la
Información es condición de inclusión social; en este sentido, requiere decisiones desde el
estado en torno de la conectividad, especialmente dirigidas a las instituciones escolares
que atienden a los sectores marginales de la población.
3) Televisión para el futuro: hacia la interactividad (Hebe Roig)
Los videojuegos son el primer medio masivo interactivo digital que modifica el
espacio de juego de niños y jóvenes. Generan nuevos estilos de pensamiento. Molinas dice
que se podría utilizar el tiempo usado por los alumnos en los videojuegos para
relacionarlos con temáticas de aprendizaje, es decir, considerarlos “vehículos de
pensamiento” que sedimenten en “estilos de trabajo” y que la escuela los incluya en
términos de habilidades cognitivas de los estudiantes que pueden mejorar la comprensión
de los contenidos. A su vez, proveerían al alumno de un instrumental de auto-aprendizaje
que estaría disponible para otras situaciones de aprendizaje (las decisiones y acciones
ayudan a la auto-evaluación y reflexión sobre el contenido del juego).
Plantea pensar la relación entre videojuegos y educación en términos de “residuo
cognitivo” que pueda recuperarse en el ámbito escolar para estructurar el pensamiento de
los alumnos sin necesidad de jugar en el aula.
En general la matriz de cada juego prevé ordenar las acciones en función de un
criterio de eficiencia, hay que elegir opciones en vistas a un propósito. En estas elecciones
cobran importancia las relaciones sociales porque es necesario compartir información con
otros, en revistas, así como en el club Nintendo, Playstation, ciberclubes o en una casa. Así
los videojuegos son “vehículos de pensamiento” que incluyen a otras personas, se apoyan
en medios simbólicos y aprovechan el entorno y sus artefactos.
Entonces Molinas plantea un doble desafío para los docentes:
- ayudar a los alumnos a otorgar sentido a los conocimientos aprendidos por fuera
de la escuela;
- contar con un repertorio de formas para el diseño de estas actividades.
Este artículo trata sobre cómo las nuevas tecnologías han cambiado los modos en
que los estudiantes reflexionan acerca de su aprendizaje y en que construyen
conocimientos y las estrategias que los docentes diseñan cuando son usuarios críticos de
entornos tecnológicos. Se consolida el discurso de los docentes según el cuál las
tecnologías deberían formar parte del aula.
Lion señala que las nuevas tecnologías instalan un tiempo distinto, no lineal ni
medible, atravesado por la velocidad y la fugacidad de las transacciones comunicacionales.
Entonces hay que pensar en generar pensamientos complejos de nuevo tipo mediados
tecnológicamente en plazos atemporales y en espacios no delimitados por el marco
edilicio. Así el entorno virtual plantea el desafío de pensar en los aprendizajes más allá de
las paredes del aula. También plantea el desafío de pensar en la escritura en tiempos
informáticos.
Ante la facilidad del acceso a la información sostiene que el docente debe ayudar al
alumno a determinar qué información es válida y cuál no, porque hay como un “naufragio
cognitivo” por el que el alumno se pierde en relación con los propios procesos de
construcción del conocimiento. Los procesos de lectura y de asignación de sentido se
trivializan y obstaculizan la reconstrucción crítica de los propios procesos de búsqueda,
selección, clasificación y transferencia de la información, hay escasos criterios para la
clasificación de la información.
En cuanto al aprendizaje en colaboración dice que se recrean nuevos códigos
comunicacionales y nuevos sistemas de significado sostenidos desde la virtualidad. Se
trata de leer a otros y a uno mismo, aprender de los demás a través de procesos
comunicacionales que favorecen una reflexión crítica en relación con los contenidos y que
permiten una negociación de significados, acuerdos y debates en una comunidad virtual
de diálogo. Así el aprendizaje se torna un proceso.
Finalmente nombra los fundamentos de los docentes para incluir las tecnologías en
el aula:
- “innovación tecnológica”: este es parte del discurso tecnocéntrico, supone que la
tecnología por sí misma trae aparejado un cambio, no es el conocimiento sino la
computadora lo que se convierte en pieza central; esto se sustenta en la creencia del
poder mágico y modernizador de la tecnología.
- “eficiencia”: el argumento de éste es menos costo, menos tiempo, mayor
rendimiento; asocia el acceso a la información con un mayor aprendizaje, más información
equivale a más conocimiento; se cree que la tecnología mejora un trabajo o que internet
permite un mejor manejo de la información. Se deja de lado el esfuerzo de selección o la
coherencia discursiva de una monografía.
“producción de un sentido pedagógico con tecnologías”: parte de una preocupación
docente acerca del sentido de lo que se enseña y cómo se enseña, o sea, sobre los usos
pedagógicos de las tecnologías. Este plano permite la reflexión acerca de una didáctica que
incorpore el soporte como parte sustantiva de la clase y dote de sentido al contenido y al
modo en que este se introduce en la enseñanza.
8) “Los misterios de la evaluación en la era de internet” (Marilina Lipsman)
El último artículo trata sobre la evaluación, cómo mediante la influencia de las
nuevas tecnologías en los modos de aprender genera nuevos desafíos para la evaluación.
Primero menciona algunas situaciones que se dan en el uso de internet:
- “la copia”: ante la copia del texto que está en internet es difícil distinguir lo
auténtico de lo falso, si las fuentes son adecuadas y va a depender de qué actividad haya
solicitado el docente.
- “criterios distorsionados”: es necesario explicitar los criterios con los que se va a
evaluar tanto para alumnos como docentes, qué será valorado en el proceso y el producto
de las evaluaciones, qué fuentes son confiables, etc.
- “la evaluación condiciona la enseñanza”: se refiere a cuando es necesario más
tiempo del pensado para profundizar temas de interés y a veces hay que interrumpirlos
por evaluaciones nacionales que condicionan su enseñanza.
- “evaluar información legítima”: se refiere a cuando no está actualizada la
información o la utilización de datos de internet para hacer monografías o cualquier
trabajo, o cuando los datos no son pertinentes; entonces hay que chequear las fuentes de
los sitios a los que se accede porque en internet la información no aparece clasificada por
autor, tema, etc., tiene otros criterios de clasificación.
Lipsman señala que un grave problema es que la evaluación mantiene la expectativa
de respuesta correcta, así se pierde la riqueza de una enseñanza alternativa como la
educación virtual. Considera que una propuesta de evaluación virtual puede prescindir de
la presenciabilidad, pero no de una instancia pública. Así es importante incluir una
instancia de defensa pública que puede ser por chat u on-line con los profesores o tutore a
cargo; incluso podría participar conjuntamente un grupo de alumnos y establecer un
intercambio más fluido. Si se contara con video o teleconferencia se podría generar una
instancia de disertación pública de los trabajos entre alumnos y profesores, incluso
conformando un tribunal para evitar injusticias.
También sostiene que se están dando nuevas propuestas de evaluación. En general
los docentes intentan distender, aliviar, descomprimir el momento de la evaluación, ponen
el acento en evaluar en instancias que no parezcan evaluaciones, así funcionan como
prácticas que los ayudan a tomar conciencia de su proceso de construcción de
conocimiento y del nivel de aprendizaje alcanzado. Esto se complementa con procesos de
autoevaluación por parte de los docentes, como autocrítica para cambiar algunas cosas en
futuros cursos.
Sostiene que el valor pedagógico de las propuestas surge cuando la evaluación deja
de ser “misteriosa”, o sea, cuando se explicitan sus propósitos, así como los criterios con
que se juzga. La idea de disertación pública se acerca a la idea de evaluación como
transparencia, debate, intercambio y discusión de los actores involucrados. La idea de
“evaluación pública” es la misma que la de disertación pública en pos de lograr la validez
del conocimiento, en estos casos las nuevas tecnologías ofrecen múltiples posibilidades de
conseguirlo.