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EL CONTRATO

EL CONCEPTO DE CONTRATO

1. Formación histórica del contrato

El concepto de contrato es producto de una larga evolución histórica,


etimológicamente proviene de la palabra contractus lo cual designa “lo contraído”, lo
contraído es un negocio o más exactamente, una obligación Contractus es pues,
aquella situación que da origen a ese especial vinculum iuris en que la obligatio consiste.

Históricamente se dice que prometida una cosa o servicio por una persona, a cambio de
otra cosa u otro servicio, o bien cambio de nada, y siendo aceptada esa promesa el
Estado presta sus mecanismos de coerción, para hacerlas efectivas, si no son
debidamente ejecutadas. Son estos los problemas prácticos inspirados por los mínimos
de certeza y seguridad a que aspira todo ordenamiento.

En los orígenes de nuestra cultura jurídica propia y actual, la solución a los anteriores
problemas iba íntimamente ligada a la observancia de una forma, compuesta de ritos;
como en el caso de la ceremonia lo que confiere a la promesa o entrecruzamiento de
promesas, el valor de la certeza y la seguridad que les da la posibilidad de ser
jurídicamente exigidas, y sólo por ello, vinculantes.

Con forme avanza, surgen las obligationes re contractae, que implican el surgimiento del
vínculo donde el acuerdo de las partes iba acompañado de la entrega de una cosa, sin
cuya dato rei no existe la posibilidad jurídica de exigir alguna obligación, agotándose
prácticamente esta posibilidad en la restitución de la cosa entregada: por otro lado, las
figuras eran típicas y constituían un número cerrado.

El llamado ius civile vetus no conoció la eficiencia obligatoria de la voluntad por sí misma,
si esta no iba encuadrada en una forma o precedida de una entrega. Las cosas
continuaron así hasta los siglos intermedios, en los que la influencia del Derecho Canónico,
hace pensar que el puro acuerdo donde no se entrega la cosa genera obligaciones.
2. Significado de contrato.

El contrato es el negocio jurídico por excelencia. KELSEN fue quien estableció la distinción
entre el contrato como acto y el contrato como norma: La palabra “contrato” encierra
un equívoco, pues se refiere tanto al acto que los contratos realizan, como al resultado
normativo o reglamentario que con ese acto se produce. Desde este punto de vista, el
contrato se establece como un acto jurídico, es decir, acción de los interesados a la que
el ordenamiento atribuye determinados efectos jurídicos, desde otro punto de vista, el
contrato se aparece como un precepto o una regla de conducta. Por su parte el código
Civil en su El artículo 1517: nos habla de la existencia de contrato desde que dos o más
personas consienten en crear, modificar o extinguir una prestación. el contrato sería el
acuerdo de voluntades generador de obligaciones entre las partes, es decir, el contrato
aparece por la conjunción de los consentimientos de dos o más personas con la finalidad
de ser fuente de obligaciones entre ellas.

En la concepción moderna del contrato, DÍEZ-PICAZO afirma que “contrato es todo


acuerdo de voluntades por medio del cual los interesados se obliga”, El contrato así
concebido se convertiría en la institución central, es decir, la piedra angular, no sólo del
Derecho Civil, sino de todo el ordenamiento jurídico, por lo cual el contrato es aplicable a
todos los campos jurídicos , por consiguiente, tanto al Derecho Privado como al Derecho
Público e incluso al Derecho matrimonial.

3. El contrato en el Código Civil guatemalteco


Según el español López y López el contrato es “un acuerdo de voluntades, en un
entrelazamiento de promesas y aceptaciones de las mismas, que genera vínculos, pero
vínculos cuyo complimiento solo pueden ser reclamados coercitivamente…” En el Código
Civil en su artículo 1517 estipula: “Hay contrato cuando dos o más personas, convienen en
crear, modificar o extinguir una obligación”.

La relación jurídica, por la cual el contrato constituye, modifica o extingue, debe ser una
relación jurídico-patrimonial: es decir, tener por objeto bienes o prestaciones personales
susceptibles de valoración económica.

Por su parte Lasarte dice que el contrato es fundamentalmente la veste jurídica de una
operación económica consistente en un intercambio de bienes o servicios. El requisito de
patrimonialidad delimita el ámbito del contrato, permitiendo excluir, en concreto, que sea
calificable como contrato el matrimonio y el testamento.
De este concepto legislativo sobresalen dos características: a) en el contrato hay siempre
un consentimiento común de dos o más personas, b) el contrato tiene siempre como
consecuencia la creación de una obligación que tiene fuerza ley entre las partes
contratantes.

El contrato es fuente de obligaciones o medio de alterarlas, transmitirlas o extinguirlas y


convierte a sus protagonistas en acreedores y deudores, en eso consiste su esencia. En
nuestro código están los contratos en general y particular.

4. El significado institucional del contrato: contrato y autonomía de la voluntad


De acuerdo a López y López el contrato “acto de autonomía, un acto de autorregulación
de los intereses de los particulares”

4.1 Los principios de autonomía de la voluntad y de libertad contractual

La autonomía contractual es un principio jurídico que supera las fronteras del Derecho civil
para incardinarse en las constituciones, especialmente las promulgadas después de la
Segunda Guerra Mundial, y figurar últimamente en textos internacionales y en los Tratados
fundacionales de la Unión Europea.

La idea de contrato y la obligatoriedad del contrato encuentran su fundamento en la


idea de la persona y en el respeto a la dignidad que a la persona le es debida. La
autonomía significa etimológicamente darse a sí mismo la norma, la ley.
Las nociones de la autonomía de la voluntad y libertad contractual están estrechamente
relacionadas entre sí pues la noción de la autonomía de la voluntad incluye la libertad
contractual y la noción específica de libertad contractual presupone la de la autonomía
de la voluntad.

La noción jurídica de autonomía de la voluntad es una creación de la doctrina civilista


francesa de los siglos XVIII y XIX, cuyas fuentes más directas se encuentran en las obras de
GROCIO, PUFFENDORF, KANT y WOLFF.
El contrato reposa casi exclusivamente en el sacrosanto principio de la autonomía de la
voluntad, elevado a rango de fuente creadora de reglas jurídicas, de ahí que se afirme
que la manifestación suprema de esta autonomía es el contrato.

En el Código de Napoleón se encuentra el libre desenvolvimiento de la voluntad en sus


múltiples manifestaciones, La libertad de contratación, se traduce en la libertad de las
convenciones al que los comentaristas del Código Civil francés denominaron “teoría de
la autonomía de la voluntad, el profesor LÓPEZ Y LÓPEZ explica que en contenido
positivo de la autonomía de la voluntad o privada en materia de contrato se da de la
siguiente manera:
a. Libertad de elección del tipo de contrato, dentro de los tipos de contratos previstos en
la ley.
b. Libertad de celebrar contratos llamados atípicos, o sea no correspondientes a tipos
contractuales previstos por las leyes, pero practicado en el mundo de los negocios, y
aceptados socialmente como lícitos y dignos de tutela.
c. Libertad de determinar el contenido del contrato, salvo en aquellos casos en que existe
una legítima predisposición de aquél, en el cual los contratantes podían establecer
libremente los pactos, cláusulas y condiciones que tuvieran por conveniente.

4.2 Funciones de la autonomía de la voluntad

La autonomía de la voluntad tal y como lo expresa Maluquer, realiza unas funciones


específicas, como:

4.2.1 Función creadora:


La autonomía es una facultad de la cual goza la persona para gobernar y ordenar sus
propios intereses y dar cumplimiento a sus satisfacciones por medio del contrato
determina y facilita el respeto y la propia proyección de la personalidad individual, que
tiene su manifestación normativa en la perfección de los contratos por la coincidencia de
las personas y que, les obliga al cumplimiento de lo que hubiesen pactado.

4.2.2 Función reguladora:


La determinación específica de las reglas y del contenido propio, también puede ser
objeto de concreción por la voluntad, Una vez creada, se establecen pautas de
conducta o unas reglas específicas o condiciones a cumplir por los individuos obligados.

4.2.3 Función normativa:

Se da en la creación de una norma que tiene vigencia de carácter general y que se


aplica a la colectividad en su conjunto. La autonomía de la voluntad no es fuente pero,
en la medida en que constituye una regla de aplicación y cumplimiento específico para
las personas intervinientes, puede ser considerada como norma con fuerza de ley.

4.3 Limitaciones intrínsecas a la autonomía de la voluntad


El valor de la voluntad individual se limita, tanto por virtud de normas imperativas como el
del abuso del derecho, el de la revisión contractual por cambio de las circunstancias o el
de protección de los consumidores y usuarios, que se adscriben a la misma inspiración.
El problema de la autonomía de la voluntad es un problema de límites. La naturaleza del
hombre y el respeto a la persona exigen el reconocimiento de la autonomía, pero el
orden social precisa que esta autonomía no sea absoluta, sino limitada.

La consagración normativa de la autonomía de la voluntad en nuestro Código Civil se


encuentra formulada en el artículo 1271 del Código Civil, el cual regula: “Se puede
estipular cualesquiera condiciones que no sean contrarias a las leyes ni a la moral. No
vician el contrato y se tienen por no puestas las condiciones imposibles y las contrarias a
las leyes o a las buenas costumbres”.

4.3.1 Las leyes

El límite a la autonomía de la voluntad, está constituido por el límite de las leyes.es decir,
la ley actúa frecuentemente a modo de freno de la libertad de la persona, prohibiéndole
celebrar negocios o la inclusión en ellos de ciertas cláusulas o condicionamientos. La
autonomía de la voluntad son las leyes imperativas; leyes que reflejan, de manera
principal o prevalente, intereses generales que no pueden quedar sometidos en su
respeto y realización a los convenios de los particulares.
El contenido de las leyes imperativas puede ser muy variado; se extienden a una o varias
de estas manifestaciones: a) la imposición de un determinado contenido al acto de
autonomía; b) la exclusión de un determinado contenido del mismo; c) la prohibición de
un concreto acto de autonomía; d) la exigencia de que un concreto interés particular se
canalice bajo y exclusivamente la utilización de un típico acto de autonomía y e) la
imposición para la validez de un acto de autonomía de que éste se haga observando
unas formalidades específicas.

4.3.2 La moral

Es el conjunto de las convicciones de ética social imperantes. Se trata de un concepto


que no permite una definición más precisa donde cada individuo tiene su moral, una
moral individual; que no permite imponer su moral a los que piensan de forma diversa,
pues uno de los fundamentos del orden político y de la paz social es “el respeto a la ley y
a los derechos de los demás” (Art. 10.1 Constitución española).

4.3.3 El orden público

El último de los límites que se coloca a la autonomía o libertad contractual es el del orden
público. Y se considera a este como una noción variable según las épocas, los países y los
regímenes políticos de cada nación. El orden público debe identificarse con aquellos
preceptos constitucionales que impiden al particular desarrollar su libertad en detrimento
de los derechos de los demás.

4.4 Los cauces de exteriorización de la autonomía de la voluntad

Si la autonomía de voluntad o autonomía privada es un poder del individuo que le


permite el gobierno, los cauces fundamentales de su realización se pueden encontrar en
las siguientes instituciones:
a) El patrimonio, engloba la totalidad de los poderes jurídicos otorgados al individuo sobre
bienes y relaciones jurídicas de naturaleza económica.
b) El derecho subjetivo, significa la concesión de un poder jurídico sobre bienes de todo
tipo y una garantía de libre goce de los mismos, como medio de realización de los fines e
intereses del hombre.
c) El contrato, es el acto por virtud del cual se dicta una reglamentación autónoma para
las relaciones jurídicas, o se crean, modifican o extinguen las mismas.

5. El significado técnico: el contrato en el sistema del Derecho Privado

5.1 Contrato y propiedad


El contrato es un mecanismo de circulación de la riqueza, sea en forma de cosas o de
servicios. En la visión del Código de Napoleón y en los viejos Códigos civiles, y de acuerdo
con la estructura económica de la época codificadora, la riqueza viene representada
básicamente por la propiedad de cosas materiales, singularmente inmuebles y el
contrato mismo es el creador de posiciones jurídicas activas y pasivas que no se pueden
fácilmente reconducir al esquema propietario.
La tesis de unificación de ambas ramas del Derecho privado, que arranca a mediados
del siglo XIX con ENDEMANN y DERNBURG y que siempre ha estado vinculada a grandes
nombres de la ciencia europea, como VIVANTE o LAURENT, se abra paso con mucha
fuerza en la actualidad y comienza a consolidarse.

5.2 Contrato y familia


Se daba en un principio sobre la capacidad para contratar un origen familiar, quedando
prácticamente circunscrita la conexión entre contrato y familia a los mecanismos de
representación legal y complemento de capacidad.

5.3 Contrato y herencia


La tradición histórica del Derecho común guatemalteco es decididamente contraria a la
ligazón entre contrato y sucesión por causa de muerte; pero no así en los Derechos civiles
territoriales españoles.

II. HACIA UN NUEVO CONCEPTO DE CONTRATO

1.La nueva Lex Mercatoria

Se dan tres distintas formas de entender la Lex Mercatoria o ius Mercatorum:


a) auténtico ordenamiento jurídico autónomo, creado de forma espontánea por los
participantes en el comercio internacional, con el propósito de evitar en sus transacciones
internacionales la aplicación de las legislaciones locales de sus respectivos países.
b). un conjunto de normas suficiente para decidir una controversia, y que operan de
forma alternativa a una ley nacional que, de otra forma, regularía la misma.
c) como complementaria al Derecho nacional, entendiéndose como la gradual
consolidación de los usos y costumbres del comercio internacional.

Lo que constituye propiamente la “nueva lex mercatoria” no es otra cosa que un conjunto
de reglas de comportamiento y cláusulas de interpretación uniformes y típicas que se
generan de manera constante y reiterada en el comercio internacional y que son
asumidas por los particulares en virtud de la existencia de una convicción de su carácter
vinculante.
También es importante de subrayar la aportación de los árbitros en la formación de la lex
mercatoria al fundamentar sus soluciones en los usos de comercio internacional,
contribuyendo por medio de los denominados “principios generales de las obligaciones
generalmente aplicables en el comercio internacional” y dar solución definitiva a los
nuevos conflictos del comercio internacional.

2. La unificación del Derecho contractual

Constituye la apertura supone eliminar en mayor o menor grado las trabas a la libre
circulación de bienes y servicios en el mercado ampliado, sean arancelarias o no
arancelarias unida eventualmente, a la libre circulación de personas y de capitales en el
mismo espacio geopolítico y económico-social, para resolver los conflictos de leyes
consiste en su eliminación a través de la unificación y armonización material de los
Derechos nacionales.

2.1 Compraventa Internacional de Mercaderías, Convención de Viena de 11 de abril de


1980

El texto definitivo de esta Convención fue elaborado en el seno de la Comisión de las


Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (UNCITRAL) y entró en vigor el 1
de enero de 1988. Este instrumento constituye, sin lugar a dudas, uno de los textos
convencionales más relevantes de las últimas décadas y ha sido suscrita por más de 60
Estados con sistemas sociales, jurídicos y políticos diferentes.
Lamentablemente Guatemala sigue sin formar parte de este nuevo “universo jurídico
supranacional” Desde el punto de vista formal, la Convención de Viena (o en su acrónimo
Inglés CISG) recoge en un solo texto los temas relativos a la perfección del contrato y al
contenido del mismo, pero ofreciendo la posibilidad de adherirse tan sólo a una de las dos
regulaciones, logrando, de esta forma, los mismos resultados que en las leyes anteriores.

La Convención establece normas uniformes para la compraventa internacional de


mercancías, las cuales se aplicarán, salvo disposición expresa. Quedando excluidas,
algunas áreas, como la compraventa de mercancías adquiridas para uso personal,
familiar o doméstico, o en subastas, las compraventas de valores mobiliarios, títulos o
efectos de comercio, de buques, embarcaciones y aeronaves y de electricidad. La
Convención incluye disposiciones sobre la formación del contrato y los derechos y
obligaciones del vendedor y comprador.

La Convención se ha convertido en la ley aplicable a la mayoría de las operaciones de


importación y exportación que se registran diariamente, y goza de una aplicación sin
precedentes, como lo demuestran los centenares de sentencias que los jueces y
tribunales emiten de forma continua en todas las naciones.

2.2 Principios UNIDROIT 69 sobre contratos comerciales internacionales

La elaboración de estos principios se da en los años de 1994, estructurados en un


Preámbulo y ciento veinte artículos en siete capítulos. Estos principios persiguen codificar
principios generales en materia contractual, pero con carácter universal, dirigido a reflejar
sobre todo los principales sistemas jurídicos del mundo y destinado a ser usado en las
relaciones Este-Oeste, así como Norte-Sur. Con esta nueva obra, los jueces o árbitros
llamados a resolver dudas de interpretación o a colmar verdaderas lagunas en la
aplicación de las individuales convenciones o leyes uniformes.
Los principios UNIDROIT se presentan también como un modelo para legislaciones
nacionales e internacionales y estos principios pretenden implementar su eficacia desde
el punto de vista internacional, donde se pueden convertir en punto de referencia para la
elaboración de convenios internacionales y Leyes.
Estos principios abordan cuestiones significativas que van desde la formación del contrato
internacional, hasta el incumplimiento del mismo, pasando por la validez, la
interpretación, el contenido o el cumplimiento.

2.3 Principios elaborados por la Comisión de Derecho contractual europeo o Comisión


LANDO (Principles of European Contract Law, PECL)

Estos principios surgen como codificación europea y han tenido como fuente de
inspiración los Restatements americanos, los principios de UNIDROIT, la Convención de
Viena (compraventa internacional de mercaderías) y el Código de Comercio Uniforme
redactado por la Conferencia Nacional de Comisionados y el American Law Institute.

E el ámbito contractual, los principios LANDO pueden ayudar al juez en su labor de fijación
de principios generales del Derecho y de ahí que se le atribuya un papel absolutamente
preponderante en su desarrollo y expansión. En la actualidad, los principios regulan las
materias siguientes:
 Prescripciones generales, reglas sobre cumplimiento, incumplimiento y medios de
satisfacción del acreedor en general y en particular
 Los principios LANDO son también el resultado de una investigación de Derecho
comparado, que culmina en la creación de una normativa nueva e
independiente de la de cualquier Estado al que aquélla se destina a diferencia de
los principios UNIDROIT.
 los principios LANDO limitan su ámbito de aplicación a la contratación en el seno
de la Unión Europea La similitud de soluciones entre ambos principios, ha llevado a
afirmar que las reglas relativas al ámbito mercantil

3. La construcción de un Derecho contractual europeo

3. 1 Las perspectivas de un Derecho privado europeo

El Parlamento Europeo incluso ha exigido repetidamente la codificación del Derecho


privado europeo. El aislamiento nacional de la ciencia jurídica se verá superado por el
Derecho privado uniforme impuesto desde y por los convenios internacionales.

3.2. La europeización del Derecho privado


Dentro del Derecho privado comunitario debe distinguirse entre originario y derivado; en
el primero se incluyen los principios generales del Derecho originario, las normas de los
Tratados constitutivos de directa aplicación al Derecho privado, junto con las normas de
éstos de incidencia indirecta, las libertades y políticas comunitarias y los derechos
fundamentales, así como los convenios internacionales que se han ido incorporando al
Derecho comunitario. El Derecho derivado, por su parte, está constituido por los
Reglamentos y las Directivas. Podríamos decir que la europeización del Derecho privado
consiste en la promulgación de normas y la redacción de principios comunes a todas las
naciones que integran la Unión Europea, de cara a hacer posible, en el plano
estrictamente jurídico, la libre circulación de personas, de servicios, de mercancías y de
capitales, necesarias para la integración económica.

El proyecto de unificación jurídica incluye la creación de una ciencia jurídica común, que
dé sentido y cohesión al nuevo ordenamiento jurídico europeo que se considera
necesario construir para evitar fragmentos de legislación inconexa, y en cuya
interpretación y desarrollo es fundamental la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la
Comunidad Europea.

El Derecho privado no sólo contribuye a la integración poniendo a disposición del agente


económico los instrumentos propios del Derecho civil/mercantil, sino que, aún más, ha de
contribuir procurando eliminar las diferencias de regulación que existen entre las
instituciones de los diferentes ordenamientos jurídicos nacionales. De ahí que el Derecho
privado sea, además de medio para conseguirla, también objeto de la integración.

3.3 La aspiración de un Derecho común privado es anterior a la Unión Europea.

Actualmente, la aspiración a un Derecho privado común tiene su justificación en una


unión de Estados que conforman una comunidad que comparte unos mismos objetivos
políticos y económicos y que están vinculados entre sí por varios Tratados.

3.4 El triple nivel de armonización/uniformización.

En sentido estricto, la uniformización implica la imposición de un mismo régimen jurídico en


todos los países; la armonización, en cambio, admite variaciones de contenido, dentro de
un núcleo común similar. La armonización tiene un carácter flexible y no implica
necesariamente la adopción de un texto concreto, sino que comparta una aproximación
de conceptos jurídicos que puede realizarse a través de instrumentos diversos, tales como
la puesta en práctica de una ley modelo; la unificación requiere la existencia de un texto
común, bien sea un Convenio o una ley uniforme, que resulta de directa aplicación para
el operador jurídico; esto es, un proceso en el cual los Estados deberán aprobar normas o
regímenes jurídicos comunes para regular determinados aspectos de las operaciones
mercantiles internacionales.

4. Otros métodos: armonización mediante recepción espontánea soft law/normes douces

Modelos y los principios especialmente los de Derecho mercantil internacional y los de


Derecho contractual europeo. En el ámbito del Derecho de bienes destaca también la
existencia de los Principles of European Trust Law.
a) Leyes Modelos: Consisten en propuestas de regulación de una determinada materia,
que se ofrecen a los Estados para que éstos puedan servirse del modelo cuando decidan
regularla ex novo o bien reformar su propia legislación. Las Leyes modelos se trata de una
técnica de codificación “alternativa” que ofrece un menor nivel de cooperación
internacional, configurándose muchas veces como una solución puntual a una concreta
situación que como un mecanismo genérico de codificación.
b) Los principios: Aquí se encuentran los principios UNIDROIT y los principios LANDO, que
son reglas que pueden ser aplicadas por los árbitros en los litigios internacionales y que,
según un sector de la doctrina, igualmente pueden adoptar las partes en un contrato,
debiendo ser, por tanto, admitida su alegación ante los tribunales.

5. La Codificación europea del Derecho civil

5.1 ¿Un Código único para Europa?


Existen resoluciones del Parlamento Europeo de 1989 y de 1994 que sugieren la necesidad
de la codificación del Derecho privado en el seno de la Unión Europea
 El Derecho civil común europeo es un Derecho todavía en formación: no existen
aún conceptos consolidados en todos los ámbitos y, además, la legislación
promulgada es todavía escasa e insuficiente por el momento el modelo que
siguen los principios sobre la contratación comercial internacional elaborados por
UNIDROIT y también los principios sobre la contratación europea redactados por la
comisión LANDO.

5.2 La competencia

Interpretar la competencia a partir de la necesidad de salvaguardar las libertades de libre


circulación de personas, mercancías, servicios y capitales, lo cual sólo es posible a través
del Derecho privado, en diferentes ámbitos y especialmente, el contractual.

5.3 ¿Qué materias?

Las materias en relación a las cuales realmente será posible la codificación, la creación
de un nuevo Derecho privado europeo, son todas aquellas con las que hay que tratar
diariamente en la práctica y, en especial, las que afectan al Derecho patrimonial. Se
propone colocar una primera piedra del Código Civil europeo mediante la codificación
de las Directivas ya existentes en materia civil, lo cual afecta especialmente a los
contratos negociados fuera de los establecimientos comerciales, la responsabilidad por
los daños causados por los productos defectuosos, las cláusulas abusivas en los contratos
celebrados con consumidores, los derechos de utilización de inmuebles en régimen de
tiempo compartido, la celebración de contratos de venta a distancia, la regulación futura
sobre la venta a distancia de servicios financieros, o la compra de bienes de consumo.

6. Reflexión final

Los esfuerzos por constituir un Derecho privado común y comunitario, en Derecho civil
europeo constituyen una propuesta acertada. La misma provoca un efecto de
racionalización, de ordenación y de sistematización del Derecho existente que,
naturalmente, facilitará su aplicación. El Código facilitará al juez la aplicación del
Derecho, reducirá muchas de las interpretaciones posibles y sentará las bases para futuros
proyectos de armonización jurídica.
III. SOBRE LA OPORTUNIDAD DE UNA DEFINICIÓN DEL CONTRATO EUROPEO

1. Definición de contrato en los Principios Lando (PECL)

Estos principios no recogen de forma clara una definición de contrato, pero lo más
parecido a una definición de esta institución se encuentra en el artículo 2:101, que se
refiere a las “Condiciones para la conclusión del contrato”.
 Se concluye un contrato si: a) Las partes tenían la voluntad de quedar
jurídicamente vinculadas y, b) han alcanzado un acuerdo suficiente sin ningún otro
requisito.
 Un contrato no necesita ser concluido o probado por escrito, ni estar sujeto a
ningún otro requisito de forma. El contrato puede probarse de cualquier medio,
incluida la prueba de testigos”.

2. Definición de contrato en el Proyecto de Código Civil europeo Gandolfi o Proyecto de


Pavía
El Proyecto (de Código Civil europeo) Gandolfi, el cual surge en el seno de la academia
de Jurisconsultos Europeos de Pavía en 1995,111 asume la de un Código continental al
modo clásico, de modo que su Parte General, ofrece una regulación completa de la
institución contractual.

Según el proyecto, el contrato se define en el artículo 1 como “el acuerdo de dos o más
partes destinado a crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica que puede
comportar obligaciones y otros efectos aun a cargo de una sola de ellas”, acuerdo que
puede manifestarse también a través de “actos concluyentes activos u omisivos, siempre
que sean conformes a una voluntad precedentemente expresada, a los usos o a la buena
fe”.

Del contrato pueden surgir obligaciones para ambas partes o para una sola de ellas, con
lo que se da cabida a los contratos gratuitos y, en especial, a la donación, así como otros
efectos, que anuncian la eficacia vinculante de las cláusulas implícitas y de las fuentes de
integración del contrato.

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