28 BEATBIZ FAINHOLC

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lógi,ca, Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1968.
FORMATIVAS GENERALES

LA UNIDAD y la continuidad de la sociedad

human]*-. sólose comprenden cuando se visua-
liza cómo'el indiüduo recién nacido es trans-
formado en uu ser social. Sin este proceso de
transformación no se perpetuaría ni la socie-
dad ni la cultura. Si bien se ha estudiado y se
estudia este proceso, resulta todavía algo "mis-
terioso", como la fotosíntesis o el enveiecimien-
to orgánico. Sin embargo, es el campo común
donde se encuentran las ciencias que se ocu-
pan del hombre, ya que es aquí la pro-
-en
blemática del "hacer-se" hombre- donde con-
fluyen la biología, la psicología, Ia sociología
]¡ la antropología cultural.
Todo ser humano en proceso de desarrollo
se interrelaciona no sólo con un ambiente na-
tural determinado, sino con un orden social y
cultural especlfico mediatizado por los otros a
cuyo cargo se encuentra. se puede afirmar que
la dirección del desarrollo del organismo está
determinada socialmente. Todo ser humano
 30 BEATRIZ FAINHOLC
aprende las conductas que le exige su cultura.
En este aprendizaje social, el individuo ad-
quiere conduct¿s socialmente estandarizadas,
aceptadas, compartidas ("normas consensua-
les"). Aquí se hallan los modelos aprobados
de conducta y creencias, los modos de pensar
y los conceptos qqe orient¿n la percelrción y la
concepción.
Todos los seres humanos tienen teóricamen-
te capacidad ilimit¿da para aprender, pero su
capacidad real está limitada por las expecta-
tivas culturales, por los modos de conduct¿
que el medio considera apropiados y los esque-
mas de motivaciones inculcados por el entre-
namiento de la socialización. El proceso de
aprendizaje es social, y esta idea está en el
centro de la teoría y literatura antropológicas
y de la sociología de la educación.
Al sociólogo de la educación Ie interesa Io
sociológicamente relevante del fenómeno edu-
cativo. Y lo sociológicamente relevante del pro-
ceso de socialización consiste en que al niño se
le transmiten elementos que preexisten, y que
están socialmente definidos. Es decir, la vida
cotidiana se presenta de antemano en paut¿s
independientes de la persona biológica-social y
se le imponen. Nos referimos al proceso de ins-
titucionalización en donde las interacciones ti-
pificadas se cristalizan y se experimentan co-
mo existentes más allá de todos y cada uno de
los actores sociales.
Al referirnos a las instituciones las consi-
LA SOCIALIZACIÓN 31
deraremos como toda nonna repetitiva, regu-
larizada, historica y que se manifiesta en el
ejercicio de roles (por ejemplo, el saludo). De
esta m¿nera, toda institución se presenta co-
mo si poseyera una realidad propia, que se
enfrenta coercitivamente como un hecho exte-
rior al suieto. Esto, descripto muy suscinta-
mente, es lo que ocurre durante la socialización.
TEORIAS SOBRE I.A SOCIALIZACIÓN
Las teorías más conocidas entre las que abor-
daron. el estudio del proceso de la socializació¡,
fueron la psicológica y la psicoanalítiea. Mien-
tras Ia primera enfocaba el análisis del proce-
so de aprendizaje, la segunda se construía con
los aportes de los principios freudianos de pla-
eer y realidad y el desarrollo del super-yo.
Siguiendo a diversos autores r, trataremos
de apuntalar una teoría sociológiea de la socia-
lizaciÓn que, muy ampliamente, consistirá en
la captación e interiorización de las expectati-
vas de rol por parte del niño y su posterior
inserción en la estructura social a través de Ia
asunción de roles y ocupación de status socia-
les correspondientes a su vida adulta.
La realidad de Ia vida social cotidiana se
r Berger, P.: La construnc'ün social de la realid,ad',
Ediciones Amorrortu, Buenos Aires, 1974. Young, K-:
Psicologín sociol, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1969'
Mead, G, : Espíritu, persona y sociedad, Editorial Pai-
dós, Buenos Aires, 1965,
 92 BEATRIZ FAINHOLC
presenta como dos tipos de realidades, que só-
Io a los fines de análisis podemos disociar, ya
que se presentan como un todo unitario, glo-
bal y djnámico. Se trata, en otras palabras, de
Ia dialéctica de Ia re¿lidad social, que aparece
en dos tipos de subrealidades:
7. Obieúin¡a. Aquí se cristaliza el proceso de
institucionalizaeií¡ a través de la habituación
de las acciones recíprocas, accesibles a todo in-
tegrante del grupo y compartidas en el mundo
"intersubjetivo" que implicaría el fenómeno
ya nombrado de interacción social. Como re-
lación y resultado de esto se conforma el pro-
ceso de Ia "objetivación',, es decir, la produc-
ción exterior de cultura, los produetos exter-
nalizados de toda actividad humana 2.
2. Subietiü¿. Cuando el mundo social obje-
tivado se proyecta en Ia conciencia. Esto trae
como consecuencia Ia posibilidad continua de
recreación por Ia objetivacidn v externaliza-
ción permanentes de aeeiones sociales (valores,
conoeimientos, etc.) corporizados en Ias accio_
nes recíprocas de los actores sociales. ¿Cuál
es el proceso a través del cual se proyecta el
contenido del mundo social en Ia concieneia
cultural del es_
cultura as (Ar-
'il::*" '.i#l;
presentes aquí todas las interrelaciones de esta di¡ci-
plina con la Sociología de Ia Educación.
LA SOCIALIZACIóN 33
individual? La socialización. Nos referiremos
en el apartado siguiente a este fenómeno.
PROCESO DE SOCIAL¡ZAC¡óil
La socialización designa al proceso por el
cual un sujeto, a través del aprendizaje social,
, se convierte en un miembro del grupo y apren-
r de a adoptar los roles y status que lo acompa-
rñan.
Es en este momento cuando se desarrollan
tas pautas básicas de interacción, las pautas
básicas de reacción: el niño reacciona y se
conforman en él ciertas expeetativas de grati-
ficación, afecto, ciertas regularidades, princi-
pios de disciplina y autoridad; se introduce en
privaciones, postergaciones, etcétera.
A través de dicha interacción social, el su-
jeto va internalizando lo que se espera de él
en un momento dado, y va aprendiendo el in-
terjuego de eapectatitsas mutuns frente a cada
posición que el individuo ocupa en el contexto
social. Este es un proceso continuo, gradual;
íntimamente relacionado con Ia maduración
del individuo y apoyado en la herencia bioló-
gica que todo sujeto trae al nacer.
Se trata del proceso Ce aprendizaje por el
cual se incorporan valores, pautas de conducta,
conocimientos en general de una sociedad o
grupo social determinado. De ahí en más, siem-
pre ajustará su conducta a lo que dicha socie-
dad o grupo espera de é1.

34 BEATRTZ FATNHOLC
Existen dos tipos de socializáción que se
pueden ubicar en una secuencia histórica en
todos los seres humanos: socialización prima-
ria y socializaciín secundaria. Veamos en qué
consisten.
a) Socínliznci,ón Pri'marin.
Se trata del desenvolvimiento social por el
cual un suieto se convierte en un elemento
participante de un grupo cultural a través del
aprendizaje de papales socinles. Se entenderá
por esto a los patrones de comportamiento ce
mún a las personas que ocupan una misma po-
sición en Ia sociedad y que es esperado por los
otros miembros de la misma. Es una unidad
de cultura. El niño aprende los modos de di-
eha sociedad no en abstracto, sino a través de
otras personas. Debido al fenómeno de la for-
mación de tealto,ites soeínles?, en el primer nú-
eleo de pertenencia del niño, es decir la familia,
se internalizarin todos los elementos cultura-
Ies. ¿Cómo? A través de la participación social
en Ios procesos de comunicación y colaboración,
identificación y afecto con algunos adultos que
por su posición o su aparición en determinados
períodos de la vida se convierten en Óbieto de
una relación emoeional y son especialmente
significativos. Se trata de los "oÚros signifi-
cati,aos" a, eüo se constituyen en modelos para
3 Ilavighurst, R.: Eilucaci'in g Socinilad, en Amérho
Latina, EUDEBA, Buenos Aires, 1962, Págs. 39-42'
't Mead, G.: Erpíritu, persona g aocbilad, Editorial
Paidós. Buenos Aires, 1965, CaP. 3'
socral¡zAcróN g6
las conduct¿s y actividades del niño como pa-
ra su actuación inmediata.
A través de Ia trama de relaciones recípro-
cas, los "otros significativos" indican actitudes,
sentimientos y relaciones esperadas; esto, en
consecuencia, permite y consolida el desarrodo
de la personalidad del niño.
Al analizar la socializaciín primaria, donde
la carga afectiva es mayor, se deberán tener
en cuent¿ varios elementos en los sucesivos
aprendizajes:
contenido que se aprende.
-El form¿ del proceso.
-La cualidad emocional asociada con el apren-
-Ladizaje.
Al referirnos al conten'¿d,o, recordamos que
se relaciona con el concepto de culhtra. Se en-
tenderá por cultura a la totalidad del inodo de
vida compartida de un pueblo determinado, que
incluye sus modos de actuar, pensar y sentir.
Implica un aprendizaje rocial de un cúmulo
de "normas consensuales" ú. La cultura, bre-
vemente, está compuesta por el conjunto de
actividades (organización social de la interac-
ción de los individuos), ideas (conocimientos,
valores, creeDcias, etc), y artefactos (tecnolo-
gia para la manipulación del mundo material),
y a su vez está integrada por rasgos (unidad
cultural más pequeña; ej., una costumbre),
6 Parsons, T.'. Teoríu de la acciún socia.l, F.C.B.,
México, 1960.
il0 BEATIIIZ FAINHOLC
oomploJog (conjuntos de rasgos; ej., la boda),
que constituyen patrones culturales (ei., boda
como parte de una vida matrimonial y familiar).
Se trata de las fuerzas normativas o educa-
tivas generales, que los antropólogos asimilan
al concepto de "aculturación" o "endocultura-
ción", por el cual Ia persona crece y es iniciada
en el modo de vida de su sociedad.
En cuanto a la forma del proceso de sociali-
zaci6n, debemos referirnos, por un lado, a los
métodos, y por el otro, a las agencias que de-
sarrollan ese proceso. Esto dará como resul-
t¿do la expansión del horizonte social del ni-
ño por la extensión de las lealtades sociales
adquiridas en un primer momento en el seno
do la familia, hacia otros sectores sociales en
donde tales lealtades más que sustituirse se
multiplican sucesivamente. El niño'(y el adul-
to en otra situación de socialización), aprende
de tres maneras distintas, a saber:
1. A través de la imitoÁón, más inconscien-
te que consciente, ya que el mecanismo uti-
lizado es la identificación. El niño trata de ser
como las persouas que ama y admira. Así, imi-
tando, jugando, va adoptando, incorporando
roles especÍficos primero y generalizados des-
pués. Esto tiene estrecha relación con la emer-
gencia del "sí mismo" y la teoría del juego de-
sarrollada por G. Mead, de la que se hablará
más adelante.
2. A través del castigo A la recompensa.
Aqú lo que se procura es la aprobación social,
LA SOCIALIZACIóN 37
la búsqüeda del consenso, el sentirse participe
y miembro del grupo genéricamente. Esto po-
see una doble significación desde el punto de
vista psicológico, ya que posibilit¿ el desaro-
llo de toda personalidad, y desde el punto de
vista sociológicq con la posibilidad de cohesión
social, aI compartir y aceptar todas las normas
de convivencia social y desechar toda situación
de posible anomia 6 y desorganización social.
B. La enseñnnzo,,la explicación racional y la
mostración práctica de tsdos los aconteceres
de la vida diaria.
Las agencias sociales que tienen cotrlo con:
signa el aprendizaje social de las generaciones
jóvenes son: la familia (por excelencia), el
grupo de pares, la escuela, iglesias, los medios
masivos de comunicación social, instituciones
en general (polÍticaq económicas), etcétera.
De esta manera se está haciendo referencia
al paulatino eusanchamiento del mundo social
del sujeto, incluyendo un número creciente de
grupos con los que se solidariza e identiticá.
burante la socialización primaria, como par-
te de la teoría sociológica de la socialización,
adquiere gran significación el tema d,!l* apren-
dizaje social de los roles o papeles sociales que
deberá desempeñar todo sujeto en su vida adul-
t¿. Tambiéa la noción de "sí-mismo" como la
a Anomia: Ausencia de normas. 'Germani, Gino:
Política ,y socied,ad en una época dz trawiaifun, Editn-
rial Paidós, Buenos Aires, 1g64.
g8 bEA:fRIz TAIÑHOLC
del proceso de individuación, aportes de la
peicologfa social de G. Mead,? son elementos
teóricos de valor indiscutible para comprender
la inclusión del sujeto en la realidad social fun-
cion¿nte.
Para estar integrado en el funcionamiento
de una sociedad, todo sujeto debe saber, cono-
cer cuál es la conducta que se espera de él en
determinadas situaciones. Sólo viéndose a sí
mismo como un objeto podrá saber cómo con-
trolar, guiar y juzgar su propia conducta y
actuar en consecuencia, de acuerdo a las ex-
pectativas de los otros. Estamos haciendo re-
ferencia indirecta al desarrollo de la "perso-
na", que al constituirse en un reflexivo, se da
la posibilidad de ser sujeto y objeto al mismo
tiempo. Surgiendo de Ia experiencia social,
será objeto para sí.
La "Persona" posee dos planos que permiten
su análisis, según Mead:E
1) Esüá constituida frcr una organización
de actitules particulares de otros individuos
hacia el individuo en cuestión, y de Ias actitu-
des de los unos hacia los otros en los'actos
socialqs en que participa. Se trata del "yo" co-
mo la reacción del organismo a las actitudes
de los otros.
2) A su vez, está constituida por una orga-
nización de las actitudes sociales del "otro ge-
7 Me¿d, G.: Opu Cit.
8 ld.em, ibid,em.
LA SOCIALIZACIÓN 39
neralizado" o grupo social como un todo, del
que hablaremos más adelante. Se trat¿ del
"mi", es decir, de la actitud organizada de los
otros que adopta uno mismo.
De tal modo, una persona es sujeto y obi€-
to de su propia actividad, pudiendo dirigir sus
actos hacia sí mismo del mismo modó que los
dirige hacia los otros.
Según Mead, el desarrollo del sí mismo está
íntimamente vinculado al "desarrollo de los
juegos". Así, habría tres etapas:
1. Etapa preparatoria, donde se acentúa Ia
imitación. El niño demuestra tener reacciones
placenteras cuando emite sonidos y se coloca
en Ia posieión de los otros. Desarrolla de esta
forma un sí mismo rudimentario.
2. Etapa del "play" donde el niño ensaya y
juega roles específic.os (ej., la mamá, el bom-
bero, etc.). Se identific¿ con status dados y
sus expectativas. El niño asume la conduct¿
de rol de los otros y act{ta "como si" estuviera
en su posición. Allí comienza a adoptar lcs ro-
les adultos futuros, pero pasando de uno a otro
rol en forma desorganizada.
3. Etapa del "game" (deporte), donde el
niño deberá responder a las expectativas de
varias personas al mismo tiempo. Al jugar al
fútbol, por ejemplo, deberá tener coneienci¿
de las posibles acciones de cada uno de los ju-
gadores, Así, de Ios roles concretos de cada
persona, el niño abstrae un rol compuesto pa-
40 BEATRIZ FAINIIOLC
ra sí mismo. Llega a verse a sí mismo desde
Ia posición del grupo lo que Mead lla-
m¿ "el otro -desde
genera,li2gfls"-, que constituiría
el modelo internalizado de pautas desde las
que observa y juzga sus propias conductas.
Incluye las propias expectativas de su conduc-
ta y de Ia de los otros.
El niño aprende roles y conductas sociales,
pero la dirección de su desarrollo depende de
las reacciones de Ios otros y del desarrollo del
sí mismo. El grupo social organizado que da
al individuo Ia unidad de su personalidad es
el "otro generalizado", es la actitud de toda
Ia sociedad.
b) Socializa.ción secundaria
Sobre Ia base de Ia socialización primaria,
es decir, de la indueeión eoherente del indivi-
duo a Ia objetividad social a través del proce-
so de internalizaciín descrito, tiene lugar otro
proceso por eI cual cada sujeto soeializado se
va ajustando a nuevos sectores del mundo ob
jetivo de su sociedad.
Nuestra realidad social, earacterizada por Ia
explosión de nuevos conocimientos y su eons-
tante acumulación, determina una distribución
social del mismo. Esto no ocurre en una so-
ciedad primitiva donde el acopio de conoci-
miento es muy sencillo; pero sí oeurre, y ca-
d,a vez más acentuadamente, en nuestra socie-
dad donde las presiones tecnológico-científicas
son incesantes y son produetoras de conoci-
LA SOCIALIZACIóN 4L
miento. Tanto la producción cuantitativa de co-
nocimiento como la especialización cualitativa
de los mismos sufren el proceso de institucio-
nalización: se habitualizan, se regularizan y
comienzan a poseer historicidad; por ende, de-
ben ser transmitidos.
De esta manera, la socialización secundaria
constituye la internalizacifln de los diversos
mundos institucionales o basados eu institucio-
nes. Más simplemente, constituye la adquisi-
ción de conocimiento específico de "roles" arrai-
gados en la división social del trabajo como
en Ia distribución social del conocimiento. Se
trata de la internalizaciót de vocabulario, for-
mación, interpretación y funcionamiento ruti-
nario dentro del área institucional. Por ejem-
plo, el lenguaje, las significaciones y el com-
portamiento rutinario de los actores de Ia ins-
titución militar, §on muy diferentes a los de
las institueiones económicas. Es obvio que se
necesitará un¿ socializacií¡ especial para el
respectivo ajuste a los diversos ámbitos insti-
tucionales. Por eade existe, a diferencia de la
socialización primaria, un alto grado de ano-
nimato de los "roleg" y hay una separación
entre cargo e individuo, que por otra parte po-
drán ser interc¿mbiables.
El desenvolvimiento de Ia educación siste-
matizada y formalizada, constituye el mejor
ejemplo de la socializaciín secundaria, al rea-
lizarse bajo la inspiración y custodia de orga-
nismos educacionales especializados. Esto nos
42 BEATRIZ TAINHOLC
hace reflexion¿r en el efecto residual que pG'
see la familia como agente de socialización se-
cundaria, y en la declinación de un papel e"e-
cutor tan importante en el proceso primario
de integ¡ación del niño a la sociedad'
Haremos, pues, referencia en especial a la
familia como primer receptáculo sociológico
del individuo al nacer.
I¡ FATIL¡A
Todo estudioso de la sociedad, de la cultura
ción sobre las funciones de la familia, y en to-
do c¿so coment¿r algunos de los cambios, con
las consecuentes crisis que ocasionan en su es-
tructuración y funcionamiento actual.
Si acentuamos en primer término el aborda-
je psicológico, se observa que de todas las in-
fluencias en el desarrollo de la personalidad,
el influjo familiar es el más importante' La
familia es la primera y la fundamental agen-
cia socializadora para casi todos los seres hu-
manos. Hemos visto cómo en la familia el ni-
ño aprende sus roles sociales: a ser hijo y her-
-rno, y paulatinamenteglobal.
otros más relaciona-
dos con Ia vida social De esta manera
aprende a relacionarse con todas las personas
qo" t" relacionan con él; aprende la conduc-
LA SOCIALIZACTÓN 48
ta que se esper¿ de él y así organiza su vid¿
(conducta o personalidad) dentro de las de-
mandas del grupo social en que le toca vivir.
La familia influye en el niño de variadas
maneras. De ella depende para su subsisten-
cia, ¡ror la gran inmadurez como organismo
que lo caracteriza. A su vez depende de ell¿
para satisfacer no sólo sus necesidades prima-
rias, sobre todo afecto, sino secundarias tam-
bién.
En efecto, la fórma óomo los diversos apren-
dizajes se lleven a cabo en Ia familia, especial-
mente en los primeros años de vida, será muy
signifieativa. para el desamllo de la persoDa-
lidad del niño. L¿s bases de la persoualidad
se sientan y organizan en esos priseros años,
y las experiencias venideras si bign afectan a
la personalidad, no serán tan decisivas como
las primeras. Más aún, las experiencias del
adulio dependen en gran medida de ¿quellas
vividas por cada suieto en sus primeros años.
Es aquí donde Ia madre juega un rol muy im-
portante siendo de. real relieve la clase de re-
lación que el niño establezea con ella desde
rnuy temprano, en.la búsqued¿ de ls seguridad
que es tan aecesaria para un des¿rrollo aius-
tado.
Son importantes las relaciones entre los pa-
dre y los demás miembros de la famili¿, y¿
que este tipo de relaciones se reflei¿rá en la
condueta y en las actitudes de todo individuo.
Asimismo, posee une fundsmental ¡:etrevanci¿
f
44 BEATRIZ TAINHOLC
par¿ el desarrollo del niñq la calidad del cli-
ma socio-emocional del hogar y la forma como
este clima se manifiesta. Se trata del "am-
biente isicológico familiar" caracterizado por
los diferentes tonos (tensión, relajación, an-
siedad, culpa, etc.), que propiciarán o desalen-
tarán, facilitarán o perjudicarán, el aprendi-
zaje posterior. Este se halla referido a las dis-
ciplinas básicas, destrezas, conocimientos, ha-
bilidades, actitudes, valores, etc., brindados
por la cultur¿ en que el sujeto y la familia se
hallen incluidos.
Si se enfatiza el abordaje sociocultural, se
observará que todas Ias sociedades reconocen
la existencia de ciertas unidades cooperativas,
compactas, organizadas internamente, inter-
mediarias entre el individuo y la sociedad te
tal a la que pertenece. Las familias configu-
ran tales unidades, que aunque se iniciaron co-
mo un fenómeno biológico, devinieron en un
fenómeno social. Por lo tanto, hay funciones
familiares que se derivan de las condiciones
biológicas originales; a ésta se le debe sumar
lo que cada sociedad seleccionó para que lo
asuma la familia. Nos referimos a las funcio-
nes que son determinadas culturalmente. Esto
nos da como resultado lo que se espera que la
familia cumpla, es decir, el ideal familiar. El
ideal familiar implica una jerarquía, deberes
y derechos. Cada miembro de la familia tiene
sus resporisabilidades y sus privilegios, rela-
cionados con los valores culturales que se im-
LA SOCIALIZACIÓN 46
ponen y la impregnan, por lo menos en la so-
ciedad occidental: protección, seguridad, leal-
t¿d y fidelidad, respeto y homenaje.
Es evidente que la conducta real se aleja, y
considerablemente, de esta imagen ideal de
la familia; o en to.do caso, lo que ocurre es que
presenciamos la reestructuración y consecu€rn-
te cambio de la imagen tradicional de la fami-
lia, Ia desintegración de algrutas de sus formas
y la aparición de un nuevo perfil familiar en
Ia sociedad actual.
La familia tradieional cumplía aún cum-
-y
ple en comunidades pequeñas o ruraler- efec-
tivamente con las siguientes funciones: repro-
ducción biológiea, identificación social de los
individuos, funciones económicas, protectoras,
educativas, religiosas, recreativas, políticas,
etc. En casi todos estos dominios, los cambios
sobrevenidos en otras instituciones han podi-
do reper.cutir sobre las funciones familiares
nombradas. Haremos un breve análisis de lo
enunciado.
La función reproductiva de la familia apa-
rece eomo muy importante; pero en realidad
Io más importante no es tanto traer niños al
mundo sino el propósito de que nazcan hijos
Iegítimos a fin de determinar con absoluta pre-
cisión la identidad de cada uno. Pero parece
que en nuestra sociedad esta función de la fa-
milia retrocede. Si bien la itlentificación ge-
nealógica conserva todo su valor ante,la ley
y el Estado, en la interaceión constante que

46 BEATRTZ FAINHOLC.
conforman las relaciones sociales el status de
un individuo tiende a depender de Io que rea-
Iiza. Es decir, depende cada vez más de lo que
hace y tiene, y cada vez menos de su origen.
Las razones sociológicas de estos cambios son
múltiples; Ia diferenciación profesional ha si-
do Ilevada muy lejos por la civilización indus-
trial y t¿cnológica. El dominio cada vez más
mareado de Ios valores económicos hizo que
el status de un sujeto dependa de su funci6n
de productor y más aún de consumidor. EI
cambio que se produio en las relaciones socia-
Ies. de personales y totales a fragmentarias y
ahstractas la comunidad a Ia sociedad, se-
-dees en gran parte eI responsable
gún Tónniese,
de la reformulación de las funeiones y de la
sicnifieaeión rle l¡, familia. en la orsanización
v funcionamiento de la sociedad en su conjunto.
En efeeto, los earhbios funeionales de la fa-
milia occidental hay que buscarlos en l¿ revo-
lución científico-técnieo-eeonómica que a cada
momento está presionando sobre la integración
v las caracterfsticas familiaresl Así. la pro-
ducción econ6mica primitiva o comunitaria fa-
voreció y favorece }a integraeión ile la familia'
Con la intrroducción de la industria, la meea-
nización y Ia tecaologfa, Ia actividad produc-
tiva se desplazó del seno de la familia al seno
fabril. Los initividuos comenzaron a pasar Ia
e T6nries, E.: kincipbs dP Soebtogiz. F.C.E', trf,&
xlco, 19,18.
LA SOCIALIZACIÓN 47
mayor parte «lel día fuera del hogar. El grupo
familiar se escindió en dos partes: los produc-
tores y los no productores, que produjo una di-
simetría o polaridad psicológica de los indivi-
duos.
. A su vu,la, introducción de la tecnología y
del maquinismo en general, tuvo otra conse-
cuencia grave para la familia. La producción
industrial requiere reeursos financieros incom-
patibles con los medios de un solo individuo:
la propiedad industrial es el resultado de una
sociedad de personas, en general. EI result¿-
do psicológico que esto tuvo para lt familia
es que los propietarios de las empresas deja-
ron de interesarse personalmente por los tra-
bajadores, a los que ya no conocían y mucho
menos como miembros de una familia- El sta-
tus de ellos no se consideró por el origen fa-
miliar, sino que la base de la posición se hizo
profesional.
Si bien estas observaciones valen más para
las familias urbanas,'se deberá recordar que
la industria trajo una gran necesidad de ma-
no de obra; de ahí que muchas familias rura-
les emigraron a las ciudades. Se recordará aquí
el desfasaje registrado en los países de Amé-
rica latina, en donde la sobreurbanizaciÓn y
la aparición de población marginal no fue pa-
ralela con un proceso de industrializaeiít y
consecuente absorción de mano de obra. No
obstante, el modelo urbano, exacerbado en su
prestigio por los medios de comunicación se
 48 BEATRIZ FAINHOLC
cial, al difundirse en las zÍñas rurales afecto
; la familia.
Posiblemente se¿ en el dominio económico
donde los cambios operados en las funciones
de la familia resulten mas friciles de poner en
evidencia. Esto no significa que hayan sido
los únicos ¡ en todo caso, los más importantes.
Lo que se comprueba es una disminución cons-
tante de las funciones de producción de la fa-
milia, unid¿ a la brlsqueda por parte de sus
miembros de un trabajo remunerado fuera de
la casa, con las co¡ts@uencias que esto implica
para lo que se espera de la familia, para su
interacción cotidiana, para Ia primacía de eier-
tos valores respecto de otros, etcétera.
Frente a los cambios de la sociedad occi-
dental, que deben ser interpretados a la luz
de la modificación de las ide¿s sociales y filo-
sóficas, proyectadas en el seno de la vida fa-
miliar, lo que resta a modo de tarea y propues-
ta parece ser:
a) Llevar a la con'ciencia, para su auálisis
y comprensión, los cambios sufridos y las con-
tradicciones existentes en la familia como ing-
titución de la sociedad, para que comience a
funcionar ajustadamente en un nuevo tipo de
orden social. En último caso, eu ese retroceso
de funciones familiares, producido por el cam-
bio enunciado, el clima socio.emocional del ho-
gar se deberá recortar, enfatizando los víncu-
los afectivos, la crianza como socializ¿ción de
L.¡\ SOCTALTZACTóN 49
los hijos, único so¡»orte de l¿.coirtinuidad y re.
cre¿ción de la sociedad y de la cultura.
b) Proponer un humauismo técnico o cien-
tÍfico. El univereo en donde están incluidas las
familias csmbió de contenido. Acephándolo o
no, todos y csda uno de los individuos están
impregnados de ciencia y de tecnica. Más aúU
el hombre podró participar en lia producción si
posee el conocimiento de ciertos procedimien-
tos científicos. Pero el dominio de la ciencia y
de la tecnologÍa no deberá anular o destruir
al hombre. Por lo contrario, se propone la con-
cili¿ción hombrefamilia/ciencia-tecnología. El
humanismo científico desecha toda idea pr+
concebida de hombre, y contempla lo concreto:
el hombre, y en este c¿so las familias históri-
camente situadas con sus características espe-
cfficas. Lo que se propone es aplicar el cono-
cimiento técnico y científico resuelt¿mente di-
rigido a la acción, al servicio del hombre y de
sus actividsdes e instituciones. Lo que ocure
es que todo esto reclama una nueva conceptua-
lización de lo que siguifican las institucÍones
para la vida del hombre en general y de lo que
significa la familia en particulaq problemá-
tica que eu Ia actualidad es tema de grandes
refloriones iaterdisciplin¿rias.
LOS GRUPOS DE PARES
Si bien se hsn realzado las influencias so-
cielizadoras de l¿ familia, no se dejarán de
50 BEATRIZ TAINHOLC LA SOCIALIZACIÓN 51

portamiento de sus líderes y de otros modelos

del grupo. Este proceso implica, a su vez, la
internaliz¿ción de una serie de pautas de con-
ducta que van a ir posibilit¿ndo a cada sujeto
en desenvolümiento la apertura de su horizon-
te social.
La influencia del grupo de pares tendrá dis-
tinta fuema y característidBs según el estado
evolutivo por el cu¿l atraviese el sujeto (pre
escolaridad, escolaridad, adolescencia). No obs-
tante, se tendrá presente que estos grupos sa-
tisfacen necesidades personales y soeiales del
desarrollo de los individuos, a través de Ia
elevada energía emocional e intelectual que se
lenera en ellos.

ilEDTOS DE COifUNtCACtóN SOCTAL

de los sujetos en los grupos de pares, aparece
EI desenvolvimiento del hombre coutempo-
ráneo, basado en eI des¿nollo tecnológico des-
cripto, significó un¿ tendencia a Ia uniformi-
dad derivada del impacto social de los métodos
masivos de producción. Esto se materializí a
través de tres vías:
l. Por medio de Ia pmducción en serie de
bienes de consumo.
2. Por la ¡egr¡laridad y uniformidad que im-
plic6 el trabajo no más manual sino maquinal-
3. Por la ¿ceión de Ios medios de comuniea-
ción en ma^sa.
Nos dedicaremos al terrcer punto ye que po-
 52 BEATBTZ FAINEOLC
see una direct¿ relación con la problemática
educativa.
En efecto, diarios, revistas, programas de
TV o radio, etc., se dirigen "unidireccional-
mente" al sujeto, adürtiéndose así la fuetza
niveladora de sus mensajes, que a veces con-
ducen a Ia inhibición del ejercicio de la discri-
rninación y expresión libre por parte del in-
dividuo. La introducción de los medios audio-
visuales hizo que las comunicaciones de masa
adquirieran mayor intensidad, intimismo y dra-
maticidad. Su ügencia social los hizo exten-
I
derse más allá de los medios urbanos, y así,
siendo un reflejo de la cultura, actúan por un
Iado como factor de refuerzo de pautas de con-
ducta y por el otro como factor de disconti-
nuidad y conflicto de los patrones exhibidos.
I
En efecto, los medios de difusi6n audiovisual
i:
ofrecen modelos de conduct¿ en aspectos fun-
'L
lli damentales de la existencia: relaeiones entre
sexos, relaciones de los miembros de la fami-
i
Iia entre sl, empleo del tiempo libre, ideales
de vida, etc. Y los lleva a diferentes ámbitos,
eon lo que, en conseeuencia, las eonductas mos-
tradas tienen distinta sig¡rificación. Esta di-
ferencia se ve aumentada euando lo mostrado
procede de otro pals con normas y rasgos cul-
turales distintos a los del productor oüginario.
Debido a la inmensa cantidad de mensajes
brindados a través de estos medios a todos los
sujetos <on prefereneia a aquellos en edad
sggel¿¡-, hecho cada vez más aeentuado, re-
LA SOCIAI,IZACIÓN 53
sulta necesario estudiar la índole educativa de
estos aportes. Asimismo, por constituir una
faerza tan poderosa no sólo en Ia conformación
del proceso de socialización de todos Ios suje-
tos de variadas edades, sino de control y ma-
sificación de todas las producciones informa-
tivas en general, es que haremos algunos co-
mentarios, aunque breves, frente a esta pro-
blemática.
Cuando nos referimos a la expresidn "comu-
nicación de masas", no la vinculamos sólo con
los instrumentos técnicos que Ia posibilitan,
(radio, televisión, diarios, cinematógrafos, re-
üstas, etc.), sino que también tenemos en cuen-
ta el proeeso en el cual están involucrados.
Esto significa considerar, como lo hace Ch.
Wright,lo la naturaleza del auditorio (urande,
heterogéneo y anónimo), la naturaleza de Ia
experiencia, de comunicaci6n (púrblica, rápida
y transitoria), y la naturaleza organizada del
eomunicador en parte por el
-vehieulizada
avance tecnológico de Ias actuales sociedades-
que earacteriza al proeeso eitado. A su vez, se
reeordará que el proceso de eomunicación en
general implica la transmisión de un mensaie
codificado por parte de un emisor enviado a
través de un medio y eanal hacia un destina-
tario-receptor que Io descodificará para que
exista eomprensión y en eonsecuencia devolu-
10 'Wright, Qh.: Los medios de comuni.eación de ma-
sas, Editorial Paidós, Buenos Aires.

54 BEATRIZ I'AINHOLC
ción o feed-back, y continuación del sistema.u
Las modernas sociedades industrializadas no
podrían subsistir sin los medios de comunica-
ción de masas, sin la existencia de estos "apa'
ratos" destinados a transmitir información a
grandes distancias y al momento. A su vez,
todo sistema polltico necesita del consenso
(aceptación, unidad de criterios) de la pobla-
ción para poder garantizar su estabilidad. Pa-
ra ello se instrumentan Ios medios masivos,
independientemente de su influencia para la
continuidad o para la renovación de los valores
mantenidos por la organización social, aspecto
que deberá relacionarse eon la problemática
del control social y del cambio social que abor-
daremos en capítulos posteriores.
Los medios masivos han modificado los con-
tenidos de la cultura moderna al transformar
los
-modos de incorporación y de adaptación
de c¿da individuo a la sociedad. Grupos socia-
les c¿da vsz rnayores se hsllan absorbidos por
Ia acción socializante de los medios, y sus
efectos sobre las masas han sido percibitlos
como fuente de conflictos. Se recordarán ¿I-
gunos de dlos para su análisis y discusión.
1. El potler de los medios masivos de comu-
aicacién para Ia manipulaeión del hombre, ya
que se poseen pocas posibilidades de coutrol
frente a ellos.
11 Berlo, D.: 8I yroceso ile la comunicocürírc, Edito-
rial El Ateneo, Buenos AireS, 1969.
. LA SOCIALIZACIÓN 55
2. Los rnedios tienden a asegurar la confor-
midad pública del st¿tus quo, reduciendo al
mÍnimo la crÍtica social y debilitando la ca-
pacidad cuestionadora del auditorio.
3. Los medios masivos, al acomodarse a gran-
des auditorios, pueden provocar deterioro de
los gustos o, lo que es peor, de los niveles de
cultura. Esto tiene real importancia frente a
la problemática de ocupar el tiempo libre pro-
visto por el acortamiento de las jornadas de
trabajo, fenómeno creciente en los países más
industrializados.
4. La sobreestimulación del auditorio, sobre
todo por la violencia desmedida y a través de
ciertos modelos de identificación, puede alen-
tar la imitación y por ende la conducta desvia-
da por el posible aprendizaje e incorporación
inadvertida de normas y valores sociales, so-
bre todo en la niñez y adolescencia.
Si bieu es imporüante recordar que la comu-
nicación de masas es sólo una de las muchas
fuentes de socialización para el niño como pa-
ra el adulto, y que los resultados de las inves-
tigaciones respecto de algunas de las preocu-
paciones enunciadas no han llegado a conclu-
siones categóricas, su importancia es tan gran-
de que es preciso ahondar el análisis socioló-
gico y encuadrar un abordaje realista de los
efectos socializadores y educadores de estos
mcdios. Ningún estudio pedagógico o sociolG
gico puede dejar de lado la influencia forma-
dora de los medios de comunicación social.
 56 BEATRIZ FAINHOLC

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3
EL CONTROL Y Et CAMBIO SOCIAL FRENTE
A LA EDUCAC¡ÓN
EDUCAR, en la práctica, se convierte en si-
nónimo de formar o dirigir. No se puede for-
mar sin un modelo preconcebido, ni se puede
dirigir sin poseer alguna indicación de Ios ob-
jetivos que se desea alcr;nzar. De ahí que du-
rante siglos la educación consistiera en trans-
mitir a las generaciones jóvenes los patrones
de conducta conocidos, aprobados y comparti-
dos por los grupos que conformaban la estruc-
tura social. Estamos plenamente convencidcs
de esta necesidad histórica, entre otras razo-
nes porque ese hecho hace al meollo de Ia pro-
blemática de la socialización que se vio en el
capítulo anterior.
Entre otras cosas, la sociedad global deter-
mina las pautas de los papeles que rigen los
comportamientos de Ios individuos. Existen
expectativas sociales bien definidas acerca de
eómo deben eomportarse los diversos actores
sociales. y un control social exterior (el inte-
rior o conciencia se plasma en Ia socialización)
determina que los respectivos papeles conti-
núen siendo desempeñados de acuerdo con las
expectativas.