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I. GENERALIDADES:
II.ASPECTO METODOLÓGICOS.
La violencia contra las mujeres es una clara vulneración a sus derechos humanos. Es una
violencia ejercida contra ellas por el solo hecho de ser mujeres; no se trata de casos aislados,
sino que constituye un fenómeno social, presente en la sociedad actual sin distinción de razas,
lugar geográfico, nivel cultural, religión, sistema político o económico. Por ello, la elección del
tema de la violencia contra las mujeres
La violencia contra las mujeres está presente en los más diversos ámbitos, reviste múltiples
formas con distintos grados de intensidad y supone, como toda violencia, la violación a los
derechos humanos. Es la más extendida, oculta e impune y constituye no sólo un problema
privado, sino público. Es probablemente la violación de los derechos humanos más habitual y que
afecta a un mayor número de personas. Millones de mujeres y niñas en el mundo son víctimas
de violencia por razón de su sexo. En la familia y en la comunidad, en tiempos de guerra y de
paz.
. Gran parte de la violencia contra las mujeres la cometen una amplia gama de personas y
entidades, como la pareja y otros miembros de la familia; los conocidos ocasionales y extraños;
las instituciones del barrio y la comunidad; las bandas delictivas, como así también las
organizaciones y las empresas comerciales. Dicha violencia es la manifestación de las relaciones
de poder históricamente desiguales entre mujeres y varones que se refleja tanto en el ámbito
privado, como en el doméstico y el público, su consecuencia es la vulneración y negación de
derechos fundamentales de las mujeres y niñas que habitan este planeta.
La violencia contra las mujeres puede adoptar formas múltiples que pueden estar
interrelacionadas y a veces ser recurrentes: a) violencia física, b) sexual y c)
psicológica/emocional, incluyendo también la explotación y abuso de carácter económico. La
violencia contra las mujeres se ejerce en diversos escenarios, desde el ámbito privado hasta el
público, y en el mundo globalizado de hoy, trascendiendo las fronteras nacionales. Es cierto que
las formas y manifestaciones de la violencia contra la mujer varían según los distintos contextos
sociales, económicos, culturales y políticos. La importancia de algunas formas de violencia
crece mientras la de otras disminuye debido a que las sociedades pasan por cambios
demográficos, reestructuración económica, movimientos sociales y culturales. La violencia
contra las mujeres puede manifestarse a través de las nuevas tecnologías, como por ejemplo
el acecho por Internet o por teléfono móvil. Esto indica el carácter cambiante de la violencia,
esto se debe reconocer por parte de los Estados y reaccionar ante las nuevas formas a medida
que se van reconociendo.
La conducta social que se adopta frente a las cuestiones. En lo referente a la violencia contra
las mujeres, la tolerancia de la sociedad es aún mayor que con cualquier otro crimen violento.
Se minimiza el maltrato, se justifica al agresor y se sigue inculpando a la víctima por haberlo
provocado. Ante la violación de dos niñas de 12 y 13 años en distintas ciudades Trujillanas, las
cadenas televisivas hicieron encuestas entre adolescentes para que dieran su opinión, la
sorpresa fue que la mayoría de las adolescentes afirmaban que muchas de ellas con sus
vestimentas y actitudes pueden provocar la conducta violenta de cualquier agresor. Esto es fruto
de la educación sexista vigente, mientras no se cambie este paradigma no habrá igualdad entre
mujeres y varones
3.3. MITOS Y CREENCIAS
“Hay amores que matan”, “Los hombres son agresivos por naturaleza”, “Los trapos sucios
se lavan en casa”, “Porque te quiero te pego”, “ Los hombres son superiores a las mujeres”, “La
carrera de la mujer es el casamiento”, “Las mujeres necesitan manos fuertes”, “Los de afuera
son de palo”, “Mejor no meterse”, “ El amor es sufrimiento”, “La mujer, como la sardina, en la
cocina”, “Mujer sana, con la pierna quebrada y en casa.
Es probable que cualquiera de estos dichos cause más de una risa burlona, pero lo cierto
es que son un lastre cultural que se transmite de generación en generación y,
lamentablemente, son la manifestación del modo de decir y de pensar de muchas personas.
4.2 conclusiones.
- Este tipo de víctima, cuando pide ayuda necesita que se la escuche, se la apoye y se la
defienda. El profesional que se encuentre delante de ella debe tener sentimiento de empatía,
realizar una escucha activa, ser receptivo, no emitir juicios, asesorar e informar, pero no
tomar decisiones por ella. Se debe ser concreto y congruente.
- No se puede afirmar tampoco que exista un perfil de maltratador, cualquier varón puede serlo,
no importa el lugar geográfico en que resida, el grado de instrucción, el nivel económico ni
la profesión que ejerza o cargo que ocupe si ha interiorizado que las mujeres son inferiores
y que los varones tienen derecho a ejercer dominación y control sobre ellas y sus cuerpos,
que son “objetos” de su propiedad.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.