Sei sulla pagina 1di 3

ESTADO DE LA CUESTIÓN ¿QUÉ ES EL HOMBRE?

La interrogación del hombre desde una visión amplia hacia la humanidad, es probablemente
una pregunta sobreentendida y que presenta una variedad de respuestas. Sin duda alguna
la interrogante muestra que el hombre siempre fue tema de debate. Considerado de esa
forma por ser una búsqueda fundamental sobre la existencia personal. Friedrich Bollnow
(1986) escribirá: Antropología Filosófica. Donde se muestra al hombre como profunda
consternación existencial. Además el autor lo analiza desde el enfoque cosmológico,
hermenéutico, como creador de su cultura, como creación de su cultura, insondable,
creador y como potencia. Por otra parte lo que hace del hombre un hombre es un principio
que se opone a toda vida en general. (Scheller, 1960). Estas probabilidades nos hacen
comprender que el hombre posee varias hipótesis.

Ahora bien, es posible suponer que el concepto de hombre muestre definiciones de distintos
puntos de vista de cada filósofo, y que esta signifique importante para el ser humano, bajo
la siguiente cuestión ¿Qué es el hombre? Para responder a la pregunta primero se indicara
el origen del hombre y la interrogante de importancia como tal. De algunas posturas como
Claude Lévi-Strauss (2008), Max Scheller (1960), Michel Foucault (2007), y Otto Friedrich
Bollnow (1986) que apuntan a responder a la pregunta, con el afán de contribuir a debelar
esa búsqueda incesante que el individuo tiene.

El origen del hombre según (Bollnow, 1986, pág. 8) que cita a (Landmann) “…el hombre no
es solo creador sino también creación de su cultura”. En otras palabras quiere decir,
producir cultura transforma al hombre que la produce, por tanto este es creación de su
cultura. Como consecuencia dejará de ser creador de cultura. Desde esa perspectiva cada
obra creadora que el hombre extrae de sí mismo crea contemporáneamente el órgano para
aprehenderla, y en tal medida transforma al hombre mismo. Recordemos que Bollnow
pensaba que el lugar en donde habitaba el hombre es surgimiento de una cultura.

Por otra parte este autor también señala que “El hombre es poder, orientado en su esencia
más íntima a la capacidad, porque toda capacidad es ejercicio de un poder”. Considerando
que el poder es la facultad de crear el espacio para el propio desarrollo. Desde ese punto
de vista, el hombre no tiene poder sobre algo sino para algo. Lo que hace de ellos hombres,
no es que utilicen materiales para construir sus moradas, sino que “todos los hombres
hablan, fabrican instrumentos y adaptan su conducta a normas determinadas, tanto si
habitan en rascacielos como si viven en chozas de ramaje en el corazón de los bosques”.
(Lévi-Strauss, 2008).

Asi mismo existe un filósofo que se acerca a la forma de pensar de Bollnow, y ese autor es
(Foucault, 2007, pág. 80) quien menciona que “Del balanceo entre el individuo jurídico,
instrumento ideológico de la reivindicación del poder, y el individuo disciplinario, instrumento
real de su ejercicio material, de esa oscilación entre el poder que se reivindica y el poder
que se ejerce, nacieron la ilusión y la realidad y la realidad que llamamos Hombre.” Dicho
de otra forma el hombre es el resultado del poder de soberanía y poder disciplinario.
Entonces ¿qué es poder de soberanía y poder disciplinario? Para conocer estos concepto
seguiremos citando a (Foucault, 2007, pág. 62) que menciona “…el poder de soberanía es
una relación de poder que liga al soberano y al súbdito según un par de relaciones
asimétricas por un lado la sustracción, por otro, el gasto”. Es decir es la relación de
soberanía, el soberano sustrae productos. Y aunque no va a devolver lo que tomó, pues no
está obligado a hacerlo, ya que es reciproco. Como consecuencias será la depredación,
saqueo y guerra. Otra explicación del poder disciplinario, según (Foucault, 2005, pág.
66)”Es una captura del cuerpo y no del producto; es una captura del tiempo en su totalidad
y no del servicio”. Puede entenderse que todo sistema disciplinario implica sustracción del
tiempo total y exhaustivo del cuerpo, y la vida del individuo. Además, cabe mencionar que
el poder disciplinario no es discontinuo, sino que implica el control constante, puesto que
está siempre bajo mirada de alguien planteado desde el inicio. Por ejemplo, la disciplina
militar donde se realiza un adiestramiento del cuerpo mediante el ejercicio corporal. Por otra
parte, para que la disciplina sea siempre control es necesario utilizar a la escritura. El uso
de la escritura es absolutamente disciplinario Foucault señala que mediante esto se puede
controlar al individuo.

Pero (Scheller, El Puesto del Hombre en el Cosmos, 1960) difiere con Bollnow, Foucault y
Lévi-Strauss, realizando una diferencia esencial entre el hombre y animal. Si bien los unos
piensan que el animal no posee inteligencia sino instintos, es como negar la inteligencia al
animal. Afirman que esa es la diferencia esencial, donde al juicio de Scheller no existe. Los
otros, que son los evolucionistas como Darwin, Schwalbe, Lamarck y otros están a favor de
que el animal posea ya inteligencia. Son por tanto partidarios a la gran teoría monista sobre
el hombre. En efecto los hombres somos considerados una especie animal, según la
biología y la denominación que se le da a nuestra especie es “homo sapiens” cuyo
significado es “hombre sabio”, pues somos la única especie animal capaces de desarrollar
raciocinio, y en nuestro camino evolutivo hemos avanzado desde nuestra postura bípeda
hasta la forma de comunicarnos teniendo en cuenta que hemos desarrollado el lenguaje
tanto oral como escrito.

El sostiene que lo que hace del hombre un hombre es un principio que se opone a toda vida
en general, y ese principio es el espíritu que solo se encuentra ubicado en el ser humano.
Afirma que “el ser espiritual ya no está vinculado a sus impulsos, ni al mundo circundante”
(Scheller, El Puesto del Hombre en el Cosmos, 1960) Los seres humanos no debemos
obedecer a nuestros impulsos sino al contrario no hacerlos, ya que si los obedecemos
llegaríamos a ser animales. Entonces, los impulsos que actúan sobre nosotros nos
conformarían a ser manipulados por ellos, no tanto, así como el poder disciplinario, en
donde es una persona quien lo hace.o

“Espíritu es, por tanto, objetividad; es la posibilidad de ser determinado por la manera de
ser de los objetos mismos. Y diremos que es sujeto o portador de espíritu aquel ser, cuyo
trato con la realidad exterior se ha invertido en este sentido dinámicamente opuesto al del
animal”. Desde ese enfoque el hombre comprende la peculiaridad del espíritu como la
capacidad de objetivar y de transformar al medio en un mundo. Es decir , solo aquellos que
poseen espíritu pueden tener libertad, tomando en cuenta que el espíritu es un ente que se
aloja en un ser, y solo el humano puede definir quién es objeto y que no, solo por el hecho
de que el espíritu se alojó en él.
Sin embargo cabe mencionar que la definición del hombre como poder queda incompleta,
ya que en todo poder está dada al mismo tiempo una impotencia. Esto significa que el
hombre, en el ejercicio de su poder tropieza con algo que se escapa a su poder. (Bollnow,
1986). Lo cual es llamado extraño. Todo poder puede ser extendido mediante el esfuerzo
del hombre al apropiarse este de los extraño, someterlo y hacerlo suyo. En algún punto
tropieza con su límite.

Esos límites podrían ser la muerte, el sufrimiento, la lucha y la culpa. Son como muros a los
cuales chocamos, frente a lo que fracasamos. Es por ello que el hombre posee impotencia.
De este peligro de desmesura encerrado en la esencia más íntima del poder se desprende
la necesidad de una autolimitación que venga de dentro, propiedad esencial del ser
humano. Aunque no se tomó el concepto de razón puesto que según (Bollnow, 1986) “…es
un término cuestionable y que nadie apela a el de buena gana”. No se lo tomó en cuenta
porque presenta incertidumbre. Por ello según este autor es tiempo de “…comenzar con la
misión de la razón en un sentido más profundo de la razón como facultad de medida”. Es
por ello que se puede definir al hombre como ser caracterizado por la posesión de razón,
el hombre como ser capaz. En otras palabras la respuesta a que es el hombre dependerá
de la medida que el hombre obtenga designado con la antigua palabra humanidad.

Desde otro ángulo Scheller afirma que el hombre es, la razón cuya conducta puede consistir
en abrirse al mundo en medida limitada. Si bien se otorga la medida al cual debe abrirse al
mundo y no asi como el animal, que no posee capacidad determinada al no poseer razón
ni poder. Es por tal motivo que esta cita coincide con Bollnow, no en gran medida pero si lo
hace.

Para concluir puedo señalar que para Bollnow no se puede concebir al hombre como ser
inalterable, sino como un constante devenir, como la vida misma. En otras palabras el
concepto de hombre cambiara de acuerdo a la época o contexto en que cada ser se
encuentre. A diferencia de años atrás donde solo se consideraba al hombre como homo
sapiens. La respuesta de Bollnow nos dice que es estar en un cambio constante, Scheller
nos indica que el ser humano es el único que presenta espíritu, que le brinda el poder de
objetivar algo, y que el espíritu no es objeto. Por otro lado Foucault señala que es poder.
Es por ello que considero que el hombre es poder, en donde el espíritu que posee, no puede
objetivar a los demás sino tiene poder para designar algo, que no es el ser humano, ya que
el hombre es espíritu, al cual nadie puede objetivar. Además el hombre siempre será una
interrogante y por lo tanto se debe de buscar la respuesta ante la cuestión , de lo contrario
no se podrá conocer el rol que ocupa en el ser.

BIBLIOGRAFÍA:

 Bollnow, Otto Friedrich (1986) Antropología Filosófica s/e s/p


 Foucault, Michel (2007) Poder Psiquiátrico Argentina FCE
 Lévi-Strauss, Claude (2008) Miradas distantes. El Correo de la UNESCO
 Scheller, Max. (1960). El Puente del Hombre en el Cosmos (Segunda ed.).
(J. Gaos, Trad) Buenos Aires. Argentina: Losada.

Potrebbero piacerti anche