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Familiaris Consortio, Juan Pablo II, 1980. Sobre la misión de la familia cristiana en el mundo
actual.
Introducción:
1. Es necesario definir cuál es el papel de la familia en la edad moderna, pues los tiempos
han cambiado. Hablar un poco sobre la sociedad moderna, ha cambiado los desafíos para
la familia y hay mucha incertidumbre al respecto.
2. El matrimonio y la familia está llamados a realizarse en Cristo, a partir de Ef 5.
- Imitar a Cristo.
Es decir, amar, que significa sacrificio. La familia surge del amor y del sacrificio.
Estas características no pueden hacer parte de quien ama:
Inmoralidad sexual: en Psicología se conocen como parafilias a las depravaciones o
perversiones sexuales, por ejemplo: pedofilia, zoofilia, necrofilia, voyerismo y
gore. Son actos sexuales malos pues destruyen la dignidad (explicarla) de la
persona.
Impureza: darle un uso inapropiado a lo que Dios nos ha dado para un uso
determinado. Por ejemplo, el sexo anal, el ano no ha sido dado para ello. Pero
también usar la inteligencia para el mal.
Avaricias: es una especia de idolatría. La persona no es consciente de que tiene
por Dios al dinero, o al poder o al sexo, pero su vida gira entorno a ello como si
fuera su Dios. Y cuando carece del objeto de su caricia su vida pierde sentido.
- Vivir iluminados por Cristo
Muchos matrimonios sufren por la falta de comportamiento. La pareja no tiene claro
cómo debe ser su comportamiento y por ello se generan grandes conflictos.
No ser engañados por las palabras huecas o sin sentidos, pues confunden y hacen
daño, por ejemplo, cuando dan consejos que no lo son, póngale mozo que eso le
va a traer devuelta a su esposo. Con esta gente a metros.
El comportamiento desde el amor trae como frutos: la bondad (ser una persona
buena), rectitud (ser capaz de escoger lo correcto en público o en privado) y la
verdad (siempre conocerla y vivirla).
No vivir neciamente, sino con sabiduría, aprendiendo a saborear la vida y es Dios
quien enseña a ello.
No emborracharse porque se pierde control del comportamiento propio, pero
pagan todas las consecuencias.
Embriagarse del Espíritu Santo que todo perfecciona. Perfecciona las disposiciones
interiores para lograr amar.
- Los deberes familiares del cristiano, esposos
Las esposas sujetas a sus esposos como al Señor y respeten a su esposo.
Los esposos: CERO MACHISMO
a. Den su vida por sus esposas como Cristo dio su vida por la Iglesia. Así harán a
sus esposas causa de honra. Porque la gente se dará cuenta que el esposo es
capaz de hacer esto por una buena mujer.
b. Amar a sus esposas como a su propio cuerpo, pues quien ama a su esposa se
ama a sí mismo.
3. Volver al principio, Mt 19, 4-6
- Desde el principio el hombre y la mujer están llamados a complementarse hasta el
punto de volver una sola carne, dejando su familia para ello.
- Por eso el hombre ha de volver su mirada a la importancia del matrimonio, y de que
este es posible conforme a como se ve en Efesios 5.
Primera parte
La base de los signos negativos: Corrupción (es pervertir: pervertere, dar vuelta del bien a mal) de
la idea y de la experiencia de libertad (actuar de acuerdo a la conciencia).
Parte de la Revelación, es decir, de lo que Dios ha dicho de sí mismo y del hombre. La perversión
ha sido ir en contra de la realización del matrimonio y la familia (cf. Ef 5).
Han pervertido la libertad como una autoafirmación (yo soy el único que puede determinar todo
respecto de mi vida); en la mayoría de los casos se termina yendo en contra de las demás
personas, porque busca su bienestar egoísta.
Jesucristo, esposo de la Iglesia, y el sacramento del matrimonio (Por qué me caso por la Iglesia)
- La Alianza (la comunión de amor entre Dios y los hombres) también se expresa en el
matrimonio. Para entender la Alianza hay que ver dos momentos fundantes: Para
Israel la liberación de Egipto y la Alianza sinaínica; y las primeras comunidades
cristianas, la vivencia del Triduo pascual, que reestablece la Alianza para siempre. EL
matrimonio es pascua por ende liberación y no cárcel.
- Con la Alianza Dios proclama que ama a su pueblo, así mismo es la declaración
conyugal de amor, con palabras y obras. Cfr. por ej. Os, 2, 21; Jer 3, 6-13; Is 54
- El mismo pecado que puede atentar contra el pacto conyugal, es el mismo pecado de
infidelidad del pueblo a Dios, la idolatría. Cfr Ez 16, 25.
- Pero la infidelidad de Israel jamás destruye la fidelidad de Dios, por eso el amor
siempre fiel de Dios es ejemplo de las relaciones de amor fiel que deben existir entre
esposos. Cfr Os 3.
- Todo lo anterior se encarna en Jesucristo nuestro Señor, así, por su Espíritu que se nos
ha dado, el hombre y la mujer pueden amarse como Cristo nos amó. Así como Cristo
se dona a la cruz por nuestro bien, de la misma manera los esposos logran esa caridad
mutua.
- Tertuliano dice sobre el matrimonio, en Ad uxorem (a su esposa): «¿Cómo lograré
exponer la felicidad de ese matrimonio que la Iglesia favorece, que la ofrenda
eucarística refuerza, que la bendición sella, que los ángeles anuncian y que el Padre
ratifica? ... ¡Qué yugo el de los dos fieles unidos en una sola esperanza, en un solo
propósito, en una sola observancia, en una sola servidumbre! Ambos son hermanos y
los dos sirven juntos; no hay división ni en la carne ni en el espíritu. Al contrario, son
verdaderamente dos en una sola carne y donde la carne es única, único es el espíritu».
- De este acontecimiento de salvación el matrimonio, como todo sacramento, es
memorial, actualización y profecía; «en cuanto memorial, el sacramento les da la
gracia y el deber de recordar las obras grandes de Dios, así como de dar testimonio de
ellas ante los hijos; en cuanto actualización les da la gracia y el deber de poner por
obra en el presente, el uno hacia el otro y hacia los hijos, las exigencias de un amor
que perdona y que redime; en cuanto profecía les da la gracia y el deber de vivir y de
testimoniar la esperanza del futuro encuentro con Cristo».
- La Alianza eterna exigió absolutamente todo de Cristo, de la misma forma el
matrimonio exige absolutamente todo de los cónyuges, por eso se exige la Unidad
(fidelidad) e Indisolubilidad.