Sei sulla pagina 1di 4

EVALUACIÓN DE HABILIDADES DE COMPRENSIÓN LECTORA

LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
CUARTO BÁSICO
Nombre: NOTA

Puntaje:
Fecha: ………/ …………………./ 2019 Curso: 4° Básico A-B
puntos
INSTRUCCIONES GENERALES:
 Marca, encerrando en un círculo, la letra de la alternativa que consideres correcta.
 Evita corregir, ya que la pregunta será descontada.
 Puedes usar una hoja de cálculo o realizar los cálculos en la prueba.

I. Lee el siguiente texto y responde las preguntas de la 1 a la 3:


PINO DE GALLETAS

Para las galletas: Para la base:


180 gramos de mantequilla 1 vela
2 tazas de azúcar 1 porta vela
3 huevos papel celofán verde
30 gramos de nueces cinta dorada
30 gramos de almendras
500 gramos de harina sin polvos de hornear
Esencia de vainilla
Pelotitas de colores para decorar

Procedimiento
1. Mezcla el azúcar con la mantequilla hasta que se forme una
pasta.
2. Agrega los huevos, la harina, las nueces, las almendras
molidas y la esencia de vainilla. Revuelve con una cuchara
hasta que quede una masa uniforme.
3. Pon a enfriar la masa en el refrigerador por 20 minutos.
4. Aplana la masa con un uslero o con una botella y córtala en
forma de estrellas y círculos de diferentes tamaños,
dejándoles un orificio en el centro para que pasen por la
vela.
5. Agrega las pelotitas de colores y, con la ayuda de un adulto,
hornea las galletas a temperatura alta entre 15 y 20
minutos.
6. Cuando estén frías, ponlas en la vela comenzando con la
más grande y terminando con la más pequeña, de modo
que se forme un árbol de navidad.
7. Forra el porta vela con papel celofán y amárrale la cinta
dorada.

1- En este texto, ¿qué quiere decir la palabra 2- Según el texto, ¿para qué se debe dejar un
“Procedimiento” orificio en el centro de las galletas?
A. Receta A. Para que tengan forma novedosa
B. Ingredientes B. Para que queden más bonitas
C. Preparación C. Para que tengan menos masa.
D. Recomendaciones D. Para que pasen por la vela.

3- Al poner las galletas en la vela, ¿para qué se empieza con la más grande y se termina con la más
pequeña?
A. Para poder forrar con celofán.
B. Para facilitar el enfriamiento de las galletas.
C. Para imitar la forma de un pino con las galletas.
D. Para afirmar las pelotitas de colores en las galletas.
II. Lee el siguiente texto y responde las preguntas 4 a la 9:

LAS ALAS DE ANA


Laura Martínez Belli

Últimamente me ronda la sospecha de que mi amiga Ana no es de este mundo. Hay algo en
ella que la hace especial, diferente. Cuando se enfada, se pone roja, roja como un tomate, y si uno
está cerca, puede ver cómo le empieza a salir de las orejas un hilo de humo blanco. Y a la hora del
recreo, cuando todos comemos la colación que nos mandan de casa, una fruta, un jugo o un sándwich
de jamón, ella se aparta de todos y se esconde detrás de unos arbustos.
Así que he decidido espiarla para ver si descubro porqué Ana se comporta así. Es una
compañera nueva y nos tocó sentarnos juntos. Habla poco. Creo que es muy tímida. Me cae bien,
pero no puedo reprimir la idea de que esconde algo.
A la salida de clases, la sigo, teniendo cuidado de no ser visto. Me voy escondiendo entre la
gente. Me oculto tras los puestos de revistas, o detrás de las cabinas telefónicas. Ella no voltea. Va
distraída, pensando en sus cosas. De vez en cuando se detiene y gira la cabeza, como he visto que
hacen los perros al escuchar un silbato. Yo contengo la respiración y, tras unos segundos, continúa
avanzando.
Por fin, Ana llega a su casa. Es amarilla y tiene una puerta color azul. Toca tres veces. Toc, toc,
toc. Luego abren y ella pasa sin saludar a nadie. Yo me acerco e intento asomarme por una ventana.
Y entonces, veo algo que me deja perplejo. Atónito. Sin habla.
Ana lanza la mochila sobre la mesa del comedor. Después, se estira. Luego, se tira las orejas.
Una con la mano izquierda y otra con la derecha. Y entonces, de su espalda brotan unas alas
enormes, bonitas, con plumas verdes. Ella se sacude y suspira. Liberada. Como quien durante mucho
tiempo tiene que encogerlos dedos en unos zapatos apretados. Por primera vez, la veo sonreír. La veo
enseñar una fila de dientes blancos, radiantes, y sus ojos brillan como miel traslúcida. Me parece feliz.
Recorre la habitación en busca de alguien. Alguien viene. Con mis ojos sigo la ruta de la mirada de
Ana. Y veo que corre a abrazar a otro ser igual que ella.
Pero… ¿qué es, entonces, Ana? ¿Es un ángel? ¿Una niña pájaro? ¿Puede volar?
Tantas preguntas se me arremolinan de golpe, que tropiezo sin darme cuenta con un
macetero de flores que hay en la ventana. El macetero cae al suelo haciendo un ruido enorme. Y yo,
salgo corriendo por donde he venido sin esperar a que me descubran.
Al día siguiente, Ana está sentada junto a mí. Yo la observo con más curiosidad que nunca. Sé
que no sonríe porque está incómoda. Sus alas están prisioneras en una cárcel que nadie puede ver. La
miro. Me mira. Siento que sospecha que he sido yo quien espiaba por la ventana. O quizás, pienso eso
porque no puedo con el peso de mi conciencia. Me muero por decirle que sé que tiene alas, pero no
me atrevo. No es el momento. Y decido esperar al recreo.
Como Ana apenas habla, me es difícil encontrar un tema de conversación. Además, ella
—Otra vez— se ha ido a esconder tras los arbustos. Pero me animo, me cargo de valor, y voy tras ella.
Me asomo cauteloso, y la veo allí, sentada, viendo al cielo. Le digo “hola”, y ella me mira, extrañada.
Me temo que quiere estar sola. Pero me da igual y me siento a su lado.
— ¿Qué miras? —pregunto.
Ana, sin dejar de ver el cielo, me contesta: —Las nubes.
Y entonces, suelto una pregunta tonta, absurda, de la cual me arrepiento nada más sale de mi boca.
Pero le digo:
— ¿Tu vivías allí?
Ana me mira curiosa. Sé que sabe que conozco su secreto. Pero aguanto su fulminante
mirada. No digo nada. No quiero estropear el momento.

Entonces, sucede algo increíble. Mágico. Algo que no pude


de entender hasta momentos
Más tarde. Ella me sonríe. Me toma de la mano y me susurra al
oído que cierre los ojos. Yo obedezco, sin dudar. Siento una ráfaga
de aire fresco, como cuando se abre una ventana en un día
caluroso y comprendo, sin ver, que ella ha liberado sus enormes
alas
—Abre los ojos —vuelve a susurrarme.
Y al hacerlo, la veo tal y como es ella. Libre. Sin ataduras. Sin
secretos. Lista para volar.
Me agarra de las manos y emprende el vuelo. Nadie se
percata de que sobrevolamos sobre sus cabezas, absortos cada uno en lo suyo. Los profesores
corrigiendo niños, chicos jugando futbol, la señora de la tienda, un joven parando un taxi. Nadie nos
descubre, y yo no puedo creer que la gente no se tome el tiempo de ver por encima de sus cabezas
para vernos volar por los aires.
Ella no me suelta. Yo siento el viento en mi cara. Volamos. Volamos alto. El momento dura lo
suficiente como para no querer que acabe nunca. Me lleva a las nubes, que se deshacen a nuestro
paso como los hilos del algodón de azúcar.
Después, me deja en el suelo. Firme. Se acerca lentamente, como para darme un beso en la
mejilla. Pero en lugar de eso me susurra al oído:
—Gracias —y retoma el vuelo

4- De acuerdo a sus acciones, ¿cómo es el niño 5- Al principio del relato, Ana habla poco, ¿cómo
que relata la historia? cree el niño que es Ana?
A. Tímido A. Alegre
B. Curioso B. Tímida
C. Soñador C. Curiosa
D. Enojón D. Enojona
6- A la hora del recreo, ¿dónde se esconde la 7- En qué lugar el niño descubre el secreto de Ana?
niña? A. En la calle.
A. Detrás de un arbusto. B. En las nubes.
B. Tras un puesto de revistas. C. En la casa de Ana.
C. Tras una puerta de color azul. D. En el patio del colegio.
D. Detrás de una cabina telefónica.
8- Cuando le toma la mano al niño, ¿qué le susurra Ana al oído?
A. Que libere sus alas.
B. Que cierre los ojos.
C. Que guarde su secreto.
D. Que le obedezca sin dudar.
9- Al final del texto, ¿por qué Ana le da las gracias al niño?
_________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________

III. Lee el siguiente texto y responde las preguntas 10 a la 12:

Grandes descubrimientos: La piedra Rosetta

Los antiguos egipcios crearon la escritura jeroglífica 3000 años antes de Jesucristo. Se
trataba de un lenguaje simbólico de signos y dibujos de indiscutible belleza y complejidad.
Como este lenguaje se consideraba sagrado, sólo se usaba para escribir textos religiosos y
oficiales sobre las paredes de los templos, tumbas y monumentos. Únicamente los
sacerdotes y escribas dominaban los jeroglíficos, así que el resto de los egipcios utilizaban
otros tipos de escritura, como la hierática o la demótica, mucho más sencillas.

Los jeroglíficos se usaron durante muchos años, hasta que Egipto fue conquistado primero
por los griegos en el siglo IV antes de Cristo, y después por los romanos. Con el paso del
tiempo, la escritura jeroglífica cayó en el olvido y los mismos egipcios desconocían su
significado. De esta forma, las inscripciones del pasado se convirtieron en misteriosos textos
que nadie sabía descifrar.
En 1799 las tropas de Napoleón se encontraban en Egipto. Por casualidad, un capitán del
ejército francés que estaba dirigiendo la construcción de unas trincheras, encontró una piedra
de basalto negra que tenía inscripciones en varios idiomas. Se encontró cerca de la localidad
de Rosetta, y por eso así se la llamó.

Cuando los investigadores comenzaron a estudiarla, se dieron cuenta de que se trataba de


un mismo texto escrito en jeroglífico, demótico y griego. Como el griego sí se podía traducir,
comprobaron que había sido realizado en tiempos del rey de Egipto Ptolomeo V, en el año
196 a.C. A partir de este idioma, empezaron a comparar los tres textos para intentar descifrar
los jeroglíficos, pero fue el joven lingüista y egiptólogo Jean – François Champollion, quien lo
consiguió tras muchos años de intenso trabajo.
Desde entonces pudieron leerse miles de jeroglíficos del Antiguo Egipto y gracias a ellos
descubrir mucha información acerca de esta fascinante civilización y sobre otras culturas de
la Antigüedad.
10.- ¿Quiénes encuentran la piedra Rosetta? 11.- ¿Quién descifró los jeroglíficos de la piedra Rosetta?

A. Los griegos. A. Napoleón.


B. Los egipcios. B. Los griegos.
C. Los franceses. C. Ptolomeo V.
D. Los romanos. D. Jean Champollion.
12.- ¿Por qué llamaron Rosetta a la piedra encontrada?

A. Por los idiomas que contenía.


B. Por el lugar donde fue hallada.
C. Por el material que la constituía.
D. Por la persona que hizo la traducción.

IV. Lee el siguiente texto y responde las preguntas 13 a la 16:

La familia Polillal

La polilla come lana La familia polillal


de la noche a la mañana. la espía por un ojal,
Muerde, come, come, y le apunta con la aguja
muerde a la Naftalina bruja.
lana roja, lana verde.
Pero don Polillo ordena:
Sentadita en el ropero --No la maten, me da
con su plato y su babero, pena;
come lana de color vámonos a otros roperos
con cuchillo y tenedor. a llenarlos de agujeros.

Sus hijitos comilones Y se van todos de viaje


tienen cuna de botones. con muchísimo equipaje:
Su marido don Polillo las hilachas de una blusa
balconea en un bolsillo. y un paquete de pelusa.

De repente se avecina María Elena Walsh


la señora Naftalina.
Muy oronda la verán,
toda envuelta en celofán.

13- ¿Dónde vive la familia polillal? 14- ¿Cuál es la cuna de los hijos de la polilla?

A. En un bolsillo A. Un plato
B. En un babero B. Un bolsillo
C. En un ropero C. Unos botones
D. En un celofán D. Unas hilachas
15- ¿Qué ordenó hacer don Polillo cuando 16- ¿Por qué don Polillo decide NO matar a la
apareció la señora Naftalina? señora Naftalina?

A. Ir a otro ropero A. Porque sintió miedo de lla.


B. Espiarla por un ojal B. Porque sintió pena de ella.
C. Morderla y comerla C. Porque sintió rabia con ella.
D. Apuntarla con una aguja

Potrebbero piacerti anche