Sei sulla pagina 1di 4

Antígenos del grupo sanguíneo ABO

Los antígenos A B O son glúcidos unidos a proteínas y lípidos de la superficie celular


que sintetizan enzimas glucosiltransferasa polimórficas, cuya actividad varía en
función del alelo heredado (fig. 17-13). Los antígenos ABO fueron el primer sistema de
aloantígenos que se definió en los mamíferos. Todos los sujetos normales sintetizan un
glucano central común, que está unido, sobre todo, a proteínas de la membrana
plasmática. La mayoría de los sujetos poseen una fucosiltransferasa que añade una
fucosa a un azúcar no terminal del glucano central, y el glucano fucosilado se llama
antígeno H. Un solo gen en el cromosoma 9 codifica una enzima glucosiltransferasa,
que modifica más el antígeno H. Hay tres variantes alélicas de este gen. El producto del
alelo del gen O está dedicado a la actividad enzimática. La enzima codificada por el
alelo A transfiere una JV-acetilgalactosamina terminal al antígeno H y el producto del
gen B transfiere una galactosa terminal. Los sujetos homocigotos para el alelo O no
pueden añadir azúcares terminales al antígeno H y expresan solo el antígeno H. Por el
contrario, los sujetos que poseen un alelo A (homocigotos AA, heterocigotos AO o
heterocigotos AB) forman el antígeno A al añadir una N-acetilgalactosamina terminal a
algunos de sus antígenos H. De forma análoga, los sujetos que expresan un alelo B
(homocigotos BB, heterocigotos BO o heterocigotos AB) forman el antígeno B
añadiendo una galactosa terminal a algunos de sus antígenos H. Los heterocigotos AB
forman antígenos A y B a partir de algunos de sus antígenos H. La terminología se ha
simplificado, de manera que se dice que los sujetos OO tienen el tipo sanguíneo O; los
sujetos A A y AO el tipo sanguíneo A; los sujetos BB y BO el tipo sanguíneo B; y los
sujetos AB el tipo sanguíneo AB. Las mutaciones en el gen que codifica la
fucosiltransferasa que produce el antígeno H son raras; de las personas que son
homodgotos respecto a tal mutadón se dice que tienen el grupo sanguíneo Bombay y
no pueden producir antígenos H, A ni B ni redbir sangre de los tipos O, A, B o AB.
Los sujetos que expresan un antígeno de los grupos sanguíneos A o B particular
toleran ese antígeno, pero los sujetos que no expresan ese antígeno producen
anticuerpos naturales que reconocen el antígeno. Casi todos los sujetos expresan el
antígeno H y, por tanto, toleran este antígeno y no producen anticuerpos anti-H. Los
sujetos que expresan antígenos A o B toleran estas moléculas y no producen
anticuerpos anti-A ni anti-B, respectivamente. Sin embargo, los sujetos del grupo
sanguíneo O y A producen anticuerpos Ig M anti-B, y los sujetos del grupo sanguíneo O
y B producen anticuerpos IgM anti-A. Los sujetos incapaces de produdr el antígeno H
nuclear producen anticuerpos contra los antígenos H, A y B. En su valor, parece
paradójico que los sujetos que no expresan un antígeno de grupo sanguíneo produzcan
anticuerpos contra él. La probable explicación es que los anticuerpos se producen
contra glucolípidos de las bacterias intestinales que parecen tener reactividad cruzada
con los antígenos ABO, a no ser que el sujeto tolere uno o más de ellos. La presencia
de cualquier antígeno del grupo sanguíneo induce tolerancia frente a ese antígeno, lo
que es predecible.
En la transfusión clínica, la elección de los donantes de sangre para un receptor p a
rticu la r se basa en la expresión de antígenos del grupo sanguíneo y de las
respuestas de a n ticuerpos frente a ellos. Si un paciente recibe una transfusión de
eritrocitos de un donante que expresa el antígeno no expresado en los eritrocitos
propios, puede producirse una reacción transfusional (descrita antes). De este hecho
deriva que los sujetos AB pueden tolerar transfusiones de todos los posibles donantes
y sea llamen, por tanto, receptores universales; de una forma análoga, los sujetos O
pueden tolerar transfusiones solo de donantes O, pero pueden donar sangre a todos
los receptores y, por tanto, se les llama donantes universales. En general, las
diferencias en grupos sanguíneos secundarios producen una lisis de eritrocitos solo
después de que transfusiones repetidas desencadenen una respuesta de anticuerpos
secundaria.
Los antígenos de los grupos sanguíneos A y B se expresan en muchos otros tipos
celulares además de las células sanguíneas, incluidas las células endoteliales. Por esta
razón, la tipificación AB O es fundam ental para evitar el rechazo hiperagudo de ciertos
aloinjertos de órganos sólidos, como se expuso antes en el capítulo. La
incompatibilidad ABO entre la madre y el feto no suele provocar problemas al feto,
porque la m ayoría de los anticuerpos antiglucídicos son IgM y no atraviesan la
placenta.
Otros antígenos del grupo sanguíneo
Antígeno de Lewis
Las mismas glucoproteínas que portan determinantes de los grupos sanguíneos A y B
pueden ser modificadas por otras glucosiltransferasas para generar antígenos
secundarios del grupo sanguíneo. Por ejemplo, diferentes fucosiltransferasas pueden
catalizar la adición de fucosas en otras posiciones no terminales y dar lugar a epítopos
del sistema de antígenos de Lewis. Los antígenos de Lewis han recibido recientemente
mucha atención por parte de los inmunólogos, porque estos grupos glucídicos sirven
de ligandos para la selectina E y la selectina P, y de este modo intervienen en la
migración del leucocito (v. capítulo 3).

Antígeno Rhesus (Rh)


Los antígenos Rhesus (R h), llamados así por la especie de mono en que se
identificaron por primera vez, son otro grupo con relevancia clínica de antígenos del
grupo sanguíneo. Los antígenos Rh son proteínas de la superficie celular hidrófobas
que no están glucosiladas que se sitúan en las membranas de los eritrocitos y tienen
una estructura relacionada con otras glucoproteínas de la membrana del eritrocito con
funciones transportadoras. Las proteínas Rh están codificadas por dos genes m uy
homólogos y ligados, pero solo uno de ellos, llamado RhD, se considera con frecuencia
en la tipificación clínica de la sangre. Esto se debe a que hasta el 15% de la población
tiene una eliminación u otra alteración del alelo RhD. Estas personas, llamadas Rh
negativas, no toleran el antígeno RhD y producirán anticuerpos frente al antígeno si se
exponen a células sanguíneas Rh positivas.
El principal significado clínico de los anticuerpos anti-Rh se relaciona con las
reacciones hemolíticas asociadas al embarazo, que son similares a las reacciones
transfusionales. Las madres Rh negativas portadoras de un feto Rh positivo pueden
sensibilizarse por los eritrocitos fetales que entran en la circulación materna,
habitualmente durante el nacimiento del niño.
Dado que el antígeno Rh es una proteína, a diferencia de los antígenos ABO glucídicos,
se generan anticuerpos de cambio de clase a la IgG en las madres Rh negativas. Los
posteriores embarazos en los que el feto sea Rh positivo tienen riesgo, porque los
anticuerpos maternos IgG anti-Rh pueden cruzar la placenta y mediar la destrucción
del eritrocitos fetales. Esto produce la eritroblastosis fetal (enfermedad hemolítica del
recién nacido) y puede ser mortal para el feto. Esta enfermedad puede evitarse
mediante la administración de anticuerpos anti-RhD a la madre antes de transcurridas
72 h del nacimiento del primer niño Rh positivo. El tratamiento impide que los
eritrocitos Rh positivos del niño que entraron en la circulación materna induzcan la
producción de anticuerpos anti-Rh en la madre. Los mecanismos exactos de acción de
los anticuerpos administrados no están claros, pero podrían incluir la elim inación
fagocítica o la lisis mediada por el complemento de los eritrocitos del niño, o la
inhibición por retroalimentación dependiente del receptor para el Fe de los linfocitos B
de la madre específicos frente al RhD (v. capítulo 12).

Potrebbero piacerti anche