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HISTORIA Y

ENTRE CIENCIA Y
UNIVERSID AD IBEROAMERICAN
IBEROAMERICANA
A

José Morales Orozco


RECTOR

dro Mendoza Álvarez


Álvarez
DE LA
ADES Y
DE HISTORIA Y
rla Chinchilla
ENTRE CIENCIA Y

Nueva edición, revisada y aumentada


precedida de
Rubén Lozano Herrera Un camino sin trazar
" "

COORDINADOR DE por Luce Giard


DEL DEPARTAMENTODE
I

INSTITUTO Y DE ESTUDIOS
SUPERIORES DE OCCIDENTE

Héctor M. Acuña
RECTOR Traducc
Traducción
ión de Alfonso Mendiola y Cinta

ancisco Otero
GENERAL
osé de Jesús de la Cerda Gastélum
IRECTOR DE RELACIONES

Elena
Elena Hernán dez C
IBEROAMERICANA
BIBLIOTECA FRANCISCO CLAVIGERO

Certeau, Michel de, 1925-1986


y psicoanálisis

1. Psicohistoria. 2. - Aspectos psicológicos.


3. Psicoanálisis. Mendiola, Alfonso.

Un camino sin trazar, por Luce Girad


El recorrido de las disciplinas
Lugares de elección y de composición XIII
El encuentro con el psicoanálisis XVIII
Título original en francés Psicoanálisise historia de la espiritualidad XXVI
et psychanalyse en fre science Sobre la edición de esta obra XXXI
et
Éditions Gailimard, 2002 (Folio histoire, 116) La historia, ciencia y ficción
ISBN 2-07-040493-5 "Ficciones"

Lo legendario de la institución
Traducción de los 1-VI y Alfonso Mendiola; de Cientificidad e historia: la informática
"Un camino sin trazar y " Cinta. Ciencia-ficción, o el lugar del tiempo
Portada: Ana Elena Pérez
Psicoanálisis e historia 23
la. reimpresión de la segunda en español, 2007 Dos estrategias del tiempo 23
Freud y la historia 25
D.R O Instituto Tecnológico y de Estudios Tradiciones
de Occidente)A.C. 29
Periférico Sur Manuel 8585 Derivas nacionales 31
45090 Tlaquepaque, Jal. Desplazamientos y perspectivas  36

O Universidad A.C. La "novela" psicoanalítica. Historia y literatura


Paseo de la Reforma 880 Presupuestos históricos
Col. Lomas de Santa Fe De la a la novela
" "

01219 México, D.F. ,


Una tragedia y una retórica de la historia
La biografía anti -individualista
Una estilística de los afectos
ISBN 968 -859-253-6 El poema y la institución
ISBN Creer en la escritura

Impreso y hecho en México IV. La risa de Michel Foucault


Printed and in Una práctica intelectual
Prácticas del poder
Todos los derechos reservados. Esta no puede ser reproducida,
ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por un sistema de
recuperación de información, en forma ni por ningún medio, sea V. El sol ne gro del lenguaje: Michel Foucault
mecánico, electrónico, magnético, por fotocopia, o cualquier .- El sol negro
otro, sin el previo por escrito de la editorial. Del comentario al análisisestructural
" "
Las discontinuidades de la razón
Los equívocos de la continuidad: la arqueología
" "

El pensamiento del afuera UN CAMINO SIN TRAZAR


Cuestionesabiertas
VI. Microtécnicas y discurso panóptico: un quiproquo
 Luce Giard
Naturaleza y análisis de las
Microtécnicasde producc ión de una ficción panóptica
VII. Historia y estructura
Una sorpresa histórica: la diferencia del siglo religioso
La estructura del pasado histórico
La estructura del presente historiográfico
La historia y sus condiciones de posibilidad
(de la cronología a la estructura )
" "

[Especificacionesaportadas después de las exposiciones


[Un miembro del auditorio pregunta chel de Certeau tenía una manera inimitable de cruzar las fronteras
los campos del saber, como si esto fuera normal y cayera por su
VIII. Lo ausente de la historia o peso. Los capítulos de este libro nos lo ilustran de manera con-
El informe, práctica de la separación
reta. A De Certeau no le inquietaba tener que esperar un
heterología? to en la garita fronteriza ni solicitar el consentimiento de los
Las huellas del otro rdias del lugar. Sin ostentación ni declaración de principios,
IX. La instituci ón de podredumbre:
aba con paso como si no se presentara a su mente motivo alguno
Entre dos. Psicoanálisis y ra dudar, ocupada ésta en descubrir la mejor vía de investigación.
Nominación. Lo noble y lo sta atención concentrada en su objeto de reflexión, había una
De la tortura confesión impulso contagioso que afirmaban que el asunto era
Hay del otro como para proceder de manera distinta, y que el tiempo era
La tradición por lo podri do ,
asiado corto como para titubear. De adolescente, fue aficionado al
de la esgrima y al en su Saboya natal. Estas dos
X. una ética del habla des parecen haber dejado una huella en su modo de proceder en
La tragi-comedia suntos del intelecto. 0, tal vez, todas las actividades del cuerpo y
"El artista precede "
lecto habían terminado por fundirse en una sola unidad, al
, La mentira y su verdad a esa conjunción de cualidades que daba un estilo inimitable
" "

Retornar de Freud ra de su inteligencia. Después de su desaparición, Augé


Una arqueología cristiana descripción más certera al proclamar en una inteligencia sin
"

La teoría de las figuras éticas ,sin fatiga y sin orgullo .'


"

política del habla? as veces se le reprochaba no estar ni adentro ni afuera, no


en su totalidad ninguno de los papeles que le otorgaban
Índice profesional, las tomas d e posición y sus abundante s
ómo oxientamos, en este recorrido rápido, variado, inventivo,
o por una amplia producción escrita, que lo presentó
e a sus lectores como un jesuita editor de las fuentes del primer
Augé, Présence, absence , en Luce Giard (ed.),
" " de Certeau,
Pompidou, un temps, 1987, p. 84.
LA HISTORIA, CIENCIA Y

una palabra peligrosa, igual correlativa, ciencia. Por


en otra de definir su estatuto, precisaré aquí
e, a manera de nota preliminar, cuatro funcionamientos
e la ficción en el discurso historiador.
Ficción e historia.La historiografía occidental lucha contra la
guerra intestina la historia y las historias se remonta a
Ésta es una querella familiar que, establece
Pero por su lucha contra la fabulación contra
os y las leyendas de la memoria colectiva o contra las de
lación oral, la historiografía crea una distancia con relación al
al creer comunes, y se aloja precisamente en esta diferencia que
ita como sabia al del discurso ordinario.
que ella diga la verdad. Ningún historiador tuvo tal
bien, con el aparato de la crítica de documentos, el erudito
ozos de error a las fábulas . El terreno que conquista sobre
" "

adquiere al diagnosticar lo falso. cava en el lenguaje recibido


que da a su disciplina, como si instalado en medio de las
y combinadas de una sociedad (todo lo que ella se
o se contó), se dedicara a perseguir lo falso más que a la
, o como si sólo pudiera producir la verdad reconociendo algo de
Certeau, de l'histoire, ed., 1984, 312-358
texto hemos puesto en español los títulos de obras en otros
ue ya se han publicado en versión española; sin embargo
empleó el autor, si bien entre corchetes d
en español, según tenemos cono
de de Certeau se indicaron en la n. 2 de
DE Y CIENCIA Y

sigue siendo esencial. Por lo tanto, éste será el centro oscuro de algu
nas consideraciones que yo quisiera intro 1 aislarse, ha tratad o de sustraer la producción de esta
ciencia y de la ficción, abordando solamente tres cu a la y a la comercialización de los relatos
al producido por la
" es también lo legendario de 1 nuestra actualidad. Esta retirada, que tiene tanto
tución historiadora; 2. el aparato científico, por eje (un cuerpo de Estado), como de corporación (una
tiene también aspectos de ficción en el trabajo de historiar; 3. al tió la circunscripción de objetos más antiguos (un
la relación del discurso con lo que lo produce, e de u n material muy escaso (unos archivos) y la
una institución profesional y después con una m e operaciones controlables por la profesión (unas técnicas).
podemos considerar a la historiografía como una me si los procedimientos generales de la
de ficción, o como un lugar en donde se reintroduce el

Lo legendario de la institución la técnica propia de las


as, es necesario por lo tanto reconocer lo que ellas
De una manera general, todo relato que cuenta 1 " ral de nuestras historias
pasó) instituye lo real, en la medida en la cual se
tación de una realidad (pasa da).El relato extrae que, sosteniendo estas investigaciones, las reúne a
se pasar por el testigo de lo que es, o de lo que fue. seduce, y se cas comunes de las que pretende distinguirse.
impone, a nombre de los acontecimiento erudición sólo es ocasionalmente una obra individual. Es una
intérprete, por ejemplo las últimas horas de Para la comunidad científica corregía los
la economía capitalista de las haciendas' m xicanas. En efecto, to la subjetividad de los investigadores. Pero esta comunidad
autoridad se funda sobre lo real que ella ha una fábrica, distribuida en cadenas, sometida a las
siempre en nombre de " "
realidad como se hace marchar a los cre- atada en consecuencia a las políticas y a las limita -
yentes y se produce . La adquiere este poder en tanto e un instrumental sofisticado
que presenta e interpreta hechos .
" " es lo que el lector podría tadoras, modalidades de edición, etcétera);
oponer al discurso que dice lo que es (o lo que Le es necesario or un reclutamiento social bastante restringido y homogéneo;
consentir a la ley que se enuncia en términos de scontecimientos. por esquemas o postulados socioculturales que imponen
"
Sin embargo lo real representado no corresponde con lo real que
" tamiento, el estado de las investigaciones, los intereses del
determina su producción. detrás de la figuración de un pasado, el de moda, etcétera. Además, está interiormente
presente que lo organiza. sin el problema es el da por la división del trabajo: tiene sus patrones, su
siguiente: la puesta en de una realidad
decir el discurso mismo, oculta el
que lo produce, es decir la institución profesion
tión parece bastante astuta: el discurso se
realidad que ha supuesto representar, pero esta apa
precisamente para camuflar la prácti ductos de esta fábrica, no dicen nada
te. La representación disfraza la praxis que cultan su relación con este aparato
El discurso la institución. La conómico. que la tesis, por ejemplo, explicita
capa a las coacciones trón del cual depende su promoción, o con los
que el patrón debe obedecer, o con las

e a Rhetorical Problem , en Quarferly


"

Speech, tomo L LX  1973, pp. 155-164.


HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y
DE

nada de ella pre tendiendo representar lo real.

simbolizante. El texto sustituye por lo tanto la elucidación de la selectiva y de un aparato técnico codificador, el perió-
institucional fabrica por la representación de un pasad a televisión. Todo sucede como si, a través de Dan Rather, Af -
Da una apariencia de (pasada) en lugar de la praxis (present
que lo produce: uno es'pu esto en el lugar del otro.

El historiador lucha ferozmente, como es obvio,


rechazar esta solidaridad que lo compromete. Vana negación. La pa
culta de esta historiografía conforma solamente una especie particu
del género, que no es más técnica que las especies vecinas, sino
" "
MICHEL DE CERTEAU HISTORIA Y CIENCIA Y

equívocos) y obligatoria (prohííe por su forma todo rechazo de


contenido). Por ello, su escritura dispone de una autonomía que h e determinación histórica, una técnica, otra
" "
de la elegancia el principio interno de su desarrollo. De hecho, ideológica y social, fue y permanece como la
- -
aplicación al análisis de la sociedad depende de circunstancias
tiempo y de lugar. Aun cuando, en el siglo Craig, con
" rules of ya pretende calcular las probabilidades
testimonio en su Theologiae... en el siglo cuan
Condorcet funda una matemática social y emprende un cálculo
" " descubrimientos científicos, de estructuras institucionales
iones sociales cuyas implicaciones históricas se desarrollan

entonces, tra tan matemáticamente la realidad social.

se Genio matemático de la sociedad que pretende analizar? La

odelo matemático es rechazado en beneficio de un

que el estructuralismo macroeconómico del siglo

sólo es posible utilizar la estadística en historia


cabo restricciones drásticas en el objeto de estudio, aunque

núm. 4,1964.
DE HISTORIA Y E NT
 NTR E CIENCIA Y

que es susceptible de ser constituido en series (lo que de esta manera, el cálculo no se ocupa, esencialmente, más
,

historia urbanística o una historia electoral, en detr Es una gestión de unidades La historia real es,
historias, dejadas sin cultivar o abandonadas a un artesanado de , echada de sus laboratorios a la calle. Por
Por esto, la reacción
reacción de
También se deben definir las unidades tratadas de manera riadores hacia la matematización
matematización es muy ambigua.
el signo (objeto cifrad o) no sea jamás identificado c ren. A la vez seducidos
seduci dos y rebeldes.
rebel des. Yo
Yo
las palabras, cuyas variaciones históricas o semánticas comprometer dad teórica,
teórica, sino de una situación de
la estabilidad
estabil idad del signo y, por lo tanto, la validez del cálculo. A arla, tal como se
restricciones
restricciones exigidas
exigidas por ele l lavado de los datos, se añaden las
" "
ueden señalar al menos tres aspectos del funcionamiento
imponen los límites de los instrumentos teóricos. Por ejemplo, se n
" "
una lógica vaga capaz de tratar las ca (donde la
" " "
poco , bastante , quizás , etcétera, que son caract
" "
, el cálculo de probabilidades, la
histórico. A pesar de las investigaciones
investigaciones recientes
recientes que, par tiendo de ística aplicada), el análisis de los
nociones de proximidad o de distancia'
" " "

los conjuntos vagos en el


" " los algori
reducen a tres o cuatro fórmulas. ir nuevos archivos que se
Nosotros tenemos la experiencia de las os o privados, duplican y
efectuar en el material porque no era tr
impuestas. Yo podría contar los avatares de investigaciones
investigaciones
por ejemplo sobre los Estados generales de 161 16144 o sobre los
doléances de 1789, objetos finalmente rechazados fuera del campo cu os creados en Francia, en
vado por la informática. Desde el nivel elemental de la delimitación Ivan Cloulas en relación
las unidades, y por muy buenas razones, la operación matemática con el central de
cluye regiones de la historicidad. Ella
rechazados por la computadora y amontonados a su alrededor. desarrollo considerable de la computadora no está menos
3. Estas en la medida en que son respetadas e ores de ella, e n la
práctica efectiva del historiador,
historia dor, producen una corrección técnica
técnica y icionalmente considerada como auxiliar y
" "

todológica del resultado. Generan efectos de Pa trabajo de interpretación que el historiador se


rizar estos efectos se podría decir, de una mane como lo propio de su campo. Aun cuando al transformar la
se introduce
introduc e el cálculo multiplica las hipótesis orma también las posibilidades de la
de ellas. Por un las combinaciones
combinaciones entre 1 mputadora sigue estando alojada en un compartimento par -
ron sugieren relaciones hasta ese momentomomento la empresa historiográfica, en el interior del marco
lado, el cálculo basado en grandes cifras p la autonomía de la hermenéutica. Solamente
Solamente
dadas sobre casos particulares o sobre luga lugar de auxiliar , aún determinado
" " d eterminado por el viejo modelo
tanto, crecimiento de los posibles y determ entre la recopilación
recopilación de datos y la elucidación del sentido,
cálculo no nada. Hace crecer el número de la técnicas. En
En principio, esta combinación permite
permit e
les legítimas entre elementos definidos ab r el cálculo sin tener que plegarse a sus reglas. Ello
duda, que haya, en el nivel de las formas de trabajo
ser contrarias
contrari as a los tataba Charles tan pocas confrontaciones

rousse, 1975.
DE HISTORIA Y ENTRE Y

matemática y la operación interpreta


epistemológicas entre la operación matemática el tributo que paga a la informática, la hace
ella no es ficción. Sus planteamientos científicos
científicos aún expre-
lo es: el homenaje rendido a la computado ra sostiene
ión de hacer pasar el discurso por un discur-

más seguros y más extensos en lugar de ser aprovech ada en " "
problemática del hacer creer por la acción de citar al po-
las operaciones formales que posibilita, la computadora aparece ,como su corolario, una problemática del creer que está
" "

trabajos
trabajos bajo su fi gura actual de poder tecnocrático.
tecnocrático. Se
Se introduce en acción de citar al otro. Las dos están ligadas, al ser el poder lo
historiografía a titulo de una realidad socioec
socioeconóm
onómica
ica más bien

 je al poder reorganizador


reorganizador de nuestro
nuestro aparato productor. LosLos dos
tos, uno de adaptación a un método técnico contemporáneo y otro
técnico contemporáneo
dedicatoria a la autoridad
autori dad reinante, no son separables. Es el mis
gesto. Desde
Desde este punto de vista, el tributo que la erudició n contemp
contemp
ránea paga a la computadora sería el equivalente de la Dedicatoria
"

es el modo en el cual se presenta el fantasma de una cien-

del rey. y operaciones que sólo ejecuta a distanc


Las utiliza pero no es ellas. En suma, escribe
escribe la historia pe ro no hace
historia.
hist oria. La

a de autoridad. De entre todas las


des a las cuale

como una garantía de lo real, en


los papeles y billetes de banco. Es
DE CERTEAU
HISTORIA Y CIENCIA Y

Ciencia-ficción, o el lugar del tiempo

Esta combinación sería lo histórico mismo: un retorno del pasado en

do. De hecho, este ob- jeto,


 jeto, ob jec
- jectu
tum
m, supuest
supuestamente
amente exterior
exterior al lab
lab
torio,
torio, determina desde de ntro las operaciones.
Esta combinación se ve frecuentemente como el efecto de
arqueología que debería eliminarse poco a poco de la buena

funda sobre una política.


política.
el tiemp
tiempo. De
De este modo se encuen
enc uentra
tra modificad
modif icada
a la

que la elucidación de esta mezcla tendría como objetivos.


1. Una Nuestras ciencias nacieron con el gesto

instituciones científicas,
científicas, transformada
transf ormadass en potencias
potencia s logísticas,
logísticas, se

e, en el interior de una sociedad, circunscribe un "pasadorr


sociedad, circunscribe
historiografía. relación que una ambición productiva mantiene con lo que
Por lo tanto, necesario en la actualidad "repolitizar " las ci con el medio del que se separa, con el entorno que debe
,con las resistencias que encuentra, etcétera. Ella tiene por
relación de una empresa con su exterioridad, en el mismo
DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

En esta concepción típica de la economía burguesa y con


" "
r: historia d e las mujeres, de los negros, de los judíos, de las
tadora, llama la atención el hecho de que el tiempo es la exterior cultural es, etcétera. Desde luego, en estos sectores, se puede a
es lo otro. Por ello, sólo aparece, a la manera de un sistema mone stener que el estatuto personal del autor es indiferente (en
como un principio de clasificación para los datos situados en este con la objetividad de su trabajo) o que solo autoriza o inva -
objetivo externo. Metamorfoseado en medida taxonómica de iscurso (según se pertenezca o no al grupo del cual se escribe).
cosas, la cronología la coartada del tiempo, una manera debate exige precisamente la explicitación de lo que ha sido
servirse del tiempo sin pensarlo y de exiliar del saber este principio por una epistemología, es decir, aprender cuál es el impacto
muerte y de pasaje (o de metáfora). Queda el tiempo interno de la elaciones de sujetos a sujetos (mujeres y hombres, negros y
ducción, pero transformado en su interior en una serialidad raci etcétera) en el empleo de técnicas aparentemente neutrales " "

de operaciones, y objetivado en su exterior en un sistema métrico organización de discursos quizás igualmente científicos. Por
unidades cronológicas, esta experiencia no tiene más que un lengu cho de la diferenciación entre sexos, se debe concluir
ético: el imperativo de producir, principio de la ascesis capitalista . produce una historiografía distinta de la de u n hombre?
Quizás al restau rar la ambigüedad que comprende la relación yo no tengo una respuesta, pero constato que esta
 jeto-sujeto o pasado-presente, la historiografía volvería a su tarea oblematiza el lugar del sujeto, y obliga a tratarlo,
gua, tanto filosófica como técnica, de decir el tiempo com epistemología que construyó la verdad de la obra sob re la
" "

ambivalencia misma que afecta el lugar donde ella está, y en consecu ncia del locutor. Interrogar al sujeto del saber significa
pensar la equivocidad del lugar como el trabajo del tiempo e erse a pensar el tiempo, si es verdad que el sujeto se organiza
interior mismo del lugar del saber. Por ejemplo, la arqueología que estratificación de tiempos heterogéneos y que, mujer, negro
taforiza el empleo, sin embargo técnico, de la informática, hace aparec 1 está estructurado por su relación con el El tiempo es
en la realidad de la producción historiográfica esta exper ente la imposibilidad de la identidad con el lugar. Por ahí
esencial al tiempo, que es la imposibilidad de identificarse al lu a entonces una reflexión sobre el tiempo. El problema de la
Que lo otro estuviese
" " ahí, en el lugar, es el modo en el cual se se inscribe en el lugar de este sujeto que es en sí mismo el
núa ahí el El tiempo también puede regresar en el pensamie diferencia, historicidad de la no -identidad en sí.
historiográfico por una modificación corolaria que concierne a la el doble movimiento que trastorna en su al lugar
ca y a la concepción objeto, y no más a las del lugar. Así la hist
"
de la historiografía introduciendo en ellos al tiempo, hace
"
inmediata no autoriza a distanciarse de su objeto que, de he
" "
mbién al discurso del afecto y de las pasiones. Después de
la domina, la envuelve y la coloca de nuevo en la red de todas las o central en el análisis de una sociedad hasta el fin del siglo
"historias . Lo mismo
" historia oral", cuando no se contenta co a Spinoza, Hume, Locke, o Rousseau), la teoría de l as
transcribir y exorcizar estas voces cuya desaparición era antiguamente e los intereses fue lentamente eliminada por la economía
condición de la historiografía: si se pone a escuchar, sin detenerse en , en el siglo la sustituye por una interpretación racional
que puede ver o leer, profesional descubre enfrente de a sus inter aciones de producción y sólo conservó de la antigua
locutores que, aunque no especialistas,son eilos también sujetos produ nte, permitiendo dar al nuevo sistema u n anclaje en las
tores de historias y firmantes del discurso. De la relación sujeto -objeto . Después de un siglo de rechazo, la economía de los
pasa a una pluralidad d e autores y de personas con unas relaciones co ornó bajo la modalidad freudiana de una economía del
tractuales. Ella sustituye la jerarquía de los por una diferenci . Con Tótem y tabú, El malestar en la cultura o Moisés y el
ción recíproca de los sujetos. Desde entonces, la relación que presenta, necesariamente en relación con un rechazo, el
con otros el lugar particular en que está el técnico, introduce una e expresa y funda de nuevo las cargas afe
tica de estos lugares, es 'decir una experiencia del tiempo. structuraciones colectivas. Estos afectos son
3. El sujeto del saber. Que el lugar d ond e se p
sea pertinente, eso aparece naturalmente más el plano colectivo, el mismo problema se plantea, co
la difícil relación que mantiene la nueva
curso historiográfico trata cuestiones que problem lista con la pluralidad de su objeto-sujeto. Ver
ique et le des idées en
Sobre este " " pasado en el presente, cf. a con núm.1 2,1979, pp. 69-87.
DE CER 
T  U
EA  Y ENTRE CIENCIA Y

retornan en e l orde n de una razón socioeconómica. Permiten introduce en ella, precisamente

legitimidad a la ficción que obsesiona


es necesario reconocer
" "

científico lo rechazado que tomó


. del discur so con el poder con la

este primer aspecto,


lugar propio y es decir,
papel tan importante de la retórica
es precisamente un

continuación como disciplina ,


" "

que más le resisten. La


o hasta contradictorios,

and fhe
DE

no renuncia a eso que ella


movimiento ético.
ciencias como la ficción lo
de
explicable con que no
cuenta ahí es una ficción de la

eso
de lo

pero
ejemplo,

re de
asma, y

familiaridad de este
"

leyendas generales, entre técnica


para
ordedura secreta y
memoria se convierte
control es el
se inscribe como dos operaciones
, sino una Pa-
la recuerdo, que es lo
siempre obligado a
omo se
un resto condenado
" "

en ese
iencia que
Y
DE CERTEAU

f  cuales comprender las diferencias


" "
obsceno ',' esta basura , esta resistencia
" " "

que sepa O en contra del


del otro.
se desarrolla a la inversa
pasado y el presente. Es resultado de las
lugares supuestamente distintos:
profesional,social)del
de la investigación y de la
de explicar; por otra parte,
bibliotecas) donde se guardan,
de la investigación, y,
sistemas o los eventos pasados
el análisis. Una frontera
,

representado, citado,
psicoanálisis la
diferentes de distribuir el espacio de la
Y ENTRE CIENCIA Y
DE

entre
colectiva.

científica.
HISTORIAY ENTRE CIENCIA Y
DE

to psicológico" del presidente trabájo tardío y


Freud y W. C.
del con la historia general.

estos debates en donde se deben investigar los verdaderos


de una historia

conceder valor teórico a los problemas institucionales, la


de tenerlos fuera del análisis como una "desgraciau o una

del discurso o en una gnosis de símbolos.

1968.
du mouvement
De aquí la importancia de las narratividad
HISTORIA Y Y
DE

ología psiquiátrica cohabita con las curaciones del


"

tiempo dirigida por Jung) para conducirla, por ejemplo, a elaborar


tipología de los sueños según las razas.

Internacional está en relación con Viena. De Moscú, M. Wulff

de un

sumisión. En esos espejos de una USA, la separación


a Freud tiende, primeramente, a la reestructuración de una
sis de la Enciclopedia médica soviética, V . Vnukov discute las
"

siones del
" de tener derecho a resolver problemas
"

tienen una gran e histórica , cuando el análisis es


"

a la democracia burguesa . Es bajo el estalinismo que,


"

decisión Partido se fija la psicología sobre la razón cons


te y práctica, el freudismo se verá como ultraindividualista
" Freudismo , en
" Entsiklopediia, 1935)  y completamente
neo, incapaz de aprehender los procesos y necesidades
"

como productos del desarrollo social e histórico (art.


"

En Estados donde Freud fue invitado en 1909 Jr., Freud and fhe Oxford, Oxford
y Ferenczi), el sentimiento de que por fin al psicoan
se le otorgó la consagración universitaria que le fue rechazada en
DE ENTRE CIENCIA

obstáculo cierra Y
de su obra:

en
curiosamente de la
DE CERTEAU HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

ien de un mod o interno, con el trabajo necesario de


pérdidas de la teoría en lo que concierne: a) las relaciones
encia y conflicto a partir de las cuales se los
analíticos; b) el funcionamiento de las asociaciones o

encia ilustrada. A que declaraba los derechos y


1. Una historia del psicoanálisis a conciencia "una plena libertad y responsabilidad,
-
DE Y ENTRE CENCIA Y

3. Una historia de la naturaleza

E
ce que 'Les (diciembre en La de 1' 
Aubier Montaigne, 1947, pp. 83 92.
LA
HISTORIA Y LITERATURA

impacto del freudismo sobre la configuración que rige, desde


glos, las relaciones de la historia y de la literatura? Estas
se distribuyen actualmente según las instituciones
departamentos universitarios) que las administran y
ra los accidentes. Ciertamente, el divorcio entre la
a literatura compete a un proceso muy antiguo y demasiado
a ser contado. Patente desde el siglo legalizado en el siglo
o un efecto de la división entre las letras y las ciencias , la
" " " "

o ha sido sino hasta el siglo por la


rsitaria. La división está fundada en la frontera que las
as establecieron entre lo objetivo y lo
" " es
e lo que ellas controlaban y el resto .
" "

ta distinción es objeto de una revisión. En este caso, como en


otros, la literatura ha desempeñado un papel de vanguardia.
lo, con la novela El freudismo, que presenta por
aspectos de novela fantástica, participa en esta revisión.
les nuevas relaciones, al definir de otro modo los términos
ón. Éste es un problema de fronteras que yo querría
r de Freud. Es un problema que provoca una re distribución
o epistemológico. Y toca finalmente la escritura y sus
stitución. Yo muestro de inmediato mi tesis: la li teratura es
teórico de los procesos históricos. Ella crea el en
operaciones reales de una sociedad acceden a una
por indicio, por ejemplo, la separación entre historias
" "

el de la literatura histórica.
novela fantástica la frontera que la ciencia po-
entre lo real y lo imaginario. Ver Todorov,  Introduction la
1970  a la lzteratura de
os Aires, Tiempo Contemporáneo,
DE HISTORIA ENTRECIENCIA

tiempo, han sido para las ciencias exactas:


la "
la ficción que la vuelve
"

Presupuestos históricos

previas afectan todo examen de las


difíciles relaciones entre literatura e historia.

"científicamente "

cientificidad"a

histeria "
Freud formado,
locales en electrodiagnóstico , "

nte, de que sus historias de enfermos (Krankengeschichten)


"

que están, por decirlo


ácter serio de la cientificidad Eso lo
enfermeda d. Su manera de trata r la histeria
escribir. Metamorfosis del discurso:

alcanzar una cierta inteligencia en el

3 Este texto continúa a de Certeau, de ed.,


1984, parte, 8 y 9), y arriba capítulo
4 escribe, en  Mann tomo p. 123
DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

ramente, Freud utilizó el sueño para rearticular estos

relativas al otro (desde el Edipo o la castración hast anti-individualista

la psiquiatría, este objeto privilegiado termina, mismo,


a disciplina: el psicoanálisis, se dice, es la biografía. El
studio de la biografíaremonta, efectivamente,a los inicios del
En las sesiones de los miércoles
" " relación con los
arcot?), antes de la misma funda ción de la Asociación
examinaban unos "casos : Jean-Paul, H.
" N. Lenau,

de base social y de fundamento epistemológico a una


y a una política Transmite su postulado
mítico a la gestión racional de una sociedad supuestamente
productivos y autónomos. Ésta es la figura
que ellas practican una lógica de lo occidental. La psicología del creador sólo es una

Ver Claude Irnbert, and Alexandrian Poetics ", en


al., and 1980, pp. 182-216. Sobre
y su relación con el novelesco, ver de de
ENTRE CIENCIA Y
DE

de la sociedad liberal, recibió de su lugar de nacimiento esta her lina científica,no instituye unidades propias. Hace
que se convirtió en un dato sociocultural. Pero no lo ac a a salir el carácter ficticio de su objeto y muestra las
un postulado. Al contrario, lo desmantela; destruye su miento nos hace recordar el
Una comparación muestra lo esencial. E literaria que Karl Marx practicó en El dieciocho
los derechos y los deberes de la conciencia ilustrada: para desmitificar la representación política, al rechazar la
tad y responsabilidad, una autonomía del conocimi
"
todo social por lo político.
permita al hombre "salir de su minoría d o son igualmente los
progreso se apoya en el postulado individualista. ración que
Freud rechaza una a una todas las afirmaciones kantianas. En su an a la escena de la que fue borrada; y la novela es el
sis, el adulto aparece determinado por su minoría de edad"; el
" " "

nocimiento, por los mecanismos pulsionales; la libe


inconsciente; el progreso, por los acontecimientos or
Por lo tanto, estas novelas biográficas
vidualista y conquistadora de la burguesía
Quijote de Cervantes fue, al inicio del siglo pa de la misma manera, en el discurso freudiano.
ñola. La figura que organizaba las prácticas de una sociedad se Proporciona, desde los
vierte en la escena en la que se produce su reinversión crítica. bre la histeria, una base al análisis económico del psiquismo.
" "

define aún el lugar de donde desaparece. No a de las veces autónomo con relación al funcionamiento de las
otro -una máscara7. Este procedimiento crítico es aciones, está sometido a unos mecanismos generadores de
no. Cuando la cientificidad " se construye un lu
"
ucen la histeria; sus des-
"

de éste todo lo que no le es adecuado, el análisis freudiano descubr la neurosis, etcétera.


,

alteridad que la apropiación y que ecisiva en la práctica analítica de


los juegos contradictorios que se de ero estos refinamientos de la teoría no podrán hacer olvidar un
mismo, entre lo en se manifiesta y lo que se oculta; toman, en la obra
el equívoco y la pluralidad del lugar. También desde este punt ,

vista, es de tipo El paralelo con Don pasiones. Después de


ías médicas o filosóficas antiguas
cidencia, ni un caso único. o uno de los movimientos de -
El mismo de crítica percibe otra unid ad fundamental
" "

es cuya composición organizaba la vida social, han sido


la que la formación está por otra parte históricamente ligada a la vista del siglo o arrojadas
individualismo: unidad nacional. Para Freud, como para M studio de las pasiones es una
nación sólo es un señuelo. Ésta es la fusión tar lidad literaria, en el siglo ésta no depende más de la
asambleas en las ésta de la
bajo otras formas
freudiano la unidad histórica rec
. Hecho notable, en su propia
 judía) para en ella una soldad iva, el freudismo les devuelve, simultáneamente, su
entre fuerzas y las huellas de su a las pasiones, a la retórica y a la literatura. Realmente están
individualismo, esta tres habían sido excluidas en bloque de la cientificidad
omo se efectúa, en la obra de Freud, por la vía indirecta
nsciente. En realidad, esta vía indirecta es primero la

O. The and the Princeton (N. J.), Princeton


DE ENTRE Y

o, si se prefiere, la observación clínica, de pero a la inversa: si el positivismo


del siglo hizo de las pasiones al de los discursos rso que confiesa la subjetividad, el
de la razón social, y deportarlas a la región de lo "no serio
" " "
iene por ciego, hasta patógeno, el que la esconde. Lo que el
"literario , reduciéndolas a desviaciones psicológicas con
"
sin rehusar sin embargo la
orden, para finalmente, de todas estas maneras, marginarlas. Este rech de ser un saber alcanzado " "

zo epistemológicoestá, por otra parte, ligado a ciado que la enunciación


por una burguesía productivista. Por riedad. En el campo analítico, este discurso
Freud divide según su propia concepción del aparato psíquico, lo ser operativo porque está tocado , herido por el afecto. La
" "

pera ahí donde las pasiones han sido rechazadas por una historia d que le es retirada es la fuerza de su operatividad. Éste es el
te, entre los residuos de la racionalidad y los desechos de la o teórico de la novela.
Sin embargo ahí,y mientras más son ellos rechazados, estos m es también reaprender un lenguaje "olvi-
tos ciegos y sin lenguaje técnico determinan la economía de
" "
a y reprimido por la
sociales. Freud les devuelve una legitimidad en . Enraizado en la diferencia sexual y en las escenas infantiles, esta
científico, lo que evidentem ente deporta este discurso hacia ula, disfrazada, en los sueños, las leyendas y los mitos.
Su análisis de afectos concierne bajo dos modos muy vez su fundame ntal y la proximidad con
rso, Freud sabe que, junto a los novelistas y los poetas,
la antigüedad y de la superstición
ciencia Pero finalmente
este admirador nada serio, quien mejor ha
comprendido la posibilidad que
ginal y transgresivo en el recurso a
que quizás permanecerá de Freud:
muestra a la misma literatura como una lógica
al hombre de ciencia .' Cierto que "

eció mucho el "descubierto "

A pesar de todo, tenía apego a lo serio. Pero la


igualmente de obras que, al perder su actualidad
revelan en su caída, si uno se atreve a decirlo, y gracias a lo
ca, la lógica diferente, aquello
vio con anticipación, en los
en lo que los cambiaríasu "muerte científica. "

ste subrayó que, linguísticamente, los


de ab por Freud, relativos a lo que en el sueño,

tor, esencialmente de lingüística general,


de
de Juan
générale, Pari
México,
a fonction du la découverte
DE Y E NTR E CIENCIA Y

marcas del lugar de su producción. Nos devuelve a una teoría de íticas están entrecortadas de
afectos y de sus representaciones. Existe en la obra de Freud
lística. Ésta no la clasificación, sin e un punto estratégico: la posición
construía a partir de una nomenclatura psicol sujeto de un supuesto saber . La teoría insiste sobre
"

Siguiendo el juego de los afectos entre sus ocultamientos y sus que regresa a la nada del saber y a la reciprocidad
" "

siones, el psicoanálisis analiza de hecho, las modalizaciones del dora de una relación de otro a otro. Pero frecuentemente la
ciado por los contextos de habla; ésta funda una lingüística
" un saber acreditado por una agregación y por el
sobre un equivalente, actualmente pensable, de lo que er institución. Lo contrario es verdad también: lo
antigua teoría de las pasiones. ad que la práctica reduce a nada.
ta ambivalencia. En relación
El poema la institución
alista, otras veces como relación con un maestro; destaca la
El lenguaje del analista y el del analiza ra ora institución .
" " "

problemática. Finalmente los dos corres la cuestión volviendo a lo que Freud nombra
en la obra de Freud, de la construcción y
" ria
" punto nodal de las
leyendas " und
mente de que Freud llame ficción o
" "

" leyendas (pero también ficciones ) a los le


" " " lo tanto a la vez
estatuto de por suponer (o hacer creer) que hablan d
real. Su común determinación de los mismos procesos de const " storia que le falta. Este proceso escriturístico
ción es una pieza /esencial de su sistema de interpretación. El d
" ón " que pone en
curso freudiano se substrae a los mecanismos que descubre ión o un Exilio, y la ficción
" "

sus No está exento de ellos, como si ocupara la posici al Logos, a la violencia


privilegiada de una observación . Elucida un funcionamiento
" " Cronos-Saturno. Todo sucede de tal manera
cual mismo está la escritura tomara del Tiempo la doble característica de per -
Al menos en principio esto es verdad. De hecho, la obr ar (esto es un exilio) y de devorar la vida (esto es un
Freud se compone de dos tipos de textos muy archa (interminable) y el hambre (insaciable)
aplican la teoría; segundos la expone
A la segunda categoría pertenecen las Le "

" Compendios , etcétera. Mientras que, en


"

psicoanalítico está sometido a la ley


deformaciones de que trata, en los segundos se asegura un lugar
gisterial a título de la institución psicoanalítica y social que lo sos No se debe solamente a la manera en la
Hay aquí un doble /juegoverificable desde los orígenes. Se desarr como si fuera una tara causada por un
" "

en el freudismo provocándole una oscilación entre los momentos pecado de la historia del que la escri
se podrían llamar analíticos y los moment
" " hay inocencia primera, ni en la escritura. La
del psicoanálisis está hecha de esta alternancia e e su explotación, aun
y los abusos de autoridad mo del discurso.

Charles  de G
Ver Roland Barthes, L'ancienne rhétonque , en Co
" "

pp. 172-225 acerca de la elocutzo.


MICHEL DE

ara Schiller una desaparición del ser permite una

ene ahí, en la obra de Freud, a una laguna del saber.


a lo que, como el mismo Freud lo confiesa, le falta a la
histórica. Interviene en este agujero de la argumentación en
nece a la cultura y que es reconocido y
es muy original ni temerario en sus gustos literarios: se

creíble; hace creer. Este funcionamientofreudiano del uso

" "
sentencia de Schiller: vuelve creíble en el nombre del otro. Aquí el otro es el poema.
1

 Lo quevivirá en el poema


debe hundirse en esta vida2'
emás, del poema al inconsciente hay continuidad, con la

sde este punto de vista, el discurso freudiano hace aún el

inmemorial expresa ón que mantiene la desaparición de


referencia1con la pro de todo poema). El hecho de citarlo co
DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

Y necesario que na da de eso exista para que lo abrace este mecanismo, se reencuentra la relación del discurso con
 y que yo pueda creer totalme nte en él ía y la institución, dos formas de la misma estructura: toda
 Nada-nada2' es pedagógica, y el discurso pedagógico es siempre

de miembro de una sociedad de sabios le aporta a su

e se le conoce muy bien. El valor de los enunciados


actualidad, relativo a la situación de los

o no) asegura la posibilidad para el texto de estar

literaria no sabría producir ese resultado. Cada institución


apoya sobre otras, en una "
que constituye la telaraña del

Texto editado por Jean -Pierre et le rien,


en de la tomo U  N , 1964,
p. 644, nota 1.
pe Le Pacte 1975.
DE HISTO RIA Y E NTR E CIENCIA Y

a de Tomás Moro. Sin la institución (que representa lo otro), el


de realidad desaparecería. Permanecer solamente como la red

fuera del campo reconocido por la profesión psiquiátrica. Es nec


rio asegurarle un aumento de institucionalización ahí donde

"
renunciar (lo que sería un duelo mallarmeano) a un lugar q
"

crédito al simulacro de la referencialidad, pero quiere este 1


porque sabe que, sin sería solamente un novelista. Mientras
descubre una peligrosa vecindad y una inquietante semejanza e
su discurso y las antiguas leyendas, más instaura, y restaura día c

Estas dos perspectivas no son materias optativas, como si se pu -

dad que protegen contra la cuestión del otro, contra la locura de


"
da . Por lo menos se debe hacer la distinción entre la
e la no-seriedad literaria y la normatividad fundada sobre
"

ades institucionales. No reducir el uno al otro. Es lícito pensar


Desde este punto de vista, uno se puede preguntar lo que to es posible. Sin negar ideológicamente la
del realismo
" "mismo

Castel, Le
LA RISA DE FOUCAULT

años, en Horizonte, en el transcurso de un paseo


1 Foucault era una vez más interrogado sobre su lugar:
nte, a nombre de que título habla usted? es su
está usted?" Esta solicitud de identida d lo hería
intimo. Buscaba comprender su secreto de atravesar
eras. Provocó, en La arqueología del saber, una réplica
tono casi único, donde brilla intempestivamente el
que produjo la obra:

,no, no estoy dond e ustedes tratan de descubrirme sino aquí,


donde los miro, riendo. imaginan ustedes que me
tanto trabajo y tanto placer al escribir, y creen que me
ía, si no preparara -con mano un tanto febril- el
r el cual aventurarme, con mi propósito
ole subterráneos, sepultándolo lejos de sí
desplomes que resuman y deformen su re
o donde perderme y aparecer a
más volveré a encontrar? Más de uno, como
en para perder el rostro. No me pregunten
pidan que permanezca invariable: es una
1 la que rige nuestra documentación. Que nos
do se trata de escribir.'

iva voz escapa aún de la tumba del texto.

éologie du 1969, p. 28  arqueo


HISTORIA Y ENTRE Y

DE

disciplina, colocado
"
finalmente establecido , es
"

No, no .
" "
hallazgos son los acontecimientos
a un orden. Pensar, al que aún no está pensado. Esta inventiva
asombrarse que esté ras y de las cosas, experiencia intelectual de una
buscar, recorriendo sus p tauradora de posibles, Foucault la marca con un
han formado, y descubrir en firma de filósofo a la ironía de la historia.
"cómo y hasta dónde sería posible pensar de otro ica del asombro proporciona constantemente
que Foucault respondió a sus interlocutores de B a en el empeño, a veces imperioso y frágil,
palabra más ajustada a las sutilezas de re tenaz, con el cual busca elucidar
que designaba su estilo filosófico: soy yo? "
o que los azares le revelan. Ella un
incluso a su trabajo archivístico y analítico por desdoblar los
de verdad que primero son indicados por las luces paradójicas.
Una práctica intelectual , clasificar, distinguir y comparar
sabrían apagar la vibración de des pertar que
n sus textos su manera de descubrir. Sus obras combinan por
ención con el cuidado de la aun
las proporciones varíen y, en el curso de los años, la exactitud
poco a poco sobre el reír, porque se desarrollaba su pasión de
o por una lucidez que se convierte, en sus dos libros, en
pojada incluso de su alegre virtuosismo. Lo
este excepcional ejercicio del
tica asidua de los nacimientos
" "

un reír loco
y que sacud
"

legales? No, es la e
"
casi éxtasis, del aso
Aristóteles a el momento insta
filosófica. Por unos resquicios del discurso,
DE

una verdad o una identidad pensa-


miento. lugares sucesivos no están reunidos

orgánico , ligado al pueblo por el Príncipe


" " que
Al intelectual de partido se le oponía el intelectual de
(el profesor francés por ejemplo), con muchas tensiones entre
o, testimonio, el eminente y secreto trabajo de Lucien Herr,

y culpable, de la impotencia de las palabras para relacionarse


" "

" cosas : las palabras sólo pueden desafiar la historia, de la que


"

eparadas. Fundado sobre el fracaso de la ambición que ha mol-


al intelectual , la ética
" " evoca finalmente lo que, en la
a de Francfort, por caminos totalmente diferentes, oponía al pro-
fatal del nacionalismo nazi un coraje del pensar cuya, necesidad n o
or una eficacia histórica.
duda la historia de los intelectuales incluye también un
" "

o 11 1952  [El populismo ruco, de


ez, 2 Madrid, Revista de Occidente,
MICHEL DE

En lo más bajo de esta


los tics sociales: firme una
que siguen al teatro francés
en un intelectual.

 prácti cas int ele ctu ale s en tanto que se inscriben en la red de las mil
de ejercer el poder. Así pues, el objeto cambia: no apunta más
actores, sino a las acciones; tampoco a los personajes cuya silue
destacaba sobre el fondo de una sociedad, sino a las operacio "

que, en un movimiento browniano, tejen y componen el fondo

En la perspectiva describía Foucault, yo entiendo


prácticas del poder un mddo de acción que no actúa directa e
"

e lo verosímil, es decir la ley de un medio. Tiene la

Pastores" tiene aquí la acepción de ministro de iglesia. (N. del E.).


DE CERTEAU

Y ENTRECIENCIA Y
Curiosamente, la masa y la verdad tienen en común el ser in
ores anónimos que representan el drama que lleva el nombre de un

b) Estas prácticas, especificadas por unos son más estables


sus campos de aplicación. Así las maneras de hablar o de practicar
lengua puede n extenderse a vocabularios importados, o a lenguas

gular y múltiple, está ahí en marcha, perdida en la

prendido del filósofo. Inversamente, las prácticas definidas por


-
sitio luchan sin tregua para educar, disciplinar, ordenar a la masa Por último, estas prácticas no son totalizadoras, no forman
tendiendo representarla, y para domesticar, articular y sistematiz
verdad pretendiendo producirla como doctrina. El sitio es un opera

del que lo habita, pue de haber simultáneamente formas


,tradicionalistas o fetichistas de tratar el espacio.
" "

proximidad con el nombre ambiguo del Querer o voluntad


" "

lidad objetivamente impuesta a toda decisión como su

cedimientos intelectuales. etencia, etcétera.


"
a) Las maneras de hacer no obedecen a una determinación
"

"
inventar formas de pensar de otro modo . "
v
DEL LENGUAJE:

ués de s u aparició n, el libro d e Michel Foucault, Las pala-


s, estaba agotado, o, en la mitología de la publicidad,
o. La obra, larga y difícil, cuenta, igual que los libros de arte,
signos exteriores de cultura que una mirada aguda debe
ar del escaparate de una biblioteca privada.
tú éste? De la respuesta d epende un status social e
ero este éxito, incluso el ser parte de la moda, no serían en
como lo querrían algunos, sólo la prueba d e una ob ra o bien
erficial o totalmente obsoleta?
, muy lejos de ser fastidioso , Foucault
" " (en
lla fórmulas incisivas. Divierte. Estimula. Cautiva: su
n confunde; su destreza provoca la adhesión y su arte la se-
Sin embargo alguna cosa en nosotros le resiste. O más bien, a
er encantamiento le sigue un asentimiento de segund o grado,
de complicidad que ha tomado sus distancias con relación
inicial y sin embargo difícilmente alcanzan a darse ve rdade-
s. Una vez discutida la información (que, por otro lado, deb e
ro de Jacques Roger,  Les Sciences de la vie dans
París, Armand 1963) y la virtuosidad de una
a a la cual, parece, nadie resistiría; una vez reconocido el lado
del historiador, nace una convicción de otra clase. La
ada en la obra revela una interrogación a
e pensar. Una pregunta presentida más que
algunas veces la preciosidad del estilo, la minuciosa
1 análisis abre una oscuridad donde se pierden'
el lector: la obra parece presentar el contraste, tantas
por ella, entre los efectos de superficie'' y el
"

que no cesa de significar ocultándose. Esta relación entre el


y la forma del libro es la que suscita en el lector
DE

a preguntarse paradójicamente:
dice de esencial?

El sol negro

Y no sin razones.

si el tejido de las palabras y las cosas guardara en su red el

 de la p.
DE HISTORIA Y E NTR E Y

confesado por la organización temporal de lenguajes anteriore s a t cubrirlo de


pensamiento consciente .
- ver con la gravedad de las
on la manera en que nos son
tóricos de Foucault, yo me
método y de fondo.

razón no es más un límite de la razón; ella es la verdad de la

e Foucault parece haber nacido de una irritación o de1 hastio:


ntario. El historiador de las ideas parece no
otra cosa. El comentario interroga el discurso en lo que
"

Siempre supone que existe un resto"

1 pensamiento que el lenguaje dejó en la som-


también a lo inverso, que lo formulado lleva en sí, como
que todavía no ha sido Jugando
e algo más del pensamiento sobre su lenguaje
sobre el pensamiento, el comentario traduce en
" "

" "
nes el resto del significadoo el residuo latente en el
" "

da, pues, cada vez, uno se da de antemano


"
a ilimitada de intenciones "

y en este capital inagotable de palabras


os que las reúnen. es éste el
cias, de una filosofía de o de
gesis teológica? Ellas saben de antemano la realidad que
guaje mitológico o ingenuo del pasado.

su adecuación de origen significado y


de una proposición no enviará a una

 de la p.
DE
HISTORIA Y ENTRE Y

dos reales y posibles que le son contemporáneos y que los opon


"

otros en la serie lineal del


"

En lugar de identificar el pensamiento a otros pensamientos


riores (las o posteriores (los nuestros)-, en lugar de
un mental sobre el que se desplegarían semeja

de la diferencia. Estas fracturas del tiempo no autorizan más al

indicaciones sobre lo que analiza. En efecto, ofrece al lector un


"

Para comprender el problema y su objeto es necesario regresar a

nal; se partía de la
venir hasta ahí una

o en el clima de una coexistencia

de p. 6
, p. 478, n.1.
DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

ción, i) que se agitan como locos,  j) innumerables, k) dibujados co odización de Foucault no es muy original: transición del siglo
pincel finísimo de pelo de camello, 1)et coetera, m) que acaban de r fin del siglo mitad del Pero ella tiene un carácter
per el jarrón, n) que de lejos parecen "En el asombro de a la exigencia que la sorpresa desconcierta. A un pensa -
taxonomía", añade Foucault, "lo que se ve de golpe, lo que, por me o preocupado de identificar una coherencia, la fractura se le
del apólogo, se nos muestra como encanto exótico de otro pensa enta como un acontecimiento, pero un "acontecimiento
to, es el del nuestr o: la imposibilidad radical de pensar eso". más fundamental que la continuidad constatable en el
Un índice, nada más. Sin embargo, a través de él se hace nto de superficie", una "brusca" modificación sobreviene (Foucault
rencia a otro orden, a otro "modo del orden", que se ofrece a nu sobre lo súbito) que puede ser un "desplazamiento ínfimo pero
pensamiento como lo que le confunde y le fascina. Lo aberrante tamente esencial" y que "voltea todo el pensamiento
primera señal de otro mundo; y si la curiosidad ávida d Así, "algunas veces en pocos años una cultura cesa de pensar
capar a su propia problemática, esto sucede por la preocupació o lo había hecho hasta ese momento, y se pone a pensar en otra
comprender "los códigos fundamentales de una cultura " distinta y de otro Algo fundamental se produce cuando esto
reencontrar, más allá de la sorpresa, un principio de orden. Lo de, localizado en las anticipaciones o en las consecuencias, pero
2
nomo es a la vez lo estimulante y lo inadmisible. Es la herida permanece finalmente inexplicable "una erosión desde el
racionalismo. Hay por lo tanto dos niveles en el desarrollo del p Una alteración señala el fin de un "sistema de simultane idad" y
ma: por una parte la comprensión de un sistema que es omienzo de otro. Las mismas palabras y las mismas ideas son a
otra, la exigencia de una colocación recíproca de sistemas concebi reutilizadas, pero no tienen más el mismo sentido, no son más
como "modos de ser diferentesdel orden". das y organizadas de la misma manera. Esto es un "hecho" con
Lo envía a una estructura esencial, o a un "es al tropieza el proyecto de una interpretación totalizante y unitaria.
ma" sobre el cual inscriben y se coordinan analogías u opos
para nosotros impensables. Como la parte emergente de u n ice
excepción rara, institución, una teoría implica una coherencia iscontinuidadesde la razón
situada al nivel de las ideas y de las palabras, sino "por debajo
ellas. Esta coherencia nos invita a preguntamos "sobre cuál siste pturas que cuartean y finalmente delimitan las culturas se
"según cuál de identidades, de similitudes, de analogí n en el "nivel" en que el análisis ha reconocido un "sistema de
distribuyen, de nosotros, tantas cosas diferentes y semej ultaneidad" que organiza la múltiple variedad de los signos cul-
Así sucede con el encerramiento de los locos, o hasta con la concepci De aquí surge el problema: es la validez, cuál es la na -
de la gramática siglo za de este "nivel" caracterizado como el del "subsuelo" o de la
Cuando a discernir que ayer las ciencias se h epistemológica"? Por todo elemento de respuesta, tenemos la
constituido, las experiencias se han reflexionado, las racionalidades era en la que las estructuras aparecen en el relato de Foucault.
han formado en de un "a histórico" diferente del por este camino se encuentra borroso el hecho de que este
tro, cuando constatamos que "el orden en función del cual no es definido por un método, o también que el relato describe un
pensamos no tiene el mismo modo de ser que el de la época clas eso de investigación. Hay reciprocidad entre la técnica de
nosotros mismos hemos cambiado por este descubrimiento. y, por otro lado, el tipo de ordenación de los hechos que es
ción con el prójimo, modificada por la percepción de esta d rcionado a los instrumentos que utiliza un sistema de interpreta -
ción cultural, transforma nuestra relación con nosotros mismos . Por esto las rupturas de la historia se plantean ahí donde se
suelo de nuestras tiembla a medida que se revela el he tiene la explicación estructuralista del historiad
de no poder pensar más un pensamiento de ayer.
La sorpresa' que problematiza nuestro a priori se expresa, en
"relato", por el esfuerzo para localizar las fracturas a partir de los
temas que en ellos se precipitan o que se abren en estas fronteras
Pero quizás simplemente es lo que Foucault es incapaz

7  Les et les choses, 64.


DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

Que la interferencia entre su método y sus resultados no uívocos de la continuidad: la "arqueología"


elucidada por Foucault más bien, que este problema sea traslad
al estudio de una "próxima obran-, es lo que explica la molestia cault es demasiado agudo para no captar una
lector. Pero con todo y sintiendo semejante discreción sobre un p e las metamorfosis y de las reestructuraciones que
central que sin dud a habría llevado a Foucault a situarse en la his periodo epistemológico. Las palabras y las cosas lleva
por su manera de leer en ella los avatares de la razón, le debe "una arqueología de las ciencias humanas", anunciando
conocer que la cuestión es planteada en el conjunto de la obra, co emano el movimiento que, según la obra, condujo al
lo hemos constatado. Ella aquí. Un problema de fechas, de la época clásica a la formación de las ciencias humanas
tiempo clasificado entre los datos de la investigación histórica, mediación de los tres modelos (característicos del siglo de la
vierte en un problema epistemológico. Se presenta bajo dos for a, de la economía y de la filología -raíces de la psicología, de la
equivalentes: qué estas alteracionesdel ord en constitutivo de giiística-, y que lleva actualmente a la
cultura?; qué estas interrupciones en el desarrollo as por la historia, la etnología y el psicoanálisis. En
ción? Cierto, en el momento en que la cronología toma la si alítico del término, las escenas primitivas habitan y
de un discurso filosófico, nos podemos preguntar si F desarrollo. Bajo los desplazamientos culturales,
adoptado simplemente, pero para construir el cuerpo de la historia as originarias y los impulsos organizadores que son
vestido ya pre parado, según criterios distintos a los suyos, por pensamientos que han olvidado a estas heridas y
mismos historiadores a los que con razón les critica el método. P
desde este punto de vista, los análisis de la  Historia de la locura y constituye en consecuencia una "serie". En
 Naci mien to d e la son aptos para contestarla desde sus objetiv pascaliano, Foucault hace ver la continuidad ahí donde se
pues ellos con una notable precisión, cómo el traje de la ruptura, como al momento siguiente ya mostraba una
fechas todo el espesor de la realidad. ntinuidad que destruye la homogeneidad de un devenir de la
La razón es por lo tanto cuestionada por su historia. Una he Pero esta continuidad es indisociable del equívoco; ella es lo
quiebra su identidad consigo misma; ella se m persiste sin que la conciencia lo sepa, y bajo el modo del
la sucesión de los de ser" del orden, figuras no sobrevivencias de diversos tipos descubiertas por el análisis se
sino discontinuas. Si Foucault pudiese definir lo que son en una forma de impostura.
losr', podría a una totalidad y superar la heteronomía de 1 En un primer nivel, se tiene una permanencia de superficie,
" razones" históricas por el llamado a una razón que la ar de los deslizamientos del subsuelo, mantiene
Ahora bien, es esto lo que considera imposible. Por est las palabras, los conceptos o los temas simbólicos. Un simple
no tiene, para más que el camino de un "relato" se habla del "loco" en el siglo en el y en el pero
cuentran con la misma precisión el problema del orden í y allá, "no se trata de la misma enfermedad". En la
"

del método. En términos de un rigor técnico (designémoslo, a p la teología, hay el mismo problema que en la medicina.
de Foucault, como historia de las ideas), formula no designan las mismas cosas. Las ideas, los
cuestión actualmente "fundamental" (término que aciones subsisten, pasando de un universo mental a
de la verdad. No hay ninguna filosofía y, a en cada ocasión determinadas por las estructuras que los
que no sea confrontada a tal problemática e inclus y les dan una significación diferente. Los mismos objetos
debatir) no la evite. "funcionan" de otra manera.
Existe una persistencia en la cual la forma e
de las ideas surgen nociones nuevas que p
ctura de otro tipo. En realidad, en estos casos
inosas que no determ inan el contenido de la
ente los recubren: nociones aptas para ab
aparece sin embargo con la noc
HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y
DE

a es recíproca. Es una relación de lo distinto a lo distinto. El


común a los intercambios entre culturas o a su sucesión no

, en efecto, la diferencia la que talla en la homogeneidad del

" "
sas, porque sobre el modo de ser del orden que le es propio,
tiempo epistemológico lleva en si una alteridad que toda
ción busca suprimi r objetivándola, pero sin jamás poder esconder
curo trabajo, ni preveni r su veneno mortal,

ensamiento del afuera

Una interna niega las estructuraciones que intentan

p. 431.
pp. 588-589.
pp. 596-597.
HISTOR 
I Y
 A ENTRE CIENCIA Y
DE

Blanchot, es su La alienación no es solament dispersión del


hecho terminal, al final de una cultura, sino su norma interna

"
soy es, por lo tanto, puesta en peligro por su propio lenguaje,
decir, por este afuera donde desaparece el sujeto que
" To
" "
pensamiento tiene su verdad en un pensamiento del afuera .
Este pensamiento del afuera , bien se puede suponer que n
" " "

ció de aquel pensamiento místico que, desde los textos de Pseud


Denys, ha estado merodeando por los confines del cristianismo;
se ha mantenido, un más o menos, en las formas de un a

iones abiertas

o, bajo lo cómico de sus memorables aventuras, el Gato era

car el problema y la percepción de los que el de Fou-


 \

caída sólo es el aspecto secundario de una constatación: la


ción del suelo sobre el cual creíamos caminar y pensar. Ella

. Puede tener el carácter de una catástrofe, pero solamente

33 p. 525.
34  Ibid., p. 526.
35

de la folie, p. 437.
37 p. 233.
 Les mots et les p. 311.
DE

discontinuidad que se plantea VI


problema novedoso. Y DISCURSO
esta mutación, tiene
UN

decir la verdad de los lenguajes, pero esta verdad no se plantea


relación a ningún límite y en consecuencia a ningún compromiso
autor. De estos lenguajes, las ruptur as son finalmente superadas por
lucidez de su mirada universal. Dicho de otro modo, hablar de

historiadores tienen la palabra y pueden discutir lectura que


ciona lo real, decide ella misma lo que es significativo y se retira a
" "
espesuras de la cuando la superficie le resiste? Por otr
parte, la determinación filosófica del estatuto del discurso, la
ción de la relación su particularidad y su proyecto (en la obra

sumisa, nuestro

cuerpo a cuerpo que aspiraba a dramatizar el triunfo del rey sobre

rica de la historia?
DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

los criminales cuyo crimen era cargado de un valor simbólico

Pero en realidad, los procedimientos disciplinarios en uso e

ones históricas y sociales), y después han sido articulados por el


curso de las ciencias sociales contemporáneas.

la tecnología y la atención a los detalles minúsculos prevalecen sob


teoría y conducen a universalizar una manera uniforme y única de
tigar, la prisión misma, que mina desde el interior las instituciones r
lucionarias de las Luces y sustituye en todas part es a la justicia p

esos que forman el tejido de la actividad social en los siglos y

en aislar del cuerpo social entero el tumor canceroso y en expli-

sociedad; así identifica los signos ocultos de un aparato del que


ctura gradualmente más precisa, más compleja y mejor
a en el espesor del tejido o del cuerpo social entero.
" "
Esta notable operación historiográfica plantea al mismo
o dos cuestiones distintas: una, sobre la función decisiva de los
esta máquina, en una en la que el funcionamiento es tecnológicos y de los aparatos para organizar una sociedad; la
1) establecer el esquema de un estrato particular de prácticas no v a, sobre el des arrollo excepcional o el estat uto privilegiado de una
bales; 2) fundar un discurso que concierna a esas prácticas.
onces, es necesario preguntarse:

Naturaleza y análisis de las microtécnicas


HISTORIA Y ENTRECIENCIA Y
DE

ciencias, de las artes y de la filosofía. En este caso, la máquina


tica sólo sería un efecto histórico de esta omnipresencia de la tr
óptica. Representaría no la victoria de una novedad, sino la
pasado, el triunfo de un sistema antiguo sobre una utopía nueva, adas u ocultas, dominadas

b) ocurrió con todas las otras series de procesos, a cu

dría tenerlos por una inmensa reserva de semillas o de huellas


posibilitarían desarrollos de nuevas alternativas.

estrato oscuro donde Foucault ubica los mecanismos


de la sociedad, tal aparato bien podría encontrarse en la posición
e una institución en sí misma colonizada, de manera imperceptible,
or otros procesos aún más silenciosos. En realidad, este sistema de
ciplina y vigilancia, constituido en el siglo sobre de

4. puede ir más lejos? En el curso de su evolución, los mis-


s aparatos de vigilancia llegaron a ser un objeto de elucidación y

ato determina a su vez el discurso de Foucault, un aparato

sur de 1968;
sur 1974 [El amor del
DE HISTORIA Y E NT
 NTR E CIENCIA Y

e es utilizada para representar la totalidad indefinida


prácticas en general. Obviamente, este poner aparte para
cios de las tecnologías institucionales. Es muy exacto el caso d a la dinámica específica
específica de una tecnología dada.
dad a. Sin
procesos a los cuales les falta la condición previa esencial según trata de un recorte
" " y
cault, es decir la posesión de u n lugar o d e un espacio específico
específico
pio donde la máquina panóptica pudiese funcionar. Tales
Tales técnicas

creo que en secreto ellas reorganizan el discurso de Foucault, col


su texto panóptico y lo transforma en una ilusión óptica .
" " " "

Microtécnic
Microtécnicas
as de producción de una ficc ión panóptica da sentido a nuestra propia sociedad transmitiendo a nuestras

a la presencia de un aparato análogo a esos que pudo

ntenido oscuro en fuente luminosa.


 B) arte de  panópticas. En este sentido, la
de Foucault también forma parte del arte de marcarse unos pun-
"

'. No escapa a su objeto, los microprocesos. Es un efecto de los


DE HISTORIA Y E NTR E CIENCIA Y

Esta
Esta manera de pensar no p uede tener un discurs o propio, pues
a retorna en lo esencial a una práctica del no-lugar. El espacio
es el marco de una transformacióninterna debido a su empleo
o. una fachada, la artimaña retórica de u n relato. Mientras
e el libro anal iza la transformación de las ideologías de las Luces

teórico de Foucault está aún organiza-


En un primer nivel, el texto teórico

ras ópticas: unos cuadros (relatos


" " " "
(listas de reglas o de principios ideológicos relativos a un solo
nómeno),' por (grabados y fotografías de los sig
sistema tres clases de vitrinas: relatos de es
dios de caso, distinciones teóricas, imágenes del pasado. Solament A modo de conclusión,
conclusión, adelantaré dos breves proposiciones
pretende y no explicar cómo camina
camina la máquina: pon iéndol introducir la discusión:
en escena en tres panópticos diferentes, hace visible
transparente este proceso opaco. Organizando una retórica, una
tura de la transparencia, un efecto de autoevidencia sobre darse en el umbral, en la obra de Foucault los procesos
un campo de operaciones
operaciones de cómo producir
producir la misma teoría.
teoría. Con
t, se reencuentra otra manera de construir una teoría, que es el
sto lit erario de estos mismos procesos.
procesos.
2. Para clarificar la relación ded e la teoría con estos procesos que
producen, como con aquellos que convierte en su objeto de estudio,
medio más fácil sería u n discurso que nos cuente u na historia. Foucault
sería un

e la teoría d e las prácticas? En esta hipótesis, una

ondición previa y su producción.


HISTORIA Y ESTRUCTURA

cuando la práctica

a los cristianos del siglo

te punto de parti da es,

de de la historia capítulo "


La de lo
ia religiosa de l siglo
MICHEL DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

2
entrará, de las comidas y de las intimidades que nunca conocerá. uss de sus bororos O de otros pueblos. Los queridos
"

pordiosero, etnólogo en potencia, se inventa mundos a lo que primero domesticaba yo según mis deseos, o que ma -
entrará. Lo que resucita no es más que un sueño. En un inicio, el en nuestros escaparates y por nuestras lecturas, se me
riador hace lo mismo con los restos que recaba en los arch enseña, a nosotros los
documentos: reconstruye un mundo que nunca conocerá. adores, que, oculta en ese pasado, hay una cierta estructuración
el mismo. No encuentra al otro (un pasado) más que a opone a nuestro trabajo, y que, por otra parte, oculto en mis
imaginación. Es un erudito, aún no es historiador. Pasé, así, entre o en nuestras intenciones presentes, hay un tipo de estructura-
muertos, robándoles palabras perdidas que yo no sabía utilizar que determinaba la primera mirada de curiosidad dirigida hacia
nalmente, me en esos fragmentos de su lengua que, a mis es "
. En esas dos formas de lo oculto , nace la historia verdadera; las
"

das, me hablaban de su ausencia. lope, en un texto jamás


Debido a tanto documentar fichas con su vocabulario lar crea la sorpresa de
lado, a tanto hacerme un erudito-factótum en las regiones inos está a la cabeza,
de los Archivos municipales o regionales, a tanto vivir en sa plantea como
sulta de las bibliotecas-grutas en donde se conservan y tr
" " que lo como una resistencia (de los documentos) que
los cadáveres de antaño-, a tanto leer palabras -sin jamás a al discurso a no ser más que otro discurso. Este pasado, al
tenderlas- que se refieren a unas experiencias, doctrinas organizado, poco a poco, en función de una coherencia oculta (de
extranjeras, llegué a ver que se alejaba progresivamente el mun vida muerta, irreductiblemente ausente y otra), revela al
cuyos restos yo hacía el inventario. Se me escapaba o, m que cada trabajo
zaba a darme cuenta de que se me escapaba. En ese mom
distribuido en el es cuando nace el historiador. Es
la que constituye el discurso histórico. La muerte del otro lo
fuera de nuestro alcance y, por eso mismo, define el de la
riografía, es decir, del texto histórico.
es que cambiado ese antiguo mundo pasado! fascinante y, a la vez, inquietante.
mundo ya no se Nosotros lo movemos. Cambia, si sin que verdaderamente sea
ver así, porque yo cambio mi manera de verlo. Por ya
ro ni veo lo mismo. Mi deseo se modifica, y con ello se llos y nosotros, los historiadores,
que yo sabía. Surge en mí, entonces, un malesta r: A esos c idencia (postulada al inicio) de
" "
ayer, a esos espirituales del siglo a esos teólogos de la rensión resulte problemática y
clásica, a esos miembros de la Compañía del Santo Sa también resulte
esos apóstoles que en la campiña francesa
idénticos, pero sencillamente porque esperaba descubr las primeras
forzar una la diversidad de los tiempos y los lu creaba, y que consiste"
Había ahí una apologética inconsciente y personal. Deseaba yo superficial, aplicada a una
O reencontrarnos, hoy, en ese pasado. Es lo que pia
" "
mente llamamos reconstruir la historia. La resurrección del pa que tenía yo como meta al
consiste en hacerlo lo deseamos. Pero eso resulta impo al ir en busca de forasteros
porque esos cristianos del siglo me parecían ajenos, no deb
lo que conocía de ellqs, sino a lo que percibía de mi p
y de la resistencia que ellos oponían.
Confinados en las librerías de viejas publicaci
en las selvas metá de las Bibliotecas y de los Ar
"
rituales me par " "
salvajes en el sentido en
HISTORIA Y ENTRE CIENCIAY
DE

sociedad, lo que veía surgir como distinto o como otro: Al conver-


se en pensamiento organizado s egún un orden que se coordina
" "

los sistemas propios del grupo en que se formó el etnólogo, al


una forma u otra, nos encontramos con la resistencia de lo que ya aje se lo comprende y
" aunque sea sólo como un modelo
ral más, en las redes de la cu ltura que antes eludía.

" "
entre un presente y su pasado.
El trabajo histórico, si tiene una significación, consiste en sac
"

alteridad (como una fábrica saca automóviles)y en producir (en


" "

dos sentido s: fabricar y mostrar)' esta diferencia constitutiva de la

1 de existir como lugar propio, a titu lo de coherencia. La

La estructura del presente historiográfico

de particulares a cada cultura o a cada tiempo es,,


vez, el efecto del encuentro  y el instrumento gracias al cual cada
po sitúa a los otros en relación con él mismo.

cial, un papel propio

Certeau. (N. del E.).


DE
HISTORIA Y ENTRECIENCIA Y

Tal vez, en el futuro, esta forma presente, estructural,


posibilidad de pensar , aparecerá tan frágil como el recurso de la
riografía clásica a un punto de partida original y a una cron
" "
Sean como sean las
que permitirían constituir en una serie las relaciones d ción científica . Lo que
" "

cristiano con otras civilizaciones. Pero, de todas maneras,


planteado aquí y allá en términos distintos, permanece; sería un
fundamental (sin duda también una coartada) tomar como un
más una realidad de la historia, lo que significa, en la pe
tructuralista , la marca de las cosas y la condición de la narraci
"

toriográfica.
Resulta necesario mencionar, asimismo, que la relación
historia y estructura ocurre también por otras razones, y que la
riografía es el mod o sobre el que se constituye una
al volver a utilizar el material de documentos recopilado por
sobre su propio pasado y al estructurar de manera diferente los
mentos extraídos las narraciones producidas por el
se verifica hoy en historiografía negra, cubana o argelina) .
terminar, vuelvo a los espirituales de la edad clásica, sal
" "

siglo Será sólo pa ra decir que su ausencia tal vez me ha e


convertirme en hisforiador, que su estudio obliga a medir, emos referir a una afinidad como a aquello que
" "

desarrollo de práctica científica, la aventura y los r a que captamos un objeto del pasado. La pregunta queda
implicados en la ingenua ambición de comprender
" "
qué quiere decir comprender un pasado . Y se formula
" "

modalidad estructuralista de esta


" " abr on otro tipo de racionalidad, o de discursividad, que consiste en
(presente), el problema constante de la relación entre espacios que separen y constituyan discursos diferentes, un
- inteligibilidad y que la hace posible. Historia y estruc
"
de inteligibilidad. ,

este título pone duda la relación que tiene cualquier discu La segunda observación que haré se refiere al uso del
histórico con sus condiciones de posibilidad, o más ampliamente, t de ese intemporai" que se consideraría ser, en la historia, un
"

ciencia con sus epistemológicos. rador de continuidad. En primer lugar, ha


el inconsciente? encuentra en otro sitio que en donde esta-
[Especificaciones aportadas después de las exposiciones d to en una invención de fines del siglo Un problema
dos historiadores] ía, aun en el interior del psicoanálisis, es saber si

Hoy día, toda histqria es social. Comprender el entorno d


(por ejemplo, una de Señores de la Compañía del
Sacramento) es hacer referencia a la organización del conjunto
sociedad. Finalmente, sólo es pensable lo que se refiere a esta r
"
generalizable? puede, por consiguiente,
que es la organización de una sociedad. No podemos
explicar uno, cualquiera, de los fenómenos de un period
de ese todo (además, lo reconozco como enigmático) qu
dad del tiempo. Los fenómenos religiosos tienen una inteligibili
la medida en que se refieren a esta organización de conjunto. La
ra en que los hombres del siglo pensaban las relac
religión y la so d era exactamente inversa. El recurso a la prov
DE HISTORIA Y E NTRECIENCIA Y

iones asegurara al psicoanálisis su sitio en la historiografía.


se utiliza el psicoanálisis de esta manera, sólo se llena un hue-
ra bien, algo tiene que decir éste de la historia, pero procede
o los otros tipos de discurso, en el sentido en que tiene su

embro del auditorio pregunta si su concepción de la historia no


asiado eurocéntrica.]

hecho, estaría de acuerdo con usted en que nuestra definición de la


toria es problemática, y también en que se encuentra en el origen de
" "
que se ha llamado los pueblos sin historia , como si no tuvieran
cualquier sociedad. storia los pueblos que no tienen nuestro tipo de historia. Haré
ente dos observaciones con referencia al lugar de esta definición y al

rmal. Pero, de acuerdo con ese modelo, se pensaba que otros pue -

ada al nuestro. Lo mismo se puede decir de la relación que tiene

storia. Es un acto de disuasión. Hace una selección en el presente,

1969, pp.
DE Y ENTRE CIENCIA Y

actual. Hace un nuevo desglose.


, de Cuba, de Camerún, presente la manera en que el historiador hace historia.]
movimiento obrero, etc.).

, de 1968 se convierte en acontecimiento

pero darle u n espacio en este discurso histórico es


sente comprenderse a sí mismo como otro y, sin e

"
lenguaje) de las cosas que suceden.
"

de mayo de 1968, ver de Certeau,  toma


AUSENTE DE LA HISTORIA

"
ora que esos textos dispersos están aislados del resto y reunidos
"

ntro de las cubiertas de un libro-objeto, me es más fácil hacer


as y distinguir las preguntas a las que sirvieron de instrumento en el
mpo de una actividad particular, la historia. Es a su
ón, a lo que podemos volver en nuestra [reflexión].

1 informe, práctica de la separación

os de los] estudios precedentes se sitúan en un entre dos.


del o del intervalo, está llena de espejismos propios.
uede ser, como la frontera en la que jugaba el Charlot del
ino, el medio para evitar las normas de cada disciplina , pero
" "

para evitar cualquier confrontación seria. En ese caso, nunca se


ría más que una subversión huidiza y Pero, en realidad,
ata de otra cosa. El intermedio es el espacio creado por una
de la separación. Corresponde a un tránsito, a un pasaje de un lado
'otro lado aún no identificable.
"

La función d el comentario ya no es sacar de los textos o de la co-


la que habla, una verdad que sería el fondo . Ya no envuelve
" "

respetuosos, o anotaciones dogmáticas, el mármol de una y

noble o de una realidad significada. Combinadas en una serie


e operaciones, la escritura y la lectura se generan mutuamente. Una
ráctica desarrolla posibilidades de producción, por una relación de lo
crito con lo que permite leer, y de esta lectura con lo que permite
cribir. Intenta hacer algo más con el texto que la hace posible. Una
ctividad técnica introduce al en una red de operaciones contro-
bles de la que es, a la vez, el origen y el objeto. Cambia también la
osición del lector. En vez de que unos conocimientos o unas ideas se
MICHEL DE CERTEAU HISTORIA Y ENTRECIENCIA Y

en donde el saber heterología?


enunciación misma
saber y el sitio en el que se allá de esa práctica textual, surge otro asunto que se refiere, muy
como fin la historia, estas specialmente, al discurso
en la historiografía un En formas que no viene al caso enumerar aquí, por estar fuera
siendo literarias; pero ya transtornan ugar y de nuestro interés, la historia implica una relación con el
un lugar en que el conocimiento pretendería acumularse sin , en tanto que éste es lo ausente, pero un ausente particular, aquel
de interlocutor ni de gestor. Aun discretamente, pon dice la lengua popular. es, entonces, el esta-
criterio de la competencia del "buen" autor, o la del lector que es de ese discurso que se constituye al hablar de su otro?
para sustituirle el hecho de una alteración mutua que efectúa ob iona esa heterología que es la historia, del otro?
tivamente una operación. es tratar aquí una cuestión que tendrá su desa-
Solamente en el nivel de lo que llamamos el "informe" sino dejarla venir y mostrar cómo está de regreso
que sobreentiende la ideología de una activi re didáctica, de la historia.
te, fundada en el prejuicio de una realidad dada a la Tomado como término de comparación, el discurso filosófico ha
alteración recíproca será, sin duda, la marca más di stulado, desde hace mucho tiempo, una exclusión. Fundaba su rigor
la más pertinente un desplazamiento operator darse algo imposible de sobrepasar. Un pensamiento tiene acceso a
indefinido de los textos, unos sobre otros, trab ividad al plantear su propia contradiccióncomo algo externo:
desplazamientos de esta op una extraterritorialidad es su condición de posibilidad. Según sea el
"ideas" o "hechos", cuya muestra serían lo caso, son el espíritu maligno, Dios, la locura, la violencia. El discurso
Mediante esas operaciones sin fin y sin teleolog henológico (henos, lo uno) se organiza a partir de un que
 juicio a causa de un particular), un trabajo de la histo tuye, como fuera-del-texto, una alteridad irreductible.
vuelve a través de la El discurso histórico moderno, así como el discurso etnológico,
precedentes parece partir de un postulado inverso. Hace de la diferencia su
una dependencia en uno de ellos objeto. Al inicio, está la separación (recibida como algo dado) median -"
las citas y las referencias. Pero su te la cual una sociedad se define al distinguirse de su otro, el pasado. Y
"trabajo sobre el Se realiza u n distanci la historiografía se ve afectada en su deber de investigar las regiones,
esas obras que las en pre-textos. La escritura a la circunscripción de un presente. Está presupuesta a "esos
dra a sus bordes las desvía y me lleva hac Gaste) a quienes quiere colocar en
límites, ellas repr esentaban sin decirlo: un
el libro de inicio ha Pero en esta avanzada hacia "el otro país" o en la fabricación de
do. En primer lugar, por el hecho mismo ella consagra, como un cementerio a los desaparecidos,
informe), adjunta a la primera, signo de la r de hecho, la historiografía? Pues la misión social que le
inicial con una lectura, es decir, c el más allá (el por acá) del presente tiene, precisamente, como
En segundo lugar, por el efecto del mov o traer al otro al campo de una comprensión presente y, en
esos libros, se articula sobre lo que no dice: ar la alteridad que parecía ser el postulado de la
lidad, las exclusiones ,postuladas por u n rigor, la realidad misma . Lo otro no sería la condición de posibilidad, mantenida externa,
esempeñar el papel de su referente, en su discurso filosófico, sino lo contrario: transforma
iscurso histórico transforma en si
ara eliminar este peligro.

o historiográfico, de Certeau,  de


1
DE HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

hasta en el trabajo que la Como ejemplo, esta paradoja pued


entenderse en dos niveles.

cuentra allí un fundamento ya consolidado que no cambiará, o que


cambiará muy poco. El trabajo no consiste en crear las cartas, sino en
crear el juego. Comienza con las manipulaciones de las que las cartas
son objeto. El historiador selecciona, corta, reclasifica y despla za los
documentos de acuerdo con reglas proporcionadas a las operaciones y
a los códigos de lectura. En otras palabras, usa elementos le son
dados como pasados -pero en desorden-; realiza en ellos una pre-
" " "

"
paración (en el sentido ,químico del término). Los significantes dis -
"
persos en la cultura y calificados por ella como antiguos se dividen
"

según sea pertinente, se en un orden, se transforman en obje-


tos tratables. En este mediante una serie de operaciones, a la
alteridad recibida como un hecho se le reestablece una razón que la hace

cialmente: debe permanecer en la región cultural del pasado. No debe


hacer demasiado inteligible aquello que se confió como ajeno. Por eso, la
escritura historiográfica crea, cada vez, al término de los procedimien-
tos reductores, un teat ro de la diferencia. Por una parte, mantiene una
distancia debido a la escenificación de las variantes (históricas) en rela-
ción con la economía producción que organiza nuestros bienes y
nuestras representaciones. Variantes, y no diferencias. Siguen siendo
marginales, pero con la condición de ser asirnilables. Por otra parte, el arración de un poder. Aún más, es una narrativa que tiene poder,
DE CERTEAU
HISTORIA Y E E
 NTR  Y

ya que articula, de acuerdo con un orden establecido, las zonas margi-


nales que huyen de las normas explícitas de una Con todas
" "
las garantías de la verosimilitud, amuebla con una doctrina el espa-
cio que han dejado vacío los muertos, y el deseo que los viv
de saber que ese vacío se ha llenado.
Pero también insinúa la falla de una crítica en el mundo lleno

sente. A veces, organiza puntos de huida en el o

8
Bentham ya lo decía y el análisis freudiano nos lo 'enseñó a

ertirse en esclavo : Viernes, mi Viernes . El dominio sobre las


" " " "

Las huel las del otro


DE CERTEAU Y E
 NTRE CIENCIA Y

busca enterrar lo más rápidamente posible a quien honra, p por el escultor); por otra, la huella silenciosa (la marca dejada por los
así niega lo que queda de historia en su escritura científica.
La historia es erótica, sin por elio tener que dejar de ser una
ducción técnica. Michelet nos esto, si lo releemos, cuando garantía abandonada por lo ausente (la huella). Esta forma de
"

"
emoria articula, sin terminarlas, las huellas del otro.
de la historia la narración del cuerpo que no habla y la alucinación
retorno, la resurrección literaria) del muerto. El cuerpo es cuerpo
"
f f

fabrica una metáfora de lo ausente. Equivale a decir que hay


IX

LA DE LA PODREDUMBRE:

En la noche una noche única, el Dios inferior apareció...


Su palabra retumbó ante las ventanas de mi dormitorio con un a pode -
rosa voz de bajo... Lo que había dicho sonaba de u n mod o que no era
nada amigable. Todo parecía calculado para inspirarme terror y tem -
blor  y la palabra podredumbre (Luder) se escuchó muchas veces, ex -
 presión m u y frecuente en la lengua fundame ntal (Grundsprache)
cuando se trata de hacer sentir el poder  y la cólera de Dios al hombre
que quiere aniquilar. Pero todo que se decía era auténtico (echt),
ninguna frase memorizada ... Entonces la impresión que dominaba to -
talmente en mí no era el temor, sino la admiración ante lo grandioso  y .
lo sublime. De esta manera a pesar de los insultos en las
efecto producido en mis benéfico...

 No escribas en los baño


en los baños

e dos. Psicoanálisis y mística

o no hablo como ni como místico. Yo


de estas dos experiencias que han
omento una inaccesible autorización de
ocar una musa para empezar, el Viernes de Saint -John Perse en las
ages Crusoé: el salvaje, introducido en las cocinas londinenses de

Oswald 1903, pp. 136-137


d'un 1975, p. 121. [La trad ucción al francés citada en
este capítulo es de de
DE Y ENTRE CIENCIA Y

las que su amo frecuenta los salones, actúa como o


La mística, en particular, sólo puede ser pensada a la di
tancia, en estado salvaje y desde la cocina. Su discurso se produce e
otro escenario. Aunque no puedes pensarla, pensarla se vuelve ad. Sólo muestro tres encuentros entre psicoanálisis y mística.
"
prescindible. Como la lengua fundamental de Schreber, ahí ha
"

" "
algo de arcaico aunque no por eso carezca de Ese alg
es como un fantasma que retorna al escenario.

alucinación de ausencia, la distancia anuncia el tiempo o una prim

autoridad. Pero después de todo, esto es muy parecido a lo que


el psicoanálisis cuenta en sus bordes y en sus umbrales a quien quiere
no ser (de su instituci ón) y a n o hablar de este extraño lugar, debido a lo
que ahí se produce. En e1 punto de partida, hay por lo tanto una sepa-
ración de niveles entre el hecho de estar allí investido y
el hecho de no (ni en, ni de este lugar).
Para iniciar una articulación entre estas dos experiencias y la re-

de sentido, cavan el lugar de una otra que sería el

de nalgas . (N. del T.).


"

La ficción de la historia . La escriturade


" " 
y el monoteísmo .
DE
HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

nominación del sujeto (uno se dirige al Señor Presidente ), es


" "

No es mi intención analizar aquí este horizonte de pre guntas


solamente el entorno de la palabra, Luder, que nombra al sujeto co
referencia a la descomposición del cuerpo simbólico, institución
ficadora, y que connota por lo tanto una transformación en el
de la institución y en su modo de transmisión.

Nominación. Lo noble y lo podrido

De la palabra escuchada por Schreber, algunas características son co

sucede con muchas alucinaciones auditivas que se reiteran en las auténticas " y sus "sentimientos verdaderos " lo hacen
riencias místicas. De entre la voz y la vista hay una inversión de
contenidos, en la obra de Schreber. La voz le da un lugar que es el
reverso de lo que ve Schreber es nombrado basura por el " "

Dios a quien contempla toda su pureza Los términos eológicas, políticas o psicoanalíticas.
contrarios simbolizan en una estructura y
a ser aniquilado vernichtenden)se
escucha en medio del espectáculo ofrecido por la omnipotencia
"

"
de Dios . La palabra inscribe en la nada al testigo de la gloria.
Más exactamente, esta vocación de ser carroña profiere el'secr eto que
sostiene la epifanía divina de la cual Schreber porta la marca
grabada o escrita sobre su cuerpo en admiración ante lo grandioso y " "

"
lo sublime . Dictada por una voz, la podredumbre del sujeto es la
"

condición para que institución teatral de la omnipotencia en


"

toda su pureza . La lengua fundamental declara por lo tanto en qué


" necesario que haya en alguna parte alguna cosa que no mienta ; la "

lugar dice que se el oro puro de una verdad revelada. En este " "
ma ciencia supone que la materia no es mentirosa , de tal suerte
acto ella vuelve a encontrar el conocimiento que se desplegó en las
narrativas místicas.
Pero esto sólo concierne al contenido. Más importante es la

n, sur les xerox, conferencias del 30 de


de diciembre de 1955 3. Las de Juan-LuisDel-
Daniel ., p. 203 (Mémozres..., 170 na Silva Buenos Aires, Paidós,
DE HISTORIAY E
 NTR E CIENCIA Y

metamorfosis en cuerpo de prostituta es este nombre que cree


palabra, este significante que viene del otro a la manera de u n toqu
espada, esta voz de bajo que alcanza sus nervios y deja sello so

ción directa de una afectividad real . La creencia está fundada sobre


-"

impacto de una voz, y hace creer que se es reconocido, conocido, ha


amado. Aquí, ella autoriza a Schreber a creer que le al fin
algún lugar, que le fija un sitio que pone fin a su deriva, que le da
lugar definido por el nombre con el cual llama. --
El nombramiento, en efecto, le asigna un sitio; es vocación de
aquello que dicta: nombre es Este nombre realizativo. El
minado hace lo que dice el nombre. A partir de ese momento los
de Schreber le obedecen. Esto es sólo u n comienzo. Al
" " "
Schreber encarnará su nombre; querrá, dice, entregar su cuerpo a
venta como el de una lo entrega, desde el momento en qu
"absoluto " que no se debe o que no se puede transformar, y que regre- cación de los discursos. Es el  pasaje de lo que se dice en el exterior a lo
sa sobre el sujeto las interrogaciones de las cuales no sabría ser la que se practica en el interior. Este tránsito, momento durante el cual el
presentación ni el objeto. go trata de  producir el asentimiento a partir de una exterioridad,
Por ahí, se llega a un aspecto más fundamental. La tortura, lo tanto traiciona, pero en la oscuridad, de noche, el juego de la
efecto, busca producir la aceptación de un discurso del Estado, por Cuando los proyectos utópicos (revolucionarios) suponen
confesión de una podredumbre. Lo que el verdugo quiere finalmente decir la fuerza de determinar un poder, o en la institución la
obtener de su víctima al torturarla es reducirla a sólo ser esa cosa, una acidad de devenir la expresión visible de una "verdad" dicha o por
podredumbre, a saber lo que el mismo verdugo es y lo que sabe que ir, cuando estos proyectos conservan por lo tanto una estructura
es, pero sin confesarlo. La víctima debe ser la voz de esta porquería, evangélica", la tortura restaura la ley de lo que sucede realmente. La
por todas partes negada, que en todas partes sostiene la representación voz en la tortura no es más "profética", y porta ante sí la transgresión
de la "omnipotencia " del régimen, es decir en realidad la "imagen de un deseo. Un nombre,  Luder, dicta al sujeto que debe ser para
gloriosa" de ellos mismos que este régimen proporciona a sus afiliados que la institución sea, para que pueda creer lo que ella muestra por
por el hecho de reconocerlos. Por lo tanto debe asumir la posición sí misma y para que sea por ella adoptado y reconocido.
del sujeto sobre el cual funciona el teatro del poder
. El torturado está sorprendido de encontrarse ante una ley que no
esta voz será también ahogada en la sombra de los demanda declarar como verdadero lo
devuelta a las noches suplicio, en el momento que ella confiesa no reposa sobre el reconocimiento de
del sujeto lo que hace posible la epifanía del poder. Ésta es una xterior y en teoría el interior quién
sión desautorizada. La sólo puede ser del otro, el enemigo. Ella adera?), sino
- sobre e1 reconocimiento de
debe ser a la vez escuchgda y reprimida: escuchada porque dice la . De esta -- atrapado por el
podredumbre del sujeto; garantiza o restablece una "pertenencia " no delante del valor o el horror de un
-pero eso en secreto, para no comprometer la imagen de la cual la sería fuerte- sino delante de una falla y
institución obtiene su de asegurar a sus afiliados el privilegio de una podredumbre íntimas-terreno sobre el cual es débil-. La
ser reconocidos-. Será exigida, pero para ser cuchicheada en los corre - ción de su propia porquería, que el suplicio busca producir
dores las Grito murmurado, obtenido por un dolo, debe retirarle, a como a sus verdugos y a los otros, todo derecho
suplicio que debe temor sin provocar escándalo, a la rebelión. Por este giro de situación y por este uso invertido de la
sin estremecerlo. palabra (que no pone más en cuestión la institución, sino al sujeto), la
La víctima es apta esta operación, precisamente porque viene maquinaria de la espera hacer aceptar a la víctima el
de fuera. Aporta la confes'ón ue es necesaria para el funcionamiento bre por el cual sus verdugos lo llaman: Luder.
interno de la institución que, al mismo tiempo, puede ser exorcizada Lo que el tiene de perverso es
como los actos de un adversario. Es verdad al igual que es el enemigo. El que, de todas maneras, está seguro de alcanzar Así como
extranjero o el rebelde a institución es el testimonio de una ambición Schreber aislado en el hospital psiquiátrico de Sonnenstein, el
que no es tolerable (sino hipócritamente): en efecto, do está privado de las garantías colectivas que aseguran la
otra, indica en un discurso (un proyecto dad", ent regado al instrumental que deshace su cuerpo y se ensaña en
so (una visión reformista), hasta analítico (una p probarle su traición, su bajeza, su mierda. pierde la coartada de las
de rehacer la institución. esta pretensión de r pertenencias políticas, ideológicas o sociales que lo protegían contra lo
historia a partir de una "contestataria", la tortura o que el nombre insultante le enseña de sí mismo. nombramiento
de la institución, que inscribe en la palabra el papel inverso no es, realmente, la voz de lo que es? "Yo soy claramente esto, Luder  . " 

una confesión encajada una adhesión. El nombre expresa en el lenguaje lo que hace olvidar 1
Una vez más, la a es la iniciación por de esta " realidad escondida detrás de una
dad de las prácticas so Tiene siempre por
Es un no "olvidar" sus solidaridades a la que se de can los
Ver Clastres, resistencia que, durante el tiempo del suplicio, se repetía nomb
torture les sociétés p La victoria de la tortura es borrar la memoria de todo otro nombre
DE CER 
TE U
 A 

modo que el discurso de Juan de la Cruz es una serie indefinida de no


eso, no no eso. La historia que cuenta, igual que
acontecimientos que ordena, narrativiza de alguna manera el signifi-
cante Dios, resorte que introduce siempre menos satisfacción y siempre
más de lo que no se sabe en la posición del sujeto. En suma, despliega
el trabajo de lo que figura, al inicio de la Subida del Monte Came lo, co
mo el postulado, o la convención y conveniencia (conviene*) de todo e
itinerario espiritual, a saber: creer su ser.' Tomando en cuenta la distin-
ción entre el verbo ser* (ex-istir) verbo estar* (relativo a un estado) ,
yo traduciría: creer que existe lo Para estos místicos, efectiva-
mente, existe siempre lo otro, del cual en principio nada les ingresa. Es
del otro, sin reingreso. El ex-iste, sin nombre y si n nombrar.
Sin duda el existe lo ofrofuncionaba entonces sobre dos registros
de los que supongo aquí que, a diferencia de estos místicos, nosotros
no podemos más considerarlos idénticos. Uno envía a la función del
" "
significante, a una función del lenguaje: Dios , entonces, es el es y ubican al sujeto en relaciones inversas con el poder y el saber.
mento insensato que impide toda apropiación, es el pedazo de di - A partir de las tres experiencias que esbocé, si no
amante que restablece algo de "siempre más o algo de siempre
" " hay otra salida que una reforma fundada sobre una ficción
menos con relación a cada saber y a cada gozo. Pero el existe se usa
" (la teoría funciona allí y un conservadurismo
también con el sentido del Es heideggeriano: eso da . En
" " fundado sobre una explotación de la podredumbre (la teoría tiene en
cuencia Dios es el afuera que está adentro, una intimidad de la consecuencia por función la de ocultar su función efectiva). A falta de
rioridad. Me parece que y' en los místicos la juntura entre estos dos una respuesta general (no existe semejante respuesta), yo me remito a
funcionamientos del " "
lo otro , o de Dios , es cuestionable. La
" algunas hipótesis relativas a las indicaciones que tomé.

razones que no incorpo


ránea, sino a fijaciones

Con esta localización tri

falta-de-ser y el complemento materno. En este contexto expresa

Jean
MICHEL DE HISTORIA Y Y

madre que nada pierde, y en la red de los rayos divinos que tejió, pod or lo podrido; la tradición, por la corrupción que, reconocida,
en 1898, creerse capacitado para cagar sobre el mundo entero .
" " " a a la institución a seguir s iendo la
Por lo tanto, en la cocina pasa otra cosa que en el salón. Quizás
más bien hay que buscar en la línea reciente y momentáneamente es-
bozada por Teresa de Ávila y otros, que deseaban entrar en un orden
corrupto y que no esperaban de ello, por lo tanto, ni su identidad ni un
reconocimiento, sino la sola alteración de su necesario delirio. Esto
sería encontrar en la institución a la vez la seriedad d e lo real y la sin-
razón de la verdad que ella anuncia.

una materia (algo indeterminado en retirada): el papel de la


" "
X
UNA ÉTICA DEL HABLA

habla -a sus clientes, a los miembros de su Escuela, al público del


Seminario, un poco en todas partes-. Es, dice su oficio de
Hace del hablar una manera de sustraerse. Ése es el acto de su teoría,
el gesto que la construye. Es también la paradoja de una vida. atrae
porque se retira. Las salidas marcan el ritmo de su carrera: en 1953,
abandona la Sociedad de París; en 1963, la Asociación
Internacional; en 1980, la Escuela Freudiana de París, creada dieciséis
años antes por el acto que la instituía en el nombre de una soledad:
" "

"Yo fundo -así tan solo como yo he estado siempre en mi relación con
la causa psicoanalítica También sus estrategias nacen de un des- ,
apego que dirige frecuentemente a los compañeros más (era
ya una característica de Freud, que prefería lo distante, como si una
separación crease el espacio analítico). En la leyenda (que tiene sus
razones) representa por otra parte una retórica de la sustrac-
ción. Ese nombre propio recorta la silueta de un personaje
eño mundo de los intelectuales, desprecia el código
hace correr a los medios de comunicación masiva para
más presencia; en el campo de la investigación,
que funda la capitalización del saber sobre la legibilidad
iados. hace entender lo que él impide comprender.
diencia que irrita las leyes aparentes de publicidad.
r otra parte. Eso le sucede como una enfermedad.
o ya tiene más de sesenta años. Nadie su
De todas maneras, no es eso. Yo me d i cuenta que lo
"

mi camino era del orden del no quiero sab

de la 21junio 1964, al inicio.


Le libro Paris,
.  Aún, tr. de Diana Rabinovich, Mauri y Julieta
DE
HISTORIA Y ENTRE CIENCIA Y

Nada de compromisos, tanto con la televisión como con el Vincennes ceptos corolarios de "objeto a" y de "sujeto tachado" Du-
de los bellos años o con los cursos de conferencias en el extranjero. rante este segundo periodo, las cosas ya se estropean. En la sala de la
Coquetería sin duda es esto también un juego?),esta r etirada es el Escuela Normal Superior que sirve de teatro a esas operaciones desde
gesto violento que su pensamiento hace y de donde nacen todos sus 1964, el público crece, aumenta, desborda, cada vez es más
funda el habla de la misma manera como la teoriza y ble. El lugar "pulcro" (fíjese, la Escuela Normal) se llena d e cualquiera
sostiene su acción. y de lo que sea. En 1968, la dirección no soporta más la "suciedad" que
no pertenece a nadie. no está ahí, tampoco agarrado en la aumenta, y toma pretexto del desorden físico para echar fuera el
trampa de su propio discurso donde los fieles creen tenerlo, ni ligado a orden intelectual. Una vez más, se desplaza. Debe guiar a otro
una institución ni a una genealogía, aunque fuesen las suyas. habla lado a la h orda que es la enferme dad de su palabra. Con su flauta, la
y está solo: lo que es la misma cosa. es Otro, tal como firma ese lleva al Panteón (al país de los muertos), pero, al mismo tiempo, quiere
tamento de 1980: "Si llega que yo me vaya, piensen que es con el fin de restaurar unos lugares "pulcros",' gracias a una acción de comando
ser Otro por fin. Uno puede contentarse de ser Otro como todo el sobre el departamento de psicoanálisis (Vincennes), por la fundación
mundo después de una vida pasada en querer a pesar de la de un "sitio" de la Escuela Freudiana (calle Claude-Bernard núm. 60) y
ESO llegó. El paseante ha partido. No ha cesado de partir, po- al endurecimiento de los procesos iniciáticos de aceptación (el
en el lugar de su c uerpo (cuerpo físico, cuerpo doctrinal, cuer- En la estrategia que responde a su masificación, el aparato lacaniano
po social) los significantes inductores de un "habla" que se llama que, ayer, articulaba una palabra pública sobre el trabajo silencioso de
Esa política de sustitución se acaba en el momento en que una disciplina se encuentra distribuido en un dispositivo geográfico
"Otro como todo el mundo". Queda su nombre cerca de la
que sitúa en lugares diferentes por un lado la palabra, librada a la
Escuela tempestuosa es sepultado, como en los bordes del Etna moralidad científica de speech, y por el otro la selección
las sandalias de Los "escritos" sólo ca y profesional de una Escuela prestigiosa -dos elementos que tienen
este paseante, el efecto del retirarse que sostenía su la misma etiqueta, El aislamiento, y por lo tanto la
no me cuido, aquí, de la tumba ( "teórica" o no) dad de las condiciones institucionales del análisis crean entonces, en el
levantar en su beneficio esos "escritos" -e interior de la Escuela, una serie de sorpresas, de revisiones desgarra-
d a d e s el al se sustrajo-.' Y doras y de tensiones que no cesaron de aumentar. Puesto al desnudo,
repetir la lección, sino de destacar el acto que ha el poder que sostiene la "libre palabra" debe, de ahora en adelante, ser
ética de un habla. también tomado en cuenta, por la teoría que lo suponía.
ro, en qué se convierte esta palabra desorbitada de los circuitos
sionales, desligada, ab-soluta en la muchedumbre?
La Tiempo de los "nudos borromeos". Con mecates, se supone que
el Maestro va a producir una metateoría en términos de topología. Se
El final será mi los últimos años del S puede. La demostración no es convincente, aun si ella pone en juego la
tonces: el viejo decae. están los seminari coincidencia de los dos polos extremos del lenguaje enunciado
rados en el hospital reserva escriturario más formal y el malentendido oral del diálogo -, y ofrece
analistas-colegiales? Se kstaba ahí "entre amig una teoría general del espacio para pensar la metonimia (proceso
dianos, el Maestro tallaba las piezas de un "organón" coanalítico y literario más fundamental que la metáfora). Dos puntos
yo, las psicosis, el objeto, el inconsciente, la trans tan fascinantes que junto con muchos otros yo tengo ganas de creer en
antes de concentrarse en la cuestió ellos. Pero ahí no está lo esencial. real iza un rito teórico. La lenta
,

Sobre este recorrido, las interpretaciones no faltan. Ver el esquema presentado por
" Jacques en 9 de septiembre de 1981,
PP
El autor juega con el doble sentido del adjetivo  propre, que tanto "pulcro"
como "propio". tomó el poder del departamento de psic
sesión. que no estaban de acuerdo con su interpretación del psico
"El artista Si hacemos excepción de los escritos de Freud (de los cuales re -
tiene, por otra parte, sobre todo los más "literarios , La interpretaci ón de
"

El habla, como el sueño, sería un homenaje a la realidad fallida . Al


" " "
los sueños,  El chiste  y su relación con inconsciente,  La  psicopatología de la
remontar el hilo desde su terminación teatral hasta sus co- vida cotidiana, etcétera) son sobre todo monumentos literarios los que
mienzos psiquiátricos, describe la historia de un estilo . De hecho,
" "
comenta: Sófocles, la poesía cortesana, Margarita de Navarra,
esta teoría del acto psicoanalítico elabora una estética, si se entiende Sade, Joyce, etcétera. Salpica su discurso con fragmentos de
por ella lo que los " realizan al presidir las cosas que ellos
"
poemas (Éluard, Aragon, etcétera), encargados de sembrar en el len-
parecen significar. Por lo tanto, primera apuesta: es, en primer guaje lo que, a falta de poder ser ahí un dicho, abre ahí un decir. Las
lugar, una práctica de la literatura (pero de una literatura que sabría lo simpatías que lo han ligado al surrealismo de entre guerras (Breton,
que ella es). Escándalo en la disciplina se pregunta por qué: la etcétera) se refieren no solamente a la coyuntura de la acogida litera- "

literatura estará indefinidamente etiquetada de "poco seria '?). Al


J

ria que ha sido hecha a Freud en


" sino además también a una
guirlo a donde va, " decir en el cual la experiencia
" alianza teórica. Además de la lista freudiana de las ciencias anexas''
"

revela la naturaleza, apunta a la ver dad de la práctica literaria.


" que permiten pensar el psicoanálisis (ya están la historia y la crítica
"

Esta perspectiva, la inauguró desde los Estudios sobre la literaria ),


" añade la retórica, la dialéctica (en el sentido
histeria con el que asociaba al descubrimiento del lico), la gramática y sobre todo la Suplemento característico.
Señala entre la literatura y el psicoanálisis una encrucijada que llevará
en adelante el nombre de
La coincidencia sorprende. Por ejemplo, relación con el texto
no elimina del análisis la transferencia que articula toda relación del
analista con el analizado? lee un texto como si estuviera acostado
acceso para penetrar e sobre el diván? A decir verdad, Freud mismo no se incomodó por pa -
la privilegia, c sar y volver a pasar ese Rubicón, desde el análisis de Schreber, hecho
caciones, conciernen exclusivamente sobre texto, hasta el de tantos documentos literarios,
el estudio una históricos o antropológicos. De hecho, esos tránsitos de la cura a la
tura patológica los lectura problematizan la recepción analítica de la obra literaria y,
" "

constantes de la cre recíprocamente, el paso de la experiencia oral a la producción


raria por el psicoanalista mismo. Lo escrito es el efecto y la ficción de la
relación. Lo escrito concierne finalmente a la misma tradición
tica, cuestión central en la obra de que se sitúa entre los textos de
Freud (a los cuales quiere regresar) y los discípulos psicoanalistas (que
quiere formar). Se trata de saber cómo leer a Freud. Un juego entre
unas lecturas freudianas y unas literarias hará de
unas a las otras, la relación de una voz con el texto. El operador de este
en M. Re intercambio es el Seminario -una (en el sentido medieval del
término) gracias a la cual la referencia equívoca entre dos clases de
textos mediatiza la relación oral entre el Maestro y los discípulos-.
Freud,
Al interrogarse sobre lo que la práctica lacaniana hace emerger
en el texto literario, resaltan tres elementos. Primero, es el
regreso de la voz en el texto. En términos jakobsonianos,la prioridad es

Ver David Steel, Les débuts de la psychanalyse


" les
en de la tomo 1979, pp. 62-89.
Jacques p. 288.
Y E
 NTR E CIENCIA Y

Con respecto al exterior, la institución tiene la doble función de


su progreso al degradar su empleo -". Una "nota adjunta", que precisa " representar" públicamente al sujeto de un supuesto saber (ella es la
las modalidades de funcionamiento, afirma además que "esta acta de dirección de eso), es decir de asumir socialmente la creencia de que la
fundación tiene por nada las costumbres ordinarias ", es decir el aparato cura tiene precisamente como fin desrnitificar, y, por otra parte, acredi -
 jurídico de un derecho común, independiente de la tarea que especifica tar jurídicamente (en el nombre de una profesión y de un estableci -
una asociación En este éxodo soberbio se reconoce un mode - miento serio) el precio a pagar por ese acceso a lo simbólico del cual el
lo "espiritual", con su arqueología "monástica". Un desafío lo mantiene. análisis es en principio el operador. Además estas dos funciones se
Desde el inicio, no obedece la ley de lo posible. Al "mundo", opone un mantienen la una a la otra: una creencia se funda sobre lo que ella qui-
"deber". El habla debe crearse un cuerpo -un cuerpo que falta a ese
ta, se con lo que ella retira y finalmente hace caminar porque
"mundo" en donde la verdad es desconocida -. La institución es por lo
se le paga.
tanto una "Escuela". Tiene la forma misma de la enseñanza: se debe Todo esto estaba fuertemente articulado y pensado. qué en-
hacer nacer del habla un cuerpo que ella defina enteramente. Al volver tonces las violencias, las tensiones y finalmente el fracaso?
sobre el pasado que la estructura, esta "génesis" aparece sostenida por te porque la historia no obedece al habla que la desafía. Cierto, el
una provocación de estilo!"cristiano". Mientras que en el "génesis" de la autoritarismo radical de la verdad lacaniana golpea lo vivo de una
Biblia judía, la palabra crea, sino separa, produciendo la distinción en enfermedad de la sociedad, el punto patógeno e impensado que creó la
el caos inicial y efectúa una distribución "analítica" del espacio, en el sustitución del sujeto por el individuo. Irritaba tanto como elucidaba el
"génesis" cristiano del Nuevo Testamento el habla da nacimiento a un
mal. Pero las dificultades no vinieron del exterior. El éxito más bien
cuerpo, es el verbo que carne, En esta diferencia se identi- reveló un irrealismo fundamental (fundador) de la empresa. Una vez
fica ya la intención pasado el umbral del "primitivo " entre los primeros parti -
La Escuela es caracterizada por la ambición, fascinante y altiva, cipantes de la misma experiencia, una vez perdida también la legiti -
de normar todas las institucionales sobre la ética del sujeto midad que la Escuela recibía de oponerse a las Asociaciones
hablante. Es la Escuela del deseo instaurada por u n objeto que jamás psicoanalíticas reinantes (esta oposición daba a la institución la función
es "eso". De aquí sus diversos funcionamientos: la relación con el misma del habla y le ocultaba sus propios problemas), entonces la
Maestro único, que escapa siempre a la posibilidad de granjeárselo; Escuela de verdad apareció como lo que era, una institución como las
los grupos, o los "cárteles", por los cuales se prosiguen, entre cuatro otras, presa en los debates concernientes al los analistas, a
o cinco analistas, los de transferencia liberados de la rela - las relaciones de fuerza entre ellos y también, problema político
ción dual; el "paso", o iniciación en la posición de analista, que igualmente, al "fantasma de omnipotencia" que los habita. La implan -
consiste, para retomar términos ya formulados por el acta de tación en la universidad de Vincennes que exigía la confronta -
dación, en "probar" el estilo analítico de los candidatos; ción con unas estructuras jurídicas independientes de la experiencia
las asambleas y la de la "sede", que bloquear, analítica, marcó el inicio de una revisión desgarradora que debía sacar
montando escenarios y confrontaciones públicas, la ley tribal de los a la Escuela de su enquistamiento en el habla, es decir de sí misma. Se
sectarismos formados e tre colegas de la misma generación, o entre necesitaba que la práctica y la teoría se arrancaran de la doble escena
"descendientes " de un mismo analista; los Seminarios y ,los congre- insular de la Escuela y del diván. cómo tratar estas cuestiones en
sos, finalmente, que exageran la escolarización de los miembros de la el nombre de una experiencia que había tenido "por nada" los medios
Escuela (como si estos del saber sirvieran de coartada erudita  jurídicos de su reglamentación?
y social al "supuesto " de la práctica analítica), pero, que de Quedaba la táctica. Usar de ardides con la historia. Intentar trai -
hecho, permiten en un habla tragi-cómica, teórica y casi cionarla para no "abdicar su deseo". Éstas son las habilidades de
coral, la ascesis solitaria ejercicio cotidiano. Por dentro, la Escuela can, fundadas sobre un radicalismo del habla. Desde este punto de
es por lo tanto la cura en tanto que no termina jamás y que  jamás se vista, es el antimaquiavelo, si se sabe reconocer a la obra de
termina, hasta que las fuerzas se acaban. Maquiavelo como lo que es: una ética del "bien de la ciudad " y la teo-
ría de una ética política. Lo que no traicionaba, sólo podía llegar
a un fracaso. Su aventura ese de deseo, debía ter-
55 LOS textos de se encuentran en l os Annuaries sucesivos de la Escuela minarse por ese "fracaso": no es eso. En el retirada de 1980,
Freudiana de París.
tan sorprendente como fue en ese momento, estaba inscrita en su ética.
" hablaba todavía separándose de este objeto de amor, que a su vez
"

se había quedado como una identidad alienante. En esto, reiteraba,


cuarenta años más tarde, el gesto que evocaba en 1946: Me alejé du-
"

rante varios años de toda intención de


En  Les Petite s Anno nces , Catherine recuerda este juicio de
sobre Freud: Yo creo que fracasó. Es como yo, en muy poco
"

tiempo, a nadie le importará el psicoanálisis . Cualquiera que sea el


"

porvenir d e la institución psicoanalítica, por su fracaso mantie-


ne su palabra. Como los textos que no cesó de despertar, sus escritos
torturados y transformados en concetti por esta habla lo conservan
suficientemente fuerte para hacerse oír. Incluso si es verdad, después
de Freud, que la tradición no cesa de traicionar a su fundador, Barthes, Roland:
A
será entendido en los lugares donde se pretende poseer su herencia y
su nombre, o regresará bajo otros Abraham, Karl: 30 150
Ackerman, Nathan Ward: 34 Georges:157
7 de diciembre de 2981.
Adler, Alfred: 29/30 Béasse: 98
Adorno, Theodor Beckett, Sarnuel: 158
34 Beirnaert, Louis:
san: 155
Ahearne, Jeremy: Gottfried: 135
Alquié, 53 Bentham, Jeremy: 21,120
Andreano, Ralph: 3 Benveniste, 53
Andreas-Salomé, Lou: 29 Bergerac, de: 109
Juana de los: Bergson, 33
25/35
fler):127,155 Bettelheim, Bruno: 34
Anges, des de Blanchot, Maurice: 76/88
Belcier): Blondel, Maurice:
Aquaviva, Claudio: Bonaparte, Marie: 35
Aragon, Louis: 147 Borda, Jean-Charlesde: 10
Aristóteles: Borges, Jorge Luis: 64/81
Arrow, J.: 10 Boutry,
Artaud, 144 Breton, André:
Augé, Marc: Breton, Stanislas: 135
Ávila, Teresa de (Teresa de Brown, Norman 0.:33
Cepeda y Ahumada): 127,155 Bruno de Marie-Jesús:
Bullitt, C.: M, 30
B
Bajomée, Danielle: 149 C
Bally, Charles: 54 28
Zevedi: 25 Canisius,

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