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el desarrollo de las actividades cotidianas de los hogares con el fin de manejar más
eficientemente los recursos no solo financieros sino naturales? Sustente su respuesta mediante
3 ejemplos aplicables hacia el mejor uso de los recursos.
Las finanzas sanas en el hogar empiezan con un presupuesto domestico. Hacer una lista de las
necesidades diarias o mensuales le ayudará a ubicar en qué está malgastando el dinero y en qué
aspectos puede reducir sus gastos.
El coordinador del Consultorio de Finanzas Familiares de la Pontificia Universidad Javeriana, Juan David
Altamar, aconseja:
-Claridad en lo que se gana y en lo que se gasta. Para ello se recomienda guardar durante dos meses los
recibos de los gastos mensuales obligatorios (facturas de mercado, servicios públicos, tarjetas de
crédito, etc.) y conocer el monto real de su salario. Sume sus gastos y réstele a sus ingresos. Si está
gastando más de lo que gana, se encuentra en problemas.
-Organizar. Hacer una hoja de balance con tres columnas: gastos obligatorios, gastos fortuitos y ahorro.
En la primera columna ubique los deberes financieros inaplazables y el monto que estos requieran. Los
fortuitos deben representar un mínimo de su dinero y debe disminuirlos al máximo. A la columna de
ahorro, aun cuando varía en cada persona, es recomendable destinarle mínimo el 10% de sus ingresos.
2- Alimentos
El experto asegura que las personas generan una afinidad hacia productos específicos por preferencia o
por dieta, por lo que no escatiman sus gastos en estos.
Sin embargo, tenga en cuenta los siguientes consejos que no afectarán la calidad de los alimentos:
-Compre inteligentemente. Aproveche las ofertas en productos perecederos. Son artículos que puede
comprar al por mayor a un menor precio y sin preocuparse por su vencimiento en el corto plazo.
-Buena organización. La despensa debe ser organizada de tal manera que los productos recién
comprados y con fecha de expiración lejana estén en el último lugar. Consuma primero los que estén en
primer lugar y luego los más antiguos.
-Pensar el menú. Organice el menú de la semana teniendo en cuenta lo que ya ha comprado y no por
sus antojos de último momento. De esta forma, evita adquirir nuevos artículos que quizás no use, pero
que sí lo harán salirse del presupuesto.
-No comprar con hambre. Así no tendrá la tentación de salirse de la lista de compra.
-Limitar las comidas fuera de casa. En el caso que sea necesario cámbielo por un café o un postre que
sale más barato.
-Compre las frutas y verduras que estén en cosecha o en el día de descuento. Comerá saludable y a un
buen precio.
3- Ropa
Si bien la elección y compra de la ropa es subjetiva (para muchos puede ser una prioridad), ahorrar en
este rubro no es sinónimo de vestir mal, ni de estar fuera de moda.
-Busque ropa de diseños básicos y colores primarios. De esta forma, puede combinarla sin problema. En
el caso de los niños, adquiera ropa económica para que jueguen y otra de mejor calidad para eventos
sociales.
-Cuide de la ropa. Fíjese en las indicaciones de lavado para que postergue su vida útil.
-Dentro del presupuesto general guarde siempre un porcentaje para el gasto de vestuario, con lo que
evita comprar a crédito.
-Coser en casa. No recurra a la modista para arreglos pequeños, aprenda a hacerlos usted mismo.
-Reutilice la ropa que tiene. Añada o elimine detalles dependiendo del momento.
-Aproveche el cambio de colección en las tiendas que sean de su agrado para comprar en oferta prendas
que le permitan renovar su ropero.
4- Gasto de agua
Un estudio realizado por la Universidad Nacional determinó que en Colombia una persona gasta en la
ducha entre 40 y 50 litros de agua bañándose una vez al día por tres minutos, y por cada minuto
adicional, 15 litros más. El gasto del líquido en el sanitario es similar. En clima frío se calcula que se usan
entre 30 y 48 litros cuando ocurren entre tres y cinco descargas, lo cual depende de la capacidad del
inodoro que varía entre 6 y 12 litros.
-Lavado de ropa. No abra el grifo por completo y remójela antes en un balde de agua. Recuerde destinar
un día en especial para esta actividad.
-Lavadora. Utilice la capacidad completa de este electrodoméstico. Recuerde que cada carga de la
lavadora, si es de 14 libras, gasta aproximadamente 200 litros de agua.
-Ducha diaria. Reduzca el tiempo en la ducha siendo consiente de la actividad que realiza. Cierre la llave
mientras se enjabona.
-Sanitario. Es uno de los sitios en donde más se requiere ahorrar. La Empresa de Acueducto de Bogotá
aconseja descargar la cisterna una de dos veces. De esta forma, logrará ahorrar el 10%.
-Lavado de la loza. Acumule y realice una sola lavada al día. No olvide cerrar la llave para enjabonar.
5- Energía
Cada kilovatio corresponde a una hora de electricidad. Tener un consumo racional de este servicio evita
la emisión aproximadamente un kilogramo de dióxido de carbono protegiendo así el medio ambiente y
el bolsillo.
-Al cocinar. Trate que el recipiente que use sea más ancho que el fogón, así aprovechará al máximo el
calor. Gastará menos energía si tapa todo lo que cocina. Apague el fogón cinco minutos antes de
terminar de cocinar los alimentos, así aprovechará el calor residual. Cuando pueda, use el microondas
en lugar del horno convencional. Esto le ahorra entre 60% y 70% de energía.
-Luz. Aproveche al máximo la iluminación solar. Use colores claros en las paredes y techos que provocan
una sensación de claridad. Apague las luces que no esté utilizando. Ubique puntos de luz de manera que
iluminen simultáneamente varias habitaciones. Use bombillas ahorrativas, éstas duran ocho veces más y
ahorran hasta un 80% de energía.
Prefiera los tubos fluorescentes donde requiera más luz ya que consumen cuatro veces menos energía.
No deje los electrodomésticos en hibernación, apáguelos si no los va a utilizar durante más de dos
horas. Bájele el brillo a las pantallas. Desconecte siempre los equipos.
6- Teléfono
-Fijo. Haga una comparación de las tarifas que se ajusten a las necesidades reales de la familia en los
diferentes operadores. Evite salirse del plan al que esta suscrito. Analice si los servicios con los que
cuenta son indispensables, de lo contrario cancélelos.
Gastos fijos: llamados así por tener una periodicidad y un importe conocido.
Gastos variables: son aquellos que debemos hacer pero que tanto su periodicidad como el importe
pueden variar.
Gastos no esenciales o discrecionales: son aquellos que efectuamos pero no son imprescindibles.
Los gastos fijos son aquellos gastos que debemos hacer, es decir, que son necesarios y que sabemos
cuándo los tendremos que hacer y cuanto vamos a gastar.
En este grupo de gatos se encuentran aquellos derivados de la vivienda, como el alquiler o la hipoteca,
el seguro del hogar, la comunidad de propietarios o el IBI.
Algunos de los derivados del transporte: impuesto de circulación, transporte al trabajo o los centros
educativos.