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AUTÓNOMA DE HONDURAS
I UNIDAD
PRESENTACIÓN
La Asignatura de Sociología es parte transversal del componente de formación general en el
currículo universitario. Esta asignatura pretende que el estudiante adquiera los conocimientos
conceptuales, teóricos y metodológicos generales de la Sociología como ciencia, con actitud
científica, a fin de que desarrolle la capacidad de análisis, síntesis, comprensión, sensibilización
y actitudes de crítica reflexiva, con perspectivas interrelacionadas para el conocimiento de la
diversidad y las contradicciones de la realidad en su universalidad para contribuir con las
acciones de transformación de la realidad social hondureña.
Objetivos Estratégicos:
Así, por ejemplo, cuando olemos una flor, disfrutamos de su fragancia "sintiéndola", pero ello
no significa que poseamos física o materialmente su olor: nosotros no olemos la flor, no nos
hemos impregnado o untado con su aroma.
Conocer es poseer la forma, no la materia, del objeto conocido. Es decir, poseemos todas sus
cualidades o rasgos esenciales sin necesidad de hacerlo físicamente interior a nosotros. Así,
cuando conocemos sensiblemente una piedra (a través del sentido de la vista, por ejemplo) ello
no significa que antes debamos meterla físicamente en nuestro ojo.
De la misma manera, cuando conocemos intelectualmente una piedra (poseemos su concepto)
no implica que la piedra, con su materia (átomos y moléculas) esté inserta en nuestra mente o
cerebro.
Conocer es, entonces, la actividad mediante la cual el ser humano se apropia del mundo que le
rodea. Esta apropiación es una captación intelectual o mental del entorno o del propio
organismo.
El acto de conocer es un proceso complejo en el que intervienen aspectos biológicos,
cerebrales, lingüísticos, culturales, sociales e históricos y no se puede separar de la vida
cotidiana ni de las relaciones sociales.
De ahí que conocer sea una necesidad fundamental para el ser humano ya que a partir del
conocimiento la persona puede orientarse, decidir y actuar.
¿QUÉ ELEMENTOS INTERVIENEN EN ESTE PROCESO DE APRENDIZAJE?
Dado que el conocimiento constituye un aspecto tan esencial para la vida de los hombres es
natural que estos dediquen una parte importante de su actividad a adquirir nuevos
conocimientos.
Es por ello que en todas las sociedades los adultos ponen un gran énfasis, esfuerzos y recursos
en conseguir que los niños adquieran los conocimientos que se consideran indispensables para
la vida social y para la supervivencia, transmitiéndoles las adquisiciones que esa sociedad ha ido
acumulando a lo largo del tiempo y que constituyen lo que solemos denominar la cultura.
El proceso de transmisión de conocimientos, normas, valores, ritos, conductas, tradiciones, etc.,
es lo que se denomina educación esto porque es dado de manera sistemática a través de
instituciones como la escuela y se le llama socialización de manera general cuando se da a
través de todo medio disponible sea este formal o informal. Sin darnos cuenta, nos guste o no,
lo entendamos o no, esto constituye una parte importante de la actividad social.
Está claro que el conocimiento es un producto de la actividad social que se produce, se
mantiene y se difunde en los intercambios con los otros.
Un individuo aislado no puede desarrollarse como ser humano y los hombres y mujeres
dependemos de los demás para la mayor parte de nuestras actividades. Los conocimientos son
producidos por los individuos y están acumulados de alguna forma en lo que puede llamarse la
mente, pero se generan en los intercambios con los otros, se comunican a los otros y se
perfeccionan en el comercio con los demás, en el proceso de compartirlos y contrastarlos con lo
que piensan o saben hacer los demás.
Está claro, aunque no siempre sea visto o entendido así, que todo conocimiento sirve
fundamentalmente para solucionar problemas o superar obstáculos cotidianos, situaciones que
en muchos casos son de carácter social puesto que sus causas derivan de problemas de
organización y funcionamiento de la sociedad, aunque en muchos casos se tenga una
perspectiva puramente individualista y personalista.
No sólo la ciencia, sino en general todo el saber humano nace de la necesidad de enfrentarnos
a los problemas generados por nuestro entorno; las exigencias de adaptación impulsan nuestra
necesidad de conocer para poder intervenir y transformar la realidad.
El saber no es una actividad ociosa a pesar de que algunas personas piensen que este nace del
ocio. En realidad, es la necesidad la que ayuda a que se desarrolle el conocimiento.
Desde el saber mágico, hasta la filosofía pasando por el saber científico, todos son formas de
conocer que nacen de la necesidad de resolver problemas.
La realidad no es lo que se nos aparece a primera vista, sino también lo que razonamos según la
información y la experiencia que tengamos es por lo tanto necesario establecer relaciones de
inferencia entre lo dado, lo que reciben los sentidos y lo conocido como real (la elaboración del
pensamiento)
Ejemplo: Parecía realidad incuestionable que el Sol y los astros giraban en torno a la Tierra
porque así se percibe con los sentidos, filósofos habían tenido en Grecia, pocos siglos antes de
Cristo, la "extravagante" idea según la cual la Tierra no era el centro del Cosmos.
Conocer es captar y poseer con nuestra inteligencia la realidad y modo de ser o de acontecer de
un objeto cualquiera que aparece como tal a la actividad de nuestro entendimiento.
FORMAS DE ACCEDER AL CONOCIMIENTO
Es aquél que se adquiere en la experiencia del día a día, en un modo común, corriente,
espontáneo, que se forma en el trato directo de los seres humanos y los objetos; se
posee sin haberlo buscado y no se reflexiona sobre él.
Superficial se conforma con lo aparente: porque me lo dijeron, porque lo vi, porque lo
leí, porque todo el mundo lo dice
No sistemático tanto en la forma de adquirirlo y vincularlo como en el modo de
establecer cánones de validación.
Acrítico sólo se apoya en la evidencia inmediata, es un saber que puede decir lo que
pasa, pero no “por qué” pasa lo que pasa.
2- El Conocimiento Científico
En la práctica social hay una serie de problemas que no pueden resolverse con los
conocimientos corrientes, ni de sentido común.
Podríamos decir que el sentido común es lo que la gente piensa a nivel general sobre un tema
en particular. Es como una especie de “acuerdo natural” que las personas hacen sobre algo. Es
una forma de juzgar razonablemente las cosas, sin necesidad de que una determinada
información esté comprobada científicamente; lo único que importa es que la mayoría de las
personas lo consideran cierto.
Un factor importante relacionado con el sentido común es la experiencia que cada persona ha
tenido en el transcurso de su vida. Muchas de esas experiencias nos aportan conocimientos
valiosos y positivos, por lo que, según el conocimiento que se adquiriere en base a esas
experiencias, se establecen creencias que a nivel popular se consideran de buen juicio.
Toda persona a lo largo de su vida se encuentra con frecuencia con situaciones que le suponen
un dilema, momentos en los que ha de tomar una decisión. Cuando llegamos a este punto,
solemos confiar en nuestras experiencias, sabiduría y, por supuesto, nuestro sentido común…
pero ¿sabemos utilizar este “sentido” correctamente? Pues la verdad es que muchas más veces
de lo que creemos la respuesta es NO.
Así pues, en situaciones comprometidas, como cuando alguien nos pide un favor o
simplemente una opinión, cuántas veces nos hemos sentido abocados a hacer o decir aquello
que, en realidad, no queremos hacer o no pensamos.
Cada cual, dependiendo del momento, la situación y las circunstancias adopta una postura, que
es la que cree más adecuada y conveniente de acuerdo con sus propios deseos y convicciones.
Y aunque lo ideal es tomar una decisión sin represiones externas sociales, pero preservando un
cierto grado de autodominio (ya que tampoco debemos “desatarnos” porque sí, el respeto
mutuo es fundamental para la convivencia), a la hora de la verdad muchas veces es el “qué
dirán” (o mejor dicho, “qué pensarán”) o los propios prejuicios los que nos impiden actuar
serenamente y, como dice el enunciado de este capítulo, con sentido común.
Por ejemplo, para una mujer algo presumida le parecerá totalmente válido y correcto vestir con
zapatos de tacón, pero ¿es eso de sentido común? Sinceramente, muy cómodo no es, bueno
para la salud de las articulaciones de los tobillos, la espalda, las rodillas, tampoco. Parecerá más
alta, efectivamente, estará más elegante, lo más probable, aunque todo dependiendo de la
cultura o sociedad en la que se encuentre viviendo, pero atribuirle la propiedad de ser algo muy
razonable no es. Pero pongámonos del otro lado, para esta misma mujer si va a acudir a una
fiesta o una importante reunión de trabajo, lo que carecería de sentido común sería vestir con
chándal y zapatillas de deporte. Por tanto, ¿es realmente tan común este sentido? ¿No es más
bien algo totalmente subjetivo y sujeto a convencionalismos?
El sentido común nos debería proteger de cometer errores, de caer en problemas o conflictos,
y como consecuencia, de que la propia humanidad sucumba a su total falta de sensatez,
entonces preguntémonos: ¿Talar sin medida los bosques y las selvas para utilizar la madera de
sus árboles o producir enormes pastos, es de sentido común? ¿Matar elefantes
indiscriminadamente para conseguir el marfil de sus colmillos y hacer adornos, es razonable?
¿No compartir las riquezas, el agua o la comida con nuestros semejantes y vivir para acumular,
es normal? ¿Agredir a otra persona por ser de una ideología o equipo de fútbol distintos al
nuestro, tiene sentido? Aquí la respuesta es incluso más obvia, entonces, ¿qué nos está
pasando?
Seguramente nos parecerá que cualquier animal tiene más sentido común, y es cierto, pues no
tiene tantas cosas en qué pensar, ni tanto que sopesar para tomar una decisión. He aquí
nuestro eterno dilema, los humanos disponemos de tantas posibilidades de acción que muchas
veces nuestra mente no es capaz de valorarlas todas con el tino suficiente como para llegar a
una conclusión realmente beneficiosa para nosotros, tanto a corto, como a medio o largo plazo.
Método: se refiere a ese conjunto de estrategias y herramientas que se utilizan para llegar a un
objetivo preciso, el método por lo general representa un medio instrumental por el cual se
realizan las obras que cotidianamente se hacen. Cualquier proceso de la vida requiere de un
método para funcionar, la etimología de la palabra nos indica que proviene de un grafema
Griego que quiere decir Vía, por lo que nos indica que es un camino obligatorio para hacer
cualquier acto. El uso de esta palabra es casi coloquial, su uso en cualquier oración indica que
existe un procedimiento que seguir si se desea llegar al final de la operación. Si nos paseamos
por los diferentes campos de la ciencia nos encontramos con todo un trayecto empírico de
creación de métodos para resolver problemas.
Todos nosotros, o al menos eso sería lo deseable, hemos sentido el placer de aprender sin
considerar la utilidad inmediata de este aprendizaje. En general nuestros gustos y aficiones nos
llevan a aprender cosas por el mismo placer que nos genera. Si nos fascina el antiguo mundo, se
puede leer y aprender sin que nunca se llegue a vivir de esos conocimientos o, incluso, sin que
esos conocimientos nos vayan a facilitar el éxito social.
Aprendemos a veces por el propio placer de conocer. Esto no es contradictorio con lo dicho en
el párrafo anterior: si los gobiernos y las administraciones gastan dinero en la investigación
social no es porque sea interesante o divertida, sino porque es útil.
Las aficiones se remiten a la esfera individual, la ciencia como fenómeno social no se realiza
porque la sociedad tenga amor al conocimiento, sino porque es necesaria para el desarrollo y el
progreso. Por otra parte, incluso el conocimiento más vago tiene utilidad y, a largo plazo,
acaban teniendo aplicaciones sociales. Por otra parte, si una afición te llena la vida, es difícil
dudar de su utilidad.
Comúnmente se acepta que la primera de las fases del proceso de conocer corresponde a la
actividad sensorial, por lo que es la más directa, inmediata y discernible. Así la información que
captamos por medio de la vista, oído, etc., inmediatamente se transforma de sensaciones a
conocimientos, dando lugar a lo que se conoce como conocimiento vulgar, espontáneo o
empírico por cuanto refleja en manera inmediata lo que es realidad, pero también es cierto que
esta captación muchas veces no refleja la realidad tal como es, sino en su aspecto exterior
(apariencia), y como tal no puede ser asumido como algo verdadero.
La segunda fase es la del conocimiento Racional o Lógico, que es producto de la inquisición del
ser humano por conocer que hay más allá de la simple apariencia, esto significa comprobar,
demostrar y verificar si lo que estamos captando de esa misma realidad es científico, es decir sí
captamos la esencia del fenómeno estudiado. Es la Explicación, nivel superior por el cual se
trata de encontrar los factores, causas o fenómenos concurrentes, así como también los efectos
y consecuencias de una relación causal muy propia de las Ciencias Sociales, la pregunta que la
define es: ¿Por qué?, y es en la respuesta a esta interrogante, donde se representa la inquietud
indagatoria fundamental de todo investigador: “Descubrir el porqué De la ocurrencia del
fenómeno estudiado”.
En la explicación ya no solo es suficiente lo que uno conoce empíricamente, sino que se exige
conocer y dominar enfoques, principios, proposiciones, características, factores,
fenomenología, etc. Qué den cuenta de aquello que tratamos de investigar.
Y una tercera fase: Predicción, “Saber para prever, prever para dominar”
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE PODER DISTINGUIR ENTRE PROBLEMA Y NECESIDAD?
El paso siguiente en este camino debería ser poder definir qué entendemos por problema.
A partir de esta tradición de pensamiento podemos definir problema con los siguientes rasgos:
Un problema es una situación transformable susceptible de mejora qué es percibida como tal
(El problema debe ser percibido). Si no hay solución realmente no se trata de un problema. Por
supuesto no es fácil asegurar cuándo hay o no hay solución.
La especie humana tiene bastante capacidad para resolver imposibles, pero en cada contexto
histórico hay imposibles contra los que no se puede luchar. Susceptible de mejora.
Un problema no es algo excepcional. Todo son problemas, toda situación es susceptible de
mejorarse en función de algún criterio. Es más, las soluciones exitosas de hoy son los problemas
de mañana. Que es percibido como tal.
El problema debe ser percibido. Un problema social requiere que los actores lo perciban como
tal, que exista una conciencia de la necesidad de mejorar y de las posibilidades de mejora. No
siempre es fácil determinar qué es un problema y qué no lo es. Todos coincidimos en que el
desempleo es un problema, pero sobre otros problemas sociales no existe un consenso
semejante.
Uno de los principales obstáculos que encontramos en este sentido, es la gran importancia
que le hemos ofrecido las personas a nuestras “necesidades”. Nos decimos constantemente:
“necesito tener bastante ropa, para vestir bien en todas ocasiones”, “necesito tener un
teléfono móvil”, “necesito un televisor”, “necesito amueblar la casa y decorarla con objetos
bonitos”, “necesito tener un coche”, “necesito un ordenador” …, en fin, la lista es realmente
interminable, y eso que sólo describo algunas de las “necesidades” más habituales. Pero no nos
olvidemos de las necesidades no materiales, que han sido elevadas por nosotros mismos al
nivel de necesidades irrenunciables: “necesito tener pareja”, “necesito tener muchos amigos”,
“necesito tener un hijo”, “necesito ir de vacaciones a tal o cual sitio”, “necesito ser guapo/a y
tener un cuerpo perfecto” …
¿Es realmente todo esto necesario? Si intentamos razonar con algo más de claridad, nos
daremos cuenta de que algo se considera necesario cuando sin ello nuestra vida podría verse
seriamente afectada o dañada, ¿es así en estos casos? Alguna de las cosas que verdaderamente
necesitamos son, por ejemplo, comida, agua, ropa (pero para guarecernos de las inclemencias
del tiempo), una casa donde sentirnos seguros o en su lugar un sitio para descansar y dormir.
Todo lo demás es deseable (muy deseable quizás), pero jamás necesario y para nada
imprescindible.
La prueba está en que muchas personas que no se consideran socialmente atractivas son
felices, también hay muchas que no tienen buena salud, pero no les impide disfrutar de la vida,
muchos solteros son felices, numerosas personas sin objetos de lujo también son felices, de
hecho existen varios ejemplo ya famosos de personas que llevan años viviendo sin dinero.
La alemana Heidemarie Schwermer que lleva haciéndolo desde el año 1996 cuando contaba
con 53 años, o Daniel Suelo de los Estados Unidos que lo lleva haciendo desde el año 2000, él
mismo quemó su pasaporte y su carnet de conducir, vive en una cueva del desierto de Utah,
con total libertad, sin compromisos, no tiene pareja ni hijos, se autoabastece con los alimentos
que encuentra en la naturaleza o lo que alguna persona le ofrece generosamente, lo que sí
tiene son buenos amigos y participa de una vida cultural activa, “lo que en realidad es mucho
más necesario para el equilibrio emocional y es lo que nos hace realmente normales” según él
mismo explica.
Por desgracia, nos rodeamos de necesidades nuevas a diario sólo por el hecho de verlo en los
demás y de no querer ser “menos” que ellos, cuando sabemos que muchas personas en
numerosos países que viven sin prácticamente nada, y se ha podido demostrar que no es ese el
verdadero indicador de su felicidad.
Para la sociología más progresista las diferencias de riqueza y poder son un problema grave,
quizás el problema más grave, y de él derivan otros cientos de problemas. El hecho de que los
sueldos mensuales de unas personas equivalgan a lo que otras ganan en toda su vida laboral
resulta un problema obsceno y expresión de un orden social enfermo. Sin embargo, otros
autores, por ejemplo, Kingsley Davis y Wilbert Moore, funcionalistas norteamericanos de los
años cuarenta, no tenían pudor en considerar que la desigualdad es sana, natural, motivadora y
universal, en el sentido de que ha existido en todas las sociedades. No es una tesis absurda,
estos autores no profundizaron en las causas de las diferencias y en los sistemas de selección,
pero, efectivamente, si se supone que hay igualdad de oportunidades, puede ser necesario que
exista una diferenciación entre niveles. La desigualdad puede ser o no ser un problema según
cómo se analice o según la clase social de pertenencia
Los conflictos sociales son concebidos como problemas, o como mínimo, como síntomas de
problemas, situaciones evitables y que las instancias de poder deben intentar evitar. Sin
embargo, Lewis Coser en 1956 publicó el libro “The Functions of Social Conflict”, en el cual se
planteaba la necesidad de los conflictos como mecanismo equilibrador del sistema social y
aseguraba que a veces el problema real era el exceso de orden que impide la génesis de
conflictos creativos.
Las fuerzas japonesas perdieron la batalla de Midway, entre otras muchas causas, porque hasta
ese momento no habían perdido ninguna y consecuentemente, se relajaron y se confiaron. El
éxito fue su problema. Muchas empresas excelentes tienen miedo del excesivo éxito, porque en
esas situaciones dejan de plantearse problemas. Si partimos del hecho de que casi todo es
mejorable, situaciones problemáticas son casi todas. Recordamos que el ser humano es
fundamentalmente una especie capaz de plantearse problemas.
La sociología nace para dar solución a estos problemas sociales, estableciendo en primer lugar
las causas, sus condicionantes y las posibles alternativas para intervenir. En muchos casos para
poder responder a estas cuestiones, es necesario previamente plantear grandes teorías que
expliquen la evolución de la sociedad o que desarrollen conceptos que permitan pensar la
realidad. Por eso con cierta frecuencia, la teoría sociológica puede parecer abstracta y lejana de
las aplicaciones prácticas, pero en el sustrato de todos los trabajos está la necesidad de
aplicación. Como señalaba Pasteur, “No hay ciencias aplicadas, hay aplicación de la ciencia”.
A Durkheim, Marx y Weber, se les conoce como los clásicos de la sociología. ¿Que implica el
concepto de clásico cuando se aplica a pensadores de la talla de Durkheim, Weber y Marx?
Debe considerarse un pensador como clásico, nos explica Norberto Bobbio, cuando pueden
atribuírsele los siguientes atributos: "a) ser considerado como auténtico y único intérprete de
su tiempo, cuya obra es utilizada como un instrumento indispensable para comprenderlo
(piénsese, por ejemplo, en La ciudad de Dios de San Agustín y en los Fundamentos de la
filosofía del derecho de Hegel; b) siempre ser actual, por lo que cada época, incluso cada
generación, siente necesidad de releerlo y al hacer eso lo reinterpreta (Rousseau, ¿democrático
o totalitario?; Hegel, ¿filósofo de la restauración o de la revolución francesa?; y c) haber
construido teorías-modelos que se emplean continuamente para comprender la realidad, aún
una realidad diferente de aquella de la que derivó y a la que se aplicó, y que se han vuelto, con
el curso de los años, verdaderas y propias categorías mentales
Durkheim, Marx y Weber tienen estos atributos para considerárseles legítimamente como
clásicos de la sociología. Fueron intérpretes altamente calificados de la época en que vivieron y
sus obras más importantes han pasado la prueba del tiempo. Nos estamos refiriendo a obras
cumbres de la sociología como El suicidio de Durkheim, El capital de Marx y La ética protestante
y el espíritu del capitalismo, para no referirnos a la monumental obra de Weber Economía y
sociedad. Su pensamiento sigue siendo actual y cada generación ha sentido la necesidad de
releerlos y reinterpretarlos. Construyeron teorías, conceptos y recomendaciones de método
que informan la sociología de nuestro tiempo.
Echemos un vistazo a las aportaciones de cada uno de los clásicos a la sociología de nuestro
tiempo. Emilio Durkheim nació en Francia en el año de 1858 y murió en el mismo país en el año
de 1917. Dedicó gran parte de sus esfuerzos a deslindar el objeto de estudio de la sociología del
de otras ciencias adyacentes y a defender el carácter científico de la sociología desarrollando
una metodología para el estudio empírico de los fenómenos de la sociedad. Su afán de definir el
campo de actuación de la sociología y la calidad de sus aportes en materia de metodología, han
hecho de Durkheim uno de los indiscutibles clásicos de la disciplina.
En materia de método, Durkheim aceptó y desarrolló el argumento formulado por Comte que
postula la identidad del método de las ciencias naturales y de las ciencias sociales. Esto significa
reconocer que en materia de método, Durkheim fue un positivista. Sin duda, uno de los más
conspicuos representantes de la tradición positivista en sociología. El positivismo durkheniano
no se agota en la importación de los métodos de las ciencias naturales a la sociología, sino que
también busca el establecimiento de leyes que reflejen las relaciones causales de los
fenómenos sociales y el rechazo de los motivos e intenciones como agentes causales en favor
de las estructuras sociales. Bajo la influencia del positivismo, Durkheim llevó el organicismo un
poco más allá de donde lo había dejado el filósofo social Herbert Spencer (1820-1895) y sostuvo
que, así como el fisiólogo se dedica a estudiar las funciones de un órgano en un ser vivo, el
sociólogo debería estudiar en qué medida las prácticas, los valores y las instituciones sociales
contribuyen a la cohesión social. Fue en este contexto que Durkheim formuló la siguiente regla
de su método sociológico: "Cuando... se lleva a cabo la explicación de un fenómeno social,
debemos buscar por separado la causa eficiente que lo produce y la función que cumple". Esta
postura epistemológica permite identificar a Durkheim como
En el marco de la tradición positivista francesa, Durkheim pensaba que era legítimo emplear el
conocimiento científico de la sociedad para intervenir en ella y procurar reformas sociales.
Durkheim estuvo seriamente interesado por el fenómeno de la cohesión social en las
sociedades modernas. En este sentido, estableció una distinción que ha sido clave en la
sociología moderna. Estamos hablando de la distinción entre solidaridad mecánica y solidaridad
orgánica.
Para Durkheim, los procesos de cambio en el mundo moderno son tan rápidos e intensos que
crean grandes trastornos sociales que él relacionaba con la anomia, una sensación de falta de
objetivos y de desesperación producida por la moderna vida social. Los controles y normas
morales tradicionales que solían proporcionar la religión son puestos en cuestión por el
desarrollo social moderno, lo que deja a muchos individuos con un sentimiento de
desorientación acerca de los valores morales que deben regir su vida y darle sentido a su
existencia. Durkheim introdujo el concepto de anomia en su libro De la división del trabajo
social (1893) y lo retomó en El suicidio (1897).
Aunque entre ambas obras varíe ligeramente su utilización, por anomia Durkheim entiende una
situación de confusión moral socialmente producida, que genera un vacío normativo y favorece
el aparecimiento de conductas individuales desajustadas o patológicas. Los cambios rápidos y
no previstos, tanto a nivel cultural como económico y social, suelen estar en la base del estado
de crisis de valores y de desregulación normativa, características de una situación anómica.
Una de las obras más importantes y originales de Durkheim fue precisamente El suicidio, que ya
hemos mencionado. En esta obra, Durkheim trató de mostrar la validez de sus propuestas
teóricas y metodológicas y de reflexionar, una vez más, sobre el fenómeno de la cohesión
social. Mediante análisis estadísticos, pioneros en su época demostró que las tasas de suicidios
varían entre individuos de distintos grupos sociales y de distintas creencias religiosas. La idea
explicativa básica de estas variaciones la encontró en el grado de cohesión y/o de adhesión de
los individuos a las normas y valores de una comunidad de la cual se sentían parte.
Carlos Marx nació en Alemania en 1818 y murió en Inglaterra en 1883. Los trabajos de Marx
cubren diversas áreas de la filosofía y de las ciencias sociales.
Gran parte de su obra se centra en cuestiones económicas, pero teniendo en cuenta que
siempre trató de vincular lo económico con la estructura social y las instituciones sociales de su
época, su obra está llena de notables observaciones de carácter sociológico. Sin embargo, Marx
nunca utilizó el término sociología en su obra debido a la abierta animadversión que sentía por
Comte y su obra.
La perspectiva teórica de Marx se basa en lo que se ha denominado la concepción materialista
de la historia o simplemente el materialismo histórico. Según este enfoque, la causa primaria y
fundamental del cambio social no hay que buscarla en el mundo de las ideas o en los valores de
los seres humanos, como pensaba Durkheim. Hay que ubicarla, según Marx, en la forma como
los seres humanos organizan el proceso de producción y en las clases o grupos sociales que
surgen en el mismo.
Para Marx, el conflicto de clases sociales constituye la fuerza motriz del cambio social. Puesto
en la frase lapidaria recogida en el Manifiesto comunista: "Toda la historia de la sociedad
humana, hasta el presente, es la historia de la lucha de clases". Las clases sociales en Marx,
como veremos más adelante, surgen y se definen en el proceso de producción.
Marx desarrollo un método específico para el estudio de los fenómenos de la sociedad, esto es,
el método dialéctico. Este método lo tomó del filósofo alemán Hegel, el cual tenía una base
idealista, y Marx dotó su concepto de con una base materialista.
Los siguientes son los rasgos característicos del método dialéctico:
1) el método dialéctico estudia los hechos no en forma aislada, sino que como parte de
conjuntos más amplios en los cuales adquieren sentido y significación. El método dialéctico
tiende a abarcar la totalidad a la cual pertenece el problema estudiado; 2) el método dialéctico
hace hincapié en las dimensiones históricas, dinámicas y diacrónicas de los fenómenos.
El estudio de la génesis de un fenómeno no solo permite comprender su actual estructura
lógica, sino que además arroja luz sobre la cuestión de su futuro y contribuye a nuestra
comprensión de sus posibilidades de transformación; 3) el método dialéctico tiende a enfatizar
la importancia decisiva del automovimiento de los fenómenos como producto de sus
contradicciones o tensiones internas.
Es por ello que Marx señala que las contradicciones de clase son el principio explicativo del
cambio y la transformación social, y; 4) el método dialéctico es un método de razonamiento
crítico que señala las limitaciones esenciales de lo dado y las posibilidades de superarlos.
Marx intento poner al descubierto en su obra los obstáculos que representaban las estructuras
económicas, las instituciones políticas, las superestructuras ideológicas de su tiempo al
desarrollo futuro de la humanidad e indicó el camino práctico para superarlos.
Es por eso que, aunque reflexionó sobre diversos periodos de la historia humana, Marx
concentró lo mejor de sus esfuerzos en el estudio de la sociedad capitalista. Para él, el
capitalismo, era un sistema económico caracterizado por la producción social y la apropiación
privada de los beneficios. Para "Marx, el capitalismo es básicamente una relación social. Solo
puede existir allí donde están presentes capitalistas, propietarios de los medios de producción,
y obreros, los vendedores de su fuerza de trabajo que reciban a cambio de la misma un salario.
El móvil fundamental del capitalismo es la apropiación de la plusvalía, la diferencia que existe
entre el salario y el valor real de la fuerza de trabajo de los obreros. Marx pensaba que el
capitalismo sería reemplazado en el futuro por una sociedad sin clases que denominó
socialismo.
Max Weber nació en Alemania en 1864 y murió en este mismo país en el año de 1920. Fue un
hombre de una vastísima cultura. Sus obras combinan eruditos conocimientos y reflexiones
sobre economía, derecho, filosofía, historia comparada y sociología. A diferencia de Durkheim
que trató de apartar la sociología de la psicología para acercarla a las ciencias naturales, Weber
hizo lo contrario. Trató de acercar la sociología a la psicología y definió el objeto de la sociología
a media distancia entre ambas disciplinas. Para Weber, el objeto de estudio de la sociología es
la acción social, esto es, el sentido subjetivo, el sentido mentado, el significado que los sujetos
le dan a sus propios actos. De esta manera la sociología comienza a interesarse por el
significado, la lógica, la racionalidad y las motivaciones que presiden los actos de los individuos.
Explicar, en sociología, es desde esta perspectiva (valga la redundancia) explicar por qué las
personas actúan de la forma en que lo hacen y comprender el significado que las mismas le dan
a sus actuaciones. A diferencia de Marx, que privilegió los aspectos económicos de la
explicación sociológica o de Durkheim que lo hizo con los aspectos culturales, Weber admitió
que "los factores económicos son importantes, pero el impacto de las ideas y los valores sobre
el cambio social es igualmente significativo”.
Weber fue abiertamente antipositivista. Aceptó la idea de aquellos filósofos alemanes que
habían postulado la existencia de una profunda diferencia de método entre las ciencias de la
naturaleza y las ciencias de la cultura. A diferencia de las ciencias de la naturaleza que
estudiaban plantas, minerales y otros objetos, que no estaban interesados en el sentido
subjetivo de sus acciones, los seres humanos sí lo estaban. Por esta razón, resultaba, a su juicio,
inaceptable el argumento positivista que postula la identidad entre el método de las ciencias
naturales y las ciencias sociales.
El enfoque sociológico de Weber es conocido como interpretativo o comprensivo. Por ello no
debe resultar extraño que Weber haya definido la sociología como la ciencia que trata de
comprender, interpretando la acción social. Uno de los conceptos básicos de la sociología
comprensiva o interpretativa de Weber es el de tipo ideal. Se trata de una herramienta
heurística (una herramienta que sirve para la explicación sociológica) que se construye
mediante la acentuación de algunas de las características que los fenómenos tienen en la
realidad. Son célebres los tipos ideales de Weber sobre las formas de acción social legítima, las
formas de dominación o autoridad legítima y su tipo ideal de la burocracia.
Al igual que otros pensadores de su tiempo, Weber intentó comprender y explicar los cambios
sociales de su época. Dedicó algunas de sus. obras más influyentes al análisis de lo que
diferenciaba la sociedad y la cultura occidentales de otras civilizaciones. Estudió las religiones
de China, la India y Oriente Medio e hizo por esta vía importantes aportaciones a la sociología
de la religión. Después de comparar los sistemas religiosos dominantes en China e India con los
occidentales, Weber reafirmó la convicción que había desarrollado en La ética protestante y el
espíritu del capitalismo (1904) de que ciertas creencias de la doctrina calvinista habían tenido
un papel fundamental en el desarrollo del capitalismo.
Weber vio en la racionalización la tendencia dominante en la sociedad capitalista. Para él, la
racionalización es el proceso por el cual toda área de las relaciones humanas está sujeta al
cálculo, a la eficacia técnica, a lá maximización de la producción, de los beneficios y de los
resultados y a la minimización de los costes. Weber visualizaba el capitalismo como un sistema
económico y social dominado por el avance de la racionalización en todas las esferas de la vida
social, lo que, desde el punto de las relaciones sociales, traería consigo el aislamiento del
individuo, / la pérdida de sus vínculos con lo comunitario, lo significativo y los principios
morales.
Weber vio en la burocracia el paradigma de la racionalidad moderna. La burocracia es una
forma de organización del trabajo sometida a reglas y regulaciones que guían a los que forman
parte de ella a elegir los mejores medios para alcanzar sus objetivos en forma eficiente.
No vamos a entrar en un debate acerca del tema de la libertad, pero por lo menos todos
estamos de acuerdo en que la posibilidad de prever la acción humana es muy limitada. No
sabemos si se debe a nuestra libertad o al extraordinario campo de condicionantes que nos
afectan. No existe ninguna ciencia que me diga con exactitud cómo va a responder un perro al
que yo pego una patada.
Podemos hacer estadísticas, señalar que un 35% de los perros de una provincia atacan al ser
pateados, el 46% huyen, el 10% dudan entre hacer una cosa u otra y el 9% no sabe o no
contesta. Esto nos ayuda, pero no nos permite predecir con exactitud. Además, habría que
considerar quién da la patada, en qué momento, en qué fase del celo del perro etc.
A pesar de todo, nuestros estudios no nos darían nunca la respuesta exacta respecto al riesgo
de dar una patada a un perro. Este ejemplo simple nos sirve para comprender la dificultad de
predecir la conducta de un organismo vivo. En el caso de los seres humanos, la complejidad de
nuestras interpretaciones, la cantidad de variables que afectan a nuestros actos, la libertad que
tenemos los seres humanos, dificultan sin solución el estudio y la realización de predicciones
sociales.
Alguien después de intentar inútilmente definir la sociología sin excluir ninguna línea de
trabajo, la ha definido como “lo que hacen los sociólogos”, puesto que dentro de esta ciencia
nos encontramos desde estudiosos micro cercanos a la psicología a grandes pensadores macro;
desde estadísticos sociales aficionados a la medición, hasta cualitativitas que no utilizan jamás
un número. Esta diversidad es una riqueza para la disciplina, pero genera dificultades muy
fuertes a la hora de desarrollar una labor coherente como disciplina.
Es una ciencia con dificultad de demarcación.
Cuando se pregunta en clase, por ejemplo, qué es tener personalidad, qué es tener cultura,
qué es una actitud, que es el temperamento, podemos obtener cientos de respuestas.
Se trata de palabras que utilizamos en nuestra conversación cotidiana, y a las que hemos ido
asociando significados. Sin embargo, su uso cotidiano no es el uso sociológico, para un
psicólogo o un sociólogo no tiene sentido decir que alguien tiene más personalidad que otro,
puesto que todos tenemos personalidad, si acaso se puede decir que es más inseguro o que
tiene más seguridad en sí mismo, pero personalidad es un concepto genérico, no un rasgo.
Del mismo modo, cultura en el lenguaje cotidiano hace referencia a conocimientos socialmente
valorados, Juan tiene mucha cultura quiere decir que Juan conoce cosas socialmente
consideradas como cultas.
Si Juan fuese experto en motos o en noticias del corazón, ya no sería culto, sería otra cosa. Pues
bien, para un sociólogo, cultura no es eso, cultura es un marco de significación global, es todo lo
que adquirimos como miembros de una sociedad, es algo compartido, puede ser muchas cosas,
pero desde luego no hay nadie con más cultura que otro, simplemente hay diferentes culturas.
Estas reflexiones nos acercan a la dificultad de diferenciar a la ciencia y saber cotidiano, pero
también existen dificultades para distinguir a la sociología de otras ciencias:
sociología frente a psicología, sociología frente a antropología, sociología frente a historia,
sociología frente a economía, sociología frente a historia, sociología frente a geografía.
Creo que no es necesario entrar en todo este tipo de discusiones acerca de los límites entre
ciencias, se trata de polémicas que, aunque son necesarias para clarificar las disciplinas, en el
fondo encubren conflictos de intereses y guerras entre gremios.
Lo importante es simplemente advertir que en las ciencias sociales las fronteras entre lo que es
ciencia y lo que no lo es y entre las diferentes ciencias, son más complejas que las que existen
en las ciencias naturales.
Es una ciencia que se define por su concepción del objeto más que por una
delimitación clara de este objeto.
La sociología se ocupa de la sociedad. En esto comparte objeto con la economía, la
antropología, el derecho, la psicología social, la historia, la geografía humana etc. etc. Todas
ellas pueden coincidir en el estudio del mismo fenómeno, pero cada una de ellas interpreta al
fenómeno social desde una perspectiva diferente.
Un economista y un sociólogo entienden la realidad de manera diferente: para el primero la
sociedad es un conjunto de actores racionales que se relacionan siguiendo estrategias de
optimización, estrategias que, integradas en una lógica de mercado, permiten la cohesión y el
bienestar social.
Para el sociólogo en general, parece claro que la sociedad no puede explicarse claramente por
estrategias de optimización de intereses, puesto que es mucho más que todo eso. Por lo tanto,
la sociología se define sobre todo por su forma de concebir este objeto, no tanto por ocuparse
de un sector específico de la sociedad.
2.- Conocer el significado sociológico propio de una serie de nociones y conceptos básicos,
diferenciándolos de los usos en el lenguaje común, y discriminándolos de ese modo de los
“ídola” del lenguaje, esto es, de los equívocos y confusiones conceptuales a los que puede dar
lugar un uso erróneo del lenguaje. Se trata, pues, de potenciar la capacidad lingüística del
alumnado, procurando socializar un discurso pertinente al análisis de la realidad social.
El vocabulario académico no siempre es un vocabulario utilizado en situaciones cotidianas, pero
permite un aprendizaje práctico en situaciones reales.
5.- Reflexionar acerca del papel de las instituciones y de los grupos y colectivos humanos, así
como de las estrechas relaciones que se dan entre unas y otros.
6.- Reconocer la existencia de las desigualdades sociales, bien individuales o bien grupales, con
el fin de abordar su magnitud, sus funciones, sus causas y sus posibles soluciones.
7.- Abordar la entidad, las causas y las consecuencias del cambio social, tanto desde una
perspectiva local como global, así como las tendencias que se apuntan y sus repercusiones
sobre las formas de vida.
8.- Adquirir una perspectiva general de los instrumentos básicos de análisis y de conocimiento
social: métodos distributivos o estructurales de investigación, vías de aproximación a la realidad
social, procedimientos de recogida de datos, fuentes de información, etc.
9.- Percibir la importancia tanto de una información precisa como de los instrumentos de
conocimiento social para su análisis y del rigor en la interpretación, así como del carácter
siempre revisable de las conclusiones obtenidas.
10.- Obtener una cierta distancia crítica frente a la esfera de lo social en general y frente a las
instituciones más próximas, con el fin de poder interrogarse sobre las mismas y elaborar un
juicio propio, fundamentado en el conocimiento previo. De este modo el alumnado se podrá ir
entrenando en la cultura de la pregunta, que no da nada por sentado y, contra cualquier
posible dogmatismo, todo lo somete al juicio crítico de la razón.
CONCEPTO/DEFINICIÓN
En unas se centra la definición en lo que la sociología es, mientras que en otras se habla sobre
todo de lo que la sociología debe llegar a ser, unas hablan de la sociología como una ciencia que
explica la sociedad y otras como la ciencia del comportamiento en la sociedad. En estos apuntes
no se van a desarrollar toda esta profusión de definiciones, simplemente se va a realizar un
comentario sobre algunas de las más conocidas y luego se va a proponer una definición de
sociología que pueda ser útil para el estudiante. Etimológicamente la palabra sociología es
anómala, proviene de un matrimonio extraño entre el latín y el griego (socius, palabra latina
que significa compañero, semejante y logos, palabra griega que significa discurso razón).
Se trata de un término acuñado por Comte para sustituir al de física social que se había
utilizado hasta el momento.
Es importante hacer notar que la sociología es una ciencia centrada en las cosas que son, no en
las cosas que deben ser.
Se trata de una ciencia analítica y no normativa. Interpreta la realidad, pero no explica cómo
debe ser la realidad para mejorar la sociedad. Un sociólogo no sabe lo que es bueno para la
sociedad, en este punto su opinión es igual que la de cualquier ciudadano, simplemente conoce
mejor las consecuencias sociales que puede tener cualquier medida, o puede denunciar los
problemas que genera cualquier transformación social, pero no existe ninguna ciencia que diga
cuáles son los objetivos deseables para una sociedad, esa decisión la deben tomar los
ciudadanos y no los científicos.
PENSAR SOCILOGICAMENTE
La forma de concebir la sociedad por parte de los sociólogos se puede resumir de la siguiente
manera:
La visión de los sociólogos es globalizadora. La sociología es una ciencia que intenta abarcar lo
global, establecer un marco que articule todas las realidades que se nos presentan en nuestra
vida social.
La visión de los sociólogos no es simplificadora. En principio, la sociología intenta evitar
supuestos previos acerca del ser humano.
Se trata de un saber práctico, pero no instrumental. Practico es todo saber que sirve para
orientar la práxis, la acción humana. En este sentido hay saberes que dan sentido al mundo,
saberes que ayudan a interpretar la realidad, saberes que ayudan a crear y saberes que dan las
instrucciones precisas para un tipo de acción. Instrumental es aquel saber que nos da
instrucciones precisas respecto a cómo realizar un tipo de práctica concreta. No hace falta
comentar que todos son igual de importantes para el desarrollo de la sociedad.