Sei sulla pagina 1di 2

En la teología católica, el limbo se refiere a un estado o lugar temporal de las almas de

personas creyentes en el cristianismo que, pasada su vida física, murieron tiempo antes de la
resurrección de Jesús (limbo de los patriarcas), y un estado o lugar permanente de los no
bautizados que mueren a corta edad sin haber cometido ningún pecado personal, pero sin
haberse visto librados del pecado original, mácula que solo puede ser eliminada a través
del bautismo, en cualquiera de sus formas (limbo de los niños). Teóricamente, al menos según
algunas interpretaciones, y a pesar de su nombre, también irían a éste aquellos adultos que,
no habiendo cometido pecado personal alguno, no hubieran tenido la oportunidad de conocer
la doctrina cristiana ni ser bautizados; aunque el estado de concupiscencia provocado por el
pecado original haría muy remota la posibilidad de que un caso así haya llegado a darse.

Índice

 1Posición doctrinal dentro del cristianismo


o 1.1Pensamiento de los padres de la Iglesia (siglos III-VI d. C.)
o 1.2Perspectiva de la Iglesia católica
 1.2.1«Respuesta piadosa» y desapego histórico como doctrina oficial
 1.2.2Posición «teológica» del Magisterio
 2Véase también
 3Bibliografía
 4Referencias
 5Enlaces externos

Posición doctrinal dentro del cristianismo[editar]


El significado de «limbo» es "borde" u "orla" y penetró en el lenguaje cuando se quiso indicar
que los niños muertos sin pecados personales van a residir en la región fronteriza del infierno,
en una especie de nivel superior, donde no les alcanzaría el fuego. Aunque popularmente se
entiende como un sitio «al que las almas van», desde el punto de vista teológico el concepto
nunca estuvo completamente definido; era lo que en teología se conoce como teologúmeno.

Pensamiento de los padres de la Iglesia (siglos III-VI d. C.)[editar]


Históricamente, el limbo parece ser que nació con la teoría pelagiana de la infravaloración del
pecado original y la afirmación de un optimismo salvífico exagerado. Esto llevó a pensar que
Dios no habría excluido de la bienaventuranza a los niños muertos sin el bautismo.
A falta de datos escriturísticos acerca del tema, se tiende a recurrir al pensamiento de
los padres de la Iglesia para comprender la posición de la Iglesia cristiana primitiva acerca del
tema en ese momento, algunos de ellos, como San Gregorio Nacianceno (PG 36,385-390)
y San Agustín de Hipona (PL 40,275), consideraban el limbo como una respuesta «piadosa»
para evitar a estos inocentes las penas del infierno. Refiriéndose al mismo como "Un lugar-
estado de aquellos que, habiendo muerto antes de llegar al uso de razón y sin bautismo, y por
tanto con pecado original pero solo con él, son privados de la visión de Dios, que es don
gratuito y personal, aunque no sean castigados con penas aflictivas, sino que pueden gozar
de una felicidad natural".
El Concilio de Cartago (418) pone a los niños sin bautismo y con solo el pecado original en
una situación de condenación (DS 224). A continuación, la tradición teológica distinguirá entre
los que están privados de la gracia de la salvación por causa del pecado original y los que se
han alejado de ella culpablemente.
Perspectiva de la Iglesia católica[editar]
«Respuesta piadosa» y desapego histórico como doctrina oficial[editar]
Si bien esta creencia fue ampliamente difundida en el mundo católico, la idea del limbo para
los niños lleg

Potrebbero piacerti anche