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CRISTOLOGÍA – I MOMENTO

JORGE HUMBERTO ORDÓÑEZ TORRES

PRESENTADO A:

P. NELSON MIGUEL VALDERRAMA VERGARA

P. DUWER ENRIQUE MÉNDEZ VARGAS

UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

LICENCIATURA EN FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN RELIGIOSA

CAU BUCARAMANGA

JUNIO DE 2018
INTRODUCCIÓN

A continuación se desarrolla una construcción teológica de la cristología nivel


doctrinal desde el magisterio y la tradición propia, construcción desarrollada dentro
de una estructura de cuadro sinóptico para una mayor precisión y puntualidad,
construcción desde la que se procura responder ¿Qué fue lo que hizo
esencialmente ese concilio? ¿A qué herejía se enfrentó? Así como su contexto
histórico y el progreso de la Cristología en cada encuentro conciliar.

Se ha procurado centrar especial atención en los conceptos cristológicos, pues en


cada concilio se trataron diferentes temas, pero lo que aquí centra nuestra
atención es todo aquello que tiene que ver con las discusiones en torno a la
persona de Jesucristo.

De igual manera, siguiendo con las instrucciones metodológicas, se ha hecho un


recuento de todos los concilios ecuménicos, haciendo un especial énfasis en los
primeros cuatro, puesto que es en ellos donde encontramos la misma sustancia y
el fundamento de la fe cristiana. Sobre los concilios subsiguientes se han expuesto
muy someramente los asuntos resultantes a partir de la doctrina definida en los
concilios fundamentales, según lo solicitado en el detalle de las actividades.

En la segunda y tercera parte, se ha solicitado una síntesis con respecto al


segundo capítulo del libro Teología dogmática del maestro Don Aurelio Fernández,
“Jesucristo, el Hijo del Dios vivo: Cristología”, donde se me pide: una síntesis
sobre sobre los sub ítems «Modelos cristológicos, historicidad de Jesús de
Nazaret, la cuestión en torno al “Jesús histórico” y al “Cristo de la fe”, La persona
de Jesús de Nazaret”, y por último se me ha solicitado Realizar un lectura
concienzuda del capítulo II –cristología– del texto “Teología Dogmática” de Aurelio
Fernández, BAC, 2009. Y realizar un resumen de dicho material, con el fin de
alcanzar una visión general del panorama de la teología dogmática a nivel
cristológico», cosa que, dentro de mis reflexiones surgió de manera invertida,
primero se dio un somero análisis en intento de resumir la generalidad del capítulo
dos, y por último logré encontrar un hilo de cohesión entre cada uno de los
subtemas de dicho capítulo.
PRINCIPALES ASPECTOS DE LOS CONCILIOS ECUMÉNICOS

CONCILIO,
PRESIDENCIA, CONTEXTO HEREJÍA (S) A DOCTRINA
COMBATIR
CONCLUSIONES
AÑO Y HISTÓRICO ESTABLECIDA
DURACIÓN
Realidad Arrianismo, en el Presidido por el Se define centrado
circunstancial: cual se afirmaba obispo Osio de en la naturaleza
Se respiraba un que hubo un tiempo Córdoba, legado del humana y divina de
ambiente de total en que el Hijo no papa Silvestre I, Jesús (quien era el
victoria por parte de existió, por tanto ausente durante el centro de la
Constantino I, quien Dios fue siempre concilio. Éste fue discusión doctrinal),
derrotó a Majencio Dios pero no mayoritariamente mediante un
(312) (se construye siempre fue Padre; contundente contra símbolo de fe, el
el Arco de el Hijo no el arrianismo, cual conocemos
Constantino) y a pertenece a la anatematizando y como Credo
Licinio (323), esencia del Padre declarando como Niceno. Se
unificando así todo sino que es creado heréticos sus estableció lo
el imperio bajo su y producido; el Hijo postulados, los siguiente:
poder. Había es Dios por cuales centraban la
también total participación y no discusión en torno a  Creemos en un
libertad para los por esencia. la persona de Jesús. solo Dios.
cristianos dada la Se declara también  En un solo Señor:
firma del Edicto de el anatema en contra Jesucristo: De la
Milán en 313, pero del cisma meleciano. misma substancia
NICEA DE Se establece la
al centrar su mirada del Padre
BITINIA: 20 de en el asunto del necesidad de (Homoousios).
mayo del 325 d. C. cristianismo, se redactar, basados en  Jesús, Dios
Convocado por encontró con la la forma del credo verdadero de Dios
Constantino I. desagradable bautismal de la verdadero.
Teniendo una sorpresa de su Iglesia de Cesarea,  Engendrado del
duración notoria división un símbolo de fe que Padre ab aeterna,
aproximada de dos principalmente por declarase, de forma mas no creado de
meses, concluyendo cuenta de las ideas clara y concreta, la la nada por Él.
Ca. 25 de julio del trinitarias de Arrio. confesión genuina de
mismo año. Contó Se resalta su la fe recibida y
con la presencia de actitud aceptada por los
318 obispos. marcadamente cristianos desde los
neutral hacia todas comienzos de la
las corrientes Iglesia (Credo
doctrinales, siendo Niceno).
su principal
intención la
unificación de la
Iglesia como parte
fundamental de un
imperio socialmente
armonizado,
deseando que
todos los motivos
de conflicto fuesen
expuestos y
resueltos en
absoluta paz. Nicea
no fue la primera
opción para el
desarrollo de este
concilio, pues una
carta imperial
muestra que
Constantino había
señalado la ciudad
de Ancira, en
Galacia,
considerada
principalmente por
la presencia de
Marcelo de Ancira,
firme opositor del
arrianismo. Se
puede decir que
este cambio no se
dio sólo por
razones logísticas o
climáticas, sino
también como
gesto de
favorabilidad hacia
los arrianos.
Además, pese a
que fue un concilio
convocado con la
prioridad de poner
fin al conflicto
arriano, también se
vio allí la
oportunidad para
acabar con otros
asuntos que
entorpecían la paz
eclesial, como los
vestigios del cisma
antioqueno en 268
tras la condenación
del maestro de
Arrio, Pablo de
Samósata
(modalismo
monarquiano de
consecuencia
adopcionista en la
persona de Jesús,
germen del
Arrianismo), el
cisma meleciano en
Egipto.
CONSTANTINOPLA Fue necesario Bajo la presidencia Como definición
Realidad
I: Mayo del 381 – 30 volver a enfrentar de tres obispos piedra angular del
de julio de 381 d. C.
circunstancial: las fortalecidas y (Melecio de concilio, dentro del
Convocado por el Debido a la notable reorganizadas Antioquía, quien símbolo de fe más
emperador Teodosio simpatía que fuerzas del fallece y es sucedido completo que
I, bajo el pontificado Constantino arrianismo en por san Gregorio pueda tener la
del Papa Dámaso I. profesaba hacia oriente. Se enfrentó Nacianceno, quien ortodoxia cristiana
(150 obispos Arrio y sus el Apolinarismo, el luego dimite y, a su (el credo Niceno –
asistentes) enseñanzas, la cual negaba la vez, es sucedido por Constantinopolitano
corriente se naturaleza Nectario de ) se establece que
rehabilitó luego de plenamente Constantinopla), se El Espíritu Santo es
su derrota en humana de Cristo dio forma y verdadero Dios,
Nicea, gracias al afirmando que su estructura al símbolo junto con el Padre y
liderazgo de su espíritu no era de Niceno el Hijo,
insigne obispo, carácter humano Constantinopolitano, consubstancia a
Eusebio de sino como el mismo ellos.
Nicomedia, completamente símbolo niceno con
recuperando, en divino, al funciones anti-
gran parte, sus encarnarse en un heréticas. Se profiere
antiguas posiciones cuerpo sin alma, el anatema definitivo
de privilegio y siendo esta contra los
poder, generando sustituida por el Eunomianos,
incluso la mismo Logos del arríanos,
destitución y exilio Padre. Pero sobre pneumatómacos;
de muchos obispos todo se resistió luego diversas
defensores de la fuertemente al expresiones de
ortodoxia. Surgen a Macedonianismo, monarquianismo:
su vez cuyo creador sabelianos,
inconvenientes (Macedonio de I de marcénanos,
doctrinas como el Constantinopla) fotinianos;
Macedonianismo y negaba la divinidad finalmente, la nueva
el Apolinarismo. del Espíritu Santo herejía de los
y, más aún, su apolinaristas.
Homoousía (Alberigo, 1993) Al
(consubstancialidad final de este Concilio,
) con el Padre y el el Emperador
Hijo, dándole al Teodosio emitió un
Consolador la decreto imperial (30
errada figura de de Julio), ordenando
criatura del Hijo, y se entregaran las
por lo tanto inferior Iglesias a los obispos
a éste, únicamente que confesaran la
superior de manera Santísima Trinidad,
leve a los ángeles. reconociendo una
(Wikipedia, 2018) sola divinidad en las
tres Personas.
(Parroquia
Inmaculada
Concepción, 2011)
Realidad Nestorianismo:
Presidido por Cirilo  Jesucristo,
circunstancial: Herejía explicada de Alejandría según verdadero Dios y
Fuerte reacción al esencialmente en instrucción papal verdadero
ÉFESO: Del 22 de apolinarismo desde el recuadro hasta la llegada de Hombre, es un
junio al 31 de julio la escuela anterior, se hizo
sus legados, se solo sujeto, cuya
del 431 d. C. antioquena, cuyo más patente en el
resolvió: unión hipostática
Convocado por el máximo exponente momento en que
 La condenación es de orden
emperador Teodosio fue el obispo este Patriarca
per sé y cualquier substancial y no
II, bajo el pontificado Nestorio de ataca y se niega a
tipo de accidental; física
del Papa Celestino I. Constantinopla, reconocer a la
acercamiento a la y no meramente
(200 – 250 obispos quien enfatizo Divina Señora
doctrina de moral.
asistentes) demasiado en la como Madre de
Dios (Theotókos).
Pelagio.  Se reconoce, por
realidad de las dos
naturalezas de  Se ratifica tanto, a María
Pelagianismo: condenación de como Madre de
Cristo, al punto de
considerar que «Recibe su Nestorio y sus Dios (Theotókos).
éstas constituían nombre de Pelagio enseñanzas
dos hipóstasis o y designa una declarando el
personas diferentes herejía del siglo V, anatema en su
“admitiendo entre que niega el contra,
ambas naturalezas pecado original y confinándolo a un
una unión la gracia de monasterio para
accidental afectiva, Cristo» (Aci que hiciese
moral, de mutua Prensa, penitencia.
pertenencia, etc., Enciclopedia  Restitución de los
pero no sustancial y Católica Online, sacerdotes
personal, como nos 2008)… en la ortodoxos privados
la presenta la de su orden
salvación de los
Palabra de Dios. ministerial por
seres humanaos,
Por eso, llegó a Nestorio a causa
admitir que María siendo capaz el
de mantenerse
podía ser llamada hombre de fieles en su fe.
«portadora del salvarse por la  Destitución
Verbo», pero no suficiencia de su inmediata del
«madre del Verbo»” libre albedrío. sacerdocio a los
(Lacueva, herejes.
Nestorianismo,  No permitir a los
2001). Todo lo cual nestorianos tener
generó acalorados reuniones y
enfrentamientos confiscar sus
entre Nestorio y san bienes.
Cirilo, patriarca de  Prohibición de
Alejandría, quien copiar, leer o
acusó al primero de guardar textos de
herejía ante el Papa Nestorio.
Celestino I, cosa
que desencadenó
en una serie de
desafíos de
marcado tinte
político entre un
patriarcado y otro.
Realidad Monofisismo:
circunstancial: Pese a que Bajo la presidencia
Surge el error encontramos del patriarca Anatolio
opuesto de los muchas vertientes de Constantinopla,
nestorianos en el de esta corriente, el Eutiquio es
CALCEDONIA:
pensamiento de un que nos atañe es la anatematizado,
octubre 8 a  Las dos
monje y sacerdote de Eutiquio, quien depuesto,
noviembre 1 del 451 naturalezas en
griego llamado predicaba que “la excomulgado y
d. C. Convocado por Cristo están
Eutiquio, siendo naturaleza humana privado de su
el emperador unidas
formado por de Cristo fue posición en el
romano de Oriente (personalmente)
opositores del absorbida, hasta monasterio al que
Marciano, bajo el no confundidas,
difisismo cierto punto, por la dirigía.
pontificado del Papa ni mudadas ni
cristológico. divina.” (Lacueva,
León I. (350 obispos alteradas en
“Muchos Monofisismo, 2001)
asistentes). manera alguna.
alejandrinos no
aceptaron las ideas
exageradas de
Cirilo el ortodoxo
sobre la unión de
las dos naturalezas
Cristo-Dios, pero no
hombre perfecto,
será el error de
turno en la teología
del diablo. Así
apareció el
monofisismo.”
(Parroquia
Inmaculada
Concepción M. G. ,
2011)

CONCILIOS SUBSIGUIENTES

Concilio,
presidencia y PAPA Materia – ocasión Decretos y definiciones
Año.
Se confirma la condenación de los
Nestorianismo en los errores precedentes (trinitarios y
Constantinopla II
Tres capítulos cristológicos), ratificando el sentido
Presidido por
(escritos de Teodoro genérico de las definiciones
Eutiquio de Vigilio
de Mopsuestia, conciliares; proscríbense errores
Constantinopla
Teodoreto e Ibas), derivados de Orígenes junto con los
(553 D. C.)
origenismo. Tres capítulos, influidos de
nestorianismo.
Constantinopla III
Presidido por En Cristo hay dos voluntades, como
emperador Agatón Monotelismo. hay dos naturalezas, aunque sea una
Constantino IV sola la persona, que es la del Verbo.
(680 – 81 D. C.)
Nicea II
Se reivindica la legitimidad del uso y
Emperatriz Irene Adriano I. Iconoclasia.
del culto de las sagradas imágenes.
(787 d. C.)
Condenación de Focio – Condenación
Constantinopla IV del culto de las Imágenes. –
Adriano II. Focio y su cisma.
(869 – 70 d. C) Afirmación del primado del Romano
Pontífice.
(Parente, 1955)
RESUMEN GENERAL SOBRE «JESUCRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVO»

Resulta más que oportuna y sólida la idea con la que el autor argumenta y justifica
su proceder al comenzar este tratado, abordando primeramente el análisis
minucioso sobre la persona de Jesucristo antes que la cuestión sobre Dios en
general (como se estila hacer en gran mayoría casos) puesto que, como bien
viéramos más adelante, acierta el profesor Fernández al afirmar que Jesucristo es
el centro y piedra angular de nuestra fe. Y por lo tanto considero que es, en efecto,
muy a lugar detenerse y comenzar a detallar siempre todo cuanto de Dios nos
atañe, a analizar e inquirir todo lo relacionado con sus misterios, esencia y
características (Theologos), iniciando dichos procesos contemplativos centrando
nuestra atención en la manifestación más real, sólida y plena de la divinidad a
nosotros los seres mortales: Cristo el Señor, culmen revelatorio en el plan redentor
y amoroso del Padre. Y es que, de hecho, si sabemos mirar dicho plan salvífico
que tuvo el Señor Dios de Israel desde un inicio con y para su pueblo, es
inevitable notar que, de muchas manera, el Altísimo siempre estuvo manifestando
a su pueblo que todo cuanto les estaba mostrando, era simplemente la sombra de
un Ser especial que habría de venir (quien además ya existía, Jn. 8:58) y de
perfeccionar dicho pacto entre Él y sus hijos, dando a aquél verdadera substancia,
de modo que podemos afirmar, como diría el apóstol Juan (1:1), que «En el
principio, era Él».

Otro aspecto también resulta realmente llama la atención es el hecho de que, se


hace realmente necesario un concienzudo análisis y abordaje de la cristología en
tanto que materia teológica, puesto que representa un formidable avance dentro
del estudio, la investigación científica y la academia cristiana, cumpliendo dos
importantes funciones:

1. Ubicándonos con el énfasis apropiado ante lo innegable de escenario


teológico – cristiano, y que nosotros conocemos y podemos conocer de
primera mano todo lo que de Dios nos sea posible, mediante la fe en
Jesucristo su hijo (Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero), quien es
la misma substancia e imagen vívida del Padre, conociendo lo más
importante de la misericordia divina para con nosotros los hombres, y el que
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn. 1:14).
2. Y lo anterior nos lleva, necesariamente, a comprender que es justamente el
misterio de la encarnación de Dios en un cuerpo humano lo que distingue
nuestra fe de todas las demás creencias religiosas y/o sistemas filosóficos,
psicológicos (como la cienciología o la nueva era), en que Dios se haya
hecho un hombre justamente como nosotros, sin dejar a un lado su
naturaleza plenamente divina. Y es el objetivo de la Cristología, no el
sacarnos de este hermoso y maravilloso asombro que enamora nuestro
espíritu, pero sí de servirnos como una base ciertamente razonable que nos
permita proveer de sustento lógico y coherente para nosotros mismos y
para aquellas nuevas generaciones de creyentes que vienen a abordar
nuestra fe, pues la fe puede y debe ser «razonable aunque no sea razón».

SÍNTESIS DE LA ESTRUCTURA FUNDAMENTAL

Logrando una visión de conjunto sobre los subtemas analizados a lo largo de esta
sección, aparece de manera completamente oportuna la secuencia estructural que
maneja el autor en este fragmento sobre cristología, y es evidente que esto no se
trata, en modo alguno, de una organización textual generada por obra del azar o
caprichosamente, y esto se hace patente al notar el minucioso y sistemático
abordaje de cada ítem con las más elaboradas y muy bien estructuradas
intenciones pedagógicas. Es decir, el orden que el presente capítulo, manifiesta
haber sido cuidadosamente pensado para una mejor organización con fines de
proveer de una mayor cohesión e inteligibilidad por parte de los estudiantes;
profundicemos un poco en ello:

Se plantea primero, de manera general, el asunto sobre el estudio de la persona


de Jesús, como se ha visto y cuyo resumen se desarrolló en el punto
inmediatamente anterior.

Ahora, abordando más detalladamente el asunto sobre las ramas más específicas
de la cristología, valga la pena resaltar la seriedad del autor al ponernos en alto
relieve aquellos académicos y corrientes teológicas que han propuesto diferentes
modelos para la exposición más comprensible, oportuna, coherente y tanto más
completa en cuanto practicable (pues es la acción la esencia de la vida en Cristo)
de todo lo tocante a la persona de nuestro Salvador, modelos que nos han
permitido hacernos a maravillosas (en cuanto útiles) reconstrucciones sobre la
persona, misión y vida de nuestro dulce y amoroso Redentor. Tales han sido:

1. Modelo trinitario: Dentro del cual enfatiza en la persona de Jesús cuanto


segunda persona de la Trinidad, en calidad de salvador y haciendo hincapié
en su misión redentora en beneficio de nosotros. Por tales motivos, se hace
una distinción, mas no una separación de la cristología con la soteriología y
por esto último bien pudiese pensarse que el mismo autor, Don Aurelio,
estaría ubicado dentro de los teólogos inclinados a ver a Jesús desde esta
óptica por la forma en la que lo propone al decir que «El centro de la
cristología es la persona divina de Jesús y su obra salvadora» (Fernández,
Jesucristo, el Hijo del Dios Vivo: Cristología, 2009).
2. El modelo histórico – crítico, desde el cual se procura una reconstrucción de
la persona de Jesús a partir de las fuentes históricas, bíblicas y
extrabíblicas, el cual sin duda alguna es y resulta un gran recurso y una
muy valiosa herramienta, pero que lastimosamente se ha prestado para
degenerar más en caprichos y sesgos anticristianos personales queriendo
negar a ultranza, faltando a todo rigor histórico y científico, la veracidad de
la existencia de Jesús de Nazaret.
3. Seguimos con el modelo antropológico el cual, sin duda alguna, me parece
ha resultado un gran modo de reconstruir o formarnos una imagen sobre el
Centro de nuestra fe, partiendo desde su humanidad hasta llegar a su ser
divino, eterno y, como tal, siendo parte de la Trinidad. Esto es, un estudio
ascendente de Jesús, o “de abajo hacia arriba”.
4. Y tenemos el modelo Liberador que, como su nombre lo dice, está
íntimamente ligado a las figuras sociales que sobre Jesús se conocen a
partir de la Teología de la liberación, viéndole no solamente como el
Salvador de la humanidad en términos eternos y espirituales, sino también
como un caudillo liberador que salvaría a su pueblo de la opresión de los
romanos, y que es, hoy por hoy, el más grande modelo de oposición a toda
injusticia, en cualquiera del ámbitos del ser humano. También, desde este
modelo, se han generado toda una serie de tergiversaciones sobre la figura
de Jesucristo, desdibujando su función principalmente espiritual,
adjudicándole una imagen filtrada desde enfoques políticos de extrema
izquierda como algunas visiones marxistas de Jesús.

Acercándonos al tema en el que se discute sobre la historicidad de la existencia


de Cristo, no el vano el padre Fernández nos advierte que este no es un asunto
estrechamente vinculado ni directo de un tratado Cristológico, sino que es un tema
más propio de la historia en general. Con gran acierto, nos argumenta que, en
todo caso, es un asunto al que debemos dedicar una somera mirada (la cual
podríamos ampliar de manera individual más adelante), pero siendo este breve
pincelazo necesario al abordar este tema dentro de un tratado diseñado para el
estudio de no especialistas en la materia.

Resulta ciertamente necesario aproximarnos a este asunto pues, dentro de estas


circunstancias, es preciso reconocer y dialogar sobre algunas de las ideas o
hipótesis que han suscitado dudas en torno a la existencia de nuestro Mesías, así
como las razones académicas y evidencias de orden científico que nos permiten
refutar tajantemente tales desaciertos acaecidos dentro de un riguroso y objetivo
estudio crítico, razones que, por ende, nos permiten afirmar y acreditar el paso de
nuestro Señor por este mundo. Evidencias tales como el testimonio de paganos
como el historiador Cornelio Tácito, o como la información que en su tiempo
suministró Plinio el Joven a su emperador (Fernández, Jesucristo, el Hijo del Dios
vivo, 2009). También hay que resaltar la importancia del famoso Testimonium
Flavianum del historiador Josefo, el Talmud, y los mismos testimonios de la Iglesia
de los primeros años (Fernández, Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, 2009), dan fe
de que, sin lugar a dudas, un extraordinario Hombre llamado Jesús de Nazaret
caminó entre los hombres habiéndose hecho como uno de ellos, llevando a cabo
propósitos que solamente alguien como Él podría cumplir en beneficio de sus,
temporalmente, semejantes.

Y pues, naturalmente, una vez dilucidado el asunto sobre la existencia de Cristo


en plena humanidad y divinidad, surge una inevitable pregunta, según lo
observado en las lecturas, de generalizada extensión, a saber: ya conocemos con
seguridad que Jesús nuestro Señor existió pero, ¿cómo existió? Sigue otra
inquietud, ¿Será posible hacernos un balance y reconstruir con la mayor exactitud
posible una perspectiva de carácter más histórico de este Insigne Varón, con todo
el rigor académico que el género de la biografía lo exige en nuestros tiempos? Y
de ser esto posible, ¿correspondería la reconstrucción de dicho Jesús, que
obtenemos de los datos conseguidos por la investigación histórica, con el
panorama que, sobre Él, nos ofrecen los Evangelios de las Sagradas Escrituras?
Es allí donde se nos propone, de primera mano, la cuestión del Jesús histórico,
planteándose casi que en oposición al asunto sobre el Cristo de la fe, controversia
propuesta ya a fines del

El autor, en todo momento, nos está recordando que, si bien uno de los más
importantes deberes de la Iglesia del Señor es salvaguardar el depósito de la fe y
la sana doctrina, abordar estas cuestiones es completamente válido y hasta
necesario, pues nos ayuda a fortalecer y ajustar cada vez más nuestra
competencia para poder dar cuenta satisfactoriamente de nuestra creencia.

Estas inquietudes surgen en el mundo académico de finales del siglo XVIII,


gracias a una fuerte proliferación e imposición del cientificismo empirista gracias al
proliferación del agnosticismo kantiano, por lo cual comienza a imponerse el poder
de la evidencia, de lo probable como piedra angular y elemento indispensable para
la verdad y, en consecuencia, para una genuina construcción de la historia sobre
cualquier tema. Este ítem es prácticamente una continuación del anterior, están
total y estrechamente entrelazados, son dos apartados de una misma materia.

Finalmente se hace una magistral interpretación y exposición de la persona de


Cristo Jesús, partiendo de tres cuestiones básicas y universales, en tanto que
propuestos desde la filosofía clásica (esencia, causas y modos), correlacionando
dichas cuestiones con los aspectos fundamentales sobre la vida, misión e
identidad de nuestro Señor, formulando dichas categorías a manera de preguntas,
a fin de poder dar respuesta a cada uno de las características más importantes
dentro de la existencia de nuestro amado Salvador, a saber: ¿Quién era? ¿Cómo
era? ¿Por qué era?
BIBLIOGRAFÍA

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