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Tomado de: Reyes, Graciela; Baena, Elisa y Urios Eduardo (2005). Ejercicios de
pragmática II. Madrid: Arcos/Libros, S. L.

DEÍXIS
INTRODUCCIÓN TEÓRICA
La deixis es el aspecto de la estructura gramatical más indiscutiblemente pragmático, ya
que los deícticos tienen por función principal codificar la relación entre la lengua y el
contexto de uso. Un deíctico es, en consonancia con la etimología de la palabra, un
señalador: señala hacia las personas que hablan (yo, tú) hacia el objeto del entorno que es
necesario identificar (este, ese), hacia el lugar (aquí, allá) y hacia el tiempo en que tienen
lugar los aspectos lingüísticos (mañana; cantó). Estos señalamientos (en las
conversaciones cara a cara) amarran o anclan los enunciados al entorno en que se produce
la comunicación. Son deícticos los demostrativos, los pronombres personales en algunos
de sus usos, los morfemas de tiempo de los verbos, algunos adverbios de lugar y de tiempo,
etc.
Centro deíctico
En los trabajos clásicos sobre el tema, que se indican al pie, se distingue deixis de persona,
de lugar, de tiempo, y también deixis social y deixis del discurso. En general todos los tipos
de deixis se organizan de forma egocéntrica. El centro deíctico está constituido por la
persona central, que es el hablante; por el tiempo en que el hablante emplea la palabra y
por el lugar en que se encuentra al hacerlo. En el discurso, el centro deíctico es el lugar (del
discurso) en que se encuentra el hablante, y en la deixis social es el hablante y su posición
relativa respecto del oyente. El centro deíctico puede sufrir, sin embargo, desplazamientos
muy interesantes: el hablante puede adoptar el papel del oyente, o establecer como centro
no el presente sino el pasado, etc. El conocimiento de estos desplazamientos es
imprescindible para comprender, por ejemplo, los usos de las formas verbales,
especialmente de los usos que Andrés Bello llamó “metafóricos”, y también el significado
de verbos como ir, venir, llevar, traer, que tienen un componente deíctico y cuyo empleo
varia de lengua en lengua.
Deíxis de persona
La deixis de persona indica los papeles de los participantes en el acto de habla: hablante y
oyente. Yo es la condición gramatical del modo que tiene el hablante de referirse a sí mismo
en cuanto hablante; tú codifica la referencia al oyente, vosotros a los oyentes. La tercera
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persona él señala a quien no es participante (usted y ustedes se refieren a participantes


como si o fueran; son tratamientos distanciadores, dedicados, entre otras cosas a expresar
deferencia). En la interacción lingüística los hablantes cambian continuamente: cada
participante, en su turno de palabra, es yo y cada interlocutor es tú. Por lo general, las
lenguas distinguen primera, segunda y tercera persona; pero hay lenguas que poseen
sistemas pronominales más complicados. Además de los pronombres, los participantes del
diálogo pueden señalarse mediante vocativos: señora, tío.
En los últimos años se ha estudiado minuciosamente los roles de los participantes en la
conversación, y se ha insistido en la necesidad de añadir varias categorías a las básicas del
hablante y oyente, ya que en las interacciones normas intervienen también personas a las
cuales nos dirigimos (distintas del oyente), personas que escuchan lo que decimos
(voluntaria o involuntariamente), etc. El yo de la comunicación no es nunca unitario, pues
su referencia abarca por lo menos a un personaje “lingüístico” que asume el papel de
locutor.
Deixis de lugar
Las entidades a las que nos referimos pueden localizarse independientemente de la
localización de los participantes de la conversación, como en
(1) Ushuaia queda en Tierra del Fuego.
o bien en relación al centro deíctico, como en
(2) Ushuaia está a tres mil kilómetros de aquí.
En español los adverbios y pronombre demostrativos deícticos (aquí, acá, allí, allá, este,
ese y otros) pueden tener usos gestuales o simbólicos, como en
(3) Ponga la bandeja aquí, por favor. (uso gestual)
(4) En este país no se puede vivir. (Uso simbólico)
En el uso simbólico, la referencia se establece a partir del conocimiento del lugar en que
se encuentra el hablante.
Los pronombres demostrativos están organizados en torno a los participantes en el acto de
la palabra. Este libro suele designar el libro más cercano al hablante; ese libro el más
distante o bien el más cercano al oyente. Los verbos con componentes deícticos, como ir y
venir, también dependen de los participantes, en este caso de los movimientos en relación
con los participantes. Juan viene significa que Juan se acerca al lugar donde está el
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hablante, y Juan va indica, por el contrario, alejamiento respecto del hablante. Pero las
distancias pueden ser también metafóricas, y así decimos
(5) ¿vendrás?
Tanto para referirnos a un movimiento hacia el lugar en el que estamos en el momento de
hablar como a otro. Físicamente alejado pero asociado al hablante (su casa o su país, por
ejemplo).
Deíxis temporal
También la deixis temporal depende de los roles de los participantes. Ahora, luego, iré, se
refieren, en principio, al momento en que se produce el enunciado a partir del cual se
interpretan el pasado y el futuro. Así, (6), a continuación, indica pasado y (7) indica futuro,
contando como centro deíctico el presente en que el hablante produce el enunciado.
(6) Llamaba para saludarla.
(7) Llamará para saludarla.
Pero los tiempos verbales, en el uso, adquieren nuevos valores temporales, debidos a
desplazamientos del centro deíctico. En los ejemplos que acabamos de ver, (6) en el
contexto adecuado, podría contener, en lugar de una referencia al pasado, referencia al
presente, y (7) podría indicar una conjetura en el presente:
(6´) Llamaba (ahora) para saludarla.
(7’) Llamará (ahora) para saludarla.
La deixis temporal de los verbos combina con el aspecto verbal (modo de estructurarse la
situación a la que se refiere el verbo, por ejemplo, situación en curso o situación ya
completada) y al modo o grado de afirmación hablante, para producir un complejo sistema
de valores pragmáticos.
También los adverbios temporales admiten desplazamientos. En el ejemplo siguiente,
“ahora” se refiere al pasado de un relato, señala un momento del pasado, visto por el
personaje del relato como presente, pero correspondiente al pasado de la narración:
(8) Ahora estaba cansada.
Algunas expresiones temporales que contienen deícticos tienen normas de uso particulares.
Así, en español, la expresión
(9) Te veo este viernes.
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Sería algo confusa si se utilizara el jueves anterior a ese viernes: en ese caso preferimos
decir
(10) Te veo mañana.
(menos aceptable aún sería decir el viernes). De la misma manera,
(11) Te veo el sábado próximo.
Es, por lo menos, ambigua si se usa el jueves anterior a ese sábado, y se refiere
normalmente al sábado de la semana siguiente.
Deixis discursiva
Dentro del discurso, es posible hacer referencia a una parte anterior o posterior, tomando
como centro deíctico el lugar del discurso en que se encuentra el hablante o escritor. Como
el discurso es un acontecimiento que se desarrolla en el tiempo, se utilizan a veces
expresiones de deixis temporal: en el próximo capítulo, en las páginas que siguen. Los
procesos deícticos que ocurren en el discurso no deben confundirse con los procesos
anafóricos realizados generalmente por los pronombres. La anáfora consiste en la
reiteración de una referencia, generalmente mediante un pronombre:
(12) Juana llamó a Juan. Ella solamente quería saludarlo, pero él no lo creyó así.
En este ejemplo “ella” se refiere anafóricamente al referente identificado por el nombre
“Juana”, y “él” al individuo identificado como “Juan”.
Hay una serie de expresiones consagradas a realizar deixis discursiva: por lo tanto, en
conclusión, todavía, sin embargo, de todos modos, etc. Estas expresiones conectan unos
enunciados con otros, y, en la teoría de Grice, contienen implicaturas convencionales
(independientes de sus valore de verdad, pero fijas); pero, por ejemplo, indica una
contradicción entre dos enunciados.
Deíxis social
El último tipo de deixis que vamos a mencionar es la deixis social, que incluye los
fenómenos deícticos que reflejan o establecen la relación social entre los participantes de
un acto de habla. Aunque la relación entre las lenguas y los factores sociales es el objeto
propio de la sociolingüística, la gramaticalización de la información social, como, por
ejemplo, la que realizan las fórmulas de tratamiento, al ser parte de la estructura de la
lengua, parte determinada por factores contextuales, es competencia de la pragmática.
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Las fórmulas de tratamiento, relativamente poco complicadas en español (si se compara


con otras lenguas, por ejemplo, el japonés o el coreano), aunque forman parte de la deixis
personal, deben estudiarse por separado, ya que no solamente señalan los roles de los
participantes, sino su estatus social y la relación que los une. En español tenemos un
sistema de tratamientos que, según los dialectos, incluye tres, cuatro o cinco miembros, dos
o tres para el singular y uno o dos para el plural.
Singular Plural
1. tú – usted ustedes
2. tú – usted vosotros – ustedes
3. (tú) – vos – usted (vosotros) – ustedes
4. tú – vos – usted (vosotros) – ustedes
Los paréntesis encierran aquellos pronombres que no son miembros plenos del subsistema
en que aparecen: los hablantes los reconocen, pero raras veces los emplean, o solamente
los emplean si hablan con hispanos de otros dialectos o con extranjeros, o también en
algunas traducciones. El subsistema más conocido y considerado estándar es el 2., que, sin
embargo, pertenece a una minoría de los hablantes, situada en el centro y norte de España.
Se caracteriza por la presencia de la forma vosotros, plural informal. Quizá los subsistemas
más ampliamente usados sean el 3. y el 4., que incluyen el uso de vos para la segunda
persona íntima. En el subsistema 3. tú es pasivo: perfectamente comprendido, pero no
empleado, salvo en circunstancias especiales ya indicadas; este es el subsistema que
corresponde al español de Argentina, Uruguay, Paraguay, entre otros. El subsistema 4.
Incluye el uso de tú y el desplazamiento de vos a situaciones de comunicación restringidas;
en Guatemala y el Salvador, por ejemplo, vos se utiliza, dadas ciertas condiciones, entre
hombres, pero no siempre, aunque se den las mismas condiciones, entre mujeres. Las
restricciones para el uso de vos, forma que puede llegar a estar estigmatizada, son muy
complejas en Hispanoamérica, donde, por otra parte, el voseo, más o menos usado, o usado
exclusivamente (sin tuteo) es conocido por una buena mayoría de los hablantes. Vos exige
formas verbales propias, que cambian según los dialectos voseantes. En cuanto a vosotros,
desusado en el español de toda América (y por eso entre paréntesis en nuestro cuadro),
puede adquirir, precisamente en esos dialectos, valores retóricos ajenos a la informalidad.
No ponemos entre paréntesis vos en los subsistemas 1. y 2. no porque los hablantes no
conozcan el significado semántico y pragmático de esta forma, sino porque no la usan en
ninguna situación, salvo que imiten o repitan algún texto. Vos no está disponible para el
uso en esos dialectos.
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Aparte del interés gramatical de esos subsistemas, la gramaticalización de dos o tres formas
para indicar distancia o intimidad con el interlocutor tiene mucha importancia para el
estudio de la cortesía lingüística. Como en el caso de los deícticos discursivos, los sociales
poseen implicaturas convencionales, que, sin embargo, están sujetas a variación del
contexto. Los pronombres que expresan intimidad, por ejemplo, pueden expresar también
desprecio, y los que expresan distancia significan ternura. Las sutilezas del uso lingüístico
no están totalmente codificadas por la gramática, y los hablantes explotan los significados
de estas formas de maneras diversas.

Bibliografía básica
DUCROT, Oswald (1984): El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación, Barcelona,
Paidós, 1984.
FILLMORE, Charles (1997): Lectures on Deixis, Stanforf, CSLI Publications.
LEVINSON, Stephen (1983): Pragmatics, Cambridge, Cambridge University Press. (Trad.
Español Pragmática, Barcelona, Teide, 1989).
LYONS, John (1977): Semantics, Cambridge, Cambridge University Press. (Trad. Español
Semántica, Barcelona, Teide, 1983).

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