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Xaviera Álvarez Retamal Doctrina II

7 o no 7, he ahí el dilema

En la población chilena el credo más extendido, es la iglesia católica desde 1540, la cual ha
entrado fuertemente en nuestra educación chilena, tomando un rol fundamental en la formación
integral de cada individuo. No obstante, variadas son las circunstancias que han llevado a que
este credo se desmorone poco a poco.
Una de estas, fue la impactante noticia acontecida en Marzo de este año, por el sacerdote Tito
Rivera, arzobispo de la catedral metropolitana de Santiago, quien fue acusado por el delito de
abuso sexual a un varón de 40 años, el cual pedía ayuda para su hija. Una vez acontecido el
caso, el sacerdote fue llamado a varios programas de televisión chilena, en uno de los cuales
declara que pese a que esporádicamente llevaba a cabo conductas de carácter homosexual, no
se consideraba como tal y por ello no sentía que dicho acto fuese pecado delante del Dios.
La interrogante es amplia en cuanto a lo que está aconteciendo hoy en nuestra sociedad, ya no
tan solo en aquellos que, no se consideran conocedores de la palabra, si no en personas que se
dicen ser portadores de las buenas nuevas para las distintas naciones, ¿Dónde entonces está
planteada la importancia real del pecado? O ¿Qué es lo que realmente nuestra sociedad
considera pecado?

Enfoque Secular

Una de las fuentes conocidas que está implantada en nuestra sociedad y que también nos podría
ayudar a comprender lo que es considerado como pecado, son: los sietes pecados capitales.
Estos resultan ser los vicios antagonistas de la enseñanza moral que profesa el catolicismo y que
fueron elaborados por el místico Evagrio Póntico en el siglo cuarto, obra que inspiró los ensayos
del monje y escritor asceta Juan Casiano, donde tiempo después San Gregorio Magno (540 -604
d.C.), cambió de ocho pecados capitales a siete en la teología católica romana. Esto ha sido
llamativo para muchos artistas, que se han inspirado a plasmar aquel concepto en obras
maestras, siendo una de ellas “La Divina Comedia”.
De acuerdo a la fe católica, el término “capital”, no se refiere a la gravedad de los pecados sino a
aquellos que nos llevan a cometer otros. Dentro de estas inclinaciones naturales del ser humano
están: el orgullo o soberbia, envidia, avaricia, lujuria, pereza, gula e ira.
Cada uno de estos ha sido representados por una variada cantidad de escritores, en demonios
que según estos mismos se consideran insertos en las escrituras bíblicas, plasmando a cada uno
de ellos, con nombres característicos de sus acciones, así como Asdomeo para la lujuria,
Mammón para la avaricia, Belcebú con la gula, Belfegor en la pereza, Amón con la ira y por último,
Leviatán para la envidia. Cada uno de estos, según esta visión se encontraría en los libros de
Tobías, Mateo, Lucas, números y Job, los cuales mostrarían el “rostro” del mal.

Enfoque Bíblico

No obstante, este pensamiento que mayormente posee la población chilena se contrapone a lo


que Dios dice en su Palabra, puesto que para Él, el pecado no tiene jerarquías, ya que todos
traen condenación y son medidos con la misma vara.
En la Biblia, se encuentra el libro de Santiago, el cual tiene como uno de sus propósitos dar
instrucciones prácticas acerca de la vida cristiana. Como también, el confrontar al cristiano con
su comportamiento, su soberbia, autosuficiencia, la discriminación, los prejuicios, el lenguaje, el
amor al dinero y el descuido en la relación que uno tiene con Dios. Por lo que en Santiago, capítulo
2 versículo 10 y 11, es claro en decir lo siguiente: “Pues el que obedece todas las leyes de Dios
menos una es tan culpable como el que las desobedece todas, porque el mismo Dios que dijo: -
No cometas adulterio-, también dijo: -No cometas asesinato-. Así que, si ustedes matan a alguien
pero no cometen adulterio, de todos modos han violado la ley”. Versículos que se sujeta a los
diez mandamientos que aparecen en los libros de Éxodo y Deuteronomio, en el antiguo
testamento.
Esto quiere decir, por ejemplo que un asesino es igual de condenable que un mentiroso, a pesar
de que el homicidio es algo que no se practica comúnmente y que ante la ley esto te lleva a pagar
una condena en la que se te priva de libertad. La mentira es una práctica constante que se ha
relativizado y se hace parte de uno, no obstante como esto ante la ley no implica una condena
como la que tendría alguien que comete homicidio, sí trae consecuencias en uno mismo, con los
que se relaciona interpersonalmente y especialmente a nivel espiritual.

Conclusión

De acuerdo al tema, este me desafía a examinar mi corazón de manera constante, ya que es la


manera en que puedo identificar aquellos pecados que he relativizado y he hecho algo natural en
mi diario vivir porque los he categorizado como menos graves cuando para Dios no hay
jerarquías. Por ello, debe ser una examinación constante, continúa e inmediata, ya que, aún
conociendo a Cristo, tendemos a caer en esta mentira, que solo nos lleva a estar en un estado
de condenación y siendo esclavos de ello, cuando Cristo nos hizo libre.
Por lo que mi compromiso específico, está relacionado con hacer una lista de aquellos pecados
que se han implantado de manera natural en mi vida, pedirle perdón a Dios en un tiempo de
oración con un real arrepentimiento, haciendo esto todos los días.

Bibliografía

Cura Tito Rivera rompe el silencio, admite conductas homosexuales y niega violación en la
catedral. (2019, Marzo 14). Recuperado de: https://www.24horas.cl/nacional/cura-tito-rivera-
rompe-el-silencio-admite-conductas-homosexuales-y-niega-violacion-en-la-catedral--3165135

Los 7 pecados capitales: Origen y significado. (2012, Junio 9). Recuperado de:
https://www.taringa.net/+info/los-7-pecados-capitales-origen-y-significado_xawe9

Conoce quienes son los culpables de los siete pecados capitales según la biblia. (2017,
Noviembre 15). Recuperado de:https://es.aleteia.org/2017/11/15/conoce-quienes-son-los-
culpables-de-los-siete-pecados-capitales-segun-la-biblia/

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