Sei sulla pagina 1di 7

CONQUISTADORA DE PLANETAS.

“-Y Laura, dime, ¿cuál es tu sueño?


-Encontrar vida en otro planeta e irme a vivir allá.

-Suena muy descabellado.

-Lo sé, pero no imposible.”


Es lo que siempre respondía cuándo me preguntaban eso. Todos opinaban que mi
sueño era “tonto”, pero no le tomo importancia. Mi pasión siempre ha sido el
Universo: galaxias, planetas, estrellas, todo lo que tenga que ver con el espacio
exterior. A los 7 años ya sabía el nombre de todas las constelaciones de estrellas, de
los planetas y de las galaxias identificadas, y de todos los astronautas que han salido
de nuestra atmósfera. Cuando cumplí 10, mis padres me regalaron un telescopio,
con este me he desvelado noches enteras, pero han valido la pena: he visto tantos
espectáculos galácticos tan asombrosos que hacen que crezca más mi curiosidad y
amor.
Pero muchas personas me llaman loca porque me gusta todo esto. No tengo muchos
amigos, porque dicen que los aburro con todas mis ideas. Mi familia no es así,
gracias a ellos me interesé en esto, y tampoco mi mejor amigo, Andrés. Él siempre
me dice que me va a ayudar a buscar planetas con vida, y cuando lleguemos hasta
allá, nos haremos amigos de los extraterrestres y viviremos felices.
No tengo un equipo de observación como los de la AOU (Academia y Observatorio
Universal), pero yo misma hago anotaciones cada vez que veo algo, además estoy
enterada de todas las noticias sobre estas agencias, sobre todo si son de planetas
que pudieran albergar vida. Hay uno sobre todo, el MGG-96, he estado siguiendo
todo lo que descubren en él: se halló agua, además de una criatura muy parecida a
una langosta, y una atmósfera demasiado parecida a la de la Tierra. Aunque aún no
se percibe si pueda haber seres más inteligentes, hay algo que me dice que sí la
hay. Y me encantaría ir a comprobarlo, aunque primero tendría que construir una
nave que Andrés y yo diseñamos: la LA-145, básicamente iría a más de 1,000,000
de kilómetros por segundo, sin que afectara la radiación, y llegaríamos a cualquier
planeta del Sistema Solar en 1 día o menos, y fuera de él en 1 semana. Envíe una
solicitud a la AOU sobre este proyecto, pero no he tenido respuesta.
-Hey Lau, ¿cómo está la chica que conquistará otro planeta?
-Hola Andrés, pues aún no contestan.

-No te preocupes, la acabamos de enviar hace una semana.


-Sí pero, ¿y si no creen que sea seguro, o algo?
-Vamos, tú siempre dices que no hay que rendirse. ¿Qué pasa?

-No me voy a rendir, simplemente… Lo siento, estoy demasiado nerviosa.


-Yo estoy igual.- se sienta a mi lado.- Oye, ¿y ya checaste?

-Reviso cada 5 min…- llega un correo en mi computadora- ¡NO PUEDE SER!


-¿Qué pasa?- pregunta mientras se fija.
-¡ES DE LA AOU, Y DICE QUE NOS DEJARÁN IR A SUS OFICINAS PARA VER LO
DE NUESTRA LA-145!- grito emocionada.
-¡VAMOS A MGG-96!- dice Andrés.
-¡SÍÍÍ!- lo abrazo, estoy demasiado emocionada.

-Ok, tenemos que ir mañana mismo, prepárate, pasaré a las 7am por ti.
-Por supuesto, ni un minuto tarde ¿ok?
-Ok. Bueno, iré a mi casa. ¡VAMOS A LA AOU!

-¡VAMOS A MGG-96!- le digo, y preparo todo.

-Buenos días, ¿Laura y Andrés?

-Sí, un gusto conocerlo, señor Darden.


-Por favor, llámenme Damián.- contesta el señor Darden, el director de la AOU.
Estamos en las oficinas, y la secretaria nos dijo que pasaremos directamente con
Damián Darden, el director de la AOU, que nos estaba esperando. Y no podíamos
creerlo. Y ahora estamos enfrente de él para contarle nuestro proyecto.
-Bueno chicos, tanto a mí como a los ingenieros de las naves nos sorprendieron
demasiado sus diseños, son sorprendentemente exactos. Y sobre todo por su edad,
¿cuántos años tienen? ¿20? ¿21?
-Tenemos 17.- responde Andrés

-¡17! En serio, es genial. Pero bueno, ya, a lo que venían. ¿Qué es lo que quieren
hacer con esa nave?
-Pues, queremos ir al MGG-96 porque me parece que allí sí puede haber vida.-
respondo.
-Oh, el MGG-96, sí, claro, es de los más esperanzadores.
-Sí y bueno, queremos ir nosotros mismos a comprobarlo.
-Ok, hay algunos problemitas, en primera son menores de edad. Claro, podemos
construir la nave, pero, ¿sus padres dejarían que fueran a otro planeta?
-No se preocupe por eso, nuestros padres están enterados. Además, tal vez y para
cuando acabe su construcción ya tengamos 18 años.
-Ok, tienen razón- ríe- otra cosa. Su nave tiene todas las medidas de seguridad, pero
puede pasar cualquier cosa.

-Lo sabemos, por eso queremos que nos ayuden a mejorarla. Aceptamos los riesgos.
-Bueno chicos, creo que están convencidos. Entonces, acabo esta charla, ¿quieren ir
a conocer las instalaciones?

-¡Por supuesto!- contestamos juntos.

Ya hace un año desde que hablamos con Damián, y desde que comenzaron a
construir nuestra LA-145.Y hoy recibí una llamada de uno de los ingenieros, diciendo
que teníamos que ir ya mismo. Y ahora estamos aquí, con Damián.
-¿Qué nos quieren mostrar? ¿Ya la terminaron?

-No hagan preguntas, sólo, síganme.


Estuvimos revisándola todos los días, pero esta última semana no nos dejaban verla,
así que supongo que ya está. Espero que sí. Damián nos lleva a una gran pista, y la
veo.
-¡NO, PUEDE, SEEER!- decimos Andrés y yo.
-¿Qué les parece?- pregunta Damián, sonriendo.

-¡ES HERMOSA!- grito.


-Justo como la diseñamos, ¡y hasta mejor!- dice Andrés, y me mira.
-¿Podemos subir?- decimos al unísono.

-Bueno chicos, aún no la pueden usar, pero sí, pueden meterse a verla.
Salimos corriendo en cuanto dice esto. Subimos y vemos miles de botones,
pantallas, palancas… ¡ya quiero usarla!

-¿Cuándo podremos ir a MGG-96?


-Cuando terminen su curso de astronautas, les falta poco. Además, aún no terminan
sus trajes. Tenemos programado el despegue para el 14 de mayo

-¡Genial!, ya casi nos vamos.


-Sí chicos, lo están logrando.-dice Damián sonriendo.

Hoy es el día, 14 de mayo, vamos a MGG-96. Estamos en la pista de despegue, y


nuestras familias, y algunas cámaras y reporteros están en el edificio, siguiendo el
despegue. Estoy tan emocionada, igual que Andrés y todo el mundo.
-Chicos, él es Gerard Moulton, astro…

-Primer astronauta en ir a Marte.- decimos boquiabiertos Andrés y yo.


-Sí, él. Bueno, creo que sí lo conocen.
-Por supuesto, fue una de nuestras inspiraciones, y es un honor que nos acompañe.-
digo entusiasmada.
-Claro, me encanta su potencial chicos- dice Gerard, sonriéndonos.
-Ok, llegó la hora, suban a la LA-145.- nos abraza.- Los quiero, todo va a salir bien.
Estaremos con ustedes, suerte.
-Nosotros a ti, Damián, y gracias.- le decimos, luego nos despedimos por
millonésima vez de nuestra familia y subimos junto a Gerard.

-LA-145, ¿me escucha? Cambio.- dice un hombre por un radio.


-Aquí fuerte y claro.- contestamos los tres.
-Ok, comienza cuenta regresiva. 10, 9, 8…

-¿Lau?- dice Andrés.


-¿Sí?
-Te quiero demasiado, chica que conquistará otros planetas.

-Y yo a ti, chico intergaláctico.- le digo.


-3,2,1.- y salimos disparados hacia el nuevo mundo.

Ya llevamos 5 días aquí, y no hemos sentido nada de radiación o algún golpe de


asteroide, ya que la nave está hecha por 5 capas de acero inoxidable más una tela
especial que refleja la ultravioleta, logrando que no traspase y no nos dañe. Estamos
comiendo, y Gerard me pregunta:
-¿Cuánto falta para llegar al MGG-96?
-Pues, déjame ver, vamos por la Nebulosa del Halcón, como a 25,000 años luz de
Minerva, galaxia en donde está MGG-96, así que…
-Allí está- dice Andrés, que ve por la ventana.

Vamos a donde está y efectivamente, Minerva, el sistema planetario de MGG-96.


-¡Llegamos!- estoy tan feliz.
Dirigimos hacia allá la nave, y cuando vemos el MGG-96, disminuimos la velocidad,
ya que no sabemos qué va a haber debajo de esta mezcla de hidrógeno, oxígeno y
neón (una de los aspectos en que no es como la Tierra) ¿podrá existir vida aquí?
-¿Eso es… una especie de… edificio?- digo al mirar por la ventana.

-¿Y… esas … personas?-dice Gerard.


Y sí, había, un edificio, no, cientos de edificios, y calles, sí, calles, donde caminaban
seres como nosotros, bueno, unos eran azules, otros rojos, verdes, y muchos tenían
dos, o cinco brazos, pero se parecían mucho a los seres humanos.
-Lau, lo logramos.- dice Andrés.
-Lo logramos- le respondo.

-¿Hablará español? ¿O inglés? ¿O…?- pregunta Andrés mientras bajamos de la


nave.

Estamos en una calle, a pesar del neón, el aire es respirable. Un chico extraterrestre
se nos acercó, pero no ha dicho nada, y no sabemos si nos entenderá.
-Hablo cualquier idioma, no se preocupen, amigos terrestres.

-¿Sabes de dónde venimos?


-Sí, estábamos esperando que vinieran, estuvimos durante mucho tiempo viendo su
planeta, y creo que ustedes hacían lo mismo, pero aún no queríamos hacer nada al
respecto, pero veo que ustedes se adelantaron.
-¡ES INCREÍBLE!- exclamo.- ¿Cómo te llamas? ¿Por qué son de tantos colores?
¿Cómo es su vida? ¿Por qué…?

-Espera, son tantas preguntas. Bueno, pueden llamarme Alex. Somos así porque al
nacer, independientemente de los genes de tus padres, ellos pueden hacer
modificaciones en tu ADN, y darte el color que quieran de ojos, piel, pelo, etcétera. Y
nuestra vida es un poco mejor que la suya en muchos aspectos. Si quieren puedo
darles un paseo, solo que podemos pasar a que se cambien de ropa.
-¡Por supuesto, sería genial! Muchas gracias- digo.

-Espera Laura, ¿y si es una trampa?, debemos regresar a la Tierra.- dice Gerard.


-¿Qué dices?- dice Andrés- claro que no, hay que conocerlos un poco, luego puedes
regresar.
-Querrás decir, regresaremos.
-NO, regresarás, nosotros nos quedaremos aquí.

-¿Están locos? No pueden quedarse aquí.


-Claro que podemos y sí, estamos locos.
Seguimos a Alex a una tienda de ropa. Nos cambiamos, y lo seguimos. Nos dice que
la ciudad se llama “YMFC-96”, que no tienen un “gobernante” como tal, sino un
representante, y que nunca hay peleas, ni nada por el estilo, todo lo arreglan
pacíficamente. Nos dimos cuenta de que hay carros voladores, “computadoras
públicas” muy sofisticadas en cualquier calle, y un internet en cualquier parte y tan
rápido como la luz. En fin, una civilización muy evolucionada.
-Oye Alex, ¿habría posibilidad de poder vivir aquí?-pregunto al fin.

-Claro, todos son bienvenidos, aunque lo que queremos es ayudar a los habitantes
de su planeta. Queremos ayudarlos a acabar con guerras, enfermedades…
-No se preocupen, claro que podrán. Nosotros nos queremos quedar, pero Gerard
quiere regresar. Puede ser que envíen a un representante, que hable con los
gobiernos de la Tierra y acuerden un “Tratado entre Mundos”, así podríamos
ayudarnos mutuamente- contesta Andrés.

-¡Me parece genial! Sí, pueden quedarse, mañana podrían ir a registrarse como
habitantes del MGG-96, y así también saldrían del planeta cuando quisieran.
-¡Suena súper!-decimos Andrés y yo.

-Ok, iré a hablar con el representante. Mientras pueden quedarse en mi casa, será
genial.

Ya llevamos un año en el MGG-96, tenemos una casa, un auto y una mascota (que
por cierto también escogimos sus genes), y muchos amigos. Cada mes vamos a la
Tierra, gracias a que tenemos una nave mucho más rápida que nuestra LA-145, y
vemos las cosas mucho mejor desde el Tratado entre Mundos: hay curas de
enfermedades, ya no hay hambre, ni guerras. Y ahora se está desarrollando una
línea de viajes para venir hasta acá. Todo está muy bien.
Estamos con Alex y otros amigos celebrando nuestro aniversario en MGG-96, y llegó
la hora del brindis.
-Bueno, hace un año desde que llegamos, y nos recibieron con los brazos abiertos.
No tienen idea de cuánto les agradecemos eso.- comienzo.
-Y más a ti, Alex, que desde que bajamos de LA-145, nos has apoyado en todo, te
queremos.- dice Andrés para terminar.

-Y yo a ustedes chicos.- dice Alex.


-¡Salud!- y chocamos nuestras copas.
Después Andrés me abraza.

-Lograste tu sueño, chica que conquistó otro planeta.- me dice.


-Lo conquistamos juntos, chico intergaláctico.- le digo sonriendo.

Sé que faltan más mundos por encontrar, por eso hoy iremos a un “paseo espacial”,
y esperamos ver señales de vida en otro.
-¿Estás lista?- pregunta Andrés

-Claro, vamos a conquistar más mundos.


Y salimos disparados fuera de la atmósfera de MGG-96, hacia la inmensidad del
Universo, a seguir cumpliendo mi sueño.

HERNÁNDEZ MACÍAS YÉSICA NAIVETH, M2B.

Potrebbero piacerti anche