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-Ok, tenemos que ir mañana mismo, prepárate, pasaré a las 7am por ti.
-Por supuesto, ni un minuto tarde ¿ok?
-Ok. Bueno, iré a mi casa. ¡VAMOS A LA AOU!
-¡17! En serio, es genial. Pero bueno, ya, a lo que venían. ¿Qué es lo que quieren
hacer con esa nave?
-Pues, queremos ir al MGG-96 porque me parece que allí sí puede haber vida.-
respondo.
-Oh, el MGG-96, sí, claro, es de los más esperanzadores.
-Sí y bueno, queremos ir nosotros mismos a comprobarlo.
-Ok, hay algunos problemitas, en primera son menores de edad. Claro, podemos
construir la nave, pero, ¿sus padres dejarían que fueran a otro planeta?
-No se preocupe por eso, nuestros padres están enterados. Además, tal vez y para
cuando acabe su construcción ya tengamos 18 años.
-Ok, tienen razón- ríe- otra cosa. Su nave tiene todas las medidas de seguridad, pero
puede pasar cualquier cosa.
-Lo sabemos, por eso queremos que nos ayuden a mejorarla. Aceptamos los riesgos.
-Bueno chicos, creo que están convencidos. Entonces, acabo esta charla, ¿quieren ir
a conocer las instalaciones?
Ya hace un año desde que hablamos con Damián, y desde que comenzaron a
construir nuestra LA-145.Y hoy recibí una llamada de uno de los ingenieros, diciendo
que teníamos que ir ya mismo. Y ahora estamos aquí, con Damián.
-¿Qué nos quieren mostrar? ¿Ya la terminaron?
-Bueno chicos, aún no la pueden usar, pero sí, pueden meterse a verla.
Salimos corriendo en cuanto dice esto. Subimos y vemos miles de botones,
pantallas, palancas… ¡ya quiero usarla!
Estamos en una calle, a pesar del neón, el aire es respirable. Un chico extraterrestre
se nos acercó, pero no ha dicho nada, y no sabemos si nos entenderá.
-Hablo cualquier idioma, no se preocupen, amigos terrestres.
-Espera, son tantas preguntas. Bueno, pueden llamarme Alex. Somos así porque al
nacer, independientemente de los genes de tus padres, ellos pueden hacer
modificaciones en tu ADN, y darte el color que quieran de ojos, piel, pelo, etcétera. Y
nuestra vida es un poco mejor que la suya en muchos aspectos. Si quieren puedo
darles un paseo, solo que podemos pasar a que se cambien de ropa.
-¡Por supuesto, sería genial! Muchas gracias- digo.
-Claro, todos son bienvenidos, aunque lo que queremos es ayudar a los habitantes
de su planeta. Queremos ayudarlos a acabar con guerras, enfermedades…
-No se preocupen, claro que podrán. Nosotros nos queremos quedar, pero Gerard
quiere regresar. Puede ser que envíen a un representante, que hable con los
gobiernos de la Tierra y acuerden un “Tratado entre Mundos”, así podríamos
ayudarnos mutuamente- contesta Andrés.
-¡Me parece genial! Sí, pueden quedarse, mañana podrían ir a registrarse como
habitantes del MGG-96, y así también saldrían del planeta cuando quisieran.
-¡Suena súper!-decimos Andrés y yo.
-Ok, iré a hablar con el representante. Mientras pueden quedarse en mi casa, será
genial.
Ya llevamos un año en el MGG-96, tenemos una casa, un auto y una mascota (que
por cierto también escogimos sus genes), y muchos amigos. Cada mes vamos a la
Tierra, gracias a que tenemos una nave mucho más rápida que nuestra LA-145, y
vemos las cosas mucho mejor desde el Tratado entre Mundos: hay curas de
enfermedades, ya no hay hambre, ni guerras. Y ahora se está desarrollando una
línea de viajes para venir hasta acá. Todo está muy bien.
Estamos con Alex y otros amigos celebrando nuestro aniversario en MGG-96, y llegó
la hora del brindis.
-Bueno, hace un año desde que llegamos, y nos recibieron con los brazos abiertos.
No tienen idea de cuánto les agradecemos eso.- comienzo.
-Y más a ti, Alex, que desde que bajamos de LA-145, nos has apoyado en todo, te
queremos.- dice Andrés para terminar.
Sé que faltan más mundos por encontrar, por eso hoy iremos a un “paseo espacial”,
y esperamos ver señales de vida en otro.
-¿Estás lista?- pregunta Andrés