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PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS TRABAJADORES

ANTE EL ACOSO MORAL O MOBBYNG EN EL TRABAJO.

I. Violencia en el Trabajo. Acoso Moral.

Introducción

Desde el punto de vista del derecho las acciones de acoso moral constituyen un ilícito
que ataca los derechos fundamentales de las personas en relación a su trabajo o
función y que tiene características propias. En nuestro país hay una larga historia de
hostigamiento, malos tratos, humillaciones, agresiones y muertes, que han afectado la
historia laboral.

La literatura criollista, rural o urbana, nos entrega también relevantes relatos de la forma
y los modos como en Chile se ha confundido desde antaño los derechos de los
superiores jerárquicos con la potestad ilimitada para desequilibrar al ser humano-
trabajador. Dejando claro desde ya, que también hay circunstancias en que son los
propios pares de los trabajadores quienes realizan, con la aceptación de la empresa, un
ataque a la dignidad de sus compañeros de trabajo, como asimismo, de éstos contra
algún jefe laboral que termina siendo una víctima de esta malas prácticas.

En la misma forma enfatizamos que todo ello sucede por falta de una gestión
empresarial decidida, especialmente en lo que se refiere al cuidado, protección y
capacitación de los colaboradores del empresario, siendo este un deber indiscutible de
quien se encuentra a cargo de un grupo de personas en calidad de trabajadores, desde
que las normas legales vigentes contenidas en el Código del Trabajo y leyes
complementarias, así lo disponen.

¿Qué es el Acoso Moral?

Revisando las opiniones de los estudiosos de esta materia como Heins Leymann,
Marie-France Hirigoyen, Iñaki Piñuel y Zabala, Manuel Velázquez Fernández, Marina
Parés, así como de la jurista argentina Patricia Barbado y la cubana Lidia Guevara,
podemos intentar para nuestro país una definición de acoso moral en el trabajo como
“toda acción hostil llevada a efecto en el trabajo, que permaneciendo en el
tiempo, cause incapacidad emocional o psíquica, enfermedad o muerte al
trabajador o le produzca alteraciones que pongan en riesgo su estabilidad
laboral, existiendo una relación de causalidad a lo menos indirecta, entre la
acción y el resultado dañoso”.

No es acoso moral

Asimismo, cabe expresar que no constituyen acciones de esta naturaleza a modo de


ejemplo las siguientes: el estrés y el burn-out, que corresponden a manifestaciones
propias y consecuencias de las malas prácticas laborales, enojos y ofensas
esporádicas del superior o de compañeros de trabajo y tienen una manifestación de
carácter biológico característico, así como las amenazas, riñas o acoso sexual, que
tienen su tipicidad establecida en el Código Penal, como se verá más adelante.

Aquellas que corresponden al legítimo derecho del empleador o del superior derivadas
de las facultades de Orden Higiene y Seguridad, como asimismo, las comprendidas en

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las acciones de control, fiscalización y gestión empresarial, aunque ellas sean
ofensivas, pues éstas pueden ser sancionadas por la vía del correspondiente
Reglamento de Higiene y Seguridad, obligatorio para las empresas y conocidos los
reclamos por la Dirección o Inspecciones del Trabajo.

¿Cuáles son los presupuestos fácticos del Acoso Moral?

Es necesario poner énfasis en algunos aspectos fundamentales para no confundir el


Acoso Moral con otras acciones o síntomas de enfermedades derivadas del trabajo. En
primer lugar, deben existir acciones hostiles contra un trabajador, las que generalmente
se expresan con formas humillantes de trabajo, agresiones psicológicas,
desacreditación de las labores realizadas, descalificaciones por torpeza manual o
intelectual, manifestaciones de desprecio al aspecto físico, forma de vestir o hablar,
aislamiento del acosado e impedir que se manifiesta en reuniones o manifestaciones
colectivas al interior de la empresa.

Las acciones hostiles deben ser realizadas en el trabajo y con motivo de las tareas,
faenas u obras en que el trabajador labore, es decir, estar relacionadas con éste.
Concretamente no es acoso moral en el trabajo, el hostigamiento que una persona le
haga a otra, no en relación a sus funciones o labores, sino, por ejemplo por una mala
relación vecinal, familiar u obligación contractual incumplida.

El hostigamiento realizado en el trabajo con motivo de las labores debe causar daño en
alguno de sus diferentes aspectos: salud física o psíquica, provocar la muerte por la vía
del suicidio o de un shock violento como un paro cardio-respiratorio gatillado por
angustia, desesperación o impotencia.

El daño debe estar vinculado a las acciones hostiles, o sea, existir una relación causal a
lo menos indirecta, con dichas acciones.

Finalmente, es absolutamente necesario que el hostigamiento permanezca en el tiempo


reiterándose pertinazmente con el fin de causar el desequilibrio psicológico del
trabajador con toda la suerte de consecuencias dañinas para su integridad. Ello se
transforma en un elemento diferenciador y propio del acoso moral.

Acciones de hecho contra el trabajador

Las acciones que pueden encuadrarse en alguna de las formas del acoso psicológico
han sido ya consideradas en el Código del Trabajo. Así el artículo 160 de dicho cuerpo
legal nos señala que en las relaciones laborales pueden darse conductas indebidas de
carácter grave, por ejemplo:

Conductas de acoso sexual, una forma característica de la violencia en el trabajo ligada


a las agresiones de género, pues, principalmente estas afectan a la mujer trabajadora.
La Ley 20.005, agregó al artículo segundo la siguiente expresión:

"Las relaciones laborales deberán siempre fundarse en un trato compatible con la


dignidad de la persona. Es contrario a ella, entre otras conductas, el acoso sexual,
entendiéndose por tal el que una persona realice en forma indebida, por cualquier
medio, requerimientos de carácter sexual no consentidos por quien los recibe y que
amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo".

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El legislador deja muy claro que se trata de un ataque a la dignidad de la persona en
acciones cuya forma es indebida y que ponen en peligro su situación laboral o sus
oportunidades de empleo. Ello resume de algún modo lo que es la agresión al
trabajador. El Acoso Moral es un poco más que eso, pero también se encuentra en el
campo de la violencia en el trabajo.

Art. 160. El contrato de trabajo termina sin derecho a indemnización alguna cuando el
empleador le ponga término invocando una o más de las siguientes causales:

a). Alguna de las conductas indebidas de carácter grave, debidamente comprobadas,


que a continuación se señalan:
b) Conductas de acoso sexual; (LEY 20005)
c) Vías de hecho ejercidas por el trabajador en contra del empleador o de cualquier
trabajador que se desempeñe en la misma empresa;
d) Injurias proferidas por el trabajador al empleador, y
e) Conducta inmoral del trabajador que afecte a la empresa.

En Materia Penal se observan estas mismas conductas tipificadas como delitos.


Veamos el Código Penal:

f) Riñas

Art. 402. Si resultaren lesiones graves de una riña o pelea y no constare su autor, pero
sí los que causaron lesiones menos graves, se impondrán a todos éstos las penas
inmediatamente inferiores en grado a las que les hubieran correspondido por aquellas
lesiones.

g) Injurias

De la calumnia

Art. 412. Es calumnia la imputación de un delito determinado pero falso y que pueda
actualmente perseguirse de oficio.

h) De las injurias

Art. 416. Es injuria toda expresión proferida o acción ejecutada en deshonra, descrédito
o menosprecio de otra persona.

Art. 421. Se comete el delito de calumnia o injuria no sólo manifiestamente, sino por
medio de alegorías, caricaturas, emblemas o alusiones.

i). Amenazas.

De las amenazas de atentado contra las personas y propiedades.

Art. 296. El que amenazare seriamente a otro con causar a él mismo o a su familia, en
su persona, honra o propiedad, un mal que constituya delito, siempre que por los
antecedentes aparezca verosímil la consumación del hecho, será castigado:

j) Abusos

k) 7. Incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato.

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Ello implica una trasgresión a dos grandes principios reguladores de los contratos: El
Principio de la Ley Contractual y el Principio de la Buena Fe, establecidos en los
artículos 1545 y 1546 del Código Civil.

II. Consecuencias de la violencia contra el Trabajador

a) Desde el punto de vista ético.

No es ajeno al observador que el acoso moral implica un grave atentado contra los
principios éticos-sociológicos, en las relaciones entre empleador y trabajador, desde
que este último, la parte más débil de la relación contractual laboral, sufre por parte de
su patrón a quien colabora en la creación de la riqueza toda suerte de atropellos y
humillaciones, degradando el concepto de trabajo y de servicio, al punto que este se
convierte en una tortura psicológica diaria, sino, en malos tratos de palabra y hecho.

Nuestro concepto de relaciones humanas se basa en el mundo cristiano occidental en


la base de “amar al otro como a uno mismo” y “en no hacer a otros lo que no deseas
que hagan contigo”, principios de buena relación que en el trabajo se deforman y
adquieren perfiles siniestros para miles de trabajadores chilenos, más exactamente a la
tercera parte de ellos, según las investigaciones de la Empresa Laborum realizadas por
encargo de la Dirección Nacional del Trabajo.

La doctrina social de la Iglesia Católica, expresada en la Encíclica Rerun Novarum


(León XIII), señala:

” En primer lugar, toda la doctrina de la religión cristiana, de la cual es intérprete y


custodio la Iglesia, puede grandemente arreglar entre sí y unir a los ricos con los
proletarios, es decir, llamando a ambas clases al cumplimiento de sus deberes
respectivos y, ante todo, a los deberes de justicia.”

Continúa la encíclica expresando:” los deberes de los ricos y patronos: no considerar a


los obreros como esclavos; respetar en ellos, como es justo, la dignidad de la persona,
sobre todo ennoblecida por lo que se llama el carácter cristiano”.

La Encíclica, documento trascendente para la humanidad, con absoluta independencia


de su autoría, y que pertenece al patrimonio cultural del hombre en su dimensión global,
no sólo se preocupa de la ética social cristiana sino que además entrega la
responsabilidad al Estado de vigilar el cumplimiento de la justicia social cuando
expresa:

“Los derechos, sean de quien fueren, habrán de respetarse inviolablemente; y para que
cada uno disfrute del suyo deberá proveer el poder civil, impidiendo o castigando las
injurias. Sólo que en la protección de los derechos individuales se habrá de mirar
principalmente por los débiles y los pobres. La gente rica, protegida por sus propios
recursos, necesita menos de la tutela pública; la clase humilde, por el contrario, carente
de todo recurso, se confía principalmente al patrocinio del Estado. Este deberá, por
consiguiente, rodear de singulares cuidados y providencia a los asalariados, que se
cuentan entre la muchedumbre desvalida.”

A mayor abundamiento, asunto este que también se encuentra establecido en el Art. 2,


inciso final del Código del Trabajo.

b) Consecuencias sociales.

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Las consecuencias sociales de lo que se ha denominado “el flagelo del siglo XXI” no
deja de sorprendernos en cuanto a la extensión de sus consecuencias para el grupo
social. En efecto, la violencia en el trabajo convierte al hombre trabajador en un ser
afligido y con gran carga emocional a gatillarse en cualquier momento. Como ejemplo
podemos señalar que no hace mucho tiempo, y tal como se pudo ver a través de las
pantallas de televisión, un trabajador, habiendo perdido momentáneamente el control de
sus acciones se encerró en el interior del restaurante donde trabajaba destruyendo gran
parte del mobiliario. Acción que indudablemente se encontraba dirigida a un aspecto
secundario de su empleador, esto es a sus bienes, pero bien pudo hacerlo contra la
persona de éste provocando una tragedia. Lo mismo ocurre cuando los padres semi-
trastornados por el abuso, las humillaciones, y la tortuosa permanencia en el trabajo se
desquitan en el seno familiar agrediendo a sus hijos, cónyuges y hasta sus mismos
padres.

No se debe cerrar los ojos ante esta realidad.

Actualmente, según se expresa en toda la prensa nacional, más de un 40% de las


personas de este país viven bajo estrés, depresión y angustia, y convendría saber, si
la relación de ser la tercera parte de los trabajadores acosados psíquicamente en el
trabajo, tiene o no consecuencias directas sobre la creciente violencia apreciada en las
escuelas, los hogares, las calles y en las empresas y servicios privados o públicos.

c) Costos para la empresa.

Se sabe que las bajas por licencias médicas, despidos por mal comportamiento
conductual de los trabajadores, especialmente quienes participan en riñas y agresiones
en el interior de sus centros laborales, son enormes y por lo mismo, los empleadores
deben recurrir a actuaciones reñidas con las buenas prácticas laborales, sino, a otras
de carácter francamente ilícitas, verbigracia: no dar cuenta de enfermedades o
accidentes laborales; presionar a las administradoras a fin que no se reconozca el
accidente o enfermedad como de origen laboral, aún pagar de su propia cuenta los
gastos de la enfermedad o accidente laboral del trabajador.

d) Costos para el país.

En cuanto al costo país, esto significa un gasto enorme. Los accidentes laborales y
enfermedades profesionales representan alrededor de un 4%, del PIB, es decir, una
cifra cercana o superior a los 4.000.000 de dólares. Conviene preguntarse, entonces
¿cuál es la incidencia del acoso moral en el trabajo en esta enorme suma?

Cualquiera sea ella es deber del Estado y sus órganos, tutelar, proteger y auxiliar a los
trabajadores de las conductas inadecuadas, hostiles y humillantes de sus empleadores.
Y al decir empleadores debemos enfatizar que entendemos como tales tanto a los
particulares como al Estado, quien por su propia naturaleza supra individual, permite
que en los servicios y departamentos públicos a cargo de los distintos poderes en que
se sustenta y sus agentes, sean una de las grandes fuentes de maltrato a los
trabajadores.

e) Acoso Moral y otras manifestaciones.

El acoso moral en el trabajo es el causante directo de varias enfermedades que atacan


la integridad física y psíquica de la víctima. En los inicios de la primera fase el acoso

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moral provoca trastornos similares al estrés como respuesta al estado de inquietud del
afectado. Sin embargo, si el hostigamiento se hace más cruento se transforma
definitivamente en una situación compleja, con trastornos de depresión y ansiedad.

No en vano el legislador ha aumentado las enfermedades cubiertas por la Ley 16.744


en el recientemente aprobado D.S. N° 73 de Marzo de 2006 que introduce el concepto
de “Neurosis causada por trabajos que expongan al riesgo de tensión psíquica y que se
compruebe relación de causa a efecto con el trabajo".

IV. Realidad chilena

El acoso moral en la Ley vigente.

Se sabe que no existe Ley sobre Acoso Moral, pero también que ello no es
impedimentos para que nuestros tribunales actúen en cumplimiento de su labor
Jurisdiccional sancionando las situaciones de hostigamiento que provocan un daño a la
integridad física y psíquica de la víctima, como asimismo, a otros bienes jurídicos
protegidos constitucionalmente.

En cumplimiento de las normas internacionales que son reconocidos como ley en


nuestro país, tratados, pactos y convenios, el legislador ha adoptado el reconocimiento
de la obligación de protección de los trabajadores. De ello dan cuenta numerosas
disposiciones contenidas en el Código del Trabajo, Ley 16.744, Código Sanitario, la
propia Constitución Política de la República en la tabla de garantías, artículo 19 N° 1, 2,
4, 9, 13, 16, 18, 19, que expresa los derechos reconocidos por la máxima ley en calidad
de derechos propios de la persona humana.

Hay, pues, abundantes disposiciones que sustentan el derecho a trabajar libremente en


un ambiente grato, amigable y digno de la persona del trabajador. En este aspecto
debemos ser claros en cuanto el Art. 19 N° 2 y 4 de la Constitución, sostienen el
andamio subjetivo e íntimo donde el valor de los derechos adquiere su verdadera
dimensión: esto es la Dignidad de la Persona Humana, concepto de garantía polivalente
en cuanto recubre todos y cada uno de los demás derechos que la Constitución
garantiza. Dicho de otro modo, no existe libertad si esta no se encuentra en un plano
de dignidad para el ser humano; la vida y la salud, el trabajo y todos los derechos
aludidos carecerían de sustancia si no estuvieren revestidos de la dignidad humana.

El acoso moral en la Jurisprudencia.

La Jurisprudencia de nuestros tribunales superiores ha reconocido el valor de la


dignidad humana en relación a las acciones de hostigamiento a los trabajadores.

Un ejemplo de ello es la Sentencia de la Corte Suprema, de fecha 6 de Septiembre de


2006, que dice:

“DUODÉCIMO: Resulta de estos antecedentes que en la unidad laboral de Aseo y


Ornato de la I. Municipalidad de Valdivia, donde trabaja la recurrente, hay un ambiente
ingrato general con los trabajadores creado por la actitud del señor Arellano, su Jefe, y
mantenido a través del tiempo. Perjudicada con esto en su salud es la señora Ramis.

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DÉCIMO TERCERO: La Constitución de la República asegura a todas las personas el
derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de las personas y, en resguardo de
esa garantía, es necesario tomar medidas para poner término a dicho ambiente laboral.

DÉCIMO CUARTO: El lesivo ambiente laboral que se viene dando en el Departamento


de Aseo y Ornato de la Municipalidad permanece a través del tiempo y existía cuando
se presentó este recurso como lo demuestra el Acta de Sesión recién aludida. En
consecuencia, cabe desechar la alegación de su presentación fuera de plazo.

Y lo que disponen los artículos 19 N° 1°, 20 de la Constitución Política de la República y


el Auto Acordado de la Corte Suprema sobre tramitación y fallo del recurso de
protección,

SE RESUELVE:

SE ACOGE el deducido en lo principal de fs. 5 por doña María José Ramis Gutiérrez en
contra de don José Ignacio Arellano Pinto "Jefe del Departamento de Aseo y Ornato de
la I. Municipalidad de Valdivia- y se le ordena que ponga término a toda actitud, tratos o
medidas abusivas que debiliten o impidan un ambiente laboral sano y digno de los
trabajadores de modo que cesen las angustias y aflicciones que se observan en área
de su responsabilidad.

Perspectiva legislativa.

En la perspectiva de la legislación nacional resulta prudente que el Legislativo se


adelante a los acontecimientos antes que ellos devengan como exigencia social. En
efecto, la empresa moderna debe estar conciente que el desarrollo y prosperidad se ha
de sustentar en el equilibrio de los factores o elementos de la producción en las que las
relaciones patrono-trabajador tienen una significación de la mayor importancia. No se
trata de establecer disposiciones en una aventura legislativa sin destino ni objetivo
concreto. Se trata de normar las relaciones aludidas a fin que en el encuentro entre
trabajadores y empresa, abunden las buenas y sanas prácticas laborales teniendo
como oriente el desarrollo de la empresa junto al bienestar de los trabajadores y la
sanidad psicológica de los centros de trabajo. Los requerimientos de competitividad así
lo exigen, en el mercado interno como en las transacciones internacionales donde
nuestro país se ha comprometido al reconocimiento de los derechos fundamentales de
los trabajadores y a un sistema productivo libre de dumpig social.

Acoso Moral y tutela jurisdiccional y administrativa.

En este aspecto corresponde en lo administrativo a los órganos fiscalizadores,


Autoridad Sanitaria, Dirección del Trabajo, y también a las administradoras de seguros,
comités paritarios y en general, a toda persona advertir sobre una situación de perjuicio
a los derechos fundamentales de los trabajadores.

En el aspecto jurisdiccional sigue vigente el Recurso de Protección y la tutela del Juicio


Ordinario Laboral a fin que el Juez disponga las medidas y providencias necesarias
para la restitución de los derechos amagados y el respeto a la legalidad, sin perjuicio de
las acciones reparatorias que pueda intentar la víctima.

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V. Aspectos necesarios en un Proyecto de ley sobre Acoso Moral.

De lo anterior se desprende lo que a nuestro modesto entender es básico para un


proyecto de Ley sobre Acoso Moral en el trabajo. Ello implica reconocer los siguientes
aspectos:

1. El Acoso Moral ataca fundamentalmente la dignidad de la persona humana y que sin


ella, el trabajo y sus beneficios, así como las demás libertades y derechos se extravían
en las relaciones de producción dejando a los trabajadores en evidente desequilibrio
frente a las acciones hostiles del empleador o sus agentes.

2. Resulta un mejoramiento notable para los procesos productivos de bienes y servicios


mantener los centros de trabajos, empresas o faenas libres del peso psicológico que las
afecta cuando existen acciones calificadas de acoso moral.

3. El Estado tiene la obligación de velar por el cumplimiento de las Garantías


Constitucionales, en el ámbito público como privado, en consecuencia, las autoridades
del país conscientes de los problemas económicos, éticos y sociales que tienen su
origen en el Acoso Moral, concuerdan en los términos de un proyecto de Ley que venga
a dar solución a este grave flagelo que afecta a un tercio de los trabajadores chilenos.

4. El acoso moral en el trabajo es una práctica perversa, pues, ella se realiza luego que
el acosador planifica o actúa amparado en la seguridad del poder sobre la víctima o por
el número de acosadores, en estas circunstancias sus acciones son de carácter doloso.
En este aspecto no puede existir discriminación a los empleadores ni a los trabajadores,
en cuanto los derechos fundamentales amagados por el acoso moral en el trabajo
afecta por igual a trabajadores del sector privado como del sector público, de tal modo
que este proyecto implica el reconocimiento que el Estado como empleador es
ineficiente en la protección de los derechos de sus funcionarios.

Por estas consideraciones, es que vengo a someter a consideración de este Senado, el


siguiente

PROYECTO DE LEY

Artículo 1°: Agréguese al art. 2° del Código del Trabajo, a continuación de su último
inciso el que pasa a ser el penúltimo, lo siguiente:

“El acoso moral o psicoterrorismo, en cualquiera de sus formas es incompatible con el


principio de respeto a la dignidad de la persona consignado en el inciso segundo de
este artículo 2°, en cuanto a que las relaciones laborales deberán siempre fundarse en
un trato acorde con la dignidad de la persona.

Para los efectos de este Código se entiende por acoso moral o psicoterrorismo toda
acción hostil del empleador, sus agentes o subordinados, destinada a violentar la
dignidad, y que permaneciendo en el tiempo, cause incapacidad física o psíquica o
muerte al trabajador o le produzca alteraciones que pongan en riesgo su estabilidad
laboral en los términos señalados en el inciso segundo de esta disposición, existiendo
relación de causalidad a lo menos indirecta, entre el hostigamiento y el resultado
dañoso.”

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Artículo 2°. Modifícase el artículo 160 N° 1, del Código del Trabajo, en lo siguiente:

Artículo 160.- N° 1, letra f):

“Conductas calificadas de acoso moral.

Artículo 3. “Modifícase el Estatuto Administrativo en el artículo 84, Párrafo sobre las


prohibiciones, agregándose luego de la letra “k”, la letra “l” que expresa:

Artículo 84, letra l. Se prohíbe a los funcionarios públicos, agentes del Estado,
cualquiera sea su función u organización pública en la que laboren o su calidad todo
acto calificado de acoso moral por el Código del Trabajo.

Artículo 4. “Modifícase el Título VIII Crímenes y simples delitos contra las personas, del
Código Penal, artículo 400, en el sentido de agregar un inciso segundo que exprese:

“Si el homicidio o las lesiones físicas señaladas en los artículos anteriores tuvieran
origen en actos de hostigamiento o acoso psicológico y las lesiones afectaran la salud
psíquica de un trabajador conforme a lo prevenido en el Artículo 2° del Código del
Trabajo, causando incapacidad total para trabajar, la pena se aumentará en un grado”.

ALEJANDRO NAVARRO BRAIN


SENADOR

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