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Tribunal Contencioso Administrativo

Resolución Nº 00195 - 2019

Fecha de la Resolución: 03 de Abril del 2019


Expediente: 19-001953-1027-CA
Redactado por: Karen Cristina Calderón Chacón
Clase de Asunto: Medida cautelar anticipada
Analizado por: CENTRO DE INFORMACIÓN JURISPRUDENCIAL
Temas (descriptores): Proceso contencioso administrativo, Medidas cautelares en el proceso contencioso administrativo
Subtemas (restrictores): Generalidades para el otorgamiento de medidas cautelares, Generalidades sobre los presupuestos
necesarios para su otorgamiento, Necesidad de cumplimiento de la carga probatoria en la fase cautelar

Sentencias en igual sentido

Texto de la Resolución

EXPEDIENTE: 19-0001953-1027-CA
PROCESO: MEDIDA CAUTELAR ANTICIPADA
PROMOVENTE: CONSTRUCTORA VÍCTOR MORA VIM
S.A.
DEMANDADO: LA MUNICIPALIDAD DE TIBÁS

Nº 195-2019-T
TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO Y CIVIL DE HACIENDA. Segundo Circuito Judicial de San José, Anexo A. Calle
Blancos, a las nueve horas y diez minutos del día tres de abril de dos mil diecinueve.-

Se conoce MEDIDA CAUTELAR ANTICIPADA, interpuesta por CONSTRUCTORA VÍCTOR MORA VIM S.A., cédula de persona
jurídica 3-101-668091, representada por su apoderado especial judicial, Iván Vicenti Rojas, en contra LA MUNICIPALIDAD DE
TIBÁS, representado por su Alcalde Municipal, Carlos Cascante Duarte;
RESULTANDO:
1. Que en fecha 27 de febrero del 2019, la parte promovente formuló solicitud de medida cautelar anticipada, planteando como
pretensión cautelar "1. Se suspendan los efectos, de manera inmediata y provisionalísima, de los efectos MT-ST-0663-2018, MT-
St-0037-2019 y el reclamo administrativo emitido por el Departamento de Cobros de la Municipalidad de Tibás en fecha 31 de
enero del 2019.Dicha suspensión de efectos abarcará la posibilidad de que la Municipalidad adopte cualquier acto, en sede
administrativa o jurisdiccional, que tienda a exigir el pago de la suma que supuestamente adeuda la empresa, comprendiendo tanto
el principal como los intereses que lleguen a liquidarse, en razón que el 21 de febrero del 2019, venció el plazo de 15 días hábiles
que otorgó el Departamento de Cobros de la Municipalidad para cancelar el impuesto de patente determinado." (Imágenes 2 a 14
del expediente judicial digital).
2. Que por medio auto de las dieciséis horas con siete minutos del 27 de febrero del 2019, este Tribunal denegó la medida cautelar
provisionalísima y concedió al demandado, audiencia escrita por tres días para que se pronunciara respecto de la medida cautelar
pedida. (Imagen 62 del expediente judicial digital).
3. Que mediante escrito de fecha 04 de marzo del 2019, la representación de la Municipalidad de Tibás, se pronunció respecto de
la medida cautelar, pidiendo que la misma sea rechazada por no concurrir los presupuestos legales para su otorgamiento.
(Imágenes 63 a 80 del expediente judicial digital).
4. Que en la especie se han observado las formalidades de rigor; habiéndose deliberado previamente lo correspondiente.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: OBJETO DE LA SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR: En el presente asunto, la parte promovente solicita lo siguiente:
"1. Se suspendan los efectos, de manera inmediata y provisionalísima, de los efectos MT-ST-0663-2018, MT-St-0037-2019 y el
reclamo administrativo emitido por el Departamento de Cobros de la Municipalidad de Tibás en fecha 31 de enero del 2019.Dicha
suspensión de efectos abarcará la posibilidad de que la Municipalidad adopte cualquier acto, en sede administrativa o jurisdiccional,
que tienda a exigir el pago de la suma que supuestamente adeuda la empresa, comprendiendo tanto el principal como los intereses
que lleguen a liquidarse, en razón que el 21 de febrero del 2019, venció el plazo de 15 días hábiles que otorgó el Departamento de
Cobros de la Municipalidad para cancelar el impuesto de patente determinado." sobre lo cual debe de hacerse el pronunciamiento
correspondiente.
SEGUNDO: ARGUMENTOS DE LA PROMOVENTE. En síntesis y en lo que interesa, la parte promovente argumenta que Víctor
Mora Thomas es el representante de la empresa actora y de Víctor Mora VIM S.A., que desde el 2014 la empresa actora obtuvo
licencia comercial, que en julio del 2107, la demandada le notificó a VIM S.A. que debía obtener licencia comercial, que se le
informó que las actividades lucrativas no se hacían en el cantón, que se había renunciado a la patentes de Constructora VIM, que
en agosto del 2017, la demandada indicó que ambas sociedades formaban parte del mismo grupo de interés económico, dando un
plazo a VIM para entregar las declaraciones de renta, que en octubre del 2018, se le dio un plazo adicional para cumplir con lo
indicado bajo la advertencia de proceder al cierre de local, que en octubre del 2018 se presentaron las declaraciones de renta
pedidas, que en noviembre del 2018, se le notificó que el monto de la patente pagar era de ¢39 126 130,10, que VIM S.A. indicó
que sus oficinas son en Guadalupe no en Tibás, que se aportó una certificación donde se hace constar la procedencia de los
ingresos, en enero del 2019, se le indicó a VIM S.A. que no se impugnó el monto de la patente por lo que deberá proceder al pago
en el plazo de 5 días, que en enero del 2019, se le notificó a la actora un reclamo administrativo para que procediera con la
cancelación de la deuda, que a la fecha no puede afrontar el pago. Sobre la apariencia de buen derecho indica que VIM S.A. tuvo
licencia comercial ante la demandada, la renunció en 2014, que ese año Constructora VIM le se otorgó licencia comercial, que la
demandada pretende incluir el monto de la patente de Constructora VIM al impuesto de VIM S.A., sin considerar que ésta última
tiene sus oficinas en Guadalupe, y que se trata de dos personas jurídicas independientes, que VIM no genera réditos en Tibás
desde el 2014, sobre el daño grave indica que de acuerdo con las certificaciones de Contado Público Autorizado se acreditan los
impactos inmediatos a la situación financiera de Constructora VIM S.A., como a) la incidencia en el flujo de caja, que de acuerdo
con la proyección realizada, se cuenta con ¢221 288, de forma que no podría hacer frente a esa deuda ni otras con ello, b)
incidencia en indicadores económicos antes terceros, las razones de liquidez de capital de trabajo y de deudas se verían
gravemente afectadas, que no cuenta con la liquidez suficiente para hacer frente a sus deudas de corto plazo, c) riesgo a la imagen
y confianza de terceros, todo lo cual permite afirmar la existencia del daño grave respecto de la actora. Acerca de la ponderación
de intereses indica que la empresa no se encuentra en una situación que ponga en riesgo la recuperación de un monto por lo
discutido, pero que tampoco podría sostenerse generando ingresos de exigírsele el pago inmediato de ¢43 469 316.30, existiendo
discusión sobre la procedencia del cobro tributario, que se pretende crear un impuesto a un grupo económico, que no existe mérito
de ponderar el interés público, dado que se demuestra que la empresa podría perder su situación de normalidad de negocios, que
posee contrataciones con el Estado, que existe urgencia, instrumentalidad y proporcionalidad.
TERCERO: ARGUMENTOS DE LA PARTE ACCIONADA: Que la representación de la Municipalidad de Tibás, se pronunció
respecto de la medida cautelar, pidiendo que la misma sea rechazada por no concurrir los presupuestos legales para su
otorgamiento, indicando en lo que interesa que en las Bodegas Condal N15 se otorgó una patente a la actora, que por medio de
fiscalización con el Ministerio de Hacienda, se determinó que la empresa VIM S.A. reportó actividad económica en Tibás, por lo que
se previno información tributaria para verificar lo correspondiente, que ambas sociedades reportaron actividad económica en Tibás,
que el representante de la empresa VIM ha indicado que no ejerce actividad económico en Tibás, que se le ha indicado que esta
empresa y la actora son parte del mismo grupo económico y que deben de regularizar la situación de pago de impuestos, que
ambas empresas tienen la misma representante legal, que en enero del 2019, se determinó mediante inspección que ambas
empresas se ubican en el mismo local de bodegas ubicado en Tibás, que se han realizado varios apercibimientos de pago. Sobre la
apariencia de buen derecho indica que durante dos años se ha extendido esta discusión, que la empresa no entregó la información
correspondiente a la Municipalidad de Goicoechea, que se pone en peligro la recaudación del gobierno local, que la empresa VIM
ejerce sus actividades en Tibás, bajo la patente de la empresa actora, lo cual corresponde a evasión fiscal, que la empresa tiene la
obligación de pagar sus impuestos. Sobre el peligro en la demora indica que lo que se pretende es la evasión de un cobro, pues el
caso está listo para ser enviado a cobro judicial con abogados externos, que no se pretende perjudicarlos, que incluso pueden usar
la amnistía tributaria, que pueden realizar un arreglo de pago, por lo cual no se causarían los impactos que alegan como daños.
Sobre la ponderación de intereses indica que la Municipalidad vela por el interés público, que no se pide la cancelación inmediata
de la deuda, que existen mecanismos para lograr un arreglo de pago, que la actora no demostró que tributa en otro cantón, que la
empresa no impugnó el monto establecido, que se han brindado muchas oportunidades de defensa a la empresa.
CUARTO: EN GENERAL SOBRE LOS PRESUPUESTOS NECESARIOS PARA EL OTORGAMIENTO DE UNA MEDIDA CAUTELAR.
La justicia cautelar responde a la necesidad de garantizar el principio constitucional de una justicia pronta y cumplida, al conservar
las condiciones necesarias e indispensables para la emisión y ejecución de una eventual sentencia de fondo favorable a la parte
gestionante. El artículo 19 del Código Procesal Contencioso Administrativo, establece que el fin de una medida cautelar es proteger
y garantizar, provisionalmente, el objeto del proceso y la efectividad de la sentencia. El artículo 21 del Código mencionado,
establece, a su vez, que la medida pedida es procedente cuando la ejecución o permanencia de la conducta sometida al proceso,
produzca graves daños o perjuicios, actuales o potenciales, de la situación aducida, y siempre que la pretensión no sea temeraria
o, en forma palmaria, carente de seriedad. Por otro lado, el artículo 22 de ese mismo cuerpo normativo, dispone que la persona
juzgadora, al momento de tomar la decisión correspondiente, deberá considerar el principio de proporcionalidad, ponderando la
eventual lesión al interés público, los daños y los perjuicios provocados con la medida a terceros, así como la instrumentalidad y
proporcionalidad, de modo que no se afecte la gestión sustantiva de la entidad, ni se afecte de forma grave la situación jurídica de
terceros, tomando en cuenta, las posibilidades y previsiones financieras de la administración pública, para la ejecución de la
medida otorgada. Dichos parámetros han sido desarrollados jurisprudencialmente, en el siguiente sentido: “(…) De conformidad
con el artículo 21 CPCA, el juez, a la hora de determinar la procedencia de una solicitud de medida cautelar, debe verificar que la
pretensión del proceso de conocimiento no sea temeraria o, en forma palmaria, carente de seriedad, lo que constituye una
valoración preliminar del fondo para determinar si existe en el caso en cuestión lo que la doctrina y la jurisprudencia han llamado
apariencia de buen derecho o fumus boni iuris. Por otro lado, el mismo numeral 21 del Código establece la procedencia de la
medida cautelar cuando la ejecución o permanencia de la conducta sometida a proceso produzca graves daños o perjuicios,
actuales o potenciales, situación que ha sido definida en la doctrina como el periculum in mora o peligro en la demora, es decir
que en virtud de la demora patológica del proceso judicial, concurra un peligro actual, real y objetivo de que se genere a la parte
promoverte un daño grave (...) Por último, el artículo 22 CPCA establece la obligación del juzgador de realizar, a la luz del principio
de proporcionalidad, una ponderación de los intereses en juego, es decir, entre la circunstancia del particular, por un lado y el
interés público y los intereses de terceros que puedan verse afectados con la adopción de la medida cautelar, por el otro. Sólo en
la concurrencia de los tres elementos, es decir, de la apariencia de buen derecho, del peligro en la demora y que del análisis de la
ponderación de intereses se considere que el daño sufrido por el particular debe tutelarse por encima de los demás intereses en
juego, puede proceder el despacho a conceder la medida cautelar." (Resolución Número 283-2009 de las 15:10 horas del 20 de
febrero de 2009. Tribunal Contencioso Administrativo y Civil de Hacienda). Esta posición se complementa con el criterio externado
por la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia, en funciones de Tribunal de Casación de lo Contencioso Administrativo, en
Voto N° 5-F-TC-2008 de las diez horas con cuarenta y cinco minutos del seis de febrero del año dos mil ocho, respecto de la
necesidad de cumplimiento de la carga probatoria en esta fase cautelar, al indicar que "(…) tres requisitos que se aplican como es
el fumus bonis iuris o apariencia de buen derecho… el peligro de la demora y la ponderación de los intereses en juego… la
apariencia de buen derecho conforme a la nueva legislación no constituye una carga gravosa de demostración de la seriedad de la
demanda, sino la valoración incluso interna del juez de que aquella sentencia no es temeraria de que no es carente de seriedad,
que es una visión invertida, por cierto, del denominado fumus bonis iuris, este periculum además corresponde a la carga, como
carga probatoria para quien pide la cautelar, y esto es así, luego la cautelar es un juicio provisional de ese peligro en la mora no
es… una valoración del fondo del proceso… en lo que corresponde al caso concreto (…) y esta Sala luego de deliberar
concienzuda y ampliamente como lo hace (…) ha estimado que no están debidamente demostrados los daños y perjuicios graves o
de imposible reparación que ameriten la adopción de la medida cautelar en cuestión (…) En definitiva, el Tribunal estima que no se
cumple con el principio de la prueba racional de la cautelar que se corresponde con una prueba de equilibrio, si bien es cierto no se
requiere de una prueba contundente, porque no puede serlo en la medida cautelar, tampoco lo podemos dejar al arbitrio del solo
dicho de quien recurre, hay de por medio también eventuales intereses públicos.” Partiendo del anterior marco normativo y
jurisprudencial de análisis y los elementos requeridos para la estimación de una medida cautelar, se procede a realizar el estudio
del caso concreto, atendiendo a la exposición de la teoría del caso y el ofrecimiento de la prueba.
QUINTO: SOBRE EL CASO CONCRETO. Partiendo de lo anteriormente expuesto, se procede a realizar el estudio concreto de los
elementos requeridos por los artículos 21 y 22 del Código Procesal Contencioso Administrativo, de acuerdo con los argumentos de
ambas partes y los elementos de prueba aportados al expediente, haciendo la observación que es una carga procesal para la parte
interesada, al tenor de los artículos 220 del mencionado Código y el 41 del Código Procesal Civil, probar las afirmaciones que haga
en apoyo de sus pretensiones. En cuanto al primero de ellos, correspondiente a lo que se conoce como "apariencia de buen
derecho" (haciendo la observación que éste debe ser analizado de conformidad con los parámetros dispuestos en el CPCA), debe
decirse que del análisis de la solicitud cautelar, se observa, de forma preliminar, que la teoría del caso expuesta está
razonablemente motivada, de manera que, sin entrar en un juicio de valor sobre el fondo (lo cual, en todo caso, no es propio del
proceso cautelar), se estima que la acción ejercida no es temeraria, por lo que se cumple con el elemento de apariencia de buen
derecho. Al respecto debe indicarse que la parte actora puede impugnar en esta sede contencioso administrativa, los Oficios MT-
ST-0663-2018 del 14 de noviembre del 2018 (de recalificación de patente), MT-ST-0037-2019 del 17 de enero del 2019 y la
gestión de cobro administrativo de fecha 31 de enero del 2019 (visibles a imágenes 47 a 58 del expediente judicial), todos
correspondientes al procedimiento de fiscalización tributaria respecto de las licencias comerciales y actividades de las empresa
Constructora VIM S.A. y VIM S.A., donde se definió el monto a pagar por licencia comercial en la suma de ¢43 469 316,30. Los
temas alegados respecto de la improcedencia de la forma de fijación a partir de un grupo de interés económico, una posible
evasión fiscal al estar operando la empresa VIM S.A., en el cantón de Tibás bajo la licencia comercial de la empresa actora, entre
otros, expuestos por ambas partes, son materia de pronunciamiento de un proceso de conocimiento, de forma que se toman en
consideración únicamente para constatar la seriedad de la acción. Por otro lado, se aclara que es criterio de esta Juzgadora, que el
agotamiento de vía administrativa en materia de procesos cautelares anticipados, no es necesaria, atendiendo a que ello atentaría
contra el propio objetivo de la justicia cautelar, sea obtener una tutela eficaz y célere ante situaciones de daño grave a las
situaciones jurídicas aludidas y de urgencia. Ahora bien, como se indicó en el Considerando anterior, para la procedencia de la
tutela cautelar se requiere según disposición legal, que la ejecución o permanencia de la conducta administrativa sometida al
proceso produzca daños o perjuicios graves, actuales o potenciales, en la situación jurídica del promovente. En ese sentido,
debe recalcarse que no basta con alegar la existencia del daño (o perjuicio) grave (actual o potencial), sino que debe probarse,
situación que implica una carga procesal que debe asumir la parte interesada, al tenor de los artículos 220 del Código Procesal
Contencioso Administrativo y el 41 del Código Procesal Civil. Estudiado el particular, esta Juzgadora concluye que el supuesto legal
mencionado no se acredita. La parte actora indica que, en su caso particular, se da un daño grave, pues de acuerdo con las
certificaciones de Contado Público Autorizado que aporta se acreditan los impactos inmediatos a la situación financiera de
Constructora VIM S.A., como a) la incidencia en el flujo de caja, que de acuerdo con la proyección realizada, se cuenta con ¢221
288, de forma que no podría hacer frente a esa deuda ni otras con ello, b) incidencia en indicadores económicos antes terceros, las
razones de liquidez de capital de trabajo y de deudas se verían gravemente afectadas, que no cuenta con la liquidez suficiente para
hacer frente a sus deudas de corto plazo, c) riesgo a la imagen y confianza de terceros. A imágenes 20 a 45 del expediente judicial,
se observan tres certificaciones confeccionadas por el Licenciado Walter Obando Lizano. De la primera de ellas, denominada de
Proyecciones al 28 de febrero del 2019, presenta una conclusión que indica que el flujo de caja del 31 de enero del 2019 a febrero
del 2019, es de ¢221 288. Ahora bien, a pesar de que esta Juzgadora no cuestiona directamente dicha conclusión, lo cierto del
caso es que de la certificación se deducen situaciones adicionales, que la hacen poco útil para los efectos que fue ofrecida. En
primero lugar, se hace una proyección de flujo de caja, sumamente corta, que únicamente abarca un mes, sea febrero del 2019, lo
cual imposibilita analizar y conocer la situación de ingreso de dinero y total de efectivo que ha experimentado la empresa actora. Es
decir, se presenta un panorama sumamente parcial, que no permite concluir en que, en efecto, no se cuenta ni se contará, con
capacidad económica en dinero efectivo para pagar al menos parcialmente la deuda, dado que la Municipalidad demandada ha
sido insistente en la posibilidad de que la actora utilice la amnistía tributaria vigente o que se llegue a un arreglo de pago, que
usualmente contiene pagos parciales de los montos adeudados por los munícipes. Por otro lado, la propia certificación indica que la
empresa es la responsable de la preparación de la cifras en las proyecciones “incluyendo las notas de supuestos, que describen
las hipótesis, premisas y/o estimaciones definidas por la Dirección de la sociedad…”, es decir, el profesional partió de los datos
suministrados por la empresa actora, los cuales se desconoce si fueron debidamente verificados con los materiales probatorios de
respaldo. Finalmente, no se aportaron los documentos de trabajo que se utilizaron para la confección de la certificación, ello para
efectos de verificar el respaldo documental analizado respecto de la situación de la empresa. Adicionalmente, llama poderosamente
la atención a esta Juzgadora, la argumentación de la parte actora, en el sentido que la actora no tiene capacidad en efectivo para
hacer frente a sus obligaciones normales (relacionadas con su actividad regular) así como tampoco para asumir el cobro discutido,
dado que ello pone en tela de duda la causalidad entre la conducta administrativa impugnada, con el eventual daño grave a la
empresa, en cuanto a que se interrumpa su continuidad, ya que, en apariencia, es una situación que no tiene relación con lo
discutido en este proceso. En cuanto a la Certificación de Razones Financieras de liquidez al 31 de enero del 2019, donde se
indica que la razón de circulante es de 1.47, la de efectivo de 1.14 y la de liquidez inmediata es del 30%, debe indicarse lo
siguiente. De su contenido se concluye, que la situación crítica de la actora es el tema del efectivo, pero que cuenta con activo
corriente, efectivo y valores de corto plazo, importantes, sea de ¢38 672 898.75 y ¢30 019 536.75, de forma que no se puede
concluir en que se encuentre en una situación que la obligue a suspender sus actividades comerciales, para poder pagar, al menos
parcialmente, la deuda reclamada por la demandada. Por otro lado, la certificación en estudio indica que la determinación de las
razones financiera es responsabilidad de la empresa contratante, es decir, el profesional partió de los datos suministrados por la
empresa actora, los cuales se desconoce si fueron debidamente verificados con los materiales probatorios de respaldo.
Adicionalmente, no se aportaron los documentos de trabajo que se utilizaron para la confección de la certificación, ello para efectos
de verificar el respaldo documental analizado respecto de la situación de la empresa. Siendo que en todo caso, la misma
certificación indica que el estudio efectuado no tiene el alcance de una auditoría de estados financieros de la empresa, y por ende
no es una opinión sobre la razonabilidad de los mismos ni de las propias razones financieras expresadas. Ahora bien, las
afirmaciones de la actora expuestas en el sentido que las razones de liquidez de capital de trabajo y de deudas se verían
gravemente afectadas y que no cuenta con la liquidez suficiente para hacer frente a sus deudas de corto plazo, corresponden a
apreciaciones argumentativas que no se desprenden de la certificación, según se analizó con anterioridad. Finalmente, en cuanto a
la Certificación de Estados Financieros al 31 de enero del 2019, debe decirse inicialmente, que al igual que las dos anteriores,
expresa que la responsable de la preparación y presentación de los estados financieros fue la empresa actora, sin que se
manifieste los medios de verificación de dicha información financiera y contable que utilizó el profesional y no se aportan los
papeles de trabajo de respaldo donde detallen y presenten los materiales probatorios de respaldo para la confección de la
certificación. Dicho esto, debe indicarse que de la certificación se extrae, en cuanto al estado de posición financiera, que cuenta
con activos corrientes por ¢36 672 898.75, con un patrimonio total de ¢12 304 225,15, con una utilidad neta para el período de -¢3
628 575.32, con ¢12 304 225 de utilidades acumuladas totales, según el cambio en el capital contable para el período. Partiendo
de estos datos, concluye esta Juzgadora, que si bien es cierto, la empresa actora ha reportado utilidades netas para el período
negativas, cuenta con activos corrientes (eventualmente capitalizables), y que ha generado utilidades, de lo cual no se extrae la
posibilidad real o potencial, de entrar en una situación de interrupción del principio de empresa en marcha, debido al pago total o
parcial de lo discutido. En conclusión, de la prueba ofrecida no se desprende la existencia de un daño grave a la situación jurídica
aducida. Vale agregar, que de la restante prueba documental aportada, no mencionada con anterioridad, no se logra acreditar la
existencia de una situación de daño grave en cuanto a la parte accionante, pues corresponde a las certificaciones de personería de
las empresas mencionadas y el poder especial judicial otorgado por la actora. Acerca de la ponderación de los intereses
involucrados en el particular, debe indicarse que, como es de conocimiento general, para la procedencia de una medida cautelar en
esta sede, se requiere, la verificación simultánea de los presupuestos legales establecidos en el artículo 21 y 22 del Código
Procesal Contencioso Administrativo, siendo que, en el particular, se descartó uno de ellos, de acuerdo con lo anteriormente
expuesto. También debe tomarse en consideración que para realizar el análisis de ponderación de intereses y valoración del
eventual interés público afectado, debe partirse de la existencia del daño a la situación particular aducida y del interés privado
afectado, lo cual en este caso, no se logró demostrar, de manera que no hay elementos suficientes para realizar un estudio final
sobre este punto. A pesar de ello, no puede dejar de indicarse que otorgar la medida pedida, sería lesivo para el interés público,
por los siguientes motivos. De la exposición del caso planteada por ambas partes, se extraen varias situaciones que llaman la
atención. Existe una inspección efectuada por inspectores de la demandada (folio 26 del expediente administrativo físico), donde se
acredita la existencia de actividades económicas de ambas empresas en el Cantón de Tibás. La parte actora no ha indicado los
motivos concretos y justificados por los cuales no suministró la información tributaria correspondiente a la Municipalidad de
Goicoechea. Tampoco se ha desvirtuado ni discutido la información fiscal obtenida por la Municipalidad en convenio con el
Ministerio de Hacienda. La parte actora no impugnó, la fijación del monto de licencia comercial a pagar, lo que le fue notificado en
noviembre del 2018. Así mismo, debe considerarse que en este caso, no es sólo una discusión de fondo respecto de la correcta o
incorrecta aplicación de la figura de los grupos de interés económico para efectos tributarios, sino uno de evasión fiscal, que
corresponde a una fuerte problemática en nuestro país. Por ende, al no concurrir la totalidad de los presupuestos legales
necesarios, debe declararse sin lugar la medida cautelar solicitada. Se resuelve sin especial condena en costas.
POR TANTO,
Se declara SIN LUGAR la medida cautelar solicitada por CONSTRUCTORA VÍCTOR MORA VIM S.A. Se previene a la parte
actora que de presentar demanda ordinaria, deberá hacerlo bajo este mismo número de expediente judicial. Se
resuelve sin especial condena en costas. NOTIFÍQUESE.- Karen Calderón Chacón. Jueza.-

Documento firmado por:


KAREN CALDERÓN CHACON, JUEZ/A DECISOR/A
Clasificación elaborada por CENTRO DE INFORMACIÓN JURISPRUDENCIAL del Poder Judicial. Prohibida su reproducción y/o
distribución en forma onerosa.

Es copia fiel del original - Tomado del Nexus PJ el: 09-09-2019 21:23:35.

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