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EL ENIGMA DEL UNIVERSO

Considero mi deber escribir este artículo y agradecer la ocasión que se me brinda para
llegar a todos ustedes con una primicia que es noticia de interés universal.

Siendo mi oficio la agricultura biológica y el reciclaje, doy conferencias y escribo artículos


por vocación; pues vivir en armonía con la madre terrenal y ser fieles a lo que es verdadero,
bueno y útil, es tarea de todos.

Este artículo está basado en mi estudio y comprensión de un libro diferente a todos, LA


CUARTA DIMENSIÓN.

Un libro que ha sido escrito para toda la Humanidad; que da comprensión de la razón
profunda de la existencia, desvelando el enigma del Universo, del espacio y del tiempo, de
la vida, la muerte y la eternidad.

Es un manantial inagotable de sabiduría cuya comprensión despeja toda sombra de duda y


su práctica descubre la verdadera libertad y la verdadera riqueza.

No es un libro que contenga todas las respuestas, como no hay un libro que contenga todas
las sumas, es un libro que te enseña a responder, es un libro que te enseña a sumar.

Para saber quién somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Debemos empezar por
comprender ¿dónde estamos? Y ¿qué significado tiene este Universo en el que vivimos, que
no para de crecer y crecer?

EL ENIGMA DEL UNIVERSO

Sobre el origen, desarrollo y final del Universo, se ha especulado tanto, que en realidad
nadie sabe a qué atenerse y se han escrito tantas teorías, que sería necesaria una gran
librería para contenerlas todas.

Sin embargo, la verdad es grandiosa, y a la vez, tan sencilla, que está al alcance de
cualquiera que en lugar de pensar y creerse sus propias conclusiones, se dedique más a
observar, sin juzgar lo que no puede vez de principio a fin, hasta comprender el propósito y
la verdad de todas las cosas.

Las observaciones de la ciencia nos descubren que el Universo, un espacio inmenso lleno
de cuerpos siderales, donde nuestro planeta ocupa un lugar pequeñísimo, está creciendo
desde hace miles de millones de años, y lo hace a gran velocidad. El Universo se está
expandiendo, como un globo que se infla en todas direcciones y va ocupando más y más
espacio propio, de modo que hoy es más grande que ayer, pero menos que mañana.

La Naturaleza es el maestro perfecto y cualquier observador puede ver en ella, que todos
los espacios, todos los cuerpos que ocupan un espacio, tienen su origen en una semilla.

Todas las semillas crecen y ocupan un espacio propio con su desarrollo; igual que hace el
Universo, crecer y ocupar un espacio propio con su desarrollo.

El Universo empezó a crecer a partir de un punto ínfimo, como hace cualquier semilla y
sigue en su desarrollo, a pesar de su gran tamaño, la misma ley que siguen todas las
semillas; evidenciar en su espacio la perfección codificada o dimensionada en su interior.

Todas las semillas se desarrollan siguiendo un orden propio y el desarrollo de la semilla


universal no escapa a esta ley.

Cualitativamente, el desarrollo de un Universo o Macrocosmos, sólo es comparable al


desarrollo de un niño o Microcosmos.

¡Como es arriba es abajo!

Como el Universo, el niño comienza a ocupar su propio espacio, que es su cuerpo, dentro
de un espacio mayor y más viejo, que es el vientre materno.

Como el niño, el Universo comenzó a ocupar su espacio dentro de un espacio mayor y más
viejo. Demasiado grande y demasiado viejo para medirlo en este artículo, pero para
familiarizarnos con lo que hay más allá de los límites de nuestro Universo, diremos por
ahora, que sólo puede haber otros Universos con sus propios límites, todos dentro de un
lugar tan grande que no tiene límites y tan viejo que no tiene edad; una dimensión mayor, la
cuarta dimensión.

Con sólo observar el desarrollo y la finalidad del feto humano, podemos comprender las
claves del desarrollo del Universo.

Un espacio nuevo, que comienza su desarrollo a partir de una semilla, expandiéndose en


todas direcciones desde su propio centro, siguiendo el orden que está codificado o
dimensionado en su interior.

Toda semilla guarda su propio orden de desarrollo en sí misma, en su propio interior y el


propósito de tal desarrollo, siempre es el mismo: manifestar o evidenciar su perfección en
un espacio propio.

Algunos piensan que el Universo se está expandiendo hacia el caos, pero es sólo la creencia
de una mente que piensa mucho y observa poco.

El observador ve que hay un orden en el desarrollo de toda la Naturaleza, todo su desarrollo


sigue la misma ley, como queriendo decirnos que hay una sola ley.

Esta ley que sigue todo desarrollo es recrear la perfección, la propia perfección, porque hay
muchas semillas y cada una con su propio orden de perfección.
Como no es casualidad que el feto sigue un orden en su desarrollo, tampoco lo es, el orden
que sigue el desarrollo universal.

Siendo prudentes, podemos deducir, que al igual que el propósito de la semilla o del
desarrollo del feto es la perfección, también el propósito del desarrollo del Universo es la
perfección universal. Por ser el Universo el cuerpo más grande y más viejo, el espacio
mayor que contiene multitud de espacios menores y más jóvenes, estamos hablando de la
perfección con mayúsculas.

El Universo, una vez terminado, como el feto, es una perfección mayor que contiene
multitud de perfecciones menores, que son los órganos internos y la realidad final del
Universo es igual que la del niño, un solo organismo, una sola perfección, una sola unidad.

Nuestra presencia en el Universo es comparable a la presencia de organismos


microscópicos en el feto. Para ellos también son necesarias muchas generaciones viviendo
y muriendo hasta la generación que alcanza el final del tiempo de gestación del feto y es
testigo del nacimiento a la nueva realidad.

Será nuestra generación, la más derrochadora de energía y de tiempo, la que vivirá el fin del
tiempo de gestación del Universo, que es el fin de la expansión universal y seremos testigos
del nacimiento del Universo a la 4ª dimensión, la perfección, ese lugar tan grande que no
tiene límites y tan viejo que no tiene edad, donde nacen los Universos perfectos al terminar
su tiempo de gestación, la morada eterna de toda perfección.

De modo que la realidad final del Universo es la perfección. Una vez alcanzada, el
Universo dejará de crecer, cesará todo movimiento en su espacio y en su tiempo.

Toda perfección tiene su propio tiempo de gestación; desde que la semilla empieza su
desarrollo, ocupando más y más espacio propio, hasta que termina por evidenciar su
perfección final.

La ley se cumple tanto en el Microcosmos como en el Macrocosmos.

Toda perfección visible ha seguido en su desarrollo un orden, un orden de perfección, que


es un orden de tiempo, un orden que no podemos ver observando la semilla, pero sí
podemos verlo observando las fases en su desarrollo.

En el feto, unos órganos se desarrollan antes de otros y lo mismo sucede con el Universo,
una vez terminada su expansión podremos verlo desde el principio de su tiempo, que es el
centro mismo del Universo, hasta el final de su tiempo, que son sus límites. Todo el
Universo es un orden de perfección, un orden de tiempo, una distancia a recorrer
encontrando a cada paso mayor perfección.

Ahora, el Universo está creciendo todavía, y la galaxia que contiene nuestro sistema solar
se está alejando a gran velocidad del centro mismo del Universo, dando vueltas en una
espiral cada vez mayor, aumentando a cada instante la distancia entre el centro del
Universo y nuestra posición.

La distancia cada vez mayor entre el centro del Universo y sus propios límites, se mide por
el tiempo.

A cada instante el Universo va ocupando más espacio propio y es más viejo; es más largo,
más ancho, más alto y tiene más tiempo propio.

Según nos vamos alejando del centro del Universo, estamos viajando por el tiempo que
dura su total expansión, estamos recorriendo el orden que sigue el Universo en su
desarrollo, estamos recorriendo, sin percibirlo, el orden en el cual se desarrolla la
perfección con mayúsculas.

Cuando el Universo termine su expansión, nuestro viaje, por el tiempo, alejándose del
centro del Universo, terminará. La Tierra, como un pequeño órgano, ocupará su lugar
definitivo, dentro del gran organismo perfecto que es el Universo.

Una vez fijo en sus propios límites, podremos tomarle las medidas que ahora no podemos,
porque crece a gran velocidad y podremos recorrer toda su perfección desde el final de su
tiempo hasta el principio de su tiempo.

Para llegar desde el final del tiempo hasta el principio del tiempo, hay que recorrer una
distancia, un orden de perfección creciente, el orden mismo de la Creación del Universo.
Esta distancia, este orden, es el tiempo.

Nuestra percepción actual del tiempo, como devenir, es sólo una ilusión provocada por el
movimiento del espacio mientras dura la expansión universal.

El lugar definitivo que ocupará la Tierra dentro de la perfección universal será lo más lejos
posible del centro del Universo y ya no será un cuerpo en el espacio sino un lugar en el
tiempo, su propio lugar en el orden de la perfección universal.

Al terminar su expansión, el Universo habrá terminado el desarrollo de sus tres


dimensiones, largo, ancho y alto. Pero también, habrá terminado el desarrollo de su cuarta
dimensión, el tiempo, el orden universal.

Al terminar la expansión no tendremos más camino que el de regreso, dejando atrás este
planeta. Y para llegar desde el lugar que ocupará la Tierra, en los límites del Universo,
hasta el centro mismo del Universo, tendremos que recorrer una distancia y esta distancia
es un viaje por el tiempo del Universo, un viaje por el orden de perfección hasta su centro,
el centro mismo de la perfección, el punto de origen.

Como el feto ha de terminar el desarrollo de su perfección de tres dimensiones, al final de


su propio tiempo de gestación, para nacer a esta 3ª dimensión, también el Universo y
nosotros en él, naceremos a la 4ª dimensión, al final del tiempo de gestación universal.
Comprenderemos entonces el significado de la palabra eternidad, porque la ilusión que
provoca el movimiento que nos está alejando del centro del Universo, terminará, el orden
de la perfección estará concluido y el tiempo parará.

Desaparecerá el velo que esconde el antes y el después y veremos el Universo en todo su


tiempo.

El pasado, el presente y el futuro estarán a la vista, porque el pasado, presente y futuro del
Universo, es nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.

Terminado el tiempo, terminada la 4ª dimensión del Universo, también estará terminada la


4ª dimensión de la conciencia humana, que es el alma. (No olvidemos que somos parte del
Universo y el desarrollo de su perfección nos incluye a todos).

Con el despertar a la 4ª dimensión, despertaremos a la realidad de nuestro cuerpo de


tiempo, que es el alma inmortal; porque el destino del ser humano, “la semilla divina”, es
reconocer y recrear por sí mismo la perfección universal, para llegar a comprender su
propia perfección, despertando paso a paso las potencias propias del alma humana.

La 4ª D. eterna, donde nacen los Universos.


La 4ª D. de nuestro propio Universo.
La 4ª D. de nuestra conciencia.

Son la realidad perfecta ordenada por la Palabra del Hijo de Dios. Porque es sólo Él, quien
ordena el desarrollo de todos los Universos con Su Palabra. Su Palabra, el Verbo Creador,
es el origen de toda perfección.

El desarrollo de los poderes propios del alma humana, significará la conquista de la 4ª


dimensión del Universo, la conquista del tiempo, que es la conquista de la perfección y la
recompensa de tal conquista es poseer la Palabra del Espíritu, el Verbo Creador del Hijo de
Dios, que reina por siempre en el paraíso, la quinta dimensión de Dios.
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