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Umberto Ecos era un hobre realmente fascinante en cuanto a la literatira italiana se refiere, y

es que se ha encargado de dejar un legado increíble que promete perdurar muchísimo tiempo
en los corazones de quienes sientan pasión por el conocimiento.

En la semiología se puede decir que Umberto Eco tenia muchas ideas, ya que el consideraba a
la semiótica mas como una escuela que como una ciencia. Esto es muy interesante ya que
plantea la idea de que la cultura esta estudiada como un fenómeno semiótico, o en todo caso,
la semiosis.

Umberto Eco relaciona su Obra abierta con la Estética de la Recepción, estableciendo


un paralelo entre el receptor de arte y el lector de textos verbales. Este semiótico,
difícil de clasificar, se relaciona primero con un estructuralismo formalista y se adentra,
posteriormente en la estética de la formatividad de Luigi Pareyson. Lo que de verdad
interesa a Eco es el problema de la interpretación y la recepción de la obra.

Su Obra abierta se publica en 1962, en pleno desarrollo del estructuralismo francés, y


trata la problemática de la plurisignificación de la obra de arte; el propio autor
considera este texto como un “trabajo presemiótico”.

Lo que Eco plantea es que el autor de una obra de arte produce una forma acabada
con la intención de que sea comprendida por el receptor de la misma manera que él
(el autor) la ha concebido; pero como cada receptor posee una situación existencial
propia, unos gustos personales concretos y diferentes de los de otros destinatarios, la
recepción o la comprensión de la obra de arte se realiza desde una perspectiva
individual. Por tanto, Eco establece que una obra creada como algo cerrado y
completo es a la vez una obra abierta por la posibilidad que tiene de ser interpretada
de diferente manera por cada receptor, sin que por ello resulte alterada. Esta poética
de la obra abierta se aplica a todas las obras.

Para Eco, los comportamientos lingüísticos estéticos, a diferencia de los


naturales, son difícilmente programables, porque el texto literario implica una
transgresión (mayor o menor) de las reglas de tránsito entre lo que los
generativistas llaman el plano de la competencia y el plano de la actuación;
dicho de otra forma, hay violaciones de las reglas del código, y a cada violación
en el plano de la expresión le corresponde una violación en el plano del
contenido.

El mensaje literario, que es una forma de mensaje estético, es un ejemplo de lo


que Eco llama “invención”, y a cada obra le corresponde un código particular o
un “idiolecto” de la obra. A su vez, cada código se constituye por muchos
subcódigos tanto en el plano de la expresión (fónico, rítmico, morfosintáctico)
como en el del contenido. Y dada la multiplicidad de subcódigos, hay una
hipercodificación estética que incrementa la dificultad de la descodificación que
produce en el receptor cierta sensación de ambigüedad.

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