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Puede pensarse que también que se trata de una derivación del principio de
contradicción pero como este se refiere a que el demando tenga el derecho,
y la oportunidad real de defenderse no parece que la incongruencia lo
desconozca porque se trata de que, a pesar de esa defensa efectiva, el juez
no puede poner una condena mayor o distinta o deje de resolver. En cierto
sentido puede decirse que si el juez condena a algo no pedido, el
demandado no ha tenido ocasión de contradecir ese punto la prueba en
general y la oportunidad de hacer oir permanecen incolumenes en esa
hipótesis.
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“Artículo 31 C.P.C. Toda sentencia judicial podrá ser apelada o consultada, salvo las excepciones que
consagre la ley. El superior no podrá agravar la pena impuesta cuando el condenado sea apelante único”
Actualmente el principio de congruencia se encuentra en el artículo
281 y 282 del Código General del Proceso2
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“Artículo 281. Congruencias
La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las pretensiones aducidos en la demanda y en las demás
oportunidades que este código contempla y con las excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas
si así lo exige la ley.
No podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por objeto distinto del pretendido en la demanda ni
por causa diferente a la invocada en esta.
Si lo pedido por el demandante excede de lo probado se le reconocerá solamente lo último.
En la sentencia se tendrá en cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del derecho sustancial sobre el cual
verse el litigio, ocurrido después de haberse propuesto la demanda, siempre que aparezca probado y que haya sido
alegado por la parte interesada a más tardar en su alegato de conclusión o que la ley permita considerarlo de
oficio.
PARÁGRAFO 1o. En los asuntos de familia, el juez podrá fallar ultrapetita y extrapetita, cuando sea necesario para
brindarle protección adecuada a la pareja, al niño, la niña o adolescente, a la persona con discapacidad mental o
de la tercera edad, y prevenir controversias futuras de la misma índole.
PARÁGRAFO 2o. En los procesos agrarios, los jueces aplicarán la ley sustancial teniendo en cuenta que el objeto de
este tipo de procesos es conseguir la plena realización de la justicia en el campo en consonancia de los fines y
principios generales del derecho agrario, especialmente el relativo a la protección del más débil en las relaciones de
tenencia de tierra y producción agraria.
En los procesos agrarios, cuando una de las partes goce del amparo de pobreza, el juez de primera o de única
instancia podrá, en su beneficio, decidir sobre lo controvertido o probado aunque la demanda sea defectuosa,
siempre que esté relacionado con el objeto del litigio. Por consiguiente, está facultado para reconocer u ordenar el
pago de derechos e indemnizaciones extra o ultrapetita, siempre que los hechos que los originan y sustenten estén
debidamente controvertidos y probados.
En la interpretación de las disposiciones jurídicas, el juez tendrá en cuenta que el derecho agrario tiene por
finalidad tutelar los derechos de los campesinos, de los resguardos o parcialidades indígenas y de los miembros e
integrantes de comunidades civiles indígenas.”
“Artículo 282. Resolución sobre excepciones
En cualquier tipo de proceso, cuando el juez halle probados los hechos que constituyen una excepción deberá
reconocerla oficiosamente en la sentencia, salvo las de prescripción, compensación y nulidad relativa, que deberán
alegarse en la contestación de la demanda.
Cuando no se proponga oportunamente la excepción de prescripción extintiva, se entenderá renunciada.
Si el juez encuentra probada una excepción que conduzca a rechazar todas las pretensiones de la demanda, debe
abstenerse de examinar las restantes. En este caso si el superior considera infundada aquella excepción resolverá
sobre las otras, aunque quien la alegó no haya apelado de la sentencia.
Cuando se proponga la excepción de nulidad o la de simulación del acto o contrato del cual se pretende derivar la
relación debatida en el proceso, el juez se pronunciará expresamente en la sentencia sobre tales figuras, siempre
que en el proceso sean parte quienes lo fueron en dicho acto o contrato; en caso contrario se limitará a declarar si
es o no fundada la excepción.”
De manera generalizada, se podría decir que la sentencias siempre deben
ser congruentes con los hechos, pretensiones de la demanda, así como con
las excepciones de la contestación de la demanda, sin embargo ese
principio ha merecido por vía normativa y jurisprudencial ciertas
alteraciones, es así que para asuntos de familia (el juez puede fallar extra o
ultra petita, cuando sea necesario brindarle protección adecuada a la pareja,
al niño niña o adolescente o persona de la tercera edad (párr.1º art.281
CGP), agrarios (proteger al menos favorecido, al campesino), laborales (se
puede fallar extra o ultra petita cuando se traten de ciertas situaciones que
le sean favorables al trabajador), en asuntos administrativos (según
jurisprudencia cuando el juzgador encuentre otros fundamentos de derecho
diferentes a los expuestos de la demanda, o también en relación a ordenar
declaraciones diferentes a las pedidas, cuando estas se traten de medidas
no patrimoniales), y en los procesos en que se protejan los intereses de la
comunidad en general. Por último, por regla general, cuando la sentencia
que se emita sea totalmente absolutoria (CSJ, Cas. Civ. 2 de febrero de
2009 Exp. 1195 11220 01)
Adicionalmente, según el artículo 281 inc. 3 CGP el juez puede emitir fallos
de “mínima petita”, en los eventos en que en la demanda hayan hecho
ciertas peticiones, de las cuales tan solo se logren demostrar parte de estas,
debe el juez reconocer solamente lo que se alcanzaron a probar.
Existen mucho fallos de tutela emitidos por la Corte Constitucional, que han
conceptuado el principio de congruencia, y que por ende la incongruencia
de las sentencias puede dar lugar a una vía de hecho (tema que se tratara
más adelante), pues sobre el particular existen varios pronunciamientos que
se pueden consultar con provecho. Existe también variedad de sentencias
(v.gr. la SU-327 de 1995 M.P. Carlos Gaviria Díaz y T-741 DE 2000 M.P.
Alfredo Beltrán Sierra) que se concentran en el análisis del principio de
congruencia frente a procesos penales en los que también está en juego el
principio de no reformatio in pejus (artículo 31 C.P.); en otras ocasiones
(i.e. T-322 de 1994 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz), las consideraciones
alrededor del principio de congruencia tienen que ver con la posibilidad que
se le reconoce al juez de tutela de fallar más allá -por fuera- de las
pretensiones consignadas en la demanda de amparo. Sin embargo en aras
de dar más practicidad a este documento, queremos traer a colación dos
jurisprudencias, que ha nuestro modo de ver sirven de ejemplo de
situaciones claras en que la administración de justicia se ha apartado del
principio de congruencia, dando lugar a sentencias “incongruentes” pero que
están constitucionalmente fundamentadas.
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Sentencia 2014-01139 de octubre 26 de 2017, CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO, SECCIÓN SEGUNDA, SUBSECCIÓN B, Expediente 250002342000201401139 01,
Consejero Ponente: Dr. César Palomino Cortés
haya dado a la demanda, a su contestación o a los medios de convicción,
pues en tales supuestos el motivo de casación aplicable es el primero.
Por tanto -ha dicho la Corte-, al momento de formular un ataque por esta
causal, no puede el recurrente soportarse en errores de juicio en que hubiere
podido incurrir el sentenciador, los cuales sólo podrían tener acogida bajo la
causal primera, de suerte que ‘si la disonancia proviene del entendimiento
de la demanda o de alguna prueba, la falencia deja de ser in procedendo
para tornarse en in iudicando, la cual tiene que fundarse necesariamente en
la causal primera de casación, ya que de existir el yerro, éste sería de juicio
y no de procedimiento’ (CCXLIX, Vol. II, 1468)’ (Cas. Civ., sentencia de 19
de enero de 2005, expediente No. 7854; se subraya) (AC, 19 sep. 2013, rad.
n° 2004-00096-01).
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Sentencia T 152 DE 2013
5
Sentencia T450 de 2001
con mayor razón cuando éstos no proceden, "se traduce inexorablemente
en la violación definitiva de su derecho de defensa (artículo 29 C.P.)”6
4. DERECHO COMPARADO:
(España)
La exigencia de congruencia de las resoluciones judiciales constituye uno
de los principios basilares de todos los procesos judiciales, entendiéndose
que las infracciones al mismo afectan a las raíces mismas del proceso y de
la sentencia (Guasp). Paradójicamente, sin embargo, no existe precepto
explícito alguno dentro de la Ley de Procedimiento Laboral que recoja, ni
siquiera indirectamente, las diversas manifestaciones de la incongruencia
prohibida. En la regulación correspondiente a la sentencia, que suele ser el
lugar donde se viene a recoger en los textos procesales el presente
principio, la ley se ocupa básicamente de la descripción de las diferentes
partes de su contenido antecedentes de hechos, declaración de hechos
probados, fundamentos jurídicos y fallo, centrando su atención en la debida
motivación de la resolución judicial.
Aunque la legislación ordinaria ubica la incongruencia en relación con la
parte dispositiva de las sentencias, se viene entendiendo que la misma
afecta a cualquier resolución judicial que solventa una cuestión
definitivamente, incluyendo pues los autos (Serra Domínguez). En este
orden de ideas se situará también nuestro TC, incluyendo por ejemplo a los
autos relativos al proceso ejecutivo (por todas, STC 33/1987, de 12 de
marzo, BOE, de 24 marzo; 152/1990, de 4 de octubre, BOE, de 6
noviembre). Más aún, en el caso de los autos de ejecución recordará la
limitación del objeto, que refuerza las exigencias de congruencia:
6
Sentencia T 152 DE 2013
Asimismo, la jurisprudencia constitucional también tomará nota de que el
principio de congruencia impone que sólo se pueden abordar por parte del
órgano judicial aquellas alegaciones que hayan sido formuladas por las
partes "oportunamente"; así, por ejemplo, considerará como no oportunas
las alegaciones efectuadas por las partes en el curso de las diligencias para
mejor proveer, por cuanto que la finalidad de este trámite procesal no
permite introducir cuestiones nuevas y lo contrario provocaría indefensión:
"Las diligencias para mejor proveer no constituyen un instrumento hábil para
que las partes puedan introducir nuevas alegaciones al proceso, sino un
recurso excepcional que dispone el juzgador para, una vez concluido el
juicio y antes de dictar sentencia, complementar el material probatorio
aportado, siempre y cuando la prueba practicada de oficio recaiga sobre el
thema probandi delimitado por las partes en su demanda y contestación. se
infringió el principio de congruencia, causando indefensión, en la medida en
que la resolución judicial se desvió de los términos en que fue planteada la
controversia procesal, produciéndose un fallo contrario a la causa petendi
de la pretensión y del objeto procesal deducido en el juicio oral" (STC
137/1992, de 13 de octubre, BOE, de 17 de noviembre).
CHILE
Como se aprecia, este principio opera dentro de los márgenes del proceso
iniciado. En el caso de los procesos contenciosos-administrativos que, como
requisitos de procesabilidad, requieren del agotamiento de la vía
administrativa previa, se ha planteado por parte de los servicios públicos
involucrados la aplicación del principio de congruencia entre la sede
administrativa y la sede judicial. En síntesis, esto implicaría que los
particulares que reclamen en sede administrativa, no podrían exponer en la
judicial más argumentación que la que haya sido entregada anteriormente.
Bibliografia;