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¿DIOS BENEVOLENTE O REBELDE SIN CAUSA?

Delimitar la novela de José Saramago Evangelio según Jesucristo es un gran reto,


se debe contextualizar, investigar más allá de lo que podamos encontrar en esta,
conocer datos del autor y tratar de entender cómo alguien que se autodefine como
ateo puede escribir sobre algo que para los católicos o cristianos es sumamente
importante y que en el libro de la vida “Biblia” hablar cosas que son mentiras,
levantar calumnia y jugar con el nombre de Dios y su hijo Jesucristo es llamado
blasfemia, a lo que siempre hay que tener temor ya que no es un juego.

Sin embargo el escritor toma el riesgo de recrear los hechos históricos, religiosos,
culturales a un alcance más humano, es decir, toma ejemplos de la realidad, esos
actos cotidianos que son visibles y se los atribuye a la vida de Jesús, por ejemplo
su rebeldía, su enamoramiento de María Magdalena y un sin número de acciones
que se combinan con la ficción y las leyes propias del autor; literarias, poéticas y
filosóficas…

… ¿Pero qué logra el autor con la lectura de esta novela?

Para muchos puede despertar inconformidad, en otros lectores sigue siendo un


escrito combinado de ficción e imaginación, como también se puede sentir
admiración y esta última es la que marca diferencia porque no es apoyar y afirmar
lo que el autor ha dicho, sino que en su forma de ser todo lo hace diferente, se
atreve a cambiar la temática y se arriesga a que su publicación así como puede
ser rechazada puede ser aceptada y aún más, darle reconocimiento en su carrera
como escritor. Muchas fueron las críticas y controversias que se crearon a partir
de la publicación de la novela ya que se narra hechos que si han sido narrados
sobre la vida de Jesús, solo que se cambia el punto de vista y la manera de
analizarlos.

Existen fuertes reflexiones de la novela donde se trata de convencer que es lo


verdaderamente prevalece, y justo ahí donde el ser humano entra en la
escogencia del bien o el mal, es decir, donde el bien necesita del mal y después
de la tormenta viene la calma, aceptando que la vida no es injusta sino que
humanamente recogemos lo que sembramos.

“No te acepto, no te perdono, te quiero como eres y, de ser posible, todavía peor
de lo que eres ahora, Por qué, Porque este Bien que yo soy no existiría sin ese
Mal que tú eres, un Bien que tuviese que existir sin ti sería inconcebible, hasta el
punto de que ni yo puedo imaginarlo, en fin, que si tú acabas, yo acabo, para que
yo sea el Bien, es necesario que tú sigas siendo el Mal, si el Diablo no vive como
Diablo, Dios no vive como Dios.” (Pág. 165)

A pesar de que el autor es ateo, deja abierto el camino de la religiosidad, lo divino


y es esto lo que hace que cada lector en su libre albedrío tome su posición, que es
comparado con las leyes que ha dictado Dios por el mundo, en sentido que como
seres humanos libres podemos escoger dos caminos o seguir a Jesús, su actuar,
su religiosidad, sus creencias, o elegimos el camino del mundo y todo lo que este
nos puede ofrecer. Como lectores podemos interrogarnos ¿Quién?, ¿Cómo?,
¿Por qué? Haciendo así pausas en la respectiva lectura y es quizás por esto que
logra llamar la atención la obra. Alcanzar a imaginarnos cada acción que describe
José Saramago sobre Jesús al volverlo un ser humano como cualquiera de
nosotros hasta el punto de ocupar un lugar en la memoria de cada uno, que no se
olvide fácil ese actuar que el autor le ha atribuido a el protagonista, Jesús.

Sin dudar de lo que ya está escrito en la Biblia como lector surge


cuestionamientos que si necesitan una profunda revisión, que pueda acercarnos a
respuestas claras, pero justo ahí es donde podemos darle entrada al diablo,
porque Dios es un ser divino y sus acciones con los humanos muchas veces no
tienen explicación, es cuestión de aceptar con humildad su voluntad y esperar en
su tiempo prontas respuestas, pero quien nos confirma que si es así como lo
pensamos o sí seguimos en el error. La Divinidad tiene un poder en cada uno de
los creyentes ya que nos conlleva al destino de cada uno. A estas dudas
podemos darle el nombre de inescrutable y compararlas con los designios de
Dios, es decir, que no puede ser comprendido o averiguado.

Hay mucho que decir sobre esta novela, crítico – reflexivo, tanto como literario y
filosófico. Pero siguiendo el hilo de lo que se viene hablando que es bastante
crítico y reflexivo en ciertas partes de la obra es obligación como buen lector hacer
pausas, releer y pensar en nosotros mismos, de qué somos capaces, hasta dónde
podemos llegar y cómo razonamos en los momentos difíciles que la vida nos
presenta.

Finalmente y de manera general podemos reflexionar en la forma cómo el escritor


buscando respuestas a sus interrogantes e información sobre sus antepasados
explota un montón de ideas universales y planteamientos filosóficos que pueden
conllevarnos a nuestro propio sentir y creencias generando un poco de paz en
todas y aquellas controversias presentadas por los interrogantes, que aunque no
hay respuesta definida al menos quedamos con la tranquilidad que el único
perfecto en el mundo es Dios y que es de humanos errar, aceptarlos e intentar
cambiar, esto podemos extraerlo al hacer la comparación del Jesús que describe
Saramago y el Jesús que hemos conocido religiosamente.

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