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Algunos dicen que nos estamos dirigiendo a la extinción; otros, a una dorada era de paz. Pero, ¿qué dice
Dios?
01 DE MAYO DE 2017
POR PERSONAL DE MINISTERIOS EN CONTACTO
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La revista Scientific Amea revista Scientific American publicó un artículo que consideraba qué tipo de
futuro podía esperar la humanidad. Entre las preocupaciones por los brotes del virus del ébola, el
holocausto nuclear y la manipulación de los genes humanos, estaba: “¿Tiene la humanidad un futuro más
allá de la Tierra?”. Después de evaluar ambientes potenciales en otros lugares del sistema solar, un
cosmólogo y astrofísico británico llegó a la conclusión de que la emigración en masa de nuestro planeta es
un “espejismo peligroso”.
Pero, irónicamente, vale la pena considerar esa misma pregunta desde un punto de vista espiritual. La
Biblia describe también un destino para los habitantes del mundo: un cielo nuevo y una Tierra nueva.
Pero, a diferencia del espacio exterior, será un ambiente perfectamente adecuado para nosotros.
Comience preguntando al Espíritu Santo qué desea que usted aprenda de estos pasajes. Después, léalos y
escriba sus primeras impresiones: ¿Qué preguntas tiene usted? ¿Hay algo que no está claro?¿Qué
versículos hablan a su situación actual, y cómo lo hacen?
Génesis 1-2 Durante el relato de la creación, Dios dijo: “Haya…” o simplemente “Sea …” y todo lo que
Él dispuso llegó a existir. Pero esto cambió en Génesis 1.26, cuando dijo: “Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza”. Luego, en el capítulo 2, descubrimos que Dios “formó al hombre
del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida”, e hizo a Eva de la costilla de Adán (Génesis 2.7,
22).
Nada más en la creación de Dios recibió tal atención personal, práctica y directa, como la humanidad.
Adán y Eva no solo fueron creados a imagen de Dios, y diseñados y formados personalmente por Él, sino
que, además, se les dio autoridad sobre todos los animales y se les confió el cultivo y la conservación del
huerto. La humanidad fue la cúspide de la creación de Dios.
Génesis 3 Este capítulo presenta el origen de todos los problemas, adversidades y sufrimientos que
experimentamos hoy en el mundo. Cuando Adán y Eva pecaron, su condición y su ambiente perfectos se
perdieron. A partir de ese momento, la humanidad heredó una naturaleza pecaminosa, vivió en una tierra
maldecida y fue destinada a morir.
El deseo de eliminar la pobreza y la esclavitud, curar todas las enfermedades, superar la delincuencia y la
guerra, y lograr la inmortalidad por medio de la tecnología, nunca será una realidad mientras vivamos con
naturalezas pecaminosas en un mundo caído. Pero eso no significa que no tenemos esperanza. Jesucristo
—la simiente prometida a la mujer (Génesis 3.15)— vino a redimir a toda persona que crea en Él como
Salvador y Señor (Ro 5.17). Las condiciones que la humanidad sueña lograr con sus conocimientos y
esfuerzos, podrán ser una realidad solo por medio de Cristo cuando Él impere como Rey.
Jesucristo —la simiente prometida a la mujer (Génesis 3.15)— vino a redimir a toda persona que
crea en Él como Salvador y Señor.
Apocalipsis 21-22 En estos capítulos, leemos el final de la historia o, mejor dicho, el comienzo de la
existencia eterna de la humanidad redimida. Todos los problemas que nos han afligido a lo largo de la
historia, como muerte, violencia, angustia, egoísmo y dolor, ya no existirán. Este pasaje habla del día
cuando el cielo descenderá a la Tierra, y Dios habitará entre los hombres. Es una era donde no habrá
pecado ni maldición, porque las primeras cosas pasarán, y Dios hará nuevas todas las cosas (Apocalipsis
21.4, 5).
Los planes de Dios para la restauración de la humanidad del pecado, corrupción y muerte son gloriosos.
Pero, por desgracia, muchos nunca serán parte de ellos. Quienes se nieguen a recibir a Cristo como
Salvador, seguirán en su condición pecaminosa y sufrirán las consecuencias eternas de una vida no
redimida (Apocalipsis 21.8).
REFLEXIONE
Escriba sus ideas en un diario.
Muchas personas sueñan con un ambiente utópico para la humanidad, y están tratando de hacerlo
realidad. Ha habido cristianos que han tratado de crear condiciones en cuanto al reino, para que Cristo
pueda recibir una Tierra y una humanidad restauradas cuando Él regrese. Además del desarrollo
sostenible, de la distribución igual de la riqueza para todos, de la justicia social, y del transhumanismo
(la teoría de que la humanidad puede evolucionar más allá de sus limitaciones actuales, especialmente
por medio de la tecnología), ¿qué otras cuestiones están incluidas en esta categoría?
Lea Isaías 13.9-13 y 24.1-6. ¿Qué dicen estos pasajes acerca de los intentos de las personas de
mejorarse a sí mismas y de restaurar la Tierra?
¿Qué dice la Biblia en cuanto a nuestros nuevos cuerpos y a la restauración de quienes pertenecemos a
Cristo? (Vea 1 Corintios 15.35-58; Filipenses 3.20-21).
¿Qué dice Dios que le ocurrirá al cielo y a la Tierra y a todas sus obras (2 P 3.10-14)? ¿Qué debemos
esperar? ¿Cómo debemos vivir?
Todos los problemas que nos han afligido a lo largo de la historia, como muerte,
violencia, angustia, egoísmo y dolor, ya no existirán.
RESPONDA
Es muy fácil olvidar que este mundo no es nuestro hogar. Por necesidad, la mayor parte del tiempo la
dedicamos a satisfacer nuestras necesidades materiales, atender a nuestra familia, cultivar relaciones e
innumerables actividades más. Ninguna de estas cosas es mala, pero pueden desviar nuestra atención de
nuestra esperanza eterna y de la redención final de Dios. Piense en lo que está consumiendo su tiempo.
A veces, necesitamos preguntarnos si hemos comenzado a dar más prioridad a este mundo que al
futuro. ¿Nos gustaría que Jesús pospusiera su venida, hasta que hayamos disfrutado un poco más de los
placeres de este mundo?
REPASE
Memorice Colosenses 3.1-4, y pida al Señor que le ayude a centrar sus pensamientos y anhelos en la
eternidad con Él. Luego, permita que cada dificultad, dolor y pérdida que encuentre, sea un recordatorio
del día en que toda dificultad pasará, y que todo será hecho nuevo. Lea otra vez los dos capítulos finales
de Apocalipsis, y dígase a sí mismo: “Este es mi futuro. Un día estaré aquí”.
Respuesta: La mayoría de los cristianos desean realmente entender el plan de Dios para sus
vidas. Sin embargo, hay muchas preguntas: ¿cómo puedo descubrir el plan de Dios? ¿Cómo
puedo estar seguro? Afortunadamente, la biblia brinda muchos principios importantes respecto
de la voluntad de Dios. Dios no está tratando de ocultar su voluntad para nuestras vidas; él
quiere que sus hijos sepan su voluntad y la sigan.
Primero, la biblia está llena de afirmaciones claras sobre el plan de Dios que se aplican a todos
los creyentes. Por ejemplo, 1 Tesalonicenses 5:16-18 enseña, "Estad siempre gozosos. Orad
sin cesar; Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús". Estas tres actividades, estar gozosos, orando y dando gracias, son la voluntad de Dios
para todos los creyentes, independientemente de otras circunstancias.
En segundo lugar, podemos comprender mejor el plan de Dios para nuestras vidas cuando lo
seguimos de cerca. Romanos 12:1-2 nos da una promesa: "Así que, hermanos, os ruego por
las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio
de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta". Cuando dedicamos nuestras vidas a Dios y nos alejamos de los
principios de este mundo, preparamos nuestros corazones para escuchar a Dios (ver también 1
Pedro 4:2).
Cuarto, Dios a veces nos revela o confirma sus planes a través de otros medios, incluyendo las
circunstancias personales, las relaciones, o incluso los sueños. Sin embargo, estas áreas son a
menudo más subjetivas, y debemos evaluar cuidadosamente esas señales de acuerdo a lo que
Dios ya ha dicho claramente en las escrituras.
¿Tiene Dios un plan? ¡No, jamás! Hacer un plan significa diseñar una estimación del trabajo
que se ha de hacer en el futuro. Con frecuencia es la tentación del éxito lo que nos inspira a
arrojarnos de lleno en las actividades. Queremos devenir el éxito del futuro. Por eso, los planes
nos ayudan hasta un cierto punto. Pero Dios no necesita ningún plan. Para Él, la visión del
Futuro no es algo que se haya de cumplir sino algo que ya habita y, más aún, que cobra mucha
importancia en el seno gigante del presente.
El mundo ha estado siempre cautivado por el movimiento, aquí, allá y en todas partes. La
disminución del movimiento entusiasta es la ruina de la vida humana. Cada movimiento ha de
pasar por altibajos antes de alcanzar su meta. El movimiento es la expresión externa de un
impulso interno. Este impulso interno es el representante de la Voluntad de Dios en un cuerpo
humano, buscando jugar con el Más Allá y despertar lo Infinito dentro de lo finito.
Dios no tiene plan. Tampoco lo necesita. Él no es un ser mental que no puede pensar en el
futuro sin un plan. Lo que Dios es, es Deleite. Lo que Dios quiere que tengamos es Deleite.
Únicamente podemos tenerlo volviendo todo lo que tenemos y todo lo que somos hacia la
Realidad Suprema.
Algunas personas dicen que el mundo ha llegado a existir a partir de un plan concebido por
Dios. Ven que el mundo está lleno de sufrimiento y de imperfección, y sienten que ellos podrían
haber hecho un mundo mejor si se les hubiera dado la oportunidad. A ellos les digo: «¿Quién se
lo impide? Son ustedes quienes tienen que cultivar el suelo para recoger una cosecha
abundante de perfección y satisfacción».
La interpretación que el hombre hace del sufrimiento y de la imperfección está basado en sus
ideas y nociones mentales preconcebidas. La interpretación de Dios está basada en Su Visión
directa en su Realidad absoluta y última. La interpretación del hombre necesita justificación.
Pero la interpretación de Dios no necesita ninguna justificación, puesto que Él es al mismo
tiempo la Verdad personificada y la Verdad revelada.
De manera similar, un hombre espiritual mira a Dios desde un ángulo diferente que un hombre
común. Aquel siente que Dios tiene todo y es todo, lo manifestado y lo no manifestado. Su Dios
está en un proceso eterno de Perfección siempre-progresivo. Sin embargo, un hombre común
siente que Dios todavía tiene que lograr algo para transformar el mundo.
Dios es un niño, un eterno Niño divino. ¿Cómo puede un niño tener un plan? ¡Imposible! Así
como un niño humano juega con sus muñecos, vistiéndolos y cuidándolos, Dios, el Niño divino,
hace lo mismo con sus muñecos, los instrumentos humanos. Pero Dios, siendo el Niño divino,
cualquier cosa que hace, la hace de una manera consciente, significativa y divina.
https://es.srichinmoy.org/espiritualidad/hombre_y_Dios/el_plan_de_Dios
INDICE
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¿Cuál fue la condición bajo la cual las criaturas humanas perfectas de Dios pudieran disfrutar de la vida
eterna en la tierra?
¿Cuál es la penalidad divina para el pecado, y cuál fue el engaño de Satanás al respecto?
¿Fue engañado Adán por Satanás en cuanto a la penalidad por el pecado?
¿Cuál pudiera haber sido la razón de que Adán decididamente transgredió la ley de Dios?
Explique por qué la prole de Adán heredó la condena de muerte.
¿Cuál es una de las maneras por la cual la Biblia describe el reinado del pecado y de la muerte?
¿Cómo se revela la ira de Dios desde el cielo?
Material de Referencia
“La Reconciliación Entre Dios y el Hombre,” páginas 407-409
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¿Abandonó Dios a nuestros primeros padres sin esperanza cuándo pronunció la sentencia de muerte
sobre ellos?
¿Qué dijo Eva que indica que ella pudiera haber pensado que su hijo Caín fue la “simiente” mencionada
por Dios?
¿Quién es la “Simiente” de la promesa que “magullará” aún la cabeza de la “serpiente”; y qué significará
la realización completa de esta promesa en la experiencia humana?
¿Qué promesa hizo Dios a Abrahán acerca de la simiente?
¿Qué explicación hace Pablo en cuanto a la Simiente y quién la será?
Explique como el amor de Dios proporcionó la liberación de la humanidad del pecado y de la muerte.
Describa las condiciones que se obtendrán en la tierra cuando son quitadas las consecuencias de la
caída.
Material de Referencia
(A) “El Plan Divino de las Edades,” páginas 196, 197
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El Salvador y la Salvación
CUANDO nació Jesús, un ángel anunció que él sería el Salvador. (Lucas 2:11) El plan de Dios de la
salvación para la raza moribunda requirió el sacrificio de una vida humana perfecta como un sustituto por
la vida perdida del hombre perfecto, Adán. Pero cada miembro de la raza adámica fue caído e imperfecto
de modo que ninguno pudiera llegar a ser un Redentor y Salvador.—Rom. 3:10; Sal. 49:7
El amor abundante de Dios por la raza humana caída lo impulsó a enviar a su propio Hijo amado al mundo
para que él pudiera ser el Salvador. (Juan 3:16; 1 Juan 4:14) A fin de proporcionar la salvación de la muerte,
fue necesario que Jesús se hiciera hombre, que fue cumplido por el hecho de que nació de una madre
humana. (Heb. 2:9,14) Jesús de buena gana entregó su vida para proveer la salvación para la raza condenada
y moribunda.—Juan 6:51
Jesús amó al mundo de la humanidad y no sólo dio su propia vida para que la gente pudiera vivir, sino
también soportó mucho sufrimiento y aflicción. (Isa. 53:3-7) Dándose cuenta de lo que Jesús sufrió a favor
de nosotros, esto debe motivarnos a desplegar nuestro amor y lealtad por él y por su Padre Celestial, ya que
se dio a sí mismo para ser nuestro Redentor y Salvador.
La Biblia usa la palabra “rescate” para describir lo que se llevó a cabo a favor de nosotros por medio de
la muerte de Jesús. (1 Tim. 2:5,6) La palabra “rescate”, como se utiliza en la Biblia con respecto al plan
divino de la redención, significa un precio correspondiente. El hombre perfecto Jesús se hizo un sustituto
en la muerte por el hombre perfecto Adán, que perdió su vida a causa de la desobediencia a la ley divina.
La Biblia declara que la penalidad por el pecado es la muerte, pero que Dios ha hecho la provisión para
la vida eterna mediante el don de su Hijo amado como el Redentor y el Salvador. (Rom. 6:23) Esto significa
que al debido tiempo de Dios cada miembro de la raza adámica tendrá una oportunidad de aceptar la
provisión del amor de Dios y así ser rescatado de la muerte.—1 Cor. 15:22
El don de Dios de la vida mediante Cristo está disponible sólo por la fe y la obediencia. Sin embargo, hay
que informarse de esta provisión de vida para creer. (Rom. 10:14,15) La gran mayoría de la humanidad
murió sin haber recibido el conocimiento verdadero de Cristo; pero esto no significa que no tendrán aún una
oportunidad de creer en él y de obtener la salvación, pues ellos serán “salvos”, o despertados de la muerte,
para este propósito.—1 Tim. 2:3-6
La Biblia nos habla de aquel futuro tiempo de la bendición del pueblo cuando el conocimiento del Señor
llenará la tierra y cuando todos conocerán al Señor y unidamente le servirán a él.—Isa. 11:9; Sof. 3:9
Aquellos que creen en Cristo ahora y se dedican para hacer la voluntad de Dios se consideran justificados
sobre la base de la fe. (Rom. 4:24) Éstos ya no son enajenados de Dios debido a la condena adámica, sino
que están reconciliados con él por la fe. (Rom. 5:1; 8:1) Si estos seguidores leales y consagrados de Jesús
siguen fieles hasta la muerte durante esta Edad Evangélica, ellos serán recompensados con el maravilloso
premio de la inmortalidad.—2 Ped. 1:4; Rom. 2:7; 1 Cor. 15:53,54
Material de Referencia
“La Reconciliación Entre Dios y el Hombre,” página 417, par. 2 hasta la página 420
¿Cuáles son los requisitos del discipulado cristiano establecidos por Jesús?
¿Se esperará en general que el mundo de la humanidad satisfaga estos requisitos a fin de disfrutar de
la vida eterna en la tierra?
¿Qué quiso decir Jesús con la expresión “negarse a sí mismo”?
¿Qué significa llevar su propia cruz?
¿Cuáles son algunas recompensas presentes disfrutadas por aquellos que entregan sus vidas por la
causa divina?
¿Cuáles son las futuras recompensas por aquellos que sufren y mueren con Jesús?
¿Cuál es el objetivo de vivir y reinar con Cristo?
Material de Referencia
“La Nueva Creación,” página 443, par. 2, y página 444
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Explique la diferencia entre el punto de vista de los evolucionistas en cuanto a la creación y la verdad
presentada en la Biblia.
¿Cuál es la orden más alta de la creación terrenal, y cuál es una de las palabras de la Biblia usada al
respecto?
¿Es el hombre una mezcla de naturalezas terrenales y espirituales? ¿Cuál fue uno de los aspectos de la
gloria con la cual fue dotado Adán por su Creador?
¿Es el hombre capaz de desenredarse de las consecuencias de su pecado? Explique la provisión de Dios
para la restauración del hombre a la vida y a su dominio perdido.
¿Qué palabra usa el Apóstol Pedro para describir la restauración de la humanidad?
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 177-181
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¿Cuántas veces aparece la palabra “celestial” en la Biblia, cuál es la palabra griega de la cual se traduce
y cuál es su sentido?
¿Qué otras palabras se usan en el Nuevo Testamento para traducir la palabra griega epouranios?
¿Cuál es el significado del contraste que hace Pablo entre las cosas del cielo y las cosas de la tierra?
¿Qué quiso decir el Apóstol Pablo con la expresión “reino celestial” y “llamamiento celestial”?
¿Qué dijo Jesús a Nicodemo sobre las cosas “celestiales”?
¿Son combinadas en un solo ser las naturalezas celestiales y terrenales? ¿Si no, por qué esperan los
seguidores de Jesús convertirse en seres celestiales en la resurrección?
¿Hay otros planos distintos de existencia “encima del cielo”?
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 185-189
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EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE
Lección VIII
La Esperanza de la Inmortalidad
AQUELLOS que poseen la inmortalidad viven eternamente, pero la vida eterna no es necesariamente la
inmortalidad. Si nuestros primeros padres hubieran permanecido obedientes a su Creador y si se les hubiera
permitido seguir tomando de los árboles dadores de vida en Edén, ellos habrían vivido para siempre, pero
no habrían sido inmortales.—Gén. 3:22-24
La inmortalidad es la indestructibilidad. Es una calidad de la naturaleza divina que fue poseída al principio
sólo por Dios y fue conferida a Jesús en el momento de su resurrección.—Juan 5:26; Heb. 1:3; Mat. 28:18
El Apóstol Pablo nos informa que Jesús sacó a luz la vida y la inmortalidad por el Evangelio. (2 Tim.
1:10) El Evangelio es las buenas nuevas de la salvación de la muerte por la sangre redentora de Jesucristo.
Durante la Edad Milenaria la vida eterna será ofrecida al mundo entero de la humanidad en la realización
de la promesa de Dios de bendecir a todas las familias de la tierra, pero aquellos que ahora aceptan a Cristo,
sobre la base de la fe, y dedican sus vidas al Señor se les promete la inmortalidad.—Rom. 2:7
Esto significa que los seguidores fieles de Jesús, en la resurrección, serán exaltados hasta lo sumo para
ser semejantes a él. (1 Juan 3:1-3) Ser semejante al Jesús resucitado significa ser un partícipe de la naturaleza
divina.—2 Ped. 1:4
Llegar a esta condición y posición exaltada implica la humildad y la fidelidad al Señor en la vida presente,
una fidelidad demostrada por un consentimiento de sacrificar la vida misma en el servicio del Señor. Y esto
debe ser una fidelidad perdurable que continua hasta la muerte.—Apoc. 2:10
El hombre fue creado mortal. Esto significa que la muerte fue una posibilidad, pero no una necesidad. La
muerte para los humanos se hizo una certeza debido al pecado. (Gen 2:17; Rom. 5:12) Los seguidores de
Jesús siendo miembros de la raza humana son, por naturaleza, mortales. Por medio de la fe, la condena de
la muerte es quitada de ellos, y entregan su humanidad justificada en sacrificio.—Rom. 5:18; 8:1
El Apóstol Pablo usa las palabras contrastantes “corruptible” e “incorruptible” para describir las
cualidades de la mortalidad y la inmortalidad, y él nos informa que en la resurrección los cristianos, quienes
son mortales ahora, o corruptibles, se visten de la incorruptibilidad. Para enfatizar Pablo repite este
pensamiento, usando las palabras mortal e inmortalidad.—1 Cor. 15:53,54
Pablo se refiere al tiempo cuando la muerte es sorbida en victoria. Esta es una de las promesas de Dios
del Antiguo Testamento que se aplica a la Edad Milenaria cuando la humanidad es restaurada a la vida
perfecta en la tierra. (1 Cor. 15:54,55; Isa. 25:7,8) Pero estas bendiciones de la vida eterna para los humanos
no pueden llegar al mundo de la humanidad hasta que todos los seguidores verdaderos de Jesús durante la
edad presente se hayan demostrado dignos de la exaltación a la inmortalidad. Entonces éstos vivirán y
reinarán con Cristo con el objetivo de destruir al gran enemigo, la muerte.—1 Cor. 15:25,26; Apoc. 20:6
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” página 212, par. 1, y página 213
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¿Por qué fue la muerte de Jesús una prueba tan grande para la fe de sus discípulos?
¿Cómo y cuándo descubrieron los apóstoles y otros discípulos de la Iglesia Primitiva que Cristo no
establecería su reino hasta su segundo advenimiento?
¿Qué seguridad fue dada a los discípulos por los dos ángeles después de la ascensión de Jesús? Cite la
promesa.
¿Con cuál gran obra vinculó el Apóstol Pedro el Segundo Advenimiento de Jesús?
Cite textos de las Escrituras para demostrar la importancia del regreso de nuestro Señor a la perspectiva
de la Iglesia Primitiva.
¿Se dieron cuenta los hermanos al principio de la Edad Evangélica que el regreso de Cristo estaba tan
lejos en el futuro con relación a su tiempo?
Explique la situación que fue una prueba tan severa para la fe de los hermanos de la Iglesia Primitiva, y
relacione esto con la esperanza de la aparición de Cristo.
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 92,93
¿Por qué sabemos que Jesús nunca volverá a la tierra como un ser humano? Cite la prueba bíblica.
¿Cómo fue posible que los discípulos vieran a Jesús después de que él había sido levantado de entre los
muertos? ¿Serán los seguidores de Jesús capaces de verlo algún día?
¿Cómo sabemos que el mundo de la humanidad nunca verá a Jesús otra vez?
¿Cómo y por qué medios disciernen los seguidores verdaderos de Jesús en la conclusión de la edad
actual el hecho de su regreso y de su segunda presencia?
Explique lo que Jesús quiso decir con su amonestación de “velar”. ¿Cuándo y cómo “verá” finalmente el
mundo entero a Jesús?
Material de Referencia
“El Tiempo Ha Llegado,” páginas 106-108
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Explique lo que el Apóstol Pablo quiso decir con la expresión: “usar bien la palabra de verdad.”
¿Cómo describe la Biblia el mundo antediluviano?
¿Qué nombre da la Biblia al período de tiempo que comienza con el Diluvio, al cual nos referimos a
veces como “el mundo de hoy”?
¿Cómo describe la Biblia “el mundo de mañana,” y cuando comienza este mundo?
¿Interfiere Dios con la maldad de este “presente siglo malo”? ¿Cuál será uno de los factores para
cambiar esta situación en “el mundo venidero”?
¿Serán perseguidos por siempre los siervos justos de Dios?
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 65-70
Resumen de los Pensamientos Importantes
A fin de entender las enseñanzas de la Biblia, es esencial conocer las divisiones de tiempo en el plan de
Dios y aplicar las promesas y profecías de la Biblia a los períodos de tiempo apropiados.
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Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 70-75
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¿Qué es “el día del Señor” mencionado en las profecías de la Biblia, y por cuánto tiempo dura?
¿Qué quiere decir la Biblia con la expresión: “los días del Hijo del hombre”?
¿Cómo describieron el Profeta Joel y el Profeta Daniel “el día del Señor”?
¿Cuál es el día de la “venganza de Jehová”? Explique lo que se llevará a cabo durante este “día”
profético.
¿Cuáles son “los últimos días” mencionados en las profecías, y qué ocurre durante estos “días”?
¿Por cuánto tiempo seguirá la obra de destruir el mal?
Material de Referencia
“La Batalla de Armagedón,” páginas 11-20
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¿Cuál fue uno de los objetivos principales del primer advenimiento de Cristo? ¿Cuál ha sido la obra del
Señor en la tierra desde la muerte y la resurrección de Jesús?
¿Cuál es uno de los objetivos principales del regreso de Cristo a la tierra en su segundo advenimiento?
¿Cómo describe Pedro este futuro logro?
Cite algunas profecías de Isaías acerca de “los tiempos de la restauración de todas las cosas.”
¿Cómo sabemos que los hijos serán levantados de entre los muertos durante “los tiempos de la
restauración”?
¿Cuál es uno de los símbolos del reino de Cristo? ¿Qué aseguramiento se nos da en una de las profecías
de Miqueas en la cual se usa este símbolo?
¿Cómo se describen a veces los muertos en el Antiguo Testamento, y cómo se promete su resurrección?
¿Cuándo se llenará la tierra con el conocimiento del Señor?
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 92-94
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EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE
Lección XV
El Reino de Cristo
EL REINO de Cristo es un tema muy prominente de la Biblia. Se menciona a veces como el reino de
Dios, que es muy apropiado, ya que Dios es el que hizo la provisión para que su Hijo pudiera establecer el
reino en la tierra. También se menciona a veces como el reino de los cielos, que enfatiza que este gobierno
mundial de promesa no es de planificación ni de origen humano, sino es establecido y autorizado por el
Dios de los cielos.—Dan. 2:44
Algunas de las promesas y profecías de la Biblia que pertenecen al reino se refieren a sus gobernantes,
mientras que otras pertenecen a sus súbditos, es decir, a aquellos que tienen una oportunidad para ser
bendecidos por la administración de sus leyes justas. Jesucristo será el gran Rey, o el Gobernante, de este
reino.—Zac. 9:9,10; Apoc. 19:16; Juan 18:37
Asociados con Jesús como gobernantes en su reino serán aquellos que, durante la Edad Evangélica, se
han negado y fielmente han tomado su cruz para seguirle a él, y de buena gana beben de la copa de sus
sufrimientos. Se habla de ellos en las Escrituras como los que sufren y mueren con Jesús y que resucitan de
entre los muertos para vivir y reinar con él.—Apoc. 20:4
Jesús y sus seguidores no gobernarán como reyes humanos, sino como reyes divinos, y serán invisibles a
los ojos humanos. (Col. 1:13-15) Se les da a los seguidores de Jesús el aseguramiento de que ellos serán
como él.—1 Juan 3:1-3; 2 Ped. 1:4
Una de las ilustraciones que se da en la Biblia acerca del cambio de la naturaleza humana a la divina es
la de “nacer de nuevo.” Jesús explicó a Nicodemo que aquellos que nacen de nuevo son invisibles y
poderosos, como el viento. (Juan 3:6-8) El cambio de la naturaleza humana a la del espíritu ocurre en la
resurrección; y cuando Jesús fue levantado de entre los muertos él fue capaz de ir y venir invisiblemente,
apareciendo a sus discípulos sólo cuando lo quiso hacer.
En el reino de Cristo estos reyes invisibles y poderosos, o gobernantes, serán representados en la tierra y
entre los hombres por los siervos fieles de Dios que sufrieron y murieron a favor de la justicia antes del
primer advenimiento de Jesús. En la Biblia se hace referencia a éstos como los “padres”, y la promesa
consiste en que ellos deben hacerse “príncipes en toda la tierra.”—Sal. 45:16
El Apóstol Pablo explica que estos siervos fieles de Dios de la antigüedad serán resucitados a la
perfección humana, en lo que se describe como una “mejor resurrección.” (Heb. 11:35,39,40) Pablo
menciona los nombres de algunos de estos beneméritos de la antigüedad, pero las Escrituras indican que
hay muchos otros de aquellos de la antigüedad que demostraron su lealtad a Dios y serán utilizados en el
reino. Jesús también mencionó a los beneméritos de la antigüedad y habló del puesto de ellos en su reino.—
Mat. 8:11; Lucas 13:28,29
“Por medio de estas dos fases del Reino será cumplida la promesa hecha a Abrahán: ‘En ti y en tu simiente
serán benditas todas las familias de la tierra’ ‘Multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo y como
las arenas de la mar’—una simiente espiritual, y una simiente terrenal, ambas usadas por Dios como
instrumentos para bendecir al mundo. … Este pacto original [Rom. 11:17] tiene dos ramificaciones, cada
una de las cuales, en su resurrección, dará su fruto perfecto aun cuando diferente—las dos clases, la humana
y la espiritual, en poder del Reino.” (A)
Material de Referencia
(A) “El Plan Divino de las Edades,” páginas 302-306; “La Batalla de Armagedón,” página 625, par. 1,2
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¿Quiénes serán los súbditos del reino de Cristo, y qué bendiciones recibirán? ¿Cómo simboliza la Biblia
estas bendiciones?
Cite algunas Escrituras para demostrar que el reino de Cristo traerá paz a toda la humanidad.
¿Se preocuparán los súbditos del reino de Cristo de su alimento, ropa, y vivienda?
¿Seguirá la controversia religiosa durante los mil años del reino de Cristo? Cite algunos textos de la Biblia
con respecto a esta pregunta.
¿Quitará el reino de Cristo la plaga de las enfermedades y de la muerte?
¿Tendrán aquellos que hayan muerto una oportunidad de disfrutar de las bendiciones del reino de
Cristo?
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 110-114
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¿Cuál es la condición sobre la cual cualquiera de las criaturas inteligentes de Dios pueda disfrutar de la
vida eterna? ¿Cómo ha sido demostrado esto en todas partes de la tierra desde los días de Edén?
¿Qué provisión hizo Dios para dar vida al mundo condenado y moribundo?
¿Cuándo se le dará al mundo en general una oportunidad de aprender y de obedecer la voluntad de
Dios?
¿Cómo se les dará a aquellos que hayan muerto a través de las edades un conocimiento de la verdad?
¿Cómo se ilustra el otorgamiento de conocimiento al mundo en el Libro de Apocalipsis?
¿Quién será el gran Juez del mundo, y qué sucederá a aquellos que le desobedezcan?
¿Qué dijo Jesús en cuanto a la resurrección de los justos y de los injustos?
¿Qué parte tendrán los seguidores de Jesús en la futura obra de juicio? ¿Quiénes serán en aquel
entonces los representantes humanos de Cristo y de su iglesia verdadera?
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 145-150
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¿Por qué fallecerían los cristianos en la muerte si no hubiera ninguna resurrección de los muertos? ¿Se
les dará a todos aquellos que son levantados de entre los muertos la misma clase de cuerpo?
¿Cómo describe la Biblia el lugar que heredarán los cristianos?
¿Cómo sabemos que los seguidores del Maestro están incluidos en “las primicias” de la resurrección?
¿Cuál es uno de los objetivos de Dios en la exaltación de los cristianos a un plano espiritual de vida en
la “primera resurrección”?
¿Cómo describe la Biblia el plano de vida al cual son exaltados los cristianos? ¿Por qué se llama una
“corona de la vida”?
¿Cómo podemos estar seguros de que, si somos fieles, podemos llegar a este plano enaltecido de vida
con Jesús?
Material de Referencia
“La Reconciliación Entre Dios y el Hombre,” páginas 394-396
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¿Quiénes serán los gobernantes invisibles del reino de Dios? ¿Quiénes, en la tierra, representarán a los
gobernantes espirituales del reino de Cristo, y cómo se describe su resurrección?
¿Qué está implicado por la declaración de Jesús de que se verán los beneméritos de la antigüedad aquí
en la tierra durante el reino?
¿Qué quiso decir Pablo en su declaración concerniente a los beneméritos de la antigüedad que serían
“hechos perfectos”?
¿Qué está implicado por la promesa de que los beneméritos de la antigüedad “resplandecerán” cuando
sean resucitados de entre los muertos?
¿Qué quiso decir el Profeta Isaías con la promesa de que los jueces y los “consejeros” serían levantados
en el reino?
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 295-299
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EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE
Lección XX
La Resurrección General
Parte I
EL MUNDO entero de la humanidad será despertado del sueño de la muerte en la resurrección general,
con la excepción de las clases vencedoras que ya habrán sido resucitadas, es decir, los que han hecho “lo
bueno.” (Juan 5:28,29) Aquellos que son despertados de la muerte en la resurrección general son descritos
por Pablo como los “injustos.” (Hechos 24:15) Éstos son “injustos”, o no justificados, porque, por una falta
de entendimiento u oportunidad, ellos nunca se dedicaron totalmente para hacer la voluntad de Dios.
La resurrección general de los muertos se enseña en el Antiguo Testamento así como en el Nuevo
Testamento, aunque la palabra “resurrección” no aparece en el Antiguo Testamento. Una de las palabras
usadas en el Antiguo Testamento para describir la resurrección es “volver”. En una oración, Moisés usó esta
palabra para describir su esperanza de la resurrección.—Sal. 90:3
Los muertos deben ser restaurados a la vida porque han sido redimidos, o “rescatados”, por la sangre de
Cristo. El Profeta Isaías escribió acerca del tiempo cuando “volverían” los “redimidos de Jehová,”—Isa.
35:10
La palabra “volver” también es usada por el Profeta Ezequiel para describir el despertar de los muertos.
Ezequiel profetizó el “regreso” de los israelitas, los sodomitas, y los samaritanos de entre los muertos,
asegurándonos de que serán restaurados “a su primer estado” de vida.—Ezeq. 16:55
El Profeta Jeremías relata una promesa del Señor que asegura a las madres que sus hijos muertos serán
restaurados a la vida. (Jer. 31:15-17) En esta promesa, la vida y los muertos son poéticamente representados
morando en dos países o tierras distintas. La restauración a la vida se describe como el cruzar de la frontera
de la tierra de muerte a la tierra de vida. La expresión “volver de nuevo” se utiliza para denotar este regreso
a la tierra de vida.
En el Antiguo Testamento la restauración de los muertos también se compara con un despertar del sueño.
(Dan. 12:2) En esta promesa se habla acerca de los muertos que duermen en el polvo de la tierra. Este
lenguaje nos recuerda del relato en Génesis de la desobediencia del hombre y de la condena a la muerte,
cuando el Señor dijo a Adán que volvería al polvo. (Gen 3:19) La promesa de que los que duermen en el
polvo de la tierra se despertarán indica que todos quienes fueron condenados a la muerte por causa de Adán
serán restaurados a la vida mediante Cristo.—1 Cor. 15:21-23
En más de una ocasión Jesús se refirió a aquellos que murieron como estar dormidos. Un gobernante de
Israel suplicó que Jesús restaurara la vida de su hija muerta. Cuando Jesús llegó a la casa, dijo que la
muchacha no estaba muerta, sino estaba durmiendo. (Mat. 9:24-26) Jesús restauró la vida de la muchacha
muerta, así que, simbólicamente hablando, la despertó del sueño. Esto fue una ilustración de la resurrección
general de los muertos, cuando todos quienes duermen en la muerte serán despertados.
Jesús también se refirió a Lázaro, quien había muerto, como dormido y dijo a sus discípulos que él se iba
para despertarlo del sueño. (Juan 11:11-14) Regresando a Betania, y a la casa de Marta y María, las hermanas
de Lázaro, Jesús lo despertó de la muerte, proporcionando así otra ilustración de la resurrección general.—
Juan 11:43,44
Material de Referencia
“La Nueva Creación,” páginas 712-718
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¿Está seguro usted de que habrá una resurrección de todos los muertos? Tener tal esperanza hace que
las cargas de la vida actual sean mucho más ligeras.
Explique como se usa la palabra “cautivo” en la Biblia con respecto a aquellos que hayan muerto.
¿Cómo sabemos que el infierno entregará a sus muertos?
¿En qué sentido llevará Jesús una “multitud de cautivos”?
Explique la diferencia entre la resurrección de los beneméritos de la antigüedad y del “rebaño
pequeño,” y de aquellos que saldrán en la resurrección general.
¿De qué manera serán favorables las condiciones para quienes son despertados de la muerte en la
resurrección general?
¿Qué es la “calzada” mencionada en Isaías 35:8?
¿Cuál será el destino de aquellos que no progresen en la “calzada”?
Describa la condición de la raza humana al final del Milenio.
Material de Referencia
“La Reconciliación Entre Dios y el Hombre,” página 378, par. 1-3, y página 379, par. 1,2
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¿Se ha preguntado usted alguna vez cómo sería el mundo si toda la gente amara y sirviera al Creador,
al Dios verdadero y vivo, y no fuera influenciada por el pecado y la muerte? Las respuestas a estas
preguntas revelan cómo y cuándo tal condición se hará una realidad.
¿Cómo sabemos que Adán estaba en una relación de pacto con el Señor antes de que él pecara?
¿Puede alguien vivir para siempre sin el favor de Dios?
¿Cuál es uno de los símbolos de la Biblia acerca del pecado, de las enfermedades, y de la muerte?
¿Cómo proveyó Dios a los israelitas una oportunidad de evitar la muerte?
¿Qué fue demostrado por el fracaso de Israel de guardar la Ley? ¿Cuándo se hará el Nuevo Pacto, y
quién será su Mediador?
¿Cuál será el último y completo resultado del Nuevo Pacto, y cuándo será realizado totalmente?
Material de Referencia
“La Reconciliación Entre Dios y el Hombre,” páginas 27-31
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EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE
Lección XXIII
No Habrá Más Muerte
LA EXPRESIÓN “muerte natural” se utiliza a menudo en contraste con la muerte accidental, o la muerte
en el campo de batalla. Sin embargo, por lo que a los humanos les toca, la muerte nunca es natural. El
hombre fue creado para vivir y no morir. La muerte se hizo una parte de la experiencia humana debido al
pecado. (Rom. 5:12) Después de la transgresión de la ley divina por nuestros primeros padres, ellos fueron
expulsados del Jardín de Edén y se les prohibió tomar del árbol de la vida, no sea que vivieran para siempre.
(Gen 3:22,23) Esto implica que el hombre habría sido capaz de seguir viviendo en perfección, si Dios le
hubiera permitido disfrutar de las bendiciones que se le había provisto.
A causa del amor de Dios por sus criaturas humanas, y a pesar de que hubieran desobedecido su ley, él
proveyó un medio de escape de la muerte. Esta provisión fue Cristo y su sangre redentora, que fue la
propiciación por el pecado adámico. (Rom. 3:25; 1 Juan 2:2) Esto significa que sobre la base de fe en la
sangre redentora, se puede recobrar la vida, que nadie tendrá que morir eternamente.—Juan 3:16,17
Sin embargo, la oportunidad de aceptar a Cristo y de recibir vida mediante él no se limita a la duración
corta de la experiencia presente de morir. Es el propósito de Dios de salvar a los humanos de la muerte
adámica despertándolos del sueño de la muerte, e iluminándolos con la verdad de que puedan tener una
oportunidad completa de creer y de obedecer.—1 Tim. 2:3-6
Se le dará a toda la humanidad durante los mil años del reino mesiánico una oportunidad de aceptar a
Cristo y de recibir la vida eterna. La Palabra de Dios nos asegura que uno de los resultados gloriosos de la
gobernación de Cristo será la destrucción de la muerte.—Oseas 13:14; 1 Cor. 15:25,26
En el Antiguo Testamento el reino de Cristo se compara con una gran montaña que llenará toda la tierra.
(Dan. 2:35,44) La promesa de Dios consiste en que en esta montaña se enjugarán las lágrimas y se destruirá
la muerte. (Isa. 25:6-9) Las enfermedades son una parte del proceso de morir, y la Biblia nos asegura de que
en los días del reino de Cristo ya no existirán más las enfermedades.—Isa. 33:24
Una de las ilustraciones bíblicas de las bendiciones de salud y de vida que serán otorgadas a la gente
durante el reinado de Cristo es un río fuerte—“un río limpio de agua de vida.” Hay árboles de vida al lado
de este río que suministran una fuente amplia de fruta vivificante, y se nos dice que las hojas de estos
“árboles” son para la sanidad de las naciones.—Apoc. 22:1,2,17
Pero nadie recibirá la vida eterna si no obedece las leyes del reino. Todos quienes voluntariosamente dan
la espalda a la gracia divina al rechazar de creer y de obedecer serán destruidos en el “lago de fuego,” que
simboliza “la segunda muerte.” (Apoc. 20:14,15) El Apóstol Pedro confirma esto.—Hechos 3:23
De este modo, la raza restaurada de Adán será libre de toda enfermedad y dolor. Se enjugarán todas las
lágrimas, y no habrá ninguna causa adicional para el dolor, ya que el Señor nos asegura por medio del
Apóstol Juan que “ya no habrá muerte.” Y se nos dice que “estas palabras son fieles y verdaderas.”—Apoc.
21:3-5
Material de Referencia
“El Plan Divino de las Edades,” páginas 196,197
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http://www.dawnbible.com/es/booklets/planforman.htm
El plan de Dios
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Aunque parezca sorprendente, la creación no terminó en el Jardín de Edén. Si bien muchas personas saben
cómo la comenzó Dios, ¡la mayoría ignora su plan para completarla!
En Génesis 1:26, leemos: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza”. Esto nos dice que Dios creó el universo físico con un propósito: ¡que la humanidad sea
hecha a su imagen! Y éste fue su plan desde un comienzo. Por lo tanto, la creación claramente no terminó
cuando Dios hizo a Adán y Eva.
¿Cuándo comenzó el plan de Dios exactamente? ¿Acaso fue millones de años atrás con la lenta evolución
del ser humano a partir de un animal? ¿O determinó Dios el momento específico en que comenzaría,
desarrollaría y llevaría a cabo su propósito para la humanidad?
La Biblia —Palabra de Dios— tiene las respuestas a estas preguntas y pude ayudarle a entender el plan y
el propósito que el Creador tiene para su vida. Así es: Dios tiene un plan ¡y quiere compartirlo con usted!
El ciclo semanal
El primer capítulo del libro de Génesis describe la interesante cronología de la semana de re-creación.
Dios terminó su trabajo en seis días, culminando con la creación del ser humano —su obra maestra— en
el día sexto: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza…Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y
la mañana el día sexto” (Génesis 1:26, 31).
(Para más información acerca de por qué se utiliza la conjugación plural en este versículo —lo cual
implica que la familia de Dios está compuesta por más de un Ser— le invitamos a leer nuestros artículos
“Dios es bueno” y “Los nombres de Dios”.)
Como vemos, la creación del hombre no fue solamente un acto físico, sino que tiene además un aspecto
espiritual. Si bien el ser humano fue creado de carne y hueso, Dios ha propuesto que eventualmente sea
hecho a su imagen espiritual. En otras palabras, la creación física de Adán y Eva no fue el fin de la
historia; aun faltaba la parte espiritual, un proceso que continúa aun cuando el aspecto físico de la creación
ya se ha completado.
Pero Dios no descansó en el séptimo día por cansancio, lo hizo para santificarlo. Así, el Creador estableció
el día sábado como día de reposo y adoración, lo cual es un elemento clave para completar el aspecto
espiritual de la creación del hombre: hacerlo a su propia imagen espiritual.
Dos principios claves
Hay dos principios clave que aprendemos de semana de la creación:
Siguiendo el ejemplo de Dios, ¡todo ser humano debería trabajar seis días a la semana y reposar el día
sábado! (Si desea más información sobre esta importante verdad bíblica, le invitamos a explorar
nuestra sección “El día de reposo”).
El ciclo semanal de siete días parece simbolizar un aspecto más profundo del plan de Dios para la
humanidad.
Como el apóstol Pedro explica por inspiración de Jesucristo, la concepción que Dios tiene del tiempo es
muy diferente a la nuestra; “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro
3:8).
Y, teniendo esto en mente, tal parece que el ciclo semanal representa la totalidad del plan de Dios para los
seres humanos. Durante los primeros seis días (6.000 años según la perspectiva de Dios), la humanidad
seguirá su rumbo normal. Pero luego, vendrá un día más (otros mil años), que cumplirá un propósito
similar al del día sábado.
Un reposo futuro
Como leemos en Hebreos 4, el sábado tiene un significado muy interesante además de ser el día de reposo
designado por Dios: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo,
alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena
nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la
oyeron.
“Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, no
entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. [Las
obras acabadas fueron las físicas, no las espirituales.]
“Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. Y
otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y
aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, otra
vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si
oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
“Porque si Josué les hubiera dado el reposo [si el propósito de Dios para Israel de llevarlos a la Tierra
Prometida se hubiese cumplido], no hablaría después de otro día.
“Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha
reposado de sus obras, como Dios de las suyas” (Hebreos 4:1-10, énfasis añadido).
La palabra griega traducida como “reposo” en el versículo 9 es sabbatismos, que significa “guardar un
sábado” (Complete Word Study Dictionaries [Diccionario Filológico Completo]). Vale mencionar que, en
algunos comentarios bíblicos, este versículo es interpretado según la perspectiva personal del autor. Y,
como consecuencia de ello, a veces se dice que Hebreos 4:9 habla de irse al cielo, lo cual se aleja de la
enseñanza inspirada por Jesucristo.
Como demuestra la traducción más correcta, este pasaje se refiere nada menos que al séptimo día— aquél
que Dios estableció para reposo y adoración desde el principio de la creación y que su pueblo aún guarda
en la actualidad. Para más información sobre este tema, consulte “Sabbatismos: ¿Se habla de la
observancia del sábado en Hebreos 4:9?”.
Además, si analizamos Hebreos 4:1-10 detenidamente, veremos que estos pasajes nos hablan de tres tipos
de reposo diferentes: (1) el reposo semanal del séptimo día, (2) el “reposo” que Israel debería haber tenido
en la Tierra Prometida, y (3) un reposo futuro.
Éste es el futuro reposo milenario que el día sábado representa —un paso fundamental en el plan que Dios
ha diseñado para completar la creación del hombre a su imagen.
Aunque no conocemos la fecha exacta en que Adán fue creado, la cronología bíblica indica que la historia
humana está cerca de cumplir 6.000 años.
En otras palabras, el regreso de Jesucristo y el establecimiento de ese reposo milenario no están muy lejos.
Una de las razones por las cuales Dios santificó el séptimo día de la creación como día de reposo
espiritual fue simbolizar el reposo del Milenio, cuando abrirá las puertas de su familia espiritual a
millones —o tal vez billones— de personas.
Por otro lado, en 2 Pedro 3:9, leemos que Dios no quiere perder a nadie. Entonces, ¿cómo salvará al resto
del mundo?
Si desea conocer la respuesta, no dude en leer nuestro artículo “La segunda resurrección: ¿una segunda
oportunidad?”. Muchas personas han leído la Biblia sin descubrir esta impresionante verdad. ¡Pero ahora
usted tiene la oportunidad de comprender este increíble y reconfortante futuro, el último paso del plan de
Dios!
http://vidaesperanzayverdad.org/vida/plan-de-salvacion/el-plan-de-dios/
Es indiscutible que Dios, el Dios de la Biblia, tiene trazado desde el comienzo de su creación, y que
se encuentra delineado en cada página de la Biblia, un plan maestro para este planeta. Una muestra de este
plan se halla en las palabras de San Juan en Apocalipsis 13:8 que dicen: "Y la adoraron todos los
moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del cordero que fue
inmolado desde el principio del mundo." Todos sabemos que el Cordero de Dios es Jesucristo y que fue
inmolado hace casi dos mil años, y aun mucho antes de la caída de los primeros padres. Así, en los planes
de Dios, el Cordero había de ser sacrificado, y todo lo preconoció de antemano Dios, planeándolo
cuidadosamente---¡Y desde la misma creación del mundo!
Desde el principio el hombre ha desobedecido a Dios para seguir su propio camino, y ¿cuál ha sido
el resultado? ¡La muerte! Dios no ha creado al hombre para que muera, sino para que viva para siempre en
este planeta. La muerte, trágicamente, es nuestro peor enemigo que produce mucha tristeza a los vivos. Sin
embargo, el sendero andado por la humanidad ha sido el errado, y el que le ha conducido hacia ese fin.
Adán, el representante de la raza humana, transmitió el germen del pecado y la muerte a todos sus
descendientes, y todos pecaron (Romanos 3:23). Un nuevo Adán, el Hijo de Dios, tomó el lugar del primer
Adán y pagó el precio del pecado muriendo en la cruz. Sólo el pecado de un hombre se redime o cancela
con la muerte, pero para salvar a toda la humanidad se requería que un nuevo padre que suplantara a Adán
y muriera por todos ¡Y esto hizo Jesucristo el Mesías! ( Romanos 5:8, 17-21).
El plan de Dios para el hombre era que este se multiplicara y llenara la tierra y la hiciera un verdadero
paraíso, en donde el ser humano, hecho a la misma imagen y semejanza de Dios, disfrutara de toda cosa
buena hecha para él y su prole (Génesis 1:28). En consecuencia, Dios no nos destinó para vivir con Él en
el cielo o en algún lugar extramundano, o supramundano; sino en esta misma tierra creada para
nosotros (Salmo 115:16). Entonces, si ese es el plan de Dios, ¿podría alguien cambiarlo? ¡No! Lo que Dios
se ha propuesto hacer de antemano lo cumplirá y no tardará. Adán pecó y perdió aquel estupendo parque o
paraíso para luego encontrar una tierra hostíl y dura para vivir. Por lo tanto, la restauración que Dios nos
ofrece (Hechos 3:19-21) es aquel paraíso original perdido donde Dios era el Amo Y Señor Absoluto, y los
hombres, sus servidores.
Dios se propone recuperar ese paraíso perdido por la desobediencia del hombre, y en esta
oportunidad lo llenará con gente mansa y humilde de corazón, dispuesta a servir a Dios
incondicionalmente (Mateo 5:5; Salmos 37:9,11,22,29,34; Proverbios 2:21).
Dios tiene sin lugar a dudas, un plan maestro para la raza humana que está oculto para la gran
mayoría de Católicos, y aun entre algunos grupos protestantes. Es nuestro propósito darlo a conocer por
intermedio de este estudio a nuestros lectores.
La Biblia comienza diciendo: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1).
Luego nos sigue diciendo que la tierra fue creada para que fuese habitada (Isaías 45:18). La palabra
principio no nos dice cuando fue aquel principio, pero sin duda se refiere a un pasado sin fecha, cuando todo
fue creado por Dios.
La palabra hebrea para crear es "bara", y en su propio y primario sentido significa aquel acto divino
de la creación absoluta sin el uso de material preexistente. En otras palabras, Dios creó la materia "en el
principio". Creó lo material de la nada con sólo ordenarlo. Lo visible de la creación fue hecho de lo que no
se ve (Hebreos 11:3).
El hombre fue creado en el "sexto día" después de los animales. Sin embargo, existen disputas de
si fueron días de 24 horas o simplemente períodos indeterminados de tiempo. Las expresiones "Y fue tarde
y mañana el día..." sugieren que fueron días de 24 horas. Sin duda que la obra maestra de Dios en su
creación fue el ser humano, pues fue hecho a la imagen y semejanza de Su Creador. A éste el Eterno Dios
lo puso en la tierra no para que se quedara ocioso sino para que la "guardase", junto con la mujer a quien el
Eterno llamó "ayuda idónea", Eva. La orden de Dios era la de procrear y llenar la tierra con hijos y tuvieran
dominio sobre las bestias del campo y labraran la tierra.
De manera clara Dios le prohibió a la primera pareja humana que comieran de cierto árbol de "la
ciencia del bien y del mal". Su violación sería la muerte. ¡Muerte física y espiritual! La primera pareja
humana recibió una orden expresa de Dios: "De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de
la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día de que él comiéreis ciertamente morirás." Esta
fue la primera ley divina que debía ser obedecida, porque de eso dependía la vida. La obediencia de esa ley
divina traería felicidad y paz con el Creador, y su violación, la ruptura con Él.
El Primer Pecado
Habiendo dado una ley suprema, su violación constituiría el pecado. La Biblia dice claramente
que "Todo el que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley" (1
Juan 3:4). La Biblia nos dice que Adán y su mujer desobedecieron a Dios y a Su ley, lo que significó su
pecado y muerte. De este modo, por la necedad del hombre mismo, la muerte ha seguido reinando. El salario
o pago del pecado no es otra cosa que la misma muerte (Romanos 6:23), y por eso todos moriremos algún
día (Hebreos 9:27). Se puede decir que aquí finaliza el período de la inocencia a la vista de Dios.
La Primera Profecía
Hasta aquí el diablo sacó ventaja y logró sembrar la desobediencia y la muerte en la raza humana.
Sin embargo, Dios prometió no solamente un redentor personal que contendería con Satanás y le vencería,
sino que la profecía incluía que habría enemistad perpetua entre las simientes opuestas del mundo, la
simiente de la serpiente, o los hijos del maligno, y la simiente de la mujer, los hijos espirituales y obedientes.
Esas "simientes" estarían en oposición entre sí en un conflicto continuo. El uno heriría el calcañar
(extremidad del pie, por la parte de atrás) de su antagonista, pero el otro finalmente heriría su cabeza, esto
es, lo destruiría. Por ende, una guerra continua se desataría entre los buenos y los malos, cuando Jesús
dijo: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo", es decir, "la simiente de la serpiente".
El Primer Homicidio
Los primeros padres tuvieron 2 hijos, los cuales fueron representantes de dos simientes
opuestas. Abel, según se lee en la Biblia, "era justo"; en cambio Caín "era maligno", y la Biblia está
llena de esta enemistad. El espíritu de Caín nunca termina hasta que regrese "la simiente de la mujer" a
establecer su reino en la tierra y luego destruir a su adversario---"aquel maligno"---el diablo (Hebreos 2:14).
En el proceso del tiempo, Caín y Abel trajeron sus respectivas ofrendas al Señor. Caín ofrece el fruto de la
tierra, en tanto que Abel trajo de los animales de su rebaño (Ofrenda de expiación, hecha con fe...Hebreos
11:4; 12:24).
El camino de Caín desagradó a Dios quien no aceptó su ofrenda, pero el sacrificio de Abel si fue
agradable al Señor. Esta evidencia del favor divino enfureció la "enemistad" en el corazón de Caín, por lo
cual se levantó y mató a su hermano justo. Aquí Satanás pretendió destruir a la simiente justa que sería de
bendición para la humanidad.
Con el tiempo Dios dio a Adán otro hijo, y renovó la simiente justa de Set. Con este nacimiento de
Set, al fin, Abel tuvo un sucesor de mente semejante, que anduvo por fe y agradó a Dios. Así, como "la
simiente Caín" y la "simiente de Set" el mundo fue aumentando con gente mala y gente buena. La
corrupción del mundo había llegado a su colmo en el linaje de Caín, y la maldad del hombre era casi
inconcebible, que Dios anunció al fiel Noé su propósito de destruir la tierra para limpiarla de los malvados.
Noé era descendiente de Set, y cuya línea genealógica era Set, Enós, Cainán, Mahalalel, Jared, Enoc,
Matusalén, Lamec, Noé. Para este propósito Dios mandó a Noé a construir un arca para que en ella se
salvara él y su familia, y por medio de él a la simiente justa. Durante el tiempo de la construcción del arca
ningún hombre quería arrepentirse de su mal camino, por lo que Dios decidió la destrucción del mundo por
un diluvio mundial. Sólo 8personas, Noé y su familia y una pareja de cada especie animal se salvaron. Con
este diluvio un mundo cayó en el juicio divino.
La Repoblación de la Tierra
Dios hace un pacto con Noé que ningún otro diluvio destruiría la tierra, y que todas las cosas serían
sujetas a Noé y a sus hijos, y les instruyó para que "llenasen la tierra". Por vez primera la carne de animales
fue permitido como alimento, y el concepto sagrado de la vida se hizo notar por la institución de la pena
capital. Aquellos que derramaran sangre de hombre su sangre sería derramada. Como señal de las promesas
del pacto Dios colocó en el cielo el arco Iris, una señal de su pacto con toda carne "por siglos perpetuos".
El mundo así tuvo un nuevo inicio, con la institución del gobierno humano, siendo el hombre el
responsable de gobernar al mundo para Dios. Los hijos de Noé empezaron a multiplicarse y llenar la tierra.
Pero no pasó mucho tiempo antes que ellos vieran abundar la maldad, y a los hombres y naciones en abierta
enemistad con Dios. Los 3 hijos de Noé fueron: Sem, Cam, y Jafet. Con estos 3 hombres se volvió s llenar
la tierra, la cual, poco después se corrompió, y renació el antagonismo entre las simientes opuestas. Para no
ser esparcidos construyeron una torre en el llano de Sinar.
Ante este desafío constante, Dios decidió confundir las lenguas de los edificadores de la torre. Hasta
ese momento la tierra sólo habla un idioma, pero ahora los hombres empezaron a hablar muchos idiomas y
dialectos lo que les obligó a esparcirse por toda la tierra. Actualmente es un hecho establecido que los varios
idiomas existentes pertenecen a 3 grandes grupos: Los Arios, los semitas, y los Turianos, correspondientes
a los 3 hijos de Noé: Jafet, Sem, y Cam.
El Tiempo de la Promesa
Dios mandó a Abraham que dejase su país y su parentela y fuese al lugar que le sería mostrado. El
mandato fue acompañado con una promesa y un pacto. El llegaría a ser una gran nación, un gran nombre,
la tierra de Canaán sería la posesión eterna de su simiente (Solicite gratis el artículo "Israel en la
Profecía"), y por medio de él, todas las familias de la tierra.
Esto indicó un nuevo comienzo para el Reino de Dios, porque el llamado de Abram, Dios comenzó
a preparar el mundo para el redentor prometido, "la simiente de la mujer". Aunque Dios había prometido
que la simiente de Abraham sería innumerable, pasaron años de espera sin señal de descendencia.
Impaciente por los años que pasaban sin descendencia, Sarai, su esposa, le sugirió que buscara al hijo en la
esclava Agar, y de quien luego nació Ismael, quien vino a ser el padre de la raza árabe. Catorce años más
tarde, Isaac, el hijo de la promesa nació milagrosamente. este heredó la fe de su padre, y obtuvo una
renovación del pacto a Abraham. Tuvo dos hijos: Esaú y Jacob. Esaú fue el progenitor de los edomitas,
quienes fueron una fuente constante de dificultad para los israelitas, los descendientes de Jacob.
El nombre de Jacob fue finalmente cambiado a ISRAEL, "Príncipe con Dios". de sus doce
hijos, José, el hijo de su edad avanzada, era el favorito. Fue aborrecido por sus hermanos, por los cuales
finalmente fue vendido y llevado a Egipto por los mercaderes medianitas; allá Dios le bendijo y prosperó.
Veinte años más tarde una gran hambruna obligó a Jacob, con sus hijos, a viajar y establecerse en Egipto, a
la invitación de José. Después de la muerte de Jacob y José, se levantó un rey en Egipto que no conocía a
José; alarmado por el crecimiento del pueblo hebreo, determinó aplastarles por medio de una cruel opresión
y por la destrucción de todos los hijos varones. Durante esta era oscura de opresión, nació un niño (Moisés)
destinado a liberar al pueblo esclavizado. Este, más tarde, obligó a Faraón de Egipto dejar salir al pueblo.
En la noche de su liberación de Egipto Dios instituyó la Pascua.
La Promulgación de la Ley
En el tercer mes de su salida de Egipto, acamparon en el Sinaí, donde permanecieron un año. Siendo
llamado por Dios a la cumbre del monte, Moisés recibe los Diez Mandamientos de Dios, y también las
instrucciones para la construcción del tabernáculo o tienda sagrada, que habría de ser la morada de Dios
entre ellos.
Durante su estadía en el Sinaí, Israel se organizó como nación, y luego del censo del pueblo y la
agrupación de las tribus, se movilizaron hacia la posesión de la tierra prometida. Al llegar a la frontera,
Moisés envió a doce hombres para investigar la tierra. Al regresar, dos dijeron que era una buena tierra,
pero diez dijeron que no podía ser conquistada. El miedo destruyó la fe, y el pueblo rehusó entrar a su
posesión prometida. Como castigo por su incredulidad vagaron por el desierto 40 años.
Al fin, después de 38 años, la nueva generación llegó a Cades, el escenario de la trágica incredulidad
de sus padres. Aquí Moisés repitió la ley y repasó las condiciones que acompañaban las promesas y las
bendiciones de su entrada a Canaán. Después de su mensaje de despedida, Dios llamó al fiel legislador al
descanso, y manos invisibles le sepultaron en el monte desde dónde él había visto la tierra prometida.
Después de la muerte de Moisés, el pueblo fue guiado por Josué a Canaán como sucesor de Moisés,
pero después de Josué muerte hubo un apartamiento gradual de la nación. Esta condición se resume en la
frecuentemente frase citada: "Israel hizo lo malo en los ojos del Señor" y también "El Señor los entregó
en las manos de sus opresores". En estos períodos críticos, Dios escogía a algún hombre de las tribus, por
quien Él pudiera gobernar y ejecutar sus juicios. Estos oficiales eran llamados los "Jueces" de Israel.
El carácter de Saúl fue marcado por impulsividad y autovoluntad, y su muerte miserable fue una
consecuencia espantosa de su vida. Reinó sobre Israel por 40 años. El período del reinado de David, sucesor
de Saúl fue la más brillante de todas en la historia de Israel. Este también reinó por 40 años. Pero en cuanto
a explendor y magnificencia, ninguno igualó a Salomón, hijo de David. El reino israelita se mantuvo unido
con estos 3 reyes hasta que vino la división entre el reino de Israel y el reino de Judá durante el reinado
de Roboam y Jeroboam. Jeroboam se había corrompido por la idolatría, por lo que fueron llevados a la
cautividad. El Reino del Norte fue llevado a Asiria y el Reino del Sur a Babilonia por 70 años durante el
reinado de Sedequías.
Por un decreto de Ciro, el Reino del Sur salió de su cautiverio y con un remanente de Israel regresó
a Jerusalén y reconstruyeron el templo y lo dedicaron en el período del profeta Nehemías. Del linaje de
David y de la línea semita nació "La simiente prometida" para la bendición de la humanidad., unos 400 años
después.
Habíamos visto que Dios había elegido a Abraham de entre un mundo corrompido para que
mantuviese la pureza de la fe, y de la religión verdadera, y que a través de él nacería "La Simiente Prometida"
que aplastaría a Satanás y sus huestes. La promesa que Dios hace con Abraham tenía que ver con la posesión
de una tierra y en ella hacer crecer una gran nación.
En Génesis 12;2,3 podemos leer de esa estupenda promesa de esperanza para la humanidad. De allí
se lee: "Y haré de ti una gran nación, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra" En Génesis 13:15 le sigue diciendo: "Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y
a tu descendencia para siempre".
En Génesis 15:18 Dios hace un pacto con Abraham, un pacto que nadie lo invalidaría y que
dice: "En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram diciendo: A tu descendencia daré esta tierra,
desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eúfrates". Así, Dios hizo a Abraham una promesa y un
pacto que pocos hoy han llegado a comprender en su profunda dimensión espiritual como material. Aquí se
ve como Dios quiso y quiere la bendición para la humanidad, y de hecho que se cristalizará por la línea de
Sem, uno de los tres hijos de Noé, de quien se trazaría la venida de "La Simiente Prometida" para la
redención de la humanidad y su posterior bendición perpetua.
Habíamos visto en Génesis 15:18 que Dios hizo un pacto con Abraham, en el sentido que su
descendencia (singular) heredaría la tierra prometida. Ahora bien, ¿Quién es la simiente o descendencia de
Abraham? Más tarde, el apóstol Pablo revelará que la descendencia de Abraham (singular) es Cristo mismo.
Veamos lo que nos dice Pablo en Gálatas 3:16,29: "Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas,
y a su simiente. No dice: Y a las simientes como si fueran muchos, sino como de uno: Y a tu simiente,
la cual es Cristo". Pero ahora nos preguntamos, y los cristianos verdaderos, ¿qué heredarán? Pues el verso
29 tiene la respuesta final: "Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y
herederos según la promesa". He aquí una extraordinaria verdad que sigue siendo ignorada por millones
de seguidores de Cristo, y es que la iglesia también recibirá la "tierra prometida" como herencia perpetua.
Entonces: ¿Cómo es que hay aún que suponen que irán a heredar el cielo?
Habíamos explicado en algunas páginas anteriores que el pueblo israelita había pedido un rey en
lugar de los jueces que los gobernara. Y cuando esto ocurrió, el primer rey Saúl, del linaje de Sem y también
descendiente de Abraham, se corrompió y fue destituido de su cargo. Éste fue destituído y reemplazado por
un pastorcito de ovejas: el rey David, quien también era del linaje de Sem. Dios igualmente hace un pacto
con David, diciéndole: "Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré
después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará
casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino." ( 2 Samuel 7:12,13). Además le
prometió lo siguiente: "Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mi con verdad, de todo
su corazón y de toda el alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel." ( 1 Reyes 2:4; 2
Crónicas 7:18).
Siendo igualmente hijo de David, es el indicado para heredar el trono de su padre David (Leer Lucas
1:32,33; Hechos 2:29,30). Sin duda hoy Israel no posee una monarquía, pero llegará el tiempo para restaurar
el reino o la monarquía David en Israel.
Sedequías fue el último rey semita que desvió al pueblo hacia la idolatría, razón por la cual Dios
permitió que fuera desterrado con la mayor parte de su pueblo por siete décadas, después del cual fue
liberado, aunque sólo un remanente regresó a Jerusalén para reedificar el templo. Sin embargo, desde su
salida de Babilonia no ha habido un rey semita que los gobierne. Pero llegará el día cuando las profecías
concernientes a la restauración del reino se cumplan, en la persona del Mesías Jesucristo. Lea Amós 9:11;
Ezequiel 21:26,27; 37:22,24,25; Oseas 3:4,5; Hechos 2:29,30.
Jesucristo es el hijo de Abraham que heredará la tierra, y es hijo de David para heredar el trono de
su reino en Israel. Este es el personaje noble que solucionará todos los problemas de la humanidad,
restaurando todas las cosas que fueron destruídas por el opositor, el diablo.
El Reino de Dios
El Reino de Dios se inauguró cuando los israelitas sustituyeron a los Jueces por los reyes semitas,
siendo el primero, Saúl. La primera vez que encontramos la frase "Reino de Dios" es en 1 Crónicas 28:5 y
que dice: "Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo
Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel".
Por intermedio de los reyes semitas, Dios gobernaba al pueblo, pero por sus rebeliones, Él decidió
suspender la monarquía Davídica HASTA LOS TIEMPOS DE LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS
COSAS, pronunciadas por los profetas antiguos (Hechos 3:19-21).
El Evangelio de Jesucristo
Muchísimos cristianos no han llegado a saber exactamente para qué Cristo vino hace dos milenios.
En primer lugar, San Pablo nos dice: "Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión
para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres." Sí, Jesús vino a
decirnos que Su Padre cumplirá todas las promesas tarde o temprano (Romanos 15:8).
Como segundo punto, Jesús nos dice para qué Dios le envió a este mundo malo. En Lucas
4:43 encontramos una clara confesión de Jesús que debemos grabar todos los creyentes en nuestra mente:
"Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios,
porque para esto he sido enviado." Sí, Jesús vino a cumplir con una ordenanza del Padre, y ésta era, la
de proclamar las Buenas Nuevas del Reino de Dios. Por cierto que para poder participar de ese reino, el
hombre tenía que convertirse, y para ello debería de aceptar el sacrificio de Cristo por él. Por tanto, Jesús
también vino a morir por los hombres para abrirles el camino al reino de Dios (Marcos 1:1,15,16).
La palabra reino viene del griego Baseileia, que implica autoridad, domino, rey, leyes, y súbditos.
Los discípulos hebreos sabían vienen que el reino de David sería restaurado por el Mesías esperado.
En Hechos 1:6 se deja ver que los discípulos sabían que Cristo era el nombrado Mesías para restaurar el
reino, y por eso creían que ya estaba cerca su restauración.
En Lucas 19:11 leemos que los discípulos hebreos estaban seguros que el reino sería restaurado
brevemente, porque veían a su Mesías entrar en Jerusalén, la sede del antiguo reino de David y de sus
hijos.
¿Cuál es la importancia del evangelio del reino? La respuesta es que trae SALVACIÓN a los
hombres. En Romanos 1:16 Pablo dice que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel
que lo cree, sea Judío o no Judío.
No sólo fue Jesús quien se dedicó a la evangelización, enseñando el reino de Dios, sino también
todos sus discípulos. Uno podrá leer por los diferentes libros del Nuevo Testamento, que el reino de Dios
fue el mensaje central de Cristo y sus seguidores. El Evangelista Marcos habla que Cristo empezó su
ministerio anunciando el evangelio del reino de Dios. Igual lo hicieron sus apóstoles (Lucas 8:1; 9:1,2).
Posteriormente Pablo hará lo mismo en su evangelización internacional (Hechos 19:7; 20:25;
28:23,30,31). Y Jesús afirma que ese mismo evangelio del reino será predicado por su iglesia hasta su
regreso en gloria (Mateo 24:14).
El Evangelio del Reino ha sido objeto de variadas interpretaciones que no se ajustan al contexto
bíblico. Agustín de Hipona, de la escuela de Orígenes, sostenía que la iglesia era el Reino de Dios, y Cristo,
el Rey de esa iglesia Universal.
Para la iglesia Católica en particular, no existe un reino político y monárquico para Israel. Es más
bien un "reino de sacerdotes" (la curia romana o clero sacerdotal Católico), con el Papa a la cabeza. Pero
contrario a lo propuesto por Orígenes, y luego Por "San Agustín", Jesucristo enseñó que la "manada
pequeña" heredará un reino, sólo cuando Cristo regrese a este mundo nuevamente (Lucas
12:32; Mateo 25:31,34). En otra ocasión Pablo dijo que "carne y sangre no pueden heredar el reino de
Dios" (1 Corintios 15:50). Esto es significativo, pues la iglesia está compuesta precisamente por hombres
de carne y sangre. Hay, pues un reino diferente, en el cual es imposible heredarlo con cuerpos humanos
mortales de "carne y sangre".
Jerusalén será llamada "Trono de Jehová", así lo afirma Jeremías, el profeta (3:17). En Marcos
11:1-11 se halla la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Los versos 9-11 dicen: "Y los que iban delante
y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el reino de nuestro padre David
que viene! ¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén...". Ahora bien, es fácil ver aquí en estos
versos, la esperanza Judía de la restauración del reino davídico en Jerusalén cuando entraba Jesús en la
ciudad capital de Jerusalén. Y en Hechos 1:6 se deja notar la inquietud de los discípulos por saber si ya era
inminente la restauración del reino por muchos siglos esperada.
Hemos visto que Jesús vendrá a restaurar el reino en su segunda venida (Hechos 1:7; 3:19-21;
Mateo 25:31,34). ¿Qué pasará luego? Bueno, Jesús depondrá al diablo y lo arrojará al abismo para que no
siga engañando a las naciones, y poder así reanudar el reino de su padre David en su persona (Apocalipsis
20:1-4).
La Iglesia, junto con él como su Rey, dominarán a las naciones y las regirán con "vara de hierro".
La Iglesia está siendo llamada hoy precisamente para conformar todo el equipo gubernamental del Mesías.
En Apocalipsis 2:26 leemos una promesa de Jesús: "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin,
YO LE DARÉ AUTORIDAD SOBRE LAS NACIONES." ¡Esta es una fantástica noticia! La iglesia
no estará tocando el arpa en el cielo, sino gobernando con Cristo en su reino, en puestos de confianza. En
la famosa parábola llamada "De las Diez Minas" en Lucas 19, Jesús revela que, al volver como el "hombre
noble", dará a sus seguidores leales, "AUTORIDAD SOBRE CIUDADES". Usted leerá eso en los
versos 15, y l6. Y en Apocalipsis 5:10 claramente se nos dice dónde reinaremos: ¡En la tierra!
Si el reino de Cristo será mundial, pues todas las naciones de la tierra le estarán sujetas a su autoridad
real (Salmos 72:7,8,11,19).
El Milenio de Paz
En Apocalipsis 20:4 se nos dice que l reino de Cristo tendrá una larga duración, en este caso, mil
años. Los gobiernos de los líderes no llegan a durar tanto. Hitler quiso inaugurar su "reich" (reino) de mil
años, pero sólo duró 12 años. En cambio, el reino de Cristo no tendrá problemas, ni conflictos, ni amenazas
de otras naciones, y la razón es que estarán dominadas por Cristo con la autoridad divina. Será realmente
un "reino de los cielos" o "el Reino de Dios".
En este milenio de paz, las armas de guerra habrán desaparecido. Los hambrientos serán saciados,
los ríos no se secarán y no se contaminarán. Los desiertos se convertirán en huertos fructíferos, y los
animales vivirán en armonía y en paz. Esta utopía se hará realidad sólo cuando regrese el "Deseado de
todas las naciones" (Hageo 2:7).
Habíamos visto al comenzar este estudio que habría una enemistad permanente entre las dos
simientes opuestas, la de Satanás, y la de la mujer. Finalmente, la simiente de la mujer (que representa a
Eva, a María y su hijo Jesús), destruiría al Diablo matándolo por la cabeza. Esto va a ocurrir al finalizar los
mil años del reinado del Mesías Cristo. Y la razón es que al final del milenio, el diablo y sus ángeles serán
soltados del abismo para que engañen por un breve tiempo al mundo, a fin de probar a los hombres, y luego
será destruido junto con todos los malvados.
ING°.MARIO A OLCESE
MIGUEL ALJOVÍN # 179
LIMA 18 (Perú)
TEL. 447-3028
http://www.focusonthekingdom.org/articles/plan.htm