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EL DEMONIO DE MAXWELL: EL DIABLO QUE MANEJA LA INFORMACIÓN

Así como la entropía es una medida de


desorganización, la información que
suministra un conjunto de mensajes, es
una medida de organización. Norbert
Wiener

La Segunda Ley de la Termodinámica


en la formulación de R. Clausius (1822-
1888) afirma que no es posible ningún
proceso físico cuyo único resultado sea
la extracción de calor de un cuerpo frío
a otro más caliente. Lo que significa que
para enfriar algo por debajo de la
temperatura ambiente es necesario el
trabajo adicional que hace un frigorífico cuando se conecta a la corriente.

La Segunda Ley es un principio general que impone restricciones a la dirección


de la transferencia de calor, no asegura que no sea posible extraer calor de un
foco frío y transferirlo a otro más caliente, simplemente dice que dicho proceso
nunca será espontáneo y para que se produzca será necesario realizar un
trabajo.

La evolución térmica de un sistema aislado evolucionará espontáneamente


pasando calor de los cuerpos de mayor temperatura a los de temperatura más
baja hasta alcanzar el equilibrio, que se alcanza cuando se igualan sus
temperaturas. Esa evolución, crea un desorden en la distribución de la energía
térmica de las moléculas, en lenguaje termodinámico se dice que la evolución
espontánea del sistema tiende a aumentar su entropía.

En la teoría cinético-molecular la energía térmica de un cuerpo es la suma de


todas las energías mecánicas asociadas a los movimientos de las diferentes
partículas que lo componen. Aunque la energía térmica es una magnitud que
no se puede medir en términos absolutos, es posible medir las variaciones de
la misma cuando se ponen en contacto dos cuerpos. La cantidad de energía
térmica que intercambian dos cuerpos a diferente temperatura, que es el calor.

Debemos recordar que el calor de un cuerpo depende de la suma de las


energías de las moléculas, mientras que la temperatura es función de la
energía cinética media de las mismas. Por lo tanto, el cuerpo que tiene mayor
temperatura poseerá moléculas con mayor energía cinética media y cederá de
forma espontánea energía (calor) a las del cuerpo de menor temperatura.

El demonio de Maxwell

C. Maxwell (1831-1879) imaginó que podría existir una inteligencia capaz de


conocer la energía de cada molécula y actuar sobre ellas, sin realizar un
trabajo. La inteligencia la personificó en un demonio que actuaba contra de la
evolución natural de los procesos
termodinámicos, impidiendo que el
calor pasara del cuerpo de mayor
temperatura hacia el de menos.

Maxwell realizó el siguiente


experimento mental: consideró un
gas encerrado en un recipiente
dividido por una pared en dos
compartimentos A y B. y que el
gas de A tiene más temperatura
que el de B, es decir, que, en
promedio, la energía cinética de las moléculas en A es mayor que la de las
moléculas de B.

En la pared de separación hay una pequeña puerta que un demonio la abre y la


cierra para regular el paso de moléculas de un compartimento a otro con el
siguiente criterio. Como el demonio es capaz de reconocer la energía de cada
molécula, permite, abriendo y cerrando la trampilla,

1. Que las moléculas rápidas (más calientes) de B pasen al compartimento


A
2. Que las moléculas más lentas de A pasen a B.

El resultado es que la energía media de las moléculas de A se incrementa y la


energía media de las moléculas de B disminuye; es decir, el sistema caliente se
calienta más (aumenta la temperatura) y el frío se enfría más (disminuye la
temperatura), y, sin embargo, no se ha hecho trabajo alguno sobre el sistema,
sólo se ha empleado la inteligencia de un ser muy observador.

El demonio, simplemente abriendo y cerrando la puertecilla, habrá podido


colocar las moléculas frías a la izquierda y las calientes a la derecha.
Separando y ordenando las moléculas. En este experimento no se hace
ninguna acción sobre las moléculas, el sistema permanece aislado y el
demonio simplemente utiliza la información sobre la energía de las moléculas
para abrir o cerrar la puerta y poder separar las moléculas, lo que va en contra
de la segunda ley de la termodinámica.

El demonio de Maxwell señala una conclusión importante y es que la energía y


la información están íntimamente conectadas. De hecho, en 1961, R.
Landauer (1927-1999) formuló un principio que dice que en cualquier operación
lógicamente irreversible que manipule la información como, por ejempo, borrar
un poco de memoria en un disco duro, la entropía se incrementa y una cantidad
asociada de la energía se disipa como calor, lo que viene a mantener vigente la
Segunda Ley de la Termodinámica.

¿Qué pasaría -dijo- si hubiera una criatura lo suficientemente pequeña


para ver cada molécula y darle seguimiento?

Esta pequeña bestia se podría sentar junto a una diminuta puerta en la puerta
que divide una caja llena de gas en dos.
Cada vez que una molécula se acerca a alta velocidad en el compartimento A,
la deja pasar; cada vez que viene una lenta del compartimento B, la deja pasar.

Así, acumularía las moléculas con mucha energía -gas caliente- en el


compartimento B y el gas frío en el A.

Sería como construir un horno al lado de un refrigerador sin utilizar energía.

Al final, de un gas que empezó teniendo la misma temperatura, Maxwell creó


una mitad fría y una caliente.

Su experimento mental parecía indicar que sólo teniendo la información


necesaria, podías crear orden en el desorden.
Eso era opuesto a lo que la segunda ley de termodinámica plantea.

La ciencia del siglo XIX había mostrado claramente que el desorden siempre
aumentaría: las cosas estaban destinadas a derrumbarse.

Sin embargo el demonio parecía indicar que podías volverlas a su forma


original, sin gastar nada de energía.
¿Posible?

Para examinarlo tuvo que naturalizarlo.

Tornó el demonio en una válvula muy inteligente que podía medir las moléculas
que se acercaran y tomar una decisión de abrirles o cerrarles el camino.

Bibliografía

https://vicmat.com/demonio-maxwell-diablo-maneja-la-informacion/

https://www.bbc.com/mundo/noticias-36500302

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