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FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE DERECHO
INVESTIGACION FORMATIVA
AUTORES:
DOCENTE:
Salas Calderón Daniel Fernando
CURSO:
Derecho Procesal Civil II
CICLO: VI
ICA – PERÚ
2019-I
1
DEDICATORIA
2
AGRADECIMIENTO
A nuestro distinguido docente, Salas Calderón Daniel Fernando, por su apoyo constante y
profesionalismo en la culminación del trabajo de investigación
Los autores.
3
INDICE
LA REIVINDICACION
INTRODUCCION ........................................................................................................................ 5
1. Concepto. ........................................................................................................................... 6
2. La Acción Reivindicatoria .............................................................................................. 6
2.1. Definición ..................................................................................................................... 6
2.2. Requisitos de Procedencia ....................................................................................... 6
2.3. Características ............................................................................................................ 8
2.4. La Pretensión Reivindicatoria ................................................................................. 10
3. El desalojo del propietario contra el precario. ....................................................... 11
3.1. Condiciones. .............................................................................................................. 11
3.2. Vías procedimentales. ............................................................................................. 12
4. Puntos Controvertidos.................................................................................................. 14
4.1. El propietario del terreno sobre el cual otro sujeto ha construido de buena fe
¿puede valerse de la reivindicación? ................................................................................ 15
4.2. Reivindicación y mejor derecho de propiedad: ¿no generan cosa juzgada? . 17
4.3. La funcionalidad de la reivindicación en el sistema jurídico peruano frente al
conflicto de titularidades. ..................................................................................................... 21
4.4. La inexistencia de una definición legal sobre la acción de reivindicación. ...... 24
4.5. La inoperancia de la acción reivindicatoria. ......................................................... 25
4.6. La disfuncionalidad de la reivindicación en los casos de conflicto de
titularidades. .......................................................................................................................... 25
CONCLUSION .......................................................................................................................... 27
BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................................ 28
4
INTRODUCCION
5
LA REIVINDICACION
1. Concepto.
2. La Acción Reivindicatoria
2.1. Definición
1
Artículo 927º C.C.- La acción reivindicatoria es imprescriptible. No procede contra aquél que adquirió
el bien por prescripción.
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cosa juzgada, la invocada calidad propietaria del actor; sin embargo, la
sentencia negativa no produce efecto alguno en el demandado.
Evidentemente, una cosa es decir que el primer requisito de la acción
reivindicatoria es la prueba de la propiedad, pero otra muy distinta es
lograr la acreditación. No debemos olvidar que uno de los problemas
prácticos más serios del Derecho civil patrimonial es conseguir la
suficiente prueba del dominio.
b) El demandado no debe ostentar ningún derecho que le permita mantener
la posesión del bien. Sin embargo, durante el proceso, el demandado
pudo invocar cualquier título, incluso uno de propiedad. Por tanto, no es
correcto pensar que el demandado es un mero poseedor sin título, pues
bien podría tener alguno que le sirva para oponerlo durante la contienda.
En tal sentido, la acción reivindicatoria puede enfrentar, tanto a sujetos
con título, como a un sujeto con título frente a un mero poseedor. En
cualquiera de las dos hipótesis, el juez se encuentra legitimado para
decidir cuál de los dos contendientes es el verdadero dueño (verus
dominus).
c) El demandado debe hallarse en posesión del bien, pues la reivindicatoria
pretende que el derecho se torne efectivo, recuperando la posesión. Por
ello, el demandado podría demostrar que no posee, con lo cual tendría
que ser absuelto. También se plantean problemas si el demandado ha
dejado de poseer, pues la demanda planteada no tendría eficacia contra
el nuevo poseedor. ¿Qué pasa si el demandado pretende entorpecer la
acción reivindicatoria traspasando constantemente la posesión a una y
otra persona a fin de tornar ineficaz la sentencia por dictarse? En doctrina,
se admite que la acción es viable contra quien dejó de poseer el bien en
forma dolosa una vez entablada la demanda. Esta es la solución del
Derecho romano, pero, ¿cómo evitar las dificultades de la prueba del
dolo? Nuestra opinión es distinta: la reivindicatoria es una acción real y se
impone contra todo tercer poseedor, pues si el traspaso se produjo luego
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de iniciado el proceso judicial, entonces la sentencia afecta al demandado
y a todos los que derivan sus derechos de aquel.2
d) No basta individualizar al demandante y al demandado, pues también es
necesario que el objeto litigioso sea identificado. Los bienes,
normalmente, constituyen elementos de la realidad externa, es decir, son
los términos de referencia sobre los cuales se ejercen las facultades y
poderes del derecho real. En caso contrario, este caería en el vacío, pues
no habría objeto de referencia. Por ello, los bienes deben estar
determinados, es decir, conocerse cuál es la entidad física (o ideal) sobre
la que su titular cuenta con el poder de obrar lícito. En tal sentido, los
bienes deben estar individualizados, aislados o separados de cualquier
otro bien; en resumen, deben contar con autonomía jurídica, fundada
sobre la función económica y social que el bien cumple de acuerdo a su
naturaleza y la voluntad de los sujetos. En efecto, el derecho de propiedad
se ejerce sobre cosas u objetos del mundo exterior que sean apropiables
y cuenten con valor económico. Estas cosas u objetos tienen
necesariamente límites físicos que permiten establecer con exactitud (o,
por lo menos, con determinación aproximada) hasta donde se extienden
las facultades del propietario. Si se prueba la propiedad del actor, pero no
se prueba que el objeto controvertido sea el mismo al que se refiere el
título de propiedad, entonces la demanda será rechazada.
2.3. Características
2
Articulo 123 Inc. 2 C. P. C. […] La cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ellas deriven sus
derechos. Sin embargo, se puede extender a los terceros cuyos derechos dependen de los de las partes o
a los terceros de cuyos derechos dependen los de las partes, si hubieran sido citados con la demanda […].
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usar, disfrutar y disponer del bien3, entonces la acción reivindicatoria busca
restablecer ese goce.
3
Artículo 923º C.C.- La propiedad es el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar
un bien. Debe ejercerse en armonía con el interés social y dentro de los límites de la ley.
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posesión, particularmente el interdicto o el desalojo por precario. En cuarto
lugar, la acción reivindicatoria es imprescriptible (art. 927 CC), lo cual significa
que la falta de reclamación de la cosa no extingue el derecho. Una cosa
distinta es que hechos jurídicos sobrevenidos puedan extinguirla, como la
usucapión (posesión de tercero, sin interrupción) o el abandono (falta de
posesión o vinculación con la cosa). La Corte Suprema lo ha recordado en la
sentencia de 16 de septiembre de 2003 (Casación N° 65- 2002-La Libertad,
publicada en el diario oficial el 01 de marzo de 2004).
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los artículos 950 y 951 del Código Civil, lo cual, como es obvio, significará
que el actor haya perdido la condición de propietario que lo legitimaría para
demandar.
4. Puntos Controvertidos
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4.1. El propietario del terreno sobre el cual otro sujeto ha construido de
buena fe ¿puede valerse de la reivindicación?
4
CAS. N° 1783-2005-ICA (El Peruano, 1/08/06).
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que la lesión se produzca. Si la lesión de produce, el interés cambia, ya no es el
mismo, de modo que el ordenamiento debe asignar otro instrumento para la
satisfacción de ese nuevo interés. Esto es, precisamente, lo que acontece con la
llamada acción reivindicatoria, disciplinada por el artículo 927 del Código Civil.
5
Gonzáles Barrón, G. (2005). Derechos Reales. 2ª Edición. Jurista Editores.
Lima; p. 637.
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la copropiedad acarrearía situaciones de conflicto no deseables porque
atentarían contra la eficiencia del sistema.
Alan Pasco Arauco, critica que la Corte Suprema haya descartado que pueda
existir cosa juzgada en los procesos de mejor derecho de propiedad. Señala que
la judicatura no ha tomado en cuenta aquellos casos en donde la sentencia
expedida en una reivindicación es el resultado de una “oposición” de “derechos
de propiedad” que las partes invocan y acreditan al interior del proceso.
Los hechos fueron los siguientes: “A” interpuso demanda de MDP contra “B”,
quien se defendió deduciendo excepción de cosa juzgada, ya que previamente
“A” había perdido contra él un proceso de reivindicación.
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El Juez declaró infundada la excepción, pues señaló que se trata de pretensiones
distintas: mientras en la pretensión reivindicatoria el demandado necesariamente
se encuentra en posesión del bien en litigio, en el MDP es irrelevante que el
demandado ejerza posesión, pues lo que se busca no es acceder al bien sino
una declaración judicial que reconozca un mejor derecho sobre la contraparte.
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no siempre se dice que es en el proceso de reivindicación en donde las reglas
de la oponibilidad aterrizan y se materializan.
Imagínese que “A” (propietario) vende el bien a “B” pero éste no lo inscribe.
Luego “A” da el bien en usufructo (inscrito) a “C” por cinco años. Si “B” demanda
reivindicación perderá, porque el usufructo de “C” al estar inscrito goza de
oponibilidad (Art. 2022° CC). Supongamos que el plazo del usufructo vence pero
“C” se niega (esta vez sin derecho) a entregarle el inmueble a “B”. Si “B”
interpone una segunda demanda de reivindicación la excepción de cosa juzgada
que plantee “C” no debería ser amparada, porque lo que se controvirtió en la
primera reivindicación fue la propiedad no inscrita de “B” frente un usufructo
inscrito de “C”, mientras que aquello que será materia de litigio en el segundo
proceso es un derecho de propiedad de “B” frente a una posesión sin título de
“C”. No hay razón para cerrarle las puertas de la reivindicación a “B”, pese a que
perdió con anterioridad un proceso de reivindicación contra la misma persona.
En el mismo caso recién planteado: “B” propietario sin derecho inscrito pierde la
reivindicación contra “C” porque éste tiene un usufructo inscrito. Al vencimiento
del usufructo “C” compra el bien del anterior propietario (“A”), el mismo que en
su momento se lo vendió a “B”. Enterado de ello “B” interpone una demanda de
MDP contra “C” para obtener una sentencia que reconozca que su derecho de
propiedad. Sin duda alguna lo resuelto en la reivindicación no genera cosa
juzgada respecto de aquello que “B” pretende ahora mediante el proceso de
MDP.
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Lo mismo pasaría si el proceso de reivindicación lo gana “B” porque el
demandado (“C”) no tenía ningún título con el cual defenderse. Luego de ello “C”
le compra el bien a quien él considera verdadero propietario y demanda a “B” por
MDP. Lo resuelto en la reivindicación no es impedimento para que se discuta la
oponibilidad de las propiedades en el MDP: en la reivindicación se discutió
“propiedad vs posesión”; en el MDP se discutirá “propiedad versus propiedad”.
Son distintas las situaciones en controversia, por lo que no se genera cosa
juzgada.
Sin embargo, y esto es lo que la Corte no vio, sí es posible que se genere cosa
juzgada cuando en el proceso de reivindicación se discutió un MDP. Por ejemplo:
si la demanda de reivindicación de “B” es contestada por “C” invocando un MDP
sobre el bien en litigio, se genera una confrontación de derechos que da lugar a
la aplicación de las reglas de oponibilidad. Lo que se resuelva en la reivindicación
determinará cuál de las partes tiene una mejor propiedad sobre el bien. Si este
análisis ya se hizo dentro de la reivindicación no hay ninguna razón para permitir
que el debate se reabra en otro proceso, que si bien llevará un nombre distinto
(MDP), se reducirá a determinar lo mismo que ya fue resuelto en la
reivindicación: quién tiene el MDP sobre el bien.
En la praxis esta categórica afirmación queda reducida no más que a una idea
previa de la reivindicación, en el Perú, ni es el más completo ni mucho menos el
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más eficiente medio de tutela de la propiedad, muy a despecho de que se le haya
etiquetado desde antaño como la “acción real por excelencia”. En los
pronunciamientos de los tribunales, hasta no hace mucho tiempo se declaraba
improcedente la demanda de reivindicación cuando el demandado exhibía un
título del cual, según sus argumentos, emanaba un derecho de propiedad sobre
el bien a reivindicar, lo que aparentemente justificaba la imposibilidad jurídica del
juez de pronunciarse sobre el fondo del litigio, quien optaba por la remisión a una
vía previa donde se dilucide el mejor derecho de propiedad para luego, sin
mayores obstáculos, por fin resolver la reivindicación. Claro entre ello
transcurrirían diez o quince años de litigio, pero eso no importaba. Cuando el
propietario no tiene la posesión del bien que le pertenece, se piensa en la
reivindicación como el mecanismo de tutela de la propiedad más antiguamente
conocido, pero cuando estamos ante un caso donde hay un conflicto de
titularidades como se ha dicho, aquí, se ha dudado respecto de cuál de las
personas podría implementarla exitosamente, si al parecer todos los que alegan
titularidad documentalmente serían propietarios, entonces, ninguno de ellos
podría hacerlo viablemente porque no se sabe quién es el “verdadero”
propietario. El germen de esta situación problemática, traducida en la ineficiencia
de la reivindicación como medio de tutela del derecho de propiedad en los casos
de conflicto de titularidades (entre reivindicante y reivindicado) sobre el bien a
reivindicar, radica en el hecho de que el Código Civil no dice nada sobre la
reivindicación, más allá de indicar erróneamente que es uno de los poderes
jurídicos que forma parte del contenido de la propiedad en el artículo 923, y que
es imprescriptible y no procede contra el usucapiente en el artículo 927, no hay
más nada. Por cuestión de pura lógica, para decidir sobre la restitución del bien
como efecto de la reivindicación, es condición sine qua non el esclarecimiento
de este conflicto de titularidades. El Pleno Jurisdiccional Nacional Civil Lima 2008
vino a superar este escollo, pero basado en una premisa errónea, planteando el
debate desde el prisma del mejor derecho de propiedad: ¿En un proceso de
Reivindicación puede discutirse y evaluarse el mejor derecho de propiedad?,
aunque en la conclusión plenaria, adoptada por mayoría, se puso en el centro a
la reivindicación y a su procedencia en el caso del conflicto de titularidades, sin
ninguna referencia al mejor derecho de propiedad: “en un proceso de
reivindicación, el juez puede analizar y evaluar el título del demandante y el
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invocado por el demandado para definir la reivindicación”. Este pleno
jurisdiccional simboliza una salida pragmática, no obstante, consolida la inexacta
concepción de nuestros tribunales y doctrina, según la cual no está en la
naturaleza jurídica de la reivindicación la dilucidación del conflicto de
titularidades, y que la institución integradora de esta laguna es el mejor derecho
de propiedad, se cree que éste le lanza el salvavidas evitando que naufrague en
la improcedencia, es decir, en la más absoluta y estrepitosa inutilidad,
declarando pretorianamente que es viable dilucidar dentro de los procesos de
reivindicación algo que antes estaba fuera de su alcance. Este pleno
jurisdiccional impone algo así como el nobel primado de la reivindicación fuera
de sus confines, en una realidad que le era ignota y lejana. Entonces, el problema
de la ineficiencia de la reivindicación como medio protector de la propiedad
persiste, no se crea equívocamente que con el pleno jurisdiccional se zanjó el
asunto, precisamente, la aplicación jurisprudencial de este pleno en los casos
examinados contribuye a la verificación de nuestra hipótesis según la cual, “en
el Perú la reivindicación no es concebida como un medio eficiente de tutela de la
propiedad debido a su disfuncional regulación en el Código Civil”. La
comprobación de esta hipótesis pasa por determinar respecto de la
reivindicación: a) si es propia a su naturaleza jurídica la dilucidación del conflicto
de titularidades entre reivindicante y revindicado; b) de dónde surgió y por qué
se difundió en el Perú la idea de que no procede contra el poseedor que exhibe
un título de propiedad; y c) si debería tener este grado de aplicabilidad per se o
sólo por efecto del pleno jurisdiccional civil de 2008. Necesariamente, debemos
acudir a la doctrina extranjera, al derecho comparado y al estudio de la
circulación de modelos jurídicos, para indagar una definición de la reivindicación
coherente con la función que debe cumplir como eficiente mecanismo de tutela
de la propiedad, que sea aprovechada no sólo doctrinariamente sino en los
tribunales. Doctrinariamente se prueba nuestra hipótesis partiendo de la
definición de la reivindicación, que es una acción por excelencia que permite al
propietario recuperar su bien en cualquier momento, sim embargo ve limitado su
derecho porque el poseedor de mala fe adquiere la propiedad por usucapión
despojando al propietario verdadero deviniendo en consecuencia en inoperante
en la realidad la reivindicación que se intenta incoar.
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4.4. La inexistencia de una definición legal sobre la acción de
reivindicación.
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Esto corrobora la probanza de nuestra hipótesis porque nuestros legisladores no
son muy claros al tipificar la reivindicación, resultando el artículo 927 del código
civil contradictorio, existiendo la contradicción entre la primera y segunda parte
del mencionado artículo.
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Nacional Civil Lima 2008, que ha apelado al mal llamado mejor derecho de
propiedad para darle efectividad a la reivindicación; soslayando que esta figura,
propiciamente denominada por la doctrina italiana como acción –refiriéndose a
la pretensión- de declaración de certeza del derecho de propiedad, se distingue
de la reivindicación en el presupuesto y en el fin: su presupuesto no es la
privación de la posesión, sino la simple negación o discusión del derecho; su fin,
por lo tanto, no es la consecución del objeto mediante la condena (como en la
reivindicación), sino la declaración de pertenencia del derecho discutido. El
interés para accionar está en el perjuicio que el actor experimenta por la
incertidumbre del derecho sin desposesión. La inoperancia y la disfuncionalidad
de la reivindicación se prueba, no solamente por la doctrina nacional y extranjera,
sino por el tratamiento dado al tema por los operadores del derecho que no es
muy claro, lo que se evidencia en el pleno jurisdiccional Nacional Civil Lima
(2008) lo que corrobora la probanza de nuestra hipótesis en el sentido que la
reivindicación deviene en improcedente cuando se plantea después de los 10
años de posesión de emplazado no operando la primera parte del artículo 927
del código civil que prescribe que la acción reivindicatoria es imprescriptible;
disposición legal que queda únicamente en la norma pero en la realidad no
resulta aplicable.
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CONCLUSION
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BIBLIOGRAFIA
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