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EL CUENTO

El cuento pertenece al género literario narrativo y es un texto escrito por


uno o varios autores que narran una historia a través de unos personajes a los
que les sucede hechos en un lugar y espacios determinados. El cuento puede
transmitirse de forma oral o escrita siendo, actualmente, más usual la forma
escrita para la transmisión.
El principal objetivo de un cuento es causar emoción en el receptor de
una forma rápida, concisa y muy elegante.

Características y estructura
Sus principales características y elementos principales son los siguientes:
 El cuento es la narración de corta extensión por excelencia
 El cuento tiene pocos personajes y todos suelen tener una
importancia notable en la obra.
 Los espacios son también muy reducidos.
 El cuento tiene únicamente una línea argumental, un único
tema principal.
 Está pensado para ser leído de una sola vez y sin interrupciones.
 La estructura del cuento es la misma que en la
novela: introducción, nudo y desenlace.
¿Qué clases de cuentos hay?

Cuento popular

El cuento popular es una narración breve (normalmente transmitida por


tradición entre la gente) en la que se nos narran historias con hechos imaginarios
y que han sido “contadas” de muchas maneras distintas dando lugar a
las versiones o variaciones del cuento. Los cuentos populares tienden a contarse
de manera oral y, por ello, los autores suelen ser desconocidos. Del cuento
popular y como es lógico, se han derivado distintas clases de narraciones
breves. Las principales son las siguientes:
 Los cuentos de hadas.
 Las fábulas.
 El mito.
 La leyenda

El cuento popular ha tenido una larguísima tradición y ha evolucionado


de distintas formas. Por fortuna, estas narraciones populares y normalmente
locales han sido transcritas y han llegado a nuestros tiempos. Probablemente, los
cuentos populares más conocidos son aquellos recogidos por los Hermanos
Grimm (Caperucita roja, La princesa del guisante, Rapunzel, entre otros.)

Cuento literario

La principal diferencia entre el cuento popular y el cuento literario es la


intención con la que se escribe. El cuento literario está redactado con una
intención plenamente estética y literaria, mientras que el cuento popular exige
una reescritura.
El cuento literario suele estar escrito por un autor conocido que decide
fijar el texto para expresar unas ideas o unas emociones. Además, el cuento
literario abarca un público más específico, ya que no será lo mismo escribir un
cuento para niños que un cuento para adultos.
Había una vez, una rata muy laboriosa y dedicada,
cuya hija se pasaba todo el día de haragana jactándose
frente al espejo. “¡Qué bella soy!” repetía por el día,
por las tardes y por las noches.

Entonces sucedió que un buen día, la mamá rata


descubrió una pepita de oro mientras regresaba a casa.
Al momento, la rata imaginó cuántas cosas no podría
comprar con aquella pepita de oro tan brillante, pero
lo más importante para ella, era su propia hija, por lo
que decidió regalársela sin dudarlo.

“No compres nada inútil, querida mía” le advirtió la


mamá a su hija cuando se disponía a marcharse. Al
llegar al mercado, la ratita presumida compró una
cinta de color rojo y quedó prendida al ver cómo lucía de hermosa en la punta de su cola.
“Ahora seré más bella aún” pensaba la ratita.

De regreso a casa, se topó con el señor gallo, quien le propuso trabajar en su granja, pero
la ratita contestó rápidamente: “Lo siento querido gallo, no me gusta levantarme
temprano”.

Más tarde, se encontró con un perro cazador, quien estaba necesitado de una buena
compañera de caza. “Lo siento querido perro, pero no me gusta correr y andar agitada”,
contestó la pequeña y se despidió con un hasta luego.

Finalmente, salió al encuentro de la ratita un gato gordo de bigotes enormes. “Hola, ratita
¿Quieres trabajar conmigo? No tendrás que levantarte temprano ni correr”, le dijo el
gato acercándose lentamente. La ratita, tan alegre, le preguntó a qué se dedicaba.

“A devorar holgazanas como tú” y se abalanzó sobre la ratita en un santiamén. La suerte,


es que el perro cazador se encontraba cerca y espantó al gato de un mordisco. Entonces, la
ratita regresó a casa rápidamente a contarle a su mamá la importante lección que había
aprendido.
EL POZO, (Luis Mateo Díez)
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de
esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia
numerosa. Veinte años después, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel
pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el balde descubrió una
pequeña botella con un papel en su interior. “Éste es un mundo como otro
cualquiera”, decía el mensaje.

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