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RETROPERITONEO
INDICACIONES
Linfomas o Leucemias (adenopatías)
Trauma del retroperitoneo (específico del riñón).
Trauma con lesiones costales y vertebrales.
Patología inflamatoria o tumoral de la columna.
Sospecha de fibrosis retroperitoneal.
PREPARACIÓN Y TÉCNICA
No se requiere preparación previa. Los espacios RP y RF se estudian con
transductores de 3.5 o 5 MHz con cortes transversales y longitudinales, aunque a
veces deben realizarse cortes oblicuos y coronales. Aunque los espacios no
pueden ser identificados, se pueden inferir por su profundidad, forma y posición
y sobre todo por los órganos que ellos rodean.
En la Ecografía no pueden identificarse las estructuras menores de 1cm, no
sucediendo lo mismo con la TAC que es capaz además de caracterizar a algunas
masas portadoras de aire.
ANATOMÍA ECOGRÁFICA NORMAL DEL RETROPERITONEO
El espacio retroperitoneal (RP) esta limitado anteriormente por el peritoneo
parietal posterior y por detrás por la fascia muscular. La fosa lumbar se extiende
desde el diafragma, por arriba, a la cresta ilíaca por debajo y se subdivide en 3
espacios: pararrenal anterior, perirrenal y pararrenal posterior. Estos 3
subespacios se fusionan por arriba y se unen laxamente por debajo en la cresta
ilíaca, por lo que la fosa lumbar se continua inferiormente con la fosa ilíaca o
falsa pelvis, la que se extiende de la cresta ilíaca a la línea ileopectinea del anillo
pélvico. El espacio RP de la fosa ilíaca se continua con el RP de la pelvis
inferior o verdadera.
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ANATOMÍA GANGLIONAR.
De un modo general los grupos ganglionares acompañan a las estructuras
vasculares y llevan sus nombres. Otras llevan los nombres de los órganos
vecinos a donde se sitúan, existiendo múltiples canales de comunicación entre
los ganglios. Las cadenas ganglionares más frecuentemente visualizadas
incluyen: la cadena lumbar derecha (grupo pericaval e interaortocaval), la
cadena lumbar izquierda (grupo pericaval) y la cadena preaórtica (grupos
celíaco, mesentérico superior y mesentérico inferior). Los linfáticos procedentes
de los grupos mesentéricos del bazo, hígado y el grupo epigástrico, junto con los
grupos lumbares se unen y forman la cisterna quilosa, que da origen al conducto
torácico a la altura de T12 y que desemboca en la vena subclavia izquierda.
En la Ecografía solo se pueden ver algunos de los ganglios de estos grupos sobre
todo cuando están agrandado.
En la TAC los ganglios se visualizan cuando son mayores de 1cm y cuando
tienen suficiente cantidad de grasa que los rodea.
PATOLOGÍA DE LOS ESPACIOS RP Y RF
Adenomegalias. No existe un consenso sobre el concepto de adenomegalia. La
mayoría se basa en la medición del diámetro transverso mayor del ganglio, lo
que se logra mejor con la TAC, y que varía según las diferentes regiones
anatómicas. Para algunos un diámetro entre 1.5 y 2cm es criterio de
anormalidad, aunque pueden existir ganglios patológicos de tamaño normal y no
existen criterios específicos para caracterizar sus diferentes afecciones.
En la Ecografía las adenomegalias se presentan frecuentemente como
estructuras hipoecoicas de forma muy variable. Cuando son pequeñas hay que
diferenciarlas de las estructuras vasculares vecinas, y cuando son muy grandes
muestran un aspecto lobulado que puede desplazar a las estructuras cercanas.
Cuando se necrosan (frecuentes en el curso de un tratamiento) se presentan
como masas complejas con un área central quística de bordes pobremente
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definidos. Los ganglios periaórticos pueden borrar los planos tisulares y fijar a
los grandes vasos.
Las adenopatías benignas raramente ocurren en estos espacios, casi nunca
mayores de 2cm y se ven especialmente en los pacientes inmunodeprimidos.
Se han señalado algunos criterios Ecográficos de benignidad:
Tendencia al alargamiento del ganglio
Visualización de ecogenicidad (grasa) en el hilio del ganglio
Los ganglios son menos numerosos y más pequeños
La necrosis central es rara
El tamaño tiene poco valor
Los aspectos Ecográficos de malignidad son:
Contornos redondeados
Tamaño mayor de 2cm
Aumento del número de ganglios
Predominio en el epigastrio, en la región periaórtica y en el hilio hepático.
Las metástasis ganglionares se pueden estudiar por la posición y el drenaje
linfático del órgano afectado y es de gran utilidad para el estadiamiento tumoral.
En los tumores malignos del páncreas, riñón y estómago, se pueden identificar
ganglios epigástricos que pueden extenderse por debajo del pedículo renal. En
los tumores de testículo, ovario y útero es frecuente una extensión bilateral hasta
los ganglios del hilio renal. En los seminomas y en el Ca del ovario hay una
toma precoz de los ganglios paraórticos. El Ca del colon interesa rápidamente a
los ganglios del mesenterio, mientras que en el Ca de útero, próstata y vejiga las
metástasis interesan preferentemente a los ganglios iliacos y presacros.
Hay una serie de entidades que pueden provocar errores diagnósticos,
especialmente con la Ecografía como son:
Adenopatías que simulan quistes por técnica defectuosa frecuentes en los
Linfomas.
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conjugan las técnicas de la ecografía y la citología con aguja fina (CAF), que en nuestra
opinión es la ideal en el manejo de estos pacientes.
En este capítulo no nos ocuparemos de las enfermedades de los órganos que se sitúan en
el retroperitoneo (riñones, glándula suprarrenal, etc.), que tienen un capítulo dedicado
de manera individual, sino de las restantes estructuras que se localizan en este espacio
anatómico.
Aspecto normal
Ecografía
Aunque la ecografía no permite distinguir entre el espacio intraperitoneal y
retroperitoneal, debemos recordar sus límites anatómicos y las estructuras que en él se
encuentran ubicadas.
Espacio retroperitoneal. El retroperitoneo (RP) es un espacio potencial que está limitado
por delante por el peritoneo parietal posterior, por detrás por la fascia muscular lumbar,
por arriba por el diafragma y por debajo se extiende hasta la cresta ilíaca. Según su
nivel anatómico, se subdivide en cuatro regiones que contienen diferentes estructuras y
órganos.
Así tenemos:
1. Fosa lumbar. Comprende 3 espacios:
Espacio pararrenal anterior. Está limitado por delante por el peritoneo parietal posterior,
por detrás por la fosa pararrenal anterior y lateralmente por la fascia lateroconal; el
espacio es continuo a través de la línea media. De modo similar la fascia lateroconal
desaparece a la altura de las crestas ilíacas y permite una comunicación entre el espacio
pararrenal anterior y la grasa preperitoneal, que ocupa el espacio entre el peritoneo
parietal y la fascia transversal. Este espacio contiene a las porciones ascendente y
descendente del colon, al duodeno, páncreas, arterias y venas, vasos linfáticos, ganglios,
nervios y grasa.
Espacio perirrenal. Está limitado por delante por la fascia pararrenal anterior, por detrás
por la fascia pararrenal posterior y lateralmente por la fascia lateroconal, resultado de
la fusión de las fascias perirrenales. Este espacio no tiene continuidad en la línea media,
con el espacio contralateral y contiene a los riñones, glándula suprarrenal (GSR),
uréteres, arterias, venas, vasos linfáticos, ganglios, nervios y grasa.
Espacio pararrenal posterior. Está limitado por delante por la fascia pararrenal posterior y
por detrás por las fascias de los músculos. Se continúa lateralmente con la grasa
preperitoneal de la pared abdominal y por debajo con la fosa ilíaca correspondiente.
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Existe una comunicación potencial por debajo con el espacio pararrenal anterior y
perirrenal. Contiene grasa, arterias, venas, vasos linfáticos y ganglios.
2. Espacio retrocrural. Este espacio se localiza entre los ángulos del diafragma y la cara
ventral de las undécima y duodécima vértebras dorsales y constituye el nicho inferior del
mediastino. Este espacio es atravesado por la aorta abdominal acompañada de la vena
ácigos, así como del conducto torácico y pequeños ganglios.
3. Fosa ilíaca. Está limitada por delante por el peritoneo parietal posterior y por detrás
por la fascia ilíaca. Este espacio se continúa con la fosa lumbar por encima de la cresta
ilíaca y con la fosa pélvica por debajo de la línea ileopectínea. Contiene arterias, venas,
nervios, ganglios y grasa.
4. Espacio retrofascial. El límite posterior del retroperitoneo es la fascia muscular que
cubre a los músculos de la pared posterior del abdomen. Este espacio está en íntima
relación por delante, con el espacio pararrenal posterior, por detrás con los músculos
erectores, por dentro con la columna vertebral y por fuera con la fascia transversal. Esta
relación hace que las afecciones de este espacio se confundan con la de las estructuras
vecinas. En esta región anatómica, se sitúan los músculos ilíacos mayor y menor
cubiertos por la fascia ilíaca, así como el músculo cuadrado lumbar.
Anatomía ganglionar
La existencia de numerosos ganglios en este espacio y su frecuente afectación en el curso
de diferentes procesos patológicos obliga a una breve revisión de estos. De un modo
general los grupos ganglionares acompañan a las estructuras vasculares y llevan sus
nombres. Otros, llevan los nombres de los órganos vecinos o de las regiones anatómicas
donde se localizan. Entre los grupos ganglionares existe una red de múltiples canales
linfáticos que los comunican entre sí.
Los vasos linfáticos procedentes del bazo, hígado y del grupo epigástrico, junto con los
grupos lumbares, se unen y forman la cisterna quilosa, que da origen al conducto
torácico a la altura del duodécimo cuerpo vertebral dorsal y que asciende por el tórax
para desembocar en la vena subclavia izquierda.
En la ecografía solo se pueden identificar algunas de estas cadenas ganglionares cuando
están agrandadas y siempre debe evaluarse su tamaño, contornos, aspecto interno, etc.
Las cadenas ganglionares que con más frecuencia se visualizan, cuando son patológicas,
son: la cadena lumbar derecha; que comprende a los grupos pericaval e interaortocaval,
la cadena lumbar izquierda formada por el grupo pericaval y la cadena preaórtica
constituida por los grupos celíaco, mesentérico superior y mesentérico inferior.
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aumentada, lo que se hace evidente con el Doppler color (DC). Si observamos un ganglio
fuera de su región anatómica normal, es otro criterio de gran valor para sospechar su
naturaleza maligna.
Lesiones ganglionares benignas
Dentro de este grupo se incluyen a la linfadenitis aguda inespecífica, la linfadenitis
necrotizante, la linfadenitis granulomatosa, hiperplasia linfoide folicular, enfermedad de
Castleman y la enfermedad de Rosai-Dorfman.
Linfadenitis aguda inespecífica
Las adenopatías benignas, casi nunca son mayores de 2 cm y ocurren en especial en los
pacientes inmunodeprimidos.
Ecografía
Por el pequeño tamaño de estos ganglios, raras veces se visualizan con la ecografía.
Linfadenitis necrotizante
Se observa en el curso de procesos autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico (LES),
la enfermedad de Kikuchi-Fujimoto y las infecciones virales, bacterianas y micóticas. Es poco
frecuente que se afecten los ganglios del retroperitoneo.
Ecografía
Solo se pueden visualizar las adenopatías mayores de 2 cm y en estos casos, las
adenomegalias tienen forma redondeada y de baja ecogenicidad.
Linfadenitis granulomatosa
Bajo este término se incluye a un grupo de enfermedades, muchas de ellas de naturaleza
infecciosa, como son: tuberculosis, lepra, brucelosis, sarcoidosis, enfermedad por arañazo de
gato, infecciones micóticas, toxoplasmosis, sífilis, linfadenitis mesentérica producida por
yersinia y tularemia, y en que son frecuentes las afecciones ganglionares en el retroperitoneo.
En ocasiones puede ser un elemento acompañante del linfoma de Hodgkin.
Ecografía
No presentan ninguna característica especial que las identifique, se sospecha su causa al
conocer el diagnóstico de la enfermedad de base. Las adenopatías son de mayor tamaño que
en las variantes anteriores, por lo que se pueden visualizar mejor con este método. Las
adenopatías por tuberculosis y sarcoidosis pueden ser grandes y disponerse en forma de un
manguito paravertebral. Su ecogenicidad es muy baja debido a la necrosis, pero en el período
de curación pueden calcificarse y producir sombra acústica.
El DD debe realizarse con los ganglios de tipo metastásicos y linfomatosos.
Hiperplasia linfoide folicular (linfadenitis hiperplástica)
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Se trata de un cuadro frecuente en los niños, que interesa con preferencia los ganglios
superficiales. Se asocia a diversos procesos que cursan con estimulación de la inmunidad
humoral (células B), como son las infecciones virales (VIH, Epstein-Barr, citomegalovirus,
etc.) así como a procesos autoinmunes (artritis reumatoide, LES, enfermedad mixta del tejido
conectivo, etc.).
Ecografía
Los ganglios retroperitoneales son semejantes a los que ocurren en la linfadenitis necrotizante.
Por lo general se puncionan los ganglios superficiales que forman parte del cuadro
clinicoecográfico.
Enfermedad de Castleman
Representa un tipo peculiar de hiperplasia linfoide y de la cual se han descrito 3 tipos;
variedad hialino-vascular (la más frecuente), plasmocelular difusa y mixta. Se presentan como
grandes masas tumorales que pueden simular tumores de las partes blandas.
Ecografía
En esta afección aparecen masas ganglionares retroperitoneales, multilobuladas, de baja
ecogenicidad que pueden presentar calcificaciones. En dependencia de su localización hay
desplazamiento de las estructuras vasculares y órganos vecinos, así como ureterohidronefrosis
por englobamiento de los uréteres.
El DD debe realizarse con otros tumores retroperitoneales (sarcomas), linfomas y metástasis.
Enfermedad de Rosai-Dorfman (R-D)
Como norma presenta un curso benigno, limitado a los ganglios cervicales, aunque existen
formas agresivas diseminadas que pueden afectar a los ganglios retroperitoneales.
Ecografía
Cuando los ganglios de la enfermedad de R-D se visualizan, se presentan como masas
conglomeradas, de baja ecogenicidad que desplazan las estructuras vecinas.
El DD con el HDG resulta imposible.
Lesiones ganglionares malignas
Linfomas. Los linfomas son la neoplasia maligna del tejido linforreticular y se dividen en 2
categorías, los linfomas no Hodgkin y el linfoma de Hodgkin.
Linfoma no Hodgkin
Ecografía
Aunque la ecografía no es específica, los ganglios del LNH en el RP aparecen fusionados
formando grandes masas mal definidas y de ecogenicidad no homogénea, que provocan
desplazamiento de los órganos vecinos y están surcadas por los vasos de la región donde
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crecen. Otras veces se presenta de forma difusa y produce áreas mal definidas de
ecogenicidad no homogénea que obliteran los espacios del retroperitoneo y borran los
contornos del psoas. Ante la sospecha de un LNH se debe prestar atención no solo a la
participación ganglionar, sino también a la hepática, esplénica, intestinal, renal, ovárica, etc.
Desde el punto de vista ecográfico, es posible sospechar la entidad, pero no diferenciar las
variedades del LNH.
Hay hechos que pueden provocar errores diagnósticos, especialmente con la ecografía, sobre
todo, la presencia de estructuras anatómicas normales que simulan adenopatías como son: los
aneurismas trombosados y hematomas localizados, las asas intestinales llenas de líquido, la
crura diafragmática prominente y lobulada, un bazo accesorio, etc., lo que puede aclararse
realizando diferentes cortes o administrando líquido por vía oral y en ocasiones utilizando la
técnica de Doppler que identifica el flujo dentro de las estructuras vasculares.
El DD debe realizarse con el resto de los tumores sólidos retroperitoneales y los ganglios
metastásicos.
Citopatología
Los métodos para la clasificación de los LNH han sido por largo tiempo materia de debate. El
diagnóstico citopatológico tiene limitada la posibilidad de clasificarlos según los diferentes
subtipos, aunque con el empleo del inmunofenotipo, la citometría de flujo y la biología
molecular, algunos de ellos pueden ser identificados correctamente.
Los LNH pueden ser clasificados según el tamaño de las células que caractericen al extendido
en linfomas de células pequeñas, células grandes y mixtos; según el inmunofenotipo en B o T
y según su comportamiento biológico en bajo grado de malignidad (que tienen un curso
indolente, pero usualmente fatal) y en alto grado de malignidad que tienen una progresión
rápida pero son potencialmente curables.
LNH de bajo grado de malignidad. Entre estos linfomas se encuentran el linfoma linfocítico
de células pequeñas, el linfoplasmocitoide, el linfoma centro folicular, el de células del manto
y el de la zona marginal.
De manera general, los extendidos de los LNH de bajo grado de malignidad son monótonos y
con discohesión; las células linfoides son pequeñas con una relación núcleo/citoplasma muy
alta, el núcleo varía según el subtipo histológico y las mitosis son escasas o ausentes. Aunque
el inmunofenotipo solo se puede conocer mediante la aplicación de técnicas de ICQ o biología
molecular, como ya mencionamos, algunos rasgos morfológicos pueden ser orientadores para
su clasificación por CAF. Por ejemplo:
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Linfoma linfocítico de células pequeñas (LP-LLC). Los núcleos son redondos, con
membrana nuclear lisa o escasamente irregular, la cromatina se dispone en grumos y los
centros de proliferación que se observan en el estudio histopatológico se expresan por la
presencia de prolinfocitos y parainmunoblastos que son células de mayor tamaño y con
nucleolo.
Linfoma linfoplasmocitoide (LLP)/macroglobulinemia de Waldenström. Se identifican
linfocitos pequeños y plasmocitoides, estos últimos con un núcleo excéntrico con cromatina
en grumos y el citoplasma más abundante que un linfocito pequeño.
Linfoma centro folicular (LCF). Muestra un predominio de los centrocitos que son mayores
que un linfocito pequeño maduro y su núcleo es más oval con irregularidad de la membrana.
Hay otras variantes de este linfoma que por presentar linfocitos de mayor tamaño se incluyen
dentro de los LNH de alto grado.
Linfoma de células del manto (LM). Suele tener un curso más agresivo que el resto, y al
igual que el LCF presenta un núcleo oval con membrana irregular, por lo que para su
diferenciación es muy importante la ICQ.
Linfoma de la zona marginal (LZM). Sus extendidos son similares a los del LCF y LM de
los que se diferencia por su citoplasma abundante y pálido.
LNH de alto grado de malignidad. Comprende tanto a los linfomas de extirpe B como T, en
su mayoría son B, y es el gran tamaño celular el rasgo que se tiene en cuenta para su
subdivisión, aunque existen excepciones como lo son el linfoma linfoblástico y el de Burkitt,
que sus células son pequeñas y se encuentran dentro de este grupo.
Linfoma B de células grandes. Constituye el LNH más frecuente de la edad adulta y es el
tercero en la edad pediátrica, después de los linfomas linfoblásticos y el de Burkitt. Los
extendidos se caracterizan por un predominio casi absoluto de células grandes, son muy
escasos los linfocitos pequeños y los plasmocitos. Las células son 3 veces el tamaño de un
linfocito maduro, el citoplasma es de cantidad variable, el núcleo es vesiculoso con uno o más
nucleolos.
Linfoma de células grandes inmunoblástico. Pueden ser de extirpe B o T y sus extendidos
están constituidos por células grandes con núcleo redondo u oval, nucleolo único, central y
prominente. En ocasiones las células pueden presentar múltiples núcleos y tener una
apariencia plasmocitoide, por lo que puede ser confundido con un mieloma plasmablástico. El
DD se debe realizar no solo con el mieloma plasmablástico sino también con un carcinoma
anaplásico, sarcomas, tumores de células germinales y melanomas malignos amelanóticos.
Los antecedentes clínicos y la ICQ son de gran valor.
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macrófagos con cuerpos tingibles y más que diversos tamaños de células, se identifican 2
tipos celulares fundamentales.
El inmunofenotipo de los LNH de alto grado de malignidad sólo se puede conocer mediante
la aplicación de técnicas de ICQ o de la biología molecular, en la tabla 2 se presenta el
comportamiento inmunofenotípico de algunos de ellos.
Linfoma de Hodgkin
Es una enfermedad maligna primaria del tejido linfoide, que tiene una presentación etárea
bimodal, con picos a los 20 y 50 años que predomina en el sexo masculino.
Ecografía
Por lo general los ganglios del HDG se presentan bien delimitados o fusionados formando
grandes conglomerados homogéneos de lesiones nodulares de muy baja ecogenicidad,
prácticamente ecolúcidos, que desplazan las estructuras vasculares vecinas. Cuando se
sospecha su diagnóstico, se deben explorar los órganos abdominales, en especial el hígado y
el bazo, buscando su participación, que puede ser en forma de lesiones difusas o nodulares,
aunque son más frecuentes en el LNH. Hay que tener presente la existencia de estructuras
anatómicas normales como las vasculares y asas intestinales llenas de líquido, que pueden
simular adenopatías y provocar errores diagnósticos. En estos casos es aconsejable realizar
diferentes tipos de cortes y la exploración con DC.
El diagnóstico citológico de los HDG se hace difícil ante 2 situaciones:
La existencia de gran fibrosis que impida la obtención de las células de RS. En estos
casos el extendido muestra escasa celularidad, tejido fibroso y eosinófilos. Este patrón, con un
cuadro clínico adecuado, será sospechoso de HDG.
Ganglios linfáticos con afectación parcial de la arquitectura. En estos casos, si la muestra
no se obtiene del área infiltrada, constituye un falso negativo.
La subclasificación del HDG no es reproducible por la CAF, por lo que se recomienda la
extracción del ganglio para estudio histológico.
El DD se debe realizar con algunas enfermedades de origen ganglionar o no, en cuyos
extendidos pueden aparecer células parecidas a las de RS, tales como: la mononucleosis
infecciosa, otras enfermedades virales, reacción posvacunal, carcinoma de células gigantes,
coriocarcinoma, melanoma, sarcomas, LNH T periférico y LNH con células parecidas a las de
RS. El inmunofenotipo típico de la célula de RS es CD15 y CD30 positivos y negativa con
marcadores T y B.
Sarcoma granulocítico
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Constituye una neoplasia de células mieloides que se presenta en forma tumoral más que en
su variedad leucémica habitual.
Histiocitosis de células de Langerhans
Antiguamente conocida como histiocitosis X, la histiocitosis de células de Langerhans es una
proliferación clonal de células dendríticas presentadoras de antígeno.
Metástasis ganglionares
La identificación de ganglios metastásicos en el curso de las enfermedades malignas es de
gran utilidad para el estadiamiento tumoral. Su localización y extensión depende del drenaje
linfático del órgano afectado, por ejemplo; los tumores malignos del páncreas, riñón, esófago
y estómago, se extienden por los ganglios epigástricos. El Ca del colon, interesa rápidamente
a los ganglios del mesenterio, mientras que los tumores testiculares y del ovario toman de
manera precoz las cadenas paraórticas. Por su parte, los carcinomas del útero, próstata y
vejiga interesan preferentemente a los ganglios ilíacos y presacros, aunque las cadenas
paraórticas también pueden tomarse.
En cuanto a su extensión los tumores del testículo, ovario y útero con frecuencia lo hacen de
forma bilateral hasta los ganglios del hilio renal, en particular los seminomas producen
grandes masas tumorales a nivel del pedículo renal ipsilateral y los del páncreas, riñón,
esófago y estómago en ocasiones se pueden extender hasta por debajo de los pedículos
renales.
Macroscopia
Los ganglios pueden mostrar tamaño y consistencia variable, al corte son de color
blanco grisáceo, a veces con áreas de necrosis y hemorragia.
Ecografía
Los ganglios metastásicos pueden tener cualquier localización, aunque siempre se debe
tener en cuenta el drenaje linfático de los órganos abdominales, por lo que es de gran
valor conocer la existencia de un tumor primario y cuando no se conoce se debe hacer un
rastreo ecográfico completo del abdomen, de las mamas o realizar un estudio radiológico
del tórax en busca de un tumor en una de estas localizaciones. Las alteraciones del
tamaño, forma y ecogenicidad deben valorarse.
En los casos de seguimiento postratamiento, la ecogenicidad de los ganglios puede
disminuir por los efectos del mismo, e incluso simular lesiones quísticas, y cuando es
efectivo disminuyen en tamaño y número.
El DD debe realizarse con los ganglios afectados por un proceso infeccioso o linfomatoso,
es difícil sobre todo cuando se trata de ganglios retroperitoneales.
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linfangioma).
2. Lesiones que se extienden a lo largo de estructuras normales, especialmente de las
cadenas simpáticas, con un aspecto elongado. Estos tumores se pueden clasificar en 3 grupos.
A. Tumores originados en las células ganglionares.
Ganglioneuroma.
Ganglioneuroblastoma.
Neuroblastoma.
B. Tumores originados en el sistema paragangliónico.
Feocromocitoma.
Paraganglioma.
C. Tumores originados en las vainas de los nervios.
Neurilemoma.
Neurofibroma.
Neurofibromatosis.
2. Con contenido mixoide. Son tumores con una matriz mucoide que se presentan con muy
baja ecogenicidad, y que pueden confundirse con lesiones quísticas. Entre los más frecuentes
están los tumores neurogénicos, sobre todo los schwannomas que aparecen bien encapsulados
y los ganglioneuromas que tienden a ser de mayor tamaño, redondeados y con calcificaciones
frecuentes. Existen otros tumores con contenido mixoide, todos hipoecogénicos, como son el
tumor desmoide, hemangiopericitoma, leiomioma, leiomiosarcoma, rabdomiosarcoma,
mesenquimoma maligno, liposarcoma mixoide y el fibrohistiocitoma mixoide maligno.
3. Con predominio de la necrosis. Se ve con frecuencia en los tumores muy agresivos,
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especialmente en el leiomiosarcoma, que puede llegar a tener una gran degeneración quística.
Lo mismo sucede en algunos tumores muy vascularizados, tales como el paraganglioma que
puede complicarse de una necrosis hemorrágica y provocar un nivel líquido-líquido.
4. Con predominio del componente quístico. Entre estos tumores se encuentran los
linfangiomas y algunos tumores neurogénicos.
Linfangioma quístico. Se presenta como una lesión quística unilocular o multilocular.
Neurofibroma. Se sitúa en el trayecto de los nervios y es más ecogénico que el músculo
vecino.
5. Con diferente grado de vascularización.
Muy vascularizados.
Paraganglioma. Se presenta como una lesión sólida con necrosis o focos de
calcificación. Puede mostrarse muy vascularizado en el estudio con DC.
Hemangioma y hemangiopericitoma. Son tumores de ecogenicidad no homogénea y
en el DC muestran vascularización con flujo de baja velocidad.
Moderadamente vascularizado. Fibrohistiocitoma mixoide maligno y leiomiosarcoma.
Hipovascularizado. Liposarcoma de bajo grado.
donde se observa una masa sólida de muy baja ecogenicidad a la izquierda de la columna
vertebral.