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3 DAVID HUME

Hume es uno de los autores más influyentes de la tradición empirista, del


periodo ilustrado y del liberalismo. Más que en la originalidad, la fascinación de
sus escritos se basa en la radicalidad, en la manera de proponer los límites y
las consecuencias del pensamiento, con un estilo literario de primer orden.

Las bases de su filosofía del conocimiento son rudimentarias y


deliberadamente reductivas, como es el caso de la mayoría de los empiristas.
La contundencia con la que expresa sus principios y el modo como se asocia a
las modas intelectuales en aboga en la adaptación filosófica de la física de
Newton, con su carga de optimismo en el progreso científico y hacen pasar por
alto algunas deficiencias de fondo.

Por lo que se refiere a la filosofía moral y social, Hume presenta una visión
renovada de numerosas cuestiones permanentes. Si se excluyen los excesos
deterministas sobre la voluntad y la libertad, el lector se encuentra con sus
seductoras provocaciones sobre el sentimiento moral, que ocupa el papel de la
razón; y con una amable visión de las virtudes, sobre todo las que tienen más
resonancia social. Y todo, en un clima de libertad ante las instituciones que han
marcado el desarrollo ético, especialmente las autoridades religiosas. El
optimismo en el progreso de la ciencia se contagia a la exposición de la
naturaleza humana, la cual por otra parte tiene que habérselas con una
sociedad secularizada y en continua expansión comercial.

La liberación de las constricciones religiosas que propone Hume bebe de las


fuentes de algunos autores clásicos, y de Pierre Bayle, y tiene poco que
envidiar a Voltaire. Sus estrategias críticas son variadas y brillantes.

ESCEPTICISMO:

El escepticismo es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles los


fenómenos posibles y los noúmenos; y de ahí llegamos, por el equilibrio de las
cosas y de las razones opuestas (isostenia), primero a la suspensión del juicio
(epojé) y después a la indiferencia (ataraxia)."
El espíritu analítico le llevó al escepticismo, como dice él: "La estéril roca en el
que se ve reducido a casi la desesperación de reconocer la imposibilidad de
enmendar o corregir [...] la desventurada condición, debilidad y desorden de las
facultades."

Para Hume "un verdadero escéptico desconfiará de sus dudas filosóficas" lo


mismo que de sus convicciones filosóficas. La duda escéptica surge
naturalmente de una reflexión profunda e intensa sobre la cuestión de los
hábitos de pensamiento.

"Quien profese un escepticismo estricto, habrá de enfrentarse, no sólo al


embarazo de tener que violar sus principios teóricos para atender a las
exigencias prácticas, sino también a la compulsión natural a romper con el
intolerable talante de la melancolía y delirio filosófico que toma posesión del
escéptico tras un ataque de concepciones metafísicas".

Hume, en más de una ocasión llegó a la existencia del genuino escéptico, y al


respecto nos dice: "Que el único resultado del escepticismo es un asombro
momentáneo, irresolución y confesión."

Si somos filósofos debemos permanecer sólo sobre principios escépticos.


"Toda realidad no es más que un puro fenómeno o hecho de conciencia, no
hay sustancia ni material ni espiritual, la sustancia no es más que un concepto
complejo basado en la relación de la identidad y de permanencia en el tiempo";
esto lo llevó a profesar un fenomenismo escéptico.

I. METAFÍSICA Y EPISTEMOLOGÍA

Hume dio un paso revolucionario en la historia de la filosofía al rechazar la idea


de causalidad, argumentando que “la razón nunca podrá mostrarnos la
conexión entre un objeto y otro si no es ayudada por la experiencia y por la
observación de su relación con situaciones del pasado. Cuando la mente, por
tanto, pasa de la idea o la impresión de un objeto, a la idea o creencia en otro,
no se guía por la razón, sino por ciertos principios que asocian juntas las ideas
de esos objetos y los relaciona en la imaginación”. El rechazo de la causalidad
implica también un rechazo de las leyes científicas, que se basan en la premisa
de que un hecho provoca otro de forma necesaria y, como resulta predecible,
siempre lo hará. Según la filosofía de Hume, por tanto, el conocimiento de los
hechos es imposible, aunque admitía que en la práctica las personas tienen
que pensar en términos de causa y efecto y deben asumir la validez de sus
percepciones para no enloquecer. También admitía la posibilidad de
conocimiento sobre las relaciones entre las ideas, como las relaciones entre los
números en matemáticas. El punto de vista escéptico de Hume también
negaba la existencia de la sustancia espiritual defendida por Berkeley y de la
“sustancia material” defendida por Locke. Yendo aún más lejos, Hume negaba
la existencia de una identidad del yo, argumentando que como las personas no
tienen una percepción constante de sí mismas como entidades diferentes, no
son más que “un conjunto o colección de diferentes percepciones”.

II. ÉTICA SEGÚN HUME

En cuanto a la dimensión ética de su pensamiento, Hume pensaba que los


conceptos del bien y el mal no son racionales, sino que nacen de una
preocupación por la felicidad propia. El supremo bien moral, según su punto de
vista, es la benevolencia, un interés generoso por el bienestar general de la
sociedad que Hume definía como la felicidad individual.

Como historiador, Hume rompió con el tradicional recuento cronológico de


hazañas y hechos de Estado, e intentó describir las fuerzas económicas e
intelectuales que habían tenido importancia en la historia de su país. Sus obras
Historia de Gran Bretaña (1754) e Historia de Inglaterra (1759) se consideraron
títulos clásicos durante muchos años.

Las contribuciones de Hume a la teoría económica, que influyeron al filósofo y


economista escocés Adam Smith y a otros economistas posteriores, incluyen
los conceptos de que la riqueza depende no sólo del dinero sino también de las
mercancías, así como su reconocimiento de los efectos que las condiciones
sociales tienen sobre la economía.

III. LA DISTINCIÓN IMPRESIÓN / IDEA :

Hume quería crear una ciencia empírica del ser humano del mismo modo que
Newton había triunfado en física. Sus investigaciones se centran en el
entendimiento, las pasiones y la moral. Preguntas fundamentales: ¿Cuáles son
los materiales de los que está provista nuestra mente? ¿Qué uso se puede
hacer de ellos?

Respuesta: la mente se compone de PERCEPCIONES, que pueden ser:


IMPRESIONES: percepciones inmediatas, actuales, vivas e intensas. IDEAS:
copias de las impresiones, reflexiones sobre una impresión. Surgen de la
memoria y la imaginación. TODAS LAS IDEAS SURGEN DE UNA
IMPRESIÓN, ES DECIR, DE LA EXPERIENCIA.

Las ideas provienen de las impresiones Con el término impresión, pues, quiero
denotar nuestras percepciones más intensas: cuando oímos, o vemos, o
sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos, o queremos.

Una idea puede causar una nueva impresión. La impresión no será de


sensación sino de reflexión Ideas e impresiones pueden ser SIMPLES O
COMPLEJAS IDEA IMPRESIÓN (De reflexión) Al acordarse se pone triste
porque le echa de menos

La exigencia de que a toda idea ha de corresponderle una impresión, llevó a


Hume a criticar los conceptos fundamentales de la filosofía , como la idea de
causa y la idea de substancia .

IV. CRÍTICA A LAS IDEAS DE CAUSA Y SUSTANCIA

1. CRÍTICA A LA IDEA DE CAUSA: LA CAUSA DE UN HECHO NO PUEDE


DESCUBRIRSE POR LA RAZÓN, SINO POR LA EXPERIENCIA Pero
normalmente nos dejamos llevar por la costumbre: FENÓMENO A
FENÓMENO B Antes de A es causa de B

Los filósofos entienden la causa como una “conexión necesaria” entre dos
fenómenos. Pero no existe la impresión de “conexión necesaria”. Creemos que
la bola roja se moverá si golpeamos la blanca porque lo hemos visto antes,
pero puede no ser así. La causa es una creencia, una probabilidad.
2. CRÍTICA A LA IDEA DE SUSTANCIA: No existe una impresión de la idea de
sustancia. No es más que una colección de ideas simples unidas por la
imaginación. Los filósofos, como Descartes, dividen la sustancia en mundo,
alma (yo) y Dios .

MUNDO ¿Por qué creo que hay objetos , cuerpos, aunque no los esté viendo?
No puede ser por los sentidos porque los objetos cambian de apariencia .
Tampoco por la razón, es por la memoria y la imaginación .

YO (ALMA) ¿Por qué creo que soy la misma persona que ayer? No hay una
impresión del yo , sólo una colección de percepciones (sentimientos,
pensamientos, recuerdos). La memoria nos hace creer que existe el yo, pero es
falso . Confundimos la idea de sucesión con la de identidad

DIOS ¿Por qué creo que Dios es una sustancia infinita? No hay ninguna
impresión de Dios. No se puede afirmar su existencia. Iglesia Canongate
(Edimburgo) No es posible observar a Dios.

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