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En magia, para lograr un efecto, es necesario usar algún tipo de truco, trampa, engaño,
argucia, algo que no sea sospechado por el espectador ni insinuado por el actuar del
artista. Algo que, por otro lado, no se aparte de las acciones lógicas que la situación
exige. Si el espectador sospecha de un engaño o ha notado que algo le ha sido sugerido
por el actuante ó ve una situación ilógica, injustificada, él siempre quedará con el
recuerdo de esto y sin saber cuál ha sido la trampa que lo engaño, sabrá que ella
depende de esa situación ilógica, de ese acontecimiento insinuado o de esa sospecha que
ha nacido en su mente, por lo que concluirá que no se trata de magia sino que de un
burdo engaño.
Para llegar a ser realmente un mago, un ilusionista, es necesario resolver seriamente este
problema en cada juego de magia que el artista presente. Diría yo que en ello está gran
parte de la creatividad y trabajo del artista.
Con el fin de justificar la ineptitud de algunos magos para crear su ilusión mágica, se ha
pretendido crear “teorías” en torno a la finalidad mágica. Una de ellas, la más en boga
actualmente, es simplemente reconocer que todo es un simple engaño pero, que el
público por su ignorancia no es capaz de darse cuenta. Un ofensivo desafío al público
quien por lógica reacciona contra los magos y exigen les sean revelados los trucos de
los mismos. Es solo cosa de ver cómo reacciona un público cuando se le ofrece revelar
los secretos de los magos, la curiosidad es tremenda, tienen más interés por ello que ver
el trabajo de un buen ilusionista. También es importante notar como es actualmente
considerado el arte de la magia, un arte de segunda y al artista algo similar a un payaso
o menos.
Lejos está la época de un FUMANCHU, un CHANG y muchos otros que en su paso por
los grandes teatros de Sudamérica crearon la ilusión de ser seres con poderes mágicos.
Todavía hay gente que recuerda los años 40 y los 50 con sus espectáculos creando
magia, misterio e ilusiones. En verdad ellos no jugaban a ser magos, eran reales
creadores de ilusiones. Con su labor de escena creaban en la mente de los espectadores
vivencias completas de acontecimientos imposibles.
En verdad, para el niño, podría existir un gran dilema pero, no querrá analizarlo ni
tomarlo en cuenta, tiene una razón para ello. Las personas en quienes él confía, le han
narrado lo que sucede con el ratón, lo que él hace con los dientes de los niños, entonces
porque dudar de las personas en que él confía ciegamente, si además él quiere que el
ratón se lleve su diente. ¿Acaso se detendrá un momento a pensar que su padre, su
madre y sus demás amiguitos le han contado una mentira?. Obviamente que no, para él
está todo muy claro, pasó el ratón y se llevó su diente y ello le satisface y le enorgullece.
La prueba la tiene en el dulce y la moneda y en el hecho de que el diente ya no está más
bajo su almohada. ¡Quien más pudo hacer aquello?, nadie, sus padres dormían igual que
él. A él le ha sucedido algo destacado, distinto, irreal, ilógico pero, le ha sucedido y ello
es lo único que le interesa. Para él, ha sucedido algo mágico.
Es interesante ver que esta ilusión infantil, se destruye cuando el niño crece y se da
cuenta que es imposible que aquel ratón realmente exista. Recién entonces concluye que
ha sido engañado pero, aún siente el sabor agradable de haber vivido la época en que
para él, el ratón fue verdadero. El, por lo hermoso de la fantasía que vivió, se
confabulará en el futuro para hacer que otros niños vivan la historia del ratón.
Una ilusión así, es efímera, dura solo el momento que existe el convencimiento del
observador, cuando él deja de creer en ella y le es demostrado su error, todo aparece
como un engaño.
El trabajo del mago, es hacer que su ilusión, exista en la mente del espectador por
siempre.
Considerando esto último, es fácil darse cuenta que si bien son necesarias las trampas
para crear una ilusión, no es la trampa lo más importante, en verdad lo realmente
importante es el proceso que se debe realizar para que el observador acepte que está
viviendo o ha vivido, un acontecimiento imposible.
En la correcta creación y realización de este proceso radica el verdadero secreto del arte
del Ilusionismo.
LING-FU
CHILE