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Resumen de Los Sacramentos al Servicio de la comunidad

Luis Esteban Fernández Vargas

a) Introducción
Tanto el sacramento del orden como el matrimonio son sacramentos sociales al servicio de
la Iglesia, ambos a la edificación del reino. El matrimonio capacita a los conyugues para
fundar en el plano natural, ético y religioso la familia cristiana. Si el sacramento matrimonial
con sus efectos se funda sobre la ordenación natural mutua del hombre y mujer en cuanto
son las dos configuraciones de una misma naturaleza humana, el del orden se diferencia en
que el fin no es el hombre mismo sino Dios y su reino en este mundo. El matrimonio en
orden a la creación y el sacerdocio en orden a la redención.
En las religiones naturales en las que el hombre se encuentra impotente ante frente a los
poderes, el sacerdote puede y da protección y ayuda al individuo gracias a los poderes
sobrehumanos y prácticas secretas. En las religiones culturales el sacerdote está unido con
poderosos factores culturales. Es distinto en la religión revelada del judaísmo pues en esta
sólo Dios es poderoso. El sacerdote solo mantiene, anuncia y realiza por encargo de Dios.
Pero Cristo no procede de una familia sacerdotal judía (Aarón), proviene de la descendencia
de David, escoge como apóstoles que tampoco pertenecen a familia sacerdotal judía. Aún
cuando participa del culto del templo no incorpora nada de este culto a su fundación,
incluso predijo el final del tempo y de su culto.
Cristo no ha fundado primeramente su culto para el que luego ha nombrado servidores, ha
elegido doce como patriarcas del nuevo Israel. Les transmitió la Eucaristía, el perdonar
pecados, el manato misional, bautizar, predicar. Envió el Espíritu Santo y allí se inició la
Iglesia.
El servicio del sacerdote ha de ser auténtico si tiene como raíz no sólo la dedicación personal
del sacerdote a los hombres sino más bien la relación personal con Cristo pastor y obispo
de almas.
Hay diversos procedimientos de vocación: dones naturales y la inclinación a los servicios
especiales de la Iglesia, la aceptación por parte de ella o elección o plesbiscito en cuanto al
ministerio episcopal.
En torno al celibato: En oriente se prohíbe después de la ordenación diaconal, y todo
segundo matrimonio. En estado monacal exigen celibato al obispo. La iglesia romana dice
que el celibato presbiteral es por una ley positiva de la Iglesia y no por razones teológicas.
El sentido de la ley no fue la prohibición del matrimonio sino el ideal del sacerdocio
configurado en los tres primeros siglos con las persecuciones.
Tanto el matrimonio como sacerdocio están pensados por su fundador para toda la vida
(indisoluble).
Los cristianos no lo son por seguir a Cristo, sino por estar unidos a Él por medio del bautismo.
El sacerdocio ministerial no se puede determinar propiamente por medio de una
comparación con el bautismal, tiene un carácter completamente peculiar por medio de la
figura del buen Pastor:
A) El pastor está al frente del rebaño, con autoridad
B) Es una autoridad prestada, al igual que el rebaño.
C) Proviene de Cristo, y requiere una entrega total en libertad del sacrificio propio.
D) La salvación de los hombres es ante Dios, la medida interior de la autoridad que da
sentido a la autoridad externa.

La relación del celibato con el sacerdocio ministerial.

Está ligado a una dedicación total al servicio de la Iglesia. Apunta a establecer actualmente el reino.
Es un llamado a todo el que quiera poner su vida al servicio de la Iglesia, pero en especial a los
pastores.
Cristo es quien ha pedido renunciar a la familia y al matrimonio uniendo la llamada al Celibato y la
llamada al ministerio sacerdotal.

Sacerdocio y Celibato en Cristo

El modelo supremo del Sacerdocio es celibatario. No pueden oponerse celibato sacerdotal y


Encarnación.
La virginidad de María no hizo menos humano el nacimiento de Jesús ni el celibato aleja al
sacerdocio de la humanidad. Dios ha deseado la virginidad de la madre de Cristo y el celibato de
Jesús para la realización más integral de la Encarnación.
Pero no se puede excluir la posibilidad de casarse para Jesús a menos que fuera algo
pecaminoso. La caridad pastoral que traía a la humanidad tenía que revelar la extensión universal
del amor divino. Es a todos los hombres y mujeres. Se puede acercar a todo ser humano, evitando
un particularismo, vivir el celibato es fundar una familia mucho más amplia. No desprecia la familia,
ni el matrimonio. Su primer milagro fue a un matrimonio, y vivió en el seno de una familia. Jesús no
ha considerado su celibato como un cerrarse ni como un replegarse de su existencia, ni para dominar
las rebeliones de la carne. Tiene como objetivos, la consagración total al Padre y a su obra. La misión
de generación espiritual, la apertura universal al amor, no son exclusivos de Jesús. Iluminan el
fundamento del celibato de los sacerdotes en su misión.
Cuando Lucas habla de quien no odia a su Padre y a su madre, no se debe interpretar este verbo
como actitud psicológica de odio, sino resolución enérgica a separación para una vinculación a Cristo
que implica ninguna oposición. Tampoco puede verse como una exhortación a dejar el matrimonio
para seguir a Cristo. AL igual que cuando Lucas dice quien deja casa, mujer, hermanos, se refiere al
celibato. Vemos entonces como para poder realizar completa una renuncia a la familia se ha de
optar por el celibato. Es una renuncia no aislada, significa preferencia incondicional de amor
dedicado a Cristo, renuncia a cualquier atadura. Lucas 18, 29 nos dice que el celibato se encamina
a asegurar todas las fuerzas de la persona al desarrollo de la Iglesia.

El tema de los eunucos


En Mt 18, 10-12; “más vale no casarse” podemos encontrar un elogio a la heroica fidelidad conyugal,
porque encuentran muy dura la condición matrimonial.
Se elogia por otra parte a aquellos que se hacen eunucos por el reino a pesar de que para el
ambiente judío tenían prohibido llevar ofrendas al templo (Lv 21, 17-20), lo presenta Jesús como
estado voluntario, evidentemente la expresión no es literal o física, pero la usa en respuesta “a más
vale no casarse”, representando a aquellos que renuncian al matrimonio. Jesús afirma que el
celibato es un verdadero sacrificio pues lo natural es el matrimonio. Por lo tanto, no se alimenta del
repudio a la mujer ni al matrimonio. Los que no se casa no lo hacen para rebajar el matrimonio, sino
para sostenerlo reconociendo su valor.
Valor del Celibato para San Pablo

Presenta un valor apostólico y místico del celibato, que permite una dedicación más completa a las
cosas del Señor, y una vinculación indivisa a su persona. Pero no por ello se puede afirmar que el
matrimonio causa división entre la persona y el Señor. Pablo no habla del matrimonio en general
sino de aquellos que se van a dedicar al servicio de la Iglesia. Específicamente existía un caso en el
que alguno entregado al ministerio apostólico vivía en celibato en compañía de una virgen que le
prestaba servicios materiales. Allí recomendaba que aquellos que no pudieran con esta condición
se casen, y no harán mal, pero si no se casan hacen mejor. Por tanto en cuanto a los que están en
el servicio, el matrimonio los podría dividir.
El desarrollo del Celibato en la Iglesia
Ha sido impuesto de manera progresiva. EN Pablo se evocan dos situaciones: el celibato y las
funciones de epíscopos o presbíteros que sólo se confían al marido de una sola mujer. Así los célibes
podían dedicarse a la misión.
La evolución llevó a pensar que lo que sacraliza al presbítero es la ausencia de las relaciones
sexuales, pero es un error, ya desde antes, inicios del NT, era función sagrada.

El desarrollo de la ley

Desde concilio de Elvira 300-306 se comenzó a prohibir el matrimonio para clérigos. Hasta el siglo
XII se exige la separación a los sacerdotes casados I Lateranense (1123). El matrimonio no se
considera impedimento al sacerdocio en Occidente hasta después del CIC de 1917. Se dio una lenta
maduración.

En el siglo XV se da inobservancia de la ley por la mayoría de clérigos, por lo que se sugirió su


abrogación, pero se mantuvo y la Iglesia se preocupó por asegurar su observancia. En esta ascensión
sobre natural se reconocer la acción del E. S para comprenderlo en función de la llamada evangeliza
al ministerio sacerdotal.
La divergencia entre la Iglesia occidental y la Iglesia oriental pide ser correctamente entendida.
En el concilio in Trullo se fija la legislación de las Iglesias orientales separadas de Roma ´pr ña fuerza
de Bizancio. LA ley de continencia perfecta es mantenida para el obispo.

La ley tuvo imperfecciones en los motivos y hasta rigidez, la ventaja era el valor educativo del clero
para hacerle tender a la castidad más perfecta por el Evangelio.
El Vaticano II recomienda a los sacerdotes todas las formas de asociación y de vida común,
comunitaria como vida más normal para la actividad sacerdotal. La fraternidad previene del
aislamiento y repliegue en sí mismo, y para vivir el celibato con mayor apertura a los demás.

En el Sínodo de los obispos de 1971 se confirma la ley del celibato para la Iglesia latina. Esto se
mantiene vigente hasta hoy. De las dos fórmulas quedó: siempre a derecho del Papa, la ordenación
sacerdotal de hombres casados no es admitida, ni siquiera en casos particulares.
El problema actual

La ley en occidente no es necesidad absoluta. Como dijo Vaticano II, la continencia perfecta no es
exigida por la naturaleza del sacerdocio. La razón más fundamental por la que el celibato no es
condición necesaria para el ejercicio del ministerio sacerdotal es que en Jesucristo el sacerdocio no
implica el celibato como disposición indispensable. Existía una conveniencia entre la misión
sacerdotal de Cristo y la renuncia a fundar un hogar, pero no un vínculo de necesidad. La
conveniencia puede precisarse al apoyarse en la configuración con Cristo Pastor. Le permite
representar mejor a Cristo con un rostro universal. El problema se presenta cuando se afirma que
la presidencia de la celebración eucarística podría ser asegurada igualmente por un hombre casado,
pero esto sería un punto de vista de un sacerdocio reducido al funcionalismo.
Las objeciones al celibato son signo de que en este se encuentra un valor originario en peligro.
El celibato permite una disponibilidad más grande para el reino. El matrimonio no puede ser un
compromiso secundario en la vida del hombre, pondría a escoger entre el servicio y la familia, por
algo Jesús abrazó el celibato y propuso a sus discípulos a renunciar al matrimonio.

La contestación

Se ha criticado en nombre de la secularización. Se dice que aleja a los sacerdotes de la encarnación


y de comprender a los hogares cristianos. Algunos quieren demostrar que se basa en desprecio del
matrimonio, la mujer y la carne. También se menciona la falta de sacerdotes, infidelidades en
aumento, abandono del ministerio, el ecumenismo que trae ministros casados de Iglesias ortodoxas
o protestantes en donde se casan y por otra parte existen protestantes que también se han adherido
al celibato.
Pero la disminución de sacerdotes no está relacionada con el celibato, las vocaciones también han
disminuido en las Iglesias protestantes. Los abandonos han tenido en la mayoría de los casos, causas
más generales como la pérdida del sentido del sacerdocio.
El celibato no quita la libertad pues este se acoge libremente, la gracia de la vocación, el carisma del
celibato está implicado en el del sacerdocio.
Consideramos el vínculo entre celibato t sacerdocio primeramente en la persona de Cristo, luego en
la doctrina de San Pablo y en el desarrollo de la Tradición.

El Carisma del celibato

Según el Evangelio, mediante el tema de los eunucos encontramos que el celibato no es para todos.
No todos comprenden que más vale no casarse, es necesario un don especial del Padre, a quienes
esto es concedido. Positivamente Jesús concluye animando a comprender a quienes han recibido el
don, que entienda el que sea capaz de entender. El don divino no basta, hay además que acogerlo
mediante esfuerzo humano. Por comprender no basta la inteligencia, es un carisma dado por Dios.

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