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Mitos
Uno de los mitos homosexuales más persistentes y culturalmente dañinas es la afirmación errónea
– hecha por parte de los activistas homosexuales – de que “nacen gays” o que su orientación sexual
surge muy temprano en la adolescencia y que es fija y no se puede cambiar.
Uno de estos mitos, o ambos, ha sido perpetuado no solamente por los grupos activistas de
homosexuales sino también por organizaciones prestigiosas como la Asociación Psicológica
Americana y la Asociación Psiquiátrica Americana.
Por ejemplo, la Asociación Psicológica Americana presenta una sección de preguntas y respuestas
en su sitio web y que tiene que ver con la orientación sexual. A la pregunta, “¿Es la Orientación
Sexual algo que uno elige?”, la APA (por sus siglas en inglés) responde: “No, los seres humanos no
pueden escoger ya sea el ser gay o el ser heterosexuales. La orientación sexual surge, en la mayoría de
las personas, en los primeros años de la adolescencia sin que medie ninguna experiencia sexual
previa. Aunque podemos escoger si vamos a actuar con base en nuestros sentimientos, los psicólogos
no consideran que la orientación sexual sea una decisión consciente que pueda cambiarse a voluntad.”
A una pregunta de seguimiento, “¿Puede la Terapia Cambiar la Orientación Sexual?” la APA
responde: “No ... La realidad es que la homosexualidad no es una enfermedad. No requiere
tratamiento y no se puede cambiar.”
La investigación más reciente por parte de organizaciones profesionales como la Asociación
Nacional para la Investigación y la Terapia de la Homosexualidad (NARTH) cuestiona la posición
pro-homosexual de la APA.
Sin embargo, y lamentablemente, los homosexuales han usado este mito en particular para pelear a
favor de leyes anti-discriminatorias y por leyes de “crímenes de odio” que provean protecciones
legales especiales para los homosexuales que no les son conferidas a los heterosexuales. También han
utilizado esta afirmación fraudulenta para presionar a favor de programas de reclutamiento de
homosexuales en las escuelas públicas con el supuesto propósito de proveer “escuelas seguras” para
los adolescentes “homosexuales.” Los homosexuales también han exigido entrenamiento en
sensibilidad para aquellos que rechazan la conducta homosexual. Actualmente, los individuos de
trans-sexuales (aquellos que se visten como los individuos del sexo opuesto o que van a hacerse
operaciones de cambio de sexo), también afirman que nacieron “trans-sexuales.” Los trans-sexuales
están demandando leyes federales que les protejan de la desaprobación social. (Ver el Reporte
Especial de la TVC sobre esto: “La Identidad de Género se Convierte en Tema de Primera Plana.”)
Han sucedido grandes cambios culturales y legales en nuestra sociedad debido a este Mito
Homosexual – pero poco a poco está siendo desacreditado, y con mucha seguridad. Esto se está
llevando a cabo no solo por parte de psicólogos y psiquiatras conservadores, sino también por el
reconocimiento de los mismos investigadores homosexuales.
El Dr. Robert Spitzer, un asociado de la NARTH, fue una de las fuerzas más influyentes tras la
decisión de 1973 de la Asociación Americana de Psiquiatría de retirar a la homosexualidad como
enfermedad mental del Manual de Diagnóstico y Estadística de la APA (DSM).
El Dr. Spitzer ahora está convencido de que los hombres y mujeres que tienen una orientación
homosexual pueden cambiar por medio de la terapia. Sus descubrimientos más recientes fueron
publicados en los Archivos de la Conducta Sexual (Vol. 32, No. 5, Octubre, 2003, pp. 403-417).
La NARTH presentó un resumen de sus descubrimientos en su sitio web. El Dr. Spitzer entrevistó
a unos 200 hombres y mujeres quienes reportaron cambios de una orientación homosexual a una
heterosexual que duraron cinco años o más. De acuerdo a Spitzer, sus descubrimientos muestran que
“los profesionales de la salud mental debiesen dejar de moverse en la dirección orientada a prohibir
terapias que tienen, como meta, un cambio en la orientación sexual.”
Uno de los artículos más convincentes que disipan la noción de que la homosexualidad es una
condición genéticamente determinada, fija e inmutable es: “El Argumento de lo Innato e Inmutable
No Encuentra Bases en la Ciencia: En Sus Propias Palabras: Los Activistas Gay Hablan con
respecto a la Ciencia, la Moralidad y la Filosofía,” por los Doctores A. Dean Byrd, Shirley Cox y
Jeffrey W. Robinson. Este ensayo ha sido publicado en el sitio web de la Asociación Nacional para la
Investigación y la Terapia de la Homosexualidad.
Los autores de este estudio citan cuidadosamente una buena cantidad de investigadores
homosexuales que han trabajado durante años para lograr localizar un “gen gay” o alguna otra base
genética para la homosexualidad. Han fracasado en esto y ahora están admitiendo que puede que
nunca se encuentre tal evidencia.
Por ejemplo, el investigador homosexual Dean Hamer trató de asociar la homosexualidad
masculina a una pequeña porción del DNA localizado en una de las puntas del cromosoma X. Ahora
ha escrito: “La homosexualidad no es puramente genética... los factores ambientales también juegan
un papel en ello. No existe un solo gen dominante que haga que la gente se torne gay... pienso que
nunca seremos capaces de predecir quién será gay.”
El investigador homosexual Simon LeVay, quien estudió las diferencias del hipotálamo entre los
cerebros de los hombres homosexuales y el de los heterosexuales, señaló: “Es importante enfatizar lo
que no encontré. No comprobé que la homosexualidad sea genética, ni encontré una causa genética
para ser gay. No puse de manifiesto que los hombres gay nacen de esa manera, que es el error más
común que la gente comete al inter pretar mi trabajo. Tampoco localicé un centro gay en el cerebro.”
Los investigadores homosexuales Bailey y Pillard condujeron el famoso “estudio de los gemelos”
citado por los grupos activistas homosexuales para promover la idea de que el ser “gay” es algo
genético. El estudio encontró que entre aquellos gemelos estudiados, los investigadores encontraron
una tasa de homosexualidad del 52% (ambos gemelos homosexuales); 22% entre los gemelos no
idénticos; y un 9.2% entre los que no eran gemelos.
Estos datos fueron recibidos con gran entusiasmo por los grupos activistas homosexuales y por los
medios de comunicación como algo que supuestamente comprobaba que la homosexualidad es
genética. El estudio en realidad comprobaba lo opuesto. Como Byrd y muchos otros notaron: “Este
estudio en realidad provee un respaldo para los factores ambientales. Si la homosexualidad se
encontrara en el código genético, todos los gemelos idénticos hubiesen sido homosexuales.”
En resumen, los tres estudios más famosos en los años recientes que los activistas homosexuales
utilizan para afirmar que la homosexualidad es genética no comprueban tal cosa. De hecho, dos de los
autores de estos estudios admiten que su investigación no ha comprobado una base genética para la
homosexualidad.
3) Abuso sexual por parte de depredadores del mismo sexo: En estudios conducidos por Diana
Shrier y Robert Johnson en 1985 y 1988, los varones que habían sido sexualmente abusados en su
infancia tenían casi siete veces más de probabilidades de llegar a ser homosexuales en
comparación con muchachos que no habían sufrido este tipo de abuso.
El Dr. Gregory Dickson completó recientemente una disertación doctoral sobre el tema del patrón
de las relaciones que se da entre las madres y sus hijos varones homosexuales. Su trabajo se titula:
“Un Estudio Empírico del Binomio Madre/Hijo en Relación con el Desarrollo de la
Homosexualidad en el Varón Adulto: Una Perspectiva Orientada a las Relaciones.”
Hay una reseña del estudio del Dr. Dickson en el sitio web de la NARTH. Su estudio arroja nueva
luz sobre la relación que existe entre el abuso sexual en la infancia temprana y la participación
posterior del niño en conductas homosexuales. Según Dickson, un alarmante 49% de los
homosexuales examinados habían sido abusados sexualmente comparados con una cifra menor al 2%
por parte de los heterosexuales.
Su estudio afirma los descubrimientos previos del Dr. David Finkelhor (1984), que señalaron que
era cuatro veces más probable que los muchachos victimados por hombres mayores estuviesen
involucrados en conductas homosexuales si se les compara con aquellos jóvenes que no habían
sufrido abusos. Como señaló Finkelhor: “Puede ser común que un muchacho que ha estado
involucrado en una experiencia con un hombre mayor se catalogue a sí mismo como homosexual (1)
debido a que ha tenido una experiencia homosexual, y (2) porque se vio que era sexualmente atractivo
para otro hombre. Una vez que se cataloga a sí mismo como homosexual, el muchacho puede
comenzar a comportarse consistentemente con el papel y hacer girar su conducta alrededor de la
actividad homosexual.” (Child Sexual Abuse: New Theory and Research [El Abuso Sexual en el
Niño: Nuevas Teorías e Investigaciones], Nueva York: The Free Press, 1984).
El estudio del Dr. Dickson sugiere que el abuso sexual debiese ser tomado en consideración al
evaluar los factores que contribuyen al desarrollo de las conductas homosexuales en la vida adulta.
Dickson escribe: “Posiblemente, una experiencia de abuso sexual podría contribuir a la sexualización
de las necesidades no atendidas de afecto, atención y conexión por parte del varón.”
El Dr. Dickson continúa: “Dados los déficit relacionales [con su madre] experimentados por el
niño varón, también es posible que el abuso, tan emocionalmente devastador como pudo haber sido,
simultáneamente pudo ser experimentado por algunos de los muchachos como su primera forma de
afecto como varón adulto, lo mismo que algo de carácter relacional que no es compartido en común
con su madre.”
El consejero Dr. Robert Hicks, autor del libro The Masculine Journey [La Travesía Masculina], ha
escrito: “... al aconsejar a hombres gay durante veinte años, todavía no me he encontrado con uno de
quien yo dijese que tuvo un desarrollo normativo, de su niñez o de su adolescencia, en la arena sexual.
Con mucha frecuencia me he encontrado con historias de padres abusivos, alcohólicos o ausentes
(física y emocionalmente): historias de incestos o de primeras experiencias de sexo forzado por parte
de hermanos mayores, vecinos, y hasta amigos. Algunas veces encuentro que estos hombres han sido
expuestos muy temprano a la pornografía ...”
Traducción de Donald Herrera Terán, para Reforma Siglo XXI, del sitio web:
http://traditionalvalues.org/urban/three.php
(Nota del editor - nos parece que la iglesia protestante en América Latina debe enfrentar con más
vigor el tema de la homosexualidad, ofreciendo estudios - tanto científicos como teológicos, al igual
que ofrecer esperanza y cambio para la persona homosexual. Este movimiento ya ha tomado a
muchas de nuestras sociedades sin oposición alguna de parte de la Iglesia. Según Ezequiel 3:16-21
Dios nos demandará por la muerte del pecador si callamos. ¿Dónde están las atalayas?)