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FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

Problemáticas y finali- Jean


Guichard
Profesor del Institut

dades de la orientación National d’étude


du Travail et
d’Orientation

profesional(1) Professionnelle
del Conservatoire
National des Arts
et Métiers

Introducción: principios, inserción y las transiciones profesionales. Las prácticas de la orienta-


Su objetivo global es ya lo que Donald ción profesional han evolu-
contextos y finalidades de Super (1980) ha denominado el “life space cionado notablemente des-
las prácticas de la orienta- career development” (desarrollo profesio- de comienzos del siglo XX,
ción nal de una vida), esto es, el problema de lo que se explica por las
articular dinámicamente las diferentes transformaciones de la or-
funciones sociales que va ocupando una ganización del trabajo y el
En los países industrializados, la profe- persona. Tercero, estas prácticas adoptan surgimiento de un nuevo
sión de orientador nació a comienzos del por regla general métodos menos dirigis- concepto de la cualificación
siglo XX. La orientación consistía por en- tas que anteriormente. La idea prevale- profesional. Estas prácticas
tonces en un “examen” basado en una ciente es la de un servicio destinado a un dependen con todo también
investigación de naturaleza psicológica y “consultante” que debe decidir autóno- de los modelos científicos
destinado a facilitar la transición de la mamente. Se trata por tanto de ayudarle utilizados para estudiar las
escuela al trabajo. El modelo predominan- a efectuar de la forma más exhaustiva cuestiones relativas a la
te consistía en emparejar personas con posible la tarea de elegir su orientación y orientación, y de las finali-
profesiones, a partir sobre todo de las definir sus prioridades en cuanto a su dades éticas, políticas y so-
aptitudes de los jóvenes. En este contex- desarrollo personal. ciales que se le asignen.
to, el profesional de la orientación solía Aparte de que las ciencias
ser un experto en psicotécnicas cuyo ob- La cuarta diferencia consiste en que se humanas de nuestra época
jetivo era convencer al orientado de lo considera a este “consultante” una perso- reflejan una imagen del ser
adecuado de su consejo. na que se desarrolla de forma permanen- humano diferente de la que
te. Se le cree capaz de apropiarse de nue- sirve de base habitualmen-
Hoy en día, las prácticas de la orienta- vas competencias conforme vaya vivien- te a la orientación, las fina-
ción profesional son bastante distintas y do nuevas experiencias. Hablamos hoy de lidades de dichas prácticas
mucho más diversificadas. En primer lu- “organización autoformativa”, “validación continúan en penumbra. En
gar, ya no se limitan a la transición de la de competencias no formales” y de “ba- el contexto mundial actual,
escuela al trabajo, sino que se tiende a la lances de competencias”. La quinta dife- ¿no sería conveniente rede-
orientación durante toda la vida. De esta rencia es que la frontera entre activida- finir estas prácticas sustitu-
manera, la orientación tiene lugar inclu- des formativas y de orientación es hoy yendo la actual cuestión bá-
so dentro de la escuela. El término hace menos nítida: las prácticas educativas de sica de la orientación -ayu-
referencia a dos tipos de fenómenos: la la orientación cobran una importancia dar a todo ciudadano a rea-
distribución de alumnos entre las diver- creciente en los programas escolares de lizarse plenamente como
sas vías del sistema escolar, y las diferen- los países ricos, y pueden provenir de persona independiente- por
tes actividades educativas con las que se docentes o bien de orientadores. Algu- otra: ayudar a todo ciudada-
prepara a escolares y bachilleres para nos cursos de formación continua inclu- no a realizarse ayudando a
decidir sus opciones de carrera profesio- yen tanto secuencias de obtención de otros a hacerlo?
nal y personal. Además, bajo orientación conocimientos generales o técnicas pro-
entendemos también un conjunto de ayu- fesionales como actividades de ayuda para
das ofrecidas a los adultos durante las definir objetivos personales o profesio-
transiciones que irán marcando el curso nales.
de su vida.
Estas diferentes variantes de las prácticas
(1) Este texto expone alguno de los
En segundo lugar, las prácticas actuales de orientación parecen venir determina- puntos desarrollados en la obra de J.
de orientación presentan una perspecti- das por la evolución de la situación en la Guichard y M. Huteau (2001): Psyco-
va que supera la simple cuestión de la que éstas aparecen. Para comprender sus logie de l’ Orientation. París: Dunod.

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transformaciones, evaluar la convenien- al ciudadano, y las necesidades sociales


cia de una u otra práctica de orientación ocupan un segundo plano. La sociedad
en un momento dado o cuestionar su se concibe, como indica el título de la
posible evolución es necesario por con- obra de Norbert Elias (1987, 1991), como
siguiente situar dichas prácticas en el seno “la sociedad de los ciudadanos”.
de las sociedades donde tienen lugar. Este
análisis puede efectuarse a tres escalas: a 1.2. Descubre lo que quieres ser y
escala de los principios ideológicos ge- constrúyete a ti mismo
nerales que determinan la manera en la
que nos planteamos determinados pro- Hoy en día, consideramos en mayor gra-
blemas; a escala de los contextos econó- do aún a toda persona como un ciudada-
micos, técnicos, sociales y científicos que no autónomo, responsable y capaz de ser
estructuran las cuestiones de la orienta- independiente con respecto a los contex-
ción; por último, a escala de las finalida- tos concretos en los que se encuentre.
des y los objetivos implícitos o explícitos Este principio nos conduce a considerar
que orientan estas prácticas. la evolución personal de cada cual como
una especie de regla moral fundamental,
que podría formularse de esta manera:
1. Los principios ideológi- “Constrúyete a ti mismo”.
cos generales 1.3. Realízate e intégrate a través de
tu vocación profesional
Cuatro principios ideológicos generales
desempeñan una función decisiva en También consideramos que la participa-
nuestro concepto actual de las prácticas ción en una actividad profesional es una
de la orientación. Se trata primeramente oportunidad privilegiada para construir-
de la prioridad al ciudadano; en segundo se a uno mismo. “Construirse a sí mismo
lugar, de la responsabilidad que se le asig- realizándose a través de su vocación pro-
na en su propio devenir; tercero, de la fesional”: este parece ser el principio pre-
prioridad a la actividad profesional en la dominante de nuestro concepto de la exis-
construcción de la identidad de una per- tencia en el siglo XX, en los países ricos.
sona y su integración social, y en cuarto Desde luego, la norma no es de alcance
término, de nuestro concepto del futuro general. En la primera mitad de dicho si-
como algo incierto e inestable. glo, se la aplicaba prácticamente sólo a
muchachos y a hombres. Hoy en día, la
1.1 Prioridad al ciudadano importancia del paro en numerosos paí-
ses ricos y el surgimiento de nuevas for-
Los primeros psicólogos que sentaron en mas de pobreza han hecho aparecer la
Francia las bases de la orientación profe- figura social del excluido con su dudosa
sional –Édouard Toulouse (1903) y Alfred empleabilidad. Ello cuestiona el princi-
Binet- no separaban por entonces los pro- pio de identificar a todo ciudadano me-
blemas sociales de los problemas indivi- diante su actividad profesional.
duales. Para Binet (1908), por ejemplo,
la orientación profesional debiera contri- La crisis del empleo surgida en el dece-
buir a erigir una sociedad “donde todo nio de 1970 ya está descrita por numero-
individuo trabajase según sus aptitudes sos autores (Jeremy Rifkin, 1995, 1996;
reconocidas, de manera que la sociedad Dominique Méda, 1995; Bernard Perret,
no perdiese ninguna parcela de fuerza 1995; etc.) como el principio de una era
física”. Para estos autores, la razón de ser en la que el empleo, bajo los efectos con-
de la orientación era la realización de una juntos del progreso técnico y la mundia-
organización social justa. lización de la economía, disminuye con-
tinuamente. Debido a ello, numerosas
Las ideas de Frank Parsons (1909) –el personas se verán desprovistas de empleo
padre de la orientación en los Estados u obligadas a trabajar a jornada parcial.
Unidos- son algo distintas. Este autor se El trabajo perderá su carácter prioritario.
aproxima más a los principios ideológi- Por ejemplo, Dominique Méda (1997) nos
cos que alimentan las prácticas de la recuerda que el trabajo “no siempre ha
orientación de hoy. Para Parsons, en el estado asociado a las ideas de creación
centro de todo mecanismo hay que situar de valor, transformación de la naturale-
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za, realización personal….”. La autora neos (Riverin-Simard, 1996; Boutinet,


concluye con su análisis histórico “que el 1998; Dubar, 2000) resaltan que las ca-
trabajo no es la única forma de realizarse rreras profesionales de hoy son más re-
personalmente”, y que “no es el método flejo de un caos que de una evolución
principal de tejer las relaciones sociales”. profesional personal: es más raro que re-
De esta manera, “el fin del trabajo” flejen una continuidad (por ejemplo:
(Rifkin) tendría por consecuencia conver- puestos cada vez más cualificados dentro
tir al trabajo en “un valor en vías de des- de la misma empresa o del mismo sector
aparición” (Méda). Esta perspectiva pre- productivo). Las rupturas en la vida pro-
vé que a largo plazo los ciudadanos se- fesional son cada vez más frecuentes. Los
guirán precisando ayuda, y sin duda más puntos de inflexión en la vida personal
aún que hoy, pero que las prácticas de también se incrementan: las familias son
orientación profesional tal y como las menos estables, los cambios de región
conocemos en nuestros días perderán su más frecuentes. Estos diversos fenómenos
significado. de rupturas en la vida del ciudadano se
han agrupado bajo el nombre común de
Con todo, a pesar de estas evoluciones, “transiciones”. Por tanto, como han seña-
parece que la actividad profesional aún lado Denis Pelletier y Bernadette Dumora
no puede considerarse en nuestras socie- (1984, p.28), las prácticas de la orienta-
dades como una ocupación entre tantas ción actual no pueden dejar de enseñar
y destinada a ser minoritaria. Yves Clot al ciudadano estrategias a corto plazo y
observa que, a pesar de análisis como los adaptaciones consecutivas.
de Dominique Méda, lo que diferencia
fundamentalmente el trabajo de las acti-
vidades extraprofesionales es su carácter 2. Los contextos
“intrínsecamente impersonal, sin interés
inmediato”. Observa que el trabajo pro- Si bien los principios ideológicos condi-
pone “la ruptura entre las ‘pre-ocupacio- cionan los fundamentos en que se apo-
nes’ personales de un ciudadano y las yan las prácticas de la orientación, estos
‘ocupaciones’ sociales que debe cumplir. también dependen de los contextos so-
Estas últimas le permiten integrarse en una ciales en que se formula la orientación.
red de intercambios con un puesto y una De estos contextos, tres parecen desem-
función designados y definidos indepen- peñar una función esencial: por una par-
dientemente de las personas que los ocu- te, los de la organización del trabajo y de
pan en un momento dado” (Clot, 1999, la formación, y por otra los de las proble-
p.71). Según este autor, precisamente máticas científicas que permiten plantear
porque el trabajo no ocupa ya la práctica dichos fundamentos de una determinada
totalidad de una existencia personal y manera.
porque no constituye ya un tipo de acti-
vidades obligatorias y vinculadas al naci- 2.1. Organizaciones del trabajo, fun-
miento (como en las sociedades rurales, ción de la cualificación y fundamen-
donde un hijo tenía por fuerza que suce- tos de la orientación
der al padre), ocupa hoy un lugar tan
prioritario en la existencia de cada per- En un artículo publicado en 1955 pero
sona. Hoy en día es “la vía de expresión que conserva su actualidad, Alain
de una nueva demanda de realización Touraine describe tres formas de organi-
personal, cuya vitalidad se origina en zación del trabajo surgidas durante el si-
buena parte en momentos extraprofe- glo XX. A cada una de ellas corresponde
sionales de un ciclo vital” (Clot, 1999, una función particular de la cualificación
p.71). profesional. Las prácticas de la orienta-
ción parecen estar directamente mediati-
1.4. Un futuro inestable zadas por estas ideas sobre la cualifica-
ción. De hecho, todas las actividades de
Nuestra forma de definir los problemas orientación pueden agruparse bajo tres
de la orientación también se encuentra grandes modelos que proponen cada uno
mediatizada por nuestra capacidad para una función distinta de la cualificación.
anticipar el futuro. Este nos resulta incier- Desde hace algunos años, puede añadir-
to, y lo imaginamos con frecuencia ines- se un cuarto modelo, derivado del desa-
table. Numerosos estudios contemporá- rrollo del empleo precario.
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2.1.1. El sistema profesional de traba- nas que requiere (¿Es un trabajo penoso,
jo y la orientación hacia oficios complejo?).
La organización predominante a comien-
zos del siglo XX era el sistema profesio- Dentro de la organización fordista del tra-
nal de trabajo. Se trata de un modo de bajo como ha observado Dubar (1996,
producción próximo al del artesanado: el p.186), “lo esencial de la competencia es
trabajador debe poseer destrezas manua- la formación en la práctica”. El trabaja-
les y experiencia en el oficio. Incorpora dor no puede ya identificarse mediante
un capital de conocimientos y técnicas un oficio que le defina perfectamente.
que puede ir obteniendo a través de un Como máximo, se convierte en un agen-
aprendizaje metódico y generalmente pro- te productivo o un operador. Y si cambia
longado. Este capital cognitivo remite a de empleo, su cualificación puede
la propia esencia de una persona: ésta cuestionarse. En este sistema de trabajo,
será mecánico o carpintero al igual que como resalta Dubar, el mecanismo prin-
para las profesiones liberales se “es” abo- cipal de identificación es el que vincula
gado o médico. El oficio contribuye así a la persona a su colectivo de trabajo. Es-
definir la identidad individual, y consti- tos vínculos dan lugar a una auténtica
tuye uno de sus principales componen- comunidad profesional con su propio len-
tes. guaje y sus normas informales de actua-
ción.
Al ser el aprendizaje prolongado, es por
consiguiente costoso. La elección de una Las observaciones efectuadas por Paul
vocación profesional es un asunto serio Willis (1977, 1978) entre obreros siderúr-
y que requiere técnicas seguras. De ahí gicos de los Midlands ilustran para-
la oferta de asesoramiento. El asesor es digmáticamente los rasgos específicos de
un experto y su ciencia es la psicotécnica. la llamada identidad profesional en el
La noción de aptitud es fundamental. Se contexto particular de esta industria. La
trata de establecer con la mayor objetivi- identidad de estos operarios se basaba en
dad posible la profesión para la que un una fuerte oposición entre la noción de
joven se preparará y que deberá ejercer “nosotros” (los del taller, “los que están
el resto de su existencia. La forma clásica en el ajo”) y la de “ellos” (los otros, los
de la intervención del orientador consis- “pelotas”). La virilidad constituía una di-
te en un examen psicológico de orienta- mensión primordial: el orgullo de los si-
ción. derúrgicos procedía del sentimiento de
efectuar una profesión dura que requería
2.1.2. El fordismo y la orientación fuerza y resistencia. Consideraban su
hacia el empleo empleo como un “auténtico oficio” en
Estas nociones del oficio y de una orien- comparación con el trabajo de oficina, y
tación profesional fundada en las aptitu- en general con los “empleos de mujeres”.
des personales quedaron cuestionadas Esta identidad profesional se vivía
radicalmente en numerosos sectores pro- cotidianamente a través de una reorgani-
ductivos por las dos invenciones de Henry zación del trabajo dentro de la nave, al
Ford relativas a la organización del traba- margen de las prescripciones formales
jo, e inspiradas por la obra de Frederick indicadas por los contramaestres, a tra-
W. Taylor: el montaje primero, y a conti- vés de un sistema de bromas cuya fun-
nuación la cadena de producción. Esta ción era particularmente recordar las nor-
organización del trabajo tuvo por con- mas y los valores de grupo, y también a
secuencia dejar sin oficio a numerosos través de un lenguaje particular. Paul
profesionales antiguos. La noción funda- Willis resumió el conjunto de sus obser-
mental dejó de ser la de oficio y pasó a vaciones bajo el vocablo “cultura de plan-
ser la de empleo (job). La cualificación ta fabril” (shopfloor culture).
cobró entonces otro sentido: se inde-
pendizó del obrero y dejó de definirse En contextos semejantes, la orientación
por referencia a las competencias incor- adquiere un sentido distinto al del mode-
poradas en un trabajador. A partir del lo de la orientación hacia un oficio. Las
fordismo, la cualificación se refiere al aptitudes personales no constituyen la
puesto de trabajo (Dubar, 1996, p.182): esencia del problema: se trata más bien
la cualificación de un puesto depende de de determinar si un joven podrá adaptar-
las características técnicas de las máqui- se a unas condiciones de trabajo, si se
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identificará con determinados colectivos la forma de una función profesional in-


de producción, si ya comparte (o es ca- serta en una red de actividades. En este
paz de compartir) los valores de uno u contexto, como han observado Even
otro grupo de trabajadores, etc. Desde Loarer y Michel Huteau (1997) y también
luego, los profesionales de la orientación Philippe Zarifian (1988; 2001), determi-
no parecen haber reflexionado sistemáti- nadas competencias resultan esenciales:
camente al respecto; con todo, la organi- la capacidad de cooperación (que con-
zación fordista del trabajo generó un sis- lleva la sociabilidad y el arte de comuni-
tema de emparejar personas con profe- car), la iniciativa (que precisa una flexi-
siones mucho más laxo que el que re- bilidad y adaptación), la responsabilidad
quería el sistema profesional del trabajo. (que remite a la capacidad para respon-
Y dicho sistema de emparejamiento dio der a sucesos imprevistos que requieran
lugar incluso a instrumentos de orienta- el desarrollo de nuevas técnicas), o la
ción (en particular, los cuestionarios de necesidad de ser exigente (sobre todo en
intereses) que comenzaron a desarrollar- cuanto a la calidad de los resultados).
se. Con toda probabilidad, dichos instru-
mentos sólo alcanzaron para la práctica Tres puntos diferencian básicamente este
de los orientadores (que se definían a sí modelo de los dos anteriores: en princi-
mismos ya como orientadores profesio- pio, se considera en él que el trabajador
nales) la importancia que ellos mismo le posee un capital de competencias, a di-
reconocían. En efecto, esta orientación ferencia del operario en una organización
hacia el empleo se basaba en considera- fordista. Pero además, se considera que
ciones relativas a la personalidad social es capaz de desarrollar nuevas compe-
del trabajador. El cuestionario de interés tencias como respuesta a la evolución de
de Edward Strong (1936), diseñado a fi- las situaciones de trabajo en las que se
nales del decenio de 1920, puede consi- encuentra inmerso. Se habla por ello de
derarse el prototipo de este modelo de organización autoformativa y de la for-
orientación. Como sabemos, el test requie- mación permanente. Por último, a dife-
re a quien lo rellene que indique sus pre- rencia del sistema basado en las aptitu-
ferencias en ámbitos de actividades di- des, estas competencias profesionales
versas o elija entre personajes célebres: parecen hallarse estrechamente vincula-
se trataba de comprobar si una persona das a los contextos en los que se mani-
tenía los mismos gustos que aquellas con fiestan. Así, el elemento central no es tan-
las que tendría que trabajar. to el agente profesional en sí mismo como
las interacciones profesionales (interven-
2.1.3. El modelo de la competencia y ciones, interlocuciones, funciones ocupa-
la orientación hacia funciones profe- das, etc.).
sionales
Durante las últimas décadas, la evolución Las técnicas del balance de competencias
de la informática ha sido probablemente y los procedimientos de validación y re-
uno de los principales factores de desa- conocimiento de competencias no forma-
rrollo para los procesos productivos. Ha les son las prácticas de orientación pro-
tenido repercusiones de primer orden totipo para el sistema técnico del trabajo.
para la organización del trabajo. Touraine
observa que la automatización genera un 2.1.4. Mundialización y “caos profe-
nuevo sistema de trabajo, que él denomi- sional”: la orientación como ayuda
na “técnico”. En éste, la cualificación co- para la transición
rresponde a una posición reconocida en Las transformaciones económicas del pe-
un sistema social de producción. Este “sis- riodo reciente (es decir, el desarrollo de
tema técnico del trabajo” requiere de los las nuevas tecnologías de la información
trabajadores diversas competencias espe- y la comunicación, y sobre todo la
cíficas, distintas de las que requería el ofi- mundialización subsiguiente del capital y
cio dentro del sistema profesional de tra- del trabajo) han generado una mayor
bajo. segmentación del mercado laboral. Según
la teoría de la segmentación, no existe de
Estas competencias están estrechamente hecho un solo mercado de trabajo, sino
vinculadas con la esfera de interacciones diversos mercados separados (véase por
que constituye hoy una situación de tra- ejemplo, Tanguy (Ed.), 1986, pp.217-221).
bajo. En efecto, la actividad laboral adopta El segmento primario está constituido por
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los empleos interesantes y mejor remu- 2.1.5. Las prácticas eclécticas


nerados. El mercado secundario, que aco- Los diferentes sistemas de trabajo que
ge a un número de trabajadores cada vez hemos descrito han ido apareciendo su-
más alto, es el de los empleos mal remu- cesivamente. La mundialización de la eco-
nerados y ejercidos en ocasiones en con- nomía (con la división internacional del
diciones deplorables. En este mercado, los trabajo y las transferencias de empleos)
trabajadores sólo precisan una escasa for- es un fenómeno reciente. Ello no signifi-
mación. Deben ser muy flexibles y “for- ca sin embargo que hayan desaparecido
man parte de los grupos discriminados: todas las profesiones que requieran apti-
mujeres, jóvenes, extranjeros” (Orivel y tudes o técnicas precisas. También coexis-
Eicher, 1975, p.407). ten empleos fordistas junto a funciones
correspondientes al modelo de competen-
Este aumento del empleo precario se re- cias, y a la vez muchas personas experi-
fleja para un número creciente de traba- mentan transiciones “repetidas”, prolon-
jadores en la obligación de tener que vi- gadas o dolorosas. Las prácticas de la
vir una y otra vez transiciones profesio- orientación profesional de hoy afrontan
nales que no suelen corresponderse con así cuestiones de diferente naturaleza. Por
el desarrollo de una carrera: en efecto, este motivo, con frecuencia cobran un
estas transiciones (por ejemplo, el paso aspecto ecléctico o sincrético, y mezclan
de un periodo de paro a un cursillo para instrumentos o metodologías extraídas de
parados) no permiten acceder a funcio- los diversos estratos evolutivos de la
nes profesionales de mayor cualificación orientación, cuya historia hemos evoca-
que impliquen más responsabilidades y do.
requieran más competencias. Como han
resaltado Nancy Schlossberg, Elinor B. 2.2. Organización de la formación y
Waters y Jane Goodman (1995, p.28), “una problemáticas de la orientación esco-
transición puede ser tanto un aconteci- lar
miento positivo en la vida de una perso-
na, como un acontecimiento negativo”. La organización del trabajo no es el úni-
co contexto que condiciona las proble-
La noción de “transición psicosocial” fue máticas de la orientación. La estructura
formulada por Colin Murray Parkes en del sistema escolar –es decir, la organiza-
1971, para designar “cambios esenciales ción de la escuela- constituye también un
en el curso de una vida, con efectos du- elemento fundamental para la orientación.
raderos, que surgen en un periodo relati-
vamente corto y afectan de manera deci- La comparación entre Alemania y Francia
siva la representación personal del mun- nos ofrece al respecto un ejemplo suma-
do” (citado por Dupuy, 1998, p.49). Inte- mente interesante en este ámbito: la or-
grada en el ámbito de la orientación per- ganización escolar de ambos países di-
manente, la transición psicosocial se de- fiere radicalmente. En Francia existe una
fine en éste como “todo acontecimiento escuela secundaria única, y los centros
que genere cambios en las relaciones, de formación técnica y profesional se
ocupaciones cotidianas, creencias o fun- hallan integrados en el sistema escolar.
ciones” (Schlossberg et al., 1995, p.27). En Alemania existen por contra tres tipos
de centros secundarios, y la formación
En este contexto, las prácticas de la orien- profesional y técnica se efectúa en buena
tación adoptan objetivos menos ambicio- parte en las empresas. De estas diferen-
sos que los correspondientes al modelo cias organizativas se derivan diferencias
de las competencias. La orientación in- fundamentales entre las prácticas de los
tenta simplemente ayudar a los consul- orientadores franceses y alemanes.
tantes a afrontar lo mejor posible estos
diversos acontecimientos que afectan al En el sistema francés, como ha observa-
curso de su vida. Se analiza por tanto con do Henri Eckert (1993, p.272), “el con-
ellos la situación en la que se encuen- trol de la movilidad profesional inter-
tran, los apoyos que pueden utilizar, sus generacional corresponde a la escuela en
recursos personales (por ejemplo, sus detrimento de los servicios de orienta-
características psicológicas) y las estrate- ción”. Los orientadores no tienen poder
gias que pueden aplicar (Schlossberg et decisorio sino que son asesores del alum-
al., 1995, p.49). no. Surgen en consecuencia las siguien-
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tes cuestiones: ¿Debe el orientador limi- siste en que existen profesiones bien de-
tarse a proporcionar informaciones o limitadas y cuyos requisitos –definibles
bien debe convertirse en un formador claramente- pueden hacerse corresponder
para la estrategia decisoria del alumno, con las características estables de las per-
o incluso en un psicólogo de la realiza- sonas. La cuestión científica esencial será
ción personal? pues la determinación de la naturaleza o
de las relaciones entre personas y profe-
En Alemania, Henri Eckert observa (1993, siones.
p. 269) que la orientación “se sitúa en el
punto de articulación entre la escuela Esta cuestión se ha elaborado científica-
general y la formación profesional en la mente dentro de una psicología diferen-
empresa; es responsabilidad suya gestio- cial que considera a la persona dotada
nar y coordinar la oferta y la demanda en de una personalidad estable que puede
el mercado de plazas de aprendices”. El describirse clasificando por un lado gran-
orientador desempeña por tanto un pa- des dimensiones del funcionamiento in-
pel de controlador de la movilidad social telectual y por otro grandes rasgos de la
de los jóvenes. En efecto, su práctica con- personalidad. En el campo particular de
siste no sólo en favorecer la transición la orientación profesional, la psicología
hacia un puesto de aprendiz, sino tam- diferencial conduce a estudiar con mayor
bién en evaluar la racionalidad de las especificidad las aptitudes, valores, inte-
opciones elegidas. reses y tipos profesionales. Se ha obser-
vado que la primera de estas nociones
2.3. Modelos científicos para la fun- corresponde a la idea de una relación
ción de la orientación: las psicologías esencial entre personas y profesiones,
de la orientación mientras que los modelos por valores,
intereses o tipos profesionales tienden
Si bien las funciones de la orientación son más bien a considerar esta relación como
fundamentalmente sociales y se encuen- una representación.
tran condicionadas por los principios y
los contextos en los que se las formula, La teoría de la adaptación profesional
también pueden estructurarse a partir de (”Theory of Work Adjustement”) de René
planteamientos extraídos de las ciencias Dawis y Lloyd Lofquist (1984) constituye
humanas, y en particular de la psicolo- probablemente el modelo clásico de psi-
gía. Los primeros fundadores de la orien- cología diferencial aplicada al ámbito de
tación tenían al respecto las ideas claras: la orientación profesional de adultos. En
la evolución de los conocimientos cientí- el campo más específico de la orienta-
ficos garantizaría la legitimidad de las ción de jóvenes, el ejemplo prototípico
prácticas de la orientación. Hoy en día, son los cuestionarios de John Holland
nuestro punto de vista es más reservado. (1966, 1973).
En efecto, consideramos que únicamente
los fines elegidos conducen a legitimar 2.3.2 Las problemáticas del desarro-
una u otra práctica. Además, la multipli- llo, cognitivas y sociales de la orien-
cidad de los modelos competidores o tación permanente
complementarios para la orientación es A partir del decenio de 1950, otras cues-
tal que no puede hablarse ya de una psi- tiones orientaron las investigaciones en
cología, sino de “psicologías de la orien- psicología de la orientación. Se referían
tación”. por un lado a la formación de los deseos
para el futuro y las preferencias profesio-
2.3.1 La psicología diferencial y la nales de los jóvenes, y por otro a la cons-
cuestión de la relación persona-pro- trucción de carreras personales y profe-
fesión sionales con carácter permanente (a lo
Según Parsons (1909), el método científi- largo de toda la vida). Se ha dado res-
co de la orientación es sencillo: consiste puesta a estas cuestiones con numerosos
en hacer corresponder con un juicio co- modelos distintos. Podemos citar a título
rrecto las características de las personas de ejemplo el modelo de John Krumboltz
con las de los empleos. Se ha observado (1979) inspirado por Albert Bandura
que esta manera de plantear la orienta- (1977), el de la tabla cognitiva de profe-
ción corresponde al sistema profesional siones, de Linda Gottfredson (1981), o el
del trabajo. El postulado fundamental con- de Fred Vondracek, Richard Lerner y John
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Schulenberg (1986) inspirado por la orientación que en mayor o menor grado


ecología del desarrollo humano de Urie adoptan esta perspectiva.
Bronfenbrenner (1979), etc. Algunos de
estos modelos son simples principios ge- 2.3.4 La relación entre investigación
nerales, mientras que otros, como el de psicológica y prácticas de la orienta-
Bernadette Dumora (1990, 2000) se ba- ción
san en numerosos datos empíricos. El
modelo muy general de Donald Super Si bien la mayoría de los modelos teóri-
(1980) que propone un “life space, life cos de la orientación consisten en res-
span career development” (Desarrollo de puestas societales a partir de algunos de
la carrera personal y profesional de una los principios conceptuales de la psico-
vida) constituye una especie de síntesis logía (conductismo, neoconductismo,
general de varios de los modelos men- cognitivismo, psicología dinámica,
cionados. psicoanálisis,…), a su vez el desarrollo
de la psicología influye sin duda sobre la
En el periodo más reciente, las investiga- propia noción de la orientación. Con todo,
ciones se han centrado particularmente hoy en día el distanciamiento entre in-
en describir los procesos de socialización vestigación psicológica y prácticas de la
y en estudiar las transiciones personales orientación ha aumentado, como corro-
y profesionales. La noción predominante boran cuatro categorías de fenómenos.
ha dejado de ser el desarrollo en favor Los primeros consisten en un cierto des-
de la transición: las trayectorias de la vida interés de numerosos profesionales por
adulta se conciben mucho más depen- los modelos teóricos para la orientación.
dientes de los contextos y acontecimien- Los orientadores consideran con frecuen-
tos que anteriormente. Así, Claude Dubar cia que “la teoría no consigue examinar
(1992, 1998) describe las “transacciones lo que sucede realmente en las prácticas
biográficas” y las “transacciones relacio- de la orientación y particularmente en la
nales” que condicionan la construcción entrevista de orientación” (Fielding, 2000,
de identidad por las personas. Algunos p.80). En segundo lugar, se registran crí-
análisis, por ejemplo los de Nancy ticas a veces graves por parte de los teó-
Schlossberg et col. (1995), se interesan ricos a las prácticas orientadoras. Por
particularmente por las estrategias con ejemplo, Claude Chabrol (2000, p.174) se
que responden las personas a los aconte- pregunta si la entrevista no será una téc-
cimientos previstos o imprevistos decisi- nica blanda que conduce al orientador a
vos para su vida. la ideología de privilegiar las explicacio-
nes en términos de disposición individual
2.3.3 Carl Rogers y la psicología de (”el orientado es así”), en detrimento de
la orientación otras explicaciones por factores situacio-
Puede trazarse una línea de demarcación nales, sociales o naturales (”el orientado
entre los trabajos que intentan describir se encuentra en tal situación”). En el ám-
los factores que influyen sobre la evolu- bito de la orientación, algunas nociones
ción de los deseos de futuro y de la como la de empleabilidad dan pie en oca-
inserción social y profesional (las “career siones a estas explicaciones “por natura-
theories”), para adoptar la terminología leza”.
de John Killeen (1996) y los que se plan-
tean las modalidades de una intervención Una tercera observación ratifica el
eficaz (las “guidence theories”). En el distanciamiento actual entre las prácticas
ámbito de las prácticas, Carl Rogers (1951) de la orientación y el desarrollo científi-
es sin duda uno de los autores principa- co: algunos de los problemas que los
les, y su obra ha tenido efectos explícitos orientadores no afrontan en sus prácticas
–como en el caso del Reino Unido- o no generan investigaciones relevantes en
implícitos, como suele suceder en Fran- psicología, aún cuando corresponda a esta
cia. Su idea central es que una entrevista disciplina hacerlo. Es el caso de la
no dirigista y conducida por un orientador detección de competencias o la valida-
que adopte una actitud de empatía y com- ción de experiencias profesionales: la
prensión abierta hacia el consultante per- cuestión fundamental de los profesiona-
mite a éste reestructurar su personalidad. les (”¿Bajo qué condiciones puede
Desde entonces, se han elaborado nume- transferirse o impartirse una competen-
rosas metodologías de interacción en la cia?”) apenas se ha estudiado. Los teóri-
Cedefop
12
FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

cos de las ciencias humanas se han aleja- tipo), tal y como se organiza en un espí-
do de las cuestiones que plantean los ritu individual objetiva y subjetivamente
profesionales de la orientación en la prác- situado en su cosmos social (terminolo-
tica. gía de Pierre Bourdieu y Loïc Wacquant,
1992, p.73). Desde esta perspectiva, toda
Pero la observación inversa también es persona se representa a sí misma o al otro
cierta: existen hoy notables diferencias bajo formas de identidad construidas por
entre la noción de sujeto humano que referencia a algunos de estos principios
fundamenta los instrumentos que utilizan (cognitivos) de identidad. La forma de
los profesionales de la orientación y la identidad (Dubar, 1998) puede entonces
que constituye el paradigma predominan- definirse como una representación cons-
te en las ciencias humanas. Los instrumen- ciente de sí mismo o del otro conforme a
tos de los profesionales de la práctica (por la estructura de un principio de identi-
ejemplo, los “tipos” de John Holland, dad determinado.
1966, 1973) suelen considerar a la perso-
na dotada de una personalidad estable, Con todo, la subjetividad de la persona
mientras que últimamente la psicología y es relativamente flexible. En efecto, si se
la sociología han comenzado a proponer tienen en cuenta las investigaciones efec-
un modelo de persona menos estable que tuadas sobre la identidad y los grupos,
el que postulaban anteriormente. pueden distinguirse entre las formas de
identidad, formas de identidad subjetivas.
De esta manera, una síntesis de diversos A veces algunos estereotipos permiten
modelos contemporáneos de las ciencias situar al otro dentro de un principio de
humanas ha conducido a esbozar un mo- identidad determinado, y a veces la for-
delo para la subjetividad humana (Gui- ma de identidad subjetiva parece ser una
chard, 2001a) basado en tres principios auténtica construcción de uno mismo en
fundamentales: el primero establece que un principio de identidad donde intervie-
dicha subjetividad sólo podrá analizarse nen fenómenos de identización, de
si se considera la sociedad en la que vive personalización (Malrieu, 1979) de entre
la persona. El segundo, resalta el carác- primus inter pares (Codol, 1975), de
ter relativamente flexible de esta subjeti- subjetivación (Foucault, 1982, 1994-IV),
vidad. El tercero considera la persona etc. Esta construcción de sí mismo depen-
humana básicamente en tensión entre de- de en buena parte de los contextos en
terminadas identificaciones particulares de los que la persona interactúa: puede plan-
sí mismo y el yo universal (triple) de la tearse la hipótesis de una suplencia de
persona (Jacques, 1979, 1982). las formas de identidad subjetivas. Esto
significa que la persona se constituye
Este principio de la consideración nece- entre formas de identidad diferentes se-
saria de la sociedad como premisa para gún los contextos en los que interactúa.
analizar la subjetividad del ser humano Por este motivo su subjetividad puede
se funda en la observación de que una considerarse relativamente flexible. La
sociedad determinada condiciona en un estabilidad o la flexibilidad de uno mis-
momento dado una oferta de identidad mo depende en efecto inicialmente del
concreta que los miembros de dicha so- grado de complejidad de la sociedad en
ciedad se representan, cada uno de for- la que la persona vive: la oferta de iden-
ma individual. Esta oferta de identidad se tidad (su intensidad, en particular) varía
estructura en su espíritu bajo la forma de de una sociedad a otra. La flexibilidad de
esquemas mentales que pueden conside- esta subjetividad depende también del
rarse, adoptando la denominación pro- grado de integración de los diferentes
puesta por Marvin Minsky en 1975, como campos de relaciones sociales que abar-
“principios cognitivos”. Estos principios que dicha sociedad: según la sociedad,
cognitivos de identidad les permiten re- los diferentes principios de identidad es-
presentarse a sí mismos y al otro, y cons- tarán más o menos interconectados o se-
tituyen un sistema en el espíritu de toda parados entre sí. Esta flexibilidad depen-
persona. El sistema de estos principios de de por último de las interacciones en las
identidad forma así el substrato para la que una persona participe: éstas le ofre-
representación de la estructura de las re- cen en efecto la posibilidad de adquirir
laciones entre las categorías sociales (los experiencias más o menos numerosas de
grupos sociales o comunidades de todo construcción de sí mismo, según la es-
Cedefop
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FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

tructura de los diferentes principios de 3. Finalidades y objetivos


identidad.
de las prácticas de la
Esta suplencia mutua de las formas de orientación
identidad subjetivas no tiene por conse-
cuencia la desaparición del sentimiento Si el vínculo entre las prácticas de la orien-
de tener una identidad individual. Toda tación y la investigación psicológica se
forma de identidad constituye de hecho ha ido relajando durante este siglo, ello
una manera distinta de ser uno mismo. se debe probablemente a que la ciencia
Todas las formas juntas componen un sis- psicológica no consigue responder a las
tema unificado que constituye la subje- cuestiones fundamentales de los profesio-
tividad de una persona. Pero, más bási- nales en la práctica. En efecto, los traba-
camente aún, la persona parece situarse jos científicos intentan explicar cómo su-
en tensión entre cada una de sus identi- ceden las cosas, pero jamás indican lo que
ficaciones particulares y el yo universal es conveniente. La ciencia se plantea la
de la persona (Jacques, 1979, 1982) que pregunta: “¿Cómo?”, y no la de “¿Con qué
le lleva a concebirse necesariamente a fin?”. La investigación teórica es de or-
la vez como yo, tu (en el lenguaje del den cognitivo y aspira a describir fielmen-
otro con quien comunica) y él (aquel del te los fenómenos existentes. No es de
que tu hablas en mi ausencia), esto es, orden axiológico o praxeológico: sus re-
más allá de cada una de sus identifica- sultados no nos señalan ni el fin o fines a
ciones particulares. Confrontado a un qué debemos tender ni la intervención o
entorno cambiante, la persona desarro- intervenciones que debemos emprender.
lla así una actividad constante de
cristalización de sí misma en formas de Ello no equivale a decir que el método
identidad determinadas, sin conseguir científico carezca de todo interés para el
nunca decidirse por una u otra, porque profesional en la práctica. Antes al con-
precisamente, en su calidad de yo-tu-él, trario: por un lado, la ciencia proporcio-
jamás podrá coincidir perfectamente con na al profesional práctico métodos de
ninguna de sus personalidades determi- actuación eficaz (por ejemplo, le permite
nadas( 2). De esta manera, la persona nos comprender los procesos que intervienen
parece animada por una especie de diná- en su actividad), y por otro puede reve-
mica primordial que la conduce simultá- larle problemas éticos que no sospecha-
neamente a buscar una identificación con ba (por ejemplo, el de la “neutralidad
una u otra forma, pero siempre situán- bienintencionada”, que constituye el prin-
dose más allá de cada una de estas iden- cipio fundamental de las entrevistas no
tificaciones concretas. dirigistas y que puede consistir en una
forma particularmente sutil de manipula-
Esta noción de persona complica las cues- ción).
tiones básicas de la orientación. En efec-
to, la idea de un consultante cuyos prin- Sin embargo, tan sólo la fijación de fina-
cipales elementos de la personalidad po- lidades éticas, económicas y sociales per-
drían describirse va dejando paso progre- mite definir objetivos para las prácticas
sivamente a la noción de un individuo de la orientación. Para Bidet (1908), és-
“multivocacional” (para citar la termino- tas eran evidentes: la orientación profe-
logía de Bakhtine (1991), véase también sional tenía por tarea hacer realidad una
Wertsch, 1990, y Häyrynen, 1995) cuya sociedad armoniosa y basada en un reco-
identidad no está jamás definitivamente nocimiento a toda persona que ocupe el
construida. ¿Será por tanto el objetivo del puesto que corresponde a sus aptitudes.
orientador ayudar a quien le consulta a El objetivo del profesional de la orienta-
estabilizarse en determinadas formas de ción era simple: describir exactamente las
identidad, como postula en particular el aptitudes que corresponden a cada pro-
modelo de John Holland? O bien al con- fesión, y las de cada persona. Las finali-
trario, ¿se trata de ayudar a toda persona dades y los objetivos operativos para la
a diversificar el sistema subjetivo de for- orientación se consideraban intrínseca-
mas de identidad en las que se constru- mente unidos.
( 2) Lo que equivale a decir que los ye, como sugiere por ejemplo la filosofía
procesos de personalización y de política de Michel Foucault (1998; 1994- La situación de hoy es distinta: para em-
identización son interminables. 4)?. pezar, los objetivos operativos de la
Cedefop
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FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

orientación son mucho más diversi- “pragmáticos” rebajan el tono de la pre-


ficados que a comienzos de siglo; a con- gunta: “¿cómo puedo alcanzar el modes-
tinuación, parece que apenas cuestiona- to objetivo qué me he fijado?”. Las “cues-
mos las finalidades de las actividades de tiones ambiguas” proceden de jóvenes
orientación, y sobre todo sus finalida- que se encuentran en una “situación de
des éticas y sociales; por último, la cues- expectativa” o en una “lógica de resigna-
tión de la articulación entre finalidades ción”. En estas cuestiones se mezclan pre-
y objetivos parece hoy relativamente guntas sobre estrategias escolares y el
compleja. problema principal de estos alumnos: ¿Es
necesario o no abandonar determinadas
3.1 Objetivos, cuestiones y prácticas formas de identidad escolar o profesio-
nal (y a veces personales) con las que
Los objetivos de los profesionales de la habían previsto realizarse? Para estos jó-
orientación son hoy en día múltiples. Es- venes, la importancia de la interacción
tos profesionales se encuentran obliga- orientadora es primordial. Por último, al-
dos a definirlos en razón de su posición gunas cuestiones son “paradójicas”. Pue-
institucional y como respuesta a las ne- den formularse de esta manera: “inflú-
cesidades que manifiestan mejor o peor yame para que sea capaz de decidirme”,
sus consultantes. Pero estas necesidades o “inflúyame de tal manera para asegu-
pueden divergir mucho: el trabajo pue- rarme de mi propia decisión”.
de consistir, por ejemplo, en ayudar a
un cliente a plantearse lo que quiere ser, Estas cuestiones suelen proceder de jó-
las formas de identidad subjetivas en las venes comprometidos en una “lógica de
que desea construirse a sí mismo. El racionalización” (que abandonan sus
objetivo sería en este caso, por tanto, grandes esperanzas anteriores), o en una
capacitar al consultante para examinar a “lógica de ilusión” (que mantienen dichas
distancia las formas de identidad consi- esperanzas aunque éstas discrepen de su
deradas propias. Otras veces, el proble- situación actual).
ma es el de la facultad para decidir: esta
cuestión puede adoptar sentidos distin- A veces, la cuestión planteada al orien-
tos y dar lugar a diversas prácticas. Des- tador adopta una forma muy general:
de una perspectiva cognitiva puede con- “¿Cómo debo afrontar esta transición?”.
dicionar el objetivo de ayudar al Algunas de las preguntas exigen que el
consultante a representarse mejor su pro- consultante lleve a cabo un balance ge-
blema. A cambio, en términos de desa- neral de sus principales experiencias vi-
rrollo personal, “ayudar a decidirse” pue- tales y que defina proyectos para su futu-
de equivaler a facilitar que una persona ro. Se habla entonces, por ejemplo, de
pueda incorporar determinadas formas un “balance de competencias”. Este ba-
de identidad concretas. lance puede generar también un proceso
de validación de competencias obtenidas
3.1.1 Cuestiones planteadas al orien- por la experiencia, lo que equivale a un
tador procedimiento que desemboca en una
Si examinamos las observaciones de titulación que reconozca todas las com-
Josette Zarka (2000) relativas a las activi- petencias obtenidas a través de las diver-
dades de la orientación y las de Berna- sas actividades profesionales, o extrapro-
dette Dumora (1990) sobre las lógicas de fesionales.
opción entre jóvenes, pueden distinguir-
se cuatro grandes categorías principales 3.1.2 Un ejemplo de técnica de rela-
de cuestiones que los jóvenes o sus fami- ciones para un orientador
lias plantean al orientador. Las cuestio- A fin de responder a estas preguntas
nes estratégicas corresponden a un espí- diversificadas, los orientadores recurren
ritu de “usuario de la escuela” (Ballion, a diferentes técnicas de relación para la
1982) y giran en torno a una lógica de la orientación y aplican instrumentos diver-
calidad. La pregunta típica de esta cate- sos, como los tests o los cuestionarios. A
goría puede resumirse así: “¿cuál es la título de ejemplo, podemos citar el mé-
mejor estrategia para alcanzar la mejor todo propuesto por Norman Gysbers,
posición social que puedo esperar?”. Al- Mary Heppner y Joseph Johnston (1998,
gunos jóvenes de origen modesto que 2000), que abarca cuatro fases principa-
Bernadette Dumora ha denominado les.
Cedefop
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FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

La entrevista comienza con la creación de blemas. El orientador recurre a los mo-


una “alianza de trabajo” entre el orient- delos teóricos y a las teorías de la perso-
ador y el consultante, compuesta por tres nalidad que conoce, a la perspectiva
elementos: un acuerdo sobre los objeti- intercultural y a trabajos sobre la identi-
vos por alcanzar, otro sobre los medios dad de sexo. Ello le permite detectar y
más adecuados para conseguirlo, y la analizar “los temas principales del itine-
creación de un vínculo entre el orientador rario vital, personal y profesional” del
y el consultante, ya que “parece evidente consultante. Gybers et col. (1998, p.238)
la necesidad de una especie de relación han definido los temas esenciales de un
entre el cliente y el orientador, un víncu- itinerario vital, personal y profesional
lo que comprenda la preocupación por como “aquellas palabras que las perso-
el otro (caring) y la confianza, pues ob- nas utilizan para manifestar sus ideas,
servamos que una relación de este tipo valores, actitudes y creencias sobre sí
genera los esfuerzos y las tareas destina- mismos –declaraciones del tipo “yo soy”-
das a alcanzar los objetivos” (Gysbers, , sobre los demás –declaraciones del tipo
Heppner y Johnston, 1998, p.125). “X es”- y sobre el mundo en general –
declaraciones del tipo “la vida es”-”. Esta
La segunda fase del método consiste en definición de los temas esenciales de una
recoger informaciones sobre el consultante vida constituye una especie de “análisis
en multitud de ámbitos, y recurre a diver- de contenidos” dialógico, en el que el
sos instrumentos. Entre estos ámbitos se orientador propone temas al consultante
encuentran: intereses, valores, aptitudes y conforme va recogiendo informaciones
competencias; representaciones de sí mis- sobre este, o posteriormente.
mo, de los demás y de los contextos; di-
mensiones fundamentales que parecen La última fase del método consiste en
estructurar la conducta personal; identidad ayudar al consultante a decidir sus obje-
actual en términos de origen étnico y tivos de carrera, definir sus planes de ac-
sexual; medios utilizados para evidenciar tuación y concluir la relación con el
las funciones, principios y acontecimien- orientador. La definición de objetivos
tos vitales, pasados, presentes y futuros; implica en ocasiones que el consultante
obstáculos e imperativos eventuales de efectúe una búsqueda de informaciones.
orden personal o contextual; estilo de de- Un objetivo debe incluir las virtudes fun-
cisión; etc. Entre las abundantes técnicas damentales de ser preciso, observable,
que permiten recopilar estas informacio- incluir un calendario de cumplimiento, ser
nes, podemos citar la evaluación del itine- realista y, eventualmente, hallarse escri-
rario vital personal y profesional (Life to. Los diversos objetivos deben poder
Career Assessment), basada en la teoría de plasmarse en un plan de actuación preci-
Alfred Adler (1931); Adler distingue tres so que permita realizarlos. La relación de
esferas imbricadas de relaciones de una orientación se concluye efectuando un
persona con el mundo: la esfera del traba- balance del conjunto del proceso y dan-
jo, la esfera de la sociedad (las relaciones do por terminada la relación.
sociales) y la esfera del sexo (amistad y
amor); el genograma de carrera elaborado 3.1.3 La formación de orientación
como prolongación a los trabajos de Sin embargo, la relación de persona a
Monica McGoldrick y Randy Gerson (1985, persona con un orientador no constituye
1990); las clasificaciones de oficios, tests la única forma que adoptan las prácticas
de personalidad o de capacidades, de la orientación. A partir del decenio de
inventarios estándar (por ejemplo, los de 1970, la mayor parte de los países ricos
intereses o valores del trabajo); cuestiona- han desarrollado progresivamente activi-
rios como el inventario de las transiciones dades formativas de orientación (Gui-
profesionales (Career Transitions Inven- chard, 2001b, Guichard, Guillon y Lowit,
tory) de Mary Heppner (1991), que inten- 2001), con las que se intenta que los usua-
tan medir las variables que remiten a los rios (sobre todo jóvenes) se hagan cargo
procesos internos que favorecen u obsta- mejor del problema de “elegir opciones
culizan una transición. para su orientación”.

La tercera fase consiste en interpretar las Desde un punto de vista pedagógico, se


informaciones sobre el consultante y for- distinguen dos grandes categorías de prác-
mular hipótesis sobre sus objetivos y pro- ticas en este ámbito: las que Hoyt (1977)
Cedefop
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FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

denomina de “infusión” y las que corres- de forma radical en las palabras de algu-
ponden a programas específicos. La nos ideólogos. Por ejemplo, uno de los
“infusión” designa la utilización de una dirigentes de una federación empresarial
enseñanza ordinaria para contribuir a la francesa afirmaba hace poco que la fina-
formación de orientadores. Se habla por lidad de la orientación consiste en con-
ejemplo de infusión cuando un profesor vencer a toda persona para que acepte
de idiomas imparte su curso y trabaja para los requisitos de la mundialización eco-
ello con sus alumnos sobre textos que nómica. Se trata de preparar a los jóve-
explican las profesiones del país a jóve- nes para vivir en un mundo en el que los
nes extranjeros cuando se habla ese idio- convenios colectivos desempeñarían una
ma extranjero, comparando estos textos función mínima. La finalidad de la orien-
con los de su propio país. tación hoy sería por consiguiente “pre-
parar a los jóvenes para la flexibilidad” y
Los programas de formación para la orien- convencerles para “aceptar la revolución
tación consisten en series de secuencias estructural del empleo” (de Calan, 1997,
educativas que se integran en la jornada p.205).
de los alumnos, junto a las otras ense-
ñanzas. Numerosos programas formativos Sin abandonar la perspectiva centrada en
para la orientación que se utilizan con la persona, otras opiniones atribuyen fi-
jóvenes escolares se basan en el modelo nalidades menos “economicistas” a la
tradicional de la orientación: el “empareja- orientación. Es el caso, por ejemplo del
miento”. Con este objetivo, piden a los rector Claude Pair, en un texto que pre-
alumnos que elaboren retratos de sí mis- sentó para responder a la afirmación an-
mos en cuanto a sus intereses, valores, tes mencionada: “la escuela debe desarro-
calidades, resultados escolares, etc. Evi- llar y afianzar la personalidad, permitir a
dentemente, la estructura de estos retra- todo joven que se erija una identidad, ela-
tos está condicionada por las categorías borar proyectos y crear. De hecho, lo que
taxonómicas que fundamentan el méto- llamamos formación para elegir es todo
do. Los alumnos efectúan un trabajo aná- eso a la vez” (Pair, 1997, p.251).
logo con las profesiones y las formacio-
nes, y disponen así de un repertorio de Sin embargo, parece también que podrían
dimensiones comunes que describen tanto imaginarse finalidades de distinta natura-
unas como otras. El programa les lleva a leza para la orientación. Un comité de
establecer un método particular para in- expertos de la UNESCO propuso así en
tegrar las dimensiones que les permiten 1970 una definición de la orientación que
realizar el emparejamiento. Una de las abre las puertas hacia consideraciones
taxonomías (clasificaciones) más utiliza- menos individuales o individualistas: “la
das para el emparejamiento es la de John orientación consiste en hacer a una per-
Holland. sona capaz de cobrar conciencia de sus
características personales y desarrollar
3.2 Las finalidades éstas a fin de elegir sus estudios y activi-
dades profesionales en todas las situacio-
Si bien los objetivos de las prácticas sue- nes de su existencia, con la preocupación
len ser generalmente explícitos, no suce- simultánea de servir a la sociedad y desa-
de lo mismo con las finalidades. A este rrollar su propia responsabilidad”
respecto, parece como si desde Parsons (Danvers, 1992, p.190).
existiera una especie de consenso gene-
ral: en el centro del método se sitúa el Esta definición pone de relieve el desa-
desarrollo de la persona y su capacidad rrollo social (”servir a la sociedad”) y la
para afrontar sus transiciones. A partir de construcción moral (”el desarrollo de su
la “cuestión del consultante”, se trata de propia responsabilidad”) de la persona.
permitirle sacar el mejor partido de sus Con esta perspectiva, podría plantearse
cualidades personales, considerando los por ejemplo, que –considerando que cua-
imperativos que le impongan los contex- tro quintas partes de la humanidad vive
tos en los que se encuentra. en una miseria profunda- la orientación
debiera preparar a los jóvenes para con-
Implícitamente, el modelo dominante con- tribuir a hacer realidad un mundo en el
siste en adaptarse al mundo tal y como que la distancia entre los ricos y los des-
éste es. Esta visión se manifiesta a veces poseídos disminuyera. También podemos
Cedefop
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FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

pensar que las prácticas de la orientación glo XX, y que con frecuencia se encuen-
debieran intentar, en un momento en que tra vinculada directamente a determina-
las cuestiones de identidad parecen enor- das cristalizaciones de su identidad. Los
memente cruciales (como demuestra la métodos pueden explicarnos bastante
multiplicación de conflictos con estas ca- bien la forma de convertirse en ingeniero
racterísticas), intentar ayudar a las perso- (y los motivos por los que uno puede
nas a cobrar conciencia de los límites de decidirse a hacerlo), pero no nos infor-
los principios de identidad que constitu- man en absoluto sobre lo que hará dicho
yen su “pequeño” mundo. ingeniero: contribuir al desarrollo de una
región desfavorecida, o elaborar planos
3.3 La articulación de las finalidades para un sistema destinado a exterminar a
y los objetivos grupos humanos enteros.

Conviene con todo mencionar que es De hecho, la cuestión que fundamenta


necesario también analizar el problema hoy en día las prácticas y la investigación
de la articulación de los fines con los en orientación profesional es esta: “¿Cómo
objetivos de las prácticas de la orienta- puede lograrse que toda persona se rea-
ción. En efecto, un mismo objetivo pue- lice plenamente?”. Además, estas prácti-
de corresponder a finalidades opuestas. cas se organizan conforme a la idea de
Por ejemplo, las actividades de distan- que –como ya se ha mencionado- el ciu-
ciamiento de las formas de identidad pre- dadano, ayudado por su orientador, debe
dominantes actualmente también pueden encontrar por sí solo su propia respuesta
tener por finalidad desarrollar la flexibili- a dicha cuestión, lo que corresponde a
dad del futuro trabajador y no sólo llevar un modelo individualizado de la orienta-
a los jóvenes a cuestionar sus estereoti- ción. Pero esto no excluye en absoluto
pos de identidad y hacerse conscientes que una persona concreta considere que
de los peligros que estos implican. Igual- su propia realización le exige participar
mente, esta o aquella actividad ideadas en un grupúsculo u otro de acción e ideo-
por ejemplo para que adolescentes de logía nihilista…
diversos orígenes lleven a cabo colecti-
vamente actividades de desarrollo local Este es el motivo por el que los prácticos
pueden utilizarse tanto para obtener com- y los teóricos de la orientación profesio-
petencias útiles que les permitan “hacer nal no parecen tener hoy otra alternativa
carrera” dentro de la competición econó- que la de iniciar una reflexión sobre el
mica mundial como para efectuar en el Bien y sobre el “Bien común”. Ello po-
futuro actividades de desarrollo en paí- dría llevarles a situar en el centro de la
ses pobres. orientación el desarrollo humano de uno
mismo y del prójimo. El principio funda-
3.4 Prácticas de orientación que am- mental sería que la realización humana
bicionan un desarrollo humano de uno mismo que pretenden las prácti-
cas de la orientación no puede llevarse a
Por último, es necesario hacer una obser- cabo sin el desarrollo del “otro”. La cues-
vación: la mayor parte de los métodos de tión central de la orientación pasaría de
opción profesional, de proyectos de fu- ser “¿Cómo ayudar a todos a realizarse
turo, ciclos de vida o transiciones pre- plenamente como personas separadas?” a
sentan dos características; por un lado, ser “¿Cómo ayudar a todos a realizar su
no conciernen a la totalidad de la perso- propia humanidad ayudando a los demás
na, sino que se concentran –en diversos a realizar la suya, plenamente y a su ma-
grados, desde luego- en uno de sus as- nera particular?”. Ambas perspectivas
pectos, es decir, su formación, su orien- orientan las prácticas de la orientación a
tación y su inserción profesional. Por otro la persona individual, pero en la primera
lado, se basan en un concepto “positivo” la finalidad es la realización de las perso-
y “ecuménico” del ser humano: pueden nas como seres separados, mientras que
interpretarse como visiones laicas de la en la segunda la finalidad consiste en
idea de un hombre que intenta hacer rea- desarrollar la humanidad de cada cual.
lidad sobre la Tierra la obra de Dios. Por
tanto, estos métodos tienden a menospre- Esta nueva perspectiva para la orientación
ciar la negatividad que el ser humano ha se basa en valores que puedan emplear-
demostrado durante buena parte del si- se como principios universales de acción,
Cedefop
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FORMACIÓN PROFESIONAL NO 26 REVISTA EUROPEA

valores como “que cada cual desarrolle a dad subjetivos (Guichard, 2001a; Guichard
su manera sus características plenamente y Hueteau, 2001). Estas prácticas tendrían
humanas”. Esta búsqueda de principios por objetivo proporcionar al consultante
universalmente aceptables para funda- la ocasión de (re)constituirse como per-
mentar las prácticas de la orientación sona (Jacques, 1982), es decir, como pro-
obligaría claramente a los orientadores a ducto triple (yo-tu-él) de la relación
modificar determinadas aspiraciones in- dialógica con los otros, relación que le
dividuales, que formuladas radicalmente, constituye como persona y le obliga cada
no pueden universalizarse. Es el caso por vez que se reconstituye a distanciarse de
ejemplo del “yo quiero realizarme plena- toda cristalización anterior de sí mismo.
mente”. Este deseo puede de hecho con-
llevar la destrucción de todo lo que se Esta propuesta de proporcionar un fun-
perciba como un obstáculo para la reali- damento moral universal para las activi-
zación personal; todo, incluyendo al otro. dades de orientación no dejaría de tener
consecuencias sobre las actividades con-
¿Será necesario observar que esta búsque- cretas de los profesionales de la orienta-
da de principios universales no tiene por ción en la práctica. Por ejemplo, si se
consecuencia proponer una especie de demuestra que algunas de las formas ac-
modelo abstracto de humanidad? El obje- tuales de organización de la producción
tivo no consiste en negar las formas de no generan un desarrollo personal sino
identidad particulares, sino al contrario: un auténtico “sufrimiento laboral”
fomentar el reconocimiento de la huma- (Dejours, 1998; Hirigoyen, 2001), los pro-
nidad de los otros, más allá de diferen- gramas formativos para la orientación
cias étnicas, culturales, religiosas, socia- debieran extraer las correspondientes
les, sexuales, etc. Ello implica evidente- conclusiones. Podemos imaginarnos por
mente concebir practicas de orientación ejemplo que estos se basen en un análi-
que se propongan luchar contra toda re- sis de lo que es el “trabajo humano” y
clusión de la identidad individual que que se impongan por objetivo preparar a
conduzca a rechazar como algo no hu- los jóvenes para reivindicar precisamen-
mano toda forma de identidad no co- te el aspecto humano del trabajo, para
rrespondiente a los principios de identi- ellos mismos y para los demás.

Bibliografía

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