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2.1.1. El sistema profesional de traba- nas que requiere (¿Es un trabajo penoso,
jo y la orientación hacia oficios complejo?).
La organización predominante a comien-
zos del siglo XX era el sistema profesio- Dentro de la organización fordista del tra-
nal de trabajo. Se trata de un modo de bajo como ha observado Dubar (1996,
producción próximo al del artesanado: el p.186), “lo esencial de la competencia es
trabajador debe poseer destrezas manua- la formación en la práctica”. El trabaja-
les y experiencia en el oficio. Incorpora dor no puede ya identificarse mediante
un capital de conocimientos y técnicas un oficio que le defina perfectamente.
que puede ir obteniendo a través de un Como máximo, se convierte en un agen-
aprendizaje metódico y generalmente pro- te productivo o un operador. Y si cambia
longado. Este capital cognitivo remite a de empleo, su cualificación puede
la propia esencia de una persona: ésta cuestionarse. En este sistema de trabajo,
será mecánico o carpintero al igual que como resalta Dubar, el mecanismo prin-
para las profesiones liberales se “es” abo- cipal de identificación es el que vincula
gado o médico. El oficio contribuye así a la persona a su colectivo de trabajo. Es-
definir la identidad individual, y consti- tos vínculos dan lugar a una auténtica
tuye uno de sus principales componen- comunidad profesional con su propio len-
tes. guaje y sus normas informales de actua-
ción.
Al ser el aprendizaje prolongado, es por
consiguiente costoso. La elección de una Las observaciones efectuadas por Paul
vocación profesional es un asunto serio Willis (1977, 1978) entre obreros siderúr-
y que requiere técnicas seguras. De ahí gicos de los Midlands ilustran para-
la oferta de asesoramiento. El asesor es digmáticamente los rasgos específicos de
un experto y su ciencia es la psicotécnica. la llamada identidad profesional en el
La noción de aptitud es fundamental. Se contexto particular de esta industria. La
trata de establecer con la mayor objetivi- identidad de estos operarios se basaba en
dad posible la profesión para la que un una fuerte oposición entre la noción de
joven se preparará y que deberá ejercer “nosotros” (los del taller, “los que están
el resto de su existencia. La forma clásica en el ajo”) y la de “ellos” (los otros, los
de la intervención del orientador consis- “pelotas”). La virilidad constituía una di-
te en un examen psicológico de orienta- mensión primordial: el orgullo de los si-
ción. derúrgicos procedía del sentimiento de
efectuar una profesión dura que requería
2.1.2. El fordismo y la orientación fuerza y resistencia. Consideraban su
hacia el empleo empleo como un “auténtico oficio” en
Estas nociones del oficio y de una orien- comparación con el trabajo de oficina, y
tación profesional fundada en las aptitu- en general con los “empleos de mujeres”.
des personales quedaron cuestionadas Esta identidad profesional se vivía
radicalmente en numerosos sectores pro- cotidianamente a través de una reorgani-
ductivos por las dos invenciones de Henry zación del trabajo dentro de la nave, al
Ford relativas a la organización del traba- margen de las prescripciones formales
jo, e inspiradas por la obra de Frederick indicadas por los contramaestres, a tra-
W. Taylor: el montaje primero, y a conti- vés de un sistema de bromas cuya fun-
nuación la cadena de producción. Esta ción era particularmente recordar las nor-
organización del trabajo tuvo por con- mas y los valores de grupo, y también a
secuencia dejar sin oficio a numerosos través de un lenguaje particular. Paul
profesionales antiguos. La noción funda- Willis resumió el conjunto de sus obser-
mental dejó de ser la de oficio y pasó a vaciones bajo el vocablo “cultura de plan-
ser la de empleo (job). La cualificación ta fabril” (shopfloor culture).
cobró entonces otro sentido: se inde-
pendizó del obrero y dejó de definirse En contextos semejantes, la orientación
por referencia a las competencias incor- adquiere un sentido distinto al del mode-
poradas en un trabajador. A partir del lo de la orientación hacia un oficio. Las
fordismo, la cualificación se refiere al aptitudes personales no constituyen la
puesto de trabajo (Dubar, 1996, p.182): esencia del problema: se trata más bien
la cualificación de un puesto depende de de determinar si un joven podrá adaptar-
las características técnicas de las máqui- se a unas condiciones de trabajo, si se
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tes cuestiones: ¿Debe el orientador limi- siste en que existen profesiones bien de-
tarse a proporcionar informaciones o limitadas y cuyos requisitos –definibles
bien debe convertirse en un formador claramente- pueden hacerse corresponder
para la estrategia decisoria del alumno, con las características estables de las per-
o incluso en un psicólogo de la realiza- sonas. La cuestión científica esencial será
ción personal? pues la determinación de la naturaleza o
de las relaciones entre personas y profe-
En Alemania, Henri Eckert observa (1993, siones.
p. 269) que la orientación “se sitúa en el
punto de articulación entre la escuela Esta cuestión se ha elaborado científica-
general y la formación profesional en la mente dentro de una psicología diferen-
empresa; es responsabilidad suya gestio- cial que considera a la persona dotada
nar y coordinar la oferta y la demanda en de una personalidad estable que puede
el mercado de plazas de aprendices”. El describirse clasificando por un lado gran-
orientador desempeña por tanto un pa- des dimensiones del funcionamiento in-
pel de controlador de la movilidad social telectual y por otro grandes rasgos de la
de los jóvenes. En efecto, su práctica con- personalidad. En el campo particular de
siste no sólo en favorecer la transición la orientación profesional, la psicología
hacia un puesto de aprendiz, sino tam- diferencial conduce a estudiar con mayor
bién en evaluar la racionalidad de las especificidad las aptitudes, valores, inte-
opciones elegidas. reses y tipos profesionales. Se ha obser-
vado que la primera de estas nociones
2.3. Modelos científicos para la fun- corresponde a la idea de una relación
ción de la orientación: las psicologías esencial entre personas y profesiones,
de la orientación mientras que los modelos por valores,
intereses o tipos profesionales tienden
Si bien las funciones de la orientación son más bien a considerar esta relación como
fundamentalmente sociales y se encuen- una representación.
tran condicionadas por los principios y
los contextos en los que se las formula, La teoría de la adaptación profesional
también pueden estructurarse a partir de (”Theory of Work Adjustement”) de René
planteamientos extraídos de las ciencias Dawis y Lloyd Lofquist (1984) constituye
humanas, y en particular de la psicolo- probablemente el modelo clásico de psi-
gía. Los primeros fundadores de la orien- cología diferencial aplicada al ámbito de
tación tenían al respecto las ideas claras: la orientación profesional de adultos. En
la evolución de los conocimientos cientí- el campo más específico de la orienta-
ficos garantizaría la legitimidad de las ción de jóvenes, el ejemplo prototípico
prácticas de la orientación. Hoy en día, son los cuestionarios de John Holland
nuestro punto de vista es más reservado. (1966, 1973).
En efecto, consideramos que únicamente
los fines elegidos conducen a legitimar 2.3.2 Las problemáticas del desarro-
una u otra práctica. Además, la multipli- llo, cognitivas y sociales de la orien-
cidad de los modelos competidores o tación permanente
complementarios para la orientación es A partir del decenio de 1950, otras cues-
tal que no puede hablarse ya de una psi- tiones orientaron las investigaciones en
cología, sino de “psicologías de la orien- psicología de la orientación. Se referían
tación”. por un lado a la formación de los deseos
para el futuro y las preferencias profesio-
2.3.1 La psicología diferencial y la nales de los jóvenes, y por otro a la cons-
cuestión de la relación persona-pro- trucción de carreras personales y profe-
fesión sionales con carácter permanente (a lo
Según Parsons (1909), el método científi- largo de toda la vida). Se ha dado res-
co de la orientación es sencillo: consiste puesta a estas cuestiones con numerosos
en hacer corresponder con un juicio co- modelos distintos. Podemos citar a título
rrecto las características de las personas de ejemplo el modelo de John Krumboltz
con las de los empleos. Se ha observado (1979) inspirado por Albert Bandura
que esta manera de plantear la orienta- (1977), el de la tabla cognitiva de profe-
ción corresponde al sistema profesional siones, de Linda Gottfredson (1981), o el
del trabajo. El postulado fundamental con- de Fred Vondracek, Richard Lerner y John
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cos de las ciencias humanas se han aleja- tipo), tal y como se organiza en un espí-
do de las cuestiones que plantean los ritu individual objetiva y subjetivamente
profesionales de la orientación en la prác- situado en su cosmos social (terminolo-
tica. gía de Pierre Bourdieu y Loïc Wacquant,
1992, p.73). Desde esta perspectiva, toda
Pero la observación inversa también es persona se representa a sí misma o al otro
cierta: existen hoy notables diferencias bajo formas de identidad construidas por
entre la noción de sujeto humano que referencia a algunos de estos principios
fundamenta los instrumentos que utilizan (cognitivos) de identidad. La forma de
los profesionales de la orientación y la identidad (Dubar, 1998) puede entonces
que constituye el paradigma predominan- definirse como una representación cons-
te en las ciencias humanas. Los instrumen- ciente de sí mismo o del otro conforme a
tos de los profesionales de la práctica (por la estructura de un principio de identi-
ejemplo, los “tipos” de John Holland, dad determinado.
1966, 1973) suelen considerar a la perso-
na dotada de una personalidad estable, Con todo, la subjetividad de la persona
mientras que últimamente la psicología y es relativamente flexible. En efecto, si se
la sociología han comenzado a proponer tienen en cuenta las investigaciones efec-
un modelo de persona menos estable que tuadas sobre la identidad y los grupos,
el que postulaban anteriormente. pueden distinguirse entre las formas de
identidad, formas de identidad subjetivas.
De esta manera, una síntesis de diversos A veces algunos estereotipos permiten
modelos contemporáneos de las ciencias situar al otro dentro de un principio de
humanas ha conducido a esbozar un mo- identidad determinado, y a veces la for-
delo para la subjetividad humana (Gui- ma de identidad subjetiva parece ser una
chard, 2001a) basado en tres principios auténtica construcción de uno mismo en
fundamentales: el primero establece que un principio de identidad donde intervie-
dicha subjetividad sólo podrá analizarse nen fenómenos de identización, de
si se considera la sociedad en la que vive personalización (Malrieu, 1979) de entre
la persona. El segundo, resalta el carác- primus inter pares (Codol, 1975), de
ter relativamente flexible de esta subjeti- subjetivación (Foucault, 1982, 1994-IV),
vidad. El tercero considera la persona etc. Esta construcción de sí mismo depen-
humana básicamente en tensión entre de- de en buena parte de los contextos en
terminadas identificaciones particulares de los que la persona interactúa: puede plan-
sí mismo y el yo universal (triple) de la tearse la hipótesis de una suplencia de
persona (Jacques, 1979, 1982). las formas de identidad subjetivas. Esto
significa que la persona se constituye
Este principio de la consideración nece- entre formas de identidad diferentes se-
saria de la sociedad como premisa para gún los contextos en los que interactúa.
analizar la subjetividad del ser humano Por este motivo su subjetividad puede
se funda en la observación de que una considerarse relativamente flexible. La
sociedad determinada condiciona en un estabilidad o la flexibilidad de uno mis-
momento dado una oferta de identidad mo depende en efecto inicialmente del
concreta que los miembros de dicha so- grado de complejidad de la sociedad en
ciedad se representan, cada uno de for- la que la persona vive: la oferta de iden-
ma individual. Esta oferta de identidad se tidad (su intensidad, en particular) varía
estructura en su espíritu bajo la forma de de una sociedad a otra. La flexibilidad de
esquemas mentales que pueden conside- esta subjetividad depende también del
rarse, adoptando la denominación pro- grado de integración de los diferentes
puesta por Marvin Minsky en 1975, como campos de relaciones sociales que abar-
“principios cognitivos”. Estos principios que dicha sociedad: según la sociedad,
cognitivos de identidad les permiten re- los diferentes principios de identidad es-
presentarse a sí mismos y al otro, y cons- tarán más o menos interconectados o se-
tituyen un sistema en el espíritu de toda parados entre sí. Esta flexibilidad depen-
persona. El sistema de estos principios de de por último de las interacciones en las
identidad forma así el substrato para la que una persona participe: éstas le ofre-
representación de la estructura de las re- cen en efecto la posibilidad de adquirir
laciones entre las categorías sociales (los experiencias más o menos numerosas de
grupos sociales o comunidades de todo construcción de sí mismo, según la es-
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denomina de “infusión” y las que corres- de forma radical en las palabras de algu-
ponden a programas específicos. La nos ideólogos. Por ejemplo, uno de los
“infusión” designa la utilización de una dirigentes de una federación empresarial
enseñanza ordinaria para contribuir a la francesa afirmaba hace poco que la fina-
formación de orientadores. Se habla por lidad de la orientación consiste en con-
ejemplo de infusión cuando un profesor vencer a toda persona para que acepte
de idiomas imparte su curso y trabaja para los requisitos de la mundialización eco-
ello con sus alumnos sobre textos que nómica. Se trata de preparar a los jóve-
explican las profesiones del país a jóve- nes para vivir en un mundo en el que los
nes extranjeros cuando se habla ese idio- convenios colectivos desempeñarían una
ma extranjero, comparando estos textos función mínima. La finalidad de la orien-
con los de su propio país. tación hoy sería por consiguiente “pre-
parar a los jóvenes para la flexibilidad” y
Los programas de formación para la orien- convencerles para “aceptar la revolución
tación consisten en series de secuencias estructural del empleo” (de Calan, 1997,
educativas que se integran en la jornada p.205).
de los alumnos, junto a las otras ense-
ñanzas. Numerosos programas formativos Sin abandonar la perspectiva centrada en
para la orientación que se utilizan con la persona, otras opiniones atribuyen fi-
jóvenes escolares se basan en el modelo nalidades menos “economicistas” a la
tradicional de la orientación: el “empareja- orientación. Es el caso, por ejemplo del
miento”. Con este objetivo, piden a los rector Claude Pair, en un texto que pre-
alumnos que elaboren retratos de sí mis- sentó para responder a la afirmación an-
mos en cuanto a sus intereses, valores, tes mencionada: “la escuela debe desarro-
calidades, resultados escolares, etc. Evi- llar y afianzar la personalidad, permitir a
dentemente, la estructura de estos retra- todo joven que se erija una identidad, ela-
tos está condicionada por las categorías borar proyectos y crear. De hecho, lo que
taxonómicas que fundamentan el méto- llamamos formación para elegir es todo
do. Los alumnos efectúan un trabajo aná- eso a la vez” (Pair, 1997, p.251).
logo con las profesiones y las formacio-
nes, y disponen así de un repertorio de Sin embargo, parece también que podrían
dimensiones comunes que describen tanto imaginarse finalidades de distinta natura-
unas como otras. El programa les lleva a leza para la orientación. Un comité de
establecer un método particular para in- expertos de la UNESCO propuso así en
tegrar las dimensiones que les permiten 1970 una definición de la orientación que
realizar el emparejamiento. Una de las abre las puertas hacia consideraciones
taxonomías (clasificaciones) más utiliza- menos individuales o individualistas: “la
das para el emparejamiento es la de John orientación consiste en hacer a una per-
Holland. sona capaz de cobrar conciencia de sus
características personales y desarrollar
3.2 Las finalidades éstas a fin de elegir sus estudios y activi-
dades profesionales en todas las situacio-
Si bien los objetivos de las prácticas sue- nes de su existencia, con la preocupación
len ser generalmente explícitos, no suce- simultánea de servir a la sociedad y desa-
de lo mismo con las finalidades. A este rrollar su propia responsabilidad”
respecto, parece como si desde Parsons (Danvers, 1992, p.190).
existiera una especie de consenso gene-
ral: en el centro del método se sitúa el Esta definición pone de relieve el desa-
desarrollo de la persona y su capacidad rrollo social (”servir a la sociedad”) y la
para afrontar sus transiciones. A partir de construcción moral (”el desarrollo de su
la “cuestión del consultante”, se trata de propia responsabilidad”) de la persona.
permitirle sacar el mejor partido de sus Con esta perspectiva, podría plantearse
cualidades personales, considerando los por ejemplo, que –considerando que cua-
imperativos que le impongan los contex- tro quintas partes de la humanidad vive
tos en los que se encuentra. en una miseria profunda- la orientación
debiera preparar a los jóvenes para con-
Implícitamente, el modelo dominante con- tribuir a hacer realidad un mundo en el
siste en adaptarse al mundo tal y como que la distancia entre los ricos y los des-
éste es. Esta visión se manifiesta a veces poseídos disminuyera. También podemos
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pensar que las prácticas de la orientación glo XX, y que con frecuencia se encuen-
debieran intentar, en un momento en que tra vinculada directamente a determina-
las cuestiones de identidad parecen enor- das cristalizaciones de su identidad. Los
memente cruciales (como demuestra la métodos pueden explicarnos bastante
multiplicación de conflictos con estas ca- bien la forma de convertirse en ingeniero
racterísticas), intentar ayudar a las perso- (y los motivos por los que uno puede
nas a cobrar conciencia de los límites de decidirse a hacerlo), pero no nos infor-
los principios de identidad que constitu- man en absoluto sobre lo que hará dicho
yen su “pequeño” mundo. ingeniero: contribuir al desarrollo de una
región desfavorecida, o elaborar planos
3.3 La articulación de las finalidades para un sistema destinado a exterminar a
y los objetivos grupos humanos enteros.
valores como “que cada cual desarrolle a dad subjetivos (Guichard, 2001a; Guichard
su manera sus características plenamente y Hueteau, 2001). Estas prácticas tendrían
humanas”. Esta búsqueda de principios por objetivo proporcionar al consultante
universalmente aceptables para funda- la ocasión de (re)constituirse como per-
mentar las prácticas de la orientación sona (Jacques, 1982), es decir, como pro-
obligaría claramente a los orientadores a ducto triple (yo-tu-él) de la relación
modificar determinadas aspiraciones in- dialógica con los otros, relación que le
dividuales, que formuladas radicalmente, constituye como persona y le obliga cada
no pueden universalizarse. Es el caso por vez que se reconstituye a distanciarse de
ejemplo del “yo quiero realizarme plena- toda cristalización anterior de sí mismo.
mente”. Este deseo puede de hecho con-
llevar la destrucción de todo lo que se Esta propuesta de proporcionar un fun-
perciba como un obstáculo para la reali- damento moral universal para las activi-
zación personal; todo, incluyendo al otro. dades de orientación no dejaría de tener
consecuencias sobre las actividades con-
¿Será necesario observar que esta búsque- cretas de los profesionales de la orienta-
da de principios universales no tiene por ción en la práctica. Por ejemplo, si se
consecuencia proponer una especie de demuestra que algunas de las formas ac-
modelo abstracto de humanidad? El obje- tuales de organización de la producción
tivo no consiste en negar las formas de no generan un desarrollo personal sino
identidad particulares, sino al contrario: un auténtico “sufrimiento laboral”
fomentar el reconocimiento de la huma- (Dejours, 1998; Hirigoyen, 2001), los pro-
nidad de los otros, más allá de diferen- gramas formativos para la orientación
cias étnicas, culturales, religiosas, socia- debieran extraer las correspondientes
les, sexuales, etc. Ello implica evidente- conclusiones. Podemos imaginarnos por
mente concebir practicas de orientación ejemplo que estos se basen en un análi-
que se propongan luchar contra toda re- sis de lo que es el “trabajo humano” y
clusión de la identidad individual que que se impongan por objetivo preparar a
conduzca a rechazar como algo no hu- los jóvenes para reivindicar precisamen-
mano toda forma de identidad no co- te el aspecto humano del trabajo, para
rrespondiente a los principios de identi- ellos mismos y para los demás.
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