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I.E.

CESAR
VALLEJO -
APAN ALTO
RESTAURACIÓN Y REVOLUCIONES DEL SIGLO XIX.

CURSO:
CIENSIAS SOCIALES.

DOCENTE:

LUNA MENDOZA, HERLINDA.


ALUMNA:

MUÑOZ MANOSALVA SANDRA.

APAN ALTO JUNIO DEL 2019


I.E.CESAR VALLEJO- APAN ALTO

INDICE
I. INTRODUCCION.....................................................................................................3

II. OBJETIVOS..............................................................................................................3

III. MARCO TEORICO...............................................................................................4

3.1. Nacionalismo...................................................................................................4

3.2. Política Europea..............................................................................................5

3.3. El mundo asiático............................................................................................5

3.4. América latina.................................................................................................6

3.5. Imperialismo europeo......................................................................................7

3.6. Expansión colonial en África........................................................................10

IV. CONCLUCIONES...............................................................................................13

V. RREF BIBLIOGRAFICAAS...................................................................................14
I.E.CESAR VALLEJO- APAN ALTO

RESTAURACIÓN Y REVOLUCIONES DEL SIGLO XIX

I. INTRODUCCIÓN.

Al fin del antiguo régimen y el triunfo del nuevo orden político, económico, y social
fue un proceso lento y dilatado en el tiempo.

A este periodo de tiempo que abarca un siglo se conoce con el nombre del periodo de
revoluciones

Estas transformaciones políticas económicas y social estan fundamentadas en el


liberalismo y protagonizadas por el estamento de los privilegiados, burguesía y
proletariado

El siglo XIX se inaugura bajo el influjo de la Revolución Francesa y las conquistas


napoleónicas. El Congreso de Viena (1815) supuso en principio, el triunfo de la
Restauración y la reconstrucción del mapa de Europa. Pero el equilibrio no se
restablece. Las revoluciones de 1820, 1830, 1848, 1871 se inician en Francia (excepto
la de 1820, en España) y se extienden por toda Europa. Los impulsos proceden
del liberalismo, de los movimientos democráticos, el socialismo, y el anarquismo. Al
mismo tiempo otro movimiento recorre el continente: el nacionalismo, que hacia fin de
siglo deriva, en algunos casos, en imperialismo colonialista. Las transformaciones
económicas y sociales producidas por la extensión de la Revolución
Industrial contribuyen de forma definitiva a un cambio radical del panorama histórico.

II. OBJETIVOS.
 Investigar en que consiste el proceso de restauración y revoluciones del siglo
XIX.
 Indagar de qué manera se desarrolló el nacionalismo, política europea,
imperialismo europeo, el mundo asiático, expansión colonial en áfrica.
 Explicar cuáles son las causas y consecuencias de los sucesos antes
mencionados.
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III. MARCO TEORICO

III.1. Nacionalismo.

Hasta la segunda mitad del siglo XIX (1848) el nacionalismo fue un movimiento de
carácter liberal progresista, enfrentado al legitimismo de la Restauración y promotor de
movimientos de liberación nacional: Irlanda frente a G. Bretaña,
los checos y húngaros frente al Imperio Austríaco, las colonias americanas frente a
España, etc.

Pero a partir de la segunda mitad del siglo XIX fue transformándose cada vez más en
una ideología de carácter conservador y agresivo que supeditaba la libertad y dignidad
del individuo (características de la etapa anterior) a los intereses de los grupos sociales
que controlaban el poder. Desde entonces sirvió a las ambiciones del imperialismo y
contribuyó a la gestación de conflictos que en el siglo XX desembocaron en la I Guerra
Mundial.

El nacionalismo surgió en un principio en el seno de minorías muy activas, pero se


convirtió en las últimas décadas del siglo XIX en un fenómeno de masas.
Las revoluciones de 1848 le sirvieron de auténtico trampolín. Austria, la Confederación
Germánica, Italia (rebelión de Milán y Venecia frente a los austríacos), Hungría, etc.,
constituyeron ejemplos del ascenso de los sentimientos nacionalistas en la Europa de
mediados de siglo.

III.1.1.Caracteristicas del Nacionalismo.


Su desarrollo en el siglo XIX se explica por la confluencia de varios factores: El
nacionalismo se había despertado por inspiración de una de las principales ideas de la
Revolución Francesa:

 todos los pueblos tienen derecho a disponer de sí mismos.


 Las tropas de Napoleón sirvieron de vehículo propagador de estas ideas; pero, a
la vez, las invasiones napoleónicas desataron una reacción nacionalista contra el
Imperio de Napoleón.
 La arbitraria división del mapa de Europa y la imposición de soberanos
absolutos por el Congreso de Viena provocaron que el sentimiento nacionalista
cobrase fuerza.
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 El Romanticismo también tuvo un papel clave, ya que rescata las leyendas


medievales, buscando en la tradición el espíritu de la nación y glorificando la
supuesta libertad de otras épocas, ahora perdida.
 Despertó el interés por el pasado histórico: el folklore, la épica y las costumbres
antiguas se analizaron y divulgaron.

III.2. Política Europea.

La política europea del siglo XIX, se organizó en torno a un sistema de 6 estados, en la


búsqueda de un equilibrio político: Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, el imperio
austro-húngaro y Rusia. El progreso era general, pero muchos signos advertían que una
conmoción violenta era inminente. Inglaterra, durante la segunda mitad de siglo, fue la
primera potencia mundial por la extensión de sus colonias y la pujanza de sus industrias.
En Francia, la proclamación de la III República en 1875, significó la creación de un
extenso imperio colonial en África. La unificación de Italia continuó bajo el sucesor de
Víctor Manuel II, a pesar de la oposición de grupos católicos que no podían aceptar la
violenta ocupación de Roma. En Alemania el gobierno del II Reich, se caracterizó por la
firmeza de su política exterior y el desarrollo industrial y colonial que bajo Otto Von
Bismarck, el canciller de hierro que la convirtió en la primera potencia del continente.

III.3. El mundo asiático.


Este periodo el crecimiento demográfico el desarrollo económico y la transformación
social y política de Japón se produjeron a gran velocidad .la agricultura se renovó
gracias a la aplicación de las técnicas modernas, la reproducción de trigo se duplico y de
arroz aumento un 70%. El ámbito político, los últimos restos de la organización feudal
fueron abolidos y en 1889 se aprobó una constitución copiada de la alemana. el cambio
social y económico

El emperador meiji hijo del Emperador Kōmei y la consorte Nakayama Yoshiko, fue el
Emperador de Japón número 122, de acuerdo con el orden tradicional de sucesión
imperial Japonés, reinando desde el 3 de febrero de 1868, hasta su muerte.
En el siglo XIX, el mundo asiático experimento algunas transformaciones por un lado,
la decadencia del imperio chino; por otro, la modernización y revitalización.
En el aspecto administrativo, el imperio carecía de la cantidad necesaria de funciones
para administrar todo el territorio, lo que dejo desatendidas a las zonas más pobres.
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En el aspecto económico, la falta de un nacional y la autonomía de los gobiernos locales


afecto los ingresos del estado entonces en el gobierno central tuvo que reducir gastos y
vender los cargos públicos, lo que genero corrupción.

III.4. América latina

Las revoluciones en el largo siglo XIX latinoamericano no solo plantea filosófica e


historiográficamente el problema de la naturaleza de las independencias, también
responde a dicha interrogante mediante la confrontación de las diversas experiencias
latinoamericanas. Así, Juan Luis Ossa retoma el problemático binomio revolución-
independencia a la luz del caso chileno y de sus tres corrientes historiográficas
principales. El trayecto le permite distinguir una "revolución sin independencia"
(acaecida entre 1810 y 1814 y caracterizada por "cambios sustanciales en la
constitución del poder político") de una "guerra civil revolucionaria" (que enfrentó a los
autonomistas chilenos con el virrey José Fernando de Abascal y Sousa y líderes
fidelistas provenientes de familias criollas acomodadas) y de una "revolución
separatista", desencadenada por la restauración de Fernando VII, la política desarrollada
por sus agentes y la experiencia de emigración de Bernardo O’Higgins y sus
copartidarios en Mendoza. Por su parte, João Paulo Pimenta y Mariana Ferraz Paulino
establecen, a través de hitos bibliográficos que abarcan el periodo 1826-1970, una
genealogía de la difundida idea de "no independencia" de Brasil, esto es, de la negación
de que la separación de Portugal en 1822 fue un "proceso radicalmente transformador".
El tópico marca un fuerte contraste con la experiencia hispanoamericana cuyo tenor es,
según indican varios de los capítulos del libro aquí reseñado, la equivalencia (y aun la
sinonimia) de revolución e independencia. Por el contrario, en Brasil, el énfasis se ha
puesto en la independencia como emancipación, lo que supone privilegiar la clave de la
continuidad: de la dinastía Braganza, del régimen monárquico y de la cohesión
territorial. Inés Quintero y Ángel Almarza estudian la creación de la República de
Colombia y el establecimiento de un sistema representativo para sondear los alcances de
la transformación y la ruptura de la legitimidad monárquica. Antonio Santamaría García
y Sigfrido Vázquez Cienfuegos aprovechan el caso cubano -leído como un ejemplo del
perdurable colonialismo antillano y como saldo favorable para la elite habanera de las
negociaciones con la corte española- para recordar que la independencia (y aun la
revolución) no eran una fatalidad en la América ibérica.
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III.5. Imperialismo europeo.

El imperialismo se puede definir como el sistema en el que la política, la economía y la


cultura de una parte del mundo se organizan en función del dominio de unos países
sobre otros. El imperialismo que surge en el siglo XIX fue la culminación del
colonialismo iniciado en los siglos XV y XVI. Pero ambas formas de dominación
colonial fueron muy distintas. Los viejos imperios coloniales estuvieron ubicados
principalmente en América, mientras que los nuevos imperios coloniales se centraron
en Asia y África. Las antiguas colonias habían sido de asentamiento y los emigrantes
habían creado sociedades que pretendían ser similares a las europeas, frente a las nuevas
colonias que fueron, sobre todo, territorios de ocupación, donde una minoría europea no
se mezclaba con la autóctona y ejercía el control político y económico. Por otro lado, si
el ritmo de ocupación había sido lento y limitado en el pasado, en el siglo XIX la
rapidez fue la tónica general. Por último, las posesiones coloniales de la época moderna
dieron lugar a escasos conflictos en comparación con los desarrollados con el
imperialismo del siglo XIX, con guerras constantes, ya que la expansión colonial se
había convertido en un objetivo fundamental de la economía y la política de los países
industrializados

III.5.1.Factores

Desde el punto de vista económico, el desarrollo del imperialismo se vincularía a las


necesidades de las industrias de los países europeos desarrollados. La industria llegó a
tal grado de crecimiento que se hizo necesaria la búsqueda de nuevos mercados para sus
productos, de materias primas abundantes y baratas, así como de nuevos espacios
económicos donde poder invertir el capital excedente y hallar más beneficios, donde,
además la mano de obra era abundante y, por lo tanto, barata. Esas condiciones se
encontraban en los territorios más atrasados, sin medios técnicos y más débiles de otros
continentes, especialmente de Asia y África.

Los principales beneficiarios fueron los sectores económicos que invirtieron en


empresas coloniales mientras su contribución a los costes de la administración colonial
fue muy reducida. Las clases medias fueron las que contribuyeron a este coste con sus
impuestos, y obtuvieron muy pocos beneficios o ninguno de la expansión imperial de su
país.
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III.5.2.Causas

 Económicos: Los estados europeos necesitan conseguir materias primas para su


producción industrial y nuevos mercados para vender sus productos. Las
potencias imperialistas tienden a obligar a sus colonias a comerciar en forma
exclusiva con su metrópoli.

 Demográficos: El acelerado aumento de población europea a fines del siglo


XIX, provocó intensos movimientos migratorios hacia otros continentes en una
búsqueda de fuentes de trabajo y mayores oportunidades

 Políticos: El dominio de grandes territorios, de vías de circulación y de zonas


consideradas estratégicas se transformó en un símbolo de hegemonía de las
potencias, en una época en que el nacionalismo hacia auge en Europa

 Ideológicas: Las potencias defendían su dominio, planteando que tenían una


misión evangelizadora y civilizadora sobre las culturas consideradas primitivas y
bárbaras.

III.5.3.Consecuencias

 Demográficas: La nueva medicina estaba consiguiendo que la población


pudiese adquirir edades muy avanzadas, con una alta tasa de natalidad y una
muy baja mortalidad, provocó un aumento de población difícil de sostener. El
gran desequilibrio entre los recursos y la población, obligó a muchos europeos a
buscar nuevos territorios donde iniciar una nueva y mejor vida, en la mayoría de
las ocasiones, fuera de Europa.

Poblaciones autóctonas, desconocedoras de las enfermedades europeas,


pronto contrajeron enfermedades como la viruela o gripe,
totalmente desconocidas en el continente americano y que provocaron una
drástica reducción de la población indígena, poco o nada resistentes a ellas.

Con motivo de la reducción de la población autóctona, los países colonizadores


introdujeron población indígena procedente de otras colonias como ocurrió con
las colonias africanas, llevando esclavos y población procedente del continente
africano al americano.
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 económicas: Con la explotación de los nuevos territorios y el establecimiento de


ciudades, comercios y empresas, hizo necesario la inversión en infraestructuras.
Las materias primas fundamentales para el buen funcionamiento de la industria
hacia necesario el establecimiento de líneas de ferrocarriles, puertos, vías,
puentes, etc. Ahora eran las colonias las que se encargaban de alimentar a las
metrópolis, que como hemos visto, sufrían el desabastecimiento tanto de
productos agrícolas como de materias primas, tan necesarias para los productos
manufacturados que después se vendían a las colonias.

La agricultura también experimenta un gran cambio, con la llegada de


la maquinaria agrícola, la producción se multiplicó. Ahora la agricultura
tradicional y autosuficiente pasa a ser sustituida por las grandes explotaciones,
donde prima el monocultivo, transformando de esta manera la economía
tradicional de la zona.

 Sociales: La sociedad también se transformó, la nueva industria y la expansión


económica gracias a las colonias, provocan la aparición de una nueva clase
social en la metrópolis, la Burguesía. La burguesía estaba formada
principalmente por altos cargos funcionariales, comerciantes, antiguos
dirigentes, miembros destacados del ejército, etc.

En las colonias, la nueva clase burguesa siempre tenían que ver con la
administración de las colonias, como altos funcionarios, militares y
comerciantes o empresarios que estaban haciendo grandes negocios con las
explotaciones coloniales.

 Políticas: Las consecuencias políticas no se sufrieron de la misma manera en


todos los territorios, estas vinieron en función de la relación que la metrópolis
mantenía con sus territorios y el grado de dependencia de los que estos podrían
disfrutar.

En muchos casos esta dependencia vino marcada por conflictos de distintas


índoles, siendo lo más habitual la poca consideración que la metrópolis tenía
tanto a las tradiciones ancestrales como antiguos rituales autóctonos. Este
descontento sobre todo en las clases medias nativas que ahora occidentalizadas
comenzaban a formar el germen del anti-imperialismo.
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 Culturales: Las poblaciones indígenas pronto comenzaron a sufrir las


consecuencias imperialistas con la pérdida de su propia identidad cultural. En la
mayoría de los casos se les impuso una serie de pautas de buena conducta y
educación. Se les obligó a expresarse en la lengua colonizadora, como era el
inglés, francés y español.

El despojarles de sus señas de identidad provocó en mucho de los casos el


abandono de sus tradiciones tanto religiosas como gastronómicas, medicinales,
etc. La imposición del cristianismo como religión única ya sea en su variante
católica, protestante, etc, provocó que muchas tribus africanas olvidaran su
esencia cultural o fusionaran sus creencias con las nuevas doctrinas.

 ecológicas: La colonización de nuevos territorios provocaron grandes cambios


ecológicos, hasta el punto de que muchas especies, como el bisonte, llegaran al
punto casi de desaparecer. Por otro lado, la introducción de especies
desconocidas en los nuevos territorios, provocaron verdaderas plagas como
ocurrió en Australia cuando se introdujo el conejo, un animal desconocido y sin
depredadores en el nuevo continente y con un alto índice de natalidad que
provocó un verdadero problema, una plaga.

Las grandes masas forestales comenzaron a talarse, la madera y la


sobreexplotación de ésta sumado a la introducción de los grandes monocultivos,
provocaron la desaparición de grandes masas forestales o la contaminación de
ríos y acuíferos, por la extracción de metales preciosos como puede ser el oro.

III.6. Expansión colonial en África

África ha tenido mala suerte: África es un tesoro. La geografía le ha dotado de una


riqueza natural incomparable, y la geología le ha colocado junto al Viejo Continente.
Dos hechos que, desde que los europeos tuvieron la capacidad técnica para desembarcar
en costas ajenas, propiciaron que ese bendito tesoro, repleto de recursos naturales,
pasara a ser un lastre para África.

A lo largo de la historia, los africanos apenas han podido disfrutar de sus riquezas.
Siempre se les ha adelantado un hombre extranjero. En este artículo hacemos un breve
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repaso al proceso de colonización que ha sufrido y sufre África desde comienzos del
S.XIX.

Conforme avanzaba el S.XIX, los exploradores europeos aumentaron en número y


ambiciones. Los enclaves portuarios no eran suficiente implantación como para
controlar las riquezas del interior del continente. El descubrimiento de la riqueza
mineral del sur de África en la década de 1870 detonó la lucha por esos territorios entre
los países europeos. Esa rápida carrera que llevó a siete países europeos a controlar todo
un continente en menos de treinta años (alrededor del año 1900 toda África estaba bajo
control occidental) atropelló a los inestables Estados africanos, que vieron cómo unos
extranjeros desembarcaban en sus tierras y les arrebataban todo.

La superioridad militar fue la responsable de que los europeos colonizaran en poco


tiempo un continente tan grande como África, y el factor determinante de que ese
control se alargara en el tiempo hasta la mitad del siglo XX. Durante interminables
décadas el continente africano vio cómo sus minas se vaciaban y sus árboles se
cortaban, para beneficio de unos extranjeros blancos que tenían el poder de la
tecnología.

Una superioridad tecnológica que en realidad era un pretexto para llevar a la práctica la
superioridad moral que los europeos creían tener sobre los subdesarrollados africanos.
El ministro de asuntos exteriores alemán, Bernard von Bulow, excusó la colonización de
África en 1897 porque Alemania tenía derecho a «ocupar un lugar bajo el Sol»

El derecho de cualquier país a ocupar un lugar bajo el Sol (un derecho


casualmente reclamado únicamente por países europeos, nunca por africanos)
significaba la justificación de la colonización y la explotación de los recursos de
territorios extranjeros. Tales preceptos morales carentes de ética fueron firmados y
aceptados en la Conferencia de Berlín de 1885, donde Europa decidió unilateralmente el
futuro y el destino de África.

Los europeos no sólo derramaron sangre en su avance hacia el corazón del continente,
sino que además implantaron las costumbres occidentales, terminando con culturas y
tradiciones locales milenarias. Abolieron las monedas existentes, introdujeron
impuestos, cambiaron los modelos de comercio… Tanto las materias primas como los
recursos humanos fueron explotados en beneficio exclusivo de la industria y del
comercio de Europa. Ante este ataque tan evidente, en varios puntos del continente
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surgieron movimientos de resistencia, que no duraron mucho. Los ijebu de Nigeria se


rindieron en 1892, los matabele de Zimbabwe lo hicieron en 1896, los mandinga en
1898, los zulúes en 1908.

Tan sólo un Estado logró hacer frente a los europeos: Etiopía, liderada por el
modernizador emperador Menelik II, aplastó a un ejército italiano en la batalla de Adua
(1896). El Estado de esclavos libres de Liberia también logró sobrevivir, a pesar de una
importante pérdida territorial a manos de Gran Bretaña y de Francia.

IV. CONCLUCIONES.

Después de haber realizado el presente informe concluimos que:


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 El proceso de restauración fue el intento, por parte de muchos gobiernos


europeos, reaccionar frente a los logros de la Revolución Francesa y volver a los
presupuestos del Antiguo Régimen. es decir, borrar las transformaciones de las
monarquías y estados del XVIII, así como los cambios revolucionarios que
había expandido Napoleón por Europa.
 La manera en que se desarrolló dichos sucesos el nacionalismo, política
europea, imperialismo europeo, el mundo asiático, expansión colonial en áfrica
estan plasmados en el contenido de este informe, pero en resumen y opinión
propia dire que estos sucesos fueron la consecuencias de ideas con la intención
de mejorar la situación de cada país que como todo precedente hubieron
acciones buenas y malas lo que se puede resaltar es que el objetivo era buscar un
mejor porvenir para sus naciones.
 De forma general diremos que las principales causas de la restauración y
revoluciones suscitadas en el siglo XIX, era la inestabilidad política que Europa
vivía en ese entonces por el hecho de permanecer en el poder sin perder sus
privilegios(antiguo régimen ) y las fuerzas políticas lideradas por la burguesía ;
asi como cambios en la industrialización , lo cual desencadeno como
consecuencia el cambio de estructuras económicas en los paises en el orden
social con la aparición de los movimientos obreros.

V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

El Gatopardo, Italia, 1963. Dir.: Luchino Visconti. Pan Tadeusz, Polonia/Francia, 2001.
Dir.: Andrzej Wajda Sentido y sensibilidad, USA, 1995. Dir.: Ang Lee Urls
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 http://webs.ono.com/pedabagon/pedro/Historiacontemporanea/temas/nacionalis
mo/plantil lanacion.html
 http://portales.educared.net/wikillerato/Portada
 http://www.claseshistoria.com/revolucionesburguesas/revolucionesliberales.ht
 http://iris.cnice.mec.es/kairos/ensenanzas/bachillerato/mundo/liberalismo_00.ht
ml
 http://www.cprcalahorra.org/alfaro/Material%5CHistoria%20Contempor
%C3%A1nea%5 CUniale.jp
 http://www.cprcalahorra.org/alfaro/Material%5CHistoria%20Contempor
%C3%A1nea%5 CUniale2.jpg
 http://www.pais-global.com.ar/mapas/mapa00.htm
 http://historiaenmapas.blogspot.com/ http://www.atlas-historique.net

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