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Entre el medio ambiente natural y la actividad humana hay siempre un término medio, una

serie de objetivos y valores específicos, un cuerpo de conocimientos y creencias, en otras


palabras: un patrón cultural. No debemos permitir que el hecho de que la cultura no sea
estática, que sea adaptada y modificable, oscurezca el hecho de que Ia adaptación progresa
mediante descubrimientos o invenciones, que en sí mismos no son ineludibles en modo alguno
y que, en cualquier comunidad individual, son casi todos ellos adquisiciones o imposiciones
procedentes del exterior, Pueblos de todos los continentes han fracasado en la realización de
descubrimientos que pueden parecer obvios a primera vista, También son importantes las
restricciones planteadas por los patrones sociales y por los conceptos religiosos acerca de la
utilización de ciertos recursos, o en Ias adaptaciones a las condiciones físicas. Como Febvre,
reconoce:

"Dondequiera quo el "hombre" y los productos naturales se hallan comprometidos interviene


"Ia idea". Esta última, a menudo no es precisamente utilitaria, y determina no sólo el alimento
de los hombres, sino su vestido, la construcción de sus viviendas y, de hecho, todo su bienestar
físico y material... Entre los deseos y necesidades del hombre y cualquier cosa de la naturaleza
que pueda ser utilizada por él, se interponen creencias, ideas y costumbres... (además)
nosotros no nos interesa nunca "el hombre” sino Ia sociedad humana y sus grupos
organizados. 1

Además de la adaptación de la cultura, y particularmente de las industrias y las economías, el


hábitat existe en todas partes generalmente (en sus rasgos fundamentales) es bastante
evidente y obvio, y el complejo del medio ambiente físico no afecta la actividad humana de un
modo único y total. Es preciso distinguir las condiciones negativas que constituyen factores
limitativos en todos los estadios culturales que exigen esfuerzos especiales y costes excesivos,
si han de ser superados (como son, por ejemplo, dificultades de terreno, restricciones
climáticas sobre determinadas plantas y animales), de aquéllas que adquieren un significado
positivo solamente en conexión con logros culturales específicos, Esta distinei6n puede ser
expresado diciendo que las condiciones físicas pueden ser a la vez relaciones restrictivas y
permisivas respecto a las actividades humanas.

Además, las relaciones entre cultura y hábitat pueden ser directas o indirectas. Las
herramientas, utensilios, casas y desde luego la gran parto del material de equipo de las
pasadas culturas están asimismo, en relación directa con los recursos utilizables, no en tanto
su mera existencia, sino en cuanto a materiales y en algunos aspectos de sus formas
específicas.

Esta relación se extiende, asimismo, a menudo, a la modificación que se ejerce en formas


importadas. Pero las concomitancias sociales de las condiciones físicas (tales como la pobreza.
o riqueza de los recursos de determinados alimentos o materiales) operan solamente en.

algunos grados de estas condiciones físicas, interviniendo, además,

otros muchos factores, Cuanto más indirecta es la relación con el hábitat, tanto más
importantes son los factores históricos y sociológicos que intervienen. El hábitat proporciona y
circunscribe In vez un objetivo para el desarrollo cultural en relación con el equipo y la
inclinación preexistente de una sociedad determinada, y también para cualquier nuevo
concepto o elemento de equipo que pueda llegar hasta ella desde el exterior.

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