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Ansiedad en niños: síntomas,

tipos, causas y tratamientos


Por
Marcel Gratacós

La ansiedad en niños consiste en la aparición de un intensa sensación de


malestar sin un motivo objetivo que lo justifique, acompañada
de sentimientos de aprensión y pensamientos reiterativos.

Se trata de una de las alteraciones psicológicas que se presentan con


mayor frecuencia durante la infancia. Recientes estudios han demostrado
que las tasas de prevalencia de este tipo de problemas psicológicos en
niños se situaría entre el 9 y el 21%.

Índice [Ocultar]
 1 Características de la ansiedad en los niños
o 1.1 Síntomas cognitivos y somáticos
o 1.2 Niños más pequeños
o 1.3 Niños mayores
o 1.4 El ambiente es importante
 2 Tipos de trastornos de ansiedad en la infancia
o 2.1 Trastorno de ansiedad de separación
o 2.2 Trastorno por hipersensibilidad social en la infancia
o 2.3 Trastorno de ansiedad fóbica
o 2.4 Trastorno de evitación escolar
o 2.5 Fobia social
o 2.6 Trastorno de ansiedad generalizada
o 2.7 Trastorno de pánico
 3 Causas de la ansiedad en niños
 4 Tratamiento
o 4.1 Tratamiento para disminuir la respuesta fisiológica
o 4.2 Mejorar la respuesta afectiva del niño.
o 4.3 Tratamiento cognitivo
o 4.4 Mejorar la conducta que evita el niño
o 4.5 Psicoeducación de los padres del niño
 5 Referencias

Características de la ansiedad en los niños

Síntomas cognitivos y somáticos

Las respuestas de ansiedad incluyen tanto síntomas cognitivos (referentes


al pensamiento) como síntomas somáticos (referentes al cuerpo), los
cuales expresan una sobreactivación del sistema autónomo del cerebro.

En niños, las manifestaciones de ansiedad serán distintas en función de la


etapa del desarrollo en que se encuentren.

Niños más pequeños


Los niños más pequeños suelen presentar comportamientos estridentes,
actividad excesiva, llamada de atención, dificultades en los momentos
de separación y alteraciones afectivas al irse a dormir.

En estos casos, muchas veces una mala evaluación de los síntomas de


ansiedad puede llevar a diagnósticos inadecuados como el trastorno de
déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) o el trastorno
negativista desafiante.

Niños mayores

Por su parte, los niños más mayores (adolescentes y preadolescentes)


poseen una mayor capacidad para describir sus vivencias subjetivas, y son
capaces de experimentar ciertos síntomas como el miedo, el nerviosismo,
la tensión o la rabia, así como manifestar ciertos comportamientos
inadecuados o antisociales.

El ambiente es importante

Además, en la ansiedad infantil cobra especial importancia el ambiente en


el que se desenvuelve el niño y, por lo tanto, el contexto donde expresa
sus síntomas.

Mientras que en los adultos estos factores pueden pasar más


desapercibidos, un ambiente que influya negativamente a las respuestas de
ansiedad de un niño puede originar problemas en su desarrollo.

Si un niño expresa sus síntomas de ansiedad en un entorno compresivo en


el que los padres o cuidadores son capacees de emplear estrategias
que ayuden al niño a gestionar su estado de nerviosismo, el niño podrá
gestionar satisfactoriamente sus estados de ansiedad.
Sin embargo, si el niño se desenvuelve en un ambiente en el que se le
culpa de sus síntomas o se le obliga a enfrentarse a ellos, cuando todavía
no posee recursos personales necesarios para realizarlo, se podrá
comprometer enormemente su desarrollo.

Tipos de trastornos de ansiedad en la


infancia

Los manuales de diagnóstico en psicopatología todavía no presentan una


clasificación detallada sobre los trastorno de ansiedad que se pueden
presentar en la infancia.

Este hecho se explica debido a que la mayoría de trastornos de ansiedad


que se presentan durante la niñez no suelen prolongarse durante la etapa
adulta, ya que las alteraciones emocionales que presentan los niños suelen
diferenciarse con menor claridad que las que presentan los adultos.
Sin embargo, del mismo modo que lo hacen los adultos, los niños también
pueden experimentar y padecer síntomas y trastornos de ansiedad. De
hecho, la prevalencia de estas alteraciones durante la infancia puede
alcanzar el 21%.

Por otra parte, si un niño experimenta ansiedad de forma frecuente,


aumentan las posibilidades de que padezca algún trastorno de ansiedad en
la edad adulta.

A continuación comentaremos los 7 trastorno de ansiedad que se presentan


con mayor frecuencia y que resultan más relevantes en los niños.

Trastorno de ansiedad de separación

Según algunos estudios, este es el trastorno de ansiedad más prevalente


durante la infancia. La ansiedad por separación consiste en experimentar
sensaciones de ansiedad excesivas cuando el niño tiene que separarse de
sus padres o de sus figuras cuidadoras.
El desagrado al separarse de sus padres suele ser un fenómeno habitual
entre los niños, por lo que se considera como una respuesta normal
durante los primeros meses de vida.

No obstante, a partir de los 3-4 años de vida, el niño ya tiene capacidad


cognitiva como para entender que separarse de sus padres no significa
perderlos para siempre, por lo que la experimentación de ansiedad excesiva
en la separación a partir de estas edades configura una alteración
psicológica.

Más concretamente, los niños que padecen trastorno de ansiedad de


separación suelen experimentar los siguientes síntomas cuando se
distancian de sus padres:

 Preocupación o malestar excesivos al separarse.


 Miedo irracional a perder los padres o a que les suceda algo malo.
 Resistencia a ir a sitios sin sus padres.
 Resistencia a estar solos.
 Tener pesadillas repetidas sobre raptos, accidentes o pérdidas de
sus padres.
 Síntomas somáticos: dolores abdominales, vómitos, náuseas,
palpitaciones, temblor o vértigos.

Trastorno por hipersensibilidad social en la infancia


La característica principal de este trastorno es la tendencia a experimentar


sensaciones de ansiedad extrema al relacionarse o coincidir con
personas desconocidas.

A pesar que el contacto con desconocidos suele ser una situación no muy
agradable para la mayoría de los niños, en el trastorno por
hipersensibilidad social en la infancia el niño experimenta niveles
anormalmente elevados de ansiedad cuando se encuentran esta tesitura.

Así mismo, la ansiedad que experimenta en estas situaciones le conduce


sistemáticamente a evitar el contacto con desconocidos e interfiere
notablemente en su vida social.

Así pues, el trastorno por hipersensibilidad social no se definiría por la


timidez o la ausencia de predisposición a relacionarse con desconocidos,
sino en experimentar un estado en el que queda totalmente aturdido y
gobernado por sus sensaciones de ansiedad cuando el niño se ve expuesto
a estas situaciones.
Este trastorno suele aparecer al inicio de la escolarización y a menudos se
combina con un elevado deseo de tener relaciones personales con los
familiares y amigos, manifestando muchos comportamientos de afecto y
apego hacia estas personas.

Trastorno de ansiedad fóbica

Tal y como específica el manual de diagnóstico CIE-10, el trastorno de


ansiedad fóbica constituye una psicopatología específica de la infancia.

Los miedos son una manifestación que se considera normal durante la


niñez. Por ejemplo, muchos niños pueden experimentar temores o
ansiedades durante el sueño o al irse a dormir.

Así mismo, durante estas situaciones en las que los niños manifiestan
miedos y temores, pueden sufrir ilusiones perceptivas. Por ejemplo, errores
de reconocimiento de un estímulo real, al percibir el abrigo colgado detrás
de la puerta de la habitación como un monstruo cuando hay poca luz.
Sin embargo, estos miedos se consideran normales y no constituyen un
trastorno de ansiedad.

Hablamos de fobias cuando los miedos irracionales ante determinadas


situaciones y objetos se acompañan de una evitación del estímulo que
causa el miedo, provoca muchísima ansiedad e interfiere en el
funcionamiento diario del niño.

Este tipo de fobias incluyen miedos a los animales, a los rayos, a la


oscuridad, a volar, a ir al médico o a espacios cerrados.

Trastorno de evitación escolar

En este trastorno, el niño experimenta un temor irracional a la escuela lo


que lo produce un evitación sistemática de estas situaciones y, por lo tanto,
un absentismo a clase total o parcial.
Normalmente la aparición de este trastorno suele ser gradual, el niño no
empieza a evitar por completo la escuela de golpe. Así mismo, suele afectar
a niños de entre 11 y 14 años, aunque se puede presenciar ya en niños
mucho más pequeños.

En general, la falta de asistencia a la escuela por miedo y desagrado a esas


situaciones suele ser un indicativo suficiente como para considerar
la posibilidad de que el niño esté sufriendo un trastorno de ansiedad y
remitirlo a servicios de salud mental.

Fobia social

La fobia social suele presentarse en adolescentes y se caracteriza por


experimentar una ansiedad excesiva relativa a la posibilidad de decir algo o
actuar de una forma determinada que pueda resultar humillante o
vergonzante.

De este modo, el adolescente empieza a evitar realizar cualquier actividad


delante de otras persona por la ansiedad excesiva que presenta en
esas situaciones y el temor que tiene a ser avergonzado delante de los
demás.

Acciones como hablar, comer, escribir, ir a fiestas o hablar a figuras de la


autoridad suelen temerse enormemente hasta tal punto que la persona es
incapaz de realizarlas.

Trastorno de ansiedad generalizada

La ansiedad generalizada se caracteriza por un nerviosismo y una ansiedad


excesiva, unos pensamiento de preocupación extremos y descontrolados
que se presentan la mayor parte del día, durante varias semanas.

Las preocupaciones suelen girar en torno a un gran número de aspectos y


suelen acompañarse de síntomas físicos como taquicardia, sudoración,
sequedad de boca, temblores, etc.
Así mismo, la ansiedad se presenta de una forma generalizada y constante,
y no está restringida a una situación particular. La ansiedad generalizada
suele aparecer más en adultos pero los niños también la pueden padecr.

Trastorno de pánico

Finalmente el trastorno de pánico consiste en presenciar crisis de ansiedad


de forma recurrente e inesperada.

Estas crisis se basan en episodios de miedo extremo que empieza de forma


brusca y provoca síntomas como miedo a morir o perder el control,
palpitaciones, sensación de ahogo, sudoración excesiva, temblores,
mareos, náuseas y otros signos físicos de ansiedad.

Este trastorno podría ser muy relevante entre los niños. Estudios recientes
demuestran que hasta un 16% de jóvenes entre 12 y 17 años podría sufrir
algún episodio de este tipo.
Causas de la ansiedad en niños

Los problemas de ansiedad se explican hoy en día desde el modelo causal


de vulnerabilidad estrés. Según este modelo, los niños que sufren este tipo
de alteraciones psicológicas presentarían una serie de factores
predisponentes o de riesgo para padecer un trastorno de ansiedad.

No obstante, el trastorno no se manifestaría hasta la aparición de un factor


ambiental que desencadenaría la presentación de la ansiedad.

Los factores que pueden estar involucrados con los trastornos de ansiedad
en la niñez serían:

 Factores genéticos y constitucionales.


 Temperamento y carácter del niño.
 Estilo educativo y de cuidado por parte de los padres.
 Acontecimientos vitales estresantes.
 Ambiente social desfavorable.
Tratamiento

El tratamiento de la ansiedad suele albergar tanto intervenciones


psicosociales como intervenciones psicofarmacológicas. No obstante, en
niños se suele recurrir a los medicamentos solo en casos muy graves que
necesitan una cierta estabilización antes de empezar con la psicoterapia.

Por lo general, los tratamientos de psicoterapia suelen incluir:

Tratamiento para disminuir la respuesta fisiológica

 Ejercicios de relajación.
 Ejercicios de dramatización.
 Aumento de actividades agradables para el niño.

Mejorar la respuesta afectiva del niño.

 Aumento de autoconfianza.
 Aumento de autoestima.
 Intervención en posibles problemas afectivos.
Tratamiento cognitivo

 Cambiar el estilo cognitivo de considerar la situación como algo


amenazante.
 Establecer una conexión entre ansiedad y pensamiento de modo
entendible para el niño.
 Psicoeducar al niño de tal modo que sea capaz de atribuir sus
emociones a él mismo y no al ambiente o a agentes externos para
que ve que es él quien crea sus propios sentimientos.
 Cambiar frases de «esta situación me pone nervioso» a «yo me
pongo nerviosos a mí mismo en esta situación».
 Provocar sentimientos de ansiedad en una situación natural para
hacer conscientes los pensamientos de miedo y su relación con las
emociones.

Mejorar la conducta que evita el niño

 Exponer al niño a las situaciones temidas para poder trabajar su


ansiedad en contextos reales.
 Enseñar al niño a controlar su ansiedad al exponerlo a las
situaciones temidas.
 Entrenar al niño en estrategias de afrontamiento específicas de la
situación temida.
 Desarrollar la auto-observación de los antecedentes, la conducta y
los pensamientos mediante registros de conducta en las
situaciones temidas.

Psicoeducación de los padres del niño

 Enseñar a los padres cómo deben responder a la ansiedad del


niño.
 Enseñarles a no dañar la autoestima del niño debido a sus
problemas de ansiedad.
 Enseñarles a no aceptar como válidos los pensamientos ansiosos
del niño.
 Enseñarles a ofrecer espacios de calma y tranquilidad al niño.

Referencias
1. Beck AT, Emery G. Anxiety Disorders and Phobias. A cognitive
perspective. New York: Basic Books, Inc., Publishers; 1985.
2. Freud S (1926). Inhibición, síntoma y angustia. En: Sigmung
Freud. Obras Completas.3.ª reimpresión,2.ª edición en castellano.
Buenos Aires:Amorrortu;1992.p.83-161.
3. Graham P, Turk J, Verhulst F. Development and developmental
psychopathology. In: Graham P, Turk J, Verhulst F (eds.).Child
Psychiatry. A developmental approach. 3.ª ed. New York: Oxford
University Press;1999.p.172-266.
4. Ruiz Sancho A. Precursores de los trastornos de personalidad en la
infancia y adolescencia. Ponencia en el curso anual de la Unidad
de Adolescentes. Madrid: Hospital General Universitario Gregorio
Marañón;2005.
5. Schaefer C. Innovative Psychotherapy Techniques in Child and
Adolescent Therapy. New York: John Wiley & Sons, Inc.; 1999.

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